Abdon Cifuentes Sobre El Derecho Electoral de La Mujer
Abdon Cifuentes Sobre El Derecho Electoral de La Mujer
Abdon Cifuentes Sobre El Derecho Electoral de La Mujer
Nº 06
Agosto 2020
Septiembre
ABDÓN CIFUENTES
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Discurso acerca del derecho
electoral de la mujer, leído en la
Sociedad de San Luis
16 de agosto de 1865
DISCURSO ACERCA DEL DERECHO ELECTORAL DE LA MUJER,
LEÍDO EN LA SOCIEDAD DE SAN LUIS1
16 DE AGOSTO DE 1865
Abdón Cifuentes (1836-1928), es el político católico
chileno más relevante de la segunda mitad del siglo XIX.
A lo largo de su vida fue abogado, profesor, periodista,
diplomático, activo católico social y prominente político del
Partido Conservador. En esta última faceta se desempeñó
como diputado, senador, ministro y consejero de Estado.
¹Texto originalmente publicado en Abdón Cifuentes, Colección de Discursos de Don Abdón Cifuentes, Tomo I.
(Santiago de Chile, Escuela Tip. La Gratitud Nacional, 1916). pp. 221-243
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I.
En pocos días más se ocupará la Cámara de estudiar en general, comprende a los dos sexos. Para nosotros,
la reforma del art. 8° de la Constitución, que declara pues, la palabra empleada por la Constitución comprende
quiénes son ciudadanos activos con derecho de sufragio. al hombre y a la mujer; dentro de esa palabra cabe el
Allí se establecen las condiciones de edad, instrucción e derecho electoral de la mujer.
independencia que la Constitución exige para el ejercicio
de un derecho que va a tener influencia sobre la nación A pesar de esto, si ello estuviera a nuestro alcance,
entera. pediríamos a la Cámara una ley, una frase o una palabra
explicativa del artículo constitucional, por medio de la
Hay en este artículo un punto muy interesante, a mi juicio; cual quedase establecido que el derecho que declara el
algo que se ha prestado a dudas y que convendría esclarecer; precepto de la Carta es extensivo a las mujeres.
algo a que deseo llamar vuestra atención. El artículo dice:
“Son ciudadanos activos con derecho de sufragio los Si las palabras de la Constitución son claras, se nos dirá, si
chilenos que, etc. La palabra chilenos ¿comprende los dos dentro de ellas cabe el derecho electoral de la mujer ¿qué
sexos? He aquí una cuestión nueva que conviene dilucidar. objeto tiene explicar una cosa que no requiere explicación?
Tenemos un motivo fundado para ello.
Si se atiende al uso común del lenguaje, es evidente que
la voz chileno, como la de individuo, como la de hombre, Cierto que el precepto es claro; cierto que, con arreglo a
él, las mujeres podrían votar. Pero no es menos cierto que
la inteligencia constante que se ha dado a sus palabras,
que la creencia general a este respecto es que el precepto
sólo comprende a los varones.
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II.
Las sociedades políticas, tal como están constituidas al sociedades primitivas (como en todos los pueblos bárbaros,
presente, reposan bajo cierto aspecto sobre una base como en todos los pueblos en que alumbran apenas los
esencialmente injusta, contraria al progreso, contraria a primeros albores de la civilización) en que prevalece sin
todos los principios fundamentales y constitutivos del rival la ley del más fuerte, monopolizaron en su favor el
orden social. Ellas despojan de los derechos políticos nada derecho de dictar leyes, monopolizaron también todos
menos que a la mitad del género humano, y precisamente los demás derechos, y por consiguiente desheredaron y
a la parte más débil y por consiguiente a la que más interés han continuado desheredando a la mujer de los derechos
debe tener en el bienestar y progreso de las sociedades, la políticos, como de casi todos los derechos.
que reclama y necesita con más imperio la protección social.
