Garcia Pereira Sara
Garcia Pereira Sara
Garcia Pereira Sara
Autora:
Sara García Pereira
Tutora:
María Lourdes Casillas Santana
Abstract ............................................................................................................................3
1. Introducción .................................................................................................................4
1.4 Impacto de los cuidados ofrecidos a la persona politraumatizada sobre su salud ...9
2. Metodología ................................................................................................................12
4. Limitaciones ................................................................................................................44
5. Conclusiones ...............................................................................................................45
6. Agradecimientos .........................................................................................................47
7. Bibliografía .................................................................................................................48
8. Anexos .........................................................................................................................51
1
RESUMEN
Introducción: Los politraumatismos constituyen un actual problema de salud pública,
siendo una de las principales causas de mortalidad y discapacidad en jóvenes. Además,
suponen un gran coste para los pacientes y el sistema sanitario. Dada su complejidad, el
cuidado enfermero cobra una elevada importancia para evitar la aparición de
complicaciones y secuelas.
2
ABSTRACT
Introduction: Multiple traumas constitute a current public health problem, also being
one of the main causes of young people’s mortality and disability. Moreover, it involves
a great cost for patients and the health system. Due to its complexity, the nursing care
becomes very important to avoid the appearance of complications and consequences.
Objective: To know the management carried out by nurses in the multiple trauma adult
patient during his admission in the intensive care unit.
Results: The articles’ reading led to the creation of four analysis units: multiple trauma
person’s characteristics and complications; multiple trauma person’s assessment and
initial care; neurological damage patient’s assessment and management and multiple
trauma patient’s treatment.
Key Words: multiple trauma, nurse, management, intensive care unit and assessment.
3
INTRODUCCIÓN
El paciente politraumatizado es aquel que presenta alteraciones a nivel multiorgánico
debido a las lesiones producidas en diferentes regiones anatómicas u órganos. Este
paciente requerirá una actuación y estabilización rápida para evitar la aparición de
posibles complicaciones que podrían llegar a comprometer su vida1,2.
El politraumatizado grave será aquel paciente que cumpla con las siguientes
particularidades, englobadas en tres grupos: cinemáticas, fisiológicas y anatómicas.
Dentro de las cinemáticas se encuentran: caída desde más de 6 metros, atropello a alta
velocidad o muerte de uno de los ocupantes del vehículo; fisiológicas como presentar una
puntuación en la Escala de Glasgow menor de 13 puntos, presiones arteriales sistólicas
menores de 90 mmHg o frecuencia respiratoria mayor de 30 respiraciones/minuto o
menor de 10 respiraciones/minuto; y anatómicas como una herida penetrante en tórax,
abdomen, cuello o cabeza, fractura de dos o más huesos largos, quemadura de más del
15% de la superficie corporal o lesiones por inhalación o inmersión prolongada1.
Son este último grupo de pacientes, los que precisarán un ingreso en una unidad de
cuidados intensivos. Es en esta unidad donde se ofertan unos cuidados integrales e
individualizados para pacientes en situaciones de salud críticas que se encuentran
comprometiendo su vida.
Aquellos pacientes que necesitarán el tipo de cuidados que se ofrece en estas unidades
son, por ejemplo, los que precisen una intubación orotraqueal con soporte ventilatorio
manual. Esto se podría deber a la presencia de lesiones de origen respiratorio causadas
por fracturas que comprometen el patrón respiratorio o por lesiones a nivel cervical o en
el sistema nervioso central. Por otro lado, encontramos pacientes con lesiones pulmonares
que requerirán de un posterior drenaje o descompresión o incluso, pacientes que presentan
grandes pérdidas hemorrágicas que deban ser compensadas y estabilizadas. En otros
4
casos, también será preciso la realización de inmovilizaciones en diferentes regiones
anatómicas o la administración de un tratamiento que necesite monitorización
hemodinámica las 24 horas del día3.
Epidemiología
La mayor parte de los casos se producen en el ámbito urbano. Estos se deben a causas no
intencionadas como accidentes laborales (precipitaciones), accidentes de tráfico o
accidentes deportivos. Mientras que un menor porcentaje se deben a causas intencionadas
como agresiones o intentos autolíticos2.
Si se analiza el sexo que más sufre este tipo de accidentes, se puede comprobar que los
porcentajes son más elevados para los hombres que para las mujeres. Son pacientes
pertenecientes a grupos socioeconómicos bajos, con antecedentes de consumo de
sustancias peligrosas y problemas de salud a nivel psicológico. Así mismo, la edad de las
víctimas suele encontrarse en una media entre los 19 y 44 años2.
5
La mayor parte de los casos requieren ser atendidos por unidades de soporte vital
avanzado extrahospitalarias e ingresan hemodinamicamente estables en las unidades de
cuidados intensivos2.
Las cifras de mortalidad suelen encontrarse en torno al 8-16%. En cuanto a los periodos
de mortalidad, se observa un 50% de fallecimientos de forma inmediata (segundos o
minutos después del accidente por lesiones cerebrales, roturas de grandes vasos,
obstrucción de vía aérea o hemorragias), un 30% de forma precoz (minutos u horas
después del trauma por fracturas, neumotórax a tensión, hematoma epidural o lesiones
que conducen a hemorragia severa) y un 20% de forma tardía (días o semanas después
por sepsis, fallo multiorgánico o fallos cerebrales)1.
Las lesiones cerebrales son una de las causas de un mayor tiempo de estancia en las
unidades de cuidados intensivos, presentando a su vez un periodo de recuperación más
prolongado, donde una adecuada praxis condicionará la evolución de este tipo de
pacientes5.
Los estudios que analizan estos casos refieren que un gran porcentaje de los mismos se
produjo debido a la falta de uso de medidas de protección tales como el cinturón de
6
seguridad o el casco, en caso de los accidentes de motocicleta5,7. También, se comprobó
que un 27,9% de pacientes se encontraba bajo los efectos de sustancias de abuso2 y un
32% bajo los efectos del alcohol 5,7 en el momento del accidente.
Por último, el análisis de los casos de pacientes politraumatizados con lesión medular
secundaria al trauma, muestra que existe una mayor incidencia en varones de
aproximadamente 40 años. Además, estas lesiones son provocadas principalmente por
precipitaciones en el ámbito laboral y accidentes de tráfico. Solo un 40% de los
accidentados usaban medidas de seguridad y un 13% se encontraba bajo los efectos del
alcohol7,8.
Los politraumatismos traen consigo una gran cantidad de secuelas y costes tanto para los
pacientes que los padecen como para sus familiares y para el sistema sanitario del país.
Los costes se pueden dividir en directos, indirectos y humanos.
Los costes directos hacen referencia a la cantidad de dinero invertido por el sistema
sanitario en el cuidado de esos pacientes, desde su ingreso hasta su recuperación
(tratamiento, cirugías, equipos de trasporte, personal que se encarga de su cuidado). Los
costes indirectos harían referencia a la pérdida de años de productividad que ocasionan
las lesiones (pérdida de días trabajados o incluso el abandono del empleo debido a su
incompatibilidad con las lesiones) no solo en los propios pacientes, sino también en los
familiares que tienen que abandonar sus empleos para dedicarse al cuidado. Los costes
humanos englobarían la disminución de la calidad de vida de dichas personas y sus
familias, estas últimas viéndose afectadas por el estrés psicológico de la incertidumbre
del pronóstico de su familiar afectado9. La gravedad de la lesión está directamente
relacionada con los costes indirectos. Sin embargo, según el estudio de Velez Jaramillo
et al 9, son mayores los costes indirectos en el individuo que los directos.
Es importante destacar que, es cierto que una persona politraumatizada con fracturas
tendrá una recuperación prolongada, pero donde se verá una mayor incidencia de los
costes anteriormente mencionados, será en los pacientes que han sufrido lesiones que
afectan a su sistema nervioso (TCE o traumatismo medular). En estos casos, los daños
neurológicos causados pueden comprometer la movilidad del individuo (paraplejias,
tetraplejias, etc.), así como su capacidad para formar y entender los mensajes hablados o
7
escritos, hasta pérdida de sensibilidad corporal, generando esto una falta de autonomía en
el individuo10. Debido a estas lesiones, su calidad de vida se verá reducida
considerablemente.
Según algunos autores, se ha comprobado que la calidad de vida, incluso después del
trascurso de dos años tras el accidente, no llega a ser igual que antes del mismo. Inclusive,
hasta seis años después, algunas de las consecuencias todavía persisten. Un 60% de los
TCE graves y un 20% de los TCE moderados continúan experimentado secuelas de las
lesiones hasta seis meses después del accidente. Un 13% de los mismos no consiguen
retomar sus empleos debido a las discapacidades permanentes causadas y un 13% requirió
rehabilitación posterior a su dada de alta en la unidad de cuidados intensivos9,10.
No solo se verá afectada la calidad de vida, sino también las relaciones sociales debido a
la consideración del paciente como un individuo que necesita una gran cantidad de ayuda,
lo que generará un sentimiento de tristeza hacia esa persona; lo que afecta
emocionalmente a los pacientes. Su imagen corporal también se verá modificada
dependiendo de las lesiones que padezcan11.
Es mayor el número de personas que quedan con secuelas tras un politraumatismo que el
número de personas que fallecen debido a ello, de ahí la importancia de una calidad en la
atención ofrecida a estos pacientes a lo largo de todo el proceso.
Teniendo en cuenta los datos aportados anteriormente, se comprueba que cierto número
de politraumatismos son causados debido a la falta de uso de medidas de protección en
los vehículos o en las motocicletas tales como el cinturón de seguridad o el casco.
Además, a pesar de que en los medios de trabajo las medidas de seguridad han mejorado
notablemente en los últimos años, provocando una reducción en los politraumatismos en
el medio laboral, sigue existiendo un porcentaje de casos que se deben a precipitaciones
en este ámbito por el uso incorrecto de dichas medidas de seguridad3.
8
Además, se refleja que cierta parte de los accidentados poseía escasos conocimientos
respecto a las medidas de seguridad necesarias para evitar este tipo de circunstancias.
En las últimas décadas, las campañas sobre el uso del cinturón mientras se conduce, han
sido muy efectivas, reduciendo el número de lesiones en los accidentados. Por lo que,
manteniendo y mejorando estas campañas y ampliándolas a los diferentes medios en los
que los politraumatismos se producen, las cifras de los mismo podrían llegar a verse
reducidas. También se puede trabajar desde la dimensión educativa a los más jóvenes, ya
que estas lesiones afectan en su mayoría a adultos jóvenes. Unas buenas medidas de
prevención reducirían la mortalidad inmediata de estos pacientes3.
Las unidades de cuidados intensivos acogen en ellas a personas, que, debido a la gravedad
de las lesiones sufridas, pueden experimentar con mayor facilidad cambios fisiológicos
que generen una inestabilidad en cualquiera de sus funciones vitales, incluidos las y los
pacientes politraumatizados.
9
Dentro de las funciones que tienen las enfermeras en el cuidado de estos pacientes,
encontramos la posesión de conocimientos acerca de las diferentes lesiones que puede
presentar un paciente, que cuidados requiere cada una de ellas y que complicaciones
asociadas existen de las mismas. También, se encuentra la adecuada capacidad de
valoración del paciente para detectar cualquier cambio que pueda significar un
empeoramiento en su estado de salud o la adecuada movilización de los mismos debido
a que, una mala praxis en este ámbito podría llegar a comprometer la evolución de
pacientes con lesiones neurológicas. Por otro lado, estaría la adecuada administración de
medicación, así como la vigilancia de los posibles efectos secundarios que esta pueda
tener y asegurar el confort en el paciente, debido a que esto también puede verse reflejado
en el curso de su evolución14.
Por consiguiente, serán las enfermeras y enfermeros las que creen y lleven a cabo planes
de cuidados adecuados cuyas intervenciones contribuirán a que estos sujetos desarrollen
la mejor evolución posible para un mejor periodo de rehabilitación y recuperación futuro.
Consecuentemente, la correcta realización de dichas intervenciones evitará la aparición
de secuelas y complicaciones que contribuyan al aumento de costes para los pacientes,
las familias y la sociedad, así como a la no recuperación de la calidad de vida inicial. La
importancia recae en un buen manejo de estas personas.
10
El manejo de un paciente politraumatizado es una actividad compleja debido a los
múltiples sistemas corporales que pueden verse afectados debido al mismo. No requerirá
el mismo tipo de atención una persona que solo tiene fracturas en múltiples partes de su
cuerpo, que el individuo que ha sufrido, además, alguna afectación en sus órganos o que
el sujeto que tiene su sistema nervioso comprometido debido a afectaciones a nivel
cerebral, siendo todos ellos considerados pacientes politraumatizados por igual12.
Por tanto, los objetivos de este trabajo serán los a continuación expuestos.
Objetivo general
Objetivos específicos
11
• Identificar los elementos específicos a tener en cuenta en el cuidado del paciente
con daño neurológico.
• Conocer el tratamiento farmacológico y no farmacológico habitualmente
empleado en estos pacientes, así como efectos secundarios a tener en cuenta.
METODOLOGÍA
Para comenzar, se realiza una búsqueda con lenguaje libre en Google Schoolar para
conocer los términos más adecuados con los que posteriormente hacer las búsquedas en
las bases de datos. A continuación, se localizan dichos términos en lenguaje controlado,
tanto en términos MeSH como DeCS (Ver Tabla 1).
Nursing Enfermería
Management Manejo
Mobilization Movilización
Pregnancy Embarazo
Scales Escalas
12
Para la realización de las búsquedas se combinan los diferentes descriptores junto con el
booleano “AND”. La búsqueda se delimitará con los filtros correspondientes en cada base
de datos, aplicando, siempre que se pueda, idioma, cronología de la publicación, especie
humana y la accesibilidad al texto completo.
