Historia de Panama y E.E.U.U. Semestral
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Es por ello por lo que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas reunido en nuestro
país, constituyó el foro y lugar indicado para catapultar al plano multilateral la lucha
panameña y reincorporarla a la agenda de descolonización de las Naciones Unidas. Me
refiero a reincorporación pues hasta 1947, la Zona del Canal de Panamá estuvo listada
por la Asamblea General de las Naciones Unidas como un territorio no autónomo.
Antecedente: la Zona del Canal como territorio no
autónomo
En 1946, a solo un año del establecimiento de las Naciones Unidas, la Asamblea General,
mediante resolución 66(I) del 14 de diciembre, tomó nota de la información transmitida por
el Gobierno de los Estados Unidos de América concerniente a la condición de la Zona del
Canal de Panamá como territorio no autónomo. Ante esta acción, la delegación panameña
ante la O.N.U. presentó una protesta formal contenida en una declaración (ver O.N.U.
Doc. A/200, 26 de noviembre de 1946). En dicho documento, Panamá declaró lo
siguiente:
Que dicho “uso, ocupación y control” fueron otorgados con el propósito específico de
“construcción, mantenimiento, operación, saneamiento y protección del Canal”.
Que la Zona del Canal no es una POSESIÓN o parte del dominio político de los Estados
Unidos.
Que la Zona del Canal de Panamá es un territorio sin una población nativa, permanente y
homogénea.
Que los actuales habitantes de la Zona del Canal no tienen ningún interés unido al suelo,
y que no pueden, ni pueden tener aspiraciones políticas para el autogobierno o
independencia.
Que la Zona del Canal de Panamá únicamente puede ser administrada como una porción
de territorio exclusivamente dedicada al mantenimiento, operación y protección del Canal.
En atención a la Declaración panameña, el secretario de Estado de los Estados Unidos de
América, George Marshall, informó al secretario general de la O.N.U., Trygve Lie, el 27 de
junio de 1947, que los Estados Unidos no transmitiría a la organización información sobre
la Zona del Canal de Panamá, entre tanto no se clarificara dicha cuestión con la
República de Panamá.
Irónicamente, los Estados Unidos utilizó esta Declaración de Panamá para remover a la
Zona del Canal de la lista de territorios no autónomos de la O.N.U. Lo anterior significaría
que al darse inicio al proceso de descolonización auspiciado por las Naciones Unidas en
la década de los sesenta (1960s), mediante la adopción de la “Declaración sobre la
concesión de la independencia a los países y pueblos” (Resolución 1514 (XV), 14 de
diciembre de 1960, Asamblea General, O.N.U.) y con la activa participación del
Movimiento de Países No-Alineados (1961), la Zona del Canal de Panamá no estaría
dentro del mandato descolonizador de la organización mundial.
La intervención del Embajador Boyd merece ser analizada por todos los estudiosos del
derecho internacional. Entre otras cosas, el Embajador Boyd señaló que “La Zonal del
Canal de Panamá … jamás ha sido vendida, cedida, permutada, arrendada o en forma
alguna enajenada a los Estados Unidos de América. Tampoco ha sido objeto, ni podría
serlo, de conquista o anexión por parte de éstos. Por tanto, Panamá siempre ha
mantenido y mantiene su soberanía en tal Zona.” Igualmente explicó, “desde 1903, año en
que se consumó la Convención del Canal Ístmico, los Estados Unidos de América se han
venido arrogando, gradual y unilateralmente, funciones y prerrogativas que, de acuerdo
con los instrumentos contractuales internacionales vigentes, no les corresponden”.
Además, aclaró: “Panamá siempre ha procedido dentro de los más puros principios del
derecho internacional, y a pesar de que tanto la llamada Convención del Canal Ístmico de
1903 como casi todos los demás convenios complementarios de la misma son un tanto
lesivos a Panamá, mi Gobierno los ha cumplido escrupulosamente hasta ahora. No
podemos decir lo mismo de los Estados Unidos de América, pues a pesar de que el
Tratado de 1903 fue prácticamente impuesto a Panamá, los Estados Unidos sólo han
cumplido aquellas partes de este que han tenido a bien cumplir y en la forma como les ha
venido en gana, y lo han interpretado en muchos casos – puedo afirmar –
unilateralmente.” Culminó diciendo, “es imperativo que el estatus del Canal de Panamá
cambie, ya sea que éste se nacionalice, pasando a pertenecer al Estado en cuyo territorio
se halla enclavado, o se internacionalice, reconociéndose a Panamá – como ocurre en los
canales internacionales – una situación preferencial en relación con el mismo, pues la
democracia no se practica ni se enseña a base del desconocimiento de los débiles
La reunión continuó con la intervención del Embajador Stevenson de los Estados Unidos
de América, quien cuestionó que el tema se tratase en el Consejo de Seguridad de
Naciones Unidas, pues la Organización de Estados Americanos, mediante la Comisión
Interamericana para de Paz, había intervenido con gran celeridad y una comisión
investigadora estaba pronta a llegar a territorio panameño. Igualmente, consideró que el
representante de Panamá se había “aventurado” en catalogar los hechos suscitados
como “agresión” y procedió a “desmentir” sus aseveraciones, acusando a su vez a los
estudiantes panameños de actos de vandalismo (ver O.N.U. Doc. S/PV.1086).
