Bioquimica Tarea 3
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Lipidos
Los lípidos, por su carácter hidrofóbico, no se encuentran circulando libres en el plasma, sino que
se unen a proteínas, conformando complejos macromoleculares solubles denominados
lipoproteínas. Las lipoproteínas transportan todos los lípidos que circulan en el plasma: colesterol
libre y esterificado, triglicéridos y fosfolípidos. Sólo una pequeña proporción de los ácidos grasos
forman parte de las lipoproteínas, ya que la mayoría de ellos circulan unidos a la albúmina. Los
lípidos no polares, como el colesterol esterificado y los triglicéridos, conforman el núcleo
hidrofóbico de la estructura lipoproteica, mientras que la superficie hidrofílica está compuesta por
grupos lipídicos más polares, como el colesterol libre y los fosfolípidos, ambos intercalados con
moléculas proteicas, lo cual permite la solubilidad de los complejos.
La fracción proteica de las lipoproteínas está integrada por diferentes polipéptidos específicos
denominados apoproteínas, que se designan con las letras: A-I, A-II, A-IV, A-V, B48’ B100’ C-I, CII,
C-III, D, E, etc. En un comienzo, se consideraba que las únicas funciones de las apoproteínas se
relacionaban con la conformación de la estructura de las lipoproteínas y el transporte de los
lípidos. Posteriormente, se comprobó que las apoproteínas intervenían activamente en el
metabolismo de las lipoproteínas. Asociadas a las lipoproteínas existen, además, enzimas y
proteínas transportadoras de lípidos, que intervienen en su transformación a lo largo del
metabolismo lipídico y en el cumplimiento de sus diferentes actividades fisiológicas.
a) Quilomicrones
Se sintetizan en el intestino con la función de transportar los lípidos dietarios hacia el hígado. Son
las lipoproteínas más grandes, con un diámetro superior a los 100 nm. En la ultracentrifugación,
flotan a una densidad menor de 0,95 g/ml. En la electroforesis en gel de agarosa, permanecen en
el origen. El 90 por ciento de su contenido son triglicéridos dietarios, el resto colesterol y
fosfolípidos. El contenido apoproteico del quilomicrón naciente o recién sintetizado consiste en
apo B-48, A-I, A-II, A-IV y A-V. Ya en la circulación, el quilomicrón recibe apo C-I, C-II, C-III y E de las
HDL, y pierde parte de las apo A. En ausencia de apo B48, la síntesis de quilomicrones no se
produce, generándose el síndrome de malabsorción conocido como abetalipoproteinemia. En
condiciones normales no persisten quilomicrones en el plasma después de un ayuno de 12 horas.
Son sintetizadas y secretadas por el hígado. Tienen un diámetro variable de 30 a 100 nm. Por
ultracentrifugación, pueden separarse en el rango de densidades de 0,95 a 1,006 g/ml y en la
electroforesis tienen movilidad de pre-beta o alfa-2-globulinas. La porción lipídica de estas
lipoproteínas contiene 60 % de triglicéridos, 20 % de colesterol y el resto son fosfolípidos. Sus
constituyentes apoproteicos son la apo B100, A-V, C-I, C-II, C-III y E. Cabe destacar que existe un
solo mol de apo B100 por mol de VLDL. La VLDL tiene la función de transportar los triglicéridos de
síntesis endógena, que son secretados a la circulación, impidiendo así la esteatosis hepática,
además de redistribuir ácidos grasos a diferentes tejidos que los requieran.
