Contesta Demanda

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CONTESTA DEMANDA. RESERVA DEL CASO FEDERAL.

OFRECE
PRUEBA. AUTORIZA.
Señor Juez:

VERONICA GONZALEZ, abogada, To. 78 Fo. 585


C.P.A.C.F., en su carácter de apoderada de NUEVO SANATORIO
BERAZATEGUI S.A., con domicilio procesal constituido en la calle
Paraguay 1365 piso 4º of. 28 de la Capital Federal (Zona de Notificación
Nro. 248), y domicilio electrónico 27268860024, en los autos caratulados:
“GARCIA MIRTA HEBE C/ PRIVAMED S.A. Y OTROS S/ DAÑOS Y
PERJUICIOS”, (Expte. Nro. 19865/2017), a V.S. respetuosamente me
presento y digo:

I.- PERSONERIA.

Tal como surge de la copia simple del Poder General Judicial


que al efecto adjunto a la presente y que declaro bajo juramento que se
encuentra vigente, he sido designada letrada apoderada de NUEVO
SANATORIO BERAZATEGUI S.A., con domicilio real en la Avenida 14
Nro.4121 e/ 141 y 142, Berazategui, Provincia de Buenos Aires. En tal
carácter, solicito ser tenida por presentada, por parte y por constituido el
domicilio legal indicado y se agregue el instrumento acompañado.

II.- OBJETO. RESERVA CASO FEDERAL


Que en legal tiempo y forma, y siguiendo expresas y
concretas instrucciones de mi representada, vengo a contestar la presente
demanda, pidiendo desde ahora que la misma sea rechazada con expresa
y ejemplar imposición de costas, por las consideraciones de hecho y de
derecho que se expondrán a lo largo de esta presentación.

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Asimismo, y por ser esta la primera oportunidad, en los
términos del artículo 14 de la ley 48, se hace la reserva del caso federal,
por encontrarse en juego los derechos constitucionales de mi mandante
de: igualdad ante la ley (artículo 16), de propiedad (artículo 17), de
defensa en juicio (artículo 18).

III.- NEGATIVAS
Por imperativo procesal, vengo a negar todos y cada uno de
los hechos que no sean de expreso reconocimiento en este responde. En
especial, niego que:

1) NIEGO, RECHAZO Y DESCONOZCO, que la actora sea afiliada de


la Prepaga Privamed, N° de socia 1/18994/00.

2) NIEGO, RECHAZO Y DESCONOZCO, por no constarme, que


después de sentir dolores en la zona abdominal durante casi 6 días,
la noche del 18 de Julio de 2010 la actora haya comenzado a sufrir
muy fuertes dolores en el abdomen.

3) NIEGO, RECHAZO y DESCONOZCO, por no constarme, que la


actora haya concurrido a la Clínica del Niño y la Familia (Lamadrid
N° 444, Quilmes), donde le hayan hecho placa, le hayan
diagnosticado gases y previa aplicación de buscapina inyectable, la
hayan mandado a su casa.

4) NIEGO, RECHAZO Y DESCONOZCO, que por la mañana del


Lunes 19, hayan reaparecido los dolores con más intensidad por lo
que haya concurrido la actora a ver a su médico de cabecera el Dr.
Ricardo O. Falcón en el Sanatorio y que recién la hayan atendido al
mediodía.

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5) NIEGO, RECHAZO Y DESCONZCO, por no constarle a esta parte,
que el Dr. Falcón haya mandado a la actora a hacer unos estudios,
así como también, niego, rechazo y desconozco que los mismos
indicaran una posible apendicitis. En igual sentido, niego, rechazo y
desconozco, que pasadas las 17hs y con los resultados antedichos
haya regresado a ver al Dr. Falcón y la haya derivado al cirujano.

6) NIEGO, RECHAZO Y DESCONOZCO, por no constarle a esta


parte, que en el Sanatorio se le haya informado que no podía ser
atendida ya que Privamed había suspendido los servicios
derivándola al Nuevo Sanatorio Berazategui S.A..

7) NIEGO Y RECHAZO, que haya ingresado a la guardia del Nuevo


Sanatorio Berazategui a las 21:50hs y haya sido atendida a las
23hs, y se haya decidido internarla.

8) NIEGO Y RECHAZO, que en la historia clínica constase que


padeciera dolores abdominales desde 6 días antes con un
diagnostico presuntivo de abdomen agudo, (apendicitis aguda). Más
aún, niego y rechazo, con igual énfasis, que se solicitaran estudios
cuyos resultados no constan en la Historia Clínica.

9) NIEGO Y RECHAZO, que al día siguiente, martes 20, haya revisado


a la actora el médico de piso y éste solicitara que la revisara el
cirujano Castañeda. Así como también, niego y rechazo, que el
mismo la visitara a las 15hs mientras ya estaba en un grito de dolor.

10) NIEGO Y RECHAZO, que la actora haya sido conducida a


quirófano a las 19hs del mismo día y que haya sido operada por
apendicitis.

11) NIEGO Y RECHAZO, que su hermana y un amigo hayan estado en


el sanatorio y que una vez terminada la operación, el cirujano les

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haya informado que la misma se había demorado por una pequeña
necrosis. Más aún, niego y rechazo, que la hermana le haya
preguntado si no era necesario colocar un drenaje, y que recibiera
una airada respuesta indicando que de haber habido necesidad lo
habría hecho.

12) NIEGO Y RECHAZO, que se le haya dado el alta el día 22/7,


autorizándosela a bañarse a partir del domingo 25/7.

13) NIEGO, RECHAZO Y DESCONOZCO, que siguiendo la


prescripción médica el domingo 25/7 haya procedido a bañarse y
que mientras lo hacía haya comenzado a surgir sangre con pus a
borbotones de su herida, que el olor fuese nauseabundo y que haya
sido socorrida por su hermana quien llamo al Sanatorio
Berazategui, y que no obtuviera respuesta, lo que desconozco
totalmente por no constarle a esta parte ni acompañar la actora
prueba alguna de ella. En igual sentido, niego, rechazo y
desconozco, que se haya comunicado con el Dr. Falcón así como
que aquel le refiriera que habiendo parado el sangrado le
aconsejara ir el lunes siguiente para que se atendiera por guardia,
toda vez que estando medicada con antibióticos no corría peligro.

14) NIEGO Y RECHAZO, que haya hecho aquello y que el día lunes
26/7 la haya atendido nuevamente el cirujano Castañeda quien les
informo que debía ser intervenida nuevamente a los efectos de
colocarle un drenaje.

15) NIEGO Y RECHAZO, que la actora haya vuelto a ser intervenida,


así como que la operación tuviera gran demora, debido a que
cuando habían concluido y estaban saturando haya comenzado a
surgir materia fecal por el drenaje razón por la cual hayan vuelto
anestesiarla y se la haya practicado una tercera intervención con la

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cual haya sido abierta desde la pelvis hasta el ombligo encontrando
el intestino perforado por lo que tuvieron que suturarlo.

16) NIEGO, RECHAZO Y DESCONOZCO, por no constarme, que


cuando despertase la actora haya querido morir al ver que el
abdomen era una “carnicería”. Asimismo, niego, rechazo y
desconozco, que las curaciones fueran tan dolorosas que debían
anestesiarla.

17) NIEGO Y RECHAZO, que haya estado internada 15 días, y que


continuara el post operatorio en su casa. Así como también, niego y
rechazo, que la actora pesara 45 kilos, que padeciera una angustia
indescriptible y que recién le hayan dado el alta el 15/09 de 2010.

18) NIEGO, RECHAZO Y DESCONOZCO, que pasado un mes hayan


comenzado los dolores muy fuertes en la zona de la operación, así
como también, que la actora notara que sobresalía un bulto.

19) NIEGO Y RECHAZO, que haya consultado al Dr. Castañeda y que


el mismo le haya dicho que todo era normal, pero que transcurrido
los meses, el dolor haya sido cada vez más intenso y el bulto cada
vez más grande.

20) NIEGO, RECHAZO Y DESCONOZCO, que la actora desesperada


haya consultado a otros médicos pero que todos se remitían al
cirujano que la había operado, y ante dicha situación, temiendo que
Privamed ponga en riesgo su salud (lo cual esta parte rechaza y
desconoce por no constarle), se haya afiliado a IOMA, donde se
practicó nuevos estudios y se descubrió una eventración de la que
fue operada el día 11/07/2011 en el Sanatorio Urquiza –lo que por
imperativo procesal también niego, rechazo y desconozco por no
constarme-.

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21) NIEGO, RECHAZO Y DESCONOZCO, que finalmente el
14/11/2012 haya tenido que ser operada de una nueva eventración,
esta vez en el Instituto Central de Medicina de La Plata.

22) NIEGO, RECHAZO Y DESCONOZCO, que al día de la fecha


cuente con una malla de polipropileno en el abdomen.

23) NIEGO Y RECHAZO, que como consecuencia de todo lo ocurrido


actualmente no pueda realizar esfuerzos, ni deportes, ni ninguna
clase de actividad física.

24) NIEGO Y RECHAZO, que deba cuidarse constantemente y


sobrellevar la deformación estética –la que, a todo evento, niego,
rechazo y desconozco por no constarme- que tiene en el abdomen
como consecuencia de todas las cicatrices operatorias.

25) NIEGO, RECHAZO Y DESCONOZCO, que las consultas médicas


que realizara posteriormente le hayan indicado que debió colocarse
un drenaje después de la primera operación y que sin ninguna duda
la demora que transcurrió entre su primer consulta y el momento de
la operación es injustificable ya que agravo su cuadro y entendió
que naturalmente contribuyo causalmente a que se produjeran las
graves consecuencias que padeció –lo que rechazo totalmente por
falta de asidero-.

26) NIEGO Y RECHAZO, que del protocolo quirúrgico de la


intervención, constate apendicitis flegmonosa con punta necrótica
adherida a la trompa de Falopio derecha. Así como también que se
desbrinden adherencias y se realice apendicetomía. En igual
sentido, niego y rechazo, que el 21/7 no se indiquen antibióticos por
el Dr. Castañeda y que el 22/7 se le haya dado el alta y en la hoja
de enfermería no conste prescripción de antibióticos (ATB).

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27) NIEGO Y RECHAZO, por falso y carente de prueba, que
presumiblemente si no se hubieran perdido dos días, quizás la
operación no hubiera tenido el horrible resultado que tuvo, o por lo
menos, sin ninguna duda hubiera tenido una mucha mejor chance
de evolución, es decir, si la demora no fuera causa del desenlace,
por lo que me hizo perder una gran chance de que el mismo no
sucediera o fuera menor en sus consecuencias.

28) NIEGO Y RECHAZO, que la actora no tenga ejemplar de


consentimiento informado. Más aún, niego y rechazo, que la actora
se encuentre cierta de que de ninguna manera se le haya informado
que no se le colocaría drenaje y cuales eran las posibles
consecuencias específicas de esa omisión.

IV. LA REALIDAD DE LOS HECHOS. CONSIDERACIONES


MÉDICAS.
La Sra. García ingresó por guardia a la institución sanatorial
siendo aproximadamente las 23.00 hs del día 19 de julio de 2010
presentando “abdomen agudo” conforme surge de la historia clínica,
procediéndose a la internación de la misma.
Resulta falsa la afirmación de la actora respecto a que se le
indicaran una serie de estudios cuyo resultado no consta en la historia
clínica.
En este sentido, debemos decir que de las hojas de
evolución, epicrisis y del detalle preoperatorio surgen los análisis
efectuados a la actora y su resultado. Tampoco resulta ser cierto lo
expuesto por la misma respecto al consentimiento. El mismo ha sido
suscripto por la actora y también se encuentra acompañado a la historia
clínica.

