El documento explora la existencia histórica del rey Arturo, una figura legendaria de la literatura británica. Mientras que algunas fuentes como la Historia Brittonum y los Annales Cambriae lo mencionan como un líder militar del siglo VI, la evidencia arqueológica es escasa y su existencia no puede ser confirmada definitivamente.
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El documento explora la existencia histórica del rey Arturo, una figura legendaria de la literatura británica. Mientras que algunas fuentes como la Historia Brittonum y los Annales Cambriae lo mencionan como un líder militar del siglo VI, la evidencia arqueológica es escasa y su existencia no puede ser confirmada definitivamente.
El documento explora la existencia histórica del rey Arturo, una figura legendaria de la literatura británica. Mientras que algunas fuentes como la Historia Brittonum y los Annales Cambriae lo mencionan como un líder militar del siglo VI, la evidencia arqueológica es escasa y su existencia no puede ser confirmada definitivamente.
El documento explora la existencia histórica del rey Arturo, una figura legendaria de la literatura británica. Mientras que algunas fuentes como la Historia Brittonum y los Annales Cambriae lo mencionan como un líder militar del siglo VI, la evidencia arqueológica es escasa y su existencia no puede ser confirmada definitivamente.
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El rey Arturo (Brenin Arthur, en galés y King Arthur en inglés), también
conocido como Arturo de Bretaña, es un destacado personaje de la literatura
europea, especialmente inglesa y galesa, en la cual se lo representa como el monarca ideal tanto en la guerra como en la paz. Según algunos textos medievales tardíos, Arturo fue un caudillo britanorromano que dirigió la defensa de Gran Bretaña contra los invasores sajones a comienzos del siglo VI. Su historia pertenece principalmente al folclore y a la literatura, pero se ha planteado que Arturo pudo haber sido una persona real o, al menos, un personaje legendario basado en una persona real. Las primeras referencias a Arturo se encuentran en las literaturas célticas, en poemas galeses como Y Gododdin (colección de poemas elegíacos a los héroes del reino de Gododdin). El primer relato de la vida del personaje se encuentra en la Historia Regum Britanniae (Historia de los reyes de Bretaña), de Geoffrey de Monmouth, quien configuró los rasgos principales de su leyenda. Monmouth presenta a Arturo como un rey de Gran Bretaña que derrotó a los sajones y estableció un imperio en las islas británicas. En su relato aparecen figuras como el padre de Arturo, Uther Pendragon, y su consejero, el mago Merlín, además de elementos como la espada Excalibur. También menciona el nacimiento de Arturo en Tintagel, así como su batalla final contra Mordred en Camlann y su retiro posterior a la isla de Ávalon junto con el hada Morgana, alumna de Merlín. A partir del siglo XII, Arturo fue el personaje central de un conjunto de leyendas conocido como materia de Bretaña, en la que figura como personaje de numerosos romances en francés. Chrétien de Troyes añadió otros elementos esenciales a su leyenda, entre ellos la figura de Lanzarote del Lago y el Santo Grial. Después de la Edad Media, la literatura artúrica experimentó un cierto declive, pero resurgió durante el siglo XIX y continúa viva a comienzos del siglo XXI, tanto en la literatura, como en otros medios. De entre todas las versiones del relato, la más leída de las antiguas es La muerte de Arturo, de Thomas Malory, que es, en palabras de L. D. Benson, «la única obra literaria inglesa escrita entre Chaucer y Shakespeare que aún hoy en día es leída con renovado fervor y placer».1 Esta obra ha sido también una de las más influyentes en las adaptaciones cinematográficas. No existen testimonios arqueológicos fiables que permitan certificar la existencia histórica del rey Arturo.2 A finales del siglo XII, los monjes de Glastonbury supuestamente hallaron en una tumba una cruz con una inscripción latina que identificaba a los allí inhumados como Arturo y su esposa, Ginebra. Se trató, sin embargo, de un fraude relacionado con la Historia Regum Britanniae de Monmouth2 con la probable finalidad de aumentar la afluencia de peregrinos a la localidad.3 Recientemente, en 1998, el profesor Christopher Morris, de la Universidad de Glasgow, halló en Tintagel una pizarra con una inscripción, muy probablemente del siglo VI, que contiene el nombre latinizado «ARTOGNOU»,4 que corresponde al céltico Arthnou. Sin embargo, no puede afirmarse que esta pieza constituya en modo alguno una prueba de la existencia de Arturo.56 Annales Cambriae (s. X), en copia de un manuscrito del siglo XII.