Tras las primeras búsquedas realizadas en las diferentes bases de datos, se comprueba
que, en la mayor parte de ellas, los resultados que devuelve la base tras la búsqueda son
mucho más variados e interesantes para el objetivo del trabajo si se aplica el filtro de no
más de diez años desde la publicación del artículo. De esta manera, se decide que este sea
el filtro cronológico a emplear en todas las búsquedas llevadas a cabo y que, a su vez, sea
uno de los criterios de inclusión que deben cumplir los artículos seleccionados.
Artículos con una antigüedad menor a diez Artículos sobre el manejo de pacientes
años. quemados.
Artículos con acceso al texto completo. Documentos sin posibilidad a acceso al texto
completo.
13
Primero, se hará una búsqueda mediante las secuencias que se muestran en las tablas
adjuntas en cada apartado en las diferentes bases de datos, aplicando los filtros de los que
disponga cada una de ellas. De los artículos que devuelva la base, se continuará leyendo
el título y resumen y se descartará aquellos que no cumplan los criterios de inclusión y
exclusión o que no sean de interés. De los que pasan esta segunda fase, se eliminarán
aquellos que estén duplicados. Por último, se leerá el artículo completo de los restantes y
se seleccionarán aquellos que sean útiles para alcanzar los objetivos del trabajo.
A continuación, se exponen las estrategias de búsqueda seguidas en cada una de las bases
de datos consultadas.
Cinahl
En esta base de datos se llevan a cabo ocho búsquedas. Todas ellas se realizaron mediante
la combinación de los descriptores MeSH y el booleano “AND”.
Desde la primera búsqueda, se aplicaron los filtros que esta base de datos permitía. En el
caso de Cinahl, los filtros a aplicar fueron: texto completo disponible, no más de 10 años
desde la publicación y en idioma inglés, portugués o español. Finalmente, tras todo el
proceso de selección, se obtuvieron dieciséis artículos (ver Tabla 3) que pasarán a la
siguiente fase de selección.
Total 901 16
En esta base de datos se llevan a cabo ocho búsquedas. Todas las búsquedas se realizaron
mediante la combinación de los diferentes descriptores MeSH y el booleano “AND”.
La primera de las búsquedas se realizó inicialmente sin los filtros que pueden ser
aplicados en PubMed, devolviendo esta una gran cantidad de resultados. Debido a ello, y
para centrar más la búsqueda, todas las siguientes se realizan desde este momento con la
aplicación de filtros. En el caso de esta base de datos, los filtros a aplicar fueron: texto
completo disponible, no más de 10 años desde publicación, en idioma inglés, portugués
o español y especie humanos.
Total 2532 12
Cuiden
En esta base de datos se llevan a cabo siete búsquedas. Algunas de las búsquedas se
llevaron a cabo mediante la combinación de los descriptores DeCS y el booleano “AND”;
en otras, debido a la escasez de artículos al emplear el booleano, simplemente se utilizaron
15
los descriptores por no limitar tanto la búsqueda y tener una mayor cantidad de artículos
disponibles que consultar. Desde la primera búsqueda, se aplicaron los filtros que esta
base de datos permitía. En el caso de Cuiden, el filtro a aplicar fue: no más de 10 años
desde su publicación.
Total 214 5
Scielo
En esta base de datos se llevan a cabo siete búsquedas. Las búsquedas se realizaron
mediante el empleo de una combinación entre los diferentes descriptores MeSH y el
booleano “AND”.
Dichas búsquedas se realizan con los filtros que la base de datos permitía. En este caso,
los filtros a aplicar fueron: idioma inglés, portugués o español y una cronología de no más
de 10 años.
16
Búsqueda Scielo Artículos totales Artículos tras leer
título y resumen
Total 113 6
Joanna Briggs
En esta base de datos se llevan a cabo siete búsquedas. Dichas búsquedas se crearon
mediante la combinación de los descriptores MeSH y el booleano “AND”. Se decide
aplicar en todas las búsquedas los filtros que la base de datos tiene disponible. En este
caso, fueron: no más de 10 años desde su publicación. Finalmente, tras todo el proceso
de selección, se obtuvieron seis posibles artículos de interés para el trabajo (ver Tabla 7).
Total 4737 6
17
Dialnet
En esta base de datos se realizan siete búsquedas. Todas las búsquedas se llevaron a cabo
mediante la combinación de los descriptores DeCS y el booleano “AND”.
Desde la primera búsqueda, se aplicaron los filtros que esta base de datos permitía. En el
caso de Dialnet, los filtros a aplicar fueron: texto completo disponible y no más de 10
años desde publicación.
Total 165 7
Scopus
Son siete búsquedas las que se llevan a cabo en esta base de datos. Se procedió a realizar
las búsquedas mediante la combinación de los descriptores MeSH y el booleano “AND”.
Para delimitar las mismas, se aplicaron los filtros que la base de datos permitía. En este
caso, los filtros a aplicar fueron: texto completo disponible, no más de 10 años desde
publicación y en idioma inglés o español.
18
Finalmente, tras todo el proceso de selección, se obtuvieron cinco posibles artículos de
interés para el trabajo (ver Tabla 9).
Total 779 5
Cochrane
En esta base de datos se ejecutan siete búsquedas. Todas las búsquedas se efectuaron
mediante la combinación de los descriptores MeSH y el booleano “AND”.
El filtro que permite aplicar esta base de datos es el de una cronología menor a diez años
desde el momento de la publicación.
Medline
En esta base de datos se efectúan ocho búsquedas. Todas ellas se llevaron a cabo mediante
la combinación de los descriptores MeSH y el booleano “AND”.
19
Ninguna de las búsquedas realizadas en esta base de datos se realiza mediante la
aplicación de filtros debido a la imposibilidad de establecerlos por parte de la misma.
Finalmente, tras todo el proceso de selección, se obtuvieron ocho artículos de interés para
el trabajo (ver Tabla 11).
Total 81 3
Total 1289 8
20
Asimismo, se realiza una búsqueda en sociedades científicas tales como, SEEIUC y
SEMICYUC. Sin embargo, no se encuentra ningún artículo de interés para el objetivo de
este trabajo.
Se consulta también la bibliografía de los artículos que han sido seleccionados para el
trabajo por si se encontrase algún artículo de interés. Tras esta búsqueda, se seleccionan
cuatro artículos más que resultan de interés.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Con el propósito de dar una respuesta a los objetivos planteados para este trabajo y a partir
de la lectura de los 24 artículos seleccionados, se establecen cuatro unidades de trabajo
que permitan un análisis más claro de los resultados encontrados. Estas unidades son:
características y complicaciones en la persona politraumatizada, valoración y atención
inicial del paciente politraumatizado, valoración y manejo del paciente con daño
neurológico y tratamiento del paciente politraumatizado. A su vez, la unidad de análisis
de valoración del paciente politraumatizado se subdividirá en cinco subapartados más
para un mejor abordaje de esta temática.
