Medrano Martínez Alejandro Act1

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CLAVE 07PSU0162R RVOE PSU-35/2017

Análisis del concepto de trauma psicológico y las


implicaciones derivadas de su confusión en
literatura especializada.

Seminario de Tesis

Psicología clínica y de la salud.

Alejandro Medrano Martínez

Rafael Alberto Hernández Barrera

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; Diciembre del 2022


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ÍNDICE

CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN. 2


1.1.- Planteamiento del problema 2
1.1.1.- Pregunta (s) de investigación. 3
1.2 Hipótesis 4
1.3 Variables 4
1.3.1. Variable Dependiente
1.3.2. Variable Independiente
1.4.- Justificación 4
1.5.- Objetivos 5
1.5.1.- Objetivo general 5
1.5.2.- Objetivos específicos 6

CAPÍTULO II. MARCO TEÓRICO. 6


2.1.- El trauma psicológico y su confusión. 6
2.1.1- Literatura que define al trauma psicológico. 7
2.1.2.- Literatura que se extravía al intentar definirlo: 10
2.1.3.- Literatura que no define al trauma psicológico: 14

CAPÍTULO III. METODOLOGÍA. 24


3.1.- Paradigma de investigación 24
3.2.- Tipo de investigación 25
3.3.- Población, sujetos, muestra y muestreo. 26
3.4.- Técnicas e instrumentos de recolección de datos 27
3.5. Análisis del tema. 27

3.5.1. El problema de no definir al trauma psicológico.

3.5.2. Definición de trauma psicológico según la literatura.

3.5.3. La confusión al definir al trauma psicológico en las publicaciones científicas.

3.5.6. Consecuencias por la falta de un concepto claro de trauma psicológico.

3.5.7. Propuesta de un concepto de trauma psicológico.

Capítulo IV. Resultados y Conclusiones.

4.1 Referencias.
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4.2 Anexos.

4.3 Apéndices.

4.4 Conclusiones.
1

INTRODUCCIÓN

El presente proyecto surge del interés por entender un tema que siempre ha

acompañado a la psicología como lo es el trauma y las consecuencias derivadas del mismo. A

partir de una revisión en diferentes revistas, artículos y libros dónde se exponen diferentes

investigaciones que analizan diferentes trastornos surgidos de una experiencia traumática, no

queda muy claro lo qué es, o cómo entender una experiencia traumática, o qué es un trauma.

Ello pareciera de inicio una simple anécdota, sin embargo, comenzó a ser un tema incluso de

preocupación, al observar que, en la mayoría de las publicaciones serias, no aclaran conceptos

básicos y que requieren de ser comprendidos de manera clara, que, en el mejor de los casos,

presentan una definición vaga de los mismos trae una serie de consecuencias de un amplio

espectro en el que van desde las más inocuas hasta las más delicadas y preocupantes ya que

hay que tomar en consideración que a partir de dichos conceptos se diagnostica, define y

plantean métodos para tratar las secuelas del trauma.

A partir de lo anterior se realiza una investigación documental a través de diversas

publicaciones para evidenciar la laxitud al momento de abordar los temas derivados del trauma

que no es siquiera entendido en su ontología, analizar el concepto de trauma, su confusión en

las publicaciones y las consecuencias de ello. Por lo que el objetivo de la presente

investigación es analizar el concepto de trauma psicológico y replantearlo para aportar una que

pueda servir como plataforma para la interpretación de lo traumático y sus derivados.


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CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN.

IDENTIFICACIÓN DE LA LÍNEA DE INVESTIGACIÓN.

Para el presente protocolo la línea de investigación estará basada en “Psicoterapia e

intervención en salud mental”, propuesta por la “Guía del protocolo de investigación documento

de apoyo para elaborar el protocolo de investigación en la materia de seminario de

investigación de la maestría en psicología clínica y de la salud” (Universidad IEXPRO, 2021, p.

3)

PROPUESTA DEL TEMA TENTATIVO.

El presente trabajo propone el siguiente tema que a su vez dará título al protocolo y a la

tesina resultante:

“Análisis del concepto de trauma psicológico y las implicaciones derivadas de su

confusión en literatura especializada”.

1.1.- Planteamiento del problema

El fenómeno del trauma psicológico siempre ha estado presente en la historia de la

humanidad y por ende en las ciencias de la salud, no obstante, no se ha ahondando lo

suficiente en él. De ahí el presente planteamiento. Para muestra, basta observar la ligereza con

que se habla del mismo tanto en la literatura científica con en la no científica, generando una

fuerte confusión al momento de abordarlo tanto por “especialistas en salud mental”, como por
3

población en general. En el caso de los primeros es grave dicha imprecisión ya que surge la

pregunta ¿Cómo tratar un fenómeno que no está claro desde su concepción? La falta de

precisión en la determinación de lo traumático y lo no traumático, así como de los fenómenos

que se desprenden de ello, ha venido a ser un tema que no ha sido suficientemente tratado por

la literatura y que lejos de ser aclarado, se ha perpetuado el error como se puede observar en

el siguiente ejemplo:

Trauma “…es definido como cualquier situación en la que una persona se vea expuesta

a escenas de muerte real o inminente, lesiones físicas graves o agresión sexual, ya sea en

calidad de víctima directa, cercano a la víctima o testigo” (Figueroa, Cortés y cols, 2016, p.643).

Aseveraciones como la anterior, nos dejan claro que no existe plena concepción de lo

que es el trauma, ni de sus dimensiones, a pesar de que el artículo citado hace un intento por

servir como guía de intervención, tal como lo indica su título: “Trauma psicológico en la

atención primaria: orientaciones de manejo”. Es decir, que para el autor el trauma es la

situación en la que una persona se ve afectada, no la consecuencia de dicha exposición. Para

Pierre-Janet (1894, 1919, citado en Saldaña, 2104) el trauma es: “el resultado de la exposición

a un acontecimiento estresante inevitable que sobrepasa los mecanismos de afrontamiento de

la persona” (p.2) Y esa pequeña precisión puede ser todo al momento de abordar el fenómeno

ya que el hecho de abordar el trauma psicológico como el evento estresor y no cómo la

consecuencia del mismo permite generar una serie de confusiones que van en detrimento de

tratamiento y el proceso del paciente. Además, comenzar dicho artículo con tal imprecisión,

deja claro la importancia de abordar dicho tema procurando desmitificar lo que se sabe del

trauma a nuestros días, sobre todo porque es un tema que podría ser considerado toral en la
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formación de todo psicólogo y demás profesionales de la salud, así como de la comprensión de

varios otros trastornos mentales que pueden derivarse del mismo.