c) Lipoproteínas de densidad intermedia (IDL)
Son el producto del catabolismo parcial de las VLDL. Estas lipoproteínas son más pequeñas que sus
precursoras (25 a 30 nm), tienen una densidad comprendida entre 1,006 y 1,019 g/ml y su
movilidad electroforética coincide con las beta globulinas. Las IDL tienen aproximadamente igual
proporción de colesterol y triglicéridos. Su contenido apoproteico consiste en apo B100 y E. Por
cada molécula de VLDL que se degrada, se produce una de IDL. Existe una transferenciatotal de la
apo B100 de la VLDL a la IDL, mientras que se van perdiendo las apoproteínas C y en menor grado
la E, a la vez que se hidrolizan los triglicéridos por acción enzimática. En estadopostprandial
aumenta progresivamente la concentración de la IDL en el plasma, alcanzando su pico máximo a
las seis horas después de la ingesta. La IDL continúa perdiendo sus triglicéridos por acción
enzimática y su apo E hasta convertirse finalmente en LDL.
Las lipoproteínas de alta densidad tienen diferentes orígenes: pueden provenir de la síntesis
hepática, intestinal o resultar del catabolismo de las lipoproteínas ricas en triglicéridos
(Quilomicrones y/o VLDL) en la circulación plasmática. Las HDL recién sintetizadas o nacientes son
discoidales y se las conoce como pre-beta HDL, denominación que surge de la electroforesis
bidimensional utilizada para su detección. Estas partículas nacientes migran en posición pre-β,
mientras que el resto de las HDL migran en posición α. Las pre-β HDL están constituídas por apo
A-I, fosfolípidos y colesterol libre. En el plasma estas partículas maduran adquiriendo forma
esférica (HDL3 y HDL2 Pueden distinguirse
por lo menos dos subfracciones de HDL:
HDL2 y HDL3 que varían en su densidad,
tamaño y composición. Las HDL2 (d= 1,063
a 1,120 g/ml) tienen mayor peso molecular
y son más ricas en fosfolípidos y colesterol
que las HDL3 (d= 1,120 a 1,210 g/ml). El
nivel de la HDL2 está influenciado por
variables fisiológicas como las hormonas
sexuales, insulina, ejercicio físico y dieta, a
diferencia de la HDL3 cuyo nivel depende
directamente de la síntesis y secreción
hepática o intestinal.
Estas son la lipoproteína lipasa (LPL), lipasa hepática o triglicérido-hidrolasa hepática (LH) y la
lecitina:colesterol acil transferasa (LCAT).
a) Lipoproteína lipasa
inhibir la lipasa hepática, que también se libera por acción de la heparina. Es activada por apo CII e
inhibida por apo C-III. La deficiencia congénita de apo C-II produce hiperquilomicronemia y
aumento de VLDL, lo que prueba la inactividad de la enzima. Adicionalmente, su actividad se ve
influenciada por factores que interaccionan con el heparán sulfato como la apo A-V, la cual acerca
las lipoproteínas sustrato a la enzima. Cabe destacar la importancia de los diversos orígenes de la
LPL en relación con su actividad biológica. Si bien las enzimas provenientes de diferentes fuentes
son inhibidas por los mismos anticuerpos anti-LPL, su actividad no es regulada de la misma manera
por ciertas hormonas, en especial la insulina. Estudios in vivo e in vitro demuestran una
correlación positiva entre la actividad de la LPL del tejido adiposo y la insulinemia. Por otro lado, la
insulina transforma la forma inactiva de pro-LPL en LPL activa y aumenta la secreción de la enzima
a sus sitios de acción en el endotelio capilar del tejido adiposo. En cambio, la LPL del músculo
cardíaco y esquelético no es regulada por la insulina.
b) Lipasa hepática
Actúa a continuación de la LPL hidrolizando los triglicéridos de las IDL. También tiene
actividadfosfolipasa. Esta enzima se sintetiza en las células parenquimatosas del hígado. Al igual
que la LPL, también se libera por inyección de heparina. En contraste con la LPL, no requiere apo
C-II como activador. La inyección de anticuerpos anti-LH produce acumulación de IDL en el plasma.