Pero la razón humana, en sus pacíficas conquistas, ha ido
Preguntad a los filósofos y a los legisladores, preguntad a la con el traspaso de los siglos, preparando los espíritus a
ciencia y al buen sentido por qué el Creador dispuso que la reparación de estas grandes injusticias, y muy pronto
el hombre viviera en sociedad, para qué se han formado manifestaremos cuán favorable ha sido la marcha de la
esos seres morales que llamamos naciones, y todos os civilización en el reconocimiento de los derechos de la
responderán: porque el hombre no puede vivir sin auxilio mujer, cuán irresistible ha sido su tendencia y cuán fecundas
extraño, porque en la humanidad hay débiles que necesitan sus condenaciones contra esos despojos del débil, contra
protección, desvalidos que requieren amparo; para que esos abusos de la fuerza material.
entre seres racionales no prevalezca la fuerza bruta contra
el derecho, las desenfrenadas pasiones contra la razón, que Mas, antes de llevar la cuestión al terreno de los hechos,
es luz, honra y ley de los seres creados a semejanza de Dios. queremos concretarnos al terreno puramente especulativo.
Pues bien, si hay alguien que por su naturaleza necesita ¿Qué se requiere para ejercer con discernimiento cualquier
más que otro de la protección de la ley y de la sociedad, derecho dado? ¿Cuáles son las condiciones esenciales y
esa es la mujer, físicamente más débil que el hombre; si primarias de éste, como de todos los actos humanos?
hay alguien que tenga un interés supremo en que el orden Tener inteligencia para conocer la verdad y el bien, tener
social se perfecciones, en que haya un buen gobierno, ese voluntad para quererlos, libertad para ejecutarlos. He aquí
es la mujer; y si hubiera alguien que en la sociedad pudiera todo lo esencial para construir la capacidad natural de los
quedar desheredado de los derechos políticos, no sería seres humanos. Por eso el infante, el fátuo, el demente,
ciertamente el débil que puede ser impunemente oprimido, son en tal estado esencialmente incapaces de ejercer
sino el fuerte que puede ser impunemente opresor; no por sí mismo los derechos que le correspondan. Pero
debería ser por cierto la mujer, sino el hombre. todo lo demás es puramente accidental: todo lo demás
es accidente de educación, de oportunidad, de tiempos
Si hay, pues, alguna diferencia entre uno y otro, esta diferencia y lugares; en una palabra, todo lo demás determina la
está a favor de la mujer, que tiene más necesidad que el incapacidad relativa; pero no la incapacidad absoluta de
hombre, de buenas leyes y buenos gobiernos, de buenas los seres constituidos en sociedad.
instituciones y buenos magistrados, que sepan dar la
protección debida a los que más la necesitan. Y esta, que es Pues bien ¿posee o no posee la mujer esas cualidades
una verdad trivial en el orden filosófico ¿qué manifestación esenciales que constituyen la capacidad necesaria para
ha tenido, cómo se ha realizado en el orden histórico? la ejecución de un acto, es decir, para el ejercicio de un
derecho? ¿Les negaréis que tienen inteligencia y voluntad
Precisamente al revés de lo que la razón ordena. La fuerza ha para conocer y amar la verdad y el bien? ¿Les negaréis que
prevalecido contra el derecho. Los hombres que, desde las tienen alma, creada como la del hombre, a semejanza de
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Dios? Si en nombre de la religión y de la razón, si en nombre ¿De dónde arranca el hombre sus derechos para tomar
del cristianismo y de la filosofía proclamáis la existencia parte en la dirección de los negocios públicos? ¿Diréis que
del alma, en esta mitad del género humano; si en nombre del interés legítimo que tiene en que esos negocios no
de la razón y de la religión la proclamáis compañera y no le dañen, sino que le aprovechen? Y bien ¿pretenderéis
esclava del hombre; si en nombre del cristianismo y de la acaso que el hombre es el único que está interesado en la
filosofía la creéis dotadas de los requisitos esenciales para buena o mala dirección de la sociedad? Lejos de eso, no
la ejecución de los actos, para el ejercicio de los derechos se podría alegar una en razón más poderosa en favor de
humanos, ¿en virtud de qué principios las declaráis la mujer; no se podría invocar un principio que condene
perpetuamente incapaces de ejercer derechos políticos? más de frente su exclusión de los negocios públicos.
¿En virtud de qué principios las condenáis eternamente
al ostracismo en los negocios públicos, ni más ni menos Ya lo hemos dicho: si las sociedades están constituidas
que condenáis a los seres irracionales? principalmente para proteger la razón y la justicia de los que
pueden menos, contra la arbitrariedad y el abuso de los que
¿Dónde está el texto en qué, al crear Dios a la mujer y al pueden más, ¿para quién puede ser materia dudosa que es
constituir la familia y la sociedad, dijese a aquélla: tendrás la mujer uno de los seres que tengan mayor interés en la
derecho a la vida que te doy, a la luz que te alumbra, al aire buena organización y el mejoramiento de las sociedades
que respiras; mas no lo tendrás a mezclarte en los negocios humanas? ¿quién sino el débil, quién sino la mujer, que
de la sociedad, en que has de vivir por la condición de por la condición de su naturaleza física depende más que
tu naturaleza, por más que esos negocios te afecten e el hombre de la protección social, puede tener un interés
interesen? ¿Dónde está la ley natural que condene a la más supremo en que el amparo de las instituciones y los
mujer al ostracismo universal y perpetuo de los negocios magistrados deben dispensar a la razón y a la justicia de
públicos, a que la tiene condenada la ley humana? No la debilidad, no sea una vana palabra y adquiera cada día
existe; lo único que existe es la historia del despojo de mayor eficacia y perfección?
los derechos del débil por el fuerte, de los derechos de la
mujer por el hombre; historia vergonzosa de la humanidad, Tan cierto es esto y tan cierto es que los más grandes intereses
porque es la historia de sus abusos, como lo veremos luego. de la sociedad misma están vinculados a esta protección de
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la mujer, que habiendo los hombres despojádola legalmente pregunto ¿forman o no forman parte de la sociedad las
de la mayor parte de sus derechos, se han visto obligados mujeres? Si forman parte y si están sujetas a los deberes
por su propia conveniencia, a buscar otra manera, para la que la sociedad impone ¿con qué título las priváis de los
mujer, una compensación de lo que la ley les quitaba, a fin derechos correlativos a esas obligaciones? ¿Pretenderéis
de que no perdiese a los ojos del hombre mismo el prestigio acaso que ellas han nacido como los esclavos, para ser
que ha menester para la ventura misma de los pueblos. eternamente parias de la sociedad?
Esta compensación, aunque escasa, la otorgaron por medio Si el orden político puede perjudicarlas como a cualquier
de las costumbres, por medio de la opinión, por medio de hombre ¿con qué derechos les cerráis las puertas de la
otras instituciones puramente religiosas o domésticas. Ahí legalidad para que se defiendan y procuren su remedio
tenéis al paganismo, colocando a la mujer en el Olimpo, en el mismo terreno político en que son dañadas? A la
como al hombre; ahí tenéis al caballero de los tiempos mujer le imponéis contribuciones; la mujer las paga; pero
medios, jurando por su Dios y por su dama. ¡Ay del que les prohibís mezclarse en la inversión del tributo que
ultraje a una mujer!¡Ay del mal caballero que no la proteja desembolsan. Las creéis hábiles para ejercer el derecho
ni defienda! La opinión, nada más que la opinión formulará de propiedad; las creéis muy hábiles para que den a la
contra él un fallo terrible e inapelable. Ahí tenéis a la mujer sociedad una parte de sus bienes, con que se paguen a
amparada y enaltecida, no por ley, que se había hecho para los magistrados que la administran; pero en tratándose
ella ciega y sorda, sino por la opinión y las costumbres; de que tengan voz y voto para que vigilen los intereses
y amparada y enaltecida no sólo en interés de ella, sino sociales en que van envueltos los suyos, para que vigilen
también en interés de la sociedad misma. la conducta de los administradores, que ellas pagan, ya su
habilidad desaparece, ya su incapacidad es notoria. No es
Aparte de este interés especial que la mujer tiene en esta la menor de las aberraciones humanas. No es esta la
el buen gobierno de los pueblos, decidnos ¿a quiénes primera injusticia que cometen los hombres.
