Lógica Promoción

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TP 1: INTRODUCCIÓN A LA LÓGICA.

1.1 ¿Qué es la lógica?


La lógica es el estudio de los métodos y principios que se utilizan para distinguir el razonamiento bueno (correcto) del
malo (incorrecto). Todo razonamiento es un pensamiento, pero no todo pensamiento es razonamiento. Un
razonamiento es una forma de pensamiento en la cual se resuelven problemas, se realizan inferencias (se extraen
conclusiones a partir de premisas).

1.2 premisas y conclusiones.


Cuando razonamos sobre algún tema, producimos argumentos: ofrecemos determinadas afirmaciones como razones
para creer en la verdad de alguna otra. Un argumento es cualquier conjunto de proposiciones de las cuales se dice que
una se sigue de las otras, que pretenden apoyar o fundamentar su verdad.
Un argumento se compone de una conclusión y de una o más premisas. La conclusión del argumento es la proposición
que se afirma con base a las otras proposiciones. Las premisas son las otras proposiciones que son afirmadas como
apoyo o razones para aceptar la conclusión.
Las proposiciones son afirmaciones, de las que tiene sentido decir que son correctas o incorrectas, y que se expresan
generalmente mediante oraciones declarativas (por ejemplo, “todos los hombres son mortales”).
También pueden expresarse a través de:
- Preguntas retóricas.
- Oraciones imperativas (por ejemplo, “debemos legalizar el aborto”).
- Frases nominales (no tienen verbos conjugados, a diferencia de las declarativas. Por ejemplo, “su mirada esquiva”).
La conclusión de un argumento no se identifica por su ubicación dentro del conjunto de proposiciones (puede
enunciarse al comienzo, al final o en medio de las premisas). Lo que nos permite identificar qué proposición funciona
como conclusión de un argumento, y cuál funciona como premisa son los indicadores (palabras o frases que sirven de
forma característica para introducir la conclusión o la premisa).
INDICADORES DE CONCLUSIÓN (señalan que lo que sigue INDICADORES DE PREMISAS (señalan que lo que sigue es
es la conclusión) una premisa)
Por lo tanto – De ahí que – Así – Correspondientemente – Puesto que – Dado que – A causa de – Porque – Pues – Se
En consecuencia – Consecuentemente – Lo cual prueba sigue de – Como muestra – Como es indicado por – La
que – Como resultado – Por esta razón – Se sigue que – razón es que – Por las siguientes razones – Se pude
Podemos inferir que – Concluyo que – Lo cual muestra inferir de – Se puede derivar de – Se puede deducir de –
que – Lo cual significa que – Lo cual implica que – Lo cual En vista de que
apunta hacia la conclusión de que

(1.3 a 1.5) Diagramas para argumentos unitarios.


Un diagrama de argumento es una representación espacial del mismo, que permite visualizar su estructura con mayor
claridad.
Al diagramar un argumento unitario, colocamos la conclusión debajo de las premisas y usamos la flecha como indicador
diagramático de la conclusión. Usamos números encerrados en círculos para representar a las proposiciones que
funcionan como premisas o conclusión. Ejemplo:
2 3

En este argumento, cada una de las dos premisas apoya a la conclusión de manera independiente. Cada una
proporciona una garantía para aceptar la concusión y lo seguirá haciendo aun en ausencia de la otra premisa. Así, por
“argumento unitario” se entiende un argumento con una conclusión, independientemente de cuántas premisas se usen
para apoyarla.
Otras veces, algunas premisas deben trabajar conjuntamente con otras para apoyar la conclusión. Cuando esto sucede,
se representa en el diagrama conectando sus números con una llave, y dibujando una flecha que las conduce a la
conclusión. Ejemplo:

2 3

En un argumento que contiene tres o más premisas, una (o más) podría proporcionar apoyo independientemente a la
conclusión, mientras que dos (o más) de las premisas pueden proporcionar apoyo sólo en combinación. Ejemplo:

2 3 4

Algunos argumentos, denominados entimemas, se enuncian de manera incompleta: sin explicitar la conclusión o alguna
de las premisas. En estos casos, debemos agregar las premisas o conclusión no explicitadas y las representaremos
mediante un número encerrado en un círculo punteado.

1.6 Deducción e inducción.


Todo argumento supone la afirmación de que sus premisas proporcionan razones o fundamentos para establecer la
verdad de su conclusión. Los argumentos deductivos se distinguen de los inductivos por la fuerza de la afirmación acerca
de la relación entre las premisas y la conclusión.

