La farmacia en Colombia se ha desarrollado desde civilizaciones primitivas que usaban plantas y minerales para medicinas. En el siglo XIX se introdujo la homeopatía. En el siglo XX se profesionalizó la farmacia con la creación de facultades de farmacia y regulaciones. Hoy en día la farmacia colombiana incluye una industria nacional de medicamentos y está regulada por el Ministerio de Salud.
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La farmacia en Colombia se ha desarrollado desde civilizaciones primitivas que usaban plantas y minerales para medicinas. En el siglo XIX se introdujo la homeopatía. En el siglo XX se profesionalizó la farmacia con la creación de facultades de farmacia y regulaciones. Hoy en día la farmacia colombiana incluye una industria nacional de medicamentos y está regulada por el Ministerio de Salud.
La farmacia en Colombia se ha desarrollado desde civilizaciones primitivas que usaban plantas y minerales para medicinas. En el siglo XIX se introdujo la homeopatía. En el siglo XX se profesionalizó la farmacia con la creación de facultades de farmacia y regulaciones. Hoy en día la farmacia colombiana incluye una industria nacional de medicamentos y está regulada por el Ministerio de Salud.
La farmacia en Colombia se ha desarrollado desde civilizaciones primitivas que usaban plantas y minerales para medicinas. En el siglo XIX se introdujo la homeopatía. En el siglo XX se profesionalizó la farmacia con la creación de facultades de farmacia y regulaciones. Hoy en día la farmacia colombiana incluye una industria nacional de medicamentos y está regulada por el Ministerio de Salud.
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Evolución de la farmacia en Colombia
Se considera que en el desarrollo histórico de la farmacia se refleja
desde nuestras civilizaciones primitivas la existencia de brujos, curanderos o chamanes quienes conocían las propiedades de las plantas y de medicamentos para evitar o controlar las enfermedades, utilizando raíces, hojas, flores, cortezas, madera, savia y resina de vegetales, tales como maíz, patata, cacahuete, ajo, pimentón, ratania, menta, tabaco y quina; entre los minerales, el betún, el barro, sulfato natural de hierro, la turquesa, el jaspe, caliza y sulfato de cobre; como también utilizaron insectos, aceite de pescado, sapos, buitres, cóndores, grasa de armadillo , vicuña, pájaros, orina fresca y excrementos. Con el tiempo la farmacia se fue desarrollando, ya que con la llegada de los colones se trajo otras culturas, manejo de otras enfermedades; en 1835 en Bogotá el farmaceuta y filántropo José Peregrino San Miguel entusiasmado por la medicina leyó la primera obra de homeopatía que vino a esta ciudad al terminar de leerla experimento un profundo cambio sobre la medicina y la nueva ciencia tubo su primer apóstol en COLOMBIA.
Los dos primeros ejemplares del Organón de Hahnemann llegaron por
conducto de los doctores Juan Pardo y J. Arrubla que los pidieron a Paris. El Doctor San Miguel, venerable decano de nuestra homeopatía abandono su farmacia, es decir voto a la nada lo que constituía su subsistencia y del mismo modo que su gran maestro Hahnemann se condeno a la miseria y a la rechifla llevando a su hijo como compañero en esa vía dolorosa. Ambos la recorrieron con la serenidad que cumple el que tiene la convicción de estar llenando un santo deber y sostenidos con el consuelo de hallarse trabajando en beneficio de la humanidad, con testimonios irrecusables de la verdad del hecho. En 1.840 el Doctor José Peregrino San Miguel viaja al ecuador con el objeto de sembrar allí la nueva semilla y apenas si el poder y la influencia del general Flores, que a la sazón se hallaba de presidente de esa república, pudieron salvarlo de la conjura y tempestad que la opuesta escuela formó contra él, que surge de un profesorado que rechaza ideas que no están en armonías con las que han adquirido por tradición, sin cuestionarse siquiera la razón de su existencia. El Doctor San Miguel su incorporado en la facultad de medicina de aquel país, fue elegido médico del ejército y obtuvo para la homeopatía importantes reconocimientos Vuelve a Colombia en 1.845, ya la escena para la homeopatía había cambiado mucho en la capital. Como bien plantea el doctor San Miguel, el germen de la homeopatía en Colombia fue doloroso. La escuela galenita reinante los conminó desde su inicio