Articulo Sobre Daños II
Articulo Sobre Daños II
Articulo Sobre Daños II
1. Introducción.
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Convención Americana, de los Derechos Humanos.
Los baremos, y los daños a la salud; El daño psicopatológico. El
régimen legal, del asistente terapéutico. En la tercera parte, veremos fórmulas
de cálculo de reparación, y de incapacidad. La inconstitucionalidad, de la
formula Balthazar.
Estimo conducente, para empezar, esta segunda parte del artículo, lo que, he
expresado en mi Tratado2, sobre las distintas formas de medir la incapacidad, sea
laboral, o vital, tanto en el derecho civil (Art. 1746 CCC), procesal, local, o en el
sistema interamericano, debiendo destacar que, todos los procesos reparadores, por
daños, y perjuicios, tienen dos momentos, bien diferenciados, en el primero, se
evalúa la responsabilidad, y una vez admitida esta, se ingresa, al momento, de la
cuantificación de los daños, y a este último tema, nos abocaremos, siendo el
principio guía en el tema, el de reparación integral (Art. 19 C. N., art 63 C A D H).
5
2
Tratado sobre la Convención Americana, de los DD HH. Ed. Gamarra.
Entrando a la reparación, por las lesiones, a la vida laboral, o la incapacidad
vital, las múltiples opciones en relación, a las fórmulas matemáticas, del art. 1746
del CCC, creadas por doctrina, y jurisprudencia, sobresale, – a mi modo de ver - la
fórmula diseñada, por el Dr. Hugo Acciarri, quien ha propuesto un método de
cuantificación superador, de los preexistentes, y además ha creado una sencilla
herramienta de cálculo, (en planillas de Excel) que permite verificar, controlar y
eventualmente impugnar, la decisión adoptada, véase, en tal sentido, Acciarri, Hugo,
A. "Fórmulas, y herramientas, para cuantificar indemnizaciones por incapacidad, en
el nuevo Código", publicado, en: La Ley, 15/07/2015;
3
RECURSO DE HECHO, AROSTEGUI, Pablo Martín, c/ Omega Aseguradora de
7
Por calcular ellas, el valor presente, de una renta constante, no pueden captar
directamente ninguna variación, de la suma correspondiente a la capacidad, sea
laboral, o vital, ni aún, en el intento más acabado, en cuanto a precisión, y
generalidad, que llevó a la fórmula Méndez; si una persona joven resulta
damnificada, cristalizar su ingreso, como expresión de capacidad, sub valoraría su
productividad y por ende, el monto indemnizatorio a su favor, cuando, por el
contrario, es más razonable predecir que el valor de la capacidad aumente, a que se
mantenga constante (Acciarri Hugo, “Sobre el cómputo de rentas variables para
cuantificar indemnizaciones por incapacidad”, en SJA 11/10/2017,106, cita on line
AP/DOC/972/2017, puntos III.2 y V), teniendo en cuenta que para los trabajadores
jóvenes, hasta los 48 años, lo normal, es el incremento de sus haberes, durante su
vida laboral, mientras que para los trabajadores cercanos, a la jubilación,
probablemente sus ingresos, se hayan estancado, por lo tanto, esas variables, deben
estimarse, en subsidio, de la formula Aciarri, uso la formula Méndez, por ser la que
mejor comulga, con el sistema interamericano, y la reparación integral (Art. 63 C A
8
D H).
La capacidad, resalta, es una potencialidad, y existe actualmente, en cuanto
poder de actuación, para realizar tareas futuras, que, tienen un valor en la sociedad, y
por eso, son remuneradas, cuando se prestan, a terceros, o demanda un costo
requerirlas, “… y en el caso, de personas jóvenes, parece más probable que se
verifique, algún incremento, del valor de la capacidad, a que eso no ocurra… según
el curso normal y ordinario de las cosas, es más razonable pensar que la
remuneración del joven damnificado subiría con el curso de los años, que asumir
que se mantendría hasta el fin de sus días invariable”, por lo tanto, es viable, hasta
cierta edad, computar un ingreso mínimo doble, o triple, según sea el caso,
generalmente el S M V M, u otro método razonable, pero no se puede perforar ese
piso.
4
MEDINA CRESPO, Mariano, “El resarcimiento del lucro cesante, causado por la
muerte”, en Asociación española de abogados especializados en responsabilidad civil y
seguro. Recuperado de <https://bit.ly/2X6EnDD>.
9
Se aprecia que, a diferencia, de lo que ocurre, con el daño emergente, donde
el valor económico, o financiero, salió, o saldrá del activo, o del patrimonio,
mientras en el lucro cesante, el valor económico, a devengar, no entró, o no entrará,
en el activo, o el patrimonio del perjudicado.
5
El artículo 1737 CCC, brinda el siguiente concepto de daño: “Hay daño cuando se
lesiona, un derecho, o un interés no reprobado, por el ordenamiento jurídico, que tenga por objeto la
persona, el patrimonio, o un derecho de incidencia colectiva”. La definición acoge la tendencia
doctrinal, y jurisprudencial mayoritaria que, entiende que el daño, puede recaer sobre derechos, o
intereses no reprobados, por el ordenamiento jurídico. De esta manera, tiene cabida legal la
protección de aquellos intereses merecedores, de tutela que no tienen el estatus de derechos.
