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In Da Buru Cronicas

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Introducción

Una mirada al
presente para
acercarnos al pasado

1
1.- ¿Qué es la Francmasonería Simbólica?
y ¿Cómo ésta se practica en Bolivia y el mundo?

Hoy escribo alejado de las tierras de Europa donde


nació la Francmasonería, pero muy cercano a las tie-
rras del Nuevo Mundo donde la organización masó-
nica diseñó, promovió y ejecutó una nueva masone-
ría, la Francmasonería de la Libertad. En este con-
texto, el objeto de este libro es mostrar a la Masone-
ría en Bolivia. Para ello es importante hablar tanto
de la masonería como de los masones. Partiremos
reconociendo que muchas personas antes de ingre-
sar a masonería se preguntan ¿cuáles son los objeti-
vos de esta institución y quiénes son los masones?
Tanto más por el hecho de que las actividades masó-
nicas se encuentran rodeadas de misterio y han sido
objeto de todo tipo de especulaciones; muchas de
ellas positivas y muchas otras negativas. Este es un
tema que nos acecha desde hace bastante tiempo y
debe ser resuelto -se trata de preguntas que deben
ser respondidas cada cierto tiempo- tal como suce-
dió a principios del Siglo XIX, con las cartas que le
envía el filósofo J. Gottlieb Fichte a Johann Cons-
tant, un personaje imaginario que está interesado en
ingresar a la Orden.

“La mejor referencia para saber qué es la masonería,


le dice Fichte, es ver lo que hacen los masones.”
Aunque ciertamente hay masones y masones, la

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mayor parte de ellos son personas que destacan en
sus comunidades por sus principios y conductas.

A mi, personalmente, me sucedió algo relacionado a


esas conductas ilustres. Entré convencido de las
bondades de la Orden porque estaba rodeado de
personas y familiares que admiraba y que eran ma-
sones. Como muchos de los hijos de masones no
necesité mucho convencimiento, y estaba más bien
ansioso de hacerme masón y continuar con las ta-
reas de tantos personajes históricos que imprimieron
en el colectivo ciudadano un sello de libertad, solida-
ridad y humanismo; especialmente durante la gesta
libertaria de América Latina --eso lo sabía pero in-
tuía que había “algo más,” …que había un común
denominador que vinculaba los esfuerzos de los
gestores de la independencia con otras personas
que, siendo masones, estaban luchando para aliviar
el dolor o mejorar la vida de las personas.

La vivencia de semejantes esfuerzos fue un privile-


gio para mí. Pero, hay muchas otras personas que
no han tenido los beneficios de vivir en contacto di-
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recto con el
ejemplo de ami-
gos y familiares
masones, y para
ellos la referen-
cia de masone-
ría es más leja-
na, algunas
veces abstracta,
y muchas veces
sorpresiva: de
pronto se en-
cuentran con al-
guien que les
habla acerca de
la Orden, o los invita a ser masones, o se ven asal-
tados por dudas o referencias que les inducen a
pensar que una “fuerza” denominada masonería
existe y se proyecta o condiciona diversos ámbitos
de la vida.

¡Si!, masonería existe… y algunas veces se muestra


como una fuerza importante en la sociedad al estar
conformada por personas para las cuales sus princi-
pios han tomado cuerpo, se han hecho carne en una
demanda de mejoramiento personal, moralidad y so-
lidaridad. Esto es así porque masonería, como
dicen sus rituales, infunde en sus miembros un sis-
tema moral de conducta, velado en alegorías y ex-
presado o explicado por medio de símbolos.

En este sentido, no debe quedar duda alguna que, al


propugnar un sistema moral, ésta es una institución
orientada a mejorar las conductas, a mejorar las
prácticas de sus miembros; y, para ello, recurre a
relatos, mitos, alegorías, símbolos y herramientas
relacionadas al oficio de la construcción que posibili-
tan cambios en el accionar de las personas. Cierta-
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mente, en unos casos tiene más éxito que en otros.
Por ello, podemos decir que los cometidos masóni-
cos todavía no se han alcanzado plenamente: siem-
pre habrán más y más hombres que puedan mejorar
su conducta; que puedan beneficiarse de las ense-
ñanzas masónicas y desarrollar hábitos y costum-
bres mejorados para beneficio personal y beneficio
de sus comunidades.

Masonería más que un obra lograda y acabada, es


un proceso de mejoramiento humano en pleno des-
arrollo; y, lo será así hasta que la totalidad de nues-
tras sociedades internalice y practique valores y
virtudes como la caridad, la tolerancia, el estudio y el
respeto por la naturaleza y el mundo; y -fundamen-
talmente- desarrolle una actitud compasiva y pia-
dosa para con toda la humanidad --a la Gloria del
Creador y de la Creación.

El hecho de que masonería más que una obra aca-


bada sea un proceso continuo de mejoramiento en
permanente construcción, hace que muchos maso-
nes todavía tengan dudas y lagunas en torno a la
Orden. Estas dudas y lagunas deben ser resueltas a
lo largo de sus estudios, trabajos y prácticas masóni-
cas. En este sentido, y para aclarar ciertos aspectos
que hacen a la masonería y a los masones, vamos a
empezar preguntándonos explícitamente:

¿Qué es masonería? Y, recurriendo a la forma


tradicional que tiene la Orden para trasmitir conoci-
mientos -a partir de un diálogo que se basa en pre-
guntas y respuestas- nos contestaremos: La
Masonería Simbólica es una comunidad de ense-
ñanza y aprendizaje de principios éticos y conducta
humanista y humanitarista al servicio de la sociedad.
Es un camino de mejoramiento moral, intelectual y
espiritual. Es una institución universal e iniciática;

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esencialmente, es una organización filosófica, filan-
trópica y progresiva que trabaja por el perfecciona-
miento moral e intelectual del ser humano y la unión
de todos los hombres del mundo. Está conformada
por hombres comprometidos con la superación per-
sonal y el mejoramiento de la humanidad.

Es universal debido a su difusión e institucionaliza-


ción en todos los países y en el sentido que pro-
clama el destino común de todos los hombres. Es
iniciática ya que -a partir de símbolos, ceremonias y
rituales, que conforman sistemas específicos de en-
señanza y aprendizaje- va develando, de forma pro-
gresiva, conocimientos y orientaciones cada vez más
profundos y complejos.

Continuando con las preguntas, podemos cuestio-


narnos acerca de:

¿Quiénes son los masones y para qué se


reúnen? Una respuesta inicial nos dice que los
masones son hombres libres y de buenas costum-
bres, de diferente profesión, raza, nacionalidad, reli-
gión y/o partido político, que se reúnen a trabajar
para el mejoramiento del hombre en torno a una fra-
ternidad espiritual de carácter universal. De hecho,

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todos los masones del mundo se denominan “her-
manos” entre sí, propiciando el progreso individual y
colectivo de sus asociados así como la observación,
reconocimiento y admiración de la obra -tanto mate-
rial como espiritual- del Gran Arquitecto del Uni-
verso. Lo hacen, actualmente, promoviendo la
Libertad, Igualdad y Fraternidad de todos los hom-
bres, lo mismo que la Justicia, la Caridad, el Trabajo,
la Tolerancia y el Amor al prójimo.

Los masones sostienen que cada hombre es res-


ponsable por sí y ante sí -y ante la sociedad que lo
cobija- de su formación y mejoramiento tanto físico
como moral, intelectual y espiritual; y, de la obliga-
ción de contribuir -activamente- al logro de la felici-
dad y la superación de la humanidad. Son personas
que se imponen el estudio más amplio y más abierto
de la Naturaleza y el Espíritu; un estudio libre de
todo tipo de dogmas y doctrinas que pudieran ocul-
tar o distorsionar la Verdad o la búsqueda de la Ver-
dad.

Los masones recurren a la investigación y a las


prácticas cotidianas para tratar de encontrar esa
Verdad que está condicionada por el contexto vital
de cada quien… en vez de ser una verdad objetiva
igual para todos y en todas partes, es una Verdad de
Vida para cada quien. Una Verdad que orienta y es-
clarece la vida y la forma de vivir de cada masón;
por ello es importante expresar que sí la Masonería
no le sirve a uno para aclarar y orientar su vida, ésta
no le ha de servir para propósito alguno.

¿Qué une y motiva a los masones? Los


masones plantean la posibilidad de perfecciona-
miento y construcción de una mejor sociedad a partir
del trabajo, la tolerancia y el amor fraterno, y su im-
pacto benéfico en el hombre y en la sociedad. Esta

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expectativa une a los masones de todo el mundo así
como la constante búsqueda de la Verdad. Por ello,
los masones se consideran libre-pensadores que va-
loran la pluralidad de opiniones, el respeto a las
ideas y la libertad de pensamiento, aproximando a
todos los seres humanos entre sí. Rechazan todo
tipo de discusiones partidarias o religiosas que tien-
dan al sectarismo, la exclusión y la separatividad
que pueda afectar la unión universal de los hombres.

La tolerancia masónica, entendida como el respeto


al pensamiento ajeno, no implica permisividad ante
engaños y abusos; ante la inconducta, la corrupción
o la deshonestidad y las tiranías de todo tipo (fami-
liares, culturales, institucionales, políticas, económi-
cas, organizacionales, etc.). Por el contrario, los
masones trabajan activamente para extirpar y supe-
rar infamias, vicios, injusticias, inconductas y tiranías
que atenten contra la dignidad humana y generen
sufrimiento, debilidad, enfermedad o desunión entre
los hombres.

La motivación principal de los masones en Bolivia es


la trilogía de Salud, Fuerza y Unión. Una trilogía que
-junto a la de Libertad, Igualdad y Fraternidad- es
necesaria para el logro de una sociedad justa, equi-
tativa y laica.

¿Cuál es el mandato, la misión o razón de


ser de la Masonería Simbólica? La misión de
la Masonería Simbólica, como comunidad libre y fra-
terna de enseñanza y aprendizaje, es el perfecciona-
miento moral e intelectual de sus miembros primero
y de la humanidad como consecuencia subsiguiente.
La masonería pone a disposición de cada uno de
sus miembros, sin restricción alguna, los más am-
plios recursos para que cada quien -a su ritmo y a
su propio aire- logré alcanzar las metas de mejora-

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miento personal y colectivo que se haya
propuesto. Es contraria a la ignorancia,
la intolerancia y el fanatismo que enca-
denan al hombre y son aprovechados
por una variedad de tendencias oscu-
rantistas y de poderes ocultos que sólo
hacen daño a la humanidad.

¿Cuál es la visión, o el éxito a


largo plazo de la Orden? La vi-
sión o éxito a largo plazo de la Masone-
ría Simbólica es la unión fraterna de la
humanidad y el imperio de la Paz Uni-
versal, por la práctica de virtudes, la jus-
ticia social, el respeto a la dignidad
humana y la cooperación entre los hom-
bres sin distinción de nacionalidad, gé-
nero, raza, credo o filiación política.

¿Cuáles son los valores masó-


nicos? El valor supremo de la maso-
nería es el mejoramiento personal
basado en la Caridad y en el reconoci-
miento de una fuerza divina expresada
en los aspectos físicos, biológicos, psi-
cológicos, sociales y espirituales del
universo. Busca, así, el mejoramiento
personal en comunión con las genero-
sas fuerzas cósmicas integradas bajo el
denominativo genérico de Gran Arqui-
tecto del Universo.

Su preocupación es el hombre con sus


debilidades -las cuales trata de extir-
parlas o desbastarlas- y sus fortalezas
que trata de engrandecerlas y trasmitir-
las. Su predisposición al estudio de la
Naturaleza y el Espíritu hacen de ella

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una institución humanista, de formación e investiga-
ción permanente, y de trabajo individual y colectivo
para el mejoramiento del carácter y la naturaleza de
sus miembros. El mandato de conócete a ti mismo,
y ocúpate de ti mismo sintetiza su condición pro-ac-
tiva, investigativa y transformadora del ser humano.

Es una escuela de moral en la que tanto Fe, Espe-


ranza y Caridad, como Prudencia, Fortaleza, Tem-
planza y Justicia son virtudes que deben enmarcar el
proceder de un masón en todo tiempo y lugar. La
rectitud de la conducta y la soli-
daridad entre los hombres son
los lineamientos básicos de un
comportamiento masónico com-
prometido con un largo y arduo
camino de perfección.

¿Cuál es la naturaleza de
las prácticas masónicas?
La práctica de la Caridad es la
expresión más alta de la con-
ducta masónica. Una caridad
que se inicia con el mejora-
miento personal y la solidaridad
con el grupo familiar, vecinal,
nacional y universal. Con base
en esta virtud, la Masonería
Simbólica ama a la Patria y res-
peta sus leyes; inculca a sus
adeptos el cumplimiento con
sus deberes cívicos y, entre ellos, la responsabilidad
por los menos favorecidos, las viudas y los huérfa-
nos. La masonería no admite ningún tipo de discri-
minación y orienta sus enseñanzas a personas
mayores de edad, libres de todo tipo de dependen-
cias, sean estas familiares o institucionales. Consi-
derando que los grupos juveniles son la esperanza
11
de toda institución, la Masonería Simbólica fomenta
y apoya la conformación de agrupaciones juveniles
tanto para jóvenes como para señoritas, las cuales
se desarrollan con total autonomía bajo marcos insti-
tucionales separados.

La Masonería Simbólica considera el trabajo como


ley imperativa del hombre, la impone a cada uno de
sus adeptos y proscribe la holganza; exige a sus
miembros el constante estudio y meditación sobre
fenómenos de la Naturaleza y del Espíritu, para po-
nerlos en práctica y, así, vigorizar y elevar las ener-
gías y facultades de la inteligencia humana hacia
una conciencia superior.

Sólo a partir de lo que los masones hacen y de-


muestran en su comunidad o colectivo social, la
masonería llega a cumplir o no con sus mandatos y
razón de ser. Esto hace que la masonería se base
en la acción individual de sus miembros sin que por
ello se pretenda promover acciones grupales o mo-
vimientos corporativos que violenten la libre deci-
sión de cada quien. En este sentido, es una
institución de liberación personal, promotora de
cambios y de la superación de todo tipo de patrones
de acción o de pensamiento que impongan cadenas
e impidan el mejoramiento personal y colectivo del
hombre. La masonería recomienda a sus miembros
la práctica de la tolerancia y el respeto a la diversi-
dad cultural, al otro y a la otredad, así como la difu-
sión de sus ideales mediante el ejemplo, la palabra,
los escritos, los hechos y la acción social.

¿Cuáles son los métodos o las especifici-


dades del trabajo masónico? Para cumplir
con estos propósitos el masón debe involucrarse en
la investigación y la acción masónicas en asociacio-
nes internas denominadas Logias o Talleres de tra-

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bajo, capítulos, círculos, cuadrángulos y triángulos.
En cada una de estas instancias la masonería ha es-
tablecido una estructura desconcentrada de organi-
zación jerárquica y conducción interna, así como tres
niveles de enseñanza y aprendizaje denominados
grados: Aprendiz, Compañero y Maestro. Cada
grado posee signos, palabras, alegorías y relatos
propios. En cada uno de estos grados, el método de
trabajo es el estudio del hombre y de la Naturaleza y
el desarrollo de una Conciencia Superior. Para ello,
en cada grado, se recurre a emblemas signos,
palabras y lenguajes que son compartidos por
quienes alcanzan tales grados. La secuencia
de estos grados y trabajos garantiza la progre-
siva comprensión del hombre, la sociedad, la
naturaleza y el universo.

¿Cuáles son los deberes y derechos


de un masón? Todos los masones son
iguales, no existiendo entre ellos otras distin-
ciones que las de la virtud y del saber, así
como de los grados y las jerarquías de los ofi-
cios masónicos que son electivos, transitorios y
rotativos. Sólo al alcanzar el grado de Maestro,
los masones alcanzan la plenitud de sus dere-
chos y ejercen la maestría como parte de sus
deberes.

Todo masón tiene el derecho de emitir libremente


sus opiniones, conforme a las prescripciones de la
Constitución, los Estatutos de la Masonería y sus
Reglamentos.

Todo masón tiene el deber de cumplir con los Regla-


mentos de su Gran Logia Nacional, en general, y de
su Logia o Taller en particular. Tiene el deber de
asistir regularmente a las tenidas masónicas demos-
trando progreso y mejoramiento en su conducta.

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La masonería exige a sus miembros un comporta-
miento ejemplar dentro y fuera de los talleres masó-
nicos. El masón debe, en toda circunstancia, ayu-
dar, aconsejar, ilustrar y proteger a sus Hermanos en
general y defenderlos contra toda infamia e injusti-
cia. La lucha contra la infamia, la inmoralidad y la in-
justicia puede ser muy ardua; y ello podría deman-
dar grandes esfuerzos que pueden poner en peligro
la propia vida de un masón --no debemos olvidar
que los masones se comprometen con la Libertad,
Igualdad y Fraternidad de hombres y pueblos que
muchas veces se ven sojuzgados, violentados y so-
metidos por diversos tipos de instituciones y pode-
res deshumanizantes, que no dudarán en acallar, de
cualquier manera, a un verdadero y activo francma-
són, que se anime a hacer pública la Verdad.

¿Entre los deberes de un masón estarán,


entonces, diferentes responsabilidades
respecto al perfeccionamiento y pro-
greso? Sí. El mejoramiento personal -tendiente a
un perfeccionamiento humano y al progreso de la
sociedad a partir de sus instituciones familiares, ve-
cinales, cívicas, y ciudadanas- constituye el desafío
primordial de todo masón. Esto implica trabajo y
evaluaciones constantes, meditación e introspección
dentro de la más absoluta honestidad intelectual.
Implica autocrítica, desarrollo espiritual, práctica de
virtudes y alejamiento de todo tipo de vicios, exce-
sos e imperfecciones morales y sociales. Este tra-
bajo de perfeccionamiento individual, para cada
masón, cuenta con el respaldo de sus hermanos, es-
pecialmente de aquellos que han alcanzado el grado
de Maestro, con el objetivo último de asumir respon-
sabilidades individuales y colectivas en la configura-
ción de mejores tejidos sociales.

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¿El masón asume responsabilidades con
el mundo, la sociedad y la naturaleza? Si.
Los masones asumen responsabilidad personal por
lo que ocurre en el mundo, la sociedad y la natura-
leza. En este sentido, antes que derechos sobre lo
que ocurre en el medio, los masones asumen los de-
beres de protección, mejoramiento y potenciación de
los patrimonios ancestrales del mundo, la sociedad,
la cultura y la naturaleza.

¿Por qué se insiste en una di-


mensión humanista y humani-
tarista dentro de masonería?
El humanismo y humanitarismo de
masonería se reflejan en sus oríge-
nes ancestrales, en su presente y
proyección a futuro. Humanitarismo
en el sentido de despertar amor y
compasión con el hombre, con las
angustias que le acompañan y con el
dolor que afecta a la humanidad. Hu-
manismo ya que en base al trabajo y
al estudio la masonería busca el per-
feccionamiento del hombre y el des-
arrollo de sus capacidades individua-
les y sociales.

¿Cuáles son las virtudes mo-


rales y sociales (humanistas)
que deben adornar a un masón? La fe en el
hombre y en su capacidad para admirar, compren-
der, interpretar, explicar y actuar de manera ade-
cuada con relación al mundo, la sociedad y la natu-
raleza definen el humanismo masónico. Otra de las
dimensiones del humanismo masónico es el cultivo
de las diferentes ciencias, artes y conocimientos, sin
restricción alguna.

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Recuadro 1.- Algunas fechas para la formulación de una línea de tiempo de la
francmasonería
La mayor parte de los masones recuerdan un par de fe- 1648, habría instituido rituales para los tres grados sim-
chas acerca de la masonería. La más recordada es la de bólicos. Antes de ello se tenían diversas connotaciones
1717, como el año de la formación de la Gran Logia de tanto operativas como simbólico-especulativas. Por
Londres y Westminster. Para los masones bolivianos, ejemplo, la Logia Santa María de Edimburgo fue fun-
quizás el hecho de que la Gran Logia de Bolivia fuera dada en 1599, y la logia Kilwinning, Número 0, conside-
fundada el 20 de noviembre de 1929, hace que también rada la Logia Madre de todas las logias masónicas de
se recuerde ese año. Las demás fechas con frecuencia Escocia, cuya fundación se estima a principios del Siglo
son olvidadas. Por ello, para tener un panorama histó- XII.
rico en mente realizaremos un relato recordatorio.
Es muy probable que las ceremonias francmasónicas
Antes de 1717, ya habían logias masónicas funcionando operativas-especulativas se hayan iniciado en territorio
tanto en Inglaterra como en franco bajo la dirección de
Francia, en los Estados Unidos Carlo Magno y la acción di-
de Norte América y los Países recta de Alcuíno de York:
Bajos, entre otros; así como en un monje escocés prove-
varias islas del Caribe. 1717, niente de Lindisfarne, North
representa el inicio de la maso- Umbria; quien era algo así
nería de las Grandes Logias na- como Primer Ministro para
cionales. En Inglaterra la idea Carlo Magno en torno al
de una federación de logias a año 800, en el que Carlo
nivel nacional encontró mucha Magno asumió el título de
oposición a nivel de Logias Sim- Emperador de la Cristian-
bólicas. Luego, en 1751, se dad —título conferido por
formó una Gran Logia alterna- el Papa León III, en la navi-
tiva: la de los Antiguos Maso- dad del año 800. A partir
nes de York. Ello determinó de entonces la francmaso-
que el conflicto entre los “nue- nería de los constructores
vos masones” (los de 1717), y de catedrales se extendió
los “viejos masones” (anterio- por Europa; y en 916 se
res a 1717 y aquellos organiza- sabe -por medio del deno-
dos en una Gran Logia desde minado Poema Regio- que
1751), sea un conflicto que re- se organizó en Inglaterra.
cién se pudo superar en 1813,
año de formación de la Gran Logia Unida de Inglaterra. Otras fechas fundamentales para la masonería en Ingla-
Unificada la Gran Logia de Inglaterra, en 1823 se obtu- terra, Escocia e Irlanda se refieren tanto a la dinámica
vieron las Constituciones de Anderson y el ritual de Con- masónica como a la familia de los Estuardo. La primera
ciliación. El cual fue puesto en práctica a partir de una de ellas es la sucesión en el trono de Elizabeth Tudor del
logia de mejoramiento denominada Emulación (Emula- ya mencionado James o Jacobo VI de Escocia 1º de In-
tion Lodge of Improvement), exclusivamente conforma- glaterra en el año 1603. Este rey murió en 1626. Du-
da por Maestros Masones para uniformar el desempe- rante más de 20 años su preocupación principal como
ño ritual de las oficialidades de las logias simbólicas Rey estuvo relacionada con la masonería, y con los gre-
(Craft Masonry). mios de constructores. Tuvo tres hijos quienes también
se dedicaron a la Orden: Carlos I de Inglaterra, Rey que
Los antiguos y aceptados masones que operaban en In- fue decapitado por los seguidores de Oliver Cromwell;
glaterra, Escocia e Irlanda antes de 1717 respondían a Isabel Estuardo casada con el elector de Bohemia, pro-
los lineamientos de la familia de los Estuardo; especial- motor de la masonería en el Norte de Europa; y, Enri-
mente de James o Jacobo Estuardo VI de Escocia y 1º de que Estuardo conductor de la Masonería de la Estricta
Inglaterra. Ellos practicaban la masonería simbólica ba- Observancia, de origen templaria y antecesora del Rito
sados en los rituales de Elías Ashmole que recién en Escocés Rectificado.

16
Con James o Jacobo VI de Escocia y 1º de Inglaterra se En 1829, asume la presidencia de Bolivia, el Mariscal de
empezó a colonizar Norte América. Fue el protector de Zepita, Andrés de Santa Cruz, Gran Maestro de Maso-
los pilgrims que llegaron a Massachusetts en 1620, bus- nes del Perú y de Bolivia: Y, un siglo más tarde, en
cando la libertad de culto y la libertad de expresión. 1929, con el patrocinio de la Gran Logia de Chile se
Este mismo Rey, de profunda raigambre Católica, hizo forma la Gran Logia de Bolivia en base a 7 logias simbó-
que se tradujera la Biblia al inglés en la versión que licas que trabajaban bajo la dirección del Gran Maestro
hasta el día de hoy se conoce como la Biblia de Saint de Masones que residía primero en Valparaíso y luego
James. se traslado a Santiago de Chile.
Los seguidores de la masonería propuesta por este Rey Es en 1884-1885 que Zoilo Flores Aponte, medico cru-
son conocidos como masones jacobitas. Muchos de ceño proveniente del Perú, funda la Logia Obreros del
ellos viajaron al Nuevo Mundo acompañando a los gru- Porvenir en La Paz; Trabajo y Honradez en Sucre;
pos que buscaban tolerancia religiosa y se asentaron Orden y Libertad en Oruro; Iris de La Paz, en La Paz; y,
tanto en las islas del Caribe como en diversas colonias Fénix en Potosí.
en Norte América. Para estos
masones la conformación de Hay una última línea de
una Gran Logia en Londres y tiempo importante para ma-
Westminster no representó sonería. Esta es la mitológica
una propuesta a seguir. Ellos que incorpora el año 1000
ya tenían sus propias logias a.C. como fecha en la que el
simbólicas desde 1662; y, con Rey David compra los terre-
la creación de Grandes Logias nos para la construcción de
en 1717 y en 1751, solo algu- un templo. En el año 956
nos se asociaron con los “nue- a.C. Salomón lo construye.
vos” y otros pocos con los Luego empezará una guerra
“antiguos” masones de Ingla- civil entre sus descendientes
terra. A partir de 1776, con la que terminará con la separa-
independencia de Norte Amé- ción de israelitas en el Norte
rica, la mayor parte de ellos y judíos en el sur. En el año
configuraron sus propias 722 a.C. las tribus israelitas
grandes logias estaduales. En son aniquiladas por los asi-
gran medida, desde 1776 rios, dispersadas y extermina-
hasta 1825 fueron los princi- das en su totalidad. En el
pales exportadores de la ma- año 680 a.C. los babilonios in-
sonería libertaria a Centro y vaden Judea, destruyen el
Sud América, con los enfoques libertarios de Benjamín Templo y los judíos son tras-
Franklin y George Washington. ladados a babilonia en calidad de esclavos.

Una de las Logias formadas en La Paz y el Cuzco fue la Casi 100 años más tarde los judíos son autorizados a
de los Caballeros de América. Probablemente en 1795. volver a sus tierras de origen. Luego serían autorizados
En 1805 se funda la Logia Arcano Sublime de la Fraterni- por emperadores persas a practicar su antigua religión,
dad, en Bogotá, Colombia, por el Ilustre Masón Antonio reconstruir su templo y reconstruir las murallas de Jeru-
Nariño. Para 1812 se habla de las Logias Lautarianas y salén. Se llega así al tiempo de Esdras, quien reformula
de los Caballeros Racionales, propiciadas por Francisco la religión judía y la torna exclusiva, excluyente e intole-
de Miranda y su discípulo Bernardo O´Higgins, tanto en rante para con los gentiles.
Caracas, Venezuela, como en Buenos Aires, Argentina. En el cuarto y el tercer siglo antes de Cristo, aparecen
En estos mismos años se instituyen en la ciudad de las figuras griegas de Sócrates, Platón y Aristóteles:
Charcas, la Logia los Haukes (caballeros), que acompa- esenciales para el estudio del pensamiento occidental;
ñará a la Logia Hiram, fundada por Antonio José de así como Euclides el padre de la Geometría y precursor
Sucre y a las logias fundadas en Potosí por Facundo In- de la geometría como arte fundamental de la Francma-
fante. sonería.

17
El reconocimiento de que el hombre en muchos mo-
mentos de su existencia se enfrenta a misterios y di-
lemas de carácter personal y colectivo, y que mu-
chas veces con las mejores intenciones de hacer el
bien sólo logra el mal para muchos y para el propio
planeta, hace necesaria la búsqueda de la Verdad,
de respuestas, propuestas, prácticas y acciones que
no deben deshumanizar a quien las propone, menos
aún deshumanizar al mundo y a la humanidad. Por
ello, la masonería promueve el estudio profundo y la
acción benéfica para la humanidad. Propugna el lai-
cismo como forma de superar todo tipo de restriccio-
nes unilaterales y distorsiones institucionales,
fanatismos, dogmas y estados alterados de concien-
cia. Fortalece y apoya la actitud valiente del decir
veraz y el compromiso permanente con la Libertad,
Igualdad, Fraternidad y la Búsqueda de la Felicidad
para el hombre y la sociedad, así como su reflejo en
el mundo y el medio ambiente.

¿Qué implica la demanda de fraternidad


espiritual para los maso-
nes? Con la fraternidad espiri-
tual de la humanidad, la maso-
nería busca transitar por sende-
ros de perfeccionamiento, supe-
rando “compadrerios” y asocia-
ciones mezquinas que sólo bus-
can el interés pequeño y los be-
neficios inmediatos provenientes
de solidaridades espurias. Fra-
ternidad espiritual, para muchos
de los masones se sintetiza en el
derecho a la Vida y a la Búsqueda de la Felicidad en
este mundo, en tanto que el desarrollo del espíritu
emerge superando y complementando el desarrollo
del cuerpo y el desarrollo de la mente. En síntesis,

18
masonería es el mejoramiento
continuo, fraterno y solidario de
cuerpo, mente y alma.

¿Cuáles son sus lugares


de reunión y formas de
trabajo? Con los fines y pro-
pósitos mencionados anterior-
mente, los masones se conside-
ran Hermanos y su número es ili-
mitado. Se agrupan en organi-
zaciones parciales e íntimas
donde trabajan individual y co-
lectivamente en reuniones que
se denominan tenidas de las que
pueden participar en cualquier
país del mundo. En reciproci-
dad, cualquier masón, prove-
niente de cualquier ciudad o país
del mundo puede participar de
los trabajos masónicos de una
localidad que visita. Sin em-
bargo, ninguna persona puede
ser admitida a participar en estas
tenidas sin que haya demostrado
-previamente- su condición de
Masón Regular. Las distintas or-
ganizaciones masónicas de
Maestros, Compañeros y Apren-
dices se hallan ligadas entre sí
por una autoridad central deno-
minada Gran Maestro, quien pre-
side en cada país una única
instancia superior denominada
Gran Logia.

¿Siempre ha sido así,


como se ha practicado la
19
masonería? No.
La masonería es una
institución histórica y
como tal ha tenido
unos inicios históricos
y tiene una proyección
también histórica. Sus
orígenes se vinculan a
los orígenes del cris-
tianismo y es una insti-
tución propia de la
cultura occidental,
aunque hay organiza-
ciones masónicas en el Medio Oriente, Asia y África.
Por ello, uno de los primeros aspectos que presenta-
remos en este esbozo histórico, será la evolución de
la Orden en Bolivia y los cambios y ajustes que his-
tóricamente han caracterizado el pensamiento y el
trabajo de los masones.

¿La propuesta de la masonería se limita a


repetir lo que se ha expresado en las pre-
guntas y respuestas anteriores? No. Maso-
nería -en sí misma- es inagotable en sus propues-
tas y enseñanzas. Si bien lo expresado anterior-
mente provee un marco general, un ideario amplio,
no hay una doctrina masónica, con la que se adoc-
trine a las personas. Doctrina, en el sentido estricto
del término, refleja un conocimiento cerrado como la
doctrina de un partido que se separa de otro partido
político, o como la doctrina de una religión que la se-
para de otra religión. Por el contrario, masonería es
una propuesta abierta, un ideario abierto -sin doctri-
nas únicas o excluyentes- que cada quien construye
para la interpretación personal de libre-pensadores;
una propuesta moral y espiritual que permite no sólo
interpretaciones alternativas, sino que invita a diver-

20
sas prácticas de acuerdo a las circunstancias que a
cada quien le han tocado vivir.

Esta expresión del presente pretende ayudar a com-


prender mejor el pasado, de la misma manera que el
pasado registrado en las próximas páginas, ojalá
permita entender las vicisitudes de nuestros días
para proyectar nuestras esperanzas al futuro.

21
Primera Parte
Formación de logias
libertarias y republica-
nas, anteriores a la
Gran Logia de Bolivia
2.- Antecedentes para la institucionalización de una
Nueva Masonería… la Masonería de la Libertad,
en tierras del Nuevo Mundo.

La Revolución Francesa de 1789, es recordada


como un periodo de anarquía que desembocó en
la autoridad imperial de Napoleón Bonaparte y en
la restauración de la monarquía en Francia. La
Revolución Americana de 1776, por su parte, es
vista -erróneamente- como un proceso tranquilo
de institucionalización inmediata. No fue así; re-
cién en 1791, dos años después de la Revolución
Francesa, George Washington fue nombrado Pri-
mer Presidente de los Estados Unidos de Norte
América.

Entre la Declaración de Independencia (1776), y la


institucionalización del primer presidente (1791),
pasaron quince años de zozobra y de conflictos en
los que los masones de Norte América jugaron va-
rios roles protagónicos, muchas veces contrapues-
tos y paradójicos --estos masones anticipaban un
cambio histórico en la naturaleza y orientación de
los países, así como un cambio en la naturaleza y
la orientación masónica. Algo propio de un con-
junto diverso no de “padres de la patria” sino de
“hermanos fundadores” de una América unida
en fuerza y orientada a la Libertad, la Igualdad y a
la Búsqueda de la Felicidad.

Benjamín Franklin no sólo se muestra como el


precursor de la Libertad en el Continente sino que
es uno de los más preclaros masones en este pro-
ceso. Fue Gran Maestro de la Gran Logia de Pen-
silvania ya en el año 1734; fundador y forjador del

25
“Junto” o “hermandad de los mandiles de cuero,”
formó el primer cuerpo de bomberos, constituyó el
primer periódico de Norte América: la Gaceta de
Pensilvania y la primera biblioteca pública, y -en sus
preocupaciones masónico-ciudadanas- fue el funda-
dor del grupo masónico denominado “Sociedad Filo-
sófica de Philadelphia” en el año 1743. Por esta so-
ciedad masónica pasarían George Washington, John
Adams, Thomas Jefferson, Alexander Hamilton, Tho-
mas Paine, Benjamín Rush, James Madison, John
Marshal y el Marqués de Lafayette.

De otra parte, William Ellery, Henry Price, Paul Re-


vere y John Hanckoc fueron miembros de la Gran
Logia de Massachusetts fundada en 1733. Mientras
que Joseph Howes era miembro de la Logia Unani-
midad Nº 7 de Carolina del Sur; Richard Stokton
Gran Maestro de la Gran Logia de Nueva Jersey;
George Walton, miembro de la Logia Salomón Nº 1
de Savannah, Georgia; William Whipple, iniciado en
1752 en Logia de San Juan de Portsmouth; y Willam
Hooper, quienes fueron otros de los tantos masones
que firmaron la Declaración de Independencia.

Otros masones forjadores del nuevo país a fines del


Siglo XVIII, son Andrew Adams, John Jay, Rufus
King, James Otis, Henry Knox, George Mason, Pey-
ton Randolph y Joseph Warren, solo por mencionar a
un puñado de hermanos fundadores de los Estados
Unidos de Norte América, donde muchos de ellos
fueron firmantes de la Declaración de la Independen-
cia en 1776 y muchos más firmantes de la Constitu-
ción de ese país en 1787. Andrew Jackson, James
Monroe y James Polk, configuran una segunda serie
o generación de masones Presidentes de los EEUU
en la primera mitad del Siglo XIX (antes de la Guerra
Civil de los EEUU que ocurrió de 1861 a 1869).

Es en este contexto que la Nueva Masonería nace


en el Nuevo Mundo ...con algunos dilemas para es-
tos hermanos fundadores. Su divisa Libertad, Igual-
dad y Búsqueda de la Felicidad, al parecer tan clara
y directa, estaba llena de complejidades.
26
Para comenzar, el concepto de Libertad no estaba
claro; pero, el de Igualdad era realmente un pro-
blema. Todos podemos ser iguales ante la Ley, pe-
ro cada uno es diferente, y en su diferencia puede
optar por diferentes caminos a su propia felicidad.
En estos caminos pueden haber unos muchos que
carguen con el peso de la felicidad de unos pocos;
lo cual no es justo. Los caminos de unos no sólo
son diferentes, pueden estar contrapuestos e in-
cluso bloquearse mutuamente. Esta es la realidad
del mundo y para enfrentarla se necesitaba de un
conjunto de artes relacionadas con el mundo real,
con la realidad de un mundo que -de entrada- es
complejo, diferente para diferentes personas que
buscan su felicidad, seguridad y desarrollo --mu-
chas veces de manera contrapuesta y conflictiva.
Las denominadas Artes Liberales habían entrado en
crisis y se necesitaba de un arte nuevo, basado en
el mostrar veraz (sin engaños ni fantasías); un arte
en el que la Libertad sea el fundamento ético y este-
tico de la realidad de hombres y comunidades... a
esto la Nueva Masonería lo denominó un Arte Real.

Los masones del Nuevo Mundo y la Libertad Ciuda-


dana- sabían que era urgente encontrar personas
que comprendan estos conflictos y los puedan re-
solver o mitigar en condiciones de igualdad y liber-
tad ...en situaciones de conflicto entre unos y otros
en su búsqueda de la felicidad. Para ello se reque-
ría de masones libres y veraces que se esfuercen
en liberar a los que todavía no eran libres, que com-
prendan las demandas contrapuestas de unos y
otros y que puedan contribuir a construir la felicidad
de diversas comunidades de ciudadanos con ex-
pectativas diferentes, con recursos diferentes y con
formas de conducta muy individuales, las que -al
extremo- podrían atentar contra la seguridad, la li-
bertad y la felicidad de otros.

Nos referimos a un conjunto de “hermanos diver-


sos” enfrascados en el Arte Real de la Orden, no
como un arte de los reyes (un royal art), sino cómo
el arte de responder a la realidad de los hombres y
27
de sus comunidades y construir una sociedad orien-
tada al respeto mutuo, la tolerancia, la pluralidad y
la búsqueda de la felicidad. Un arte
contrario a la demagogia del discurso
de los polítiqueros y al engaño de las
artes sacerdotales llenas de imágenes
que alucinan a los ingenuos y crean
fantasías y fantasmas. Se buscaba
una Nueva Experiencia de Libertad.

