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22267/runin

Riesgos digitales

Mario Andrés Carreño Basante

Universidad de Nariño
Licenciatura en Informática
IX Semestre
macb0797@gmail.com

En los últimos años, el avance tecnológico y el desarrollo de las

nuevas tecnologías de la información y comunicación, han provocado que
día a día el acceso a internet y la adquisición de un dispositivo inteligente
se encuentra al alcance de todos. En consecuencia, se ha observado y es
evidente el incremento que existe en cuanto al uso las redes sociales
virtuales e internet en todo el mundo, de esta manera las personas buscan
comunicarse y compartir con sus familiares, amigos y conocidos en estos
medios.

Trucco (citado por Sánchez y Robles, 2016) afirma que “el

aumento de la conectividad en los hogares con jóvenes de edades entre 10
y 19 años es más acelerado que el que registran los hogares compuestos
únicamente por mayores de 20 años” (p. 187). Así entonces, tener una
cuenta en las redes sociales virtuales se vuelve algo común en la vida de
las personas y en especial en la de los adolescentes, puesto que sienten la
necesidad de compartir y comunicarse con su entorno, subir fotos,
compartir videos, enviar mensajes y muchas acciones más que nos
facilitan las redes sociales virtuales. De esta manera, personas que buscan
obtener un beneficio o simplemente dañar a otros, utilizan este medio para
poder lograrlo.

En adición a lo anterior, Arab y Díaz (2015) afirman que:

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La masiva popularidad de la comunicación en línea entre los

adolescentes ha provocado reacciones encontradas. Las
preocupaciones se han focalizado en el desarrollo de relaciones
superficiales con extraños, en el riesgo de adicción y en el aumento
de la probabilidad de ser víctima de ciberacoso. (p. 8)

En consecuencia, y debido al uso masivo de los diferentes

dispositivos tecnológicos e internet, surgen múltiples riesgos
digitales.

Por lo anterior, se ve la necesidad de hablar acerca de los múltiples

riesgos digitales a los cuales se encuentran expuestos todos y cada uno de
los usuarios de internet y en especial los que utilizan las redes sociales
virtuales. Entre los riesgos digitales que existen actualmente, los más
comunes son el ciberbullying o ciberacoso, el grooming, el sexting y la
ciberadicción. A continuación, conoceremos en qué consiste cada uno de
ellos, pues, una forma de prevenir un riesgo es conociéndolo.

El ciberbullying es el acoso o intimidación a través de los

diferentes dispositivos inteligentes (celular, computador, tabletas,
consolas, etc.) que se realiza entre pares. Las causas principales por las
que se genera este tipo de abuso son la denigración, el acoso, la
suplantación, el engaño y la exclusión, en donde existe uno o más
agresores y una o más víctimas. Como consecuencia de este abuso,
Hernández Prados y Solado Fernández (2007) afirman que:

Este tipo de dinámicas tienen consecuencias negativas tanto

para el agresor como para la víctima. En el primero de los casos,
se produce una sobrevaloración de la violencia como mecanismo
para conseguir sus objetivos, distanciamiento de las normas, abuso
de poder, generalización a conductas pre-delictivas…Más
numerosas y devastadoras son, si cabe, las consecuencias o daños
que se produce en la víctima, entre las que nos gustaría citar:
dificultades de aprendizaje, desinterés o incluso fobia escolar, bajo
rendimiento, gran absentismo, estrés, trastornos psicológicos,

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depresión, angustia y rabia reprimida, ansiedad… El efecto más

drástico es, sin lugar a dudas, el suicidio. (p. 21)

Así entonces, es muy importante que los adolescentes que estén

expuestos a este abuso, estén en capacidad de pedir ayuda para que se
activen rutas de atención y que, de esta manera, se logre mitigar este tipo
de abusos, puesto que, si este problema no se soluciona o no es tratado a
tiempo, puede tener como consecuencia grave el suicidio.

Otro de los riesgos digitales más comunes es el grooming, el cual

consiste en un conjunto de técnicas que emplea una persona adulta con el
fin de ganarse la confianza y amistad de un joven, hombre o mujer, a
través de internet, de esta manera busca obtener el control sobre el joven
y poder abusar sexualmente de este. Este riesgo, por lo general tiene 3
etapas las cuales en simples pasos son, ganarse la amistad de la víctima,
engañar y convencer a la víctima para conseguir material explícito y por
último chantajear y manipular a la víctima con amenazas de hacer público
el material obtenido con anterioridad. En cuanto a las consecuencias de
este riesgo, encontramos que la víctima puede entrar en estado de
depresión, su autoestima y confianza disminuyen, tiene cambios de
humor constantes y repentinos, hay un bajo rendimiento académico, se
aíslan de las personas de su entorno y, además, una de las consecuencias
más graves es que puede llegar a generar ideas e intentos de suicidio.