El artículo 1738 CCC, enumera los aspectos, o rubros, en modo enunciativo, que, incluye
la indemnización:
La indemnización comprende la pérdida, o disminución del patrimonio, de la víctima, el
lucro cesante, en el beneficio económico esperado, de acuerdo a la probabilidad objetiva de su
obtención, y la pérdida de chances. Incluye especialmente las consecuencias de la violación de los
11
6
Parte médico extendido, por el facultativo competente, en el que se manifiesta la
13
“...el valor de la vida humana, no resulta apreciable, tan sólo, sobre la base
de criterios exclusivamente materiales, ya que, no se trata, en el régimen de la
reparación integral, del derecho común, de medir, en términos monetarios, la
exclusiva capacidad económica de las víctimas, lo que, vendría a instaurar, una
suerte de justicia compensatoria, de las indemnizaciones, según el capital de
aquéllas, o según su capacidad de producir bienes económicos con el trabajo”.
Hay que tener presente, las siguientes materias, cuando se trata de lesiones:
7
"VILAR, Jonathan Marcelo Miguel, contra SESA INTERNACIONAL S.A., y otros. Accidente de
15
trabajo-acción especial".
En principio, no habrá víctimas colaterales, en lesiones, esto es, no habrá
victimas indirectas, en lesiones, porque quien va a recibir la reparación, es la misma
víctima, y con lo que el reciba, va a poder darle beneficio, a todos los demás. Sin
embargo, hay unos cuantos fallos, donde el lucro cesante, incluye la suma destinada
a pagar los apoyos, o curadores, incluidos los asistentes terapéuticos.
iii) daño emergente futuro, los gastos que corresponderá afrontar, luego de
dictada, la sentencia firme, a consecuencia de la incapacidad permanente, sea total, o
parcial; y iv) lucro cesante futuro, las ganancias, o ingresos que, se dejarán de
percibir, luego de finalizar el proceso, mediante sentencia firme, como
consecuencia, de la incapacidad permanente, sea parcial, o total, para realizar
actividades lucrativas, o vitales.
8
TRIGO REPRESAS, Félix, y Marcelo LÓPEZ MESA, Tratado de responsabilidad civil,
t. I, Buenos Aires: La Ley, 2004, p. 451. En el mismo sentido, DE TRAZEGNIES GRANDA opina:
“Sin embargo, debemos reiterar que esto no significa que, el daño emergente sea presente, mientras
que el lucro cesante, es futuro. La fecha, para considerar el pasado, presente, y futuro en este caso
es la sentencia firme. Desde esta perspectiva, tanto el daño emergente como el lucro cesante pueden
ser pasados, presentes, o futuros. El lucro cesante, es siempre futuro, con respecto al daño. Pero
entre esa fecha, y la sentencia, puede haberse producido, un lucro cesante, que ya será considerado
como pasado, y además cabe la posibilidad de que, las consecuencias del daño, sigan afectando en
17
De modo que, la chance, se encuentra a mitad del camino, entre el daño cierto
(resarcible plenamente), y el perjuicio puramente imaginado, conjetural, o hipotético
(no resarcible)9.
Así, por ejemplo, la muerte de un caballo ganador, del premio San Jerónimo,
del año anterior, por culpa, de un accidente, cuando era llevado, al hipódromo,
tendrá más oportunidad, de ser reconocida, que, la de un caballo, que, nunca gano
una carrera.
18
9
ZAVALA DE GONZÁLEZ, Matilde, “Frustración de chances en la
responsabilidad profesional”, en MORELLO Augusto M., y María M. AGOGLIA (coord.),
2.2. Los baremos, y los daños a la salud; El daño psicopatológico; El
régimen legal, del asistente terapéutico.
- Facilita la comprensión, del informe pericial, para los que no son médicos,
como jueces, o abogados. Transformar, la compleja red de secuelas físicas, o
psíquicas, que, un paciente puede presentar, sus consecuencias, interacciones, y
evoluciones futuras, en una cifra, o en varias combinadas, situadas dentro de una
escala concreta (siendo la más frecuente, de 0, a 100), permite al lector obtener de
inmediato, y con suma facilidad, una fotografía resumen, bastante cercana, a la
realidad, sobre la situación del paciente, y sus posibles consecuencias, del verdadero
quantum que, el experto pretende analizar, y expresar en su informe.
“Es que el daño biológico, parte de la base de una integridad corporal que, no
quede intacta, y se proyecta, sobre las esferas no laborales cuando, a consecuencia
de un accidente, la víctima, ha sido afectada, en tal integridad vital. Pues, bajo una
concepción personal del daño, el hecho ilícito que, determina una lesión a la persona
afecta el equilibrio psicofísico, por lo que causa, un daño al bien de la salud, o daño
biológico que, puede ser autónomamente considerado.
