Transtornos Más Usuales A Tratar Con La Tcc.

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MÓDULO 2:

TRASTORNOS MÁS USUALES A TRATAR CON LA


TERAPIA COGNITIVO - CONDUCTUAL
Además de los tratamientos
habituales de diversos trastornos, se
cuenta con nuevas incorporaciones
en el empleo de Terapia Cognitivo
Conductual en diferentes áreas
relacionadas con la neuropsicología
y orientación vocacional, entre
otras; en este módulo trataremos
los trastornos más usuales a tratar
con la TCC.
Trastornos de Ansiedad
Los Trastornos de Ansiedad son un grupo de
problemas psicológicos que, como lo indica
su nombre, se caracterizan por un nivel de
ansiedad muy elevado. Son problemas muy
frecuentes y no siempre quien padece un
Trastorno de Ansiedad lo sabe.

Muchas veces, las personas sufren de


miedo, preocupación, angustia y malestar
excesivo, todo lo cual se debe a un
problema psicológico pero como la persona
lo desconoce, entonces no busca ayuda y
continúa con el problema.
¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad es una emoción que todas las


personas experimentamos. La ansiedad no
es en sí misma ni patológica ni peligrosa
sino que se trata de una reacción humana
normal cuando nos vemos enfrentados a
una amenaza. Por lo tanto, la ansiedad no
puede eliminarse, lo cual tampoco sería
bueno pues nos dejaría sin una defensa
frente a potenciales peligros.

Lo que sí podemos hacer es aprender a


controlar o manejar a la ansiedad,
particularmente cuando ella es muy
elevada y exagerada.
La ansiedad deja de ser normal y sana cuando se transforma en una emoción
intensa, exagerada o desproporcionada respecto de los peligros reales que existen.
Así, por ejemplo, si estando en el cine vemos fuego y olemos humo, muy
probablemente reaccionemos con ansiedad y esto es perfectamente normal. En tal
caso, la ansiedad nos movilizaría a escapar de una situación potencialmente
peligrosa. Ahora bien, si estando en el cine nos vemos invadidos de una ansiedad
intensa porque pensamos que estamos rodeados de mucha gente y nos puede
resultar embarazoso salir de la sala, entonces nuestra ansiedad es patológica.
En conclusión, la ansiedad es una emoción
normal pero que puede transformarse en
patológica si es muy intensa o
desproporcionada respecto de los peligros
objetivos que la disparan. Y es en tales
casos que hablamos de Trastornos o
Desórdenes de Ansiedad.

Todos ellos comparten una misma


característica: la reacción de ansiedad
elevada; pero se diferencian en la manera
en que esta emoción se manifiesta.
Trastorno de pánico

El Trastorno de Pánico tiene dos


características importantes.

Primero, la persona experimenta


crisis de pánico; segundo, la persona
queda extremadamente preocupada
por volver a experimentar nuevas
crisis o por las consecuencias que
estas crisis pueden tener en su salud.
Las crisis o ataques de pánico son episodios súbitos de miedo intenso que se
acompañan por sensaciones en el cuerpo y pensamientos de catástrofe.

Algunos de los síntomas más comunes son:

✓ Palpitaciones y/o taquicardia.


✓ Temblores.
✓ Sensación de ahogo, falta de aire y dificultades para respirar.
✓ Sensación de mareo e inestabilidad y por esto, temor al desmayo.
✓ Opresión en el pecho y/o en el estómago.
✓ Desrealización (sensación de irrealidad).
✓ Despersonalización (sentirse separado de uno mismo).
✓ Miedo a morir.
✓ Miedo a volverse loco.
✓ Miedo a perder el control.
En el momento de más miedo, la persona tiende a pensar que tales sensaciones
corporales son peligrosas, que son el aviso de algún problema de salud como
un infarto, un desmayo, un accidente cerebrovascular o incluso la muerte. No
obstante, ninguna de estas sensaciones constituye un peligro real sino que
todas ellas son una expresión del mismo miedo experimentado en el momento.

Una vez pasado el ataque de pánico, la persona suele quedar extremadamente


preocupada por la posibilidad de que aparezcan nuevos ataques y por las
consecuencias de los mismos. Generalmente, esta preocupación se transforma
en un síntoma muy angustiante pues la persona no puede parar de pensar en
ello y como consecuencia, empieza a evitar situaciones en las cuales no se
siente segura pues teme tener uno de estos ataques.
Agorafobia
La Agorafobia se caracteriza por un miedo intenso cuando se está en lugares de
donde puede resultar difícil escapar o encontrar ayuda si se estuviera frente a
una crisis de pánico o alguna otra circunstancia embarazosa.

