MJ Ju M 141048 Ar
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MJ Ju M 141048 Ar
Fecha: 27-sep-2022
Producto: DP,MJ
Sumario:
1.-Resulta aplicable la sanción punitiva del art. 52 LDC toda vez que ha quedado acreditado el
incumplimiento al deber de información, trato digno y buena fe por parte de la demandada,
máxime considerando que se ha reprochado la postura desaprensiva y poco colaborativa con
el damnificado, actitud que es posible de ser calificada como grave; y que hasta el día de la
fecha no se ha restituido el dinero que el actor pagó por un servicio que no recibió y que no se
le han brindado mínimas explicaciones sobre las políticas de devoluciones, o de
reprogramación de las reservas.
5.-Conforme a los hechos denunciados en la demanda, no cabe duda que la cuestión debe ser
analizada desde la perspectiva de la LDC, ya que estamos frente a una relación de consumo, y
por ello, cabe conjugar y aplicar las directrices y principios tuitivos de las normas
consumeriles, y en caso de duda debe estarse a la interpretación más favorable al consumidor
(art. 3 ib. y 1094 CCivCom.), lo que importa una manda legal en orden al análisis y
valoración que corresponde hacer de los elementos de prueba obrantes en la causa y
presunciones legales.
6.-El incumplimiento del proveedor que genere o no daño al consumidor, hace nacer su
responsabilidad objetiva, es una infracción formal al ordenamiento legal y la solución es
coherente con la consideración de la debilidad del consumidor y la finalidad tuitiva que inspiró
a la ley.
7.-No resulta un dirimente para admitir la indemnización del daño moral el hecho de que no se
hubieran realizado pericias psicológicas pues desde la perspectiva especial que reclama el
principio de protección para el consumidor, el mero incumplimiento de lo pactado o de un
deber derivado de la relación de consumo permite inferir (in re ipsa) un daño no patrimonial (o
moral) porque en este marco tal situación es representativa per se dé una situación
notoriamente disvaliosa que se proyecta o repercute negativamente, menoscabando la faz
espiritual del consumidor.
8.-La intranquilidad e inseguridad que le generó al actor el hecho de no saber qué iba a pasar
con sus reservas, si le devolverían el dinero o si tendría que reprogramar el viaje; debiendo
soportar respuestas evasivas e insuficientes por parte de la empresa, hacen inferir que el
resarcimiento del daño moral reclamado es procedente.
Relató que el Sr. Monticelli Adrián, el día 31 de agosto del año 2019 contrató con la
demandada, mediante su página web (https://almundo.com.ar/) la reserva de tres hoteles con
la finalidad de realizar un viaje de vacaciones con su grupo familiar en Miami, Estados Unidos.
El primero en contratar fue el Holiday Inn Express &Suites (Kissimmee), bajo el código de
reserva K00-2G4-7YG, cuyo valor era de $33.954,25, en dólares estadounidenses US$
537,93, en ese año, la referencia del valor dólar era $1 = US$63,12. El segundo hotel
contratado fue AC Hotel By Marriot Miami Airport West/Doral (Miami), bajo el código de
reserva (K00-6P4-5JD) cuyo valor fue de $12.572,06 en dólares estadounidenses US$
199,12, con el valor de referencia que en 2019 el $1=US$ 63,12. El tercer hotel contratado
fue James Hotel (Miami) bajo el código de reserva K01-7QZ-FIQ, cuyo valor era de
$29.280,95, lo que significaba en esa época el valor de US$463,89, con la misma cotización
de dólar mencionada ut
supra.
Es por ello que con fecha 13 de Mayo del año 2020, desde ALMUNDO, se comunicaron con el
Sr. Monticelli, diciendo que los "Proveedores" se encontraban definiendo sus políticas de
cambio y devolución respecto a los viajes de Julio, solicitando que "por favor" no intenten
comunicarse con Almundo, argumentando que cuando ellos tengan novedades al respecto, se
iban a comunicar con los consumidores.
Su mandante entendiendo la situación -lógica- que se estaba viviendo, decidió esperar que la
demandada se comunique con él, como su mensaje indicaba.
Con el pasar de los días, su cliente seguía sin tener información alguna respecto a qué
decisión había tomado la demandada respecto a la devolución o reprogramación de sus
reservas. Por este motivo, el actor realizó una denuncia ante Defensa del Consumidor de la
Provincia de Córdoba, para poder obtener una solución.Esta fue presentada el 15/06/2020, a
la cual, Almundo, nunca compareció ni dio respuesta alguna, provocando aún más
sensaciones de inseguridad y angustia en su mandante, debido a que había desembolsado
una importante cantidad de dinero y no podía obtener respuestas de ninguna manera.
Frente a ello, el Sr. Monticelli intentó ponerse en contacto con un abogado que reside en la
Provincia de Córdoba, el cual es apoderado de la empresa demandada, dicho intento resulto
ser en vano, ya que tampoco recibió siquiera una respuesta a su consulta. Recién con fecha
17/06/2021 su cliente se pudo comunicar con el Sr. Tomas Bertuone, empleado de Almundo.
En el que intentaron reprogramar sus reservas -ya que siempre fue esta la idea de su
mandante- , que debido a que no existía disponibilidad, la demandada ofrecía devolverle el
dinero en "Puntos" para poder contratar con otros hoteles con el dinero que tenía pagado el
actor. Frente a esto, su mandante le solicitó información sobre los "puntos" que ofrecía la
empresa y qué valor monetario tenía, para poder evaluar qué contratación hacer con ellos.
Frente a esto, el Sr. Bertuone no le dio una respuesta, sólo le informó que cuando tenga
"novedades" sobre la reserva del James Hotel contratado por el Sr. Monticelli, se iba a
comunicar con él.
Esta última conversación fue retomada el día 21/06/2021, a lo que el Sr. Bertuone le
respondió que el hotel no le había dado respuestas, comprometiéndose a informarle cuando
tenga novedades. Una situación más que injusta, debido a que la demandada es una empresa
intermediadora entre los hoteles y los consumidores. Esta situación perjudicaba tanto
emocionalmente como económicamente a su mandante, debido a que los precios sobre los
mismos hoteles que había contratado aumentaban considerablemente y su valor en puntos
(que desconocía su valor), seguramente también sufrían una devaluación.