1.1.1.- Pregunta (s) de investigación.

1. ¿Cuál es la importancia de aclarar el concepto de trauma a partir de la revisión en la

literatura especializada?

2. ¿Cuáles son las consecuencias de contar con un concepto de trauma psicológico difuso

en el tratamiento del mismo en la población desde la literatura especializada?

Hipótesis:

El establecimiento de un concepto de trauma psicológico evitará confusiones en la literatura

especializada y permitirá una atención efectiva.

H1: Un concepto claro de trauma psicológico en la literatura eliminará la confusión con otros

trastornos derivados y permitirá una atención psicoterapéutica.

H0: Un concepto difuso del concepto de trauma psicológico en la literatura no genera

confusión con otros trastornos derivados y permitirá la atención psicoterapéutica.

Variables:

Las variables son tipo explicativo

Variable independiente: La generación de un concepto claro de trauma psicológico que

permita establecer criterios claros sobre lo que es un trauma.

Variable dependiente: La aplicación de un concepto homogéneo de permita unificar criterios

y evitar confusiones en el diagnóstico, abordaje y tratamiento del trauma psicológico.


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1.2.- Justificación

La desafortunada confusión del trauma psicológico con otros trastornos derivados, así

como el desconocimiento de las consecuencias de la misma, pueden llevar a los profesionales

de la salud mental, particularmente de los psicoterapeutas, a actitudes iatrogénicas que

impiden el adecuado tratamiento de los consultantes, para sustentar lo anterior, se tomará

como ejemplo el caso de Fernández- Guerrero (2017) quien asevera en su artículo “Los

confusos límites del trastorno límite” como el trastorno de estrés postraumático puede

desarrollarse dentro de lo que se conoce como el trastorno límite de la personalidad. “el

síndrome borderline es concebido como la presentación disfrazada de un trastorno por estrés

postraumático subyacente” (p.406). La aseveración es importante y por demás interesante, ya

que devela en cierto punto parte de lo que genera al trastorno límite de personalidad, sin

embargo, atenta contra su propia hipótesis al aparentemente confundir el trauma ya

especificado en párrafos anteriores con el trastorno de estrés postraumático, el cual de acuerdo

con el DSM-5 (2014) se define como: “el desarrollo de síntomas específicos tras la exposición

a uno o más eventos traumáticos” (p.276). Y cuya sintomatología se basa en haber estado

expuesto a un evento traumático y la consecuente evidencia de síntomas intrusivos, la

evitación de estímulos asociados al suceso, alteraciones cognitivas y del estado de ánimo, así

como estados de alerta constantes. En este caso el trauma vivido por el paciente y sus

consecuencias puede haber detonado o bien ser parte de la dinámica interna del paciente,

quien a partir de ello ha desarrollado sintomatología de un trastorno límite de personalidad. Es

decir, la sintomatología ya descrita del TEPT, sería tan evidente que no permitiría tal confusión.

A partir de lo anterior se puede entender, que el trauma es la consecuencia de un evento

inesperado y los síntomas estresores a partir de dicha exposición son el Trastorno de estrés

postraumático. Lo anterior significa que la atención a un paciente va a ser muy diferente si este

padece de un trauma psicológico a si padece de un trastorno de estrés postraumático, y


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aunque parezcan lo mismo es importante que el primero es el origen y el segundo la

consecuencia expresada en sus diferentes canales. El costo de una confusión sutil como la ya

planteada puede ser muy costosa tanto para la psicología como para el psicoterapeuta y por

supuesto para el paciente. De ahí la importancia del presente trabajo y al hacer un adecuado

análisis y propuesta para la atención al trauma y evitar así la confusión con otros fenómenos

psicológicos derivados.

1.3.- Objetivos 

1.3.1.- Objetivo general

Analizar y replantear el concepto de trauma psicológico para un mejor diagnóstico y

tratamiento en casos dentro de la psicoterapia a partir de la revisión de literatura especializada.

1.3.2.- Objetivos específicos (OPCIONAL)

1. Revisar los diferentes conceptos de trauma psicológico en la literatura especializada.

2. Especificar las aportaciones y carencias de los distintos conceptos de trauma

psicológico propuestos en la literatura, así como las consecuencias de la falta de

homologación al momento del tratamiento.

3. Diferenciar entre el trauma psicológico y los distintos trastornos mentales derivados del

mismo.

4. Proponer un concepto de trauma psicológico que permita el abordaje de dicho

fenómeno y su tratamiento con más claridad y que brinde mejores resultados.


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CAPÍTULO II. MARCO TEÓRICO.

2.1.- El trauma psicológico y su confusión.

El abordaje de cualquier tema, sobre todo en ciencias, requiere de conceptos claros

que sirvan para construir sobre ellos hipótesis y teorías que permitían investigar, crear o

desarrollar corrientes de pensamiento y planes de intervención. La psicología no es la

excepción, pues a través de la psicoterapia permite aplicar lo que se estudia y se desarrolla.

Desafortunadamente, al momento de abordar ciertos fenómenos, se omiten de manera

automática los orígenes de ciertos padecimientos o fenómenos que a fuerza de abordarlos

cotidianamente se dan por entendidos, sin embargo, en el caso del trauma y los fenómenos

derivados del mismo, dicha omisión, aunque común, es imperdonable, sobre todo por lo que

está generándose en el desarrollo de teorías y métodos terapéuticos. Al grado que cuando se

analiza con detenimiento dicho fenómeno no queda más que preocuparse por las

consecuencias que se desprenden de una negligencia de los profesionales de la psicología

quienes suponen entender lo que es un trauma y fácilmente ofrecen ejemplos, pero al momento

de definirlo, se hace evidente la falta de claridad de lo que es el trauma psicológico y cómo

distinguirlo de otros fenómenos derivados del mismo. Por lo que aplica aquella máxima de la

pedagogía un concepto se entiende realmente cuando se es posible definirlo y explicarlo, pues

dadas las evidencias que a continuación se exponen se puede observar como el concepto ya

citado no es comprendido como se esperaría. Y para muestra se exponen los siguientes

ejemplos.
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2.1.1- Literatura que define al trauma psicológico.

A partir de las revisiones realizadas en la literatura que aborda el trauma y los

fenómenos desprendidos de él, se pudieron encontrar algunos ejemplos de literatura que define

al trauma, aunque como se podrá observar a continuación, no son lo elocuentes y claros que

se podría esperar, sin embargo, es importante observar el esfuerzo que se hacer por definir

dicho concepto para dimensionar debidamente lo que plantean.

En su artículo “Neuroscientific perspectives for a theory of trauma: a critical review

of integrative models of biology and culture”, Reis y Ortega (2021) abordan las

coincidencias entre el campo del trauma psicológico y las neurociencias, se analizan los

diferentes fenómenos derivados del trauma tales como el estrés postraumático (TEPT).

Proponen el desarrollo y uso de enfoques integradores que puedan ayudar al desarrollo de

nuevos modelos capaces de generar saberes y prácticas a nivel de la experiencia humana.

Buscando evitar interpretaciones reduccionistas que empobrecen las complejas experiencias

culturales y subjetivas independientemente de los mandatos del cerebro y los códigos

semiológicos del razonamiento patógeno. Para los autores el trauma sería definido de la

siguiente manera…:

“…los medios actuales por los cuales estableceríamos una causalidad entre el

sufrimiento presente y la violencia pasada – la cicatriz que deja un hecho trágico en una víctima

o testigo individual, y también en un colectivo marca, en un grupo, de una experiencia histórica

que puede haber ocurrido décadas, generaciones o incluso siglos antes”. (p. 2)

Por último, propone considerar no sólo el enfoque neurocientífico, sino también, el

psicológico, el cultural para generar una perspectiva más incluyente que permita generar un

modelo heterogéneo, e integrador que considere la experiencia humana y que de pie a


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intervenciones mucho más efectivas y que no dejen cabos sueltos al momento de tratar el

trauma y los fenómenos derivados de él.

Como se puede observar la definición de trauma psicológico, aunque está presente no

es tan clara apoyándose en elementos retóricos como el concepto “cicatriz” para comprender a

lo que se refiere sin que sea del todo claro a qué nos estamos refiriendo.

Por su parte Higueras, (2017, citado en Gutiérrez y Ocampo, 2021) en su estudio

“Psicodrama como terapia en trauma y estrés postraumático”, analizó la efectividad del

psicodrama para tratar al trauma el estrés postraumático, el estrés agudo y demás trastornos

derivados del propio trauma con características estresoras, definiendo al trauma como:

“…el resultado de haber estado expuesto a un evento estresante de características

amenazantes, que puede generar malestar psíquico en las personas afectadas”. (p.77)

A partir de una revisión en la literatura en diversas fuentes especializadas se determinó

que sólo 14 estudios habían considerado al psicodrama como una herramienta que hubiera

sido utilizada para abordar el trauma y demás trastornos derivados.

Se concluyó que se requiere de más investigación tanto para determinar si el

psicodrama es una técnica que permita el trabajo efectivo con trauma, estrés postraumático,

estrés agudo y demás trastornos cuyo origen sea el trauma.

Después de la revisión de la publicación se puede rescatar que su definición alude a

que el trauma es el “resultado de estar expuesto a un evento estresante”, pero surge la


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pregunta ¿qué es ese resultado? ¿A qué se refiere? Es decir, nos da una respuesta incipiente

o no totalmente clarificante.

Higueras, por su lado (2017; citado en Castellanos-Suarez, 2021), expone en el artículo

“Alteraciones psíquicas a partir de vivir violación sexual múltiple: retos pendientes” las

diferentes alteraciones que vive una persona a partir de tener experiencias de violación sexual

múltiple desde el punto de vista psicológico. Busca visibilizarlas e identificarlas para generar

evidencia que permita ser consideradas al momento de tratar el trauma derivado de dichas

situaciones. Para ello intenta definir al trauma psicológico como:

…impacto psicológico que tiene un acontecimiento estresante sobre una persona y que

este desborda la capacidad de elaboración de una herida, daño o conmoción, supone para la

persona una amenaza para la integridad física o psicológica por el efecto negativo que además

es duradero (p. 216).

Se obtuvo como resultados alteraciones en la estimulación, disminución, deprivación o

confusión respecto a las huellas de dolor y sufrimiento, amenaza suspendida, proxémica rota,

re-disparadores del miedo y en el sistema de ataque de huida se aprecia que estas cinco

alteraciones tienen como base común el miedo extremo.

A partir de los descubrimientos se propone considerarlos al momento de trabajar con

dichas víctimas con la intención de mitigar los síntomas y desarrollar tratamientos, así como

acompañamientos que permitan a la víctima restituir su integridad personal.


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La propuesta del autor en cuanto al tema abordado es interesante, pero parte de un

concepto de trauma psicológico que se queda en la definición de un “Impacto psicológico” sin ir

más allá.

Con los ejemplos expuestos se da una idea de lo que existe en la literatura

especializada sobre el concepto de trauma psicológico, genera una noción, pero no parecen

aterrizar plenamente en un concepto claro que no deje dudas.

2.1.2.- Literatura que se extravía al intentar definirlo:

En la literatura existente que habla sobre el trauma psicológico y los fenómenos que se

derivan de él, también se halla literatura que, aunque presenta buena intención, se pierde en el

proceso de definir el trauma como se puede observar a continuación:

Para Morales, Medina, Gutiérrez, Abejaro, Hijazo y Losantos (2016), en su artículo “Los

trastornos relacionados con traumas y factores de estrés en la Junta Médico Pericial

Psiquiátrica de la Sanidad Militar Española” abordan los trastornos relacionados con

traumas y factores de estrés que más se presentan en su labor psiquiátrica en la junta Médica

pericial de España. El objetivo se enfoca en describir los eventos estresantes y traumáticos que

detonan dichos padecimientos. Para ello se realizó un estudio observacional descriptivo y

transversal que sobre 1129 miembros de las fuerzas armadas españolas y de la guardia civil

que resultaron con algún diagnostico psiquiátrico, en un periodo de seis años.

