Lengua 2. BACH
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Introducción
A principios del siglo XX seguía existiendo en España una gran afición al teatro.
Aunque ahora el público se repartía según su procedencia social, es decir, los
espectadores llenaban unas salas que solían estar claramente diferenciadas: el público
más mayoritario se divertía con un teatro de consumo, que consistía en parodias de
ópera y zarzuelas; por otra parte, el teatro más propiamente literario era la comedia
burguesa, apta para las clases acomodadas. Dentro de esta surgen nuevas tendencias y
autores afines a los que en poesía y novela llamamos “modernistas”, como Jacinto
Benavente. Otra tendencia de raíces modernistas fue el teatro poético, en el que destacó
Eduardo Marquina. Pero, sin lugar a dudas, los intentos más notables de renovación
fueron los emprendidos por Lorca y Valle-Inclán; Lorca convencido de que el teatro
tradicional debía ser destruido y sustituido por otro más auténtico y Valle-Inclán con sus
esperpentos o deformaciones grotescas de la realidad de su época.
1. La comedia burguesa
El dramaturgo que dominaba la escena de los teatros españoles reservados a un público
burgués era Jacinto Benavente. Sus obras eran críticas contra la hipocresía y los
convencionalismos burgueses, pero sin traspasar lo admisible y lo considerado de buen
tono. De entre su vasta producción destacan Los intereses creados, Señora ama y La
malquerida. La primera contrapone en tono de farsa el mundo del interés y el mundo del
amor, pero no para reivindicar este a la manera romántica, sino desde un escepticismo
cínico y pragmático. Las otras dos siguen el modelo del drama rural, un tipo de teatro,
que ambientado en un medio campesino dominado por la fatalidad y la fuerza de las
costumbres, desarrolla un violento mundo de pasiones en un clima moral sofocante y
que será llevado a su más alta cima por Valle-Inclán y Lorca.
2. El teatro poético
El teatro poético derivó hacia un teatro histórico en verso que renunciaba al
cosmopolitismo modernista en favor de lo castizo, por lo que, más que innovar,
reivindicó una vuelta a la tradición teatral española. Para ello autores como Eduardo
Marquina se inspiraron en las comedias barrocas y en los dramas románticos y
recrearon asuntos de la historia nacional utilizando versos sonoros, efectistas y muy
retóricos. En Las hijas del Cid, En Flandes se ha puesto el solo y El Gran Capitán
Marquina evoca una supuesta España eterna para contraponerla a la de su tiempo.
Pero, sin dudas, el dramaturgo más importante de esta época fue Federico García
Lorca. Lorca había experimentado con formas teatrales diversas, como el teatro en
verso modernista (Mariana Pineda) o el teatro surrealista (El público), pero sus grandes
obras son más convencionales estéticamente. Son Bodas de sangre, Yerma, Doña Rosita
la soltera y La casa de Bernarda Alba. En ellas mezcla prosa y verso. Las cuatro tienen
en común el tema de la marginación social de las mujeres. Otro rasgo compartido es su
simbolismo. El poeta maneja simbolos que les dan cierta trascendencia mítica.
La obra cumbre es La casa de Bernarda Alba. En ella se dan cita algunos de los temas
más habituales del teatro lorquiano: la libertad frente a la autoridad, las pulsiones
eróticas y los instintos naturales enfrentados a las normas sociales y morales, la
esterilidad y la fecundidad, la frustración vital, la condición sometida de la mujer, la
crítica social, etc. Pero es, sobre todo, una reflexión sobre el poder, sobre cómo se
interiorizan los mecanismos del poder en la vida privada. En este sentido, es,
precisamente, una mujer, Bernarda, quien de modo viril asume e impone por la fuerza
un código de conducta represivo a sus hijas, la cuales, con excepción de la menor,
aceptan esas reglas que su madre ha recibido de la tradición heredada y que ellas están
resignadas a perpetuar.
3. El esperpento
Ramón María del Valle-Inclán fue uno de los grandes impulsores del Modernismo en
España. También se le incluye en la nómina de la generación del 98. Fue un escritor
excéntrico y de ideología decididamente antiburguesa. Destacó como narrador y
dramaturgo. Él mismo denominó “esperpentos” a las obras de teatro que escribió a
partir de 1920.
Por esperpento debemos entender una técnica deformadora con la que Valle-Inclán
pretendía reflejar teatralmente una sociedad, la española del periodo de entreguerras,
que le resultaba grotesca. Tenía, por tanto, una intención realista y de crítica social,
aunque distorsionadora, pues los personajes más que seres humanos son “muñecos”,
según el propio autor. Otra característica común es que son obras de personaje
colectivo. Valle-Inclán no quería reflejar conflictos individuales.
Introducción
• El teatro deja de ser interclasista.
• Intentos de renovación a cargo de Lorca y Valle-Inclán
1. La comedia burguesa
• Jacinto Benavente. Critica las costumbres burguesas.
o Los intereses creados
o La malquerida
o Señora ama Dramas rurales
2. Teatro poético
• Eduardo Marquina. Escribe un teatro castizo.
o Las hijas del Cid
o En Flandes se ha puesto el sol
3. El esperpento
• Valle-Inclán. Emplea una técnica deformadora.
o Divinas palabras
o Luces de bohemia
Tema 10. El teatro desde 1939 hasta nuestros días.
Introducción
En el teatro español de posguerra eran frecuentes las obras humorísticas. Se trataba
casi siempre de obras insustanciales o intrascendentes, que sirvieron como evasión de la
difícil realidad social, aunque hay autores, como Miguel Mihura, que resultan
particularmente interesantes por las innovaciones que introdujeron. En los 50 puede
hablarse también, como en poesía y novela, de un teatro social, sin olvidarse de que el
teatro tampoco se libraba de la censura, que no solo prohibía los espectáculos
“improcedentes”, sino que también mutilaba otros muchos cortando las escenas que le
parecían inconvenientes. Por último, desde los últimos lustros del franquismo una serie
de autores consideraron periclitado el teatro social y apostaron por un teatro
experimental conectado con la tradición vanguardista.
1. El teatro cómico
Miguel Mihura no vio representada su primera y espléndida comedia Tres sombreros
de copa hasta la década de los cincuenta; la había escrito en los treinta. Lo que
predominaba en las salas era el teatro de consumo, conformista e intrascendente. No
obstante, con la obra de Mihura empezó a consolidarse una línea de renovación que
uniría comicidad y vanguardismo. Mihura acierta uniendo tales componentes en una
comedia que satiriza la rutina y mediocridad de la burguesía de provincias y la
miserable vida del teatro de variedades, cuya jovialidad e ilusión –más aparentes que
reales– se ofrecen como una alternativa de felicidad pasajera. La estructura de la
comedia es clásica (tres actos de planteamiento, nudo y desenlace) y el respeto a las
unidades de espacio y tiempo es absoluto: la transgresión formal viene del lado de las
situaciones y del lenguaje, que conducen la obra por la senda del disparatado humor
vanguardista, con toda su carga de rebeldía no solo estética, sino moral y de costumbres.
Otras obras suyas son también Melocotón en almíbar y Maribel y la extraña familia.
Jardiel Poncela, que ya había destacado como gran dramaturgo antes de la Guerra
Civil, estrenó después Eloísa está debajo de un almendro y Los ladrones somos gente
honrada, entre otras. En ellas el autor mantuvo lo inverosímil, lo fantástico y lo absurdo
como elementos renovadores del teatro humorístico español.
2. El teatro realista
Antonio Buero Vallejo fue el representante más destacado del“posibilismo”, esto es,
la postura de aquellos dramaturgos que pretendían demostrar su disconformidad con la
realidad política de la España franquista, pero estaban dispuestos a atenuar su crítica o a
mostrarla mediante alusiones, símbolos, alegorías... Condenado a muerte por el
franquismo en 1939, le fue conmutada la pena por treinta años de prisión; no obstante,
dieciséis años después salió en libertad provisional y pudo estrenar Historia de una
escalera (1949), con la que obtuvo un rotundo éxito.
En Historia de una escalera resulta evidente el valor de los espacios y elementos
simbólicos para posibilitar la crítica social. Pero el texto es también de corte existencial,
pues a partir de la pobre vida material y espiritual de varias familias trabajadoras de una
casa de vecinos, Buero Vallejo retrata con eficacia la situación de pobreza y la falta de
salidas de una colectividad atrapada en un mundo miserable y sin futuro. Otras obras de
este autor son los dramas históricos Un soñador para un pueblo y Las meninas. La
ambientación histórica constituía otro recurso para evitar a los censores, ya que eso le
permitía al autor trasponer al pasado los problemas del presente, por lo que los
espectadores habrían de entender los conflictos de siglos anteriores como una alegoría
–o ficción en virtud de la un cual un relato significa otra cosa diferente–.
Alfonso Sastre se opuso igualmente a la dictadura, por lo que su vida, hasta la muerte
de Franco, fue una sucesión de choques con la censura, prohibiciones, multas e incluso
periodos en prisión. Sostuvo, además, una agria polémica sobre “posibilismo” e
“imposibilismo”, con Buero Vallejo. Sastre pretendía expresarse con libertad aun a
riesgo de toparse con la censura y no ver sus dramas puestos en escena. Escuadra hacia
la muerte (1952) fue un verdadero hito del teatro de posguerra. La obra desarrolla la
tensa convivencia entre un cabo tiránico y un grupo de soldados que a su mando deben
desempeñar una misión suicida en primera línea del frente. Aparecen temas como la
opresión, la rebelión, la culpa o la expiación. Posteriormente, en sus “tragedias
complejas”, Sastre conjugó elementos del esperpento de Valle-Inclán y del teatro-épico
de Bertolt Brecht con elementos de la tragedia clásica. Destacan La sangre y la ceniza y
La taberna fantástica, con la que consiguió su mayor éxito de público.
3. El teatro experimental
El teatro experimental se define, sobre todo, por su estética antirrealista. Además, para
autores como Francisco Nieva o Fernando Arrabal el teatro es un espectáculo cuyo
texto literario es solo un ingrediente más y no necesariamente el elemento central de la
representación. De ahí la importancia que adquieren los efectos especiales, la
escenografía, la luz, el sonido, los objetos que invaden la escena, el maquillaje
expresionista de los actores, la mímica, las máscaras, la música, etc. Asimismo
pretendían romper con la tradicional división entre el escenario y los espectadores,
convirtiendo la escena en un espacio dinámico que puede invadir el lugar
correspondiente al público para invitarle a participar en la función e integrarse en ella.
Temáticamente, en cambio, seguía siendo habitual la denuncia social y política del
régimen franquista y, de modo más genérico, de la falta de libertad, de la opresión, de la
injusticia, de la alienación y de la nueva sociedad de consumo…
La mayoría de los nuevos dramaturgos eran desconocidos fuera del ámbito teatral.
Nieva fue de los pocos cuya figura tuvo proyección, aunque sus obras no fueron
representadas con regularidad hasta después de la muerte de Franco. Cabe destacar
Sombra y quimera de Larra y Coronada y el toro. Peculiar resultó, por otra parte,
Arrabal, que combinó vanguardismo y antibelicismo en Pic-nic, y es que desde su
primera obra, El triciclo, había apostado decididamente por el teatro vanguardista.
El teatro de principios de siglo XX hasta 1939
Introducción
• Teatro humorista como evasión
• Teatro social (critica posibilista versus critica imposibilista)
• Teatro experimental (incorporación de las vanguardias, consideración del no texto)
1. El teatro cómico
• Miguel Mihura. Comicidad y vanguardismo
o Tres sombreros de copa
o Melocotón en almíbar
o Maribel y la extraña familia
2. El teatro realista
• Antonio Buero Vallejo. Autor posibilista.
o Historia de una escalera
o Un soñador para un pueblo
o Las meninas Dramas históricos
3. El teatro experimental
• Francisco Nieva. Alejamiento del teatro de consumo
o Sombra y quimera de Larra
o Coronada y el toro
1. Definición. Las perífrasis verbales son combinaciones en las que un verbo auxiliar
incide sobre un verbo auxiliado o principal sin dar lugar a dos predicaciones distintas.
