Tema 1 La C.E

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OFICIALES DE ARSENALES DE LA

ARMADA / AUTOMOCION

2020


TEMA 1 La Constitución
española de 1978: derechos
y deberes fundamentales.
1. ESTRUCTURA Y CARACTERES DE LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA DE
1978.

1.1. Introducción.
La existencia de un Estado constitucionalista implica que esté
presidido por un documento solemne y formal, al que generalmente se le
da el nombre de Constitución. Se entiende por tal: “La norma fundamental
de un Estado, escrita o no, que organiza, limita y racionaliza las
relaciones entre los poderes del Estado (legislativo, ejecutivo y judicial)
y por lo tanto el Gobierno y sus instituciones, garantizando con ello los
derechos y libertades de los ciudadanos”.

Para que una constitución se entienda como tal es necesario que se


den 3 rasgos:
(1). Formación democrática.
(2). Carácter solemne.
(3). Finalidad de ser tutela efectiva y real de la libertad.

La historia de España se ve jalonada en los 2 últimos siglos por un


elevado número de Constituciones, de las que podemos destacar las
siguientes, dejando aparte el Estatuto de Bayona de 1808, carta
otorgada por José Bonaparte sin vigencia política en España (organizando
a España de forma que el Monarca era el que ocupaba el centro del poder
político).

(1). Constitución de Cádiz de 1812. Progresista, aprobada por las


Cortes de Cádiz. También denominada La Pepa.
(2). Estatuto Real de 1834. También es una carta otorgada. Tras la
muerte de Fernando VII, María Cristina accede al trono en calidad de
regente ante la minoría de edad de su hija Isabel II (futura reina).
(3). Constitución de 1837. Se mantuvo en vigor hasta 1845.
Sabemos de ella que es una Constitución de carácter progresista,
semejante a la de 1812. Se produjo durante el reinado de Isabel II.

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(4). Constitución de 1845. De carácter conservador o moderado. Se
diferencia de la anterior en su base doctrinal. Se pasa de la soberanía
nacional (poder recae en el rey) a una soberanía compartida (el poder se
comparte entre el rey y las Cortes).
(5). Constitución de 1869. Progresista. Se crea durante la 1ª
Revolución que se inicia en 1868. Es considerada como la 1ª Constitución
democrática en España y aunque había sufragio universal, solamente
era masculino.
(6). Constitución de 1876. Moderada. De Alfonso XII a la 2ª
República. (Regencia de Mª Cristina y Alfonso XIII).
(7). Constitución de 1931. Progresista. Será suprimida en 1939 por
las leyes fundamentales.
Vigente durante la 2ª República, perderá su vigencia al comienzo de
la Guerra Civil y será suprimida en 1939.
(8). Leyes fundamentales del Antiguo Régimen. Abarca el periodo
de 1939-1975, siete textos de carácter no democrático o autoritario,
juntas suponen una constitución “sui géneris” (propio de su género o
especie).
A este vaivén constitucional se le conoce con el nombre de “efecto
pendular del constitucionalismo español”.
La Constitución de 1978. Pertenece a las constituciones surgidas por
la resurrección de la democracia tras periodos autoritarios o totalitarios.
1.2. Constitución española de 1978.
1.2.1. Génesis.
Después de la muerte de Franco (20/11/75), se restaura la
monarquía española en nombre de S. majestad el rey D. Juan Carlos I de
Borbón. El rey y el Gobierno de Adolfo Suárez, impulsaron bajo el respeto
a las leyes fundamentales del Antiguo Régimen, la transición democrática,
instrumento fundamental para ello fue la Ley de Reforma Política
(4/1/1977), aprobada mediante referéndum el 15/12/1976, que abre el
camino para el restablecimiento de un régimen constitucional.
La Constitución de 1978, primera que se elabora por la fórmula del
consenso, que ha sido aprobada por una gran mayoría del pueblo español,
parece haber puesto fin a la azarosa historia constitucional española.

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La historia de la Constitución de 1978 hay que situarla tres años
antes, cuando tras el fallecimiento del general Franco, es proclamado rey
de España D. Juan Carlos I de Borbón. Poco a poco se va produciendo
un cambio importante en la orientación política, que va tomando cuerpo
desde el nombramiento de D. Adolfo Suárez como presidente del segundo
Gobierno de la monarquía. Desde este momento se inicia un proceso
político que nos ha llevado a la situación actual de normalidad
democrática.
Los principios fundamentales de la Ley de Reforma Política fueron:
(1). El establecimiento de un sistema democrático real.
(2). El reconocimiento y garantía de los derechos fundamentales.
(3). El establecimiento de un sistema parlamentario bicameral.
1.2.2. Proceso constituyente.
El 15/6/1977 se celebran las primeras elecciones libres a Cortes
Constituyentes, cuya función será elaborar la vigente Constitución. El
Congreso de los Diputados, en uso de la iniciativa constitucional que
preveía el art. 3 de la LRP (Ley de Reforma Política) nombró una
Comisión de Asuntos Constitucionales y Libertades Públicas compuesta
por 36 miembros elegidos entre los principales partidos políticos. La
comisión nombró una ponencia de 7 miembros (Gabriel Cisneros
Laborda, Manuel Fraga Iribarne, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón,
Gregorio Peces-Barba, José Pedro Pérez- Llorca, Miguel Roca Junyent, y
Jordi Solé Tura). La ponencia redactó el anteproyecto, que pasó a la
comisión y después al Pleno del Congreso y de allí siguió el mismo camino
en el Senado, como este introdujo modificaciones, el texto final fue
revisado por una Comisión Mixta entre Congreso-Senado que resolvió
las discrepancias, siendo aprobado en sesión plenaria separada por ambas
cámaras el 31/10/1978.
Sometida a referéndum el 6/12/1978 fue ratificada por el 87.78 %
de los votantes, siendo sancionada por el rey el 27/12/1978, publicada en
el BOE el 29/12/1978, fecha en la que entró en vigor.

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Línea de tiempo:

1.2.3. Estructura Constitucional.


1.2.3.1. Estructura formal.
Nuestra Constitución consta de: 1 preámbulo; 1 título preliminar y 10
títulos con denominación propia. Compuesta por 169 artículos, 4
disposiciones adicionales, 9 transitorias, 1 derogativa y 1 final.

El preámbulo, que no tiene en sí carácter de norma, establece ya


el espíritu democrático, liberal y protector del bienestar de los españoles
y del conjunto de los pueblos que integran la Nación española.

El título preliminar recoge los valores fundamentales que deben


inspirar el resto de la Constitución. En él se tratan de fijar lo más clara y
brevemente posible los principios de la estructura política del Estado y de
la configuración de la sociedad.

La denominación de los títulos es la siguiente:

(1). Título I. De los derechos y deberes fundamentales.

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a) Capítulo I. De los españoles y extranjeros.
b) Capítulo II. Derechos y libertades.
a. Sección 1ª. De los derechos fundamentales y de las libertades
públicas.
b. Sección 2ª. Derechos y deberes de los ciudadanos.
c) Capítulo III. De los principios rectores de la política social y
económica.
d) Capítulo IV. De las garantías de las libertades y de los derechos
fundamentales.
e) Capítulo V. De la suspensión de los derechos y libertades.
(2). Título II. De la Corona.
(3). Título III. De las Cortes Generales.

a) Capítulo I. De las cámaras.

b) Capítulo II. De la elaboración de las leyes.

c) Capítulo III. De los tratados internacionales.


(4). Título IV. Del Gobierno y la Administración.
(5). Título V. De las relaciones entre el Gobierno y las Cortes
Generales.
(6). Título VI. Del Poder Judicial.
(7). Título VII. Economía y Hacienda.
(8). Título VIII. Organización territorial del Estado.

a) Capítulo I. Principios generales.


b) Capítulo II. De la Administración local.

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c) Capítulo III. De las comunidades autónomas.

(9). Título IX. El Tribunal Constitucional.


(10). Título X. De la reforma constitucional.
1.2.3.2. Estructura material.

(1). Preámbulo. En la que se hace una declaración solemne de


intenciones (sin fuerza jurídica alguna). Marca el espíritu con que se ha
hecho la CE-78, y sus bases ideológicas. Determina un sistema pluralista,
no centralista, pero sí unitario, dentro de una monarquía parlamentaria
(es conocido comúnmente como “el pórtico de la Constitución”).

(2). Parte dogmática. Abarca el título preliminar y título 1. De los


derechos y deberes. Principios pragmáticos.

(3). Parte orgánica. Abarca de los títulos 2 al 9. Regula y establece


la organización política y jurídica del Estado. Se señalan los principales
órganos del Estado (Congreso, Senado, Gobierno, etc.) y se señalan
cuáles son sus funciones.

(4). Parte dedicada a reforma. Abarca el título 10. Proceso de


reforma constitucional.

1.2.4. Características de la constitución.

(1). La Constitución española es escrita (característica del


constitucionalismo español) en contra de las consuetudinarias (como la
británica).

(2). Es extensa con 169 artículos, la más larga de las constituciones


españolas, exceptuando la Constitución de Cádiz de 1812.

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(3). No es el resultado de la voluntad del partido mayoritario sino
fruto del consenso político, por ello a veces es ambigua e imprecisa de
forma deliberada, a fin de servir de marco político para cualquier partido
que alcance el poder, sin necesidad de modificación o sustitución.

(4). Es popular, aprobada por el pueblo de la Nación mediante


referéndum.

(5). Es una Constitución rígida, estableciendo un proceso de reforma


general u ordinaria y otro más agravado cuando afecte a determinadas
partes consideradas. Por el momento, la CE-78 ha sufrido 2 modificaciones
en toda su historia. La Constitución tuvo su primera modificación en su art.
13.2 debido a las previsiones recogidas en el Tratado de Maastricht de la
UE en lo referente al derecho de sufragio activo y pasivo. La segunda la
sufrió en el año 2011 en el art. 135.