a la rechifla y ataques sin argumentos. Las ideas revolucionarias en la ciencia eran observadas con la malicia mercantil de la época. ¿Qué mercancía era? ¿Por qué decían que curaba con gotitas en las cuales no hay nada? ¿Es agua tan solo? En contrastes el pueblo que buscaban caminos diferentes a las pavorosas sangrías, las deformantes incisiones, los ardientes cauterios, los deshidratantes vomitivos, las instilaciones ácidas, aprobó la homeopatía, medicina racional expuesta por Víctor Peregrino San Miguel, su hijo y seguidores. La homeopatía tiene una segunda etapa (1866-1876) en Nueva Granada; entre los favorecedores del desarrollo en esta etapa germinativa, están: el doctor Indalecio Liévano y don Rafael Mogollón que traen de Europa medicamentos y libros de homeopatía. En esta etapa Manuel Maria Madiedo publica el ensayo ECO DE HAHNEMANN EN LOS ANDES que había leído ante la sociedad homeopático de parís en 1863. Otra publicación importante fue “Tratamiento homeopático para la curación de los dolores de muelas y males de encías” por José Peregrino San Miguel. Fundador del instituto homeopático de los estados Unidos de Colombia. Fundador y presidente de la sociedad Hahnemanniana de Bogotá. Fundador de la consulta publica y dispensario gratuito para los pobres, Fundador de la escuela de señoras homeópatas para la consulta especial de las enfermedades de las mujeres. Iniciador de los servicios de farmacia central de homeopatía en Bogotá. El 28 de noviembre de 1866 Tomas Castellanos, como primer miembro de la comisión inspectora de hospital de caridad, concluye un informe médico autorizado y proponiendo ante la corporación municipal de Bogotá, destinar en aquel establecimiento algunas salas para practicas de homeopatía. En este mismo año la gaceta médica alópata dedica unos artículos en los que ataca “científicamente” a la homeopatía y buscando que su ejercicio sea prohibido en Colombia. En 1894 se presentó ante el congreso de la republica el primer proyecto sobre la defensa del ejercicio de la homeopatía y su reglamentación y llevó por nombre el congreso medico del centenario de colon y la homeopatía, han sido varias las oportunidades en que se ha acudido a esta estancia para su reconocimiento. El presidente Rafael Núñez ordena crear en la Universidad Nacional de Colombia la facultad de medicina homeopática diciendo; “Cada día comprendo mejor y venero más a Hahnemann que descubrió el derroto de la verdad medica como colón el nuevo mundo, la homeopatía hace visible lo invisible” En 1905 se otorga personería jurídica por ante del ministerio de gobierno a la Academia Nacional de Medicina homeopática. En 1929 entre el 10 y 16 de Agosto en la ciudad de México se celebro el congreso Nacional de homeopatía, el Dr. Manuel Sarmiento Castillo presenta el proyecto de reglamentación de la homeopatía en el mundo ante una delegación de no menos de 50 países, este proyecto fue presentado nuevamente en el concilio de Barcelona el 3 de Septiembre de 1930 y se aprueba en su totalidad el texto. Gracias a todo lo anterior el CONSEJO NACIONAL HOMEOPATICO DE COLOMBIA tiene hoy día reconocimiento por parte del Ministerio de salud y Ministerio de Educación como voceros de los homeópatas a nivel nacional. Desde 1978 gracias a los avances científicos se formo la primera escuela de la farmacia y se ha logrado el desarrollo de las mismas para el bien de la salud de la comunidad. EN 1978 Salió la primera edición del manual de normas farmacológicas de la comisión revisora de productos farmacéuticos y se complementó en 1992 anexando formulario nacional de medicamentos de Colombia; llevando como nombre Farmacopea y formulario nacional de los Estados Unidos de América.
“El Arte de Curar”, Historia de la Farmacia”, “Historia de
los medicamentos” y otras referencias Bibliográficas, nos permiten viajar a través de la enfermedad en Colombia – y muy particularmente en la evolución farmacéutica desde 1898 hasta la época actual. Nuestra industria era muy artesanal y los farmacéuticos nuestros eran en un alto porcentaje empíricos. Por leyes 12 de 1905 y 83 de 1914 se les dio el titulo de idoneidad a las personas que venían ejerciendo la farmacia sin consideración a su formación académica, acreditando su ejercicio por periodos de dos o más años. La ley 15 de 1925 tuvo la importancia de ordenar los estudios de farmacia con una duración de dos años.