afectan las buenas o malas instituciones, los buenos o
malos magistrados? Afectando a la sociedad ¿no afectan Sea, pues, que se consideren las bases fundamentales del
a la familia y al individuo? ¿No afectan a la mujer como orden social, sea que se atienda a la capacidad natural de
al hombre? Una y otro ¿no tienen idénticos intereses? la mujer, sea el interés legítimo que ella tiene en el buen
orden de la sociedad, sea que se atienda a su calidad de
Pues nosotros vamos más allá, y puesto que de interés y de seres asociados para vivir en comunidad, sea, en fin, a los
afecciones se trata, puesto que este linaje de consideraciones deberes y a las cargas en el orden político le impone, es
más pertenece al corazón que a la cabeza, decimos que para nosotros claro, evidente, incuestionable que en la
más afectan a la mujer que al hombre. De las instituciones mujer existe, como en el hombre, el derecho de tomar
y de los magistrados depende en gran parte de la suerte de parte en la dirección de la cosa pública, es decir, el derecho
los asociados; y ¿quién es más tiernamente solícito de su electoral. No hay principio alguno que se oponga a ello.
ventura que la hija por el padre, la esposa por el esposo, y El ejercicio de este derecho puede estar más o menos
sobre todo, la madre por sus hijos? Nadie; en vano buscaréis reglamentado o restringido, según los tiempos y lugares;
corazones más enérgicamente interesados en el bienestar pero la existencia del derecho nos parece innegable.
y prosperidad de esos seres y, en consecuencia, que tengan
un interés de más subido color en que la sociedad marche Esto por lo que hace el orden especulativo; vamos a
por el sendero del bien. examinar el asunto en el orden de los hechos.
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III.
Hemos visto que en el terreno de los principios, no hay a la mujer despojada de todos sus derechos, reducida a
ninguno que se oponga al derecho natural de la mujer la condición de sierva y de vil instrumentos del deleite.
para mezclarse en la política, es decir, para tomar parte
en la dirección de la cosa pública. Veamos ahora cual es Pero volvamos a Roma. La ciudad de las siete colinas no
la enseñanza de la historia a este respecto. Esa enseñanza es ya una simple guarida de groseros pastores, es ya una
es luminosa como hay pocas. sociedad bien organizada; las leyes se han modificados, la
civilización ha crecido. Pues bien, notad cómo, a medida
Remontaos a las naciones antiguas y, para no ocuparnos que crece la civilización, van creciendo con ella los derechos
sino de la más ilustre, de la que fue reina y señora de las de la mujer; notad cómo ya no es permitido al padre
otras, de aquella que, merced a ensayos que duraron siglos, matar a la hija, ni al marido matar a su mujer, cómo no
llegó a tener una legislación más acabada, de Roma, la le es permitido esclavizarlas siquiera. La mujer tiene ya el
grande, la invencible; preguntad cual fue, en el curso de derecho a su existencia, el derecho a su libertad. Y como
su larga vida, la condición legal de la mujer. en Roma ha acontecido en todos los pueblos al salir de
la barbarie, al recibir las luces de la cultura.
En su infancia, la mujer no es ni siquiera persona, es ante
la ley cosa capaz de ser enajenada y adquirida. El padre y Pero si bien la mujer tenía derecho a su libertad y a su
el marido ejercen sobre ella el derecho de vida y muerte existencia, no lo tenía a la herencia, a la propiedad, a la
y ponen sobre su cuello una cadena perpetua. La mujer
no tiene, no decimos los derechos políticos, no decimos
los derechos civiles, no tiene ni el derecho a su libertad, ni
siquiera el derecho a su existencia. El hombre le arrebató
todos los derechos, excepto aquellos que era imposible
arrebatarle: el de pensar, querer y sentir. Si esto hubiera
sido susceptible de despojo, el hombre se lo hubiera
arrebatado también.