1.2.5. Influencias.
Se pueden destacar como principales influencias foráneas: la Ley
Fundamental de Bonn (1949), la Constitución italiana (1947), la
Constitución francesa (1958), y la portuguesa (1976), así como la sueca y la
holandesa en lo relativo a la configuración de la corona y Defensor del
Pueblo.
Como influencias nacionales, recibe todas las constituciones
anteriores, sobre todo de la de 1931.

1.2.6. Los valores de la constitución.


La Constitución recoge, tanto en su preámbulo como en el título
preliminar una serie de valores y principios que van a inspirar todo el
texto constitucional.

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El preámbulo es el pórtico de la Constitución, y a pesar de no tener
carácter normativo, confiere a nuestra ley suprema un instrumento de
transformación de la sociedad y el Estado. Este preámbulo comienza por
destacar cuál es el sujeto, el autor colectivo de la Constitución: la Nación
española. Después fija cuales son los objetivos globales que de inmediato
recoge el artículo 1.1, cuando enuncia: “España se constituye en un
Estado social y democrático de derecho, que propugna como valores
superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y
el pluralismo político”.
El artículo 1 proclama que los valores del ordenamiento jurídico
español son:
(1). Su libertad. Hace posible que cada uno manifieste su propia
voluntad, ideología, creencias. Este valor es el que más desarrollo ha tenido
en la Constitución.
(2). La justicia. Derecho natural, “dar a cada uno lo suyo”.
(3). La igualdad. Este valor se desarrolla en el artículo 14: “Los
españoles son iguales ante la ley…”.
(4). El pluralismo político. Supone la posibilidad de crear partidos
políticos y defender cualquier tipo de ideología. A este valor hace mención
el artículo 6 de nuestra Constitución.
1.2.7. Los principios del régimen constitucional. Estado
democrático, Estado de derecho, estado social, monarquía parlamentaria
y estado autonomista.
El artículo 1 de la Constitución establece que:

(1). “España se constituye en un Estado social y democrático de


derecho, que propugna como valores superiores del ordenamiento
jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.
(2). La soberanía nacional reside en el pueblo, del que emanan los
poderes del Estado.
(3). La forma política del Estado español es la monarquía
parlamentaria”.
Por su parte el artículo 2 establece que: “La Constitución se
fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común
e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la

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autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad
entre todas ellas”.

1.2.7.1. Estado social.

El Estado español es un Estado social, porque, han de primar los


intereses de la sociedad sobre los del individuo.

Es aquel en que, garantizándose la libertad, se busca el


bienestar social de los ciudadanos, prevaleciendo el interés general y
eliminando las desigualdades. Se funda en una sociedad justa, sin
explotaciones económicas y políticas, capaz de asegurar la justicia social y
la participación plena de los ciudadanos en el proceso político.

Frente al Estado liberal en el que la libertad era el centro de todo


el sistema jurídico, en el Estado social, además de la libertad, se permite
que los poderes públicos intervengan en el sistema socioeconómico en aras
de un mejor nivel de vida del ciudadano.

1.2.7.2. Estado democrático.

Es aquel en que todos los ciudadanos participan con iguales


derechos en la formación de la voluntad del Estado, bien de forma directa
o a través de representantes libremente elegidos. Democracia significa
que el poder reside en el pueblo. En el Estado democrático prevalecen
las decisiones soberanas del pueblo.

1.2.7.3. Estado de Derecho.

Para la existencia de un régimen político democrático es


fundamental la existencia de un Estado de derecho que se caracteriza por:

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(1). Imperio de la ley, como expresión de la voluntad popular y
ciudadanos y poderes públicos están sujetos a ella. Todos los poderes del
Estado están sujetos a la ley.

(2). División de poderes. La Constitución recoge la separación de


poderes (legislativo, ejecutivo y judicial). Esto significa que estas tres
principales funciones del Estado (hacer leyes, ejecutarlas y juzgar las
transgresiones de las normas) deben de ser desempeñadas por órganos
distintos, sin ningún tipo de interferencias.

1.2.7.4. La monarquía parlamentaria.

Según el artículo 1.3 de la Constitución, “la forma política del


Estado español es la monarquía parlamentaria”.

En la monarquía parlamentaria el poder ejecutivo es ejercido por el


Gobierno, cuya responsabilidad se exige ante el Parlamento (Cortes
Generales), que es quien ejerce la función legislativa. Los auténticos
centros de poder, son por tanto, el Parlamento, el Gobierno y el Poder
Judicial, mientras que el rey aparece como una figura simbólica. “El rey
reina pero no gobierna”.

El rey es el titular de un órgano al que la Constitución asigna una


serie de funciones que debe desempeñar. La primera de ellas es la
jefatura del Estado, con carácter simbólico de unidad y permanencia.

En la monarquía parlamentaria el poder no reside en el rey, sino en


el Parlamento o Cortes Generales, de las que se derivan el Gobierno y el
resto de las instituciones.

1.2.7.5. El Estado autonomista.


La Constitución se fundamenta, según el art. 2 de la CE, en la
indisoluble unidad de la Nación española, patria común de todos los

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españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las
nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.

En la Constitución se pone de manifiesto que España es una nación


de naciones, una gran nación, dentro de la cual nada impide el
reconocimiento “del derecho a la autonomía de las nacionalidades y
regiones que la integran”. Estas nacionalidades y regiones forman la
“Nación española”.

España es una, pero dentro de esa unidad (España), se permite que


nacionalidades y regiones puedan acceder a su autogobierno.

1.2.7.6. Otros principios fundamentales.

Estos se recogen en el título preliminar (arts. 1 y 2 ya vistos


anteriormente).

(1). En su (art. 3) establece el castellano como lengua española oficial


del Estado. Los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a
usarla. Las otras lenguas también serán oficiales en el territorio de su
respectiva CC. AA. de acuerdo con sus estatutos de autonomía.

(2). La bandera de España y las banderas y enseñas propias de las


comunidades autónomas se regulan en el (art. 4). La de España está
formada por 3 franjas horizontales, roja, amarilla y roja, siendo la amarilla
de doble anchura. Los estatutos de las CC. AA. podrán reconocer banderas
y enseñas propias, pero estas deberán utilizarse junto con la de España
en los edificios públicos y actos oficiales de esa comunidad autónoma.

(3). Establece a la villa de Madrid (art. 5) como capital del Estado.

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(4). En cuanto a los partidos políticos (art. 6) concurren a la
formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumento
fundamental para la participación política.

(5). Los sindicatos contribuyen a la defensa de los intereses que le


son propios (art. 7).

(6). Las Fuerzas Armadas (art. 8) garantizan la soberanía e


independencia de España y el ordenamiento constitucional. Están
constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire
(será regulado por una ley orgánica).

(7). Estando todos los ciudadanos y la Administración sometidos a


la ley conforme al “principio de legalidad” regulado por el (art. 9) de la CE.
Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la
libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean
reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su
plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida
política, económica, cultural y social. La Constitución garantiza el
principio de legalidad, la jerarquía normativa, la publicidad de las
normas, la irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no favorables
o restrictivas de derechos individuales, la seguridad jurídica, la
responsabilidad y la interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos.

1.2.8. Derechos generales de españoles y extranjeros, derechos


fundamentales, libertades públicas, deberes y principios rectores de la
política social y económica. Reserva de ley orgánica. Garantías de
protección de los derechos fundamentales y suspensión de derechos.

Nuestra Constitución incorpora prácticamente todos los derechos


y deberes fundamentales de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos de 10 de diciembre de 1948. El título I es el más amplio,
comprende un total de 46 artículos, del 10 al 55.

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Comienza con el artículo 10 que puede ser considerado como el
pórtico de todo el título primero sobre “derechos y deberes
fundamentales”.

1.2.8.1. Derechos de españoles y extranjeros.


1.2.8.1.1. Derechos de la persona (artículo 10).

(1). Fundamento del sistema: la dignidad de la persona, los derechos


inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el
respeto a la ley y a los derechos de los demás, son el fundamento del orden
político y de la paz social.

(2). Criterio hermenéutico general: las normas relativas a los


derechos fundamentales y a las libertades que la Constitución reconoce, se
interpretarán de conformidad con la Declaración Universal de los
Derechos Humanos y a los tratados y acuerdos internacionales sobre las
mismas materias ratificados por España.

1.2.8.1.2. De los españoles y extranjeros.

(1). La nacionalidad (artículo 11):

a) Nacionalidad: la nacionalidad española se adquiere, se conserva


y se pierde de acuerdo con lo establecido por la ley.

b) Ningún español de origen podrá ser privado de su nacionalidad.

c) Tratados de doble nacionalidad: el Estado podrá


concertar tratados de doble nacionalidad con los países iberoamericanos
o con aquellos que hayan tenido o tengan una particular vinculación con
España.

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(2). Mayoría de edad (artículo 12): los españoles son mayores de
edad a los 18 años.

(3). Derechos de los extranjeros (artículo 13):

a) Los extranjeros gozarán en España de las libertades públicas


que garantiza el presente título en los términos que establezcan los
tratados y la ley.

b) Solamente los españoles serán titulares de los derechos


reconocidos en el artículo 23, salvo lo que, atendiendo a criterios de
reciprocidad, pueda establecerse por tratado o ley para el derecho de
sufragio activo y pasivo en las elecciones municipales. (Este párrafo fue
modificado el 27 de agosto de 1992. La modificación consistió en añadir
las palabras “y pasivo”. Esta fue la primera reforma de la actual
Constitución).

c) La extradición solo se concederá en cumplimiento de un


tratado o de la ley, atendiendo al principio de reciprocidad.

d) Quedan excluidos de la extradición los delitos políticos no


considerándose como tales los actos de terrorismo. La ley establecerá los
términos en que los ciudadanos de otros países y los apátridas podrán
gozar del derecho de asilo en España.

