La Casa 8 - Resumen Del Libro

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CAPITULO I

LA MITOLOGIA Y SU RELACION CON LA CASA VIII

Podríamos definir al mito como un espacio atemporal, donde lo simbólico. Lo real y


lo imaginario se entrelazan. Las intenciones simbólicas de sus personajes no son
más que un reflejo de las intenciones reales del hombre. Así pues, conocer el
trasfondo mitológico de los contenidos de la casa VIII nos contactará, no sólo con
la esencia y el significado de la misma, sino también con las fuerzas de la vida y de
la muerte que, en el interior de cada ser humano, se enfrentan en una continua
lucha por el poder, poder que cada individuo buscara obtener sobre si mismo o
sobre los demás.

EROS
La casa VIII es la casa de la fuerza vital, rige los instintos y las necesidades sexuales.
En su interior encontramos desde los más simples placeres del juego erótico hasta
los más profundos deseos sexuales. La cualidad erótica que la misma posee nos
remite a la mitología del Dios Eros y su relación con Afrodita
y Psique.

En el momento en que Psique decide dejar atrás su ceguera se enfrenta a Thanatos,


la noche oscura del alma, la destrucción y la muerte de los propios deseos ilusorios.
La depresión, la soledad emocional y diversas experiencias de
muerte forman parte del viaje que Psique realiza como consecuencia de esta
violación (ver el rostro de Eros), al Hades o a las profundidades del inconsciente,
lugar donde finalmente encuentra la verdad que la libera de su ilusión y le permite
recuperar a su amado Eros.

El tipo de relación amorosa que une a Eros con su madre, Afrodita; se trata de una
relación básicamente imaginaria, alimentada por la fantasía y el deseo pasional de
Eros, carente de explicación racional aparente. Estas relaciones imaginarias son de
vital importancia, ya que son éstas y no otras, las que le brindan a cada individuo el
marco fundamental de todo erotismo posible; esto significa que todo futuro objeto

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del deseo que un individuo pueda poseer estará, en mayor o en menor grado,
condicionado por las características o cualidades de dicha relación imaginaria
primordial.

Los siguientes puntos son los significados de la casa VIII en una carta natal:
1. La fuerza creativa de la vida y su poder unificador asociado a la casa VIII donde
se lleva a cabo la gestación de una nueva vida, ya sea por medio de una unión
sexual o como consecuencia de una profunda transformación personal.
2. Las leyes que condicionan el renacimiento individual, observables en el
simbolismo zodiacal y planetario que presenta cada casa VIII en particular.
3. La fermentación o gestación de un destino determinado, al que, tarde o
temprano, cada individuo se enfrentara cuando se active su casa VIII.

THANATOS
La Muerte constituye uno de los significados más antiguos y conocidos de la casa
VIII. A diferencia de lo que muchos podrían suponer, la fuerza que se opone a Eros
o al Amor Erótico no es el odio ya que en el también existen la pasión y el deseo,
sino la muerte, personificada por Thanatos, un hijo de la noche y hermano de
Hipno, el sueño. Thanatos simboliza el lado oscuro del deseo, la destrucción o la
perdida de nuestras falsas ilusiones de completud. Eros, la fuerza vital que alimenta
la vida, su conservación y enriquecimiento. encuentra en Thanatos. su igualmente
inmortal adversario y amigo, su destino final ya que como dice Nietzsche: «Todo lo
que ha llegado a ser perfecto. todo lo que es maduro, necesita morir». A través de
las experiencias que nos ofrece la casa VIII, comprendemos que la lucha entre estas
dos fuerzas primordiales, Eros y Thanatos, hace posible que el hombre forje la
civilizaci6n, creando grandes obras e ideas. No hay creatividad sin lucha, del mismo
modo que no hay vida sin muerte.

CAPITULO II
LA CASA VIII Y SU RELACIONCON LAS CASAS II, VII Y DERIVADAS

LA PROYECCION EN LAS CASAS VII Y VIII

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Toda casa guarda una estrecha e intima relación con la casa que le precede. Por lo
tanto, antes de adentrarnos en los profundos significados de la casa VIII, es
importante analizar la relación existente entre estos dos ámbitos de la vida que son
la casa VII y la casa VIII. En la casa VII aparece por primera vez el otro como un igual
que es a la vez diferente de nosotros mismos. La presencia de un otro y las
proyecciones personales que un individuo realiza sobre este otro son experiencias
que tienen lugar en ambas casas; la diferencia residiría entonces en el contenido de
lo proyectado por cada individuo en cada una de estas casas.

Una proyección es la transmisión de un proceso subjetivo a un objeto o a una


situación exterior. Cuando proyectamos estamos convencidos de que determinadas
personas poseen todos aquellos rasgos o cualidades que nosotros no encontramos
en nosotros mismos, todos los vicios o virtudes que nunca podrían ser nuestros,
porque los mismos son símbolo de todo aquello que rechazamos, censuramos,
negamos o consideramos que no tenemos derecho a poseer.

En la casa VII proyectamos sobre el otro una imagen que nos complementa para
poder así "re-definir" nuestra propia Imagen Personal (Ascendente). En lo
proyectado vemos aquello que creemos no-ser, y que por ende nos definirá lo que
somos. En la casa VIII buscamos experimentar y "re-descubrir" de qué estamos
hechos, es decir, nuestra propia sustancia interior. En lo proyectado vemos aquello
que creemos no-poseer y que por ende nos ayudará a definir aquello que
poseemos.

Un individuo con planetas en su casa VIII se valdrá de la proyección para


experimentar a través del otro la sustancia física, emocional, mental o espiritual de
su ser. Con el fin de lograr dicho propósito compartirá con el otro su cuerpo, su
sexualidad, su dinero, sus deseos u otras posesiones. En casa VIII no basta con ser,
deseamos poseer a través de un otro y su reconocimiento. Si pensamos que el
mero hecho de poseer un cuerpo, dinero o conocimiento reconocido por el otro y
apto para realizar muchas cosas, es también poseer el poder de hacer con el mismo
en su sentido más amplio, comprenderemos la enorme diferencia entre el

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contenido simbolizado por un planeta en casa VIII y un planeta en casa VII. Un Sol
en Acuario en casa VIII buscará expertmentar el poder, el valor y la importancia de
una Identldad (Sol)
original y única (Acuarto) a través del otro. A diferencia del caso anterior, este Sol
en casa VIII sentirá que carece de una identidad y de un propósito único y diferente.
Este sentimiento de falta o carencia, característico de las posiciones planetarias en
casa VIII, nos explica por que algunos autores sostienen que un Sol en esta casa
tarda en crecer y madurar, manifestándose en un principio, de modo sumamente
egoísta y egocéntrico en cuanto se refiere a lo compartido. EI temor a la muerte, al
no-reconocimiento del otro y la incapacidad para aceptar la separación es lo que
dificulta el crecimiento del Sol en esta morada. A través de las experiencias de casa
VIII, este Sol descubrirá que él también posee una Identidad original y única, que la
misma constituye su mayor recurso para aportar a la sociedad, pues posee el poder
social (casa VIII para realizar por medio de su creatividad y voluntad (Sol) algo
único y diferente (Acuarto). Así pues, transformamos a través del otro, en el
poseedor del poder simbolizado por dicho planeta constituye la dinámica central
de la actividad en casa VIII.

LA MODALIDAD EN CASA VII Y CASA VIII

En la casa VII iniciamos una relación, un acuerdo o compromiso con el otro. Vemos
reflejada aquí la cardinalidad y elemento socializador del signo de Libra. En la casa
VIII intentamos conservar y asegurar lo iniciado en la casa anterior, ya que será aquí
donde se pondrá a prueba todo lo antes prometido, pactado o iniciado. La cualidad
fija y el elemento acuoso del signo de Escorpio se ven claramente reflejados en esta
casa. Por ejemplo, si Cáncer se encuentra en la cúspide de nuestra casa VIII
procuraremos asegurar, mantener o conservar la relaci6n iniciada en casa VII,
estableciendo fuertes lazos emocionales o creando dependencias de orden afectivo
para retener al otro. El deseo, la necesidad y la lucha emocional por conservar una
pareja que posea cualidades maternales y protectoras será lo que conservará y
mantendrá viva a esta relación.

