Practica

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Introducción

Se define a los niños y adolescentes con altas capacidades o


superdotados, como aquellos que muestran una elevada capacidad de
rendimiento en las áreas intelectual, creativa y/o artística; poseen una
desusada capacidad de liderazgo o sobresalen en áreas académicas
específicas . Al igual que otras características excepcionales, la
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superdotación plantea importantes exigencias sobre los recursos


familiares y comunitarios. Conlleva riesgos de estrés psicosocial,
aislamiento e incumplimiento de posibles logros, pues requieren
servicios y actividades que comúnmente no brindan nuestras escuelas.
Sin embargo, difieren de otras, en el pronóstico de las consecuencias
para su vida y de las familias, que por supuesto es mejor
Importancia de las cualidades
intelectuales
Las cualidades intelectuales son fundamentales en nuestra vida cotidiana y
en el desarrollo de nuestra carrera profesional. Nos permiten adquirir
nuevos conocimientos, enfrentar desafíos y adaptarnos a los cambios
constantes del entorno.

Además, estas cualidades nos ayudan a tomar decisiones informadas y a


resolver problemas de manera eficiente. Nos permiten analizar
información, evaluar diferentes opciones y seleccionar la mejor alternativa.

Las cualidades intelectuales también influyen en nuestra capacidad de


comunicarnos de manera efectiva. Nos permiten expresar nuestras ideas
de forma clara y persuasiva, lo cual es fundamental en cualquier ámbito de
la vida

Desarrollo de las cualidades


intelectuales
Si bien algunas personas pueden tener ciertas cualidades intelectuales de
manera innata, es posible desarrollar y mejorar estas habilidades a lo largo
de nuestras vidas. Aquí te presentamos algunas estrategias para potenciar
tus cualidades intelectuales:

 Educación continua: Nunca dejes de aprender. Busca


oportunidades para adquirir nuevos conocimientos y
habilidades. Puedes tomar cursos, leer libros o participar en
actividades que te desafíen intelectualmente.
 Práctica constante: Cuanto más practiques una habilidad
intelectual, mejor te volverás en ella. Dedica tiempo
regularmente a ejercitar tu mente, ya sea resolviendo
problemas, practicando juegos de memoria o realizando
actividades que estimulen tu creatividad.
 Expande tus intereses: Explora diferentes áreas de
conocimiento y cultiva diferentes intereses. Esto te permitirá
desarrollar habilidades intelectuales diversas y tener una
perspectiva más amplia del entorno.
 Trabaja en tu inteligencia emocional: La inteligencia
emocional es una cualidad intelectual fundamental. Practica la
autoconciencia, la empatía y la gestión emocional para mejorar
tus relaciones interpersonales y tu bienestar emocional.

Consultas habituales sobre las


cualidades intelectuales
¿Las cualidades intelectuales son innatas o se
pueden desarrollar?
Si bien algunas personas pueden tener ciertas cualidades intelectuales de
manera innata, la mayoría de las habilidades intelectuales se pueden
desarrollar y mejorar a lo largo de nuestras vidas. Con práctica, educación y
dedicación, podemos potenciar nuestras cualidades intelectuales y
alcanzar nuestro máximo potencial.

¿Qué pasa si no tengo algunas de estas


cualidades intelectuales?
No te preocupes si no te sientes fuerte en alguna de estas cualidades
intelectuales. Todos tenemos habilidades diferentes y lo importante es
enfocarnos en desarrollar aquellas en las que nos sentimos más cómodos.
Además, es posible trabajar en el desarrollo de estas habilidades a través
de la práctica y la educación continua.

¿Las cualidades intelectuales son estáticas o


pueden cambiar con el tiempo?
Las cualidades intelectuales no son estáticas y pueden cambiar con el
tiempo. A medida que adquirimos nuevas experiencias, conocimientos y
habilidades, nuestras capacidades intelectuales pueden expandirse y
mejorar. Es importante estar abierto al aprendizaje y al crecimiento
personal para seguir desarrollando nuestras cualidades intelectuales a lo
largo de nuestra vida.

Las cualidades intelectuales son habilidades y características mentales


fundamentales que nos permiten procesar información, resolver problemas
y adaptarnos a nuevas situaciones. Estas habilidades son esenciales para el
desarrollo de nuestra inteligencia y juegan un papel clave en nuestra
capacidad de aprendizaje y toma de decisiones. A través de la educación
continua, la práctica constante y la expansión de nuestros intereses,
podemos potenciar nuestras cualidades intelectuales y alcanzar nuestro
máximo potencial.
Características socioemocionales Indicadores del desarrollo
La niñez intermedia implica muchos cambios en la vida de un niño. A esta
edad, los niños ya pueden vestirse por sí solos, atrapar una pelota más
fácilmente solo con las manos y amarrarse los zapatos. Ahora es más
importante para ellos ser un poco más independientes de la familia. Eventos
como comenzar a ir a la escuela hacen que los niños a esta edad entren en
contacto regular con un mundo más amplio. Las amistades se vuelven más
importantes. En esta etapa desarrollan rápidamente habilidades físicas,
sociales y mentales. Es fundamental que en esta etapa el niño aprenda a
adquirir confianza en todas las áreas de la vida, como en las amistades, las
actividades escolares y los deportes.

Los siguientes son algunos aspectos del desarrollo en la niñez intermedia:

Cambios emocionales y sociales


Los niños a esta edad:

 Muestran más independencia de los padres y la familia.


 Comienzan a pensar en el futuro.
 Entienden mejor el lugar que ocupan en el mundo.
 Prestan más atención a las amistades y al trabajo en equipo.
 Desean ser queridos y aceptados por sus amigos.
Razonamiento y aprendizaje
Los niños a esta edad:

 Desarrollan rápidamente sus habilidades mentales.


 Aprenden mejores maneras de describir sus experiencias, sus ideas y
sus sentimientos.
 Se enfocan menos en sí mismos y se preocupan más por los demás.
Consejos de crianza positiva de los hijos
Estas son algunas cosas que usted, como padre, puede hacer para ayudar a su
hijo en esta etapa:

 Demuéstrele afecto. Reconozca sus logros.


 Ayúdelo a desarrollar el sentido de la responsabilidad; por ejemplo,
pídale ayuda con las tareas del hogar, como poner la mesa.
 Hable con su hijo sobre la escuela, los amigos y las cosas que desearía
hacer en el futuro.
 Hable con su hijo sobre el respeto hacia los demás. Anímelo a ayudar a
las personas necesitadas.
 Ayúdelo a establecer metas alcanzables; de esta manera, aprenderá a
sentirse orgulloso de sus logros, y a depender menos de la aprobación y
el reconocimiento de los demás.
 Enséñele a ser paciente; por ejemplo, a esperar su turno y a terminar
una tarea antes de ir a jugar. Anímelo a que piense en las posibles
consecuencias antes de hacer algo.
 Ponga reglas claras y respételas; por ejemplo, establezca por cuánto
tiempo puede ver la televisión y a qué hora tiene que acostarse. Sea
claro acerca de los comportamientos que son aceptables y los que no lo
son.
 Hagan cosas divertidas en familia, como participar en juegos, leer y
asistir a eventos en la comunidad.
 Involúcrese en la escuela de su hijo. Reúnase con los maestros y el
personal escolar para entender sus objetivos de aprendizaje y saber
cómo trabajar juntos para ayudar a su hijo a lograr dichos objetivos.
 Continúe leyéndole a su hijo. A medida que su hijo vaya aprendiendo a
leer, túrnense en la lectura.
 Utilice la disciplina para guiarlo y protegerlo, en lugar de usar castigos
que lo hagan sentirse mal consigo mismo. En vez de analizar lo
que no debe hacer, explíquele lo que sí debe hacer.
 Felicite a su hijo por su buen comportamiento. Es mejor centrarse más
en elogiar las cosas positivas que hace su hijo (“te esforzaste mucho en
resolver esto”) que en las características que no puede cambiar (“eres
inteligente”).
 Ayude a su hijo a enfrentar nuevos retos. Anímelo a resolver por sí solo
sus problemas, como los desacuerdos con otros niños.
 Motive a su hijo, tanto en la escuela como en la comunidad, a que
participe en actividades de grupo como algún deporte, o a que
aproveche las oportunidades de realizar trabajo voluntario.
La seguridad de los hijos es lo primero
Al tener más independencia y aptitudes físicas, los niños corren más riesgo de
sufrir lesiones por caídas y otros accidentes. Los accidentes automovilísticos
son la causa más común de muerte por lesión accidental entre los niños de esta
edad.

 Proteja a su hijo adecuadamente cuando viaje en automóvil. Encuentre


información más detallada en “Asientos de seguridad para automóvil:
una guía para las familias” de la Academia Estadounidense de
Pediatría.
 Enséñele a su hijo a estar atento al tráfico y a seguir medidas de
seguridad mientras camina hacia la escuela, cuando ande en bicicleta o
cuando juegue afuera.
 Asegúrese de que su hijo entienda las medidas de seguridad
relacionadas con el agua, y supervíselo siempre que esté nadando o
jugando cerca del agua.
 Supervise a su hijo cuando esté realizando actividades peligrosas, como
trepar.
 Hable con su hijo sobre cómo pedir ayuda cuando la necesite.
 Mantenga fuera del alcance del niño productos del hogar
potencialmente peligrosos, como herramientas, equipos y armas de
fuego.
Cuerpos saludables

 Los padres pueden ayudar a que las escuelas sean más saludables.
Colabore con la escuela de su niño para que se limite el acceso a
alimentos y bebidas con azúcar agregada, grasas sólidas y sal que se
puedan comprar fuera del programa de almuerzo escolar.
 Asegúrese de que su niño realice por lo menos una hora de actividad
física al día.
 Limite el tiempo que su hijo pasa frente a pantallas a no más de 1 o 2
horas al día de programas adecuados, ya sea en casa, en la escuela o en
los centros para cuidado después de la escuela.
 Practique hábitos de alimentación saludables y actividad física desde
edades tempranas. Aliente a su hijo a que participe activamente en
juegos, y dé el ejemplo comiendo alimentos saludables durante las
comidas en familia y al llevar un estilo de vida activo.
 Asegúrese que su hijo duerma la cantidad recomendada cada noche.
Niños de 6 a 12 años: de 9 a 12 horas cada 24 horas.
¿Qué es el desarrollo psicomotor de un niño?
Entendemos por desarrollo psicomotor a la adquisición de habilidades durante la
etapa de la infancia. Es decir, es el proceso mediante el cual el niño aprende a
moverse, hablar o distinguir personas y objetos, entre otras capacidades.
La psicomotricidad equivale a la maduración de estructuras nerviosas (cerebro,
médula, músculos…). Obviamente, esta evolución puede variar en cada caso, ya que
depende de varios factores como la genética, la personalidad o su potencial.

Habilidades propias de la psicomotricidad


El desarrollo psicomotriz en los niños se basa en el control de movimientos e
impulsos emocionales. La evolución de la psicomotricidad se da a tres niveles:
 Motriz: se refiere al movimiento corporal del niño.
 Cognitivo: capacidades de concentración, memorización y habilidades
creativas.
 Socio-afectivo: permite al niño relacionarse con los demás de manera
satisfactoria, superando sus miedos y dificultades.
Por tanto, podemos decir que la psicomotricidad engloba las siguientes habilidades
en los niños:
Dominio y toma de conciencia del movimiento
El desarrollo psicomotor permite al niño moverse y utilizar su cuerpo como un medio
de aprendizaje.
Equilibrio
Se trata de la capacidad que tiene el niño de mantener una postura estable durante la
realización de actividades motrices.
Habilidades espaciales
Es la capacidad que tiene el menor de comprender la relación entre su cuerpo y el
espacio, así como la relación espacial que hay entre los objetos.
Control del movimiento
Se refiere a la habilidad de realizar movimientos de una forma determinada y de
mantener el ritmo en su ejecución.
Motricidad gruesa
La motricidad gruesa se refiere al control y coordinación de movimientos que
implican todo el cuerpo para realizar actividades como bailar, correr, saltar, caminar,
sentarse…
Motricidad fina
En este caso, entendemos por motricidad fina la capacidad que tiene el niño de
controlar y coordinar movimientos que abarcan menos del tamaño del propio cuerpo
y que implica el uso de partes finas como los dedos, manos y pies. Ejemplo de ello son
los movimientos que se hacen al pintar, dibujar, escribir o hacer manualidades.