1.2.8.2. De los derechos y deberes fundamentales.

La CE consagra un extenso título I desde el art. 10 al 55, “de los


derechos y deberes de los españoles” recogiéndose en 5 capítulos de
forma completa y detallada.

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La CE hace una ordenación de los mismos según el distinto grado de
protección y garantía del que gozan, distinguiendo entre:

(1). Artículo 14 a principio de igualdad ante la ley.

(2). Sec. 1ª; cap. 2º del Título I à de los derechos y libertades públicas.
(3). Sec. 2ª; cap. 2º del Título I à derechos y deberes de los
ciudadanos.
(4). Capítulo III del Título I a principios rectores de la política social
y económica.

Art. 14. Igualdad ante la ley (principio de igualdad).


“Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer
discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión
o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.”

1.2.8.2.1. Derechos fundamentales y de las libertades públicas.

Art. 15. Derecho a la vida y a la integridad física y moral.


Es el derecho más importante de todos, y sin este, ningún otro
tendría sentido. Dice así el artículo: “Todos tienen derecho a la vida y a
la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, puedan ser sometidos
a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes. Queda abolida la
pena de muerte, salvo lo que puedan disponer las leyes penales militares
para tiempos de guerra”.
Art. 16. Libertad ideológica, religiosa y de culto.
(1). Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los
individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones,
que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por
la ley.
(2). Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión
o creencias.

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(3). Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes
públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad
española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la
Iglesia católica y las demás confesiones.

Art. 17. Derecho a la libertad y seguridad personal (muy importante).


(1). Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad. Nadie
puede ser privado de su libertad, sino con la observancia de lo establecido
en este artículo y en los casos y en la forma previstos en la ley.

(2). La detención preventiva no podrá durar más del tiempo


estrictamente necesario para la realización de las averiguaciones tendentes
al esclarecimiento de los hechos, y, en todo caso, en el plazo máximo de
setenta y dos horas, el detenido deberá ser puesto en libertad o a
disposición de la autoridad judicial.

(3). Toda persona detenida debe ser informada de forma inmediata,


y de modo que le sea comprensible, de sus derechos y de las razones de
su detención, no pudiendo ser obligada a declarar. Se garantiza la asistencia
de abogado al detenido en las diligencias policiales y judiciales, en los
términos que la ley establezca.

(4). La ley regulará un procedimiento de «habeas corpus» para


producir la inmediata puesta a disposición judicial de toda persona
detenida ilegalmente. Asimismo, por ley se determinará el plazo máximo
de duración de la prisión provisional.

Art. 18. Derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y la


propia imagen. Derecho a la inviolabilidad del domicilio. Derecho al secreto
de las comunicaciones. Limitación uso de la informática.
El presente artículo tiene un contenido múltiple al contener la
protección de varios derechos, que si bien parecen inspirados todos en
la protección de la intimidad, no obstante, ofrecen matices
importantes.

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18.1. Se garantiza el derecho al honor, a la intimidad personal y
familiar y a la propia imagen. Del derecho al honor se distinguen un
aspecto inmanente y otro trascendente del honor: el primero consiste en
la estima que cada persona tiene de sí misma; el segundo, por su parte,
radica en el reconocimiento de los demás de nuestra dignidad (STS de 23
de marzo de 1987), se vincula así, pues, con la fama, con la opinión social.
Desde el punto de vista personal, por su parte, la afectación al honor habrá
de valorarse teniendo en cuenta la relevancia pública del personaje, su
afectación a la vida profesional o a la privada, y las circunstancias
concretas en la que se produce (en un momento de acaloramiento o con
frialdad...).

Del derecho a la intimidad se vincula a la esfera más reservada de


las personas, al ámbito que estas siempre preservan de las miradas
ajenas, aquel que desea mantenerse oculto a los demás por pertenecer
a su esfera más privada (STC 151/1997, de 29 de septiembre), vinculada
con la dignidad y el libre desarrollo de la personalidad (art. 10.1 CE). De
esta forma el derecho a un núcleo inaccesible de intimidad se reconoce
incluso a las personas más expuestas al público (STC 134/1999, de 15 de
julio). La intimidad, de acuerdo con el propio precepto constitucional, se
reconoce no solo al individuo aisladamente considerado, sino también al
núcleo familiar.

El derecho a la propia imagen salvaguarda la proyección exterior


de dicha imagen como medio de evitar injerencias no deseadas, de velar
por una determinada imagen externa o de preservar nuestra imagen
pública. Este derecho está íntimamente condicionado por la actividad del
sujeto, no solo en el sentido de que las personas con una actividad pública
verán más expuesta su imagen, sino también en el sentido de que la
imagen podrá preservarse cuando se desvincule del ámbito laboral
propio.

Estos tres derechos podrán verse afectados, por tanto de manera


independiente, pero también, con frecuencia, de forma conjunta, dada su
evidente proximidad.

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18.2. El domicilio es inviolable. Ninguna entrada o registro podrá
hacerse en él sin consentimiento del titular o resolución judicial, salvo en
caso de flagrante delito.
La inviolabilidad del domicilio se vincula al derecho a la intimidad de
las personas, pues protege el ámbito donde la persona desarrolla su
intimidad al amparo de miradas indiscretas, como consecuencia de ello es
lógico que el Tribunal Constitucional haya dado al término domicilio un
significado mucho más amplio que el otorgado por el Código Civil. Para el
Alto Tribunal, el domicilio es el espacio donde el individuo vive ejerciendo
su libertad más íntima, al margen de convenciones sociales, así como todo
espacio apto para que, eventualmente o de forma permanente, pueda
ocurrir lo anterior. En concreto, se consideran domicilio a efectos
constitucionales: las segundas viviendas, los vehículos o caravanas, las
habitaciones de hotel o el domicilio empresarial de las personas jurídicas,
aunque en algunos de estos casos con ciertas cortapisas derivadas de las
propias características del alojamiento. En cambio, no tendrán la
consideración de domicilio, las celdas de los reclusos en los centros
penitenciarios (STC 11/2006).

18.3. Se garantiza el secreto de las comunicaciones y, en especial, de


las postales, telegráficas y telefónicas, salvo resolución judicial.
La protección del derecho de las comunicaciones tiene una
entidad propia, diferenciada de su vinculación con el derecho a la
intimidad, ya que las comunicaciones deberán resultar protegidas con
independencia de su contenido, esto es, ya se trate de comunicaciones de
carácter íntimo o de otro género. En efecto, según ha destacado la
doctrina y la jurisprudencia, el artículo 18.3 CE tiene un contenido
puramente formal, protegiendo tanto de las intromisiones de los poderes
públicos como de los particulares.

18.4. La ley limitará el uso de la informática para garantizar el honor


y la intimidad personal y familiar de los ciudadanos y el pleno ejercicio de
sus derechos.
La protección de los datos frente al uso de la informática es nuestra
Constitución una de las primeras en introducirlo dado que es precisamente
en los años de su redacción cuando comienzan a apreciarse los peligros
que puede entrañar el archivo y uso ilimitado de los datos

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informáticos. Nuestros constituyentes tomaron, en este caso, el ejemplo
de la Constitución portuguesa, solo dos años anterior a la española.

Art. 19. Derecho a la libertad de residencia y circulación por territorio


nacional.
(1). Los españoles tienen derecho a elegir libremente su residencia
y a circular por el territorio nacional.
(2). Asimismo, tienen derecho a entrar y salir libremente de España
en los términos que la ley establezca. Este derecho no podrá ser limitado
por motivos políticos o ideológicos.
Este precepto reconoce a los españoles la libertad tanto para
circular libremente por el territorio nacional como para fijar el lugar de
residencia. Ello significa la posibilidad de trasladarse de un lugar a otro, de
una comunidad autónoma a otra o de fijar la residencia en una u otra con
independencia del origen, sin ningún tipo de trabas, la libertad alcanza
pues todo el territorio nacional. Esta libertad se vincula con lo establecido
en el artículo 139.2 de la Constitución que señala la imposibilidad de poner
obstáculos a la libre circulación, lo que no obsta para que cada
comunidad autónoma pueda establecer sus propios derechos y deberes
en el marco de sus competencias siempre que no impidan o dificulten la
libertad de circulación o residencia en cualquier parte del territorio.

Art. 20. Derecho a la libertad de expresión: derecho y libertad de


información.
(1). Expresión. Expresar y difundir libremente los pensamientos,
ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de
reproducción.
(2). Creación. A la producción y creación literaria, artística, científica
y técnica.
(3). Cátedra. A la libertad de cátedra.
(4). Información. A comunicar o recibir libremente información
veraz por cualquier medio de Difusión.
(5). Cláusula de conciencia y secreto profesional. La ley regulará el
derecho a la cláusula de conciencia y al secreto profesional en el ejercicio
de estas libertades.

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(6). Censura previa. El ejercicio de estos derechos no puede
restringirse mediante ningún tipo de censura previa.
(7). Medios de comunicación de entes públicos. La ley regulará la
organización y el control parlamentario de los medios de comunicación
social dependientes del Estado o de cualquier ente público y garantizará
el acceso a dichos medios de los grupos sociales y políticos
significativos, respetando el pluralismo de la sociedad y de las diversas
lenguas de España.
(8). Límites. Estas libertades tienen su límite en el respeto a los
derechos reconocidos en este título, en los preceptos de las leyes que lo
desarrollen y, especialmente, en el derecho al honor, a la intimidad, a la
propia imagen y a la protección de la juventud y de la infancia.
(9). Secuestro. Solo podrá acordarse el secuestro de publicaciones,
grabaciones y otros medios de información en virtud de resolución judicial.
Art. 21. Derecho de reunión y manifestación.
(1). Reunión: se reconoce el derecho de reunión pacífica y sin armas.
El ejercicio de este derecho no necesitará autorización previa.
(2). Manifestación: en los casos de reuniones en lugares de tránsito
público y manifestaciones se dará comunicación previa a la autoridad, que
solo podrá prohibirlas cuando existan razones fundadas de alteración del
orden público, con peligro para personas o bienes. Es decir, solo necesita
conocimiento de la autoridad, no autorización.