Cuando pasaron 30 días de la gestión con el empleado mencionado Ut supra, éste deja de
contestarle, por lo cual, su mandante quedó aún más desamparado en su solicitud y con
mucha más incertidumbre que antes. Un claro "destrato" de una gran empresa como Almundo
con un consumidor, que lo único que pretendía era reprogramar su paquete de hoteles.
Afirmó que luego de esa última comunicación, al día de la fecha, la demandada nunca se
comunicó. Así mismo, el Sr. Monticelli intentó comunicarse por medio de la aplicación
WhatsApp con "Almundo Villa Crespo", el cual jamás contestó dichos mensajes. Claramente
se muestra totalmente desinteresada en la situación de su mandante. Aseguró que esto le
genera grandes daños económicos, debido a que vivimos en un país donde la inflación crece
todos los días, junto con ello también repercute en su estado de ánimo, es realmente una
situación muy angustiante, debido a que la demandada se quedó con su dinero y no aportó
ninguna solución por más de un año.
Si bien entendió que la función de una empresa como Almundo es ser intermediadora entre el
proveedor de hoteles en el exterior y el consumidor en el país, tienen la responsabilidad de
otorgarle una solución al cliente y más entendiendo que facturaron a su nombre los importes
abonados, por lo tanto -claramente- estamos frente a la figura de enriquecimiento sin causa
por parte de Almundo. Evidentemente, su mandante fue más que paciente, intentó y propuso
distintas alternativas a la demandada para ponerse de acuerdo y poder realizar el viaje con su
familia, pero nunca fue escuchado.Son conductas que no se deberían dejar pasar y merecen
que el estado las sancione, ya que seguramente, esta situación no solo la vivió el Sr.
Señaló que el Sr. Monticelli, no solo que cumplió en tiempo y forma con su obligación de pagar
por aquello que contrató, debido que el pago se realizó en el mismo momento de su
contratación, mediante su tarjeta de crédito Santander Rio y dicha contratación fue facturada
por Almundo S.R.L pensado que ella iba a cumplir con el curso normal y habitual de las cosas
- conseguir el alquiler de los hoteles mencionados ut supra- .
Dijo que cliente fue respetuoso por la situación que el mundo estaba viviendo, con más de un
año de tolerancia, e incluso propuso distintas alternativas a la demandada para poder
efectivizar con lo contratado. Lamentablemente, esta situación no se replicó en la actitud de la
demanda, ya que no solo nunca compareció ante el organismo de Defensa del Consumidor de
la Provincia de Córdoba, sino que jamás le otorgó una respuesta concreta para con su cliente,
llegando al punto de perder el total contacto con el mismo.
Es por ello que este incumplimiento contractual, dado que violó reiteradas normas de la Ley de
Defensa del Consumidor, específicamente relacionadas a la falta de información y
cumplimiento de los deberes de diligencia para realizar las gestiones pertinentes a los fines de
lograr la efectiva prestación del servicio contratado por el demandante. Sin perjuicio del
incumplimiento contractual, esta situación configura un claro enriquecimiento sin causa,
debido a que la demandada no otorgó prestación alguna por el precio que pagó el Sr. Monticelli
para viajar con su grupo familiar, y sin embargo, se quedó con el total del precio abonado por
el actor. Como lo establece el art 10bis de la ley de defensa del consumidor, su parte está
facultada frente al claro incumplimiento contractual a resolver el contrato y solicitar la
restitución de lo pagado.Claramente, en un principio la demandada podrá alegar que fue una
situación de fuerza mayor, pero, habiendo pasado más de un año, y con un mundo viviendo
prácticamente una "nueva normalidad" no hay razón alguna por la cual Almundo S.R.L no
otorgue una solución a su mandante, de modo que pueda reprogramar los servicios de
hotelería contratados.
Por estas razones, es necesario que se ordene a la demandada a realizar las devoluciones del
dinero invertido p or su mandante con sus intereses al día de la fecha.
(DAÑO PUNITIVO) - ART. 52 bis. Ley 24.240 Dijo que este artículo dispone lo siguiente:
"Daño Punitivo. Al proveedor que no cumpla sus obligaciones legales o contractuales con el
consumidor, a instancia del damnificado, el juez podrá aplicar una multa civil a favor del
consumidor, la que se graduará en función de la gravedad del hecho y demás circunstancias
del caso, independientemente de otras indemnizaciones que correspondan (.)" Tal como lo
manifestaba Kemelmajer de Carlucci, en esta herramienta sancionatoria se encuentra implícita
la idea que el legislador tuvo presente al momento de crearla:
Afirmó que no hay lugar a dudas de que la demandada ha infringido de manera intencionada y
sin atenuantes las disposiciones de la LDC.Se encuentra totalmente acreditada la presencia
tanto de los elementos objetivos, como del elemento subjetivo.
El segundo elemento objetivo son los daños patrimoniales y morales que el incumplimiento le
ha generado al Sr. Monticelli. Lo único que hasta ahora sucedió con la presente contratación
es que el actor le entregó dinero a la demandada, sin que éste haya recibido la efectiva
prestación del servicio, por lo que la pérdida es de un 100% de lo abonado. Sin perjuicio de
ello, debido a la situación inflacionaria en la que vivimos, si el actor quisiera contratar con los
mismos hoteles que contrató, el costo sería mucho más del doble (por lo que no habría
intereses que compensaran esta pérdida), sin olvidar que por todo este tiempo, no pudo
disponer de ese dinero a diferencia de la demandada, que cobró el mismo.Por otra parte, se le
agregan los perjuicios no patrimoniales, los cuales se encuentran descriptos en el punto
siguiente.
Finalmente, el elemento subjetivo, debido a que todas las acciones que realizó la demandada
no pudieron ser realizadas de otra forma que no sea con dolo, debido a que no existe
argumento alguno por la cual se pueda excusar de no haber otorgado una respuesta
satisfactoria en un trayecto mayor al de un año, omitiendo totalmente con su obligación
contractual.
DAÑO NO PATRIMONIAL
Claro está, que la situación vivida por el Sr. Monticelli, tanto a él como a su grupo familiar, le
generaron y le siguen generando estados de tristeza y angustia, más allá de las pérdidas
económicas que han sufrido.La falta de respuestas le generó a su mandante una situación de
impotencia total, ya que está frente a una relación totalmente asimétrica, en donde una
empresa de la envergadura de Almundo S.R.L - con la posesión de los fondos abonados por
su mandante- y del otro lado el Sr.
Monticelli, un padre de familia que invirtió dinero fruto de su trabajo para tener un viaje con su
familia. Es indudable la afectación espiritual que esta situación le ha generado al Sr. Monticelli.
Así, siguiendo la doctrina utilizada por los magistrados de la Cámara de apelaciones Civil,
Comercial, Trabajo y Familia, Secretaria N° 2 de Rio Tercero, en los autos caratulados
"ALVAREZ, ENRIQUE ERNESTO C/ PARQUE SALUD S.A.
Aseguró que no cabe duda con la sola lectura de los hechos y la prueba presentada por su
parte, que existió un perjuicio espiritual en su cliente.
RUBROS RECLAMADOS
Hizo reserva del caso federal Ofreció prueba documental e instrumental consistente en:
o Correo electrónico enviado por la demandada informando que todavía estaban definiendo las
políticas de cambio y devolución. Con fecha 13 de Mayo del 2020.
o Correo electrónico enviado por la demandada informando que se inició la consulta para
conocer las opciones que les brindan los hoteles. Con fecha 18 de Junio del 2020.
o Copia del chat y audios de conversaciones de Whatsapp del Sr. Monticelli con el Sr. Tomas
Bertuone.
o Copia del chat de la aplicación Whatsapp del Sr. Monticelli con Almundo Villa Crespo.
o Carta Poder.
Impreso el trámite previsto por la Ley 10555, se citó a la demandada a comparecer, contestar
demanda, oponer excepciones o reconvenir, habiendo vencido el plazo otorgado sin que
compareciera. Ello fue certificado por la actuaria con fecha 16 de marzo de 2022.
Y CONSIDERANDO:
1-La cuestión a resolver: el Sr. Monticelli, Adrián Gerardo, DNI 20643947, mediante su
abogado apoderado, promovió demanda de CUMPLIMIENTO/RESOLUCION DE CONTRATO
en contra de ALMUNDO.COM S.R.L, CUIT 30659514628, persiguiendo el cobro de la suma
de Pesos TRESCIENTOS NOVENTA Y DOS MIL SETECIENTOS OCHO CON OCHENTA Y
OCHO CENTAVOS (392.708,88), con más intereses y costas. Relató que el día 31 de agosto
del año 2019 contrató con la demandada, mediante su página web (https://almundo.com.ar/) la
reserva de tres hoteles con la finalidad de realizar un viaje de vacaciones con su grupo familiar
en Miami, Estados Unidos: Holiday Inn Express &Suites (Kissimmee), bajo el código de
reserva K00-2G4-7YG, cuyo valor era de $33.954,25, en dólares estadounidenses US$
537,93, en ese año, la referencia del valor dólar era $1 = US$63,12; AC Hotel By Marriot
Miami Airport West/Doral (Miami), bajo el código de reserva (K00-6P4-5JD) cuyo valor fue de
$12.572,06 en dólares estadounidenses US$ 199,12, con el valor de referencia que en 2019
el $1=US$ 63,12; y James Hotel (Miami) bajo el código de reserva K01-7QZ-FIQ, cuyo valor
era de $29.280,95, lo que significaba en esa época el valor de US$463,89, con la misma
cotización de dólar mencionada ut supra.
Señalo que debido a las restricciones impuestas por el gobierno por la pandemia de Covid 19
no puedo realizar el viaje.Luego de que se levantaran las restricciones le solicitó a la empresa
que le informara sobre las opciones para proceder a la devolución o reprogramación de sus
reservas, sin embargo, aseguró haber recibido, al principio, respuestas evasivas y, finalmente
dejaron de contestarle sus llamados y consultas.
También acudió a la Oficina de Defensa del Consumidor de la Provincia, pero la empresa no
compareció a la audiencia fijada por dicho organismo, con lo cual, no ha obtenido ninguna
respuesta hasta la fecha.
La suma reclamada incluye la devolución del dinero abonado al realizar las reservas, daño
moral y daño punitivo.
Lo primero a destacar es que el presente ha sido tramitado bajo la modalidad de proceso por
audiencias, regulado por la Ley 10.555 y su Protocolo de Gestión de Audiencias Civiles, en el
que se combinan estratégicamente la oralidad y la escritura, teniendo en consideración los
aportes y utilidades que brinda cada sistema para lograr una mejor calidad en la justicia civil
(Cfr. GONZALEZ ZAMAR, Leonardo, en Proceso Oral de la Provincia de Córdoba. Ley 10555-
Director: Maximiliano Calderón, Ed.Advocatus, Cba.2018, pág17/18).
Cabe destacar también que en este tipo de procesos se hace hincapié en los principios de
inmediación, concentración y oficiosidad, moralidad, buena fe y colaboración procesal,
simplificación y flexibilidad de las formas, publicidad y transparencia, tutela judicial efectiva,
entre otros.
Ahora bien, en lo relativo al dictado de la sentencia, dicha normativa impone al Juez redactar
las resoluciones en términos claros y comprensibles para el justiciable.
Habida cuenta la trascendencia que la sentencia tiene en el proceso, es un texto que reclama
una redacción que asegure con la mayor eficacia posible su claro entendimiento. Ello va de la
mano con las exigencias que imponen los tratados internaciones que velan por el principio de
tutela judicial efectiva, la que demanda que el justiciable puede comprender claramente la
decisión adoptada por el Tribunal.
En consecuencia, si bien no es posible omitir ninguna de las partes que conforman una
sentencia (fecha, vistos, considerando y resuelvo), hoy se hace necesario desterrar ese
exagerado formulismo y utilizar modos más simples y modernos, textos menos extensos (en la
medida de lo posible) y, sobre todo, apelar a un lenguaje claro y entendible para cualquier
ciudadano.
Todo ello se intentará plasmar en el presente texto, a los fines de facilitar su comprensión por
parte de las justiciables, y sin perjuicio de la explicación que cada uno de los abogados deberá
brindarle sobre cuestiones técnicas y jurídicas.
De acuerdo a la fecha a la que se remiten los hechos en que el actor funda su demanda
corresponde la aplicación del nuevo Código Civil y Comercial (en adelante CCC).