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Conforme surge de la historia, la actora ingresa con fuertes
dolores abdominales y cólicos, además de nauseas, que datan de 6 días
según el propio detalle que hace la misma.
Tal como surge de la hoja de evolución se realiza el
seguimiento de la actora una vez internada hasta que se ordene la cirugía
por abdomen agudo, apendicitis agudo.
Es por ello que debo decir que se cumplió con el
procedimiento médico del caso realizándose pesquisa de la zona afectada,
y ordenándose la intervención quirúrgica. Respecto a lo expuesto por la
actora, resulta ser falso la falta de indicación respecto a la higiene que la
misma refiere. En igual sentido, es falso lo manifestado en relación a un
supuesto llamado telefónico, sin perjuicio de aclarar que no resulta ser el
medio adecuado para la resolución de estos casos.
En cuanto a las complicaciones que la actora expresa,
debemos aclarar que en todo tipo de intervención pueden existir
complicaciones de toda índole, y es por ello que en estos casos nos
encontramos frente a obligaciones de medios y no de resultados, puesto
que el profesional médico se compromete a poner todo su conocimiento al
servicio del paciente pero no asegura resultado exitoso puesto que no se
encuentra dentro de sus posibilidades ciertas.
Ahora bien, considerando las supuestas secuelas que
manifiesta la actora, y con el objetivo de demostrar a V.S. que en verdad el
proceder del profesional fue correcto, es necesario precisar cuestiones
médicas que resultan conducentes en el presente proceso.
Primeramente debemos decir que aquella comienza
manifestando que luego de 6 días, SÍ S.S. 6 DÍAS, de sentir constantes
dolores en la zona abdominal en la noche del 18 de julio de 2010 se
presenta en la guardia de la Clínica del Niño y la Familia de Quilmes en
donde la revisan, le realizan un placa y le manifiestan que posee gases,
por lo que le inyectan buscapina y la envían a la casa.

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Ahora bien, en todo el relato que realiza la actora aquella
manifiesta que siempre hubo un supuesto error de diagnóstico en todas
las atenciones médicas que la misma recibió. No sólo ello, sino que
además el primer error comenzó justamente en la Clínica, por ser el primer
lugar al que concurrió aquella y en donde no le detectaron la supuesta
afección que luego sufrió.
Empero, y en un escrito aparte cuyo traslado también se
brinda, la actora manifiesta que por supuestas conversaciones en la etapa
de mediación y POR DECISION PROPIA no demandó a la Clínica.
Entonces no logra entender esta parte por qué si lo que alega la actora es
un sucesivo error de diagnóstico, no decidió demandar al primer
nosocomio en donde fue atendida. Este resulta un primer punto atacable.
En segundo lugar, y no por ello menos importante, debemos
decir que la actora aguardó 6 días de dolor abdominal intenso hasta
realizar la primera visita médica y 7 días hasta que llegara a las
instalaciones de mi mandante. Claramente ello perjudica cualquier cuadro
clínico que se esté gestando en cualquier ser humano. Esto también
resulta importante puesto que claramente la afección tenía un grado de
evolución importante, según los propios dichos de la actora, que
obviamente hace que el cuadro se agrave. Más aún, la propia actora
manifiesta que al séptimo día y ya con fuertes dolores abdominales decide
presentarse en la guardia de la Clínica. Este es el segundo punto atacable.
En tercer lugar, la actora expresa que posteriormente ingresa
el día 19 de julio en el Nuevo Sanatorio Berazategui. Allí se la interna y
revisa y se indica la intervención quirúrgica por supuesta apendicitis. De
los dichos tanto de familiares de la actora como supuestos profesionales
del Nuevo Sanatorio Berazategui la misma no acompaña material
probatorio alguno, siendo claramente desconocidos por esta parte.
Asimismo, manifiesta la falta de detalle en la historia clínica de los estudios
prequirúrgicos que se le realizaron, cuando en verdad aquellos sí surge de

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las hojas de evolución, epicrisis y detalle preoperatorio, por lo que sus
manifestaciones son falsas.
Como cuarto punto, pasaré a analizar lo relatado por la
actora luego de ocurrida la operación.
Aquella expresa que supuestamente siguiendo la
prescripción médica, cuando comenzó a bañarse observa que comienza a
surgir sangre de la herida y pus. Asimismo, expresa que la hermana se
comunica telefónicamente con el Nuevo Sanatorio Berazategui y al no ser
atendida se comunica con el Dr. Falcón, quien le indica también por
teléfono que habiendo parado el sangrado concurra recién el lunes a la
institución previamente mencionada.
En este sentido debe aclararse que ante tal situación la
actora debió concurrir nuevamente a la guardia del Nuevo Sanatorio
Berazategui para ser atendida y no comunicarse telefónicamente con el
mismo, lo que igualmente negamos y desconocemos. En este sentido,
resulta ser falsa la indicación de la actora en cuanto no se le prescribió el
no contacto con el agua respecto a la zona operada. También es falso el
supuesto intento de llamado telefónico, aunque aquel no es el medio hábil
para solucionar esas situaciones.
Lo que resulta aún más ridículo es que, luego de acontecido
el supuesto hecho, la actora efectivamente aguarda hasta el día lunes
para concurrir al nosocomio en donde es atendida por el profesional. El
mismo le indica una nueva intervención en la que se le coloca un drenaje.
Ahora bien, la actora expresa que al momento de culminar con la
intervención quirúrgica comenzó a surgir materia fecal por el drenaje, por
lo que volvieron a anestesiarla y se le practica una tercera operación en
donde se constata el intestino perforado y se resuelve suturarla desde la
pelvis hasta el ombligo. En este estado debemos decir que ello resulta ser
falso. La realidad es que conforme surge de la documentación adjunta en
la historia clínica y que la propia actora acompaña en copia, se resuelve la

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prórroga de la internación y una nueva intervención quirúrgica debido a un
abdomen agudo peritoneal por fistula. Por lo que, la actora ingresa desde
su domicilio con dicha afección.
La fistula es muy común en este tipo de intervenciones,
sobre todo cuando el paciente realiza movimiento no adecuado o alguna
cuestión particularmente contraindicada (como en este caso, el contacto
con el agua).
Por lo que, lo que en verdad aconteció fue una complicación
típica que requirió de otra intervención quirúrgica.
Continua la actora además argumentando que luego de
transcurrido un mes desde aquella tercera intervención, comienza a
experimentar nuevamente fuertes dolores por lo que, al consultar una vez
más con el cirujano, aquel refiere que resultan normales. En
consecuencia, la actora manifiesta que ante el miedo de que PRIMAVED
colocara en riesgo su salud decide afiliarse a IOMA.
En este sentido, también debo decir que no comprende una
vez más esta parte porque ante tales circunstancias o sospechas la actora
tampoco decidió demandar a PRIMAVED y sólo hace intervenir en autos a
mi mandante.
Afiliada ya a IOMA y consultado a otro Cirujano, aquel
descubre el 11/07/2011, es decir un año después de ocurrida la última
operación, una eventración por la que se le practica otra intervención
quirúrgica en el Sanatorio Urquiza.
No sólo ello, sino que además agrega que con fecha
14/11/2012, es decir otro año más transcurrido desde la anterior
fecha, se le debió una nueva operación pero esta vez en el Instituto
Central de Medicina de La Plata por otra eventración.
En este sentido, debemos decir primeramente que
desconoce esta parte las causales que motivaron el cambio de obra social
tal como lo expresa la actora.

