Carrillo
Carrillo
Carrillo
de las Repúblicas
Americanas
EL PANAMERICANISMO
Y LA POLÍTICA EXTERIOR MEXICANA,
1889-1942
EL COLEGIO
M DE MÉXICO SECRETARÍA DE RELACIONES EXTERIORES
MÉXICO
SECRETARÍA DE RELACIONES EXTERIORES EL COLEGIO DE MÉXICO
468 pp.
Introducción................................................................................................................... 13
PRIMERA PARTE
37
SEGUNDA PARTE
México en las Conferencias Panamericanas
DE LA DÉCADA DE 1920
95
INTERAMERICANO............................................................................................................................
139
Escala en Río. Construir un orden jurídico interamericano........................................ 141
Mexicanizar el panamericanismo
El hermano definidor: entre el antiimperialismo y el “antimexicanismo”
162
conservador......................................................................................................
La Conferencia cubana........................................................................................... 1^0
TERCERA PARTE
Descubrir las Américas.
La definición de una política hemisférica mexicana
185
285
HEMISFÉRICO.......................................................................................................................................................... 343
“Panamericanizar” el conflicto......................................................................................... 347
La estrategia del ruido........................................................................................................ 354
Abrir la negociación............................................................................................................. 366
Lima: los límites de la solidaridad interamericana........................................................ 376
De Panamá a Río de Janeiro: el epílogo cardenista en el sistema interamericano .. 388
El México revolucionario,
la Unión Panamericana y la Gran Guerra
El multilateralismo frustrado
9:5 El encargado de negocios del gobierno de Huerta, Ángel Algara Romero, estuvo pre
sente en un par de sesiones del Consejo Directivo, pero oficialmente el único representante
reconocido fue Calero. Cfr. Boletín de la Unión Panamericana, enero de 1915 y Minutes of the
Goveming Board, 1914-1915, vol. 7, ABCO.
Panamericanismo en busca de continente 75
96 Wilson deseaba que se convocaran elecciones, pero Huerta instauró un gobierno mi
litar, que se fue radicalizando. La negativa del reconocimiento estadounidense orilló a
Huerta a buscar apoyo en Europa y a la larga fue un factor importante para su caída. Felipe
Ávila y Pedro Salmerón, Historia Breve de la Revolución Mexicana, México, INEHRM/Siglo XXI,
2015, pp.120-130.
97 Carlos Marichal, Historia de la Deuda Externa de América Latina, México, Alianza, 1988,
pp. 211-212; Mark T. Gilderhus, Pan American Visions: Woodrow Wilson in the Western Hemis-
phere, 1913-1921, Universidad de Atizona, 1986, pp. 1-12.
98 Si bien los resultados concretos merecen un análisis detallado, la cuestión educativa
dotó de una visibilidad a la UP de la que carecían sus predecesoras. En la coyuntura de la
guerra, universidades como Harvard, Columbia y Yale consolidaron cátedras sobre historia
de América Latina. Véase Minutes ofthe Goveming Board, 1914-1915, vol. 7, ABCO y Boletín de
la Unión Panamericana, vol. 36, pp. 581-585, 785-766 y vol. 37, p. 797.
76 México en la Unión de las Repúblicas Americanas
como la oportunidad idónea para materializar una nueva etapa del multi-
lateralismo intercontinental.
Contener el "problema mexicano" se volvió una necesidad estratégica
para la estabilidad del hemisferio. Así lo entendió Estados Unidos, pero
también las potencias de América del Sur: Argentina, Brasil y Chile (ABC).
A sugerencia del director de la UPjohn Barrett, que se desempeñaba en el
cargo desde 1907, el ABC buscó mediar en el llamado "problema mexica
no", tras la ocupación del puerto de Veracruz por tropas norteamericanas
en abril de 1914. La incursión naval, que pretendía presionar a Huerta
para que convocara elecciones y evitar que recibiera ayuda militar de Ale
mania, enfrentó la resistencia de la población local, fue repudiada unáni
memente por los revolucionarios y recibió fuertes críticas en Latinoaméri
ca y al interior de Estados Unidos.99 Wilson apoyó el involucramiento del
bloque sudamericano, como una vía para aliviar las tensiones y explorar
una salida multilateral, no solo al conflicto entre los dos países, sino a la
guerra mexicana misma.