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industria. Con todo, las luces fueran creciendo, fuéronse atender a las enfermedades de su sexo; ya no es un mal,
modificando las costumbres y las opiniones, y con ellas sino un bien que ella piense, escriba y enseñe; ya, en fin,
mejorándose las leyes. Pues bien, al compás de esta tiene asegurados los derechos a la vida, a la libertad, a la
mejora, las leyes romanas fueron concediendo a la mujer propiedad; ya puede ser testigo, tutora, curadora, albacea,
el derecho de heredar, el derecho de tener un peculio, el etc., etc. Posee los derechos civiles. ¿Qué le falta? Tener
derecho de hacer suyo el trabajo. los derechos políticos.
Mas esto no era bastante. La legislación romana comenzó ¿Los tendrá algún día? Sin duda, respondo sin vacilar. Ya
a recibir las enseñanzas que venían del Calvario y continúo creo divisar la sonrisa en los labios de mis contradictores,
mejorando hasta llegar a la más alta perfección que logró que por urbanidad no pronuncian las palabras: ¡locura,
alcanzar, dejándonos con Justiniano un monumento inmortal extravagancia! Pero yo recuerdo haber escuchado en mi
de sus preceptos y doctrinas. ¿Cuál era en esa época la niñez, es decir ayer no más, las mismas palabras, a los
condición legal de la mujer? ¿Qué derechos alcanzó a que yo decía que me parecía bárbaro no enseñar a la
otorgarle la legislación romana? Casi todos. mujer a leer ni escribir; a los que le pedía que cultivasen la
inteligencia de la mujer para hacerla apta de un profesión
La mujer tenía derecho a la existencia, a la libertad, a la literaria o científica, es decir, para hacerla compañera digna
propiedad; podía adquirir por herencia, por donación, de los hombres ilustrados. Y apenas han pasado pocos
por su industria; podía no sólo adquirir, podía administrar años para mi extravagancia y mi locura la vea convertida
sus propios bienes, y no sólo los propios, sino los ajenos; en una honrosa realidad, aun en un pueblo tan nuevo
en ciertos casos podía ser tutora, curadora, ejecutor como el nuestro.
testamentario, etc. De modo que la legislación romana,
inspirándose en el cristianismo, llegó a otorgar a la mujer Sí, creo que un día no lejano comenzará la mujer a ejercer
no sólo los derechos naturales primarios, sino que le otorgó sus derechos políticos. A ello no se oponen ni los principios
casi toda la suma de los derechos civiles. No le dio más ni la historia, que antes por el contrario, como lo hemos
porque no alcanzó a darle más. La sociedad, las ideas no manifestado, la evidencia de los primeros y las enseñanzas
estaban aun preparadas para otorgar a la mujer lo único de la segunda, nos vienen diciendo: la exclusión de la mujer
que le faltaba adquirir: los derechos políticos. es un despojo; privarla de sus derechos a sido, es y será
patrimonio de la barbarie. Lo único que a ello se opone es
De Roma pasad a los tiempos medios, a las naciones que la falta de una preparación conveniente para el ejercicio
se formaron con la invasión de los bárbaros y que han de todos los derechos políticos; y más que esto, lo que se
sido alumbradas por el cristianismo, y en todas partes opone a ello son las inveteradas preocupaciones reinantes.
encontraréis la misma elaboración, los mismos cambios y el
mismo progreso sucesivo con respecto a la mujer. A medida Sí, las preocupaciones. Estúdiese la historia y se verá qué
que ha ido creciendo la civilización han ido creciendo los se ha dicho a la mujer: No depositéis un voto en la urna
derechos de la mujer; a medida que los pueblos aumentan electoral, no mezcléis siquiera vuestra voz en la discusión
en cultura, la mujer aumenta el número y extensión de de los negocios públicos, porque sois incapaces para ello;
sus derechos, y no solo sus derechos, sino la educación porque no habéis sido creadas para eso; porque haríais a
que recibe, las profesiones que ejerce, las industrias en las la sociedad un mal y no un bien. Y al mismo tiempo se le
que se ocupa, triple faz en cada una de las cuales queda a ha dicho: Gobernad a los pueblos, ponemos en vuestras
la humanidad mucho que andar todavía. manos sus destinos, disponed de su suerte. ¡Cabe aberración
mayor! ¿Cuál intervención en los negocios públicos es
Ya hoy no es deshonra para la mujer el que tenga una mayor: dar un voto para la elección de un mandatario,
industria y gane con su trabajo el pan de sus hijos o el o disponer del gobierno mismo de los pueblos? Y sin
sustento propio; ya no es un peligro que la mujer sepa leer embargo, les negáis lo primero y le habéis concedido lo
ni escribir; ya no es una extravagancia que la mujer estudie segundo.