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Además, y en el caso particular de la eventración
eventualmente detectada, debemos decir que por un lado aquella posee
múltiples causas o factores desencadenantes, y por otro que resulta ser
una circunstancia que puede surgir como consecuencia de una
intervención quirúrgica.
Considerando el tiempo transcurrido desde la operación y la
aparición de la misma, claramente posee causa en otros factores propios
del cuerpo de la actora y que oportunamente se analizara a través de la
prueba pericial pertinente.
Respecto a la eventración, también llamada hernia ventral o
hernia incisional, debemos decir que se produce tras el antecedente de un
traumatismo penetrante de la pared abdominal o de cirugía. La incidencia
de aparición de las eventraciones varía entre el 1 y el 16%, aunque este
porcentaje puede ser mayor según el tipo de cirugía.
La aparición de estas eventraciones está, además,
relacionada con la presencia de factores de riesgo, como la obesidad o el
sobrepeso, la diabetes, la inmunosupresión u otras enfermedades de
base, y la aparición de infección en la herida quirúrgica inicial sobre la cual
aparecerá la eventración.
El sexo femenino se halla más predispuesto a esta
complicación quirúrgica por ser más frecuente la debilidad musculo-
aponeurótica, plano de suma importancia en la síntesis y cicatrización de
las heridas. Otra de las características compartidas por la actora.
Otra de las causas radica en el Estado de nutrición y
particularmente el déficit de proteínas es de primerísima importancia, que
evidentemente retarda la cicatrización. Recordemos que la actora en su
demanda manifiesta debilidad y hasta un peso de 45 kg lo que claramente
denota músculos débiles y susceptibles de generar una eventración.
También existen otras causas como Enfermedades
relacionadas con la elevación de la presión intraabdominal, es decir,

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esfuerzos repetidos y de cierta intensidad efectuados por el operado
demasiado temprano, como sucede con la tos de los bronquíticos;
esfuerzo exagerado de los constipados y prostáticos; los vómitos, el hipo
persistente, la distensión abdominal intensa propia del íleo; ascitis,
tumores voluminosos intraabdominales, etc.
Ahora bien, por el tiempo transcurrido desde la operación de
un año, debemos decir que dicha eventración tiene su causa en factores
propios de la actora.
Siguiendo con el análisis, finalmente expresa la actora que
cuenta con una malla de polipropileno en el abdomen, lo que esta parte
desconoce por no haber intervenido en dicha operación.
Luego de todo este relato, debemos decir que existen claros
indicios de una inconducta de la actora como paciente, y falta de cuidado
sobre la herida de la operación. Una omisión constante de la misma, quien
en un primer intento pretendió solucionar su supuesto estado a través de
una llamada telefónica, cuando en realidad lo que debió hacer es concurrir
urgentemente a un nosocomio médico. Este resulta ser el quinto punto
objetable.
Debe aclararse además, que el hecho de utilizar faja o que el
paciente haya contado con una malla no evita la eventración, puesto que
si los tejidos eran defectuosos, la eventración se hubiera producido
igualmente.

En consecuencia con lo expuesto, puede observarse como la


actora pretende trasladar a los demandados una supuesta consecuencia
que se produjo mucho tiempo después de la última intervención, que
posee multiplicidad de causas y cuya intervención quirúrgica es inevitable.
Ante todo lo manifestado y los argumentos que fueran
volcados en el presente responde, debe concluirse la total falta de
responsabilidad de mi mandante en el presente reclamo, el claro error en

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el que se encuentra la actora en pretender hacerlo intervenir, la falta de
material probatorio de la misma, lo que conlleva a solicitar a V.S. el total
rechazo de demanda respecto de mi representado con ejemplar
imposición de costas a la contraria.

V. REPONSABILIDAD.

a) Inexistencia de culpabilidad

De los hechos narrados por la actora confrontados con el


presente contesta demanda, los que surgen acreditados en la historia
clínica y serán debidamente probados en la etapa procesal
correspondiente, surge que no ha existido conducta negligente o
imprudente que corresponda imputársele a la demandada.

La conducta médica seguida por el galeno del Nuevo


Sanatorio Berazategui S.A., fue la correcta y necesaria para la asistencia
de la actora.

Cómo contundentemente advertimos, la demanda ha sido


redactada utilizando términos y expresiones, e incluso arribando -en forma
científicamente infundada y/o directamente errónea- a pretendidas
conclusiones que se corresponden específicamente con los intereses de la
parte actora, perdiendo el norte de la objetividad y respaldo científico que
mínimamente se requiere.

Del texto de la demanda surge que la actora no ha


acreditado de manera fehaciente, que el galeno del Nuevo Sanatorio
Berazategui S.A. se ha apartado de las reglas del arte de curar y así,
solo así, poder imputar la responsabilidad.

En este sentido la jurisprudencia del más alto Tribunal


Provincial es concluyente "...La responsabilidad profesional es aquélla en
la que incurre el que ejerce una profesión, al faltar a los deberes

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especiales que ésta le impone y requiere, por lo tanto, para su
configuración, los mismos elementos comunes a cualquier responsabilidad
civil. Ello quiere decir que cuando el profesional médico incurre en la
omisión de las diligencias correspondientes a la naturaleza de su
prestación asistencial, ya sea por impericia, imprudencia o negligencia,
falta a su obligación y se coloca en la posición de deudor culpable." (art.
512, C. C.)..." (Rivero y Hornos, Miguel y otra c/Echaide, Norberto y otros
s/Daños y perjuicios); S SCBA LP AC 031702 22-12-87 SD Mercader; S
SCBA LP 00Ac 039597 13-09-88 SD Laborde; S SCBA LP 00Ac 038114
25-10-88 sd San Martín; S SCBA LP AC 040456 15-08-89 sd San Martin;
S SCBA LP AC 043540 09-04-91 SD Laborde; S SCBA LP AC 045177 30-
04-91 SD Vivanco; S SCBA LP AC 044440 22-12- 92 SD Mercader).
El criterio predominante en materia de responsabilidad
médica, es que el profesional sólo debe poner en juego el caudal de
preparación que el título acredita. La jurisprudencia Francesa cuya
influencia en nuestro derecho es conocida, sólo admite la responsabilidad
del médico, cuando la culpa cometida es de excepcional gravedad
(Josserand Droite Civil - TºII Vol-I). No podemos olvidar que Velez
Sardsfield, en su nota al artículo 512 del C. Civil, citando a Zachariae,
expresa: "La sola ley es la conciencia del Juez.".

