Tema de Reflexion

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La Donación de Sangre… Donando Vida (valor, Solidaridad)

La historia de un niño que estuvo dispuesto a donarlo todo por salvar la vida
de quien amaba...

Hace muchos años, cuando un médico trabajaba como voluntario en un Hospital de


Stanford, conoció a una niñita llamada Liz quién sufría de una extraña enfermedad.

Su única oportunidad de recuperarse aparentemente, era una transfusión de


sangre de su hermano de 5 años, quién había sobrevivido milagrosamente a la
misma enfermedad y había desarrollado anticuerpos necesarios para combatir la
enfermedad.

El doctor explicó la situación al hermano de la niña, y le preguntó si estaría


dispuesto a darle su sangre a su hermana.

Por un momento, lo vió dudar antes de tomar un gran suspiro y decir; Si, lo haré, si
eso salva a Liz.

Mientras la transfusión continuaba, él estaba acostado en una cama al lado de la de


su hermana, y sonriente mientras los médicos lo asistían a él y a su hermana, veía
retomar el color a las mejillas de la niña.

Entonces la cara del niño se puso pálida y su sonrisa desapareció. El miró al doctor
y le preguntó con voz temblorosa: ¿A qué hora empezaré a morirme?

Siendo solo un niño, no había comprendido al doctor; él pensaba que le daría toda
su sangre a su hermana... Y AÚN ASI, SE LA DABA...

En la Edad Media (valor, justicia)

Cuenta una antigua leyenda, que en la Edad Media un hombre muy virtuoso fue
injustamente acusado de haber asesinado a una mujer. En realidad, el verdadero
autor era una persona muy influyente del reino, y por eso, desde el primer
momento se procuró un “chivo expiatorio”, para encubrir al culpable.

El hombre fue llevado a juicio ya conociendo que tendría escasas o nulas


esperanzas de escapar al terrible veredicto: ¡La horca! El juez, también comprado,
cuidó no obstante, de dar todo el aspecto de un juicio justo, por ello dijo al
acusado: “Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor, vamos a dejar
en manos de él tu destino: Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras
‘culpable’ e ‘inocente’.
Tú escogerás y será la mano de Dios la que decida tu destino”. Por supuesto, el mal
funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda: ‘CULPABLE’. Y
la pobre víctima, aún sin conocer los detalles, se daba cuenta que el sistema
propuesto era una trampa. No había escapatoria.
El juez ordenó al hombre tomar uno de los papeles doblados. Este respiró
profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados, y
cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y con una extraña
sonrisa, tomó uno de los papeles y llevándolo a su boca, lo tragó rápidamente.
Sorprendidos e indignados, los presentes le reprocharon… “pero, ¿qué hizo…?, ¿y
ahora…?, ¿cómo vamos a saber el veredicto…?” “Es muy sencillo, respondió el
hombre… es cuestión de leer el papel que queda, y sabremos lo que decía el que
me tragué”. Con un gran coraje disimulado, tuvieron que liberar al acusado y jamás
volvieron a molestarlo…

“En los momentos de crisis, de injusticia, pídele a Dios una salida y Él te dará la
imaginación que muchas veces es más importante que el conocimiento”

AUXILIO EN LA LLUVIA (valor solidaridad)

Una noche a las 11:30 P.M., una mujer afroamericana de edad avanzada estaba
parada en el borde de una autopista de Alabama bajo una fuerte tormenta.

Su automóvil se había descompuesto y necesitaba desesperadamente que alguien la


llevara. Empapada, decidió hacerle señas al próximo carro que pasara

A pesar de ser una época de agudos conflictos raciales, un joven blanco se detuvo a
ayudarla, la llevó a un lugar seguro y la puso en un taxi. La señora, que parecía
bastante apurada, anotó la dirección del joven, le agradeció y se fue.

Siete días después, tocaron a la puerta de la casa del joven. Para su sorpresa, era un
paquete a su nombre: un televisor de pantalla gigante con una nota que decía:

“Muchísimas gracias por ayudarme en la autopista la otra noche. La lluvia anegó


no sólo mi ropa sino también mi espíritu. Entonces apareció usted. Gracias a usted,
pude llegar al lado de la cama de mi marido agonizante, justo antes de que muriera.
Dios lo bendiga por ayudarme y por servir a otros desinteresadamente.”

“Sinceramente,
La señora de Nat King Cole”

Las Piedras Grandes (valor, orden)

Un experto asesor de empresas en Gestión del Tiempo quiso sorprender a los


asistentes a su conferencia.