2. Forma. El verbo auxiliar suele aparecer conjugado: No puedo entrar; Llevo escritas
diez páginas, pero puede no estarlo: Debes empezar a cantar; Para poder entrar
necesitamos autorización. Entre el verbo auxiliar y el principal puede haber una
preposición, como en empezar a + infinitivo o deber de + infinitivo o la conjunción que,
como en tener que + infinitivo. A veces pueden combinarse más de un auxiliar: Tienes
que poder estar aquí; El perro debió de querer abrir la puerta.
Casi todos los auxiliares tienen usos no perifrásticos. Por ejemplo, volver selecciona
complementos cuando es un verbo pleno, como en Volvió a su pueblo a reclamar los
derechos, pero no lo hace cuando es auxiliar: Volvió a reclamar sus derechos.
Modales Tempoaspectuales
('capacidad, posibilidad, ('posterioridad, anterioridad, repetición, fase inicial de un
probabilidad, necesidad y proceso, fase final, interrupción o cese de un proceso,
obligación') transición)
Deber de + infinitivo: Debes de Ir a + infinitivo: Voy a estudiar.
beber mucha agua.
Deber + infinitivo: Debes beber Soler + infinitivo: Solía levantarse muy temprano.
mucha agua.
Tener que + infinitivo: Si no se Acabar de + infinitivo: Acaba de salir.
comporta, tendré que medicarle.
Haber de + infinitivo: Vaya Volver a + infinitivo: Volveré a leer esto otra vez.
pensando cómo se justifican las
pesetas que hemos de darle a
Máximo Estrella.
Haber que + infinitivo: Hay que Empezar a, comenzar a, ponerse a + infinitivo: Empezó a
darse prisa. llover; Comienzan a escribir; Se puso a cantar.
Poder + infinitivo: En el mundo Dejar de + infinitivo: Por un instante, dejé de ver la balsa.
puede haber varios millones de
minas terrestres.
Venir + infinitivo: La carencia o el Acabar de, terminar de + infinitivo: La cocinera acabó de
exceso venían a significar lo mismo. freír unas rebanadas de plátanos; Cuando terminó de
regar, dijo en voz alta...
. Pasar a + infinitivo: Un día de invierno pasaron a
examinar la vestimenta.
Estar a punto de, estar por + infinitivo: Isabel estaba por
cumplir trece años; Lleva en la mano un reloj de arena y la
arenilla está a punto de escurrir del todo.
Estar + gerundio: Ahora está hablando el Presidente.
Ir + gerundio: Serrato fue comprendiendo
que los libros eran un estorbo para todos.
Venir + gerundio: Supongo que por poca atención que le
hayas dedicado a lo que te vengo diciendo hasta ahora ya
no se te ocurrirá compartirlo.
Andar + gerundio: A mí me tiene muy sin cuidado si tú y
Pedro se van al infierno por andarse besuqueando por
todos los rincones.
Llevar + gerundio: Y como no encuentra mejor cosa que
decir, repite lo mismo que lleva diciendo desde la mañana.
Pasar(se) + gerundio: En el calabozo de al lado había una
presa que se pasaba las horas cantando.
Seguir + gerundio, continuar + gerundio: Las entidades
ficticias creadas por Comillas y sus colaboradores
siguieron siendo consideradas.
Estar + participio: La iniciativa está registrada a mi
nombre en la UNESCO con fecha julio de 1953.
Tener + participio: Te tengo dicho que no vayas.
Llevar + participio: Le asaltaban de golpe todas las
preocupaciones que lleva aparejadas el dinero.
Actividad: clasifica en una tabla como la de arriba veinte perífrasis verbales distintas
que halles durante la lectura de Historia de una escalera.