El art. 512 del antiguo Código Civil es la norma sustancial y


rectora de la cuestión. Para que quede demostrada la responsabilidad del
médico es necesario acreditar el apartamiento de los deberes
médicos que le competen.
Este incumplimiento, presenta ciertas particularidades; su
obligación consiste en la aplicación de los conocimientos que el estado
actual de la ciencia proporciona, con la finalidad de obtener la curación del
enfermo, observando el mayor cuidado y diligencia tanto en el diagnóstico,
como en el tratamiento que debe ajustarse a las reglas de arte y ciencia.

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Consecuentemente, tratándose de obligaciones de medios
según la ya clásica definición de Demogues, recaerá sobre el paciente,
la carga de demostrar la culpa en la que pudiera haber incurrido el
profesional (Sabatier -Traité de la Responsabilité en Droit Francaise Nº
113; idem C. Civ.- Sala A-citado asimismo por la Cámara de Apelaciones
de Lomas de Zamora, en Expte. 15959 "Mereles, Ruíz c. Rava y otros").

b) Inexistencia de relación causal


Como surge del relato de los puntos del presente contesta, a
los cuales me remito en honor a la brevedad, no existe en el caso nexo
de causalidad adecuado entre los supuestos daños pretendidos por
la actora y la conducta profesional desarrollada por el médico.
Al respecto, la doctrina es conteste en que el hecho de haber
sufrido un daño no resulta título suficiente para pretender la respectiva
indemnización, sino que es necesario establecer el nexo de causalidad
entre ese efecto dañoso y el hecho que suscita la responsabilidad
invocada, en la medida que tal hecho "sea el factor por cuyo influjo ocurrió
aquel daño" (Llambías, "Obligaciones" en Tratado de derecho civil, T. I
Abeledo Perrot, Bs. As., 1973).que tal hecho que suscita la
responsabilidad.
Como manifestáramos precedentemente, debe partirse de
que la responsabilidad de los médicos resulta ser una obligación de
medios y no de resultado. Esta última reviste el carácter de que el galeno
se compromete a un resultado correcto.

Si el tratamiento se realizó, conforme a las reglas del arte de


curar, no hay negligencia, pues el daño, fracaso o ausencia de éxito, no
implica mala praxis, dado que siendo la obligación de medios pueden
existir limitaciones, aleas, morbilidad que escapen a la revisión más
prudente y frustren el resultado a que se aspira, pero no se

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garantiza,.." (Calderon Martha Elina c/ Muguetti Carlos Alberto y Provincia
de Mendoza, Fecha: 05/08/01997).
"...Para establecer cuál es la causa de un daño, conforme a
la teoría de la causalidad adecuada, es necesario formular un juicio de
probabilidad, o sea, considerar si tal acción u omisión del presunto
responsable era idónea para producir regular o normalmente un resultado;
y esa forma de probabilidad no puede hacerse sino en función de lo que
un hombre de mentalidad normal juzgando a ella en abstracto hubiera
podido prever como resultado de su acto..." (C. Fed de Gral Roca,
20108191 Soria vda de escobar, Juan E. y otros c. Tecsa S.A. y otro", JA
1993-111-98 ).
Por lo tanto, la necesidad de la demostración de la
vinculación causal, la jurisprudencia también resulta terminante:" Sea
cual fuere el sistema de responsabilidad que corresponde aplicar a los
hechos, el contractual o el extracontractual, es carga específica de quien
reclama el daño la de acreditar la relación de causalidad." (Estevez, Juan
c/Clínica Privada Escobar s/Daños y perjuicios); S SCBA LP AC 039671
07-06-88 SD Negri; S SCBA LP AC 043168 23-04-90 SD LABORDE; A y S
t.1988-II p.377).
La actividad médica llevada a cabo por la profesional del
Nuevo Sanatorio Berazategui S.A., que asistió a la paciente Sra Mirta
García resultó correcta y sin tacha, no pudiéndose exigir una
conducta distinta en lo que correspondió decidir e intervenir.

Se ha sostenido al respecto que "...en lo que hace al


diagnóstico y tratamiento la responsabilidad sólo puede declararse en
supuestos de faltas graves, de evidentes y groseras infracciones al arte de
curar, (cf. CS 1ª Capital, Rev. LA LEY, t. 59, p. 273; sala A, E. D., t. 71, p.
189 -Rep. LA LEY, t. XXXVII, A-I, p. 414, sum. 213-; sala B, Rev. LA LEY,
t. 118, p. 923, causa 12.207-S; J. A. 1965-III, p. 67; CNCiv., sala C, E. D.,
t. 8, p. 295 y Rev. LA LEY, t. 115, p. 105; causa 204.534, octubre 20-1976;

17
E. D., t. 73, p. 494; ídem Rev. LA LEY, t. 1976-C, p. 63; sala F, E. D., t. 39,
p. 475 -Rev. LA LEY, t. 148, p. 657, fallo 29.403-S-; E. S. P., p. 477;
Borda, "Contratos", t. I, p. 64, núm. 1046 y nota 1651) y que toda vez que
el médico actúa defendiendo al método que él estima el más adecuado
para obtener el éxito de su tarea, su diligencia o culpa debe ser merituada
con toda cautela. Que el fracaso del método elegido, aplicado con la
diligencia que el caso requiere, no puede serle imputable (conf. sala A, E.
D., t. 71, p. 189; CNCiv. sala C, J. A. 1958-III, p. 597 y Rev. LA LEY, t. 91,
p. 80)..." (Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, sala B. 11/09/1985,
Olsauskas de Argamasilla, Ana M. c. Municipalidad de la Capital, LA LEY
1986-A, 413 - DJ 1986-1, 656).
Para poder establecer la causa del daño, es necesario
formular un juicio de probabilidades, o sea, considerar si tal acción u
omisión es idónea para producir un daño, y ese juicio de probabilidades no
pude hacerse en función de someras afirmaciones o suposiciones.