Las personas con Agorafobia suelen temer algunas situaciones muy típicas como
estar solas en supermercados, calles y avenidas, restaurantes, cines, trenes y
autobuses. Por tal motivo, quienes padecen este desorden tratan de evitar tales
situaciones o las toleran con mucho sufrimiento. Alternativamente, la persona
con Agorafobia puede volverse muy dependiente de algún familiar o persona de
mucha confianza pues necesita que la acompañen para llevar a cabo tareas muy
sencillas.
Fobia Social
El Trastorno de Ansiedad Social, también llamado Fobia Social, se caracteriza
por un fuerte temor que aparece en situaciones sociales, es decir, cuando la
persona tiene que estar y o relacionarse con otros. Es por este motivo que la
persona con Fobia Social tiende a evitar el contacto con los demás y rehuir de
situaciones sociales, salvo cuando está con personas familiares o amigos muy
cercanos.

El síntoma cognitivo más importante de la Fobia Social es el miedo a ser


evaluado negativamente por los demás y por lo tanto, ser rechazado, tratado
de mal modo o burlado. La persona con este cuadro se siente observada y
cree que los demás piensan y hablan mal de él.
Asimismo, suele experimentar sensaciones
corporales desagradables cuando se
encuentra en entornos sociales; por
ejemplo, siente malestar u opresión en el
pecho o estómago, tiene calor, transpira.
Las sensaciones corporales pueden ser muy
molestas y a veces, se transforman en el
componente central del trastorno, como
por ejemplo, cuando hay Eritrofobia, que
significa temor a ponerse colorado.
La Fobia Social varía en gravedad, desde un nerviosismo leve a una ansiedad y
bloqueo extremo en situaciones sociales. Podemos establecer la siguiente
clasificación de menor a mayor grado de ansiedad y patología.

La Timidez consiste en un nerviosismo leve que


la persona experimenta cuando conoce gente
nueva o se encuentra en situaciones sociales
donde todos o la mayoría son desconocidos.
Esta reacción de nerviosismo suele desaparecer
sola cuando se entra en confianza. Este temor
no es patológico y generalmente no representa
un problema psicológico.
La Fobia Social Discreta o Específica incluye a las
personas que temen una o dos situaciones sociales
puntuales. Así, por ejemplo, la persona puede tener
mucho miedo de hablar en público frente a una
clase o con personas de autoridad (jefes, profesores)
pero se maneja bien en grupos de pares, con
compañeros o incluso desconocidos. Este tipo de
Fobia Social representa un problema según el estilo
de vida de la persona. Tal vez, alguien que trabajó
siempre en un cargo intermedio es ascendido a un
cargo jerárquico, lo cual lo obliga a hablar en público
en reuniones de trabajo y entonces, el miedo se
trasforma en un obstáculo.
La Fobia Social No Generalizada se
caracteriza porque la persona teme a
muchas situaciones sociales, más de
dos, pero no a todas.

Generalmente, se trata de personas


que no pueden opinar en una clase, no
se animan a relacionarse con el sexo
opuesto, casi no tienen amigos, no
asisten a reuniones sociales como
fiestas o cumpleaños. Este caso de
Fobia Social siempre es un problema,
siempre dificulta mucho el desarrollo
de la persona y la expone a un
importante sufrimiento.
La Fobia Social Generalizada es la versión más grave del cuadro pues la
persona teme a casi cualquier interacción con otra persona.

Así, no sólo experimenta miedo al tener que hablar en público o entablar


una conversación con alguien desconocido, sino que también el temor
aparece en las situaciones más simples y necesarias como comprar en el
supermercado, comer en público o hasta caminar por una calle donde hay
gente.

Un miedo social tan generalizado representa un gran obstáculo para la


mayoría de las actividades pues en casi cualquier cosa que hacemos, hay
otras personas involucradas.
Fobia Específica
La Fobia Específica consiste en un temor muy intenso e irracional ante objetos o
situaciones puntuales. Decimos que se trata de un temor irracional porque la
persona teme a cosas que no representan ningún peligro real.

Así, por ejemplo, los fóbicos suelen tener miedo a los perros, a las palomas, a los
subtes o a los ascensores. Ninguno de estos elementos conlleva una amenaza real,
por el contrario son todos inofensivos. De hecho, las personas con Fobia Específica
generalmente se dan cuenta de lo ilógico de su miedo, no obstante ello, no
pueden pararlo.