20
Cualesquiera, fueran las consecuencias patrimoniales (lucro cesante, y daño
emergente), o no patrimoniales, (sufrimientos) de la lesión”.
10
C N Civ., Sala F, 26-11-99, “García, José c/Micrómnibus Norte S A Monsa y otro”.
22
2CNCiv, Sala B, 11/2/93, “García, Gustavo A., y otro c/Dos Santos Goncalves, María A.
s/sumario”, ED, 152- 491.
Esta concepción, es errónea, pues como vimos, la incapacidad vital
(concepto estático), debe ser resarcida, más allá de la incapacidad laboral, pues
son dos nociones diferentes, además el daño a la salud integral (concepto
dinámico), comprende las prótesis, los Holter11, etc., los gastos de tratamiento
diagnóstico, o terapéutico, (Son siempre obligaciones de valor), los apoyos, las
enfermeras, etc. ya que, hay dolencias, con nexo causal, con el evento dañoso, que,
se van manifestando, con el tiempo, de modo tal que, el daño a la salud integral, es
un concepto dinámico, mientras, que, el daño a la integridad vital, es un concepto
estático, sin perjuicio, de que, por su existencia, repercuta en otros rubros, como el
daño moral, o daño al proyecto de vida, además la salud integral, no es sinónimo
de ausencia de enfermedades12.
11
Es una máquina que, registra los ritmos cardíacos. en forma continua. Se lleva puesto de
24, a 48 horas durante la actividad normal.
12
Se conoce, como salud integral, al estado de bienestar ideal, el cual se logra
únicamente cuando existe un correcto balance entre los factores físicos, emocionales, espirituales,
biológicos y sociales. Es de esa forma que las personas, logran crecer en todos los ámbitos de la
23
vida y, por lo tanto, se siente sano, tanto física, como mentalmente, además de que tendrá plena
felicidad.
c) En el ámbito del hogar, sería de gran ayuda, su presencia, ya que se debe
trabajar sobre la conducta de un hijo, o un familiar, y su aspecto cognitivo.
ámbito.
Cuando las dificultades, son netamente conductuales, es vital contar con un
método, que pueda aplicar, en las situaciones cotidianas que, a menudo nos dejan
confusos, y desorientados; es por ello que, acudo a los estrados judiciales para
reclamar por el derecho a la salud, por ejemplo, de un hijo. La obra social no puede
negarse a otorgar lo que el hijo por su patología, y discapacidad requiere de forma
continua, y no por excepción, como pretende hacerlo, pero tampoco puede
alegremente indicar que, existen otros acompañantes, cuando la salud física y
psíquica del hijo está en juego, cuando se producen cambios bruscos, tal cual lo
explicado, y puede ser necesario tratarlo, en forma ambulatoria, en su casa. Es
indispensable que, continúe con el mismo prestador, y no seguir generando, cambios
que van a perjudicial, la calidad de vida, y la salud del hijo.
Además, argumentó que, “la figura de cuidador domiciliario creada por la ley
26.844 (art 2°), destinada a la asistencia personal, acompañamiento, y cuidado no
terapéutico de personas enfermas, o con discapacidad no se encontraba a cargo, de
las obras sociales, en tanto no había ninguna norma, que así lo dispusiera”.
Y, por último, que la madre de los pequeños, “no había demostrado no contar
con los medios económicos suficientes, por lo cual tampoco correspondería la
asistencia adicional establecida, en el art 33, de la ley de discapacidad, en tanto para
acceder al beneficio allí contemplado, debía acreditar fehacientemente la situación
económica deficitaria”, lo que fue desechado correctamente, por el fallo en especie.
Para el tema, del daño psicológico, esta seria, en líneas generales una
definición válida, que, si bien, no explica, en forma indubitable, qué es el daño
psicológico, o cuáles son sus notas características, permite comprender en qué
contexto, se lo comprende, y cuál es su alcance.
30
El hecho, de no ofrecer, una definición más explícita, de daño psicológico, o
indicar qué, es un daño psicológico per se, tiene que ver entonces con que es una
categoría autónoma, cuyo alcance legal, se vincula con otra que sí está pautada por
el Código Civil y Comercial: nos referimos, claro está, a la categoría de daño
patrimonial.
En la práctica, suele parecer que, las cuestiones del daño moral, y psicológico
se entrecruzan.
31
La recomendación general, es considerarlas, por separado, pues si bien el
daño moral, se refiere al aspecto emocional, que puede no ser patológico, el daño
psicológico, se refiere, siempre al aspecto psico patológico, de la mente humana, son
nociones diferentes, pues el primero, es un daño extra patrimonial, mientras el
segundo, es un daño patrimonial autónomo, aunque, puede tener impacto en la
cuantía, de los daños extra patrimoniales, por ello, el daño psicológico, tiene una
doble función.
Para que, una persona, pueda llevar adelante, una demanda, por daño
psicológico, daño al proyecto de vida, y daño moral, y obtener la indemnización
correspondiente, habrá que, demostrar que sufrió, suficientes perjuicios, de índole
patrimonial, o extra patrimonial, que hagan sustentable, el reclamo. Mediante la
prueba testimonial, ya resulta admisible la demanda, por daño psicológico civil, o
laboral, que más adelante, será contemplada, dentro de una evaluación pericial, por
parte de psicólogos, o psiquiatras forenses, aclarando que solo los psiquiatras, son
aptos para determinar una incapacidad psíquica.