El intento por conciliar a las facciones revolucionarias en pugna, a tra
vés de la Conferencia de Niágara Falls de 1914, no tuvo éxito. Carranza,
jefe del Ejército Constitucionalista, terminó por declinar la invitación.100
Los constitucionalistas vislumbraron que la mediación solo aplazaría la
inminente denota de Huerta, que se consumó, de hecho, en junio con la
toma de Zacatecas por la imponente División del Norte de Francisco Villa.
Pese a todo, la fallida mediación sentó un precedente sobre las posibi
lidades de cooperación multilateral gestionada a través de la UP, e hizo
manifiesto el interés de las potencias sudamericanas por incrementar su
influencia política más allá del norte de Panamá y fortalecer su relación
con Washington. Unos meses después de la frustrada reunión de Niágara,
Argentina y Chile lograron que sus representaciones en Estados Unidos,
y las de ese país en sus respectivas capitales, fueran elevadas al rango de
embajada, tal como hicieron México y Brasil lustros antes.101
102 La comisión especial se conformó por Argentina, Brasil, Chile, Estados Unidos,
Perú, Honduras, Ecuador, Uruguay y Cuba. Los resultados de sus trabajos fueron presen
tados en las sesiones ordinarias de la Unión Panamericana, en donde se involucraron en las
discusiones otras naciones como Guatemala, Bolivia y Panamá. "Actas del 8 de diciembre
de 1914 y del 7 de abril de 1915", en Minutes ofGoveming, Board, 1914-1915, vol. 7, ABCO.
103 La correspondencia con el carrancismo se puede consultar en Robert Lansing, Libro
rojo. Labor internacional de la Revolución Constitucionalista de México, Comisión Nacional para
la Celebración del Sesquicentenario de la Proclamación de la Independencia Nacional y del
Cincuentenario de la Revolución Mexicana, México, 1960, pp. 66-76.
78 México en la Unión de las Repúblicas Americanas
108 En las sesiones prácticamente todos los representantes latinos se manifestaron a fa
vor de la Conferencia. "Actas del 8 de diciembre de 1914 y del 7 de abril de 1915", en Minu
tes of the Goveming Board, 1914-1915, vol. 7, ABCO.
109 Desde sus inicios, la Doctrina Monroe quedó a merced de la interpretación que de
ella hicieron los diferentes gobiernos estadounidenses, por lo que no se puede hablar de
"una línea definida de conducta". T. H. Reynolds , "México y los Estados Unidos. 1821-
1951", en Historia Mexicana, México, Colmex, vol. 2, núm. 3 (7), enero-marzo, pp. 412-420;
Diana Corzo, op. cit., pp. 17-29.
80 México en la Unión de las Repúblicas Americanas
110 MarkT. Gilderhus, "Revolution, War, and Expansión../', cit., p. 170. Es complicado
trazar una definición exacta del movimiento progresista o del "progresivismo" como tal,
aunque hay puntos de encuentro fundamentales, como el rechazo a las prácticas monopóli-
cas de las grandes empresas y a la influencia de estas en la esfera gubernamental. Asimismo,
pugnaban por mayores condiciones de equidad social. Wilson fue respaldado por grupos
que seguían estos ideales, pero en su momento también T. Roosevelt se autodenominó pro
gresista. En política exterior había una coincidencia esencial: el repudio a que EE. UU. tu
viera actitudes "imperialistas", adversas a su tradición republicana. Para una visión general
sobre la era progresista véase Erika Pañi, Historia Mínima de Estados Unidos, Colmex, 2016,
pp. 169-189.