Sacó de debajo del escritorio un frasco grande de boca ancha. Lo colocó sobre la
mesa, junto a una bandeja con piedras del tamaño de un puño y preguntó: Cuantas
piedras piensan que caben en el frasco?.

Después de que los asistentes hicieran sus conjeturas, empezó a meter piedras hasta
que llenó el frasco.

Luego preguntó: ¿Está lleno?

Todo el mundo lo miró y asintió. Entonces sacó de debajo de la mesa un cubo con
gravilla. Metió parte de la gravilla en el frasco y lo agitó. Las piedrecillas
penetraron por los espacios que bajan las piedras grandes. El experto sonrió con
ironía y repitió:

¿Está lleno?

Esta vez los oyentes dudaron: Tal vez no. ¡Bien!. Y puso en la mesa un cubo con
arena que comenzó a volcar en el frasco. La arena se filtraba en los pequeños
recovecos que dejaban las piedras y la grava. ¿Está lleno? preguntó de nuevo.
¡No!, exclamaron los asistentes.

Bien, dijo, y cogió una jarra de agua de un litro que comenzó a verter en el frasco.
El frasco aún no rebosaba.

Bueno, qué hemos demostrado?, preguntó.

Un alumno respondió: Que no importa lo llena que esté tu agenda, si lo intentas,


siempre puedes hacer que quepan más cosas.

¡No!, concluyó el experto: lo que esta lección nos enseña es que si no colocas las
piedras grandes primero, nunca podrás colocarlas después.
¿Cuáles son las grandes piedras en tu vida? Tus hijos, tus amigos, tus sueños, tu

salud, la persona que quieres? Recuerda, ponlas primero. El resto encontrará su

lugar.

“El final del nacimiento es la muerte; y el final de la muerte, el nacimiento”

Leyenda Árabe (valor, el perdón)

Dice una leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto y en un
determinado punto del viaje discutieron, y uno le dió una bofeteada al otro.

El otro ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena:

HOY MI MEJOR AMIGO ME PEGÓ UNA BOFETADA EN EL ROSTRO.

Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse.

El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por
el amigo.

Al recuperarse tomó un estilete y escribió en una piedra:


HOY MI MEJOR AMIGO ME SALVÓ LA VIDA.

Intrigado el amigo preguntó:


¿Por qué después que te lastimé, escribiste en la arena y ahora escribes en una
piedra ?

Sonriendo, el otro amigo respondió:

"Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena donde el viento
del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo, por otro lado, cuando
nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del
corazón donde viento ninguno en todo el mundo podrá borrarlo ".

“halla la recompensa de hacer el bien por el bien mismo”


Eres Importante para Mí (valor, afecto)

