Salud Física y Psiquica

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¿Cómo mantener una buena salud física y mental?

No todo es deporte y comer sano. Hay que empezar un proceso de cuidado y


sanación interior.

Luz Olivia Badillo

Periodista especializada en temas de ciencia desde hace 12 años. Ha escrito para la Academia
Mexicana de Ciencias en donde también fue editora de su boletín mensual y ha sido reportera del
Foro Consultivo Científico y Tecnológico.

“Lo que pasa en tu interior se refleja en tu exterior”, dice Dalia Reyes, psicóloga clínica y laboral.
Esta frase le parece ilustrativa para explicar el tema. Sí, es importante hacer ejercicio, sí es
importante alimentarse sanamente, pero para cuidar las emociones hay que cuidar la salud mental,
dice. Entonces, ¿cómo mantener una buena salud física y mental?

“Cuántas personas no pasan por situaciones de fracasos laborales, problemas familiares o


personales y lo primero que hacen es ir al gimnasio para tratar de sentirse bien. Y hacer ejercicio
nos ayuda a liberar cierto tipo de neurotransmisores de la felicidad como la oxitocina, adrenalina y
serotonina”, explica la experta.
Pero el deporte no lo es todo –considera la terapeuta– hay que empezar un proceso de cuidado y
sanación interior para que eso se refleje en nuestro exterior.
Recomendamos: Tipos de bienestar, ¿cuáles existen?
¿Cómo mantener una buena salud física y mental?
Dalia Reyes opina que “lo primero es cuidar lo que dejamos entrar en nuestra mente. ¿A qué clase
de contenido estamos expuestos todos los días?”.
1. Convertir hábitos en actos sanadores
El psicólogo Edgardo Flores, profesor de Ciencias de la Familia en el Instituto Superior de Estudios
para la Familia, comenta que para contar con ambas condiciones, es decir, con la salud física y
mental, hay que favorecer actos que solemos dejar hasta el último lugar o que ni siquiera
consideramos.

“Tenemos que desarrollar hábitos que nos orienten hacia la gratitud, el bienestar, el altruismo, el
amor compasivo, la bondad y la conducta ética, hasta lograr que formen parte de nuestras conductas
ordinarias”.
Hay que crear, aunque sea poco a poco y sin presionarnos demasiado, las condiciones para su
desarrollo, para lo cual se requiere conocimiento, convicción, determinación, las acciones
adecuadas y esfuerzo.
2. Iniciar un cambio interior
Flores dice que los pasos para comenzar a marcar un cambio en nuestro ser comienzan por alejarse
de la queja.
“Es decir, mantener la visión hacia la gratitud nos lleva a los aspectos que se tienen, la queja tiende
hacia lo ausente, lo que hace falta, lo negativo”, explica.
Romper con la mirada dualista en la que la relación con el entorno y con nuestros seres cercanos es
desde la aversión y el apego. Al abandonar esta postura poco a poco nos alejaremos de la aflicción.
Asumir una actitud comunitaria pues estamos interconectados con los seres humanos y con el
ambiente.
El terapeuta considera que una mirada autocentrada o egoísta tiende hacia el sufrimiento porque
todo lo interpreta desde la afectación personal, además, las acciones sólo las orienta hacia sí mismo,
dejando de lado el impacto global.
“Practicar el pensamiento crítico, la reflexión profunda, los análisis filosóficos y existenciales. Esto
promoverá tener una actitud flexible, una postura rígida tiende a ser causa del dolor y congoja”, dice
el especialista en depresión, vacío existencial y duelo, entre otros temas.
Te explicamos: Tipos de terapia psicológica para parejas, ¿cuándo la necesitamos?
3. Fortalecer la salud física
Edgardo Flores destaca que es necesario aceptarnos tal y como somos, además de agradecer por los
resultados obtenidos cada día, evitando figuras ideales inexistentes o comparaciones con los otros.
Invita a replantear el tiempo destinado a las redes sociales ya que son proyecciones ilusorias de la
realidad.
Más allá de que es necesaria la orientación de un nutriólogo que recomiende una dieta adecuada que
aporte los nutrientes acordes con la edad, sexo, talla y actividad física, explica que hay que mejorar
nuestra relación con la comida y verla como una expresión de autocuidado, de disfrute.

Alejarnos de esas miradas que satanizan cierto grupo de alimentos. Tomar conciencia de lo que
comemos.

“Mientras que el ejercicio es un reflejo de las posibilidades actuales de nuestro ser corporal. Dejar
los parámetros o juicios, o mirarlo como castigo”, dice.

El sueño, añade, hay que verlo como un elemento valioso para uno mismo, o suplemento del éxito.
Los prejuicios en torno a que es una pérdida de tiempo o algo innecesario que nos aleja de nuestras
metas y sueños son erróneos. Más bien los trastornos del sueño afectan nuestro estado físico y
mental.
4. Renovarse, aprendiendo cosas nuevas
Aprender sobre las diferentes expresiones culturales, apreciar y valorar la diversidad de
personalidades, de estilos, de formas, recomienda Flores.
Salirse del área de confort y explorar temas que incluso consideramos “difíciles” como las
matemáticas, las ciencias, sociología o antropología pues un conocimiento amplio del mundo nos
dará una perspectiva de la complejidad de la naturaleza y el ser.
5. Dedicar espacios fuertes a la meditación, a la oración.
Somos los generadores de lo que pasa a nuestro alrededor pero lejos de verlo de esa manera
dejamos que lo que pasa afuera influya, tome el control y cambie mis emociones.
Recomienda la meditación, una práctica que “nos ayuda a mantener nuestros niveles de estrés
equilibrados porque las posturas en las que se coloca al cuerpo son de relajación. Las vértebras,
espalda, hombros están alineados. Con solo tener una postura correcta, cerrar los ojos y poner
atención en una respiración profunda lograremos un estado de calma”.
“Es una práctica que te conecta con tu yo interior que ayuda a liberar el estrés y despojarse de
preocupaciones”. Vengan a Mí todos los que están cansados y agobiados por la carga...
Ante un conflicto y en el día pueden pasar muchas situaciones positivas y negativas que agotan y
generan malestar, al tomarse un tiempo para leer un libro, resolver un crucigrama, pintar una
mandala ayudará a ejercitar la mente de manera positiva.
Y es cuestión de ir poco a poco cambiando de hábitos, en lugar de llegar del trabajo cansados a ver
la televisión y quedarnos más agotados, dedicar un espacio de recreación para una actividad que nos
guste y nos permita usar la imaginación, aconseja la especialista en psicoanálisis.

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