Resumen 3

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CIENCIA, POLÍTICA Y CIENTIFICISMO

OSCAR VARSAVSKY

En estos casos es muy necesario apoyar las afirmaciones discutibles con estudios sistemáticos y con
el mayor número posible de referencias y datos, pero aquí sólo se encontrará una exposición
cualitativa, basada en poco más de veinte años de participación en la comunidad científica −y ‘veinte
años no es nada’−, y en apenas dos o tres incursiones como dilettante en el campo de la Sociología
de la Ciencia. Allí es donde se decide −o mejor dicho se sanciona, porque no hay decisiones muy
explícitas− cuáles son los temas de mayor interés, los métodos más prometedores, las orientaciones
generales más convenientes para cada ciencia, y allí se evalúa en última instancia la obra de cada
científico, culminando con premios Nobel y otros reconocimientos menos aparatosos pero
igualmente efectivos para otorgar ‘status’. La ciencia del Norte es la que creó las precondiciones
tecnológicas para una sociedad opulenta, la que obligó a los militares a pedir ayuda y tiene a la
religión a la defensiva. Eso da una Ciencia diferente. Pero hemos llenado de elogios a la ciencia que
tenemos.

La teoría de la información es un caso análogo: salvo en la ingeniería de


comunicaciones

Tanto ésta, como la Cibernética son síntomas claros en la ciencia actual. Su ciencia natural actual es
indistinguible de la norteamericana, y su ciencia social −campo en el cual se suponía que el método
y la teoría marxista les daría amplias ventajas− es un desierto silencioso. ‘revolución cultural’
china, resulte contener algún concepto importante para la sociología y la ciencia política. Las
discusiones serán largas y engorrosas, entre otras cosas, porque una de las tantas lagunas de la
ciencia actual es no haber desarrollado una teoría de importancia, ni siquiera a la altura de la
enclenque teoría de la verdad de los epistemólogos.

De todos modos me parece que queda demostrado que una distinta asignación de los escasos
recursos humanos de alta calidad intelectual que existen habría dado otro tipo de ciencia. Nuestra
ciencia está moldeada por nuestro propio sistema social. Hay bastantes motivos para confiar en que
una nueva sociedad favorecerá el florecimiento de grandes ideas, y no sólo por su interés en nuevas
ramas de la ciencia sino porque permitirá nuevos modos de trabajo. Para ser aceptado en los altos
círculos de la ciencia debe dedicarse a temas más o menos de moda, pero como las modas se
implantan en el Norte, siempre comienza con desventaja de tiempo.

El que aspire a una sociedad diferente no tendrá inconvenientes en imaginar una manera de hacer
ciencia muy distinta de la actual. Más aún, no tendrá más remedio que desarrollar una ciencia
diferente. Si no se quiere proceder a puro empirismo e intuición, no hay otro camino que hacer
ciencia por cuenta propia, para alcanzar los objetivos propios. Lo que significa la autonomía cultural
está en general claro, salvo justamente en lo que respecta a la ciencia, y eso por las razones que
hemos dado.

Esto ya tuvo que modificarse para el caso cada vez más general de los consorcios metropolitanos que
instalaban en fábricas filiales en la periferia, pero de todos modos se aceptaban hasta hace muy poco
sin discusión que el imperialismo era enemigo de que progresaran nuestra ciencia y tecnología. En
este contexto colonialista, creer que los fósiles son el enemigo principal de la ciencia argentina es tan
ingenuo como creer que el latifundista criollo es el enemigo principal de nuestra independencia
económica. Y además, que ella es al mismo tiempo más beneficiosa para el adelanto de la Ciencia
−con mayúscula− que el seguidismo cientificista. Pero debemos insistir, a riesgo de repetirnos, sobre
el significado de esta autonomía, pues es fácil atacar por el ridículo la idea de una ciencia argentina.

Es posible, pero no se puede organizar una sociedad, ni la ciencia de un país, con ese tipo de


criterio. Y si usamos nuestros propios criterios ya habremos comenzado a hacer ciencia
argentina. La otra característica local, nacional, de la ciencia es la gran complejidad propia y de
interacción con el medio, que presentan todos los sistemas y fenómenos de escala humana. La
insistencia en querer aplicarnos leyes empíricas, criterios o instrumentos que han probado alguna
eficacia en el Norte, es un concepto erróneo de la ciencia por parte de los que desde allí lo
proponen, y es mero seguidismo por parte de los que lo aceptamos.

