Unidad 2 Tema 1 y Tema 2 Unidos
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CARRERAS EN LÍNEA
PSICOLOGÍA EDUCATIVA
Este compendio recoge textualmente documentos e información de varias fuentes debidamente citadas, así
Unidad 2.
El camino del aprendizaje, diseñado desde la época del conductismo hasta la actualidad, ha
estado caracterizado por distintas teorías que han permitido construir lineamientos de interaprendizaje,
los mismos que han evolucionado para adaptarse a cada época y contexto escolar.
Una de las teorías que dan origen al componente del aprendizaje dentro del contexto de la
psicología es El Conductismo, que se caracteriza por un conjunto de conceptos del aprendizaje
enfocados en lo que se puede observar, las conductas. A nivel conceptual, podríamos considerar que
una conducta está rodeada de dos conjuntos de influencias ambientales: aquellas que la preceden (sus
antecedentes) y aquellas que la siguen (sus consecuencias) (Skinner,1950). De manera muy sencilla, esta
relación puede describirse como antecedente-conducta-consecuencia (A-C-C). Las teorías conductuales
analizan de manera cuidadosa las relaciones A-C-C con una atención especial en las consecuencias. Las
consecuencias de una conducta pueden aumentar o disminuir las posibilidades de que esa conducta
vuelva a ocurrir.
Los orígenes de la teoría conductual del aprendizaje se encuentran en los estudios de Pavlov
(1927) con animales. Durante los años 30, él y otros psicólogos estudiaron y experimentaron la forma en
que distintos estímulos se podían usar para obtener respuestas de los animales. Estos experimentos
permitieron descubrir muchos principios del aprendizaje y técnicas de modificación del comportamiento
humano.
Psicólogos clínicos, en los años 60, iniciaron el uso de técnicas conductista en distintos ámbitos
de acción y en el contexto educativo las técnicas se contextualizaron en la educación especial. A finales
de los 60 e inicios de los 70 era ya conocido el valor de las técnicas conductistas para la prevención e
intervención de comportamientos inadecuados dentro de contexto, clínicos, empresariales y educativos.
Las técnicas se derivaban de algunos preceptos teóricos de la instrucción programada (Skinner),
objetivos conductuales (Mager), instrucción directa (Bereiter yEngelmann) y refuerzo contingente
(Becker, Madsen, Arnold y Thomas).
Según el conductismo el aprendizaje ocurre cuando la experiencia (incluyendo la práctica)
genera un cambio relativamente permanente en los conocimientos o las conductas de un individuo. El
cambio puede ser deliberado o involuntario, para mejorar o para empeorar, correcto o incorrecto, y
consciente o inconsciente (Schunk, 2008). En otras palabras, para que se considere aprendizaje, este
cambio debería ocurrir mediante la experiencia. Y esta experiencia por la interacción de una persona
con su entorno (centro educativo) para contribuir a la implementación y el desarrollo de las
competencias de los estudiantes.
Contribuir en el desarrollo de las competencias académicas de los estudiantes podría basarse
en la secuencia didáctica, dentro del aula, que incluye inicio, desarrollo y cierre. En el proceso
metodológico es conveniente utilizar estas estrategias de forma permanente tomando en cuenta las
competencias específicas que pretendemos contribuir a desarrollar. Existen estrategias para recabar
conocimientos previos y para organizar o estructurar contenidos. Una adecuada utilización de tales
estrategias puede facilitar el recuerdo.
Pero, ¿Qué principios fundamentales son parte de las teorías conductista? Como toda teoría, el
conductismo, también tiene sus principios fundamentales los cuales se describen a continuación:
1. La conducta está regida por leyes y sujeta a las variables ambientales: las
personas responden a las variables de su ambiente. Las fuerzas externas estimulan
a los individuos a actuar de ciertas maneras, ya sea realizando una conducta o
evitándola. Desde este punto de vista, se considera al psicólogo como un “ingeniero
conductual”, que maneja variables ambientales; también como un “investigador”,
que estudia el tipo de variables ambientales que afectan la conducta.
