Procesal Laboral I Ensayo

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 10

República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación


Pontificia Universidad Católica Santa Rosa
Cátedra: Derecho Procesal Laboral
Sección M09A

Ensayo sobre artículo 49 de la CRBV y los artículos 46


al 56 de la LOPTRA.

Profesora: Magholy Farías

Nombre:

Erika Y. Velásquez A.

V-18.754.685

Caracas, 07 de junio de 2023


La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela contempla una serie
de valores sobre la justicia, principios y disposiciones constitucionales para
garantizar a las personas un servicio de administración de justicia eficiente y
eficaz, para permitir y perfeccionar el desenvolvimiento de la persona en este
ámbito. La constitución consagra a Venezuela como un Estado democrático y
social de derecho y de justicia y preserva como valores superiores la vida, la
libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad
social y, en general, la preminencia de los derechos humanos, la ética y el
pluralismo político, se entrelaza con el Artículo 49, y sus 9 numerales, referido
a que el Estado tiene como fines esenciales la defensa y el desarrollo de la
persona y el respeto a su dignidad, actuación del debido proceso ante
situaciones judiciales y administrativas, la defensa y asistencia jurídica, la tutela
judicial efectiva, la garantía del cumplimiento de los principios, derechos y
deberes consagrados en la Constitución, la presencia inocencia a lo que tiene
derecho cada persona hasta q se demuestre lo contrario, toda persona tiene
derecho a ser oída en cualquier clase de proceso judicial y muchas más que
podemos encontrar enmarcadas en los diversos artículos que posee la
Constitución de Venezuela.

Si estudiamos más a fondo el Artículo 49. De la Constitución de la República


Bolivariana de Venezuela que nos habla sobre uno de los temas más
importantes que es el debido proceso se aplicará a todas las actuaciones
judiciales y administrativas y, en consecuencia:

El debido proceso es el conjunto de formalidades esenciales que deben


observarse en cualquier procedimiento legal, para asegurar o defender los
derechos y libertades de toda persona acusada de cometer un delito. La
defensa y la asistencia jurídica son derechos inviolables en todo estado y grado
de la investigación y del proceso. Toda persona tiene derecho a ser notificada
de los cargos por los cuales se le investiga, de acceder a las pruebas y de
disponer del tiempo y de los medios adecuados para ejercer su defensa.

El Estado debe informar al interesado no solamente de la causa de la


acusación, esto es, las acciones u omisiones que se le imputan, sino también
las razones que llevan al Estado a formular la imputación, los fundamentos
probatorios de ésta y la caracterización legal que se da a esos hechos. Toda
esta información debe ser expresa, clara, integral y suficientemente detallada
para permitir al acusado que ejerza plenamente su derecho a la defensa y
muestre al juez su versión de los hechos. La puntual observancia de los 4
principales numerales del artículo 49 es esencial para el ejercicio efectivo del
derecho a la defensa, del debido proceso y de la tutela judicial efectiva.

La defensa y la asistencia jurídica son derechos inviolables en todo estado y


grado de la investigación y del proceso. Toda persona tiene derecho a ser
notificada de los cargos por los cuales se le investiga, de acceder a las pruebas
y de disponer del tiempo y de los medios adecuados para ejercer su defensa.
Serán nulas las pruebas obtenidas mediante violación del debido proceso.
Toda persona declarada culpable tiene derecho a recurrir al fallo, con las
excepciones establecidos en esta Constitución y la ley.

Toda persona tiene derecho a ser oída en cualquier clase de proceso, con las
debidas garantías y derecho del plazo razonable determinado legalmente, por
un tribunal competente, establecido con anterioridad. Toda persona tiene
derecho a ser juzgada por sus jueces naturales en las jurisdicciones ordinarias,
o especiales, con las garantías establecidas en esta Constitución y en la ley.
Ninguna persona podrá ser sometida a juicio sin conocer la identidad de quien
la juzga, ni podrá ser procesada por tribunales de excepción o por comisiones
creadas para tal efecto.

Ninguna persona podrá ser obligada a confesarse culpable o declarar contra sí


misma, la confesión solamente será válida si fuere hecha sin coacción de
ninguna naturaleza. Ninguna persona podrá ser sometida a
juicio o acusada de un delito, por los mismos hechos de los cuales ya fue
juzgada anteriormente.