Las Fobias Específicas pueden transformarse en verdaderos problemas cuando


interfieren con las actividades cotidianas
Hay varios tipos de fobias, algunas son más incapacitantes que otras.

✓ La fobia tipo animal se refiere a un temor marcado a algunos animales que


no son peligrosos, como ya mencionamos, perros o palomas.
✓ La fobia tipo ambiental se refiere a los eventos de la naturaleza, como a las
tormentas.
✓ La fobia tipo situacional se refiere a situaciones de la vida cotidiana, las que
pueden ser muy variadas. Un ejemplo es el mencionado de las fobias a los
exámenes.
✓ La fobia tipo sangre-inyecciones-daño consiste en un miedo muy marcado a
la visión de sangre o heridas abiertas, o a ser inyectado o recibir
procedimientos médicos. El mayor problema de este tipo de fobia es que
luego de un primer pico de ansiedad, las personas experimentan una baja
en la presión sanguínea y esto puede conducir a un desmayo.
Trastorno de Ansiedad Generalizada

El Trastorno de Ansiedad Generalizada se caracteriza por la presencia de


preocupaciones crónicas, excesivas e incontrolables sobre una variada gama de
temas, como por ejemplo, el trabajo, las relaciones con amigos, asuntos
domésticos.

Como indica su nombre, la reacción de ansiedad se generaliza hacia muchos


asuntos y actividades cotidianas lo cual lleva a un estado de tensión permanente
para quien lo padece. La persona con este cuadro suele autodescribirse diciendo
“estoy preocupado por todo”.
El paciente con Trastorno de Ansiedad
Generalizada puede presentar un conjunto
amplio y variado de síntomas y sensaciones
corporales.

Así, frecuentemente, aparece inquietud,


dificultades para dormir, contracturas
musculares, malestar gástrico, dolores de
cabeza, irritabilidad; todo esto con un gran
impacto negativo para la calidad de vida. Por
otra parte, a veces aparecen crisis de pánico.

El impacto negativo de este cuadro en la


salud puede ser realmente muy importante
cuando se vuelve crónico, de larga duración.
Trastorno Obsesivo Compulsivo
El Trastorno Obsesivo Compulsivo consiste en un cuadro caracterizado por dos tipos
de síntomas:

✓ Las obsesiones: son impulsos, pensamientos o imágenes recurrentes, que


aparecen en la consciencia de la persona y que se viven como intrusivos o
inadecuados.

Es decir, la persona no los busca sino que los experimenta como pensamientos que
se entrometen en su mente y no son apropiados.

Por tal motivo, causan un malestar importante y quien los padece, trata de
suprimirlos.
✓ Las compulsiones: son comportamientos o actos mentales repetitivos que la
persona se ve obligada a efectuar como respuesta a alguna obsesión.

El objetivo de las compulsiones es aplacar el malestar producido por las obsesiones o


prevenir algún hecho negativo futuro desagradable.

No obstante, las compulsiones no se encuentran conectadas lógicamente con lo que


pretenden impedir o son claramente excesivas, y esto es reconocido por el paciente.
La presentación del Trastorno Obsesivo Compulsivo varía mucho. Existen
diferentes subtipos, con sintomatología distinta que se presenta en variados
niveles de gravedad. A continuación, nombramos algunos de los subtipos más
importantes:

Algunas personas sufren de un tipo denominado de contaminación. En este caso,


la persona tiene obsesiones que le dicen que algo que tocó está contaminado, por
suciedad, gérmenes, bacterias que pueden transmitir enfermedades. Por ejemplo,
el paciente teme sentarse en una silla donde se sentaron otros, tocar picaportes,
usar un baño público. Como consecuencia del temor a la contaminación, el
individuo realiza compulsiones de lavado excesivo, llegando en algunos casos a
lastimarse.
Hay personas que se caracterizan por dudar de haber realizado ciertas acciones
importantes, como por ejemplo, cerrar la puerta con llave o la perilla de gas. Esto
conduce a compulsiones de verificación, lo cual significa que el paciente va a
revisar muchas veces la realización de este acto.

En algunos casos el Trastorno Obsesivo Compulsivo transcurre


predominantemente a través del pensamiento.