La jurisprudencia ha sido determinante con respecto al tema


en tratamiento "... El médico sólo habrá de responder si se configura los
elementos comunes a cualquier responsabilidad civil (art. 512 del CC), es
decir si incurre en la omisión de las diligencias correspondientes a la
naturaleza de su prestación, ya sea por imprudencia, negligencia o
impericia y que ese obrar omisivo esté en relación de causalidad
adecuada con el daño sufrido por el paciente. No hay tal responsabilidad,
si como dictaminaron los peritos, los procedimientos, diagnósticos y
tratamientos implementados, fueron apropiados a la condición clínica del
paciente, más allá de que la dolencia haya derivado en complicaciones no
previstas..."(CCI Art. 512;-CC0103 LP 223026 RSD-182-96 S 6-6-96, Juez
PEREZ CROCCO (SD);Borello, Arcángel José y otra c/ Clínica Materno
Infantil Quilmes-Ospin y otro s/ Daños y perjuicios;-MAG. VOTANTES:
Perez Crocco-Roncoroni).

18
"... La sola conexión física entre el obrar médico y el
resultado, no es, de suyo, reveladora de la existencia de una relación
causal, ni demostrativa de culpa o causalidad adecuada. En la mayoría de
los casos, es precisamente en este punto donde radican las dificultades
del intérprete, que consisten en establecer si el daño cierto reconoce su
génesis en la actuación del médico, o si deriva de la evolución
natural de la enfermedad, aún con las complicaciones que pudieran
sucederse. ..." (CC0202 LP 90566 RSD-71-00 S 4-4-00, Juez SUAREZ
(SD);-González, Mercedes Beatriz c/ Fisco de la Pcia. de Buenos Aires s/
Daños y perjuicios;-MAG. VOTANTES: Suárez-Ferrer). La negrita y el
subrayado me pertenecen.

Por lo expuesto, la demanda deberá ser rechazada toda vez


que no se cumplen los requisitos esenciales de la imputación de
responsabilidad de un nexo causal entre el daño y el hecho endilgado,
como tampoco el supuesto daño que manifiesta haber padecido la actora.

VI. OTRAS CONSIDERACIONES A PARTIR DE LA


CIENCIA MÉDICA.
Acerca del cuestionamiento que realiza la actora respecto del
accionar de mi mandante y desde la óptica médico-legal, se debe analizar
la praxis médica puesta en duda, nos encontramos en la obligación de
seguir una secuencia de pasos:
1) Si el profesional cumplió con la obligación del
deber de cuidado. Ello implica, si los profesionales actuaron acorde a los
amplios criterios de las Ciencias Médicas. En el presente caso se hicieron
todos los controles y cuidados, asistiéndola acorde a todos los criterios de
las ciencias médicas. Se realizó pesquisa de la zona, asepsia y posterior
intervención, además de todos los exámenes prequirúrgicos. Se le indicó
medicación correspondiente, junto con el tratamiento de asepsia.

19
2) El segundo paso es analizar, bajo el presunto de
un incumplimiento en la obligación del deber de cuidado, si la falta de
cumplimiento de la obligación del deber de cuidado es causante del
daño. Para el presente caso se cumplió con la obligación del deber de
cuidado, no hay pues, ningún factor que pudiera señalar una relación
causa-efecto.
Para establecer la causa del daño, es necesario formular un
juicio de probabilidades, o sea, considerar si tal acción u omisión es
idónea para producir un daño, y ese juicio de probabilidades no puede
hacerse en función de someras suposiciones, vagas elucubraciones como
pretende la actora.
Para que quede demostrada la responsabilidad del médico
es necesario demostrar el apartamiento de los deberes que le competen.
Este incumplimiento, presenta ciertas particularidades. Su obligación
consiste en la aplicación de los conocimientos que el estado actual de la
ciencia proporciona, con la finalidad de obtener la curación del enfermo.
Todo ello se realizó en el presente caso.

VII. DESCONOCE DOCUMENTAL.


Mi mandante desconoce la documental acompañada por la
actora que no haya emanado directamente de mi mandante. En efecto, la
documental referida por la parte actora y que llega a esta parte resulta ser
fotocopia, por lo que esta parte desconoce la misma.

Dejamos constancia que, se ha dado traslado a esta parte de


la documental referida sin que la misma se encuentre certificada, y atento
el desconocimiento de esta parte respecto a las mismas es que venimos a
oponernos a ellas atento a su falta de valor probatorio.
La jurisprudencia sostiene al respecto que "...Las fotocopias
no autenticadas carecen de fuerza probatoria..." (S.C.B.A., causa 48.019,

20
publicado en D.J.B.A. del 1/8/80). "...Las fotocopias simples acompañadas
que no han recibido respaldo alguno en cuanto a su fidelidad con los
instrumentos originales ningún valor probatorio tienen..." (CC0101 LP
221756 RSD-236-95 S 10-10-95, Juez ENNIS (SD) Laudani, Andrés c/
AMI-GAS S.A. s/ Cobro de honorarios.MAG. VOTANTES: Ennis-Tenreyro
Anaya) "...Si fue negada la documentación base de la demanda y no se
ofreció prueba sobre su autenticidad, no puede el tribunal extraer ésta de
la mera negativa, supliendo la actividad básica del demandante (art. 375,
C. P. C. C.)...".(Sinanian de Goudenian, Rosa c/Sánchez, Héctor Alberto
s/Cumplimiento de contrato). S SCBA LP AC 044571 06-11-90 SD San
Martín. AyS 1990-IV-102).

VIII. RUBROS RECLAMADOS. IMPUGNA LIQUIDACIÓN.

Considerando los argumentos expuestos en el presente


responde a través de los cuales V.S. podrá observar la total falta de
responsabilidad de mi mandante en autos, debemos decir que no
corresponde la cuantificación de daño alguno a favor de la parte actora,
por dichos fundamentos y atento la inexistencia del nexo causal y/o de la
responsabilidad que pretende endilgarle a mi mandante. Sin perjuicio de
ello, para el hipotético e improbable caso de que V.S. haga lugar a la
demanda y en orden al principio de la eventualidad procesal y en
resguardo del derecho de defensa en juicio (art.18 CN), rechazo todos y
cada uno de los rubros reclamados por la contraria.