Art. 22. Derecho a asociación.


(1). Asociación. Se reconoce el derecho de asociación. Las
asociaciones que persigan fines o utilicen medios tipificados como delito
son ilegales.
(2). Registro de asociaciones. Las asociaciones constituidas al
amparo de este artículo deberán inscribirse en un registro a los solos
efectos de publicidad.
(3). Las asociaciones solo podrán ser disueltas o suspendidas en
sus actividades en virtud de resolución judicial motivada.

21
(4). Se prohíben las asociaciones secretas y las de carácter
paramilitar.
Art. 23. Derecho a participar en asuntos públicos.
Directamente o por medio de representantes, libremente elegidos
en elecciones periódicas por Sufragio Universal.

Asimismo, tienen derecho a acceder en condiciones de igualdad a


las funciones y cargos públicos, con los requisitos que señalen las leyes.

Art. 24. Derecho a la tutela legal efectiva. Derecho de acción.


Todas las personas tienen derecho a obtener la tutela efectiva de
los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos,
sin que, en ningún caso, pueda producirse indefensión.

Asimismo, todos tienen derecho al juez ordinario predeterminado


por la ley, a la defensa y a la asistencia de letrado, a ser informados de la
acusación formulada contra ellos, a un proceso público sin dilaciones
indebidas y con todas las garantías, a utilizar los medios de prueba
pertinentes para su defensa, a no declarar contra sí mismos, a no
confesarse culpables y a la presunción de inocencia. La ley regulará los
casos en que, por razón de parentesco o de secreto profesional, no se
estará obligado a declarar sobre hechos presuntamente delictivos.

Art. 25. Principio de legalidad.


(1). Principio de legalidad sancionadora. Nadie puede ser
condenado o sancionado por acciones u omisiones que en el momento
de producirse no constituyan delito o infracción administrativa, según la
legislación vigente en aquel momento.

(2). Fines de las penas. Las penas privativas de libertad y las


medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y
reinserción social y no podrán consistir en trabajos forzados. El condenado
a pena de prisión que estuviere cumpliendo la misma gozará de los
derechos fundamentales de este capítulo, a excepción de los que se vean

22
expresamente limitados por el contenido del fallo condenatorio, el sentido
de la pena y la ley penitenciaria. En todo caso, tendrá derecho a un trabajo
remunerado y a los beneficios correspondientes de la Seguridad Social, así
como al acceso a la cultura y al desarrollo integral de su personalidad.

(3). Sanciones administrativas: La Administración civil no podrá


imponer sanciones que, directa o subsidiariamente, impliquen privación de
libertad.

Art. 26. Prohibición de los Tribunales de Honor.


Se prohíben los Tribunales de Honor en el ámbito de la
Administración civil y de las organizaciones profesionales.

Los Tribunales de Honor son unas instituciones típicamente


españolas, sin parangón (comparación) en el derecho extranjero, que nacen
en el ámbito castrense para juzgar oficiales, no a suboficiales o clase de
tropa (Real Decreto de 3 de enero de 1867). Se extienden luego a la
Administración pública (en la legislación de funcionarios civiles de 1918) y
más tarde a la esfera privada, en especial a los colegios profesionales.
Estaban formados por los pares del encausado y tenían por finalidad juzgar
la dignidad de este para pertenecer al cuerpo o profesión de la que era
miembro. De resultar declarado indigno, el sujeto era expulsado del
cuerpo, sin que pudiera interpone recurso alguno. El Tribunal Supremo,
aunque muy tardíamente, acabó admitiendo los recursos contra
resoluciones de los Tribunales de Honor si tales recursos alegaban vicios
de forma.

Art. 27. Derechos dentro de la esfera educativa.


(1). Derecho a la educación y libertad de enseñanza. Todos tienen
el derecho a la educación.
Se reconoce la libertad de enseñanza.
(2). Fin. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la
personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de
convivencia y a los derechos y libertades fundamentales.

23
(3). Derechos de los padres. Los poderes públicos garantizan el
derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación
religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.

(4). Enseñanza básica. La enseñanza básica es obligatoria y gratuita.

(5). Programación general. Los poderes públicos garantizan el


derecho de todos a la educación, mediante una programación general de
la enseñanza, con participación efectiva de todos los sectores afectados y
la creación de centros docentes.

(6). Fundación docente. Se reconoce a las personas físicas y jurídicas


la libertad de creación de centros docentes, dentro del respeto a los
principios constitucionales.

(7). Control y gestión. Los profesores, los padres y, en su caso, los


alumnos intervendrán en el control y gestión de todos los centros
sostenidos por la Administración con fondos públicos, en los términos que
la ley establezca.

(8). Inspección y homologación. Los poderes públicos inspeccionarán


y homologarán el sistema educativo para garantizar el cumplimiento de las
leyes.

(9). Ayuda. Los poderes públicos ayudarán a los centros docentes


que reúnan los requisitos que la ley establezca.

(10). Autonomía universitaria. Se reconoce la autonomía de las


Universidades, en los términos que la ley establezca.

Art. 28. Derecho a la libertad de sindicación.

24
Todos tienen derecho a sindicarse libremente. La ley podrá limitar
o exceptuar el ejercicio de este derecho a las fuerzas o institutos armados
o a los demás cuerpos sometidos a disciplina militar y regulará las
peculiaridades de su ejercicio para los funcionarios públicos.

La libertad sindical comprende el derecho a fundar sindicatos y a


afiliarse al de su elección, así como el derecho de los sindicatos a
formar confederaciones y a formar organizaciones sindicales
internacionales o a afiliarse a las mismas. Nadie podrá ser obligado a
afiliarse a un sindicato.

Se reconoce el derecho a la huelga de los trabajadores para la


defensa de sus intereses. La ley que regule el ejercicio de este derecho
establecerá las garantías precisas para asegurar el mantenimiento de los
servicios esenciales de la comunidad.

Art. 29. Derecho de la petición individual y colectiva.


Todos los españoles tendrán el derecho de petición individual y
colectiva, por escrito, en la forma y con los efectos que determine la ley.
Los miembros de las fuerzas o institutos armados o de los cuerpos
sometidos a disciplina militar podrán ejercer este derecho solo
individualmente y con arreglo a lo dispuesto en su legislación específica.

1.2.8.2.2. Derechos y deberes de los ciudadanos. (Sección 2º del


Capítulo II del Título I artículos 30 a 38).
Art. 30. Derecho y el deber de defender a España.
Los españoles tienen el derecho y el deber de defender a España.

La ley fijará las obligaciones militares de los españoles y regulará,


con las debidas garantías, la objeción de conciencia, así como las demás
causas de exención del servicio militar obligatorias, pudiendo imponer,
en su caso, una prestación social sustitutoria.

25
Podrá establecerse un servicio civil para el cumplimiento de fines
de interés general. Mediante ley podrán regularse los deberes de los
ciudadanos en los casos de grave riesgo, catástrofe o calamidad pública.
Art. 31. Derecho y deber de tributar.
Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de
acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo
inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso,
tendrá alcance confiscatorio.

El gasto público realizará una asignación equitativa de los recursos


públicos, y su programación y ejecución responderán a los criterios de
eficiencia y economía.

Solo podrán establecerse prestaciones personales o patrimoniales


de carácter público con arreglo a la ley.
Art. 32. Derecho a contraer matrimonio.
El hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio con
plena igualdad jurídica.

La ley regulará las formas de matrimonio, la edad y capacidad para


contraerlo, los derechos y deberes de los cónyuges, las causas de
separación y disolución y sus efectos.

Art. 33. Derecho a la propiedad privada y a la herencia.


Se reconoce el derecho a la propiedad privada y a la herencia. La
función social de estos derechos delimitará su contenido, de acuerdo con
las leyes.

Nadie podrá ser privado de sus bienes y derechos sino por causa
justificada de utilidad pública o interés social, mediante la correspondiente
indemnización y de conformidad con lo dispuesto por las leyes.

Art. 34. Derecho de fundación.

26
Se reconoce el derecho de fundación para fines de interés general,
con arreglo a la ley. Regirá también para las fundaciones lo dispuesto en los
apartados 2 y 4 del artículo 22.
Art. 35. Derecho y deber de trabajar.
Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al
trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través
del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus
necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse
discriminación por razón de sexo.

La ley regulará un estatuto de los trabajadores.

Art. 36. Derecho a colegiarse.


La ley regulará las peculiaridades propias del régimen jurídico de
los colegios profesionales y el ejercicio de las profesiones tituladas. La
estructura interna y el funcionamiento de los colegios deberán ser
democráticos.
Art. 37. Derecho a la negociación colectiva.
La ley garantizará el derecho a la negociación colectiva laboral
entre los representantes de los trabajadores y empresarios, así como la
fuerza vinculante de los convenios.

Se reconoce el derecho de los trabajadores y empresarios a adoptar


medidas de conflicto colectivo. La ley que regule el ejercicio de este
derecho, sin perjuicio de las limitaciones que puedan establecer, incluirá
las garantías precisas para asegurar el funcionamiento de los servicios
esenciales de la comunidad.
Art. 38. Derecho a la libertad de empresa.
Se reconoce la libertad de empresa en el marco de la economía de
mercado. Los poderes públicos garantizan y protegen su ejercicio y la
defensa de la productividad, de acuerdo con las exigencias de la economía
general y, en su caso, de la planificación.

27
1.2.8.2.3. Principios rectores de la política social y económica.
(Capítulo 3º del Título I artículos 39 a 52).
Artículo 39. Protección a la familia y a la infancia.
Los poderes públicos aseguran la protección social, económica y
jurídica de la familia.