En los hechos, ante una demanda, por daño psicológico civil, o laboral se
evalúa el daño, considerando al perjuicio, de índole psicológica, y extrapatrimonial
que la situación, generó en la persona, y las simultaneas limitaciones, y reducciones
patrimoniales que generará, en virtud, del impacto sobre su vida laboral, o vital, y
vincular en su conjunto.
En esto, hay mucho de sentido común, y también –ya que, para que haya
equidad, debe haber evidencias notorias- de posibilidades probatorias.
Con esto, hemos terminado, la segunda parte del artículo, en una tercera
parte, analizaremos los temas faltantes.
© 2023.
34
Podemos afirmar, que, el moderno derecho de daños, es regional, e
internacional, así varios países, de Latinoamérica, y la Unión Europea, tutelan el
derecho, al proyecto de vida, casi en forma uniforme. Se infiere, de estos casos, que,
los ordenamientos jurídicos, protegen genéricamente, los derechos humanos
inviolables, inherentes a su propio ser, y dignidad, o, expresamente, tutelan la
libertad, su libre desarrollo, o el libre desenvolvimiento, de la personalidad.
35
En efecto, los valores, los principios, y las normas, protegen la libertad física,
y ambulatoria (Art. 7º, inc. 1 C A D H), en sí misma, y su actuación, o
manifestación objetiva, cuyo supremo exponente, es el proyecto de vida, en especial,
esta noción surgió, en el derecho italiano, que reconoce otros daños a la persona,
como el daño biológico, el daño a la vida, de relación, y el daño existencial.
categoría independiente, que abarca varias sub- especies: por un lado el daño moral,
identificado con el dolor, y el sufrimiento, y por el otro, las restantes alteraciones del
bienestar psicofísico, las que, tienen su propia estructura, (daño juvenil, daño
biológico, daño estético, daño a la vida de relación), de este modo, y para esta
postura, el daño, a las personas, es un género, con su propia identidad, cuya
naturaleza jurídica, es un daño extrapatrimonial (dentro del cual, se encuentra el
daño al proyecto de vida), distinto del daño moral, tesis que comparto, ya que
en este supuesto, es un daño al derecho a la libertad (Art. 7º, inc. 1 de la C A D
H), del cual derivan consecuencias patrimoniales, (daño consecuencia), pero
ello no quita que sea, un daño extrapatrimonial, porque el derecho a la
libertad, es un derecho, que está fuera, del patrimonio, y apunta a la
integralidad, del derecho de la víctima, donde todos los daños, a los derechos
humanos, deben ser reparados, en forma integral, asimismo, el daño al
proyecto de vida, si bien es de naturaleza individual, se puede dar en el
contexto, de una acción de clases.
13
El daño, al «proyecto de vida», en la jurisprudencia, de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos. Versión online.
14
Corte I J. D. H., Sentencia Loayza Tamayo c/ Perú, del 27 de noviembre, de 1998, Serie
38
C, Nº 42.
pronta, y amplia repercusión, en la jurisprudencia comparada, y movilice a un sector
de la doctrina, que, aún lo desconoce, a ocuparse de esta inédita dimensión, de los
derechos humanos, como ya se viene haciendo, en ciertos países, de Latinoamérica,
incluida la Argentina15.
15
El daño, al proyecto de vida, se manifiesta, como una alteración, al curso de la vida
misma de la persona, de manera tal que, se ve impedida, de poder desplegar, sus potencialidades de
manera espontánea, y con cotidianeidad, y que, repercutirá en su psiquis, y en su faz física, pues su
realización personal, se observa seriamente afectada.
16
Cruzar, interponer algo, en el camino, de otra cosa, o sobre una persona, en una acción, o
un proyecto.
17
En el Código Civil, y Comercial (CCC) argentino, el proyecto de vida, está mencionado,
en distintas normas, del código, señalo tres ocasiones, en las que aparece: Hay dos normas que,
están en el ámbito, de las relaciones de familia: una vinculada al matrimonio, y la otra, en el
39
18
Ver mis libros, TRATADO DE LA CONVENCIÓN AMERICANA, DE LOS DD. HH., de ED.
Gamarra, Perú, en igual sentido, PACTO DE SAN JOSÉ, COMENTADO, CONCORDADO, Ed. THOTH,
Brasil.
19
MESSINA DE ESTRELLA GUTIÉRREZ, G. (1989). Función actual de la responsabilidad
civil. En Trigo Represas, F. A. y Stiglitz, R. S. (Dir.), Derecho de daños. Libro homenaje, a Jorge Mosset
Iturraspe. Bs. As.: La Rocca. (Pág. 37).