humanidades y hasta ejerza la profesión de médico; que
al contrario, nada se encuentra más natural y propio para
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¿Diréis que los pueblos están muy arrepentidos de haber Hemos probado que tanto en el orden de los principios
otorgado a la mujer el más alto, el más importante, el como en el orden de los hechos, todo conspira al triunfo
non plus ultra de los derechos políticos, como lo es el de definitivo de la opinión que sustentamos, y que tarde o
gobernar a los pueblos? No; porque la historia prueba temprano la civilización reparará esta injusticia, concediendo
que los pueblos no han tenido que arrepentirse de ello, a la mujer los derechos políticos.
cuando por un solo feliz acaso, ha cabido en suerte a la
mujer trepar las gradas del trono. Recorred la historia y Pero entretanto, contra esta idea se levantan las opiniones
veréis a Semíramis, la honra de la Asiria; a Zenobia, la reinantes, autorizadas de una manera formidable por las
gloria de Palmira; a Dido, fundadora de Cartago; a Isabel, preocupaciones y las costumbres, formando un muro
el orgullo de los ingleses; a Margarita de Waldemar, la al parecer inespugnable. Mas por lo mismo creemos
joya de Dinamarca; a María Teresa, la gloria sin parar del nosotros que conviene comenzar cuanto antes la tarea,
Austria; a Victoria uno de lo soberanos más estimados si amamos la justicia, si queremos trepar el muro algún
del mundo; y para no hablar de cien otras, ahí tenéis esa día. Si queremos llegar algún día a la alta cumbre de los
figura gigantesca, ante la cual palidecen las otras, Isabel la progresos sociales, es preciso que emprendamos alguna
Católica, ese modelo de mujeres y modelo de soberanos, vez la ascensión de la montaña. Y esto es lo que nos hemos
que no tiene superiores ni acaso iguales en toda la larga propuesto, estudiando los principios y la historia, y esto
experiencia de la monarquía española; Isabel la Católica, es lo que nos proponemos, ocupándonos en seguida en
honra y gloria de las monarcas, de la España, del mundo. analizar los errores que circulan en tan grave asunto.
No, los pueblos no han tenido que arrepentirse de haber
puesto sus destinos en manos de una mujer, más de lo
que han tenido que arrepentirse de haberlos puesto en
manos de los hombres.
9
IV.
Los impugnadores de los derechos políticos de las mujeres bajo la potestad del marido, recordaremos lo que esa
pueden reducirse a dos categorías. Los unos sostienen misma religión enseña: que Dios sacó a la mujer de la
la incapacidad absoluta de la mujer para ejercer esos costilla del hombre y la crió semejante a él, para que fuera
derechos; los otros solo hablan de su incapacidad relativa. su compañera y amiga, y no la sacó de la cabeza para que
Para los primeros, la mujer no deberá ejercerlos nunca, no fuera su señora, ni de los pies para que fuera su esclava.
para los segundos deberá ejercerlos, mas no por ahora, en Por eso la Iglesia dice: compañera te doy y no esclava.
atención al estado actual de las ideas y de las costumbres.
Para aquellos la cuestión es de imposibilidad radical; para A los que tal nos dicen les recordaremos sólo a la mujer
estos, simple cuestión de oportunidad. cupo la dignidad de ser madre de Dios; les recordaremos que
desde la cumbre del Calvario el hombre fue constituido en
Ocupémonos de los primeros. Para rebatirlos nos bastaría hijo y la mujer en madre espiritual del linaje humano. He ahí
atenernos a los principios que hemos invocado y a la la glorificación sin par de la mujer por el Hijo del hombre.
