Resumen Ejecutivo
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RESUMEN EJECUTIVO
Zonas de erosión
Investigadores participantes:
De acuerdo con la información científica en torno a los cambios en el clima a nivel mundial, se ha concluido
que el estudio y establecimiento de acciones de adaptación son de los principales retos ambientales a resolver en el
presente siglo (IPCC, 2007). Lo anterior debido a que es de esperase que las afectaciones producidas por
inundaciones, aumento del nivel medio del mar, huracanes y erosión de playas, entre otros, serán más frecuentes, y
sus impactos ocasionarán daños a la población, a los ecosistemas y a la infraestructura, perdiendo con ello una serie
de beneficios ambientales, sociales y económicos (Carabias et al., 2007).
Particularmente, en las zonas costeras de México, se han identificado algunos impactos del cambio climático,
como son: a) modificaciones en la distribución de las especies marinas de interés comercial y de la disponibilidad de
recursos pesqueros por cambios de temperatura y en las corrientes oceánicas; b) afectación de arrecifes coralinos,
manglares, humedales, playas y zonas bajas por el aumento del nivel del mar; c) erosión de playas por elevación del
nivel del mar, mareas altas, tormentas y huracanes; d) riesgo de afectación a infraestructura costera; reducción del
valor de inmuebles e infraestructura urbana; e) costos incrementales de las pólizas de aseguradoras; f) afectación a la
piscicultura en zonas costeras y humedales, y g) disminución de ingresos y, por ende, de divisas del sector turismo en
las zonas costeras afectadas (Gallegos, 2004).
Debido a lo anterior, cada vez se realizan mayores esfuerzos por parte de distintas instituciones, que tienen
como objetivo establecer una serie de directrices asociadas a medidas de adaptación al cambio climático, entendiendo
la adaptación como aquellos ajustes y medidas en los sistemas humanos y naturales, que son necesarios para reducir
los impactos negativos del cambio climático y aprovechar sus aspectos beneficiosos (DOF, 2012b).
En este sentido, la Secretaría de Turismo (SECTUR), como parte de la Comisión Intersecretarial de Cambio
Climático (CICC), desarrolló los términos de referencia del proyecto: “Estudio de la vulnerabilidad y programa de
adaptación ante la variabilidad climática y el cambio climático en diez destinos turísticos estratégicos, así como propuesta de un sistema de
alerta temprana a eventos hidrometeorológicos extremos”, que realizó la Academia Nacional de Investigación y Desarrollo
A.C. y cuyos resultados son motivo del presente informe.
El objetivo general del proyecto fue el de generar una metodología de diagnóstico sobre la vulnerabilidad
ante diversos impactos adversos debidos a la variabilidad climática y el cambio climático, y proponer
recomendaciones específicas para promover programas de adaptación, incluyendo el desarrollo de un sistema de
alerta temprana ad hoc para el sector turístico.
En el proyecto se caracterizaron los elementos relacionados con la vulnerabilidad actual ante los impactos
adversos derivados de la variabilidad climática y el cambio climático de los siguientes destinos turísticos de sol y
playa:
1. Cancún: Benito Juárez, Quintana Roo
En cada uno de los destinos turísticos estudiados, se identificaron y analizaron las amenazas y los elementos
de vulnerabilidad actuales, representándolos por medios cartográficos, y conformando además un sistema de
información geográfica con toda la información recabada y analizada. Los análisis consideraron escenarios de cambio
climático generados expresamente para cada sitio.
Asimismo, se identificaron acciones concretas viables que se incorporaron a las Propuestas de los Programas
de Adaptación, realizados a partir de la información científica, socio-económica y jurídico-institucional recabada y
generada. Se elaboró un programa de adaptación por cada municipio en donde se ubican los diez destinos turísticos
comprendidos en el proyecto, con medidas específicas de adaptación que sean viables y que permitan adaptarse a la
variabilidad climática y el cambio climático para reducir la vulnerabilidad y los riesgos ante las amenazas climáticas.
Dichas propuestas se lograron de manera socializada, con la participación de los diversos actores a los niveles federal,
estatal y municipal, con base en un análisis de las barreras y oportunidades de los destinos turísticos seleccionados,
del costo-beneficio y de la definición de esquemas financieros para su potencial instrumentación.
Como logro adicional, cabe mencionar que tales propuestas de programas de adaptación, contribuirán a
proporcionar la información de base que podrá ser utilizada por el ayuntamiento al que pertenece cada destino
turístico para elaborar su propio Programa de Adaptación Climática Municipal, como parte de sus obligaciones
legales en materia de política sobre el cambio climático y gestión integral del riesgo.
El estudio también permitió analizar los sistemas de alerta temprana (SAT) que operan en la actualidad, y
con base en ello, promover y fundamentar el desarrollo de un sistema de alerta temprana ad hoc para el sector
turístico frente a los siguientes fenómenos hidrometeorológicos extremos: temperaturas extremas (ondas de calor),
lluvias, vientos, oleaje de huracanes y aumento del nivel medio del mar. Este SAT del sector turístico debe
incorporarse al propio de la Dirección General de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación.
En el presente resumen se mencionan los principales resultados obtenidos a partir del desarrollo del
proyecto. La vulnerabilidad de cada destino turístico se abordó considerando tanto la parte física como la social, así
como un diagnóstico sobre las causas jurídico-institucionales que inciden en la vulnerabilidad de los destinos
turísticos seleccionados. Esto con la finalidad de enmarcar los resultados en un contexto integral.
Para determinar la situación imperante en los municipios objeto de estudio se elaboró un listado de leyes,
reglamentos e instrumentos de política pública que se consideraron fundamentales para lograr la construcción de
sociedades resilientes y resistentes ante el cambio climático. Concretamente nos referimos a:
1. Reglamento municipal en materia de protección civil. Instrumento normativo que permite efectuar acciones
coordinadas, destinadas a prevenir, proteger y auxiliar a las personas y a la comunidad en general, en su
patrimonio, su entorno, afectación de los servicios públicos y la planta productiva, así como la interrupción de las
funciones esenciales de la sociedad, ante la posibilidad de un desastre, riesgo o emergencia.
2. Programa municipal de protección civil. Documento cuyo propósito consiste en mitigar los riesgos
previamente identificados y definir acciones preventivas y de respuesta para estar en condiciones de atender la
eventualidad de alguna emergencia o desastre.
3. Atlas Municipal de Riesgos. Documento cuyas evaluaciones de regiones o zonas geográficas vulnerables,
consideran los actuales y futuros escenarios climáticos. Constituye el marco de referencia para la elaboración de
políticas y programas en todas las etapas de la gestión integral del riesgo.
8. Plan municipal de desarrollo urbano. Documento que formula el ayuntamiento para establecer los objetivos y
políticas de ordenación y regulación del desarrollo urbano del municipio. Se relaciona de manera directa con la
infraestructura urbana, el equipamiento de servicios públicos, la determinación de reservas territoriales, la ecología
urbana, la administración urbana, la participación ciudadana y las emergencias urbanas.
