Trasplanté de Células Madre Embrionarias

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UNIVERSIDAD: UNIVERSIDAD AQUINO DE BOLIVIA

FACULTAD: CINENCIAS DE LA SALUD


CARRERA: MEDICINA
TEMA: TRANSPLANTE DE CELULAS MADRE EMBIONARIAS
MATERIA: EMBRIOLOGIA I
DOCENTE: DRA. SHERLEY SISSY CHOQUETILLA PUMA
ESTUDIANTE: REINA MAMANI CHOQUE
GRUPO : “E”
FECHA: 25/03/2020

COCHABAMBA-BOLIVIA
INTRODUCCION:

En los últimos años ha surgido una nueva rama de la medicina denominada


medicina regenerativa, basada fundamentalmente en los nuevos conocimientos
sobre las células madre y en su capacidad de convertirse en células de diferentes
tejidos. Las células madre se clasifican en embrionarias y somáticas o adultas.
Durante varios años se consideró que la célula madre hematopoyética era la única
célula en la médula ósea con capacidad generativa. Sin embargo, estudios
recientes han mostrado que la composición de la médula ósea es más compleja,
pues en ella se ha identificado un grupo heterogéneo de células madre adultas,
entre las que se encuentran las: hematopoyéticas, mesenquimales (estromales),
población lateral, células progenitoras adultas multipotentes (MAPC). Varios
estudios han sugerido que la potencialidad de algunos tipos de células madre
adultas es mayor de lo esperado, pues han mostrado en determinadas
condiciones capacidad para diferenciarse en células de diferentes linajes, lo que
las acercan a la potencialidad de las células embrionarias. Esto ha creado nuevas
perspectivas para el tratamiento de diferentes enfermedades con células madre
adultas, lo que inicialmente se pensaba solo podía hacerse con las embrionarias.

En los últimos años se ha producido un extraordinario avance en los


conocimientos relacionados con diferentes ramas biomédicas, entre ellas la
biología celular. Esto ha dado un notable impulso a una nueva rama de la
medicina denominada medicina regenerativa. Esta disciplina médica se ha basado
fundamentalmente en los nuevos conocimientos sobre las células madre y en su
capacidad de convertirse en células de diferentes tejidos. 1

Un aspecto que se debe destacar y que conforma el elemento básico de este tipo
de medicina, es que se apoya en los mismos factores intra e intercelulares que el
organismo emplea para su auto-reparación. Se sustenta en la terapia celular, en la
administración de elementos subcelulares y en la ingeniería de tejidos, conductas
utilizadas para remplazar por células sanas a las células dañadas por diversos
procesos en determinados tejidos.

Las células madre embrionarias (ESC del inglés, Embryonic Stem Cells) son
células indiferenciadas que derivan de la masa celular interna (MCI) de embriones
en estado de blastocisto. Estas células se caracterizan por su habilidad para
crecer indefinidamente in vitro y conservar la capacidad de diferenciarse hacia
todos los tipos celulares de un individuo. Las células madre embrionarias se han
constituido en una poderosa herramienta para estudios del desarrollo embrionario,
genómica funcional, para la generación de animales transgénicos vía
recombinación homóloga y más recientemente en clonación y medicina. Debido a
su potencial aplicación en la manipulación específica de genes, el aislamiento de
estas células en especies domésticas como el cerdo y el bovino podría tener
numerosas aplicaciones agropecuarias, farmacéuticas y biomédicas. Más aún, las
actuales investigaciones desarrolladas acerca de sus propiedades biológicas y
sobre sus posibles aplicaciones en medicina regenerativa, debido al enorme
potencial de reparación que encierran, están abriendo grandes posibilidades que
permitirán, en un futuro no muy lejano, disponer de revolucionarias terapias para
diversas enfermedades humanas que hoy en día son incurables. En esta revisión
se describen aspectos generales del aislamiento, derivación, cultivo,
transformación y diferenciación de estas células en diferentes especies, así como
también algunas de sus potenciales aplicaciones en biomedicina.
Las células madre embrionarias sólo existen en las primeras fases del desarrollo
embrionario y son capaces de producir cualquier tipo de célula en el cuerpo. Bajo
las condiciones adecuadas, estas células conservan la capacidad de dividir y
hacer copias de sí mismas indefinidamente. Los científicos están empezando a
comprender cómo hacer que estas células se conviertan en cualquiera de los más
de 200 distintos tipos de células del cuerpo humano.
Existe un reconocimiento creciente de que los resultados de la investigación
científica no pueden ser aplicados a los seres humanos sin un discernimiento ético
muy cuidadoso. La necesidad de este asesoramiento ético se acepta en la
actualidad por los científicos y por los que financian la investigación, tanto a nivel
nacional como internacional. En el año 2001, desde una perspectiva ética, la
política federal sobre investigación con células troncales embrionarias humanas
fue restringida en USA, por el presidente G. W. Bush. Este trabajo, basado en los
debates y la controversia sobre la investigación con células madre embrionarias
humanas, tuvo lugar durante la Audiencia de testigos en el Senado USA en 2004.
Y es una prueba de la relación entre política, ciencia y ética.
Están en la raíz misma de toda la controversia. Las células embrionarias humanas
pueden llegar a ser uno de nosotros, porque son un organismo de nuestra
especie, homo sapiens. Para obtener células madre embrionarias, los embriones
humanos deben ser destruidos. Y ésta es la única razón de la interminable
controversia. Controversia que, obviamente, no existe cuando tratamos con
células madre adultas, ya que para obtener éstas nunca se requiere destruir
embriones humanos
Antecedentes históricos:

La investigación sobre células madre adultas ha generado una gran expectación.


Los científicos han encontrado células madre adultas en muchos tejidos más de lo
que alguna vez pensaron posible. Este hallazgo ha llevado a los investigadores y
médicos a preguntarse si las células madre adultas podrían ser utilizadas para
trasplantes. De hecho, las células madre de la médula ósea se han utilizado en
trasplantes desde hace 40 años. Ahora los científicos tienen pruebas de que las
células madre existen también en el cerebro y el corazón. Si la diferenciación de
las células madre adultas pudiera ser controlada en el laboratorio, estas células
podrían llegar a ser la base de las terapias basadas en el trasplante.
La historia de la investigación en células madre adultas comenzó hace unos 50
años. En la década de 1950, los investigadores descubrieron que la médula ósea
contenía al menos dos tipos de células madre. Una de éstas son las llamadas
células madre hematopoyéticas, que se encuentran en todos los tipos de células
sanguíneas del cuerpo. El segundo tipo de células madre, llamadas células madre
mesenquimales, fueron descubiertas unos años más tarde. Estas células madre
no hematopoyéticas constituyen una pequeña proporción de la población de
células del estroma de la médula ósea y pueden generar hueso, cartílago y grasa.
Son las células que apoyan la formación de sangre y tejido conectivo fibroso.
En la década de 1960, los científicos que estudiaban las ratas descubrieron dos
regiones del cerebro que contiene células en división que pasaban a formar las
células nerviosas. A pesar de estos informes, la mayoría de los científicos
creyeron que el cerebro adulto no podía generar nuevas células nerviosas. No fue
hasta la década de 1990 cuando los científicos coincidieron en que el cerebro
adulto contiene células madre que son capaces de generar los tres principales
tipos de células del cerebro: astrocitos, oligodendrocitos y la neurona.
Las células madre adultas han sido identificados en muchos órganos y tejidos,
incluyendo cerebro, médula ósea, sangre, vasos sanguíneos, músculo
esquelético, piel, dientes, corazón, intestino, hígado, ovarios y testículos. Se cree
que residen en una zona específica de cada tejido (llamado un nicho de células
madre). En muchos tejidos, la evidencia actual sugiere que algunos tipos de
células madre son los pericitos, células que componen la capa más externa de los
vasos sanguíneos pequeños. Las células madre pueden permanecer en reposo
(no se dividen) durante largos períodos de tiempo hasta que se activan por una
necesidad normal de más células para mantener los tejidos, o por una enfermedad
o lesión de los tejidos.
Típicamente, hay un número muy pequeño de células madre en cada tejido, y una
vez eliminado del cuerpo, su capacidad para dividir es limitado, por lo que la
generación de grandes cantidades de células madre es difícil. Los científicos están
tratando de encontrar mejores maneras de hacer crecer grandes cantidades de
células madre adultas en un cultivo celular y manipularlas para generar tipos
específicos de células para que puedan ser utilizados para tratar la lesiones o
enfermedades. Algunos ejemplos de tratamientos potenciales incluyen la
regeneración ósea con células derivadas del estroma de la médula ósea, el
desarrollo de células productoras de insulina para la diabetes tipo 1, y reparar el
músculo cardiaco dañado tras un ataque al corazón. En Andalucía Células Madre
su uso se circunscribe a la ortopedia y traumatología.
La observación del crecimiento maligno y la capacidad de trasplante sugirió la
presencia de una célula proliferativa (altamente dividida) e indiferenciada (no
especializada y capaz de producir una variedad de tipos de células). Esta célula se
denominó célula de carcinoma embrionario (EC). Un experimento pionero
demostró que la inyección de células EC en el cerebro del ratón adulto resultó en
teratocarcinomas; Esto proporcionó evidencia concreta de que las células EC
pueden producir todos los componentes celulares del teratocarcinoma. La
evidencia que corrobora su capacidad de propagar tumores y autorrenovarse se
indicó por su capacidad de trasplante.
Las células EC son como las células en el embrión temprano que ocurren antes de
la gastrulación. Las células EC pueden expandirse a la línea celular, lo que en
realidad se logró en 1970 con cultivos de teratocarcinomas testiculares y
embrionarios.
La explicación exitosa requirió el uso de fibroblastos, que habían sido inactivados
para prevenir la división mitótica. Estas células secretan factores que apoyan el
mantenimiento, la proliferación y la viabilidad de las células EC.
Además, las líneas de la CE mostraron variabilidad en su capacidad de
diferenciar, una observación que provocó la hipótesis de que no todas las células
eran pluripotentes; más específicamente, hubo una diferencia en el potencial de la
célula para dar diferentes tipos de células especializadas (diferenciadas).
Esta cualidad se denomina potencia, de la cual hay cuatro tipos, en el orden
jerárquico:

1. Totipotencia: el potencial para dar lugar a todos los tipos de células en el


embrión y el adulto (por ejemplo, el óvulo fertilizado), por lo que una célula
totipotente puede dar lugar a todo el organismo.
2. Pluripotencia: el potencial para dar lugar a células de todos los linajes
corporales, pero no a todo un organismo
3. Multipotencia: el potencial de una célula para dar lugar a un número
limitado de tipos de células en el cuerpo
4. Unipotencia: la capacidad de una célula para dar lugar a un solo tipo de
célula.