Una profesora universitaria inició un nuevo proyecto entre sus alumnos. A cada
uno les dio cuatro cintas de color azul, con la leyenda: Eres importante para mí.
Les pidió que se pusieran una y les dijo que eso era lo que ella pensaba de cada
uno de ellos.
Luego les explicó de qué se trataba el experimento: tenían que darle una cinta a
alguna persona que fuera importante para ellos, explicándole el motivo y dándole
las otras cintas para que ellos hicieran lo mismo. El resultado esperado era ver
cuánto podía influir en las personas ese pequeño detalle.
Todos salieron de esa clase hablando a quién le darían sus cintas; algunos
mencionaban a sus padres, otros a sus hermanos o a sus amigos. Pero entre
aquellos estudiantes, había uno que estaba lejos de su casa. Este joven había
conseguido una beca para esa universidad y por tal motivo no podía darles esa
cinta a sus padres o hermanos.
Pasó toda la noche pensando a quién se la daría, pero al otro día muy temprano
tuvo la respuesta. Tenía un amigo, un joven profesional que lo había orientado para
elegir su carrera y muchas veces lo aconsejaba cuando las cosas no iban tan bien
como él esperaba.
¡Esa era la solución! Saliendo de clase se dirigió al edificio donde su amigo
trabajaba y en la recepción preguntó por él. A su amigo le extrañó, ya que el
muchacho siempre lo iba a ver después de que él terminara de trabajar, por lo que
pensó que algo malo estaba sucediendo. Cuando lo vio en la entrada, y después de
hablar con él, sintió alivio de que todo estuviera bien, pero a la vez le extrañaba el
motivo de su visita. El estudiante le explicó el propósito de la misma y le entregó
tres cintas, le pidió que se pusiera una y le dijo que al estar lejos de su casa, él era
el más indicado para ponérselo, el joven ejecutivo se sintió halagado, nunca había
recibido ese tipo de reconocimientos y prometió a su amigo que seguiría con el
experimento y le informaría de los resultados.
El joven ejecutivo regresó a sus labores, a la hora de la salida se le ocurrió una
arriesgada idea: le entregaría las dos cintas restantes a su jefe. El jefe era una
persona de mal carácter y siempre muy atareado, por lo que tuvo que esperar a que
tuviera un momento de tranquilidad. Cuando consiguió acercarse, su jefe estaba
inmerso en la lectura de los nuevos proyectos, y la oficina estaba repleta de
documentos, planos y papeles. El jefe gruñó: ¿Qué desea? El joven ejecutivo le
explicó tímidamente el propósito de su visita y le mostró las dos cintas. El jefe,
asombrado, le preguntó: “¿Por qué cree usted que soy el más indicado para llevar
esa cinta?”
El joven ejecutivo le respondió que él lo admiraba por su capacidad y entusiasmo
en los negocios, además que había aprendido mucho de él y estaba orgulloso de
estar bajo su mando. El jefe titubeó, pero recibió con agrado las dos cintas, no muy
a menudo se escuchan esas palabras con sinceridad estando en el puesto en el que
él se encontraba.
El joven ejecutivo se despidió cortésmente del jefe y como ya era la hora de salida,
se fue a su casa.
El jefe, acostumbrado a estar en la oficina hasta altas horas, esta vez se fue
temprano a su casa. En la solapa portaba con orgullo una de las cintas, la otra la
guardó. Se fue reflexionando mientras manejaba su automóvil. Su esposa se
extrañó de verlo tan temprano y pensó que algo le había pasado; cuando le
preguntó, él respondió que quería pasar el resto del día con ella y su hijo. Ella se
extrañó, ya que su esposo acostumbraba llegar de mal humor.
El jefe preguntó:"¿Dónde está nuestro hijo?", la esposa lo llamó, ya que estaba en
el piso superior de la casa. El hijo bajó y el padre le dijo: ¡Acompáñame! Ante la
mirada extraña de la esposa, y del hijo, ambos salieron de la casa. El jefe era un
hombre que no acostumbraba gastar su valioso tiempo en su familia.
Tanto el padre como el hijo se sentaron en el porche de la casa. El padre miró a su
hijo, que estaba extrañado con el comportamiento de su padre. De pronto empezó a
decirle que sabía que no era un buen padre, que muchas veces se había perdido
momentos importantes y felices para disfrutar en familia. Y luego le expresó que
había decidido cambiar, que quería pasar más tiempo con ellos, porque su madre y
él eran lo más importante que tenía.
También le mencionó lo de las cintas y su joven ejecutivo. Le dijo que lo había
pensado mucho, y que quería darle la última cinta a él, en virtud de que era lo más
importante, lo más sagrado para él. También le dijo que el día que nació, fue el
más feliz de su vida y que estaba muy orgulloso de él y mientras le hablaba le
colocó la cinta que decía: "Eres importante para mí"
El hijo, con lágrimas en los ojos le dijo: Papá, no sé qué decir, siempre pensé que
no te importaba, que no me querías, que no significaba nada para ti. Te quiero
papá, te quiero con todo mi corazón.
El experimento de la profesora dio resultado, había logrado cambiar no una, sino
varias vidas, con sólo expresar lo que sentía.
A partir de hoy, cada vez que te encuentres con las personas que quieres o por las
que sientes un afecto especial, sólo diles:
“Eres muy importante para mí”
Los Juicios (valor, serenidad)

En una aldea había un anciano muy pobre, pero hasta los reyes envidiaban porque
poseía un hermoso caballo blanco.

Los reyes le ofrecieron cantidades fabulosas por el caballo pero el hombre decía:
"Para mí, él no es un caballo, es una persona. ¿Y cómo se puede vender a una
persona, a un amigo?". Era un hombre pobre pero nunca vendió su caballo.

Una mañana descubrió que el caballo ya no estaba en el establo. Todo el pueblo se


reunió diciendo: "Viejo estúpido. Sabíamos que algún día le robarían su caballo.
Hubiera sido mejor que lo vendieras. ¡Qué desgracia!".

- "No vayáis tan lejos" - dijo el viejo-. "Simplemente decid que el caballo no estaba
en el establo. Este es el hecho, todo lo demás es vuestro juicio. Si es una desgracia
o una suerte, yo no lo sé, porque esto apenas es un fragmento. ¿Quién sabe lo que
va a suceder mañana?"

La gente se rió del viejo. Ellos siempre habían sabido que estaba un poco loco.
Pero después de 15 días, una noche el caballo regresó. No había sido robado, se
había escapado. Y no solo eso sino que trajo consigo una docena de caballos
salvajes.