Por otro lado, debe analizarse también la naturaleza de la relación jurídica sustancial,
conforme las constancias de autos, y en virtud de ello, determinar si corresponde afrontar la
cuestión a la luz de las disposiciones previstas en el régimen de Defensa al Consumidor (en
adelante LDC), pues en caso afirmativo, ello supondríala aplicación de un paradigma tuitivo
que impone reglas de interpretación y apreciación propias, marcadamente disímiles con
relación al supuesto en que su aplicación fuera improcedente.
La parte actora ha invocado la aplicación de la LDC, alegando que contrató por internet con
una empresa importante en materia de servicios turísticos. Por su parte, la demandada no
compareció.
Ahora bien, es dable destacar que la firma accionada es conocida públicamente como una
empresa que se dedica a la venta se paquetes turísticos como también de vuelos,
alojamientos, planes de asistencia al viajero, etc. Si se ingresa a la página web:
De allí que pueda ser calificado como consumidor en los términos del art. 1 de la LDC.
Entonces, conforme a los hechos denunciados en la demanda, no cabe duda que la cuestión
debe ser analizada desde la perspectiva de la LDC, ya que estamos frente a una relación de
consumo, y por ello, cabe conjugar y aplicar las directrices y principios tuitivos de las normas
consumeriles, y en caso de duda debe estarse a la interpretación más favorable al consumidor
(art. 3 ib. y 1094 CCCN), lo que importa una manda legal en orden al análisis y valoración que
corresponde hacer de los elementos de prueba obrantes en la causa y presunciones legales.
4.- Legitimación:
En base a ello, sin perjuicio de lo que surja de la prueba incorporada en la causa, para
determinar la existencia o no de los presupuestos en que fundan la pretensión, en principio la
legitimación sustancial, tanto activa como pasiva, luce correcta.
Sentado ello, corresponde también resaltar que el contrato que aquí se discute ha sido
perfeccionado a través de internet, cuya regulación se encuentra prevista en el art. 33, LDC.
Por otro lado al referir al incumplimiento del contrato, no debe pasarse por alto que el vínculo
se integra con deberes secundarios de conducta impuestos por la ley 24.240 que, entre ellos,
el deber de información, de seguridad, de trato equitativo y digno, de protección de los
intereses económicos, de buena fe, etc.
El deber de información por parte del proveedor en los contratos electrónicos debe ser
satisfecho antes que el sistema de la contratación por la web imponga al consumidor la
aceptación de los términos y condiciones y en su cumplimiento, el empresario deberá facilitar
de forma clara y comprensible, y en esa oportunidad, la información relevante, veraz y
suficiente sobre las características principales del contrato, sus condiciones jurídicas y
económicas. Dadas las cualidades de la contratación por Internet, la rigurosidad en la
satisfacción del deber de información que ha de cumplir el proveedor resulta destacable,
imprescindible y necesaria, ya que él es quien ha diseñado la oferta, el que almacena o
conserva toda la información a su respecto en la página web, y quien decide sin posibilidad de
réplica qué es lo que quiere exhibir, declarar o manifestar respecto de lo que está ofreciendo, a
través de un mecanismo de propuesta unilateral, que podemos caracterizar como una
verdadera "adhesión virtual". Se ha señalado que la superioridad técnica del proveedor es
palmaria y evidente, no conociendo el consumidor el funcionamiento de la red, cada vez más
creciente en complejidad técnica y en forma más avasalladora. El empresario que usa la
contratación electrónica, dada su elección, tiene la carga de soportar los riesgos de esa
modalidad, siendo quien tiene la posición más favorable en la contratación, y quien cuenta con
los medios suficientes para probar y demostrar que su actuación en la contratación fue
legítima y hecha con buena fe. (cfr. Tambussi, ob.citada, pág.231/232).
Asimismo, el art. 316, 2do párrafo del CPC establece: "la conducta observada por las partes
durante la sustanciación del proceso podrá constituir un elemento de convicción corroborado
en las pruebas, para juzgar la procedencia de las respectivas pretensiones". El
comportamiento desarrollado por los litigantes reviste suma trascendencia, y en tal sentido, se
valoran las actitudes positivas (desplegadas generalmente en los escritos) y las actitudes
negativas (como por ej. entorpecimientos sin razón, e incluso, incomparecencia). De allí que la
incomparecencia del demandado citado en un proceso de consumo en donde reviste la calidad
de proveedor, pese a estar debidamente notificado conforme surge de las cédulas de
notificación acompañadas, hace presumir un desinterés en el resultado del pleito.
Ahora bien, con la prueba valorada hasta aquí se encuentra acreditada la existencia de un
contrato de consumo perfeccionado por medios electrónicos entre el Sr.Monticelli y la empresa
demandada.
Para acreditar el incumplimiento, el actor adjuntó un correo electrónico que le fue remitido por
la demandada a su casilla agmonticelli@gmail.com, con fecha 1/5/20, en el que la empresa le
comunica que sus proveedores todavía están definiendo sus políticas de cambio y devolución
respecto a los viajes de JULIO; y que siguen dialogando con ellos constantemente para
conseguir las mejores condiciones en beneficio de sus clientes. Y expresamente le solicitan:
"Por favor, te pedimos -por el momento- no llamarnos. Para tu tranquilidad, cuando tengamos
novedades al respecto, uno de nuestros Expertos te estará contactando". Luego le remitieron
otro correo con fecha 18/6/20 en el que le comunican que siguen trabajando en el tema. Esa
documental también se tiene por reconocida, por aplicación del apercibimiento previsto en el
art. 192, 2do parr., CPC.
También luce incorporada la transcripción de una comunicación que el actor dijo haber tenido
con un empleado de la empresa Almundo, que si bien no ha sido reconocida por la persona a
quien se atribuye, es posible admitirla como un indicio más que avala lo denunciado por el
actor.
Finalmente, se destacan las constancias de la denuncia realizada ante la Oficina de Defensa
del Consumidor Córdoba. Aunque se libró oficio a la citada oficina para que remita copias de
las actuaciones, no se obtuvo respuesta a lo requerido.
También los testigos que declararon en la audiencia complementaria, reconocieron saber que
el Sr. Monticelli había contratado con la empresa Almundo el alojamiento en hoteles de Miami,
donde iba a viajar con su familia en el año 2020, pero por la pandemia no pudo
hacerlo.También refirieron saber que el actor realizó un sinnúmero de reclamos a la empresa
para que le reconocieran los pagos, y no obtuvo ninguna respuesta que le solucionara el
problema.