Los argumentos deductivos afirman que la conclusión se sigue de las premisas con necesidad absoluta,
independientemente de cualquier otro hecho que pueda suceder, sin admitir grados.
Por lo que, si la conclusión efectivamente se sigue de las premisas deductivamente, agregar premisas adicionales u
obtener nueva información no puede hacer que la conclusión deje de seguirse del nuevo conjunto de premisas, o que se
siga con mayor o menor necesidad.

Los argumentos inductivos afirman que la conclusión se sigue de las premisas con cierta probabilidad, una probabilidad
que depende de otras cosas que puedan suceder y que admite grados.
Aunque las premisas de un argumento inductivo ofrezcan buenas razones para creer en la verdad de su conclusión,
siempre será posible que agregando premisas adicionales o descubriendo nueva información la conclusión ya no se siga
del nuevo conjunto de premisas, o que se siga con mayor o menor probabilidad.

A los buenos argumentos deductivos (los que cumplen con su pretensión de que la verdad de las premisas garantiza la
verdad de la conclusión) se los llama válidos, y a los malos argumentos deductivos (los que no cumplen con esa
pretensión) se los llama inválidos.
Los argumentos inductivos también pueden ser mejores o peores, pero no se los califica como válidos o inválidos.

1.7 Validez o invalidez.


La verdad y la falsedad son atributos de las proposiciones, sólo ellas pueden clasificarse como verdaderas o falsas. Son
verdaderas cuando lo que afirman coincide con el modo en que realmente son las cosas, y son falsas cuando lo que
afirman no coincide con el modo en que realmente son las cosas.

La validez y la invalidez son atributos de los argumentos deductivos, sólo ellos pueden clasificarse como válidos o
inválidos. Los argumentos deductivos pretenden que sus premisas ofrecen fundamentos concluyentes para afirmar su
conclusión, que sus premisas (de ser verdaderas) garantizan la verdad de su conclusión.
Son válidos cuando sus premisas (de ser verdaderas) garantizan la verdad de su conclusión, y son inválidos cuando sus
premisas (aun siendo verdaderas) no garantizan la verdad de su conclusión.
Un argumento bien fundado o sólido es un argumento deductivo válido, cuyas premisas son todas verdaderas. Sólo los
argumentos de este tipo establecen sin lugar a dudas la verdad de su conclusión.

Tabla acerca del valor de verdad de las premisas o la conclusión de un argumento.

TP 2.: SILOGISMOS CATEGÓRICOS.


5.1 y 2 Proposiciones categóricas y clases.
El estudio clásico de la deducción (iniciado por Aristóteles) se centró en un tipo particular de argumentos deductivos
denominados silogismos categóricos. Ejemplo:

Todas las calandrias son pájaros.


Todos los pájaros son animales alados.
Todas las calandrias son animales alados.
Estos argumentos están compuestos por proposiciones categorías. Estas proposiciones pueden analizarse referidas a
clases, afirmando o negando que una clase S está incluida en una clase P, total o parcialmente.
Una clase se caracterizó como la colección de todos los objetos que tienen alguna propiedad en común. Una clase está
incluida totalmente en otra si cada miembro de la primera es también un miembro de la segunda, y está incluida
parcialmente en otra si algunos miembros de la primera (al menos uno) son también miembros de la segunda.
Hay cuatro diferentes formas estándar de proposiciones categóricas:
• Universal afirmativa (A): todo A es B.
• Universal negativa (E): ningún A es B.
• Particular afirmativa (I): algún A es B.
• Particular negativa (O): algún A no es B.
El esquema general de una proposición categórica es:

CUANTIFICADOR (Término sujeto) CÓPULA (Término predicado)

Todo, ningún, algún. Es/no es.

Las proposiciones categóricas tienen una cualidad (afirmativa o negativa) y una cantidad (universal o particular).
Son afirmativas si afirman la inclusión total o parcial de una clase en otra, y son negativas si afirman la exclusión total o
parcial en otra (o si niegan la inclusión).
Son universales si la proposición se refiere a todos los miembros de la clase designada por el término sujeto, y son
particular es si la proposición se refiere a alguno de los miembros.
Clase vacía, producto y complemento.
Los diagramas de Boole permiten representar iconográficamente las relaciones entre clases que son afirmadas por las
proposiciones categóricas. Para entender cómo se representan necesitamos algunos conceptos previos: el símbolo cero
representa a la clase vacía (sin miembros). Para decir que la clase S es vacía, usamos la ecuación S=0. Para decir que una
clase S no es vacía (tiene al menos un miembro), usamos la ecuación S=/=0. Si S designa la clase de las serpientes y P la
de cosas peligrosas, SP designa la clase de las serpientes peligrosas; la parte común de las dos clases se llama el
producto o la intersección de las cases.
Se llama complemento de una clase S a la clase de todas las cosas que no son miembros de S.
5.6 Simbolismos para las proposiciones categóricas.
En los diagramas de Venn, representamos una clase mediante un círculo rotulado con la letra que designa a la clase.
Diagramamos que la clase no tiene miembros sombreando el círculo. Diagramamos que tiene al menos un miembro con
una X en el interior del círculo.
Un círculo que representa a la clase S, también representa al complemento de S. La clase S es representada por el
interior del círculo, y su complemento por el exterior.

6.1, 2 y 3 Silogismos categóricos de forma estándar.


Un silogismo es un argumento deductivo en el que se infiere una conclusión a partir de dos premisas. Un silogismo
categórico es un argumento deductivo que consiste en tres proposiciones categóricas que contienen tres términos, cada
uno de los cuales sólo aparece en dos de las proposiciones que lo constituyen.
El término que aparece como predicado de la conclusión se llama término mayor del silogismo, y el que aparece como
sujeto de la conclusión se llama término menor. El término que no aparece en la conclusión pero sí en cada una de las
premisas se llama término medio.
Decimos que un silogismo categórico está en forma estándar si sus premisas y conclusión están enunciadas en el
siguiente orden:
Todo M es P Premisa mayor
Todo S es M Premisa menor
Todo S es P Conclusión

Forma lógica de los silogismos categóricos de la forma estándar: modo y figura.


El modo de un silogismo está determinado por las formas (A, E, I, O) de las proposiciones categóricas que lo componen,
en el orden en que aparecen en su forma estándar. Es decir, el modo de un silogismo está compuesto por tres letras,
que nombran a la premisa mayor, a la menor y a la conclusión del silogismo.
El modo determina una parte de la forma lógica del silogismo. La otra parte queda determinada por su figura, que indica
la posición del término medio en las premisas.

Validez y forma lógica.


En conjunto, modo y figura permiten explicar la validez o invalidez de un gran número de silogismos categóricos
(aquellos cuyas premisas y conclusión son contingentes).
Modo y figura constituyen a forma de estos silogismos. En general, la forma lógica de un argumento está constituida por
todos aquellos aspectos del argumento en cuestión que determinan su validez o invalidez.
Un argumento será válido si su forma lógica es válida, y será inválido si no lo es. Por esta razón, si demostramos que un
argumento es válido, demostramos también que todos los argumentos que compartan la misma forma son válidos, y a
la inversa.
Método de diagramas de Venn para verificar validez o invalidez de silogismos categóricos.
Primero, marcar los círculos de un diagrama de Venn de tres círculos con los tres términos del silogismo (mayor, menos
y medio: S, M, P). Enseguida, representar ambas premisas. Primero la universal, si es que hay una universal y una
particular, teniendo cuidado al representar una proposición particular de colocar una x en una línea si la premisa no
determina en cuál de los dos lados de la línea debe ir. Por último, inspeccionar el diagrama para ver si el diagrama de las
premisas contiene o no el diagrama de la conclusión: si es así, el argumento es válido, de lo contrario no lo es.
Herramientas para pensar mejor. Cap 13.
¿Por qué es importante prestar atención a la validez de un argumento?
Para evitar que nos engañen, o engañarnos a nosotros mismos, confiriendo verosimilitud a una conclusión porque
parece seguirse de unas premisas verdaderas cuando en realidad no lo hace; para evitar no creer en conclusiones que
no nos gustan pero que se sigue válidamente de premisas verdaderas; para poder analizar si la forma lógica de un
argumento es válida, prescindiendo del contenido de sus premisas y conclusión.
Plausibilidad y validez.
Un error común en la evaluación de un argumento es el que surge de juzgar la validez/invalidez del argumento en
función de la verdad/falsedad que atribuimos a su conclusión: la inverosimilitud de la conclusión crea la sensación de
que el argumento es inválido, y la verosimilitud de la conclusión (junto con premisas verosímiles que parecen apoyarla)
crea la sensación de que el argumento es válido.
Es importante estar en guardia frente a esta tendencia, para evitar creer que un argumento es válido sólo porque ya
estamos de acuerdo o queremos creer en la verdad de la conclusión.
Pensar, una incitación a la filosofía.
No todos los argumentos deductivos son silogismos categóricos. Existen otros tipos de argumentos deductivos cuya
estructura lógica es puesta de manifiesto por distintos sistemas lógicos. La lógica proposicional es un sistema lógico que
permite analizar la estructura lógica de argumentos como el siguiente:

Si saco un 4, apruebo.
Saqué un 4.
Apruebo.