De estas células autorrenovables, no diferenciadas, pueden surgir células


diferenciadas terminalmente. Los científicos Martin Evans y Gail Martin se
centraron en formas de retener la pluripotencia, que actualmente sabemos que es
el tipo de célula más potente. Descubrieron que los subclones de células EC
pluripotentes cuando crecían en una capa de alimentación, y en ausencia de esta
capa, producían una población mixta de células fibroblásticas (células
diferenciadas) intercaladas con nidos de células indiferenciadas.
Este hallazgo sugirió que las células EC podrían producir sus propias células
alimentadoras de fibroblastos a través de la diferenciación e infirió que estas
deben ser necesarias para mantener la naturaleza pluripotente de estas células. Al
mismo tiempo, Martin y Evans notaron que el suero en el que se suspendieron las
células EC difería en su capacidad para soportar la expansión de las células EC y
la capacidad de diferenciarse. Esto condujo a la pluripotencia, y posteriormente a
una metodología de cultivo confiable para producir y propagar células EC con
pluripotencia retenida.
La capacidad de transmisión y retención del componente genético de las células
ES a través de la línea germinal ofrece la oportunidad de introducir modificaciones
genéticas en ratones. También son susceptibles a una variedad de enfoques de
manipulación genética y pueden expandirse; por ejemplo, características que
permiten la separación de células que han sufrido eventos raros, como la
recombinación homóloga, en la que las células experimentan algún cambio
genético en el intercambio de formas entre dos moléculas de ADN similares.

En 1989, se generaron con éxito las células ES con un genético desactivado


genéticamente. Este objetivo genético de las células ES se ha ampliado desde
entonces. Y aunque la investigación en los años ochenta y principios de los
noventa se centró en la orientación genética, gran parte de la comprensión de por
qué y la pluripotencia se mantuvo en las células ES avanzó a fines de los noventa.

Actualmente, se han descubierto los mecanismos moleculares que sustentan el


estado de la célula ES. El primer aislamiento reportado de líneas de células madre
embrionarias humanas (hESCs) ha alejado el enfoque de los modelos murinos y
ha permitido explorar sus implicaciones terapéuticas. Por el momento, los hESC
son indispensables, y los resultados de los ensayos clínicos basados en hESC
establecerán un estándar de oro para futuras terapias basadas en células madre.

En 2006, se logró un avance al identificar las condiciones que permitirían la


reprogramación celular de las células somáticas adultas para permitirles asumir un
estado similar a las células madre. Esto ahora se conoce como células madre
pluripotentes inducidas (iPSC). Su uso terapéutico es potencialmente mayor que el
de hESCs, ya que debido a que estas células pueden tomarse del propio paciente
y luego reprogramarse, los médicos pueden evitar el problema del rechazo
causado por la histocompatibilidad.

Este último se refiere al proceso de que el donante posee diferentes antígenos


que le indican al sistema inmunitario del receptor que la célula es extraña y, por lo
tanto, conduce a una respuesta inmune para destruir la célula extraña. Esto se ve
básicamente como rechazo de órganos.
Esto además evita la necesidad de un tratamiento inmunosupresor a lo largo de la
vida del paciente para evitar esto, y elimina las implicaciones éticas de los hESC,
ya que los iPSC no requieren una fuente embrionaria para la producción. Más
investigación sobre el tema definitivamente traerá más avances en el uso de
células madre.
Que es un trasplantare de células madre embrionarias:
Un trasplante de médula ósea, también llamado trasplante de células madre, es un
tratamiento para algunos tipos de cáncer. Por ejemplo, se podría realizar un
trasplante a los pacientes con leucemia, mieloma múltiple, o algunos tipos de
linfoma. Los médicos también tratan algunas enfermedades de la sangre con
trasplantes de células madre.

Antiguamente, un trasplante de células madre frecuentemente se denominaba


trasplante de médula ósea porque las células madre se obtenían de la médula
ósea. En la actualidad, las células madre generalmente se obtienen de la sangre,
en vez de la médula ósea. Por este motivo, ahora se habla a menudo de los
trasplantes de células madre.

Una parte de los huesos denominada “médula ósea” produce las células
sanguíneas. La médula ósea es el tejido blando y esponjoso que se encuentra
dentro de los huesos. Contiene células denominadas células madre
“hematopoyéticas”. Estas células se pueden convertir en otros tipos diversos de
células. Se pueden convertir en más células de la médula ósea. O pueden
convertirse en cualquier otro tipo de células sanguíneas.

Algunos tipos de cáncer y otras enfermedades evitan que las células madre
hematopoyéticas se desarrollen normalmente. Si no son normales, no podrán
producir ninguna célula sanguínea. Un trasplante de células madre proporciona
células madre nuevas. Las células madre nuevas pueden producir células
sanguíneas nuevas y sanas.

Tipos de trasplantes de células madre

Trasplante autólogo. También se denomina Autotrasplante o quimioterapia de


dosis alta con rescate autólogo de células madre.
En un Autotrasplante, el paciente recibe sus mismas células madre después de
que los médicos tratan el cáncer. Primero, el equipo de atención médica extrae las
células madre de la sangre y las congela. Después, se administra
una quimioterapia potente, y rara vez, radioterapia. Luego, el equipo de atención
médica descongela las células madre congeladas y vuelve a colocarlas en la
sangre a través de un tubo que se introduce en una vena (vía intravenosa [IV]).
Lleva aproximadamente 24 horas para que las células madre lleguen a la médula
ósea. Después empiezan a crecer, multiplicarse y ayudan a la médula a producir
células sanguíneas sanas nuevamente.
Trasplante alogénico. Este también se denomina ALOtrasplante. En un
ALOtrasplante, usted recibe las células madre de otra persona. Es importante
encontrar a alguien que tenga una médula ósea compatible con la del paciente.
Esto se debe a que hay algunas proteínas en los glóbulos blancos que se
denominan antígenos leucocitarios humanos (human leukocyte antigens, HLA). El
mejor donante posee proteínas de HLA lo más similares posible a las del paciente.
Las proteínas compatibles hacen que una enfermedad grave que se denomina
enfermedad injerta contra huésped (graft-versus-host-disease, GVHD) sea menos
probable. En GVHD, las células sanas del trasplante atacan a las demás células.
El donante más compatible puede ser un hermano o una hermana. Sin embargo,
otro familiar o voluntario también podrían ser compatibles.

Una vez que se encuentra un donante, el paciente recibe quimioterapia con


radioterapia o sin esta. Después de esto, el paciente obtiene las células madre de
la otra persona a través de un tubo que se introduce en una vena (IV). Las células
de un ALOtrasplante generalmente no se congelan. Por lo tanto, el médico puede
proporcionar al paciente las células lo más pronto posible después de la
quimioterapia o radioterapia.

Hay 2 tipos de ALOtrasplantes. El mejor tipo de trasplante para cada paciente


depende de la edad, la salud y el tipo de enfermedad que se trate.

• Ablativo, en el que se usa quimioterapia de dosis altas

• Intensidad reducida, en el que se usan dosis más leves de quimioterapia

Si el equipo de atención médica no puede encontrar un donante adulto compatible,


hay otras opciones. Hay investigaciones en curso para determinar el tipo de
trasplante que funciona mejor para diferentes personas.

• Trasplante de sangre de cordón umbilical. Puede ser una opción si no


puede encontrar a un donante compatible. Los centros de cáncer en todo el
mundo usan la sangre de cordón.
Trasplante de padres/hijos y de haplotipo no compatible. Estos tipos de
trasplantes se están usando cada vez más seguido. La compatibilidad es del
50 %, en vez de casi un 100 %. El donante puede ser el padre o la madre, un hijo,
un hermano o una hermana

¿Para qué tipo de enfermedades o condiciones se están utilizado tratamientos


establecidos con células madre? El rango de enfermedades para las cuales
hay tratamientos establecidos basados en células madre es aún muy pequeña.
Algunos problemas hematológicos y del sistema inmune y en caso de
trasplanté de células de médula ósea, pueden, en algunos casos ser tratados
eficazmente con células madre del sistema hematopoyético. Los médicos han
estado transfiriendo células progenitoras hematopoyéticas mediante
trasplantes de células madre sanguíneas desde hace más de 50 años, y se ha
avanzado mucho en las técnicas de recolección de células madre sanguíneas
que se usan clínicamente en la actualidad. El cordón umbilical, al igual que las
células de la médula ósea, se usa actualmente como fuente de células madre
sanguíneas y está siendo utilizado experimentalmente como una alternativa a
los trasplantes realizados con células de la médula ósea. Otras células madre
tejido-especificas podrían jugar también un papel en el trasplante de tejidos
que han sido llevados a cabo en los últimos años. En tejidos y órganos, como
la piel o la córnea, las células 2 madre presentes en estos tejidos contribuyen a
su regeneración a largo plazo. Otros tratamientos con células madre siguen
siendo experimentales, lo que significa que todavía no ha sido demostrado que
sean seguros y/o funcionales

APLICACIONES DE LAS CÉLULAS MADRE EMBRIONARIAS EN


BIOMEDICINA

DESARROLLO DE NUEVAS DROGAS


Se ha sugerido que las células madre embrionarias pueden tener su aplicación en
el descubrimiento y desarrollo de nuevas drogas con potencial farmacéutico. En
efecto, algunos tipos celulares como cardiomiocitos y hepatocitos generados
desde células madre embrionarias humanas podrían proporcionar una población
ideal de células para evaluar con mayor exactitud la efectividad de un determinado
fármaco o su toxicidad (Keller 2005). Este sistema proporcionaría ventajas
adicionales ya que las células humanas pueden revelar la toxicidad de ciertas
drogas que no necesariamente se detectan en los análisis convencionales, como
en los ensayos desarrollados con líneas celulares de ratón o los ensayos llevados
a cabo in vivo en animales.

DIFERENCIACIÓN DE LAS CÉLULAS MADRE EMBRIONARIAS


El gran objetivo de la tecnología de las células madre embrionarias consiste en
dirigir los cultivos de células indiferenciadas hacia la formación de tejidos y
órganos para terapias de reemplazo celular (Rippon y Bishop 2004). Las células
utilizadas para estos propósitos terapéuticos deben ser seleccionadas por su
estabilidad genética y normalidad, antes de iniciar la aplicación terapéutica en
humanos. De esta forma, el principal desafío para la aplicación futura de las
terapias de sustitución celular es el control sobre la diferenciación de estas células
hacia tejidos específicos. Es por tanto necesario desarrollar procedimientos que
conduzcan eficazmente a la diferenciación de las células madre embrionarias
hacia los tipos específicos de células que se requieran en cada caso. La
diferenciación in vitro de estas células se realiza removiendo del medio de cultivo
los factores que las mantienen indiferenciadas y aplicando los estímulos
apropiados necesarios para su diferenciación hacia las tres líneas germinales
embrionarias. Cuando estas células son cultivadas en suspensión, en ausencia de
factores anti diferenciación, forman agregados celulares tridimensionales llamados
cuerpos embrionarios, los que luego de 2-4 días en cultivo forman el endodermo,
dando lugar a un cuerpo embrionario simple, el cual se diferencia al cuarto día
generando una estructura más compleja con epitelio columnar y membrana basal.
En esta etapa, los cuerpos embrionarios son llamados cuerpos embrionarios
quísticos .La continuación en cultivo y la exposición a los estímulos y/o agentes
químicos adecuados pueden inducir la diferenciación de estos cuerpos
embrionarios hacia un linaje específico, por ejemplo ácido retinoico para la
diferenciación a células neuronales, aFGF y HGF para diferenciación en células
hepáticas, TSH para la diferenciación en adipocitos y en conjunto bFGF, IGF-1 y
nicotianamina para su diferenciación en células semejantes a los islotes del
páncreas, entre otros

Diferenciación in vitro de células ES. Las células madre embrionarias


pluripotentes se derivan in vitro de la masa celular interna de blastocistos en
desarrollo. La prolongación del cultivo de estas células genera estructuras vía
formación de agregados tridimensionales denominadas cuerpos embrionarios, los
que bajo estímulos adecuados se diferencian en los tipos celulares de las tres
capas germinales, mesodermo, ectodermo y endodermo.
Para determinar el potencial de diferenciación in vivo, las células madre
embrionarias de origen animal se agregan a embriones de ocho células o a
embriones en la etapa de blastocisto para originar una quimera en la que
posteriormente es necesario establecer la contribución de estas células en la
formación de la masa celular interna y del trofoectodermo y en al menos un
porcentaje no inferior al 10% en la formación de algún tejido en los animales
nacidos. Como por razones éticas esta evaluación no se puede realizar en
humanos, en las células madre embrionarias humanas y también en las de
algunos animales, la pluripotencial in vivo se confirma por la formación de
teratomas, luego de su inyección en ratones con inmunodeficiencia combinada.
¿Cuáles son las consideraciones particulares al usar terapias con células
madre?
Las terapias basadas en células madre son nuevas y aún tenemos muchas cosas
que aprender de ellas. En primer lugar, hay retos que se deben resolver en la
preparación de las células madre para su uso como medicamento, ya que a
diferencia de otros medicamentos (compuestos químicos), las células madre no
pueden ser producidas y ensayadas en grandes cantidades, y los tratamientos
pueden ser específicos de cada paciente. Para la mayoría de las enfermedades,
aún se está determinando que células son las más idóneas para funcionar en su
capacidad de reparar un daño tisular particular y cuál es la fuente más adecuada
para conseguir estas células. Por último, cualquier efecto secundario y la
seguridad a largo plazo deben de ser determinadas, ya que las células
trasplantadas pueden permanecer durante años en el cuerpo del receptor del
trasplante. Por lo tanto, es extremadamente importante una cuidadosa
monitorización y un seguimiento clínico de los pacientes que han recibido terapias
con las células madre.
¿Cuál es el proceso habitual para desarrollar un nuevo tratamiento médico?
Este proceso se conoce como traslación clínica. El proceso comienza con la
investigación básica sobre la biología y el funcionamiento de los tejidos y células y
que es lo que hacen mal en un determinado proceso patológico o de daño tisular.
Esta información se usará para diseñar y desarrollar métodos de diagnóstico, para
parar o reparar aquellos procesos que son erróneos o con una actividad defectiva.
Para testar si y como una nueva intervención terapéutica puede funcionar para
una determinada enfermedad o daño, los estudios se realizan primero in vitro (en
una placa de cultivo), y cuando es posible en animales de experimentación con
una enfermedad o daño similar al que estamos estudiando. Esto se denomina
estudio pre‐clínico y también debe ser revisados por expertos, publicado en
revistas científicas y confirmado antes de su traslado a los pacientes. Tras
demostrar un efecto razonable, que los tratamientos pueden funcionar y ser
seguros, es necesario solicitar los permisos adecuados para poder llevar a cabo
un estudio clínico en humanos, empezando con un número limitado de pacientes.
En algunos casos, nuevos tratamientos experimentales podrían ser ensayados en
un número limitado de individuos antes de que el ensayo clínico comience. Los
datos obtenidos hasta el momento permitirán un mejor conocimiento de los
mecanismos de 3 seguridad biológica, de los posibles efectos secundarios y los
métodos para conseguir que tratamiento llegue a la parte adecuada del cuerpo. En
este momento, el número de pacientes se incrementará gradualmente y la nueva
intervención terapéutica se comparará directamente con los tratamientos
existentes. Cuando a la seguridad y la efectividad de este tratamiento haya sido
demostrada a través del ensayo clínico la agencia regional o nacional, por
ejemplo, la Agencia Americana “US Food and Drug Administration (FDA) o la
europea “The European Medicines Agency (EMA)” podrá aprobar el uso de este
tratamiento para las condiciones y enfermedades para las que se ha estudiado.
¿Cuáles son las diferencias entre un tratamiento clínico aprobado y una
intervención experimental?
Un ensayo clínico autorizado es una práctica clínica que ha sido probada a través
del proceso formal como es el ensayo clínico que demuestra que es
razonablemente seguro y efectivo para una determinada enfermedad y condición
clínica. Normalmente, estos tratamientos deben de ser aprobados por una agencia
regional o nacional como la FDAo la EMA. Una intervención experimental es un
tratamiento médico nuevo, aun no‐testado, o diferente al habitual. Por lo tanto, aún
no ha sido probado que es seguro o que funcionará para el tratamiento de una
determinada enfermedad.
Controversia sobre el trasplanté de células madre embrionarias:

La gran promesa de la medicina regenerativa es utilizar cultivos de células madre


para obtener tejidos y órganos que puedan trasplantarse a las personas con
enfermedades hoy incurables. Un punto esencial, y polémico en los últimos años,
es que esos trasplantes no sean rechazados por el sistema inmune del receptor.
El Instituto Nacional de Ciencias Radiológicas de Chiba (Japón) ha dado un paso
fundamental al demostrar que la idea funciona en ratones con trasplantes de piel y
de médula ósea sin signos detectables de rechazo. El trabajo se publica
en Nature y despeja uno de los mayores obstáculos para la aplicación clínica de
las células madre.

El estudio de Masumi Abe y sus colegas de Chiba, Kawaguchi y Yokohama tenía


por objetivo disipar las dudas sobre la tolerancia inmunológica a los trasplantes
derivados de células madre iPS (o de pluripotencia inducida). Estas células se
obtienen retrasando el reloj de vulgares células de la piel para que recuperen su
primitiva condición de células madre, y son la estrella de la investigación en este
campo, incluido el último premio Nobel de Medicina concedido a su creador, el
también japonés Shinya Yamanaka.

Un estudio anterior de los biólogos moleculares de la Universidad de California en


San Diego, publicado también en ‘Nature’ en mayo de 2011, había encontrado,
también en modelos animales, rechazo inmunológico en trasplantes derivados de
células madre iPS, pero no en los derivados del otro gran tipo de células madre
que se usan en investigación sobre medicina regenerativa, las embrionarias. Esta
es la otra mitad de la historia.

Las células madre embrionarias se obtienen de embriones humanos de dos


semanas. Su descubrimiento en 1998 por investigadores de la Universidad de
Winsconsin fue la espoleta que desencadenó las actuales investigaciones en este
sector, pero en sus escasos 15 años de vida se han topado con una robusta
oposición moral y jurídica de los sectores próximos a la Iglesia católica y a las
confesiones norteamericanas.

El propio Nobel Yamanaka ha declarado que inició sus investigaciones sobre las
células iPS precisamente para sortear esas objeciones éticas. Buscaba un
material biológico tan precioso como las células madre embrionarias, pero que no
necesitara construir ningún embrión. Y eso es más o menos lo que consiguió, y así
lo tasó Estocolmo hace solo unos meses.
Yamanaka inició sus investigaciones sobre las células iPS para sortear las
objeciones éticas

La actitud más extendida entre los especialistas de este campo emergente, sin
embargo, es que la investigación debe hacerse en paralelo con ambos tipos de
células madre, las iPS y las embrionarias. De hecho, esto es exactamente lo que
han hecho Abe y sus colegas en su Nature de hoy: probar en paralelo 10 líneas de
células madre iPS y siete líneas de células madre embrionarias. Han derivado de
todas ellas tejidos diferenciados –piel y médula ósea— y los han trasplantado a
otros ratones, que aquí hacen el papel de pacientes.

El resultado, expresado brevemente, es que no hay rechazo. Ni con la piel ni con


la médula ósea. Ni cuando esos tejidos se derivan de células iPS ni cuando lo
hacen de células madre embrionarias. Todo esto es en ratones, pero despeja el
camino hacia la aplicación clínica de uno de sus mayores obstáculos. Y, además –
lo que parece dar la razón a la opinión mayoritaria en el sector– confirma la
conveniencia de avanzar en paralelo con ambos tipos de células madre, puesto
que ambas pueden resultar útiles para la medicina.

Derecho internacional

Los organismos internacionales se han pronunciado en numerosas ocasiones


acerca de los posibles usos de la biomedicina.
Hay textos que integran la regulación internacional de la medicina procreativa.
Existen contradicciones en dicha regulación. Los Estados Unidos son
conscientes de las limitaciones que conlleva promulgar una normativa de
aplicación interna: para burlar las prohibiciones domésticas basta solicitar las
técnicas en el país vecino. La creación extracorpórea de embriones y su
manipulación plantea problemas comunes al conjunto de los países que
merecerían una respuesta común, al menos en lo que se refiere a los límites
máximos dentro de los cuales puede llevarse a cabo la reproducción asistida:
se hace referencia a la necesidad de un marco o estatuto jurídico del embrión
humano. Sin embargo, es un hecho que la mayoría de los estados desea
disponer de sus propias normas bioéticas sin imposiciones provenientes de
organismos internacionales.
Los textos internacionales más importantes que afectan a la aplicación de la
tecnología biomédica, son la Declaración Universal de Derechos Humanos de
las Naciones Unidas (DUDH), de 1948; el Convenio Europeo para la
Protección de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales (CDEH)
de 1950; el Convenio Internacional sobre Derechos civiles y Políticos (CIDCP)
de 1956 y el Convenio de las Naciones Unidas sobre Derechos del Niño (CDN)
de 1989.
La preocupación por las consecuencias de las aplicaciones biotecnológicas,
así como la judicialización creciente de los problemas surgidos en la práctica

médica, hicieron mella en las organizaciones internacionales, al igual que en


los estados. Los organismos encargados de la defensa de los derechos
humanos, el Consejo de Europa y la Organización de Naciones Unidas, han
aprobado varios textos directamente relacionados con la defensa de la persona
frente a los riesgos del adelanto biomédico.

ONU:
Declaración Universal sobre el Genoma Humano y los Derechos del Hombre,
aprobada en París, el 11 de noviembre de 1977, y adoptada por la ONU el 10
de diciembre de 1998. Declara en su artículo 1º que, “en un sentido simbólico
(el genoma humano) es patrimonio común de la humanidad”.
Consejo de Europa: El texto más importante hasta la fecha es el Convenio de
Biomedicina, cuyo contenido incide solo de forma tangencial en la medicina
reproductiva. El primer intento de lograr un acuerdo internacional en la
ordenación de la biomedicina europea se produce en 1979. En aquella
ocasión, el proyecto de Recomendación sobre los problemas derivados de 3las
técnicas de procreación artificial no se adoptó por falta de consenso. Tres años
más tarde el Consejo adopto la Recomendación 934 (1982) sobre ingeniería
genética; un texto pionero que expresaba la preocupación por las futuras
aplicaciones de la manipulación del DNA recombinante en los organismos
vivos.
Como respuesta a la recomendación 934, el Consejo de Europa estableció un
Comité de Expertos en problemas éticos y legales relativos a la genética
humana (CAHGE), y le encargo la elaboración de varios borradores de
regulación de la ingeniería genética y de los procedimientos procreativos
biomédicos. Produjeron la recomendación nº R (84) 16 sobre la notificación a
las autoridades públicas de los trabajos relacionados con ADN recombinante.

El CAHGE:
Fue sustituido por el Comité ad hoc de Expertos en el progreso de las
Ciencias Biomédicas, CAHBI), el cual recibió instrucciones para proseguir el
trabajo, esta vez, sobre la manipulación de embriones y la regulación de la
tecnología reproductiva humana. Como resultado de la labor del CAHBI, el 24
de septiembre de 1986, tras un acalorado debate, la Asamblea adopto la
Recomendación 1046 (1986) sobre el empleo de embriones humanos y fetos
para fines diagnósticos, científicos, terapéuticos, individuales y comerciales.
El CAHBI:
Fue sustituido en, en 1991, por el Comité directivo para la Bioética (CDBI).
Dicho comité elaboro una propuesta de Convenio sobre los Derechos
Humanos y la Biomedicina, que fue aprobado y abierto a la firma 4en Oviedo el
4 de abril de 1997 y entró en vigor el 1 de diciembre de 1999.
El Convenio de Oviedo persigue dos objetivos básicos: la codificación de los
principios del derecho médico moderno y el establecimiento de principios de
actuación en la investigación biomédica y para el empleo de las nuevas
técnicas biomédicas. Aun cuando no se define con claridad el ámbito de
aplicación de la norma, se entiende referido a los procedimientos relativos a los
tratamientos médicos y biológicos destinados al ser humano, refiriéndose con
especial énfasis a los genéticos y al trasplanté de tejidos u órganos. Su
contenido afecta entre otros, a los derechos de acceso equitativo a los
beneficios de la sanidad (art. 3º), a las obligaciones y a las normas de
conducta de los profesionales (art. 4º), al consentimiento informado (art. 5º y
siguientes), a la protección del genoma humano (art. 11 y siguientes) y a la
investigación científica sobre el ser humano (art. 15 y siguientes). Existe un
protocolo, relativo a la prohibición de la clonación, adoptado en Paris en 1998 y
entro en vigencia el 1 de marzo de 2001. Estos convenios son el marco sobre
el cual se mueven la mayoría de legislaciones en cuanto a medicina
reproductiva y en la investigación sobre embriones, en nuestro medio lo único
que menciona de alguna manera estos aspectos es el decreto 1546 de 1998,
en su título V.

Derecho comparado
Alemania: Prohibida la investigación con Embriones por la ley de protección
del Embrión de 1990. Pero permite la investigación con CME importadas.
Australia: Permite la investigación y creación de embriones con dichos fines.
Austria: Prohíbe la investigación y no permite embriones sobrantes. Bélgica:
No hay legislación específica sobre la investigación en embriones humanos.
Brasil: Permite la investigación con CME.
Canadá: No tiene legislación, pero permite la creación de embriones para la
investigación.
Colombia: No hay legislación al respecto.
Dinamarca: Prohibida. Los embriones sobrantes se destruyen enseguida.
España: Solo permite la investigación con embriones no viables.
Estados Unidos: Permite la investigación, pero con dineros privados.
Francia: Permite la investigación terapéutica pero no la destrucción de
embriones.
Holanda: Permite la investigación sobre embriones sobrantes. Irlanda: Prohíbe
la investigación. Italia: No hay legislación. Japón: Permite la investigación y la
creación de embriones por clonación.
Noruega: Prohíbe la investigación.
Reino Unido: Permite investigación, creación de embriones y clonación
terapéutica.
Suecia: Permite la investigación sobre embriones y CME, no permite la
clonación y prohíbe la venta de material biológico humano.

Implicaciones ético legales del manejo de las CME.


La propuesta de trabajo es la siguiente, la pareja que acude a hacer un
procedimiento de fertilización asistida, lograra que se obtengan como mínimo
entre 4 y 8 embriones. La recomendación de la Federación 5Internacional de
Ginecología y Obstetricia (FIGO) es que solo se implanten dos o tres de dichos
embriones. Se propone entonces que, mediante un consentimiento informado,
donde queden claramente establecidas las finalidades y los propósitos, se
obtenga la donación de uno o dos de esos embriones, cosa que debe hacerse
desde antes de empezar el procedimiento, porque lo que interesa es obtener
CME y estas deben conseguirse desde el día 4 hasta el día 12 y por lo tanto es
fundamental que la donación se haga desde el mismo instante en que la pareja
piensa hacer el procedimiento. Debe recordarse que la obtención de las CME
implica la destrucción del embrión, pues si se obtienen las células por aspirado,
la cantidad es tan pequeña que no alcanzan para los propósitos de trasplanté.
Entonces si desde el inicio se tiene el consentimiento y la donación de los
embriones, se puede disponer de ellos, y así en forma temprana obtener las
CME: Es cierto que ello implica la destrucción del embrión, pero ¿sería menos
ético, destruir ese embrión para obtener las CME que más tarde van a servir a
propósitos superiores, como son lograr la curación o la mejoría de otras
personas que necesitan un trasplanté, o desecharlos después porque son
sobrantes de un procedimiento? Debe lograrse que este procedimiento de
obtención de la CME se dé entre los días 4 a 14 después de la fertilización del
óvulo, porque de acuerdo con el 6informe W arnock, durante esta etapa no se
ha individualizado el producto de la gestación y por lo tanto todavía no se
puede hablar de un ser, sino de un proceso de replicación celular en vías de
diferenciación, lo cual ocurre casi simultáneamente con la implantación en el
útero. Además, otro argumento a favor de la obtención de las células en esta
etapa de blastocisto, hace referencia a la consideración de que la vida se
asocia con la aparición de la línea neural primitiva o notocorda, la cual se da
hacia el día 14. Aceptando que esta destinación de los pre-embriones, sea
éticamente menos reprochable, porque van a tener el fin de beneficiar a otros
seres humanos, y sin entrar en discusiones bizantinas como la que se a dado
con el aborto, se debe de todas maneras recurrir a la legislación para
establecer la normativa que va a regir todo el proceso de obtención de las CME
y la conservación, guarda, y beneficiarios de los transplantes. El Estado debe
ser el ente que maneje un programa de este tipo, ya sea por sus propios
medios o delegando en entes privados, pero bajo su estrecha vigilancia, para
que no se convierta un plan de beneficio de interés general en algo que solo
vaya a beneficiar intereses particulares. Se deja claro que los embriones que
se van a dedicar a estos fines son obtenidos por donación y con previo
consentimiento informado, y que se van a manejar como se manejan los
órganos que se obtienen de un donante para transplantes, y que tienen su
reglamentación en el decreto 1546 de 1998, ya citado
Conclusión:

La investigación con células madre embrionaria es el descubrimiento científico


más prometedor realizado por la ciencia moderna y anuncia también una
transformación epistemológica del paradigma médico y el nacimiento de la
medicina regenerativa. La humanidad está a las puertas de una revolución
científica de tal magnitud, que los parámetros de salud, enfermedad, promedio de
vida y calidad de vida pueden llegar a modificarse de una manera nunca pensada.
Sin embargo, es fundamental que la comunidad científica defienda los criterios
académicos que deben acompañar a una experimentación genuina y humanista, y
no sucumbir a las presiones económicas, ideológicas, políticas y a ningún tipo de
fanatismo irracional. El estado del arte, en el presente, nos permite enfatizar en
que las CTA son la mejor opción para la terapia celular en humanos y que las CTE
parecen orientarse, por lo menos a corto y mediano plazo, a la investigación
básica. El estímulo económico de las patentes comerciales de los linajes celulares
de CTE no pueden ser factores que condicionen la preferencia de hacer
experimentación clínica con ellas, desconociendo las ventajas y los riesgos
menores que parecen tener las CTA. La prudencia, la reflexión ética y la búsqueda
de consensos en la comunidad científica y en las sociedades deben ser elementos
indispensables de la investigación con las células troncales. Además, los criterios
de equidad social y de responsabilidad política deben garantizar la
democratización global de los beneficios que se obtengan con la terapia celular.
Por último, es claro que esta nueva biología, que está revelando el inesperado
comportamiento molecular de las células madres embrionarias adultas, conducirá
a una nueva psicología y a una nueva ética que deberán ser construidas entre
todos. El camino próximo de la especie humana vuelve a ser hoy un verdadero
misterio imposible de predecir.
Como hemos visto, en estas reflexiones precedentes, se trata de un debate y de
una controversia que, si bien se puede calificar de científica, ética o económica, no
parecía tener salida mientras las células adultas fueran incapaces de curar alguna
enfermedad, aunque sólo fuera una, pues el desafío ante una enfermedad
incurable revertiría siempre sobre la promesa-espejismo de las células
embrionarias. Sin embargo, algo ha ocurrido. La ciencia ha llegado a un
descubrimiento que parece haber puesto -de repente después de muchos años,
todas las cartas boca arriba. En diciembre de 2007 y enero de 2008, Shinya
Yamanaka94 y James Thompson han producido un seísmo científico al revelar la
posibilidad de reprogramación genética de células adultas. No procede extenderse
ahora sobre las consecuencias de esta invención, que ha producido un giro
copernicano en el escocés Wilmut, artífice de la oveja Dolly, quien ha decidido
abandonar la técnica de la clonación en la que es el mayor experto, para volcarse
en la nueva técnica de la reprogramación genética El descubrimiento ha sido de
tal calibre que hasta los más acérrimos defensores de la investigación con
embriones, como Bernat Soria, han hecho declaraciones a la prensa diciendo que la
invención no hubiera sido posible sin previas investigaciones con células
embrionarias. El hecho, quizá simplificado, consiste en la inclusión de tres o cuatro
genes específicos en una célula adulta, la cual experimenta un proceso de
infantilización, retrasando su reloj biológico a cero, y recuperando tanto la
plasticidad como la inmortalidad de las células embrionarias. Al conseguir esto, sin
que se destruyan embriones humanos, se supera el problema ético de mayor
envergadura que ha sido desde los comienzos el núcleo fundamental de la
controversia. En este marco, parece casi profética aquella cita de Francis Collins,
cuando decía: El Dios de la Biblia es también el Dios de las células madre. “Se le
puede adorar en la catedral y en el laboratorio; su creación es majestuosa,
sobrecogedora, intrincada y bella, y no puede estar en guerra con sí misma. Sólo
nosotros, humanos imperfectos, Una buena explicación de la misma, por Santiago,
M.: “La reprogramación celular una perspectiva ética tras el descubrimiento”, en
Nueva Revista de política, cultura y arte, nº 116, abril 2008. 97 de Santiago, La
reprogramación celular una perspectiva ética...,
Francis S. Collins, médico genetista y director del Nacional Human Genome
Research Institute, es uno del equipo que ordenó y clasificó el mapa del genoma
humano en el año 2005. Recibió el Premio Príncipe de Asturias de Investigación
en 2001. 430 Miguel Ángel Jusdado Ruiz-Capillas Anuario de Derechos Humanos.
Nueva Época. Vol. 9. 2008 (403-430) podemos iniciar tales batallas. Y sólo
nosotros podemos terminarlas” Yamanaka ha conseguido la reprogramación
genética, desde las células adultas de la piel de una mujer, y del tejido conjuntivo
de un hombre. Si esta reprogramación pudiera también funcionar con células
adultas procedentes de la grasa, entonces vendrían a ser quizá también proféticas
las últimas palabras del Chairman Brownback en el debate del Subcomité del
Senado: “es un placer oír hablar de la potencialidad del uso de la grasa. En
América la tenemos en abundancia. Tenemos este problema de la enorme
obesidad, y espero que llegue el día en que podamos emplearla para resolver
muchas de nuestras enfermedades.
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http://www.advancedcell.com/
revistas.ucm.es › index.php › ANDH › article
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