21
hemorragias que provoca. Mientras, el estudio de Ruiz C et al 15, comenta que otra de las
consecuencias de estos traumatismos abdominales es la hipertensión intraabdominal.
Para comprender los motivos por los cuales pueden aparecer ciertas características y
complicaciones en el sujeto politraumatizado, es necesario conocer la fisiopatología que
acompaña a este tipo de lesiones. Las alteraciones que presentan este tipo de pacientes en
el funcionamiento corporal, dependerán de la localización y gravedad de las lesiones.
22
son los marcadores de riesgo más sensibles15. Por otra parte, la hipotensión arterial puede
aparecer debido a pérdidas masivas de sangre, aunque también puede ser debido a las
consecuencias del propio traumatismo tales como un taponamiento cardiaco, arritmias,
infarto agudo de miocardio u otras disfunciones miocárdicas1.
Por otro lado, debido a la hipotensión presentada durante el ingreso, un 40% de los
pacientes precisan drogas vasoactivas; y, asimismo un 62,5% requiere ventilación
mecánica invasiva durante una media de cuatro días junto con la realización de una
traqueotomía percutánea en algunos casos. Un 15,6% presentó alteraciones leves en la
coagulación15.
23
respecto al resto de politraumatismos, además de que provoca estancias más prolongadas
en estos servicios de cuidados críticos15. El TCE es un proceso dinámico lo que implica
un daño progresivo18.
Otra característica a resaltar, sobre todo de los pacientes que han sufrido una fractura de
la base del cráneo, es que pueden presentar otorrea, rinorragia, equimosis postauricular
(signo de Battle) o equimosis periorbitraria (ojos de mapache) 20.
Además, nos encontraremos con pacientes que tienen alteraciones en las sensibilidad y
movilidad de las extremidades como, por ejemplo, hemiparesias20.
24
2.Valoración y manejo inicial del paciente politraumatizado
25
ruidos respiratorios tales como sibilancias o crepitantes (puede deberse a la presencia de
secreciones a nivel bronquial). Es importante que revalúe dichos factores de manera
habitual a lo largo del turno ya que, en los individuos politraumatizados, tras la intubación
y el establecimiento de la ventilación mecánica, existe la posibilidad de la aparición de
un neumotórax. En estos casos se identificaría una elevación asimétrica de uno de los
hemitórax. Si esto ocurriese, se deberá colocar un tubo torácico en el quinto espacio
intercostal en la línea media axilar al que se conectará un drenaje12.
También es de gran importancia que la enfermera compruebe, una vez por turno, la
presión del neumotaponamiento puesto que, una presión, por debajo de 20 cm H2O no
estaría fijando el tubo a la tráquea adecuadamente y por encima de 30 cm H2O podría
dañar las estructuras adyacentes21.
Otra forma de valorar el estado circulatorio sería mediante los valores de hemoglobina
que presente tras la extracción de los gases arteriales/venosos, que manifieste hipotermia
que no se recupera a pesar del tratamiento (trasfusiones o fluidos) o que las diuresis sean
las adecuadas (1-2 ml/kg/h)12.
Los pacientes portarán vías venosas centrales para un mejor manejo de las perfusiones
que requieran en la unidad de cuidados intensivos. Además, se canalizarán catéteres
arteriales para una mejor y continua monitorización de las presiones arteriales12.
26
individuo, sus puntuaciones oscilan de 3 a 15 puntos y presenta tres apartados de
evaluación: respuesta verbal, respuesta motora y apertura ocular. Para cada apartado se
ofrece una puntuación. Esta escala presenta un inconveniente y es que no tiene mucha
especificidad en pacientes que se encuentran bajo los efectos de los sedantes y relajantes
musculares. Igualmente, se deberá realizar una evaluación horaria de la reactividad y
simetría pupilar y del estado de conciencia o sedación del individuo. Cambios a nivel
neurológico podrían indicar un empeoramiento de la oxigenación a nivel cerebral 1,12,21.
Por último, se deberá realizar una evaluación horaria de la temperatura del paciente. De
la misma forma, se realizará una valoración y cura de las heridas presentes23, así como de
la temperatura, coloración, sensibilidad, movimiento y dolor de los miembros dañados.
Si el paciente precisa algún tipo de inmovilización, tales como férulas, se valorará el
estado de las mismas. Es de gran importancia el mantenimiento del sujeto en una
adecuada posición corporal dependiendo de las lesiones que presente12,21,22.
Según la Asociación Española de Cirujanos12, la presión arterial media debe ser mayor a
65 mmHg en los casos de traumas penetrantes y mayor a 105 mmHg si se trata de un
trauma cerrado. La frecuencia cardiaca debe situarse entre 60-100 latidos por minuto, la
saturación de oxígeno debe ser siempre superior a 94% y la presión venosa central debería
encontrarse entre los valores de 8-12 mmHg. La presión arterial se monitorizará a través
del catéter intraarterial, situado preferentemente a nivel de la arteria radial, aunque pueden
ser empleadas también la arteria femoral o braquial. Una vez por turno, será necesaria su
calibración a 0 mediante el transductor situado a nivel de la aurícula derecha12.
La presión venosa central, técnica que está en desuso, podrá ser monitorizada a nivel de
la vena yugular o la subclavia. También podremos conocer el gasto cardiaco para obtener
datos acerca de la precarga, poscarga y contractilidad cardiaca12.
27
valores bajos serían índices de retención de líquidos y por consiguiente de la aparición de
edemas17.
Resulta valioso para enfermería el conocimiento de las escalas de valoración del paciente
politraumatizado. Encontramos la Revised Trauma Score (RTS), escala que predice la
mortalidad de estos sujetos y que incluye la valoración de la escala Glasgow, la tensión
arterial sistólica y la frecuencia respiratoria (ver imagen 1). Su puntuación oscila de 0 a
12 puntos12.
Por otro lado, encontramos la Abbreviated Injury Scale (AIS), una lista de diferentes
lesiones divididas en regiones corporales a las que se le asigna un valor numérico (1-6)
dependiendo de su gravedad (ver imagen 2). A pesar de ello, esta escala posee cierta falta
de consistencia interna ya que la misma puntuación en diferentes regiones anatómicas no
significa los mismo. Por ello, sobre todo se usa para el cálculo de otros índices23.
También existe la Injury Severity Scale (ISS), que se correlaciona con la mortalidad y
pronóstico de los sujetos. Se calcula sumando los tres valores más altos de la AIS y su
puntuación va de 0 a 75 (mayor gravedad). Posee una limitación, y es que solo da valores
numéricos a las lesiones más graves de cada región anatómica sin tener en cuenta otras
lesiones que existan en dicha zona. Por ello, para mejorar la capacidad predictora, se crea
28
la escala NISS12. Esta escala, tiene en cuenta lesiones graves en múltiples regiones
corporales.
Por último, encontramos la Trauma and Injury Severity Score (TRISS), una escala que
combina la escala ISS y la RTS y que, actualmente, es la más utilizada para la valoración
de los traumatismos (ver imagen 3). Con una sola escala, se valora el patrón anatómico
de las lesiones junto con la respuesta fisiológica a esas lesiones. Esta escala también tiene
en cuenta la edad del individuo. Existe también la escala llamada ASCOT, pero dada su
complejidad a la hora de su aplicación, la más empleada sigue siendo la TRISS23.
Imagen 3: Coeficientes Trauma and Injury Severity Score. Fuente: Compendio de las
escalas de evaluación de riesgo en el paciente politraumatizado23.
La nutrición se establecerá tras las 24-72 horas de la producción de las lesiones, salvo que
el paciente requiera una dosis de catecolaminas altas, gran aporte de fluidos o de
hemoderivados. En ese caso se deberá retrasar su instrauración12.
29
Hay diferentes vías por las cuales se puede llevar a cabo está nutrición: enteral, parenteral
o pospilórica. La vía enteral, llevada a cabo mediante una sonda nasogástrica, es la que
se prioriza sobre las otras, debido a que es la forma más fisiológica de alimentación. De
esta forma, se mantiene intacta la barrera intestinal, favoreciendo inmunológicamente al
sujeto y reduciendo el riesgo de infección, se conserva la capacidad de absorción y las
funciones metabólicas como el control de la glucosa12,24.
La colocación de una sonda nasogástrica, no solo sería útil para la nutrición artificial, sino
también para la realización de un vaciado gástrico si se precisase, para evitar la
broncoaspiración y para la vigilancia de la tolerancia a la nutrición. Aunque
habitualmente la sonda se coloca nasogástrica, en el caso de que haya sospecha de una
fractura de base de cráneo, la enfermera deberá colocarla por vía orogástrica debido al
riesgo de introducción en la cavidad craneal12.
Las necesidades calóricas del paciente politraumatizado se estiman que sean de 20-35
kcal/kg al día. Por otra parte, se requiere un aporte de lípidos de 0.7-1.5 gr/kg/día y un
aporte de proteínas de 1.3-1.5 gr/kg/día12,24. Los niveles de glucemia deberán mantenerse
en un rango entre 120-150 mg/dl ya que son un valor pronóstico y uno de los
determinantes de morbimortalidad en sujetos politraumatizados 12.
El soporte alimenticio se pauta en función de los mililitros a consumir en una hora, de tal
forma que en 24 horas le pase una totalidad concreta. La pauta horaria se ajusta en función
de la tolerancia del individuo. Dicha tolerancia se comprueba una vez al día. Si el paciente
tolera la nutrición se aumenta o mantiene el ritmo, si no la tolera se deberá comenzar
desde el inicio. Se pueden administrar procinéticos para facilitar esta tolerancia 24.
30
desde el inicio de la nutrición enteral, es la complicación que aparece más frecuentemente,
presentándose en un 84% de los pacientes. Se asocia a una mayor estancia en la unidad
de cuidados intensivos, así como a una mayor dificultad para el destete25.
En los pacientes críticos, como consecuencia de los episodios de sepsis y shock que son
bastante habituales, se ve deteriorada la motilidad gastrointestinal, lo que eleva la
circulación de endotoxinas, mediadores inflamatorios y la producción de óxido nítrico.
Por otro lado, el estreñimiento puede provocar sobrecrecimiento bacteriano, causando
esto a su vez infección nosocomial y sepsis. La inmovilidad, hipoxia, hipotensión y el
empleo de diferentes fármacos (opiáceos, benzodiacepinas, vasopresores) también
aumenta la incidencia de esta complicación25.
La estancia prolongada de los pacientes junto con las lesiones que puedan presentar y las
inmovilizaciones que estos requieran, da como resultado periodos largos sin una
movilización adecuada.
Los pacientes que sufren traumatismos tienen un riesgo muy elevado de presentar
complicaciones debido a esta inmovilidad prolongada: a nivel musculoesquelético,
cardiovascular, pulmonar e inclusive psicosocial27.
La pérdida de masa y fuerza muscular es una de las principales consecuencias, sobre todo
en los músculos relacionados con el mantenimiento de la postura y la deambulación. Esta
atrofia está relacionada con alteraciones metabólicas y estructurales en el organismo 27.
31
A nivel cardiovascular, se verán afectaciones tanto a nivel central como periférico, como
la aparición de trombosis venosa profunda, tromboembolismos, hipertensión arterial, etc.
La distribución de líquidos también se verá afectada, redistribuyéndose desde partes más
inferiores a más superiores del cuerpo. Esto provocará la activación de los barorreceptores
a nivel aórtico, lo que aumentará la diuresis, provocando una disminución en el volumen
plasmático27.
No solo se producen alteraciones a nivel sistémico, sino también en la propia piel del
paciente. Debido a la inmovilidad, la piel está expuesta a la aparición de úlceras por
presión16. Se ha comprobado que en un 38% de los pacientes en los que aparecieron, se
podrían haber evitado mediante cambios posturales o una movilización precoz17.
Para evitar la aparición de estas úlceras, la enfermera deberá realizar una inspección de
la piel diariamente, prestando mayor atención a las zonas sacras, tuberosidades
isquiáticas, maléolo, calcáneo y la región occipital. Durante la inspección, valorar la
presencia de eritema, edemas o induración en la piel. Se realizarán cambios posturales
cada 3 horas21. Se pueden llevar a cabo también rotaciones de la propia cama, lo que
permitiría que el paciente continuase inmovilizado, pero a su vez prevendría las
complicaciones de la inmovilización16. Esta movilización también ayudaría a la
prevención de coagulopatías17.
Asimismo, es necesario vigilar el drenaje y exudado de las heridas protegiendo la piel con
productos barrera6.
32
temprana es segura y factible, pudiendo favorecer la recuperación funcional al alta
hospitalaria28.
La revisión de Hodgson CL et al28 aborda diferentes estudios que se han llevado a cabo
en algunas unidades de cuidados críticos sobre la movilización precoz de los pacientes.
Uno de ellos, afirma que existen ciertos indicadores para valorar la seguridad de los
pacientes antes de una movilización: tales como respiratorios, cardiovasculares,
neurológicos y otras consideraciones. Estos indicadores serán de utilidad para sopesar los
riesgos y beneficios de la movilización. También destacan la existencia de barreras y
facilitadores para este proceso, divididos en: del paciente, de su clínica y del contexto de
la UCI. Igualmente, comprueban que la excesiva sedación limita todo este proceso.
Estos proyectos siguen siendo un reto donde se continúa investigando ya que todavía no
se ha encontrado evidencia sobre los beneficios a largo plazo en la calidad de vida y en
la funcionalidad física de la persona28.
33
Por todo esto, el dolor se debe considerar como la quinta constante vital a monitorizar.
Una buena forma de hacerlo es a través de escalas. Esto permitirá valorar el nivel de dolor,
el tiempo que persiste y la terapia analgésica a emplear29.
La Escala de Conductas Indicadoras del Dolor (ESCID) (ver imagen 4) es una buena
opción ya que está diseñada en el entorno español para pacientes no comunicativos. La
puntuación sería: 0 (no dolor), 1-3 (dolor leve-moderado), 4-6 (dolor moderado-grave),
más de 6 (dolor muy intenso)29.
El estudio de López López C29, hace un análisis de cuáles serían las intervenciones
enfermeras más dolorosas para las personas con traumas grave. Se comprueba que la
aspiración de secreciones es una de las que más dolor causa en los pacientes con trauma
torácico o abdominal, debido a que, al ser procedimientos cortos y frecuentes que no se
sabe cuándo van a ser realizados, no se analgesia previamente. Sin embargo, en procesos
como las curas o la movilización de los mismos, al conocerse que provocan elevados
niveles de dolor, sí que se emplea una mayor dosis de analgesia. A pesar de esto, los
pacientes puntuaron en la escala ESCID un dolor leve-moderado, indicando que la
analgesia y sedación de base son adecuadas29.
34
Las mujeres embarazadas pueden presentar ciertas lesiones específicas, como:
traumatismo uterino, embolismo de líquido amniótico, abruptio placentae, hemorragia
feto-materna, contracciones uterinas o rotura de la bolsa amniótica. También existen dos
lesiones específicas del feto: el sufrimiento fetal y las lesiones directas, siendo estas
últimas menos habituales30.
A lo largo del embarazo, se producen una serie de cambios fisiológicos y anatómicos que
pueden influenciar en la valoración de la mujer debido a la alteración en la aparición de
los signos y síntomas que provocan30.
35
El gasto cardiaco aumenta 1-1.5 litros, la frecuencia cardiaca aumenta en el tercer
trimestre 10-15 latidos por minuto, la presión arterial cae en el segundo trimestre 5-15
mmHg, aunque se recupera en el tercer trimestre. También disminuye la presión venosa
central de 9 mmHg a 4 mmHg. En el electrocardiograma, se puede observar una
desviación izquierda en el eje12,21,30. Es posible que la mujer presente hipertensión arterial;
se deberá valorar si se encuentra acompañada de proteinuria por si no es consecuencia del
traumatismo sino de una preeclampsia21.
Se deberá tener en cuenta que, en decúbito supino, el peso del útero comprime la vena
cava, lo que provoca hipotensión e incrementa los efectos de la hipovolemia al disminuir
el retorno venoso y favorecer el sangrado de las lesiones situadas por debajo de este nivel.
Debido a ello, es fundamental que la enfermera se asegure de que la mujer se encuentre
en decúbito lateral izquierdo21,30.
Por otro lado, la vejiga se encuentra más expuesta y es más susceptible a sufrir lesiones.
Se produce también, una dilatación de los uréteres y un aumento del flujo plasmático
renal y del filtrado glomerular, provocando una disminución de los niveles de creatinina
y urea en el plasma12.
36
broncoaspiración, muy importante por tanto que tenga la vía aérea asegurada. Enfermería
deberá valorar la colocación de un sondaje nasogástrico para el vaciado del mismo 30.
Otro dato a considerar, es que el 24% de mujeres que sufren un traumatismo, darán a luz
a lo largo del ingreso hospitalario. Si el embarazo está a término o hay madurez fetal, el
parto será vía vaginal siempre que la condición de la mujer sea estable. Se realizarán
cesáreas en caso de que el útero interfiera en la intervención quirúrgica que se le deba
realizar a la mujer, que exista un compromiso fetal en una madre estable o que haya
muerte o lesión no viable en la mujer. La muerte fetal no es una indicación de cesárea
puesto que en las siguientes 24 horas suele producirse un parto espontáneo y, de la otra
forma, se podría agravar la situación materna con una nueva fuente de sangrado30.
37
En la categoría B, se ha de tener en cuenta que es primordial una buena oxigenación y
perfusión cerebral para evitar la aparición de daños secundarios al cerebro12. Es
importante que estas personas se encuentren con ventilación mecánica invasiva para
evitar la broncoaspiración, la hipoxia y la hipercapnia. Deben estar normoventiladas, o
dependiendo de su estado hiperventiladas, para mantener unos niveles de PCO2 entre 35-
45 mmHg. Esto es debido a que es necesario evitar la hipercapnia que conduciría a una
dilatación vascular y, por tanto, a un empeoramiento del edema cerebral, así como al
aumento de la PIC20. Los niveles de PO2 deben encontrase por encima de 60 mmHg y las
saturaciones deben ser superiores al 95%. Se deberá tener precaución a la hora de realizar
la técnica de aspiración de secreciones ya que el procedimiento puede aumentar la PIC.
Un inadecuado control de la misma podría derivar en HTIC, siendo esta es la principal
causa de muerte en pacientes con TCE20.
38
En cuanto a la valoración neurológica del paciente (D), valorar la escala Glasgow
horariamente y las pupilas. La valoración de las pupilas resulta transcendental pues
alteraciones en las mismas pueden indicar lesiones a diferentes niveles: en los pares
craneales, lesión expansiva o la existencia de una hernia, entre otras20.
Según el estudio de Varghese R et al26 los niveles de glucemia deberán encontrarse entre
140-180 mg/dl. Unos niveles tanto superiores como inferiores están asociados a un mal
pronóstico.
Al igual que en cualquier otro sujeto politraumatizado, en aquellos en los que se produce
un TCE también se comprueba la aparición de un aumento del metabolismo, apreciándose
la elevación de los niveles de glucosa, y de los requerimientos calóricos32. Esta nutrición
se deberá iniciar en las 72 horas posteriores a la aparición de la lesión, ya que de esta
forma se favorece la cicatrización, la recuperación neuronal y el fortalecimiento del
sistema inmunológico20. Se prevé que, hacia el séptimo día tras el inicio de la nutrición
artificial, el paciente haya alcanzado un reemplazo calórico total26. Como se mencionó
anteriormente, se deberá tener en cuenta si existe una fractura de la base del cráneo, puesto
que la inserción de una sonda deberá ser orogástrica en lugar de nasogástrica20.
39
4. Tratamiento del paciente politraumatizado
Los fármacos más usados son las benzodiacepinas (BZD), como el midazolam o el
Lorazepam, usadas preferentemente cuando el paciente deba estar sedado más tiempo. A
altas dosis se asocian con efectos de sedación, relajación y anticonvulsivante, así como
depresión respiratoria y cardiovascular. Otros fármacos habituales son los opiáceos como
el cloruro mórfico, el remifentanilo y el fentanilo o anestésicos como el Propofol 18.
El efecto adverso más común que provocan es la hipotensión debido, tanto a la depresión
de la función ventricular, como al efecto vasodilatador que poseen. Este efecto es mayor
en el Propofol que en las BZD o en el cloruro mórfico. El Propofol administrado en bolo
directo también producirá taquicardia refleja. Asimismo, se deberá tener cuidado con el
síndrome de infusión del Propofol, caracterizado por la presencia de hiperpotasemia,
hepatomegalia, acidosis metabólica e insuficiencia cardiaca, entre otros18. Tener también
en cuenta el estreñimiento y la depresión respiratoria ocasionada por los opiáceos25. La
dexmedetomidina es muy usada ya que no posee efectos adversos sobre la actividad
respiratoria, no causa delirios y posee efecto ansiolítico, sedante y analgésico. Su uso
prolongado podría causar un síndrome de abstinencia manifestado por hipertensión12.