Tal como lo ejemplifican los acontecimientos de 1946-1947 y 1964, los intentos por
multilateralizar la controversia por la Zona del Canal habían sido de una forma u otra
infructuosos, retrotrayendo la controversia al ámbito bilateral. En el marco de la reunión
del Consejo de Seguridad en Panamá de 1973, nuestro país encontró en un órgano
principal de un foro multilateral como las Naciones Unidas, el instrumento para
internacionalizar la lucha por la recuperación de la soberanía del Canal, para impulsar su
discusión y fomentar su rápida solución mediante la participación de organismos y foros
multilaterales. Si bien el resultado final del proceso negociador fueron dos instrumentos
internacionales de carácter bilateral, léase el Tratado del Canal de Panamá y el Tratado
de la Neutralidad Permanente del Canal de Panamá y su funcionamiento, el hecho de que
los tratados tengan como depositario a la Organización de Estados Americanos, hayan
sido registrados en las Naciones Unidas de conformidad con el artículo 102 de su Carta
constitutiva, y que cuenten con un Protocolo al Tratado relativo a la Neutralidad
Permanente y al funcionamiento del Canal Panamá con 40 Estados parte, son prueba
fehaciente del importante rol que jugó el ámbito multilateral en la consecución de este
objetivo nacional. En este sentido, la reunión del Consejo de Seguridad de 1973 marca un
antes y un después en el proceso negociador, pues fue una de las primeras grandes
victorias de la diplomacia panameña y al culminarse un 21 de marzo de 1973, ya se
vislumbraba, en un horizonte no muy distante, en un período menor a un lustro, el 7 de
septiembre de 1977.
Es importante destacar que el asiento de China ya era ocupado por la República Popular
China, quienes mediante la resolución 2758 de la Asamblea General del 25 de octubre de
1971, habían sido reconocidos como el único representante legítimo de China ante las
Naciones Unidas, haciéndose acreedores del asiento permanente de China en el Consejo
de Seguridad. Igualmente, era la segunda ocasión en que le correspondía ocupar a
Panamá un asiento no permanente en el Consejo de Seguridad, siendo la primera
ocasión en el período 1958-1959. En esta ocasión el período correspondería para los
años 1972 y 1973.
En el contexto geopolítico, además de la Guerra Fría entre los Estados Unidos y la Unión
Soviética, las tensiones entre la Unión Soviética y la República Popular China eran
evidentes. En 1969 se había producido un conflicto fronterizo entre ambas potencias
cerca de la isla Zhenbao y el río Ussuri. En este contexto y aprovechando dichas
tensiones, las relaciones Estados Unidos-China florecieron con el viaje secreto de Henry
Kissinger para reunirse con el primer ministro de China, Zhou Enlai, y culminaron con el
viaje de Richard Nixon a China y su reunión con Mao Zedong en 1972.
Por otra parte, el mundo era testigo de la incorporación del Tratado de No Proliferación de
Armas Nucleares al orden jurídico internacional, el cual había entrado en vigor en 1970.
Igualmente, la comunidad internacional observaba impacientemente la posible carrera
armamentista entre India y Pakistán quienes se habían rehusado a firmar el Tratado de
No Proliferación. En 1974, India llevaría a cabo con éxito lo que denominó una “explosión
nuclear pacífica”. Por su parte, Pakistán iniciaría su programa nuclear en la década de los
setenta (1970s) y a partir de 1974 contarían con las contribuciones del tristemente célebre
Abdul Qadeer Khan.
En octubre de 1973, se produciría la guerra de Yom Kipur o del Ramadán que vería
involucrados a Israel, Egipto y Siria. Para ese conflicto se estima que Israel tenía a su
disposición 13 bombas nucleares («Violent Week: The Politics of Death», Time, 12 de abril
de 1976). Por último, el 27 de enero de 1973, Estados Unidos firmaría los Acuerdos de
Paz de París que culminaban la participación estadounidense en la Guerra de Vietnam.
De conformidad con el artículo 28, numeral 3, de la Carta de las Naciones Unidas, “el
Consejo de Seguridad podrá celebrar reuniones en cualesquiera lugares, fuera de la sede
de la Organización, que juzgue más apropiados para facilitar sus labores.” De igual forma,
el Reglamento Provisional del Consejo de Seguridad, establece en su artículo 5 que en
“cualquier miembro del Consejo de Seguridad o el secretario general podrán proponer que
el Consejo de Seguridad se reúna en otro lugar. Si el Consejo de Seguridad acepta esta
propuesta, determinará el lugar y el período durante el cual habrá de reunirse en tal
lugar”.