Los pacientes tienen compulsiones mentales, es decir, tratan de aliviar el


malestar con pensamientos reiterativos, irracionales pero que no pueden evitar.
Por ejemplo, se repiten palabras un número determinado de veces o procuran
hacer un recuerdo minucioso de hechos que pasaron.
Distimia
La característica central de la Distimia es un estado de ánimo deprimido crónico,
la mayor parte del día, casi todos los días, pero sin alcanzar un nivel de depresión
profunda y marcada. El ánimo depresivo cotidiano puede variar en intensidad,
pero lo que lo define es ser duradero, por lo cual este cuadro también recibe el
nombre de Desorden Depresivo Persistente.

La distimia es frecuentemente un cuadro silencioso pues quien lo padece puede


considerarlo simplemente como una manera de ser. Casi nunca se sienten muy
mal pero tampoco se sienten bien, viven en un permanente gris.

En la mayoría de los casos, la persona distímica tiene una vida funcional; es decir,
trabaja, estudia, forma pareja, tiene amigos; pero no disfruta de lo que logra. Por
eso, a veces se dice que la Distimia es una depresión más subjetiva que objetiva
Estrés postraumático
El trastorno de estrés postraumático es una enfermedad de salud mental
desencadenada por un evento aterrador, ya sea que lo hayas experimentado o
presenciado. Los síntomas pueden comprender reviviscencias, pesadillas y
angustia grave, así como pensamientos incontrolables sobre el evento.

La mayoría de las personas que atraviesan sucesos traumáticos pueden tener


dificultades pasajeras para seguir con sus vidas, pero, con el tiempo y un buen
cuidado personal, usualmente mejoran. Si los síntomas empeoran, duran
meses o incluso años e interfieren en tus actividades diarias, es posible que
tengas trastorno de estrés postraumático.

Obtener un tratamiento efectivo después de que se manifiesten los síntomas


de trastorno de estrés postraumático puede ser crítico para reducir los
síntomas y mejorar el funcionamiento.
Los síntomas del TEPT pueden variar en
intensidad con el tiempo. Puedes tener más
síntomas de trastorno de estrés
postraumático cuando estás estresado en
general o cuando te encuentras con cosas
que te recuerdan lo que atravesaste.

Por ejemplo, puedes escuchar el petardeo


de un auto y revivir experiencias de
combate. O puedes ver un informe en las
noticias acerca de una agresión sexual y
sentirte abrumada por los recuerdos de tu
propia agresión.
Estrés y Trastornos de Adaptación

El estrés constituye una de las consultas más frecuentes que presentan los
pacientes. El estrés puede manifestarse en la forma de un trastorno en particular
(Trastorno de Adaptación) o acompañando a otra patología de base.

Los trastornos de adaptación están asociados a la aparición de síntomas en


respuesta a situaciones estresantes de la vida cotidiana del paciente. Es frecuente
que los pacientes con estrés lleven a cabo un estilo de vida que puede derivar en la
aparición de enfermedades físicas y depresión.
La ausencia de óptimos hábitos de sueño y
pautas de descanso, la sobrecarga de
compromisos laborales, las relaciones
interpersonales negativas y la permanente
percepción de amenaza cotidiana,
deterioran seriamente la calidad de vida del
paciente.

Lamentablemente, en algunos casos,


cuando el paciente reconoce que su estilo
de vida es perjudicial, el estrés ya ha
generado consecuencias físicas y
psicológicas de relevancia.
Problemas de pareja y de relación

Los problemas de relación están compuestos por modos de interacción


disfuncional entre los integrantes de una pareja o familia.

En muchas parejas, las pautas de interacción y comunicación negativa deterioran


seriamente la calidad del vínculo entre los mismos.

Las críticas excesivas, las ironías, las expectativas distorsionadas, la ausencia de


comunicación, los insultos y, en casos extremos, la agresión y violencia conyugal,
pueden derivar en la intensificación de las crisis de la pareja y finalmente
desembocar en divorcio. De más está decir el efecto que generan tales conductas
agresivas en el deseo sexual.
El manejo del enojo y de la ira constituye
pilares fundamentales a tratar no sólo en la
interacción conyugal, sino en todos los
problemas de relación donde la agresión y
la coerción tienen un papel protagónico.

Estos procedimientos pueden aplicarse


también a problemas de familia. La Terapia
Conductual familiar, los programas de
habilidades sociales y el entrenamiento
asertivo están orientados no sólo a
modificación de emociones, sino de los
comportamientos que ejercen efectos
perjudiciales en el afecto mutuo y en las
relaciones interpersonales.
Disfunciones Sexuales
Las Disfunciones Sexuales son un grupo de problemas que se caracterizan por la
imposibilidad de tener relaciones sexuales o bien por tenerlas pero con poco o
nada de placer.