* Muchos conductistas creen que las personas nacen como una “tabula rasa”, es
decir, sin ninguna tendencia innata a comportarse ni de una manera ni de otra. Con
el pasar de los años el ambiente va moldeando, o condicionando, al individuo con
características y modos de comportarse únicos (Ormrod, 2000). En educación, esto
puede implicar desarrollar un ambiente en la sala de clases que
promueva comportamientos deseables en los estudiantes.
Analizar con criterio científico el origen de la Psicología Educativa y el aporte que brinda al campo de la
educación, a partir del conocimiento metódico de la disciplina particularmente en el contexto
ecuatoriano.
Desarrollo de subtemas
Los niveles de procesamiento no han de concebirse, sin embargo, como una dicotomía
superficial/profundo o significante/significado; sino como un continuum con sucesivos grados
de elaboración. Un estímulo o configuración de estímulos, como un enunciado verbal, una
imagen, una cara humana, un cuadro, un objeto o escena del mundo real pueden procesarse de
modo sucesivamente más profundo y cognitivamente más exigente, de lo que resulta la
respectiva representación mental, puesto que “lo resultante en la memoria depende de cómo
el elemento es procesado” (Medin y otros, 2001, 167).
El método de los loci deriva su nombre del plural de la palabra latina locus, que significa
“lugar”. Para utilizarla, primero debemos imaginar un lugar muy familiar, como nuestra propia casa o
apartamento, y elegir ubicaciones específicas que sirvan como “clavijas” para “colgar” recuerdos. Por
ejemplo, digamos que necesitamos recordar comprar leche, pan, mantequilla y cereal en la tienda;
entonces, imaginamos una botella gigante de leche bloqueando la entrada al recibidor, un perezoso
trozo de pan durmiendo en el sillón de la sala, una barra de mantequilla derritiéndose sobre la mesa del
comedor, y el piso de la cocina cubierto con cereal. Cuando necesitemos recordar los elementos, todo lo
que tenemos que hacer es recorrer mentalmente nuestra casa.
Un acrónimo es una forma de abreviación, es decir, un término formado con la primera letra de
cada palabra en una frase, por ejemplo, HEMOS para recordar los nombres de los Grandes Lagos (Hurón,
Erie, Michigan, Ontario, Superior). Otro método forma frases u oraciones a partir de la primera letra de
cada palabra u objeto en una lista; por ejemplo, Doce Respuestas Minuciosas Favorecen la Solución de
La Siguiente duda es una oración que sirve para recordar las notas de la escala musical: do, re, mi, fa,
sol, la, si.
Memorización mecánica. Muy pocas cosas necesitan aprenderse de memoria. El mayor desafío
que enfrentan los profesores consiste en ayudar a los alumnos a pensar y entender, no sólo a
memorizar. Por desgracia, muchos estudiantes, incluyendo los que aparecen en el escenario al inicio del
capítulo, consideran que la memorización mecánica y el aprendizaje son sinónimos (Iran-Nejad, 1990).
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CARRERAS EN LÍNEA
PSICOLOGÍA EDUCATIVA
Este compendio recoge textualmente documentos e información de varias fuentes debidamente citadas, así
Unidad 2.
Comprender los diferentes enfoques metodológicos del aprendizaje en los que se fundamenta la
Psicología Educativa, a través de la lectura reflexiva de textos especializados, para desarrollar en el
estudiante capacidad de análisis en base a criterios científicos.
Desarrollo de subtemas
Albert Bandura amplió las teorías conductistas para hacer hincapié en el aprendizaje por
observación. La mayor parte de lo que ahora conocemos como teoría cognoscitiva social se basa en el
trabajo que él inició en la década de 1950 en la Universidad de Stanford.
Las explicaciones de Bandura acerca del aprendizaje pusieron mayor atención en factores cognoscitivos
como las expectativas y las creencias, además de las influencias sociales de los modelos. Su perspectiva
actual se conoce como teoría cognoscitiva social (Bandura, 1986, 1997, 2001).