Este artículo 49 y sus nueve numérales, garantiza que toda persona sea
notificada de los cargos por los cuales es sometida a investigación, garantiza el
derecho a acceder a las pruebas, y le garantiza el derecho a acceder a las
pruebas, y le garantiza el derecho a disponer del tiempo y de los medios
adecuados para ejercer su defensa, garantiza, además, que sean anuladas las
pruebas obtenidas de manera irregular, que violen el proceso.
También da garantías a las personas declaradas culpables, para que
puedan recurrir al fallo, así como garantiza el derecho a que una persona sea
inocente, mientras no existan pruebas que demuestren lo contrario; además de
que garantiza de que toda persona pueda ser oída en cualquier proceso, y de
no
hablar castellano, tiene derecho a gozar de un intérprete.

En este artículo, también prevé la garantía de que toda persona no sea


obligada a confesarse culpable, o declarar contra sí misma, o conyugue,
concubino, y otros familiares o parientes por consanguinidad y afinidad, por lo
tanto, la confesión será válida solamente, cuando la persona no haya sido
coaccionada para hacerlo.

Existen otras garantías previstas en este artículo, tales como; no ser


sancionados por actos que no sean previstos como delitos, y no podrá ser
sometida a juicio por los mismos hechos, por el cual haya sido juzgados.
También, establece que toda persona podrá solicitar del Estado el
restablecimiento o reparación de la situación jurídica lesionada por error
judicial,
retardo u omisión injustificados.

Ahora entrando un poco en materia de lo que es el Derecho Procesal Laboral,


el pasado 13 de agosto de 2002 fue promulgada, mediante su publicación en la
Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela No 37.504 de esa
misma fecha, la Ley Orgánica Procesal del Trabajo ("LOPTRA"). Con la
promulgación de esta ley se vio al fin materializada, una vieja aspiración que
existía en el foro judicial laboral desde hacía más de 20 años, cuando muchos
especialistas insistían en la necesidad de reformar el procedimiento laboral
regulado en la Ley Orgánica de Tribunales y de Procedimiento del Trabajo,
proponiendo a tal efecto la sanción de un nuevo texto legal que consagrara un
proceso orientado principalmente por los principios de oralidad, inmediación,
concentración y celeridad procesal.

La aprobación de la vigente Constitución de la República Bolivariana de


Venezuela ("CRBV") a finales de 1999, elaborada por una Asamblea Nacional
Constituyente elegida para tal fin le dio un impulso definitivo a esa aspiración
de reforma, al ordenar en su Disposición Transitoria Cuarta que en el año
siguiente a su instalación la Asamblea Nacional debería aprobar:

Una Ley Orgánica Procesal del Trabajo que garantice el funcionamiento de una
jurisdicción laboral autónoma y especializada, y la protección del trabajador o
trabajadora en los términos previstos en esta Constitución y en las leyes. La
Ley Orgánica Procesal del Trabajo estará orientada por los principios de
gratuidad, celeridad, oralidad, inmediatez, prioridad de la realidad de los
hechos, la equidad y rectoría del juez o jueza en el proceso.

En los aspectos generales, destaca sobre las determinación de las partes en el


proceso judicial del trabajo (Art.46), la posibilidad de actuar mediante
apoderado (Art.47) y la obligación de Juez De tomar medidas para prevenir o
sancionar las faltas de las partes (Art.48) .Con Relación al Litisconsorcio se
determina las condiciones bajo las cuales tiene lugar esta figura procesal y las
clases correspondientes (activo y pasivo) (Art.49), Así como previsiones en
relación a la actuación procesal (Arts.50 Y 51).

Anteriormente se destacó que el Artículo 49 entró en vigencia, desde la


publicación de la Ley, y con esto se pretendía despejar dudas acerca del efecto
de la decisión de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo De Justicia (28‐
11‐2001) sobre la actuación de dos o más personas en un mismo proceso
judicial del trabajo. Al Efecto la Sala De Casación Social Del Máximo Tribunal
estableció criterio diferente en fecha 14 11 2002, una vez vigente la referida
disposición.

En cuanto a la Intervención de Terceros (Arts. 52 al 56), resulta novedosa la


previsión que dispone que, en caso de fraude o colisión en el proceso, el
Tribunal está en la obligación de ordenar la notificación de las personas que
puedan ser perjudicadas, para que hagan valer sus derechos, pudiéndose a tal
fin suspender el proceso (Art.55).

En referencia concreta al proceso laboral, tal y como se ha estudiado a lo largo


de la historia, el mismo tiene su origen en la inadecuación de los procesos
civiles ordinarios para hacer frente con celeridad y economía a las pretensiones
que tienen su fundamento en las relaciones de trabajo (Montero Aroca, 1987).
No obstante, la tendencia del mundo jurídico contemporáneo ha sido propender
a una jurisdicción laboral autónoma y especializada que garantizara una
eficiente administración de justicia ante los conflictos que se generan como
consecuencia del hecho social trabajo, dirigido especialmente hacia la oralidad
y publicidad como pilar fundamental en la modernización del derecho procesal.

Ésta fue precisamente la idea en la cual se concibió la Ley Orgánica Procesal


del Trabajo, pues hasta entonces el proceso laboral venezolano estaba
caracterizado por ser un proceso excesivamente escrito, lento, pesado,
formalista, mediato, oneroso y no provechoso, a la justicia.

En efecto, el proceso laboral bajo la óptica de la Ley Orgánica del Tribunales y


Procedimientos del Trabajo, se caracterizaba por ser un proceso lento, tardío y
dilatado en el tiempo, en todas sus etapas procesales, incluso, en la
oportunidad procesal en la cual el Juez debía pronunciar su sentencia, tanto
por el cúmulo de causas que se seguían ante los escasos juzgados laborales,
como por lo tedioso que resultaba, en la mayoría de los casos, para el Juez
Laboral entrar a analizar el cúmulo probatorio de expedientes generalmente
numerosos y de vieja data en su sustanciación por ante el órgano jurisdiccional.
CONCLUSIÒN
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999 atiende la
concepción monista internacional en materia de derechos humanos e incorpora
la progresividad como garantía estatal de los derechos humanos. Asimismo,
autoriza la aplicación directa de la normativa internacional sobre derechos
humanos y manifiesta apego a una corriente ius naturalista de orden racional
en su Exposición de Motivos, para posibilitar el reconocimiento de los derechos
innominados y sitúa los derechos y las libertades en el máximo punto de
importancia, jerarquía, eficacia y efectividad, como lo podemos ver en los
diferentes artículos que la integran y en especial en el articulo 49 que nos habla
de algo tan importante como es el debido proceso y la tutela judicial efectiva.

La garantía estatal de los derechos humanos, conforme al principio de


progresividad, implica que la interpretación de las normas y cualquier revisión
constitucional futura deben atender a la manera más favorable para el ejercicio
y el goce de los derechos.

La tutela realmente efectiva involucra lo establecido en los tres artículos


fundamentales como lo son (arts. 19, 26 y 49 CRBV). Como ha manifestado la
Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Venezuela, la
constitucionalización de las normas sobre derechos y garantías procesales en
la Carta de 1999 debe verse como la consagración de normas que han
adquirido diferentes significados, al estar consignadas como garantías que
configuran la tutela del ciudadano frente a los poderes públicos y de los
particulares entre sí.

Por lo anterior, las normas deben ser interpretadas teniendo en consideración


las reglas constitucionales relacionadas y tal interpretación estará influenciada
por valores, normas y principios que inspiran el orden constitucional en el cual
se consagran. Como se ha mencionado, la Constitución es la ley suprema y por
eso todas las personas y los órganos que ejercen el poder público están
sujetos a ella y, en consecuencia, a los derechos fundamentales.
La Constitución, establece muchos disposiciones
de la ley, y de ellos podremos resaltar algunos de los asuntos
más resaltantes establecidos en sus artículos desde
el número 1 al 49. La Constitución, tiene como
máximo fin, defender los derechos fundamentales de la
República Bolivariana de Venezuela, incluyendo su
inmunidad, su integridad y su autodeterminación. Resalta
los valores del Libertador Simón Bolívar, como
valores fundamentales de nuestra doctrina, y declara que nuestro
Estado, es irrenunciablemente libre, e independiente, por lo
tanto es autónomo, y tiene el derecho de estipular sus
leyes, y establecerlas bajo sus parámetros establecidos,
promoviendo la libertad, la igualdad, la justicia y la paz
internacional.
BIBLIOGRAFÍA

Alonso Olea, Manuel; Miñambres Puig, César y Alonso García, Rosa María
(2001). Derecho Procesal del Trabajo, Undécima Edición, Civitas
Ediciones.

Asamblea Nacional (2002): Ley Orgánica Procesal del Trabajo, Gaceta


Oficial No. 37.504 de fecha 13 De agosto. Art. Del 46 al 56.

Bello, Humberto y Dorgi Jiménez. Tutela judicial efectiva y otras garantías


constitucionales procesales. Caracas: Paredes Editores, 2004.

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Caracas (1999).


Art. 49.

Goig, Juan. "Tratamiento constitucional de los derechos en Venezuela.


¿Eficacia o desvalorización?". Revista de Derecho UNED, núm. 15 (2014):
223-259, http://revistas.uned.es/index.php/RDUNED/article/view/14142

Joan Pico, Las garantías constitucionales del proceso (Barcelona: Bosch,


1997), 59.

Kelsen, Hans. Teoría general de las normas. Caracas: Trillas, 2003.

También podría gustarte