40
Por otro lado, se encuentran los relajantes musculares. Estos favorecen la adaptación a la
ventilación mecánica, disminuyen el consumo de oxígeno y controlan la temperatura. Los
más utilizados son los relajantes no despolarizantes, como el cisatracurio o rocuronio. Se
deberá limitar su uso debido a que provocan dificultad en la exploración neurológica,
miopatía y bloqueo neuromuscular prolongado18.
Estas medidas se pueden asociar al uso de heparina de bajo peso molecular (HBPM) cada
24 horas. Se emplearán dosis de 3500 UI a 6000 UI/día dependiendo de la HBPM. Se ha
comprobado que esto reduce la incidencia de trombosis venosa profunda. En el caso de
hemorragia activa, se retrasará el inicio de la profilaxis a 4-5 días después del trauma20.
Las contraindicaciones absolutas serían: hemorragia intracraneal activa, lesión medular
con hematoma, hemorragia activa o coagulopatía no corregida. Estas medidas se
mantendrán hasta el alta hospitalaria. Si el paciente ya usase anticoagulantes, eliminarlos
y, cuando la hemostasia está asegurada completamente, reintroducirlos junto con una
HBPM12.
41
En caso de fiebre, reducirla agresivamente mediante antipiréticos, dispositivos de
enfriamiento o, si es debido a causa infecciosa, identificarla y tratarla20. Los pacientes
que presenten fracturas abiertas deberán tener pautada una profilaxis antibiótica, debido
al riesgo de infección, y profilaxis antitetánica12, 21.
Las úlceras gástricas por estrés son bastante comunes y un factor de riesgo para su
evolución por lo que será necesario administrar profilaxis como bloqueantes-H2,
inhibidores de la bomba de protones o protectores gástricos20, 26. Se deberá instaurar un
protocolo de insulina si la glucemia del paciente es superior a 200 mg/dl26.
Por otra parte, en las pacientes embarazadas, debido a que en un 10-30% de los casos
existen hemorragias fetomaternas, se recomienda que todas las mujeres que sean Rh
negativo deban recibir, antes del paso de 72 horas tras el accidente, la inmunoglobulina
Rh mediante la administración de 300 mcgr de la misma; exceptuando los casos en los
que la lesión este muy alejada del útero12,21. En gestaciones de menos de 36 semanas, se
puede iniciar tratamiento con tocolíticos, aunque su uso es controvertido y en muchas
ocasiones las contracciones cesan de forma espontánea12.
En el caso de los pacientes que sufren un TCE, una de las medidas fundamentales en su
tratamiento farmacológico es la prevención y el tratamiento de la hipertensión
intracraneal. Esto se puede llevar a cabo mediante diferentes vías.
Las soluciones osmolares son una opción para mantener la normovolemia, ya que
aumentan el flujo sanguíneo cerebral y el trasporte de oxígeno. Entre ellas se encuentran
el manitol (diurético osmótico que aumenta el volumen intravascular) y el suero salino
hipertónico 2-3% (aumenta el gasto cardiaco, disminuye el edema). Se recomienda este
último habitualmente20. Evitar el uso de suero glucosado ya que aumenta el metabolismo.
Otras opciones son el uso se sedantes como el Propofol o el pentobarbital, para inducir
un coma barbitúrico, ya que disminuye la excitabilidad neuronal y posee un efecto
neuroprotector. Este último solo debería usarse cuando otras medidas han fallado18, 19, 26.
42
En las intubaciones de estos pacientes se prefiere el uso de etomidato como sedante por
su efecto sobre la PIC y la PPC. Asimismo, la ketamina estaría contraindicada en los
casos de HTIC18.
Por otro lado, dosis bajas de hidrocortisona podrían ejercer efectos inmunomoduladores
beneficiosos en lugar de inducir un estado inmunosupresor26. Sin embargo, el artículo de
Wilberger JE et al19 afirma que los corticoesteroides no son útiles para controlar la PIC.
Asimismo, la Guidelines for the management of severe traumatic brain injury32 afirma
que no hay evidencia de los beneficios de los glucocorticoides.
Por último, cabe mencionar el posible tratamiento no farmacológico para el dolor. Este
siempre será usado por enfermería como terapia complementaria a la analgesia
farmacológica. Se pueden clasificar en terapias físicas, emocionales, cognitivo-
conductuales y de comunicación. Se ha comprobado que disminuyen la frecuencia
cardiaca y respiratoria33.
43
LIMITACIONES
Una de las limitaciones más importantes con la que me he encontrado a lo largo de esta
revisión narrativa, es la cantidad de artículos en las diferentes bases de datos que abordaba
exclusivamente la atención prehospitalaria a los pacientes politraumatizados, frente a la
menor cantidad que trataban sobre la atención hospitalaria que se les ofrece a estos
sujetos.
Asimismo, otra de las limitaciones que he descubierto ha sido que muchos de los artículos
se escribían mayoritariamente desde una perspectiva médica, abordando procesos
fisiológicos internos, y no desde los cuidados enfermeros.
Es probable que, el hecho de que hubiese artículos que no estuviesen a texto completo
disponible o que estuviesen en idiomas diferentes al español, inglés o portugués, haya
limitado la lectura de posibles artículos de interés para el trabajo. Esta circunstancia,
probablemente provoque que los resultados de la revisión no estén totalmente completos.
44
CONCLUSIONES
Los politraumatismos son uno de los motivos por los cuales una persona puede llegar a
precisar la atención y los cuidados específicos que se ofrecen en una unidad de cuidados
intensivos. Dada su actual alta prevalencia, es de esperar que una enfermera pueda
encontrar pacientes con estas características si trabaja en estas unidades.
Los pacientes politraumatizados, son sujetos de gran complejidad debido a que sufren
lesiones en diversas y múltiples regiones anatómicas, provocando que se conviertan en
individuos con características y complicaciones muy variadas. Es cierto que, de forma
genérica, todos ellos van a compartir una serie de peculiaridades y procesos fisiológicos
comunes; sin embargo, cada traumatismo traerá consigo una serie de particularidades que
son importantes tener en cuenta, como, por ejemplo, en los casos de traumatismos
craneoencefálicos. De igual forma, las propias características de la persona, como que se
trate de una mujer embarazada, también influirán en su manejo. Debido a estos hechos,
es primordial que las enfermeras conozcan ampliamente dichas características para un
mejor y correcto manejo de estas personas.
