Sistema Muscular
Sistema Muscular
Sistema Muscular
es el conjunto de fibras y tejidos musculares que constituyen la red necesaria para movilizar y
mantener firme al esqueleto, de hecho constituye el 40% de la masa corporal total y tiene mas de
600 musculos diferentes. Los músculos en su mayor parte están controlados a voluntad por el
sistema nervioso central del individuo, aunque muchos otros responden a reflejos, como el caso
de los músculos liso y cardíacos que no cesan de latir mientras viva el organismo. Esto significa
que son una parte vital del cuerpo, que le brindan soporte, agilidad y protección, además de
tomar parte en el circuito metabólico de la energía.
Artrofia
Hipertrofia
es el término que hace referencia al crecimiento del tejido muscular, que puede manifestarse en
una variedad de adaptaciones estructurales y metabólicas. Por lo que es el resultado del
entrenamiento de fuerza de mediana intensidad y alto volumen, sumado a una selección correcta
de un método de entrenamiento
Tipos de hipertrofias
Dependiendo de la localización:
Síntomas de la hipertrofia
Síntomas
Cansancio después de caminar o estar parado
Tropiezos o caídas
Problemas para tragar o respirar
Para su diagnóstico el doctor hará un examen físico, exámenes de laboratorio, de imagen y una
biopsia muscular. No existe una cura para estas enfermedades pero los síntomas se pueden
controlar. Tanto la polimiositis como la dermatomiositis se tratan con altas dosis
de corticosteroides. Otras opciones pueden ser otros medicamentos, terapia de rehabilitación,
ejercicio, calor, aparatos de asistencia y descanso.
Fibromialgia
es una afección crónica que causa dolor en todo el cuerpo, fatiga y otros síntomas. Las personas
con fibromialgia pueden ser más sensibles al dolor que aquellas que no la tienen. Esto se conoce
como percepción anormal del dolor.
¿Cuál es la causa de la fibromialgia?
No se conoce la causa exacta de la fibromialgia. Pero ciertas cosas pueden contribuir a su
aparición, como:
Eventos traumáticos, como accidentes de tránsito
Lesiones frecuentes
Enfermedades como infecciones virales
En ocasiones, la fibromialgia puede desarrollarse por sí sola. Como puede presentarse en
familias, los genes pueden ser responsables en que su causa.
¿Quién está en riesgo de fibromialgia?
Cualquier persona puede tener fibromialgia, pero es más común en:
Mujeres: Tienen el doble de probabilidades de tener fibromialgia
Personas de edad mediana
Personas con algunas enfermedades como lupus, artritis reumatoide y espondilitis anquilosante
Personas con algún familiar que tenga fibromialgia
¿Cuáles son los síntomas de la fibromialgia?
Los síntomas comunes incluyen:
Dolor y rigidez en todo el cuerpo
Fatiga y cansancio
Problemas con el pensamiento, memoria y concentración (conocido como niebla mental o
"lagunas")
Depresión y ansiedad
Dolores de cabeza, incluyendo migrañas
Síndrome del intestino irritable
Adormecimiento u hormigueo en manos y pies
Dolor en el rostro o mandíbula, incluyendo una afección conocida como trastorno de la
articulación temporomandibular
Problemas para dormir
¿Cómo se diagnostica la fibromialgia?
puede ser difícil de diagnosticar. En ocasiones se necesita ver a varios profesionales de la salud
para obtener un diagnóstico. Una causa de esto es que no existe una prueba específica para ella,
y sus principales síntomas, como el dolor y la fatiga, son comunes en muchas otras afecciones.
Los profesionales de la salud deben descartar otras causas de los síntomas antes de hacer un
diagnóstico de fibromialgia. A esto se le llama diagnóstico diferencial.
Para hacer un diagnóstico, su profesional de la salud puede utilizar:
Su historia clínica, incluyendo preguntas detalladas sobre sus síntomas
Un examen físico
Radiografías o análisis de sangre para descartar otras afecciones
Las guías para diagnosticar fibromialgia, las que incluyen:
Antecedentes de dolor general que dura más de 3 meses
Síntomas físicos incluyendo fatiga, despertar cansado y problemas cognitivos (de la memoria o
pensamiento)
La cantidad de partes de su cuerpo en la que presentó dolor en la última semana
¿Cómo se trata la fibromialgia?