En algunos casos, las Disfunciones Sexuales se presentan en el contexto de un


problema de pareja, pudiendo ser causa o consecuencia. Esto significa que un
problema de pareja puede derivar en disfunciones sexuales pero también las
disfunciones sexuales suelen traer aparejados problemas con la pareja. En otros
casos, la disfunción sexual se presenta independiente de la pareja con la cual se
esté. Sea como fuere el caso, si el paciente tiene pareja, siempre es aconsejable
que se involucre en el tratamiento.
Existan varios tipos de disfunciones sexuales, algunos se presentan más en un sexo
que en el otro.

✓ Disfunción Eréctil
✓ Eyaculación Precoz
✓ Eyaculación Retardada
✓ Disfunción Orgásmica Femenina
✓ Disfunción del Interés y la Excitación Sexual Femenina
Disfunción Eréctil

La característica de esta disfunción es la imposibilidad de generar y/o mantener


una erección del pene lo suficientemente intensa y duradera como para
completar el acto sexual de manera satisfactoria con otra persona. Rara vez se
presenta en situación de masturbación por causas psicológicas.

En algunos casos el problema es generalizado, vale decir, se presenta en con


casi cualquier compañero o compañera sexual y con todo tipo de estimulación.

El hombre que padece disfunción eréctil es más vulnerable a afectos depresivos,


baja autoestima y naturalmente, a problemas para formar y mantener pareja.
Eyaculación Precoz

La eyaculación precoz se caracteriza porque el varón, independientemente


de su orientación sexual, experimenta el orgasmo y la eyaculación muy
prematuramente respecto del inicio de la relación sexual.

En los casos de varones heterosexuales, la eyaculación se produce en menos


de un minuto luego de haber realizado la penetración vaginal o incluso
antes de haber penetrado.

Este desorden produce malestar a quien lo padece y a su pareja pues luego


de producida la eyaculación, la mayoría de los varones no pueden continuar
con la actividad sexual. Esto hace que las relaciones sexuales sean muy
cortas y que la pareja sexual no obtenga satisfacción y no alcance el clímax
en un período tan corto.
Eyaculación Retardada

La característica distintiva de este cuadro es la dificultad o imposibilidad de


alcanzar el orgasmo y la eyaculación a pesar de tener la estimulación sexual
adecuada. Por supuesto, este retraso eyaculatorio no es buscado por la
persona como un medio de aumentar el tiempo de placer.

Esto conduce a un estado subjetivo de frustración y algunas veces, a


irritación y dolor en el pene por la persistencia del coito intentando lograr el
clímax
Disfunción Orgásmica Femenina

El desorden orgásmico femenino se caracteriza por una la imposibilidad de


experimentar un orgasmo o una marcada disminución en la intensidad de las
sensaciones del orgasmo, lo cual ocasiona a la mujer estrés y malestar.

La forma en que las mujeres experimentan el orgasmo varía mucho en


cuanto a sensaciones, intensidad y el tipo de estimulación con el cual se
alcanza el mismo; por lo tanto el reporte subjetivo es crítico para el
establecimiento de un adecuado diagnóstico.
Disfunción del Interés y la Excitación Sexual Femenina

La característica central de este desorden es una falta de interés en la actividad


sexual pero no sólo en relación con la pareja o compañero sexual estable. La
mujer con una disfunción del interés y excitación no tiene fantasías ni deseos
con ninguna persona y en los casos en que mantiene relaciones sexuales,
experimenta poco o ningún placer.

Para determinar la existencia de este cuadro es importante tomar en cuenta


factores culturales pues ellos han tenido y siguen teniendo un rol importante en
la sexualidad.
Depresión

La Depresión, llamada técnicamente “Desorden Depresivo Mayor”, es uno de


los flagelos más importantes de la vida actual en salud mental. Mucha gente
padece Depresión.

Lo que más caracteriza a la Depresión es un estado de ánimo caído y triste


que se acompaña con una pérdida generalizada del interés y la capacidad de
experimentar placer.
Otros síntomas pueden también aparecer, como por ejemplo, insomnio o
hipersomnia (dormir mucho), cansancio, dificultades para concentrarse,
pensamientos de muerte, sentimientos de culpabilidad, vacío e inutilidad.

