Tema 9
Tema 9
Tema 9
Lenguaje, lectura y
escritura
Índice
Esquema 3
Ideas clave 4
9.1. Introducción y objetivos 4
9.2. Adquisición del lenguaje 5
9.3. Lenguaje y comunicación 9
9.4. Comprensión del lenguaje 10
9.5. Trastornos en la producción y comprensión del
lenguaje 13
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A fondo 31
Test 32
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L E N G UA J E , L E X T UR A Y E S C R I T UR A
A D Q UI S I C I Ó N D E L T R AT O R N O S D E L A P R O D UC C I Ó N Y
C O MP R E N S I Ó N D E L L E N G UA J E
L E N G UA J E C O MP R E N S I Ó N
Conocer cómo ocurre la Áreas relacionadas con el Relevancia de: Trastornos de la Trastornos de la
adquisición del lenguaje procesamiento del producción comprensión
lenguaje verbal: - Dificultades en la Sordera pura a las palabras
- Área de Broca - Bilingüismo articulación
¿Existe un período crítico - Déficit en el
para el aprendizaje de - Área de Wernicke - Prosodia - Anomia reconocimiento de
idiomas? - Córtex auditivo - Reconocimiento las palabras
- Agramatismo
primario de voces
familiares Afasia sensorial transcortical
- Área posterior del
L E N G UA J E Y lenguaje - Incapacidad para
C O MUN I C A C I Ó N comprender el
significado de las
Asia de Broca
palabras
T R AT O R N O S D E L A L E C T UR A T R AT O R N O S
DE LA Anomia pura
E S C R I T UR A - Incapacidad para
Cómo reconocemos Lectura global convertir los
las palabras Lectura fonética - Disgrafía pensamientos en
fonológica palabras
Alteraciones en la lectura: - Disgrafía
- Dislexia superficial - Dislexia fonológica ortográfica
- Dislexia directa - Dislexia del desarrollo
Afasia de
Asia de Wernicke
conducción
L A E N S E Ñ A N Z A D E L A L E C T UR A
Tema 9. Esquema
Esquema
3
Ideas clave
En este tema, y como cierre del temario, vamos a profundizar sobre cómo nuestro
cerebro procesa la palabra hablada y escrita y sus implicaciones prácticas.
Comenzaremos conociendo cómo se produce la adquisición del lenguaje y las áreas
relacionadas con los diferentes procesamientos, así como la implicación diferencial
de los hemisferios cerebrales. Después, hablaremos de las diferentes alteraciones del
lenguaje, tanto en la producción como en la comprensión. Y, a continuación,
hablaremos de las dificultades en la lectura y en la escritura. Finalizaremos el tema
presentando los hallazgos sobre los dos principales métodos de enseñanza de la
lectura.
idioma.
Identificar la importancia del hemisferio derecho en los aspectos prosódicos del
lenguaje.
Conocer la implicación del hemisferio derecho en el reconocimiento de las voces
familiares.
específico al que el niño está expuesto. Por ejemplo, todos los bebés arrullan con
sonidos vocálicos a los tres meses de edad, independientemente de su cultura, y
balbucean usando combinaciones de consonantes y vocales hacia los siete meses. De
hecho, los bebés son especialmente buenos para detectar los cambios acústicos que
distinguen las unidades fonéticas en idiomas a los que nunca han sido expuestos. Este
A partir de los seis meses de edad, los bebés comienzan a organizar los
sonidos del habla en prototipos fonéticos que representan las categorías
fonéticas más frecuentes en su idioma (Kandel et al., 2013).
Por tanto, parece que los niños aprenden el lenguaje a través de un análisis detallado
y sofisticado del lenguaje que escuchan. Y el aprendizaje de estos patrones del
lenguaje altera la percepción para favorecer la lengua materna.
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Aunque existe debate al respecto, los investigadores parecen inclinarse porque los
niños aprenden de manera más natural y eficiente que los adultos, a pesar de que
sus habilidades cognitivas sean inferiores.
Por tanto, parece que la experiencia y la maduración son las principales responsables
de los factores que conducen al período crítico de desarrollo del lenguaje. Los
procesos madurativos pueden establecer el momento en que la ventana de
aprendizaje se abre, pero la experiencia es la principal responsable de determinar
cuándo se cierra esa ventana (Kandel et al., 2013).
Para producir un mensaje significativo es necesario, en primer lugar, tener algo que
decir. Cuando usamos el habla como forma de comunicación, hablamos de algo que
está sucediendo actualmente, de algo que sucedió en el pasado o de algo que puede
llegar a ocurrir. Tanto las percepciones de los acontecimientos actuales como los
recuerdos de los hechos pasados implican mecanismos cerebrales situados en los
hemisferios cerebrales posteriores (lóbulos occipital, temporal y parietal), que son
los responsables de que tengamos algo que decir. Cuando hablamos de algo que no
ha llegado a ocurrir (una mentira o un posible evento futuro), utilizamos nuestra
imaginación. Y, aunque actualmente aún sabemos poco de los mecanismos
responsables de la imaginación, parece muy probable que también estén implicados
nuestros recuerdos y percepciones, dado que, cuando inventamos una historia, la
basamos en el conocimiento que almacenamos en nuestra memoria (Carlson y
Birkett, 2017).