Argentina es hacer ciencia argentina. Y sus adelantos contribuirán a construir esa ciencia social
universal, hoy tan endeble, más que el seguidismo a las ideas del hemisferio Norte. Por mi parte creo
que hay un método de trabajo que prácticamente obliga a hacer ciencia autónoma razonable. Esta
interacción de disciplinas, que exige discusión, crítica y estímulo constante entre los
investigadores, y permite que ideas y enfoques típicos de una rama de la ciencia se propaguen de
manera natural a las demás, me parece una garantía de éxito.

Casi todos son problemas de ciencia aplicada, pero en muchos casos habrá que hacer −y confirmar lo
más rápidamente posible− hipótesis teóricas sobre fenómenos sociológicos a todo nivel. Hacer esto
organizadamente es hacer ciencia guerrillera.

¿Cómo se enseña a la gente que andar ‘bien’

Hay miles de estos problemas, que no se resuelven cambiando planes de estudio o


colocando televisores en las escuelas, sino pensando concretamente en cómo decir las
cosas para que no suenen a catecismo, cómo se enseña la ciencia sin que se convierta en
cientificismo. Es claro además que serán pocos los científicos que decidan dedicarse a la
ciencia del cambio, pero muchos de los que sigan trabajando en sus temas habituales se
prestarán a colaborar de alguna manera más o menos discreta, dedicando tiempo extra o
adaptando sus temas propios, si esto puede hacerse de manera inteligente.

Evolución de este problema en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. Para


ilustrarlas, veamos brevemente el caso de la Facultad de Ciencias Exactas de Buenos
Aires, odiada por los militares y otros reaccionarios que la creían un foco revolucionario, y
escarnecida por varios grupos de izquierda por cientificista. Durante el peronismo, la
Facultad se había convertido en un refugio de fósiles. Cuando el grupo Reformista tomó el
control de la Facultad −simplemente por el vacío político y por su mayor prestigio
intelectual− le fue fácil barrer con la mayoría de los fósiles peronistas.

Nuestra Facultad estaba también amenazada por esta ‘restauración’ anacrónica. Este


peligro definió la actitud del grupo Reformista durante los primeros años.

Algunos intentos del subgrupo politizado por participar en la vida política nacional

Despolitizándonos en la práctica, nos dedicamos pues a ‘desarrollar’ la Facultad. Y para


eso, como dije, el inconveniente más grave era la prevista invasión de fósiles
antiperonistas. Así tuvimos que aceptar a muchos profesores cuya indiferencia por el país
y la sociedad era evidente o de ideología netamente reaccionaria. Además, plantear el
problema de fondo hubiera significado dividir el grupo Reformista y ceder el control de la
Facultad a los profesores de la derecha tradicional, que constituían una minoría fuerte.

Reformista iba perdiendo homogeneidad a medida que transcurrían los años y se


mantenía unido sólo porque nadie veía con claridad esos problemas de fondo y porque su
dirección formal quedó en manos de una persona de gran talento como ‘ejecutivo’ y de
mucha influencia personal sobre la mayoría de sus miembros, pero demasiado seguro de
que el camino que llevábamos era el correcto.

El materialismo dialéctico
Oposición al idealismo y al mecanicismo
El materialismo dialéctico se opone al idealismo, en el sentido en que considera que no existe más
realidad fundamental que la materia; pero la materia no es una realidad inerte, sino dinámica, que
contiene en sí la capacidad de su propio movimiento, como resultado de la lucha de los elementos
contrarios, , que se expresa en el movimiento dialéctico. Se opone, pues, a la concepción que había
predominado en la ciencia en el siglo XVIII y que lo seguiría haciendo en los siglos XIX y XX. Que
la materia es infinita en duración quiere decir que es eterna, increada e indestructible, por lo que el
tiempo será concebido como una forma de existencia de la materia, constituyendo la eternidad y la
temporalidad dos contrarios dialécticos de la materia.