enseñanza de la historia que dejamos expuesta. Queremos
con todo tomar en cuenta siquiera sus objeciones más La mujer, decís, no puede tener derechos políticos porque
serias, desentendiéndonos, en obsequio de la brevedad, ha sido condenada a estar bajo la potestad del varón. Si
de otras preocupaciones, ridículas unas, monstruosas otras, vuestra razón valiese algo, valdría para quitar a la mujer
absurdas todas, que los espíritus irreflexivos oponen a la todos sus demás derechos: despojadla del derecho de
opinión que defendemos. propiedad, del derecho de administrar sus bienes; no
le permitáis ser tutora, curadora, albacea, porque así la
¿Cómo queréis, se dice, conceder a la mujer los derechos colocáis a la misma altura del hombre; más que eso, porque
políticos que ahora solo el hombre ejerce? ¿Cómo queréis como tutora y curadora de sus hijos varones, la colocáis a
levantarla a la misma altura del hombre, si ha sido condenada mayor altura que ellos.
a vivir bajo la potestad del marido? Sí, en el matrimonio la
mujer estará bajo la potestad del varón. Sí, por la primera ¿Puede consentirse que ejerzan autoridad alguna y aun
culpa, fue la mujer condenada a tener hijos con dolor y sobre el varón, cuando han sido condenadas a vivir bajo
el hombre a comer pan con afanes. Pero ¿qué tiene que su potestad? Haced más todavía: privadla de su derecho
ver todo esto con los derechos que tiene el ser humano a la existencia, porque bajo este aspecto la igualáis al
en la sociedad política en que vive? hombre, como bajo el aspecto de los derechos políticos
queremos colocarla nosotros, y privadla, en fin, de todo
Sin duda eso mismo debieron tener presente los primeros aquello en que pueda estar a la altura del varón, porque
legisladores de Roma cuando dijeron, como el hombre nació sólo para vivir bajo su eterna potestad. ¡Cómo el
dispone de su cosa, así el padre disponga de su hijo y el error conduce al abismo!
marido de su mujer. ¿Necesitarían de más todos los pueblos
orientales y todos los pueblos bárbaros y todos los que Cuando esto oímos relativo a la mujer, se nos viene naturalmente
sostienen la comunidad de las mujeres, para justificar sus a la memoria lo que los esclavólatras de Norte-América argüían
monstruosos absurdos? para justificar la esclavitud eterna de los negros y de todos
los horrores que eran su natural consecuencia. Son hijos de
Reconocemos el precepto cristiano de la autoridad Chanaan, decían, y Chanaan y su prole fueron condenados
doméstica del varón sobre la mujer; pero es en nuestra a vivir bajo el yugo de sus hermanos, los descendientes de
misma calidad de cristianos, es en nombre de la religión Sem y Japhet, que somos nosotros. Sean, pues, para siempre
católica en el que pedimos se eleve a la altura del hombre. y en todos los lugares y en toda materia nuestros siervos,
A los que nos citan la condenación de la mujer para estar porque a eso nacieron condenados. El caso es el mismo.
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Concedido, dicen otros; cierto que esa potestad del varón
en matrimonio no obsta para que la mujer adquiera los
derechos políticos: pero sí obsta y obstará siempre la
naturaleza peculiar de sus deberes. Ella ha nacido para
consagrarse a la familia, a los cuidados de la casa, a su vida
doméstica, y no puede ni dejar a un lado esos deberes
privados para consagrar su atención a los negocios públicos.
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V.
Hemos oído las sinrazones de los que creen a la mujer conciencia recta; el voto de una inteligencia que conoce el
radical y eternamente incapaz de ejercer el derecho bien de su país infinitamente mejor que muchos hombres a
electoral. Oigamos a aquellos que, creyéndolas naturalmente quienes la ley concede ese derecho; el voto de un corazón
capaces, no las creen, sin embargo, por ahora; a aquellos que puede amar a la patria sin rival, que puede servirla
para quienes el asunto es de mera oportunidad. hasta la heroicidad, que puede cual ninguno interesarse
por su suerte.
