Zoologico Debate

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 5

Los humanos han mantenido animales salvajes durante miles de años.

Los
primeros esfuerzos por mantener animales salvajes y exóticos para usos no
utilitarios comenzaron hacia el año 2500 a.C., cuando los gobernantes de
Mesopotamia y Egipto mantenían colecciones en corrales cerrados. Los
zoológicos modernos comenzaron a evolucionar durante el siglo XVIII y el Siglo
de las Luces, cuando el interés científico por la zoología, así como el estudio
del comportamiento y la anatomía de los animales, pasó a primer plano.
Entonces un zoológico es un lugar donde se exponen animales cautivos para
que vean los humanos. Mientras que en los primeros zoológicos se
concentraban en exhibir el mayor número de criaturas inusuales a menudo en
condiciones pequeñas y estrechas, en el que el objetivo de la mayoría de los
zoológicos modernos es la conservación y la educación. Pero el debate sobre
el futuro de estos centros se está polarizando cada vez más conforme crece la
conciencia animalista y cambian los sistemas de entretenimiento de nuestra
sociedad.

El principal argumento en contra de los parques zoológicos es que los animales


salvajes necesitan estar en su hábitat natural, en libertad. Las especies que no
son domésticas no desarrollan todas sus capacidades de
adaptación cuando están en cautividad. Por otro lado, un animal puede
estresarse en un entorno de dimensiones reducidas. Si bien es cierto que no se
debe olvidar la naturaleza salvaje de los animales del zoológico, lo cierto es
que muchas especies aumentan su esperanza de vida en cautividad.

Otro motivo para no estar del todo de acuerdo con estos centros de animales
es que la legislación vigente no es del todo clara a la hora de establecer las
medidas de seguridad y protección para los animales. No obstante, esto puede
cambiar adaptando la normativa sobre este tipo de recintos para garantizar el
bienestar pleno de todos los animales.

Por otra parte, está claro que existen lugares en los que las condiciones de
higiene y conservación no son las adecuadas. Sin embargo, esto no
significa que todos los centros de conservación de la fauna sean así. Como ya
hemos visto, existen lugares en los que se respeta a los animales y se procura
que estén lo mejor atendidos posible.

 Desde el punto de vista de los derechos de los animales, los humanos


no tienen derecho a criar, capturar y confinar a otros animales-incluso si esas
especies están en peligro de extinción. Pertenecer a una especie en peligro de
extinción no significa que los animales individuales deban tener menos
derechos.
 Los animales en cautividad sufren de aburrimiento, estrés y
confinamiento. Ningún corral -por muy humano que sea puede compararse con
la libertad de la naturaleza.
 Las crías de animales atraen visitantes y dinero, pero este incentivo para
criar nuevas crías conduce a la superpoblación. Los animales sobrantes se
venden no sólo a otros zoológicos, sino también a circos e instalaciones de
caza. Algunos zoológicos simplemente matan a sus animales sobrantes.
 La gran mayoría de los programas de cría en cautividad no liberan a los
animales en la naturaleza. Las crías forman parte para siempre de la cadena
de zoológicos, circos, zoológicos de mascotas y el comercio de mascotas
exóticas que compra, vende, intercambia y, en general, explota a los animales.
 Retirar ejemplares individuales de la naturaleza pone aún más en peligro
a la población salvaje porque los individuos restantes serán menos diversos
genéticamente y pueden tener más dificultades para encontrar pareja.
 Si la gente quiere ver animales salvajes en la vida real, puede observar
la vida salvaje en la naturaleza o visitar un santuario. (Un verdadero santuario
no compra, vende ni cría animales, sino que acoge a mascotas exóticas no
deseadas, animales excedentes de los zoológicos o animales salvajes heridos
que ya no pueden sobrevivir en la naturaleza).
 La Ley Federal de Bienestar Animal sólo establece las normas más
mínimas sobre el tamaño de las jaulas, el refugio, la atención sanitaria, la
ventilación, la comida y el agua. Por ejemplo, los recintos deben proporcionar
«espacio suficiente para que cada animal pueda realizar los ajustes posturales
y sociales normales con una libertad de movimiento adecuada. Un espacio
inadecuado puede ser indicado por la evidencia de desnutrición, mal estado,
debilidad, estrés o patrones de comportamiento anormales.
 Los animales a veces se escapan de sus recintos, poniéndose en peligro
a sí mismos y a las personas. Asimismo, la gente ignora las advertencias o se
acerca accidentalmente a los animales, lo que provoca resultados horribles.
Por ejemplo, Harambe, un gorila de llanura occidental de 17 años, recibió un
disparo en 2016 cuando un niño pequeño cayó accidentalmente en su recinto
en el zoo de Cincinnati. Mientras que el niño sobrevivió y no resultó
gravemente herido, el gorila murió en el acto.
 Los zoológicos de mascotas se han relacionado con numerosos
incidentes de enfermedades, como la infección por E. coli, la criptosporidiosis,
la salmonelosis y la dermatomicosis (tiña).

