Taller DECIMO A Y B
Taller DECIMO A Y B
Taller DECIMO A Y B
A su vez, los conflictos individuales o de grupo pueden clasificarse según sus características en:
Reconocer la situación. Conocer a las partes implicadas y la raíz del conflicto. Determinar qué
es aquello que genera disputa, cuáles son sus causas.
Buscar alternativas. Una vez entendido el conflicto y sus partes, es importante analizar qué se
puede hacer para intentar llegar a un acuerdo. Este punto generalmente implica alguna renuncia o
aceptación de las opiniones diferentes.
Proponer soluciones. Entablar y proponer la comunicación con las partes involucradas para
debatir acerca de las posibles opciones o resoluciones. En algunos ámbitos, esta instancia es
conocida como de negociación y se puede contar con un mediador que oficie de intermediario entre
las partes.
Escuchar al prójimo. Es recomendable adoptar una actitud de escucha y recepción para conocer
el punto de vista del otro y las posibles alternativas de acción que pueda proponer.
Lograr el consenso. El objetivo final de este proceso es que entre ambas partes encuentren
aquella alternativa que beneficie y perjudique en igual o similar medida a ambas.
Todo conflicto debe contar con ciertos elementos:
Actores. Son aquellas personas (dos o más) que tienen intereses, opiniones o necesidades
opuestas en un área o sobre algún punto de vista. Según el caso, los actores intervienen de
manera directa o indirecta.
Problema. Es aquello acerca de lo que las personas involucradas en el conflicto difieren.
Puede tratarse de un problema específico o varios en simultáneo.
Proceso. Es la forma en la que se desarrolla el conflicto, las dinámicas y relaciones que se
dan entre los actores, las demandas y responsabilidades, la predisposición para la resolución
o no del conflicto, los procesos de diálogos y negociaciones y las posibles consecuencias o
manifestaciones que pueden derivar de la falta de consenso.
TALLER 1