Los autores definieron lo que es el factor estresante y el estrés de la siguiente manera:


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Por su parte un factor traumático es cualquier acontecimiento o evento que puede

causar o implicar la amenaza de muerte, daños graves o violencia sexual a una persona, un

familiar o un amigo cercano. El estrés es el patrón de reacciones/respuestas específicas y no

específicas que una persona experimenta ante los estímulos (estresantes o traumáticos) que

perturban su equilibrio y exceden o retan su capacidad de hacerles frente. (p. 117. Primer

párrafo)

Los resultados arrojaron que el tipo de evento más frecuente relacionado al entorno

laboral, por resultar desagradable u hostil, en donde el trastorno más común era el Trastorno

de estrés postraumático en hombres de edades alrededor de los 34 años cuya labor era

soldado, marinero o guardia civil, es decir mandos operativos.

Por lo anterior se pudo concluir que los eventos estresantes o traumáticos que

detonaron dicho trastorno fueron relativos al entorno laboral, accidentes, atentados terroristas y

la insatisfacción laboral.

En este artículo los autores hablan de un factor traumático y sus consecuencias, es

decir, van de un punto a “a” un punto “c”, sin pasar por el punto “b”, porque definen el “factor

traumático” y las consecuencias, pero no abordan lo que es el fenómeno del trauma, sino sus

daños.

El artículo de Lima, Vasconcelos y Nascimento (2020), “Crescimento Pós-Traumático

em Profissionais de Emergências: Uma Revisão Sistemática de Estudos

Observacionais”, parte de la premisa que la exposición a eventos traumáticos predispone a


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generar lo que denominan “Crecimiento Post-Traumático” (CPT). Es decir, el desarrollo del

individuo a partir física y mentalmente a partir de un trauma psicológico.

El objetivo de dicho estudio fue realizar una revisión sistemática de las publicaciones

existentes sobre CPT y su asociación con estresores ocupacionales entre profesionales de

servicios de urgencia. Para lo anterior se realizó una revisión en diferentes bases de datos de

Medical Literature Analysis and Retrieval System Online (Medline), Literatura Latino-Americana

e do Caribe em Ciências da Saúde (Lilacs) e Scientific Electronic Library Online (Scielo).

Se definen los eventos traumáticos de la siguiente manera:

O Manual Diagnóstico e Estatístico de Transtornos Mentais (DSM) os define como

eventos traumáticos: morte, risco de morte ou ameaça à integridade física de pessoas. A

definição é base para a classificação de quadros nosológicos ligados ao trauma e ao estresse,

com destaque para o Transtorno de Estresse Pós-Traumático – TEPT… (p.561)

En los resultados ofrecidos, no se identificó el predominio del CPT y que no existe

información suficiente a dicho tema que valdría la pena considerar sobre todo en profesionales

de servicios de urgencia que, además, está asociado a estresores ocupacionales. Siendo un

constructo importante para entender y cuidar de la salud mental de dichos profesionales dada

la organización y la naturaleza de su trabajo.

Este caso sólo se ofrece la definición de un evento traumático para abordar el Trastorno

de Estrés Postraumático, pero también omite el definir al trauma.


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En el artículo “Personalidad ante el trauma en el siglo XXI: Fragilidad y

antifragilidad ante el trauma” Saldaña García (2014), intenta hacer un análisis de las

secuelas en la personalidad a partir de un trauma para ello comienza por exponer las

consecuencias del trauma, es decir la sintomatología resultante del mismo:

Gran parte de las personas que se enfrentan a una situación traumática, sufren unas

consecuencias psicológicas posteriores, agudas o crónicas. En los primeros momentos

postrauma algunos de los síntomas se pueden considerar normales. Estar más nervioso, tener

temores de replicas en un terremoto, no dormir bien, tener imágenes recurrentes en un

accidente, tener un estado de ánimo más bajo o ansiedad y una gran variedad de trastornos.

(p. 209, párrafo uno)

También habla de cómo se vive una situación traumática:

Una situación traumática se vive con una emocionalidad negativa muy intensa, con

mucho miedo, puesto que puede llegar a poner en peligro la propia vida de los sujetos (p.209

párrafo tres).

Posteriormente se genera un apartado denominado EL TRAUMA. ¿Fragilidad o

antifragilidad? Y nos expone lo siguiente:

La presencia del trauma ha sido históricamente una condición necesaria para la

psicopatología del estrés postraumático (TEPT). Al introducir el TEPT como diagnostico en

1980 en la clasificación diagnostica de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM III)5, se

asoció a una etiología especifica: “el haber estado expuesto a un trauma”. Sin embargo, se ha

señalado en algunos estudios que solo un grupo de personas que han sufrido la misma

situación desarrolla un TEPT, siendo estas más frágiles ante tales situaciones. Por
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consiguiente, el trauma que se vive en distintas situaciones como por ejemplo en las

catástrofes, es necesario para el desarrollo del TEPT, pero no es suficiente. (p. 210, párrafo

cuarto).

Luego, se abordan las consecuencias del trauma y los factores que predisponen a las

personas a padecerlo, como los antecedentes genéticos, la fisiología, la personalidad, el

entorno y hasta el nivel intelectual de la persona.

Concluyendo en la importancia de generar un buen sistema de salud mental que

permita apoyar a las personas que por cualquiera de las variables antes señaladas les exponga

a padecer el trauma o cualquiera de los fenómenos derivados del mismo.