Consecuentemente, una valoración integral del paciente se convierte en uno de los puntos
de mayor importancia en la atención enfermera de estos sujetos. La realización de una
buena valoración, condicionará la detección precoz de complicaciones, y con ello la
disminución de la mortalidad de dichos individuos. Se recomienda que la enfermera siga
un método de valoración apropiado para estos pacientes, como es el ABCDE, de tal forma
que ningún detalle quede exento de ser tenido en cuenta. Todo el individuo en su conjunto,
desde su patrón respiratorio hasta su piel o las muecas faciales que realice durante los
procedimientos, aporta información de gran utilidad para su cuidado. El conocimiento de
las particularidades de cada traumatismo permitirá a la enfermera saber que detalles son
más importantes de valorar en cada caso.
Las características del paciente junto con los datos aportados por la valoración
individualizada de cada uno de ellos, permitirá a la enfermera ofrecer los cuidados más
apropiados para la situación de cada uno de ellos.
45
adversos y contraindicaciones a tener en cuenta dependiendo de las características del
paciente en el cual se esté usando.
Aun así, queda un gran trabajo por recorrer en el manejo de estos individuos. Muchas
unidades y profesionales continúan trabajando desde abordajes más tradicionales; por
ejemplo, la movilización precoz sigue siendo aun un reto, aunque en muchas unidades se
comienza a llevar a cabo, así como el empleo de medidas no farmacológicas de
tratamiento.
Finalmente, a pesar de las muchas similitudes que puedan poseer estos pacientes, cada
tipo de traumatismo trae consigo una serie de complicaciones y un mayor o menor riesgo
de mortalidad. Por ello, y a pesar de que todos puedan tener un abordaje parecido, futuras
líneas de investigación deberían ir orientadas al estudio específico de cada tipo de trauma
y a los cuidados enfermeros que más beneficiarían en su recuperación a cada uno.
Igualmente, sería de utilidad el estudio de la creación de un mayor número de unidades
especializadas en el tratamiento de personas politraumatizadas, así como de enfermeras
formadas específicamente para ello.
46
AGRADECIMIENTOS
Principalmente, quiero agradecer a mi tutora de este trabajo, María Lourdes Casillas, por
su constante apoyo, implicación e interés mostrado por mí y por mi trabajo a lo largo de
este largo proceso.
47
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50
ANEXOS
Anexo 1: Lista de artículos empleados en la revisión narrativa. Fuente: elaboración propia
Cirugía del paciente politraumatizado. Asociación Española España. 2017 Guía Clínica Manejo del paciente politraumatizado, diferentes
de Cirujanos. tipos de trauma, escalas de valoración,
monitorización de los pacientes y cuidados
críticos.
Epidemiología del trauma grave en Chico-Fernández M, España. 2016 Registro Epidemiología de los pacientes
España. REgistro de TRAuma en UCI Llompart-Pou JA, multicéntrico y politraumatizados, recoge información sobre
(RETRAUCI). Guerrero-López F, prospectivo características del paciente, complicaciones,
Sánchez-Casado M, consumo de recursos y evolución.
García-Sáez I, Mayor-
García MD, et al.
Preventing Secondary Complications in Saunders CB. EEUU. 2015 Revisión La inmovilización en los pacientes tiene bastantes
Trauma Patients with Implementation of sistemática consecuencias sobre el cuerpo. Por ello, es muy
Multidisciplinary Mobilization Team. útil la implantación de un programa de
movilización multidisciplinar.
Análisis del estreñimiento en pacientes con Orejana Martín, S. España. 2014 Estudio Valorar la incidencia y factores de riesgo del
traumatismo grave Torrente Vela, M. A. observacional estreñimiento en pacientes con traumatismo
Murillo Pérez, M. retrospectivo grave.
García Iglesias, C.
Cornejo Bauer, C.
Morales Sánchez, C. et
al
51
Algunas consideraciones en torno a la Escalona Cartaya JA, Cuba. 2017 Revisión Conceptos básicos, criterios para considerar a un
atención del paciente politraumatizado. Castillo Payamps RA, sistemática paciente un politraumatizado, índices de
Pérez Acosta JR, severidad, atención en diferentes niveles
Rodríguez Fernández asistenciales y mortalidad.
Z.
Atención de enfermería al paciente Rodríguez Lazo M, Guinea Estudio Conocimientos básicos para tratar a este tipo de
politraumatizado, Hospital Regional de Ada Eworo GM, Esono Ecuatorial. descriptivo pacientes, así como las actividades que se llevan
Bata. Nchama MF. 2018 prospectivo a cabo en este tipo de asistencias hospitalarias.
longitudinal
Compendio de las escalas de evaluación de Rapsang AG, Shyam España. 2015 Revisión Aborda diferentes escalas para la valoración de la
riesgo en el paciente politraumatizado. DC. sistemática severidad del paciente.
Early Mobilization of Patients in Intensive Hodgson CL, Capell E, Nueva Revisión Describe la organización y comunicación que se
Care: Organization, Communication and Tipping CJ. Zelanda. 2018 narrativa debe tener para una adecuada movilización
Safety Factors that Influence Translation temprana en el paciente de UCI.
into Clinical Practice.
Should early enteral nutrition be used in Blaauw R. Sudáfrica. Artículo Una nutrición precoz previene al paciente
the trauma intensive care unit. 2015 original politraumatizado de sepsis, fallo multiorgánico,
complicaciones post-quirúrgicas e inestabilidad
hemodinámica.
Aplicación de la Escala de conductas López López C, España. 2013 Estudio Describe la valoración del dolor en un paciente
indicadoras de dolor (ESCID) en el Murillo Pérez MA, observacional politraumatizado que no se puede comunicar
paciente con trauma grave no Torrente Vela S, prospectivo durante procedimientos dolorosos.
comunicativo y ventilación mecánica. Cornejo Bauer C,
García Iglesias M,
Orejana Martín M, et
al.
52
Manejo actual del trauma craneoencefálico Alvis-Miranda H, Colombia. Artículo Conocimientos sobre el manejo de un
severo. Rubiano AM, Alcalá- 2014 original traumatismo craneoencefálico ya que se trata de
Cerra G, Moscote- una patología que genera múltiples
Salazar LR. discapacidades y costes al sistema de salud.
Patients and ICU nurses' perspectives of Gélinas C, Arbour C, Canadá. 2013 Estudio Describe la perspectiva aportada por enfermeras,
non-pharmacological interventions for Michaud C, Robar L, cualitativo pacientes y familias sobre la utilidad de las
pain management. Côté J. descriptivo medidas no farmacológicas en el tratamiento del
dolor.
Cuidados enfermeras en las personas con Gracia i Garcia I España. 2018 Revisión Describe las intervenciones enfermeras más
traumatismo craneoencefálico severo. sistemática recomendadas para el manejo de un paciente con
TCE
Actualizaciones en el manejo del Alted López E, España. 2009 Revisión Abordaje de un paciente con TCE.
traumatismo craneoencefálico grave Bermejo Aznárez S, sistemática
Chico Fernández M.
Nursing challenges with a severely injured Crossan L, Cole E. Reino Unido. Estudio de Describe la complicada situación a la que nos
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