Los poderes públicos aseguran, asimismo, la protección integral de


los hijos, iguales estos ante la ley con independencia de su filiación, y de
las madres, cualquiera que sea su estado civil. La ley posibilitará la
investigación de la paternidad.

Los padres deben prestar asistencia de todo orden a los hijos


habidos dentro o fuera del matrimonio, durante su minoría de edad y en los
demás casos en que legalmente proceda.

Los niños gozarán de la protección prevista en los acuerdos


internacionales que velan por sus derechos.

Artículo 40. Marco profesional orientado a la formación profesional


y al pleno empleo.
Los poderes públicos promoverán las condiciones favorables para el
progreso social y económico y para una distribución de la renta regional y
personal más equitativa, en el marco de una política de estabilidad
económica. De manera especial realizarán una política orientada al pleno
empleo.

Asimismo, los poderes públicos fomentarán una política que


garantice la formación y readaptación profesionales; velarán por la
seguridad e higiene en el trabajo y garantizarán el descanso necesario,
mediante la limitación de la jornada laboral, las vacaciones periódicas
retribuidas y la promoción de centros adecuados.

Artículo 41. Seguridad Social.

28
Los poderes públicos mantendrán un régimen público de Seguridad
Social para todos los ciudadanos, que garantice la asistencia y
prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesidad,
especialmente en caso de desempleo. La asistencia y prestaciones
complementarias serán libres.

Artículo 42. Emigración.


El Estado velará especialmente por la salvaguardia de los derechos
económicos y sociales de los trabajadores españoles en el extranjero y
orientará su política hacia su retorno.

Artículo 43. Protección a la salud.


Se reconoce el derecho a la protección de la salud.
Compete a los poderes públicos organizar y tutelar la salud pública
a través de medidas preventivas y de las prestaciones y servicios
necesarios. La ley establecerá los derechos y deberes de todos al
respecto.

Los poderes públicos fomentarán la educación sanitaria, la


educación física y el deporte. Asimismo facilitarán la adecuada utilización
del ocio.

Artículo 44. Ciencia y cultura.


Los poderes públicos promoverán y tutelarán el acceso a la cultura,
a la que todos tienen derecho.

Los poderes públicos promoverán la ciencia y la investigación


científica y técnica en beneficio del interés general.
Artículo 45. Protección del medio ambiente.
Todos tienen el derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado
para el desarrollo de la persona, así como el deber de conservarlo.
Los poderes públicos velarán por la utilización racional de todos los
recursos naturales, con el fin de proteger y mejorar la calidad de la vida y

29
defender y restaurar el medio ambiente, apoyándose en la indispensable
solidaridad colectiva.

Para quienes violen lo dispuesto en el apartado anterior, en los


términos que la ley fije se establecerán sanciones penales o, en su caso,
administrativas, así como la obligación de reparar el daño causado.

Artículo 46. Patrimonio artístico.


Los poderes públicos garantizarán la conservación y promoverán el
enriquecimiento del patrimonio histórico, cultural y artístico de los
pueblos de España y de los bienes que lo integran, cualquiera que sea su
régimen jurídico y su titularidad. La ley penal sancionará los atentados
contra este patrimonio.

Artículo 47. Vivienda y urbanismo.


Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda
digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones
necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este
derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés
general para impedir la especulación. La comunidad participará en las
plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos.
Artículo 48. Atención a la juventud.
Los poderes públicos promoverán las condiciones para la
participación libre y eficaz de la juventud en el desarrollo político, social,
económico y cultural.

Artículo 49. Protección de los disminuidos.


Los poderes públicos realizarán una política de previsión,
tratamiento, rehabilitación e integración de los disminuidos físicos,
sensoriales y psíquicos, a los que prestarán la atención especializada
que requieran y los ampararán especialmente para el disfrute de los
derechos que este título otorga a todos los ciudadanos.
Artículo 50. Protección a pensionistas y jubilados.

30
Los poderes públicos garantizarán, mediante pensiones adecuadas
y periódicamente actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos
durante la tercera edad. Asimismo, y con independencia de las obligaciones
familiares, promoverán su bienestar mediante un sistema de servicios
sociales que atenderán sus problemas específicos de salud, vivienda,
cultura y ocio.

Artículo 51. Defensa de consumidores y usuarios.


Los poderes públicos garantizarán la defensa de los consumidores y
usuarios, protegiendo, mediante procedimientos eficaces, la seguridad, la
salud y los legítimos intereses económicos de los mismos.

Los poderes públicos promoverán la información y la educación de


los consumidores y usuarios, fomentarán sus organizaciones y oirán a estas
en las cuestiones que puedan afectar a aquellos, en los términos que la ley
establezca.
En el marco de lo dispuesto por los apartados anteriores, la ley
regulará el comercio interior y el régimen de autorización de productos
comerciales.
Artículo 52. Organizaciones profesionales.
La ley regulará las organizaciones profesionales que contribuyan
a la defensa de los intereses económicos que les sean propios. Su
estructura interna y funcionamiento deberán ser democrático.
A continuación se presenta un cuadro de comparativa de grupos:

PARTIDOS POLÍTICOS SINDICATOS / ASOC. EMPRESARIALES


ASOCIACIONES FUNDACIONES COLEGIOS PROFESIONALES
ORGANIZACIONES PROFESIONALES
art. 6 art. 7 art. 22 art. 34 art. 36 art. 52
- Expresan el pluralismo político.

- Concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular.

31
- Son instrumento fundamental para la participación política.
- Contribuyen a la defensa y promoción de los intereses económicos
y sociales que les son propios.
- Se reconoce el derecho de asociación.
- Deberán inscribirse en reg. a los solos efectos de publicidad.
- Se prohíben las secretas y de carácter paramilitar.
- Se reconoce el derecho de fundación para fines de interés general.
- La ley regulará las peculiaridades propias del régimen jurídico de los
Colegios
Profesionales y el ejercicio de las profesionales tituladas.
- La ley regulará las organizaciones profesionales que contribuyan a
la defensa de los intereses económicos que les sean propios.
Su creación y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto
a la CE y a la ley.
Su creación y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto
a la CE y a la ley.
Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos.
Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos.
Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos.
Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos.
- Las que persigan fines o utilicen medios tipificados como delitos son
ilegales.
- Solo podrán ser disueltas o suspendidas en virtud de resolución
judicial motivada.
- Las que persigan fines o utilicen medios tipificados como delitos son
ilegales.
- Solo podrán ser disueltas o suspendidas en virtud de resolución
judicial motivada.

En resumen recordamos los principales deberes constitucionales:

32
(1). Deber de conocer el castellano lengua oficial de Estado, artículo
3.1.
(2). Obligación de adquirir enseñanza básica, artículo 27.4.
(3). Deber de defender España, del que se derivan las obligaciones
militares y la defensa en casos de riesgo, catástrofe o calamidad pública,
artículo 30.
(4). Deberes tributarios, artículo 31.
(5). Deberes conyugales y familiares, artículos 32 y 39.
(6). Deber de trabajar, artículo 35.
(7). Deberes de todos respecto a la salud pública.
(8). Deber de conservar el medio ambiente, artículo 45.
(9). Deber de comparecer ante las cámaras parlamentarias a
requerimiento de estas, artículo 76.
(10). Deber de cumplir las sentencias y demás resoluciones
judiciales firmes, así como prestar colaboración requerida por jueces y
tribunales, artículo 118.
1.2.8.3. Materias reserva ley orgánica de la Constitución española.
(1). Bases de la organización militar à art. 8.2.
(2). Relativo al defensor del pueblo à art. 54.
(3). Suspensión de derechos individual à art. 55.2.
(4). Abdicación, renuncias, orden sucesorio à art. 57.5.
(5). Los términos para la elección provincial de senadores à art. 69.2.
(6). Iniciativa legislativa popular à art. 87.3.
(7). Modalidad de referéndum à art. 92.3.
(8). Autorización para celebrar tratados internacionales à art. 93.
(9). FF. CC. SS. EE. à art. 104.2.
(10). Consejo de Estado à art. 107.
(11). Estados de alarma, excepción y sitio à art. 116.
(12). Poder Judicial à art. 122.
(13). Tribunal de cuentas à art. 136.4. de 31

33
(14). Alteración límites provinciales à art. 141.2.
(15). Constitución de una provincia en CC. AA. sin entidad regional
histórica art. 144.
(16). Reforma del estatuto de autonomía à art. 147.
(17). Leyes de transferencias à art. 150.2.
(18). Regulación de recursos económicos CC. AA. à art. 157.
(19). Tribunal Constitucional à art. 165.
(20). Derechos fundamentales y libertades públicas à arts. 15-29-81.
(21). Aprobación y reforma de estatutos de autonomía à art. 147-81.
(22). Régimen electoral general à art. 81.
1.2.8.4. Garantías constitucionales de las libertades y derechos
fundamentales.
La Constitución española garantiza la efectividad de los derechos
y libertades públicas en ella recogidos, mediante un procedimiento
establecido en el Cap. IV de la misma del Título I (art. 53 y 54), por el que
se protege en mayor medida a los derechos más importantes, decreciendo
en el grado de protección conforme a su importancia.
(1). El art. 14 y los Derechos fundamentales y libertades públicas
(Sec. 1ª, Cap. II, Tít. I).
a) Vinculan a todos los poderes públicos.
b) Está sometida a reserva de ley orgánica la regulación de su
ejercicio (excepto el art. 14).
c) Se puede recabar su tutela ante:
a. Tribunales ordinarios, trámite sumarial y preferente.
b. Recurso de inconstitucionalidad ante el TC.
c. Recurso de amparo, por violación, una vez agotada la vía
judicial, ante el TC (válido también para la objeción de conciencia del art.
30.2)
(2). Derechos y deberes de los ciudadanos (Sec. 2ª, Cap. II, Tít. I):
a) Vinculan a todos los poderes públicos.
b) Está sometida a reserva de ley (norma con rango de ley) la
regulación de su ejercicio.