Otro caso que demuestra lo referido es de Marugan (2016) denominado “Las cinco

fases de la intervención psicoterapéutica frente al trauma” donde propone cinco fases que

han de atravesarse para atender el trauma e intenta definirlo a través de analogías tales como:

“Para una primera aproximación al concepto de trauma psicológico podemos

imaginar el impacto que causaría un gran asteroide que chocara sobre la superficie

de un pequeño planeta: el asteroide abriría un gran cráter alterando el equilibrio

geológico del planeta y su morfología…” (p.344)

El ejemplo es por demás claro y ayuda a generar una idea de lo que es el trauma

psicológico, sin embargo, no lo define. Luego aborda las consecuencias del trauma:
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“El trauma psicológico provoca una disfunción del sujeto, no solo cuantitativa, entendiendo lo

cuantitativo como cantidades de energía no procesables o tramitables por el aparato

psíquico…” (p.344)

“El trauma psicológico tiene un efecto de destitución subjetiva, de suspensión de la afectividad,

e incluso de la identidad del sujeto, un efecto de colapso en sus funciones”. (p. 347)

Luego presenta una especie de mezcla entre la analogía y las consecuencias del

trauma:

“El trauma persistiría, entonces, como un agujero que no puede cerrarse, que hará fracasar los

recursos lingüísticos del sujeto y que va a concentrar y a atraer hacia sí grandes cantidades de

energía manifestada en forma de angustia que condiciona la dinámica del aparato psíquico”. (p.

347)

Por último, el artículo nos alecciona sobre la propuesta de abordaje para atender el

trauma de una manera amigable, accesible a pesar de ser de corte psicoanalítico, aterriza los

conceptos a través de las analogías, sin embargo, el lector todo el tiempo a de partir de una

idea de lo traumático, sin aterrizarlo en un concepto concreto.

A lo largo de este ejemplo se nota que intentan llegar a definir lo traumático, pero no lo

logran, se habla de lo que genera al trauma de una manera poco clara, así como de las

consecuencias, pero sin terminar por dejar en claro que es el trauma.


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2.1.3.- Literatura que no define al trauma psicológico:

Desafortunadamente, la literatura revisada, en su mayoría pasa por alto definir al

trauma, que de forma natural permitiría aterrizar todo trastorno o afectación derivada de una

mejor manera, que permita entender mejor la lógica y dinámica de cada fenómeno estudiado.

Para muestra los siguientes ejemplos revisados que incluso proponen abordajes y tratamientos.

García, Guillén y Atarés (2021) definen al Trastorno de Estrés Postraumático en su

artículo “Consecuencias del maltrato infantil: Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) y

Trastorno de

Somatización, a propósito de un caso” de la siguiente manera:

“El TEPT es un desorden psiquiátrico clasificado dentro del grupo de los trastornos de la

ansiedad”. (p.1)

Y proponen un tratamiento interdisciplinario basados en la técnica EMDR (Eye

movement Desensitization and Reprocessing) combinado con una terapia cognitiva conductual

centrada en el trauma además de apoyo en medicamento psiquiátrico pues desde su

experiencia se obtienen resultados favorables con dicha estrategia.

Sin embargo, es de hacer notar cómo nuevamente se aborda un tema donde el trauma

es el origen, no obstante, no se define, por lo que se centra en el tratamiento de aquello que es

y no es, pero existe como lo es el trauma.

En lo que toca al artículo “Tratamiento de víctimas de la guerra con trastorno de

estrés postraumático” los autores Mingote, Menjón y Mingote (2022) realizan un análisis
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interesante a las afectaciones que deja la guerra en personas que la sufrieron y que derivado

de ello desarrollaron Trastorno de estrés postraumático. Se busca sensibilizar y tratarlo con un

enfoque biopsicosocial, advirtiendo incluso sobre el mal diagnóstico y tratamiento, dando

espacio a abordar específicamente al trastorno de estrés postraumático, sin embargo, nunca

definen al trauma como el origen de dicho padecimiento.

Para Gaborit (2006), en su artículo “Desastres y trauma psicológico”, señala la

importancia de sensibilizarnos sobre las secuelas de los desastres naturales en las personas,

tales como el trauma. Se centra en el evento traumático, pero no define claramente lo que es

un trauma, incluso citando a un autor reconocido:

“…los traumas son eventos peligrosos y repentinos que abruman los recursos

psicológicos, físicos y económicos de las personas y las comunidades (Figley, 1985)”. (p. 20).

Pese a la buena intención y a conseguir incluso el objetivo de su artículo, la definición

del concepto clave de su artículo, notamos que confunde al trauma que es la afectación directa

en una persona en su psicología con el evento afectante. Por lo que es importante hacer notar

cómo aun con las mejores intenciones y apego a la normativa de la redacción de un artículo

serio, los autores pueden caer en imprecisiones aun basados en autores con prestigio en el

tema como lo es Charles Figley.

Los autores Morales, Agudelo, y Berbesi, (2021) desarrollaron un artículo denominado

“Prevalencia y factores asociados al trastorno de estrés postraumático en personas

desplazadas en Colombia” abordan las consecuencias psicológicas que padecen personas

que han sido desplazadas en Colombia entre las que destacan al trastorno de estrés
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postraumático como una de ellas centrándose en evidenciar la prevalencia de dicho

padecimiento en la población ya descrita, para ello lo definen de la siguiente manera:

“El trastorno por estrés postraumático (TEPT) es un síndrome que sobreviene después

de que una persona presencia o experimenta un acontecimiento traumático extremo, y en

respuesta presenta una tríada sintomática de fenómenos invasores, conductas de evitación y

síntomas de hipervigilancia que pueden presentarse a cualquier edad (Achilli, Rodriguez, &

Folino, 2014; Ehlers, Hackmann, & Michael, 2004)”. (p. 135).

El objetivo del estudio se cumplió y validó, sin embargo, al hacerlo se omitió el análisis

al trauma derivado de dicho desplazamiento, ¿qué hay de ello? ¿No se corre el riesgo de tratar

los efectos, pero no el origen de una experiencia traumática? En estudios como el presente se

evidencia la importancia de considerar al trauma antes que sus consecuencias.

En el artículo “Trastorno de estrés postraumático en mujeres víctimas de violencia. Una

revisión” los autores Guerrero-Vaca y Colaboradores (2021) hacen una investigación

documental para determinar las afectaciones, métodos de diagnóstico y tratamiento en casos

de mujeres que padecen el trastorno de estrés postraumático, derivado de la violencia.

Para ello, han planteado la siguiente definición:

“El trastorno de estrés postraumático (TEPT) es una reacción psicológica y emocional

que puede llegar a ser intensa, provocada por un suceso traumático. Esta patología puede

causar diferentes alteraciones en las funciones mentales superiores, concretamente en la

conciencia, memoria, atención y por ende en la conducta de la persona; así también, puede

alterar el completo estado de bienestar del individuo”. (p.p. 669-670).


