Capitulo I
Capitulo I
Capitulo I
EL PROBLEMA
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Venezuela, desde tiempos muy antiguos utiliza el ají en su cocina; pues este era el
alma de la comida de los indígenas precolombinos; es muy difícil pensar que algún
habitante de nuestro país haya dejado de deleitarse de su sabor mágico.
Además, el Ají pertenece al género Capsicum palabra griega Kapso, Kaptein
(picar, devorar); los Arawaks del Caribe lo denominaban Axi y Chile o Chili, que
deriva del “tzis” que significa “picar o irritar” y exactamente eso es lo que se siente
en el momento que está en nuestros paladares logrando volverse un hábito de
consumo ya que su sabor picante es difícil de rechazar y no solo los americanos
somos aficionados a él, sino también el resto del mundo, desde que comenzó a
difundirse en una fecha cercana al descubrimiento. Su sabor picante viene de la
capsicina que se dice es un fenol antiséptico derivado del guayacol.
Por tanto, es importante destacar que en nuestro país el ají dulce se cultiva para la
confección de guisos que se usan en empanadas, hallacas, arepas, entre otros
platos tradicionales.
En Venezuela existen varios tipos de este fruto tan preciado en nuestra cocina,
tales como: ají «rosa», alargado, ancho y grande, ají «jobito», más pequeño,
redondeado, cáscara gruesa, margariteño, de color amarillo con un fuerte aroma y
variados colores, ají caribe (de color anaranjado, de tamaño similar al ají dulce y
de gran picor) ají amarillo (también llamado ají peruano, es anaranjado intenso de
gran tamaño, forma cilíndrica, picor medio y mucho sabor), ají rocoto (conocido
también como ají mongo, es de forma similar a un tomate de piel gruesa y semillas
negras, da un picor muy fuerte), ají chirel (pequeño, de dos a tres centímetros de
largo, de color rojo y también verde, muy usado para elaborar ajiceros), ají pajarillo
(o chirelito, es el más pequeño de los que conseguimos en Venezuela, muy
parecido al chirel).
La cultura alimentaria de un pueblo es un continuo proceso de aprendizaje donde
los productos se relacionan con los recursos locales y la manera de prepararlos,
desarrollando una serie de conocimientos y prácticas que contribuyen a generar
identidad a partir de la comprobación de las diferencias. Pese a las tipicidades
regionales de las diversas cocinas que con el tiempo derivaron en cocina nacional,
en Venezuela el uso de ají dulce y ají picante es expresión de una singularidad
claramente definida e identificable.
En toda América se come ají, es verdad, pero aquí en la isla de Margarita se come
de una manera propia, distinta, peculiar, convirtiéndose en poderoso elemento de
identidad. Forma parte de las diferencias que nos unen. Veamos el ejemplo del ají
dulce.
El ají dulce es lo que le da vida a guisos y preparaciones, desde las más sencillas
y humildes hasta las más sofisticadas, por la sutileza de sus aromas y la silenciosa
personalidad que termina por marcar, sin estridencias ni agresiones, la sazón que
armoniza todo lo que se come en nuestro país.
Ajíes hay por todo el mundo, pero sólo en Venezuela domina ése que llamamos
cariñosamente dulce. Sólo el ají dulce que crece en Margarita puede ser
margariteño, Es decir, hablamos de una denominación de origen irrepetible en
otras condiciones, cuya fortaleza radica en su identidad, irrenunciable, irrepetible,
única, nacida de una geografía que, puesta en el caldero, hace inimitable lo que se
cocina y come.
Alcanza cuatro colores de los cuales el amarillo es el más versátil. De todo lo que
se produce actualmente en Venezuela en términos alimentarios, el ají margariteño
reúne como pocos, condiciones para ser considerado un verdadero patrimonio
cultural
¿Cómo resaltar los productos naturales de la isla de Margarita y las bondades que
nos ofrece la flora margariteña?
¿De que manera brindar un producto con altos componentes nutritivo con
propiedades benéficas para la salud?
¿Como presentar una alternativa diferente, creativa y económica al consumidor?
OBJETIVOS DE LA INVESTIGACION
Objetivo General:
Objetivos Específicos:
Resaltar los productos naturales de la isla de Margarita y las bondades que nos
ofrece la flora margariteña.
En la isla de margarita contamos con recursos naturales para desarrollar esta idea,
es de saber que somos considerados un estado agricultor, y las tierras producen
grandes cantidades y variedad de ají dulce, que merecen ser aprovechado a
través del proceso de transformación teniendo en cuenta las características
sociales y ofrecer a la comunidad la posibilidad de tener un producto como la
mermelada a base de ají dulce a un costo más favorable.
Nuestro objetivo es dar un producto 100% natural y sin conservadores que por no
tener ningún químico este beneficia la salud de las personas ya que ayuda en la
digestión porque contienen fibra, y aportan diferentes tipos de vitaminas como la
vitamina c, vitamina B1, vitamina b2, vitamina b6 entre otros, se procede a la
elaboración del proyecto para aprender la preparación de la mermelada de ají
dulce margariteño, a través de ello daremos una opción más a la cocina
margariteña, lo cual resultó interesante el proceso de elaboración ya que es un
producto más natural y sin conservante esto conlleva a que son favorables para la
salud de las personas.