Es dable señalar que la cuantificación de los daños realizada


por la actora en el escrito de demanda, se trata de una mera descripción
de los supuestos rubros, sin aportar los fundamentos doctrinarios y
jurisprudenciales de su petición, simplemente limitándose a describirlos y
colocar el quantum, para así llegar a la descabellada y exorbitante suma
de $477.600 (Pesos Cuatrocientos Setenta y Siete Mil Seiscientos).

21
Consecuencia de lo expuesto, es que esta parte rechaza
categóricamente los rubros de daño emergente, incapacidad física parcial
y permanente, tratamiento psicoanalítico, gastos médicos y viáticos, y
daño moral.
Aun cuando no corresponde la cuantificación de daño alguno
a favor de la parte actora, atento la inexistencia del nexo causal y/o de la
responsabilidad que pretende endilgarle a mi mandante, para el hipotético
e improbable caso de que V.S. haga lugar a la demanda y en orden al
principio de la eventualidad procesal y en resguardo del derecho de
defensa en juicio (art.18 CN), nos vemos en la carga de efectuar,
subsidiariamente, el rechazo de cada uno de ellos.
Es dable señalar que la cuantificación de los daños realizada
por la actora en el escrito de demanda, se trata de una mera descripción
de los supuestos rubros, sin aportar los fundamentos doctrinarios y
jurisprudenciales de su petición, simplemente limitándose a describirlos y
colocar el quantum, describiendo someramente cierta jurisprudencia
relacionada al daño moral (el que además erróneamente lo divide del daño
psicológico).
Es decir, la actora no expone un solo criterio y/o doctrina
utilizada para arribar al supuesto porcentaje de incapacidad esbozado, el
cual además resulta excesivo y fuera de todo parámetro (25%), es decir,
resultan ser manifestaciones unilaterales que no se encuentran
avaladas por algún dictamen médico.
Sin perjuicio de ello, no se expresa en todo el escrito de
demanda si la actora laboraba o no, si realizaba alguna actividad
productiva, además de no haber acompañado material probatorio alguno
de ello.
Se basa para el porcentaje de incapacidad en la supuesta
cicatriz y en un daño estético que nada tiene que ver con una verdadera
incapacidad y menos aún del 25%.

22
A modo ilustrativo procederé a citar el siguiente considerando
expuesto por la Dra. Perez Pardo, integrante de la Sala L, de la Excma.
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil: "...Cabe destacar al respecto
que la procedencia de la incapacidad sobreviviente está determinada por
el reconocimiento de la disminución en las aptitudes tanto físicas como
psíquicas de la víctima (...) Es claro que las secuelas tanto físicas como
psíquicas y los tratamientos de las mismas quedan comprendidos en la
indemnización por dicha incapacidad. De acuerdo a lo expuesto, entiendo
que tanto la incapacidad física como la psíquica, así como los
tratamientos reclamados deberán analizarse conjuntamente. Ello se
debe a que como ya fue sostenido por esta Sala, la capacidad de la
víctima es una sola, por lo que su tratamiento deberá efectuarse en
ese sentido. (Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, sala L,
10/05/2007, Varchioni, Flavio O. c. Coviares S.A.). La negrita y el
subrayado me pertenecen.
Lo expuesto, permite demostrar a V.S. que la accionante
intenta a través de la presente liquidación obtener una doble
indemnización, es decir, un enriquecimiento ilícito a costa de mi mandante,
sin contar además que pretenden desmembrar como rubros autónomos,
consecuencias que de configurarse deben apreciarse de manera conjunta,
como ser el daño moral y el daño psicológico.
Nuestra jurisprudencia ha expuesto lo siguiente: "...Esta Sala
ha sostenido que ello se da en una persona que presente luego de
producido el hecho, una disfunción, un disturbio de carácter psíquico
permanente. En conclusión, se exige que muestre una modificación
definitiva en la personalidad que la diferenciaba de las demás personas
antes del hecho; una patología psíquica originada en éste, que permita
que se la reconozca como un efectivo daño a la integridad personal y no
simplemente una sintomatología que sólo aparezca como una
modificación disvaliosa del espíritu, de los sentimientos, que lo haría

23
encuadrable tan sólo en el concepto de daño moral. En consecuencia, sólo
será resarcible el daño psíquico en forma independiente del moral, cuando
sea consecuencia del accidente, sea coherente con éste y se configure en
forma permanente..." (Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, sala L,
10/05/2007, Varchioni, Flavio O. c. Coviares S.A.).
Sin perjuicio de ello, no es posible reclamar en forma
separada el daño moral y el daño psíquico, pues éste último se haya
comprendido en el primero. Así lo ha entendido nuestra jurisprudencia:" ...
La lesión psíquica no tiene autonomía frente al daño moral, que es su
sede de reparación (doct. art. 1078, C. Civil) ...". (Colman, Alberto H. y
ot. c/Castiglio, Roberto y ot. s/Daños y perjuicios) S CC0102 LP AC
204845 RSD-5-90 01-02-90 SD REZZONICO J.C)
Asimismo, "… el daño psíquico no es una categoría
autónoma, por lo que debe ser computado, si resulta indemnizable, dentro
del rubro daño moral o dentro del acápite daño patrimonial … pero en
ningún caso, cabe su resarcimiento autónomo ..." (Cám. Nac. Fed. CC,
Sala II, 18.11.99, "Del Valle Ferreyra, Osvaldo C/ Estado Nacional-Ejército
Argentino", JA 2000-IV-234).-
Frente a los rubros reclamados es fundamental considerar
que desconoce esta parte si la actora poseía patologías previas a la fecha
denunciada como producción del evento. Y esto también es fundamental a
la hora de evaluar cierto grado de incapacidad o no.
Por último, no podemos dejar de destacar que nuestra
Cámara de Apelaciones ha señalado que "...el "daño psicológico" que,
como tal, carece de autonomía científica (esta sala en La Ley, 1995-E,
461/66, IV consid. y sus citas). En tal sentido ha dicho la sala en anteriores
oportunidades que este daño no constituye una partida independiente
pues en la medida que incide en una merma de posibilidades
patrimoniales, integra la incapacidad, y en cuanto a los aspectos
extrapatrimoniales el daño es moral (conf. L. 226.466, del 24/10/97; L.