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EVOLUCION DE LAS RELACIONES DESDE LA CASA VII A LA CASA VIII

Por regla general, a menos que haya un excesivo énfasis en la casa VIII, las
relaciones evolucionan desde la casa VII a la casa VIII. Por ejemplo, una relación que
se inicia con gran optimismo, libertad y expansividad, bajo el signo de la aventura
con Sagitario en cúspide de VII podría, con Capricornio en cúspide de VIII,
transformar lo iniciado en una posterior responsabilidad, carga, limitación o en algo
que afectará nuestro rol dentro de la sociedad (Capricornio y su asociación con la
casa X). En este último caso, y a modo de ejemplo podemos decir que con Plutón
en Leo y en casa VII, la imagen de poder, autosuficiencia, importancia y brillo
personal proyectada sobre el otro, que no ha sido reconocida como una parte de
nuestro ser que también nos pertenece, provocará la sensación de que el otro
intenta dominarnos o controlamos, abusando del poder y del brillo que, en
definitiva, nosotros le hemos atribuido a su persona. Intentaremos entonces
protegemos de la amenaza que esta imagen proyectada representa, tratando de
controlar la situación para no ser controlados por ella. Las luchas por el poder
entabladas en casa VII boicotearán, en casa VIII, la posibilidad de una entrega o un
compartir real que nos transforme.

LA POLARIDAD ENTRE LAS CASAS II Y VIII

Dicha polaridad permite que el individuo experimente y "re-descubra'; a través del


otro su propia sustancia interior o contenidos inconscientes ligados al deseo dentro
de las relaciones con los demás, será también fuente de inspiración para que
desarrollemos nuestros propios recursos, seguridad y autoestima personal. Este
continuo proceso de re-evaluación, creado por las oposiciones, posibilita que un
individuo integre aquello que posee en el plano Físico (casa II) y Psíquico (casa VIII)
y halle un sano equilibrio entre su capacidad de dar y recibir cosas que tengan
tanto un valor personal como social.
Si por ejemplo tenemos una carta natal con Marte en Capricornio en casa II en
oposición a Urano en Cáncer en casa VIII, evaluaremos nuestra capacidad para
poder autoafirmarnos y expresar nuestra autoridad personal frente a la

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independencia emocional, la originalidad creativa y los recursos únicos que
proyectamos en el otro. Las cualidades que, en este caso, le atribuimos al otro,
representan también una amenaza a nuestro deseo de ser los únicos con derecho a
imponer las reglas o gobernar; si bien las cualidades o posesiones del otro nos
estimulan, también sentimos que amenazan con destruir la propia autonomía,
confianza y autoridad personal, es decir, todo aquello que nos sustenta y permite
defendemos en la vida; simbolizado aquí por Marte en Capricornio en casa II.

CAPITULO II
LOS SIGNIFICADOS TRADICIONALES DE LA CASA VIII

LOS DESEOS, LOS VALORES Y LOS RECURSOS AJENOS


En nuestra infancia, el abandono real o imaginario (en la mayoría de los casos), la
muerte, separación o perdida de la persona que a nuestro entender posee aquello
que deseamos con gran intensidad, nos hace sentir incompletos y emocionalmente
inseguros. En esos momentos, nos sentimos morir. Dicha perdida o separación nos
quita la posibilidad de poder llegar a "re-conocer" como propio y por ende "re-
poseer'' aquello que en un principio habíamos proyectado en el otro. La casa VIII se
transforma entonces en la casa de los deseos, los valores y los recursos de los
demás; es decir, lo que el otro se llevo consigo al irse, separarse o abandonarnos.
Por ejemplo, Urano en casa VIII podría, en rasgos generales, manifestarse de la
siguiente forma: en lo profundo de su inconsciente, Urano en casa VIII valora y
desea una gran independencia emocional, ser único, original e impredecible; un
pequeño autócrata con capacidad para experimentar con libertad lo diferente o lo
no convencional. Conscientemente, Urano en casa VIII siente que todo lo antes
mencionado constituye su mayor carencia, que depende del otro para poder
experimentar dicha libertad y unicidad. La proyección de sus deseos inconscientes
en el otro y el elevado contenido erótico de los mismos, le otorga a todo lo
simbolizado por Urano, un alto grado de poder. Urano concluye que ser libre e
independiente, es también poseer poder sobre el otro. Urano en casa VIII
dependerá del reconocimiento del otro para poder reconocer todos estos deseos
proyectados, como propios, y transformarse así en el poseedor de dicha libertad,

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originalidad, excentricidad o impredecibilidad. La perdida o separación de la
persona sobre la cual proyecto todas estas características, aún no reconocidas
como propias, produce que nuestro individuo pueda pensar, sentir o experimentar
lo siguiente:
1. Que lo sucedido paso porque el otro deseaba ser independiente, valoraba su
libertad y se sentía limitado; que el otro no lo valoro y lo abandono por no poseer
todas esas cualidades.
2. Que tan solo el otro es propietario y poseedor de dichos deseos y características.
3. Que tan solo a través de otra persona (o cosa que la represente) podrá recuperar
lo entonces deseado y perdido; paradójicamente, cuando por fin la encuentre,
temerá perderla por estas mismas razones.

LA SEXUALIDAD, LO PROHIBIDO, LO TABU Y LO OCULTO


Las relaciones que entablamos en la casa VIII poseen un alto contenido emocional y
erótico, esto nos explica por qué, durante nuestra infancia, el rechazo o la
reprobación que otros realicen respecto de nuestros deseos más intensos se
transformará con el transcurso del tiempo en Ley, ley que hablará de lo Prohibido y
lo Tabú, de todo aquello que debe permanecer oculto. Esta proyección de lo
prohibido transforma la casa VIII en un lugar donde solo los demás pueden desear
o poseer lo prohibido, se trate esto de algo positivo o negativo. Si en lo futuro
logramos manifestar estos contenidos, será a través de algo que la sociedad de
nuestro tiempo considere Tabú, Prohibido, Oculto o una Violación a la ley
establecida.
Por ejemplo, Aries en la cúspide casa VIII, desea ser el primero, un pionero y un
explorador; la competitividad, iniciativa y autoafirmación personal a través de lo
prohibido jugarán un rol importante en la vida de esta persona. Si un individuo no
logra encontrar un canal apropiado para expresar dicha energía zodiacal, entonces
el egocentrismo y la tiranía de Aries en cúspide de casa VIII se manifestarán en
forma inconsciente, proyectados sobre las personas con las cuales se relacione; de
este modo, nuestro individuo verá reflejado sobre los demás su propio
egocentrismo, competitividad, agresión o necesidad de independencia sexual.