Para comprender una palabra que escuchamos, en primer lugar, debemos reconocer
la secuencia de sonidos que forman esa palabra, y así accedemos a la entrada
auditiva de nuestro diccionario. Estas entradas se almacenan en el área de Wernicke,
Figura 2. Áreas relacionadas con el procesamiento de la palabra. Las flechas negras representan la
comprensión de las palabras y la activación de recuerdos que corresponden al significado de una
palabra. Las flechas rojas representan la traducción de pensamientos o percepciones en palabras
(Adaptado de Carlson y Birkett, 2017).
A pesar de esta relevancia del hemisferio izquierdo, algunos estudios también han
encontrado que la comprensión de conceptos abstractos y figurativos del lenguaje,
como los proverbios o los refranes, involucra la corteza temporal superior derecha
(Carlson y Birkett, 2017).
Bilingüismo
los cerebros de personas bilingües presentan una mayor densidad de materia gris
en la corteza parietal izquierda. Además, parece que existen tanto regiones comunes
a ambos idiomas como regiones específicas a cada uno de ellos (Carlson y Birkett,
2017).
Además de todos los aspectos que hemos visto hasta ahora, como el significado o el
estado emocional, el habla puede transmitirnos información sobre la identidad del
hablante, su sexo e incluso su edad.
Aprendemos a reconocer las voces de las personas de nuestro alrededor a una edad
muy temprana. De hecho, incluso los recién nacidos pueden reconocer las voces de
sus padres. Pero algunas personas con daño cerebral tienen dificultad para reconocer
las voces (fonoagnosia).
Los estudios de las alteraciones del lenguaje han revelado que la producción y la
comprensión responden a estructuras y redes cerebrales diferentes pero
interconectadas (figura 1). Por tanto, las diferentes lesiones o alteraciones durante
el desarrollo darán lugar a diferentes alteraciones del lenguaje. Y resulta
imprescindible conocerlas para entender cómo se da el aprendizaje del lenguaje y la
lectura y, por tanto, cómo pueden alterarse.
El área de Broca está implicada en la producción del lenguaje; por tanto, una
alteración en esta zona se caracteriza por un habla lenta, laboriosa y sin fluidez. Estas
personas pronuncian mal las palabras, pero esas palabras suelen ser significativas,
con sentido. Quieren comunicar algo y saben lo que es, pero tienen problemas en la
expresión. Suelen tener dificultades especiales con las palabras funcionales. Además,
los aspectos relacionados con la comprensión del lenguaje están conservados, por lo
que estas personas pueden comprender el lenguaje mucho mejor de lo que son
capaces de producirlo. Esta alteración se denomina afasia de Broca (Carlson y Birkett,
2017).
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Por ejemplo, existen casos descritos de familiares de hasta tres generaciones que,
afectados por una mutación genética, tienen dificultades específicas en el
componente de producción del lenguaje. Esta mutación causa un desarrollo anormal
de la zona del área de Broca.
Podemos pensar que estos tres tipos de déficits se organizan de forma jerárquica.
Así, en el nivel más bajo encontramos el control de la secuencia de movimientos
articulatorios, cuyas dificultades se relacionan con los problemas de articulación. En
el siguiente nivel tenemos la selección de los programas articulatorios particulares
asociados a cada palabra, cuya dificultad se relaciona con la anomia. Por último, el
nivel más alto de procesamiento se refiere a la selección de las estructuras
gramaticales correctas, cuya alteración conlleva al agramatismo.
Figura 3. Afasia de Wernicke y afasia sensorial transcortical (Adaptado de Carlson y Birkett, 2017).
El área de Broca y el área de Wernicke están unidas por un haz de fibras nerviosas
conocidas como fascículo arqueado.
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Usamos este camino para transportar los sonidos del habla desde el lugar donde los
tenemos almacenados (el área de Wernicke) hasta el lugar en el cual tenemos la
forma en que se articulan (el área de Broca). Usamos este camino cuando esos
sonidos no proceden de nuestra memoria, sino de lo que oímos; por ejemplo, cuando
Pero existe otro camino, en este caso indirecto, que se basa en el significado de las
palabras. Cuando a una persona con afasia de conducción le pedimos que repita una
palabra, esta palabra evoca un significado para ella y, dado que no es capaz de repetir
la palabra exacta, reproducirá el significado que se haya activado en su memoria (y
que muchas veces dará lugar a términos semánticamente relacionados). Esta vía es
la misma que usamos para traducir nuestros pensamientos a palabras (figura 3).