24
269.767, del 19/11/99; ED, 117-275/77)..." (Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Civil, sala G, 26/09/2000, F., M. J. c. Colón S.A., LA LEY
2001-A, 118 - DJ 2001-1, 282 - LLP 2001, 769.
Por las consideraciones aquí expuestas, impugno de manera
total la liquidación practicada por la actora por resultar improcedente,
exorbitante y temeraria. Asimismo, impugno y rechazo todos y cada uno
de los rubros por los fundamentos expuestos, los cuales además no
resisten el menor análisis, debiendo ser rechazados.

IX. PLUSPETICIÓN INEXCUSABLE

De los excesivos montos y rubros reclamados por la actora,


se desprende claramente la "pluspetición inexcusable" en la que ha
incurrido, toda vez que libremente y en forma caprichosa, arroja sumas
inimaginables carentes de todo justificativo doctrinario y jurisprudencial.-

El art. 72 del Código Civil y Comercial de la Provincia de


Buenos Aires, en su primer párrafo, establece lo siguiente: "Pluspetición
inexcusable. El litigante que incurriere en pluspetición inexcusable será
condenado en costas, si la otra parte hubiese admitido el monto hasta el
límite establecido en la sentencia…"
La jurisprudencia ha sido conteste en establecer que la
Pluspetición Inexcusable se configura: Cuando obra mala fe en el
peticionante, es decir, cuando se pide más de lo debido, sin razón, es
decir sabiendo o debiendo saber que el monto excede de lo racional. Cabe
señalar que la plus petitio es una forma de fraude procesal porque el
litigante actúa con conocimiento de su sinrazón y utiliza el proceso para
desarrollar su artería.
En tal sentido la jurisprudencia ha resuelto que se configura
la pluspetición cuando a) El peticionante reclama un monto
exageradamente excesivo. Vgr. Si se reclamó una indemnización
extraordinariamente superior; b) un monto que no corresponde al real, si
25
era posible calcularlo con exactitud; c) en los juicios en que no es posible
determinarlo, sólo hay pluspetición si media exageración maliciosa o
culposa, máxime si hubo allanamiento coincidente con la suma después
fijada en la sentencia …".-
En consecuencia, advirtiendo esta parte que la actora ha
incurrido en los extremos que contempla el art. 72 del ritual, solicitamos
que en el caso de resultar la misma "vencedora" en este proceso, las
costas le sean impuestas a la misma.-

X. PRUEBA.

A fin de acreditar los hechos invocados, vengo a ofrecer los


siguientes medios de prueba:

a) Documental:
1. Copia del Poder General Judicial.
2. Copia de póliza de seguro a favor de mi mandante.

b) Confesional:
Se designe audiencia confesional a los efectos que absuelva
posiciones la actora a tenor del pliego que oportunamente se acompañará
bajo el apercibimiento de ley.

c) Pericial Médica:

Se designe Perito Médico Cirujano, a fin de que, teniendo en


cuenta las constancias de autos, lo expuesto en la contestación de
demanda, analizada toda la prueba documental con más la historia clínica
acompañada por la actora, proceda a contestar los siguientes puntos de
pericia e informe:

26
1) Cuál fue el diagnóstico de la actora al momento de su ingreso en el
Nuevo Sanatorio Berazategui.

2) A que se denomina apendicitis. Causas y consecuencias.

5) A qué se denomina eventración. Causas y consecuencias.

7) Describa el procedimiento quirúrgico en una intervención por


apendicitis.

8) Describa el profesional si el retraso de seis días en el control médico


pudo agravar la patología sufrida por la actora.

9) Describa el profesional cuál debe ser la conducta del paciente ante el


sangrado de una herida y la detección de pus. Indique si dicho cuadro
puede ser resuelto a través de una consulta telefónica.

10) Todo otro punto de interés que crea conveniente expedirse.

d) Pericial Psicológica.:

Se designe Perito Psiquiatra, a fin de que, teniendo en


cuenta las constancias de autos, lo expuesto en la contestación de
demanda, analizada toda la prueba documental, proceda a contestar los
siguientes puntos de pericia e informe:

1) Si la actora experimenta depresión.

2) Si la actora actualmente se encuentra bajo tratamiento psicológico.

3) Indique la causa de los padecimientos de la actora, si los hubiese.

4) Precise si la actora posee alguna patología psicológica de base.

5) Indique estado psicológico actual de la actora.

6) Indique si el estado de la actora se debe a los eventos relatados por la


misma.

7) Todo otro punto de interés que crea conveniente expedirse.

27
XI. CITACIÓN EN GARANTÍA

Toda vez que a la fecha del suceso denunciado en autos mi

mandante poseía un seguro de responsabilidad civil, solicito se cite en

garantía a TPC COMPAÑÍA DE SEGUROS S.A. con domicilio sito en

Avenida Belgrano 634, oficina 9, CABA, para el hipotético caso de que mi

mandante pudiera ser condenado.

XII. AUTORIZACIONES.

Solicito se autorice para la consulta de estas actuaciones, así


como para efectuar desgloses, retirar testimonios, oficios, cédulas ley, y
para realizar cualquier otro trámite procesal tendiente al mejor desarrollo
del presente, a los Dres. Gonzalo J.E. de la Portilla, y/o Dra. María Cecilia
Santilli Amiama, y/o el Sr. Brian Nicolás Rolón y/o Jonathan Axel Boyer,
y/o Ignacio Ariel Vázquez y/o Virginia Neyra y/o Lisandro Carugatti.

XIII. PETITORIO.
De acuerdo a todo lo precedentemente expuesto, solicito del
Tribunal:

1) Se me tenga por contestada la demanda en legal


tiempo y forma
2) Se me tenga por presentada, parte en el carácter
invocado, y por constituido el domicilio legal y electrónico indicado.
3) Se tenga por ofrecida la prueba;
4) Se haga lugar oportunamente al plus petición
inexcusable opuesta.
5) Se rechace la demanda en todos sus términos, con
expresa imposición de costas a la actora;

28
6) Se tenga presente la reserva del caso federal
interpuesta y las autorizaciones conferidas.

Proveer de conformidad que,


SERA JUSTICIA.-

29

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