Tales fueron los efectos de la resolución 325 del Consejo de Seguridad y del
pronunciamiento del Embajador Boyd, que la Agencia Central de Inteligencia, mediante su
Oficina de Estimaciones Nacionales, produjo un Memorándum de fecha 2 de febrero de
1973 titulado “El Consejo de Seguridad de la O.N.U. se reúne en Panamá: Implicaciones
para las negociaciones de los Tratados del Canal”. El Memorándum, desclasificado en el
año 2007, cataloga como ambiciosas las aspiraciones del General Omar Torrijos, jefe de
Gobierno de Panamá en la época, que consistían en la plena jurisdicción panameña sobre
la Zona del Canal lo más pronto posible y un tiempo definido para la duración de un nuevo
tratado, después del cual el Canal revertiría a manos panameñas. El documento señala
que los esfuerzos negociadores de 1971-1972 estaban tan muertos como el proyecto de
tratados de 1967. Igualmente, predice que las demandas de Torrijos se endurecerían a
partir de la reunión del Consejo en Panamá, que las posibilidades de actos de violencia e
incidentes en contra de Estados Unidos eran considerables. El Memorándum concluye
que con este nuevo escenario era de esperarse otra gran crisis en las relaciones Estados
Unidos-Panamá
Las sesiones trataron temas varios los cuales trataré de resumir brevemente con la
asistencia del resumen elaborado de las sesiones del Consejo de Seguridad en Panamá
por las Naciones Unidas (ver O.N.U. Doc. S/RES/330(1973)) y el trabajo del Profesor
Armando Muñoz Pinzón (ver Armando Muñoz Pinzón, Valor de la sesión del Consejo de
Seguridad en Panamá, La Estrella de Panamá, 8 de junio de 2014). En su sesión 1695, el
15 de marzo de 1973, es decir hoy hace 45 años, el Consejo escuchó al general Omar
Torrijos quien, en palabras del historiador Muñoz Pinzón, “destacó la lucha del pueblo
panameño por la defensa de la soberanía y la eliminación del enclave colonial”. Ese
mismo día, en la sesión 1696, se invitó a los representantes de quince (15) Estados
miembros de las Naciones Unidas a participar sin derecho a voto de las discusiones.
Igualmente, de conformidad el artículo 39 del Reglamento Provisional del Consejo se
invitó al secretario general de la Organización para la prohibición de las armas nucleares
en América Latina (OPANAL), Héctor Gros Espiell a participar de la sesión. En las
sesiones 1697, 1698, 1699 y 1700 se invitó a participar a un total de once (11) Estados
adicionales, así como a dignatarios de organizaciones internacionales como el secretario
ejecutivo de la Organización para la Unidad Africana y el Observador Permanente de la
Liga de los Estados Árabes ante las Naciones Unidas.
Durante sus diez (10) sesiones en Panamá, el Consejo de Seguridad aprobó una
Resolución. La Resolución 330 (1973) fue adoptada en la sesión 1704 del Consejo con
una votación favorable de doce (12) votos y tres (3) abstenciones, a saber, Estados
Unidos, Francia y Reino Unido. En su parte resolutiva, se (1) exhorta a los Estados a
dictar medidas apropiadas para impedir la acción de aquellas empresas que
deliberadamente pretenden coaccionar a países de América Latina; (2) pide a los Estados
que, para mantener y reforzar la paz y la seguridad en América Latina, se abstengan de
aplicar o fomentar el uso de todo tipo de medida coercitiva contra Estados de la región
(ver O.N.U. Doc. S/RES/330(1973)).
De igual forma, el Embajador Boyd recordó los incidentes de 1959 y 1964, expresando a
su vez que la principal causa de conflicto entre los Estados Unidos y Panamá era la
perpetuidad de la concesión canalera, la interpretación unilateral de los Estados Unidos
de las estipulaciones contractuales y el ejercicio de la jurisdicción estadounidense sobre la
Zona del Canal. Argumentó que la perpetuidad de la concesión canalera carecía de
sustento moral y jurídico. El Embajador Boyd culminó su intervención agradeciendo el
apoyo de los distintos Estados del orbe a la causa panameña. Acto seguido, se decretó un
receso en la sesión.