Las formas de conciencia


En cuanto a la conciencia, se distinguen cuatro formas o tipos de conciencia: la conciencia de sí, por
la que accedemos al conocimiento de nuestro propio ser; la conciencia psicológica, por la que
conocemos nuestra propia identidad y la diferenciamos de la de los demás y de las otras cosas; la
conciencia de clase, por la que accedemos al conocimiento de los intereses del grupo social al que
pertenecemos; y la conciencia social, que se forma en las sociedades humanas como una especie de
trasfondo ideológico, por el que asumimos creencias y costumbres al margen de toda consideración
crítica.
La conciencia es necesariamente un producto, una manifestación, de la materia, inseparable de ella.
Pero ¿cuál puede ser el papel de la voluntad en una conciencia que deriva de una materia que existe
independientemente del ser humano y de su propia conciencia?
«Hegel ha sido el primero en exponer rectamente la relación entre libertad y necesidad. Para él, la
libertad es la comprensión de la necesidad. »La necesidad es ciega sólo en la medida en que no está
sometida al concepto.« La libertad no consiste en una soñada independencia respecto de las leyes
naturales, sino en el reconocimiento de esas leyes y en la posibilidad, así dada, de hacerlas obrar
según un plan para determinados fines. Esto vale tanto respecto de las leyes de la naturaleza externa
cuanto respecto de aquellas que regulan el ser somático y espiritual del hombre mismo: dos clases de
leyes que podemos separar a lo sumo en la representación, no en la realidad. La libertad de la
voluntad no significa, pues, más que la capacidad de poder decidir con conocimiento de causa».

Las leyes de la dialéctica


El materialismo dialéctico nos propone, pues, una interpretación de la realidad concebida como un
proceso material en el que se suceden una variedad infinita de fenómenos, a partir de otros
anteriormente existentes. La vida, por tanto, es también una contradicción presente en las cosas y los
hechos mismos, una contradicción que se pone y resuelve constantemente; y en cuanto cesa la
contradicción, cesa también la vida y se produce la muerte. Cuando una cosa pasa de poseer una
cualidad a poseer otra hablamos de «salto cualitativo». Como todo movimiento es el resultado de la
lucha de elementos contrarios, el salto cualitativo supone la resolución de una contradicción, que da
lugar a una nueva realidad, que representa un avance en el desarrollo de la Naturaleza.

Materialismo dialéctico
El materialismo dialéctico, como sistema filosófico, es opuesto al idealismo filosófico que concibe al
espíritu como el principio de la realidad. Para el materialismo dialéctico las ideas tienen un origen
físico, esto es, lo primero es la materia y la conciencia lo derivado. Como tal, el materialismo
dialéctico se apoya en los datos, resultados y avances de las ciencias y su esencia se mantiene en
correspondencia y vigencia con la tradicional orientación progresista del pensamiento racional
científico.3 Asimismo está opuesto a la corriente filosófica del agnosticismo, pues declara la
cognoscibilidad del mundo en virtud de su materialidad y de su existencia objetiva en el tiempo y en
el espacio. Engels lo manifestó de esta manera: «Las formas fundamentales de todo ser son el
espacio y el tiempo, y un ser concebido fuera del tiempo es tan absurdo como lo sería un ser
concebido fuera del espacio»

La división entre materialismo dialéctico y materialismo histórico


El término «materialismo dialéctico» nunca fue usado por Marx o Engels ni definido
sistemáticamente por ninguno de ellos. La introducción de los términos materialismo dialéctico y
materialismo histórico se puede interpretar como un intento de sistematizar los fundamentos
filosóficos presentados por Marx y Engels. Lenin asumió por establecida esta división debido a que
Plejanov era considerado el «Padre del Marxismo» en la Rusia del siglo XIX. Trotsky llamará
dialéctica objetiva a aquella aplicable a las ciencias naturales y dialéctica subjetiva a la
correspondiente a la acción y conciencia humana.

Marx, Engels y la crítica de la religión


Esta es la famosa cita textual de K. MARX
«La base de la crítica irreligiosa es ésta: el hombre hace la religión; la religión no hace al hombre.
Este estado, esta sociedad, producen la religión, la cual es una conciencia del mundo invertida
porque estos son un mundo invertido. La religión es la teoría general de este mundo, su compendio
enciclopédico, su lógica en versión popular, su punto espiritual de honor, su entusiasmo, su sanción
moral, su solemne complemento, su base general de consolación y justificación. Es el opio del
pueblo.»La abolición de la religión como la felicidad ilusoria de los hombres es una demanda para
su felicidad real.