Entiendo que la prueba resulta suficiente para acreditar el incumplimiento por parte de
Almundo.com SRL, sobre todo teniendo en cuenta la actitud asumida por la empresa frente al
proceso, al que no compareció, no contestó demanda ni acudió a ninguna de las audiencias
receptadas en el marco del proceso de trámite oral. Como ya lo adelanté, ello implica un
desinterés en el resultado del pleito que se condice con la actitud evasiva asumida frente a los
reclamos efectuados por el actor de manera extrajudicial.
C) Rescindir el contrato con derecho a la restitución de lo pagado, sin perjuicio de los efectos
producidos, considerando la integridad del contrato.
Todo ello sin perjuicio de las acciones de daños y perjuicios que correspondan".
La norma regula los distintos remedios a los que el consumidor puede acudir ante un
incumplimiento de sus obligaciones por parte del proveedor. Además contempla como únicas
causas de exoneración al caso fortuito o la fuerza mayor, y consagra el carácter objetivo de la
responsabilidad del proveedor.
En este caso, si bien la prestación objeto del contrato que formalizó la demandada con el Sr.
Monticelli no pudo cumplirse por causas ajenas a ambas partes, ya que debido a la pandemia
de Covid 19 la mayoría de los países del mundo instauraron restricciones para salir y entrar
del territorio de cada uno, lo que afectó notablemente la actividad turística prevista para el año
2020.Sin embargo, el actor acreditó haber pagado los servicios que contrató (alojamientos) de
manera anticipada, y que fueron facturados por la empresa Almundo.com SRL, como ya se
hizo referencia.
Reitero, si bien es cierto que las reservas estaban previstas para una fecha en la cual, debido
a las restricciones de público conocimiento impuestas por el Gobierno Nacional en virtud de la
pandemia de Covid 19, no fue posible que el actor y su familia viajaran al exterior, no se puede
negar que la empresa no ha actuado de buena fé, tal como lo exige la LDC, ya que no ha
restituido al actor el monto oportunamente abonado, lo que constituye un enriquecimiento sin
causa; como tampoco se observa una conducta acorde a los deberes que le impone la
normativa del consumidor, ya que no ha brindado respuestas adecuadas y eficientes a las
consultas y requerimientos efectuados por el cliente. Es decir, no solo que no le ha devuelvo el
dinero que el cliente pagó por una prestación o servicio que no recibió, sino que tampoco se ha
dispuesto a ofrecerle alternativas válidas de cambio o de solución al problema. Por el contrario,
de un tiempo a esta parte, la empresa ha cortado todo tipo de comunicación con el cliente.
Al referir al incumplimiento del contrato, no debe pasarse por alto que el vínculo se integra con
deberes secundarios de conducta impuestos por la ley 24.240, de orden público, entre ellos, el
deber de información, de seguridad, de trato equitativo y digno, de protección de los intereses
económicos y de buena fe.
b- Daños y perjuicios:
Ahora bien, la norma del art.10, bis de la LDC, finaliza señalando que las opciones que
confiere al consumidor ante el incumplimiento del proveedor son "sin perjuicio de las acciones
de daños y perjuicios que correspondan", sin ninguna limitación ni exigencia. Cabe destacar
que nos encontramos ante un supuesto de responsabilidad objetiva, y sólo admite como
eximente el caso fortuito o fuerza mayor.
La parte actora ha reclamado un resarcimiento por Daño moral, como también la aplicación de
la sanción prevista por el art. 52, LDC: Daño punitivo. Por lo que corresponde analizar la
procedencia de cada uno de los rubros reclamados.
-Daño extrapatrimonial:
Debo recordar que el daño moral, ahora denominado extramatrimonial por el Código Civil y
Comercial, se caracteriza como toda minoración en la subjetividad de la persona, derivada de
la lesión a un interés no patrimonial; una modificación disvaliosa del espíritu, en el
desenvolvimiento de su capacidad de entender, querer o sentir, consecuencia de una lesión a
un interés no patrimonial, que habrá de traducirse en un modo de estar diferente de aquel al
que se hallaba antes del hecho, como consecuencia de éste y anímicamente perjudicial (cfr.:
PIZARRO, Ramón D. -Daño moral- Edit.Hammurabi, Bs. As., año 1996, pág. 47).
Se ha sostenido que la procedencia del daño moral en materia contractual debe analizarse con
criterio estricto, para no atender a reclamos que respondan a una susceptibilidad excesiva o
que carezcan de significativa trascendencia jurídica.
Ahora bien, como ya se asumió al principiar esta resolución, en la causa resulta aplicable la
Ley defensa del consumidor, que impone una tutela enérgica a favor del consumidor, por lo
que toda duda debe resolverse a su favor según los arts. 1, 3 y 37 de dicho plexo. Frente al
claro mandato constitucional (art. 42), los sujetos mencionados en la norma del art. 1, LDC.,
cuentan con una acción de responsabilidad (arts. 4, 10, bis., 13, 37, 40, y corr., ibid.) en la que
el fenómeno resarcitorio se presenta unificado, al no ser contractual ni extracontractual, sino
una derivación de la relación de consumo (cfr.: Lorenzetti Ricardo L. -Consumidores- Edit.
Rubinzal Culzoni, Sta. Fe., año 2008, págs.87/88, 108 y 400). A partir de ello, aquella
distinción entre responsabilidad contractual y extracontractual que campeaba en el sistema de
Derecho común, no debe ser aplicada para resolver cuestiones que derivan de una relación de
consumo (cfr. Cámara Civil, Comercial, Conciliación y Familia de Río Tercero, en autos:
"Rivero Mario Luis C/ Pettiti Automotores SA. y OtrosAbreviado - Daños Y Perjuicios", Expte.
1372771-Sent.102/2021).
Sin embargo, ello no implica desconocer o no aplicar la regla general sobre la carga de la
prueba en materia de daños.
En este caso no se ha realizado pericia psicológica ni se ha diligenciado prueba similar en pos
de acreditar el desmedro espiritual, la afectación moral, que se dice padecer como
consecuencia derivada del incumplimiento contractual. Solo cuento con declaraciones
testimoniales de amigos del actor que sí han resaltado su estado de preocupación, enojo y
desazón ante esta situación.
Sin embargo, considero que ello no resulta esencial ni dirimente para admitir el resarcimiento
pretendido.