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Tabú se vuelve, por este mismo hecho, Tabú ... EI Tabú es una prohibición
antiquísima, impuesta desde afuera (por alguna autoridad) y dirigida a las más
intensas apetencias de los seres humanos. El placer de violarlo subsiste en lo
inconsciente de ellos ... la apetencia prohibida se desplaza en lo inconsciente a otra
cosa ... el hecho de que la violación del Tabú se expíe mediante una renuncia
demuestra que en la base de la obediencia al Tabú hay una renuncia». De acuerdo
con lo aquí expresado, interpretamos que la renuncia es la única salida para no
violar un Tabú o para expiar las culpas de su violación. Si un individuo no renuncia
a su deseo prohibido, el castigo es la Muerte o la no existencia, ya que un individuo
se vuelve Tabú, cuando la sociedad en la cual vive ha borrado su nombre del libro
de los vivos, condenándole así a una vida de aislamiento y anonimato. La renuncia,
la muerte y el anonimato nos hablan de los contenidos de la casa VIII; aquí
dependerá de cada uno de nosotros el poder "re-conocer'' o renunciar a los
propios deseos prohibidos, así como también el atrevernos a violar una prohibición
y soportar su castigo; tarde o temprano, el mismo destino que en su momento nos
impuso la prohibición también nos daré la oportunidad de poder elegir. El texto de
Freud también nos dice que diferentes objetos o personas pueden, por medio de
un mecanismo de desplazamiento inconsciente, ocupar el lugar de aquello que
constituyó la prohibición original; la riqueza del lenguaje astrológico nos permite
evaluar que tipo de objetos o personas guardan un nexo de significado con los
principios planetarios o zodiacales que constituyen el complejo de la casa VIII, en
una carta natal determinada. Por ejemplo, si un individuo con la Luna en casa VIII
tiene problemas que se relacionan con una alimentación pobre o escasa o si
expresa una aversión o una negación a alimentarse, el nexo simbólico que existe
entre los alimentos y la Luna nos dice que, para este individuo, el alimento y su
actitud frente al mismo constituyen la expresión desplazada de un deseo original
que fue prohibido. En este caso, la prohibición original estaría conectada con la
relación materna y con la necesidad de seguridad, protección emocional y física de
este individuo. Los ejemplos que siguen se relacionan con lo expresado en este
punto.
Si Saturno se encuentra en la casa VIII, el derecho a ejercer o a reclamar la propia
autoridad, la auto-preservación y la expresión sexual, o nuestro derecho y

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posibilidad de construir algo que cimiente nuestro lugar dentro de la sociedad,
representarían aquello que fue rechazado, reprobado o prohibido por el otro. Las
relaciones imaginarias y de intenso contenido erótico que formamos en casa VIII
con el otro, se encuentran en el presente caso, simbolizadas por Saturno y todo lo
que este planeta representa. EI individuo poseedor de este Saturno pudo, a modo
de ejemplo, haber experimentado el poder de la autoridad y la ambición bajo su
faceta más destructiva, cruel o abusiva. La fantasía y la pasión, que acompañan
todo deseo infantil, convierten la incorporación simbólica de este tipo de
cualidades o atributos ajenos en un acto homicida de devoración, que el niño
realiza. Entendemos entonces por que, en la carta de un niño con Saturno en casa
VIII, su deseo prohibido de autoridad pudo quedar ligado al miedo, la culpa y sus
consecuentes castigos. EI aislamiento social, la dificultad para lograr establecerse o
autoabastecerse en la vida, un ascenso social demorado por obstáculos e
impedimentos y una sexualidad reprimida o limitada en su expresión nos hablan de
esta prohibición y sus castigos. La cualidad compulsiva de casa VIII colabora aquí
para que Saturno encuentre pocas salidas para poder sobrevivir sin morir; así pues,
la negación y la represión son los mecanismos de defensa que Saturno posee y
utiliza con mayor frecuencia dentro de sus relaciones. Saturno en casa VIII
transforma a los otros en portadores de todo lo antes prohibido como la ambición,
la avaricia, el egoísmo y la separatividad. Los propios deseos de muerte (termino
acuñado por Freud) están en la vereda de enfrente, esperando ser activados por el
deseo proyectado sobre el otro, poseedor autorizado de esa licencia para negar,
reprimir o castigar por medio del rechazo y el abandono. Si Saturno, al igual que
Psique, logra vencer la prohibición, podrá transformarse en su propia autoridad, un
símbolo de perseverancia, disciplina y tenacidad; un constructor que cooperará con
otros para crear un nuevo orden, donde los fines egoístas o separatistas no tienen
cabida.
Venus es símbolo del amor, la unión, la belleza, los valores y las dotes artísticas o
creativas, que pueden fácilmente convertirse en lo prohibido o lo rechazado,
cuando este planeta se encuentra ubicado en la casa VIII. Al igual que en el caso
anterior, el origen del rechazo o la prohibición guardará conexión con la relación
imaginaria que el individuo sostuvo con sus figuras parentales o sus sustitutos. Un

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individuo con Venus en esta posición pudo, a modo de ejemplo, haber
experimentado en su infancia la presencia femenina y el influjo de su seducción
como algo amenazante, atribuyéndole a la misma un excesivo poder. Frente a esta
situación, su conducta pudo oscilar entre sucumbir a su propio deseo de ser
seducido por esta presencia o figura femenina o utilizar su propio poder (prohibido)
de seducción con la finalidad de controlarla. De este modo, la prohibición impuesta
por la presencia de Venus en casa VIII hará de la intimidad, del placer sensual, del
compartir, de la unión sexual entre dos seres, del amor por el arte y su expresión
sensible, del deseo por posesiones o materiales y de la relación con el propio
principio femenino interior o con las figuras que lo representan -como la mujer, la
madre, la amiga o la amante-, un sinónimo de tiranía, manipulación, eliminación y
muerte. La búsqueda obsesiva y compulsiva de aprobación y amor, la falta de
decisión afectiva, el deseo de poseer un compañero que refleje ese ideal de belleza,
esa creatividad o don de sociabilidad prohibido, una escala de valores que en lugar
de servir a propósitos conjuntos es utilizada para seducir y controlar y finalmente
un narcisismo que excluye toda posibilidad real de unión o mutualidad, son algunas
de las posibles manifestaciones. Si Venus logra vencer la prohibición que le impide
amar y cooperar de un modo más impersonal, podrá renacer como un símbolo del
poder del amor y la fuerza creativa que todo lo transforma y recrea; nos
encontraremos entonces con el artista, el árbitro conciliador, el socio o compañero
que comparte y brinda a los demás su apoyo, amistad, sensibilidad, con la
apreciación por la belleza interior o el arte y un alto sentido de justicia.
Todo aquel que posea planetas o configuraciones relacionadas con casa VIII
marcados por el rechazo, la prohibición o el tabú experimentarä, desde muy
temprana edad, la fuerza del poder emocional que dicha energia planetaria ejerce
sobre el deseo propio y el ajeno. En el caso de Venus en casa VIII, como en muchos
otros, la inmensa indefención y pequeñez del niño permitieron que durante su
infancia todo lo simbolizado por este planeta: como el amor, lo femenino, la
relación y el principio del placer. se entremezclara, de modo inefable, con el temor,
el dolor, la obsesión, el deseo prohibido, la fantasía y la pasión.

LAS HERENCIAS

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En casa VIII no solo heredamos lo material, sino también lo psíquico del otro, con
su activo y pasivo incluido, como por ejemplo los deseos no cumplidos de
perfección (Neptuno) o de grandeza (Júpiter), la ira reprimida, la agresión o el
deseo de dominio (Marte), las culpas, los miedos o el deseo de autoridad (Saturno)
y demás fantasmas familiares, los cuales pueden llegar a obsesionarnos o
consumirnos (Plutón). Lo heredado reflejaría en estos casos el inconsciente Familiar
de nuestros antepasados. Si hacemos un uso creativo del potencial que encierra
esta casa, aquí también encontraremos las raíces o el origen del legado que cada
uno de nosotros puede aportar a la sociedad en la cual le toca vivir, tomar posesión
de nuestra herencia es aceptar también la responsabilidad social de hacernos cargo
de la re-construcción del principio planetario y zodiacal que se encuentra en
nuestra casa VIII. El poder y el alto contenido emocional que dicho principio
encierra nos puede obsesionar y atemorizar: tememos descubrir la verdad que él
oculta sobre nosotros mismos; la perdida, el abandono, el rechazo o la prohibición
de lo deseado han hecho de él una ilusión que distorsiona la verdad y la realidad
sobre nosotros mismos.