Por otro lado, encontramos el sexting, en cuanto a este riesgo

digital, Cruz y Soriano (citados por Schoeps, Hernández, Garaigordobil y
Montolla, 2020) afirman que: “The term sexting is a neologism composed
of sex, which means sexual expressiveness, and texting, which refers to
sending texts and commenting on photographs or conversations in the
SNS, especially through smartphones that have incorporated video-
cameras” (p. 15). Así entonces, el sexting es la actividad de enviar fotos,
videos, mensajes, en fin, material multimedia, a través de dispositivos
tecnológicos, que se caracterizan por ser de índole sexual y erótico, y a
pesar de que solo es un delito cuando se ven involucrados menores de
edad, hay que tener mucho cuidado con realizar este tipo de actividades,

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pues las consecuencias de esto radican en que el contenido que haya sido
subido a internet es difícil y casi imposible de eliminar, generando así
diferentes riesgos como el chantaje, amenazas, intimidación y extorsión,
puesto que existen personas que se dedican a realizar este tipo de delitos
robando información privada que se encuentra en internet.

Por último, conozcamos el riesgo digital que día a día va en

incremento, el cual lleva el nombre de ciberadicción o conducta adictiva
a internet y consiste básicamente, en el uso excesivo de los diferentes
dispositivos tecnológicos, así como también el de las redes sociales
virtuales e internet. De esta manera, se genera un comportamiento que se
caracteriza por la pérdida de control sobre el uso de estos. Aunque aún no
hay manera para determinar si una persona supone este tipo de riesgo,
debemos tener en cuenta los siguientes criterios para su detección, los
cuales son: aumento de la frecuencia en cuanto al uso, conductas de
ansiedad, hiperactividad y aburrimiento cuando no se está conectado a
internet, falta de interés en las relaciones interpersonales presenciales y
aparece un hábito de revisar el teléfono constantemente a la espera de
alguna notificación.

Frente a este riesgo, Arab y Díaz (2015) expresan las siguientes

consecuencias:

El abuso de redes sociales ha mostrado una asociación con

depresión, síndrome de déficit atencional con hiperactividad,
insomnio, disminución de horas total de sueño, disminución del
rendimiento académico, repitencia y abandono escolar. También
ha sido asociado con un amplio rango de problemas psicosociales.
(p. 9 - 10)

Por último, a manera de conclusión Arab y Díaz (2015) afirman

que:

En el contexto de un cambio paradigmático respecto al

concepto de comunicación, en el cual el uso y abuso de las redes
sociales genera impactos positivos y/o negativos en el desarrollo

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cognitivo, afectivo, social y de identidad en adolescentes y

jóvenes, es necesaria la supervisión constante y sistemática de un
adulto que guíe, eduque, module y controle el acceso a todas las
herramientas tecnológicas que están ocupando gran parte del
tiempo y del espacio “intrapsíquico” y “real” de personas en
formación y desarrollo. (p. 12)

Si bien, todos estamos expuestos y podemos llegar a ser víctimas

de este tipo de riesgos, los más vulnerables son los adolescentes y jóvenes,
pues son los objetivos principales de estos ciberdelincuentes. Por ello, es
recomendable hacer uso de nuestros dispositivos tecnológicos de manera
cuidadosa, y más aún cuando de información personal y privada se trata.
Evitemos compartir información privada con personas que no
conocemos, tener consciencia y conocimiento de estos riesgos nos
ayudará a evitar que alguna persona cercana o nosotros, sean o seamos
víctimas de esto. No olvidemos que nunca tendremos la certeza de que
del otro lado de la pantalla se encuentra verdaderamente la persona que
dice ser.

Por otro lado, debemos ser conscientes del uso y el tiempo que le
dedicamos a nuestros dispositivos tecnológicos, nuestras redes sociales
virtuales e internet. Existen multitud de aplicaciones y programas que nos
ayudan a llevar un conteo y registro del tiempo que le dedicamos a
nuestras aplicaciones, el tiempo que activamos la pantalla de nuestro
celular, las veces que lo desbloqueamos y algunas de estas aplicaciones
que son más sofisticadas, nos ofrecen estadísticas del uso de nuestras
aplicaciones categorizadas, es decir, clasifican las aplicaciones en
categorías como: educativas, de entretenimiento, finanzas, noticias, etc. y
según el tiempo que le dedicamos a cada categoría, podemos modificar
nuestra conducta y organizar de mejor manera nuestro tiempo, para de
esta manera reducir el riesgo de la ciberadicción.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Hernández Prados, M. Á., & Solano Fernández, I. M. (2007).

Ciberbullying, un problema de acoso escolar. Revista
Iberoamericana de Educación a distancia, 10(1), 17-37. Obtenido
de
https://digitum.um.es/digitum/bitstream/10201/14613/1/ciberbull
yng_Hernandez_Solano_2007.pdf

Sánchez Teruel, D., & Robles Bello, M. (2016). Riesgos y

potencialidades de la era digital para la infancia y la adolescencia.
Educación y Humanismo, 18(31), 186-204. Obtenido de
http://revistas.unisimon.edu.co/index.php/educacion/article/view/
2358/2250

Schoeps, K., Hernández, M., Garaigordobil, M., & Montoya, I. (2020).

Risk factors for being a victim of online grooming in adolescents.
Psicothema, 32(1), 15-23. Obtenido de
http://www.psicothema.com/pdf/4570.pdf

Arab, E., & Díaz, A. (2015). Impacto de las redes sociales e internet en la
adolescencia: aspectos positivos y negativos. Revista Médica
Clínica Las Condes, 26(1), 7-13. Obtenido de
https://reader.elsevier.com/reader/sd/pii/S0716864015000048?tok
en=BED47BE81AAFFED636EC3638C47114C74E3706809B5E
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