Cómo saber si el desarrollo psicomotriz


evoluciona correctamente
Pero, ¿de qué forma aseguramos que el niño adquiere el desarrollo psicomotor
adecuado? Evidentemente, el pediatra y especialista debe revisar esta evolución para
valorar si todo avanza correctamente y detectar problemas si los hubiere.
De todos modos, existen una serie de indicaciones que pueden utilizarse como
referencia para tener una idea de cuáles son las destrezas que adquieren los niños
desde que nacen. Según la Asociación Española de Pediatría, el desarrollo
psicomotriz desde el nacimiento hasta los seis años, avanza de la siguiente forma:
 Desde su nacimiento hasta los seis meses
Desde que nace, el bebé suele mantener la posición fetal que tenía en el interior de la
madre. Con el paso de los días, poco a poco, irá adoptando otras posturas e irá
estirando su cuerpo.
A partir de los dos o tres meses, el bebé tendrá una mayor coordinación e irá tomando
un mejor equilibrio en su desarrollo psicomotor. Por ejemplo, ya podrá sentarse y
sostenerse más o menos bien. Asimismo, sujetará la cabeza, sabrá seguir con la
mirada y balbucear. Durante esta etapa, los bebés van aprendiendo a producir
sonidos y a expresarse con gestos. Una vez cumplen ya los seis meses,
aproximadamente, comienzan a articular consonantes como la m, la b o la t.
Igualmente, comienzan a ser curiosos y va aumentado su interacción con el entorno.
En este periodo, el llanto y la risa serán las principales formas de expresión del recién
nacido. Cuando esté más despierto, empezará a identificar las personas de su
alrededor
 Desde los seis hasta los 12 meses
El desarrollo psicomotor desde los seis meses hasta el primer año de vida se
caracteriza por varios aspectos. El bebé cada vez se maneja mejor en el movimiento;
empieza a gatear y es probable que intente levantarse para empezar a caminar.
Por otra parte, en esta edad, el lenguaje no verbal cobra especial relevancia. Los bebés
son más propensos a gesticular para saludar o negar con la cabeza, por ejemplo.
Además, en este periodo la identificación de las personas va a más y sus expresiones
van acorde. Es decir, pueden reclamar a sus padres e, incluso, denotar que los
extrañan en algún momento. Y, en relación a los objetos, es capaz de sostenerlos y de
empezar a buscarlos y encontrarlos por sí mismo.
 Desde los 12 hasta los 18 meses
Cuando el bebé tiene un año o año y medio ya sabe caminar y, además, puede ser
capaz de subir escaleras. La expresión de su movimiento se manifiesta de distintas
formas: puede empezar a correr o saltar con los pies juntos, por ejemplo.
En esta etapa, el niño también empieza a pintar y ya es más autónomo al sostener los
cubiertos para comer. Asimismo, en este periodo, los niños comprenden mejor lo que
se les dice, aunque aún no sean capaces de pronunciar palabras concretas.
En definitiva, en esta fase del desarrollo psicomotor, el bebé comienza a ser más
independiente. Especialmente en lo que se refiere al movimiento e interacción con los
demás. Igualmente, su curiosidad se incrementa cada vez más.
 Desde los 18 meses hasta los dos años
Entre los 18 y los 24 meses el equilibrio del niño es mayoritariamente estable. Puede
caminar sin ayuda y sujetar objetos con mayor precisión. Igualmente, come y bebe
correctamente y va colaborando en los hábitos de aseo y vestimenta personal.
También, a partir de esta etapa, los niños ya son capaces de comprender y decir
palabras reales. Incluso, pueden alcanzar unas 100 y, además, comienzan a crear
frases cortas y a decir su propio nombre.
Otro rasgo característico de este periodo del desarrollo de habilidades
psicomotrices, es que los niños son propensos a imitar las acciones de los padres y
personas que les rodean. Igualmente, pueden recrear estas situaciones jugando, por
ejemplo. A esta edad, les encanta interactuar con los demás y comienzan a interesarse
por juntarse con otros niños de su edad.
 De los dos hasta los tres años
Llegados a este punto del desarrollo psicomotor, el equilibrio del niño es totalmente
estable. En este sentido, ya pueden hacer otros ejercicios como saltar con un pie o
montar en triciclo, entre otros. Asimismo, se manejan cada vez mejor con las manos y,
por tanto, pintan y dibujan estructuras con mayor sentido. Es decir, las habilidades de
psicomotricidad fina han ido progresando adecuadamente
Cuando el niño tiene de dos a tres años, su curiosidad se multiplica y cada vez le gusta
más jugar con otros niños y hacer muchas preguntas sobre todo y todos. Además, en
estas edades, en lenguaje se amplia mucho más, hasta el punto de que llegan a
conocer unas 500 palabras. Al expresarse, lo hacen con frases cada vez más largas y
saben adaptarlas a los tiempos verbales. En este caso, es importante comprobar que
lo hacen correctamente y, en caso de producirse errores de pronuncia, corregirles
para evitar que desarrollen ese hábito.
En este periodo y más allá de los seis años, también es importante trabajar
la psicomotricidad gruesa para fomentar el control del cuerpo. Hacerlo desde una
temprana edad hará que los niños fortalezcan más sus músculos y sea más ágiles. Las
carreras de obstáculos, el uso de la bicicleta, saltar o correr son actividades que
potencian la motricidad gruesa en la etapa infantil.

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