34
c) Se puede recabar su tutela ante:
a. Tribunales ordinarios, trámite ordinario.
b. Recurso de inconstitucionalidad ante el TC.
(3). Principios rectores de la política social y económica (Cap. III, Tít.
I).
a) Informan la legislación positiva.
b) Informan la práctica judicial, alegables ante la justicia ordinaria,
siempre que exista previa ley.
c) Informan la actuación de los poderes públicos.
Todo lo anterior podemos resumirlo en el siguiente cuadro
explicativo:
Poderes públicos Regulación Protección.
Art. 14. Derechos fundamentales y libertades públicas.

Vinculan: todos los poderes públicos (poder ejecutivo, legislativo y


judicial) estarán vinculados en sus actuaciones a lo que indiquen estos
artículos y derechos. Es decir, en ningún caso pueden legislar o actuar en
contra de ellos.
Ley orgánica: se desarrollarán y regularán mediante ley orgánica
(excepto el artículo 14).
Jurisdicción ordinaria: jueces y tribunales (normales).
Se atienden por trámite sumarial y preferente.
Tribunal Constitucional:
a) Recurso de inconstitucionalidad.
b) Recurso de amparo.
Derechos y deberes.
Sometido a reserva de ley (norma con rango de ley).
Jurisdicción ordinaria: trámite ordinario y no sumarial ni preferente
(el juez tiene la obligación de resolver en cualquier caso).
Tribunal Constitucional.

35
Recurso de inconstitucionalidad.
P.R.P.S.E. Principios rectores de la política social y económica.
Informan: los poderes públicos pueden ir en contra de ellos si es
necesario. Solo tienen carácter informador y no les obligarán en ningún
caso. Son principios para “mejorar” la calidad de vida de los ciudadanos.
Solo ante jurisdicción ordinaria: solo si existe previa ley.

36
1.2.9. Suspensión de los derechos y libertades.
No podrá procederse a la disolución del Congreso mientras estén
declarados algunos de los estados comprendidos en el presente artículo,
quedado automáticamente convocadas las cámaras si no estuvieren en
período de sesiones. Su funcionamiento, así como el de los demás
poderes constitucionales del Estado, no podrá interrumpirse durante la
vigencia de estos estados. Disuelto el Congreso o expirado su mandato, si
se produjere la declaración de alguno de dichos estados, las competencias
del Congreso serán asumidas por su Diputación Permanente.
Cada año el Gobierno, mediante un RD, regula la Comisión Delegada
del Gobierno para Situaciones de Crisis (CDSC), en base al artículo 6.1 de la
Ley 50/1997, de 27 de Noviembre, del Gobierno (LG):

Gabinete de crisis: formado por el presidente del Gobierno, que lo


presidirá; los vicepresidentes del Gobierno; los ministros de Asuntos
Exteriores y de Cooperación, de Defensa y del Interior; el secretario de
Estado de Seguridad y el secretario de Estado, director del Centro Nacional
de Inteligencia (CNI); el director del gabinete de la presidencia del Gobierno
(que ejercerá de secretario); y demás miembros que se considere
oportuno en razón de su creación.

1.2.9.1.1. El Estado de alarma.

(1). Causas. Se podrá declarar el estado de alarma (art. 4 LO 4/81),


cuando se produzca alguna de las siguientes alteraciones graves de la
normalidad:

a) Catástrofes, calamidades o desgracias públicas, tales como


terremotos, inundaciones, incendios urbanos y forestales o accidentes de
gran magnitud.

b) Crisis sanitarias, tales como epidemias y situaciones de


contaminación graves.

37
c) Paralización de servicios públicos esenciales para la
comunidad, cuando no se garantice lo dispuesto en los artículos 28.2 y
37.2 de la Constitución, y concurra alguna de las demás circunstancias o
situaciones contenidas en este artículo y situaciones de
desabastecimiento de productos de primera necesidad.

(2). Autoridad competente. El Gobierno, en uso de las facultades que


le otorga el artículo 116.2 de la Constitución puede declarar en todo o
parte del territorio nacional, el estado de alarma.

Si se diera alguna de las causas anteriormente vistas y afecten


exclusivamente a todo o parte del ámbito territorial de una comunidad
autónoma (art. 5), el presidente de la misma podrá solicitar del Gobierno
la declaración de estado de alarma.
A los efectos del estado de alarma la autoridad competente (art. 7)
será el Gobierno o, por delegación de este, el presidente de la comunidad
autónoma.

(3). Procedimiento. La declaración del estado de alarma se llevará


a cabo mediante decreto acordado en Consejo de Ministros.

(4). Duración máxima. En el decreto se determinará el ámbito


territorial, la duración y los efectos del estado de alarma, que no podrá
exceder de 15 días. Solo se podrá prorrogar con autorización expresa
del Congreso de los Diputados.

1.2.1.9.2. El Estado de excepción.

(1). Causas. Son causas de solicitud de autorización del estado de


excepción (art. 13 LO 4/81), por parte del Gobierno al Congreso de los
Diputados (art. 116.3 CE). “Cuando el libre ejercicio de los derechos y

38
libertades de los ciudadanos, el normal funcionamiento de las instituciones
democráticas, el de los servicios públicos esenciales para la comunidad,
o cualquier otro aspecto del orden público, resulten tan gravemente
alterados que el ejercicio de las potestades ordinarias fuera insuficiente
para restablecerlo y mantenerlo”.

(2). Procedimiento. El Gobierno remitirá al Congreso de los


Diputados una solicitud de autorización que deberá contener los
siguientes extremos:

a) Determinación de los efectos del estado de excepción, con


mención de los derechos cuya suspensión se solicita, que no serán otros
que los enumerados en el art. 55.1 de la Constitución.

b) Relación de las medidas a adoptar referidas a los


derechos cuya suspensión específicamente se solicita.

c) Ámbito territorial del estado de excepción, así como duración


del mismo, que no podrá exceder de 30 días.

d) La cuantía máxima de las sanciones pecuniarias que la


autoridad gubernativa este autorizada para imponer, en su caso, a quienes
contravengan las disposiciones que dicte durante el estado de excepción.

El Congreso debatirá la solicitud de autorización, pudiendo


aprobarla por completo o introducir alguna modificación.

(3). Autoridad Competente. El Gobierno, obtenida la autorización


del Congreso, procederá a declarar el estado de excepción, acordando
en Consejo de Ministros un decreto con el contenido autorizado por el
Congreso de los Diputados.

39
(4). Duración máxima. El estado de excepción tendrá una duración
máxima de 30 días. El Gobierno, mediante decreto acordado en Consejo
de Ministros, podrá poner fin al estado de excepción antes de que finalice
el periodo, dando cuenta de ello inmediatamente al Congreso de los
Diputados.

Si persistieran las circunstancias que dieron lugar a la declaración del


estado de excepción, el Gobierno podrá solicitar del Congreso de los
Diputados la prórroga de aquel, que no podrá exceder de 30 días.

(5). Privación de derechos. La declaración de Estado de excepción


podrá autorizar la suspensión temporal de los derechos y garantías
recogidos en el artículo 55.1 CE. (Ver apartado 1.2.9.2 suspensión con
carácter colectivo).

1.2.1.9.3. El Estado de Sitio.

(1). Causas y autoridad competente. Conforme el art. 116.4 de


la CE, el Gobierno podrá proponer al Congreso de los Diputados la
declaración de estado de sitio cuando se produzca o amenace producirse
una insurrección o acto de fuerza contra la soberanía o independencia de
España, que no pueda resolverse por otros medios.

(2). Duración. La correspondiente declaración determinará el ámbito


territorial, duración y condiciones del estado de sitio.

(3). Privación de derechos. La declaración de estado de sitio podrá


autorizar, además de lo previsto para los estados de alarma y excepción,
la suspensión temporal de las garantías jurídicas del detenido recogidas
en el art. 17.3 de la Constitución española. (Información de los derechos).

1.2.9.2. Suspensión con carácter colectivo, (artículo 55.1 de


la Constitución española).

40
También pueden ser suspendidos ciertos derechos y garantías con
carácter colectivo, cuando se acuerde la declaración de los Estados de
excepción y sitio, exceptuando el art. 17.3 en el Estado de excepción.

(1). Privación del derecho a la libertad y al plazo máximo de


detención de 72 horas, art. 17.2 de la CE.
(2). Privación del derecho del detenido, a ser informado, a la
asistencia de abogado, a no declarar, art. 17.3 de la CE.
(3). Privación a la inviolabilidad del domicilio, artículo 18.2 de la CE.
(4). Privación del secreto a las comunicaciones, art. 18.3 de la CE.
(5). Privación del derecho a la libertad de residencia y circulación,
artículo 19 de la CE.
(6). Privación del derecho a la libertad de expresión, art. 20.1 a) de la
CE.
(7). Privación a comunicar o recibir libremente información veraz
por cualquier medio de difusión, art. 20.1 d).
(8). Privación del secuestro de publicaciones, grabaciones y otros
medios de información, art. 20.5.
(9). Privación del derecho de reunión, manifestación, huelga e
incautación de armas, art. 21 de la CE.
(10). Privación del derecho de huelga a los trabajadores, art. 28.2 de
la CE.
(11). Privación del derecho de los trabajadores y empresarios a
adoptar medidas de conflicto colectivo, art. 37.2 de la CE.
1.2.9.3. Suspensión con carácter individual, (artículo 55.2 de
la Constitución española).
También pueden ser suspendidos ciertos derechos y garantías con
carácter individual, a personas determinadas que, o bien, estuvieren
relacionadas con elementos terroristas o con bandas armadas, que incidan
gravemente en la seguridad ciudadana, o bien hicieren su apología.
Regulados en la LO 9/1984 de 26 de diciembre contra la actuación de
bandas armadas y elementos terroristas, declarada en varios preceptos
inconstitucional (STC 199/1987) e incorporada a la Lecrim. Por LO 4/1988
de 25 de mayo. Los derechos que pueden ser suspendidos son:

41
(1). Garantía de duración máxima de 72 horas de la detención
preventiva, art. 17.2 CE.
(2). Inviolabilidad de domicilio. (No precisan resolución judicial las
entradas y registros), art. 18.2 de la CE.
(3). El secreto en las comunicaciones, art. 18.3 de la CE.