Autoeficacia: Bandura (1986, 1994, 1997) sugiere que las predicciones de posibles resultados
de la conducta son cruciales para el aprendizaje porque influyen en las metas, el esfuerzo, la
perseverancia, las estrategias y la resiliencia. “¿Tendré éxito o fracasaré?, ¿les agradaré o se burlarán de
mí?”, “¿los profesores me aceptarán mejor en esta nueva escuela?”. Tales predicciones se ven afectadas
por la autoeficacia, es decir, las creencias acerca de nuestra competencia o eficacia personal en alguna
área específica. Bandura (1994) define la autoeficacia como “las creencias de las personas acerca de sus
capacidades para producir niveles designados de desempeño, las cuales ejercen una influencia sobre los
acontecimientos que repercuten en su vida” (p. 71).
La autoeficacia está orientada hacia el futuro, “es la evaluación específica en un contexto en
relación con la capacidad para desempeñar una tarea en particular” (Pajares,1997, p. 15).
El autoconcepto es un constructo más general que abarca muchas percepciones acerca del yo,
incluyendo la autoeficacia. El autoconcepto se desarrolla como resultado de comparaciones externas e
internas, en las que se utiliza a otros individuos u otros aspectos del yo como marcos de referencia. Sin
embargo, la autoeficacia se enfoca en su habilidad para realizar con éxito una tarea específica, sin la
necesidad de hacer comparaciones (lo importante es si usted puede hacerlo, no si los demás tendrían
éxito).
Bandura identificó cuatro fuentes de expectativas sobre la autoeficacia: experiencias de
dominio, activación fisiológica y emocional, experiencias vicarias y persuasión social. Las experiencias de
dominio son nuestras propias experiencias directas: la fuente más poderosa de información sobre la
eficacia. El éxito aumenta las creencias de eficacia, en tanto que los fracasos las disminuyen. El nivel de
activación influye en la autoeficacia, dependiendo de la forma en que se interprete la activación. Al
enfrentar la tarea, ¿se siente ansioso o preocupado (la eficacia disminuye) o emocionado y
“mentalmente preparado” (la eficacia aumenta)? (Bandura, 1997; Schunk, Pintrich y Meece, 2008).
En las experiencias vicarias, otra persona modela los logros. Cuanto más se identifique el
alumno con el modelo, mayor será el efecto que esto tenga en su autoeficacia. Cuando el modelo tiene
un buen desempeño, la eficacia del estudiante aumenta, pero cuando el modelo tiene un mal
desempeño, las expectativas de la eficacia disminuyen. Aunque la experiencia de dominio suele
considerarse como la fuente más influyente en las creencias de la eficacia en los adultos, Keyser y
Barling (1981) encontraron que los niños (alumnos de sexto grado en este estudio) utilizan más el
modelamiento como fuente de información de la autoeficacia.
La persuasión social podría ser una plática alentadora o una retroalimentación específica del
desempeño. La persuasión social por sí misma no provoca incrementos perdurables de la autoeficacia,
pero un incentivo persuasivo podría lograr que un estudiante se esfuerce, pruebe nuevas estrategias o
persevere lo suficiente para tener éxito (Bandura, 1982). La persuasión social podría contrarrestar
dificultades ocasionales que tal vez infundieron dudas personales y la interrupción de la persistencia. El
poder de la persuasión depende de la credibilidad, la confiabilidad y la pericia del persuasor (Bandura,
1997).
Modelamiento: Aprender de los demás
El nivel de desarrollo del observador marca una diferencia en el aprendizaje. Conforme los
niños crecen, son capaces de enfocar la atención durante periodos más largos, de utilizar estrategias de
memoria para retener información y de motivarse a sí mismos para practicar. Los niños suelen imitar
más los actos de otros cuando éstos parecen ser competentes, poderosos, prestigiosos y entusiastas, de
manera que los padres, los profesores, los hermanos mayores, los atletas, los héroes de acción, las
estrellas de rock o los actores de cine podrían servir como modelos, dependiendo de la edad y los
intereses del niño. al observar a otros, aprendemos qué conductas son adecuadas para individuos como
nosotros, de tal forma que imitamos con mayor facilidad a los modelos que consideramos similares a
nosotros (Schunk, Pintrich y Meece, 2008). Todos los estudiantes necesitan ver modelos exitosos y
capaces que se vean y se oigan como ellos, sin importar su origen étnico, nivel socioeconómico o
género.
Hay cinco resultados posibles del aprendizaje por observación: dirigir la atención, estimular las
conductas existentes, cambiar las inhibiciones, enseñar nuevas conductas y actitudes, y despertar
emociones:
Dirigir la atención. Al observar a los demás, no sólo aprendemos acciones, sino que también
observamos los objetos relacionados con las acciones. Por ejemplo, en una clase de preescolar,
cuando un niño juega de manera entusiasta con un juguete que fue ignorado durante días, es
probable que muchos otros niños quieran tener el juguete, ya sea para jugar con él de distintas
formas o simplemente para llevarlo de un lado a otro. Esto sucede, en parte, porque la
atención de los niños se dirigió a ese objeto en particular.
Perfeccionamiento de comportamientos ya aprendidos. Todos hemos tenido la experiencia de
buscar indicios en otros individuos cuando nos encontramos en situaciones poco conocidas. El
hecho de observar la conducta de los demás nos indica cuáles de las conductas que ya
aprendimos debemos utilizar: el tenedor adecuado para comer la ensalada, en qué momento
salir de una reunión, el tipo de lenguaje apropiado, etcétera. Adoptar el estilo de vestimenta y
arreglo de personajes televisivos o ídolos musicales es otro ejemplo de esta clase de efecto.
Fortalecimiento o debilitamiento de inhibiciones. Si los miembros de una clase observan que
un estudiante quebranta una regla y se sale con la suya, aprenderán que la transgresión de
reglas no siempre trae consecuencias indeseables. Si el estudiante que transgrede la regla es un
líder apreciado, con un alto estatus en la clase, los efectos del modelamiento serían incluso más
pronunciados. Este “efecto expansivo” (Kounin, 1970) funciona también en beneficio del
profesor. Cuando éste enfrenta de manera eficaz al transgresor de una regla, especialmente a
un líder de la clase, la idea de quebrantar esta regla podría inhibirse en los estudiantes que
observan la interacción. Esto no significa que los profesores deban reprimir a cada alumno que
transgreda una regla, pero una vez que el profesor ha llamado la atención por un acto en
particular, mantenerse firme contribuirá a generar el efecto expansivo.
Enseñanza de nuevas conductas. Desde luego, el modelamiento se ha utilizado durante mucho
tiempo para enseñar baile, deportes y oficios, además de habilidades en materias como
ciencias de los alimentos, química y soldadura. El modelamiento también se aplica
deliberadamente en el aula para enseñar habilidades mentales y para ampliar horizontes, es
decir, para enseñar nuevas formas de pensamiento. Los profesores fungen como modelos de
una amplia variedad de conductas, desde la pronunciación de términos del vocabulario y la
forma de reaccionar ante las crisis convulsivas de un alumno con epilepsia, hasta mostrar
entusiasmo con respecto al aprendizaje. Por ejemplo, un profesor modelaría habilidades
adecuadas de pensamiento crítico al pensar “en voz alta” acerca de la pregunta de un alumno.
O un maestro de bachillerato preocupado por las mujeres que parecen tener ideas
estereotipadas sobre las carreras podría invitar a mujeres con empleos poco comunes a hablar
en su clase.
Activación de la emoción. Finalmente, gracias al aprendizaje por observación, los individuos
desarrollan reacciones emocionales ante situaciones que nunca han experimentado de manera
personal, como volar o conducir. El niño que observa a un amigo caer de un columpio y
romperse el brazo podría volverse temeroso ante los columpios. Es así como brindar modelos
positivos puede generar mejores emociones.
Una de las características más relevantes del aprendizaje por descubrimiento, es que el
contenido a ser aprendido, no se facilita en su forma final, sino que tiene que ser descubierto por el
sujeto, lo que requiere un rol activo de parte del estudiante (Martínez y Zea, 2004), que le permitirá
aplicar lo aprendido a situaciones nuevas (Bruner, 1966). Existen distintas formas de descubrimiento,
desde un descubrimiento “puro”, casi autónomo, hasta un descubrimiento guiado, orientado por el
profesor. En el contexto de los procesos de enseñanza y aprendizaje en las aulas, se utiliza
mayoritariamente este último (Shulman y Keislar, 1974; Wollfork, 1999)
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