De nuevo se reunió la gente diciendo: "Tenías razón, viejo. No fue una desgracia
sino una verdadera suerte."

- "De nuevo estáis yendo demasiado lejos" - dijo el viejo-. Decid solo que el
caballo ha vuelto... ¿quién sabe si es una suerte o no? Es sólo un fragmento. Estáis
leyendo apenas una palabra en una oración. ¿Cómo podéis juzgar el libro entero?"

Esta vez la gente no pudo decir mucho más, pero por dentro sabían que estaba
equivocado. Habían llegado doce caballos hermosos.

El viejo tenía un hijo que comenzó a entrenar a los caballos. Una semana más tarde
se cayó de un caballo y se rompió las dos piernas. La gente volvió a reunirse y a
juzgar: "De nuevo tuviste razón" - dijeron -. Era una desgracia. Tu único hijo ha
perdido el uso de sus piernas y a tu edad él era tu único sostén. Ahora estás más
pobre que nunca.
- "Estáis obsesionados con juzgar" - dijo el viejo. No vayáis tan lejos, sólo decid
que mi hijo se ha roto las dos piernas. Nadie sabe si es una desgracia o una fortuna.
La vida viene en fragmentos y nunca se nos da más que esto."

Sucedió que pocas semanas después el país entró en guerra y todos los jóvenes del
pueblo eran llevados por la fuerza al ejército. Sólo se salvó el hijo del viejo porque
estaba lisiado. El pueblo entero lloraba y se quejaba porque era una guerra perdida
de antemano y sabían que la mayoría de los jóvenes no volverían.

"Tenías razón viejo era una fortuna. Aunque tullido, tu hijo aún está contigo. Los
nuestros se han ido para siempre".

- "Seguís juzgando- dijo el viejo. Nadie sabe. Sólo decid que vuestros hijos han
sido obligados a unirse al ejército y que mi hijo no ha sido obligado. Solo Dios
sabe si es una desgracia o una suerte que así suceda".

No juzgues o jamás serás uno con el todo. Te quedarás obsesionado con


fragmentos, sacarás conclusiones de pequeñas cosas. Una vez que juzgas, has
dejado de crecer.

Sabría que Vendría (valor, amistad)


- Mi amigo no ha regresado del campo de batalla señor,
solicito permiso para ir a buscarlo – dijo un soldado a su
teniente.
- ¡Permiso denegado!
Replico el oficial, – no quiero que arriesgue usted su vida
por un hombre que probablemente ha muerto.
El soldado, no haciendo caso a la prohibición salió y una
hora más tarde regreso mortalmente herido, transportando
el cadáver de su amigo, el oficial estaba furioso.
- ¡Ya le dije que habría muerto!, dígame, ¿merecía la pena
ir allá para traer un cadáver?
– Y el soldado moribundo respondió, -¡claro que sí
señor!, cuando lo encontré todavía estaba vivo y pudo
decirme… estaba seguro que vendrías.
EL Desaliento (valor, ánimo)
Cierta vez se corrió la voz que el diablo se retiraba de los negocios y vendía sus
herramientas al mejor postor.

En la noche de la venta, estaban todas las herramientas dispuestas en forma que


llamaran la atención, y por cierto eran un lote siniestro: odio, celos, envidia,
malicia, engaño... además de todos los implementos del mal. Pero un tanto
apartado del resto, había un instrumento de forma inofensiva, muy gastado, como
si hubiese sido usado muchísimas veces y cuyo precio, sin embargo, era el más alto
de todos.

Alguien le pregunto al diablo cual era el nombre de la herramienta "Desaliento"


fue la respuesta.

"¿Por qué su precio es tan alto?" le preguntaron. “Porque ese instrumento -


respondió el diablo- me es más útil que cualquier otro; puedo entrar en la
conciencia de un ser humano cuando todos los demás me fallan, y una vez adentro,
por medio del desaliento, puedo hacer de esa persona lo que se me antoja. Esta
muy gastado porque lo uso casi con todo el mundo, y como muy pocas personas
saben que me pertenece, puedo abusar de él”…

El precio de desaliento era tan, pero tan alto que aún sigue siendo propiedad del
diablo…

El desaliento es uno de los estados de ánimo contra el cuál es fortalecerse. Nos


desalentamos con la situación económica, con nuestro trabajo, con nuestra familia,
con la necesidad de cambio, con los grupos, con el engaño, con la mentira, con el
desamor...

Debemos mantenernos alertas contra el desaliento. Pero si hay un tropezón o una


caída no hay que entregarse.