2. EL DEFENSOR DEL PUEBLO.

2.1. DEFENSOR DEL PUEBLO DE ESPAÑA.


El artículo 54 de la Constitución española establece que una ley
orgánica regulará la institución del Defensor del Pueblo. El art 54.1 CE y
el art. 1 Ley Orgánica del Defensor del Pueblo definen al Defensor del
Pueblo, como institución, como el alto comisionado de las Cortes
Generales, designado por estas para la defensa de los derechos
fundamentales, a cuyo efecto podrá supervisar la actividad de las
Administraciones públicas. En cumplimiento de este mandato
constitucional se promulgó la Ley Orgánica 3/1981, de 6 de abril, que
regula a la institución del Defensor del Pueblo (en adelante LODP).

El Defensor del Pueblo es una figura institucional española


encargada de velar por el respeto de los derechos que el título I (aunque
en la práctica se extiende a todos los derechos constitucionales) que la
Constitución de 1978 otorga al ciudadano, pudiendo inclusive, para ello,
supervisar la actividad de la Administración.

Anualmente debe rendir Informe a las CG recogiendo su actuación


del año.

Su actuación es informal y gratuita, actúa de oficio o a instancia de


parte. Cualquier persona puede formular quejas ante él (sin ninguna
formalidad), este acusa recibo de la queja y la tramita (en su caso).

2.1.1. Elección (art. 2 LODF).

42
El Defensor del Pueblo será elegido por las CG para un período
de 5 años (siendo posible su reelección), y se dirigirá a las mismas a través
de los presidentes del Congreso y del Senado, respectivamente. La forma
de elección del Defensor del Pueblo (modificada LO 2/1992), se hará
mediante candidato/s propuesto/s por una Comisión Mixta de Congreso-
Senado (se convocará en término no inferior a 10 días al pleno del
Congreso para que proceda a su elección), precisando mayoría de 3/5 de
cada cámara (primero vota el congreso y en un plazo de 20 días lo hace el
Senado ratificando la mayoría del Congreso que debe ser 3/5), en caso
negativo, se presentan por la citada comisiones sucesivas propuestas que
precisan, 3/5 en el Congreso y mayoría absoluta en el Senado. Los
presidentes del C-S acreditan con su firma el nombramiento del D.P que se
publicará en el BOE.

Designado el Defensor del Pueblo se reunirá de nuevo la Comisión


Mixta Congreso-Senado para otorgar su conformidad previa al
nombramiento de los adjuntos que le sean propuestos por aquel.

Podrá ser elegido Defensor del Pueblo cualquier español mayor de


edad que se encuentre en el pleno disfrute de sus derechos civiles y
políticos (arts. 2.6 y 3 LODP).
El Defensor del Pueblo no está sujeto a mandato imperativo
alguno, no recibe instrucciones de ninguna autoridad, desempeña sus
funciones con autonomía y goza de inviolabilidad e inmunidad durante
su permanencia en el cargo.

2.1.2. Adjuntos.
El Defensor del Pueblo está auxiliado por 2 adjuntos (adjunto
primero y una adjunto segundo), en los que puede delegar sus funciones, y
que son nombrados previa conformidad de las Cortes Generales, y que,
junto con la Secretaria General forman la Junta de Coordinación y
Régimen Interior, cuyas competencias están definidas en el artículo 18 del
Reglamento de Organización y Funcionamiento. Los adjuntos tampoco (art.
6 LODP) están sujetos a mandato imperativo alguno al igual que el DP.

43
El Defensor del Pueblo nombrará y separará (art. 8 LODP) a sus
adjuntos previa conformidad de las cámaras en la forma que determinen
sus reglamentos. El nombramiento de los adjuntos será publicado en el
Boletín Oficial del Estado.
Actualmente es D. FRANCISCO M. FERNÁNDEZ MARUGÁN.

La normativa que regula la institución del Defensor del Pueblo está


constituida por:
(1). Constitución española, artículo 54.
(2). Ley Orgánica 3/1981, de 6 de abril del Defensor del Pueblo,
modificada por la Ley Orgánica
2/1992, de 5 de marzo (BOE nº 109, de 7 de mayo de 1981 y nº 57,
de 6 de marzo de 1992); y la Ley Orgánica 1/2009, de 3 de noviembre (BOE
núm. 266, de 4 de noviembre de 2009).
(3). Reglamento de Organización y Funcionamiento del Defensor
del Pueblo, aprobado por las mesas del Congreso y del Senado, a
propuesta del Defensor del Pueblo, en su reunión conjunta de 6 de abril
de 1983. Modificado por las resoluciones de las mesas del Congreso de los
Diputados y del Senado de 21 de abril de 1992, de 26 de septiembre de
2000 y de 25 de enero de 2012 (BOE núm. 99, de 24 de abril de 1992; núm.
261, de 31 de octubre de 2000; y núm. 52, de 1 de marzo de 2012).
(4). Ley 36/1985, de 6 de noviembre, por la que se regulan las
relaciones entre la institución del Defensor del Pueblo y las figuras
similares en las distintas comunidades autónomas (BOE, nº 271, de 12 de
noviembre de 1985).
(5). Instrucción de 23 de septiembre de 2008 del Defensor del
Pueblo, por la que se regulan los ficheros de datos de carácter personal
en la institución del Defensor del Pueblo. (BOE nº 295 de 8 de diciembre
de 2008).
Los adjuntos y asesores (art. 36 LODP) cesarán automáticamente
en el momento de la toma de posesión de un nuevo Defensor del Pueblo
designado por las Cortes.
2.1.3. El Defensor del Pueblo cesará por alguna de las siguientes
causas.

44
(1). Por renuncia.
(2). Por expiración del plazo de su nombramiento.
(3). Por muerte o por incapacidad sobrevenida.
(4). Por actuar con notoria negligencia en el cumplimiento de las
obligaciones y deberes del cargo.
(5). Por haber sido condenado, mediante sentencia firme, por delito
doloso.
El presidente del Congreso declara la vacante en los casos de
renuncia, muerte o expiración del plazo del mandato (1-2-3) y
desempeñarán sus funciones los adjuntos.
En los casos de incapacidad, actuación negligente y condena (3-4-5),
se debe decidir por debate de las Cortes aprobado por 3/5 de cada cámara
previa audiencia del interesado.
Vacante el cargo se iniciará el procedimiento para el nombramiento
del nuevo Defensor del Pueblo en plazo no superior a un mes.
2.1.4. Incompatibilidad.
(1). Con todo mandato representativo.
(2). Con todo cargo político o actividad de propaganda política.
Servicios especiales.
(3). Con la permanencia en el servicio activo de cualquier
Administración pública.
(4). Con la afiliación a un partido político o el desempeño de
funciones directivas en un partido político o en un sindicato, asociación o
fundación y con el empleo al servicio de los mismos.
(5). Con el ejercicio de las carreras judicial y fiscal.
(6). Con cualquier actividad profesional, liberal, mercantil o laboral.

De estas actividades debe renunciar en el plazo de 10 días siguientes


a su nombramiento y antes de tomar posesión, en toda situación de
incompatibilidad que pudiere afectarle entendiéndose en caso contrario
que no acepta el nombramiento.

45
Si la incompatibilidad fuere sobrevenida una vez haya tomado
posesión del cargo, se entenderá que renuncia a Defensor del Pueblo, en
la fecha en que se ha producido la referida toma de posesión.

2.1.5. Competencias.
El Defensor del Pueblo cuenta con facultades inspectoras y de
investigación, que incluyen la obligación legal de todo poder público de
prestarle, con carácter preferente urgente, la colaboración que precise
para sus investigaciones, ni siquiera tratándose de documentos declarados
secretos de acuerdo con la ley. La obstaculización de la investigación por
parte de cualquier funcionario queda comprendida en el delito.

El Defensor del Pueblo puede sugerir al órgano legislativo o


Administración la modificación de aquellas normas cuyo cumplimiento
pudiera provocar, a su juicio, situaciones injustas o perjudiciales para los
administrados.

La facultad más relevante del Defensor del Pueblo es la de


interponer recursos de inconstitucionalidad y de amparo en base a la
Constitución en el art. 162.1 a y b.

2.1.6. El procedimiento de investigación del defensor del pueblo.


2.1.6.1. Iniciación y contenido de la investigación.

El Defensor del Pueblo podrá iniciar y proseguir de oficio o a petición


de parte, cualquier investigación conducente al esclarecimiento de los actos
y resoluciones de la Administración pública y sus agentes, en relación con
los ciudadanos, a la luz de lo dispuesto en el art. 103,1, de la Constitución y
el respeto debido a los derechos proclamados en su título primero.

Las atribuciones del Defensor del Pueblo se extienden a la actividad


de los ministros, autoridades administrativas, funcionarios y cualquier
persona que actúe al servicio de las Administraciones públicas.

46
Podrá dirigirse al Defensor del Pueblo toda persona natural o
jurídica que invoque un interés legítimo, sin restricción alguna. No podrán
constituir impedimento para ello la nacionalidad, residencia, sexo, minoría
de edad, la incapacidad legal del sujeto, el internamiento en un centro
penitenciario o de reclusión o, en general, cualquier relación especial de
sujeción o dependencia de una Administración o poder público.

