Cap 48
Cap 48
Cap 48
La Actualización de la Justicia
Anexo al Capítulo 48
Exposición de Cabalá: Arij Anpín y Bina
[Klalim Rishonim 24]
En este cap. Ramjal explica que la “supervisión” directa de la justicia divina en el
mundo posee dos aspectos: el primero establece las normas que la regulan, mientras
que el segundo estructura los elementos que la forman con el fin de adecuarla a los
seres creados.
En el lenguaje de la Cabalá, el primer aspecto se origina en la Sefirá llamada Jojma
(Sabiduría), que es la que establece los primeros principios de las cosas. El segundo
se origina en la Sefirá llamada Bina (Discernimiento), cuya función es estructurar y
derivar todos los detalles que conforman un fenómeno dado. En términos de
configuraciones sefiróticas de Partsufim, la primera función la realiza el Partsuf
llamado Aba (Padre); el segundo Partsuf llamado Ima (Madre). Resulta así que la
función de Aba es general, mientras que la de Ima es particular; la primera establece
los principios básicos y la segunda organiza los detalles.
Esta “supervisión” es justamente la tarea que realizan las Sefirot Jojma y Bina (Aba e
Ima). Como la justicia divina está constituida por la configuración Zeir Anpín (formada
por las seis Sefirot siguientes), que desemboca en el mundo concreto (relacionado
con la décima Sefirá, Maljut), para que esta configuración de justicia pueda regir a los
seres creados de acuerdo con la naturaleza de éstos es necesario que siga ciertos
principios básicos que regulen su curso de acción. De lo contrario, puesto que en sí
misma esa justicia no es más que imposición de normas, se correría el riesgo de que
no fuera adecuada a los seres creados. Esos principios básicos son proporcionados
por Jojma y Bina. A esto se refiere Ramjal cuando habla de “supervisión”: un proceso
que regula el modo en que la justicia es aplicada conforme a la naturaleza de los
seres creados.
Esa supervisión recibe el nombre de Dikná d´Arij Anpín, que literalmente significa
“Barba del Rostro Magnánimo”. En un sentido simbólico, la barba de un anciano
representa su sabiduría, es decir, a su capacidad para encauzar y dirigir
correctamente los asuntos de la vida. Por lo mismo, Dikná d´Arij Anpín es la expresión
simbólica que alude al proceso por medio del cual Dios actualiza Su justicia,
adecuándola a las necesidades y capacidades del mundo. Y ya que Arij Anpín
representa el amor divino, esto significa que el proceso de adecuación de la justicia
del Creador para el mundo es producto de Su amor y benevolencia.
Ahora bien, el proceso de actualización de la justicia esencialmente consiste en el
mejor modo de manifestar los atributos divinos de bondad, rigor y clemencia,
compuestos por las Sefirót de Jesed, Din y Tiferet, respectivamente. Esos son los
“órdenes” que “completan” la actualización concreta de justicia divina en el mundo.
Dicho de otro modo, la emanación en el mundo de las Sefirót de Jesed, Din y Tiferet
necesariamente surge de las Sefirót de Jojma y Bina, cuando éstas actúan como
configuraciones sefiróticas (Partsufim). Esto es lo que determina que cualquier acto de
justicia divina en el mundo obedezca a un plan ordenado y sabio, congruente con el
nivel existencial de los seres creados, tanto a nivel general como particular.
Por otro lado, las cuatro funciones que realiza Dikná d´Arij Anpín (la supervisión divina
mencionada) -que son 1) engendrar la justicia divina en el mundo; 2) regular las
variaciones de esa justicia; 3) proporcionar existencia continua al mundo; 4) generar
procesos de incremento de fuerza espiritual en el mundo -esencialmente consisten en
las diversas etapas que atraviesa la configuración sefirótica de Zeir Anpín, que
representa la justicia.
La primera función recibe el nombre de “nacimiento de Zeir Anpín”. La segunda es
descrita con el nombre genérico de “variaciones de Zeir Anpín”. La tercera es “unión
(zivug) permanente de Zeir Anpín (con la Sefirá de Maljut)”. Esta unión permanente es
discreta y subyacente, y es lo que permite la subsistencia continua de la Creación (en
otras palabras, es la acción de la justicia divina lo que permite la existencia continua
del mundo). La cuarta función es referida como “unión periódica de Zeir Anpín (con
Maljut)”. Esta unión no es continua ni discreta, sino que irrumpe en ciertas ocasiones
con el fin de generar un nivel mayor de irradiación divina en el mundo. Esta irradiación
recibe el nombre genérico de Mojín, el “Núcleo” o “Médula” que sirve de enlace y
transmisor de la perfección divina con el mundo. Esto quiere decir que la aplicación
del sistema de justicia divina y su adecuación al nivel existencial de los seres creados
es lo que genera en el mundo un incremento de conciencia espiritual en ellos, el cual
disminuye en ausencia de esa justicia.