Para nadie es más justo y claro que para nosotros aquello
que se dice: que en las ciencias sociales y políticas los Para nosotros, la concesión de los derechos políticos a la
principios, por más evidentes que sean en teoría, tienen mujer, envuelve la más elevada perfección social; es un ideal
siempre que sufrir algunas modificaciones en la práctica, hacia donde visiblemente la humanidad camina. Pensamos
a fin de evitar que su imprudente aplicación vaya a herir que ella llegará ese ideal tarde o temprano, pero que llegará
otros intereses legítimos o a ocasionar trastornos en que infaliblemente. Para esto no se necesita ser profeta; para
naufraguen otros principios tan respetables como aquéllos. esto nos basta consultar la historia y estudiar la marcha
Lejos de olvidarnos de ello, tenemos muy presente esta de la civilización al través de las edades; y esa marcha no
verdad: las instituciones políticas deben siempre amoldarse al es otra que la que ya dejamos expuesta: a medida que ha
carácter peculiar de cada pueblo, el grado de su civilización, ido creciendo la cultura de los pueblos, alumbrados sobre
a la severidad o depravación de sus costumbres. todo por el cristianismo, han ido también creciendo los
derechos de la mujer. Observando la marcha política del
Vamos más allá todavía: declarando que si hay algún asunto mundo, creemos nosotros divisar ya los primeros albores
en que los principios tengan que sufrir modificaciones de lo que llamaremos la redención política de la mujer, y
profundas en la práctica, ese es precisamente el asunto de justamente en algunas monarquías del viejo mundo.
que tratamos. Contra la adquisición de los derechos políticos
por la mujer, se alzan en las sociedades actuales, como una ¿Por qué un país republicano y democrático como el
montaña inaccesible, las inveteradas costumbres, las miras nuestro no se les habría de anticipar? ¿Diréis que Chile
estrechas de los espíritus poco ilustrados, de los espíritus está más atrasado que ellas? ¿Diréis que ninguna de las
empedernidos por la atmósfera de las preocupaciones matronas chilenas es capaz de depositar en la urna un voto
vulgares, que vician, ciegan y arrastran muchas veces aun ilustrado y concienzudo? Sin duda que diríais lo contrario.
a las inteligencias más esclarecidas y a los corazones más ¡Cuántas matronas venerables, cuántas respetabilísimas
rectos. ¡Tan débil es el espíritu humano! señoras hay, ante cuya ilustración, y ejemplares virtudes,
públicas y privadas, se sentirían confundidas y humilladas
Y es precisamente lo que pasa, a nuestro juicio, con la depravación y la ignorancia de millares que van a la
el derecho electoral de la mujer. Muchas inteligencias urna a decidir de los destinos de la patria! ¡Y sin embargo,
ilustradas y muchos corazones rectos se dejan seducir por entregáis locamente estos destinos a la indignidad de éstos
las opiniones reinantes, fundadas, no en la razón sino en la y os negáis a entregarlos también a la dignidad de aquéllas!
costumbre, y condenan sin apelación a la mujer, aprueban ¡Injusticia tras injusticia! ¡Aberración tras aberración!
el despojo y sancionan la injusticia.
¿Diréis que no están todavía educadas para eso? ¡Cómo!
Y es precisamente lo que tendríamos en vista para solicitar Cincuenta años de vida republicana ¿no han enseñado aún,
por ahora, en favor de la mujer, nada más que un derecho a ninguna de nuestras señoras, lo que significa el voto?
electoral bastante restringido. Que las que reúnan tales y ¿Ninguna lo sabe? Porque nadie trata de que se conceda
cuales condiciones tengan siquiera el derecho de depositar a todas. ¿No hay ninguna que lo comprenda? Semejantes
en la urna el voto de un entendimiento cultivado y de una absurdos no se discuten.
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Pero suponed que así fuese. ¿Cómo pretenderíais que
algún día llegasen a tener la preparación conveniente y
una perfecta educación política, si les negáis en absoluto
mezclarse en ella? ¿Cómo aprenderá el niño a andar con
entero desembarazo, si no le dejáis nunca dar el primer
paso? ¿Cómo queréis que el hombre se adiestre en los
negocios, si lo mantenéis en perpetua tutela; si no le
permitís que se ejercite mucho ni poco en negocio alguno?
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