20
LÓPEZ MESA, Marcelo; “El nuevo Código Civil, y Comercial, y la responsabilidad
civil (de intenciones, realidades, concreciones, y mitologías)”. Revista Anales, de la Facultad de
Ciencias Jurídicas y Sociales, U N L P. Año 13, Nº 46, 2016, pp. 57-73.
21
Los ex magistrados, de la Corte Interamericana, Dres. Cançado Trindade, y Abreu
Burelli concluyen su voto razonado, en el caso «María Elena Loayza Tamayo vrs Perú», expresando
que «todo el capítulo de las reparaciones, de violaciones de derechos humanos, debe, a nuestro
juicio, ser repensado desde la perspectiva, de la integralidad, de la personalidad de la víctima, y
40
teniendo presente su realización, como ser humano, y la restauración de su dignidad». Por ello,
apuntan, la «respectiva Sentencia de reparaciones en el caso Loayza Tamayo vrs Perú, al reconocer
psico somática, protege el derecho a la integridad, mientras que, el daño al proyecto
de vida, protege el derecho a la libertad, y este daño, puede surgir en principio, de
una muerte arbitraria, de una lesión físico-psíquica arbitraria, o de un daño
arbitrario, al derecho a la salud integral, aunque puede haber otras fuentes del daño,
como la dignidad, el honor, la privacidad, etc....., además toda persona, tiene un
derecho al proyecto de vida, y no solo los famosos, o mediáticos, y respecto a su
cuantificación, la veremos a continuación.
la existencia del daño autónomo al proyecto de vida, vinculado a la satisfacción, entre otras medidas
41
de reparación, da un paso acertado, y alentador, en esta dirección, que, confiamos, será objeto de
mayor desarrollo jurisprudencial, en el futuro.
Se debe respetar en ambos casos, el piso mínimo, que, mencionaremos a
continuación, a fin de no caer, en cuantificaciones paupérrimas, en un daño, de
excepcional importancia, para el ser humano.
22
Corte I. J D. H., Sentencia Loayza Tamayo, del 27 de noviembre de 1998, Serie C, Nº 42.
Comisión Interamericana, de Derechos Humanos, la que encontró motivos más que
suficientes para demandar, al Estado peruano, ante la Corte Interamericana,
exigiendo la liberación de la víctima, y la reparación por las consecuencias, de los
injustos daños sufridos por la víctima.
Cabe aclarar que, los hechos, del presente caso, se produjeron durante el
gobierno, de Alberto Fujimori, una época donde existió, una práctica generalizada de
tratos crueles, inhumanos, y degradantes, con motivo, de las investigaciones
criminales por delitos, de traición a la patria y terrorismo.
En el párrafo 152, la Corte considera que, los hechos sufridos por la víctima
43
Igual que en el caso, “Loayza Tamayo”, los hechos del presente caso se
contextualizan una época, donde existió, una práctica generalizada de tratos crueles,
inhumanos, y degradantes, con motivo, de las investigaciones criminales, por delitos
de traición a la patria, y terrorismo. El 6 de febrero, de 1993, Luis Alberto Cantoral
Benavides, fue detenido, sin una orden judicial, por agentes de la Dirección
Nacional, contra el Terrorismo, (DINCOTE), en su domicilio ubicado, en el distrito
La Victoria, ciudad de Lima.
Luis Alberto Cantoral Benavides, fue procesado por el fuero militar, por el
delito de traición a la patria. Fue absuelto, pero se remitió lo actuado, al fuero común
para que fuera juzgado por el delito de terrorismo.
23
Corte I. J D. H., Sentencia Cantoral Benavides, del 3 de diciembre de 2001, Serie C, Nº
88.
Sin embargo, Luis Cantoral, solicitó un indulto, a la Comisión ad hoc, creada
por la ley No. 26.555 y dicho beneficio fue concedido. En total, Luis Alberto
Cantoral Benavides, estuvo privado de libertad, en forma ininterrumpida, desde el 6
de febrero de 1993, hasta el 25 de junio de 1997, cuando fue liberado.
En el párrafo 60, del citado fallo, la Corte reconoce que, los hechos narrados
en el caso antes mencionado, “ocasionaron una grave alteración, del curso que
normalmente habría seguido la vida, de Luis Alberto Cantoral Benavides”. La Corte
considera, que, “los trastornos que, esos hechos le impusieron, impidieron la
realización de la vocación, las aspiraciones, y potencialidades, de la víctima, en
particular por lo que respecta, su formación, y a su trabajo como profesional”. Y
concluye el mismo párrafo, de manera inmejorable expresando que, “todo esto ha
representado un serio menoscabo, para su “proyecto de vida”.
24
Corte I. J D. H., Sentencia Niños de la Calle, del 26 de mayo de 2001, Serie C, Nº 77.
El 15 de junio, de 1990, en la zona conocida, como “Las Casetas”, una
camioneta, se acercó a Henry Giovanni Contreras, de 18 años, de edad, Federico
Clemente Figueroa Túnchez, de 20 años, Julio Roberto Caal Sandoval, de 15 años y
Jovito Josué Juárez Cifuentes, de 17 años.