Sobre el tema, la Excma. Cámara de esta ciudad ha explicado que en el ámbito de un contrato
como el que aquí nos ocupa, la situación de la actora no debe sino analizarse a la luz del
principio protectorio que campea en la materia, pues el concepto mismo de consumidor
entraña la idea de una debilidad estructural derivada de su posicionamiento en el mercado
(relación jurídica asimétrica) lo que (por sí sólo) reclama de una tutela más intensa frente a los
daños causados por el proveedor. Desde la perspectiva especial que reclama el principio de
protección para el consumidor, el mero incumplimiento de lo pactado o de un deber derivado
de la relación de consumo (información adecuada y veraz, libertad de elección, condiciones de
trato equitativo y digno) permite inferir (in re ipsa) un daño no patrimonial (o moral) porque en
este marco tal situación es representativa per se de una situación notoriamente disvaliosa que
se proyecta o repercute negativamente, menoscabando la faz espiritual del consumidor.En
materia de relaciones de consumo los daños reales consisten en pérdidas de tiempo,
amarguras y frustraciones por un servicio malo o por un bien inservible.Aquí la parte
emocional del perjuicio supera la material, como lo pone de relieve la doctrina, reafirmando,
que: ". En las relaciones de consumo hay una regla fija que se repite inalterable, y es la de que
los daños morales superan a los daños materiales." (cfr.: SHINA Fernando E. -Sistema legal
para la defensa del consumidor- Edit. Astrea, Bs. As., año 2016, pág. 186). Dada la asimetría
entre las partes y el carácter protectorio e igualador del derecho del consumo, no dudo que
prevalece el valor seguridad y la confianza depositada por el consumidor cliente en la
adquisición o utilización de un bien o servicio que satisface una necesidad. Y de esta manera,
coincido con la doctrina en cuanto señala: ". la reparación por daño moral toma carácter
autónomo y queda a valoración judicial prudente conforme las circunstancias del caso y la
existencia de un incumplimiento contractual que acrediten la afectación de un bien jurídico
espiritual, en el amplio espectro de la relación de consumo que lleva a considerar como
emergentes de la vida misma o la experiencia diaria, las mortificaciones sufridas por el actor
ante la conducta del proveedor antes, durante, después del reclamo ante la instancia
empresaria y aun en sede judicial.(cfr. Cámara Civil, Comercial, Conciliación y Familia de Río
Tercero, in re: "Milanesio, Marisa Graciela C/ Banco Santander Rio S.A. - Abreviado", Expte.
7760574 -Sent.71/2021- el énfasis ha sido añadido en esta oportunidad).
En este caso, se tiene en cuenta que las expectativas que el actor debe haber vivido al adquirir
los servicios de alojamiento en una ciudad de EE. UU, debido a un viaje familiar.Es imaginable
la ilusión que genera la organización de un viaje al exterior con toda la familia, como también la
importante inversión de dinero que ello significa.
Esto porque, por lo general, los vuelos y las estadías se contratan con mucha antelación y
deban pagarse anticipadamente. En el caso de autos las expectativas se vieron frustradas por
causas ajenas a las partes (v.gr. Pandemia de Covid 19, de la que ya se hizo referencia). Sin
embargo, ello no restaba la responsabilidad de la demandada de atender los pedidos de
información que realizaba su cliente ante una situación tan caótica como la ocasionada por la
pandemia. A su vez, no puede dejar de destacarse que la demandada, en su página web,
publicita que brinda atención personalizada las 24 hs del día.
Lamentablemente, en este caso, las desprolijidades del proveedor han quedado al descubierto,
ya que nunca brindó una información adecuada, en tiempo y eficiente a su cliente.
Recordemos que este contrato se perfeccionó por internet, y ello puso en una situación más
vulnerable al actor, ya que se vio obligado a comunicarse a través de una computadora, que
por más inteligencia artificial que tenga, es incapaz de reconocer los sentimientos de
frustración, enojo y otra serie de emociones negativas que deben haber invadido al Sr.
Monticelli ante esta situación; y menos aún es posible que realice la contención y
acompañamiento que el cliente necesita. El actor nunca supo o conoció a quién le respondía,
no pudo acceder a la atención "personalizada" que tanto se publicita.
La intranquilidad e inseguridad que le generó al actor el hecho de no saber qué iba a pasar con
sus reservas, si le devolverían el dinero o si tendría que reprogramar el viaje; debiendo
soportar respuestas evasivas e insuficientes por parte de la empresa, hacen inferir que el
resarcimiento reclamado es procedente.Además, es innegable el desgaste al que se vio
expuesto, la larga espera a la que estuvo sometido (dos años), y la necesidad de iniciar la
presente acción, debiendo -además- soportar que la empresa demandada tampoco
compareciera, demostrando un claro desinterés por su situación.
Toda esta situación es suficiente para producir una afectación en la tranquilidad de su espíritu
que- a mi modo de ver- supera las simples molestias derivadas de la inobservancia del deber a
que se obligó la demandada, por lo que corresponde admitir el rubro daño moral.
Actualmente, el art. 1741.CCC fija una importante pauta para fijar esta indemnización, al
establecer que: "el monto de la indemnización debe fijarse ponderando las satisfacciones
sustitutivas y compensatorias que pueden procurar las suma reconocidas". Asimismo, como
se trata de una obligación de valor, el monto debe fijarse a valores al tiempo de la sentencia y
los intereses que corren desde su producción hasta la sentencia no deben contener escorias
inflacionarias (cfr. Ossola, Federico, Responsabilidad Civil, ed. Abeledo Perrot, Bs.As, año
2018, pág. 247).
El criterio de las satisfacciones sustitutivas brinda una importantísima pauta para la valuación
del daño moral, pues señala que la suma otorgada por este concepto debe mensurarse en
función de los placeres o actividades que ella permita realizar a la víctima y que sirvan como
una suerte de compensación (y no de equivalente, pues por definición no lo hay en esta
materia) de los sinsabo res o angustias, o bien del desmedro existencial por ella sufrido (cfr.
HERRERA, Marisa- CARAMELO, Gustavo - PICASSO, Sebastián - Directores; Código Civil y
Comercial de la Nación Comentado- Tomo II, Infojus Sistema Argentino de Información Jurídic
pág.
454/455).
Ocurre que, pese a que ahora el código establece un criterio para cuantificar este tipo de daño,
ello no quita que el juzgador tome en cuenta también otros parámetros. En tal sentido, es una
práctica judicial usual, tomar como criterio orientador para la fijación del daño moral, la
remisión a otros precedentes que se han expedido sobre casos similares.