9. Reglamento de construcción. Instrumento normativo que determina las condiciones de seguridad, estructurales
y de higiene bajo las cuales toda construcción debe realizarse.
10. Reglamentación sobre uso de suelo, orientada a la prevención y reducción de riesgos. Instrumento normativo
que, basado en información científica, permite disminuir la vulnerabilidad del municipio, al considerar la
existencia de zonas de riesgo, así como la localización de cuencas hidrográficas para la ubicación de los
asentamientos humanos y actividades productivas y de servicios.
11. Programa de ordenamiento ecológico: Determina las distintas áreas ecológicas del municipio (atributos físicos,
bióticos y socioeconómicos). Regula, fuera de los centros de población, los usos del suelo con el propósito de
proteger el ambiente en la realización de actividades productivas y la localización de asentamientos humanos, y
establece criterios de regulación ecológica para la protección, preservación, restauración y aprovechamiento
sustentable de los recursos naturales dentro de los centros de población.
La integración del marco jurídico se realizó bajo la perspectiva de establecer procesos de adaptación al
cambio climático y gestión municipal de riesgos. Como parte de los resultados sobresale la falta de normatividad
sobre estos rubros y, en el mejor de los casos, la desvinculación respecto de la planeación territorial, las políticas para
la prevención y gestión integral del riesgo, y la prácticamente nula capacidad de adaptación, lo que ha propiciado la
expansión de los asentamientos humanos irregulares, el desarrollo de infraestructura hotelera en zonas no aptas, el
incremento de la vulnerabilidad debido al aumento de fenómenos hidrometeorológicos asociados al cambio
climático, el manejo inadecuado de cuencas hidrológicas y, entre otras, el deterioro ambiental. Esta información
sirvió para la construcción del índice de gobernabilidad, cuyos resultados se muestran en la Tabla 1.
Como se advierte, crear capacidades en materia de adaptación, permitirá a los municipios enfrentar los
desafíos e incertidumbre asociados al cambio climático y garantizar la infraestructura y el desarrollo, en especial de
sectores estratégicos, como el turismo.
1. Basar la toma de decisiones en la planeación y gestión territorial, el ordenamiento ecológico del territorio y la
gestión integral del riesgo.
2. Actualizar el Atlas Nacional de Riesgos, así como elaborar o actualizar, según sea el caso, los atlas de riesgos
estatales y municipales.
3. Actualizar o desarrollar, según sea el caso, el marco jurídico estatal y municipal relativo al desarrollo urbano y
ordenamiento territorial (leyes y reglamentos de desarrollo urbano, leyes y reglamentos de fraccionamientos,
planes o programa de desarrollo urbano, planes de ordenamiento territorial, leyes y reglamentos de construcción,
etc.), a partir de la información contenida en el atlas de riesgos.
4. Actualizar la reglamentación sobre uso del suelo, orientada a la prevención y reducción de riesgos y
garantizar que los instrumentos asociados al cambio de uso de suelo consideren la información del atlas de riesgos
en la autorización respecto de la aptitud para el desarrollo de infraestructura urbana y turística.
5. Identificar e inventariar los suelos aptos para constituir reservas territoriales para la población de menores
ingresos.
6. Identificar los asentamientos humanos irregulares establecidos en zonas de riesgo, proceder a su reubicación
y desarrollar una estrategia para el monitoreo que evite nuevos asentamientos en dichas zonas.
7. Elaborar los ordenamientos ecológicos locales, a partir de las consideraciones del Programa General de
Ordenamiento Ecológico del Territorio y, en su caso, de los ordenamientos ecológicos regionales y estatales.
8. Modificar la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, a fin de sujetar las
evaluaciones de impacto ambiental, así como la autorización de proyectos, al análisis de la información contenida
en los atlas de riesgos.
9. Trabajar en la coordinación institucional y formación de cuadros especializados en materia de adaptación.
10. Elaborar los Programas de Adaptación Climática Municipales para evaluar la vulnerabilidad actual de los
municipios, e identificar medidas de adaptación.
11. Privilegiar las acciones de prevención de riesgos asociados al cambio climático y dejar en segundo plano la
actuación reactiva.
12. Actualizar el Programa Municipal de Protección Civil, considerando las líneas generales que establezca el
Programa Nacional y las etapas de la gestión integral de riesgos y la legislación sobre planeación.
13. Elaborar y/o actualizar, según sea el caso, el plan de contingencias en caso de fenómenos
hidrometeorológicos.
14. Realizar convenios de coordinación entre los diferentes niveles de gobierno, a fin de lograr la capacitación y
equipamiento de los municipios en materia de protección civil y prevención de riesgos.
15. Incorporar contenidos temáticos de protección civil en todos los niveles educativos, públicos y privados,
considerándola como asignatura obligatoria.
16. Modificar la hacienda pública, estatal y municipal, para contar con mecanismos de financiamiento y
aseguramiento para hacer frente a los retos planteados por el cambio climático.
La vulnerabilidad se refiere al grado de exposición y fragilidad de un sistema (p. ej. vida humana, economía,
medio ambiente, etc.) frente a la intensidad de un evento natural. Los factores que configuran la vulnerabilidad ante
el cambio climático se asocian a una amenaza derivada de los cambios o variaciones en el clima. Estos factores están
determinados por el nivel de exposición ante una amenaza dada y la sensibilidad inherente de los sistemas naturales y
humanos, contrarrestada por la habilidad de respuesta o capacidad adaptativa de dichos sistemas, que incluye
recursos financieros, tecnológicos y capacidad de organización y planificación.
En este contexto, una amenaza se entiende como la probabilidad de que ocurra un evento en espacio y
tiempo determinados, con suficiente intensidad como para producir daños (p. ej. tormentas tropicales de larga
duración, ondas de calor, huracanes de alta intensidad, marejadas, etc.).
Para la construcción del modelo conceptual de vulnerabilidad, se considera al riesgo como producto de una
amenaza por la vulnerabilidad. Sin embargo, las amenazas (naturales) en términos prácticos, no pueden ser reducidas,
al menos en términos cortos o con las tecnologías actuales. Por consiguiente consideramos que la vulnerabilidad es la
única variable en la que el factor humano puede introducir cambios para disminuir el riesgo.
Las amenazas para el sector turismo, en el contexto de cambio climático, provienen principalmente del
impacto de los fenómenos hidrometeorológicos extremos (lluvias intensas, huracanes, tormentas tropicales), que
provocan mareas de tormenta, inundaciones, deslizamientos de tierra y deslaves, entre otros. Por su parte la
elevación de la temperatura constituye también una amenaza, principalmente por las ondas de calor.
En este sentido, la vulnerabilidad puede ser abordada en una perspectiva de escenarios, es decir,
considerando que las amenazas climáticas que experimentará la región de México (el incremento de la temperatura, la
alteración del patrón de lluvias, el aumento del nivel del mar y una mayor frecuencia e intensidad de los eventos
hidrometeorológicos extremos) se harán cada vez más graves, es necesario disminuir el grado de exposición
construyendo infraestructura resistente, adoptando planeaciones concertadas respecto del uso del suelo, etc. Todas
estas medidas se enmarcan dentro de lo que se denomina adaptación, y en un enfoque de gestión del riesgo, la
vulnerabilidad puede ser reducida vía adaptación.
Los sistemas más vulnerables son los más sensibles y menos adaptados a los fenómenos naturales, y lo que
determina un desastre no es la intensidad del fenómeno sino la incapacidad del sistema afectado en absorberlo. Para
los municipios con destinos turísticos costeros es importante el conocimiento acerca de las amenazas naturales, de su
propia vulnerabilidad y del riesgo que presentan, pues ello les permitirá formular medidas de adaptación en un
contexto de cambio climático.
Diferentes factores geológicos y oceanográficos permiten conocer, de manera más completa, la dinámica
costera. La metodología para la caracterización de la dinámica costera, comprendió la selección de los sitios de
muestreo, el análisis de cambios en la línea de costa, la determinación de la morfología de la zona litoral a partir de
un levantamiento topográfico de playa y una caracterización batimétrica de la zona marina cercana a la playa. Incluyó
también un muestreo y la caracterización de los sedimentos en la zona litoral, un análisis de corrientes, así como un
modelo hidrodinámico. El estudio de la dinámica costera de los diferentes destinos turísticos se realizó considerando
las características geomorfológicas particulares de la costa de cuatro regiones del país: costa del Pacífico Sur, costa del
Pacífico Norte, costa del Golfo de México y costa del mar Caribe.
Se identificaron y evaluaron las principales amenazas para las zonas turísticas de sol y playa del país
en el contexto de cambio climático. Éstas fueron: los propios escenarios de cambio climático (temperatura
y precipitación), aumento en el nivel medio del mar, erosión costera, inundación por mareas de tormenta,
inundación fluvial y refracción del oleaje. Las últimas tres están influencias por el cambio climático debido
a la intensificación de los fenómenos hidrometeorológicos extremos relacionados con tales amenazas.
Como resultado de la Cuarta Comunicación Nacional que México presentó ante la Convención Marco de las
Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, en noviembre de 2009, se desarrollaron una serie de estudios sobre
escenarios de cambio climático para el país, así como sobre la vulnerabilidad de diferentes sectores por el fenómeno
del cambio climático. En este sentido se reconoce que México, por su ubicación geográfica, topografía y aspectos
socioeconómicos, es especialmente vulnerable a los impactos de la variabilidad climática y el cambio climático.
En el presente estudio se obtuvieron los escenarios de cambio climático con base a la metodología propuesta
por el IPCC en su Reporte Especial de Emisión de Escenarios (SRES, por sus siglas en inglés), vigente al momento
de la elaboración del proyecto. Los escenarios de utilizados fueron el A1B, que contempla un futuro con tecnologías
más eficientes, y el A2 que contempla un crecimiento poblacional acelerado con cambios tecnológicos fragmentados
y más lentos. Considerando que las emisiones actuales de gases de efecto invernadero no han disminuido, el
escenario A2 es el que más se acerca a la realidad, siendo el más tendencial, que proyecta mayores anomalías en las
variables climáticas precipitación y temperatura., razón por la cual fue el que se utilizó posteriormente para la
elaboración de los mapas de amenazas y de vulnerabilidad.
CANCÚN 0.7 0.3 0.4 1.0 1.5 0.4 1.0 1.9 2.7 0.7 2.0 3.3
RIVIERA MAYA 0.7 0.3 0.4 1.0 1.5 0.4 1.0 1.9 2.7 0.7 2.0 3.3
LOS CABOS 1.0 0.5 0.6 1.5 2.0 0.6 1.4 2.7 3.5 0.8 2.7 4.3
PUERTO VALLARTA 0.9 0.4 0.6 1.3 1.8 0.5 1.3 2.3 3.2 0.6 2.5 3.8
NUEVO VALLARTA 0.9 0.4 0.6 1.3 1.8 0.5 1.3 2.3 3.2 0.6 2.5 3.8
MAZATLÁN 1.0 0.4 0.6 1.4 2.0 0.5 1.4 2.5 3.4 0.7 2.8 4.1
VERACRUZ 0.8 0.3 0.5 1.1 1.6 0.4 1.2 2.0 2.8 0.6 2.2 3.4
ZIHUATANEJO 0.9 0.4 0.5 1.3 1.8 0.5 1.3 2.3 3.1 0.7 2.3 3.8
HUATULCO 0.8 0.3 0.5 1.1 1.6 0.4 1.2 2.1 2.9 0.6 2.3 3.5
ANM: Anomalía; DIS: Dispersión; RANGO: Intervalo de variación.
Los aumentos en la temperatura podrán generar también, un incremento de olas de calor que llevarán con
frecuencia a incrementos en las temperaturas máximas y en el número de días considerados muy cálidos. Se
proyectan disminuciones en la lluvia, así como cambios en su distribución temporal de la precipitación, con respecto
al escenario base de 1961-1990. Por ejemplo, se esperan reducciones de hasta 15% en regiones del centro, y de
menos de 5% en la vertiente del Golfo de México, principalmente entre enero y mayo. Como se muestra en la Tabla
2, es probable que la temperatura media anual, en los diferentes destinos, aumente, para el 2020, entre 0.5 y 1.5°C;
aumento que pudiera ser continuo hasta llegar a los 4.3 °C para el 2080.
En lo que respecta a la precipitación, las proyecciones analizadas para el escenario A2 muestran tendencias a la
disminución de las lluvias en la mayor parte del país y de los destinos hacia mediados y finales del presente siglo y
con un rango muy amplio de variabilidad. La mayor magnitud de los cambios negativos porcentuales proyectada es
El ciclo hidrológico se volverá más intenso, por lo que aumentará el número de tormentas severas y la intensidad
de los periodos de sequía.
Los eventos extremos, como huracanes y frentes fríos (nortes), requieren consideración especial en el caso de las
proyecciones de precipitación para México. En el caso de los ciclones tropicales, se espera que aumenten en
intensidad al ocurrir una disminución en la presión central media del sistema, en alrededor de 14%, con aumentos de
6% en la intensidad de los vientos y un aumento en las precipitaciones de alrededor de 18%, en un radio de 100 km
con respecto al centro del huracán. Tales cambios proyectados pueden ser difíciles de detectar en los datos actuales,
Con la publicación del Quinto Reporte de Evaluación (AR5) del IPCC publicado en septiembre del 2013, se
presentaron nuevos escenarios de cambio climático, considerando que los escenarios anteriores son muy
conservativos, ya que las metas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero no se han alcanzado, como
ejemplo basta mencionar que en mayo de 2013 se registraron 400 ppm de CO 2 en la atmósfera, según información
dada por el observatorio de Mauna Loa (Earth System Research Laboratory, 2013). En este sentido, se reconoce la
importancia de la actualización permanente de la información en todos los estudios relacionados con el cambio
climático.
Tabla 4. Tendencias de variación del nivel medio del mar en diferentes zonas costeras de México
Tendencias del nivel del mar en diferentes zonas costeras de
México (tomado de Zavala et al., 2011)
Tendencia del nivel
Estación mareográfica Periodo
del mar (mm/año)
Cd. del Carmen, Campeche 3.4 ± 1.0 1956 - 1990
Veracruz, Veracruz 1.9 ± 0.6 1952 - 2003
Cd. Madero, Tamaulipas 9.2 ± 5.1 1962 - 1979
Tuxpan, Veracruz 2.8 ± 2.3 1958 - 1989
Alvarado, Veracruz 1.8 ± 2.3 1955 - 1981
Coatzacoalcos, Veracruz 2.9 ± 1.5 1952 - 1988
Progreso, Yucatán 2.5 ± 1.2 1952 - 1984
PROMEDIO GOLFO DE MÉXICO 3.5
Mazatlán, Sinaloa 1.9 ± 3.3 1953 - 1992
Acapulco, Guerrero .-2.4 ± 3.2 1952 - 1999
Ensenada, Baja California 2.7 ± 1.7 1956 - 1992
La Paz, Baja California Sur 1.0 ± 2.2 1952 - 1991
Salina Cruz, Oaxaca 1.1 ± 1.7 1952 - 1992
Puerto Ángel, Oaxaca 1.7 ± 11.7 1967 - 1990
La mayoría de los valores promedios de aumento del nivel del mar para el Golfo de México y Océano
Pacífico ya rebasaron las estimaciones del IPCC (2007), las cuales eran del orden de un incremento de 1.8 mm/año
para el 2100.
3. EROSIÓN COSTERA
Los procesos de erosión-acreción (pérdida-ganancia de playa) están presentes en todo el litoral de los
diferentes destinos turísticos, y esto obedece a diversos factores geológicos, oceanográficos, biológicos, climáticos y
antropogénicos que deben estar en equilibrio para la conservación de las playas.
Generalmente el proceso natural produce efectos de erosión durante las épocas de lluvias y de nortes,
mientras que durante la época de secas (o estiaje) dominan los procesos de acreción-depósito. De igual forma, es de
esperarse que exista un equilibrio espacial, esto es, si existen áreas de erosión, deben existir áreas de acreción, ya que
el sedimento erosionado se deposita en otros sitios. Sin embargo, actualmente ese equilibrio ha sido alterado por
factores naturales y antropogénicos, ya que, además del efecto de la variabilidad climática y el cambio climático, se
encuentra el efecto negativo de impactos locales por infraestructuras como muelles, espigones y escolleras que
interrumpen el transporte litoral y modifican así los procesos naturales de erosión- acreción.
El aumento del nivel del mar y de la frecuencia e intensidad de eventos hidrometeorológicos extremos,
ambos ligados al cambio climático, son factores que inciden también en el proceso de erosión costera, el cual
repercute en la pérdida de playas, de zonas de manglar y en el avance del mar hacia el continente, entre otros.
En el caso de los destinos turísticos evaluados, se encontró que los sitios con mayores tasas de erosión
promedio anual fueron: Cancún (5.86 m/año, Figura 1), Mazatlán (1.08 m/año) y Riviera Maya (1.22 m/año) (Figura
1). Los destinos donde se registraron sitios con menor tasa de erosión fueron: Veracruz (0.32 m/año) y Huatulco
(0.41 m/año). En Zihuatanejo se obtuvo una tasa de erosión de 0.58 m/año, mientras que en Acapulco la tasa fue de
0.42 m/año. Para el proceso de acreción, los destinos con sitios de mayor acumulación fueron: Nuevo Vallarta (2.22
m/año), Puerto Vallarta (0.49 m/año) y Los Cabos (0.45 m/año) (Figura 2). Cabe mencionar que no toda la acreción
registrada en las playas de los destinos turísticos fue natural, ya que dentro del cálculo también se consideró el relleno
de playas (caso Cancún) y el depósito ocasionado por estructuras como los espigones (caso Veracruz).
La marea de tormenta es una amenaza identificada en las zonas costeras, que se intensifica con el cambio
climático. El impacto de este fenómeno en los destinos turísticos estudiados se ha dado en las zonas con topografía
más plana y de menor elevación.
En la Tabla 5 se muestra la máxima amplitud de marea de tormenta registrada en cada destino turístico, así
como su clasificación según CENAPRED (2012).
Tabla 5. Máxima amplitud de marea de tormenta registrada en los destinos turísticos y su clasificación según
CENAPRED (2012)
CLASIFICACIÓN DE LA INUNDACIÓN
CAUSADA POR MAREA DE TORMENTA
Amplitud de la marea de
Categoría
tormenta (m)
< 0.5 Somera
0.51 a 1.00 Baja
1.01 a 2.00 Moderada
2.01 a 3.50 Alta
3.51 a 5.00 Muy alta
> 5.00 Extraordinaria
1 Nuevo Vallarta
0.5 Mazatlán
0 Veracruz
Zihuatanejo
Huatulco
Figura 3. Indicador de inundación por marea de tormenta para los destinos turísticos
Al cruzar las zonas vulnerables a la inundación por marea de tormenta con la información del Directorio
Estadístico Nacional de Unidades Económicas (DENUE) del INEGI (2013), se obtuvo la relación de
establecimientos relacionados con el sector turístico dentro del área de potencial de inundación. En la Figura 4 se
muestra el número de establecimientos en cada destino turístico que son vulnerables a inundación por marea de
tormenta, considerando una distancia de un kilómetro de la línea de costa hacia el continente. Es importante hacer
notar que la inundación por marea de tormenta puede afectar principalmente a los establecimientos localizados en las
zonas bajas, las cuales se estimaron de acuerdo a la amplitud de marea, en un rango de 1 a 7 metros de altura.
Los resultados obtenidos mostraron que Cancún es el destino tusrístico más vulnerable frente a esta
amenaza, con más de 1000 establecimientos que brindan servicios de alojamiento temporal y de preparación de
alimentos y bebidas que pueden inundarse en caso de una contingencia de inundación por marea de tormenta. El
siguiente destino turístico más vulnerable a inundación por marea de tormenta es Puerto Vallarta, con 1553
establecimientos; seguido de Mazatlán, con alrededor de 1400. En la Riviera Maya no se encontraron
establecimientos reportados dentro del área de inundación por marea de tormenta, sin embargo, en este destino se
han presentado huracanes de categoría 5, con amplitudes de mareas de tormenta de más de 5 metros, lo cual implica
que la zona es muy vulnerable.
1200 Construcción
5. INUNDACIÓN FLUVIAL
De acuerdo a los valores calculados del caudal máximo registrado en los diferentes destinos, se obtuvo que
la mayoría de ellos tiene un río o arroyo que supera los 100 m3/s (Tabla 6), situación que los ubica dentro de la
categoría de inundación fluvial “Muy alta” (CENAPRED, 2001). Esto implica que los destinos turísticos sean muy
vulnerables a inundaciones fluviales (Indicador de inundación fluvial), ya que ante la presencia de lluvias extremas los
ríos se pueden desbordar fácilmente.
En el caso de Cancún y Riviera Maya, no existen ríos superficiales, sin embargo, por ser regiones planas y
con poca elevación, se tienen reportes frecuentes de inundación por lluvias extremas, por lo que se consideró esta
información para reflejarla en el Indicador de inundación fluvial. De acuerdo a los resultados obtenidos, ambos
destinos se encuentran en zonas de alta inundación, lo cual se ve reflejado en su vulnerabilidad alta frente a este
fenómeno.
6. REFRACCIÓN DE OLEAJE
Al igual que los rayos de luz se curvan cuando viajan de un medio a otro, las olas son distorsionadas por
cambios en la profundidad (campo de velocidad) en aguas relativamente someras. Este curvamiento de las crestas de
las olas, o frentes, es llamado refracción. Si una serie de olas largas (longitud de onda L larga) regulares se aproximan
a la costa con algún ángulo oblicuo, y los contornos del fondo (isóbatas) son relativamente uniformes, la porción de
cresta de ola más cercana a la costa sentirá el fondo primero y tendrá un retardo relativo a la porción de la cresta de
ola en aguas más profundas. En general, las crestas de las olas tienden a hacerse paralelas con los contornos del
fondo (Aldeco, 1986).
En el presente estudio se revisó la incidencia de ortogonales del oleaje en cada uno de los destinos turísticos.
Los oleajes que se utilizaron corresponden a los más frecuentes generados por sistemas locales y con periodos cortos
con menor frecuencia de ocurrencia generados por fenómenos hidrometeorológicos; y a los de poca ocurrencia con
periodos largos como los swell del sur.
La refracción del oleaje representa una amenaza que se intensifica con el cambio climático, ya que
dependiendo del ángulo de incidencia en la costa puede ocasionar mayor erosión costera. La importancia de la
refracción del oleaje repercute en la estabilidad estructural de la infraestructura costera, sea hotelera o habitacional.
En algunos destinos las zonas hoteleras se encuentran resguardadas del oleaje por la presencia de puntas, islas y
bahías, tal es el caso de Nuevo Vallarta, Acapulco y Huatulco, entre otros. Sin embargo, también se observaron
destinos muy vulnerables, con desarrollo urbano y turístico que se encuentran en ubicaciones donde el oleaje llega de
una manera directa, o en ángulo que provoca una mayor erosión, tal es el caso de la zona hotelera de Cancún y la
zona de Mocambo y Boca del Río en Veracruz.
En el presente estudio, se evaluó la vulnerabilidad física de diez destinos turísticos frente a los fenómenos
hidrometeorológicos en escenarios de cambio climático, a partir de indicadores de vulnerabilidad. La selección de
estos indicadores se determinó en base a las amenazas de mayor efecto para el sector turístico, generadas por eventos
hidrometeorológicos extremos en cambio climático, las cuales fueron: la inundación por el aumento del nivel del
mar, la inundación por marea de tormenta y la inundación fluvial por precipitaciones extremas. Para calcular estos
indicadores se llevó a cabo un trabajo de campo y gabinete que permitió contar con la información disponible para
caracterizar las amenazas del cambio climático de cada lugar.
Para obtener la vulnerabilidad física, se calcularon los siguientes indicadores: Índice de vulnerabilidad costera
(CVI), Indicador de inundación por marea de tormenta (IIMT) e Indicador de inundación fluvial (IIF), los cuales
fueron integrados en una ecuación de vulnerabilidad física.
Para calcular el CVI, en la metodología propuesta se estableció un conjunto de seis variables que tienen una
clara influencia en la evolución de la costa, estas variables se agruparon en:
Los resultados de los índices de vulnerabilidad (Tabla 7) revelaron que la mayoría de los destinos turísticos
tienen una vulnerabilidad física muy alta, a excepción de Huatulco, Acapulco y Nuevo Vallarta, con una
vulnerabilidad alta. La muy alta vulnerabilidad física se debe principalmente a que cuentan con áreas de baja altura,
con playas expuestas a los fenómenos de oleaje y pendientes suaves, ocasionando problemas de erosión e inundación
Para determinar las variables sociodemográficas que se utilizaron para obtener la vulnerabilidad social, se
realizó un diagnóstico preliminar a partir de fuentes oficiales. En el presente análisis también se llevaron a cabo
entrevistas realizadas a las autoridades municipales y encuestas a la población, que, en su conjunto, permitieron
identificar las áreas de oportunidad donde pueden implementarse medidas de adaptación con la finalidad de
aumentar la capacidad para resistir los embates del cambio climático. Las encuestas a la sociedad civil fueron
aplicadas según el cálculo del tamaño muestral obtenido (68 pobladores) y las siguientes características de los
pobladores: a) encontrarse en la zona de estudio, b) ser pobladores locales, c) ser residentes del destino turístico (por
lo menos un año), y d) ser mayores de 18 años. Una vez obtenida la información, se construyeron los siguientes
indicadores:
1. INDICADOR DE GOBERNABILIDAD
Indicador de Gobernabilidad
0.9 0.83
0.3 0.25
0.2
0.08
0.1
Figura 5. Comparativo de los valores obtenidos para el Indicador de Gobernabilidad en los municipios de los diez
destinos turísticos
Este indicador consideró el porcentaje de los establecimientos, que brindan algún tipo de servicio, ubicados
en zonas de inundación por marea de tormenta y que probablemente quedarían sumergidos en caso de una
inundación máxima, en un buffer de 1000 m tierra adentro. Se eligió este tipo de fenómeno, por ser una de las
amenazas del cambio climático y la variabilidad climática. El mayor porcentaje de establecimientos afectados, con
respecto al total de la zona de estudio, refleja mayor exposición del destino frente a este tipo de fenómeno, sin
embargo, para conservar la lógica de la escala del Índice de Vulnerabilidad Social, en la que los valores cercanos a 1
reflejan la No Vulnerabilidad, se normalizó el inverso del porcentaje. Lo anterior significa que los municipios con
menos establecimientos expuestos a inundación por marea de tormenta, y por lo tanto, menos vulnerables, tienen un
indicador de exposición con algún valor cercano o igual a uno (p. ej. Solidaridad y Tulum), mientras que los
municipios que tienen un mayor número de establecimientos vulnerables a inundación por marea de tormenta,
tienen un indicador de exposición con algún valor cercano o igual a cero (p. ej. Zihuatanejo y Benito Juárez).
Los municipios de Zihuatanejo, Boca del Río, Veracruz y Benito Juárez, a la fecha, son los más expuestos, ya
que la totalidad de la infraestructura de la zona de estudio quedaría sumergida en caso de que se presentara un evento
máximo de inundación por marea de tormenta. En el caso de Puerto Vallarta (0.26), el 74% de su infraestructura
quedaría sumergida, por lo que se considera que este municipio también se encuentra muy expuesto. Los municipios
de Huatulco (0.43), Mazatlán, (0.46) y Bahía Banderas de Banderas (0.51), arrojaron un valor medio, por lo que se
encuentran medianamente expuestos a este tipo de evento. Los municipios de Tulum y Solidaridad, aunque se
encuentran susceptibles a eventos de marea de tormenta, fueron los menos vulnerables por no contar con
establecimientos expuestos a un evento máximo de inundación por marea de tormenta (Figura 6).
Figura 6. Indicador de exposición de los establecimientos relacionados con el sector turismo a inundación por
marea de tormenta para los municipios de los diez destinos turísticos
En base a cuatro de las preguntas de las encuestas realizadas, se analizó la percepción de la población sobre
la actuación de Protección Civil: si saben a quién acudir en caso de riesgo y si identifican a las autoridades
involucradas en la atención y gestión del riesgo como instituciones públicas confiables y con capacidad para
responder ante situaciones de riesgo.
Aunque, en general, en todos los municipios se tienen limitaciones en cuanto a presupuesto, personal,
equipo y recursos, en todos los destinos se observó que el personal dedicado a Protección Civil está muy
comprometido, y realizan actividades que no son percibidas por la sociedad, por lo que se considera que la
percepción social es una gran área de oportunidad que debe ser trabajada en todos los destinos, con la finalidad de
incrementar la credibilidad y confianza de la población, que debe ser aliada de la autoridad para una adecuada gestión
del riesgo en cualquier circunstancia.
Los destinos con los valores más bajos para este indicador, fueron Puerto Vallarta, Acapulco e Ixtapa-
Zihuatanejo con 0.30, 0.34 y 0.38 respectivamente, mientras que Benito Juárez (0.74), Boca del Río (0.69) y Tulum
(0.65), fueron los municipios que arrojaron los valores más altos (Figura 7).
0.8 0.74
0.69
0.7 0.63 0.63 0.65
0.58
0.6
0.51 0.51 0.52
0.5
0.38
0.4 0.34
0.30
0.3
0.2
0.1
Figura 7. Indicador de percepción ciudadana para los municipios de los diez destinos turísticos
Este indicador evaluó el sentido de pertenencia y disposición de la población para participar en acciones o
realizar cambios constructivos en sus viviendas y disminuir el riesgo frente a fenómenos hidrometeorológicos, si
conocen organizaciones civiles en materia de protección civil, derechos humanos y protección al ambiente, entre
otros, con el fin de saber si existe organización civil formal en los municipios. Al analizar los valores obtenidos, se
encontró que, en general todos los destinos obtuvieron valores altos, a excepción de Benito Juárez (0.56) (Figura 8).
Los valores más altos se encontraron en Bahía de Banderas y Huatulco con 0.81 y 0.79 respectivamente.
0.9
0.79 0.81
0.8 0.75 0.74 0.73 0.75
0.68 0.68 0.68 0.67 0.68
0.7
0.6 0.56
0.5
0.4
0.3
0.2
0.1
Figura 8. Indicador de cohesión social para los municipios de los diez destinos turísticos
El municipio debe garantizar que la infraestructura física, cobertura, capacidad y calidad del sector salud sea
suficiente para atender a la población y a las víctimas en casos de desastre. La Organización Mundial de la Salud
(OMS) (2009) define que el número ideal de médicos por cada 10,000 habitantes es de 25. Así que para este
indicador se utilizó como valor de referencia 2.5 médicos por cada 1000 habitantes. Se obtuvo una gran variación
entre los resultados. Tulum obtuvo el valor más bajo (0.01) y Veracruz el más alto (1.0), con un promedio de 3.10
médicos por cada 1000 habitantes, es decir por arriba del valor recomendado por la OMS (Figura 9).
Figura 9. Indicador de capacidad del sector salud para los municipios de los diez destinos turísticos
A partir del promedio de los cinco indicadores mencionados, se construyó el Índice de Vulnerabilidad Social,
dentro de una escala de 0 a 1, donde los valores cercanos a cero reflejan la mayor vulnerabilidad, mientras que los
valores cercanos a uno, la no vulnerabilidad. Los resultados obtenidos se clasificaron en cuatro rangos de valores:
muy vulnerable, vulnerable, poco vulnerable y no vulnerable, lo cual permitió construir la escala de vulnerabilidad
social. A cada rango se asignó un color como se muestra en la Tabla 8. En la Figura 10 se muestra el comparativo de
los Índices de Vulnerabilidad Social para cada municipio de los diez destinos turísticos, así como el rango al que
corresponde cada valor obtenido.
1
No
0.9 vulnerable
0.8
0.68
0.65 0.67
0.7 Poco
0 .6
vulnerable
0.6 0.56 0.55
0.51 0.53 0.50 0.51
0.5 0.46
0.38
0.4 Vulnerable
0.3
0.2 Muy
vulnerable
0.1
Los resultados obtenidos muestran que de los doce municipios evaluados, tres se clasifican como vulnerables
y nueve como poco vulnerables. Los tres municipios considerados como vulnerables son: Boca del Río (0.38), Puerto
Vallarta (0.46) y Veracruz (0.50). Sin embargo, es importante considerar que cada uno de los municipios que
conforman los destinos turísticos, requieren de la implementación de las Propuestas de Medidas de Adaptación para
disminuir su vulnerabilidad social en el sector turismo y atender las áreas de oportunidad que se ven reflejadas en los
indicadores de vulnerabilidad social, dando atención prioritaria al desarrollo de los instrumentos normativos en el
contexto de atención al cambio climático y gestión integral del riesgo.
Los efectos más importantes del fenómeno del cambio climático en el país son el incremento de la
temperatura, la disminución de la precipitación promedio y el incremento de la intensidad de las lluvias y de la
temporada de ciclones tropicales. Lo anterior conduce a la necesidad de que los sistemas de alertamiento vayan
dirigidos a la detección de eventos extremos tales como ciclones, lluvias torrenciales y golpes de calor, todos ellos
potenciados en el entorno de cambio climático anotado.
Si bien es cierto que el clima ha experimentado cambios, el incremento en el número y magnitud de los
desastres de tipo climático en el mundo tiene mayor relación con el modelo de desarrollo seguido hasta ahora y la
propia vulnerabilidad. Asentamientos irregulares, deterioro de paisajes naturales, sobreexplotación de recursos, por
mencionar algunas acciones humanas, han llevado a que la población sea más vulnerable ante anomalías del clima de
lo que era en el pasado. El reconocer que la vulnerabilidad tiene una gran importancia en la explicación de los
desastres, ha permitido definir estrategias sobre la reducción de riesgo, y es gracias al abandono gradual de la visión
naturalista del desastre que la prevención y la gestión integral del riesgo (GIR) comienzan a cobrar importancia y a
trascender en la política pública.
Ante la recurrencia de eventos climáticos y meteorológicos extremos en México (huracanes, lluvias intensas y
sequía), el tema de la gestión integral del riesgo es prioritario. La gestión del riesgo se integra directamente en los
procesos de desarrollo del país y refleja el deseo de autoridades y de la sociedad de pasar de la respuesta a la
emergencia, a la prevención del desastre. La GIR se desarrolla en tres dimensiones:
1. Prevenir la ocurrencia de un desastre a través de una mejor preparación de la sociedad civil y de las
instituciones responsables, por ejemplo Protección Civil.
2. Reducir los efectos causados por desastres, incrementando la resiliencia.
3. Disminuir la construcción del riesgo (a largo plazo), actuando sobre sus causas, como por ejemplo, la
degradación ambiental, propiciando un aprovechamiento de los recursos naturales adecuado.
A diferencia del trabajo con escenarios de cambio climático, la GIR se puede realizar con pronósticos de
tiempo o de clima en donde la condición de la amenaza no puede ser modificada por la acción humana. Es en este
contexto de análisis de riesgo que se puede crear un Sistema de Alerta Temprana (SAT), que corresponde a un
conjunto de procedimientos articulados a través de los cuales se recolecta y procesa información sobre amenazas
previsibles, a fin de alertar a la población ante un fenómeno natural que pueda causar desastres, y de esta manera
generar respuestas sociales ante emergencias para minimizar daños e impactos. Dichos sistemas se incorporan a la
gestión de riesgos de desastres como forma de adaptación (Gómez et al., 2007). En México, el único SAT que
funciona es el sistema de alerta temprana para ciclones tropicales (SIAT-CT) gestionado por la Dirección General de
Al igual que en el SIAT-CT, un sistema de alertamiento para el turismo de playa debe contemplar acciones
antes, durante y después de la emergencia. La temporada de huracanes en México está definida en el tiempo (mayo a
noviembre), y las zonas afectadas históricamente han sido documentadas. Sin embargo, la vulnerabilidad es dinámica
y el crecimiento de la infraestructura y la población hacen necesario mantener sistemas de monitoreo-diagnóstico de
la vulnerabilidad de forma continua y permanente. Los hoteles, centros de información turística, centros de
diversión, restaurantes y otras zonas donde se concentren los visitantes, deben tener acceso permanente a
información sobre las condiciones del tiempo meteorológico, disponible en todo momento, pero principalmente en
temporada de huracanes y/o de ondas de calor.
Las encuestas a la población de zonas turísticas costeras, realizadas por la ANIDE, revelaron que la mayoría
de las personas perciben la existencia de importantes modificaciones en el clima y que éstas son consecuencia del
cambio climático, sin embargo, más del 30% de la población no sabe a ciencia cierta qué hacer en caso de una
contingencia, particularmente a quién acudir. Esto muestra deficiencias en los mecanismos de comunicación entre el
sector de protección civil y la población, o bien que estos mecanismos de protección son deficientes. Por otro lado,
los resultados obtenidos muestran que la mayoría de la población está dispuesta a cambiar de lugar de residencia en
caso de que se le informe que vive en una zona de riesgo, lo cual refleja una mayor conciencia y determinación por
realizar una acción importante para proteger su vida.
El manejo de información para turistas, así como para prestadores de servicios turísticos es muy importante,
ya que bajo un contexto de cambio climático las condiciones de peligro pueden ser más recurrentes. Ello puede
marcar la diferencia entre que una contingencia sea bien o mal atendida, lo que se traduce en el número de pérdidas
humanas económicas, ambientales y de paisaje. A partir de ésta información se pretende crear una cultura de
prevención. El estado tiene la obligación de proporcionar la información suficiente, verídica, oportuna y confiable
para que los operadores y visitantes de zonas turísticas tomen las decisiones sobre su protección personal. En la
medida en que las personas tengan esta información y sepan qué hacer ante una situación de riesgo, estarán en
mejores condiciones para responder frente a los efectos del cambio climático. Todo sistema de alertamiento a la
población debe enfatizar las acciones que se esperan de ella, sin menoscabo de las acciones sobre las que las
autoridades tienen la responsabilidad central.
El sistema de alertamiento ante condiciones extremas del tiempo debe considerar también ondas de calor y
sus efectos en las personas. Gran parte de los destinos de playa alcanzan niveles de índice de calor (combinación de
temperatura máxima y humedad) que constituyen peligro y peligro extremo, sobre los que se debe alertar a la
población.
El sector de prestadores de servicios turísticos debe realizar acciones de monitoreo que identifiquen los
impactos locales de condiciones meteorológicas extremas para comenzar a estimar los niveles de vulnerabilidad en la
zona. La información de las características de la amenaza será proporcionada por las agencias especializadas. Dado
1) Índice de calor, considerando los valores máximos alcanzados en los dos días más recientes, para que se
comparen los impactos reales, con los percibidos por las personas
2) Niveles de Radiación Solar (IR, UV)
3) Análisis de las intensidades (horarias y diarias) de las lluvias recientes
4) Información sobre vientos y oleaje.
Una vez validadas las matrices, se construyeron los programas de adaptación por municipio, por lo que se
conformaron 12 Propuestas de Programas de Adaptación para el Sector Turismo, con la finalidad de que los
municipios cuenten con elementos para articular y orientar los instrumentos de política y las acciones necesarias para
reducir la vulnerabilidad, aumentar la resiliencia y fortalecer las capacidades de adaptación de la sociedad y de los
ecosistemas, atendiendo, en este caso, de manera prioritaria, al sector turismo.
Se integró un sistema de información geográfica con toda la información obtenida en el proyecto, la cual se
encuentra organizada, sistematizada y actualizada. El contenido y estructura del SIG elaborado rebasaron las
expectativas del proyecto, quedando en poder de SECTUR, una herramienta y bases de datos utilizables en las
muchas actividades adicionales y colaterales de dicha Secretaría. El SIG incluyó coberturas como: Mapa Base,
Localización de Sitios de Muestreo, Topografía, Batimetría, Zonas de Erosión y Acreción., Vulnerabilidad por
Inundación Fluvial, Índice de Vulnerabilidad Costera (CVI), Vulnerabilidad a Inundación por Marea de Tormenta,
para los diez destinos turísticos.
IX. CONCLUSIONES
1. Para hacer frente al cambio climático, una aproximación de “abajo hacia arriba” es decir, de lo local
a lo global es adecuada considerando la incertidumbre de los escenarios de cambio climático, ya que parte de un
análisis de vulnerabilidad y de una proyección al futuro de acuerdo a su tendencia actual, lo que permite realizar
acciones de adaptación apropiadas.