La Depresión es un cuadro que varía mucho en intensidad y duración; pero en


todos los casos genera un importante nivel de sufrimiento y dificultad para
quien la padece. El paciente depresivo puede presentar problemas en su
trabajo, sus estudios, sus relaciones familiares.

En las formas más graves, la Depresión puede terminar con el suicidio.


Trastornos bipolares

La característica distintiva más importante de los Trastornos Bipolares es la


fluctuación del estado de ánimo. Esto significa que el paciente alterna sus
estados de ánimo, pasa de la depresión a la manía o a un estado mixto. Estos
episodios afectivos pueden variar tanto en intensidad como en duración.

Durante los episodios de manía, el paciente se siente exaltado, enérgico,


optimista y con poca necesidad de dormir; pero también desorganizado, a
veces agresivo, con dificultades para hilar y mantener un pensamiento
ordenado. En estos momentos puede hacer actos impulsivos de los cuales
luego se arrepienta, como indiscreciones sexuales o gastos exagerados de
dinero. Los demás notarán un cambio en su conducta habitual. Cuando los
síntomas de manía se presentan pero con una intensidad baja, hablamos de
hipomanía.
Durante los episodios depresivos, el
paciente presenta los síntomas de un
cuadro de Depresión.

Es decir, el paciente se siente triste,


desanimado, con poco o nulo interés en sus
actividades, incapaz de experimentar
placer. Aparecen sentimientos de inutilidad
y culpa, pensamientos de muerte y en casos
severos, se puede llegar hasta el suicidio.
Existe un tipo de episodio afectivo llamado
“mixto” durante el cual el paciente se siente
depresivo pero al mismo tiempo ansioso,
temeroso y angustiado.

Esto va acompañado de preocupaciones y la


evitación de actividades cotidianas. Muy
frecuentemente el paciente no se anima a
salir de su casa, a ir a trabajar o hacer
tareas que normalmente le resultarían
sencillas. Los episodios de crisis de los
pacientes bipolares se alternan de maneras
variadas, en intensidad y duraciones
diferentes.
Trastornos del sueño
Los trastornos del sueño son cambios en tu modo
de dormir.

Los trastornos del sueño pueden afectar tu estado


de salud general, tu seguridad y tu calidad de vida.
La falta de sueño puede afectar tu capacidad para
conducir de manera segura y aumentar el riesgo de
padecer otros problemas de salud.

Algunos de los signos y síntomas de los trastornos


del sueño pueden ser somnolencia diurna excesiva,
respiración irregular o aumento del movimiento
durante el sueño y dificultad para conciliar el
sueño.
Existen muchos tipos de trastornos del
sueño. Suelen agruparse en categorías que
explican la causa de estos o el modo en que
te afectan.

Los trastornos del sueño también pueden


agruparse de acuerdo con las conductas, los
problemas con tus ciclos naturales de sueño
y vigilia, los problemas para respirar, la
dificultad para dormir o tu sensación de
somnolencia durante el día.
Algunos tipos frecuentes de trastornos del sueño comprenden los siguientes:

✓ Insomnio, en el que tienes dificultad para conciliar el sueño o te quedas


despierto durante toda la noche.

✓ Apnea del sueño, en la que experimentas patrones anormales en la respiración


mientras duermes. Existen muchos tipos de apnea del sueño.
✓ Síndrome de las piernas inquietas, un tipo de trastorno del movimiento
durante el sueño. El síndrome de las piernas inquietas, también llamado
enfermedad de Willis-Ekbom, provoca una sensación molesta y una necesidad
de mover las piernas mientras intentas conciliar el sueño.

✓ Narcolepsia, una afección caracterizada por una somnolencia extrema


durante el día y quedarse dormido de repente durante el día.
Trastornos de alimentación
Los trastornos de la alimentación son
afecciones graves que se relacionan con las
conductas alimentarias que afectan
negativamente la salud, las emociones y la
capacidad de desempeñarte en áreas
importantes de la vida.

Los trastornos de la alimentación más


frecuentes son la anorexia nerviosa, la
bulimia nerviosa, y el trastorno alimentario
compulsivo.
La mayoría de los trastornos de la alimentación se caracterizan por fijar
excesivamente la atención en el peso, la figura corporal y la comida, lo que
causa conductas alimentarias peligrosas. Estas conductas pueden tener una
repercusión considerable en la capacidad del cuerpo para obtener la nutrición
adecuada. Los trastornos de la alimentación pueden causar daños en el corazón,
el aparato digestivo, los huesos, los dientes y la boca, y derivar en otras
enfermedades.