La profesionalización del oficio farmacéutico está inexorablemente unido a
las facultades de medicina. Así, mediante la ley 11 de 1927, se creó una Escuela de farmaceutas anexa a la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Bogotá, la cual solo empezó a funcionar en 1929 con 5 años de duración. En 1932 funcionó en Medellín, una Escuela de Farmacia, pero fue clausurada por falta de personal. Lograron finalizar 6 personas con diploma de farmacéuticos. Quienes se desempeñaban en el área obtenían su licencia de ejercicio mediante la presentación de certificados médicos y la aprobación de la Dirección Nacional de Higiene; pero en ocasiones esta licencia era obtenida por personas no idóneas, cuya equivocada actuación produjo lamentables consecuencias para la salud pública. Para controlar esta situación, la Dirección Nacional de Higiene, hoy Ministerio de Protección social, dictó en 1936 la resolución 202, donde reglamenta el ejercicio de la farmacia según lo dispuesto en su artículo l°: Solamente la Facultad de Farmacología y Farmacia o las Facultades oficiales establecidas o que se establezcan, podrán expedir títulos de idoneidad para ejercer la profesión de farmacéutico en el territorio nacional. Las farmacias, las fórmulas magistrales y las primeras manufacturas caseras, explotaron la producción de jarabes. De allí surge una incipiente industria nacional con técnicas rudimentarias y con documentación Francesa y Alemana para la fabricación de medicamentos útiles en el programa de salud. entre la que se pueden nombrar los laboratorios J.G.B., Fuentes, Román, Picot, Uribe Ángel, Gómez Plata y otros, que recibieron en la década de los treinta la competencia de los laboratorios extranjeros; Estos fueron de origen alemán en su comienzo, I.G. Farben (Bayer), Schering alemana, Behringwerke (Boehringer) y Knoll. Antes de la guerra pero en fecha posterior a las casas alemanas, vinieron empresas americanas tales como Sydney Ross, Abbott y Parke Davis. La producción local de medicamentos era sin embargo muy pequeña, si se comparaba con los productos que se importaban. Los pénsum académicos sufrieron modificación para el beneficio de la formación del profesional Farmacéutico. Se hizo énfasis en la farmacia industrial y farmacia magistral. Con el conflicto mundial, en 1940, el gobierno del Señor Eduardo Santos reglamentó mediante el decreto 1736, el funcionamiento de los laboratorios y la manera como deben ser producidos los medicamentos; además, estableció que la dirección de los laboratorios estaría a cargo de un especialista en farmacia. Estas disposiciones, unidas al incremento en el número de droguerías y al auge de la industria farmacéutica, fueron las que hicieron sentir la imperiosa necesidad de empezar, definitivamente, a formar en Colombia profesionales aptos en el área de la farmacia y la investigación; nacen las Escuelas de Farmacia en la Universidad de Cartagena en 1941, de la Universidad del Atlántico en 1942, y de la Universidad de Antioquia en 1943, con 4 años de duración. Se daba título de farmacéutico a quien aprobara las materias de los 3 primeros años e hiciera las prácticas en una Farmacia Pública. Se daba el Título de Doctor En Farmacia a quien cursara los 4 años y presentara los exámenes preparatorios. La Segunda Guerra trae una crisis. Se vuelve muy difícil la importación de medicamentos y se confiscan los bienes de las empresas alemanas, siendo nombrado Enrique Núñez Olarte secuestre de estas propiedades. En 1943 se propicia el establecimiento de laboratorios farmacéuticos locales para no depender de las importaciones. Avanzando la década 1940 -1950 el gobierno Colombiano da facilidades para que la industria farmacéutica de otros países instale sus laboratorios en nuestro territorio, bajo ciertas condiciones, llegan así: Lab. H Robins, Lutecia, Undra, Home Products y Cicolac. Todo ello genera empleo y ahorro de divisas para el país. Pero igualmente fueron apareciendo nuevas farmacias, droguerías y depósitos de drogas, que necesariamente requerían personal adiestrado y calificado en estos menesteres. Nace entonces la ley 84 de 1946 y la ley 11 de 1948 que otorgaba facilidades para ejercer la profesión farmacéutica, sin cursar ningún tipo de estudio, salvo acreditando haber laborado con una farmacia por determinado tiempo en el cargo de Farmacéutico Jefe. En 1947 cambia el título de Doctor en Farmacia por el de Químico Farmacéutico pero hasta 1954 se siguió otorgando el título de Farmacéutico a quien cursara 3 años. En 1958 el currículo se amplió a 5 años. Esta reforma fortaleció la formación de profesionales para la industria , más no para la farmacia.