Así, verifico que la Cámara de esta ciudad fijó la indemnización por daño moral ante un
incumplimiento contractual en una relación de consumo en la suma de $ 30.000 (cfr. Rivero
Mario Luis C/ Pettiti Automotores SA. y Otros- Abreviado - Daños Y Perjuicios", Expte.
1372771-Sent.102/2021), en tanto que confirmó la sentencia de primera instancia que había
establecido idéntico monto en concepto de daño moral en autos: "Cioccolanti, Alejandro D. c/
Santander Rio S.A y Otro - Abreviado - Otros - Tram Oral"- Expte. 8371263- Sent. 132/2021.
Por su parte, la Cám. 6ta en lo Civil y Com. De Cba., confirmó la sentencia de primera
instancia que reconoció el resarcimiento por daño moral en la suma de $ 100.000 ante un
incumplimiento de una empresa de seguros (cfr."Mazzaferro, Dora Ines c/ Nacion Seguros
S.A. - Abreviado - Oral - Tram Oral - Expte. N° 9069689- Sent. 62/2021). A nivel nacional, la
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial -Sala A, en autos "Favale Roque Daniel y
otro c/ Despegar.com.ar s/ ordinario, con fecha: 28 de junio de 2019, reconoció la suma de $
100.000 en concepto de daño moral para un matrimonio que se vio afectado por el
incumplimiento contractual de la empresa demanda mientras se encontraban de viaje en
Europa.
Luego de analizar casos de reciente resolución sobre hechos análogos al que generó la
presente causa, y sin dejar de valorar el tiempo transcurrido desde el dictado de tales
pronunciamientos, aspecto dirimente de la cuestión aquí abordada, porque la obligación
resarcitoria constituye una deuda de valor cuyo monto debe referirse al valor real al momento
que corresponda tomar en cuenta para la evaluación de la deuda (cfr. Cám. Civil, Com. Con. y
Flia de Río Tercero, en autos caratulados "Moya, Valentina c/ Sassatelli, Alberto Esteban Y
Otro - Ordinario", Expte. 2010402, Sent.
N° 5, 24/02/2021), atendiendo a las situaciones que ha tenido que vivir el actor, el largo del
tiempo en que se proyectaron y las repercusiones particulares que en su personalidad ello
pudo haber generado, encuentro prudente establecer una indemnización por daño no
patrimonial (o moral) en la suma de pesos de pesos cien mil ($100.000), con la cual el actor
podría realizar un viaje familiar dentro del país.
Aclaro que, como ya adelanté, se trata de una deuda de valor cuyo monto debe fijarse a
valores al tiempo de la sentencia. Es que, las sumas destinadas a reparar daños constituyen
deudas de valor, en el sentido que siempre les ha reconocido la doctrina, aún antes de la
vigencia del actual art.772 del Código Civil y Comercial y no se encuentran alcanzadas por la
ley 23.928. Es deuda de valor la que debe permitir al acreedor la adquisición de ciertos bienes
recayendo de esa manera sobre un quid antes bien que sobre un quantum.En tanto en la
deuda dineraria, el dinero es el objeto inmediato de la obligación, su componente específico;
en la deuda de valor el dinero aparece sólo como sustitutivo del objeto especificado, esto es,
como sustitutivo de la prestación dirigida a proporcionar bienes con valor intrínseco (cfr.
Alterini, Atilio A "Las deudas de valor no se encuentran alcanzadas por la ley 23.928 de
convertibilidad del austral en LL 1991-B, 1048).
En su caso, y ante el supuesto de que no se abone el monto determinado más sus intereses,
en adelante se deberá computar también la tasa pasiva promedio diaria que informa el Banco
Central de la República Argentina, adicionando el dos por ciento (2%) mensual no
acumulativo; esto es, para el futuro, desde que quede firme la sentencia, hasta su efectivo
pago.
-Daño Punitivo:
Corresponde ahora ingresar al análisis de la aplicación de la multa prevista por el art.52 bis,
LDC, solicitada por el actor. La citada norma dice: "Al proveedor que no cumpla sus
obligaciones legales o contractuales con el consumidor, a instancia del damnificado, el juez
podrá aplicar una multa civil a favor del consumidor, la que se graduará en función de la
gravedad del hecho y demás circunstancias del caso, independientemente de otras
indemnizaciones que correspondan. Cuando más de un proveedor sea responsable del
incumplimiento responderán todos solidariamente ante el consumidor, sin perjuicio de las
acciones de regreso que les correspondan. La multa civil que se imponga no podrá superar el
máximo de la sanción de multa prevista en el artículo 47, inciso b) de esta ley." Jurisprudencial
y doctrinariamente se admite que para la procedencia de la multa civil prevista por la LDC es
necesaria la concurrencia de dos requisitos: 1- el elemento subjetivo, que es más que la culpa
o la debida diligencia; se trata de una conducta deliberada, culpa grave o dolo, negligencia
grosera, temeraria, actuación cercana a la malicia; así la conducta del proveedor debe ser
indignante, desaprensiva o antisocial. 2- El elemento objetivo, esto es una conducta que
produzca un daño individual o de incidencia colectiva, que por su gravedad, trascendencia
social, repercusión institucional exijan una sanción ejemplar.En definitiva, se trata de una
sanción pecuniaria disuasiva de carácter excepcional- y por ende de interpretación restrictiva-
que solo se justifica cuando el proveedor actúa con un grave menosprecio o indiferencia hacia
los derechos del consumidor, impuesta con el fin de desalentar esa conducta en el futuro (cfr.
TSJ en Teijeiro, Luis Mario c/ Cervecería y Maltería Quilmes- Abreviado- Rec. De Casación-
15/4/14, criterio reiterado en "Defilippo Dario Eduardo Y Otro c/ Parra Automotores S.A. Y
Otro - Abreviado - Cumplimiento/Resolución De Contrato - Cuerpo De Copia - Recurso De
Casación E Inconstitucionalidad, 10/5/2016; en igual sentido LORENZETTI, Ricardo A. -
Consumidores- Edit. Rubinzal Culzoni, Sta. Fe año 2009, pág. 563, entre otros).