Dada la ausencia de testimonios arqueológicos, se hace necesario recurrir a
las fuentes literarias. La idea de que Arturo fue una figura histórica real proviene principalmente de dos documentos medievales: la Historia Brittonum (Historia de los britanos) y los Annales Cambriae (Anales de Gales).7 El primero data del siglo IX y el segundo del X. Ambos son, por lo tanto, fuentes considerablemente tardías, ya que, si Arturo realmente existió, habría vivido en el siglo VI. La Historia Brittonum es una obra histórica del siglo IX escrita en latín y atribuida tradicionalmente a un clérigo galés llamado Nennius, aunque esta atribución ha sido puesta en duda. La obra menciona a un jefe militar (dux bellorum) llamado Arturo, que combatió contra los sajones,8 y explica que intervino en 12 batallas, de las cuales la última es la del Monte Badon, una importante victoria de los bretones en la que supuestamente Arturo habría matado con sus propias manos nada menos que a 960 enemigos.9
Tumba falsa de Arturo en la Abadía de Glastonbury.
Recientes estudios han cuestionado la fiabilidad de la Historia Brittonum como fuente histórica.10 Debe tenerse en cuenta que esta primera mención del personaje dista al menos tres siglos de la época en que presuntamente vivió. Por otro lado, ninguno de los historiadores que escribieron sobre esta época con anterioridad, como Gildas, en el siglo VI, o Beda, en el VII, mencionan a Arturo. En concreto, Gildas se refiere también a la victoria de los bretones en Monte Badon, pero el jefe de los bretones que aparece en su crónica no es Arturo, sino Ambrosio Aureliano.11 El otro texto que parece apoyar la existencia histórica de Arturo data del siglo X: se trata de los Annales Cambriae, un texto misceláneo que data probablemente del siglo X, aunque con una compleja historia textual, por lo que seguramente recoge datos bastante anteriores. Los Annales también relacionan a Arturo con la batalla del Monte Badon, que fechan en 516: Hubo la batalla de Badon, en la que Arturo llevó la cruz de Nuestro Señor Jesucristo sobre sus hombros tres días y tres noches, y los bretones resultaron vencedores.12
El rey Arturo herido reposa en la barca, fotografía de Julia
Margaret Cameron.
Los Annales mencionan también la batalla de Camlann, en la que habrían
muerto tanto Arturo como Medraut (Mordred) y que habría ocurrido en 537.13 Esta fuente se ha utilizado para confirmar la noticia de la Historia Brittonum según la cual Arturo luchó en la batalla de Monte Badon. Sin embargo, cabe la posibilidad de que la fuente de los Annales sea la propia Historia Brittonum.14 La batalla de Monte Badon fue el mayor logro de los romanobritanos, quienes detuvieron el avance de los sajones durante varias décadas. Bastantes años después, la batalla de Deorham, en el año 577, representa la derrota del pueblo celta del sur y la separación de galeses y córnicos. Según los Annales Cambriae, la última batalla de Arturo habría sido la de Camlann, bastante anterior, en 537, inmediatamente después de un período crítico en que por causas climáticas hubo una fuerte pérdida de población por hambre y justo un año antes de la llegada del líder sajón que se convertiría en el primer rey de Wessex, Cedric. Los Annales Cambriae mencionan la muerte de Maelgwn Gwynedd, rey de Gwynedd, en el año 547 a causa de la Plaga de Justiniano, una pandemia que causó millones de muertes en Europa y que generalmente se atribuye a la peste bubónica. La historia de auge y decadencia que se refleja en el reinado de Arturo coincidiría con este período, comprendido entre finales del siglo V y principios del VI. Otra fuente antigua que se ha aducido para probar la existencia histórica de Arturo es el poema galés Y Gododdin, formado por varias composiciones elegíacas compuestas en honor de los britanos del reino de Gododdin caídos en combate contra los anglos a finales del siglo VI. En una de sus estrofas se menciona a un héroe que «sació a los negros cuervos en las murallas de la ciudad, aunque él no era Arturo».15 Esta referencia resulta polémica. Por un lado, existe debate acerca de la fecha del poema y, dentro del mismo, de los versos mencionados: la horquilla de fechas iría desde el siglo VII hasta el IX o incluso el X.2 Por otro, se debate también hasta qué punto esta mención de Arturo puede hacer referencia a un personaje histórico, ya que también podría tratarse de un héroe mítico.2 Por último, se ha propuesto también como testimonio de la existencia histórica de Arturo el hecho de que se conozcan los casos de cuatro o cinco personas que llevaron este nombre en Gales y en Escocia durante los siglos VI y VII. Según algunos autores, se les habría impuesto el nombre de Arturo en memoria de un héroe ya fallecido. Sin embargo, no se conoce ningún caso semejante en el mundo céltico, por lo que otros estudiosos lo consideran una prueba muy poco fiable.2