Después de cada día se empieza otra vez desde un punto más alto!!
La Inteligencia (valor, felicidad)
Usa tu inteligencia para buscar las cosas donde están y no
donde no están, incluso si está oscuro. Busca dentro de tí.
Una tarde la gente vió a Rabiya buscando algo en la calle frente
a su choza. Todos se acercaron a la pobre anciana, `Qué pasa?'
-le preguntaron-' qué estás buscando?'
-Perdí mi aguja-, dijo ella. Y todos la ayudaron a buscarla.
Pero alguien le preguntó: `Rabiya, la calle es larga, pronto no habrá
más luz. Una aguja es algo muy pequeño, por qué no nos dices
exactamente dónde se te cayó?'
-Dentro de mi casa-, dijo Rabiya.
-Te has vuelto loca?- preguntó la gente- Si la aguja se te ha caído
dentro de tu casa, por qué la buscas aquí afuera?
-Porque aquí hay luz, dentro de la casa no hay.
-Pero aun habiendo luz, ¿cómo podremos encontrar la aguja aquí si no
es aquí donde la has perdido? Lo correcto sería llevar una lámpara a
la casa y buscar allí la aguja'.
Y Rabiya se rió.
-Son tan inteligentes para las cosas pequeñas, cuándo van a utilizar
esta inteligencia para su vida interior?
Los he visto a todos buscando afuera y yo sé perfectamente bien,
lo sé por mi propia experiencia, que lo que buscan está perdido
dentro. Usen su inteligencia, ¿por qué buscan la felicidad en el mundo
externo? ¿Acaso la han perdido allí?
Se quedaron sin palabras y Rabiya desapareció dentro de su casa.
La confianza del Alumno (valor, confianza)
Cuando confías profundamente, esta confianza transforma tu vida, no importa
cuales son las circunstancias.
Cuando Milarepa fue a ver a su maestro al Tíbet era tan humilde, tan puro, tan
auténtico, que los otros discípulos tuvieron celos de él. Era seguro que él sería el
sucesor del Maestro, así que los otros trataron de matarlo.
Milarepa era muy confiado. Un día los otros discípulos dijeron:
-"Si realmente crees en el Maestro, ¿puedes lanzarte desde este abismo? Si
confías, no pasará nada. No te harás daño".
Y Milarepa saltó sin dudarlo un solo segundo. Los discípulos bajaron
corriendo...el valle estaba a 3.000 pies de profundidad.
Corrieron esperando encontrar los huesos, deshecho, pero él estaba sentado en
postura de loto, tremendamente feliz. Abrió los ojos y dijo: - "Tenías razón, la
confianza salva”
Pensaron que debería haber sido una coincidencia, así que cuando un día salieron
de viaje y tuvieron que cruzar el río le dijeron:
-“Tú no necesitas ir en bote. Tienes tanta confianza que puedes caminar sobre las
aguas". Y él caminó sobre las aguas.
Esta es la primera vez que el Maestro le vio.
- "¿Qué estás haciendo? Es imposible”, dijo.
-"Estoy haciéndolo gracias a tu poder, Maestro." dijo Milarepa. El Maestro
pensó: "Si mi poder y mi nombre pueden hacer esto por un hombre ignorante y
estúpido....yo nunca lo he probado por mí mismo".
Lo intentó y se ahogó. Nunca más se volvió a oír hablar de él.

Si confías plenamente, aún un maestro no iluminado puede revolucionar


positivamente tu vida.
Y lo contrario también es verdad:
Un Maestro iluminado puede no serte de ninguna ayuda. Depende por completo
de ti.
Las Puertas del Cielo (el valor del bien)
Un guerrero, un samurai, fue a ver al Maestro Zen Hakuin y le preguntó:
"¿Existe el infierno? ¿Existe el cielo?
¿Dónde están las puertas que llevan a ellos?
¿Por dónde puedo entrar?