Esto prueba la intervención de la enzima en el catabolismo hepático de la IDL. La LH, al igual que la
LPL, se encuentra bajo regulación hormonal, principalmente de la insulina. En la diabetes
hipoinsulinémica, la actividad de la LH está disminuida. Existe también una relación inversa entre
el nivel de HDL, en especial la subfracción de HDL2, y la actividad de la enzima, lo que sugiere la
intervención de esta lipasa, con actividad fosfolipasa, en el catabolismo hepático de HDL2.
c) Lipasa endotelial
Es una enzima cuya síntesis ocurre en células endoteliales de vasos que irrigan hígado, pulmón,
riñón y placenta, aunque no de músculo esquelético. A diferencia de la LPL y de la LH, esta enzima
posee mayor actividad fosfolipasa que triglicérido-hidrolasa, por lo que se propone que participa
en el metabolismo de las HDL. La sobreexpresión de esta enzima en ratones se asoció a una
disminución de los niveles del colesterol-HDL (C-HDL) y de la concentración de apo A-I, el
componente apoproteico mayoritario de las HDL. Asimismo, estudios realizados en humanos
evidenciaron una asociación entre variantes genéticas que disminuyen la actividad de la lipasa
endotelial con altas concentraciones séricas de C-HDL, por lo que actualmente se estudia la
posibilidad de utilizar inhibidores de lipasa endotelial como estrategia terapéutica para aumentar
los niveles séricos de C-HDL.
La actividad de la LCAT esterificando el colesterol libre de las HDL es denominada actividad αLCAT,
aunque también existiría una actividad ß-LCAT sobre las lipoproteínas con apo B que
encondiciones fisiológicas es prácticamente despreciable.
El tipo 1 (o tipo no neuropático) es la forma más frecuente de la enfermedad en los EE. UU. y
Europa. No hay afectación cerebral, pero puede haber alteración pulmonar y, con poca
frecuencia, renal. Los síntomas pueden comenzar temprano en la vida o en la adultez y pueden
presentarse como aumento de volumen del hígado y gran aumento de volumen del bazo, el cual
se puede romper y ocasionar complicaciones adicionales. La debilidad esquelética y la
enfermedad ósea pueden ser extensas. Las personas en este grupo, por lo general, se hacen
moretones con facilidad debido al bajo contaje de plaquetas en la sangre. También pueden
experimentar fatiga debido a la anemia. Dependiendo del inicio y gravedad de la enfermedad, las
personas con el tipo 1 pueden vivir bien hasta la adultez. Muchas personas afectadas tienen una
forma leve de la enfermedad o es posible que no presenten síntomas. Aunque la enfermedad de
Gaucher tipo 1 se presenta con más frecuencia entre personas de herencia judía ashkenazi, puede
afectar a personas de cualquier etnia.
El tipo 2 (o enfermedad de Gaucher neuropática infantil aguda), por lo general, comienza a los 3
meses de edad. Entre los síntomas se encuentran daño cerebral extenso y progresivo,
espasticidad, convulsiones, rigidez de extremidades, aumento de volumen del hígado y del bazo,
movimiento anormal de los ojos y poca capacidad de succión y deglución. Los niños afectados,
usualmente, fallecen antes de los 2 años de edad.
El tipo 3 (forma neuropática crónica) puede comenzar en cualquier momento de la infancia o
incluso en la adultez. Se caracteriza por síntomas neurológicos que progresan lentamente y son
más leves comparados con los de la enfermedad de Gaucher aguda o tipo 2. Entre los síntomas
más importantes se encuentran trastorno de los movimientos de los ojos, déficit cognitivo, mala
coordinación, convulsiones y aumento de volumen del bazo o del hígado, irregularidades
esqueléticas, trastornos de la sangre como anemia y problemas respiratorios. Casi todas las
personas con enfermedad de Gaucher tipo 3 que reciben terapia de reemplazo enzimático
alcanzarán la adultez.
Para las personas con enfermedad tipo 1 y la mayoría de los que tienen tipo 3, el tratamiento de
reemplazo enzimático que se administra por vía intravenosa cada dos semanas puede disminuir
considerablemente el tamaño del hígado y del bazo, reducir anomalías esqueléticas y revertir
otras manifestaciones. El trasplante de médula ósea exitoso cura las manifestaciones no
neurológicas de la enfermedad. Sin embargo, este procedimiento conlleva riesgos significativos y
con poca frecuencia se realiza en personas con enfermedad de Gaucher. En muy pocas ocasiones
se puede requerir cirugía para extirpar todo o parte del bazo (si la persona tiene un contaje de
plaquetas muy bajo o cuando el aumento de volumen del órgano afecta de manera grave el
confort de la persona). Las transfusiones sanguíneas pueden beneficiar a algunas personas
anémicas. Otras personas pueden requerir cirugía para el reemplazo articular para mejorar
movilidad y calidad de vida. Actualmente, no hay un tratamiento eficaz para el daño cerebral que
se pueda presentar en personas con enfermedad de Gaucher tipo 2 y tipo 3.
Tipo A, la forma más grave que comienza en la infancia temprana. El bebé luce normal al nacer,
pero desarrolla daño cerebral profundo a los 6 meses de edad, aumento de volumen del hígado y
del bazo, ganglios linfáticos inflamados y nódulos debajo de la piel (xantomas). El bazo se puede
agrandar tanto como 10 veces su tamaño normal y se puede romper, lo que causa sangrado. Esos
niños se debilitan progresivamente, pierden función motora, se vuelven anémicos y son
susceptibles a infecciones recurrentes. Con poca frecuencia viven más de los 18 meses. Esta
forma de la enfermedad se presenta con más frecuencia en familias judías.
Tipo B (o de inicio juvenil), por lo general, no afecta el cerebro, pero la mayoría de los niños
desarrollan ataxia, daño a los nervios que salen de la médula espinal (neuropatía periférica) y
problemas pulmonares que progresan con la edad. El aumento de volumen del hígado y del bazo
característicamente ocurre en la preadolescencia. Las personas con el tipo B pueden vivir más
tiempo en comparación, pero muchas requieren oxígeno suplementario por el compromiso
pulmonar. Las enfermedades de Niemann-Pick tipos A y B son consecuencia de la acumulación de
la sustancia grasa llamada esfingomielina, debido a la deficiencia de una enzima llamada
esfingomielinasa.
Las gangliosidosis se componen de dos grupos distintos de enfermedades genéticas. Ambos son
autosómicos recesivos y afectan tanto a hombres como a mujeres por igual.
Gangliosidosis GM1
Las gangliosidosis GM1 se producen por deficiencia de la enzima beta-galactosidasa, lo que
ocasiona almacenamiento anormal de materiales lipídicos ácidos en particular en las células
nerviosas de los sistemas nerviosos central y periférico. La gangliosidosis GM1 tiene tres
presentaciones clínicas:
La GM1 infantil temprana (el subtipo más grave, con inicio poco después del nacimiento) puede
incluir neurodegeneración, convulsiones, aumento de volumen del hígado y del bazo,
engrosamiento de los rasgos faciales, irregularidades esqueléticas, rigidez articular, distensión
abdominal, debilidad muscular, respuesta exagerada de sobresalto y problemas con la marcha.
Aproximadamente la mitad de las personas afectadas desarrollan manchas rojo cereza en los ojos.
Los niños pueden ser sordos y ciegos a la edad de 1 año y, a menudo, fallecen a los 3 años de edad
por complicaciones cardíacas o neumonía.
La gangliosidosis GM1 infantil tardía, normalmente, comienza entre 1 y 3 años de edad. Entre los
síntomas neurológicos se encuentran ataxia, convulsiones, demencia y problemas con el habla.
La gangliosidosis GM1 adulta se desarrolla entre los 3 y 30 años de edad. Entre los síntomas se
encuentran disminución de la masa muscular (atrofia muscular), complicaciones neurológicas que
son menos graves y progresan más lento que otras formas del trastorno, opacidad corneal en
algunas personas y contracciones musculares sostenidas que producen torsiones y movimientos
repetitivos o posturas anómalas (distonía). Los angioqueratomas se pueden desarrollar en la parte
baja del tronco del cuerpo. El tamaño del hígado y del bazo de la mayoría de las personas
afectadas es normal.
Gangliosidosis GM2
Las gangliosidosis GM2 también hacen que el cuerpo almacene exceso de material graso ácido en
tejidos y células, más notablemente en las células nerviosas. Estos trastornos son consecuencia de
la deficiencia de la enzima beta-hexosaminidasa. Entre los trastornos GM2 se encuentran:
La enfermedad de Tay-Sachs (también conocida como gangliosidosis GM2 variante B) y sus formas
variantes se producen por una deficiencia en la enzima hexosaminidasa A. La incidencia ha sido
particularmente elevada entre las poblaciones de Europa del este y judía ashkenazi, así como
ciertos francocanadienses y cajunes de Louisiana. Los niños afectados parecen desarrollarse
normalmente los primeros meses de vida. Los síntomas comienzan a los 6 meses de edad y
abarcan pérdida progresiva de capacidad mental, demencia, disminución de contacto visual,
aumento de la respuesta de sobresalto al ruido, pérdida progresiva de audición que lleva a
sordera, dificultad para tragar, ceguera, manchas rojo cereza en la retina y cierta parálisis. Las
convulsiones pueden comenzar en el segundo año del niño. Los niños pueden necesitar
finalmente una sonda de alimentación y, a menudo, fallecen a los 4 años de edad por infecciones
recurrentes. No hay disponible un tratamiento específico. Los medicamentos anticonvulsivantes
pueden controlar las convulsiones iniciales. Otro tratamiento de apoyo incluye nutrición e
hidratación adecuadas y técnicas para mantener las vías respiratorias abiertas. Una forma poco
frecuente de la enfermedad, llamada enfermedad de Tay-Sachs de inicio tardío, se presenta en
personas en sus 20 y comienzos de los 30 años y se caracteriza por inestabilidad de la marcha y
deterioro neurológico progresivo.
La MLD infantil tardía, por lo general, comienza entre los 12 y los 20 meses de edad. Los bebés
parecen normales al principio, pero desarrollan dificultad para caminar y tendencia a caerse,
seguida de dolor intermitente en brazos y piernas, pérdida progresiva de visión que produce
ceguera, retraso del desarrollo y pérdida de los hitos adquiridos previamente, dificultad para
tragar, convulsiones y demencia antes de los 2 años de edad. Los niños también desarrollan
consumo muscular gradual y debilidad, y finalmente pierden la capacidad para caminar. La
mayoría de los niños con esta forma de la enfermedad fallecen a los 5 años de edad.
La MLD juvenil normalmente comienza entre los 3 y 10 años de edad. Entre los síntomas se
encuentran deterioro del rendimiento escolar, deterioro mental, ataxia, convulsiones y demencia.
Los síntomas son progresivos y la muerte ocurre 10 a 20 años después del inicio.
Los síntomas de la forma adulta comienzan después de los 16 años de edad y pueden abarcar
ataxia, convulsiones, agitación anormal de las extremidades (temblor), alteración de la
concentración, depresión, perturbaciones psiquiátricas y demencia. La muerte, por lo general,
ocurre en un plazo de 6 a 14 años después del inicio de los síntomas.
No hay cura para la MLD. El tratamiento es sintomático y de apoyo. El trasplante de médula ósea
puede retrasar el progreso de la enfermedad en algunos casos. Se ha logrado un progreso
considerable en relación a las terapias génicas en modelos animales de MLD y en ensayos clínicos.