111 Fue un organismo panamericano autónomo a la UP. Nominalmente estaba integrado
por representantes de los ministerios de hacienda del continente, pero en realidad era diri
gido por un pequeño comité encabezado por el secretario del Tesoro norteamericano. Mc-
guire, The work", pp. 120-123; "Segunda Conferencia Panamericana", Boletín de la Unión
Panamericana, vol. 50, pp. 249-250.
112 "Acta del Consejo Directivo del 5 de mayo de 1915", en Minutes ofGoverning Board,
vol. 7, ABCO. Sobre el programa y detalles del evento véase Proceedings ofthe Fist Pan Ameri
can Financial Conference, Washington, Goverment Printing Office, 1915, pp. 74-75.
Panamericanismo en busca de continente 81
113 ibb, FQ, Leg. 31, II Congreso Científico Panamericano Washington 1915-1916.
114 Entre las razones expuestas están el temor de Chile de que se reabrieran sus disputas
territoriales con Perú y Bolivia, así como la postura anti-panamericanista de Argentina.
Gilderhus no menciona siquiera el discurso de Lansing. Mark T. Gilderhus, "Revolution,
War, and Expansión../', cit., pp. 175-176 y Pan American Visions..., cit., pp. 68-70.
115 Robert Lansing y Washington Pan-American Scientifie Congress, Pan-americanism,
Washington, Government Printing Office, 1915, p. 6.
82 México en la Unión de las Repúblicas Americanas
116 Con su intervención en el Congreso Científico, Lansing clarificó varias de las ideas
expresadas semanas antes por el presidente Wilson en su mensaje anual al Congreso: la
imposibilidad de que la Doctrina Monroe pudiera ser "panamericanizada", en tanto era
una política nacional de EE. UU. Lansing había escrito en 1914 un texto en el que hablaba de
la necesidad de acabar con las intervenciones unilaterales, sin embargo, esto no se manifes
tó en la práctica. "W. Wilson, Adresss to the Congress", en FRUS, 1915, pp. IX-XXIV.
117 Mark T. Gilderhus, Pan American Visions..., cit., p. 70.
118 Era una tendencia que venía desde el I Congreso Científico Panamericana, celebrado
en 1908. Isaza Óscar Calvo, op. cit., pp. 86-113; "Acta del 4 de marzo de 1908", en Minutes of
the Goveming Board, November 1, 1906-December 2, 1908, vol. 4, ABCO.
Panamericanismo en busca de continente 83
119 Sobre el empleo del concepto y su significado. "The Latín American Opportunity",
Archivo John Barrett Papers (en adelante JBP); Caja 105; John Barrett, "Practical Pan-Ameri-
canism", en The North American Review, vol. 202, núm. 718, pp. 413-423; Ricardo Salvatore,
"Panamericanismo práctico. Acerca de la mecánica de la penetración comercial norteameri
cana", en Ricardo Salvatore (ed.), Culturas imperiales. Experiencia y representación en América,
Asia y África, Rosario, Beatriz Viterbo, 2005.
120 En el diseño del programa de la Conferencia Financiera colaboró la Alta Comisión
Internacional, que cumplió las funciones de dotar de legitimidad al evento, como un esfuer
zo multilateral. Sin embargo, ésta era dirigida, como dijimos, por el Departamento del Te
soro norteamericano. En la Conferencia Comercial participó una comisión de la UP en el
diseño del programa, pero el evento fue "sugerido" e impulsado por el Departamento de
Estado.
84 México en la Unión de las Repúblicas Americanas
121 Así lo declaró desde 1914 la Cancillería carrancista y lo reiteró a lo largo de los años,
junto a llamados a la paz y la coordinación entre neutrales. La simpatía de Carranza hacia
Alemania es un tema recurrente en la historiografía, aunque formalmente nunca se pronun
ció en favor de algún bando. Robert Lansing, Libro rojo..., cit., pp. 333-375.
Panamericanismo en busca de continente 85
ro a México procedían del vecino del norte; para 1917 la cifra era de casi
90%.122 La creciente dependencia hacia Estados Unidos y el caos europeo
permiten entender la necesidad del constitucionalismo por explotar alter
nativas políticas, que contribuyeran a que México pudiera consolidar un
gobierno estable, capaz de resistir las presiones desde el norte.
Para Carranza, como jefe del Ejército Constitucionalista (1914-1917) y
después como presidente de la República (1917-1920), fue evidente la im
portancia estratégica de las relaciones interamericanas. Con artífices como
Isidro Fabela, Luis Cabrera y Cándido Aguilar, el Carrancismo ejecutó
medidas para fortalecer la presencia hemisférica de México, con especial
énfasis en Sudamérica. Yankelevich y Palacios, entre otros autores, han
analizado a detalle este giro en la interacción con los países del sur, que
redimensionó los acercamientos iniciados durante el Porfiriato.123 Destacó
la puesta en marcha de campañas de propaganda para disipar la imagen
negativa que se tenía de la Revolución, paralelas a las que se realizaron en
Estados Unidos con ese mismo propósito.124 Esta línea de acción fue com
plementada con la apertura de legaciones en buena parte del continente y
la inclusión en ellas de intelectuales, a través de los cuales se buscó recons
truir el prestigio internacional de México y proyectar el retrato de un país
que se aferraba a la paz.
El interés de Carranza porque el país se volviera en un actor protago
nice a nivel continental, se manifestó de manera más visible en Centroa-
mérica. El Tratado Bryan-Chamorro, firmado en 1914 entre Nicaragua y
EE. UU., reavivó las tensiones en la región. Establecía que los estadouni
denses podrían construir un segundo canal interoceánico que atravesara
el país centroamericano. Costa Rica y El Salvador repudiaron el Tratado y
llevaron el caso ante la Corte de Justicia Centroamericana en 1916. La di
plomacia carrancista siguió muy de cerca el proceso y buscó, en la medida
de lo posible, respaldar a las dos naciones demandantes, con el fin de con-
122 Sandra Kuntz, "El impacto de la Primera Guerra Mundial sobre el comercio exterior
de México", en Iberoamericana, XIV, núm. 53, 2014, p. 130; Paolo Riguzzi y Patricia de los
Ríos, op. cit., p. 174.
123 Pablo Yankelevich, Miradas australes..., cit. y La Revolución Mexicana en América Lati
na: intereses políticos e itinerarios intelectuales, México, 2003; Guillermo Palacios y Ana Cova-
rrubias, op. cit.
124 Sobre la propaganda carrancista en EE. UU. véase Michael M. Smith, "Carrancista
Propaganda and the Print Media in the United States: An OverView of Institutions", en The
Americas, vol. 52, octubre de 1995 y "The Mexican Secret Service in the United States, 1910-
1920", en The Americas, vol. 59, 2002.
86 México en la Unión de las Repúblicas Americanas
125 Sobre el tema véase José Antonio Serrano, "México y la fallida unificación de Cen-
troamérica, 1916-1922', en Historia Mexicana, El Colegio de México, vol. 45, núm. 4 (279),
abril-junio, 1996, pp. 843-866.
126 Felipe Ávila, y Pedro Salmerón, op. cit., p. 269.
127 Robert Lansing, Libro rojo..., cit., pp. 230-231.
Panamericanismo en busca de continente 87
130 ei episodio más famoso fue el llamado telegrama Zimmermann, por medio del cual
Alemania proponía a México sumarse a su causa y recibir como compensación los territo
rios que le fueron arrebatos por EE. UU. Javier Garciadiego, "La Revolución mexicana y la
Primera Guerra Mundial , en El mundo hispanoamericano y la primera guerra mundial, México,
Colmex, 2017, pp. 37-68 (Jomadas 173).
131 Felipe Ávila, y Pedro Salmerón, op. cit„ pp. 273-274 y Luis Barrón, Carranza. El último
reformista porfiriano, México, Tusquets, 2009, pp. 205-211.
Panamericanismo en busca de continente 89
del comercio entre México y Estados Unidos, 1857-1938, México, El Colegio Mexiquense/Insti
tuto Mora, 2003, pp. 216-218 y Pablo Yankelevich, "México-Argentina. Itinerario de una
relación. 1910-1930", en Tzint-zun, núm. 45, enero-junio de 2007, pp. 87-97.
135 FRUS, 1917, pp. 44,241-243 y 265-266. Robert Lansing, Libro rojo..., cit., pp. 372-391.
Panamericanismo en busca de continente 91
136 Ana María Sema, "Periodistas mexicanos: ¿voceros de la nueva Doctrina Monroe? ,
en Mexican Studies/Estudios Mexicanos, vol. 26, núm. 2, verano de 2010, p. 222.
92 México en la Unión de las Repúblicas Americanas
con las reglas vigentes. A través del embajador Ignacio Bonillas, frustrado
candidato para sucederlo en la silla presidencial, Carranza negoció en tér
minos ventajosos el pago de las cuotas que se debían desde 1912.137
México regresó, además, con una agenda bajo el brazo. Frente al futuro
del horizonte mundial que esbozó Wilson, se formuló la llamada Doctrina
Carranza, que definió las directrices para los pasos mexicanos en el esce
nario internacional. Fue enunciada, como tal, en septiembre de 1918, pero
ya había sido perfilada en distintos momentos, como en un discurso del
jefe constitucionalista a finales de 1915 en Matamoros, Tamaulipas, preci
samente cuando en Washington se celebraban los Congresos Científicos,
y en el episodio de El Carrizal. Comprende tres principios: 1) La igualdad
de todas las naciones en derecho; 2) la igualdad de nacionales y extranje
ros ante "la soberanía del Estado en que se encuentran", y 3) La no inter
vención de una nación en los asuntos intemos de otra.138 No se trató de
una propuesta genuina. Los principios fueron expuestos con anterioridad
a la Revolución en distintos contextos por la propia diplomacia mexicana;
de hecho, la igualdad y la no intervención remitían a los planteamientos
que formuló el gobierno de Benito Juárez durante la Intervención France
sa.139 Más allá de su recurrencia en la historia doméstica, lo más relevante
es que eran tópicos de un imaginario jurídico que se compartía con los
países latinoamericanos, tal como se evidenció, como he señalado, en las
dos primeras Conferencias Panamericanas.
La maquinaria diplomática mexicana promovió ampliamente la Doc
trina Carranza en América Latina. La orientación fue resultado de las
coincidencias en sus conceptos y del distanciamiento que prevalecía con
137 De los 45 mil dólares que se debían desde 1912, México pagó apenas 10 mil, en 1918.
Una de las primeras actividades de México fue participar en la organización de la II Confe
rencia Comercial Panamericana, que reunió a 1 200 hombres de negocios. En el evento, un
legislador norteamericano atacó en su discurso a México, señalando que era un "obstáculo"
para la economía continental, lo que provocó una airada protesta del gobierno de Carranza.
"Acta del 8 de mayo" y "Nota de protesta de México", en Minutes of the Governing Board,
1918, abco, 2 de junio de 1919, ff. 194-195.
138 Doctrina Carranza. De Isidro Fabela a Manuel J. Sierra, jefe del Departamento Polí
tico de la Secretaría de Relaciones Exteriores México, 9 de abril de 1935, Citado por Luis R.
González en https://www.yumpu.com/es/document/read/34014779/la-doctrina-ca-
rranza-mexico-diplomatico Aunque generalmente se atribuye un cuarto principio: "Las le
gislaciones de los estados deben ser uniformes y semejantes en lo posible, sin establecer
distinciones por causa de nacionalidad, excepto en lo referente al ejercicio de la soberanía",
como tal queda comprendido en el primero de los principios.
139 Guillermo Palacios y Ana Covarrubias, op. cit., p. 179.
Panamericanismo en busca de continente 93