La validez o invalidez de argumentos como este dependen del significado de expresiones (“si… entonces”) que conectan
proposiciones, y del orden en que aparecen las proposiciones más simples (como “saqué 4” o “apruebo”) que son
conectadas por estas conectivas.
La lógica proposicional cuenta con un lenguaje formas que permite abstraer de un argumento aquellos aspectos
formales que determinan su validez o invalidez, dejando a un lado el contenido concreto de las proposiciones simples
que lo componen (es decir, las que no incluyen ninguna conectiva).
Este lenguaje formal incluye:
• Letras proposicionales para representar proposiciones simples o atómicas (p, q, r, s).
• Paréntesis, para determinar cuál es la conectiva principal.
• Símbolos para representar las conectivas:
Herramientas para pensar mejor. Cap 13.
Dos errores frecuentes en argumentos que involucran condicionales se conocen como error de conversión y error de
inversión. Ambos surgen de confundir condiciones suficientes con condiciones necesarias.
El error de inversión o falacia de afirmación del consecuente, es un esquema de argumento deductivamente inválido
que nos confunde por su parecido con un esquema deductivo válido llamado modus ponens.

A→B A→B
A B
B A

Modus ponens Error de conversión

El error surge de interpretar el condicional de la primera premisa (que afirma que A es condición suficiente para que se
dé B) como si afirmara que A es condición necesaria para B.
El error de inversión o falacia de negación del antecedente, es un esquema de argumento deductivamente inválido que
nos confunde por su parecido con un esquema deductivo válido llamado modus tollens.

A→B A→B
noB noA
noA noB

Modus tollens Error de inversión

UNIDAD 1
SISTEMA 1 SISTEMA 2
Opera de forma rápida y automática, con poco o ningún Opera de forma lenta y reflexiva, es perezoso ya que las
esfuerzo y sin sensación de control voluntario. operaciones requieren esfuerzo.
Genera impresiones y sentimientos y hace asociaciones Construye pensamientos en una serie ordenada de pasos.
entre ideas.
La mayoría de las cosas que hacemos y pensamos se Es movilizado cuando surge un problema y el S1 no tiene
originan en este. solución alguna.
El intento inicial de creer y es crédulo. No cree y es incrédulo.
Se da la facilidad cognitiva La tensión cognitiva tiende a movilizarlo.
Es impulsivo e intuitivo. Encargado de vencer los impulsos del S1, aunque es
perezoso.
Ejemplos: Ejemplos:
- Percibe que un objeto está más cerca que otro. -Estar atento al disparo de salida en una carrera.
-Entiende frases sencillas. -Resolver un cálculo complejo.
-Nos hace poner cara de desagrado cuando algo no nos -Caminar a un paso más rápido de lo que es natural.
gusta.
Ambos sistemas comparten el control de la atención. El S1 hace continuamente sugerencias al S2: impresiones,
intuiciones, intenciones y sensaciones; si estas son aprobadas por el S2, las impresiones e intuiciones se tornan creencias
y los impulsos, acciones voluntarias.

UNIDAD 4
La ley de los pequeños números (10).
Un estudio sobre la incidencia de cáncer renal en los 3.141 condados de EE.UU revela que los condados en que la
incidencia de cáncer renal es más baja son en su mayoría rurales, con escasa población y pertenecientes a estados
tradicionalmente republicanos. Cualquiera pensaría que la vida sana propia de la forma de vida rural es la causa de la
baja incidencia de cáncer renal. Consideremos ahora los condados en los que la incidencia de cáncer renal es más alta:
estos son en su mayoría rurales, con escasa población y pertenecientes a estados tradicionalmente republicanos.
Cualquiera pensaría que la pobreza y los vicios propios de la forma de vida rural podrían explicarlo.
Sin duda algo está mal aquí, la vida rural no puede explicar tanto la incidencia de cáncer renal alta como la baja. El factor
clave es que los condados rurales tienen escasa población. La principal lección de estos es sobre la difícil relación que
existe entre nuestra mente y la estadística.
El S1 es hábil en una forma de pensamiento; automáticamente identifica relaciones causales entre acontecimientos,
aunque esas relaciones sean a veces falsas. Pero, a su vez, es inútil cuando se enfrenta a hechos estadísticos.
Un acontecimiento azaroso no proporciona una explicación por sí solo, pero recopilaciones de hechos azarosos se
comportan de una forma altamente regular. Los resultados extremos (muy bajos o muy altos) se encontrarán más
probablemente en los condados poco poblados, ya que los resultados extremos son más probables en muestras
pequeñas que en muestras grandes. Esta explicación no es causal, sino estadística. La población menor de un condado
no causa ni previene el cáncer, sino que permite que la incidencia sea más alta o más baja que en una población mayor.

Los estadísticos intuitivos eran optimistas sobre la capacidad de la estadística intuitiva, pero Kahneman no estaba de
acuerdo. Supongamos que queremos confirmar la hipótesis de que el vocabulario de las niñas de seis años es mayor que
el de los niños de la misma edad. La hipótesis es cierta en la población general, sin embargo, existe una gran diversidad
de niños y niñas y, con un poco de suerte, podríamos seleccionar una muestra en la que la diferencia fuese
inconcluyente o en la que los niños puntuasen más alto.
Para el investigador este resultado es costoso, porque habrá dedicado tiempo y esfuerzo para terminar fracasando en
una hipótesis que de hecho es verdadera. Utilizar una muestra grande es la única forma de reducir ese riesgo, ya que
los investigadores que escogen muestras muy pequeñas se quedan a merced de la suerte.
Kahneman elegía muestras pequeñas y sus resultados no tenían sentido, hasta que descubrió que los resultados
extraños eran errores del método de investigación: nunca había elegido un tamaño por medio de un cálculo, sino que lo
hacía mediante juicios.

El S1 no se inclina hacia la duda, sino que construye historias lo más prudentes posible. En cambio, el S2 es capaz de
dudar porque puede tener presentes posibilidades incompatibles al mismo tiempo. La ley de los pequeños números es
una manifestación de una inclinación general que favorece la certeza frente a la duda: exageramos la consistencia y la
coherencia de lo que vemos. La fe de los investigadores en lo que observan se relaciona con el efecto halo: la sensación
de que sabemos y entendemos a una persona de la cual sabemos muy poco.
El S1 donde ve una irregularidad intenta explicarla, busca una causa. El problema con las regularidades estadísticas es
que en vez de centrarse en la manera en que se produjo el suceso, el punto de vista estadístico lo relaciona con lo que
podría haber sucedido. Nada en particular hizo que se produjera, la posibilidad vino dada entre sus alternativas.
Somos buscadores de patrones, creyentes en un mundo coherente en el que las regularidades no se producen
accidentalmente, sino por causalidad o por la intención de alguien. Rechazamos la creencia de que mucho de lo que
vemos en la vida es al azar.
Kahneman saca dos conclusiones:
- Prestamos más atención al contenido de los mensajes que a la información sobre su fiabilidad, y como resultado
adoptamos una visión más simple del mundo de lo que justifican los datos.
- La estadística arroja muchas observaciones que parecen pedir explicaciones causales, pero que ellas mismas no
nos guían hacia tales explicaciones.
Heuristica de la disponibilidad (12).
Es un atajo mental que se baja en ejemplos inmediatos que llegan a la mente de una persona al evaluar un tema,
concepto, método o decisión. El cerebro humano ha optimizado el trabajo mental requerido para tomar una decisión
rápida y sin esfuerzo para llegar a conclusiones más o menos coherentes.
Esta heurística opera sobre la noción de que si algo se puede recordar, debe ser importante o al menos más
importante que los sucesos que no se recuerdan tan fácilmente. Los juicios de uno siempre se basan en lo que se le
viene a la mente: cuanto más accesible sea un suceso, más frecuente y probable parecerá; cuanto más viva sea la
información, más convincente y fácil de recordar será; cuanto más evidente resulte algo, más causal parecerá.
Están implicados los dos sistemas. El S1 sustituye una pregunta compleja por una simple, y esto produce errores
sistemáticos. Quienes se dejan guiar por el S1 son más propensos a los sesgos de disponibilidad que quienes tienen
mayor atención. El mismo sesgo contribuye a la observación de que muchos miembros de un equipo de trabajo sienten
que han hecho más que el resto y que los demás no agradecen lo suficiente sus contribuciones personales.
Ejemplo de sesgo de disponibilidad: si acabamos de ver la noticia de un asalto en cierta calle y recordamos que un amigo
fue asaltado en la misma calle tiempo atrás, pensaremos que esa calle es peligrosa basándonos en esos antecedentes,
aunque se trate de casos aislados o no haya proximidad temporal entre uno y otro.

Heuristica de la representatividad (14).


Es un atajo mental que consiste en juzgar a personas, cosas o situaciones como parte de una misma categoría o clase a
través de las características superficiales y con ayuda de nuestros esquemas previos. Sin embargo, que algo o alguien
encaje o presente similitudes con un estereotipo no significa que forme parte de él.
Juzgar la probabilidad de la representatividad tiene ventajas: las intuiciones que esta produce son más exactas que las
estimaciones de posibilidades. En algunos casos hay cierto grado de verdad en los estereotipos que guían los juicios de
representatividad, y las predicciones que siguen esta heurística pueden ser exactas. En otros, los estereotipos son falsos
y la heurística de la representatividad inducirá a un error, especialmente si hace que las personas ignoren la información
de la tasa base.
Pecados de la representatividad: la disposición excesiva a predecir acontecimientos improbables (baja tasa base); la
insensibilidad a la cualidad de la evidencia, WYSIATI. La información sin valor no debía tratarse de modo diferente, pero
WYSIATI hace muy difícil aplicar este principio. Su S1 automáticamente procesara la información disponible como si
fuese verdadera.
El concepto de probabilidad es nuestro grado subjetivo de ciencia, pero no debemos creer cualquier cosa que se nos
venga a la mente. Para que sean útiles, nuestras creencias deben someterse a la lógica de la probabilidad. La regla de
Bayes especifica cómo las tasas bases deben ser combinadas con la diagnosticidad de la evidencia. Las claves del
razonamiento bayesiano son: anclar nuestro juicio de probabilidad en un resultado de una tasa base plausible y
cuestionar la diagnosticidad de nuestra evidencia.
Por ejemplo, el experimento sobre Tom donde se pide ordenar nueve campos de especialización según la probabilidad de
que este sea un estudiante de alguno de esos campos. Esta tarea requiere del S2, pero las insinuaciones colocadas en la
descripción servían al propósito de activar una asociación con un estereotipo, que es una actividad automática del S1.
Para deducir si es más probable que estudie una carrera que otra, necesitamos saber cuántas personas hay estudiando
cada carrera. La proporción de algo en particular recibe el nombre de tasa base. Así, a falta de información sobre Tom,
consideraremos las tasas bases y supondremos que es más probable que estudie en la carrera que más estudiantes
tenga.

Falacia de la conjunción (15).


Es una falacia lógica que consiste en asumir que una situación específica es más probable que la situación general.
Por ejemplo: Linda tiene 31 años, es soltera, inteligente y muy brillante. Se especializo en filosofía. Como estudiante,
estaba preocupada por los problemas de discriminación y justicia social, participando también en manifestaciones
antinucleares. ¿Qué es más probable?
- 1. Linda es una cajera de banco.
- 2. Linda es una cajera de banco y es activista en movimientos feministas.
El 85% de los encuestados eligió la opción 2. Sin embargo, la probabilidad de que dos eventos ocurran en conjunción
siempre es menor o igual que la probabilidad de que cada uno ocurra por separado.
Los juicios de probabilidad que los encuestados hicieron son juicios de representatividad, esta pertenece a un conjunto
de evaluaciones básicas. Los casos más representativos se combinan con la descripción de la personalidad para
producir las historias más coherentes, pero no son las más probables.

Regresión a la media (17).


Se la caracteriza como las fluctuaciones aleatorias en la calidad de una ejecución. Cuando mayor es la suerte, mayor es
la regresión a la media. En cambio, cuando la suerte es baja suben las expectativas y se espera mejorar. Interviene el
azar.
El hecho de que observemos esta regresión cuando presumimos un evento anterior a partir de uno posterior, tendría
que convencernos de que dicha regresión no tiene una explicación causal. Los efectos de regresión son ubicuos, y por
eso imaginamos historias causales para explicarlos.
Entra en juego el concepto de coeficiente de correlación, que es aquel que se da entre dos mediciones, es una medida
de la influencia relativa de los factores que comparten. La regla general es que siempre que la correlación sea
imperfecta, habrá regresión a la media.
Es difícil explicar la regresión porque cuando un suceso llama nuestra atención, la memoria asociativa busca causas, pero
serán erróneas porque la regresión tiene una explicación y no una causa.

Falacia narrativa (19).


Se utiliza para describir cómo historias dudosas del pasado conforman nuestras opiniones sobre el mundo y lo que
esperamos del futuro. Surgen de nuestro continuo intento de darle sentido al mundo. Las historias explicativas que la
gente halla convincentes son simples, otorgan mayor significación al talento, a la estupidez y a las intenciones que al
azar, y se centran en acontecimientos llamativos que sucedieron más que en otras cosas que no llegaron a suceder.
Constantemente nos engañamos construyendo explicaciones débiles del pasado que creemos verdaderas. Creemos
entender el pasado, lo cual supone que también el futuro puede conocerse, pero la verdad es que entendemos el
pasado menos de lo que creemos.
El efecto halo contribuye a la coherencia. Por ejemplo, si pensamos que un lanzador de béisbol es lindo y atlético, es
probable que también lo consideremos bueno lanzando la pelota. Y si pensamos que un jugador es feo, es probable que
subestimemos su capacidad atlética.
Cuando sucede algo que no hemos predicho, ajustamos nuestra visión del mundo para dar en él acomodo a la sorpresa.
Una vez que adoptamos una nueva visión del mundo, perdemos parte de nuestra capacidad para recordar lo que
creíamos antes de que nuestro pensamiento cambiara: si un posible acontecimiento se produce, exageramos la
probabilidad que le asignamos anteriormente. Si no se produce, recordamos equivocadamente que siempre lo habíamos
considerado improbable.
La tendencia a revisar la historia de nuestras creencias a la luz de acontecimientos reales genera una ilusión cognitiva. El
sesgo de la retrospección tiene efectos perniciosos en las evaluaciones de quienes toman decisiones. Induce a los
observadores a evaluar el carácter de una decisión según sea bueno o malo su resultado. La retrospección es cruel con
quienes toman decisiones como agentes de otros, tendemos a culpabilizar a quienes deciden por buenas unas
decisiones que tuvieron un mal resultado y a no reconocerles medidas acertadas que sólo parecen obvias después de
aplicadas, esto es un sesgo del resultado.

Ilusión de validez (20).


Es un sesgo cognitivo en el que una persona sobreestima su capacidad de interpretar y predecir acertadamente el
resultado de un hecho futuro basándose en el análisis de un conjunto de datos. Las personas caen en este sesgo
cognitivo cuando se desprende una historia coherente de los datos analizados y cuando las variables usadas en el
estudio están correlacionadas.
La ilusión de validez es un ejemplo de sustitución, en concreto de heurística de la representatividad. Cuando un sujeto
tiene ilusión de validez no tiene ninguna reserva a la hora de predecir fracasos o éxitos a partir de una evidencia débil,
que le viene con más facilidad a la mente. Los factores que lo explican son sencillos: limitación de la memoria y de la
atención, los individuos se focalizan en la evidencia fácil de recordar. Al hacer predicciones o estimaciones, omiten
factores causales relevantes.
Según Kahneman, los errores de predicción son inevitables porque el mundo es impredecible. La ilusión de validez, o
ilusión de aptitud si se refiere al ámbito profesional, es más frecuente en los individuos que más saben que en los que
menos saben. Los que más saben predicen mejor, pero la excesiva confianza subjetiva no garantiza acierto alguno. Por
ejemplo, es habitual que los políticos hagan predicciones ambiciosas sobre el futuro.
Kahneman descubrió la ilusión de validez cayendo él mismo en este error. Cuando servía en el ejército israelí como
psicólogo, fue parte de un grupo que debía hacer un test para seleccionar a posibles candidatos para líder. Los
psicólogos debían observar grupos de 8 participantes que no llevaban marca alguna de su rango dentro del ejército, y
cuya misión era organizarse para conseguir un objetivo en un campo de obstáculos. Kahneman y sus compañeros
elaboraron sus predicciones, y a pesar de que resultaron erróneas, los psicólogos permanecieron ilógicamente
optimistas sobre su habilidad para predecir resultados futuros.

Intuiciones versus fórmulas (21).