Origen rancio y colonial

Los zoológicos son instalaciones derivadas de la ostentación y el


colonialismo. Históricamente nacieron como aparato para justificar la
magnificencia de sus promotores. Colecciones de fieras, animales exóticos o
de contrabando que mostraban el pedigrí de reyes, conquistadores o de la
burguesía Victoriana del XVIII.

El concepto nació pernicioso y se instauró en la mayoría de las capitales


europeas y americanas como una mascotización de animales salvajes,
enquistándose en muchas de ellas bajo el aval de una situación privilegiada en
las ciudades y una arquitectura noble y de prestigio y que ahora trabaja como
argumento tradicionalista sin sentido.

Animo de lucro y educación

La mayoría de los zoológicos son instituciones privadas con ánimo de lucro.


Para sobrevivir tienen que enfocarse como un negocio, no como un hospital o
centro educativo o de reinserción. Ante la duda, primará la taquilla sobre los
derechos de mejora animal. Si la gestión es mala los primeros perjudicados
serán los animales.

Por otra parte, los visitantes son los peores conservacionistas. Es imposible un
comportamiento racional en una masa de público constante. La falta de
educación en los ciudadanos es lo que más perjudica a los animales en
cautividad. La ausencia de respeto, la alimentación descontrolada, los ruidos, el
acoso,... generan constantes situaciones de estrés que son absolutamente
prescindibles.

Cautividad

Es imposible que un animal salvaje en cautividad, por muy cuidado que esté,
compita en vida plena con su hábitat natural, aunque exista un mecanismo de
adaptación. Todos los zoos reproducen hábitats naturales en condiciones
reducidas. Por lo tanto, aquellos ejemplares que no estén en un programa de
recuperación o su especie no permitan la domesticación no deberían exhibirse
en ningún contexto ni con ninguna excusa pedagógica. Hoy en día existen otro
tipo de instalaciones más adecuadas y naturales para favorecer la reinserción
de especies con problemas o los suficientes mecanismos tecnológicos para
estudiarlas en su hábitat natural.

En la mayoría de los zoológicos, bajo la excusa de la conservación y


reinserción animal, se exhiben ejemplares de todo tipo para completar una
visita realmente apetecible al gran público. Nadie iría a un zoo con solo
animales enfermos o que necesiten rehabilitación o tranquilidad 20 horas al día.
El argumento conservacionista es, en la mayoría de los casos, la excusa para
poder hacer una buena taquilla.

Espectáculo

Muchas instalaciones no han superado ni superarán nunca su condición


circense. Alimentando el espectáculo por encima del valor pedagógico. Hay
zoos argentinos donde los leones se amaestran para que los visitantes se
hagan selfies o incluso se puedan acariciar con ellos.

También hay zoos chinos donde a los felinos se les arrojan animales vivos
(burro) para favorecer el espectáculo carnívoso (y pornográfico). Una ventaja
competitiva que le reporta pingues beneficios.

CONCLUSION:
Al argumentar a favor o en contra de los zoológicos, ambas partes sostienen
que están salvando a los animales. Independientemente de que los zoos
beneficien o no a la comunidad animal, lo cierto es que generan dinero.
Mientras haya demanda de ellos, los zoos seguirán existiendo. Dado que los
zoos son probablemente una fatalidad, la mejor manera de avanzar es
garantizar que las condiciones de los zoos sean las mejores posibles para los
animales que viven en cautividad y que los individuos que violen las sanciones
de seguridad y salud en el cuidado de los animales no sólo sean debidamente
castigados, sino que se les niegue cualquier acceso futuro a los animales.

También podría gustarte