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Nuevamente se pueden observar dos cosas, la primera, es que la definición se basa en

definiciones poco claras y la segunda que se hace sin cuestionar el origen del padecimiento

estudiado que en este caso es el TEPT, se entiende que no es incluso necesario definir al

trauma para cumplir con el objetivo del presente artículo, sin embargo, se puede dar cuenta de

cómo se transmiten los errores ontológicos que luego derivan en la poca claridad del concepto

de trauma y su abordaje.

Para Gualpa-Jaramillo, Choca-Alcoser y Basantes-Moscoso (2020) en el artículo

“Trastorno de estrés Postraumatico; experiencias en Ecuador en la población de

Riobamba” realizan un estudio observacional para determinar las afectaciones por estrés

postraumático en una población de Ecuador encontrando que el 40.7% de dicha población

padece de Trastorno de estrés postraumático.

En su estudio definieron al Trastorno de estrés postraumático de la siguiente

manera:

El Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) es un cuadro clínico psiquiátrico que se

desencadena por una exposición única o repetida a un acontecimiento traumático, en 1889

Oppenheim la describió como “neurosis traumática” asociado casi siempre con enfrentamientos

agresivos, catástrofes naturales agresiones sexuales y con relativa frecuencia con los

accidentes de tránsito de tipo grave o con riesgo para la vida. (p. 645)

El planteamiento y objetivo del estudio se cumplen sin embargo, también se observa

que se realiza un estudio partiendo de una definición basada en tanto en el DSM III y VI, sin

considerar la quinta edición existente desde el 2014, donde mínimamente se redefine al estrés
21

postraumático y sin que este defina al trauma al igual que sus antecesores de una manera

clara. Por lo que nuevamente se observan las consecuencias de no detenerse a definir

claramente al concepto que da origen al TEPT.

Por su parte, Fernández, Rengel, Morales y Labajos (2020) en el artículo “Post-

traumatic stress disorder after subsequent birth to a gestational loss: An observational

study” abordan el tema del trastorno de estrés postraumático por la pérdida de un embarazo

situación que puede influir en un embarazo posterior o en el vínculo con futuro bebé. De ahí

que el objetivo del presente trabajo sea identificar la prevalencia del TEPT mujeres puérperas y

las variables involucradas para procurar evitar dichas consecuencias.

Definen al Trastorno de Estrés Postraumático como:

Post-traumatic stress disorder (PTSD) is defined by the DSM-5 (2013) as the change of

the body’s response to a stressful circumstance. The presence of one or more intrusion signs

associated with the traumatic event are described as symptoms: memories, dreams or

dissociative reactions related to the traumatic event, psychological distress or intense

physiological reactions when exposed to circumstances reminiscent of the traumatic event.

(P.130, párrafo primero)

A lo largo de la investigación encontraron que la posibilidad de desarrollar TEPT

aumenta con un mayor número de pérdidas a lo largo de su vida. El estudio se realizó en 115

mujeres que iban entre los 18 y los 46 años.


22

Por lo tanto, se llegó a la conclusión de que es más probable padecer trastorno por

estrés postraumático después de una pérdida gestacional, y cuanto mayor sea el número de

pérdidas gestacionales sufridas más se probabiliza el trastorno de estrés postraumático.

Para este caso, sólo definen el TEPT, dando por sentado que el lector sabe lo que es el

trauma psicológico.

Castaño-Loaiza, Gallego-Ospina, García-Aguirre, y Orrego-Cardozo (2021) en el

artículo denominado Trastorno por estrés postraumático y epigenética. Metilaciones en genes

asociados al estrés. Ahondan sobre la relación entre los genes NR3C1, FKBP5, GILZ, las

metilaciones asociadas y el desarrollo del TEPT encontrando que existe una correlación en

dichos elementos y la predisposición a desarrollarlo. Sin embargo, nuevamente omiten la

definición de lo que es el trauma, en cambio definen al TEPT, como:

El trastorno por estrés postraumático (TEPT) es un tipo de trastorno psiquiátrico

relacionado con el estrés y la ansiedad, generado por la presencia de eventos traumáticos

(Banerjee et al., 2017). Se caracteriza por originar cambios psicológicos y conductuales que

interfieren negativamente a nivel personal, familiar y social (Guillén-Burgos & Gutiérrez-Ruiz,

2018). Aunque la mayoría de personas estarán expuestas alguna vez a un evento traumático,

el TEPT se desarrolla del 5 al 10% de la población general (Yehuda et al., 2015). (p. 4)

Como se puede observar coquetean con la definición del trauma, pero no alcanzan a

definir lo que es y acercándose a una aproximación.

Faúndez y Hatibovic (2020) en “El trauma psicosocial en las narrativas

intergeneracionales” hacen un estudio del trauma existente a partir de la tortura y


23

desaparición forzada intergeneracional a partir del golpe de estado chileno. No obstante, el

análisis a dichos eventos violentos en la historia del país sudamericano, tampoco acaba por

profundizar en lo que es el trauma, apenas realiza una aproximación que no debela un

concepto que resultaría clave para el análisis que se realiza:

Martín-Baró (1989) propone tres aspectos definitorios del trauma psicosocial: su

carácter

dialéctico, la posibilidad de identificar sus causas y sus consecuencias en el marco de

las

relaciones sociales, y su conservación a través del tiempo. El autor enfatiza el origen

social del trauma y la permanencia de éste gracias a diversas mediaciones

institucionales,

grupales e individuales que se construyen y afectan dialécticamente. (p. 64).

González-Casas, Mercado-García, y Corchado-Castillo (2022) analizaron el impacto

del confinamiento de jóvenes españoles durante la pandemia en su artículo “Impacto

emocional motivado por la Covid-19 en población millennial española” ni siquiera definen

alguno de los conceptos utilizados dando por hecho que el lector sabe a que se refieren,

apenas aproximándose a una muy difusa definición:

“La huella psicológica que ocasiona el confinamiento suele asociarse a síntomas

de índole emocional (Brooks et al., 2020), evidenciándose como más comunes:

Problemas de ansiedad, depresión y de estrés postraumático...” (p. 52).

Los resultados son interesantes al determinar que efectivamente hay in impacto

negativo entre los que se encuentra el estrés postraumático, pero no ahonda en ello.
24

En el artículo “SNP-SNP interactions in the BDNF, COMT, CBR1 and CCK genes,

associated with post-traumatic stress disorder in urban residents of Itagüí, Colombia” de

Duque Quintero y Cols, (2019) se establece como premisa la importancia de determinar los

polimorfismos de un solo nucleótido (SNP, por su sigla en inglés) en los genes BDNF, COMT,

CBR1 y CCK para facilitar el proceso de extinción del miedo en humanos. Lo anterior a partir

de la premisa de que la extinción del miedo sería la clave para la eliminación del trauma

psicológico y evitar el trastorno de estrés postraumático. Pero desafortunadamente no definen

lo que es el trauma, más bien se enfocan en el TEPT al cual definen de la siguiente manera:

“Post-traumatic stress disorder (PTSD) is a pathological response to stressful life

events that can cause psychological trauma” (p.551).

Para el estudio se analizó el caso de 129 personas en Colombia que había sufrido de

trauma psicológico dando como resultado que hubo interacciones entre los genes BDNF y

CBR1, y CCK y COMT, lo que permite entender que los dos pares de polimorfismos en

interacción encontrados podrían actuar como predisponentes para la generación de un mayor

riesgo de desarrollar TEPT. Mientras que aquellas personas que sólo portan un alelo tienen un

menor riesgo que quienes portan dos alelos en genes que interactúan entre sí.

A partir de lo expuesto se logra observar claramente que sólo se define brevemente lo

que es el TEPT, sin ir más allá.

En el artículo “Trastorno por estrés postraumático y cerebro”, Seijas (2013)

presenta una revisión bibliográfica, no sistemática de artículos que han sido publicados en los

últimos años sobre la neuroanatomía y la neurofisiología del Trastorno de Estrés Postraumático


25

(TEPT). Lo anterior analizando las bases cerebrales del TEPT, es decir todas las áreas del

cerebro involucradas.

También se hace una revisión de la memoria y las cogniciones a partir del TEPT,

estableciendo las secuelas que quedan en dichas funciones a partir de trauma vivido. Otro

análisis que se realiza es sobre el sueño, específicamente sobre las dificultades que puede

presentar una persona que ha padecido de TEPT, además del papel de técnicas como la de

EMDR la cual desde la visión del autor ha tenido efectos favorables en las personas que se han

sometido a ella.

Concluyendo con lo anterior que dicha técnica ha mostrado avances que deberían ser

considerados para quienes estén encargados de trabajar con el TEPT. Por último, propone el

continuar con investigaciones que ayuden a seguir desarrollando técnicas que posibiliten la

atención al TEPT.

Cabe hacer mención que nunca se definen los términos utilizados, como trauma, TEPT,

y demás fenómenos señalados.

En el artículo de Guillén-Burgos, H. F., & Gutiérrez-Ruiz, K. (2018). “Avances

genéticos en el trastorno por estrés postraumático”, se centra en el estudio a los avances

en materia de genética que determinan la generación del Trastorno por estrés postraumático

(TEPT), el cual es considerado por el propio artículo como una “Condición” que afecta a un

subgrupo de individuos que han sufrido un evento traumático.

No define en sí al trauma, pero intenta dar una definición de un evento traumático:


26

“Se considera evento traumático el suceso que tenga la capacidad de generar miedo,

impotencia o terror ante la inminencia de lesión o muerte”. (p.2)

También ofrece una definición de TEPT:

El trastorno por estrés postraumático (TEPT) es una condición que afecta a un subgrupo

de personas que han sufrido un evento traumático que genera cambios psicológicos y

conductuales, con síntomas desadaptativos para la salud mental y física de quien lo padece y

limitaciones en el entorno social y familiar. (p.2).

Posteriormente ofrece una explicación de las bases neurobiológicas del TEPT dejando

claro el papel de la amígdala, el eje hipotalámico-pituitario-adrenal como responsable de la

respuesta endócrina al estrés.

También nos expone la predisposición genética al tener antecedentes con familiares o

directamente los padres para el desarrollo del TEPT. Pero deja claro que el entorno y lo que

éste puede conllevar, también influye, por lo que no basta sólo tener el antecedente familiar

para determinar el desarrollo del TEPT.

Por último, plantea el considerar la epigenética refiriéndose a ésta como el estudio de

los cambios en función del gen que sean mitotémicamente heredables y no impliquen un

cambio en la secuencia de ADN. De tal manera que permitan una aproximación molecular que

nos ayude a entender la vulnerabilidad al trauma.


27

Pese a lo importante del tema abordado, también se incurre en la misma omisión que en

los casos anteriores, se define el origen del trauma y sus secuelas, pero no se establece qué

es el trauma.

Con los ejemplos ya expuestos, se pretende dejar en claro la importancia de definir el

trauma psicológico. En varios de los artículos podría no haber cambio alguno en su

planteamiento y desarrollo, pero en otros el no tener definido al trauma podría incluso invalidar

lo que se propone, y el tipo aplicación que se podría generar, de ahí la importancia de continuar

construyendo un concepto claro, generoso y que no deje dudas, sobre todo en un tema que

tiene suma importancia ya que puede ser el origen de otros trastornos.

CAPÍTULO III. METODOLOGÍA.

3.1.- Paradigma de investigación

Se seleccionará el paradigma de investigación cualitativo ya que de acuerdo con Quecedo y

Castaño (2002), cumple con características tales como:

La inducción de a partir de los datos colectados.

 Permite entender el contexto y a las personas bajo una perspectiva holística

 Es sensible a los efectos que se generan al objeto de su estudio

 Trata de comprender el fenómeno dentro de un marco de referencia.

 Ser investiga suspendiendo o apartando creencias, perspectivas y predisposiciones


28

 Busca una comprensión detallada de las perspectivas de otras personas.

 Lo anterior a partir de una investigación sistemática y rigurosa, no estandarizada, que

controle los datos que registre.

Además, al ser un análisis del concepto de trauma psicológico no se requiere de datos

cuantitativos. Y que, de acuerdo a Quecedo y Castaño, (2002)

“…puede definirse la metodología cualitativa como la investigación que produce datos

descriptivos: las propias palabras de las personas, habladas o escritas, y la conducta

observable”. (p.7)

Es decir, que por las características propias del tipo de investigación cualitativa y de los

objetivos que persigue el presente estudio se obtiene la corresponsabilidad requerida para el

mismo.