Por su parte, F. Engels dijo de la religión lo siguiente:

«Toda religión, sin embargo, es nada más que un reflejo fantástico en las mentes de los
hombres de esas fuerzas externas que controlan su vida diaria, un reflejo en el que las fuerzas
terrestres asumen la forma de fuerzas sobrenaturales.»
Las dos cuestiones básicas de la filosofía
En La Sagrada Familia o Crítica de la Crítica Crítica, del cual la anterior cita es tomada, Marx y
Engels demuestran que el ateísmo es representativo de las clases progresistas —en particular de la
clase burguesa del siglo XVIII— que debieron luchar contra las concepciones feudales y religiosas
reaccionarias.

El concepto filosófico de materia

La definición materialista dialéctica de lo que es materia fue expuesta por Lenin en su obra
Materialismo y empirocriticismo de esta manera:

«Materia es una categoría filosófica que denota la realidad objetiva, la cual es dada al hombre
a través de sus sensaciones, y la cual es copiada, fotografiada y reflejada por nuestras
sensaciones, mientras que existe independientemente de éstas.

Leyes de la dialéctica

En su Anti-Dühring, Engels expone que las tres leyes fundamentales de la dialéctica:

• Ley de la unidad y lucha de contrarios.

• Ley de los cambios cuantitativos en cualitativos.

• Ley de la negación de la negación


La teoría del conocimiento materialista dialéctico

Los fundamentos de la teoría del conocimiento materialista dialéctica fueron


formulados por Lenin, los cuales se resumen en tres asunciones básicas:

1. “Las cosas existen independientemente de nuestra conciencia,


independientemente de nuestras sensaciones, fuera de nosotros
2. No hay definitivamente ninguna diferencia en principio entre el fenómeno y la
cosa-en-sí, y no puede existir tal diferencia. La única diferencia es entre lo que
es conocido y lo que todavía es desconocido
3. En la teoría del conocimiento como en cualquier otra esfera de la ciencia,
nosotros debemos pensar dialécticamente, eso es, no debemos considerar
nuestro conocimiento como terminado, como inalterable, pero debemos
determinar cómo el conocimiento emerge de la ignorancia, cómo el
conocimiento incompleto e inexacto se torna completo y más exacto”

La lógica dialéctica

La lógica dialéctica fue concebida por Hegel en su obra Ciencia de la Lógica.16 En vez de eliminar
la contradicción, la convirtió en la clave de su sistema lógico.17 Para Marx y Engels la filosofía
hegeliana tenía un carácter revolucionario,18 que fundaba la lógica dialéctica como lógica del
movimiento, de la evolución, del cambio,17 pero requería ser reelaborada con el enfoque del
materialismo, de manera que consideraron la dialéctica como "la ciencia de las leyes generales del
movimiento, tanto del mundo exterior como del pensamiento humano" y así "la propia dialéctica del
concepto se convertía simplemente en reflejo consciente del movimiento dialéctico del mundo
real".18 Las bases de la lógica dialéctica del marxismo quedaron planteadas en el Anti-Dührin y en
la Dialéctica de la Naturaleza de Engels.

Fuentes del Marxismo


 Introducción

La filosofía marxista se halla ligada íntimamente a la política de los partidos comunistas y obreros y
la defiende activamente, expresando franca y abiertamente los intereses de la clase obrera.
Sino una ciencia creadora, que se desarrolla. No es estático, sino avanza al paso de la vida, está en
constante movimiento, enriqueciéndose diariamente con las últimas conquistas de la práctica
histórica social y de las ciencias naturales.
La pugna de estas dos tendencias sigue siendo hasta hoy un reflejo de la lucha de las fuerzas de clase
progresistas contra las reaccionarias.
 Fuentes del marxismo

•INFLUENCIA DE GEORG WILHELM FRIEDRICH, HEGEL

Alemania país en que Vivian y al que pertenecían Marx y Engels, se hallaba en vísperas de la
revolución burguesa. A pesar de ser un país económicamente atrasado, se había incorporado al
desarrollo capitalista después que Inglaterra y Francia, su proletario había adquirido un grado
relativamente de desarrollo.