La fibromialgia se trata con una combinación de terapias, las que pueden incluir:
Medicinas
Analgésicos de venta libre
Medicinas recetadas específicamente aprobadas para tratar la fibromialgia
Analgésicos de venta con receta médica
Ciertos antidepresivos, los que pueden ayudar con el dolor o los problemas para dormir
Cambios de estilo de vida
Dormir bien
Hacer ejercicio regularmente. Si no ha hecho ejercicio, comience lentamente. Puede que deba
ver a un terapeuta físico, que puede ayudarle a crear un plan que sea acorde a sus necesidades
Aprender a manejar el estrés
Consumir una dieta saludable
Aprender a tomar las cosas con calma. Si hace demasiado, puede empeorar sus síntomas. Por
ello, debe aprender a equilibrar el ser activo con su necesidad de descansar
Terapia conversacional: Algunas como la terapia cognitiva conductual puede ayudarle a
aprender estrategias para lidiar con el dolor, estrés y sus pensamientos negativos. Si además
tiene depresión junto a su fibromialgia, la terapia conversacional puede ayudarle
Terapias complementarias: Estas han ayudado a algunas personas con los síntomas de la
fibromialgia. Sin embargo, investigadores necesitan hacer más estudios para mostrar cuáles son
efectivas. Si piensa que le pueden ayudar, converse primero con su profesional de la salud. Estas
terapias incluyen:
Masajes terapéuticos
Terapias del movimiento
Quiropráctica
Acupuntura
Sinovitis
Este tipo de lesión cursa con una sintomatología característica, que puede abarcar el aumento de
la temperatura de la rodilla (sensación de calor), dolor e hipersensibilidad al tacto o el roce e
inflamación como consecuencia de incrementarse la cantidad de líquido sinovial.
El origen de la sinovitis puede ser muy diverso: desde un traumatismo causado por un impacto
directo sobre la articulación a patologías o una simple torcedura, a enfermedades infecciosas u
otras patologías entre las que cabe destacar la artritis reumatoide, artritis juvenil o la gota.
En función de cuál sea la causa y el modo en que aparece, se puede clasificar en dos
grupos: sinovitis aguda, de aparición repentina; o sinovitis crónica, con un tiempo de desarrollo
más lento. También hay sinovitis que se consideran subclínicas, lo que implica que no se
detectan durante el examen físico del paciente, a pesar de que éste presenta dolor y disminución
de la movilidad de la articulación. Por último cabe destacar la denominada sinovitis vellonodular,
que es un tumor de la bolsa sinovial y que requiere tratamiento quirúrgico en ocasiones
complementado con radioterapia.
Tendinitis
es una inflamación de los tejidos conectivos fibrosos gruesos que unen los músculos a los
huesos. Estos tejidos conectivos se llaman tendones. Esta afección causa dolor y sensibilidad
justo afuera de la articulación.
La tendinitis puede ocurrir en cualquier tendón; sin embargo, es más frecuente alrededor de los
hombros, los codos, las muñecas, las rodillas y los talones.
Tratamiento
La mayoría de los casos de tendinitis se pueden tratar con reposo, fisioterapia y medicamentos
para reducir el dolor. La inflamación prolongada de los tendones puede causar un desgarro, lo
cual puede necesitar cirugía.
Tipos
Epicondilitis medial (codo de golfista, codo del tenista directo o codo de beisbolista):
Tendinitis del manguito de los rotadores
Tenosinovitis de De Quervain:
Tendinitis aquílea:
Tendinitis de los peroneos:
Tendinitis de los extensores de los dedos de los pies:
Tendinitis rotuliana:
Síntomas
tienden a ocurrir donde el tendón se adhiere al hueso. Los síntomas a menudo incluyen los
siguientes:
Dolor que, por lo general, se describe como un dolor sordo, especialmente cuando se
mueve la extremidad o la articulación lesionada.
Sensibilidad.
Hinchazón leve.
Prevención
Para reducir la posibilidad de padecer tendinitis, se debe:
Evita actividades que provoquen demasiado esfuerzo para los tendones, especialmente por
períodos prolongados.
Combinar actividades si un ejercicio o una actividad causa dolor
Mejorar la postura y forma de deambular
Hacer estiramientos después de hacer ejercicio.
Prepara los músculos antes de practicar deportes.
Contusion muscular
es un aplastamiento de fibras musculares en una zona determianda, caracterizadas por ser fuentes
de dolor e incapacidad de mover la extremidad y provoca hematoma y tumefacción.
Causa
Las contusiones se producen a causa de un golpe directo o de golpes repetidos de objetos no
afilados contra alguna parte del cuerpo. Esto machuca las fibras musculares subyacentes y
los tejidos conjuntivos sin que se rompa la piel. Las contusiones pueden producirse a causa
de caídas o golpes del cuerpo contra una superficie dura
Síntomas
Las contusiones provocan hinchazón y dolor, y pueden limitar la amplitud de movimiento de
las articulaciones cercanas a la lesión. Los vasos sanguíneos que se rompen pueden
provocar una coloración azulada. Puede que sienta debilidad y entumecimiento en el músculo
lesionado.
En ocasiones, se genera una acumulación de sangre dentro del tejido dañado y se forma un
bulto sobre la lesión (hematoma). Si el daño en el tejido es extenso, también podría tener un
hueso roto, una articulación dislocada, un esguince, un desgarro muscular u otras lesiones.