EL RITO
Muchos pueblos poseen los llamados Ritos de Iniciación y de Pasaje. El origen
primordial del mismo es básicamente sociocultural, ya que éste marca el ingreso
del individuo en una vida social completa dentro de la comunidad. Según Van
Gennep, el rito posee las siguientes fases y elementos:
1. FASE PRELIMINAR (Antes del Umbral): LA SEPARACION con el mundo anterior.
2. FASE LIMINAR (En el Umbral): LA TRANSICION estadio preparatorioo iniciatico.
3. FASE POSTLIMINAR (Pasado el Umbral): LA RE-INCORPORACION admisión a
una vida y un mundo nuevo.
El rito trasciende todo contexto cultural e incluye siempre una separación o muerte
simbólica y un posterior renacimiento.
RITOS DE PROTECCION: ablución, purificación, expulsión.
RITOS MAGICOS: hechizos y posesiones.
RITOS NEGATIVOS: prohibiciones y tabúes.
RITOS RELIGIOSOS: oración, oblación, sacrificio.

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El rito tiene el propósito de permitir que el hombre vuelva a unirse o a conectarse
con lo oculto de su naturaleza y su devenir, con todo aquello que desconoce de si
mismo. Thanatos (la separación, lo trágico, la renuncia y la muerte) es aquí tan
importante como Eros (la magia de la vida, la metamorfosis, el renacimiento y la re-
incorporación a un nuevo mundo). Vida y Muerte se tocan, en un tiempo y un
espacio sagrados, con la finalidad de permitir que el hombre vuelva a conectarse
con aquello que en él es Eterno e Inmortal.
En los contenidos de la casa VIII, al igual que en los del rito, encontramos la
separación, la transición, la re-incorporación, la prohibición, el tabú, la renuncia, la
muerte y la vida. Luego de entablar relaciones, acuerdos o compromisos con los
otros en la casa VII, el ritual de la casa VIII nos invita a ir más allá de lo conocido, a
re-encontrarnos con la propia sustancia interior, con la sociedad, con lo heredado y
con lo sagrado. En la casa VIII llevamos a cabo, por medio del ritual, una re-
generación emocional, espiritual y mental. Dicha regeneración será lo que más
tarde posibilitará la incorporación de un nuevo y más profundo significado social al
propio entendimiento, visión e ideal, al ingresar en la casa IX de cualquier carta
natal. Los Ritos de iniciación o de Pasaje de cada individuo estarán siempre
relacionados con los contenidos de su casa VIII (signos, planetas presentes,
regentes y aspectos); los tránsitos y las progresiones marcarán un determinado
tiempo y tipo de experiencias, para que cada individuo tenga la posibilidad de
morir y renacer una vez más.

EL CULTO
El culto se relaciona con el ritual, ya que se trata de un sistema de devoción o ritual
religioso, así como también de un apego devoto a un determinado principio o
persona. La palabra cultus en latín, significa cultivo, cuidado, genero de vida, cultura
y refinamiento; así pues, el culto compartido con el otro se convierte en un
elemento imprescindible para que una cultura pueda nacer. Tanto el rito como el
culto posibilitan que el hombre se inicie en los misterios de la vida, otorgándole
una responsabilidad y un rol dentro de la cultura. De este modo, en la casa VIII, el

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hombre descubre la importancia de la mutualidad y la cooperación, que le
permiten convivir con sus semejantes.

LOS GRUPOS OCULTOS


Estos surgen con el rito y el culto, como los poseedores y guardianes de un
conocimiento oculto y sagrado. A este respecto, Gustav Jung nos dice en su libro
Recuerdos, sueños y pensamientos lo siguiente: «La necesidad de algo secreto es
en las sociedades primitivas de decisiva importancia, en cuanto el secreto en
común constituye el cimiento de la solidaridad ... La sociedad secreta es una fase de
transición en el camino de la individuación: se confía todavía a una organización
colectiva el lograr diferenciarse de ella: es decir, no se ha reconocido aun que es
propiamente tarea del individuo el independizarse diferenciándose de los demás...
Seria pues, incorrecto, considerar la fase de transición como un obstáculo, por el
contrario, significa durante mucho tiempo, la única posibilidad de existencia del
individuo, que actualmente parece amenazado más que nunca por el anonimato».
Si analizamos lo expuesto aquí por Jung, veremos que tanto la fase de transición
(un pasaje necesario para lograr una integración social y el reconocimiento de las
diferencias) como el anonimato pertenecen a los contenidos de la casa VIII; el rol
facilitador de estos grupos de poder y el pacto de unión sellado por un oculto
secreto compartido son también partes esenciales del proceso transformador que
tiene lugar en el interior de la casa VIII.

LA INVESTIGACION
Lo perdido, lo prohibido, lo desconocido y lo oculto plantean a todo investigador
un interrogante y un enigma a resolver que atrae y seduce. No es casual, ni
arbitrario, que tanto la nariz como el sentido del olfato hayan sido principalmente
atribuidos al planeta Marte y al signo de Escorpio. La casa VIII natal indica entonces
qué tipo de investigación nos atrae y seduce con sus interrogantes, así como
también de qué modo y con qué herramientas la llevaremos a cabo si tomarnos en
cuenta el signo en la cúspide de casa VIII o interceptado, sus regentes, sus planetas
y sus aspectos. La investigación, al igual de lo que sucede con otros significados de

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la casa VIII, es una actividad que requiere de la presencia del otro, de la mutualidad,
del intercambio, del apoyo y la cooperación.

Interpretación astrológica
Sobre la investigación o la búsqueda podemos decir, desde un punto de vista
astrológico, que en la casa VIII de cualquier carta natal y todo lo asociado con ella,
encontraremos lo siguiente:

 Qué caracterizara nuestra investigación o búsqueda interior


1. Tipo de energia (signo en la cúspide o interceptado en casa VIII) y funciones
(planetas presentes o regentes de casa VIII) de la personalidad que utilizarernos
aquí.
2. Cualidades (signos) y funciones (planetas) de la personalidad que deberemos
cultivar y compartir con otros.
3. Cualidades y funciones de la personalidad que buscarán, a través de la
investigación, el reconocimiento del otro.

 Áreas de vida o experiencias relacionadas con la investigación.


1. Por ejemplo, con Sagitario en la cúspide de casa VIII, lo simbolizado por Sagitario
como la filosofía, la fe, las creencias, los viajes y lo extranjero serán áreas que de
algún modo guardarán relación con la tarea de investigación.
2. La casa donde encontremos al regente de casa VIII nos indicará de qué modo
(signo) y a través de qué tipo de experiencias (casa) iniciaremos la investigación.
Esta energia planetaria o función de la personalidad buscará satisfacer en las
actividades de esta casa su pasión, sus más ocultos deseos inconscientes y su gran
necesidad de compartir con otros. En la casa ocupada por el regente de casa VIII,
existe también la posibilidad de recibir el apoyo de los otros. Las experiencias
asociadas con dicha casa natal nos abrirán las puertas al renacimiento y a la
transformación.
3. Las casas gobernadas por los planetas que ocupen una determinada casa VIII
natal nos indicarán qué áreas o experiencias de vida se encuentran estrechamente
vinculadas con nuestro deseo de investigar. Lo simbolizado por los planetas

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ubicados en casa VIII deberá ser reconocido y compartido de un modo más
impersonal, si deseamos obtener resultados positivos en las casas gobernadas por
estos planetas. El desarrollo, la realización y la satisfacción obtenidos en las casas
gobernadas dependerá de nuestra elección en la casa VIII.

 La ubicación de Plutón y Escorpio en la carta natal


1. Plutón indicará dónde (casa) y de qué modo (signo) encontraremos el coraje y la
fuerza para realizar nuestra contribución social.
2. Escorpio nos indicará en qué área de nuestra vida debemos dejar ir arraigos y
conductas en extremo personales que pueden entorpecer o limitar nuestra
búsqueda o investigación.

EL PODER DEL DINERO EN LA CASA VIII


La casa VIII también se halla asociada con los recursos materiales ajenos, el dinero
compartido con un socio o la pareja, las inversiones, el negocio y su actividad; con
las finanzas de una sociedad, los seguros, los impuestos, el sacrificio, la bancarrota
y las perdidas monetarias; con el dinero recibido en donaciones, herencias o
cesiones testamentarias y prestamos bancarios.

 El Dinero y el Intercambio
Podemos entonces relacionar el valor de uso con los recursos y las posesiones
personales de cada individuo, es decir con Tauro y la casa II, donde encontramos
todo aquello que poseemos y que, a nuestro entender, abunda ya que nuestra
conciencia está ligada con nuestros bienes personales. El valor
de cambio, como la misma palabra lo indica, guarda relación con todo aquello que
intercambiamos con el otro, es decir, con los significados de casa VIII y con el signo
de Escorpio. En casa VIII entregamos lo que poseemos para obtener aquello que
nos falta.

 El dinero y el sacrificio
El culto (Escorpio y casa VIII) preceden a la fe (Sagitarto y casa IX). Aquí convergen
la unión, el ritual, la deuda y el pago a los dioses, siendo este ultimo una forma

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primitiva de nuestro actual pago de impuestos, asociado también a los significados
de la casa VIII, ya que por medio del pago de impuestos cada individuo se
compromete con los otros y con la sociedad a sacrificar parte de sus ganancias o lo
deseado. La existencia, la observancia y el cumplimiento de dicho pacto (casa VIII),
es lo que posibilita y garantiza la formación y la cohesión social.
El sacrificio, rito de ritos, es llevado a cabo por el hombre, con la finalidad de
establecer una comunicación y una reconciliación entre su mundo espiritual y su
mundo concreto.
El hombre proyecta su deseo (casa VIII) sobre un objeto exterior, con la finalidad
inconsciente de poder tomar contacto con las partes alienadas de su propia
Identidad o mismidad. El reconocimiento personal de dicha proyección y el
consecuente sacrificio de lo deseado permitirán que el hombre re-construya su yo
disociado.

 El Dinero y lo Afrodisíaco
El poder del dinero (casa VIII) residiría entonces en su infinita capacidad para
simbolizar y hacer real nuestros deseos por medio del intercambio. Si detrás del
dinero compartido, intercambiado o sacrificado se esconden los deseos
primordiales de cada hombre, se comprende entonces que la lucha por el poder
económico posea el profundo carácter emocional y la intensidad pasional del signo
de Escorpio y de las experiencias simbolizadas por la casa VIII. Por lo tanto, a través
de estas profundas vivencias personales, cada individuo aprenderá que lo deseado
por él, dentro de este ámbito de la experiencia que es la casa VIII, no está
conectado con cosas sino con relaciones que poseen un elevado contenido erótico
o afrodisíaco, y que en ultima instancia, la verdadera riqueza se obtiene con el
sacrificio de lo deseado. Quizás deberíamos preguntarnos más a menudo: ¿Qué es
lo que realmente compramos, intercambiamos o sacrificamos en cada negociación,
pacto societario o transacción que realizamos con el otro o la sociedad?

Interpretación Astrológica
El signo y los planetas presentes y regentes, con sus respectivos aspectos en casa
VIII, describen el tipo de relación financiera en lo que a responsabilidades,

16
obligaciones y deudas se refiere, que sostenemos con el mundo en general; así
como también las posibles ganancias o perdidas de una sociedad en la cual
participamos. De modo más especifico y detallado podemos decir que la
disposición de cada casa VIII en particular, nos indica lo siguiente:
1. Qué deseos esperamos satisfacer o comprar a través de nuestra negociación o
intercambio material con el otro.
2. Qué parte de nuestra personalidad buscamos volver a poseer o recuperar por
medio de inversiones, empresas mancomunadas o una sociedad marital.
3. Qué tipo de relación establecemos con el Estado, el Fisco y las Oficinas de Rentas
o Impuestos; si cumplimos con nuestro deber de contribuyente o si somos
perseguidos por irregularidades cometidas.
4. La actitud particular de cada individuo frente a las responsabilidades,
obligaciones y deudas financieras contraídas con el otro o la sociedad.
5. Tipo de organizaciones o grupos que nos brindan ayuda o apoyo financiero para
realizar nuestra contribución social.
6. Qué tipo de inversiones y sociedades nos favorecen o benefician en mayor grado
que otras.
7. Herencias, legados o donaciones que podemos recibir; experiencias que
perjudican o favorecen su obtención.
8. Cualidades o talentos personales que podemos aportar a una sociedad donde se
comparten los recursos propios con los ajenos.

Los Planetas en casa VIII


La Luna rige todo lo relacionado con el sexo femenino y los deseos cambiantes e
inconscientes del individuo, por lo tanto, cuando se encuentra en esta casa, no es
inusual que brinde apoyo financiero o legados provenientes de mujeres. Los
cambios frecuentes en los negocios o en las inversiones son aquí un reflejo del
deseo cambiante del individuo; el rasgo más negativo de la Luna en esta casa es su
excesiva autoprotección o dependencia afectiva respecto de los bienes materiales
compartidos.
Con el Sol en casa VIII, la necesidad de brillo personal o de autoimportancia suele
buscarse en el manejo de importantes recursos económicos ajenos. El Sol en casa

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VIII pone en juego la propia Identidad Individual, por tal motivo, suele suceder que
el poseedor de dicho Sol tarde en madurar o en descubrir su propia identidad y
propósito. El egocentrismo, que no tiene en cuenta al otro como alguien diferente
e igualmente importante, será lo que este planeta deberá sacrificar si desea
recuperar su propia Identidad y realizar su propósito.
Mercurio en casa VIII liga el despertar y el desarrollo intelectual con los recursos
ajenos; la curiosidad, el intercambio, las conexiones y un constante fluir caracterizan
a esta posición planetaria. Mercurio es quizás más consciente que otros planetas,
del intercambio o del comercio que tiene lugar aquí entre los individuos; posee
además la capacidad para evaluar diferentes opciones y la flexibilidad para
adaptarse a diversas situaciones. Su indecisión, su inconstancia y muchas veces su
obsesión por lo pequeño pueden ser su mayor debilidad en casa VIII.
Marte se halla aquí en su casa natural; la iniciativa y el coraje empresarial son su
mayor aparte, si bien la fuerza de su deseo puede inducirlo, más de una vez, a
luchar por los recursos que se comparten, sin evaluar cuál es el limite de los
mismos. La competitividad y el deseo de satisfacer a la mayor brevedad posible sus
necesidades materiales serán actitudes que Marte deberá sacrificar si desea
conservar los beneficios de sus cualidades positivas como son el liderazgo, la
iniciativa y el coraje.
Saturno en casa VIII ganará con suma paciencia, trabajo y sacrificio, el apoyo o la
ayuda financiera de los otros. La precaución, los cuidados y el saber esperar serán
requisitos que Saturno deberá tomar en cuenta, si desea evitar perdidas. Por sobre
todas las cosas, Saturno desea sentir que se ha ganado, con el sudor de su frente,
lo que cualquier negocio o intercambio material con el otro puede ofrecerle; la
ansiedad y la preocupación excesiva por conservar el poder económico y la posible
perdida o falta de poder económico forman parte de sus rasgos más negativos
dentro de esta casa.
A Urano, su deseo de compartir lo impredecible, lo diferente, el cambio y lo
experimental lo inducen a buscar su propia individualidad y libertad dentro de las
asociaciones financieras. Lograr su propia independencia económica dentro de una
negociación o una sociedad, sin que ello perjudique a la misma, puede convertirse

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en uno de los mayores problemas a los cuales el individuo podría tener que
enfrentarse dentro de esta casa.
Neptuno en casa VIII deberá primero sobreponerse a la decepción que toda ilusión
previa conlleva, si desea brindar a los demás lo mejor de si. La fe en lo intangible y
el apoyo de entidades espirituales o metafísicas serán su fuerte; su inconstancia y el
tratar de evadir las responsabilidades, obligaciones o deudas contraídas con el otro
representan la mayor debilidad de Neptuno en esta posición.
Plutón en casa VIII suele describir al mago de las finanzas que transforma, mediante
su manejo particular y exclusivo, los recursos de los otros que se encuentran bajo
su responsabilidad. Si bien Plutón o Plutón el Rico, como solían llamarlo los Griegos,
es símbolo de riqueza, el mismo no está exento, en algunos momentos, de tener
que soportar grandes perdidas económicas que, dado el caso, pueden abrirle las
puertas a una riqueza mayor y más profunda. La obsesión y el deseo de poseer el
control absoluto de los recursos compartidos forman parte de sus manifestaciones
más negativas, cuando se encuentra en esta casa.

EL RENACIMIENTO ESPIRITUAL Y LO ESOTERICO


El Proceso de Iniciación, simbolizado por la casa VIII, es algo que cada individuo
lleva a cabo en soledad, sin importar con quién comparta la experiencia. Esta
sensación de soledad facilita que podamos regresar al pasado (Cáncer) y morir,
luego de cortar el cordón que nos ata a él; un paso previo y necesario para poder
renacer (Escorpio) en casa VIII y trascender (Piscis) en casa XII en un futuro. Será
entonces a través de la unión y la relación sexual o erótica que tendremos la
posibilidad de nacer, morir y renacer; no en vano la Astrología Esotérica ha
otorgado a Plutón la regencia de Piscis y a Neptuno la de Cáncer. Renacer en casa
VIII no es un proceso fácil; como dice el conocido refrán «Todos queremos ir al
cielo (Piscis), pero nadie quiere morir (Escorpio)».

CAPITULO IV
EL PROCESO EVOLUTIVO DE LAS RELACIONES EN LA CASA VIII

FASE I: PASION, IDEALIZACION Y FUSION o 1 + 1 = 1

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En esta etapa, el individuo buscará a alguien (o algo) que posea, en el mayor grado
posible, aquello que piensa que le falta o carece, ya que será, a través de ese
alguien o algo que intentará volver a poseer lo antes deseado y perdido, o lo
prohibido y tabú.
Frases como: el ella o esto es todo para mi, esto me completa, somos uno, mi vida
está en sus manos o mi vida depende de ...; forman parte de las posibles
manifestaciones pertenecientes a esta etapa, pero quizás lo más importante y
característico de la misma sea que el individuo se aferra y coloca toda su confianza
y autoestima personal en la persona u objeto por él deseado.

FASE II: APARICION DEL TERCERO Y LA TRAICION o 1 + 1 = 3.


No en vano la casa VIII es también considerada como la casa de las relaciones
triangulares, pasionales, compulsivas y a veces trágicas. Eros, mediante la ayuda e
«Intro-Misión» de un tercero en la escena, re-crea y re-vive el drama de las
antiguas relaciones imaginarias de cada individuo. La figura de este tercero puede
encontrarse representada por diferentes personas o situaciones, como por
ejemplo, el amante, el trabajo de la pareja o socio, la perdida de un ser querido, la
llegada de un hijo, la conducta o comportamiento del amado, la quiebra del
negocio, la perdida de dinero o simplemente por la sospecha y la desconfianza
personal. La aparición de este tercero pone fin a la pasión, idealización y fusión de
la fase inicial y produce que el individuo se sienta rechazado, abandonado o
desvalorizado; quizás la palabra que mejor define este sentimiento sea traicionado
(Plutón): traicionado porque eso --el o ella- le falló o porque descubre, no sin
dolor, que él no es todo para el otro. La ira, los celos y los deseos de venganza
hasta entonces reprimidos se desatan contra aquello que, a su juicio, lo ha
traicionado. De acuerdo con el estado de cada casa VIII en particular (signo -
planetas - aspectos - regentes) activamos, para protegernos del dolor y la muerte,
nuestro mejor mecanismo de defensa contra el enemigo, que no es otro que
nosotros mismos, nuestros propios deseos y necesidades que nos han traicionado.
Los mecanismos de defensa varían de acuerdo al caso pero, por lo general,
pueden observarse algunas de las siguientes manifestaciones:

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1. Obsesionarnos con algo o alguien, como ser el trabajo del otro, el amante, el
negocio, etc .. para no tener que enfrentar lo perdido y por ende aceptar que
somos diferentes, que no somos uno con el otro. Urano ubicado en casa VIII
facilitará que la independencia, los cambios, la necesidad de experimentar lo
diferente, las amistades o los proyectos futuros de nuestra pareja nos obsesionen.
La Luna en casa VIII puede provocar que nos obsesionen las dependencias
emocionales de nuestra pareja que no se relacionen con nuestra propia persona. En
este caso, la preocupación o la protección emocional que nuestra pareja o
compañero pueda brindarle a los demás o su búsqueda de seguridad emocional
en áreas que extralimiten el territorio operativo de la relación, son algunos de los
factores que pueden desencadenar nuestra obsesión o ira irracional contra todo
aquello que sentimos nos separa del ser que amamos.
2. La promiscuidad, la abstinencia o las disfunciones sexuales son conductas
utilizadas en las relaciones personales, con el fin de evitar una real y profunda
intimidad que podría volvernos más vulnerables al dolor y a la perdida. En términos
generales, pueden evidenciarse, de acuerdo con la expresión de cada planeta, las
siguientes conductas:
• La frigidez, la abstinencia, la necesidad de castigo y las culpas paralizantes en la
conducta sexual, de Saturno.
• El egocentrismo, la autosuficiencia o el orgullo sexual desmedido, del Sol.
• La promiscuidad, la depresión sexual, el sometimiento personal o la adicción
sexual, el chantaje emocional y todo aquello que podamos imaginar, de Neptuno.
• La obsesión, el vampirismo, la abstinencia sexual, el sometimiento cruel del otro y
el placer en el dolor, de Plutón.
• Los conflictos religioso-sexuales, la infidelidad, la sexualidad irresponsable y la
megalomanía sexual, de Júpiter.
• EI narcisismo sexual, una sexualidad regida por el amor físico en desmedro de
otras cualidades: la bisexualidad como síntoma de una indefención que impide el
compromiso, con la finalidad de evitar compartir sobre una base de igualdad, de
Venus.
• La sexualidad ocasional o inconstante: una conducta sexual ninfomaníaca, el
subrogado sexual que actúa siempre en lugar de cualquiera menos el mismo, y el

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sexo verbal o telefónico que impide y evita un contacto físico con el otro, de
Mercurio.
• La agresión, la crueldad o el egoísmo sexual; la promiscuidad motivada por una
obsesión con la potencia sexual, la conducta sádica y el dominio sexual sobre el
otro, expresada por Marte.
• La necesidad de experimentar el cambio, una sexualidad esporádica, la
perversidad como medio para shockear y poner distancia con el otro y el desapego
o la indiferencia sexual para controlar, de Urano.
• La excesiva timidez, el temor al rechazo, el infantilismo sexual que busca en el
otro alguien que se haga cargo o lo cuide, el conflicto entre obtener seguridad con
la entrega sexual o dar libre curso a una extrema sensualidad y a la manía de la
Luna.
3. Crear y mantener deudas es otra forma de seguir dependiendo y de no crecer. La
Luna en casa VIII podría indicar una propensión a contraer deudas de origen
emocional que crean dependencias afectivas o materiales e impiden una relación
de igual a igual; Júpiter ubicado en esta casa podría manifestarse en extremo
generoso o caritativo, otorgando prestamos, donativos o una devoción exagerada.
Las deudas de origen comercial, los acuerdos erróneamente estipulados o no
hablados que luego generan dependencias, y la incapacidad para poder decidir o
pensar por si mismo son algunas de las posibles manifestaciones de Mercurio en
esta casa.
4. Amenazar, intimidar, manipular o intentar el control del otro. Esto lo llevamos a
cabo por medio del poder físico, mental, emocional o espiritual que poseemos, con
el fin de no permitir que el otro crezca y se transforme en un igual, porque
pensamos que de serlo podría irse y dejarnos. La Luna en casa VIII puede valerse de
su extrema sensibilidad psíquica y mostrarse incapaz de autodefenderse o
abastecerse por si misma. Los cambios de humor caprichosos crean aquí un clima
de expectativa constante para controlar al otro. Marte en casa VIII puede utilizar la
agresión o las amenazas. Jurando un odio eterno que atemoriza; el sarcasmo y la
crueldad física o mental son quizás los recursos más bajos utilizados por Marte para
evitar ser abandonado por los demás. Saturno en esta casa puede valerse de su

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aparente seguridad, un extremo autocontrol o técnicas represivas, como por
ejemplo el castigo del silencio o el abandono, para intimidar al otro.

FASE III: ACEPTACION DE LA PERDIDA, MUERTE Y TRANSFORMACION o 1 + 1 = 2.

 La aceptación de la perdida
Esta fase del proceso requiere que bajemos nuestras defensas personales. Si bien el
hacerlo puede producimos síntomas de desesperación, depresión o perdida de
energia, bajar nuestras defensas nos permitirá luego hacemos responsables de
nuestros propios deseos. Por ejemplo, con un Sol en casa VIII deberemos renunciar
a pretender ser siempre el centro de atención o a valemos de la arrogancia cuando
somos ignorados o cuando no sabemos aceptar las criticas de los otros. Una
identidad insegura y débil es lo que no nos permite reconocer como propio
nuestro deseo de admiración o de ser alguien especial. Mercurio en casa VIII
deberá renunciar a la excesiva racionalización u orgullo intelectual que sobreestima
el poder de la razón, así como también al Puer Aeternus que vive en su interior y no
quiere crecer. Neptuno en casa VIII deberá aprender a prescindir de las tácticas
escapistas, para evitar el conflicto de la autocompasi6n cuando la debilidad del otro
lo decepciona; su necesidad de crear falsas imágenes o expectativas del otro no le
permiten aceptar la condici6n humana ajena ni la propia. Si el signo de Virgo se
encuentra en la cúspide de casa VIII deberemos abandonar nuestra excesiva
preocupaci6n con el error, el negativismo, la critica destructiva y el perfeccionismo
obsesivo y / o compulsivo. El signo de Sagitario en la cúspide de casa VIII deberá
renunciar a sus posturas dogmáticas o demagógicas defensivas, a un inflado e
idealizado concepto del propio yo y a su autoaceptación no critica.

LA MUERTE
No es una función psíquica (planetas) o un tipo especial de energia (signos) lo que
aquí debe morir o lo que debemos dejar ir, sino el egocentrismo personal y la no
aceptación de las diferencias entre las propias concepciones, deseos y expectativas
y las del otro respecto de lo que dicha función planetaria o energia zodiacal
puedan simbolizar. Por ejemplo, con un Sol en casa VIII, la reorientación que sufren

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el ego y el orgullo personal permite que muera la idea o la ilusión de un Yo
separado del resto del mundo; un Yo que se rehúsa a aceptar que los demás
puedan ser, en esencia, diferentes a él. Mercurio en casa VIII posibilita la muerte de
un egocentrismo mental y Venus la muerte de un egocentrismo afectivo. Estas
muertes simbólicas nos permiten reconocer que otros pueden poseer y expresar
sus propias ideas, opiniones o deseos afectivos, sin que ello represente amenaza
alguna a nuestras ideas, capacidad de decidir o a nuestros valores personales,
necesidades de compartir, amar y ser amados.

LA TRANSFORMACIÓN
El proceso de transformación nos conducirá a un posterior renacimiento, por medio
del cual podremos aceptar que algo o alguien, fuera de nosotros mismos, no sea
más o menos sino igualmente importante que nosotros, a la vez que diferente.
Finalizada esta fase del proceso, descubriremos que a través del otro se nos han
brindado las siguientes posibilidades:
1. Recuperar el poder perdido, y con el, la autoestima.
2. Compartir y amar, sabiendo que somos diferentes, que estamos separados.
3. Aceptar que podemos perder lo que amamos y aun así, ser capaces de amar
porque habremos aprendido que todo es un proceso, que vida y muerte están
unidas y que el Destino es el viaje.
De no haber una real Iniciación en la casa VIII, las partes o funciones previamente
proyectadas permanecerán disociadas del resto de la personalidad. No nos
habremos liberado de la Ilusión y cuando ingresemos en las experiencias de la casa
IX, la casa de Dios, lo extranjero, la filosofía, la mente abstracta y el entendimiento,
correremos el riesgo de perdemos en la divinidad buscando guías salvadores o
aferrándonos a creencias filosóficas dogmáticas. La soledad emocional también
formará parte del precio que pagaremos, ya que nuestra alma buscará en vano una
verdad que no podrá comprender (casa IX). Es importante recordar que la casa VIII
es la doceava casa derivada desde la casa IX, así pues, la elección que realicemos en
casa VIII, al igual que la del Eros del mito, afectará nuestra capacidad para poder
comprender un mundo nuevo, extranjero y diferente al nuestro. Este proceso de
iniciación vivenciado en esta casa nos brinda. no solo la posibilidad de elegir

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nuestro modo de participar en el mundo, sino también nuestro modo de
responderles a la vida y a la muerte.

CAPITULO V
INTERPRETACION ASTROLOGICA Y SINTESIS

A través de todo lo presentado hasta aquí, hemos podido observar de qué modo,
esta casa nos ofrece, por medio del Destino y la Elección, la posibilidad de llevar a
cabo una gran actividad transmutadora. Sintetizando, podemos decir que todo
análisis que realicemos de esta casa deberá tomar en cuenta los siguientes factores:

1. Sexo del nativo


Es importante establecer si la carta natal que estamos analizando pertenece a un
hombre o a una mujer. Un hombre proyectará con mayor facilidad planetas
femeninos como Venus, Luna y Neptuno, sobre los demás, mientras que una mujer
hará lo mismo con planetas masculinos como el Sol, Marte, Júpiter, Saturno y
Urano.

2. Signo en la cúspide o interceptado en casa VIII.


A este respecto deben tomarse en cuenta tanto las características y las necesidades
psicológicas del signo que se encuentra en la cúspide de esta casa o interceptado
dentro de la misma, como también la correspondencia por casa que se le atribuye;
si el signo de Géminis se halla en la cúspide o interceptado en casa VIII, los
significados a él asociados, como por ejemplo los hermanos, la escuela, el
desarrollo intelectual y la comunicación jugarán un rol importante.

3. Planeta Regente del signo en la cuspide o interceptado en casa VIII


El tipo de función planetaria y su ubicación por casa y signo nos informarán lo
siguiente:
a) Dónde y cómo comenzará el proceso de transformación. Si por ejemplo, el
regente de la casa VIII se encuentra en la casa V, será a través de actividades
conectadas con romances, hijos, hobbies, el arte o lo creativo en general; las

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experiencias de esta casa podrán producir crisis profundas en nuestras relaciones
afectivas y en nuestra autoexpresión creativa y emocional. Experiencias dolorosas o
conflictivas en nuestros romances amorosos o sexuales como por ejemplo, el
abandono o la perdida de aquello que amamos y la prohibición de poseer aquello
que nos parece imprescindible para poder ser amados por los demás. Las heridas
infligidas por el destino, a nuestra confianza y autoimportancia personal,
estimularán el inicio de nuestro proceso de transformación.
b) Dónde y cómo se manifestaran temas que guardan relación con los significados
de la casa VIII. Si el regente de la casa VIII se encuentra en casa X, el apoyo de los
otros será visible dentro del área profesional, como suele suceder en el caso de
muchas figuras políticas; la vida sexual del individuo puede hacerse pública o la
profesión ejercida guardar una estrecha relación con las actividades de la casa VIII,
como por ejemplo la investigación, el manejo de los recursos ajenos, etcétera.

4. Planetas presentes en la casa VIII


Las casas gobernadas en la carta natal por estos planetas verán afectado su buen o
mal funcionamiento de acuerdo con lo que decidamos hacer con ellos en las
experiencias que vivenciemos dentro de la casa VIII; también llevarán lo significado
por las casas que gobiernan a las experiencias de la casa VIII. Por ejemplo, si un
planeta ubicado en casa VIII es además regente de la casa VI, esto nos indicaría que
la salud, el trabajo, las relaciones laborales y el tipo de servicio recibido u ofrecido
en lo cotidiano estarán matizados por las experiencias vivenciadas por este planeta
en la casa VIII, es decir, por lo experimentado por nosotros en situaciones donde la
cooperación, la participación conjunta y el aparte personal de recursos que sean de
utilidad para los demás juegue un rol importante. De igual modo, lo simbolizado
por la casa VIII: lo prohibido, el mundo de lo inconsciente, la investigación, lo
oculto, el manejo de los recursos o las posesiones de los otros, etc., guardará
relación con el tipo de trabajo, servicio o tarea de perfeccionamiento que
realicemos y los posibles problemas de salud que podamos experimentar.

5. Los aspectos

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Los aspectos -en especial los mayores- realizados o recibidos por planetas que
gobiernan u ocupan la casa VIII, matizarán de diferente forma las experiencias y la
actividad dentro de esta casa. Lo más importante a tener en cuenta en relación con
los aspectos es que un individuo tenderá, por lo general, a reconocerse o a
identificarse con mayor facilidad con los planetas rápidos, como el Sol, Luna,
Mercurio, Venus o Marte, que con los planetas lentos que formen parte del aspecto.

6. La ubicación de Escorpio en la carta natal


La cúspide ocupada por el signo de Escorpio en una carta natal nos indicará en que
área de la vida se le plantea a cada individuo la tarea de aceptar el cambio a través
de la unión o mutualidad con otros. En esta área de la experiencia deberá aprender
a eliminar dependencias, resentimientos o conductas compulsivas que lo separan y
aíslan de los demás; el secreto de esta casa reside en poder dejar ir y en permitir
que Dios actúe, pues todo arraigo carente de un propósito socialmente significativo
y toda intención de controlar situaciones con el fin de evitar o demorar un cambio
interior, limitará nuestra posibilidad de desarrollar un nuevo y mayor entendimiento
de la vida y sus misterios.

7. La ubicación de Plutón en la carta natal


La posición del planeta Plutón nos indicará de que modo (signo) y a través de qué
experiencias de la vida (casa) encontraremos la fuerza creativa para generar un
cambio que, muchas veces, llevaremos a cabo al modo de un kamikasi, para el cual
la pasión, el dolor y el sacrificio personal son símbolo no sólo de vida, sino también
de una contribución social que va más allá de lo personal y se transforma en
ejemplo social para los otros.

8. Fase Sol/Luna
La fase lunar nos indicará el propósito y la finalidad del proceso de transformación
que se llevará a cabo en casa VIII. Por ejemplo:
a) Fase de Luna Nueva: el individuo tendrá el propósito de descubrir la propia
identidad, ser un pionero en algún campo y aprender a ser independiente.

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b) Fase del Ultimo Cuarto: el propósito será lograr que los deseos personales no
primen sobre las consecuencias universales o sociales de sus actos. En este caso, es
importante desarrollar competencia, responsabilidad y sentido de servicio, así como
también evitar idealizar ser alguien en el mundo.

9. Los Nodos Lunares


Las casas ocupadas por los Nodos de la Luna indican zonas de tensión que
debemos equilibrar e integrar para poder llevar a cabo el propósito de la fase lunar.
Si por ejemplo, los nodos se encuentran en las casas VI y XII y la fase es Luna Nueva,
ello nos indicaría que al intentar descubrir nuestra propia identidad y autoafirmarla
de un modo independiente, tendremos que aprender a equilibrar nuestras
necesidades psicofísicas, nuestras responsabilidades cotidianas y el deseo de
perfeccionarnos a través del servicio (casa VI) con aquellas necesidades que
trascienden lo cotidiano y lo terrenal (casa XII).

SINTESIS
En términos generales, la constitución particular de cada casa VIII nos informará lo
siguiente:
a. Qué nos atrae y excita del otro, haciéndonos más vulnerables a su influencia. Si
Sagitario se encuentra en la cúspide de casa VIII, podemos sentimos atraídos por su
visión, su ideología personal, su riqueza espiritual, optimismo, sentido aventurero o
lo extranjero en él. Todo esto nos enfrentará con lo antes deseado y perdido por
nosotros, es decir con nuestros ideales, sueños, deseos de aventura o exploración.
El proceso que posteriormente tendrá lugar en la casa VIII dentro de la relación que
entablemos nos posibilitará recuperar nuestra visión, nuestra verdad personal y
finalmente nuestra sabiduría y libertad para explorar.
b. Qué función (planeta) de la personalidad debemos transformar. Venus en la casa
VIII deberá abandonar o dejar ir su excesivo narcisismo y vanidad, así como
también su necesidad de seducir con el fin de controlar a los demás. La búsqueda
obsesiva de amor y aprobación le impedirán compartir de igual a igual.
c. Qué partes o funciones de la personalidad buscan la aprobación y el
reconocimiento del otro. El Sol en casa VIII se sacrificará por otros si con ello lograr

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que le aprueben su identidad e importancia personal. De este modo, descubrirá y
podrá comenzar a aceptar que el deseo de brillar y ser alguien le pertenece.
d. - Qué mecanismos de defensa nos impiden o dificultan tener una relación de
igual a igual con los otros. Júpiter en la casa VIII se defenderá siendo
extremadamente generoso, o benévolo; el poseedor de este Júpiter podría por
ejemplo colocarse por encima del otro como su protector o por debajo como su
protegido, pero nunca como su igual; la inconstancia, que impide toda posibilidad
de compromiso, es otro de sus mecanismos de defensa.
e. Qué tipo de conducta podemos vivir como amenazante por parte del otro.
Mercurio en la casa VIII se sentirá amenazado si su pareja o compañero se
comunica más con los demás que con él, si muestra demasiada curiosidad por sus
asuntos personales o su situación financiera, o si es capaz de resolver problemas y
tomar decisiones que a él le cuestan. Lo amenazante en este caso seria la excesiva
capacidad intelectual, de ingenio o comercial que le atribuirnos al otro.
j. Qué deseos ocultos en los otros captamos con mayor facilidad. Marte en la casa
VIII captará, como el mejor y el más preciso de los radares, la ira, la agresión, la
necesidad oculta del otro de ser el primero, los deseos o inclinaciones sexuales y el
deseo de independencia o dominio que el otro no manifieste abiertamente.
g. Qué tememos arriesgar o perder en nuestra relación con el otro. La Luna en casa
VIII puede sentir que si comparte o confía sus propias necesidades afectivas, le
otorga al otro un poder emocional, sobre si misma, capaz de destruir su propia
seguridad personal. La Luna teme que el otro, dueño y señor del poder entregado,
intente manipularla a través de su dependencia emocional, de su debilidad o de su
oculta necesidad de protección, dejándola emocionalmente indefensa, vulnerable y
desvalida.
h. Qué buscamos experimentar sexualmente con el otro. Urano en la casa VIII
buscará experimentar a través del otro lo diferente, lo no convencional; la propia
originalidad o rebeldía sexual puesta en el otro y su consecuente necesidad de
vivenciar una unión inédita que le proporcione la ansiada liberación. Neptuno en
casa VIII vivirá para encontrar el amor ideal, la perfección y la completud a través
del acto sexual; buscará vivenciar una unión mística que lo eleve a planos
inimaginables. Plutón en casa VIII buscará experimentar en lo más profundo de su

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ser el fuego del poder, el deseo y la pasión que abrasan y consumen; la intensidad
de una unión que lo transforme y le permita volver a nacer.
I. Qué consideramos que nos falta o carecemos. Saturno en casa VIII siente que
carece de autoridad personal o de una posición social que podría proporcionarle el
respeto de la sociedad, el éxito y las posesiones materiales que ambiciona.
J. El aporte cultural la investigación, aquello por lo que la sociedad nos podrá
recordar.

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