Capitulo 1 La Dirección Divina Del Mundo
Capitulo 1 La Dirección Divina Del Mundo
Capitulo 1 La Dirección Divina Del Mundo
3- Alma: Creo que esos trece principios son verdaderos en su totalidad, sin duda alguna.
Sin embargo, algunos de ellos los creó y también los comprendo, mientras que otros
solamente los creo, pero no me resultan claros desde la perspectiva de la razón y del
conocimiento.
4- Intelecto: ¿Cuáles son los que solamente crees verdaderos, y cuáles los que te son
claros por medio de la razón?
En los actos del Eterno se percibe una amplitud tan inmensa que ningún corazón podría
abarcarlos. Por eso desearía que me enseñaras el método correcto para comprender la
rectitud de estos conceptos, sin desvío a la derecha o a la izquierda.
9- Alma: Dejaré de lado los detalles que no pueda comprender. Pero sí deseo aclarar por
lo menos los principios generales, de tal modo que obtenga yo un conocimiento razonado
y convincente de estos temas tan amplios. Y entonces, sobre aquello que no pueda yo
comprender, me diré: “No te incumbe a ti terminar la labor” (Abot 2:16).
10- Intelecto: Es evidente que el Ser Supremo estableció el mundo sobre la justicia
(normas y leyes) y lo dirige conforme a una justicia recta y confiable. Esto es algo que tú
mismo puedes percibir con claridad y que no deja lugar a duda alguna, como atestigua
sobre Dios el Pastor Fiel (Moshé): “La Roca, perfecta es Su acción, ya que todos Sus
caminos son justicia; el Poder fiel en quien no hay iniquidad, Justo y Recto es Él (Debarim
32:4).
11- Alma: Es precisamente la rectitud de esta justicia y la profundidad de este plan divino
que mencionamos lo que deseo que me expliques, punto por punto.
Anexo
El Alma afirmó que “en los actos de Eterno se percibe una amplitud tan inmensa
que ningún corazón podría abarcarlos”. R. Goldblatt comenta que al hablar de los
“actos del Eterno”, Ramjal hace alusión a la dimensión trascendental de Atzilut (Mundo de
Emanación). Es precisamente en esa dimensión trascendental donde se configura la
estructura dinámica de las Sefirot -las modalidades de emanación mediante las cuales el
Creador da forma y dirige la Creación- y es por eso que los “actos” del Creador tienen
ahí su origen. En esa dimensión, todo lo que eventualmente existirá en el mundo tiene
todavía un aspecto indiferenciado, íntimamente ligado con la Unicidad pura y simple del
Creador, aún no sometido a las restricciones de tiempo y espacio que caracterizan al
mundo físico. Está dimensión es por así decirlo, el nivel conceptual, puro de la Creación, y
por ello es aquí donde se configura la estructura sefirótica.
Desde esta perspectiva, los cuatro problemas que el Alma planteó apuntan en el fondo a
comprender esa dimensión trascendental, ya que es ahí donde el Creador determina el
carácter esencial del mundo, así como su desarrollo histórico. Como la estructura
sefirótica está dividida en cuatro configuraciones (Partsufim), cada una de las preguntas
del Alma está enfocada hacia la comprensión de cada una de esas configuraciones:
III. La pregunta acerca de “hacía donde Él dirige” a los seres creados apunta a la
configuración de Arij Anpin. Ésta esencialmente consiste en los atributos de amor y
bondad divinos, los cuales constituyen el trasfondo oculto -pero siempre presente- del
sistema divino de justicia. Aunque ostensiblemente el Creador dirige el mundo en base a
la justicia y el principio de la causalidad, Su amor por la Creación determina que, tanto el
carácter de ésta justicia como su propósito, en realidad expresan la bondad que Él desea
manifestarle. Esta cuestión también está relacionada con el concepto de la época
mesiánica.
IV. Finalmente, la pregunta acerca de “cuál es el fin de todo eso” se relaciona con la
configuración de Atik Yomin. Esta es la estructura de dirección que determina el objetivo
final de la Creación, que como Ramjal explicará más adelante no es otro que conducirla a
la perfección universal.
La pregunta acerca de por qué en este mundo el justo sufre y el malvado prospera
también se relaciona con la naturaleza de la configuración Atik Yomin, ya que éste
fenómeno, que en apariencia contradice los dictados de la justicia divina, en el
fondo se origina en el propósito ultimo de toda la Creación. Solamente dentro de un
esquema que tome en cuenta todos los factores que conducen al propósito último
del mundo es posible comprender esta dolorosa evidencia terrenal. Dicho de otro
modo, solamente cuando se comprenda la estructura de Zeir Anpin (justicia) en
base a la de Atik Yomin (propósito último) es posible responder a esta
problemática. Sin embargo, como en este mundo tal comprensión no es posible
(pues Atik Yomin aún no ha llegado a manifestarse), en la Cabalá esa problemática
es referida bajo el nombre de “el principio incognoscible”.
Las configuraciones de Zeir Anpin y Atik Yomin originan dos tipos de dirección divina en el
mundo: la Dirección Cósmica de Justicia y la Dirección Cósmica de Perfección. Como
Ramjal explicará más adelante, ambas operan en forma simultánea, y es con base a la
dialéctica que se establece entre ambas que el Creador dirige el Universo.
El esquema de las cuatro preguntas del Alma y su equivalencia con los principios
cabalísticos es el siguiente: