13-7-07-Empleo Público-Regimen Disciplinario
13-7-07-Empleo Público-Regimen Disciplinario
13-7-07-Empleo Público-Regimen Disciplinario
Régimen disciplinario.
En el derecho español se dieron una serie de instituciones que tenían por fin
asegurar una Administración leal, justa y eficaz de los funcionarios: ellas eran
“la visita”: que era la inspección que se efectuaba a un funcionario o
gobernante con el fin de examinar su actuación administrativa. Por ejemplo las
que se efectuaban en América por origen del Rey o del Consejo de Indias. Se
clasificaban los comportamiento ilícitos en cultas graves, muy graves o
gravísimas correspondiendo a cada una un tipo de sanción distinta.
Otra institución disciplinaria fue “el juicio de residencia” que era la cuenta que
se tomaba de los actos cumplidos por el funcionario público al terminar su
desempeño. Se llevaba a cabo por jueces letrados nombrados por el Rey. Las
condenas eran pecuniarias y también personales, admitía pesquisas secretas.
Las sentencias eran ejecutivas y podían ser apeladas.[2]
La orientación civilista del derecho disciplinario fue expuesta por Saband para
quien el poder disciplinario tiene su justificación en la relación de servicio.
Nadie puede sostener que una conducta antijurídica por parte de un funcionario
no afecte en modo alguno al resto de la comunidad. Por ejemplo sin un
funcionario público hace acuerdo ilegales que causen perjuicios graves a los
ciudadanos ¿infringe o no esa actitud el orden jurídico general? ¿perturba o no
la buena marcha de la Administración? Si se discriminara a un agente público
en razón de su raza o credo ¿se está afectando extensivamente la esfera
externa de la Administración?
Sin embargo, existen razones suficientes para rechazar esta última postura de
identificación sustancial del Derecho Penal y el Disciplinario, a saber:
Del examen de la normativa vigente no surge que las conductas más graves se
encuentren tipificadas en el Código Penal, ni que las penas a imponer sean de
mayor gravedad que las del Derecho Disciplinario. Por ejemplo, el abandono
del servicio por parte de un funcionario acarrea una falta importante, que es
pasible de una sanción grave como la cesantía. No obstante, si ese abandono
no provoca daño, en el ámbito penal no tiene pena.
En la Ley Marco de Regulación del Empleo Público, aprobada por ley 25.164,
expresamente se prevé el principio que acabo de analizar. En cuanto al
régimen entrerriano, en el art. 64 está consagrado este principio (inc. a) en la
determinación y aplicación de sanciones.
1º) Es compatible una sanción penal y una disciplinaria por los mismos hechos,
realizados por un mismo sujeto?
Octavio de Toledo entiende para resolver el problema del non bis in ídem, que
la relación entre delitos de funcionarios e ilícitos disciplinarios era de
consunción, existen tres posibilidades: 1) delitos de funcionarios que no tengan
relación alguna respecto a las faltas disciplinarias; 2) algunas de estas que no
tengan relación con los delitos de los funcionarios; y 3) delitos de funcionarios
en relación con alguna de ellas.
Así puede sintetizarse en la fórmula “no hay dos procedimientos con el mismo
objeto”, la que impide que un órgano administrativo posterior emita una
decisión sancionatoria cuando el objeto del procedimiento haya sido ya resuelto
con anterioridad, siempre que exista identidad de sujeto, hecho y fundamento
(Sentencia del Tribunal Constitucional 32/81).
PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD
Merece a esta altura consignar la opinión de otros autores que como Suay
Rincón[13] sostienen que la potestad disciplinaria no parece una potestad
reglada, aún cuando la ley recoja el principio de proporcionalidad y se
establezcan criterios para graduar las sanciones, la existencia de cierto margen
de apreciación por parte de la Administración es difícilmente controvertible. Por
otro lado, tampoco parece una potestad discrecional, pues si aceptamos la
vigencia del principio de proporcionalidad, resulta difícil su aceptación.
Entonces, si no es ni una cosa ni la otra, ¿qué es la potestad disciplinaria? Este
autor concluye que se trata de una potestad discrecional de tipo jurisdiccional,
circunstancia que pone de relieve sus diferencias con relación al resto de los
actos administrativos.[14]
PRINCIPIO DE CULPABILIDAD
DERECHO DE DEFENSA
PRESCRIPCIÓN
El tema surge a raíz de lo dispuesto por el art. 3del Código Civil, que establece
que las normas no tienen efecto retroactivo, sean o no de orden público, salvo
disposición en contrario, y la retroactividad establecida por ley no podrá en
ningún caso afectar derechos amparados por garantías constitucionales.
En base a esta disposición de la teoría general del Derecho, una norma podría
prever su carácter retroactivo, lo que constituye una excepción a un principio de
alcance general.
CONCLUSIÓN
Sin embargo, aún queda camino por andar, principios cuya aplicación ha de
pulirse como el de reserva de ley, la vigencia y alcance del principio non bis in
ídem, las garantías del imputado, la subordinación a la autoridad judicial,
conforman aspectos necesitados de un esfuerzo doctrinal y jurisprudencial que
haga realidad su aplicación plena al Derecho Disciplinario. [18]
[1] Suay Rincón: “Potestad Disciplinaria” libro homenaje a Villar Palasí. Ed.
Civitas, Madrid 1989, p.55
[6] Docobo, Jorge: “La aplicación de los principios y normas penales al Derecho
Administrativo Disciplinario” JA 1996 IV-785. García Pullés, op. cit. p. 313.
[7] Octavio de Toledo: “La prevaricación del funcionario público” Civitas 1980 p.
265 y ss.
[8] Quirós Lobo, José María: Ed. Comares, Granada 1996, p. 39.
[9] García de Entrerría y Fernández: “Curso de Derecho Administrativo” Tº II 1º
Ed. Arg. LL 2006, p. 180.