En este caso, -a contrario sensu de lo que había decidido en los fallos que
analizáramos antes, - la Corte decidió reparar, todos los daños a la persona, dentro
del rubro “daño moral”, en forma equivocada, a mi juicio, pues se trata de un
rubro autónomo. Demás estaría fundamentar la opinión que, podemos llegar a
formular sobre esta cuestión. Hemos sentado nuestra posición, a lo largo del artículo,
sobre lo que significa el daño moral, para nosotros.
“c” de sus alegatos, le recuerda a la Corte, que, “en el caso de daños graves al plan
de vida, de una víctima, se requiere, una medida de reparación correspondiente” y
que “la eliminación, y reducción de las opciones de vida, de estos jóvenes ha
limitado objetivamente, su libertad, y constituyen la pérdida, de una valiosa
posesión”. La Comisión concluye expresando que, “este tipo de perjuicio grave a la
trayectoria de vida, de una víctima, no corresponde, al renglón de daños
materiales, ni al de daños morales”.
- Que el Estado de Guatemala, debe pagar, por concepto de daño moral, una
compensación de US$ 26.000,00 o su equivalente, en moneda guatemalteca, a cada
una de las siguientes personas: Matilde Reyna Morales García, Ana María
Contreras, Rosa Carlota Sandoval, Margarita Urbina, Marta Isabel Túnchez Palencia
y Noemí Cifuentes. La cantidad correspondiente, a Rosa Carlota Sandoval le será
entregada a su madre, Margarita Urbina.
- Que el Estado de Guatemala, debe pagar, por concepto de daño moral, una
compensación de US$ 3.000,00 o su equivalente, en moneda guatemalteca, a cada
una de las siguientes personas: Reyna Dalila Villagrán Morales, Lorena Dianeth
Villagrán Morales, Gerardo Adoriman Villagrán Morales, Mónica Renata Agreda
Contreras, Shirley Marlen Agreda Contreras, Osman Ravid Agreda Contreras,
Guadalupe Concepción Figueroa Túnchez y Zorayda Izabel Figueroa Túnchez.
- Que el Estado de Guatemala, debe brindar los recursos y adoptar las demás
medidas necesarias para el traslado, de los restos mortales, de Henry Giovanni
52
- Que el Estado de Guatemala, debe investigar los hechos del presente caso,
identificar, y sancionar, a los responsables, y adoptar en su derecho interno, las
disposiciones que sean necesarias para asegurar el cumplimiento de esta obligación.
25
Corte I. J D. H., Sentencia Gutiérrez Soler, del 12 de septiembre de 2005, Serie C, Nº
53
132.
motivo de su detención, por lo que se le abrió un proceso en su contra por el delito
de extorsión.
Continúa diciendo que, “la brusca ruptura, de esta búsqueda, por factores
ajenos, causados, por el hombre (como la violencia, la injusticia, la discriminación),
que alteran, y destruyen, de forma injusta, y arbitraria el proyecto de vida de una
persona, revístese de particular gravedad”, y que, “la vida - al menos la que
conocemos - es una sola, y tiene un límite temporal, y la destrucción del proyecto de
vida, acarrea un daño casi siempre verdaderamente irreparable, o una u otra vez
difícilmente reparable”.
Este caso, presenta la especialidad, de que por primera vez se invocó un daño
al proyecto de vida, en un contexto comunitario, o colectivo.
Los hechos del presente caso, se refieren, a la aldea Plan de Sánchez la cual
se localiza en el Municipio de Rabinal, en la región central de Guatemala. La zona
está habitada predominantemente, por miembros del pueblo indígena maya,
pertenecientes, a la comunidad lingüística Achí. Desde 1982, el ejército de
Guatemala, mantuvo una fuerte presencia en la zona.
26
Corte I. J D. H., Sentencia Masacre Plan de Sánchez, del 19 de noviembre de 2004, Serie
C, Nº 116.
La Comisión, en el inciso “e”, de sus alegatos expresó que “el dolor y los
efectos producidos por las situaciones vividas por los sobrevivientes, y los familiares
de las personas ejecutadas, en la masacre, trascienden de la esfera del individuo a la
del tejido familiar, y comunitario” y aseguró que “el daño generado al proyecto de
vida comunitario, se agrava con la falta de justicia, de reconocimiento del daño
sufrido, de memoria de las víctimas, y de resarcimiento”
Los representantes de las partes, alegaron que, “dado el cambio de vida que
sufrieron durante muchos años, los sobrevivientes, y familiares de las personas
ejecutadas de la masacre”, consideraban que “la Corte debe fijar una suma en
equidad para cada sobreviviente por concepto de daño, a su proyecto de vida”.
Enfatizando en el inciso siguiente que, “a raíz de los hechos, el proyecto de vida
comunitario, de Plan de Sánchez fue destruido”.
Si nos parece ilógico que, muchos de los autores que han tratado el tema,
hayan intentado incluirlo, en alguna de las categorías resarcibles de daños existentes
-vale decir patrimonial, y extrapatrimonial-, tal vez por una necesidad práctica, o de
utilidad. Pero lo cierto, es que el daño al proyecto de vida, debe ser analizado como
lo que es, un daño a la persona, y hasta que la doctrina, no intente superar la visión
global patrimonialista, reinante, aun luego de la vigencia del CCC, seguirán los
intentos de adecuarlo, a alguno de los rubros indemnizatorios existentes, lo que es
erróneo, ya que se trata, de un daño autónomo inmaterial especial.