2. Los sitios de playa de los diferentes destinos están inmersos a la geomorfología prevaleciente de
bahías que se encuentran protegidos al oleaje, formados por sedimentos medios a finos debido a la erosión local,
o bien, los sitios se encuentran en playas abiertas donde los procesos del oleaje tienen mayor impacto por estar
menos protegidos. Podemos distinguir diferencias de geomorfología, sedimentología y oceanografía entre los
sitios localizados en el Pacifico Sur, en el Pacífico Norte, el Golfo de México y el Mar Caribe.
3. A partir de los estudios de dinámica costera se determinaron las principales amenazas por el cambio
climático, siendo los parámetros evaluados el aumento del nivel medio del mar, la erosión costera, la inundación
por marea de tormenta, la inundación por escorrentías fluviales y la refracción del oleaje.
5. En todas las costas estudiadas prevalece el fenómeno de erosión. Las mayores tasas de erosión
promedio anual se encontraron en Cancún (5.86 m/año), Mazatlán (1.08 m/año) y Riviera Maya (1.22 m/año).
Los destinos donde se registraron sitios de menor tasa de erosión fueron Veracruz (0.32 m/año) y Huatulco
(0.41 m/año). El resto de los destinos registraron sitios con tasas de erosión de alrededor de 0.5 m/año.
6. Para el proceso de acreción, los destinos con sitios de mayor acumulación, fueron Nuevo Vallarta
(2.22), Puerto Vallarta (0.49) y Los Cabos (0.45 m/año). Cabe mencionar que no toda la acreción registrada en
las playas de los destinos turísticos fue natural, ya que dentro del cálculo está estimándose también el relleno de
playas (caso Cancún) y el depósito ocasionado por estructuras como los espigones (caso Veracruz).
7. La refracción del oleaje representa una amenaza que se intensifica con el cambio climático, ya que
dependiendo del ángulo de incidencia en la costa puede ocasionar mayor erosión costera. La importancia de la
refracción del oleaje repercute en la estabilidad estructural de la infraestructura costera, sea hotelera o
habitacional. En algunos destinos las zonas hoteleras se encuentran resguardadas del oleaje por la presencia de
puntas, islas y bahías, tal es el caso de Nuevo Vallarta, Acapulco y las bahías de Huatulco, entre otras. Sin
embargo, también se observaron sitios muy vulnerables con desarrollo urbano y turístico que se encuentran en
ubicaciones donde el oleaje llega de una manera directa, o en ángulo que provoca una mayor erosión, tal es el
caso de la zona hotelera de Cancún y la zona de Mocambo y Boca del Río en Veracruz.
8. La vulnerabilidad frente al efecto de inundación por marea de tormentas es muy alta en casi todos
los destinos turísticos, excepto Veracruz que presenta valores altos porque en este destino se registraron
menores amplitudes de mareas. Sin embargo, Cancún es el destino con el mayor número de servicios afectados
por marea de tormenta: alrededor de 3132 servicios.
9. Las inundaciones fluviales son muy altas en ocho de los diez destinos turísticos, debido a la
presencia de algún río o arroyo con caudales que superan los 100 m3/s, cuyos cauces son proclives a desbordarse
e inundar sus riberas y afectar zonas urbanas o de infraestructura turística.
10. Los resultados obtenidos revelaron que la mayoría de los destinos tienen una vulnerabilidad física
muy alta, a excepción de Acapulco, Huatulco y Nuevo Vallarta, cuya vulnerabilidad es alta. La muy alta
vulnerabilidad se debe principalmente a que cuentan con áreas de baja altura, pendientes suaves, con playas
expuestas a los fenómenos de oleaje.
12. Los escenarios previstos en la Cuarta Comunicación del IPCC (2007) han sido rebasados, de
acuerdo con los modelos calculados para la zona de estudio. Según los escenarios climáticos analizados para el
año 2030, 2050 y 2080 para las zonas estudiadas, se proyectan aumentos continuos de la temperatura mínima y
máxima del aire, estos aumentos presentan un rango de variación desde 0.6 para la climatología del 2020, hasta
4.3 ºC para la climatología del 2080; los aumentos más drásticos se presentan en el escenario A2. En el caso de la
precipitación las proyecciones analizadas muestran tendencias a la disminución de las lluvias con un rango muy
amplio de variabilidad que generan mayor incertidumbre en cuanto a la valoración de la vulnerabilidad y
disponibilidad del agua para los diversos usos: potable, servicios, industrial, agrícola, etc.
13. A partir de los resultados obtenidos del Índice de Vulnerabilidad Social, se encontró que de los 12
municipios que abarcan los destinos turísticos del estudio, 3 son vulnerables: Boca del Río, Veracruz y Puerto
Vallarta, mientras que los 9 municipios restantes se clasificaron como poco vulnerables. No obstante, cada uno
de los municipios en los que se localizan los destinos turísticos del estudio requiere diseñar e implementar
medidas de adaptación al cambio climático, a fin de disminuir su vulnerabilidad social, en especial del sector
turismo. Para ello es necesario poner énfasis en los aspectos relacionados con aquellos indicadores que
representan mayores áreas de oportunidad, para lo cual resulta fundamental acudir a las Propuestas de
Programas de Medidas de Adaptación del Sector Turismo, resultado de este estudio, las cuales fueron elaboradas
bajo el principio de prevención, en contexto de cambio climático, y gestión integral del riesgo, considerando las
particularidades ambientales, sociales, económicas e institucionales de cada uno de los municipios objeto de
análisis, con la finalidad de que éstos cuenten con elementos para articular y orientar los instrumentos
normativos, de política pública y las acciones necesarias para reducir la vulnerabilidad, aumentar la resiliencia y
fortalecer las capacidades de adaptación de la sociedad, atendiendo en este caso de manera prioritaria al sector
turismo.
14. Los sistemas de alerta temprana son un elemento principal en la gestión del riesgo y la prevención
de desastres. En México existen SAT para ciclones, pero aún se requiere estructurar esquemas de prevención de
este tipo para otros fenómenos hidrometeorológicos como heladas, lluvias torrenciales y ondas de calor. Los
resultados han sido favorables, y es por ello que se deben implementar diversos SAT para los fenómenos que
afectan a la población.
16. El manejo de información para turistas, así como para prestadores de servicios turísticos es muy
importante, ya que, bajo un contexto de cambio climático, las condiciones de peligro pueden ser más
recurrentes. A partir de ésta información se pretende crear una cultura de prevención.
17. La estrategia de adaptación al cambio climático debe de responder ante situaciones de emergencia,
pero sobre todo contar con un carácter preventivo para la construcción paulatina de capacidades de adaptación,
siendo fundamental que los sectores involucrados tengan una participación directa, considerando sus
necesidades específicas y los recursos con los que cuenta, además de incluir a la sociedad en general
considerando niños, jóvenes y adultos con acciones concretas de comunicación apropiada y capacitación sobre la
dinámica de los fenómenos meteorológicos, sus amenazas, riesgos presentes y previsibles que consolide su
participación en el diseño de acciones preventiva y correctivas.