Era un guerrero sencillo. Los guerreros siempre son sencillos, sin astucia en sus
mentes, sin matemáticas. Sólo conocen dos cosas: La vida y la muerte. El no había
venido a aprender ninguna doctrina; solo quería saber dónde estaban las puertas,
para poder evitar el infierno y entrar en el cielo. Hauikin le respondió de una
manera que sólo un guerrero podía haber entendido.
¿Quién eres?", le preguntó Hakuin.
"Soy un samurai, le respondió el guerrero, hasta el emperador me respeta".
Hakuin se rio y contestó "¿Un Samurai, tú?. Pareces un mendigo".
El orgullo del samurai se sintió herido y olvidó para que hubiera venido. Sacó su
espada y ya estaba a punto de matar a Hakuin cuando éste dijo:
"Esta es la puerta del infierno. Esta espada, esta ira, este ego, te abren la puerta".
Esto es lo que un guerrero puede comprender. Inmediatamente el samurai entendió.
Puso de nuevo la espada en su cinto y Hakuin dijo: "Aquí se abren las puertas del
cielo.
La mente es el cielo, la mente es el infierno y la mente tiene la capacidad de
convertirse en cualquiera de ellos. Pero la gente sigue pensando que existen en
alguna parte, fuera de ellos mismos...El cielo y el infierno no están al final de la
vida, están aquí y ahora. A cada momento las puertas se abren...en un segundo se
puede ir del cielo al infierno, del infierno al cielo.
¿Somos ricos?
Una vez, un padre de una familia acaudalada que vivía en un muy confortable
departamento de una gran ciudad, llevó a su hijo de viaje por el campo, con el
firme propósito de que viera cuán pobre y necesitada era la gente del campo, a fin
de que comprendiera el valor de las cosas y lo afortunados que eran ellos.
Así, estuvieron por espacio de un día y una noche completos en la granja de una
familia campesina muy humilde.
Al concluir el viaje y de regreso a casa, el padre le pregunta a su hijo: ¿Qué te
pareció el viaje?
¡Muy lindo papá !
¿Viste que tan pobre y necesitada puede ser la gente?
¡Sí! ¿Y, qué aprendiste?
Vi que nosotros tenemos un perro en casa, ellos tienen cuatro.
Nosotros tenemos una piscina de 25 metros, ellos tienen un río que no tiene fin.
Nosotros tenemos lámparas importadas en el patio, pero ellos tienen las estrellas.
Nuestro patio llega hasta el barde de la casa, el de ellos tiene todo el horizonte.
Especialmente papá, vi que ellos tienen tiempo para conversar y convivir en
familia.
Vos y mi mamá tienen que trabajar todo el tiempo y casi nunca los veo y rara es la
que vez conversan conmigo, o conversamos los tres.
Al terminar el relato, el padre se quedó mudo... mientras su hijo agregaba:
¡¡ Gracias papá, por enseñarme lo rico que podríamos llegar a ser!!
¿Qué estas SINTIENDO? ¿Somos ricos? ¿Somos pobres?
El Zapatero y el Presidente (valor de la decisión)
El ex presidente Ronald Reagan tenía una tía que lo quería mucho y era muy
bondadosa con él.
En una ocasión ella llevó al joven Reagan a un zapatero para que le hiciera un par
de zapatos a la medida. El zapatero le preguntó: ¿Quieres los zapatos puntera
cuadrada o redonda?
Ronald tartamudeó un poco, él no sabía lo que quería. El zapatero dijo: "Está bien.
Ven por acá dentro de un par de días, me dices lo que quieres y te haré los
zapatos".
Dos días después, el zapatero lo vio en el pueblo y le volvió a preguntar: "¿Quieres
los zapatos puntera cuadrada o redonda? Ronald le contestó: "No sé”.
El zapatero le dijo: "Ven dentro de dos días y tus zapatos estarán listos".
Ronald Reagan contaba que cuando fue a buscar los zapatos, uno de ellos tenía la
puntera cuadrada y el otro redonda.
El zapatero lo miró y le dijo: "Esto te enseñará que desde ahora en adelante, no
debes permitir que la gente tome decisiones por ti".
Y el ex presidente agregaba:
" Aprendí allí mismo a tomar mis propias decisiones, si uno no lo hace, otro lo hará
por uno"
La Chica de los CDs
Un muchacho de 17 años de edad tenía un cáncer incurable y en cualquier
momento iba a fallecer. Siempre estaba en su casa, bajo el cuidado de su madre; a
veces se enfadaba de estar siempre dentro de su casa y un día decidió salir a pasear.
Le pidió permiso a su madre y ella aceptó; caminando por el vecindario vio
muchas tiendas; al pasar por una de música y ver el aparador notó algo que lo hizo