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Hasta ahora, hemos hablado de cómo accedemos a las entradas auditivas de nuestro
diccionario cognitivo, pero a continuación profundizaremos sobre las entradas
visuales.
palabra y la pronunciación letra por letra. Cuando leemos una palabra familiar,
habitualmente la reconocemos y la pronunciamos: es lo que se conoce como lectura
global de la palabra. Pero, cuando leemos palabras desconocidas, necesitamos que
tenga lugar un reconocimiento de las letras individuales y del sonido que estas
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Posiblemente, habrás comprobado que las palabras de la derecha las lees letra a
letra, mientras que las palabras de la izquierda puedes leerlas de un golpe de vista.
Esto se debe a que las palabras de la derecha no las reconoces, probablemente
porque nunca las hayas leído, y necesitas recurrir a lo que sabes sobre los sonidos
que están representados en cada letra para poder pronunciarlas (figura 4).
Dislexia superficial
Las personas con este tipo de trastorno cometen errores relacionados con la
apariencia visual de las palabras y las reglas de pronunciación, no con el significado
de las palabras, que podría entenderse como algo más profundo. De hecho, por eso
se denomina superficial. Estas personas tienen dificultad para reconocer las palabras
como un todo y necesitan escuchar su propia pronunciación para entender lo que
están leyendo. Podríamos decir que tienen alterada la vía izquierda de la figura 5. Por
tanto, tienen dificultad para distinguir palabras que suenan igual, pero se escriben de
diferente forma: palabras homófonas (Carlson y Birkett, 2017).
Dislexia fonológica
Dislexia directa
Pero, en este caso, ¿qué piensas que hacía esa zona de la corteza visual antes de que
se inventara el lenguaje escrito? Si tenemos en cuenta que la escritura se desarrolló
hace unos 5500 años, debemos pensar que esta no ha podido modificar la formación
de nuestro cerebro, sino que, más bien, se ha servido de regiones que se
desarrollaron en la evolución para fines parecidos, pero, gracias a la plasticidad del
cerebro, han podido asumir esas funciones de reconocimiento visual de símbolos
escritos. Precisamente, eso explica que cerebros similares puedan aprender idiomas
tan diferentes.
La dislexia del desarrollo consiste en una dificultad en la que los niños tienen
dificultades para la lectura a pesar de su inteligencia promedio. Este tipo de
trastorno suele darse en las mismas familias, lo que indica un componente genético.
De hecho, los estudios con gemelos monocigóticos (aquellos que tienen un material
genético idéntico) indican una tasa de concordancia para la dislexia de entre el 84 y
el 100 %, mientras que disminuye al 20-35 % en los casos de gemelos dicigóticos (solo
comparten la mitad de su material genético).
Tal y como dijimos antes, el hecho de que el lenguaje sea un invento relativamente
reciente hace poco probable que tengamos mecanismos cerebrales específicos para
el lenguaje, por lo que los déficits en lectura deberían acompañarse de otras
dificultades. Y esto es lo que han encontrado los estudios. Un déficit muy habitual es
la deficiencia en la conciencia fonológica; es decir, una dificultad específica en
mezclar y reordenar los sonidos de las palabras. También tienen dificultades para
distinguir el orden de las secuencias de los sonidos, comenten errores ortográficos,
hacen una mala disposición espacial de las letras o las omiten y su nivel gramatical
suele ser bajo.
Otro hallazgo importante y relacionado con los anteriores es sobre las dislexias del
desarrollo en los diferentes idiomas. En los idiomas más opacos, con gran cantidad
Cuando los niños aprenden las habilidades relacionadas con el lenguaje, primero
aprenden a reconocer los sonidos de las palabras, luego aprenden a reproducirlos,
posteriormente a leer y, por último, a escribir.
Por último, en el caso de palabras de uso muy frecuente tenemos memorizadas las
secuencias motoras para escribirlas. Pero estas secuencias motoras son diferentes,
por ejemplo, si estamos escribiendo en papel (o una tableta electrónica con un lápiz
digital) o estamos tecleando en un ordenador. Estas dos formas diferentes de
escritura representan procesos motores diferenciados y también pueden lesionarse
de forma independiente.
¿Crees que debemos enseñar a leer a los más pequeños? Hacer este planteamiento
implica la posibilidad de que pueda no ser necesario hacerlo y los niños aprendan a
leer del mismo modo que aprenden a hablar; es decir, sin una enseñanza sistemática,
donde basta con la presencia de adultos que practiquen la lengua. Sin duda, los
hallazgos de la psicología cognitiva y de la neuropsicología, algunos de los cuales han
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sido expuestos previamente, nos llevan a pensar que esta idea resulta demasiado
ilusoria y que, si bien algunos niños muestran una asombrosa habilidad para el
aprendizaje de la lectura, la mayoría no sería capaz de desarrollar tal aprendizaje
sin una instrucción reglada. Por tanto, la siguiente pregunta que debemos hacernos
es: ¿cómo debemos enseñar a leer?
Este método propone beneficiarse del principio alfabético que está en la base de
nuestro sistema de lectoescritura: la correspondencia existente entre las letras
(grafemas) y los sonidos (fonemas). Por tanto, plantea la necesidad de enseñar este
principio alfabético al estudiante de manera explícita, sistemática y temprana
(Alegría, Carrillo y Sánchez, 2005). Explícita se refiere a que el maestro debe ayudar
al alumno a comprender la relación existente entre grafemas y fonemas sin esperar
que sea este el que descubra espontáneamente dicha relación. Sistemática hace
referencia a que esta enseñanza debe organizarse siguiendo un orden preciso y
estructurado, donde la enseñanza será más exitosa, por ejemplo, si se comienza por
las vocales y las consonantes fricativas que pueden ser aisladas. Y temprana indica
que este código alfabético debe enseñarse desde el comienzo del programa de
enseñanza.
Los defensores de este método asumen que la fonología no forma parte de los
procesos que intervienen en la identificación de las palabras escritas por parte de un
lector experto y que ese proceso de conversión grafema-fonema hace más lento el
acceso al significado, por lo que debería ser eliminado (Alegría, Carrillo y Sánchez,
2005).
¿Cuál es el mejor?
Además, algunos de los principios de los que parte el método global no son ciertos.
Por ejemplo, y como hemos visto previamente, el proceso de decodificación
fonológica es un paso previo al acceso al significado en muchas palabras poco
habituales. Como hemos expuesto, la especialización de las áreas cerebrales
dedicadas a la forma visual de las palabras solo se apreciaba tras la exposición a las
reglas que guían la lectura, por lo que este conocimiento no es innato o intuitivo,
como sostiene el método global. Además, existen redes nerviosas que comunican
las áreas de Broca y Wernicke específicamente dedicadas a la conversión
grafema-fonema que permiten a quienes no reconocen la forma global de las
palabras leer mediante esta estrategia de conversión.
Hasta aquí, por tanto, las conclusiones son claras. Si queremos que los niños
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Sin embargo, aún cabe hacernos un planteamiento adicional más: ¿las conclusiones
alcanzadas en idiomas opacos como el francés o el inglés son extensibles al español?
Podemos pensar que, si el aprendizaje de las reglas alfabéticas es necesario en
idiomas donde existen grandes y frecuentes irregularidades, más lo debe ser en
idiomas transparentes, dado que ese principio alfabético es mucho más estable y
eficiente. De hecho, esas mismas conclusiones son las que alcanzan los estudios
donde los niños hispanohablantes desarrollan su léxico más tempranamente que
los niños de otros idiomas, como el francés o el inglés (Alegría, Carrillo y Sánchez,
2005). Es decir, nuestro idioma representa el paradigma para trabajar de forma
temprana la conciencia fonológica en los más pequeños.
En este vídeo se realizará una revisión de las evidencias científicas disponibles sobre
los métodos de enseñanza de la lectura:
Purves, D., Augustine, G., Fitzpatrick, D., Hall, W. C., LaMantia, A.S. y White, L.E.
(2012). Neuroscience (5.ªed.). Sunderlan: Sinauer Associates.
Rayner, K., Foorman, B. R., Perfetti, C. A., Pesetsky, D.y Seidenberg, M. S. (2001). How
psychological science informs the teaching of reading. Psychological Science, 2(2),
31-74.
US Department of Health and Human Services. National Reading Panel. (2000) Report
of the National Reading Panel: Teaching Children to Read. Recuperado de:
https://www.nichd.nih.gov/sites/default/files/publications/pubs/nrp/Documents/r
eport.pdf
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
Accede al artículo a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
https://www.researchgate.net/publication/2590161_How_psychological_science_i
nforms_the_teaching_of_reading
Castles, A. Rastle, K. y Nation, K. (2018). Ending the reading wars: reading acquisition
from novice to expert. Psychological Science in the Public Interest, 19(1), 5–51.
De nuevo, este artículo repasa las teorías sobre cómo aprender los niños a leer e
investiga como pueden ser mejoradas para facilitar el aprendizaje.
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Accede al artículo a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
https://journals.sagepub.com/doi/pdf/10.1177/1529100618772271
3. El agramatismo se refiere a:
A. La dificultad para escribir oraciones en su orden correcto.
B. La dificultad para comprender oraciones con estructuras más complejas.
C. La dificultad para hacer construcciones gramaticales correctas, ubicada en el
área de Broca.