La década 1950 - 1959 es trascendental para la profesión química farmacéutica
en la industria y en la comercialización de los medicamentos, en atención médica y en general en la salud de los colombianos. Señalamos el avance del proceso de industrialización que se vio favorecido por los buenos precios del café, y la entrada de capital extranjero, sobre todo americano, debido a las medidas gubernamentales que invitaban a las transnacionales farmacéuticas a instalar sus plantas farmacéuticas en el país.
La expedición de la Ley 23 de 1962, aún vigente cuarenta años después,
fue resultado de una intensa actividad gremial, en especial por parte del Colegio Colombiano de Químicos Farmacéuticos, que buscó generar claros límites de exclusividad para el profesional farmacéutico, límites que fueron amenazados por procesos legislativos que buscaban "imponer a los médicos como directores técnicos" en la industria Farmacéutica.
La década del 60 al 70 fue positiva para la industria farmacéutica y otros
laboratorios vinieron al país. Ya se encuentran produciendo 30 firmas americanas y 40 nacionales y europeas. Tres años más tarde se funda la Asociación de Fabricantes de Drogas (Afidro), que tiene como primer Presidente Ejecutivo a Misael Pastrana Borrero. Preocupados por la desbandada de Químicos Farmacéuticos hacia la Industria y la carencia de un profesional idóneo en las farmacias y droguerías, en dos seminarios de educación farmacéutica, uno celebrado en Cartagena en 1966 y otro en Bogotá en 1967, con la presencia de Decanos y profesores de las 4 facultades de farmacia que existían, se discutió sobre la necesidad de formación de profesionales con competencia en el tema; el Doctor Antonio Mesa, quien posteriormente se desempeñó como rector de la Universidad de Antioquia, escribió: “Las Escuelas de Farmacia se dedicaron a preparar mejor cada vez un técnico para la Industria y ante este halago, ningún egresado quería ejercer la Farmacia propiamente dicha. Se encontraba ante dos caminos claros y sencillos: Desempeñar a cabalidad su profesión aprovechando el máximo de sus conocimientos en la industria Farmacéutica o entrar en competencia con los nuevos mercaderes inescrupulosos que se habían adueñado de un pingüe negocio, la SALUD DEL PUEBLO COLOMBIANO. Era obvio el camino que escogía. Su formación universitaria no le permitía otro camino. De las dos oportunidades que parecían ofrecérsele en realidad no había sino una solución, y optaba por ella. Y seguía el círculo vicioso. El profesional no se iba a la Farmacia, por su desprestigio, porque ella no representaba para él ningún estímulo científico, a pesar de que en ocasiones la remuneración o el halago económico pudiera ser mayor y por tanto la Farmacia seguía su camino descendente. Todos los días más comercializada, más "tienda" y más viciada. Grandes escándalos como falsificaciones, cambios de etiquetas, venta de muestras gratis, comercio de estupefacientes, etc., era comidilla diaria.” “Se requería de un profesional que se formara exclusivamente para la Farmacia con una duración menor en sus estudios y con una consigna: Recuperar la Farmacia, por la salud del pueblo”.
Se decidió entonces crear la carrera intermedia de Regencia en Farmacia,
con duración de 5 semestres, como respuesta desde la academia al insuficiente número de profesionales universitarios que pudiesen hacerse cargo del creciente número de establecimientos farmacéuticos para la dispensación de medicamentos al público.