Con frecuencia, estos trastornos se manifiestan en la adolescencia y los


primeros años de la adultez, aunque pueden aparecer a otras edades. Con
tratamiento, puedes volver a tener hábitos alimentarios más saludables y, a
veces, revertir las complicaciones graves causadas por el trastorno de la
alimentación.
Los síntomas varían en función del tipo de
trastorno de la alimentación.

La anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y


el trastorno alimentario compulsivo son los
trastornos de la alimentación más
frecuentes.

Otros trastornos de la alimentación


comprenden el trastorno de rumiación y el
trastorno por evitación o restricción de la
ingesta de alimentos.
Anorexia nerviosa

La anorexia nerviosa, a menudo


simplemente denominada «anorexia», es
un trastorno de la alimentación
potencialmente mortal que se caracteriza
por un peso corporal anormalmente bajo,
un gran temor a aumentar de peso y una
percepción distorsionada del peso o de la
figura corporal. Las personas con anorexia
hacen todo lo posible por controlar el peso
y la figura corporal, lo que frecuentemente
afecta de manera importante la salud y las
actividades cotidianas.
Cuando tienes anorexia, limitas en exceso la
ingesta de calorías o usas otros métodos
para bajar de peso; por ejemplo, te ejercitas
de forma desmesurada, tomas laxantes o
suplementos dietéticos, o vomitas después
de comer.

Los esfuerzos para bajar de peso, incluso


cuando el peso corporal es bajo, pueden
causar problemas de salud graves al punto
de morirse de hambre.
Bulimia nerviosa
La bulimia nerviosa, llamada
frecuentemente «bulimia», es un trastorno
de la alimentación grave y potencialmente
mortal.

Cuando padeces bulimia, tienes episodios


de atracones y purgas que incluyen la
sensación de pérdida de control sobre tu
alimentación.

Muchas personas con bulimia también


restringen lo que comen durante el día, lo
que suele causar más episodios de
atracones y purgas.
Durante estos episodios, es normal que
consumas una gran cantidad de alimentos
en un tiempo corto, para luego intentar
deshacerte de las calorías extra de una
manera poco saludable.

Debido a la culpa, la vergüenza y el temor


intenso a aumentar de peso por comer en
exceso, puedes provocarte vómitos, puedes
ejercitarte desmesuradamente o puedes
usar otros métodos, como los laxantes, para
deshacerte de las calorías.
Trastorno alimentario compulsivo

Cuando tienes el trastorno alimentario compulsivo, habitualmente comes en


exceso (atracón) y tienes la sensación de pérdida de control sobre lo que comes.
Puedes comer con rapidez o consumir más alimentos de los que tienes pensado,
incluso cuando no tienes apetito, y seguir comiendo mucho tiempo después de
sentirte demasiado lleno.

Después de un atracón, puedes sentir culpa, enojo o vergüenza por la conducta


y por la cantidad de alimentos consumidos.
Trastorno de rumiación

El trastorno de rumiación es la regurgitación repetida y continua de los


alimentos después de comer, pero que no se debe a una enfermedad ni a
otro trastorno de la alimentación, como anorexia, bulimia o trastorno
alimentario compulsivo. La comida vuelve a la boca sin náuseas ni arcadas,
y puede que la regurgitación no sea intencional. A veces, los alimentos que
se regurgitan se mastican nuevamente y se vuelven a tragar, o bien se
escupen.

El trastorno puede derivar en desnutrición, si los alimentos se escupen o si


la persona come mucho menos para evitar la conducta. El trastorno de
rumiación puede ser más frecuente en los niños pequeños o en las
personas que tienen una discapacidad intelectual.
Trastorno por evitación o restricción de la ingesta de alimentos

Este trastorno se caracteriza por no alcanzar los requerimientos nutricionales


diarios mínimos por la falta de interés en alimentarse; es decir, evitas las
comidas con determinadas características sensoriales, como el color, la
textura, el aroma o el sabor; o bien estás preocupado por las consecuencias
al comer, como el temor a atragantarse. No evitas alimentos por temor a
aumentar de peso.