3.2.- Tipo de investigación

El tipo de investigación sería explicativa, entendiendo a la misma como:

“Los estudios explicativos van más allá de la descripción de conceptos o fenómenos o del

establecimiento de relaciones entre conceptos; están dirigidos a responder a las causas de los

eventos físicos o sociales. Como su nombre lo indica, su interés se centra en explicar por qué

ocurre un fenómeno y en qué condiciones se da éste, o por qué dos o más variables están

relacionadas…” (Sampieri, 1991, p.74)

Es decir que el tipo de investigación explicativa nos ofrece al menos tres puntos que apoyan de

manera congruente a la presente investigación:


29

a) Flexibilidad: Debido a sus márgenes de acción y a su capacidad de adaptar la

metodología ayuda a desarrollar los análisis requeridos para el presente trabajo.

b) Dota de la estructura: Dada su metodología ya comprobada en la que establece los

pasos a seguir y unos resultados acordes a lo que se busca se considera la mejor

opción.

c) Permite obtener la respuesta que se busca: Dado lo anterior se puede confiar en que se

obtendrá la respuesta y permitirá la propuesta necesaria para atender a la necesidad

planteada.

Otra razón por la cual se utiliza el presente tipo de investigación es por la viabilidad de la

misma, es decir, permitiendo apoyar en compensar una omisión como la ya planteada en el

terreno de la psicología, la traumatología y la psicoterapia.

3.3.- Población, sujetos, muestra y muestreo.

Para el presente caso se hará uso de una investigación en literatura por lo que no se requiere

de una población muestra.

3.4.- Técnicas e instrumentos de recolección de datos

Para el presente caso la técnica a utilizar será cualitativa (Universidad Iexpro, 2022), a través

de un análisis documental que hará a partir del uso de fichas de lectura como principal

instrumento de recolección de información.

3.5.- Método de Análisis


30

Se hará uso del método de análisis documental la cual según Alfonso (citado en Rizo, 2015)

“es un procedimiento científico, un proceso sistemático de indagación, recolección,

organización, análisis e interpretación de información o datos en torno a un determinado tema.

Al igual que otros tipos de investigación, éste es conducente a la construcción de

conocimientos”. (p. 22) Dicho análisis estará basado en literatura especializada y los conceptos

a analizar para la obtención de la información requerida. Por ello la información recolectada se

obtendrá de fuentes como libros y artículos de publicaciones académicas reconocidas

extrayendo en fichas de lectura conceptos que serán contrastados y que permitirán cumplir con

los objetivos de ir evidenciando la falta de claridad en el entendimiento y manejo de un

concepto de trauma psicológico, así como le propuesta de uno que homogenice dicho término.

3.6 ANÁLISIS DEL TEMA

3.5.1. El problema de no definir al trauma psicológico.

Como ya se ha referido en el capítulo anterior la falta de un concepto claro de trauma en el

ámbito psicológico es todo un tema que requiere de atención debida ya que lo que se

desprende del mismo en cuanto a valoración, diagnóstico y tratamiento no es cualquier cosa.

Lo que nos lleva al análisis de la falta de un concepto claro. Al respecto Barrios y De la Cruz

(2006) señalan:

“Al definir los conceptos se tiende casi siempre a la concisión y la exactitud, pero lo

fundamental es la amplitud y profundidad que abarca el objeto o fenómeno en cuestión”. (p.

31).
31

En ese mismo sentido Rubinstein, (citado en Barrios y De la Cruz 2006) apoya lo anterior con la

siguiente aseveración:

“...el concepto constituye un reflejo de la realidad objetiva y de sus propiedades” (p. 31)

Y de acuerdo a los ejemplos planteados en el segundo capítulo es fácil notar que no se cumple

con lo estipulado con los autores recién citados, la práctica de la psicología sin una adecuada

comprensión del concepto lleva a una difusa comprensión del fenómeno, como ha ocurrido con

el Trastorno Límite de personalidad, que de acuerdo a varios estudios se ha descubierto que su

origen o incluso desarrollo corresponde más a un trauma no superado que a una alteración

cuyas características pertenecen más a un caso bordeline. Tal como lo menciona Fernández

(2017),

“…Este tipo de trastorno por estrés postraumático grave da como resultado la dificultad para la

regulación de los afectos, impulsos y conductas, así como problemas interpersonales y de

identidad, todo lo cual lo pone en contacto con los rasgos básicos del TLP…” (p. 406).

Con lo expuesto anteriormente es notable el problema de la no definición de un concepto de

trauma psicológico. Lo cual habla de una de tantas negligencias que se han cometido en la

psicología la cual ya de por si tiene una cuenta todavía pendiente con los consultantes y que

requiere de poner atención con mayor cuidado en la concepción teórica.

3.5.2. Definición de trauma psicológico según la literatura.


32

El trauma complejo o Trastorno de Estrés Extremo no Especificado (DESNOS) fue definido por

Herman en 1992 para englobar a aquellos sujetos que sobreviven a eventos estresantes

repetidos, crónicos, prolongados y de carácter interpersonal que pueden incluir abusos

sexuales, físicos y emocionales en niños y niñas, negligencia o ser testigo de violencia doméstica

De acuerdo al DSM-51, trauma es definido como cualquier situación en la

que una persona se vea expuesta a escenas de muerte real o inminente,

lesiones físicas graves o agresión sexual, ya sea en calidad de víctima

directa, cercano a la víctima o testigo. El CIE-11, próximo a ser publicado, lo

conceptualiza como cualquier exposición a una situación estresante de

naturaleza excepcionalmente amenazante u horrorizante que probablemente

producirá un malestar profundo en la mayoría de las personas 2,3

3.5.3. La confusión al definir al trauma psicológico en las publicaciones científicas.

3.5.6. Consecuencias por la falta de un concepto claro de trauma psicológico.

3.5.7. Propuesta de un concepto de trauma psicológico.

Capítulo IV. Resultados y Conclusiones.

4.1 Referencias.

4.2 Anexos.

4.3 Apéndices.

4.4 Conclusiones.
33

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