El Consejo Superior de la Universidad de Antioquia el 7 de junio de
1967 materializó dicha decisión e Inició labores en agosto del mismo año con el objeto de formar profesionales aptos para la orientación de farmacias y droguerías, para dar información, distribuir y vender productos farmacéuticos; para vigilar este tipo de establecimientos y contribuir a la conservación de la salud pública. Esta carrera intermedia fue avalada por la Ley 47 del 5 de diciembre de 1967.
Con la expedición de la Ley 8 de septiembre de 1971 y la Ley 17 del 13
de diciembre de 1974, que establecieron en Colombia las figuras de Director de Droguería y Expendedor de Drogas, respectivamente. En 1975, la reforma a la educación, contempló la adición de las palabras Técnico Superior entre paréntesis, en el Título de Regente de Farmacia. 1979: En junio 20 se crea la Asociación de Estudiantes y Regentes de Farmacia – ASERFAR-. Con la ley 80 de 1980, se incrementó el número de semestres académicos a 6 y se adquiere el Título de Tecnólogo en Regencia de Farmacia. Se organizaron las asignaturas en tres áreas de formación profesional: básica, humanística y tecnológica, incluyendo intensificación en algunas asignaturas del área tecnológica. Dada la directriz de educar por ciclos, las asignaturas de los primeros semestres eran iguales a las de Química Farmacéutica, de manera que un estudiante podía continuar con el “ciclo profesionalizante” cambiando de programa, obteniendo finalmente los dos títulos. 1986: Se crea el programa en la Corporación Tecnológica de Bogotá.
En 1989 el área tecnológica se subdividió en tres sub-áreas –farmacia,
vigilancia farmacológica y administrativa-. Cada una con práctica final como requisito para iniciar las prácticas del sexto semestre. Se destacan las prácticas en farmacia social, hospitalaria y pública.
Mientras tanto, en el entorno Nacional, los laboratorios netamente colombianos
se ven relegados a segundo plano. Hay incremento constante de los precios de los medicamentos. La capacidad de compra de la población se hace difícil, lo que trae una crisis de superproducción y El químico Farmacéutico es desplazado hacia el campo de las ventas. En la década de los ochenta funcionan en Colombia 174 plantas farmacéuticas, y el 95% de los medicamentos se fabrican en el país. En los 90’s, Las firmas extranjeras más representativas tienen sus fábricas locales –cerca de 70- . Como consecuencia de la ley 100 de 1993 nace el INVIMA en 1994 haciéndose cargo del sistema de registro sanitario de Medicamentos y Alimentos, así como de la implementación de las Buenas Prácticas de manufactura. Las plantas de las Multinacionales lentamente se fueron cerrando al final el siglo XX hasta hoy sólo quedar 7 de ellas, aparentemente por efectos de la globalización. Curiosamente se fortalecen los laboratorios colombianos en virtud de los medicamentos genéricos, y estos establecen modernas plantas farmacéuticas que han permitido la fabricación de sus medicamentos, y también de terceros. Se abre otro inmenso “mercado” de productos naturales a través de las “Tiendas Naturistas” y “Tiendas Homeopáticas”. 1993: Se crea el programa en la Universidad Industrial de Santander 1994: Se crea el programa en la Universidad Nacional Abierta y a Distancia UNAD con sedes en Bogotá, Pasto, Medellín, Pereira, Turbo, Neiva, Sogamoso y Málaga. 1995: Se crea el programa en la Universidad de Córdoba y UPTC. 1995: Se crea la Ley 212. “Por la cual se reglamenta la Profesión de Químico Farmacéutico y se dictan otras disposiciones”. 1996: Decreto 1945 “Por el cual se reglamentan parcialmente las Leyes 23 de 1962 y 212 de 1995. 1996: A partir de este año, la Universidad de Antioquia inicia la expansión del programa a las regiones de Apartadó, Caucasia, Andes, Turbo, Magdalena Medio, Suroeste, Oriente y Envigado. Dadas las necesidades del mercado, el programa de tecnología en Regencia de Farmacia sufre otra reforma en 1996 intensificando la formación en el área administrativa y a partir de entonces cuenta con 121 créditos y 6 semestres. 1998: Ley 485 “Por medio de la cual se reglamenta la Profesión de Tecnólogo en, Regencia de Farmacia y se dictan otras disposiciones“. 