El resultado del trastorno puede ser un adelgazamiento significativo o la


imposibilidad de aumentar de peso en la niñez, así como deficiencias
nutricionales que pueden acarrear problemas de salud.
Trastorno de consumo de drogas
La adicción a las drogas, que también se conoce como «trastorno por consumo
de sustancias», es una enfermedad que afecta el cerebro y el comportamiento
de una persona, y produce incapacidad de controlar el consumo de
medicamentos o drogas legales o ilegales. Las sustancias como el alcohol, la
marihuana y la nicotina también se consideran drogas. Cuando eres adicto,
posiblemente sigas consumiendo la droga a pesar del daño que causa.

La drogadicción puede empezar con el consumo experimental de una droga


recreativa en situaciones sociales y, en algunas personas, el consumo de la droga
se vuelve más frecuente. En otras personas, en especial con los opioides, la
adicción a las drogas empieza con la exposición a medicamentos recetados, o al
recibir medicamentos de un amigo o un familiar al que se los recetaron.
El riesgo de adicción y la rapidez con que te vuelves adicto varían según la
droga. Algunas drogas, como los analgésicos opioides, conllevan un riesgo
mayor y provocan adicción más rápido que otras.

Con el paso del tiempo, es probable que necesites dosis mayores de la


droga para sentir los efectos. En poco tiempo, es probable que necesites la
droga solo para sentirte bien.

A medida que aumenta tu consumo de la droga, encontrarás que es cada


vez más difícil vivir sin ella. Los intentos por suspender el consumo de la
droga pueden causar deseos intensos de consumirla y hacerte sentir
físicamente enfermo (síntomas de abstinencia).
A veces es difícil distinguir el mal humor o la angustia normales de un
adolescente de los signos del consumo de drogas.

Los posibles indicios de que un miembro de la familia, adolescente o no,


consume drogas son los siguientes:

✓ Problemas en la escuela o en el trabajo: ausencias frecuentes de las clases o


del trabajo, desinterés repentino en las actividades escolares o laborales,
notas más bajas o disminución del desempeño en el trabajo.

✓ Problemas de salud física: falta de energía y de motivación, adelgazamiento o


aumento de peso u ojos rojos.
✓ Aspecto desaliñado: falta de interés en la ropa, el aseo personal o la
apariencia.

✓ Cambios de conducta: esfuerzos exagerados por prohibirles a los familiares la


entrada a su habitación o ser reservado con respecto a dónde va con sus
amigos; o cambios radicales de conducta y en las relaciones con familiares y
amigos.

✓ Problemas de dinero: pedidos repentinos de dinero sin explicación razonable;


o puedes descubrir que falta o se ha robado dinero, o que han desaparecido
objetos de tu hogar, lo que indica que tal vez se hayan vendido para
sustentar el consumo de drogas.
Esquizofrenia
La esquizofrenia es un trastorno mental grave por el cual las personas
interpretan la realidad de manera anormal. La esquizofrenia puede provocar
una combinación de alucinaciones, delirios y trastornos graves en el
pensamiento y el comportamiento, que afecta el funcionamiento diario y
puede ser incapacitante.

Las personas que padecen esquizofrenia necesitan recibir tratamiento


durante toda la vida.

El tratamiento temprano puede ayudar a controlar los síntomas antes de que


se desarrollen complicaciones más graves y puede mejorar el pronóstico a
largo plazo.
Postergación
La postergación es un problema de bastante relevancia clínica; muchos pacientes
consultan por su tendencia a procastinar. Si bien la postergación no constituye en
sí misma un trastorno psicopatológico de gravedad, puede generar consecuencias
disfuncionales en los pacientes.

Ya conocemos, por ejemplo, el efecto de la postergación de la conducta de


estudio en el rendimiento académico y en la eficiencia laboral cotidiana. Incluso,
hay personas que postergan actividades simples y menores, tales como pagar
algún impuesto pendiente o reparar algún objeto de su casa. La postergación de
conductas pendientes genera un estado de estrés situacional e insatisfacción
personal que remite de inmediato cuando finalmente se ejecuta la actividad
postergada.
Para modificar estas características de la
postergación existen varios procedimientos
operativos. Uno de los aspectos a alcanzar
durante el tratamiento es la disminución del
pensamiento excesivo previo, asociado a la
actividad que se posterga.

La creencia del paciente de que sólo debe


ejecutar la conducta una vez alcanzadas
determinadas condiciones óptimas para
llevarla a cabo puede interferir en la
ejecución fluida e inmediata de la conducta
pendiente.
Continúa con la realización de las actividades
evaluables del Módulo antes de pasar al siguiente

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