Reposo:
Frío: Se puede aplicar hielo en el área lastimada, de 7 a 10 minutos cuatro veces al día,
durante varios días después de la lesión. No se debe aplicar el hielo directamente en la piel,
para evitar que se extienda el hematoma y reducir la inflamación.
Medicamentos antiinflamatorios sin esteroides: Estos ayudan a aliviar el dolor.
Calor: El uso de calor debe restringirse únicamente para cuando se esté regresando a la
actividad. Posteriormente se lo puede usar antes de hacer el calentamiento para el ejercicio.
Estiramiento: Cuando el dolor agudo ha desaparecido, se debería comenzar con un
estiramiento ligero, hasta donde el dolor lo permita. Se debe sostener cada estiramiento
durante 10 segundos y repetir hasta 6 veces, haciendo esto hasta 4 veces al día.
En general ante la persistencia de dolores fuertes, se recomienda no proseguir exigiendo la parte
afectada con más ejercicios o movimientos, ya que se puede lesionar aún más la zona y dejarla
incapacitada por varios meses.
Rotura de fibras
es una lesión frecuente en la práctica deportiva pero también tras un esfuerzo brusco cuando la
persona lleva una vida sedentaria. También se la denomina desgarro muscular, ya que consiste
en la rotura de más o menos fibras de las que configuran el músculo. Su gravedad dependerá del
músculo y el número de fibras que se han roto –leve, moderado o grave–, lo que determinará
también el tiempo necesario para la recuperación – 8-10 días, 2-3 semanas o más de tres
semanas, respectivamente–.
Esta se suele producir por una elongación excesiva del músculo, por una contracción muy brusca
o por un esfuerzo que supera su capacidad. Afecta de forma más habitual a las piernas como
consecuencia de gestos explosivos y cambios bruscos de velocidad, siendo los músculos más
frecuentemente afectados los gemelos, el sóleo, los isquiotibiales, los aductores y el recto anterior
del cuádriceps.
Reposo: dejar la práctica deportiva y caminar lo menos posible, con el fin de evitar que se agrave
la le lesión con la rotura de más fibras. Se suele recomendar el uso de un vendaje compresivo,
pero que no impida la movilización del músculo.
Aplicación local de frío: reduce la inflamación y calma el dolor. Se aplica hielo (nunca
directamente sobre la piel) o bandas de gel congeladas durante aproximadamente un cuarto de
hora en la zona dolorida.
Antiinflamatorios no esteroideos: también calman el dolor y reducen la inflamación.
Rehabilitación: no debe reanudarse la práctica de ejercicio hasta que no haya desaparecido
completamente el dolor agudo. Y aun así debe iniciarse con estiramientos suaves hasta el punto
en que el propio dolor lo permita, manteniéndolo durante unos segundos y en series de cinco,
varias veces al día. Se recomienda aplicar calor local después de cada sesión de estiramientos.
La mejor manera de prevenir la rotura fibrilar es calentar adecuadamente cada vez que se vaya a
practicar ejercicio, sea éste del tipo que sea.
Esguince
es un estiramiento o desgarro de los ligamentos, las bandas resistentes de tejido fibroso que
conectan dos huesos en las articulaciones. La ubicación más común de un esguince es el tobillo.
Los signos y los síntomas variarán, dependiendo de la gravedad de la lesión, y pueden incluir los
siguientes:
Dolor
Hinchazón
Hematomas
Capacidad limitada para mover la articulación afectada
Escuchar o sentir un “pop” en la articulación en el momento de la lesión
Causas
Un esguince se produce cuando se extiende demasiado o se desgarra un ligamento mientras se
tensa intensamente una articulación. Los esguinces se producen a menudo en las siguientes
circunstancias:
Factores de riesgo
Prevención
Realizar ejercicios regulares de estiramiento y fortalecimiento para el deporte, la actividad física o
la actividad laboral, como parte de un programa general de acondicionamiento físico,
Evitar el sedentarismo
Miastenia gravis
es una enfermedad de la unión neuromuscular, de etiología autoinmune y caracterizada por
debilidad muscular variable, que aparece tras la realización de actividad física y que se recupera
con el reposo. Únicamente se afecta la musculatura estriada o voluntaria, y no la musculatura
involuntaria como la cardíaca o intestinal.
Aunque la miastenia gravis pueda ser fatal si una crisis respiratoria no es atendida
inmediatamente, con los cuidados adecuados, habitualmente los pacientes tienen una expectativa
de vida normal.
La enfermedad tiende a estabilizarse al cabo de unos años de haber aparecido, y tiende a no ser
progresiva, a pesar de que la severidad de la enfermedad puede variar rápidamente.
El paciente típico que no está bajo tratamiento puede sentirse fuerte después de una noche de
sueño o de una siesta, pero conforme progresa el día la debilidad va en aumento.
¿Cuáles son los síntomas de la miastenia gravis?
Los síntomas más habituales son: