Transversalidad de Los Campos Formativos
Transversalidad de Los Campos Formativos
Transversalidad de Los Campos Formativos
• De manera individual lean el texto de Jakeline Duarte: “Ambientes de aprendizaje: una aproximación conceptual”.
Como ustedes saben está en marcha la Reforma Curricular de Educación Primaria, de ahí la importancia de que realice la
siguiente actividad, el documento que a continuación leerán se refiere sólo a este nivel educativo: ) (HACER UNA
LLUVIA DE IDEAS EN POWERPOINT) PRODUCTO 2
• Formen equipos de trabajo o individual y realicen la lectura de los apartados enfoques y contenidos del documento
Competencias, Aprendizajes Esperados y Propuestas de Trabajo de las Asignaturas Contenidas en los Programas de
Estudio 2009.
• Elaboren un mapa conceptual con los contenidos que se observen de manera transversal a lo largo de dos o más
asignaturas. Este será su 3 producto de trabajo. EN POWERPOINT
• Al término del ejercicio expongan en plenaria sus mapas conceptuales.
Son varias las disciplinas relacionadas de alguna manera con el concepto de ambientes de aprendizaje, también
llamados, ambientes educativos, términos que se utilizan indistintamente para aludir a un mismo objeto de estudio.
Desde la perspectiva ambiental de la educación, la ecológica, la psicología, la sistémica en teoría del currículo, así como
enfoques propios de la etología y la proxémica, entre otros, se ha contribuido a delimitar este concepto, que actualmente
demanda ser reflexionado dada la proliferación de ambientes educativos en la sociedad contemporánea y que no son
propiamente escolares.
Conceptualizar los ambientes educativos desde la interdisciplinariedad, enriquece y hace más complejas las
interpretaciones que sobre el tema puedan construirse, abre posibilidades cautivantes de estudio, aporta nuevas
unidades de análisis para el tratamiento de problemas escolares y sobre todo, ofrece un marco conceptual con el cual
comprender mejor el fenómeno educativo, y de ahí poder intervenirlos con mayor pertinencia.
En la contemporaneidad la escuela ha perdido presencia en la formación y socialización de los jóvenes, y cohabita con
otras instancias comunitarias y culturales que contribuyen a ello, como los grupos urbanos de pares y los medios de
comunicación. En correspondencia con ello, las grandes transformaciones de la educación en los últimos años, suponen
el establecimiento de nuevas modalidades y estrategias de formación y socialización, que le confieren a la Pedagogía un
claro sentido social que rebasa los escenarios escolares, dirigiéndose a la atención de problemas asociados con la
exclusión, los conflictos socio-educativos y el desarrollo humano de los sujetos y las comunidades, en escenarios que no
son necesariamente escolares.
La emergencia histórica de “nuevos” escenarios para la Pedagogía, sobrepasando los tradicionales linderos escolares
que la monopolizaban, se remontan a los años sesenta en Latinoamérica con las experiencias educativas lideradas por
comunidades e instituciones, con ideales liberacionistas en contextosde marginación, explotación económica y
dominación política (Giroux, 1997).
Debido a la reconfiguración cultural que ha sufrido la educación en la actualidad, se viene reconociendo una
“generalización” de lo educativo en diferentes escenarios y procesos culturales, de modo que pensadores como Regis
Debray (1997) señalan que la cultura contiene un “segmento pedagógico”. Este señalamiento es bien importante, pues
evidencia el declive de la hegemonía de la institución escolar en las sociedades contemporáneas, donde los significados
de la Pedagogía se habían restringido a lo escolar, olvidándose sus significados complejos y polisémicos referidos a su
sentido social y a prácticas sociales históricas muy diversas que le eran propias. Este fenómeno que toma forma en la
actualidad,
recuerda que antes de existir la forma “escuela”, las sociedades aprendían y se socializaban por medio de otras agencias
culturales como la familia, las cofradías, los gremios de artesanos donde se transmitía el saber de los oficios a las
nuevas generaciones, la comunidad local con sus tradiciones y la parroquial, entre otras.
Igualmente, la educación se halla “descentrada” de sus viejos escenarios como la escuela, y sus prácticas, actores y
modalidades han mutado y traspasado sus muros para extender su función formativa y socializadora a otros ambientes
como la ciudad y las redes informáticas, a sujetos que no son necesariamente infantes sino también adultos, y mediando
otras narrativas y saberes que escapan a la racionalidad ilustrada centrada en el discurso racionalista del maestro y en el
libro, vehículo cultural por excelencia desde la Ilustración.
Como se sugiere hasta acá, el objeto abordado en éste artículo supone un acercamiento conceptual de tipo exploratorio,
a lo que se ha denominado ambientes de aprendizaje, también asumidos como ambientes educativos, en tanto hace
referencia a lo propio de los procesos educativos que involucran los objetos, tiempos, acciones y vivencias de sus
participantes. Para ello se parte de una revisión de bibliografía que no pretende ser exhaustiva y de algunas experiencias
institucionales en Colombia, insumos desde donde se inicia una reflexión teórica sobre el tema.
UNA NOCIÓN DIVERSA Y COMPLEJA
Según Daniel Raichvarg (1994, pp. 21-28), la palabra “ambiente“ data de 1921, y fue introducida por los geógrafos que
consideraban que la palabra “medio” era insuficiente para dar cuenta de la acción de los seres humanos sobre su medio.
El ambiente se deriva de la interacción del hombre con el entorno natural que lo rodea. Se trata de una concepción activa
que involucra al ser humano y por tanto involucra acciones pedagógicas en las que, quienes aprenden, están en
condiciones de reflexionar sobre su propia acción y sobre las de otros, en relación con el ambiente.
Desde otros saberes, el ambiente es concebido como el conjunto de factores internos –biológicos y químicos– y
externos, –físicos y psicosociales– que favorecen o dificultan la interacción social. El ambiente debe trascender entonces
la noción simplista de espacio físico, como contorno natural y abrirse a las diversas relaciones humanas que aportan
sentido a su existencia. Desde esta perspectiva se trata de un espacio de construcción significativa de la cultura. El
desarrollo de la noción de ambiente ha derivado a otros ámbitos como los de la cultura y la educación, para definir
dinámicas y procesos específicos que otros conceptos o categorías no permiten. Según lo manifiesta Lucié Sauvé (1994,
pp. 21-28), el estudio de los diferentes discursos y la observación de las diversas prácticas en la educación relativa al
ambiente ha permitido identificar seis concepciones sobre el
Mismo.