27
C. S. J. N., “Pose José Daniel c/ Provincia de Chubut y otra”, Fallos 315:2835 (1992).
mar, desde una de las plataformas con trampolín, construidas en la playa por el
municipio, las cuales durante una parte del día, quedan fuera del agua, por la
bajamar, lo que motivó que aquél golpeara, contra la arena, y resultara con graves
lesiones de carácter irreversible. El Tribunal hizo lugar parcialmente, a la demanda,
y condenó, a las demandadas concurrentemente, a pagar al actor, una cierta suma de
dinero en concepto de indemnización.
Carlos Esteban Kuko, tenía diecisiete años, era un muy buen jugador zurdo,
de fútbol del Club Atlético Platense, el que militaba, en la primera división.
Carlos Esteban Kuko, fue gravemente herido por una bala perdida disparada
por un policía ebrio, fuera de servicio, perteneciente a la Provincia de Buenos Aires,
a raíz de una riña, entre asistentes, a un local de baile, en la ciudad de Buenos Aires.
El estado en que quedó, el menor Kuko después del daño, y las consiguientes
operaciones sufridas, produjo según los peritos “una muy importante disminución de
la actividad deportiva, que desempeñaba el actor”. Las afecciones reseñadas
“producen una disminución del 55%, de la funcionalidad de la pierna izquierda, que
equivale al 33% del total”.
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28
C. S. J. N., “Scaramacia Mabel y otro c/ Provincia de Buenos Aires y otro”, Fallos
318:1718 (1995).
De los hechos se desprende que, el “proyecto de vida”, de Kuko se frustró
pues ya no podría realizarse, como jugador de fútbol, actividad para la cual mostraba
gran disposición, y respondía, a su vocación personal.
29
C N Civ., Sala L, “N. N. c/ Municipalidad de Buenos Aires”, J. A. 1996-IV-400 (1995).
profesión, que trabajaba, como instrumentadora quirúrgica, la cual contrajo H.I.V.
en el hospital en el que trabajaba.
30
C. S. J. N., “Camargo Martina, y otros, c/ Provincia de San Luis”, Fallos 325:1157
(2002).
La Corte Suprema, utilizó los mismos argumentos que, en el caso “Pose”,
para cuantificar el daño a Carlos Ronda, haciendo alusión específica a “la frustración
del desarrollo pleno, de la vida” que, debe ser resarcida, en forma diferenciada del
daño por el menoscabo de la actividad productiva, y del daño moral.
e. El caso “Milone”31.
La Corte advirtió, que, “un trance de tamaña gravedad, por ende, llevará
seguramente al trabajador - y, en su caso, a la familia de éste - a una profunda
reformulación de su proyecto de vida, para lo cual la indemnización, a que tenga
derecho, se presentará, como un dato de importancia inocultable, por mayúsculo”.
31
C. S. J. N., “Milone Juan c/ Asociart S.A. Aseguradora de Riesgos del Trabajo”,
R.D.L.S.S. 2006-5-387 (2004).
Podemos apreciar también, en este fallo, que la Corte utiliza indistintamente
las expresiones, “frustración del desarrollo pleno, de la vida”, y frustración del
“proyecto de vida”, para referirse al mismo tipo jurídico de daño al proyecto de
vida.
C N Apel. del Trab., Sala 7ª, “Rybar Héctor H. c/ Banco de la Nación Argentina”, T.S.
32
07-D-40175 (2007).
José Luis Escobar, era chofer de colectivo, quien fuera duramente agredido,
en un fin de semana, en horas de la madrugada, por un grupo de cuatro, o cinco
pasajeros, todos jóvenes, que subieron a la unidad de transporte, en una esquina de
un local bailable. Estos pasajeros, que parecían alcoholizados, se negaron a pagar los
boletos de viaje correspondientes.
33
C N Apel. del Trab., Sala 8ª, “Escobar José L. c/ El Nuevo Halcón S.A. y otro”, S.D.
35.826 del 9/2/09 (2009).
un daño que, afecta, de forma continuada, y definitiva, el modo de vida que, Escobar
había elegido, y que debe ser reparado, en forma autónoma, respetando el piso
mínimo que hemos citado.
humano.
El perjuicio, derivado del daño estético, sufrido por quien se desempeñaba
como modelo, debe ser prudencialmente apreciado, toda vez que, desde el punto de
vista funcional, puede, o no, existir menoscabo, y puede esta, haber continuado
desarrollando, su actividad publicitaria, aunque con cierta limitación, que debe ser
reparada.