De acuerdo a ello, entiendo que no resulta suficiente, para aplicar la sanción, que el proveedor
incumpla alguna de sus obligaciones para con el consumidor, cualquiera sea esta, exista o no
dolo o culpa, tanto como si se causare o no un daño al consumidor. Se requiere, además, el
elemento subjetivo que consiste en un menosprecio hacia los derechos de los consumidores y
que se traduce en dolo o culpa grave. Es decir, debe verificarse una conducta, por parte del
proveedor, descalificable socialmente, disvaliosa, indiferente, que demuestre desidia, con
abuso de una posición de privilegio, etc. De acuerdo al criterio expresado por la Excma.
Cámara de esta ciudad, las indemnizaciones o daños punitivos sólo proceden en supuestos de
particular gravedad (dolo o la culpa grave del sancionado) o por la obtención de
enriquecimientos indebidos derivados del ilícito o por un abuso de posición de poder (en casos
excepcionales) particularmente cuando se evidencia menosprecio grave por derechos
individuales o de incidencia colectiva. No basta para aplicar daño punitivo, el mero
incumplimiento obligacional, sino que se requiere un plus subjetivo. No se sanciona un simple
daño, sino que debe tratarse de un perjuicio que, por su gravedad y trascendencia social, exija
una sanción ejemplar a fin de evitar una reiteración de la conducta dañosa (cfr. Cám.C,C y F
de Río Tercero, Gamarra, Niño José Antonio C/ Montequin S.A. y Otro - Abreviado - Cobro De
Pesos - Sent. Nro. 121/2018).
Analizado el presente caso bajo la luz de los conceptos vertidos precedentemente, considero
que la sanción punitiva resulta aplicable. Doy razones: ha quedado a creditado el
incumplimiento al deber de información, trato digno y buena fe por parte de la demandada. Se
ha reprochado la postura desaprensiva y poco colaborativa con el damnificado (conforme a lo
expuesto al tiempo de analizar la procedencia del daño moral), y tal actitud es posible calificarla
como grave. A ello se suma que hasta el día de la fecha no ha restituido el dinero que el Sr,
Monticelli pagó por un servicio que no recibió y que no se le han brindado mínimas
explicaciones sobre las políticas de devoluciones, o de reprogramación de las reservas. Ya
pasaron más de dos años desde que abonó el servicio, y no tiene respuestas.
Por ende, se puede concluir que la conducta asumida por la demandada con el aquí actor es
reiterativa y habitual, demuestra un patrón de comportamiento que evidencia que el proveedor
ha actuado con grave menosprecio hacia los derechos de los consumidores damnificados. Es
cierto que el rubro dedicado al turismo se vio seriamente afectado en 2020, y que la empresa
debió haberse visto abrumada de reclamos, pedidos de información, etc. por las cancelaciones
de los viajes.Sin embargo, dada la magnitud de su estructura comercial (ya que cuenta con
numerosas sucursales en todo el país y comercializa a través de su página web), debió haber
tenido previsto un plan de contingencia para esta situación u otras similares, y no dejar a sus
clientes desamparados, desinformados, angustiados y sin saber cómo proceder.
Su conducta desprolija e indiferente, dentro y fuera del proceso al que ni siquiera compareció,
trasuntan una verdadera mala fe en su accionar como proveedor y ello debe ser sancionado.
En este caso, la suma ordenada a pagar en concepto de daño punitivo devengará el interés de
uso judicial (TPBCRA + 2% mensual) desde la fecha en que quede firme esta resolución y
hasta su efectivo pago.
6- Solución:
En base a lo expuesto, corresponde hacer lugar a la demanda incoada por Monticelli, Adrián
Gerardo, DNI 20643947, en contra de la empresa Almundo.com SRL, y ordenar la resolución
del contrato electrónico oportunamente perfeccionado por el Sr.
7- Costas: En nuestro Código Procesal Civil y Comercial rige el principio objetivo de la derrota
(art. 130), del cual no encuentro motivos para apartarme en esta causa.
Motivo por el cual, las costas son impuestas en su totalidad a la demandada Almundo.com
SRL.
8-Honorarios:En razón del modo en que fueron impuestas las costas, corresponde regular
honorarios a los abogados de la parte actora. A cuyo fin, debe tomarse como base regulatoria
el monto mandado a pagar en esta resolución, debidamente actualizado, conforme a las
pautas expuestas, aplicando la TPCRA + 2% mensual. Así las cosas, arribo a una base
actualizada de $ 501.917,64 a la cual, en virtud de las pautas de calificación cualitativas (art.
39 inc.1 ,5 y 6, ley 9459) aplico el punto medio de la primera escala del art. 36, ibid, o sea:
501.917,64 x22.5%, de lo que resulta la suma total de pesos ciento doce mil novecientos
treinta y uno con cincuenta centavos ($ 112.931,50), en los que se fijan, de manera definitiva,
y en conjunto y proporción de ley, los honorarios de los abogados Andrés Acosta y Federico
Nicolás Arillo.
1-HACER LUGAR a la demanda incoada por el Sr. Monticelli, Adrián Gerardo, DNI 20643947,
en contra de la empresa Almundo.com SRL y ordenar la resolución del contrato electrónico
oportunamente perfeccionado por el Sr.Adrián Monticelli y Almundo.com SRL, por la reserva
de alojamiento en 3 hoteles de la ciudad de Miami, EEUU, y por consiguiente, ordenar a la
empresa demandada que- en el término de 10 días de quedar firma esta resolución- restituya
al actor la suma de pesos setenta y cinco mil ochocientos siete con veintiséis centavos ($
75.807,26) con más intereses equivalentes a la TPBCRA con más el 2% mensual, desde que
cada monto fue abonado y hasta el efectivo pago.
Emplazar a la empresa Almundo.com S.R.L. (por ser condenada en costas) de acuerdo al art.
122 de la ley impositiva anual N° 10.725 (año 2021), a abonar en el plazo de quince días la
tasa de justicia (capital de condena con más intereses establecidos en la sentencia) ya que se
encontraba diferida para el momento de la sentencia, bajo apercibimiento de certificar la deuda
y remitir el respectivo certificado a la Oficina de Tasa de Justicia de la Dirección de
Administración del Poder Judicial, conforme surge de los arts. 295 y 302 del Código Tributario
Provincial.- 4- Regular, de manera definitiva, los honorarios de los abogados Andrés Acosta y
Federico Nicolás Arillo en la suma de ($.), en conjunto y proporción de ley.
Fecha: 2022.09.27