2001: es aprobada por el ICFES la creación de una especialización en Tecnología en Regencia de Farmacia de la cual ya se graduó su primer cohorte. Se crea el programa en la Universidad de Caldas. En el año 2002, se presenta una nueva amenaza sobre la Salud de los Colombianos con la expedición de la Resolución 001439 y su anexo técnico número 1, al pretender dejar los Servicios Farmacéuticos de Baja Complejidad en manos de auxiliares de farmacia ó droguería con al menos tres años de experiencia. Siendo la baja complejidad el principal filtro del SGSSS no se podía dejar en manos de personas sin entrenamiento para detectar errores en la Prescripción ó errores en el uso de los medicamentos, que conllevaría indudablemente a fracasos terapéuticos, sobrecostos por re consultas, retratamientos o en el peor de los casos, la atención en complejidades superiores, se emprendió una cruzada compuesta por la Dirección Seccional de Salud de Antioquia, las Asociaciones de Regentes de Farmacia, Facultades, escuelas, institutos y corporaciones de formación profesional en farmacia, Colegio Nacional de Químicos Farmacéuticos, y senadores de la comisión 7, logrando que mediante la Resolución 486 de 2003, se fijara al Tecnólogo en Regencia de Farmacia como el estándar de recurso humano para los Servicios Farmacéuticos de Baja Complejidad. 2003: Con la Resolución académica del 19 de Septiembre de 2003, la Universidad de Antioquia concede el reconocimiento Presencia de la Universidad en la Sociedad, en la Categoría Plata, a la Práctica Académica de tecnología en Regencia de Farmacia Así, en la actualidad los campos de desempeño profesional de los Químicos Farmacéuticos en el país son: Industria Farmacéutica (40 por ciento), Farmacia Hospitalaria (30 por ciento), Industria Cosmética (10 por ciento) y otras áreas tales como Docencia, Investigación y Ventas (20 por ciento).; Mientras, la gran mayoría (cerca del 90%) de los Tecnólogos en Regencia de Farmacia se desempeñan en la farmacia ambulatoria y Hospitalaria de baja complejidad; el 10% restante se desempeña en actividades de Mercadeo y Ventas, Inspección, Vigilancia y Control, Docencia, producción y servicios farmacéuticos de mediana y alta complejidad como auxiliares de los Químicos Farmacéuticos.
Al despuntar el tercer milenio, en Colombia se consiguen las marcas
de especialidades farmacéuticas más modernas, pero importadas la mayoría de ellas. Se fortalece el mercado de medicamentos genéricos y de medicamentos a base de recursos naturales. Se abren nuevos campos de ocupación para el Químico Farmacéutico y para el Tecnólogo en Regencia de Farmacia.
En marzo 12 de 2005 se realizó el segundo Encuentro Nacional de Directores
del programa de Tecnología en Regencia de Farmacia en Medellín; en las instalaciones de la Universidad de Antioquia y Asistieron representantes de las siguientes universidades:
Universidad Industrial de Santander
Distancia Universidad de Antioquia Universidad de Caldas Universidad de Córdoba Corporación Tecnológica de Bogotá Asociación de Estudiantes y Tecnólogos Regentes de Farmacia, ASERFAR
En mayo 2 de 2005 Se efectuó el tercer Encuentro Nacional de Directores
del programa de Tecnología en Regencia de Farmacia en Bogotá; en las Instalaciones de la UNAD y Asistieron representantes de las siguientes universidades:
Universidad Industrial de Santander
Universidad Francisco de Paula Santander Universidad Nacional Abierta y a Distancia Universidad de Antioquia Universidad de Caldas Universidad de Córdoba Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia Universidad del Tolima Asociación de Estudiantes y Tecnólogos Regentes de Farmacia, ASERFAR
Los representantes de las Instituciones mencionadas anteriormente, se
reunieron el día 03 de Mayo del presente año con funcionarios del Ministerio de Educación donde fue avalado el compromiso de conformar el consejo Nacional de Regentes de Farmacia y el grupo será autónomo para determinar las políticas académicas de un plan de estudios unificado. Del próximo encuentro a realizarse en el mes de Junio en la Universidad Industrial de Santander saldrá la unificación de las áreas de formación, créditos académicos y contenidos generales que debe manejar cada Institución que desee implementar el programa con el fin de facilitar la movilidad de los estudiantes.