Aunque, se haya reclamado, este daño, como autónomo, tiene una evidente
connotación, e incidencia, en el agravio moral, y como tal, tiene impacto, en el
quantum del mismo, pero ello, es sin perjuicio, de la reparación autónoma admitida,
el derecho, ha evolucionado, y reconoce, una enorme importancia, a la integridad
estética, si la accionante, presenta diversas cicatrices, especialmente en el rostro, o
las piernas, lo cual afecta, su integridad física, en su faz estética, en la actualidad, o
en el futuro, al haber sido deformado estéticamente, su cuerpo, la lesión estética
puede tener su fuente, en agentes mecánicos, químicos, fuerza humana, uso de
armas, o elementos contundentes, etc...algo que, no sucede, en el daño moral, que
tiene fuentes más amplias.
tratarla, como un tercer género con autonomía, cuando así se lo solicita, y cuantifica,
ya que en definitiva, se encuadraría, dentro de las previsiones, del daño directo (a la
persona, a sus derechos, o facultades), debiendo despejarse, para fijar su cuantía,
toda incidencia, de orden psicológico, moral, o laboral, pues si bien el perjuicio, es
material, o patrimonial, se presenta, en forma autónoma, al daño extra patrimonial, y
a la incapacidad sobreviniente, sea esta laboral, o vital.
Los rasgos del rostro, son los primarios en la identidad, de los sujetos en toda
relación social, personal, y sirve tanto para el sexo, y edad de la víctima, al tiempo
del accidente como para los tiempos que, corren, la imagen física -sobre todo la
34
FERNÁNDEZ SESSAREGO, C., Precisiones preliminares sobre el daño a la persona,
¿Recuperado al 11/02/2012 en http://www.personaedanno.it/index.php? Option =com_
content&view =article&id=24529 FERNÁNDEZ SESSAREGO, C, Precisiones preliminares
sobre el daño a la Persona, recuperado el 11/02/2012 de http://www.personaedanno.it/index.
3434Cámara Apelaciones Civil, y Comercial, Séptima Nominación, de Córdoba, 08/05/2000, Sent.
Nº 34, “Iturri Luis F. c/ Alicia Roteda y otro – Daños y Perjuicios, y sus Acum.: Ceballos Edgardo
69
Gustavo, c/ Alicia J. Roteda, y otro – Daños y Perjuicios, y Gómez Ana María, c/ Alicia J. Roteda, y
otros – Daños y Perjuicios”.
facial- tienen una importante incidencia, en la vida de relación, y en variadas franjas
del mercado laboral.
Este es un daño cierto, presente, real, y futuro, y que da una seria desventaja
social, a la vida individual, y social, y puede tener un contexto individual, o
colectivo, si hay varias lesiones estéticas simultaneas, (Por ejemplo, la explosión, de
la fábrica militar, de Rio Tercero).
El daño estético, es una zona específica propia, que debe ser receptada, como
daño propio, porque el derecho, a la felicidad, el derecho a la armonía, etc., son
todas variantes fenoménicas, donde aflora el primero de todos los derechos: “el
derecho a la vida, y a la integridad”.
El criterio amplio, ha sido bien expresado, al fijar que, “el concepto jurídico
actual, de lesión estética, es mucho más amplio, según el principio favor debilis,
que, el antiguo, y común, ya que comprende, no sólo la afectación de la belleza,
armonía, o perfección física, sino también, la de su normalidad, o regularidad,
atributos que, gozan de ordinario, los seres humanos bellos, o feos, y la belleza
misma.
Debe realizar la exploración física completa, del lesionado; debe valorar las
pruebas complementarias practicadas; y tiene que, realizar el seguimiento
medicolegal, hasta la curación, o estabilización, de las lesiones, si solo hubiere
cuidados paliativos. Antes de emitir, el pertinente informe médico legal, deberá
valorar también, el estado anterior al siniestro, y las concausas; establecer la relación
de causalidad, entre los hechos, las lesiones, y las secuelas actuales; determinar las
secuelas, conforme un baremo, y valorar su posible repercusión, sobre las
actividades laborales, que, desarrollaba habitualmente, el lesionado, así como las
posibles repercusiones, en el ámbito social, personal, y familiar.
Cabe destacar que, la valoración, del daño estético, siempre es global; que
hay que separar las valoraciones, del perjuicio fisiológico, y del perjuicio estético,
sin que haya solapamientos, y es algo que los jueces deben entender, que son daños
diferentes; que, el daño estético que, debe valorarse, es el existente en el momento,
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35
Operación quirúrgica que, consiste, en la extirpación de la glándula mamaria, o de una
parte de ella.
La doctrina, también propone un, «Eje Mayor de Valoración, del Perjuicio
Estético», para evaluar el efecto, que el daño estético, provoca en la persona que
lo observa.
En muchos casos, puede ser útil, para cuantificar, y baremar el daño estético,
la utilización, de alguno de los métodos de valoración, descriptos.
seguros, puede no ser muy antiestética, puede sí serlo, para un juez, y probablemente
lo sea mucho, para el propio afectado, y al abogado que lo representa, obvio que
siempre hay intereses económicos, atrás de esta disputa, pero por el principio favor
debilis, los jueces, deben estar del lado del afectado, y no del pagador.
© 2022.
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Fallos: 321:1117; 326:1673.