Meehl analiza si las predicciones clínicas basadas en las impresiones subjetivas de profesionales experimentados eran
más certeras que las estadísticas predicciones hechas combinando unas pocas estimaciones o clasificaciones con una
regla. El algoritmo estadístico usaba solo una fracción de esta información.
En cada uno de estos dominios se da un grado importante de incertidumbre e impredecibilidad. Nosotros los
describimos como «entornos de baja validez». En cada uno de estos casos, el acierto de los expertos fue igualado o
excedido por un simple algoritmo.
Meehl sospechaba que los expertos tratan de pasar por listos, piensan fuera de la realidad y, para hacer sus
predicciones, consideran complejas combinaciones de factores. La complejidad puede contar en los casos raros, pero lo
más frecuente es que reduzca la validez. Es mejor la simple combinación de factores.
Otra razón de la inferioridad del juicio experto es que los humanos son incorregiblemente inconsistentes cuando hacen
juicios sumarios sobre información compleja.
Por ejemplo, cuando se les pide evaluar una radiografía a radiólogos experimentados para determinar si una placa es
normal o anormal se contradicen en un 20%. Es probable que tan extendida inconsistencia se deba a la dependencia del
priming.
El efecto priming está relacionado con la memoria implícita, y afecta la percepción de un estímulo que está relacionado
a contenidos percibidos anteriormente. Por ejemplo, al ver una publicidad de un nuevo vehículo, es probable que
percibamos ese modelo en la calle más que a cualquier otro.

La intuición experta (22).


Buscando trabajar los desacuerdos, Kahneman efectuó con Klein. Se propusieron responder a una pregunta: ¿cuándo
podemos confiar en un profesional experimentado que pretende estar dotado de intuición?
Las experiencias que conformaron las opiniones de Klein sobre la intuición fueron diferentes a las de Kahneman. Las
ideas de Kahneman se formaron en la observación de la ilusión de la validez en sí mismo y en la lectura de las
demostraciones de Meehl. En cambio, las ideas de Klein se formaron en sus estudios sobre los jefes de bomberos.
¿Cómo puede la información que da soporte a la intuición ser “almacenada en la memoria”? Algunas intuiciones se
adquieren con rapidez, como por ejemplo cuando algo nos atemoriza.
La memoria de un incidente es consciente y explica las emociones que se desencadenan con ella (como cuando en un
lugar concreto alguien se pone agresivo, y cada vez que pasas por allí recuerdas lo ocurrido y lo que sentiste). Pero
muchas veces podemos sentirnos intranquilos en x lugar, aunque no recordemos el acontecimiento desencadenante. En
una retrospección, diremos que esta intranquilidad es una intuición si le sigue una mala experiencia.
Klein y Kahneman notaron que estaban de acuerdo tanto en la naturaleza de la aptitud intuitiva como en el modo en el
que esta se adquiere, y concluyeron que sus desacuerdos se debían a que estaban pensando en expertos diferentes.
Klein pensaba en profesionales con auténtica experiencia (médicos, bomberos) mientras que Kahneman pensaba en
profesionales que trataban de hacer predicciones a largo plazo sin base alguna (psicólogos, inversionistas).
Klein estaba dispuesto a confiar en los expertos que reivindicaban su intuición porque decía que los verdaderos expertos
conocen los límites de sus conocimientos. Kahneman estaba de acuerdo en que existen pseudoexpertos que no tienen
idea de lo que están haciendo (ilusión de la validez) y en que la confianza subjetiva es muy alta y nada informativa.
Llegaron a la conclusión de que no debemos confiar en nadie que nos indique lo mucho que debemos confiar en su
juicio, ni siquiera en nosotros mismos. Pero, si la confianza subjetiva no es de fiar ¿cómo podemos evaluar la probable
validez de una intuición? La respuesta viene de dos condiciones básicas para adquirir una aptitud:
- Un entorno que sea lo suficientemente regular para ser predecible;
- Una oportunidad de aprender estas regularidades a través de una práctica prolongada.
Las intuiciones certeras que Klein ha descrito se deben a relaciones con un alto grado de validez. En cambio, los expertos
en los que se centró Kahneman operan en un entorno de validez cero.
Es un error culpar a nadie de fracasar en sus predicciones en un mundo impredecible, sería justo culpar a los
profesionales por creer que pueden tener éxito en una tarea imposible. Las pretensiones de tener intuiciones correctas
en una situación impredecible significan cuando menos engañarse. En ausencia de elementos válidos, los éxitos de la
intuición se deben a la suerte o son mentira.

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