•INFLUENCIA DE LUDWIN, FEUERBACH

La filosofía de Feuerbach ejerció una enorme influencia en la formación de las concepciones


filosóficas de Marx y Engels. Su clara y apasionada crítica del idealismo hegeliano los ayudo a
romper con el idealismo filosófico y a marcar resueltamente en la vida del materialismo. En su obra
Ludwig, Feuerbach, escribe Engels, refiriéndose al libro de aquel titulado.« La esencia del
cristianismo», en que exponía su filosofía materialista: «solo habiendo vivido la fuerza liberadora de
este libro podemos formarnos una idea de ella », es decir, acerca de lo que Feuerbach significo en el
esfuerzo por sobreponerse al idealismo Hegeliano.
El pensamiento marxista
A. Introducción
La primera parte sobre el pensamiento marxista esta subdividido en las siguientes categorías:
campos en los que abarca el pensamiento marxista; método del marxismo; la concepción materialista
de la historia, integrada por las relaciones de producción, fuerzas productivas, modo de producción,
conciencia social y superestructura, formación social, ley del desarrollo de las fuerzas productivas y
transformación de los regímenes sociales, el carácter dialectico del desarrollo social; y por último la
visión, integrada por el materialismo económico, la ortodoxia marxista, el revisionismo actual.
Toda la explicación será realizada a través de un método causal e histórico siguiendo el modelo y la
concepción de la sociedad marxista.

B. El pensamiento de Marx
Antes de comenzar la explicación de lleno, es necesario decir que, a continuación se abarcara al
marxismo como una corriente del pensamiento en diferentes áreas de conocimiento, especialmente
en la economía.
Para tal efecto, voy a señalar los principales campos que abarca el pensamiento marxista. Sabemos
que la influencia de Carlos Marx fue y sigue siendo tal, que prácticamente le cambio la forma de
hacer ciencia.
Para tal fin, tomaré un ejemplo representado en el material de lectura que se toma como fuente.
El caso a analizar es el de la producción de bienes materiales. La producción no solo es un proceso
que se efectúa a nivel de la empresa, sino también a nivel de la sociedad en su conjunto, es decir
concebir que la producción social es una actividad humana que se repite en forma permanente. Esa
base, engendrará por sí sola la superestructura. Debe de entenderse por superestructura los
pensamientos políticos, filosóficos, jurídicos, artísticos, religiosos, etc., de la sociedad y de las
instituciones que le corresponden. Dentro del capitalismo la superestructura está determinada por la
parte de la conciencia que es esencial para que la clase dominante mantenga sus privilegios, esa
clase es integrada por el grupo de los diversos capitalistas.

C. Un modelo marxista de crecimiento económico.


En esta parte del documento, se revisará dos principales contribuciones de Marx: una teoría del
cambio social y un análisis crítico del funcionamiento del sistema capitalista.
Para poder explicar la plusvalía y el funcionamiento del capitalismo, Marx utiliza las variables con el
objetivo de dar a conocer como durante el proceso de producción el trabajo es la única fuente de
valor, a través de la explotación de la clase obrera.
Además de que la naturaleza del cambio tecnológico reduce el volumen de ocupación por unidad de
capital que amplía el nivel de desocupación; de esta forma, la desocupación aumenta y por lo tanto
disminuyen los salarios reales.

D. Conclusión.
En el presente documento he abordado la corriente de pensamiento marxista, a través de su
influencia en varias áreas de conocimiento como son la sociología, historia, psicología y por su
puesto la economía.
El marxismo es una doctrina y teoría social, económica y política basada fundamentalmente en la
obra de Carlos Marx y todos sus seguidores. Marx abunda sobre las contradicciones capitalistas y
manifiesta su trabajo en la explicación de las crisis económicas. Marx concibe a la crisis como un
fenómeno inherente al capitalismo. Pero lo que si tiene límites es la capacidad de adquisición de los
trabajadores que son los que han de consumir las mercancías que ellos mismos producen.
La segunda fase del ciclo capitalista corresponde a la depresión.
Materialismo histórico
Como estudioso e investigador de las ciencias sociales, Marx atravesó por varias disciplinas que
luego integraría a un todo concreto.
La primera plantea, en forma especulativa o teórica, la necesidad de una superación de la
contradicción y la segunda considera, como parte esencial de su concepción, la solución real de la
contradicción.
La primera piensa la realidad y por tanto no influye sobre las condiciones históricas.
Cambio que sólo podrá conseguirse mediante un movimiento práctico, mediante una revolución
violenta.
La revolución es necesaria porque la clase dominante no puede ser derrocada de otro modo.
Más adelante Marx afirmará
Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias
elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que
existen y les han sido legados por el pasado".

Materialismo histórico o interpretación materialista de la historia


El materialismo histórico es la doctrina del marxismo-leninismo sobre las leyes que rigen la
evolución de la Sociedad humana. El materialismo histórico es la aplicación consecuente de los
principios del materialismo dialéctico al estudio de los fenómenos sociales. El aumento del dominio
que el hombre ejerce sobre la Naturaleza halla su expresión en la evolución de las fuerzas
productivas de la Sociedad. Y con la evolución de éstas, cambia también el otro aspecto necesario de
la producción material: las relaciones de los hombres en el proceso de la producción, las relaciones
de producción; cambia el régimen económico-social. La existencia social determina la conciencia
social. No es posible comprender correctamente la esencia de las instituciones políticas, de las ideas
y teorías, si se pierde de vista la base material de su origen: la estructura económica de la vida de la
Sociedad.

Materialismo histórico, o concepción materialista de la historia


Doctrina del marxismo-leninismo sobre las leyes del desarrollo de la sociedad humana. El
materialismo histórico es una consecuente extensión de las afirmaciones del materialismo dialéctico
al estudio de los fenómenos sociales. En el desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad,
encuentra su expresión el aumento del dominio del hombre sobre la naturaleza. Con el desarrollo de
las fuerzas productivas cambia, también, la segunda parte necesaria de la producción material: las
relaciones en que entran los hombres en la producción, las relaciones de producción; así mismo
cambia el régimen económico social. La existencia social determina la conciencia social. No se
puede comprender justamente la esencia de las instituciones políticas, de las ideas y de las teorías, si
se olvida la base material de su origen: el ordenamiento económico de la vida de la sociedad.

Materialismo histórico o concepción materialista de la historia


Extensión de los principios del materialismo dialéctico al estudio de la vida social; aplicación de
esos principios a los fenómenos sociales; ciencia de las leyes generales de la evolución social.
Antes de Marx, dominaba en la ciencia la concepción idealista de la historia. Esta sucesión es
siempre la consecuencia necesaria de la ley del desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad.
El establecimiento de nuevas relaciones de producción se efectúa generalmente por medio del
derrocamiento revolucionario de las viejas relaciones.
La existencia social determina la conciencia social. Imposible comprender la esencia de las
instituciones políticas, de las ideas, de las teorías, si se olvida su origen material: el régimen
económico de la sociedad. Imposible comprender por qué en tal época aparecen tales instituciones
políticas e ideas, por qué en otra época aparecen otras, si se parte de las propias instituciones
políticas e ideas, y no de la base económica .

Materialismo histórico
Parte componente de la filosofía marxista-leninista; ciencia que investiga las leyes generales del
desarrollo de la sociedad humana y las formas de su realización en la actividad histórica de los
hombres. Subrayaba Lenin que Marx había elaborado su idea fundamental sobre el proceso
histórico-natural del desarrollo de la sociedad destacando de las distintas esferas de la vida social la
económica; de todas las relaciones sociales, las relaciones de producción como fundamentales y
determinantes de todas las demás relaciones. Los rasgos fundamentales del materialismo histórico
fueron expuestos por primera vez por Marx y Engels en su trabajo La ideología alemana.

Materialismo histórico
Parte integrante de la filosofía marxista-leninista y ciencia filosófica sobre la sociedad, que resuelve
de modo materialista el problema fundamental de la filosofía aplicado a la historia y que investiga
sobre esta base las leyes sociológicas generales del desarrollo histórico y las formas de su realización
en la actividad de los hombres. Cada sistema de relaciones de producción, que surge en determinado
grado de desarrollo de las fuerzas productivas, se subordina tanto a las leyes del surgimiento,
funcionamiento y tránsito a una forma superior, comunes a todas las formaciones sociales, como a
las específicas, inherentes sólo a una de ellas.

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