Una vez reanudada la sesión 1704, asumió la presidencia el Canciller Juan Antonio Tack,
quien sometió a la consideración de los Estados miembros del Consejo de Seguridad un
proyecto de resolución auspiciado por Guinea, India, Indonesia, Kenia, Panamá, Perú,
Sudán y Yugoslavia (ver O.N.U. Doc. S/10931/Rev.1). El proyecto tomaba nota de la
“Declaración Conjunta” de Panamá y los Estados Unidos del 3 de abril de 1964, y de la
disposición de ambos Estados para la abrogación de la Convención del Canal Ístmico de
1903 mediante un nuevo tratado. Igualmente, les exhortaba a proseguir con sus
negociaciones y decidía mantener la cuestión canalera bajo su consideración. Sobre este
particular, es importante destacar los aportes y el rol del Doctor Jorge Illueca en la
redacción de este proyecto de resolución.
Se procedió a la votación ordinaria del proyecto de resolución que contó con trece (13)
votos a favor (los ocho proponentes más Australia, Austria, China, Francia y la Unión
Soviética), uno (1) en contra (Estados Unidos) y una (1) abstención (Reino Unido). El
proyecto de resolución fue rechazado debido al voto negativo de uno de los miembros
permanentes del Consejo.
Sobre la cuestión del denominado “veto” dentro del Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas, es menester hacer ciertas aclaraciones. La Carta de las Naciones
Unidas no utiliza el término “veto” en ninguno de sus artículos. El artículo 27 de la Carta
de las Naciones Unidas explica que para “cuestiones de procedimiento” únicamente es
necesario el voto favorable de por lo menos nueve Estados miembros del Consejo. Para
“todas las demás cuestiones”, incluyendo la adopción de resoluciones, según el inciso
tercero del mismo artículo, es necesario el voto favorable de por lo menos nueve
miembros incluyendo el de los cinco miembros permanentes. En la práctica, el Consejo de
Seguridad ha interpretado que los miembros permanentes del Consejo también pueden
abstenerse, sin que ello necesariamente afecte la adopción de la resolución. En este
sentido es importante destacar el hecho de que el proyecto de resolución sobrepasara el
margen de los 9 votos necesarios para su adopción, pues forzó a los Estados Unidos a
ejercer, por tercera vez en la historia del Consejo de Seguridad, la prerrogativa
consagrada en el artículo 27, numeral 3, de la Carta de las Naciones Unidas, conocida
también como el derecho a veto
El representante del Perú y a la postre futuro secretario general de las Naciones Unidas,
Javier Pérez de Cuellar, dijo que el veto estadounidense en vez de ser “reconocido como
un fracaso o una derrota … dignifica la lucha del Gobierno y del pueblo de Panamá”. Por
su parte, el Canciller Tack se dirigió al Consejo y en nombre de Panamá declaró que la
lucha no culminaría hasta cuando “recibamos la satisfacción plena de nuestras legítimas e
irrebatibles aspiraciones y se perfeccione el proceso de nuestra independencia mediante
el ejercicio de la jurisdicción sobre la totalidad del territorio panameño y el ejercicio pleno
de la soberanía sobre nuestros recursos naturales.”
La sesión culminó con la intervención del representante de Guinea, quien, con la
autorización de los miembros del Consejo, formuló en nombre de éste una declaración de
consenso como expresión de gratitud para con el país huésped, agradeciendo la
generosa hospitalidad y la cortesía y cooperación invariables.
Sobre la positiva imagen que generó para nuestro país a nivel internacional la reunión en
Panamá, además del claro apoyo a la causa panameña, el presidente Richard Nixon, en
un informe enviado al Congreso de Estados Unidos el 3 de mayo de ese año, denunció
“duramente” la reunión del Consejo de Seguridad en Panamá, según escribe William J.
Jordan (exembajador de Estados Unidos en Panamá), en sus memorias. Pero el mismo
informe de Nixon advertía que: “Otro problema importante no resuelto es el del Canal de
Panamá y la Zona circundante. La operación del Canal por parte de Estados Unidos y
nuestra presencia misma en ese país están regidas por las cláusulas de un tratado
firmado en 1903. El mundo ha cambiado radicalmente durante 70 años de vigencia de ese
tratado. América Latina ha cambiado. Panamá ha cambiado. Y los términos de nuestra
relación deben reflejar de una forma razonable los cambios que han ocurrido”.
Antes de concluir, debemos enfatizar que las reuniones del Consejo de Seguridad
marcaron las etapas previas y posteriores de la lucha diplomática para recuperar la Zona
del Canal. Convirtió a un país relativamente aislado bajo un régimen militar en una
bandera de la causa decolonial y antiimperialista en todo el mundo. Hizo realidad uno de
los sueños de Bolívar, porque entre el 15 y el 21 de marzo de 1973 el mundo eligió una
capital, y esa capital fue Panamá.
Bibliografía
https://illueca.com/contexto-historico-de-las-sesiones-del-consejo-de-seguridad-de-
las-naciones-unidas-en-panama-en-la-lucha-diplomatica-para-reivindicar-la-
soberania-panamena/