Los diputados y senadores individualmente, las comisiones de


investigación o relacionadas con la defensa general o parcial de los
derechos y libertades públicas y, principalmente, la Comisión Mixta
Congreso-Senado de relaciones con el Defensor del Pueblo, podrán
solicitar mediante escrito motivado la intervención del Defensor del
Pueblo para la investigación o esclarecimiento de actos, resoluciones y
conductas concretas producidas en las Administraciones públicas, que
afecten a un ciudadano o grupo de ciudadanos, en el ámbito de sus
competencias.

No podrá presentar quejas ante el Defensor del Pueblo ninguna


autoridad administrativa en asuntos de su competencia.
La actividad del Defensor del Pueblo no se verá interrumpida en los
casos en que las Cortes Generales no se encuentren reunidas, hubieren sido
disueltas o hubiere expirado su mandato.
En las situaciones previstas en el apartado anterior, el Defensor
del Pueblo se dirigirá a las Diputaciones Permanentes de las cámaras.
La declaración de los estados de excepción o de sitio no
interrumpirán la actividad del Defensor del Pueblo, ni el derecho de los
ciudadanos de acceder al mismo, sin perjuicio de lo dispuesto en el art. 55
de la Constitución.
2.1.6.2. Ámbito de competencias.
El Defensor del Pueblo podrá, en todo caso, de oficio o a instancia
de parte, supervisar por sí mismo la actividad de la comunidad autónoma
en el ámbito de competencias definido por esta ley.

47
A los efectos de lo previsto en el párrafo anterior, los órganos
similares de las comunidades autónomas coordinarán sus funciones con las
del Defensor del Pueblo y este podrá solicitar su cooperación.

Cuando el Defensor del Pueblo reciba quejas referidas al


funcionamiento de la Administración de justicia, deberá dirigirlas al
Ministerio Fiscal para que este investigue su realidad y adopte las medidas
oportunas con arreglo a la ley, o bien de traslado de las mismas al Consejo
General del Poder Judicial, según el tipo de reclamación de que se trate;
todo ello sin perjuicio de la referencia que en su informe general a las
Cortes Generales pueda hacer al tema.

El Defensor del Pueblo velará por el respeto de los derechos


proclamados en el título primero de la Constitución, en el ámbito de la
administración militar, sin que ello pueda entrañar una interferencia en el
mando de la defensa nacional.

2.1.6.3. Tramitación de las quejas.

Toda queja se presentará firmada por el interesado, con


indicación de su nombre, apellidos y domicilio, en escrito razonado, en
papel común y en el plazo máximo de un año, contado a partir del
momento en que tuviera conocimiento de los hechos objeto de la misma.

Todas las actuaciones del Defensor del Pueblo son gratuitas para el
interesado y no será preceptiva la asistencia de letrado ni de procurador.
De toda queja se acusará recibo.

La correspondencia dirigida al Defensor del Pueblo y que sea


remitida desde cualquier centro de detención, internamiento o custodia
de las personas no podrá ser objeto de censura de ningún tipo.

Tampoco podrán ser objeto de escucha o interferencia las


conversaciones que se produzcan entre el Defensor del Pueblo o sus

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delegados y cualquier otra persona de las enumeradas en el apartado
anterior.

El Defensor del Pueblo registrará y acusará recibo de las quejas


que se formulen, que tramitará o rechazará. En este último caso lo hará
en escrito motivado, pudiendo informar al interesado sobre las vías más
oportunas para ejercitar su acción, caso de que a su entender hubiese
alguna y sin perjuicio de que el interesado pueda utilizar las que considere
más pertinentes.

El Defensor del Pueblo no entrará en el examen individual de


aquellas quejas sobre las que esté pendiente resolución judicial y lo
suspenderá si, iniciada su actuación, se interpusiere por persona
interesada demanda o recurso ante los tribunales ordinarios o el
Tribunal Constitucional. Ello no impedirá, sin embargo, la investigación
sobre los problemas generales planteados en las quejas presentadas.
En cualquier caso, velará porque la Administración resuelva expresamente,
en tiempo y forma, las peticiones y recursos que le hayan sido formulados.

El Defensor del Pueblo rechazará las quejas anónimas y podrá


rechazar aquellas en las que advierta mala fe, carencia de fundamento,
inexistencia de pretensión, así como aquellas otras cuya tramitación
irrogue perjuicio al legítimo derecho de tercera persona. Sus decisiones
no serán susceptibles de recurso.

Admitida la queja, el Defensor del Pueblo promoverá la oportuna


investigación sumarial e informal para el esclarecimiento de los
supuestos de la misma. En todo caso dará cuenta del contenido
sustancial de la solicitud al organismo o a la dependencia administrativa
procedente con el fin de que por su jefe, en el plazo máximo de 15 días, se
remita informe escrito. Tal plazo será ampliable cuando concurran
circunstancias que lo aconsejen a juicio del Defensor del Pueblo.
La negativa o negligencia del funcionario o de sus superiores
responsables al envío del informe inicial solicitado podrá ser considerada
por el Defensor del Pueblo como hostil y entorpecedora de sus

49
funciones, haciéndola pública de inmediato y destacando tal calificación
en su informe anual o especial, en su caso, a las Cortes Generales.

Cuando la queja a investigar afectare a la conducta de las personas


al servicio de la Administración, el Defensor del Pueblo dará cuenta de
la misma al funcionario y a su inmediato superior. El afectado responderá
por escrito y con la aportación de cuantos documentos considere oportuno,
en un plazo no inferior a diez días, pudiendo ser prorrogado, a instancia de
parte, por la mitad del concedido. La información que pueda aportar el
funcionario, será una información reservada, sin perjuicio de los dispuesto
en la Ley de Enjuiciamiento Criminal (en adelante Lecrim), sobre la
denuncia de hechos que pudiesen revestir carácter delictivo. El superior
jerárquico que prohíba al funcionario a sus órdenes responder a la
requisitoria del Defensor del Pueblo o entrevistarse con él, deberá
manifestarlo por escrito, debidamente motivado, dirigido al funcionario y
al propio Defensor del Pueblo.

2.1.6.4. Contenido de las resoluciones.

El Defensor del Pueblo, aun no siendo competente para modificar


o anular los actos y resoluciones de la Administración pública, podrá, sin
embargo, sugerir la modificación de los criterios utilizados para la
producción de aquellos.

Si como consecuencia de sus investigaciones llegase al


convencimiento de que el cumplimiento riguroso de la norma puede
provocar situaciones injustas o perjudiciales para los administrados, podrá
sugerir al órgano legislativo competente o a la Administración la
modificación de la misma.

Si las actuaciones se hubiesen realizado con ocasión de servicios


prestados por particulares en virtud de acto administrativo habilitante, el
Defensor del Pueblo podrá instar de las autoridades administrativas
competentes el ejercicio de sus potestades de inspección y sanción.

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El Defensor del Pueblo está legitimado para interponer los
recursos de inconstitucionalidad y de amparo, de acuerdo con lo
dispuesto en la Constitución y en la ley orgánica del Tribunal
Constitucional.

2.1.6.5. Notificaciones y comunicaciones.

El Defensor del Pueblo informará al interesado del resultado de sus


investigaciones y gestión, así como de la respuesta que hubiese dado la
Administración o funcionario implicados, salvo en el caso de que estas, por
su naturaleza, fuesen consideradas como de carácter reservado o
declaradas secretas.

Cuando su intervención se hubiere iniciado de acuerdo con lo


dispuesto en el apartado 2 del art. 10 (Diputados o Senadores, comisiones
de investigación etc., solicitan la intervención del DP), el Defensor del
Pueblo informará al parlamentario o comisión competente que lo hubiese
solicitado y al término de sus investigaciones, de los resultados alcanzados.
Igualmente, cuando decida no intervenir informará razonando su
desestimación.

El Defensor del Pueblo comunicará el resultado positivo o


negativo de sus investigaciones a la autoridad, funcionario o dependencia
administrativa acerca de la cual se haya suscitado.

2.1.6.6. Informe a las Cortes.

El Defensor del Pueblo dará cuenta anualmente a las Cortes


Generales de la gestión realizada en un informe (no constarán datos
personales) que presentará ante las mismas cuando se hallen reunidas en
período ordinario de sesiones.

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Cuando la gravedad o urgencia de los hechos lo aconsejen podrá
presentar un informe extraordinario que dirigirá a las Diputaciones
Permanentes de las cámaras si estas no se encontraran reunidas.
Los informes anuales y, en su caso, los extraordinarios, serán
publicados.

2.1.7. Disposición final única mecanismo nacional de prevención de


la tortura.
El Defensor del Pueblo ejercerá las funciones del “Mecanismo
Nacional de Prevención de la Tortura” de conformidad con la Constitución,
la presente ley y el protocolo facultativo de la convención contra la tortura
u otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.

Esta disposición final única es introducida por la ley 1/2009, de 3 de


noviembre, complementaria de la Ley de reforma de la legislación procesal
para la implantación de la nueva Oficina judicial, por la que se modifica la
Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial.

Se crea un consejo asesor como órgano de cooperación técnica y


jurídica en el ejercicio de las funciones propias del mecanismo nacional
de prevención, que será presidido por el adjunto en el que el Defensor del
Pueblo delegue las funciones previstas en esta disposición.

El reglamento determinará su estructura, composición y


funcionamiento.

2.2. Figuras análogas al Defensor del Pueblo español.


Conforme se ha ido desarrollando el Estado democrático y social, las
comunidades autónomas han ido creando figuras análogas al Defensor del
Pueblo cuyo ámbito de actuación queda relegado a la propia comunidad
autónoma. Sin embargo estas figuras tienen la obligación de cooperar y
coordinarse con el Defensor del Pueblo español en sus investigaciones
dado que este puede solicitar su colaboración.

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Y posteriormente en 1995 a un nivel más ambicioso, nació el
Defensor del Pueblo Europeo, encargado de investigar reclamaciones
relativas a la mala administración por parte de las instituciones y órganos
de la Unión Europea.

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