olvidarse de que el mundo existía, era una muchacha de su edad muy hermosa; al
verla le parecía un ángel bajado del cielo; abrió la puerta y entró sin mirar nada que
no fuera ella; acercándose poco a poco llegó al mostrador donde se encontraba ella,
la chica lo miró y le dijo sonriente: "te puedo ayudar en algo ?"; el chico pensaba
que era la sonrisamas hermosa que había visto en toda su vida y sintió el deseo de
abrazarla, de declarársele en ese mismo instante; tartamudeando le dijo:
"si, eeehhh, uuuhhh, me gustaría comprar un cd" y sin pensar tomó el primero que
vio y le dio el dinero. La chica le entregó el disco con una amigable sonrisa.
El joven enamorado no dejó de pensar en ella durante toda la tarde, ni siquiera
escuchó el disco. Al día siguiente quiso volver a verla y fue a la tienda; al estar
frente a esa hermosa sonrisa no supo que decir y volvió a pedir un CD; "quieres
que te lo envuelva ?" preguntó la muchacha sonriendo de nuevo; el respondió que
si, moviendo la cabeza, pues ante ella se quedaba mudo.
La muchacha fue atras del almacén para volver con el paquete envuelto y
entregárselo; el lo tomó y salió de la tienda; se fue a su casa sintiendo que
caminaba entre las nubes, ni siquiera desenvolvió el disco; lo metió en su closet y
se puso a mirar su jardín y pensar en la hermosa flor que estaba en la tienda.
En adelante visitaba la tienda todos los días para comprar un cd, ella siempre se los
envolvía y él se los llevaba a su casa y los metía en su closet. El era muy tímido
para invitarla a salir, y aunque trataba no podía.
Su mamá se entero de esto e intento animarlo, así que el siguiente día se armo de
valor y se dirigió a la tienda; y como todos los días compró otra vez un cd y como
siempre ella se fue atrás para envolverlo; el tomó el cd y mientras ella no estaba
viendo rápidamente dejó una nota en el mostrador y salió corriendo de la tienda. La
nota era una declaración.
Durante varios días el chico no se atrevió a llegar a la tienda para recibir la
respuesta; a unos metros de al tienda se regresaba a su casa. Su madre volvió a
animarlo y luego de dos semanas por fin llegó a la tienda pero no vio a la chica
hermosa; al preguntar por ella se enteró con tristeza que se había ido a otra ciudad
a estudiar y ya no trabajaba ahí.
Mucho lamentó no haber ido antes por la respuesta y muy triste guardó los discos
en un lugar donde no los viera tanto con la esperanza de no pensar mas en la
muchacha. En el verano el chico fue a la tienda con la esperanza de que por
las vacaciones la chica hubiera regresado y pudiera encontrarla; pero al no
encontrarla regresó a su casa desilusionado.
Al siguiente verano volvió a ir para no encontrarla de nuevo. Para el joven no hubo
verano siguiente, a la edad de 20 años el chico falleció de cáncer.
Un día su madre entró en el cuarto de su difunto hijo para arreglarlo, así que abrió
su closet y para su sorpresa se topó con muchos cd's envueltos; ninguno estaba
abierto; llena de curiosidad tomó algunos y se sentó sobre la cama para verlos, al
desenvolver el primero encontró una nota que suhijo nunca leyó y decía: "Hola !,
veo que te gusta la música tanto como a mí.
Me invitan a una fiesta el Viernes y no tengo con quien ir, te gustaría ir conmigo ?.
Sofía". De tanta emoción la madre abrió otro y otro para descubrir que eran saludos
de la chica. Uno de los últimos decía: "Hola, me siento triste de que nunca haces
caso a mis notas pero me devuelves laalegría al volver diariamente. La semana que
viene salgo fuera de la ciudad a estudiar y ya no voy a trabajar aquí, pero vendré
casi todos los fines de semana y si mi cliente favorito quiere que lo siga atendiendo
podrá visitarme en mi casa. Sofía", al final venía un número telefónico, una
dirección y un pequeño mapa.
No esperes demasiado para demostrar tu amor a ese alguien especial, díselo hoy,
mañana puede ser muy tarde. No solamente a tu pareja sino a todos tus próximos:
tus padres, hermanos, amigos, hijos, etc. Demuestra tu amor a los demás ahora que
puedes hacerlo, que están presente, que físicamente es posible. Recuerda que
mañana: si no los aparta la vida, lo hará… la muerte.
¿Cuánto ganas?
Papi ¿Cuanto ganas? Dijo el pequeño con voz timida fijando sus
expresivos ojos en su agotado padre que llegaba del trabajo.

"No me molestes, hijo


¿No ves que vengo muy cansado?
"Pero, papi. Dime por favor ¿Cuanto ganas?" Insistió.

"Doscientos pesos al día".


Respondió el hombre irritado con tal de quitárselo de encima.

El niño se asió de su saco y le dijo:"Papi,¿Me prestas cien pesos?

*El padre montó en colera y tratando con brusquedad al niño, e


dijo*:

*"Asi que para eso querías saber cuanto gano.Vete a dormir y no


me estes molestando, muchacho aprovechado"*.

Ya había caido la noche cuando el padre se puso a meditar sobre lo ocurrido.

El incidente lo hizo sentirse culpable.Tal vez su hijo queria comprar algo...

*Había estado muy ocupado en el trabajo últimamente y no estaba al


tanto de los acontecimientos del hogar*

Queriendo descargar su conciencia


dolida, se asomó a la habitación del pequeño.

"Hijo_Estás dormido?"
El niño abrió los ojos a medias."Aqui tienes
el dinero que me pediste.¿Para que lo querías?"

Tallandose los ojos,su


hijo metió la manita debajo de su almohada y sacó varios billetes arrugados.

Es que quería completar.¿Me vendes un día de tu tiempo?


Te he venido a visitar

Cada día, un pobre viejo entraba en la iglesia y pocos minutos después, salía. Un día
el anciano le pregunto por qué hacia eso - Vengo a orar .- le respondió el viejo - pero
es extraño - le dijo el anciano - que usted logre orar tan de prisa - Bien - respondió el
viejo - no se orar aquellas oraciones largas. pero todos los días, al medio día, yo
entro entro a la iglesia y digo:"Hola Jesús, yo soy Zé, te he venido a visitar" y en un
minuto ya estoy de salida. se que es solo una pequeña oración , pero tengo la certeza
que me oye. Algunos días después, Zé sufrió un accidente y fue internado en un
hospital y en el área donde estaba paso a ser una influencia para todos. los enfermos
mas tristes se volvieron alegres y muchas risas se comenzaron a oír -Zé - le dijo un
día una hermana de iglesia - los otros enfermos dicen que tu estas siempre alegre. -
Es verdad hermana, estoy siempre muy feliz!!!! y es por causa de aquella visita que
recibo todos los días, me hace muy feliz La hermana quedo atónita, ya había notado
que la silla que estaba al lado de la cama de Zé estaba siempre vacía. Zé era un
solitario, no tenia a nadie. - ¿Quien te visita? ¿ A que hora? - le pregunto la hermana
- ¿Quien me visita? ¿A que horas? - pregunto a Irmá. - Todos los días, respondió, con
un brillo en los ojos, al medio día, el viene y se pone al pie de la cama. cuando miro
hacia el , me sonríe y me dice: - Hola Zé, yo soy Jesús, te he venido a visitar"
Tres hombres Viejos
Una mujer salió de su casa y vio a tres viejos de cabelleras blancas sentados frente
a su jardín. Ella no los conocía y les dijo:
No creo conocerlos, pero deben tener hambre. Por favor entren a mi casa para que
coman algo. Ellos preguntaron:
¿Está el hombre de la casa?
No, respondió ella, no está.
Entonces no podemos entrar, dijeron ellos.
Al atardecer, cuando el marido llegó, ella le contó lo sucedido.

¡Entonces diles que ya llegué e invítalos a pasar!


La mujer salió a invitar a los hombres a pasar a su casa.
No podemos entrar a una casa los tres juntos, explicaron los viejitos.
¿Por qué? quiso saber ella.
Uno de los hombres apuntó hacia otro de sus amigos y explicó:
Su nombre es Riqueza.
Luego indicó hacia el otro: Su nombre es Éxito y yo me llamo Amor. Ahora ve
adentro y decidan con tu marido a cuál de nosotros tres ustedes desean invitar a
vuestra casa.
La mujer entró a su casa y le contó a su marido lo que ellos le dijeron.
El hombre se puso feliz:
¡Qué bueno! Y ya que así es el asunto, entonces invitemos a Riqueza, dejemos que
entre y llene nuestra casa de riqueza. Su esposa no estuvo de acuerdo:
Querido, ¿por qué no invitamos a Éxito?
La hija del matrimonio estaba escuchando desde la otra esquina de la casa y vino
corriendo con una idea:
¿No sería mejor invitar a Amor? Nuestro hogar entonces estaría lleno de amor.

Hagamos caso del consejo de nuestra hija, dijo el esposo a su mujer.


Ve afuera e invita a Amor a que sea nuestro huesped. La esposa salió afuera y les
preguntó a los tres viejos:
¿Cuál de ustedes es Amor? Por favor que venga para que sea nuestro invitado.
Amor se puso de pie y comenzó a caminar hacia la casa. Los otros dos también se
levantaron y lo siguieron. Sorprendida, la dama les preguntó a Riqueza y Éxito:
Yo sólo invité a Amor, ¿por qué ustedes también vienen?
Los viejos respondieron juntos:
Si hubieras invitado a Riqueza o Éxito, los otros dos habrían permanecido afuera,
pero ya que invitaste a Amor, donde sea que él vaya, nosotros vamos con él.
Donde quiera que hay amor, hay también riqueza y éxito.

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