En este sentido, el Arte Real Masónico


-creado o quizás reformulado en el
Nuevo Mundo- se basaba en discur-
sos clásicos que desde la época de So-
crates y Platón trataban de recuperar la
formación ciudadana en base al decir
veraz, la enseñanza fundamentada en
la Verdad, la prudencia en términos de tolerancia y
pluralismo democrático así como la hermenéutica o
analisis profundo de los nuevos textos sagrados
...textos tales como las leyes y las constituciones na-
cionales que debían interpretarse y aplicarse en di-
ferentes momentos y diferentes circunstancias.

Este novedoso Arte Masónico se diferenciaba radi-


calmente de la masonería europea de entonces que
siguiendo los planteamientos del Conde de Caglios-
tro, daba lugar a falsedades y medias verdades ma-
nejadas con engaño por los mercaderes de lo ocul-
to... Con los principios del mundo real la fuerza de
la masonería cambiaba de enfoque y de continente.

El hecho de que cerca del 50% de los firmantes de


la Declaración de Independencia y de la Constitu-
ción de los EEUU fueran masones, y que el 100%
de los ideólogos y redactores de estos documentos
pertenezca a la Orden, no es algo simplemente ca-
sual o anecdótico --denota el desarrollo de una ma-
sonería ya no europea sino americana, motivada por
ideales diferentes a los que habían primado en el
Viejo Mundo. Denota una intencionalidad y una di-
reccionalidad humanista ciertamente masónica, pero
radicalmente ciudadana en un Nuevo Continente
28
que alcanzaba su mayoría de edad con una preten-
sión rotundamente libertaria.

Basados en diferencias que se enmarcaban en una


Igualdad Humanista y Ciudadana, cada quien por su
lado representaba a grupos e instituciones que ejer-
cían presión para que sus ideas e intereses se vuel-
van las ideas y los intereses de los nacientes EEUU.
Todo ello en medio de una guerra con Inglaterra que
no dejaba ir a sus colonias... mientras la guerra con
Francia no había concluido y el tema de las tribus in-
dígenas que apoyaban a los franceses era un dolor
de cabeza para las nuevas autoridades.

Se había convocado a un Congreso de las Trece Co-


lonias, donde se evidenció que cada unidad política
tenía una agenda propia. En esta situación de seg-
mentación habían unas cuantas voces que plantea-
ban unidad y luchaban contra la separatividad y la
fragmentación. Una de ellas era Benjamín Franklin
(1706-1790) --el precursor (quien murió un año an-
tes de que Washington sea instaurado como primer
presidente); otra: la francmasonería emergente co-
mo una fuerza de institucionalización ciudadana.
Entre todas estas fuerzas ciudadanas del viejo Fran-
klin y de los jóvenes masones hay un punto medio:
un General, que había prestado servicios al Rey Jor-
ge III, quien es propuesto para que sea el coman-
dante del ejército de la nueva nación federal: el I...
H... George Washington (1732-1799).

Hablar de tres discursos diferentes: por un lado


Franklin, por el otro Washington, y por el otro los ma-
sones-ciudadanos, no quiere decir que Benjamín
Franklin o George Washington no hubieran sido ma-
sones, sino que por sí mismos, Washington y Fran-
klin eran unas fuerzas tan grandes como el conjunto
de los masones de las logias masónicas de los trece
Estados constituyentes. Virginia por un lado y Mas-
sachusetts por el otro, mostraban que los nacientes
Estados no necesariamente estuvieran unidos en un
solo proyecto. Sus diferencias de origen se manten-
drían latentes (casi ocultas), hasta que -décadas
29
más tarde- se harían plenamente visibles y estalla-
rían en la guerra civil entre el Norte y el Sur; y sería
Abraham Lincoln (1809-1865), quien abrace la trilo-
gía fundacional de: Libertad, Igualdad y Búsqueda
de la Felicidad. En ello, Lincoln fue un masón a ple-
nitud, aunque hay quienes consideran que Lincoln
no fue masón o -según otros- que se retiró de la
Orden por el tema de la esclavitud.

Pero volviendo al tema, en los momentos formativos


de esa nación vemos que quienes podían unificar las
peculiares perspectivas de los Estados del Norte y
los Estados del Sur, eran Franklin y Washington. Es
así que reflejando valores ciudadanos, Washington
había aceptado el cargo de Comandante del Ejér-
cito, pero había rechazado el sueldo que le ofrecía el
Congreso. Se limitó a aceptar el rembolso de gas-
tos. Pronto, la victoria de Saratoga (1777) y la ma-
jestuosa presencia de un individuo que trasmitía au-
toridad y rectitud hizo que la población y el Congre-
so tengan confianza en este General. Los que más
confianza le tenían eran sus propios soldados.

Washington era un hombre imponente… muy alto


para su tiempo; demasiado serio y riguroso con la
disciplina, pero extremadamente abnegado y carita-
tivo; cuidadoso y solidario con sus hombres. Luego
de Saratoga, los ingleses plantearon un armisticio y
una solución amigable al conflicto. Washington ad-
virtió esta propuesta como contraria a la Libertad y,
sin la anuencia del Congreso que coqueteaba con la
idea de una reconciliación con Inglaterra, George
Washington emprendió contra los ingleses forzando
la lucha por la independencia de las colonias y la
conformación de un nuevo país.

Washington era un pensador independiente. Muy


respetuoso con la jerarquía y el orden de mando;
pero, una vez que la autoridad era suya, él respon-
día únicamente a la voz de su consciencia. Sus ac-
ciones bélicas (mientras el Rey Jorge III planteaba
un reconocimiento de las antiguas colonias como
Estados dentro de la corona británica), condujeron a
30
una clara contrapropuesta: “No habrá dialogo
mientras hubiera un solo soldado británico en el
Norte del continente.”

Para entonces, las logias masónicas de Norte


América que se habían creado bajo la égida de
la Gran Logia de Inglaterra (1717), o de la Gran
Logia de Antiguos Francmasones de York (1751),
se habían desvinculado de sus Grandes Logias
Madre y se habían instituido como Grandes Lo-
gias Estatales independientes (Gran Logia de
Virginia en 1779; Nueva York en 1782; Pensilva-
nia: 1786; Carolina del Sur: 1787; etc... todas
constituidas antes de la Revolución Francesa).
En ellas el discurso ya no era conciliador sino li-
bertario e independentista. Como ellos mismos
decían: había llegado el momento de luchar por
los derechos de la población de un continente
que no podía mantenerse bajo el despotismo de
las gentes de una isla indiferente y lejana.

Es así que Washington y las logias masónicas


continuaron la guerra con la idea de terminarla lo
más rápido posible, para que todos se dediquen
a la consolidación de la nación que -por mucho
que se reúna el Nuevo Congreso- todavía no
había nacido. Anticipaban que una lucha exten-
dida causaría hambre y pánico en la población.
Lo que de hecho sucedió y en más de un mo-
mento los masones-dispersos estuvieron a punto
de desautorizar a Washington. Incluso Thomas
Jefferson, planteó la posibilidad de nombrar un
nuevo jefe de las milicias. Pero Washington te-
nía el respaldo de su ejército y la confianza de
Benjamín Franklin.

Después de meses de conflictos y falta de recur-


sos, y con un ejército literalmente en harapos, se
presentó la posibilidad de rodear al grueso del
ejército inglés cerca de York Town. Después de
dos semanas de cercos y ataques-sorpresa, el
general Corwallis capituló (fines de 1781). Luego
de vencer a los ingleses y de un periodo de retiro
31
del ejército y de la política, en la Convención de Phi-
ladelphia de 1787, por unanimidad de los delegados
presentes, George Washington fue elegido presiden-
te de esa Convención Constituyente. Washington in-
sistió en que la Constitución sea aprobada y ratifica-
da en todos y cada uno de los Estados.

El Sur proponía una visión sino esclavista, por lo me-


nos tolerante con la esclavitud de los negros, mien-
tras que el Norte una abolicionista. En la Constitu-
ción, elaborada, principalmente por James Madison
y George Washington se perfila un documento masó-
nico fundamental para concretar el arte de responder
a la realidad histórica de los pueblos (al estilo de un
tejido ciudadano o de un muro social conformado por
diversas piedras debidamente engarzadas unas a
otras); un documento-guia necesario para instituir
una práctica cotidiana impregnada de los valores
masónicos que caracterizan al novedoso Arte Real.

Con los lineamientos básicos de prudencia democrá-


tica, veridicción y trabajo humanista sobre los textos
básicos de una nación, la Revolución de 1776, se
estaba perfilando como una Revolución Masónica
para el bien de la humanidad --nos referimos a la re-
volución de los pueblos de toda la América que aspi-
raban construir esperanzas en Igualdad, Libertad,
Fraternidad y Búsqueda de la Felicidad.

Adoptada la Constitución de los Estados Unidos de


Norte América entre 1788 y 1790 se concretaría el
proceso de su ratificación en cada Estado de la Uni-
ón. Recién el 30 de abril de 1791, ya ratificada la
Constitución por todos los Estados miembros de la
Unión, George Washington juraba como el Primer
Presidente del Nuevo Estado Federal.

Estas eran las primeras manifestaciones para la apli-


cación -en democracia- de las complejas y siempre
demandantes y cambiantes tareas del Arte Real --
un arte masónico que demandaba -desde sus ini-
cios- tanto de la lectura de las realidades locales, re-
gionales y nacionales como la veridicción y la acción
32
directa ...así como de la movilización de sus miem-
bros para lograr la construcción de una sociedad con
Justicia y Solidaridad... Con el Arte Real la masone-
ría ya no era una mera especulación esotérica.

Entre Inglaterra, Francia y España afloraron hostili-


dades a finales del Siglo XVIII. Washington pudo ha-
berse alineado con Francia para combatir a Inglate-
rra, y muchos de los representantes al Congreso así
lo pedían; pero George Washington insistió -y se
impuso- en mantener una total neutralidad con res-
pecto a las tres potencias coloniales (insistió en una
política de unidad en los aspectos internos e impar-
cialidad en los aspectos externos a los Estados Uni-
dos). En estas circunstancias mandó a su Hermano
Masón, John Jay, a negociar un armisticio y un tra-
tado de paz y amistad con Inglaterra. Consiguió un
acuerdo entre J. Jay y Lord Grenville, que lograba la
retirada de las tropas inglesas; indemnización al co-
mercio americano por los actos cometidos por la ma-
rina y los corsarios ingleses; un tratado de libre co-
mercio; y, el pleno reconocimiento político de los Es-
tados Unidos como nación libre e independiente.
Era el año de 1794. Después de casi 20 años se es-
taba cerrando el círculo iniciado en 1776.

Washington hizo que el acuerdo con Inglaterra sea


ratificado por el Congreso, y así los Estados Unidos
de Norte América pudieron empezar la institucionali-
zación plena de sus órganos de gobierno; pudieron
volver los ojos hacia adentro y construir -masónica-
mente- las instituciones que necesitaban. Las artes
libertarias de la Nueva Masonería estaban triunfan-
do, aunque para ello habían requerido de acciones
heroicas y muchas veces dolorosas y sacrificadas.
En estas artes, nos recuerdan los Hermanos Funda-
dores de la Patria Americana, no sólo hay consen-
sos sino importantes disensos y opiniones divergen-
tes y emergentes, que Washington supo manejar.
Por primera vez vimos que los lineamientos masóni-
cos de Acción y Tolerancia eran una forma de con-
quistar Igualdad, Libertad, Fraternidad y Búsqueda
de la Felicidad con Justicia, Prudencia, Fortaleza y
33
Templanza en los quehaceres cívicos coti-
dianos de nuestras comunidades.

Washington fue re-elegido Presidente de


los Estados Unidos de Norte América. Al
igual que en su primer juramento, Washing-
ton se vistió de gala con su mandil de ma-
són y constructor para recibir el cargo. Du-
rante sus años de gobernante la masonería
creció y se fortaleció en Norte América.
Washington le dedicó todo su tiempo a la
institucionalización de los poderes civiles y
-con autorización congresal de 1790- se-
leccionó el lugar y contrató a Charles L´En-
fant, un urbanista francés, para diseñar y
empezar a construir la Capital de la Nueva
República.

L´Enfant era masón, y junto con el masón y


agrimensor Washington, establecieron los
parámetros para la nueva Capital. Un ter-
cer actor participó activamente en el diseño
de la Capital: Thomas Jefferson, un filóso-
fo con gran influencia masónica, un habil
escritor, (aunque nada activo ni elocuente
como orador), quién, junto con Franklin y
Adams, fuera autor de la Declaración de In-
dependencia.

Juntos, Washington, Jefferson y L´Enfant, identifica-


ron los puntos altos como Capitol Hill, para la ubica-
ción de los edificios públicos y los monumentos sim-
bólicos de la nación, las avenidas y las explanadas
ceremoniales. Establecieron en términos urbanísti-
cos el denominado “Triángulo Federal.” Para ello,
Thomas Jefferson le entregó a L´Enfant el análisis
que él y Washington habían hecho de 4 ciudades:
Paris, Karlsrue, Milán y Ámsterdam; con sus comen-
tarios al margen y entre ellos una serie de símbolos
masónicos. Incluía el comentario de que la avenida
de conexión entre la Residencia del Gobernante
(hoy Casa Blanca), y la Casa del Congreso, sea de-
nominada Pennsylvania. Ambas “casas” definen la
34
hipotenusa de un triángulo recto que como cateto
mayor tiene el “mall” o avenida ceremonial y como
cateto menor al eje que une a la Casa Blanca con un
punto central, delimitado simbólicamente por una co-
lumna. Hoy esa columna es conocida como el Obe-
lisco o Monumento a Washington: un punto en un
círculo a partir de cual no se puede errar.

A Washington se le había propuesto un tercer perio-


do de gobierno, pero él insistió en la renovación de
autoridades. Al momento de su muerte, Washington
estaba ya retirado (y su Carta de Retiro o Farewell
Address, es un documento masónico de gran profun-
didad ciudadana, del que hablaremos más tarde co-
mo uno de los documentos que sentó las bases para
la práctica del arte masónico en nuestro país, allá en
torno a 1812-1825). A Washington le siguieron en la
presidencia: John Adams, Thomas Jefferson y Ja-
mes Madison quienes -a la muerte de su Maestro-
le brindaron la más cálida y sentida despedida.

Tremenda fue la tristeza en las logias masónicas de


Norte, Centro y Sud América que él se esforzó en
consolidar, y grande fue la amargura en los ciudada-
nos del Norte y el Sur, del Este y el Oeste de los Es-
tados Unidos de Norte América, al enterarse de su
muerte a fines de 1799. Quizás lo que mejor refleja
la integridad del Padre de los Estados Unidos de
Norte América, fue la disposición del Gobierno Fran-
cés, que por entonces todavía se mantenía en guerra
con los EEUU, cuando dictamina: Orden del Día para
la Guardia de los Cónsules y las tropas de la Repú-
blica: Washington ha muerto. Este gran hombre se
batió contra la tiranía y consolidó la libertad de su pa-
tria. Su memoria será siempre grata al pueblo fran-
cés como a todos los hombres libres de ambos mun-
dos, y especialmente a los soldados franceses, los
cuales, como aquel, y los soldados americanos, se
baten por la igualdad y la libertad. En consecuencia,
el Primer Cónsul ordena que durante diez días, os-
tenten crespones negros todas las banderas y gallar-
detes de la República. Paris, 18 de pluvioso, año
VIII. (18 de diciembre de 1799).
35
Por su parte, la Masonería en el Sur del Nuevo Mun-
do se instituyó años después que en Norte América y
el Caribe. Y más que una institución europea que re-
plique las prácticas implantadas por una Gran Logia
ya conformada, fue una iniciativa de criollos basada
en la voluntad progresista de masones visionarios
como Francisco de Miranda en Venezuela y Antonio
Nariño en Colombia. Ellos buscaban la construcción
de una mejor sociedad a partir del trabajo, la solidari-
dad, la tolerancia y el amor fraterno (al estilo de Phi-
ladelphia). Con ellos no se trataba de crear Grandes
Logias ni de repetir mecánicamente los rituales origi-
nados en Europa, sino promover planteamientos so-
cial y culturalmente propios, a partir de ciertos ajus-
tes en los rituales (por ejemplo, la naturaleza de los
juramentos, promesas y propuestas de acción), que
en Europa eran tradicionales (poco propositivos),
mientras que en América eran libertarios... radical-
mente libertarios.

Este proceso de sentar las bases


para la institucionalización celu-
lar y dispersa de nuestra Orden
se concretó a finales del Siglo
XVIII y fue el disparador de un
proceso cultural y libertario in-
contenible en el Siglo XIX; pe-
riodo en el cual la Masonería en
Sud América extiende su men-
saje por todo el continente, insti-
tucionalmente crece y... muere,
(o quizás sólo languidece), para
reaparecer a fines del Siglo XIX y
principios del Siglo XX, bajo la forma de Grandes Lo-
gias Nacionales. En este proceso, vemos que los
primeros contactos masónicos -tanto para Miranda
como para Nariño- provienen de Jamaica. Miranda,
llegó a esa isla como capitán del ejército español.
Allí es acusado de incitar alzamientos libertarios con-
tra la corona y vuelve a España prisionero y encade-
nado. Logra escapar y se va a Norte América, ayu-
dado por masones de ese país, donde formalmente
se inicia en una logia de Philadelphia. Su padrino
36
fue el Marqués de Lafayette --era el año 1783. Allí,
masónicamente, se conoce con Benjamín Franklin y
George Washington, y se incorpora en el flamante
ejército de Washington. Luego participaría en la Re-
volución Francesa (único latinoamericano conside-
rado gestor de la libertad de Francia), y retornará a
Venezuela para luchar por la independencia del con-
tinente. Será Presidente de la nueva nación de Ve-
nezuela ...predecesor de Simón Bolívar.

En su desempeño masónico, Miranda obtiene la


maestría en Paris; funda -en su propio domicilio en
Londres- la Logia de la Gran Reunión Americana, la
que convoca a ilustres luchadores por la indepen-
dencia; y, tanto en Cádiz (España), como en varios
lugares de Sud América, para 1812, es promotor de
las Logias Lautarinas, con el apoyo de su brillante
discípulo Bernardo O'Higgins, con quien despiertan,
resaltan y promueven el espíritu combativo y liberta-
rio del cacique Lautaro.

Antonio Nariño, por su lado, tiene una trayectoria


más doméstica pero no menos intensa. Desde muy
joven se muestra como un líder intelectual de la
Nueva Granada. Filósofo y periodista, es gestor de
la opinión pública en Santa Fe de Bogotá. En 1793
funda -en su casa- la Logia Arcano Sublime de la
Filantropía. Un año más tarde traduce y divulga en
la Gaceta que él publica: La Declaración de los de-
rechos del hombre y del ciudadano (ideario político y
masónico de la Revolución Francesa); por ello es
considerado subversor y es desterrado a España.
De vuelta a Nueva Granada, para en Jamaica antes
de re-instalarse en Santa Fe de Bogotá. Portador de
una Carta Patente de la Gran Logia Provincial de Ja-
maica, funda en su ciudad natal, la logia de las Tres
Virtudes Teologales. En esta logia, siguiendo “libre-
mente” el texto de las Constituciones de Anderson
(Londres), se lee en sus documentos instituyentes:
“El masón está obligado a obedecer la ley moral y
por consiguiente sus actos deben ajustarse rigurosa-
mente a su propia conciencia. Jamás podrá ser un
ateo ni un dogmático o religioso. La tolerancia y el
37
amor a sus semejantes deben estar presentes en
todos los ángulos de su vida de relación. Debe ser
hombre activo, estudioso, amante de la verdad y
justo en sus conceptos y decisiones. El masón está,
pues, obligado a mantenerse alejado de los vicios y
a procurar su propio perfeccionamiento mediante el
trabajo y la superación de sus defectos. A nadie
puede estorbársele su ingreso a la masonería por
razón del credo religioso que practique, ni a nadie,
después de ser aceptado, se le obliga a cambiar de
fe o a obrar en contra de las religiones establecidas
[...] En el seno de esta institución se observa un
culto ardiente por la libertad y por ello los masones
luchan contra la esclavitud en todas sus formas."

Estos criterios afectarían a todos los miembros de la


masonería que Nariño introdujo en la futura Colom-
bia. Y se manifestarían de forma indeleble en el pe-
riodo 1819-1854, cuando Simón Bolívar, el propio
Antonio Nariño, José María del Castillo y Rada,
Francisco de Paula Santander, Domingo Caicedo,
Joaquín Mosquera, José Ignacio de Márquez, Ra-
fael Urdaneta, Juan de Dios Aranzazu, Pedro Alcán-
tara Herrán, Tomas Cipriano de Mosquera, Rufino
Cuervo, José Hilario López, José María Obando y
José María Melo, todos ellos asumieran -en diferen-
tes capacidades- la conducción de Colombia y en
su momento contribuyeran -decididamente- a la
causa masónica.

Estos y otros masones asumieron responsabilidades


ciudadanas en las primeras décadas republicanas
de Colombia; entre ellas la práctica del arte de res-
ponder a la realidad histórica de los pueblos por me-
dio de documentos y lineamientos masónicos. Su
desempeño se hace palpable en sus resultados -
menos exitosamente- si se los compara con lo lo-
grado en los Estados Unidos de Norte América, pero
más intensos en sus propuestas libertarias y huma-
nistas. No es una exageración decir que con el Arte
Real que asume la masonería ciudadana en Latino-
américa, la Orden (por vez primera), se imbuye de

38
parámetros mestizos en países que viven una reali-
dad diferente a la europea --países que viven el rea-
lismo mágico de los Macondo y los Buendía, con los
que se entreteje la cotidianeidad de América y las
nuevas prácticas masónicas.

Por su parte, por los salones de la logia La Gran


Reunión Americana y por los de las Logias Lautari-
nas (propiciadas por Francisco de Miranda), para
1812, pasarían: Santiago Mariño, Andrés Bello, Luís
López Méndez, Simón Bolívar, Bernardo O´Higgins,
José de San Martin, José Antonio de Sucre, (quien
fundaría la logia Hiram, a su paso por Chuquisaca),
José Matías Zapiola, Carlos María de Alvear, Ma-
riano Moreno, Carlos Montufar y Servando Teresa
de Mier, Tomás Guido, Francisco Isnardi, Matías Iri-
goyen, Bernardo Monteagudo, José Manuel García
Lanza, José Antonio Álvarez Condarco, Martín Ro-
dríguez, Juan Enrique Rosales, Cornelio Saavedra,
Juan Martín de Pueyrredón, Gregorio García de Ta-
gle, Manuel Belgrano, y muchos otros próceres de la
independencia americana, con quienes se trató de
instituir operativamente las nuevas artes masónicas
en el contexto de la construcción de un Nuevo Mun-
do democrático y lleno de esperanza y libertad.

39
El motor de la acción masónica había cambiando de
continente, de actores y gestores, de tareas y de
prioridades. Los referentes básicos ya no eran las
catedrales góticas o románicas del Viejo Continente,
sino las tareas fundamentales de aquellas artes ne-
cesarias para acabar con una mentalidad colonial e
instituir una nueva forma de ciudadanía en Libertad,
Igualdad y Busqueda de la Felicidad.

Es por ello que tanto a Miranda como a Nariño se


les ha reclamado que sus logias, si bien fueron ma-
sónicas en origen y regularidad, le dieran más énfa-
sis a los aspectos libertarios que a los aspectos ri-
tualísticos. Lo cual -dado el cambio de continente y
de expectativas- es altamente probable ya que en
ese periodo las ideas del masón inglés John Locke,
de los norteamericanos, Benjamín Franklin, George
Washington, John Adams, Thomas Jefferson y del
propio marquis de Lafayette, así como de los france-
ses Voltaire, Rousseau y Montesquieu, del ameri-
cano y a la vez francés Thomas Paine habian incen-
diado el mundo instituyendo una novedosa espe-
ranza humanista en Libertad.

40
El ideario masónico se había convertido en un
conjunto de luces y fuegos --americanos en su
origen, universales en sus proyecciones y locales
en su práctica. Los lugares de esta nueva prác-
tica combativa por la conquista de la Libertad y la
formación de Nuevos Hombres en un Nuevo Mun-
do, eran otros ...diferentes a la tradicional Euro-
pa. En las americas se buscaba una masonería
diferente de las propuestas especulativas conce-
bidas en Inglaterra y en el resto del Viejo Mundo.

Desde una parte de América la masonería había


llegado a otras partes de América y se estaba ins-
tituyendo en la región comprendida entre el Tró-
pico de Cáncer y el Trópico de Capricornio, lle-
gando hasta los extremos australes del Nuevo
Continente donde a diferencia de la relativa ho-
mogeneidad europea, se estaba creando una raza
cósmica que conjugaría a cobrizos, blancos, ne-
gros y amarillos --en un mestizaje sin preceden-
tes... en medio de angustiosos gritos de libertad
inéditos hasta entonces.

A diferencia de los Estados Unidos que mantuvie-


ron silencio respecto a las contradic-
ciones de raza y color (e incluso es-
clavitud), la difusión de la masonería
en Sud América se realizó buscando
la integración de todos los pueblos
...llena de esperanzas pero cuajada
de fustraciones y de dolor.

Miranda tuvo la visión de un gran im-


perio independiente que agrupara a
todos los pueblos que estaban en po-
der de españoles y portugueses desde la margen
derecha del Mississippi en el Norte hasta la Tierra
del Fuego en el Sur, todo bajo el nombre de La
Gran Colombia. Para ello, Miranda fue incansable
en la preparación y especificación de nuevas insti-
tuciones democráticas que sustituyan a las antigu-
as formas absolutistas de gobierno.

41
Recuadro Nº 2.- Declaración de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano, propia de la Masonería Libertaria

La Declaración de los Derechos del Hombre y 4. La libertad consiste en poder hacer todo
del Ciudadano de 1789 fue elaborada y por el aquello que no cause perjuicio a los demás. El
abate francés Sieyes y por el masón norte ejercicio de los derechos naturales de cada
americano - francés Thomas Paine, quien in- hombre, no tiene otros límites que los que ga-
citó a la Revolución de 1776, con la publica- rantizan a los demás miembros de la sociedad
ción de su pequeño libro Common Sense, en el disfrute de los mismos derechos. Estos lími-
enero de 1777. Paine tes sólo pueden ser
planteaba que las co- determinados por la
lonias norteamericanas ley.
no obtenían ninguna
compensación de su 5. La ley sólo puede
metrópoli, cuyo único prohibir las acciones
propósito era explotar que son perjudiciales
sus riquezas, y que a la sociedad. Lo que
cualquier análisis sen- no está prohibido por
sato concluiría con la la ley no puede ser
necesidad de obtener impedido. Nadie pue-
la independencia del de verse obligado a
dominio británico y es- aquello que la ley no
tablecer un gobierno ordena.
republicano propio. En
la Declaración de los 6. La ley es expresión
Derechos del Hombre y de la voluntad de la
del Ciudadano, más de comunidad. Todos los
22 años después de ini- ciudadanos tienen de-
ciada la Revolución Li- recho a colaborar en
bertaria Norteamerica- su formación, sea per-
na, Paine decía que: sonalmente, sea por
medio de sus repre-
1. Los hombres nacen y sentantes. Debe ser
permanecen libres e igual para todos, sea
iguales en derechos. para proteger o para
Las distinciones socia- castigar. Siendo todos
les sólo pueden fun- los ciudadanos iguales
darse en la utilidad ante ella, todos son
común. igualmente elegibles
para todos los honores, colocaciones y em-
2. La finalidad de toda asociación política es la pleos, conforme a sus distintas capacidades,
conservación de los derechos naturales e im- sin ninguna otra distinción que la creada por
prescriptibles del hombre. Esos derechos son sus virtudes y conocimientos.
la libertad, la propiedad, la seguridad y la re-
sistencia a la opresión. 7. Ningún hombre puede ser acusado, arres-
tado y mantenido en confinamiento, excepto
3. La fuente de toda soberanía reside esencial- en los casos determinados por la ley, y de
mente en la Nación; ningún individuo, ni nin- acuerdo con las formas por ésta prescritas.
guna corporación pueden ser revestidos de Todo aquél que promueva, solicite, ejecute o
autoridad alguna que no emane directamente haga que sean ejecutadas órdenes arbitrarias,
de ella. debe ser castigado, y todo ciudadano reque-
42
rido o aprendido por virtud de la ley debe obe- pública y subvenir a los gastos de administra-
decer inmediatamente, y se hace culpable si ción, una contribución común, ésta debe ser
ofrece resistencia. distribuida equitativamente entre los ciudada-
nos, de acuerdo con sus facultades.
8. La ley no debe imponer otras penas que
aquéllas que son estricta y evidentemente ne- 14. Todo ciudadano tiene derecho, ya por sí
cesarias; y nadie puede ser castigado sino en mismo o por su representante, a constatar la
virtud de una ley promulgada con anterioridad necesidad de la contribución pública, a con-
a la ofensa y legalmente aplicada. sentirla libremente, a comprobar su adjudica-
ción y a determinar su cuantía, su modo de
9. Todo hombre es con- amillaramiento, su re-
siderado inocente hasta caudación y su dura-
que ha sido declarado ción.
convicto. Si se estima
que su arresto es indis- 15. La sociedad tiene
pensable, cualquier ri- derecho a pedir a to-
gor mayor del indispen- dos sus agentes cuen-
sable para asegurar su tas de su administra-
persona ha de ser seve- ción.
ramente reprimido por
la ley. 16. Una sociedad en la
que la garantía de los
10. Ningún hombre de- derechos no está ase-
be ser molestado por gurada, ni la separa-
razón de sus opiniones, ción de poderes deter-
ni aún por sus ideas re- minada, no tiene
ligiosas, siempre que al Constitución.
manifestarlas no se cau-
sen trastornos del or- 17. Siendo inviolable y
den público establecido sagrado el derecho de
por la ley. propiedad, nadie po-
drá ser privado de él,
11. Puesto que la libre excepto cuando la ne-
comunicación de los cesidad pública, legal-
pensamientos y opinio- mente comprobada, lo
nes es uno de los más exige de manera evi-
valiosos derechos del dente, y a la condición
hombre, todo ciudada- de una indemnización
no puede hablar, escri- previa y justa.
bir y publicar libremen-
te, excepto cuando tenga que responder del Trascribiendo lo dicho en una enciclopedia
abuso de esta libertad en los casos determina- contenporánea, vemos que, la Declaración fue
dos por la ley. el prefacio a la Constitución de 1791. La pri-
mera traducción americana completa de sus
12. Siendo necesaria una fuerza pública para 17 artículos al español es obra de Antonio Na-
garantizar los derechos del hombre y del ciu- riño, publicada en Bogotá en 1793. Una se-
dadano, se constituirá esta fuerza en beneficio gunda versión ampliada, conocida como De-
de la comunidad, y no para el provecho parti- claración de los Derechos del Hombre de 1793,
cular de las personas a las que ha sido con- fue aprobada posteriormente e incorporada a
fiada. la Constitución francesa de ese año, ambas de
muy breve aplicación en Francia, hasta media-
13. Siendo necesaria, para sostener la fuerza dos del Siglo XX.
43
Obviamente, los miembros de las antiguas institucio-
nes reaccionaron violentamente, contra los iniciado-
res de tales propuestas. La intolerancia y la arbitra-
riedad de la monarquía y de la iglesia -ambas obce-
cadas en sus ideas y emborrachadas con su poder,
típicamente español en su crueldad y brutalidad en
el nombre de Dios y de sus supuestos derechos de
conquista- fueron causa de muchos dolores en un
siglo en el que por un lado se expandía la Orden y
por el otro se multiplicaban las incomprensiones y
prejuicios contra ella.

Lo que sucedió con la publicación en castellano de


la Declaración de los derechos del hombre y del ciu-
dadano, formulada por Thomas Paine y el abate Sie-
yes, en plena Revolución Francesa, es una clara ra-
diografía de los pensamientos modernos de los ma-
sones y de las instituciones arcaicas del “Antiguo
Régimen” (Ancien Régime), que la masonería echó
abajo en Europa y que las logias masónico-liberta-
rias expulsarían de América.

Es importante recordar cómo, las reacciones violen-


tas de las instituciones obsoletas del Antiguo Régi-
men se hicieron evidentes en América, tomando co-
mo ejemplo único, en este texto, lo sucedido en el
juicio a Nariño. Allí, los oficiales de la corona ni si-
quiera querían pronunciar el título de la Declaración
de los derechos del hombre y del ciudadano… y se
referían a ella como “el papel.” Tal como comenta
un cronista de la época: “en su encendida declara-
ción de descargo de las acusaciones que se le impu-
taban, Nariño hizo la apología de tales principios y
doctrinas, lo que causó más sorpresa y escándalo
que la misma publicación entre los oidores del Tribu-
nal de la Real Audiencia, ignorantes por completo de
las corrientes nuevas del pensamiento filosófico y
político, a pesar de que éstas aireaban ya los círcu-
los intelectuales allegados a la Corona.”

"La Audiencia -decían los funcionarios del Ancien


Régime- que conoce el carácter y conducta de este

44
reo (Nariño), infiere otras consecuencias, creyendo
firmemente que por la impresión “del papel” procu-
ró... propagar otras ideas para que a imitación de los
franceses se sembrase en este Reino la discordia, la
insubordinación, la independencia, la libertad.”

Evidentemente, la anarquía que se desató después


de 1789 en Francia era temida en toda Europa, mu-
cho más en España, donde se hacía realidad la pe-
sadilla de las insurrecciones en sus colonias. “Si en
el concepto de Nariño “el papel” no es malo -conti-
núan sus acusadores- por eso quería que estos na-
turales se imbuyesen en su doctrina por medio de la
impresión... Es malísimo “el papel” por todos los res-
pectos, [...] En “el papel” se describen los derechos
del hombre; esto es lo que le corresponde en la so-
ciedad unido con los demás, y en fuerza de que éste
es su título, (por ello) deduce Nariño que no cometió
delito en la impresión. Esta sería buena consecuen-
cia para un francés; mala y perjudicial en un español.
Recurra a los principios de nuestra constitución.
Examine los que corresponden al Gobierno Monár-
quico y comprenderá el delito que echa de menos.
Los derechos del hombre conforme al “papel” están
detallados por un sistema constitucional; y como el
nuestro sea enteramente opuesto a aquél, es preciso
que no sean unos mismos los derechos de los hom-
bres que viven en dos diferentes sociedades. No se-
ría delito imprimir una obra en que se dignasen los
derechos del hombre, cuando éstos se acomodasen
a los que se permiten y conceden por nuestra legisla-
ción [...]”
"¿Dónde ha adquirido Nariño la facultad de investigar
los arcanos del Gobierno? [...] Contrayéndose en
esta… proposición a los principios “del papel” com-
parados con los que recuerda de los autores, explica
individualmente los más impíos y detestables. Que
el hombre nace libre y su sujeción a un jefe es para
mejorar su suerte. Que los hombres son iguales y
todos deben gozar de las delicias de la libertad. Que
la sociedad de Filadelfia (la independencia de Norte
América), se juntó para promover la abolición de la

45
esclavitud y tiranías. Que ningún hombre recibió de
la naturaleza el derecho de mandar a los otros. Que
la autoridad de los Reyes dimana de los pueblos.
Que el Príncipe recibe de sus súbditos la autoridad.
Que no puede disponer de ella sin el consentimiento
de la Nación. Que la Corona, el Gobierno, la pública
autoridad son bienes de la nación. Que ésta es la
propietaria y los Príncipes usufructuarios. Que a nin-
guno se puede inquietar en sus opiniones, aunque
sean religiosas, como su manifestación no turbe el
orden público.

Con éstas y otras máximas se pinta la libertad, se


describe la igualdad de los hombres, se engrandece,
se ensalza la autoridad del pueblo, se deprime, se
disminuye la de los soberanos; y se prueba final-
mente la moderación “del papel” con las doctrinas y
opiniones que se estampan y deberían haberse se-
pultado en el olvido [...]

Si Nariño discurre por su escrito como él manifiesta,


¿qué se hablaría en su casa por los concurrentes a
ella? ¿Cómo trataría estos asuntos en aquel cuarto
fabricado al intento? ¿En aquel retrete, que ellos
mismos llaman el templo o santuario? [...]
La Audiencia, Señor, espera que sus providencias
merezcan la aprobación de V.M. por lo que produce
el testimonio que acompaña comprensivo el escrito
de Nariño y las diligencias practicadas en su virtud.
Nuestro Señor… que la Monarquía necesita. San-
tafé, 19 de septiembre de 1795. Señor (siguen cua-
tro firmas). Luis de Cháves - Joaquín Inclán - Juan
Hernández de Alba -Francisco Javier Ezterrifra."

Este documento nos hace recuerdo de las bulas pa-


pales de excomunión a la masonería en Europa y a
los juicios contra Galileo y Giordano Bruno por consi-
derar que la tierra no era el centro del universo y que
ésta se movía alrededor del sol... en este caso,
muestra las ideas enceguecidas de una Europa colo-
nial, que consideraba que la libertad ciudadana no
es algo que corresponde a los pueblos... a ningún

46
pueblo... menos aún a los Nuevos Hom-
bres de un Nuevo Mundo. Cuán equivo-
cada estaba Europa y cuanto dolor tuvieron
que vivir los latinoamericanos para expre-
sar y conquistar su Libertad.

Los juicios, destierros y encarcelamientos


que tuvieron que sufrir tanto Miranda como
Nariño, y un gran número de masones de
la época, son incontables. Muchos maso-
nes, como Miranda y Nariño fueron senten-
ciados a muerte por fusilamiento… aunque
muchos tuvieron el coraje y las ayudas ne-
cesarias para escapar de la muerte, otros dejaron
este mundo convencidos de que en la América se
podía construir un mundo de igualdades, libertades y
fraternidades masónicas… pero que para ello pri-
mero había que acabar con una gran cantidad de ti-
ranías y de instituciones coloniales… pero ¡atención!
todavía muchas de estas tareas están pendientes de
realización.

Nariño y Miranda muestran que -desde distintas


perspectivas- el ideario de Libertad, Igualdad y Bús-
queda de la Felicidad había implicado un “giro” en la
concepción de la masonería --una nueva tarea para
el un arte que -en su búsqueda de la Libertad, la
Igualdad y de la Búsqueda de la Felicidad fraterna-
no podía ignorar un conocimiento interior y una an-
siada espiritualidad en cada ser humano y en el co-
lectivo social de la patria y la comunidad inmediata.
Su rechazo era a la demagogia y a las propuestas
fantasiosas e inhumanas, al marketing inescrupuloso
de lo oculto que enceguecía a los asistentes a los
salones y tertulias europeas. Rechazaba a los char-
latanes y promotores de falsas conciencias, y profun-
dizaba en los procesos de liberación, cambio y trans-
formación personal, que el masón debe seguir en la
ruta de las responsabilidades ciudadanas… expan-
diendo cada vez más sus acciones, sus deberes y
actitudes. La Nueva Masonería, ya desde entonces,
era (y comtinua siendo) una forma responsable de

47
búsqueda interior y de acción directa para el cumpli-
miento de los deberes para con uno mismo y para
con la comunidad que lo cobija. Emerge así un
nuevo arte masónico que tiene un trasfondo profun-
do -quizás esotérico- en la medida en que es com-
prendido únicamente por los iniciados en la práctica
ciudadana de la prudencia libertaria en aras de un
bien mayor para todos los ciudadanos... para ello
tratará de recuperar la sabiduría de todos los tiem-
pos ya que su objetivo es unificar y mejorar las tradi-
ciones y prácticas culturales de cada pueblo en su
propio tiempo y lugar.

Con la Nueva Masonería no se olvidan los principios


solidarios de los constructores de catedrales, ni tam-
poco pierden vigencia las obras de caridad, pero los
masones, especialmente en América Latina, ahora
se muestran abocados a la búsqueda de la Verdad
y a la práctica de las libertades ciudadanas nece-
sarias para la construcción de nuevos países, nue-
vas sociedades, nuevos hombres y nuevas institu-
ciones bajo el nivel, la escuadra, la plomada y el
compás. Así, en las Américas empiezan a nacer los
derroteros de una nueva forma de hacer humanidad
...nace una nueva forma de hacer masonería.

48
3.- Los orígenes de la Masonería Simbólica en el
Alto Perú, antes de 1805

Es evidente que la Masonería de los Miranda y los


Nariño tuvo un impacto determinante en Sud Amé-
rica, pero -ciertamente- no fue la primera en llegar
a nuestras tierras. La conformación de logias masó-
nicas a fines del Siglo XVIII y principios del XIX, en
territorios de la Audiencia de Charcas, data de unas
décadas antes y ha sido un tema que ha ocupado a
muchos masones historiadores, entre ellos a conno-
tados escritores como Gabriel René Moreno, Rosen-
do Gutiérrez, Agustín Iturricha, Ángel Salas, Rodolfo
Salamanca La Fuente y Arturo Costa de la Torre.

Estos seis masones, entre otros, con más de un si-


glo de separación entre ellos (de 1840 a 1980), con-
cuerdan con el hecho de que antes de 1805 -pro-
bablemente desde mediados de 1790- operaba en
la ciudad de La Paz la Logia “Caballeros de Amé-
rica” de la cual, en algún momento, el protomártir de
la Independencia, Don Pedro Domingo Murillo fuera
su Venerable Maestro. Más aún, hay quienes consi-
deran que de manera previa, o por lo menos simul-
tanea, a la masonería de La Paz, en la “docta Char-
cas” (hoy la ciudad de Sucre), hubo una logia masó-
nica (los Haukes o hermanos); presidida por José
María Serrano; una logia sucesora de la Logia So-
ciedad de Independientes, en la que figuraban los
hermanos Urcullo y los hermanos Zudañes, Leandro
Usín, Manuel Aniceto Padilla, Antonio Álvarez de
Arenales y Bernardo Monteagudo.

49
Sin muchas referencias a este respecto, excepto la
propuesta de que fue de Charcas que masones de la
Universidad de San Francisco Xavier habrían partido
tanto a Buenos Aires como al Cuzco y La Paz, con el
propósito de organizar nuevas logias masónicas, se
comenta que el pensamiento de estas logias era por
encima de todo libertario, ya que además de linea-
mientos masónicos promovían -al mismo tiempo- la
emancipación de la América colonial.

El H... Gabriel René Moreno en su afamada obra


“Últimos días coloniales en el Alto Perú” hace notar
que para los años 1801 y 1802, “un
grupo de altoperuanos y rioplatenses,
provenientes de las aulas universita-
rias de San Francisco Xavier, descon-
tentos con la situación colonial en
América, recorrían por diferentes ciu-
dades del Virreinato promoviendo
consignas acerca del derecho a la vi-
da, la libertad y la búsqueda de la feli-
cidad (al estilo de la Declaración de
Independencia de los Estados Unidos
de Norte América, 1776), y la trilogía
de Libertad, Igualdad y Fraternidad (de los franceses
de 1789), …distinguiéndose por su amor a la Liber-
tad y sus sacrificios por la Independencia.”

Nuestro I... H... Agustín Iturricha, por su parte, indica


que “Los trabajos de la Independencia americana,
incubados en la docta Charcas, se debieron a la Lo-
gia Sociedad de Independientes, cuyos principios y
organizaciones fueron llevados a Buenos Aires por
Bernardo Monteagudo, organizándose la célebre Lo-
gia Lautaro, (en 1812), base de los movimientos in-
dependentistas.” Esta versión de los primeros movi-
mientos emancipadores se contrapone a la versión
más conocida y mejor documentada que sugiere que
fue Bernardo O´Higgins quien promovió la formación
de las Logias Lautarinas tanto en Buenos Aires como
en Santiago de Chile. Quizás de lo que habla Iturri-

50
cha es de una acción complementaria de Bernardo
de Monteagudo en la conformación -en 1812- de la
Logia Lautaro en Buenos Aires junto con Manuel Bel-
grano, de quien hablaremos más adelante.

Dejando Charcas y concentrándose en La Paz, Ro-


sendo Gutiérrez, hermano masón del Siglo XIX, re-
alza la figura masónica y libertaria de Pedro Domin-
go Murillo, a quién lo muestra, a fines del Siglo XVIII,
como un activista libertario en varias de las asocia-
ciones civiles y clubes sociales paceños: lo muestra
como “el alma del Club de La Paz” y centro de la in-
teligencia paceña junto con los Doctores Sagárnaga,
Lanza y Catacora. Costa de la Torre, por su parte,
considera que “La Logia Caballeros de América” de
La Paz, no era una logia aislada sino que “mantenía
enlaces con logias masónicas y patrióticas del Cuz-
co, Charcas, Buenos Aires y otras que estaban dise-
minadas por toda América.”

En esta sucesión de masones escritores e historiado-


res, llegamos a Ángel Salas, periodista de El Diario
de La Paz y comisionado por la Gran Logia de Boli-
via para escribir una historia de la Masonería en Boli-
via, allá por el año 1956. Este periodista publicó un
extenso documento acerca de Murillo y la Logia “Ca-
balleros de América,” en el periódico donde él traba-
jaba. En ese artículo de prensa, Salas reconoce que
al igual que en la mayor parte de las ciudades impor-
tantes de la Colonia, “en La Paz funcionaba una lo-
gia masónica cuyos trabajos estaban dirigidos a la
emancipación del continente” “…los cuales fueron
delatados en 1805, precisamente cuando estaba al
borde una de las muchas revoluciones fraguadas e
impulsadas por el escarnio que los peninsulares ha-
cían de los derechos humanos y por el influjo de las
ideas francesas y por la independencia de los Esta-
dos Unidos... (gestionadas) al amor de los principios
de la Masonería que a esa hora había adquirido
enorme preponderancia en los espíritus selectos.”
...Masonería y Libertad, se mostraban idénticas.

51
Recuadro 3: La Inquisición Católica en el Alto Perú y la emergencia
masónica
Un referente fundamental para la actividad Oficio. En este sentido, cualquier librepensa-
encubierta de la Masonería en el Alto Perú, dor estaba expuesto a denuncias por amigos,
fue la presencia funesta de la Inquisición que, enemigos o familiares como poseedor de una
desde Lima, controlaba la vida cotidiana de la biblioteca con textos prohibidos.
población sudamericana. Esta pavorosa insti-
tución sembraba pánico en todos los quehace- Recién el 2 de julio de 1751, la masonería fue
res y aspectos sagrados y profanos de una objeto de una bula especial que -con referen-
población diversa, sometida a los dictados de cias explicitas a la Orden- prohibía a los veci-
una religión colonial excluyente, tiránica y san- nos de las colonias españolas la práctica de la
guinaria. El Tribunal del Santo masonería, y calificaba de peligrosa a cual-
Oficio para la Preservación de quier persona que apoye o
la Fe y la Iglesia se instituyó, encubra a los francmasones.
tanto en el Alto como en el El juicio más sonado contra
Bajo Perú, mediante una dis- un masón fue el de Antonio
posición del 28 de enero de Nariño, empezado en Santa
1569, en la que se nombraba Fe de Bogotá pero realizado
al Cardenal de Sagunto, Fray en España... el tiempo que
Servando de Cerezuela, por duró su juicio fue de 16 años
entonces residente en Cocha- (apresado en 1794 y dejado
bamba (Villa de Oropeza), con libre en 1810).
poderes sobre todas las pro- Desde mediados del Siglo XVI,
vincias del Virreinato del Perú, cuando empezó la Inquisición
“para el servicio de Dios y el in- en el Virreinato del Perú, era
cremento de nuestra religión evidente que a diferencia de
cristiana... como cosa que ha las Colonias de Norte Améri-
parecido muy conveniente ...” Estas eran las ca, en Sud América se consideraba que los ve-
bases de las artes sacerdotales de la época. cinos de los virreinatos españoles eran mejo-
El denominado Santo Oficio funcionó en Lima res siervos del Rey, si se los mantenía en la ig-
hasta el año 1813, en el que con la Reforma norancia, y que el solo hecho de saber leer y
Borbónica fue eliminado. En ese periodo de escribir era motivo de discordias con los agen-
casi dos siglos y medio, con una dinámica si- tes de su Majestad. Esta disposición entró en
lenciosa pero extraordinariamente intolerante conflicto con los Doctores de la Real Audiencia
y efectivamente salvaje, se instauraron 59 de Charcas (principalmente provenientes de
causas que terminaron en la hoguera, 9 con la España, pero con un gran número de criollos
trituración de los huesos de los torturados, y entre ellos). Tal disposición afectó también a
458 condenados al azote. Las principales vícti- las membrecías masónicas de diversas perso-
mas de estos castigos eran los denominados nas, quienes tuvieron que mantener su condi-
“marranos”; es decir, judíos de origen que mi- ción de masones como el mayor de los secre-
graron a las Américas, para ser denunciados - tos. Nos referimos a masones iniciados en Es-
por cualquier vecino- de que seguían practi- paña, los Estados Unidos de N.A., Inglaterra,
cando sus rituales judíos o que eran practican- Francia o los Países Bajos, quienes de inicio se
tes de brujerías, ceremonias oscuras o actos arriesgaban a proteger a los judíos y “marra-
de medicina. Otros eran denunciados de afe- nos.” Ellos tuvieron que hacerlo con el mayor
rrarse a sus culturas ancestrales --especial- de los cuidados manteniendo sus afiliaciones
mente los indígenas. Menor en número fue- masónicas particularmente bien escondidas
ron los miembros de la Francmasonería, los ...sin papeles ni referencias escritas. Estas per-
que con mayor frecuencia fueron denunciados sonas únicamente develaban su condición de
por tener libros no autorizados por el Santo masones “entre Hermanos y en Secreto.”
52
Recuadro 4: Las aduanas y los productos prohibidos en el Alto Perú durante la
Colonia
Las autoridades coloniales, siguiendo linea- Con el mismo sentido de protección ante las
mientos de la metrópoli española, tomaron la ideas libertarias, el gobierno colonial español
decisión de restringir la información libertaria incautó platería y juegos de mesa hechos de
e independentista, que cundió como una epi- cerámica, porque en ellos se grababan símbo-
demia, luego de la Independencia de los Esta- los libertarios y masónicos. No debemos olvi-
dos Unidos de Norte América en 1776 y la dar que Paul Revere, el promotor de la Boston
Revolución Francesa de 1789. Los libros en Tea Party, precursora de la Guerra de la Inde-
idiomas extranjeros fueron sujetos a una es- pendencia en los EEUU, era un importante ar-
tricta restricción, lo mismo que tesano en peltre y plata, y sus
cualquier objeto que lleve la cajitas de rapé así como sus
palabra Libertad escrita, gra- juegos de platos, tasas y jarras
bada o esculpida. Es así que las llevaban grabadas insignias ma-
monedas norteamericanas que sónicas así como símbolos li-
mostraban el gorro frigio, una bertarios que invitaban a la
cabeza de mujer, o un árbol conversación y promovían la
junto con la palabra Liberty emancipación de los pueblos.
fueron proscritas e incautadas. A pesar de todas las restriccio-
Lo mismo sucedía con cual- nes los libros y objetos que se
quier libro u objeto que tenga referían a la autodeterminación
grabadas o pintadas las insig- de los pueblos y la libertad de
nias masónicas más conocidas los hombres encontraron múlti-
de la Escuadra y el Compás. ples caminos hasta Vera Cruz,
Libros como los de John Locke Portobelo, el Callao, Lima y
sobre el gobierno civil, la tole- Buenos Aires (los puertos más
rancia o sobre el entendimien- importantes de la Colonia), y
to humano escritos en torno a luego -con mucho tiempo de
1688, o las obras de Montesquí retraso- a las ciudades del Alto
y Diderot sobre el espíritu de Perú, que se encontraban (y to-
las leyes o la filosofía del go- davía se encuentran hoy), dis-
bierno, de la década de 1750, así como el Cán- tantes de las ciudades-puerto donde atraca-
dido de Voltaire o El Camino de la Riqueza de ban los barcos ingleses y holandeses, portado-
Benjamín Franklin del mismo periodo, y las res de los artículos de moda, las publicaciones
obras de Thomas Jefferson que objetan el rol de avanzada y de las personas que -provenien-
de la monarquía y cuestionan el derecho a es- tes de Europa y los Estados Unidos- hacían cir-
tablecer impuestos en la colonias, o los Pensa- cular todas estas novedades de la época. Nin-
mientos acerca del Gobierno y la Defensa de la gún control fronterizo o aduanero podía impe-
Constitución Americana, escritos por John dir que masones de un país lleven a otro país
Adams a finales del Siglo XVIII, fueron expresa- las ideas de cambio y liberación.
mente prohibidos por los agentes coloniales. Sin embargo, esta acción requisitoria de las
Cualquier copia de la Declaración de los Dere- aduanas y las fuerzas de la policía, contribuye-
chos del Hombre y del Ciudadano escrita por ron a que registros y documentos masónicos
Thomas Paine y el Abate Sieyes era objeto de fueran quemados y destruidos por sus propie-
juicio ante el Tribunal del Santo Oficio. En el tarios ya que constituían motivo de persecu-
caso de Francisco de Miranda, en Venezuela, ciones y encarcelamientos en Sur América --a
éste precursor de la Libertad Americana fue diferencia de lo que sucedía en Norte América,
apresado y juzgado tanto por sus afanes liber- donde tales documentos circulaban abierta-
tarios como por los libros que se encontraron mente entre colonos y autoridades coloniales.
en su biblioteca personal.
53
“Murillo y sus compañeros de La Paz -nos dice el
H... Ángel Salas- estaban perfectamente informa-
dos de las corrientes liberales, lo mismo que del
desconcierto reinante en la Corte por las prédicas
del Conde de Arana (1719-1798), profundamente
imbuido de las doctrinas francesas. A él se le debía
la expulsión de los jesuitas, tanto de España como
de América y la restricción de los poderes de los In-
quisidores. Fue él mismo quien inspiró …sagaces
medidas dictadas en amparo de los americanos,
que virreyes, gobernadores e intendentes se obsti-
naban en no darlas a conocer, prolongando la servi-
dumbre infamante a que estuvieron sujetos los
nativos, como reveló en páginas candentes de in-
dignación, el Padre Las Casas.”

Salas, comenta que descubierta la Revolución de


1805, en el Cuzco los cabecillas fueron ahorcados,
mientras que en La Paz, los masones comprometi-
dos en ese movimiento, fueron tratados con menor
rigurosidad, al parecer debido a que el Intendente
Burguyo era miembro de la “logia paceña” y que “se
mantenía seducido por los nobles fines, altruistas y
filantrópicos de la institución masónica.” En otras
palabras, Burguyo era un masón, firme seguidor del
Conde de Arana.

El juicio a los insurgentes de 1805 duró más de dos


años, en los cuales las destrezas jurídicas de Muri-
llo y Catacora fueron ejemplos de lucidez y funda-
mentos filosóficos acerca de la Libertad que debe
primar en los pueblos. En medio de estos esfuer-
zos, los trabajos masónicos continuaban y los ma-
sones paceños “se reunían por lo general en la
casa de un hombre ilustre elegido por el pueblo
como Primer Alcalde: Don José Ramón de Loayza,
dueño de considerable fortuna…” “… en esa casa y
en las de Frías, Guerra, Sagarnaga, Murillo y Cata-
cora se reunían los masones denominados “Caba-
lleros de América.” “… y fueron estos…quienes
alcanzaron preeminencia en el Cabildo y en la Junta

54
Tuitiva por expresa determinación del pueblo, así por-
que eran los mejores y los más activos.” En el nom-
bre de esta logia masónica (Caballeros de América),
se puede intuir una vocación americanista, libertaria e
integracionista.

Pedro Domingo Murillo, el motor de la insurrección en


La Paz, había estudiado Derecho en Charcas y había
profundizado su formación en el Cuzco, donde fue
iniciado masón. En tal sentido las vinculaciones per-
sonales con los masones del Cuzco eran estrechas.
Gustavo Adolfo Otero, autor del libro “Murillo y su
tiempo,” -nos recuerda Ángel Salas- decía al res-
pecto: “…No queremos abrir interrogaciones polémi-
cas sobre la estructura, organización y liturgia de las
sociedades secretas que funcionaban en La Paz y en
otros centros del Alto Perú, pero debemos dejar esta-
blecido algo muy importante… y lo importante es que
hubo en La Paz una sociedad masónica que encen-
dió la simbólica tea de la Libertad. Con ese emble-
ma, los protomártires de la Independencia actuaron
decidida y heroicamente hasta conseguir lo que pare-
cía una utopía el año 1809, la emancipación del Alto
Perú.”

Con este comentario nos acercarnos a ciertas preci-


siones acerca del origen colonial de la masonería y
de su enfoque independentista y libertario. Cierta-
mente, éste se inicia con los principios de la Indepen-
dencia Norte Américana que llegan en forma de texto
con las cartas de Benjamín Franklin, los escritos de
Jefferson y los libros de John Adams acerca de las di-
námicas de un Estado Liberal y Democrático, así co-
mo con las ideas libertarias de la Revolución France-
sa, malograda por sus propios excesos. Todo ello
nos hace relacionar lo sucedido en La Paz en1805,
con un proceso libertario; mientras que los hechos
del 25 de Mayo 1809, en Chuquisaca, parece que es-
tuvieron más vinculados a la invasión napoleónica a
España (fines de 1807), la renuncia al trono del Rey
Carlos, la emergente figura de Fernando VII, y las ex-

55
pectativas de Carlota Joaquina de Borbón y su en-
viado a las colonias: José de Goyeneche (1808). Es-
tos acontecimientos demandaban una respuesta que
se hacía aún más urgente e inminente en las colo-
nias, ya que la Corte Portuguesa -ante los ataques
napoleónicos y las ambiguas respuestas de los es-
pañoles- se había refugiado en el Brasil, y desde allí
ejercía sus mandatos imperiales.

Es en este contexto en el que el Consejo Universita-


rio de la Universidad de San Francisco Xavier, del
que era parte Jaime Zudañes, responde con una
carta-pronunciamiento que a la letra dice:

56
… Que la inicua retención de la sagrada persona de
nuestro Augusto Fernando Séptimo en Francia, no
impide el que sus vasallos de ambos hemisferios, re-
conozcan inflexiblemente a su soberana autoridad,
adoren su persona, cumplan con la observancia de
las leyes, obedezcan a las autoridades, tribunales y
jefes respectivos que los gobiernan en paz y quietud,
y sobre todo a la junta Central establecida última-
mente que manda a nombre de Fernando Séptimo,
sin que la América necesite que una potencia extran-
jera quiera tomar las riendas del Gobierno como la
Señora Princesa Doña Carlota Joaquina, a pretexto
de considerarse “suficientemente autorizada y obli-
gada a ejercer las veces de su Augusto Padre Don
Carlos Cuarto (que ya dejó de ser Rey) y Real Fami-
lia de España existen-
tes en Europa.” Estas
son algunas de las ex-
presiones del mani-
fiesto chuquisaqueño
que se muestra más
fernandista que masó-
nico-libertario.

Evidentemente, gran
parte de quienes se
rebelaron el 25 de
Mayo, no tenían la
emancipación ameri-
cana en mente sino la
restitución de un or-
den colonial con Fer-
nando VII a la cabeza.

No sucedió lo mismo
en La Paz, unos me-
ses más tarde. La Re-
volución de Julio de
1809 fue libertaria co-
mo lo fue la de 1805;
pero en la de 1809 ya

57
no se puede hablar de una participación masónica
exclusiva o fundamental. Si algo habían aprendido
los rebeldes de 1805 era que sólo con los círculos
masónicos y las autoridades liberales no se podía
concretar un alzamiento. Por ello, la participación
ciudadana en La Paz sobrepasó en mucho a las in-
tenciones de sus líderes. Más aún, lo ocurrido en
Chuquisaca, movilizó a un grupo relativamente gran-
de de fernandistas quienes se vieron frustrados el
momento en que la Junta Tuitiva y su Proclama, in-
dudablemente libertaria, planteaba:

“Hasta aquí hemos tolerado una especie de destierro


en el seno de nuestra Patria. Hemos visto con indife-
rencia por más de tres siglos sometida nuestra primi-
tiva libertad al despotismo y la tiranía de un usurpa-
dor injusto que degradándonos de la especie huma-
na, nos ha reputado por salvajes y mirado como es-
clavos; hemos guardado un silencio bastante aná-
logo a la estupidez que se nos atribuye por el inculto
español.”

“Ya es tiempo, pues, de sacudir yugo tan funesto a


nuestra felicidad, como favorable al orgullo nacional
del español; ya es tiempo de organizar un nuevo
sistema de gobierno fundado en los intereses de
nuestra Patria, altamente deprimida por la política de
Madrid; ya es tiempo, en fin, de levantar el estandar-
te de la libertad en estas desgraciadas colonias, ad-
quiridas sin el menor título y conservadas con la ma-
yor injusticia y tiranía.”
“Valerosos habitantes de La Paz y de todo el imperio
del Perú revelad vuestros proyectos por la ejecución;
aprovechaos de las circunstancias en que estamos;
no miréis con desdén la felicidad de nuestro suelo;
no perdáis jamás de vista la unión que debe reinar
en todos para ser en adelante tan felices como des-
graciados hasta el presente”

Pedro Domingo Murillo, Melchor Giménez, Mariano


Graneros y Juan Pedro Indaburu, asumieron la con-
ducción de este nuevo levantamiento y su primera
58
consigna fue controlar el regimiento de La Paz, del
cual Indaburu era su comandante, y obtener el apo-
yo del Gobernador Tadeo Dávila que había reem-
plazado al Intendente Burguyo (quien había apoya-
do a los insurrectos de 1805).

Para resaltar este contexto de gloria para los proto-


martires de la independencia que se inició el 16 de
julio de 1809, es preciso retornar a 1805, que es el
año de las gestiones masónicas antecesoras del gri-
to libertario juliano. Esto es necesario aunque sólo
sea para recordar a los personajes masónicos que
iniciaron el proceso libertario y emancipador alto-pe-
ruano en 1805. Para ello recurriremos a las notas
biográficas que el I... H... Arturo Costa de la Torre
nos ha dejado mediante una serie de semblanzas de
los masones de 1805; mostrando que algunos de
ellos continuaron su lucha en 1809 en La Paz.

Costa de la Torre complementa esas semblanzas


con pequeñas biografías de quienes empezaron las
luchas emancipadoras del 14 de Septiembre de
1810, en Cochabamba, y del 24 de Septiembre en
Santa Cruz, con personajes como Esteban Arce, Jo-
aquín de Lemoine y Eustaquio Moldes respectiva-
mente... posiblemente masones.

En el caso de los masones de 1805... precursores


de la Independencia, hace notar que Juan de He-
rrera y Foronda, nacido en La Paz el 14 de abril de
1760, y residente de esta ciudad, fuera uno de los
más fogosos agitadores de las Juntas Masónicas
Secretas que desafiaban y confundían a las autori-
dades realistas con pasquines contestatarios, escri-
tos por un grupo de libertarios. Al parecer, Herrera
sería uno de los activos precursores de la masone-
ría en lo que vendría a ser la República de Bolivia.

Este masón comprometió su fortuna tanto en publi-


caciones como en reuniones y viajes para diseminar
un sentimiento de independencia enmarcado en los
ideales masónicos provenientes de cuatro fuentes:
59
primero por el pensamiento masónico de Norte Amé-
rica, de Benjamín Franklin y George Washington; se-
gundo, por lo que parecía provenir de las logias co-
lombianas formadas por Antonio Nariño. Tercero,
por el pensamiento generado en las logias masóni-
cas de Francisco de Miranda en Venezuela unas, y
en el sur del continente otras, las que adquirieron
preeminencia recién a partir de 1812 (las denomina-
das lautarinas); y cuarta por el pensamiento de mili-
tares europeos en Jamaica y La Española. Juan de
Herrera y Foronda, se muestra como un viajero in-
cansable que con los contactos necesarios y los re-
cursos económicos que tenía a su disposición pudo
visitar a estos 4 focos de pensamiento masónico.

Los historiadores de la época resaltan el impacto


que tuvo una antigua tradición masónica del Caribe;
es decir, (5º) el impacto de los grupos de militares
tanto franceses como ingleses, holandeses y espa-
ñoles que estaban acuartelados en lo que hoy son
Jamaica, Haiti y Domicana; y hablaban de una sexta
fuente proveniente de la propia España, donde las
ideas libertarias de las Universidades del Nuevo
Mundo habían cuajado y volvían a América en el
Siglo XVIII revestidas de Reformas Administrativas.

El viajero: Juan de Herrera y Foronda, ejerció como


Alcalde Ordinario de La Paz, y su residencia estaba
en el barrio del Mejawira, Calle de las Morcillerías,
hoy Calle Ballivián. Allí, recurrentemente organizaba
reuniones masónicas y tertulias culturales, azuzando
la acción de diferentes grupos de vecinos. No se tie-
ne una referencia pictografica ni un registro de la fe-
cha de su muerte, aunque hay quienes estiman que
ésta se dio en 1802, resultado de una extraña epide-
mia que azotó a la Ciudad de La Paz, y por la que
también murió el Capitán Rodrigo Flores Picon (muy
amigo de Herrera y esposo de la heroína paceña
Doña María Vicenta Juariste Eguino Diez de Medina,
con quién compartía las inquietudes libertarias de
Juan de Herrera y Foronda).

60
Por su parte, Rodrigo Flores Picon Fernández de
Castro era español de nacimiento, oriundo de Mérida
en la provincia de Badajoz, Extremadura. Fue uno de
los caballeros, hidalgos e hijosdalgos extremeños
que llegaron a las Indias de América a fines del Siglo
XVIII. Primero, a partir de 1782, radicó en Buenos
Aires donde, en 1783, gracias a su “linaje blasonado”
fue nombrado Capitán de las Milicias del Rey.

En el texto de su nombramiento de capitán, por el


Gobernador de las Provincias del Río de La Plata, se
lo destina a la ciudad de La Paz, donde se acanto-
naba un poderoso destacamento militar luego de las
sublevaciones indígenas de 1781. Por su destacada
labor tanto militar como social y administrativa, fue
ascendido a Segundo Comandante de las fuerzas re-
alistas, cargo en el que permaneció hasta 1799,
cuando fue remplazado por Juan Pedro Indaburu.

Flores Picon era, además, un reconocido masón y fi-


lántropo. El fue uno de los precursores de la Revolu-
ción de 1805. De 1798 a 1802, fue sino el promotor
de una serie de levantamientos, una de las voces
más críticas contra “el mal gobierno” de las colonias,
promoviendo la emancipación de los nativos y crio-
llos alto-peruanos. En 1799, renunciando a sus car-
gos y prerrogativas se dedicó a la causa de la eman-
cipación americana. Esta acción motivó que muchos
de los militares españoles que trabajaban con Flores
Picon se unieran a su causa (entre ellos Juan Pedro
y Pedro José Indaburu, militares de profesión).

También se encontraba Don José Gabriel Castro,


otro español, quien ya iniciada la gesta libertaria de
Julio de 1809, pasó a ser parte de las milicias que
combatían en los Yungas de La Paz, junto con el pró-
cer alto-peruano Manuel Victorio García Lanza.

La casa de los Flores Picon estaba ubicada en lo que


hoy es la Calle Ayacucho en frente de la casa de don
Tadeo Diez de Medina, abuelo materno de Doña
María Vicenta Juaristi Eguino Diez de Medina, con
61
quien Rodrigo Flores Picon contraería matrimonio.
En una relación conyugal de mutuas influencias, los
esposos Flores Picón—Juaristi Eguino, se decidie-
ron abiertamente por la libertad y la igualdad de los
pueblos, por la búsqueda de la felicidad tal como in-
dicaba la Declaración de Independencia de los Esta-
dos Unidos de Norte América. Ambos esposos pro-
movían abiertamente las ideas y los trabajos de
John Locke, un masón que, un siglo antes de la Re-
volución Francesa, gestara en 1688, la Gloriosa Re-
volución Inglesa y publicara una serie de documen-
tos masónicos y políticos (impresos en Inglaterra
en1688-9). Documentos que promovían una serie
de conceptos y propuestas libertarias desconocidos
hasta entonces tanto en los reinos europeos como
en las colonias de América de Sur (restricciones a la
autoridad de los monarcas, derechos ciudadanos,
habeas corpus, etc.).

Hay quienes consideran que Flores Picon murió de-


bido a esa extraña epidemia que azotó a la Ciudad
de La Paz en 1802. Otros mantienen que, luego de
la insurrección de 1805, fue apresado por un Gene-
ral Bilbao y un Doctor Gutiérrez, y fue en la prisión
donde murió de manera nada clara.

A partir de esas últimas aseveraciones, el historiador


Don Arturo Costa de la Torre cree que el Capitán
Don Rodrigo Flores Picon, murió defendiendo “la
gran causa a la que sirvió de todo corazón a la inde-
pendencia del Alto Perú.” En uno de los primeros
periódicos publicados en La Paz en 1826, en una
crónica histórica intitulada “La Paz Libre; especu-
lando la humanidad por el telescopio de la Filosofía”
en uno de sus acápites el cronista de entonces dice
“…pero aún hay más; la voluntad de La Paz de se-
pararse de España fue declarada en los años 1798
1799 y 1800. A imitación de Inglaterra…se formaron
clubs y asambleas de observadores… a la cabeza
de los memorables José Herrera, Faustino Cabezas
y Rodrigo Flores Picón.”

62
Costa de la Torre nos muestra a otro masón y nos
hace ver que la biografía de Juan Ramón de Loayza
es una de las más detalladas de los masones y pro-
tomártires de la independencia de Bolivia. Esto de-
bido a que uno de sus descendientes, Don Manuel
María Pinto, fue un acucioso investigador e historia-
dor de este periodo, quien recuperó documentación
familiar tanto en Bolivia como en la Argentina, para
resaltar la vida de este prócer caracterizándolo como
uno de los primeros en comprometerse en una lucha
por la independencia de las colonias.

Juan Ramón de Loayza, de quien tampoco tenemos


documentos pictográficos fidedignos, tenía una pro-
piedad agrícola en Mecapaca, localidad rural cer-
cana a la ciudad de La Paz. Una de las primeras
referencias de este personaje aparece vinculada a
su padre, el General José de Loayza quien cumplió
funciones de Capitán Comandante de las fuerzas es-
pañolas en la Provincia de los Yungas de La Paz, y
desde allí hizo frente en 1781 a la rebelión del ma-
són Gabriel René Condorcanqui, conocido como
Tupac Amaru II. De esa época se establece una
amistad entre el hijo de este General: Juan Ramón
de Loayza y el protomártir de la Independencia, Don
Pedro Domingo Murillo. Ambos masones desde
temprana edad. Don Juan Ramón de Loayza, ha-
cendado con muchas propiedades a su nombre,
vivía en el antiguo barrio de la Cruz Verde, cerca de
la Casa de Murillo en la ciudad de La Paz.

Las actividades revolucionarias de Loayza están vin-


culadas no solo a Murillo sino a Juan Crisóstomo Es-
quivel y Foronda, de quien el historiador Rigoberto
Paredes dice que nació en Chuchulaya el año 1774,
y que fue una persona vinculada al grupo de sedicio-
sos del abortado levantamiento independentista de
1805. Esquivel y Foronda era abogado, habiendo
estudiado en el colegio de San Antonio Abad y lu-
ego en la Universidad de San Fernando en el Cuzco.
Después de que la Revolución de 1809 fuera sofo-

63
cada por Goyeneche, Esquivel continuó luchando por la
Independencia hasta que fue muerto por los realistas en
1816.

Entre los sindicados como insurgentes en 1805 hay un


par de personas que al parecer también fueron masones
pero cuyos documentos biográficos son muy escuetos.
Se trata de Don José Alquiza y Foronda; de Don Isidro
Zegarra, y de Don Manuel Echeverría, nombrados en los
documentos preparados por el presbítero Don Nicanor
Aranzaes a principios del Siglo XX.

Otro de los masones aprehendidos en 1805 fue Carlos de


Torres. Oriundo del pueblo de Chulumani. De profesión
amanuense (escribano), quien a tiempo de su aprehen-
sión residía en La Paz en la casa de Miguel Guillarte en la
cuadra denominada como el Tambo de las Harinas. Car-
los de Torres fue sindicado como uno de los más peligro-
sos revolucionarios y como uno de los autores de los
pasquines sediciosos de la época, cargo que no pudo ser
establecido para con ninguno de los apresados en 1807.
A Carlos de Torres también se lo conocía como “el siete
jetas.” Se dice de él que participaba activamente en las
reuniones de confabulación con un temperamento exal-
tado, exigiendo que se pase por degüello a todos los pe-
ninsulares. Por su condición de amanuense (escribano o
plumario), y en ciertos casos jurista, era considerado co-
mo uno de los más letrados del grupo revolucionario.

Fracasado el conato revolucionario de 1805, entre los do-


cumentos incautados por las autoridades cuzqueñas se
encontraba una lista de los comprometidos en La Paz,
donde aparece el nombre de Torres. Carlos de Torres
pudo burlar a las milicias reales ocultándose en el Con-
vento de San Francisco. Posteriormente fue detenido.
Su defensa estuvo a cargo del Dr. Basilio Catacora, quien
más tarde, en 1809, sería uno de los protomártires de la
Independencia.

El 30 de diciembre de 1805, con la complicidad de sus


carceleros, Carlos de Torres, logra fugar, sin saberse más
de su vida o paradero.
64
Este valiente y hábil patriota era un connotado ma-
són quién fue juzgado en ausencia. Su nombre apa-
reció en distintos pregones y edictos que lo declara-
ban en rebeldía, aunque no se sabe de condena al-
guna en su contra más allá de su audaz escape.

El conato revolucionario del Cuzco en 1805 estaba


muy vinculado con las reuniones masónicas que se
realizaban en la tienda de los Rodríguez de Palma
en La Paz, de quienes hablaremos luego. Allí había
llegado un masón del Cuzco, Don Gabriel Aguilera;
de quien no se tiene mayor información, salvo el he-
cho de que llegó al grupo de conspiradores prote-
giéndose en su condición de gestor proveniente de
la Real Audiencia de Lima, cuyo contacto era el In-
tendente de La Paz, Don José María de Landevere,
una de las últimas autorida-
des españolas vinculadas
con Lima.

Otra figura notable fue la de


Faustino Cabezas de Loza,
residente en La Paz, quien
fuera abogado de la Real
Audiencia de Charcas. Sus
extensos estudios fueron la
base para una serie de pro-
puestas filosóficamente ela-
boradas, respaldando las
ideas de Libertad, Igualdad y
Búsqueda de la Felicidad
propuestas por los patriotas
norteamericanos de 1776,
en un periodo en el que en Europa todavía primada
la monarquía más secante. Este letrado fue uno de
los organizadores de las primeras sublevaciones li-
bertarias en el Alto Perú, especialmente aquella de
1798. De él tanto el historiador Enrique Mallea Bal-
boa como el presbítero Nicanor Aranzaes, en 1891 y
1916, respectivamente, indican que Cabezas de Lo-
za fue nombrado Oidor en la Real Audiencia de

65
Charcas; haciendo notar que tal nombramiento llegó
a su familia varios días después de la muerte de este
patricio. La residencia de este notable masón se en-
contraba en la Calle de Chirinos de la ciudad de La
Paz, hoy Calle Potosí.

Los historiadores de esta época hacen notar que al


Triangulo Masónico constituido por el Alcalde Ordina-
rio de La Paz, Juan Herrera y Foronda, el Coman-
dante de las Milicias Reales Don Rodrigo Flores Pi-
con y uno de los vecinos de mayor fortuna en La Paz
y estrechamente vinculado con la Real Audiencia de
Charcas, Don Faustino Cabezas, se sumaron de ma-
nera intermitente otros masones preocupados por la
causa libertaria. Uno de ellos era el orureño Tomás
Rodríguez de Palma.

A los pocos años de la muerte de Cabezas y Flores


Picon (probablemente el año 1802), Rodríguez de
Palma fue acusado de conato revolucionario luego
de la acción de armas de 1805 y fue enviado a La
Paz, donde el Escribano Juan de la Cruz Monje re-
gistra la siguiente declaración: Natural y oriundo de
la Villa de Oruro también conocida como la Villa de
San Felipe de Austria. De 38 años. Criollo de raza
blanca, que sus juzgadores lo identifican como “hom-
bre al parecer español.” “…de profesión comerciante
en productos de la tierra… es sindicado como princi-
pal organizador del conato revolucionario de 1805.”

Este patriota era considerado como el principal en-


lace con el Dr. Pedro Domingo Murillo; fue detenido
en la noche del 30 de julio de 1806, en su habitación
que también hacia de tienda en el Puente de San
Francisco.

De igual manera, los hermanos del acusado, Nicolás


y Melchor Rodrígues de Palma serían parte de la
Revolución de 1805 y mantendrían importantes con-
tactos libertarios en varias jurisdicciones de La Paz,
Oruro y Cochabamba.

66
Don Tomás Rodríguez de Palma sería sentenciado
por el Gobernador de La Paz, Don Antonio Burguyó y
Juan, el 13 de marzo de 1807 “…a destierro perpe-
tuo de esta Provincia, con cuyo motivo hará vida ma-
rital con su mujer en la Villa de Oruro donde man-
tendrá su residencia.” La sentencia también le im-
puso el pago de las costas del juicio… algo relativa-
mente leve, ya que el Intendente Burguyo, también
era uno de los muchos masones llegados a las colo-
nias del Nuevo Mundo, en la denominada Reforma
Borbónica de finales del Siglo XVIII. Una Reforma
político administrativa en la que la Ilustración Espa-
ñola pretendía una administración colonial laica en
las Américas, remplazando los excesos de una admi-
nistración religiosa basada en los alcances de la In-
quisición.

Sin embargo, tal reforma administrativa parece que


llegó tarde. Los masones dispersos por las colonias
reclamaban airadamente por el mal gobierno penin-
sular y se mostraban temerarios y militantes bajo li-
neamientos propios de un individualismo altruista
primero y libertario-independentista después. Era un
compromiso corajudo con el altruismo libertario que
se fundamentaba en la Orden, y cuestionaba abierta-
mente la mismisima presencia de los tribunales es-
pañoles ...mucho más aquellos instituidos por la In-
quisición Católica, intolerante y brutal.

La Inquisición en América Latina fue, evidentemente,


una institución nefasta, especialmente para las logias
masónicas. Pero fue aun más nefasta la figura de
Fernando VII, quien luego de haber recibido el apoyo
de los masones en todas partes de la península y del
continente, una vez que retomó las riendas de la mo-
narquía se volvió en contra de quienes lo apoyaron e
incluso de quienes pelearon por él. Tal el caso de
las manifestaciones en Chuquisaca a favor de Fer-
nando VII, así como las acciones de los enviados
que los fernandistas movilizaron en dirección a Santa
Cruz, Cochabamba, La Paz y el Cuzco.

67
La revuelta de Quito en agosto de 1809, así como
las de Colombia y la Primera Junta de Gobierno de
Buenos Aires, todas ellas tenían una orientación de
apoyo a Fernando VII, como se lee en
las disposiciones de mayo de 1810 en
Buenos Aires, que indican: “El cabildo
resolvió, también, que las personas de-
signadas para formar la Primera Junta
pasasen enseguida a prestar juramento,
en la sala capitular, de usar bien y fiel-
mente sus cargos, conservar la integri-
dad de esta parte de los dominios de
América a nuestro amado soberano el
señor Don Fernando VII, sus legítimos
sucesores, y observar puntualmente las leyes del
reino.” En esta declaración, Costa de la Torre hace
notar que los miembros del poder instituido en la Pri-
mera Junta de Buenos Aires, debían jurar “no reco-
nocer otro soberano que al señor don Fernando Sép-
timo y sus legítimos sucesores.”

Esto no debería causar asombro ya que la propia re-


volución de La Paz, en medio de planteamientos li-
bertarios, movilizó a realistas fernandistas. Y si bien
el “primer Murillo,” el de 1805 hasta la Junta Tuitiva,
era libertario indiscutiblemente; ya para octubre de
1809, en una Tercera Proclama, un “segundo Murillo”
se mostraba conciliador con los españoles y promo-
tor de la corona española, que por esos años estaba
en manos de los franceses.

Hablar de un “segundo Murillo” se basa en dos car-


tas de principios de octubre de 1809, una a Goyene-
che (...tengo el honor de poner a disposición de V.S.
toda la fuerza de esta ciudad y su provincia...) y otra
a Francisco de Paula Sanz, (... ya puede contar su
Señoría con las tropas de esta provincia a satisfac-
ción para mandar sobre ellas cuando guste...). Se
trata de cartas donde busca salvarse de cualquier
juicio por la revolución de julio y ofrece entregar a los
revoltosos libertarios de La Paz. Son documentos

68
que reiteran lo expresado en la Tercera Proclama de
Murillo (más o menos de la misma fecha), la cual
está dirigida a los pobladores de Potosí y les pide:
“…sostener las más sagradas obligaciones con que
nace el hombre… sus ideas se elevan a la esfera de
la sublimidad; sus proyectos son rápidos; sus miras
incalculables; y, todo el hombre es un rayo que des-
truye y aniquila a cuantos mandos opresores y crimi-
nales intenten desconcentrar estos invariables prin-
cipios: ved ahí, apreciables hermanos, la feliz situa-
ción en que se han constituido los Americanos de La
Paz; la causa que defienden ¿no es la más Justa?
Fernando, nuestro adorado Rey ido. ¿No es el
único agente que pone en movimiento y revolución
todas nuestras ideas?

Descontando estas propuestas ciertamente discuti-


bles, algo cambio radicalmente en la América del
Sur con el alzamiento de Chuquisaca en mayo de
1809 y con la gesta libertaria de La Paz en julio de
ese mismo año. Un año más tarde, el 25 de mayo
de 1810 se constituye la Primera Junta de Gobierno
de Buenos Aires, se promueve la adhesión a Fer-
nando VII, y en ella participan un conjunto de maso-
nes con visiones libertarias que iban más allá de
cualquier apoyo a los borbones. Esta Junta, presi-
dida por el potosino Cornelio Saavedra, incluye a
Mariano Moreno y a Manuel Belgrano a Juan José
Castelli, a Manuel Alberti y a otros cuatro miembros
más. Los cinco mencionados eran masones y pa-
triotas que promovían una agenda libertaria ...propia
del Arte Real Masónico que respondiendo a la reali-
dad histórica de los pueblos trascendía la conforma-
ción de un gobierno provisional que actuara a nom-
bre del Rey de España.

Ya para ese momento, Manuel Belgrano, abogado y


economista -y muy pronto militar libertario- era un
experimentado masón; había sido iniciado en 1797.
Belgrano luego sería nombrado comandante del Se-
gundo Ejercito Auxiliar Argentino y como tal se cons-

69
tituiría en tierras del Alto Perú. Con
Belgrano vemos por lo menos cua-
tro momentos estelares de la ma-
sonería en tierras que hoy son par-
te de Bolivia. El primero de ellos
es que Belgrano, mientras luchaba
en el denominado Ejército del Nor-
te, fue el creador de la Bandera Ar-
gentina; y, en forma expresa indicó
(en 1817), que lo mejor que podía
hacer para su naciente patria ...pa-
tria como la tierra de sus padres,
era ofrendarle los colores de su
logia madre: el blanco y el azul ce-
leste; colores que hoy ostenta su
país. La logia masónica a la que él
pertenecía se llamaba primero Tie-
rra Argentina (tierra de Plata, de la
Plata de Potosí), luego Argentina y
después: Libertad Argentina.

Belgrano fue un ardiente admirador


de la obra libertaria de Benjamín
Franklin y George Washington, y en
sus diversas logias masónicas in-
sistió en la traducción y estudio de
los documentos propuestos por
Washington, desde la Constitución
a su Discurso de Despedida (Fare-
well Address). Con ello, al igual
que con la traducción al castellano de la Declaración
de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, de
Antonio Nariño, Belgrano orientaba la creación y la
práctica del Arte Real Masónico en Sud América.

En términos de arte, el Arte Real Masónico corres-


ponde a un periodo definido de producción artistica
(de 1660 a 1830), cuando la expresión ética y esté-
tica de este periodo denota un enfasis por temas de
la realidad cotidiana de los pueblos, en especial de
las expectativas de libertad tanto en America prime-

70
ro, como en Europa después. Esta expectativa, co-
nocida tambien como Arte de Género Moralizador, se
vio reforzada por el estudio de los nuevos textos li-
bertarios y constitucionales... una predisposición hu-
manista que llego a constituir una de las tareas más
importantes de la nueva masonería en el continente.
En este afán, por mejor comprender una nueva forma
de Libertad ciudadana, Belgrano se muestra como un
masón no anti-católico pero sí abiertamente anti-cle-
rical, resaltando el hecho de que a las denominadas
artes sacerdotales de entonces se las debe combatir
con las artes reales, las que buscan encontrar y ba-
sarse en la realidad del lugar …de los pueblos de ca-
da lugar o territorio.

En la Argentina, Manuel Belgrano, es considerado -


con José de San Martin, también masón- como el
padre de la patria por excelencia. Después de lo
ocurrido en Chuquisaca y La Paz, Belgrano se de-
dicó a profundizar el Arte Real en base a la phronesis
o prudencia ciudadana en aras de la democracia y la
libertad; en base a la disciplina de la veridicción, y
en base a la hermenéutica masónico-libertaria o es-
tudio de los textos morales, que en ese momento
afloraban en las Américas con el título de Declaracio-
nes de Independencia y Constituciones Republica-
nas. Tan profunda fue su disposición a la prudencia
ciudadana, que muchos creen que la Revolución Ar-
gentina fue una revolución sin revolucionarios. Eso,
probablemente, no es cierto, ya que Manuel Bel-
grano, formó en Buenos Aires un Grupo Intimo de
Masones, denominado La Sociedad de los Siete. En
este grupo de masones se discutía abiertamente la
situación de las colonias, el mal gobierno así como
las demandas libertarias, independentistas y constitu-
yentes de la nueva nación… de las nuevas naciones
del continente.

Durante sus años a cargo de lo que fuera la Real Au-


diencia de Charcas, fundó una nueva logia Masónica,
bajo el nombre de Ejército del Norte y allí instruyó en

71
el Arte Real a sus Coroneles y Lugartenien-
tes, entre ellos a José Antonio Álvarez de
Arenales, a quien nombró Intendente de la
Región de Santa Cruz de la Sierra, con su
capital o sede de gobierno en la ciudad de
Cochabamba. Bajo la jurisdicción de Álva-
rez de Arenales estaba el Coronel Ignacio
Warnes con residencia en la ciudad de San-
ta Cruz de la Sierra, así como dos lugarte-
nientes: uno en la Gobernación de Chiqui-
tos y otro en la de Moxos.

Con Manuel Belgrano como comandante


del Ejército Auxiliar y Venerable Maestro de
por lo menos una logia en el territorio que
actualmente ocupa Bolivia, se formaron los cuadros
masónico-libertarios previos a la llegada de Simón
Bolívar y José Antonio de Sucre. José Antonio Álva-
rez de Arenales luego sería nombrado Gobernador
de Tucumán, pero mantendría una estre cha relación
con Cochabamba (probablemente allí, éste masón-
militar habría formado una logia masó-
nica, de la cual no conocemos el nom-
bre ni quienes fueron sus miembros,
sólo se ha registrado la idea de instituir,
en la ciudad de Cochabamba, un go-
bierno patriota con miembros de la
Orden. Probablemente la Logia haya
sido denominada, Florida o Vencedo-
res de la Florida, en conmemoración al
25 de mayo de 1814, día de la Batalla
de La Florida, recordando, tal como
reza el Decreto de 9 de Noviembre de
1814 de la Junta de Gobierno de la
Provincias Unidas del Río de la Plata, a
los valientes cochabambinos vencedo-
res de esa batalla… un desliz, una
equivocación, un tema álgido o un re-
conocimiento que es cuestionado y re-
sentido por los habitantes de Santa

72
Cruz, que consideran que Álvarez de Arenales y sus
valientes cochabambinos, solo fueron “apoyo” para
el heroísmo del Coronel Warnes y su ejército cru-
ceño… lo cierto es que Arenales fue ascendido a
general y luego, este ascenso le sirvió para ser nom-
brado Gobernador de Tucumán, mientras Warnes se
quedó en Santa Cruz de la Sierra hasta su muerte
en la batalla del Parí en 1816.

Warnes no fue reconocido ni ascendido


sino hasta el año 2003, año en el que
gracias a la gestiones de la Bancada Cru-
ceña, fuera ascendido de manera pós-
tuma a General... desde entonces, desde
1813 y 1816, datan los conflictos entre
las tierras altas de la Real Audiencia de
Charcas y las tierras bajas de esta uni-
dad político-administrativa colonial… una
animadversión entre dos regiones que no
se ha resuelto y que al parecer va en au-
mento.

Más adelante retomaremos estos temas


regionales. Por el momento volvamos a
las dinámicas masónico-libertarias de
principios del Siglo XIX. Ahí vemos que,
aplacado el movimiento fernandista de
Chuquisaca y aplastada la libertaria de
La Paz -y en plena Guerra de la Inde-
pendencia- nada de los apoyos que había logrado
la Corona de España ante la invasión napoleónica
conmovió al Rey Fernando, quien una vez en ejerci-
cio de su reinado se ensañó con quienes lo defen-
dieron y pasó por las armas a un numero de maso-
nes muchísimo más grande del que fuera atacado
por la propia Inquisición. Los masones fusilados por
ordenes de Fernando VII fueron tanto criollos como
españoles. Y la brutalidad monarquica fue tal que
muchos militares enviados a sofocar las revueltas li-
bertarias no solo eran masones descontentos con lo
que sucedía en las colonias y con los ciudadanos

73
españoles en España, sino que muchos se pasaron
al bando patriota y juraron combatir por la Libertad y
la Emancipación de los pueblos americanos.

La América, tal como comentan bastantes historia-


dores españoles, se perdió mucho antes que en los
campos de Junín y Ayacucho; se la perdió en medio
de los atropellos de un monarca odiador e inescru-
puloso que se ensañó con su pueblo, con sus ase-
sores, sus generales y con la propia Constitución
Española de 1812, que si bien restringía muchos po-
deres monárquicos, lo había llevado de vuelta -con
legitimidad- al trono de España. Fernado VII, es el
anti-héroe por antonomasia que causó -por sus de-
fectos- la emancipación de los pueblos y el triunfo de
los ideales de la masonería.

Es en este contexto, de lucha contra un anti-héroe,


que debe ser analizada la Constitución de Cadiz.
Alertando que, si bien es cierto que la Constitución
Española de 1812 es monárquica, ésta sustituyó a
las disposiciones napoleónicas de 1808, y es consi-
derada la tercera o cuarta constitución política del
mundo (la primera fue la de los Estados Unidos, la
segunda la de Venezuela y la tercera la de Haití).
Esta Constitución, gestada por un masón que luego
tendría una brillante actuación en Bolivia (Facundo
Infante), también es conocida como La Pepa, por
haber sido promulgada el 19 de marzo de 1812, (el
día de San José). Fernando VII descartó cualquier
semblanza liberal en la Constitución Española y fi-
nalmente mediante Cédula Real, del 1º de agosto de
1824, prohibió en España y en todas las colonias es-
pañolas, la presencia y funcionamiento de cualquier
agrupación masónica. Pero ya era tarde. La Maso-
nería y la Libertad de los Pueblos de América ya
eran una realidad, solo se necesitaba de tiempo pa-
ra su plena institucionalización.

74
4.- En medio de confusiones, nace la República y junto
con ella las primeras logias masonico-republicanas

A diferencia de los Estados Unidos de Norte


América que nace a la vida republicana con las
contribuciones colectivas de un conjunto de
hermanos fundadores, Bolivia se hace inde-
pendiente gracias a un grupo reducido de Pa-
dres de la Patria que tienen que luchar cuesta
arriba contra una serie de fuerzas locales cu-
yas ideas de Libertad y de responsabilidad ciu-
dadana eran muy distintas, incluso contrarias,
a las de los libertadores. Las figuras de altope-
ruanismo así como de caudillaje en diversas
republiquetas y de los doctorcitos de Charcas,
reflejan la realidad de una población y de un te-
rritorio fragmentados; una población que le
costaba encontrar bases sustentables para una
unidad en la conformación de un Estado Nacio-
nal; menos aún, unidad en los lineamientos de
una propuesta unitaria para todo el Continente.

Es muy conocido el hecho de que Bolivia nace


como la “República de Bolívar” iniciando -en
1825- un proceso de fragmentación de lo que
se esperaba instituir como la Gran Colombia.
Es menos conocido que lo hace luego de una
serie de alzamientos y asonadas militares pos-
teriores a la batalla de Ayacucho realizada el 9
de diciembre de 1824. Es así que Bolivia nace,
gracias a las gestiones de Antonio José de
Sucre para calmar el enojo de Bolívar ante las
presiones y decisiones de los alto-peruanos.
75
Es aún menos conocido el hecho de que llegado Bo-
lívar al Alto Perú, fueron sus ideas republicanas,
ajustadas a lo que estaba sucediendo en el Conti-
nente, las que dieron origen a un nuevo país... a un
conjunto de nuevos países que desmembraron su
sueño unitario de inicio. Ninguna región de Latino-
américa había experimentado algún tipo de indepen-
dencia hasta entonces... Bolívar y sus hermanos ma-
sones tuvieron que inventarla en cada país, mientras
sus detractores y opositores se esmeraban en des-
truir cualquier tipo de democracia republicana.

Toda esta secuencia de acontecimientos se desen-


cadenó en el término de unos pocos meses después
de la batalla de Junín; batalla en la que Simón Bolí-
var triunfa sobre el General Cesar José de Canterac,
se sientan las bases para la capitulación española en
la llanura de Ayacucho, y -en contra del sueño de un
Continente unido- aparece con fuerza la idea de di-
versas naciones separadas unas de otras.

76
Es en este contexto bélico, posterior a la batalla de
Junin, que un conjunto de jefes militares alto-perua-
nos en Tumusla, Cochabamba, Ayopaya, La Paz,
Santa Cruz, Sucre y Potosí, entre otros lugares, se
manifiestan, mediante un despliegue de fuerza bé-
lica, por la independencia del Alto Perú; sin otro co-
nocimiento que el manejo de las armas portadas por
pequeños grupos de guerrilleros, interesados en ma-
nejar sus propios asuntos pero sin experiencia pre-
via acerca de las demandas ciudadanas de Libertad,
Igualdad y Búsqueda Fraterna de la Felicidad. Esto
le preocupa profundamente al Libertador Bolívar.

Ningún pueblo, ni europeo ni americano, hasta la


Revolución de 1776 y la independencia de Haití en
1791, había conocido la Libertad en tiempos moder-
nos --mucho menos con las mezclas y dinámicas
económicas y demográficas de entonces. Más aún,
en América Latina, la Libertad buscada tenía que ser
instituida casi desde cero; pero no tan apresurada-
mente como pretendían los alto-peruanos. Peor
aún, tenía que ser inventada en un territorio disperso
y difuso que no tenía un sentido compartido de pro-
pósito ciudadano ni una conciencia unitaria de na-
ción. Cada quien en su republiqueta quería acaudi-
llar sus propias fuerzas a costa de sus vecinos que
eran “los otros,” los que no eran parte de su estrecha
y reducida comunidad. En esas circunstancias nace
la Republica de Bolívar y es Bolívar quien -en au-
sencia de una clase dirigente con criterios ciudada-
nos claros- le da a Bolivia su Primera Constitución,
con la esperanza de instituir los primeros conceptos
republicanos de Unidad y Solidaridad. Bien pode-
mos decir que Bolívar injerta “desde afuera” los prin-
cipios republicanos y masónicos de un Arte Real
desconocido en Bolivia, con la esperanza de que
algún grupo ciudadano local lo haga suyo.

En otras palabras, a los cinco puntos de la fraterni-


dad masónica, sembrados selectivamente en sus
tropas e instituciones logiales que fueran formadas

77
en Colombia y Venezuela- los complementa con
cinco puntos de unión ciudadana que todavía se
mostraban ambiguos e incomprensibles para un pue-
blo -valeroso ciertamente- pero que todavía no
había terminado de salir de las servidumbres más ig-
nominiosas de su propia ignorancia ...de su largo
cautiverio de siglos de opresión. Los cinco puntos
ciudadanos de la naciente República, inculcados con
mucha ilusión por Bolívar eran:

1.- Que este pueblo ya no sería esclavo de nadie;

2.- Que este pueblo gozaba de Libertad para ser,


decir y actuar de formas que conduzcan a su propia
felicidad;

3.- Que la organización de esta República radicaba


en la soberanía de su pueblo;

4.- Que no habrían privilegios para ningún grupo,


menos aún para grupos que fundamenten su exis-
tencia en monarquías, prebendas y/o derechos divi-
nos; y,

5.- Que la naciente República se basaría en una se-


paración de poderes que garantice el rechazo y des-
tierro de cualquier tipo de tiranías, privilegios o exce-
sos de poder de unos sobre otros.

Todo esto que nos parece tan evidente al presente,


no era parte del ideario de las gentes de la nueva na-
ción, sino que, con todos los dolores de un parto, tu-
vieron que ser incorporados en el pensamiento de
los bolivianos; y eso, sólo pudo suceder luego de la
“siembra de esperanzas” que realizó Simón Bolívar
en nuestra tierra y en nuestros corazones --durante
los pocos meses en los que fue el Presidente de la
flamante Nación.

Para los bolivianos, las extensas campañas militares


de Bolívar que exceden en territorio, magnitud y pre-
disposición humanista a las de Alejandro Magno y a
las de Napoleón Bonaparte, son de menor importan-
78
cia que el ideario masónico y ciudadano que el Li-
bertador dejó como legado político para un pueblo
que recién empezaba a balbucear Libertad.

Bolívar, según la historiadora Roció Rosero Jácome,


habría dicho acerca de la Masonería: La francmaso-
nería es una playa acogedora. ¡Dichosos aquellos
que puedan alcanzarla! ¡Felices aquellos que pue-
dan llegar a ella venciendo las tempestades del pen-
samiento! ... (en ella) el hombre aprende a elevarse
sobre el vulgo... no duda en olvidarse de sí mismo,
cuando es necesario, con tal de ofrecer a sus her-
manos un poco de dulzura en la existencia. ¡Es una
institución sublime!” Esa preclara anticipación de lo
que la Masonería puede significar para el mundo,
tardó en cuajar en el Alto Perú; y, Bolívar así lo com-
prendió desde un principio.

El pensamiento de
Bolívar para 1825,
ya estaba maduro,
no era el de 1811,
en el que quiso tra-
ducir y trasladar las
disposiciones ciuda-
danas de Filadelfia
y los nuevos Esta-
dos Unidos de Nor-
te América a su pa-
tria natal, Venezue-
la. Ya no era el jo-
ven Bolívar, sino el
experimentado es-
tadista que tenía que correr de una ciudad a otra pa-
ra acallar descontentos y combatir a caudillos loca-
les que no acababan de comprender las expectati-
vas estratégicas de un Continente bajo las mismas
normas de Libertad y Búsqueda de la Felicidad.

Él trataba de instituir condiciones ciudadanas de las


que no sabíamos los americanos.

79
En una abrumadora extensión continental, los ameri-
canos éramos -y todavía somos- un caso complejo y
difícil. No éramos parte de una unidad imperial indí-
gena como fueron los incas, tampoco éramos un pue-
blo relativamente homogéneo como los pueblos de
Europa y las colonias norte-americanas que desde
hace varias décadas, con los problemas que se podía
esperar, ya funcionaban democráticamente. Éramos
algo radicalmente distinto, con expectativas muy dife-
rentes; con demandas regionales contrapuestas a
las que Bolívar se refirió desde un inicio en la deno-
minada Carta de Jamaica de 1815, y las que se ha-
bían mostrado de una forma precisa -aunque descar-
nada- en el famoso Discurso de Angostura de 1819.

Simón Bolívar, educado bajo los principios de sus dos


maestros masones: Simón Rodríguez y Andrés Bello,
así como por la influencia extensa de John Adams (el
segundo presidente de los EEUU, a quien citó y
transcribió de manera extensa en sus propuestas po-
líticas), es la figura latino-americana más erudita, in-
formada y pragmática de lo que significa la Libertad y
el Gobierno de los Pueblos. Es el más lúcido practi-
cante del Arte Real Masónico, el arte no de los reyes,
como decíamos anteriormente, no un royal-art, sino
un art-real, un arte para comprender y responder a la
realidad histórica de los pueblos.

En el Discurso de Angostura Bolívar había manifes-


tado que. “El sistema de gobierno más perfecto es
aquel que produce mayor suma de felicidad posible,
mayor suma de seguridad social y mayor estabilidad
política.” Y le repetía en 1827, a su sucesor en la
Presidencia de Bolivia, Antonio José de Sucre “…y
sea Ud.el mortal dichoso que haga la felicidad de un
pueblo que lleva el nombre de su amigo (Bolivia). Di-
ráse que yo he liberado el Nuevo Mundo pero no se
dirá que yo he perfeccionado la estabilidad y la dicha
de ninguna de las naciones que lo componen. Ud.,
mi querido amigo, es más feliz que yo.” Felicidad,
Estabilidad y Seguridad fueron los principios de las

80
instituciones forjadas por la Nueva Masonería a partir
de 1776; pero estos tres objetivos todavía eran re-
motos en la República de Bolívar; a pesar de que
estos principios fueran hechos teoría ciudadana por
John Adams en su texto Defensa de la Constitución
Americana, publicado en 1792.

Bolívar, basándose en los documentos escritos por


Adams, plantea la antítesis de Libertad vs despo-
tismo, y a ambos los considera brutales si no se en-
cuentra una justa correlación, combatiendo las tira-
nías y cultivando cuidadosamente las libertades, tal
como instruye el pensamiento masónico. Cuando la
Libertad se deteriora y se vuelve libertinaje, “la liber-
tad aparece como esclavitud,” y “las armas que se
empuña son liberticidas,” alerta Bolívar; y, es a par-
tir de esta inversión de valores, que Bolívar tiene que
“apagar fuegos” tanto en Lima como en Bogotá, tanto
en Charcas como en Caracas y para ello tiene que
desplazarse de un extremo a otro; y es para sofocar
asonadas en el Norte que tiene que dejar la presi-
dencia de su “hija predilecta,” la República de Bolivia.

“Uncido el Pueblo al triple yugo de la ignorancia, de


la tiranía y del vicio, no hemos podido adquirir ni
saber, ni poder ni virtud. Discípulos de tan pernicio-
81
sos maestros, las lecciones que hemos recibido y los
ejemplos que hemos estudiado, son los más des-
tructores. Por el engaño se nos ha dominado más
que por la fuerza, y por el vicio se nos ha degradado
más bien que por la superstición. La esclavitud es la
hija de las tinieblas; un pueblo ignorante es el instru-
mento ciego de su propia destrucción; la ambición,
la intriga, abusan de la credulidad y de la inexperien-
cia de hombres ajenos de todo conocimiento político,
económico o civil; adoptan como realidades las que
son puras ilusiones; toman la licencia como la Liber-
tad; la traición por el Patriotismo; la venganza por la
Justicia…”

Este ideario no es otro que el ideario masónico de


lucha y superación de vicios, tiranías e ignorancia,
que Bolívar quería para Bolivia; el ideario de labrar
la piedra bruta y liberarla de excrecencias y defectos
adquiridos en la vida; así como de la necesidad de
desaprender mucho de lo que hemos mal-aprendido
en el pasado y que nos mantiene capturados en una
roca madre de vicios y defectos tanto personales co-
mo familiares y ciudadanos, que debemos esforzar-
nos en superar.

En esas palabras nos damos cuenta cuan angustio-


samente apremiante fue el mensaje masónico de
Bolívar, y cuan pavorosamente vigente fue la forma
en que el nuevo pueblo de Bolivia ignoró sus reco-
mendaciones. Eso fue evidente desde un principio,
y es por ello que -ante la inefectividad de muchas
logias masónicas en el Continente- Bolívar llegó a
reconocer que no se estaba trabajando masónica-
mente y que muchos masones -al igual que en los
tiempos de Hiram Abiff- solo complotaban para ata-
car a su maestro. Con dolor, prohibió no solo la ma-
sonería sino a todas las sociedades secretas que
amargaron la vida de este libertador de países y
conductor de pueblos. Pero no fue suficiente, al
morir exclamaría con la mayor amargura y desilu-
sión: “hemos arado en el mar.”

82
Desafortunadamente, se ha construido un mito en
torno a la personalidad de Simón Bolívar. El mito
del gran jefe militar por un lado y el de un mal admi-
nistrador por el otro, que termina persiguiendo a las
voces que se oponían a sus ambiciones dictatoria-
les e imperiales. Marie Arana escribe, en 2013, un
libro con el título de Bolívar, el Libertador de Amé-
rica. Esta periodista del Washington Post, reconoce
muchas de las contradicciones de este Gran Hom-
bre y Gran Masón; hijo de una familia acaudalada
que en el momento de su muerte había invertido to-
da su fortuna en la causa de la Libertad... y le tuvie-
ron que prestar una camisa para que se vea más o
menos digno en su entierro. Este joven libertario
asumió la causa masónica, pero se encontró con
que sus hermanos masones, en su mayoría, no es-
taban a la altura de su maestro... y fueron esos sus
hermanos quienes lo persiguieron al final de sus
días y le pusieron las zancadillas que lo llevaron a la
tumba. De eso no se habla porque la historia se en-
sañó con el Libertador.

El trabajo de Marie Arana, ha sido considerado co-


mo brillante; como una biografía que por fin narra
con autoridad, respaldos y dignidad la biografía que
merece Simón Bolívar. Se trata de una biografía
que mira a Bolívar con ecuanimidad, lo estudia con
bondad y agradecimiento, para juzgarlo con clemen-
cia. Como debieron haberlo hecho sus hermanos
masones, que se ocultaron o se perdieron en los
preconceptos que muchos colombianos esgrimieron
contra un venezolano... contra un latinoamericano.
Es contra estos burócratas y caudillos que le hicie-
ron la vida imposible, que Simón Bolívar les dice:
Quisiera escribir a Ud. un libro para decirle mil
cosas más, pero no puedo porque voy a montar a
caballo y seguir mi marcha… (seguir mi lucha)”

Esto también lo reconoce Jaime Ureña Cervera,


quien en 2004, plantea la necesidad de re-leer los
escritos de Bolívar a la luz de los acontecimientos

83
políticos de su época. Veríamos así, que en Bolívar
se manifiestan los sentimientos masónico-republica-
nos de principios del Siglo XIX. En él se centran los
fundamentos necesarios para construir la felicidad
de un pueblo, algo propio de una masonería consti-
tucional y libertaria…constructora de países y de fu-
turos, alejada de las propuestas baratas, demagó-
gicas y sensacionalistas de aquellos grupos que lo
denigran localmente o que lo ensalzan con un boli-
varianismo -por decir lo menos- incongruente.

Simón Bolívar se esforzó en plantear una visión re-


publicana y libertaria siguiendo los lineamientos de
los primeros libertarios de Norte América (Franklin,
Washington, Jefferson y Adams), cuando los teóricos
de la libertad posterior a la Revolución Francesa, to-
davía no habían abierto la boca. Y lo hizo aclaran-
do, para él y para los libertarios de Sud América,
que el mejor sistema de gobierno es aquel que pro-
vee de la mayor felicidad y la mayor estabilidad polí-
tica a sus habitantes, garantizando los más altos
niveles de seguridad ciudadana. Una trilogía masó-
nica que orienta y establece el arte de responder a
la realidad de los pueblos, no para dejarse llevar por
alocadas fantasías menos aún por el auto-engaño.

No podemos ignorar que una de las frases claves


del Discurso de Angostura que pronunció Bolívar en
1819, es que: el sistema de gobierno más perfecto
es aquel que produce felicidad, seguridad y esta-
bilidad política. Ello define la razón de ser de un
gobierno como gestor de la felicidad del pueblo y
proveedor de la mayor estabilidad institucional. Es
en estas circunstancias, que se da cuenta de cuán
lejos estamos de ello, y se pregunta ¿qué es lo que
se puede hacer cuando los libertarios de antaño se
vuelven los liberticidas de hoy? ¿Qué se tiene que
hacer cuando los que ofrecieron Libertad y Felicidad,
ignoran ambas y se vuelven opresores, tiranos y
déspotas en el preciso momento en que hacen su-
yas las riendas de un gobierno?

84
No hemos podido instituir la estabilidad institucional
que nos pedía el pueblo; no hemos instituido ni la
igualdad, ni la fraternidad y menos aún la Libertad de
la que nos habla la Orden, y mucho menos, hemos
podido dedicarnos con altruismo a la búsqueda de la
Felicidad para todo nuestro pueblo. Culpar de ello a
quien brindó todo su ser por la Patria Grande e igno-
rar a quienes le pusieron todo tipo de reparos y gene-
raron todo tipo de embustes y heridas, es ser injusto,
como es injusto analizar lo sucedido en el pasado es-
grimiendo dudosas interpretaciones del presente. Pe-
ro como él mismo lo dijera: lo dicho dicho, y lo hecho
hecho, en su oportunidad.

Simón Bolívar en los pocos meses que se desem-


peñó como Presidente de Bolivia redactó y firmó algo
más que 50 Decretos Supremos. En todos ellos se
aprecia un profundo interés por la educación pública

Por todo ello, lo menos que podemos decir es que los


lineamientos masónicos en nuestro país son asigna-
turas iniciadas con Franklin, Adams, Belgrano y Bolí-
var, pero todavía pendientes de ejecución en la Histo-
ria de Bolivia... y en el desarrollo cualquier otro lugar
del Nuevo Mundo donde se forjó de manera inédita la
Libertad de los pueblos en democracia y solidaridad.

Antonio José de Sucre, por su parte, ha sido denomi-


nado por el historiador chileno Vicuña Mackena: “el
Washington del Sur.” Si bien es cierto que hay mu-
chos rasgos que los asemejan, hay muchos más que
los diferencian. Se asemejan por el hecho de que
ambos constructores de países y de futuros ciudada-
nos llevaban la Libertad y los principios masónicos a
flor de piel. Se asemejan en algo en ciertos aspectos
de sus trayectorias militares y en sus deseos de que
acabadas las contiendas bélicas, ambos -al estilo del
célebre Cincinatus- no querían aferrarse al poder,
sino que anhelaban retirarse a sus tierras para llevar
la apacible vida del agricultor, una vida sin las presio-
nes políticas del estadista a las que fueron “obliga-

85
dos” a responder. Más allá de ello habían
muchas más diferencias, desde lo físico
hasta lo emocional. Washington era un
hombre alto (muy alto), y rubio; mientras
que Sucre era de estatura media o incluso
baja, de cabello negro y ensortijado.

Washington mostraba un gesto duro ya que


apenas sonreía, (muchos dicen que así lo
era debido a su dentadura de madera),
mientras que Sucre denotaba una blanca y
muy cuidada dentadura que mostraba una
permanente sonrisa amigable, cortés y bon-
dadosa, así como unos ojos de mirada dul-
ce. Ambos eran respetados hasta la adora-
ción por sus soldados y ambos demostraron
abnegación y sacrificio; pero cada uno en-
tendía la vida y la disciplina militar -y la res-
ponsabilidad ciudadana- de manera dife-
rente.

Washington se enfrentó a una ciudadanía


más bien culta y respetuosa que le pedía
que se quedara en la presidencia; Sucre -
en Bolivia- se enfrentó a un pueblo muy
poco educado, huraño y desconfiado que lo
obligó a renunciar. Washington retraído y
definitivo; Sucre abierto y flexible, siempre
amigo y siempre dispuesto a ceder y perdo-
nar incluso a quienes atentaban contra su vida.

Washington condujo la Asamblea Constituyente y


formuló la Constitución Política de los Estados Uni-
dos en 1787-88, mientras que Sucre promovió una
Asamblea Constituyente pero recibió la Constitución
en 1826, (39 años más tarde que Washington), y lo
hizo de manos de Simón Bolívar --y era esa la Car-
ta Constitutiva que Sucre trató de implementar. Wa-
shington estuvo de Presidente durante dos periodos
completos y se retiró cuando los Estados le pedían
que ocupe la presidencia por un tercer periodo de

86
gobierno, en medio de una estabilidad política muy
importante; Sucre, por su parte, no terminó un pe-
riodo y tuvo que renunciar y alejarse de Bolivia en
medio de una inestabilidad política e incluso militar
que hizo que se retirara muy dolido y amargado --
aunque nunca dejó de ser un gran hombre, un ex-
traordinario amigo y un enamorado de la República
de Bolivia.

Antonio José de Sucre, ya con el título de Triunfador


de Ayacucho y Venerable Maestro Masón Instalado,
por órdenes de Bolívar cruza el río Desaguadero
temprano en el mes de febrero de 1825 y se dirige a
Chuquisaca. Pero primero pasa por La Paz, donde,
practicante de las nuevas artes masónicas, respon-
de a la realidad del Alto Perú y a las demandas de
múltiples sectores de la población; y, convoca a una
Asamblea Constituyente para la formación de un
Nuevo País. Se trataba de la reunión de las distin-
tas provincias alto-peruanas a realizarse en el mes
de julio de ese año en la ciudad de Charcas.

La primera reacción de Bolívar ante esta convocato-


ria fue negativa, pero ante las aclaraciones y protes-
tas de Sucre, el Libertador Bolívar admite la impor-
tancia de reconocer su validez y escuchar democrá-
ticamente las expectativas del pueblo; y, en una
carta de abril de 1825, ya en ruta a la Convención de
los Pueblos del Alto Perú, el Libertador le escribe al
Gran Mariscal: “…Yo me imaginé siempre que la de-
licadeza de Usted se ofendería por mi desaproba-
ción a la convocatoria de los pueblos del Alto Perú…
Usted supone que a mí me parecerá bien la convo-
catoria de la Asamblea, cuando llegue al Alto Perú (y
vea de primera fuente las expectativas de los alto-
peruanos). Tiene Ud. razón en suponerlo, y diré
más: que me gusta; y añadiré todavía más, que a
mí me conviene sobremanera porque me presenta
un vasto campo para obrar con una política recta y
con una noble liberalidad; pero lo dicho, dicho…”

87
Con este reconocimiento mutuo de lo que estaba
sucediendo en el Alto Perú, el 10 de julio de 1825 se
instala la Asamblea Constituyente (con un número
todavía no resuelto de masones como delegados a
esa asamblea --por lo menos 11 de 46 o de 48 si se
cuenta a los delegados de Santa Cruz: Seoane y
Caballero, que llegaron tarde a la Convención). Una
Asamblea que el día 6 de agosto de ese año de
1825, en un salón con todas las apariencias de un
templo masónico, por votación unánime declaraba
que las provincias del Alto Perú se erigían en Estado
Soberano e Independiente de todas las naciones
tanto del Viejo como del Nuevo Mundo …un Estado
Soberano que por Ley del 11 de agosto de 1825 lle-
varía el nombre de “República de Bolívar.” Luego
se establecería que la capital de la Nueva República
seria denominada Sucre, en homenaje al Mariscal
de Ayacucho, y que sería éste quien supliría como
Presidente y Protector de la República al Libertador,
cuando éste tuviera que ausentarse.

La tinta de estas disposiciones todavía no había se-


cado cuando las intrigas, los celos, los vicios y las
mezquindades empezaron a aflorar. Con las armas
de la libertad se movilizaban los liberticidas criollos,
y con vicios y dobleces se hablaba no de Justicia
sino de venganzas y de intereses pequeños contra
los extranjeros.
88
Sucre, desde el primer momento de la formación de
Bolivia, trató de educar a la población y de mejorar a
los hombres de nuestra tierra. No sólo dio particular
importancia a la formación de escuelas y cole-
gios como la denominada “Escuela Modelo,”
sino que fundó en la ciudad de Charcas, la
Logia Masónica “Hiram.” Con esta Logia tra-
taba de instituir el denominado “Poder Moral”
del que hablaba el Libertador.

Sus detractores -ante estas acciones funda-


cionales- lo muestran como monárquico y
consideran que los masones a quienes las lo-
gias y los colegios convocaban no eran más
que una nueva aristocracia, mucho más por el
hecho de que el Maestro Masón venezolano:
Simón Rodríguez, antiguo Maestro de Bolívar,
fuera nombrado algo así como Ministro de
Educación (fue nombrado Encargado del Pro-
yecto de Educación Popular, en el que se bus-
caba garantizar la educación de todas las per-
sonas, tanto de los padres como de los hijos,
con la idea de formarlos como ciudadanos y
hacerlos útiles para la Patria. Un proyecto
que seguía en mucho los lineamientos masó-
nicos de formación humanista de otros dos
preclaros masones: Andrés Bello y Johann
Heinrich Pestalozzi).

Tal como manifiestan las historiadoras Dora Cajías,


Rossana Barragan y Ana María Lema: “(Simón) Ro-
dríguez diseñó el primer estatuto educativo en el que
se encarnaban las ideas más progresistas de la épo-
ca... firme partidario de la educación democrática e
igualitaria ...(éste era) un ideario que partía de con-
ceptos como el mejoramiento y la dignificación de
los sectores populares y de los indígenas mediante
la educación y el trabajo necesario para lograr su in-
tegración fundamental e imprescindible en el objetivo
de edificar una nueva sociedad republicana, liberal y
democrática.”

89
Recuadro 5.- Entre el universalismo y el localismo masónicos
Un tema de difícil manejo para los masones ocúpate que la esfera de tus amistades no se
siempre fue el del Universalismo Masónico; es limite al círculo estrecho de tu nación o regio-
decir, el tema de la unidad y hermandad de nes particulares, sino que sea realmente uni-
todos los pueblos -trascendiendo fronteras- versal y se extienda a todos los rincones de la
en búsqueda de una Paz Universal. Esto lo po- raza humana. Decíamos que el texto, al pare-
demos ver en Europa y lo podemos compro- cer es de 1777, ya que en él se habla de repú-
bar en las iniciativas masónicas para confor- blicas y de naciones, algo que todavía estaba
mar una Gran Colombia: desde el margen de- por venir en términos políticos en Europa y
recho del Mississippi hasta el extremo sur de la América, pero que en los idiomas europeos
Tierra del Fuego; es decir, un anhelo masónico tiene una connotación previa a la que actual-
y bolivariano, poco o nada compartido por los mente usamos. En ella vemos la naturaleza
colombianos como Fran- universal y solidaria de
cisco de Paula Santander una organización en la
o por los alto-peruanos que todos sus miembros,
como Casimiro Olañeta. no importa de qué país,
El respeto y apoyo al ex- se llaman hermanos entre
tranjero que, lejos de su sí, y tienen el derecho de
patria, tiene que luchar asistir a sus tenidas en
por sus ideales, fue parte cualquier parte del mun-
de los rituales de York do, si llegan a probar la
instituidos a mediados regularidad de su condi-
del Siglo XVII, y fue parte ción de masón.
de la Masonería Primi-
tiva del Siglo IX, donde Pero la masonería a lo
francmasón equivalía a largo de su historia nunca
un Maestro Constructor estuvo totalmente libre
libre para recorrer los di- de percepciones poco o
ferentes países de Europa nada universalistas, a las
-de una construcción a otra- y asumir respon- que podemos denominar
sabilidades “masónicas” lejos de su tierra “nacionalistas,” desde los ingleses que se per-
natal. filaron excluyentemente “ingleses” (entre
ellos), en todo el mundo por ellos colonizado,
Felipe Santiago del Solar, en su libro Hacia una y por los franceses que resaltaron las condicio-
Masonería Universal, Orígenes de la Confede- nes locales y nacionales... por los holandeses y
ración Masónica Inter-americana, publicado por los americanos que establecieron sus pro-
en 2017, comienza su primer Capítulo transcri- pias “Obediencias”. Mucho más por los sud-
biendo un texto -al parecer- de 1777, reco- americanos quienes respondiendo a linea-
gido a su vez por un escritor masónico francés mientos militares siempre aceptaron teorías
y otro inglés. Un texto que dice: Tú, nuestro de integración pero se mantuvieron circunscri-
hermano, nativo y sujeto de otro reino, pode- tos a los límites y símbolos propios de la “pa-
roso y esclarecido, al entrar en nuestra Orden tria chica.” Aunque hay en masonería una
has contraído vínculos sagrados y amigables aceptación universalista, en el contexto de las
con miles de masones de esta nación y de naciones siempre hubo un resabio regionalista
otras. Recuerda siempre que la Orden en la y localista. Por ello podemos decir que si bien
cual acabas de ingresar te exige que conside- la masonería es -en principio- universal, en su
res al mundo como una Gran República, en la práctica cotidiana es localista y se remite al
cual todas las naciones constituyen una sola respeto de sus usos y costumbres locales.
familia y donde todos los individuos son sus
hijos. Por ello, cuando regreses a tu país, pre- Hecha esta aclaración, es particularmente im-
portante recuperar los idearios integracionis-
90
tas de las Logias Caballeros de América (La Paz diversos. El caso de Bolivia es típico de esta si-
– Cuzco), y de las logias lautarinas de Buenos tuación: en Bolivia había un conjunto de lo-
Aíres y Santiago; de Miranda y Bolívar, de Su- gias de origen peruano, chileno, brasilero, ar-
cre y de Santa Cruz, (promotor de la integra- gentino, inglés, irlandés y escocés, sin vincula-
ción Perú-Boliviana). Y, con tales referencias, ción alguna entre ellas. Esta pluralidad de lo-
también debemos resaltar los objetivos de la gias que dependían de diversos Orientes de-
Confederación Masónica Interamericana terminó una forma de universalización de lo
(CMI), que luego de infinidad de esfuerzos re- diverso y de lo localmente diferente. Se crea-
gionales, por fin en 1947, gracias a los esfuer- ron y aceptaron diversos ritos, unos simbólicos
zos de las Grandes Logias de Uruguay y de y otros simplemente especulativos.
Chile y con el concurso de la Gran Logia de Ar-
gentina y el Gran Oriente Federal de la Argen- La presencia de Antonio José de Sucre y la cre-
tina, lograron perfilar un en- ación de la Logia Hiram en Charcas, era un pa-
foque masónico que tras- so importante para el uni-
cienda, aunque sólo sea for- versalismo de la Masone-
malmente, la Masonería de ría y fue aún más impac-
las Grandes Logias Naciona- tante la activa presencia
les encerradas en sus visio- de logias militares de co-
nes localistas. lombianos y de irlandeses
que apoyaban la emanci-
Hoy hay logias simbólicas pación americana, y no
que promueven de manera podemos dejar de men-
particular el universalismo cionar a militares españo-
de la Masonería. Algunas les que llegaron a la Amé-
llevan el nombre de Uni- rica imbuidos de plantea-
verso, otras de Integración mientos universalistas co-
Universal, y no faltan las mo Libertad, Igualdad y
que específicamente se re- Búsqueda de la Felicidad.
miten a la Integración Pan- El problema se presenta-
americana. Hay logias la- ba en el otro lado de la
tinas que llevan el nombre ecuación. El Antiguo Régi-
de masones europeos como Mozart o Gior- men (el Ancient Regime), que empezaba a
dano Bruno, o los nombres de figuras asiáti- conformar naciones europeas se sentía ame-
cas o africanas como Gandhi o Mandela, siem- nazado por la presencia de los masones con
pre en el entendido de la universalidad de la expectativas universalistas; las nacientes re-
Orden. Sin embargo, con el advenimiento de publicas latinoamericanas también se sintie-
las Grandes Logias Nacionales, las referencias ron más proclives a la institución de Grandes
más inmediatas son más locales y miran con Logias Nacionales que a apoyar movimientos
cierta susceptibilidad a logias que llevan nom- universalistas. Es así que, casi con el naci-
bres como “República Universal de Francma- miento de cada país, empezaron a debilitarse
sones,” aunque hay logias nacionales enfras- las logias aisladas que promovían universalis-
cadas en la tarea de “unir a los masones dis- mos y comenzaron a emerger asociaciones de
persos en ambos hemisferios” que disfrutan de logias que buscaban la conformación de Gran-
la pluralidad que puedan brindar los masones des Logias y Grandes Orientes Nacionales.
extranjeros.
Lentamente moría el concepto de la Logia Ma-
A principios del Siglo XIX, mientras la Gran sónica Independiente pero con visos universa-
Logia de Francia buscaba un referente nacio- listas, y lentamente se afirmaba el concepto
nal preciso, la Gran Logia Unida de Inglaterra de Grandes Logias Nacionales con exclusividad
se extendía por todo el mundo en base a sus territorial, con sus propios estatutos y regla-
logias de ultramar y las Grandes Logias Distri- mentos, y con sus propios ritos, arreos y auto-
tales y Provinciales en regiones y continentes ridades.
91
Los ataques a Sucre, a su extranjería, y a su interés
en educar a los grupos populares y a los indígenas,
así como de formar cuadros preparados para la ad-
ministración del Estado, erán múltiples. Muchos ve-
nían desde las tierras lejanas de Colombia y Vene-
zuela, otros venían del cercano Perú, mientras que
otros provenían de Buenos Aíres y las provincias del
Río de la Plata. Pero la necesidad de contar con
personas capacitadas para construir un país, en el
marco de un naciente gobierno, en un territorio dis-
perso y difuso, eran perentorias. Su angustia era
grande porque no encontraba personas suficiente-
mente preparadas para comprender la Libertad y la
Gestión de Gobierno con Altruismo y en Democra-
cia... para construir la Felicidad del pueblo.

Una referencia muy escueta al respecto es que al


nacer la República de Bolívar, ésta no contaba con
suficiente gente para escoger a sus autoridades y
ser gobernada de una manera prudente y responsa-
ble. El conjunto de ciudades en Bolivia, en 1825, no
alcanzaba en población a los 100,000 habitantes en-
tre todas (La Paz: 40,000; Cochabamba: 30,000, y
Charcas 12,000; mientras que las demás ciudades
no llegaban a 10,000 habitantes cada una: ni Oruro,
ni Potosí y mucho menos Santa Cruz de la Sierra).
Ello implicaba un grave problema para encontrar a
las personas que ocupen los cargos públicos nece-
sarios en una región del continente en la que duran-
te la Colonia los cargos eran comprados por los in-
teresados, quienes se resarcían de sus “inversiones”
en muy poco tiempo. Bolivia se enfrentaba al fraca-
so de sus reducidas élites y al fracaso de sus mayo-
rías indigenas y campesinas carentes de educación
y de propuestas propias... en esos primeros años.

Es quizás por esta razón que Sucre recurre a milita-


res extranjeros, principalmente ingleses, para que
ocupen puestos de confianza en la administración y
en la formación de nuevos cuadros ciudadanos. Re-
curre a masones formados en el extranjero para que

92
complementen la labor de militares y clérigos que ha-
bían recibido algo de instrucción superior.

La nueva República de Bolívar era un magma hetero-


géneo de pueblos analfabetos y semi-analfabetos
que habían sido sometidos a la más recalcitrante ig-
norancia durante siglos de colonialismo. A pesar de
ello, el Mariscal de Ayacucho asume con entereza la
tarea de educar a esa población dispersa y organizar
ese territorio difuso que iba desde las costas del Pa-
cífico hasta las selvas del Amazonas, pasando por
las cumbres nevadas de los Andes. Ese quizás fue
un desafío menor. El más grande era combatir y tra-
tar de superar el “espíritu alto-peruano” que buscaba
desvalorizar todo esfuerzo, al oponerse a todo, refle-
jando una predisposición distorsionada e incluso vi-
ciosa a la negatividad, la separatividad y la fragmen-
tación extremas.

En tales circunstancias Sucre convoca a los pocos


masones dispersos en la Nueva Republica, simple-
mente para ayudarle a encontrar personas con las
que pueda establecer una administración nacional.
Triste sería su sorpresa, al encontrar que muchos de
esos masones de entonces en vez de apoyarlo abier-
tamente lo combatieron de manera oculta y desleal.

Es asi que en medio de golpes de estado y revolucio-


nes, particularmente frecuentes, se desarrollan los
primeros años republicanos --años tensionados entre
los “doctorcitos” de Charcas y los militares de las re-
publiquetas, tanto de Oriente como de Occidente. En
este complejo contexto de pugnas y amenazas, ve-
mos que de una veintena de los iniciales mandatarios
nacionales, únicamente cuatro presidentes de la na-
ciente Republica trataron de establecer una visión de-
mócrata y humanista en los primeros años de la
Nación: Bolívar, Sucre, Santa Cruz y José de Balli-
vián; quienes hasta unos cuantos años atrás eran
considerados los lconos “Padres de la Patria” y apa-
recían en grandes retratos en el palacio de Gobierno,
en las fiestas cívicas.
93
Otros tres masones también lo hicieron en épocas
inmediatamente posteriores a las primeras décadas
de la República; décadas en las que primaba el
caudillismo militar; nos referimos a los gobiernos ci-
viles de José María Linares, Adolfo Ballivián y To-
más Frías, de quienes hablaremos más adelante.

Siguiendo los lineamientos básicos del Arte Real,


Sucre comprendió que el sistema de financiamiento
del Estado determinaría el sistema de funcionamien-
to de la República. Trató de instituir un sistema de
impuestos a nivel nacional, para ser rechazado por
todos los grupos. Todos los grupos del país, desde
los más ricos hasta los más pobres, se opusieron.
Todos los grupos que ahora se sentían libres y so-
beranos, eran grupos que compartían una carencia
de propósito nacional, una carencia de predisposi-
ción y responsabilidad ciudadanas. Entonces Sucre
tuvo que recurrir a otra forma de financiamiento para
construir el país (no debemos olvidar que la forma
de financiar un país determina la forma de funcionar
del mismo). Aplicó una serie de tributos a la iglesia,
No es que Sucre fuera anti-católico, sino que al igual
de Belgrano, era anti-clerical, anti-artes sacerdotales
que a diferencia del Arte Real, se basaban en dis-
cursos fantasiosos, enajenantes y desmovilizadores.
Es así que Sucre expropió las propiedades eclesiás-
ticas e incautó los recursos monetarios de la Iglesia
Católica; ello generó recursos, ciertamente, pero
también oposiciones y calumnias.

Sucre trató de basarse en datos y estadísticas con-


fiables, pero lo que le ofrecían los funcionarios de
gobierno eran solamente opiniones sin respaldo fac-
tico. Los primeros en dar información errada e in-
tencionalmente deformada eran los párrocos de la
Iglesia Católica. Muchas de las minas coloniales
habían sido abandonadas e inundadas por los espa-
ñoles que huían de la América; es por ello que Su-
cre las nacionalizó y pidió el apoyo de mineros ex-
tranjeros, principalmente ingleses, para que las ha-
gan funcionar y generen ingresos para el Estado.
94
En los tres años de gobierno de Sucre, el mayor
éxito -y al mismo tiempo la mayor frustración- fue la
formación ciudadana en medio de intrigas y descon-
tentos. El temor a grupos de ciudadanos formados
en principios democráticos generó desconfianza en-
tre los antiguos grupos de privilegiados, lo que a su
vez produjo aún mayor inestabilidad en el país; no
porque Sucre sea un mal gobernante sino porque -
según los grupos locales- el Presidente era un ex-
tranjero que se rodeaba de extranjeros, aduciendo la
ausencia de suficientes cuadros de administradores,
ausencia de recursos para el gasto público, ausencia
de inversiones y ausencia de propósitos comunes
que unificaran a la población. El diagnóstico era co-
rrecto, pero partía de algo que los locales no recono-
cían: la población de Bolivia era pequeña, muy di-
versa, recelosa de todo y confrontada entre sí.

La Constitución de 1826, se perfilaba entonces como


la gestora de una unidad ciudadana ausente. No fue
así. Los cabildos regionales no coincidían en nada,
salvo en pedir la renuncia de Sucre. En una inten-
tona golpista, Sucre fue herido en un brazo y en una
pierna y tan pronto recuperó la salud, renunció a su
cargo y dejó su célebre “Testamento Político” en el
que dice: “…Aún pediré otro premio a la nación en-
tera y a sus administradores, el de no destruir la
obra de mi creación; de conservar por encima de
todos los peligros la independencia de Bolivia.”

Los mezquinos intereses de los señoritos de Char-


cas se habían impuestos sobre la magnífica y mag-
nánima presencia de Sucre; sobre “la cabeza mejor
organizada de Colombia, sobre el Primer General de
la República, sobre su primer hombre de Estado…”
Esas confabulaciones e ingratitudes no acabarían
con el espíritu panamericanista del ciudadano más
esforzado, culto y dedicado a la hermandad univer-
sal de los libres. Ensombrecieron momentáneamen-
te a un espíritu, ciertamente selecto, pero no acalla-
ron su voz ni aletargaron su brazo, ya que él sabía
con quienes tendría que luchar; sabía que sólo los
95
libres pueden liberar a los encadenados a vicios y a
las expectativas pequeñas de quienes medran ence-
rrados en los localismos de sus propios campana-
rios.

Para liberar a los alto-peruanos, al igual que a los


peruanos, colombianos y venezolanos, debía no solo
mantenerse íntegro en su Libertad, sino pulir aristas
grotescas y excrecencias malvadas; y, al igual que
su maestro Hiram, debía aceptar los golpes de sus
propios hermanos, de sus propios coterráneos y
compañeros.

Enterados los peruanos de la renuncia de Sucre y de


la serie de levantamientos regionales, el General pe-
ruano Agustín Gamarra invadió Bolivia; y, si bien fue
derrotado, varios años más tarde, por el masón José
Ballivián en los campos de Ingavi, en sus primeras
intentonas de acabar con Bolivia tuvo algunos logros
inmediatos. Por un lado logró que las tropas colom-
bianas, que todavía acompañaban a Sucre, se reti-
ren del país; que se nombre a Pedro Blanco como
sucesor de Sucre y que éste General responda a los
intereses del Perú. Blanco terminaría asesinado y
sería sucedido por los interinatos del General José
Miguel de Velasco hasta que luego de un tiempo de
inestabilidad se hiciera cargo de la dirección de la
República don Andrés de Santa Cruz y Calahumana,
Gran Maestro de Masones y Gran Mariscal de Ze-
pita. Todo esto pasaría en el año de 1829.

96
5.- Antonio José de Sucre, la Logia Hiram y
la Masonería de la Libertad

Muchos historiadores consideran como


un hecho fehacientemente establecido
el que el Gran Mariscal de Ayacucho,
hubiera fundado en 1826, la Logia Hi-
ram en la ciudad de Charcas, ya para
entonces ciudad de Sucre, capital de la
República de Bolivia.

Aseguran, así mismo, que Antonio José


de Sucre fue su primer Venerable Maes-
tro, luego de haber sido iniciado masón
en la Logia Perfecta Armonía Nº 74 de
su ciudad natal, Cumaná. También se
sabe que el Secretario de la flamante
Logia fuera un Cnl. Bolognesi quien -de-
bemos aclarar- no fue el padre del Ge-
neral Francisco Bolognesi, figura histó-
rica de la Confederación Perú-Boliviana,
sino -quizás- un pariente de ese desta-
cado militar y masón peruano.

También se sabe que entre los fundado-


res de la Logia Hiram estaban las nota-
bles figuras de Don Simón Rodríguez,
profesor de Bolívar y algo así como Mi-
nistro de Educación durante la presiden-
cia de Sucre, y Don Facundo Infante,
quien -en sus años de vida en América
del Sur- estuvo muy cerca del Mariscal
de Ayacucho; y que, anteriormente -en

97
su vida en España- fuera militar, Presidente del
Congreso de los Diputados y en 1812 fuera uno de
los autores de la Constitución Liberal de Cádiz. En
Bolivia, Facundo Infante fue Ministro del Interior y
creador de la Policía Boliviana en 1826. Infante,
para 1828, habría fundado una(s) logia(s) masó-
nica(s) en Potosí, de la(s) cual(es) no se sabe -a
ciencia cierta- el nombre, pero sí se conoce a algu-
nos de los masones que participaron en esa(s) fun-
dación(es): José María Balza (Guarda Sellos),
Narciso Téllez, Pedro Costas, José Montero y “el ta-
lentoso cura Calero,” además del presbítero Costas-
Inchauste. Tanto Sucre como Infante y Rodriguéz
no sólo fueron fundadores sino los ideologos de nue-
vas formas de hacer masonería ...de poner en prác-
tica la Masoneria de la Libertad.

En estas logias primerizas de raigambre libertaria se


sabe de la iniciación en Potosí del Hermano Juan
Scrivener, presentado a la Orden por Edmundo Tem-
ple, e iniciado masón por el General N. Galindo, Ve-
nerable Maestro y Gobernador de Potosí en 1826.
El propio Scrivener detalla aspectos de su iniciación,
pero lamenta el hecho de que cuando volvió a Po-
tosí ya no existía la Logia Masónica en la que se
había iniciado. No menciona el nombre de su logia
pero nos alerta acerca de las temáticas masonicas
de ese entonces.

Se sabe, por ejemplo, que en ese periodo masónico,


la divisa (diferente de la actual de Salud, Fuerza y
Unión), fue la de Dios, Patria y Libertad. Dios como
el fundamento de la Masonería; Patria como el
mandato primordial de la creación de las nuevas re-
publicas latinoamericanas; y, Libertad como princi-
pio ineludible del hombre y de la humanidad. Se
hablaba de “la Libertad como fundamento del hom-
bre y de la humanidad”: éste es -ciertamente- un
planteamiento libertario muy amplio y ambiguo que
requería y todavía requiere de aclaración. El análi-
sis de la Libertad en las logias masónicas de Bolivia,

98
primero nos mostrará las preocupaciones libertarias
de ese entonces (los nuevos cuestionamientos); y,
al final de este capítulo, nos permitirá comparar la
forma de hacer masonería en el Nuevo Continente
vs lo que se practicaba a mediados del Siglo XIX,
como dinámica masónica en el Viejo.

Para 1826, habían concluido las guerras libertarias,


pero el concepto de Libertad estaba abierto a múlti-
ples interpretaciones. Es por ello que el concepto de
Libertad tuvo que ser discutido in ex-
tenso en la Logia Hiram -y en la(s)
logia(s) potosina(s) fundada(s) por Fa-
cundo Infante partiendo de la premisa
que los hombres de la Nueva Repú-
blica no tenían la obligación de obede-
cer a autoridad alguna que no haya
nacido de la so- beranía del pueblo --
es decir, el principio esencial de una
democracia y de un ideario masónico
de Libertad, Igualdad y Búsqueda de la
Felicidad --en el que el último término luego se tor-
naría: Fraternidad o Búsqueda Fraterna de la Felici-
dad.

Este era un tema de primerísima preocupación ma-


sónica al inicio de la República, ya que ésta se mos-
traba contraria a la monarquía, a la existencia de pri-
vilegios y poderes que se proclamen provenientes
de un mandato divino, lo mismo que a la presencia
de cualquier poder extranjero que pretendiera domi-
nar a los bolivianos. Es así, que enmarcado en los
conceptos de Libertad, el tema de la obediencia y la
coerción fuera discutido ampliamente en las logias
bolivianas; no solo en términos de amenazas forá-
neas sino de pretensiones tiránicas desde adentro.
Esta fue una preocupación “real” muy extendida, al
extremo que se cree que el nombre de una de las lo-
gias fundadas por Facundo Infante en Potosí, en
1826, hubiera sido Libertad, en la que se discutía:

99
¿Por qué razón yo (o cualquier persona, sea ésta un
masón o no) debo obedecer a otro? ¿Por qué no vi-
vir como quiero? ¿Si no obedezco seré objeto de co-
erción? ¿Tal coerción y pérdida de Libertad será, si
llegará a darse, una pérdida instantánea o una pér-
dida gradual, en el nombre de qué, por quién y para
qué fin? También se preguntaban si el gobierno -re-
cientemente constituido- al ejercer coerción sobre
un hombre implicaba privarlo de su Libertad? ¿Li-
bertad de qué? ¿Será que el gobierno tiene el deber
de ejercer coerción sobre un conjunto anárquico de
grupos sociales que no han aprendido a vivir en Li-
bertad? ¿Será que el Gobierno tiene el deber de
instituir, en los gobernados, la responsabilidad soli-
daria y altruista de construir un futuro para toda la
población? Las discusiones a este respecto fueron
largas e inconclusas ya que para muchos el término
Libertad se mostraba poroso e incluso ambiguo y
contradictorio.

En torno a este tema, en el Boletín de la Masonería


Boliviana del mes de julio de 1950, se advertía que
el propio Sucre no sólo había sido parte de semejan-
tes discusiones, sino que había formulado un Regla-
mento Masónico para la Logia Hiram, el que habría
sido asumido por la(s) logia(s) potosina(s). Es un
Reglamento en el que en su Art.10.- decía: “La Ma-
sonería, en sus diversos ritos, tiene por objeto el pro-
greso de la humanidad, mediante la perfección mo-
ral, intelectual y física de los masones. Constituye
una familia de hermanos. Rechaza la fuerza y la in-

100
tolerancia con la divisa de Paz y Derecho. Respeta
las leyes de cada país y acata a la autoridad legí-
tima.” En otras palabras, por encima del concepto
elusivo de Libertad estaban la Paz y el Derecho, y el
mandato de acatar la ley de la tierra.

Documentos de esa época indicaban que más allá


de introducir rituales, las discusiones masónicas de
los fundadores de la Masonería en Bolivia, se esfor-
zaba en comprender una “realidad local” en la que
se percibían una serie de actos anárquicos propios
de una población que obligó a que Sucre se retire de
Bolivia y con él se retiren los ejércitos colombianos
que le acompañaban y que eran -junto con Simón
Rodríguez y Facundo Infante- la fuerza instituyente
de las primeras logias masónicas en Bolivia.

En esta confusión entre los planteamientos concep-


tuales y las prácticas, no se si llamarlas ciudadanas,
pero creo que bien podrían ser populares, coinciden
muchos de los historiadores masónicos, quienes
luego de hablar escuetamente acerca de la funda-
ción de las primeras logias bolivianas se limitan a
elucubrar sobre los hechos del gobierno y la perso-
nalidad de Sucre (la mayor parte), y de Facundo In-
fante y Simón Rodríguez, (los menos). En esas na-
rraciones, el tema de la Libertad parece quedar ago-
tado o directamente no cuestionado o analizado. A
nuestro entender, ésta es una asignatura pendiente,
ya que deja sin estudio el fundamento libertario de la
realidad con el que se crea la Masonería en Bolivia.

Para comprender esta paradoja masónica, percibi-


mos que con el retiro de las fuerzas colombianas del
Gran Mariscal de Ayacucho, las logias hermanas de
Hiram, y la propia Logia Hiram, entraron “en sueño,”
y -quienes teorizaban y criticaban los excesos de Li-
bertad- pronto quedaron fuera ...sin sus logias liber-
tarias en las cuales el tema pudo haber sido discuti-
do y practicado con mayor amplitud y profundidad.

101
La masonería libertaria se quedo sin interlocutores
por un tiempo, hasta que se reinició su análisis en
las logias creadas por Andrés de Santa Cruz, las que
trataron de continuar con la divisa de Dios, Patria y
Libertad. Pero también esas logias “entraron en
sueño” a tiempo de la caída de Santa Cruz; aunque
el tema de la Libertad hubiera vuelto a estar en el
centro mismo de las preocupaciones masónicas por
al menos durante toda una década (de 1929 a 1939).

Varias décadas después en la ciudad de Oruro, se


fundaría la Logia Orden y Libertad en 1885, la que se
refundaría bajo la Gran Logia de Bolivia con el Nú-
mero 15 en 1939; lo que motivó una serie de discu-
siones libertarias, tanto conceptuales como prácti-
cas. Las preocupaciones libertarias de esos herma-
nos orureños lograron rescatar muchos de los aspec-
tos y matices de la Libertad como divisa masónica
--desde los primeros años de la República. Ya en el
Siglo XXI, el tema de la Libertad volvió a plantear
complejas discusiones, acerca de las expectativas li-
bertarias de la Orden. Se fundaron las, Logias Luz y
Libertad Nº 79 en Santa Cruz y Libertad Nº 80, en
Sucre; pero la conceptualización de la Libertad fue
diferente --según se aprecia en las actas constituti-
vas de estas dos organizaciones masónicas. En
gran medida, en las logias masónicas del Siglo XX y
del XXI, se asocia a la Libertad con ciertos hábitos
del corazón, (al estilo de Alexis de Toqueville) que no
se conquistan sino que se los tiene presentes desde
el mismo nacimiento de las personas. Ello es radi-
calmente diferente a los planteamientos libertarios de
quienes lucharon por la Libertad y la Independencia
de Bolivia. Por ello, es imperativo tratar de recuperar
los lineamientos fundacionales de la masonería boli-
viana, anclados en la Libertad y en la Masonería Li-
bertaria de América.

Por lo tanto, es preciso actualizar el tema, principal-


mente por el hecho de que la mayor parte de los ma-

102
sones, y de la población en general, no han partici-
pado de la “realidad” de las campañas libertarias de
nuestro país... y son “herederos” (sin esfuerzo pro-
pio) de algo que en su tiempo no llegó a ser definido
a cabalidad; y que ahora muchos no podemos expo-
nerlo con precisión; no sabemos por experiencia
propia de la sangre, el sudor y las lagrimas que cos-
tó alcanzarlo. Por ello, antes de analizar las meto-
dologías rituales de la masonería del Siglo XIX,
adelantaremos algunas hipótesis acerca de las dis-
cusiones libertarias en las logias latinoamericanas
de entonces, en general, y en la Logia Hiram de
Sucre en particular, así como en las otras logias ma-
sónicas cuyos nombres ignoramos --pero que con
documentación de respaldo, también usada por el
H... M... Oscar Gunnar Barrientos, se le asigna a Fa-
cundo Infante su fundación en la ciudad de Potosí.

La preocupación Libertaria de origen se debe al con-


trapunto de tres insignes masones libertarios (valga
la redundancia), fogueados en la Guerra de la Inde-
pendencia: Simón Rodríguez y Facundo Infante, jun-
tamente con Antonio José de Sucre, el Filósofo de la
Espada. Estas discusiones, escuetamente recogi-
das por diversos historiadores, muestran que los ma-
sones fundadores de la Masonería en Bolivia, se
enfrentaban a un gobierno entusiastamente liberal
en sus principios pero amargado y distorsionado por
la ingratitud y la incomprensión de un pueblo muy
alejado de la Libertad. La Libertad, para los maso-
nes que habían asumido la responsabilidad de go-
bernar Bolivia, no implicaba una solución técnica, un
planteamiento mecánico, ni un Decreto que la esta-
blezca y ya, …había que construirla socialmente ...
darla a luz en la “realidad” de un parto lleno de mo-
lestias y dolores. Es así que poco a poco, se llegó a
comprender mejor las demandas y las limitaciones
de la Libertad ciudadana que debía ser instituida... a
partir de los templos masónicos... considerados en-
tonces como escuelas de la Libertad.

103
Recuadro 6: Inicios de la Masonería de la Libertad Americana
La Masonería de la Libertad, era algo inédito a princi- nuevo nacimiento en el que el pobre y el oprimido se
pios de 1800. Buscaba formar al hombre como un indi- rebelarían contra el opresor claramente identificado
viduo altruista, responsable de sí mismo y de la comu- como “el extranjero”(los “casacas rojas”). Es por ello
nidad que lo cobija: era algo que se proyectaba hacia la que, en un principio, no pudieron identificar como
Igualdad ciudadana y se comprometía con la Búsqueda opresoras a las oligarquías criollas subsiguientes, que
de la Felicidad a partir de proyectos ciudadanos. Todo copiaban las ideas metropolitanas. Y las oligarquías
esto, que ahora nos parece tan obvio, no era conocido criollas se ocuparon de difundir el hecho de que los Li-
como no era conocida la democracia moderna. En este bertadores no eran sino “otros extranjeros,” hombres
contexto, Enrique Dussel nos alerta que desde Washing- de “otro lugar” que venían a imponer ideas desde afu-
ton hasta Hidalgo, Bolívar y San Martin e incluso Sucre, era. La imagen de “los otros” que venían de “otros lu-
brilló en todos ellos este tipo de gares” fue el arma para acabar
ilusión pero no llegó a ser una fi- con el sueño de los Libertadores
losofía explicita de la Libertad. del Continente… eso le sucedió a
David Hacket, por su parte, Sucre y a sus fuerzas de apoyo co-
muestra esa misma indetermina- lombianas, en Bolivia.
ción o ambigüedad, en la entre-
vista hecha a un tal Capitán Pres- Imaginemos una asociación de
cott, quien había participado en hombres libres --decía Marx. Una
las campañas libertarias del Nor- comunidad de hombres cara-a-
te, y a quien se le pregunta ¿si lo cara. Sin opresiones. Una socie-
había hecho por la Libertad o por dad utópica de “prójimos” que no
los principios de Libertad expresa- son un “nosotros” porque produ-
dos por Locke? Este conductor de cen bienes para un mismo merca-
tropas libertarias, contesta que do, sino que son un “nosotros” por
jamás había oído nombrar a ese una proximidad originaria. Se tra-
señor menos aún a sus ideas; y le ta, comenta Dussel, de la inme-
dice al entrevistador: mire joven, diatez originaria de los hijos de
nosotros nos enfrentamos a los una misma madre, ya que de ella
“casacas rojas,” por lo que esta- nace la proximidad originaria de
ban haciendo, por lo que nos esta- un ser y su comunidad como rela-
ban quitando, porque estaban ción cultura-pueblo. El nacimien-
ocupando por la fuerza la tierra to en una misma madre y en un
que siempre fue nuestra. Este pa- mismo suelo permite que emerja
triota no hablaba de la Libertad en abstracto, como algo la responsabilidad por el débil. Es un cara-a-cara de
lejano a conquistar sino de una realidad cercana que donde la igualdad y la reciprocidad originaria de la pro-
demandaba grandes esfuerzos. El no concebía que la ximidad y la colaboración fraterna permiten movilizar a
Libertad fuera un primer paso para conseguir la Igual- los hombres en sus proyectos más magnánimos. Eso
dad y luego esforzarse en la Búsqueda de la Felicidad. estuvo presente en Norte América (con ciertas limita-
Aquí estaba la contradicción más profunda entre el pue- ciones entre Estados del Norte y del Sur), pero estuvo
blo y sus liderazgos conceptuales. Para unos era lo in- radicalmente ausente en Bolivia, donde desconfiaban
mediato; para los otros era un acto para construir una unos de otros, pero por encima de todo se desconfiaba
Libertad a partir de la expulsión de los opresores, lo cu- del extranjero. La solidaridad de una fraternidad patria
al contribuiría a la Igualdad ciudadana, para que -entre o nacional todavía no estaba presente. Se la tendría
iguales- se puedan construir futuros de felicidad. que inventar en las logias, los cuarteles, las instituciones
y las escuelas. Era una asignatura pendiente ya que
Sin embargo, ya había una recurrente sospecha para para 1829 todavía no podíamos apoyarnos en la cons-
Prescott y sus hombres, al igual que para los llaneros trucción de un proyecto nacional, de un proyecto que
venezolanos y los esforzados “salpachos” potosinos; vaya más allá del campanario de cada barrio. Más que
ésta era que la lucha por la Libertad posibilitaría un libertarios locales, destacaban los liberticidas locales.

104
Recuadro 7: Atisbos de una forma de hacer masonería en Libertad
Para 1832, por lo menos en las comunidades de Norte Este masón anticipaba que la Revolución Democrática
América, la Masonería de la Libertad ya era una reali- de América se iría extendiendo a todo el mundo de una
dad; y así la describe un aristócrata francés que era manera irresistible. Alertaba así mismo de los peligros
parte de la administración borbónica. Nos referimos a que ello podría implicar para una monarquía que se di-
Alexis de Toqueville quien en ese tiempo visitó el Norte vidía la propiedad de la tierra, para un clero con privile-
del continente y escribió Democracia en América. To- gios especiales, para la nobleza que como clase dilapi-
queville era masón y, con la ayuda de sus hermanos ma- daba los recursos y no generaba riqueza para el país.
sones en América, pudo visualizar y expresar lo que es-
taba ocurriendo en el Nuevo Mundo, para alertar a sus Contrariamente a lo que sucedía en Francia, Toqueville
compañeros monárquicos del Viejo Mundo de lo que él muestra que la Ilustración y el Conocimiento, en Amé-
veía venir -irremediablemen- rica contribuyen a un mejor
te- en términos de Libertad, desempeño de las instituciones
Igualdad y Búsqueda de la Fe- de gobierno. Resalta el hecho
licidad, tal como se mencio- que los privilegios de nacimien-
naba en la Declaración de In- to van desapareciendo en la
dependencia de 1776. El ha- medida que nuevas instancias
blaba de la tiranía de las mayo- de poder y desempeño se van
rías y de la tendencia a la igu- instituyendo entre iguales. En
aldad ciudadana que posibili- este camino hacia la igualdad
taba la formulación de proyec- y el poder de los ciudadanos -
tos para el buen vivir de diver- continúa Toqueville- aparecen
sas comunidades locales, con una serie de disensos y conflic-
sus propias autoridades y sus tos que se resuelven a favor del
propias instituciones. Mucho mayor bien para el mayor nú-
de ello emergía de las conver- mero de ciudadanos. En otras
saciones que sostuvo acerca de palabras, habla de phronesis o
las costumbres de los america- prudencia democrática y de los
nos a las cuales Toqueville de- phronimos como agentes del
nominó hábitos del corazón. arte de responder a la realidad
de los pueblos unidos por el
El decía que allí donde había bien común y los proyectos ciu-
una igualdad ciudadana la dadanos en Democracia.
fuerza de la opinión pública ge-
neraba una presión muy fuerte De manera específica, Toquevi-
en la mente de los individuos… mientras mayor igual- lle hace notar la dinámica democrática de los munici-
dad existe, el individuo se siente más débil cuando se pios y de sus instituciones de gobierno local; de los Es-
mantiene por sí solo… empero, si llega a ser, deliberada- tados vis a vis el Gobierno Federal; habla del Poder Ju-
mente, parte de la comunidad y asume responsabilidad dicial y de la confianza que en él tiene el pueblo. Ha-
al respecto, su poder personal se incrementa y se per- bla de la Constitución Federal (aquella promulgada por
fila como parte de los proyectos de mejoramiento per- Washington), de las elecciones y de la responsabilidad
sonal y comunitario que el grupo trata de emprender de electores y elegidos; y, compara lo que sucede en
para mayor felicidad de todos. Tanto para alcanzar la América con lo que sucede en Francia. Habla de los
igualdad de todos los ciudadanos como para emprender partidos y de las asociaciones político-ciudadanas. Co-
proyectos de desarrollo colectivo no había mejor instru- menta acerca de los beneficios que emergen de una so-
mento que la educación. El habla de las comunidades ciedad igualitaria que se preocupa por la felicidad de los
de enseñanza y aprendizaje de ciudadanos y entre ciu- individuos y de las comunidades. Habla del individua-
dadanos. La condición de igualdad ciudadana afecta no lismo altruista en el que se basa la Masonería de la Li-
solo a los grupos sino a las instituciones del Nuevo bertad. En fin, habla de un conjunto de invenciones
Mundo, repetía Toqueville. ciudadanas que nacieron a la luz con la masonería liber-
taria y las instituciones propias de la Libertad.

105
Quizás quien, más de un siglo más tarde, pudo acla-
rar mejor esta demanda de humanidad en Libertad
fue Isaías Berlín (1909-1997), hablando de una Li-
bertad negativa y una Libertad positiva. Por Libertad
negativa se dice que soy libre en la medida en que
ningún hombre o grupo de hombres interfiere con mi
pensamiento, palabra o actividad. La Libertad políti-
ca, en este sentido, es un área en la que el hombre
puede actuar sin ser obstruido o restringido por otro.
Mientras que la negación de la Libertad conlleva una
coerción que implica una interferencia deliberada de
otros seres humanos en áreas en las cuales cada
quien podría actuar de otra manera sí se lo dejara
por su cuenta ...si así tal actor lo quisiera.

A este efecto decía Rousseau, la naturaleza de las


cosas no nos enfurece sino la mala voluntad de las
personas; y, Sucre con sus ministros y oficiales de
las fuerzas colombianas en Bolivia, lo estaban expe-
rimentando en carne propia. La población se había
vuelto en contra de ellos, distorsionando el sentido
de Libertad. Ellos compartían la idea de que el crite-
rio para definir opresión es la parte que juegan las
personas, la gente, “los otros” seres humanos que
actúan de manera directa o indirecta, con la inten-
ción de frustrar las pretensiones de un agente o de
un sujeto. Ser libre, en este sentido, se concreta al
no ser objeto de interferencias por parte de otros.
Con esta “realidad” en mente, para los masones de
la Logia Hiram, las presiones de diversos grupos
económicos y sociales eran una preocupación ¿li-
bertaria o liberticida? ...era algo difícil de decidir.

En los primeros años de la República, el desafío es-


taba en encontrar las formas de proteger la voluntad
de los débiles que se veían avasallados por la volun-
tad y los recursos de los fuertes; ello -indudable-
mente- afligía a Sucre, Rodríguez e Infante. Más
aún, afligía a los masones de la Logia Hiram y a los
de sus logias hermanas en Potosí; allí -entre co-

106
lumnas- se preguntaban si ellos eran objeto de opre-
sión o sujetos generadores de una forma de opresión
inédita hasta entonces (todo esto enmarcado en la
presión de las masas locales sobre un grupo consi-
derado extranjero en las tierras del antiguo Alto Pe-
rú). Más adelante hablaremos de lo que ellos parece
que consideraban como Libertad positiva.

Se hacía cada vez más evidente lo que el Libertador


Simón Bolívar había planteado en el Discurso de An-
gostura en 1819: cuando se preguntaba acerca de
lo que podría ocurrir en la América sin las condicio-
nes adecuadas para el uso de la Libertad, ¿cuál es el
uso de la Libertad? La Libertad personal no es una
necesidad primaria para todos. Se preguntaba sí un
campesino alto-peruano necesita ropa o medicinas
antes que Libertad personal; antes que disquisicio-
nes abstractas acerca de la Libertad, la Igualdad o la
Búsqueda altruista y mancomunada de la Felicidad.
Pero no solamente eran los grupos campesinos sino
también los grupos de poder urbano, los que se ma-
nifestaban en contra de los principios libertarios de
ese momento (digamos moderno).

En ese contexto, los masones de la Logia Hiram


compartían el pensamiento-forma de que si la Li-
bertad es el fin último de los seres humanos, nadie
debe ser privado de ella, menos aún ser disfrutada
por unos a expensas de otros. El dilema moral es-
taba planteado y terminó por instituir la Libertad, aun-
que ello implique estrangular a las logias y expulsar a
los extranjeros de la República de Bolívar.

Para Sucre, a pesar de todas las amarguras que su-


frió en Bolivia, este periodo fue muy rico en proyec-
ciones y predisposición masónica. Desplazado y
alienado de Bolivia, ya en el Ecuador, en Colombia o
en Venezuela, recién empezarían las verdaderas
amarguras de la ingratitud, de las confabulaciones,
mezquindades y traiciones más grandes para el Gran

107
Mariscal. Tampoco allá en el Norte de Sud América
se valoraba a cabalidad las demandas y necesida-
des de la Libertad.

Alejado Sucre, en Bolivia, luego de varios meses de


anarquía, Andrés de Santa Cruz y Calahumana man-
tuvo la divisa masónica de Dios, Patria y Libertad;
y, bajo tales premisas, las discusiones logiales conti-
nuaron, pero con un enfoque distinto. Este presiden-
te indígena, parece haber recogido un enfoque dual,
fruto de su educación europea. Por un lado se ha-
blaba de la libertas mediterránea, de la eleutheria
griega y de la condición de liberto (manumitido,
exento de servidumbres para con terceras perso-
nas). Por el otro lado se hablaba del freiheit, de la
comunidad establecida entre hombres libres; se ha-
blaba de las denominadas freedoms o libertades de
grupo en los países del Norte de Europa. En el pri-
mer caso era una concesión dada a los que no eran

108
libres de inicio; en la segunda era un derecho que
se establecía cara-a-cara, vivo y pujante entre los
iguales de una comunidad sujeta a sus propios de-
signios. En el primer caso el acceso a la propiedad
y a la búsqueda de la felicidad eran concesiones,
mientras que en el segundo era un derecho inaliena-
ble. En el primero era un privilegio concedido, en el
segundo una obligación que se basaba en el respeto
a los otros ...a los otros miembros de la comunidad
que también son libres desde su nacimiento.

En el castellano de entonces, esta diferencia era tan


difícil de apreciar como lo es ahora, quizás más.
Hoy comprendemos con mayor facilidad la diferencia
entre “liberty” y “freedom” por nuestra mayor exposi-
ción a los idiomas germanos y protogermanos. En
1825, tal exposición, sólo se apreciaba en las perso-
nas cuya educación se había dado lejos de las res-
tricciones y limitaciones españolas. Andrés de San-
ta Cruz era una de esas mentes formadas en el ex-
tranjero. Entre estas mentes cultivadas era evidente
que Libertad es libertad, no igualdad o equidad o jus-
ticia o cultura o felicidad humana o una consciencia
tranquila… Libertad es Libertad.

Y era claro que a los masones de la época de Santa


Cruz les preocupaba el cuestionamiento existencial
de que sí de la libertad personal o colectiva de unos
depende la miseria humana de otros. Se preocupa-
ban por comprender sí el sistema que buscaban con
ahínco promovía tal forma de Libertad; si sus es-
fuerzos ciudadanos podrían tornarse injustos e inmo-
rales. Ante tales preocupaciones los masones de las
Logias fundadas durante los años de la presidencia
del Santa Cruz, se cuestionaban por el hecho de que
¿si limitó mi Libertad para reducir la injusticia o la in-
equidad, no estoy incrementando las dimensiones
de Libertad de los otros sino únicamente reduciendo
mi Libertad y, consecuentemente, la Libertad de
todos. Es con mi Libertad que se incrementa la Li-

109
bertad del conjunto. Finalmente, solo los libres pue-
den liberar a quienes -por diversas razones- no son
libres. El reducir mi Libertad para ganar justicia o fe-
licidad o paz, es simplemente una pérdida de Liber-
tad. Aunque es cierto que desde una perspectiva
colectiva, la pérdida de libertades individuales puede
conducir a un incremento de libertades sociales.

Todo esto -que era parte de las discusiones crucis-


tas- continuó más allá del destierro de Andrés de
Santa Cruz a Francia que empezó en 1846. Allí pu-
do reunirse con personajes de la talla de Edouard
René Lefebvre de Laboulaye, su hermano masón y
profesor del Colegio de Francia; presidente de una
movimiento contrario a la esclavitud y promotor de la
Libertad de culto en Europa. Entre los temas que
preocupaban a esos masones estaba la Guerra Civil
en los Estados Unidos y el coraje del Presidente Lin-
coln para acabar con la esclavitud, aún a costa de
una guerra.

Si bien Santa Cruz murió en el exilio un año


antes de la muerte de Abraham Lincoln, él
fue parte de una cruzada para premiar las
acciones de ese Presidente Norte America-
no. Era una cruzada promovida por Lefeb-
vre Laboulaye, la cual posteriormente se
convirtió en una campaña para la construc-
ción de una Estatua de la Libertad. Labou-
laye era considerado un entusiasta america-
nista quien en determinado momento dijo
que la Libertad era una invención americana,
una invención que provenía del otro lado del
Atlántico... para iluminar al universo.

En ese grupo de masones que apreciaban la


Libertad y discutían sus alcances y limitacio-
nes también estaba Frederick Auguste Ber-
tholdi, un joven escultor, quien se ofreció a
diseñar tal estatua. Bertholdi, un connotado

110
masón (miembro de la Legión de Honor Francesa),
gustaba de las causas de acción masónica, y pronto
se vio involucrado en un proyecto para la construc-
ción de esa anhelada Estatua de la Libertad.

Para ello viajó a los Estados Unidos y se reunió con


destacados masones y políticos americanos con
quienes discutió lo que implicaba la Libertad para los
americanos. Es así que con las contribuciones con-
ceptuales de un grupo de masones nació la idea de
una monumental escultura que represente a la Liber-
tad gestada en el Nuevo Mundo, y se ubique a la en-
trada del puerto de Nueva York.

Una Estatua de la Libertad verdaderamente ameri-


cana, que clara y contundentemente representante
al Nuevo Mundo y a la Nueva Msonería Libertaria
que nació con el nacimiento de las repúblicas de
Norte, Centro y Sudamerica. Una Libertad que no
ostente el gorro frigio de la libertad europea, sino las
llamas que arden en el corazón de los libertarios del
Nuevo Mundo. Una Libertad que no se alce por en-
cima de cuerpos moribundos, sino que se inscriba
en los cimientos de las nuevas instituciones de Amé-
rica. Esta debía ser una representación dinámica de
la Libertad con los símbolos masónicos del Volumen
de la Ley Sagrada, el Fuego Patrio y la Luz que ilu-
mina a la humanidad.

En su construcción participaron otros dos masones


de renombre: Viollet-le-Duc y Gustave Eiffel.

Por 21 años la estatua estuvo en construcción para


ser finalizada en 1881. Andrés de Santa Cruz ya no
la pudo ver concluida. Los obreros franceses fueron
responsables de la estatua que muestra la Libertad
cómo el estricto cumplimiento de la ley humana y hu-
manista, mientras que obreros norteamericanos se
ocuparon de la construcción de la base y los cimien-
tos. Al hacerse pública la construcción de la Esta-

111
tua, los tradicionales detractores de la masonería se
mostraron en contra de ella (que era muy chica, que
no se la vería, etc.), mientras que el conjunto de
logias masónicas del Nuevo Mundo se compro-
metía con su diseño y con los significados que en
ella se personificaban.

Una publicación del Congreso de los Estados Uni-


dos, reconoce, que este símbolo de Norte Amé-
rica se debe a las discusiones y apreciaciones del
grupo masónico de Lambouaye, al diseño de Ber-
tholdi, y a la ingeniería de Le-Duc y Eiffel quienes
desde Francia pudieron concretar una noble y ge-
nerosa visión que da vida a la libertad de los pue-
blos. Con esta estatua, la Libertad nunca más
sería la misma. Esto caló en todos los masones
del Nuevo Continente, especialmente en la gene-
ración de masones bolivianos de 1880 que inicia-
ron nuevas discusiones y nuevas prácticas de
Libertad. Realmente, a partir de 1880, la Libertad
nunca más fue la misma.

Obviamente, nada de esto era parte de la mentalidad


parroquial y localista de los doctorcitos de Charcas ni
de de los caudillos bárbaros de las republiquetas o
islotes aislados del Alto Perú --ya para entonces Re-
pública de Bolivia. Para los Hermanos Masones de
la Libertad, la construcción de un país democrático
que viva en Libertad era un desafío monumental…
algo preocupante, y las referencias de 1860 y 1880
ya no eran parte de las referencias de 1820 y 1830,
aunque algo había, pero como decía Lambouaye,
era una Libertad a ser todavía inventada.

Thomas Hobbes (1588-1679) y John Locke (1632-


1704), y muchos de los precursores del pensamiento
libertario en Norte América y el Caribe, creían que si
los hombres fueran restringidos evitando que se des-
truyan unos a otros y de hacer de la vida social una
jungla, era necesario establecer una fuerza coercitiva

112
que incremente los ámbitos de intervención centrali-
zada, reduciendo las libertades individuales. Pero
incluso en tales extremos se consideraba que un mí-
nimo de libertad individual es necesaria; que una
porción de la existencia humana debe mantenerse
independiente de las esferas de control social. Inva-
dir ese ámbito, por muy limitado que
sea, implica despotismos y tiranías.

Debemos hacer notar que estos


planteamientos eran anteriores a la
Revolución Francesa en más de un
siglo, y que fueron parte de las con-
sideraciones masónicas anteriores a
1717, tanto en Norte América como
en el Caribe y la América del Sur.
Entre 1825 y1840, Francia -tras la
caída de Napoleón en 1814- estaba
en medio de la denominada Restauración Borbónica
de la Monarquía, por lo que nuevas ideas de Liber-
tad, Igualdad y Búsqueda de la Felicidad no prove-
nían de Europa sino de los enfoques liberales de
Norte América ...una región en la que ya se había
instituido una Democracia Continental.

Para 1825-1839, (es decir de Bolívar a Santa Cruz),


ya habían sido presidentes constitucionales de los
Estados Unidos de Norte América, George Was-
hington, John Adams, Thomas Jefferson, James Ma-
dison, James Monroe, John Quincy Adams y Andrew
Jackson; la mayor parte de ellos masones de re-
nombre, y para quienes el conflicto entre Liberty y
Freedom se hacía cada vez más evidente, especial-
mente en torno a los Estados que estaban a favor o
en contra de la esclavitud. Este no era un tema ais-
lado y circunscrito a los Estados Unidos. Haití luego
de un glorioso periodo de independencia y libertad
había vuelto al dominio francés y las guerras entre
España, Francia e Inglaterra buscaban -a como dé
lugar- el retorno de las Américas al coloniaje, por lo

113
que las amenazas a las recientes repúblicas, por
parte de las antiguas potencias coloniales, era muy
real; tanto que James Monroe, Presidente de los Es-
tados Unidos, y también masón, había alertado a
esas potencias que el Continente Americano era pa-
ra los países americanos y que debían alejar de su
mente cualquier intento de reconquista colonial.

Para ese momento, incluso los teóricos franceses


más conocidos por sus opiniones acerca de la Liber-
tad, como Benjamín Constant (1767-1830), se basa-
ban en los avances hechos por John Locke en la
Gloriosa Revolución Inglesa de 1688-89, y su in-
fluencia en los escritos de Thomás Jefferson y John
Adams en Norte América. Para Constant la liber-
tad se basaba en la posesión y disfrute de los dere-
chos civiles, del imperio de la ley y de la acción indi-
vidual, en un sentido amplio. Ello se evidenciaba en
ciertos casos y se confrontaba y oponía en otros a
los esfuerzos “reales” de las repúblicas que se esta-
ban construyendo en América Latina, sin referencia
alguna a lo que sucedía en Europa.

En una publicación de 1819 (el mismo año del Dis-


curso de Angostura del Libertador Bolívar), Benja-
mín Constant diría: “La independencia individual es
la primera necesidad de los modernos, por lo tanto
no hay que exigir nunca su sacrificio para establecer
la libertad política. En consecuencia, ninguna de las
numerosas y muy alabadas instituciones que perjudi-
caban la libertad individual en las antiguas repúbli-
cas, resulta admisible en los tiempos modernos.”
Tomando en cuenta que la publicación de Constant
es del mismo año que el discurso de Bolívar en la
Convención de Angostura, es casi imposible que los
pensamientos relacionados a la Libertad de Benja-
mín Constant hayan influido en el pensamiento del
Libertador, primero; y, en el de Sucre, después. Es
más bien claro que los pensamientos libertarios de
Benjamín Franklin, John Adams y Thomas Jefferson
influyeron en Constant.
114
Pero volviendo a los conceptos de Isaías Berlín de
Libertad apreciamos el sentido positivo de la pala-
bra Libertad, analizado en la Logia Hiram, y en la(s)
logia(s) masónica(s) fundada(s) por Facundo Infante
en Potosí, durante el gobierno de Don Antonio José
de Sucre. De ahí provenía el deseo, incluso la an-
gustia, por parte de los masones de ese tiempo, de
ser sus propios conductores, de ser los conductores
de una naciente república de hombres libres. En
estas Logias se valoraba el deseo fer-
viente de contribuir activamente en la
construcción de un país libre; la for-
mación de constructores libres, donde
los libres contribuyan a lograr la liber-
tad de quienes todavía no eran libres,
de trabajar por y para la independen-
cia del país ...eso era Libertad posi-
tiva y propositiva.

Era una lucha angustiante para que


los actos de los bolivianos no depen-
dan de poderes ocultos, emboscados
en las pretensiones de un Agustín Ga-
marra que se mostraba como el ene-
migo más feroz de la independencia boliviana. Ya
no eran los generales españoles sino las fuerzas os-
curas de generales peruanos, chilenos, argentinos e
incluso bolivianos que amenazaban la Libertad (li-
berty, freedom & independence), lograda hace muy
pocos años.

Es en este momento en que creemos importante


hacer un alto en el análisis abierto del pensamiento-
forma: Libertad, (un pensamiento-forma es aquel
que no solo trasmite una idea sino que crea un mar-
co de análisis que queda abierto, flotando de manera
desafiante en medio de un grupo de personas que
se sienten galvanizadas por lo que ello conlleva), y
referirlo a las profundas diferencias que esto implica
al compararlo con el método masónico europeo vi-
gente en el Siglo XIX.
115
Para esa época, de inicios republicanos en Bolivia,
ya se había constituido la Gran Logia Unida de Ingla-
terra (UGLE), luego de casi un siglo de conflictos en-
tre los nuevos y los antiguos masones de la Gran
Logia de Londres y Westminster opuesta a la Gran
Logia de York. Recién en 1813, ambos bandos se
unen y forman la Gran Logia Unida de Inglaterra. Es
así que para 1823 se instituye el Ritual de Concilia-
ción (unificación), complementado por el Ritual de
Emulación y las Logias de Emulación para la Prác-
tica Perfeccionada del Ritual (Emulation Lodge of
Improvement).

Por más de un siglo, (de 1823 a 1968), los promoto-


res del Ritual de Emulación se negaron a imprimirlo,
aduciendo que lo relevante de este ritual era la me-
morización de las partes más importantes de las ce-
remonias masónicas. Con ello se buscaba el uso de
“monitores” que guiaban la memorización y la repeti-
ción de lo que se tenía que decir en las ceremonias
de diverso tipo de rituales simbólicos que aparecie-
ron en el Siglo XIX (el Rectificado, el Me-
tropolitan, etc.).

En esta estructura masónica decimonó-


nica no se hacían referencias a la Liber-
tad, menos aún a la libertad de los pue-
blos que alguna vez fueron o seguían
siendo colonias europeas. La masonería
europea se basaba en lineamientos ante-
riores a cualquier pretensión de análisis
crítico o propuesta ciudadana. En sus ri-
tuales primaba el método de enseñanza y
aprendizaje denominado Lancaster o lan-
casteriano, en el que la forma de aprender se basa
en la memorización de textos y la forma de enseñar
se realiza en base al “monitoreo” o seguimiento en la
repetición de un texto considerado clave. Por lo tan-
to, un instructor lancasteriano sólo necesitaba ser un
“monitor” que acentué la forma de repetir una y otra
y otra vez el ritual masónico hasta memorizarlo en

116
sus ritmos, palabras y énfasis oratorio; en otras pa-
labras, repetir y repetir hasta lograr que la oficialidad
de una Logia Craft o celeste (blue lodge), pueda de-
sempeñarse a la perfección en determinadas cere-
monias masónicas.

Contra ésto se rebelan las logias libertarias de Amé-


rica. Contra lo que ocurría en la masonería europea
donde no habían pensamientos-forma a discutir en
sus posibles acepciones, connotaciones o evocacio-
nes, sino rituales a repetir. Lo importante en Inglate-
rra y el resto de Europa era repetir un texto sin equí-
vocos. Es bajo el enfoque lancasteriano que se
constituyen las Logias de Emulación para la
práctica de los rituales y se instituyen “monito-
res” para acompañar la repetición muchas
veces mecánica de los textos rituales. Es en
este periodo en el que se establece otro ritual:
el ritual denominado “Duncan Monitor” para la
práctica ritual como opción alternativa al de
Emulación. Con el “Duncan Monitor” también
aparecen los catecismos de cada grado. A
los aprendices, compañeros y maestros re-
cién admitidos no se les entrega rituales sino
catecismos que deben ser memorizados en
su contenido y se instituyen una serie de pre-
guntas estándar y una serie de respuestas
también estándar que deben ser memoriza-
das.

El método Lancaster no se perdió en las Amé-


ricas; se continuó usando por mucho tiempo;
y, hubieron varias logias que únicamente se
basaron en él. En ciertos casos, este método
se usaba indistinta y paralelamente al análisis
y la discusión abierta de pensamientos-forma hasta
bien entrado el Siglo XX. Por ello se puede decir
que a pesar de la discusión franca en logia-abier-
ta se mantuvo la repetición de rituales y catecismos
como forma de evaluación y realización de la ense-
ñanza-aprendizaje en masonería.

117
El proceso “de memoria” era radicalmente diferente
a lo propuesto por Simón Rodríguez, Antonio José
de Sucre, Andrés Bello y Facundo Infante, profundos
conocedores de las nuevas tendencias libertarias
que generaban nuevos enfoques de educación pú-
blica y responsabilidad masónica. Tanto Henrich
Pestalozzi como Andrés Bello habían sido los precur-
sores de nuevos enfoques que no se basen en la re-
petición de textos sino en el análisis crítico de la ac-
ción masónica y la comprensión de pensamientos-
forma que estén abiertos a la experiencia personal
de cada individuo… de cada masón. Era el funda-
mento de la Nueva Masonería Libertaria.

Aquí afloraba la concepción libertaria de una logia


masónica, la que tal como mencionamos en el Re-
cuadro 6 (pag. 104), cuando dice “Imaginémonos
una asociación de hombres libres… Una comunidad
de miembros cara-a-cara, sin opresiones; sociedad
utópica de los prójimos, que no son un nosotros por-
que producen bienes para un mismo mercado, sino
que son un nosotros por la práctica... (por la) actuali-
dad de la proximidad originaria.” ...la proximidad ori-
ginaria de ser hijos de una misma madre, de una
misma logia madre, de una misma madre tierra.

Con esta aclaración, que nos ubica en tema, debe-


mos volver a las discusiones libertarias y la educa-
ción liberal con las que nace y se instituye la Maso-
nería en Bolivia.

El objetivo de la Logia Hiram era que cada quien no


sólo se conozca a sí mismo, sino que cara-a-cara se
ocupe de sí mismo formándose en Libertad y Solida-
ridad, así como en valores ciudadanos promotores
de una nueva nación de hombres libres y responsa-
bles ante sí y ante la comunidad que los cobija… ciu-
dadanos conscientes de la necesidad ineludible de
construir una nación. Estos masones debían denun-
ciar cualquier acto o actos que tornasen a los bolivia-
nos en enemigos conscientes o inconscientes de la

118
Libertad; que los transformase en títeres de la volun-
tad de extraños que pretendían beneficios a través
del ego de los todavía alto-peruanos. La lucha con-
tra los egoísmos, regionalismos, localismos e indivi-
dualismos se convertiría, en los primeros años de la
República, en mandato

Había que aclarar los objetivos masónicos y ciudada-


nos diciendo “Quiero ser un instrumento soberano
de mi mismo, no de los actos o de la voluntad de
otras personas. Quiero ser sujeto y no un objeto mo-
vido por razones o propósitos que no sean los míos
o por causas que provienen del exterior. Quiero ser
alguien, no un nadie; quiero ser un hacedor, un
constructor, no alguien para quien la naturaleza u
otros hombres deciden y hacen, como si yo fuera
una cosa, un animal o un esclavo incapaz de desem-
peñar un rol humano, un rol ciudadano en mi país,
esto es de concebir objetivos y políticas para mí mis-
mo, para el gobierno de mí mismo y el gobierno de
otros... y ejecutarlos cuando sea necesario, asu-
miendo las responsabilidades de mis decisiones,
mostrándome capaz de explicarlas con referencia a
mis propósitos e ideales.”

Esta era ciertamente la expresión de una Libertad


Positiva, aunque allá entonces no se le diera tal
nombre. Y fue con las logias de 1805 -entre ellas la
de los Caballeros de América en el Cuzco y La Paz,
aquella cuyo nombre ignoramos de la ciudad de
Charcas (probablemente Caballeros Independientes
o incluso los propios Haukes), con las fundadas por
Nariño en Colombia y por Miranda en Venezuela-
así como con las logias de 1812 de los Caballeros
Racionales y las logias lautarinas en Buenos Aires y
Santiago, bajo el influjo de Manuel Belgrano y su cír-
culo íntimo, denominado la Sociedad de los Siete,
que continuó la masonería en América Latina. Pero
fue con Sucre y con Facundo Infante, con Simón Ro-
dríguez y con Andrés de Santa Cruz que empezó la

119
institucionalización de la masonería boliviana ...una
masonería que logró ser la masonería de la liber-
tad, la solidaridad y de la responsabilidad ciuda-
dana... al menos por un tiempo.

Hoy podemos decir que gracias al contrapunto entre


Simón Rodríguez y Facundo Infante que los maso-
nes bolivianos nos dimos cuenta de que Libertad era
un concepto complejo y muchas veces contrapuesto
en sí mismo. Por un lado Libertad era separación de
los vínculos coercitivos y nefastos de la metrópoli y
las instituciones españolas; mientras que por el otro,
era un compromiso cara-a-cara de vinculación entre
hombres libres y de buenas costumbres. Emancipa-
ción por un lado e independencia por el otro. La
idea de emancipación parecía clara, pero la idea de
derechos y de deberes entre hombres libres e igua-
les en una sociedad que demanda esfuerzos y com-
promisos no estaba igual de clara; todavía estaba
por descubrirse en sus diversas dimensiones.

Al igual que hoy, la reunión de hombres libres y en


pie de igualdad es una asignatura pendiente de com-
prensión y ejecución en el contexto de la realidad de
cada pueblo. Los masones de la Logia Hiram y de
sus logias hermanas en Potosí, se dieron cuenta que
la emancipación de España conllevaba una serie de
responsabilidades vinculadas al actuar con solidari-
dad y altruismo en cada lugar... ello implicaba actuar
de manera responsable con uno mismo y con la co-
munidad de la cual somos miembros. Con la Logia
Hiram de Sucre nacía y se pretendía instituir la Ma-
sonería de la Libertad en un Nuevo Mundo… esa
masonería que todavía hoy queremos y que debe-
mos esforzarnos en construir... Una masoneria que
no se basa en recetas ni en memorizaciones para
todos los tiempos y todos los casos.

120
6.- Un presidente y protector del país, que fuera
Gran Maestro de Masones --al mismo tiempo

Los primeros balbuceos para alcanzar, a nivel nacio-


nal, una estructura institucional masónica provenían,
ciertamente, de la visión libertaria de los fundadores
de la Republica, quienes buscaban reconstituir la
presencia de masones en las logias de Los Caballe-
ros de América de La Paz, de las pre-existentes en
Chuquisaca y Potosí (provenientes o gestoras de la
Lautaro de Buenos Aires, según el autor que se con-
sulte), la de los Caballeros Racionales en Caracas y
las logias hermanas de la Arcano de Felicidad de
Bogotá, entre otras. Sin embargo, los libertadores
también querían preparar y calificar a las logias de
reciente fundación en el construir nacional de una
Masonería de la Libertad; prepararlas en el Arte
Real Masónico; tal el caso de la Logia Hiram en la
ciudad de Charcas, (que ya para entonces era la ciu-
dad de Sucre), y las logias formadas en Potosí por el
I... H... Facundo Infante.

Estos primeros pasos tambaleantes les correspondió


dar a Belgrano, a Bolívar y a Sucre; pasos que se
vieron fuertemente reforzados durante la presidencia
de Andrés de Santa Cruz, el Mariscal de Zepita.

Andrés de Santa Cruz fue investido en la Presiden-


cia de Bolivia en 1829, después de haber servido co-
mo Presidente de la Junta de Gobierno y Protector
del Perú durante los años de 1826, 1827 y 1828;
121
luego de los cuales llegó a Bolivia con el título de
Gran Maestro de Masones. Santa Cruz se mantuvo
en Bolivia como Presidente de la Republica de 1829
a 1839, y como Presidente y Protector de la Confe-
deración Perú-Boliviana los últimos tres años de su
mandato boliviano --es decir, a partir de 1836.

Desde su época de Protector del Perú, una de las


preocupaciones de Santa Cruz, fue la conformación
de logias masónicas, ya que él consideraba que una
estructura de logias y orientes masónicos constituía
una garantía de moralidad, continuidad y sostenibili-
dad para el que-
hacer patriótico y
ciudadano. Es
así que de retor-
no a Bolivia fue
el creador del
Oriente del Titi-
caca y del Orien-
te del Illimani,
junto con dos o
tres orientes ma-
sónicos más --el
Oriente de Are-
quipa, entre
ellos. Algunos in-
vestigadores masónicos consideran que con el nom-
bre de Oriente del Titicaca, lo que fundó fue una
logia de masones, aunque hay otros que se refieren
a que Oriente del Titicaca conllevaba una jurisdicción
masónica administrativa que conjuntaba varias lo-
gias, entre ellas la Logia Independencia Peruana,
que fundó en Puno en el año 1829.

En una presentación cultural, el I...H... Arturo Costa


de la Torre, en 1965, decía: “El Gran Mariscal de Ze-
pita, Andrés de Santa Cruz, uno de los más connota-

122
dos precursores de la masonería boliviana, a pocos
años de la creación de la República de Bolivia, inspi-
rado por el ejemplo decisivo que imprimían las logias
masónicas en la Libertad y la Felicidad de los pue-
blos, funda en la ciudad de Puno, Perú, la Logia Ma-
sónica Oriente del Titicaca, constituyendo el Taller
de la Independencia Peruana, bajo la advocación de
San Juan de Jerusalén. La fundación de esta logia,
es el primer hito del futuro horizonte de la Confede-
ración Perú-Boliviana, con miras a la grandeza de su
patria y la del Gran Perú.”

En 1920, el historiador chuquisaqueño y distinguido


Hermano Masón, Don Agustín Iturricha, publica su
libro: “Historia de Bolivia bajo la administración del
Mariscal Andrés de Santa Cruz.” En esta obra trans-
cribe el Acta de Fundación de la Logia Oriente del Ti-
ticaca e incluye los nombres de la oficialidad y de los
miembros de este Taller, considerándolo como el Pri-
mer Capítulo de una serie de otras logias y capítulos
dispersos en el sur del Perú --en especial en la ciu-
dad de Arequipa.

123
Unas décadas más tarde, en 1944, Alfonso Crespo
Rodas también reproduce el Acta de Fundación de la
Logia Oriente del Titicaca. Lo mismo hace en 1952,
el historiador peruano Ernesto Diez Canseco. Y lo
propio hará Porfirio Díaz Machicao en 1958, ha-
blando de una Logia Masónica denominada San
Juan de Jerusalén. Pero será el historiador y perio-
dista Rodolfo Salamanca La Fuente, destacado ma-
són de la ciudad de La Paz, quien el 29 de abril de
1958 nos da una mejor aproximación a estos he-
chos, reiterando que ese Taller se fundó en Puno, en
1829, con la presencia del Gran Maestro de Maso-
nes: Don Andrés de Santa Cruz.

La crónica previa a la fundación de esta Logia Masó-


nica indica que Santa Cruz salió de Santiago de
Chile el 24 de diciembre de 1828, pasó por Arequipa
donde permaneció un par de meses y -al parecer-
en esa su corta estadía habría fundado una socie-
dad masónica. Luego debe proseguir a La Paz;
pero se detiene en Puno para fundar la Logia Inde-
pendencia Peruana, el 11 de mayo de 1829. Esto es
notable ya que a los pocos días, el 24 de mayo, el
Mariscal de Zepita asumiría la Presidencia de Boli-
via.

En Puno se registra la fundación masónica de puño


y letra del General Magariños, quien recibe a Santa
Cruz y anota varios aspectos del evento: “Al Or... del
Titicaca, en un lugar sagrado, donde reina el silencio
y la humildad, a los 11 días del 2º mes masónico,
año de la verdadera luz 5829, y de la era vulgar de
1829, se juntaron el Gran Maestro fundador Andrés
Santa Cruz y los HH... Rufino Macedo, Domingo In-
fantes, Pedro Miguel de Urbina, Manuel Eusebio
Bermejo, Atanasio Hernández, Manuel Rodríguez
Magariños, Pedro Aguirre, Juan Escobedo y Mariano
Luna, convocados por el Gran Maestro con el objeto

124
de fundar esta nueva sociedad masónica.” Luego de
una corta alocución acerca de los difíciles momentos
que se está viviendo en el país, Andrés de Santa
Cruz, Gran Maestro de Masones y futuro Presidente
de Bolivia, expresa que “…para salvar a la nación de
un naufragio que amenaza, no encontraba otro arbi-
trio que fundar sociedades masónicas exclusivamen-
te encargadas de uniformar los votos de los pueblos,
por una línea de conducta que sea más análoga a
sus principios e intereses. Con este objeto, y consi-
derando que las sociedades masónicas anteriormen-
te establecidas, se habían prostituido hasta el extre-
mo, por admitir en su seno hombres indignos de
ellas, (hago notar que) establezco el T... (taller) de la
“Independencia Peruana” bajo las siguientes bases…
(se transcriben un conjunto de juramentos referidos a
guardar y no divulgar los principios masónicos). Y, fi-
nalmente, aclara que las palabras, las formalidades y
trabajos “serán los mismos que de las sociedades de
masones francos, según los Ritos de York, sin más
diferencia que la palabra semestral, que se dará al
formar la cadena para cerrar trabajos.”

Luego habla de que cada Taller, (en el Oriente del Ti-


ticaca), formulará su propio Reglamento Interior. En
el punto 11º de su alocución reitera que todas las Lo-
gias deben ser regularizadas por el Gran Maestro
Fundador, existiendo la Gran Logia y su Secretaría
General, donde el Gran Maestro residiere.

Después de ese discurso, tomaron la palabra varios


Hermanos Masones y pidieron aclaraciones acerca
del quehacer de las Logias en el Oriente de Arequipa
y en el Oriente del Illimani, lo mismo que en los De-
partamentos de Guayaquil y Cuenca. Santa Cruz
respondiendo a esos HH... anticipó, que su intención
era unificar a Bolivia y al Perú (es decir, que ya en
1829, antes de ser Presidente de Bolivia, descubre

125
su intención de confederar a Perú y Bolivia, lo que llevaría
a cabo 7 años más tarde). Concedía el hecho que los De-
partamentos al Norte de Lima estaban con una propuesta
diferente, pero que por lo menos los tres Departamentos
del Sur del Perú estaban alineados con tal proyecto, y que
debían esforzarse en lograr una integración con Bolivia,
para lo cual él estaba empeñado en fundar Sociedades
Masónicas en Tacna, Arica, Arequipa y La Paz. En otras
palabras, el Gran Maestro de Masones que llegaba a Boli-
via, llegaba con un mandato compartido entre
masones de diferentes regiones: el de forjar la
Confederación Perú Boliviana; un proyecto
que tardaría varios años en instituirse y que se
malograría en cuestión de semanas, allá por el
año de 1839. Hace conocer su objetivo de in-
tegrar tres Estados Hermanos: el Perú del
Norte con su capital en Lima; el Perú del Sur
con su capital en Tacna y el Estado Boliviano
con su capital en La Paz.

El tono que se refleja en el Acta de Fundación


de esta Asociación Masónica en Puno, en
1829, es ciertamente electrizante al mostrar el
entusiasmo y las prioridades ciudadanas de
una Masonería Latinoamericana, comprome-
tida con las tareas de conformar países y
construir futuros ciudadanos. También muestra las preo-
cupaciones de muchos masones por las pretensiones mili-
taristas de algunos peruanos en las provincias peruanas
del Norte, y en lo que hoy es el Ecuador de Guayaquil y
Cuenca.

En este contexto, al igual que en el caso de la Bolivia de


Sucre, la Bolivia de Santa Cruz se perfilaba aliada del
Perú, y encontró en Agustín Gamarra su principal ene-
migo. Empero, a Gamarra pronto se le uniría Chile como
enemigo de la Confederación, en las personas de Diego
Portales y del Almirante Blanco Encalada. Portales veía

126
que la unión entre Perú y Bolivia iría en detrimento
de los intereses chilenos y así lo manifestó. Gama-
rra, por su parte, no tenía una visión regional o na-
cional, ya que lo único que buscaba era la separa-
ción de los tres Departamentos del Sur del Perú
(aunque sólo sea uno de ellos; pero en el cual Ga-
marra tenga la totalidad del poder político y militar;
Gamarra apuntaba a que este primer departamento
secesionista sea el Cuzco). Santa Cruz controló a
Gamarra y a su aliado peruano Salaverry venciéndo-
los en las batallas de Socabaya, Uchumayo y Yana-
cocha, exiliando a Gamarra en Centro América y pa-
sando por las armas a Salaverry.

En las diversas dimensiones de su vida personal,


Andrés de Santa Cruz representaba la conciliación
de múltiples opuestos. Hijo de un noble español y
de una mujer de la realeza indígena, era considera-
do español por los indígenas e indígena por los es-
pañoles. Fue formado, a insistencia de su padre, en
España y volvió a la América como militar español.
Fue uno de muchos militares españoles que segui-
dores de la ilustración española que proponían el
Conde de Arana y el Marqués de Jovellanos, y des-
ilusionados con la figura de Fernando VII, se pasó al

127
bando de los patriotas libertarios. Reconocido como
un hábil guerrero y un inteligente estratega, fue in-
corporado al mando patriota por Simón Bolívar, y fue
Jefe del Estado Mayor de Antonio José de Sucre,
aunque su origen indígena-español fuera un motivo
de envidias y calumnias entre los oficiales del ejérci-
to libertario. Ya en funciones de gobierno era consi-
derado peruano por muchos de los bolivianos y boli-
viano por la mayoría de los peruanos.

Para el logro de la Confederación Perú-Boliviana tu-


vo que enfrentarse a chilenos y peruanos, a quienes
combatió con ardor; y, llegado el momento de sus
triunfos, los trató con hidalguía, magnanimidad y cle-
mencia. El caso extremo de esta conducta humani-
taria y masónica se dio después de su triunfo en
Paucarpata, en el que reconociendo que su conten-
diente era otro masón (Blanco Encalada), en el cam-
po de batalla le ofreció un abrazo fraterno propio de
la Masonería Universal y le extendió las cortesías y
consideraciones más favorables. No las que se es-
tablece a un enemigo vencido sino las que se brinda
a un hermano con quien se tuvo únicamente desave-
nencias.

128
Santa Cruz, cuando sus generales le reclamaron por
tal actitud ante los vencidos, respondió indicando que
ese era el triunfo de la fraternidad entre los hombres.
A semejante ilusión, uno de sus generales le con-
testó que eso era la irracionalidad más grande y que
esos enemigos perdonados y tratados con tanta con-
sideración y clemencia volverían para acabar con el
Ejercito de la Confederación. Y eso fue lo que suce-
dió. El Gobierno Chileno no aceptó los términos de
la capitulación de Paucarpata, (del milagro huma-
nista de Paucarpata), suscrita entre dos Hermanos
Masones, y arremetió con un nuevo contingente de
chilenos y peruanos en contra de Santa Cruz, hasta
vencer a este Gran Maestro de Masones, constructor
de pueblos, caballeroso militar y fraternal contrincan-
te.

A Santa Cruz le esperaba el desastre de Yungay (20


de enero de 1839), donde perdió la batalla contra los
chilenos, los que no fueron nada fraternos con los
perdedores y aplicaron a los vencidos las condicio-
nes más funestas y denigrantes de los anales de la
primera guerra entre Chile, Perú y Bolivia. Santa
Cruz logró huir, pero al retornar a la lucha se enteró
de que dos generales bolivianos, José Ballivián y Jo-
sé Miguel de Velasco se habían sublevado en contra
suya. Ballivián era masón y militar como él; más
aún, Ballivián había ascendido a importantes grados
y puestos de mando en los ejércitos de Santa Cruz,
por lo que su alzamiento en armas le causó un tre-
mendo dolor. Ya no volvió a La Paz, y desde el Perú
tomó un barco que le llevaría al destierro; primero
hasta el Ecuador, después hasta Valparaíso y luego
hasta Francia donde moriría con la amargura del
destierro a los 72 años de edad. Era el año de 1865.

Andrés de Santa Cruz no solo fue un militar con el


sueño de unificar a Perú y Bolivia, fue un extraordi-

129
nario estadista, autor de los denominados Códigos
Santa Cruz (civil, penal y procedimental), que por
más de un siglo orientaron la dinámica jurídica de
Bolivia. Fue el creador de la Universidad Mayor de
San Andrés en La Paz y de la Universidad Mayor de
San Simón en Cochabamba. Fue un promotor deci-
dido de la educación para todos los sectores de la
población; reactivó la minería y mejoró grandemente
las finanzas del país. Protegió los recursos naturales
y revirtió los bolsones de miseria que se habían ge-
nerado después de la Independencia, para generar
riqueza allá donde antes sólo había existido pobreza.
Hábil en la guerra fue más hábil en la administración
del gobierno. Sin embargo la ingratitud y las calum-
nias no dejaban de enturbiar el ambiente tanto polí-
tico como masónico.

La idea de que Andrés de Santa Cruz ejerza el cargo


de Gran Maestro, de manera simultánea a la Presi-
dencia de Bolivia y la Presidencia de la Confedera-
ción Perú-Boliviana, causaba cierta ansiedad entre
los masones de la época --y en el mismo Santa

130
Cruz. Esto motivó a que los HH... masones tanto de
Bolivia como del Perú asuman para sí mismos so-
brenombres, alías o nombres de batalla. Santa Cruz
era conocido como Arístides, otros como Coriolano,
Cicerón, Sócrates y no faltó quien se hiciera llamar
Washington. Arístides, el nombre de guerra asumido
por Santa Cruz, es indicativo de una figura de la his-
toria política de la Grecia Clásica, a caballo entre los
siglos VI y V a. C., quien era conocido como “el jus-
to.” Quizás fue esta dimensión política de una figura
pública griega lo que motivó al Mariscal de Zepita a
asumir el nombre de Arístides o “el justo” en su co-
rrespondencia masónica secreta.

Hay un documento suscrito por Santa Cruz en Valpa-


raíso, Chile, fechado en 1846, después de su exilio
en Ecuador y justo antes de abordar el barco que lo
llevaría exilado a Francia. Está dirigido a sus com-
patriotas y amigos, y en él es indiscutible que hay
mucho dolor por lo ocurrido en los últimos años des-
pués de la malograda Confederación. En esta carta
abierta (testamento político para algunos), Santa
Cruz aclara que no trata de vindicarse por lo hecho,
lo reconoce y asume. Indica que se aleja de la vida
política y se dedicará a la vida civil, con la esperanza
de que los pueblos imparciales y los hombres justos
lo favorezcan con su recuerdo y simpatía. Resalta
que en todos sus esfuerzos por la Confederación, en
ningún momento trató de menoscabar la soberanía
de Bolivia, ni turbar la paz con los países vecinos.
“Resignado a mi destino no dirijo quejas contra na-
die; pero debo publicar mi reconocimiento a los go-
biernos de Europa y de América que han tomado
interés en mi libertad y mi suerte… Bolivianos, yo vi-
viré y moriré tranquilo en mi retiro, siempre que pue-
da saber que sois dichosos a la sombra de institucio-
nes y de garantías positivas.”

131
Recuadro 8.- El Arte Real y la phronesis de Arístides

El Arte Real, es nombrado de manera específica en Aunque su significado muchas veces queda en
el Primer Grado de la Masonería, cuando se dice sombras: tomar la trulla en las manos del masón
que muchos monarcas han dejado sus tronos y co- implica tomar la palabra y proyectarse a la acción
ronas para trabajar con el badilejo, la llana o trulla para asegurar el bien común de un grupo con pers-
que es una de las herramientas fundamentales de pectivas diferentes e incluso divergentes (tanto
la Francmasonería Universal. Si bien es nombrado personales como colectivas); ...generando y asu-
desde un inicio, su análisis y propuesta práctica miendo roles de autoridad y liderazgo. Es asumir
sólo se concreta en condiciones posteriores al Ter- la conducción en el tránsito de una posición ego-
cer Grado. Allí se reconoce que la trulla es el ins- ísta a una altruista. Es la masonería que trasciende
trumento básico para el al constructor aislado que se
ejercicio de la maestría, la remite solo a sí mismo, ya
herramienta principal para que con la trulla es forjador
superar situaciones de con- de nuevas armonías de uno
flicto y crear vínculos de consigo mismo, pero -funda-
unión entre las diferentes mentalmente- de uno con los
“piedras o ladrillos” que, a otros, de unos para con los
pesar de que tienen diversa otros.
forma y complexión, confor-
El manejo de la trulla tam-
man un mismo muro en la
bién ha sido denominado
construcción de templos, vi-
phronesis o Arte Real, el arte
viendas y otros edificios.
de responder a la conflictiva
Con el accionar del badilejo o
realidad del día a día. Se
trulla se aprecia una función
trata de un discurso y de una
esencial, cual es la de espar-
serie de actos que justifican y
cir -de manera uniforme- la
respaldan una enseñanza-ac-
mezcla que une y que revoca
ción colectiva (acción-refle-
un muro construido (da un
xión-acción/transformación
enlucido, terminado o estu-
grupal). Es un discurso que
cado); lo cual -en Masone-
se basa en un proceso peda-
ría- implica “pasar la llana” o
gógico -no repetitivo como el
superar y unir cualquier su-
método Lancaster que busca
perficie en conflicto con
la memorización- con el fin de mejorar el proceso
otra… cualquier conflicto de una piedra con otra.
de organización y desempeño del conjunto de los
En las viviendas de muchos de los países latino- masones, del conjunto de la comunidad ciudada-
americanos, de manera particular en Bolivia, con na. Se trata de mejorar procesos de entretejido
frecuencia encontramos martillos, palas y picotas, entre miembros de una sociedad ...del entretejido
incluso en las viviendas de quienes no son cons- solidario de sus miembros. Es un saber que busca
tructores. Con menos regularidad encontramos la inclusión de todos; no solo de nosotros, unos
badilejos, trullas o llanas; y, los moradores de pocos, sino de todos los que se vinculan para cons-
esas viviendas son menos hábiles en el revoque o truir un muro o un templo en términos de Liber-
“repellado” de los muros, en reparar la fachada, tad, Igualdad y Búsqueda de la Felicidad.
frente o frontón, o en mantener pisos, tumbados y
El Arte Real es un proceso que mantiene lo bueno
muros interiores y exteriores. Esto es paradójico
y lo necesario ...que se preocupa del pueblo ...lo
ya que este es un trabajo recurrente. Pero volva-
moviliza y lo incluye en esa dinámica de organiza-
mos a las dimensiones simbólicas. El badilejo, la
ción que contribuye -sin restricción ni interrup-
llana o trulla es uno de los símbolos masónicos
ción- sin ruptura alguna para que los hilos del te-
más frecuentes y conocidos en el mundo entero
jido social de la polis (la familia, el barrio, la ciudad
tanto por masones como no-masones.
132
o el pueblo en general) no se rompan. El masón Arístides fue calificado por Herodoto como “el
que conoce de la phronesis o Arte Real, se pre- mejor y más honrado hombre de Atenas.” Noso-
gunta ¿Por qué en este tejido es el hilo negro el tros podríamos caracterizarlo como el mejor ma-
que siempre se rompe o revienta? ¿Es que las ten- són de nuestra Orden o como el mejor practicante
siones del conjunto de hilos de diferentes colores y de las artes de la realidad nacional. El no fue un
texturas, siempre se ensaña con el negro? ¿Será rey ni un general, fue un arconte; es decir, uno de
que la forma en que estamos construyendo este 9 magistrados que -en forma conjunta- asumían
tejido no es justa para con el hilo negro o el pardo responsabilidad por el bien común en la ciudad de
o el café, mientras es muy cómoda para los hilos Atenas. A este respecto Platón diría que como
de otros colores? ¿Será que debemos cambiar la phronimo, o practicante de la phronesis, Arístides
forma de tejer o cambiar los instrumentos con los “no es un especialista, no es al fin de cuentas, ni
que tejemos la comunidad? ¿Estaremos causando pastor ni entrenador, ni criado. No es él quien
esfuerzos extraordinarios a ejerce un ordenamiento, una li-
unos hilos y dolores en exceso mitación, sino quien tiene a su
para unos y no para otros? cuidado la comunidad humana
¿Estaremos aplicando las en- en su conjunto. Un cuidado
señanzas de la Orden de una que concierne a todos los hom-
manera inadecuada o quizás bres ...reconocido como una so-
no las estamos aplicando para licitud, como un favor y no co-
nada, aún a pesar de hablar mo una tiranía.” Arístides, y
de Libertad, Igualdad y Bús- por ende Andrés de Santa Cruz
queda de la Felicidad? era “un hombre real dotado de
prudencia y experiencia. Su
Este es un arte que busca la arte y su saber no son en nada
Felicidad del grupo, desde identificables con la ley, con el
todos los puntos de vista posi- poder de la ley, sino con la cien-
bles. Un arte que no solo ex- cia de aquel que lidera, (que
cluye la condición monárqui- sabe cuál es la dinámica del
ca de reyes sino que no de- grupo). Ciencia tan perfecta
pende de la toma del poder. que comanda y se impone ella
Un arte que se basa en el des- misma, porque este saber no es
pertar de las capacidades ciu- fijo, está elaborándose y re-ela-
dadanas de quienes quieren borandose sin cesar.”
construir para mejorar, para mejorarse y mejorar
las condiciones en las que vive su comunidad in- La práctica de este arte -para un arconte efectivo-
mediata. El masón que ha llegado a practicar es el lugar de la lucha, donde los poderes de diver-
(ojalá dominar) el Arte Real no actúa como una sos grupos y de diversos individuos se enfrentan.
persona aislada, pues enuncia un saber que está Pero estas luchas son relativizadas, sobrepasadas
por encima de todo saber aislado e individual. Con por el hecho de que el Arte Real busca el bien co-
el arte de responder a la realidad uno asume res- mún por encima de todo ello, y lo que es una con-
ponsabilidad por lo que sucede en la realidad de la frontación de la política, no es más que un episo-
comunidad a la cual pertenece; es la mayor de las dio en el quehacer continuo del conjunto de la so-
enseñanzas y la mayor de las responsabilidades del ciedad. El practicante del Arte Real Masónico, al
masón: pasar la llana, juntar lo diverso (no tapar- conocerse a sí mismo y ocuparse de sí mismo, tam-
lo, barnizarlo ni ocultarlo), unirlo y proyectarlo pa- bién conoce y se ocupa de su comunidad. Ello -
ra una acción conjunta, para un resultado solidario como a Arístides y a Andrés de Santa Cruz- le con-
mejorado. ducirá a momentos amargos en los cuales tendrá
que enfrentar tiranías y poderes ocultos, para lo
La práctica del Arte Real, según la tradición griega, cual, para sobreponerse a esos momentos y a esos
es de donde emerge -con nitidez propia- Arísti- actores de tensión y fuerza bruta, habrá desarro-
des, la figura de la cual Andrés de Santa Cruz tomó llado las destrezas masónicas... los Cinco Puntos de
su nombre como un nombre masónico de batalla. la Fraternidad.
133
Andrés de Santa Cruz, murió en el exilio. Para el
centenario de su muerte (1965), sus restos fueron
expatriados a Bolivia. En esas fechas, el entonces
Gran Maestro de la Gran Logia de Bolivia, Don Ra-
fael Indaburu Gonzales, recibió a los entonces Co-
Presidentes de Bolivia, los Generales René Barrien-
tos Ortuño y Alfredo Obando Candía, así como a la
familia del Mariscal de Zepita, que vivía en Francia y
en Bolivia; y, en una solemne tenida masónica
abierta al público, contribuyó a darle sepultura a
quien tanto trabajó por el establecimiento de la Ma-
sonería en Bolivia y para el bienestar y la Felicidad
de los bolivianos... a aquel exiliado que en su exilio
supo ennoblecer a la Libertad (con la creación de la
Estatua de la Libertad). Paz en tu tumba que ahora
está en tu Patria, Gran Mariscal. La muerte es un
paso necesario para la inmortalidad de los espíritus
selectos, altruistas y constructores como el tuyo.

El general José Miguel de Velasco sucedió a Santa


Cruz en la presidencia de Bolivia de 1839 a 1841.
Este general dejó la presidencia de la Republica,
muy presionado por problemas políticos y fue José
de Ballivián (luego de un interinato de pocos meses
de Sebastián de Agreda y Mariano Enrique Calvo),
quien asumió el mando y logró un periodo de institu-
cionalización administrativa. Con Ballivián, que tam-
bién era masón, el país entró en un periodo de paz
de 7 años (de 1841 a 1847). Este general, si bien
era masón, no compartía la ilusión de Santa Cruz de
que a partir de las logias y los orientes masónicos
se pueda garantizar la moralidad y la estabilidad del
país. Para él, la institución que podría brindar tal
moralidad y estabilidad era el ejército. Sin, embar-
go, durante la presidencia de Ballivíán parece que
se fundaron dos logias masómicas: una con el nom-
bre de La Paz y otra con el calificativo de Patriótica.

134
Era claramente evidente que Ballivián buscaba un
nuevo rol para un ejército profesional ...aunque esto
último le haya causado una serie de problemas con
los propios jefes y oficiales.

Hechas estas aclaraciones, pero retrocediendo un


poco a ese momento, vemos que la caída de Santa
Cruz precipitó una gran cantidad de procesos; la
mayoría para mal del país. Uno de estos procesos
truncados fue un alto en la consolidación del ámbito
masónico. Si bien José de Ballivián se declaró suce-
sor de Santa Cruz, luego de la Batalla de Yungay
(1839), no pudo consolidarse como Presidente sino
hasta 1841 y se mantuvo como Presidente hasta
1847 con un programa político-administrativo que no
rindió muchos frutos en la actividad masónica pero si
lo hizo en términos militares, geográficos e históricos.

Reiteramos: Ballivián, aunque se propuso continuar


con las políticas y las gestiones de Santa Cruz, no lo
hizo con los lineamientos masónicos dejados por el
Mariscal de Zepita. Ballivián era, por sobre todas las

135
cosas, un soldado, un militar, quien habiéndose
criado desde los 12 años en cuarteles, se dedicó a
fortalecer la vida cuartelaría dando prioridad a una
reforma profunda del ejército, prescindiendo de cual-
quier otra sociedad civil o cultural.

Con la caída de Santa Cruz, decíamos, también


cayó la Masonería como una estructura institucional
de múltiples células vinculadas entre sí. Muchas lo-
gias regionales entraron en sueño y se acabó el pe-
riódico “El Iris de La Paz,” que existió de 1829 a
1839, es decir los años de la presidencia de Santa
Cruz. Hay historiadores que dicen que éste única-
mente era un periódico, cuyas publicaciones sema-
nales y quincenales, están disponibles en las biblio-
tecas del país. Otros aseguran que primero fue una
Logia Masónica con ese nombre, y que con la presi-
dencia de Santa Cruz, esta logia amplió sus alcan-
ces, promoviendo un periódico con el mismo nom-
bre; un periódico que era marcadamente crucista,
de prosapia masónica y de evidente compromiso
con la Confederación Perú-Boliviana. Lo cierto es

136
que hasta 1839, la Logia “El Iris de La Paz,” funcionó
perfectamente, y luego desapareció para ser refun-
dada en 1885 (por Zoilo Flores Aponte); desapare-
ciendo, eso sí, como periodico con una serie de pu-
blicaciones no solo políticas sino universalistas, espi-
ritualistas, moralistas y simbólicas.

José de Ballivián, pa-


ceño de nacimiento, en
vez de apoyar lo plante-
ado en el “Iris de La
Paz,” se dedicó a gene-
rar presencia militar en
todo el territorio nacional
con cuarteles de avan-
zada. Fue el artífice de
la fundación del Depar-
tamento del Beni (18 de
noviembre de 1842), así
como de la exploración
de ríos como el Mamo-
ré, el Madera y el Pilco-
mayo. Le preocupó, en
gran manera, la protección de las fronteras.

Fue Ballivián quien estableció -en definitiva- los lími-


tes con el Perú, ya que caído Santa Cruz, el General
Peruano Agustín Gamarra, volvió a invadir Bolivia
con la expectativa de anexarla al Perú. José de Balli-
vián hizo frente a los invasores y triunfó ampliamente
en la Batalla de Ingavi, el 18 de noviembre de 1841.
La fundación del Beni, un año más tarde, se hizo en
esa fecha como recordatorio de la gran victoria sobre
los invasores peruanos; y, fue en esta fecha -pero
en el año 1845- que se inauguró el Teatro Municipal
de La Paz, y se estrenó el Himno Nacional de Bolivia
compuesto por José Ignacio Sanjinés (la letra); y por
Benedetto Vincentti (la música).

137
Con la batalla de Ingavi, hubieron desenlaces positi-
vos y negativos. Para comenzar, no sólo se acaba-
ron las pretensiones peruanas sobre los territorios
bolivianos, algo que se venían planteando desde la
creación del Virreinato de La Plata (en 1776 y 1778),
y la separación de la Real Audiencia de Charcas del
Virreinato del Perú. Pero ello tuvo un correlato local
fatídico: los principales actores bélicos bolivianos,
conducidos por el General Ballivián, se constituirían
en los principales caudillos de la Republica desde
1841 hasta la Guerra del Pacífico en 1879.

Por cerca de 40 años, la nación estuvo en manos de


un conjunto de militares que participó en la Batalla de
Ingavi; militares que se basaron en la fuerza de las
armas para secuestrar a la nación y someterla a las
tiranías y opresiones más variadas. Nos refe-
rimos a Belzu, Melgarejo, Córdova, Agustín
Morales y Daza. Esta es una paradoja, ya
que José de Ballivíán, quien comandó e hizo
que crezcan estos caudillos militares, era un
General particularmente informado acerca del
rol que debían cumplir las Fuerzas Armadas
combatiendo y superando diverso tipo de dis-
cursos demagógicos y propuestas sacerdota-
les poco o nada honestas.

Como dijimos anteriormente, él, desde muy


niño, se había criado en los cuarteles respon-
diendo a la instrucción militar. Con estos line-
amientos de manejo de tropa y de una disci-
plina militar extrema, este Presidente Militar,
encaró múltiples acciones de orden y trabajo,
de subordinación y esfuerzo colectivo... pero
no se dio cuenta de las amenazas que emer-
gerían de un conjunto de militares llenos de
ambición y carentes de muchos de los valores
necesarios para liderar y gobernar.

138
Con esa tormenta que se preparaba a sus espal-
das, Ballivián se dedicó a integrar un país que por
entonces era 90% rural, con territorios muy poco
conocidos y totalmente desarticulados. La funda-
ción del Departamento del Beni no era más que un
esfuerzo de articulación al resto del país de las lla-
nuras selváticas del Oriente; pero fue considerada
por los cruceños (los residentes del Departamento
de Santa Cruz), como una afrenta a la cruceñidad,
como un complot para debilitar el Oriente de Bolivia,
fragmentándolo. Poco hay que respalde tales afir-
maciones... las que se hicieron mucho más agrías,
cuando se fundó el Departamento de Pando, el 24
de septiembre de 1938, durante el gobierno de Ger-
mán Busch; otro masón, militar y Presidente de la
República.

Pero volviendo a 1842, vemos que en el contexto


de la fundación del Beni, Ballivián respaldó las ex-
pediciones geográficas y fomentó el mapeo de los
cursos fluviales hasta el mar. En su gestión se rea-
lizó el primer censo nacional dirigido por Don Panta-
león Dalence. Fue una época de relativa tranquili-
dad y significativo crecimiento económico.

Desafortunadamente, después de Ballivián se des-


encadenó un periodo de revueltas y cuartelazos, de
caudillos, interinatos y juntas de gobierno, confron-
taciones de clase y todo tipo de odios y revueltas
que terminaron en la crisis de 1879 en la que Boli-
via pierde su condición marítima, en medio de una
guerra que arrastra al Perú y termina con la con-
quista y desmembramiento por la fuerza de los terri-
torios de Antofagasta y Arica.

El periodo de 1840 a 1880 es un periodo de “ausen-


cia masónica” a nivel nacional, mientras la presen-
cia de “logias masónicas de ultramar” (provenientes

139
de Grandes Logias extranjeras), es frecuente. In-
cluso se percibe la presencia de logias que jamás
fueron masónico-simbólicas, sino agrupaciones es-
purias que se escondían bajo la apariencia de ser
masónicas, cuando en realidad no lo eran, cuando
sólo eran fachadas institucionales para comercios
poco o nada lícitos. Para la Masonería Boliviana,
este es un periodo particularmente amargo, ya que
al amparo de esas disque-logias masónicas se insti-
tuyó una presencia extranjera neo-colonial. Neo-co-
lonialista quizás sea un mejor término ya que denota
un poder extranjero ...posterior al dominio colonial
español ...en beneficio de una serie de capitales
anglo-chilenos dedicados -entre otras actividades-
a la explotación de salitreras y guaneras, como fertili-
zantes naturales para las emergentes plantaciones
agrícolas extensivas en diferentes partes del mundo.

Más adelante, le dedicaremos algunas páginas a la


masonería durante la Guerra del Pacífico. Por el
momento nos concentraremos en esa funesta época
que siguió a los gobiernos de Santa Cruz y Ballivián.

Belzu, Córdova, Achá, Melgarejo, Agustín Morales e


Hilarión Daza, son los nombres de algunos de los
gobernantes de esa época, quienes causaron un tre-
mendo desasosiego en Bolivia y contribuyeron a la
virtual desaparición de la Masonería del Mariscal
Sucre y a la del Mariscal Santa Cruz. Pero debemos
resaltar el hecho de que, en medio de estos gobier-
nos de fuerza bruta, tres gobernantes civiles se
muestran como lunares de civilidad y patriotismo.
Nos referimos a los gobiernos de los HH... Mas...
José María Linares (1857-1861), el primer presidente
civil de Bolivia, así como de Adolfo Ballivíán (1873-
1874) y Tomás Frías (1872 – 1873 y 1874 – 1876).
De estos tres masones y Presidentes de la Repu-
blica, dos fueron iniciados en las logias creadas du-

140
rante la presidencia de Andrés de Santa Cruz, mien-
tras que el tercero: Adolfo Ballivián Coll, fue un niño
de muy corta edad cuando su padre, el General José
de Ballivian, se desenpeñaba como sucesor de San-
ta Cruz; y fue en años posteriores que vería la Luz
Masónica, en Europa y se haría “masón regular” en
Tacna, Perú.

Vemos que José María Linares desde muy joven (sin


haber cumplido todavía los 20 años), se puso a dis-
posición de Andrés de Santa Cruz; y, en el gobierno
del Mariscal de Zepita, cumplió funciones de Prefec-
to de Potosí. Caído Santa Cruz fue ministro de Es-
tado del General Velasco y sufrió persecuciones y
exilio durante las presidencias de los caudillos milita-
res. Logró la Presidencia de Bolivia, y desde un prin-
cipio se propuso instaurar un régimen de moralidad y
altruismo en un país que había perdido los derrote-
ros ciudadanos durante los gobiernos nacidos de
cuartelazos y confrontaciones entre grupos de cho-
que. Fue un presidente honesto y exigió honestidad
y moralidad entre sus subordinados. Poco se sabe
de sus prácticas masónicas, más allá de que durante
su exilio en España, participó activamente en una
logia masónica española. También se sabe que José
María Linares y Adolfo Ballivián, en sus reiterados
destierros de la Patría, se refugiaron en Tacna y allí
fueron miembros de la Logia Constancia y Concordia
Nº 11, del Gran Oriente del Perú.

Constancia y Concordia Nº 11 en los anales de la


Gran Logia del Perú, se convirtió, en las décadas
previas a la Guerra del Pacífico, (nefastas para la
Orden y nefastas para el país), en el referente masó-
nico más importante para los bolivianos, y en el an-
cla a partir de la cual varios masones, a riesgo de
perder la vida, se internaron en Bolivia, y desde la
clandestinidad trataron de recuperar tanto la conduc-

141
ción del país que había caído en manos de caudillos
militares inescrupulosos, así cono recuperar la insti-
tucionalidad masónica que había caido en manos de
agentes neo-coloniales (principalmente ingleses),
igualmente inescrupulosos. Otros tantos masones
se quedaron exiliados en Tacna, soñando y suspi-
rando por volver a Bolivia, a una Bolivia libre y de-
mocrática, y a una masonería que hubiera recu-
perado sus objetivos de inicio, su naturaleza huma-
nitaria, humanista y patriótica basada en la práctica
de la Libertad.

Es en torno a Constancia y Concordia que empeza-


mos a apreciar el caso de Adolfo Ballivián, hijo del
General José de Ballivián. Este insigne masón tiene
el honor de ser conocido como el Presidente Boli-
viano que asumió el cargo de Presidente en las elec-
ciones políticas más limpias y trató de mantener al
país en condiciones políticas igualmente limpias y
transparentes. Este masón e hijo de masón, se en-
frentó a la consabida oposición de los doctorcitos de
Charcas y a una variedad de caudillos militares. Re-
cibió el gobierno de Tomás Frías y luego de su muy
prematura muerte, quien lo sucedió en el gobierno
de la nación fue el propio Tomás Frías.

Tomás Frías, fue un activo masón, abogado de pro-


fesión; fue Prefecto de Potosí (1855), y Ministro de
Hacienda de José María Linares en los años 1857 –
1861. Con Tomás Frías a la cabeza se racionaliza-
ron y estructuraron las finanzas públicas del país, re-
saltando el fundamento financiero que indica de ma-
nera taxativa, que la forma de financiar un país de-
termina la forma de funcionar del mismo.

Esto se aplicó de manera especial al funcionamiento


del sistema educativo, que recibió el financiamiento
más adecuado hasta entonces; lo que incluía una

142
paga adecuada para los maestros y la adquisición de
materiales, equipos, cuadernos y libros de texto para
todas las instituciones educativas.

Le sucedió en la Presidencia de la República el ne-


fasto Hilarión Daza. Luego de un golpe de estado
que destituye a Daza, se le ofrece la presidencia de
Bolivia a Tomás Frías... por tercera vez... y él de-
clina; lo mismo que en el caso de George Washing-
ton en los Estados Unidos de Norte América; Frías
declina una tercera gestión presidencial en aras de
sus principios políticos y de la necesaria alternabili-
dad democrática en el mando de la nación.

Poco se sabe de las actividades masónicas de To-


más Frías. Pero de que fue masón, lo fue ...un
masón que, con una disciplina férrea promovía la
educación y la formación de los hombres como la
mejor forma de superar vicios y limitaciones tanto
personales como ciudadanas.

En sus iniciativas masónicas, parece que Tomás


Frías fue promotor de tres logias masónicas en Anto-
fagasta, Tocopilla y Calama. Las cuales abatieron
columnas, una antes de la Guerra del Pacífico, y las
otras dos inmediatamente después de la Guerra, de-
bido a que las fuerza chilenas ocuparon militarmente
estas ciudades.

Durante este periodo, surge un debate muy esclare-


cedor de las preocupaciones ciudadanas en perio-
dos de despotismo y coerción. Son documentos que
aparecen en Tacna referidos al Estado Ruinoso de
Bolivia. Debido a esa procedencia y a la gran canti-
dad de masones bolivianos residentes en Tacna, en
esos años, hay quienes aseguran que fueron maso-
nes de la Logia Constancia y Concordia de Tacna,
quienes publicaron una serie de documentos críticos
acerca de las políticas bolivianas de ese entonces.
143
Una parte de estos documentos anónimos, clara-
mente apoyaba el librecambio y la eliminación de ta-
rifas y aranceles. Estos documentos, curiosamente
hablaban de una Bolivia enclaustrada, mediterránea.
Recordemos que esto sucedía por lo menos 20 años
antes de la Guerra del Pacífico.

Siguiendo el formato de una especie de diálogo entre


amigos se mostraban las opiniones contrarias, los
impactos negativos del comercio proveniente del ex-
terior del país. Se cuestionaba sí las relaciones con
otros países (especialmente Inglaterra), generaban
ilustración y progreso para los bolivianos. Tal como
nos recuerda la historiadora Rossana Barragan, los
críticos de aquel momento consideraban que “...los
comerciantes, principalmente extranjeros, vendían y
dejaban sus productos, pero solo quedaba el abati-
miento, la ignorancia y la creación de nuevas necesi-
dades, sin saber como satisfacerlas...” “Cuando los
seguidores de (Jean Baptiste) Say (promotor del libre
comercio basado en la presunción de que una “ofer-
ta” de productos cualquiera genera su propia “de-
manda” en el mercado), continua este contrapunto
entre proteccionistas y promotores del libre comercio
...prueban las utilidades del comercio libre, no dicen
que para sostenerlo se deben dejar incultos y despo-
blados los campos...”

Unas veces entre líneas y otras de manera directa y


taxativa, estas discusiones hacían referencia a los
comerciantes ingleses y a los capitales anglo-chile-
nos que se habían adueñado de logias masónicas,
que socapaban o encubrían intereses extranjeros in-
crustados en Bolivia. Pero esto lo veremos más ade-
lante.

144
7.- 1850-1879, tres décadas trágicas para Bolivia
y para la Orden que languidece y casi muere

La década de 1870 se inicia con los actos finales de


la presidencia de Mariano Melgarejo, el más colorido
y funesto de los caudillos bárbaros que gobernaron el
país luego de la caída del Mariscal Andrés de Santa
Cruz en 1839, y la del General José Ballivián en
1847. Con Melgarejo el país había sido rifado a cual-
quier postor entre compañías extranjeras, principal-
mente norteamericanas, inglesas, brasileras, argen-
tinas y chilenas. En la masonería había ocurrido algo
similar. Si bien unos cuantos masones se mantenían
fieles a sus obligaciones, varias logias habían perdi-
do u olvidado su mandato de construcción colectiva
de mejores hombres y mejores comunidades con ba-
se en la práctica de valores y virtudes ciudadanas.

A partir de 1850 las oligarquías criollas en Bolivia se


ensañaron con los masones que les recordaban la
necesidad de alejarse de vicios y componendas poco
o nada morales. Es así que los liderazgos masóni-
cos fueron perseguidos, algunos ejecutados, y en su
mayor parte desterrados. Sólo como ejemplo, vale la
pena referirnos a las denominadas “matanzas de
Yáñez” en las que fueron ejecutados los liderazgos
políticos y masónicos de entonces (octubre de 1861).

Por efecto de estos atropellos, muchos de los talleres


masónicos netamente nacionales entraron en sueño
y poco a poco se perdieron los objetivos de la Maso-

145
nería de la Libertad, mientras la mayor parte de los
gobiernos de aquel tiempo entraban en una borra-
chera de poder y servilismo a los intereses foráneos.

Varios historiadores, entre ellos Herbert S. Klein, han


llamado a este periodo los años de la Crisis del Nue-
vo Estado. Poco pudieron lograr las gestiones de
José María Linares, Adolfo Ballivián y Tomás Frías
ante los atropellos de Belzu, Córdova, Achá, Mora-
les, Melgarejo e Hilarión Daza

En esos años, varias empresas anglo-chilenas se ha-


bían hecho de la propiedad o del usufructo de salitre-
ras y guaneras por sumas irrisorias, con las que gas-
tando unos cuantos miles de manera inmediata se
aseguraban importantes beneficios por varios millo-
nes en años venideros. La idea de una globalización
en los capitales europeos que de-pronto se encontra-
ban en todas partes del mundo se hacía una realidad
en Sud América, incluyendo Bolivia. Con ello, se em-
pezó a institucionalizar la presencia de inescrupulo-
sos capitalistas extranjeros en la sociedad civil, prin-
cipalmente en las esferas de gobierno, donde eran
capaces de cualquier cosa -como forzar una guerra
o asesinar a líderes y mandatarios- con tal de prote-
ger sus intereses y ampliarlos de manera desvergon-
zada. Todo esto podía darse gracias a la actitud ser-
vil de sus cómplices locales. Nos referimos a la pre-
sencia de negociantes inescrupulosos enquistados

146
en las instituciones de gobierno, en los clubes socia-
les y en varias de las logias de masones de enton-
ces que funcionaban como círculos de negocios, ca-
sí exclusivamente.

Las logias de expatriados que no dependían de una


autoridad local sino de sus Grandes Logias en el ex-
tranjero, (principalmente inglesas), trajeron consigo
una camada de empresarios inmorales así como una
serie de taras, vicios y mezquindades. La idea de
esbirros o secuaces locales y lacayos de empresas
foráneas se hizo una realidad tan desagradable co-
mo incuestionable.

No podemos encubrir o ignorar el hecho de que esa


nueva forma de trabajo colonial o colonialista en los
países latinoamericanos se hizo posible a través de
la institucionalización de organizaciones diversas
que garantizaban su legitimidad en el país a partir de
un incrustarse dolosamente en diversos círculos so-
ciales ya establecidos. Uno de estos -lamentable-
mente- fue la masonería que hasta mediados de la
década de 1840 había sido -fundamentalmente- li-
bertaria; pero que para mediados de 1850 vio cómo
sus antiguos dirigentes eran desterrados o encarce-
lados. Para ese año, con la presencia de muchos
expatriados, la masonería dejó de ser la institución
que predicaba moralidad y construía futuros de es-
peranza, solidaridad y felicidad. En la masonería de
entonces ya no eran prioridad las artes reales, sino
las artes comerciales engañosas y solapadas posibi-
litadas por la corrupción de algunos masones y la
venalidad de muchos funcionarios públicos.

Las palabras de Andrés de Santa Cruz, unos veinte


años antes, de que las logias masónicas se habían
prostituido, al incorporar a personas que jamás de-
bieron haber sido hecho masones, se cumplía a ca-

147
balidad durante las tres décadas que siguieron a
1850, tanto más en la década de 1870. Las logias
masónicas de habla inglesa -en toda Latino-Amé-
rica- no eran una excepción, todo lo contrario: se
mostraban con una práctica difundida de incorpora-
ción de personas que nunca debieron haber sido
hecho masones. Reiteramos, en esas supuestas lo-
gias ya no se hablaba de construir en Libertad, sino
de negocios, concesiones y asociaciones con ex-
tranjeros para obtener beneficios rápidos de los go-
biernos en la región.

Ciertamente, no se trataba de todas las logias, debe-


mos aclarar, sino principalmente de aquellas logias
que dependían directamente de las Grandes Logias
de Inglaterra, Irlanda y Escocia, entre otras. Aque-
llas que demostrando un soberano desprecio por la
masonería local, por los gobiernos nacionales y por
las leyes de cada país, se habían vuelto reductos
comerciales, por no decir ladroneras, predispuestos
a la explotación y el negociado. Todo esto se hacía
bajo la mirada permisiva y corrupta de los gobernan-
tes de turno. Así se colige que en más de un par de
casos fueran los gobiernos nacionales -los gober-
nantes nacionales- quienes fomentaran este tipo de
emprendimientos, por decir lo menos, corruptos.

La regularidad en los actos de corrupción y las dis-


torsiones político-comerciales de las oligarquías crio-
llas, las redes de clérigos y de caudillos militares, así
como la presencia de supuestas logias de extranje-
ros en el país que medraban en torno a concesiones
mineras, forestales y comerciales era tan frecuente
que sirvió para caracterizar un periodo de la historia
nacional. El neocolonialismo; esto es la práctica geo-
política que se encarga de utilizar el mercantilismo,
la globalización empresarial y el imperialismo cultu-
ral para influir en un país como Bolivia, en el que

148
grupos de oligarcas establecen una elite para dirigir
el país y apropiarse de diversos recursos naturales,
tierras e instituciones. Esto no era algo unicamente
local …era algo que venía ocurriendo en otras regio-
nes del mundo de donde salieron los casos de ex-
trema inconducta masónica de este periodo.

La devaluación y deformación de los principios ma-


sónicos parecía ser un fenómeno planetario, gestado
por masones que no internalizaron las enseñanzas
masónicas, pero que se aprovechaban de la Orden,
ante la evidente permisividad de otros masones, que
no participaban en esos “arreglos” pero que tampoco
hacían mucho para desenmascararlos. La Toleran-
cia Masónica se había vuelto permisividad política y
económica.

149
Recuadro 9.- Constancia y Concordia: un referente para la Masonería
Boliviana
Las amargas circunstancias que tuvo que vivir la ciante, entre otros. Todos ellos habían salido de su
Masonería Boliviana, después de la caída de An- patria perseguidos como políticos o como maso-
drés de Santa Cruz y del gobierno de José de Balli- nes, o como ambos, ya que representaban un peli-
vián, aunadas a la corrupción en los gobiernos y en gro de moralidad y de referentes masónicos para
los círculos sociales que fomentaron el exilio de los los gobiernos de Belzu, Córdova, Achá, Melgarejo,
liderazgos tanto políticos como masónicos o su Morales o Daza.
ejecución por mandato del caudillo bárbaro o le-
trado de turno, encontró un oasis de fraternidad En esta Logia Simbólica de la ciudad de Tacna, pe-
masónica en la Logia Simbólica Constancia y Con- queña en comparación a Lima o Arequipa, se en-
cordia Nº 11 del Valle de Tacna, en el Perú. Esta contraban por lo menos una decena de masones
Logia Simbólica, desde el año 1862, se convirtió en con el grado 33º que se les había otorgado en Ale-
un centro de acogida hospitalaria para quienes mania, Colombia, Inglaterra o Italia; otra docena
fueron ya sea desterrados, perseguidos o amena- de masones con el grado 30º; una veintena con el
zados de muerte en Bolivia, y en otros países del Grado 18º y una treintena se desempeñaban como
mundo (Italia, España, Brasil, Maestros Masones Regulares.
Francia, Argentina, etc.). El El hermano masón Don Nico-
cuadro logial de Constancia lás Acosta, en el año de
y Concordia muestra a una 1886, en una tenida de Obre-
gran cantidad de exilados de ros del Porvenir Nº 16, de la
diferentes partes del mundo ciudad de La Paz, pero por
en instancias en que la entonces bajo la Obediencia
Orden pasaba por momen- de la Gran Logia del Perú,
tos aciagos. Un gran nú- haría un sentido reconoci-
mero de ellos eran bolivia- miento a Constancia y Con-
nos como: José María Lina- cordia, relievan do la impor-
res, José Manuel Pando e Is- tancia que tuvo esta logia
mael Montes (futuros para mantener vivo el espí-
Presidentes de Bolivia); ritu masónico de los bolivia-
Adolfo Ballivián (Abogado y nos, cuando se hallaban en el
futuro Presidente de la Re- destierro y cuando por diver-
pública); Narciso Campero sas razones se atrevían a vol-
(Abogado y Militar, y tam- ver a la patria, incluso a ries-
bién futuro Presidente de la go de sus vidas.
República); José Vicente Ochoa, Abogado y
Poeta; Modesto Omiste, Abogado; Serapio Reyes Constancia y Concordia era ese lugar seguro y sa-
Ortiz, Abogado; Andrés Muñoz Quevedo, Médico; grado al que los masones bolivianos de Occidente
Melchor Terrazas, Abogado y futuro Ministro de podían volver y llamar a sus puertas con tranquili-
Educación; Manuel Tamayo, Abogado (ex - Vocal dad, seguros de la identidad masónica, del recono-
de la Corte Suprema de Justicia); Mariano Mon- cimiento de su condición de masones y de la fra-
tero, Abogado; Zenón Dalence, Médico Cirujano; ternidad universal y universalista más profunda en
José Venancio Saravia, Sacerdote (de quien habla- momentos en los que habían dejado atrás sus fa-
remos algo más en el si- guiente recuadro); Herá- milias, sus heredades y su fortuna.
clito Gómez García, Comerciante; Pastor Barrón, Constancia y Concordia también fue un apoyo a
Comerciante; Simón Vargas Macedo, Comerciante; mediados de la década de 1880 para contactar y
Ventura Farfán, Comerciante; Calixto Valverde, movilizar masones con los que se formarían las lo-
Médico Cirujano; Avelino Aramayo y F. Aramayo, gias hermanas de Obreros del Porvenir, gestadas
Comerciantes; Francisco Morris y Pablo Barrien- por el ilustre masón cruceño Don Zoilo Flores
tos, Abogados, y José Manuel Rodríguez, Comer- Aponte, patriarca de la Masonería Boliviana.

150
Recuadro 10.- Juicio a un presbitero masón de Constancia y
Concordia Nº 11
En la página 3 del periódico La Situación de la ciu- tiembre de 1949, con el título de El proceso contra
dad de La Paz, del 26 de agosto de 1869, aparece el cura Saravia por estar afiliado a la masonería,
un “Comunicado a la Opinión Pública” que trans- escrito por el mismo Felipe López Menéndez, mu-
cribe el Auto dictado por S.S. Iltma. el Obispo de La estra que tales cartas no son prueba suficiente de
Paz contra el Presbítero Dr. José V. Saravia, que que: …el procedimiento iniciado y comprobación
empieza diciendo: Nos, Calixto Clavijo por la Gra- de delito eclesiástico de estar adscrito a logia ma-
cia de Dios y la Santa Sede Apostólica, Obispo de la sónica… que no ha tenido lugar la averiguación ju-
Diócesis de La Paz; POR CUANTO se nos han trans- rídica de la verdad por los medios que establece la
mitido de celo relijioso y fidedignas las dos cartas Ley en el delito sospechado. En su mérito y no exis-
orijinales que existen en nuestro poder, escritas por tiendo prueba semiplena sobre el delito de que ha
el Presbitero José V. Saravia, y en las que con la sido acusado el Presbítero José Venancio Saravia se
mayor amargura de nuestro corazón vemos que corta el progreso de la causa en cumplimiento a los
revela y manifiesta la deplorable senda que había artículos 365 y 883, 988 y 1532 del Código de Pro-
emprendido, inscribiéndose en la lojia masónica cedimiento. Dese cuenta al metropolitano… y pón-
tan detestada y deplorada por Nuestro Santísimo gase en libertad al presbítero indicado, mediante
Padre, el Sumo Pon- Oficio al R.P. Guar-
tífice reinante Pio dián de la Recoleta,
IX… en uso de la sin perjuicio de conti-
potestad que por nuar suspenso en el
misión divina ejer- ejercicio de su minis-
cemos, lo declara- terio, cuya rehabilita-
mos al mencionado ción depende del Dio-
eclesiástico José V. cesano. Firma Casi-
Saravia suspenso a miro Molina.
divinis hasta que
abjure su masonis- Al parecer, este fue
mo… nuestro Provi- uno de los motivos
sor y Visor Jeneral que llevaron al
en lo criminal ins- Obispo Calixto Clavijo
truirá las respecti- a renunciar a su
vas causas, apre- cargo de Obispo de
miando en lugar seguro al delincuente hasta que La Paz, así como a que se realicen los movimientos
recaiga sentencia ejecutoriada… Es dado en nues- en contra de la Masonería y a favor del Sr. Clavijo.
tro Palacio Episcopal de La Paz, el 16 de agosto de Se sabe, así mismo, que el Obispo Clavijo había pe-
1869. Calixto, Obispo de La Paz, de O. de S.S.. dido un apoyo directo al Presidente de la Repú-
Iltma. José Pórcel – Secretario. blica, Don Agustín Morales, en Cochabamba;
quien no habría prestado suficiente atención a lo
Evidentemente, lo que este documento nos mues- requerido por el Obispo; promoviendo, más bien,
tra es la sanción inicial al Sacerdote Saravia por ha- su renuncia como reacción personal.
berse hecho masón, contradiciendo las expectati-
vas del Papa Pio IX. En un artículo de La Razón del El periodista López Menéndez en su primer artí-
11 de Septiembre de 1949, intitulado Un sacerdote culo de 1949, informa que el Presbítero José Ve-
acusado de masón, Felipe López Menéndez, reto- nancio Sarvia habría nacido en Achacachi en 1828
ma este caso e incorpora las dos cartas, al parecer y fallecido el 14 de diciembre de 1912. Se colige
escritas, por José Venancio Saravia, a dos funciona- del artículo de prensa que -posterior a su sobre-
rios peruanos, pidiendo información acerca del en- seimiento en 1869- para 1870, el Presbítero Sara-
tonces Obispo de La Paz: Calixto Clavijo. En un se- via se desempeñaba como capellán militar depen-
gundo artículo de La Razón, fechado el 25 de sep- diente del Ministerio de Relaciones Exteriores y
Culto.

151
Entronque de la masonería bolivi

900 1000
700 800 1200

152
ana con la masonería universal

1400 1500 1600 1900


1700 1800

153
Los casos más conocidos de esta crisis moral se die-
ron tanto en Nuevo como en el Viejo Mundo. Uno de
ellos se dio en los Estados Unidos de Norte América
con el Círculo de Tammany, en el que varios maso-
nes incursionaron de lleno en la corrupción política.

Otro caso que conmovió a la opinión pública a me-


diados del Siglo XIX, aunque enmarcado en diferen-
tes circunstancias, fue el de Marie Joseph Gabriel
Antoine Jogand-Pagès, más conocido como Leo
Taxil, quien formuló una serie de acusaciones y fabri-
caciones en torno a la Masonería en Europa, las que
no dejaron de influir en el ánimo latinoamericano.

La presencia de masones expatriados que se gana-


ron la confianza de las autoridades locales fue algo
frecuente en Bolivia. La mayoría de ellos fueron ho-
nestos pero hubo un número relativamente grande
de malos-masones. Múltiples fueron los casos de
empresas que se formaron a partir de sociedades
fraudulentas entre masones de origen extranjero con
masones locales con objeto de apropiarse y explotar
recursos naturales, obtener concesiones, mal-cons-
truir infraestructura, etc. La masonería se había
vuelto un “círculo de negocios” con “palos blancos”
locales para beneficio de capitales extranjeros. Por
ello no es de extrañar que la imagen de la masone-
ría y de los masones hubiera caido muy bajo.

El historiador y distinguido masón Don Arturo Costa


de La Torre, tiene un pequeño libro inédito acerca de
las publicaciones que se hacían en contra de la Ma-
sonería, recordando aquel periodo nefasto para la
Orden en el que en aras de la protección a masones
que se escudaban en el denominado Secreto Masó-
nico, se instituyeron sistemas poco o nada lícitos de
encubrimiento y respaldo. Ciertos periodistas, mos-
trando problemas reales o escribiendo historias ficti-

154
cias en torno a la masonería y a
sus vínculos internacionales se
referían a la Orden de manera
despectiva. Este opúsculo co-
mienza arengando: Lector: En
verdad no (el subrayado es nues-
tro) te dejará de causar pena la
vista de este libro, (en el que se
muestra) que el nivel del perio-
dismo boliviano haya sido reba-
jado a un nivel tan inferior como
el de los desahogos que ha te-
nido contra la Masonería…” y es
a partir de este sereno estudio
que hace Costa de La Torre que
se puede comprender tanto los
actos de corrupción de una épo-
ca de crisis moral, así como las
motivaciones para el análisis
sesgado de diversos momentos de la masonería po-
lítica de las Grandes Logias. Momentos en los que
innegablemente hubieron muchos masones indignos
del nombre de masones, entre muchos más que per-
mitieron actos de poca o ninguna moralidad, los que
finalmente mancharon el nombre y el prestigio de
nuestra institución.

Las Grandes Logias extranjeras, principalmente las


de ultramar, si bien socapaban actividades cuestio-
nables, también incluían algo de la pretendida mora-
lidad, filantropía y mejoramiento humanista que
caracteriza a la Orden. Muchas de las Grandes Lo-
gias extranjeras combatieron estas desviaciones e
hicieron una serie de purgas de los malos elemen-
tos. Pero el daño quedó hecho.

Respondiendo a estas desmotivaciones, las Gran-


des Logias extranjeras, poco a poco se convirtieron

155
en promotoras de la formación de Grandes Logias
Nacionales tales como una Gran Logia Peruana o
una Gran Logia en el Uruguay, y por lo menos otras
dos en la Argentina y otra en Chile. En ese contexto,
de formación de grandes logias masónicas naciona-
les y nacionalistas para recuperar valores y virtudes
ciudadanas, emerge un segundo proceso de inde-
pendencia latinoamericana, que se dio a partir de
mediados del Siglo XIX. Ello implicaba recuperar
fundamentos masónicos para configurar redes de
Grandes Logias Nacionales. Chile lo haría a partir
de 1862, Perú en 1882 ...Bolivia recién en 1929.

Estas aseveraciones, que generan incomodidad en-


tre los masones, tratan de poner en contexto la pre-
sencia de intereses extranjeros como actores muy
activos en los asuntos políticos y económicos, tanto
en los ámbitos de gobierno como en la actividad eco-
nómica y comercial, y en los propios ámbitos masó-
nicos entre 1850 y 1879. Muestran, así mismo, he-
chos que condujeron a la segunda Guerra de Chile
156
contra Perú y Bolivia, en un momento en que en
Chile ya existía una Gran Logia de Masones; mien-
tras que en el Perú había una multiplicidad de Gran-
Grandes Logias que co-
des Logias, unas escocesas, otras inglesas, algunas
existieron en el Perú, en
irlandesas y muchos Consejos Masónicos de diverso
el Siglo XIX
origen, lo cual contrastaba con lo que sucedía en
Gran Logia Neogranadina, Bolivia, un país en el cual, más allá de un conjunto
de logias aisladas no había instancia alguna de ca-
Gran Logia Nacional Unida, rácter federativo para los masones. En otras pala-
bras, la mayor parte de los masones dispersos en el
Gran Oriente Peruano, territorio boliviano no estaban agrupados y sus tra-
bajos estaban desvinculados entre sí, debido a una
Gran Oriente Nacional,
sangrienta e incesante persecución en su contra
Supremo Consejo del Grado 33, desde mediados de 1845, fruto de la cual muchos
masones habían sido desterrados y se vincularon a
Gran Oriente de Irlanda, la Logia Constancia y Concordia de Tacna.

Gran Oriente de Italia, La Gran Logia y el Supremo Consejo del Uruguay, al


perfilarse los preparativos bélicos desde mediados
Gran Oriente de Hamburgo: y, de la década de 1870, trató de evitar la confronta-
ción, hablando con la Gran Logia de Chile y con las
Gran Oriente de Escocia.
diversas Grandes Logias que operaban en el Perú,
tal como se menciona en la obra del historiador Ben-
jamín Oviedo: “La Masonería en Chile: Bosquejo
Histórico, la Colonia, la Independencia y la Repú-
blica,” publicado en Santiago de Chile en 1929. En
esa obra vemos que el Gran Secretario de la Gran
Logia de Chile: General Guillermo Munich, responde
a la gestión masónica del Uruguay, diciéndole que
“¡ya es tarde!” “… tenemos fe en el progreso y, por
tanto, vivimos persuadidos de que el mal de la gue-
rra hallará remedio. Las cuestiones de pueblo a
pueblo, en vez de confiarse a la suerte de las armas,
serán decididas conforme a los inmutables principios
de la justicia, aplicados por altos tribunales que ellos
mismos erigirán para su mutua conveniencia. Cuan-
do la sociedad estuvo constituida y hubo quien hi-

157
ciera justicia, cesaron las riñas sangrientas de hom-
bre a hombre. De la misma manera cesarán las ri-
ñas sangrientas cuando se organice la humanidad
en una gran familia, cuando las naciones, como hoy
los individuos, vivan ligados por deberes y derechos
inalienables. El gran día de la paz universal y perpe-
tua se acerca, pero no ha llegado aún.” (el subra-
yado es nuestro).

“Los deseos extemporáneos, continua el H... Secre-


tario de la Gran Logia de Chile, reflejando las ideas
del Gran Maestro Chileno de entonces, Evaristo An-
selmo Soublette Buroz: por nobles que sean (estos
deseos), en nada alivian a la triste humanidad. De-
seamos que se extirpe la guerra, más, no se extir-
pará con solo desearlo, ni se extinguirá antes que el
mundo florezca para el dulce fruto de la paz perpe-
tua… (en vez de preocuparse con lo que sucede en
el Pacífico, reconoced que hay problemas en las
márgenes del caudaloso Plata) ahí teneís Q... H...
una obra digna de vuestro alto puesto, digna de la
Masonería y de inmediata y posible aplicación...”

158
“No juzguéis por apariencias ni por apasionadas in-
venciones. Penetrad como juez severo en las cau-
sas verdaderas de la guerra y veréis que ella es una
dolorosa necesidad para Chile.” Hasta ahí la maso-
nería de las Grandes Logias; hasta ahí el espíritu de
la Gran Logia de Chile que se había comprometido
-en su fundación- a buscar la paz universal y la so-
lución de los conflictos entre países mediante siste-
mas de conciliación entre hermandades internacio-
nales. Hasta ahí el espíritu altruista y fraterno que el
Mariscal de Zepita trató de aplicar con los vencidos
de Paucarpata y que ahora se daban la vuelta para
que con la fuerza de las armas se despoje a Bolivia
de su condición marítima; no era la Razón, era la
Fuerza de los intereses chilenos.

El hecho que la Gran Logia de Chile abiertamente


salga a favor de la guerra contra Bolivia, (un país
que había tratado de instituir un impuesto a la explo-
tación de sus recursos naturales, lo que se volvió la
excusa para una invasión armada; un país significa-
tivamente más pequeño en población, que sólo tenía
a masones dispersos en pequeñas logias locales),
salió a la luz pública en los medios de prensa de Bo-
livia, y las dudas acerca de la masonería se hicieron
aún más grandes. La prepotencia bélica de Chile y
el respaldo de su Gran Logia se filtró a varios perió-
dicos de La Paz y Cochabamba; y, la reacción de la
población fue muy hostil para con los masones y con
la masonería en general.

Es así que en un periodo en el que Bolivia no tenía


una Gran Logia Nacional todavía, la población ya es-
taba en su contra ...por las cartas de la Gran Logia
de Chile a la Gran Logia del Uruguay, que se filtraron
a la prensa y mostraban no solo a un país beligeran-
te sino a la masonería chilena de una forma agresiva
y abusiva para con Bolivia.

159
Cincuenta años más tarde (ya en 1929), sería la
Gran Logia de Chile la instancia masónica que otor-
garía la Carta Constitutiva de una Gran Logia Nacio-
nal en territorio boliviano. Lo cual, nuevamente fil-
trado a la prensa, fue cuestionado por una buena
parte de los bolivianos.

Pero volviendo a la década de 1870 a 1879, vemos


que en medio de una reacción pública contra la ma-
sonería, azuzada por la filtración a la prensa de las
notas de la Gran Logia de Chile y de los escándalos
que se habían desatado tanto en Europa como en
Norte América, se acusa a la Orden de la muerte del
Presidente Agustín Morales (1872). Un asesinato,
un magnicidio, que es atribuido a la masonería por el
sólo hecho de que Morales se oponía a las conce-
siones de explotación de guano y salitre, solicitadas
por capitales anglo-chilenos que la población vincu-
laba a los nexos masónicos que se mantenían con
las logias de expatriados ingleses que residían tanto
en Bolivia como en Chile.

Poco de este magnicidio se sabe si era cierto o no


(al parecer lo cometió el sobrino de Morales, Fede-
rico Lafaye, en un acto de auto-defensa). Lo que sí
era evidente, fue que en las gestiones de Melgarejo,
Achá y Morales la corrupción campeaba y que agen-
tes ingleses y chilenos ejercían puestos de jerarquía
en el Gobierno Boliviano. El extremo fue que Melga-
rejo haya nombrado Ministro de Hacienda al embaja-
dor chileno; y cuando Vergara Albano, rechazó esa
oferta, el Presidente Melgarejo lo nombró su repre-
sentante financiero en Santiago.

Fruto de este renunciamiento a la gestión soberana


del país, que beneficiaba a ciertos individuos con
prebendas ofrecidas por capitales anglo-chilenos, se
conformó la “Nitrate and Railroad Company.” Una

160
empresa que dominó todo el territorio del Litoral, anti-
gua Provincia de Atacama, y que fuera una de las
múltiples causas directas de la Guerra del Pacífico, al
negarse a pagar el impuesto establecido en 1878 so-
bre la explotación y exportación de nitratos y fertili-
zantes naturales ...considerándolo como un impuesto
injusto e ilegal. Esa fue la excusa para la invasión mi-
litar chilena a los puertos de Antofagasta y Cobija. En
menos de 50 días Chile había ocupado toda la costa
y todos los territorios marítimos de Bolivia, ante el es-
tupor de las élites sucrenses y la negligente inactivi-
dad del Presidente Hilarión Daza.

Tal como comenta el historiador Herbert S. Klein:


“Cuando Bolivia pudo movilizar un ejército de 4,000
personas y ponerlos en el escenario bélico de la
costa, los chilenos ya atacaban los puertos peruanos
de Iquique y Tacna.” La derrota era inevitable. Solo
un General, de entre muchos comandantes, en medio
de una campaña publicitaria en su contra, alcanzó a
darle un cariz diferente a esa contienda vergonzosa
para los gobernantes y las élites bolivianas. Nos refe-
rimos al General Narciso Campero, cuyo nombre hoy
lleva la Logia Masónica Nº 10 del Valle de Tarija.

Narciso Campero Leyes estudió Derecho en la Uni-


versidad de San Francisco en Sucre. Fue uno de los
militares que participó en la Batalla de Ingavi en 1841,
bajo el mando de José Ballivián. Pronto en su juven-
tud se trasladó a Francia, alumno de una academia
militar francesa participó en la Batalla de Argelia y se
hizo masón. De retorno a Bolivia se dedicó a la polí-
tica, sufrió el destierro -en más de una oportunidad-
para finalmente ponerse a órdenes de Hilarión Daza,
quien le pidió que reconquiste Calama. Con un con-
tingente militar de tarijeños y potosinos emprendió la
lucha pero fue víctima de las órdenes y contraordenes
contradictorias del Presidente Daza.

161
La incoherencia del Mando Superior de la Guerra fue
tal que Narciso Campero se convenció de que para
mejorar el desempeño bélico lo que se necesitaba
era derrocar a Daza. Con ese objetivo en mente se
dirigió a La Paz, pero fue apresado y destituido. Se
comprometió con la oposición a ese funesto presi-
dente; y, con el apoyo de Eliodoro Camacho, luego
de la vergonzosa “Retirada de Camarones” de Daza,
logró deponer a quien había asumido la jefatura del
ejército en campaña y se mantenía como Presidente
de la República --un desplante de enceguecedora
egolatría, propia de Hilarión Daza.

Derrocado Daza, en mitad de la contienda, el Gene-


ral Narciso Campero fue nombrado Presidente de la
República. Con la ayuda de Eliodoro Camacho trató
de recuperar al país en los postreros momentos de la
desastrosa Guerra del Pacifico. Levantaron la moral
de un ejército desmoralizado y dieron lugar a uno de
los momentos más gloriosos de las armas bolivianas:
la batalla del Alto de la Alianza (muy cerca de la ciu-

162
dad de Tacna en el Perú). Es aquí donde el hero-
ísmo de los soldados bolivianos salió a flote con la
actuación de los Colorados de Bolivia.

Desafortunadamente, la Guerra del Pacífico ya es-


taba pérdida, la suerte echada y Bolivia quedaría en-
claustrada. A Campero, ya como Presidente de la
República, el Gobierno Chileno le ofreció un armisti-
cio a condición de que Chile se quede con el Depar-
tamento del Litoral, y que a cambio Bolivia recibiría
las provincias de Tacna y Arica, que perteneciendo al
Perú, estaban en poder chileno. El general Campero
rechazó la oferta haciendo notar que el Perú era
aliado de Bolivia y no podía ser objeto de semejante
deslealtad. Al final, Chile se quedo con el Litoral y
con los territorios de Arica.

Así concluía una Guerra que se inició en febrero de


1879, con una ironía de la historia para con los ma-
sones bolivianos. Chile empezó bloqueando el
Puerto de Antofagasta con un buque de guerra deno-
minado “Blanco Encalada,” el nombre de aquel jefe
militar chileno a quien Andrés de Santa Cruz había
perdonado en Paucarpata y le había ofrecido las
condiciones más honorables para una conciliación
entre hermanos. La guerra que empezó en Antofa-
gasta y Cobija en febrero de 1879, para marzo ya
estaba en Calama, donde el heroísmo de Eduardo
Abaroa, se unió a heroísmo de Ladislao Cabrera, un
hermano masón. En abril ya se combatía en los
puertos de Iquique, Tacna y Arica.

A lo largo de la contienda hubieron muchos masones


tanto en Chile como en Perú y Bolivia que mostraron
diversas facetas de heroísmo y humanidad tales
como la acción del H... Masón Miguel Grau y Semi-
nario, comandante del monitor Huáscar y triunfador
en varias batallas navales, así como respetuoso hu-

163
manitarista con los heridos y las bajas tanto perua-
nas como chilenas. Este heroico militar es recor-
dado de manera especial por su actitud humanitaria
respecto a los restos mortuorios del Almirante chi-
leno Arturo Pratt. Hoy, una Logia Simbólica de Ma-
sones en la ciudad boliviana de El Alto lleva el nom-
bre de este marino a quien el Congreso Peruano, en
reconocimiento a una brillante y heroica carrera, le
otorgó el título de Gran Almirante del Perú.

Finalizada la contienda, en sus esfuerzos por recu-


perar una nación frustrada, dolida y sometida a inte-
reses foráneos, los HH... Masones Campero y Ca-
macho empezaron un arduo trabajo de descoloniza-
ción y dieron pie a la formación del Partido Liberal.
Un partido político en el que militarían muchos ma-
sones dedicados a la reconstrucción del país. Con
ellos se trató de recuperar a masones formados y
fundamentados en las dimensiones cívico-libertarias
que habían sido dejadas a un lado por un grupo de
masones más interesados en los negocios que en la
construcción de futuros ciudadanos. Este movi-
miento liberal, era el esbozo de un renacimiento
masónico que empezó a hacerse evidente en la dé-
cada de la posguerra (1884 – 1894), mucho más
con la fundación de Logias Masónicas como la de
Obreros del Porvenir en 1884, bajo la jurisdicción de

164
la Gran Logia del Perú, y la reacción de muchos masones a la
Encíclica Humanum Genus, del Papa León XIII, formulada el
mismo año de 1884.

La perdida de la condición maritima de Bolivia tuvo diversas


consecuencias negativas para los bolivianos. Así se lo hizo
notar a los masones del mundo, durante la Reunión de la Con-
federación Masónica Interamericana (CMI) de 1950. La comi-
sión boliviana compuesta por el I... y P... H... Rafael Indaburu
Gonzales, como Gran Maestro; Isaac Saravia Noriega, como
Gran Secretario; y, René Velásquez Mier, como Se-
cretario Adjunto, presentó un documento en idiomas
castellano e inglés, a los masones del continente.
Un documento que a la letra decía:

HH... MM... La República de Bolivia nació a la vida


independiente el año de 1825 con una amplia costa
sobre el Océano, pero la Guerra del Pacífico de
1879, trajo como consecuencia la pérdida de la tota-
lidad de su litoral marítimo. Es así cómo desde
aquella fecha la República de Bolivia no conoce la
dicha de surcar libremente los mares y vive sometida
a un encierro que no se justifica legalmente por con-
cepto alguno.

Desde entonces hasta ahora, vano ha sido el clamor


de todo un pueblo que después de llamar a todas las puertas en
demanda de justicia, ha esperado pacientemente que algún día
se solucione este problema vital que no sólo es boliviano sino
también americano, ya que interesa por igual a todas las nacio-
nes del Continente.

Bolivia, hermanos masones, es un país inmensamente rico en


potencia; y, además, ha servido en todo momento a la causa
de la democracia y de la libertad toda vez que estas corrieran el
riesgo de sucumbir. Hoy vive constreñida y sin posibilidad de
explotar sus opulentas riquezas, debido a que desde hace se-
tenta y un años carece de un puerto sobre el mar.

165
No está en nuestro ánimo, ni es tampoco el momento
de reproches a nadie, sólo perseguimos como maso-
nes, que se repare, cuanto antes, la injusticia come-
tida otrora contra un país que tiene el derecho a ser
grande y próspero para poder laborar en igualdad de
condiciones, con sus hermanos del Continente, por
el bienestar de la humanidad.

Por otra parte, Bolivia ha sido, es y será siempre el


lugar acogedor para todos los que quieran trabajar
en su suelo fecundo y hospitalario, sin discrepancias
raciales, de nacionalidad ni de religión, que tampoco
ya caben en estos tiempos. Sus ricos y esplendidos
recursos mineros, sus bosques prodigiosos y sus lla-
nos fecundos, son otros tantos emporios de riqueza
que sólo esperan el aliento vivificador del mar para
ser explotados.

No queremos echar sombras sobre el pasado, recla-


mamos simplemente, como masones, un futuro me-
jor y más justo para Bolivia a fin de que sea una na-
ción de verdad y no un país semi-soberano como
desgraciadamente lo es hoy, debido al enclaustra-
miento en el que se encuentra.

Al pedir la colaboración de vosotros HH... MM..., lo


hacemos en el entendido de que la Francmasonería
ha luchado y lucha denodadamente por defender e
imponer la libertad, la igualdad y la fraternidad, no
sólo para los hombres como individuos aislados, sino
también, y sobre todo, para los pueblos. Cumpliendo
fielmente nuestros deberes masónicos pedimos el
apoyo de la Francmasonería del mundo, no como
una dadiva sino como un acto de elemental justicia
para un pueblo que tiene el derecho a la vida como
cualquier otra nación que se precia de soberana.

De otro modo, difícil será hablar de confraternidad


sudamericana, mientras haya un pueblo como el
166
nuestro que se asfixia inexorablemente por la falta
de un puerto sobre el mar. Con este llamado a vos-
otros, hermanos masones, queremos
evitar que las palabras “confraternidad
americana” continúen siendo un intras-
cendente eufemismo.

La Francmasonería es una fuerza y co-


mo tal está en condiciones de elevar,
con su poderoso influjo, la conciencia
así como el interés de los pueblos y de
los estadistas a favor de una nación que
hoy desfallece en medio de un aisla-
miento que es altamente perjudicial.

La Gran Logia de Bolivia invoca los prin-


cipios de Verdad y de Justicia que son,
entre otros, los fundamentos de nuestra
Augusta Orden, y se dirige a todos los
masones del mundo para pedirles se
pongan en práctica tan altos y nobles
principios, cooperando desde los Tem-
plos Masónicos, desde la cátedra y des-
de la prensa, a favor de la causa de
Bolivia, hoy que un nuevo pensamiento
y nuevos hombres abren promisoras
perspectivas para poner fin a esta con-
troversia en la que se juega la vida mis-
ma de la nación.

Va de antemano, cálida y emocionada,


nuestra inmensa gratitud por el apoyo
que se dignan prestarnos, en esta, para nosotros,
causa de trascendental importancia. Aprovecha-
mos esta ocasión para ofrecer a los HH... MM... a
quienes nos dirigimos, nuestro triple abrazo frater-
nal, al mismo tiempo que nuestra sincera e indecli-
nable adhesión a los puros y generosos principios

167
que sustentan nuestra Augusta Orden Masónica.
SALUD, FUERZA, UNIÓN.

Estas palabras tuvieron una importante resonancia


en ese momento ...pero con el tiempo perdieron
mucho de su impacto, ya que con regularidad al pa-
recer inquebrantable la masonería chilena, indicaba
durante la década de 1950 y las décadas subsiguien-
tes, que no había nada pendiente entre Chile y Boli-
via. Y sólo fue en 1964, cuando en otra reunión de la
Confederación Masónica Interamericana (CMI), en la
que el entonces candidato a la Presidencia, y futuro
Presidente de Chile, el Q... H... Salvador Allen-de
Gossens, se reunió con el nuevamente Gran Maes-
tro de la Gran Logia de Bolivia (y autor de la Carta
Abierta a los Masones del Continente), y en medio
de las sesiones de la CMI expresó que el enclaustra-
miento boliviano era -ciertamente- un tema pen-
diente, que debía ser resuelto entre masones pa-ra
superar una situación que bien podría llamarse in-
justa o por lo menos inadecuada para los bolivianos.

La gestión presidencial del Hermano Allende se vio


frustrada por un cruento golpe de estado, en el que
perdió la vida defendiendo sus principios políticos,
sociales y masónicos. Posteriormente, ya en el Siglo
XXI, durante meses la causa marítima boliviana es-
tuvo radicada en la Corte Internacional de La Haya,
con la esperanza de que Bolivia recupere su condi-
ción marítima. Tal esperanza fue nuevamente frus-
trada en medio de múltiples recursos de carácter
jurídico procedimental. ¿Es que no habrá alivio para
los hijos de la viuda... para el sufrimiento de sus en-
claustrados hijos ...amputados de una salida sobe-
rana a los mares de la humanidad?

168
8.- 1884-1885 un periodo de renacimiento en medio de
ataques a la masonería boliviana

Después del trauma de la guerra, ¿se podrá decir


que para 1884 - 1899, nos encaminamos a una
Nueva Bolivia? ¿A una re-invención esperanza-
dora de lo que se trató de lograr en los orígenes?
Quizás. En parte. Probablemente no.

Ganada la independencia en 1825, los masones


líderes de la lucha para la constitución de las nue-
vas republicas en la América Latina, fueron ataca-
dos primero por la iglesia y luego por sus propios
compañeros en una novedosa puesta en escena
de la leyenda de Hiram Abiff, el principal arqui-
tecto del Templo de Salomón, quién fuera muerto
por sus compañeros constructores. En el caso de
los próceres de la Independencia se obtuvo la
muerte civil de estos grandes hombres mediante
la calumnia promovida por el temor de la curia y
los celos de quienes se limitaron a ser segundo-
nes a su grandeza y primacía.

Bolívar fue atacado por colombianos y venezola-


nos mientras combatía en Perú y Bolivia, bajo la
excusa de que éste era un gran guerrero pero un
mal político. Bajo la sombra de esa calumnia, (la
de los “Dos Bolívares”), el Libertador de 5 nacio-
nes murió en vísperas de tomar un barco que lo
hubiera llevado al destierro. Sucre fue asesinado
en la infame encrucijada de Berruecos. San Mar-
tin aceptó el exilio en Europa, lo mismo que An-
drés de Santa Cruz unos años más tarde. Artigas

169
se retiró a una pequeña hacienda en el Paraguay y
O’Higgins dejó Chile para asilarse en el Perú; y, así,
sucesivamente, la suerte de los masones libertarios-
de-origen concluyó lejos de las tierras en las que
ellos gestaron Libertad e Independencia.

Para 1850, la contra-revolución había triunfado. Las


consignas masónicas para responder a una nueva
realidad latinoamericana, construyendo futuros para
la toda la población a partir de los templos masóni-
cos, estaban más que distorsio-
nadas y en boca de las nuevas
pero retrogradas dirigencias, en
las que cambiaba todo para que
no cambie nada y los privilegios
de unos pocos se mantengan a
toda costa.

Los procesos independentistas


de la América habían hecho que
las monarquías europeas -in-
cluso la francesa- se sientan
amenazadas por movimientos li-
bertarios no solo en sus colonias
de ultramar sino en sus propios
reinos europeos. Ante estas
amenazas recurrieron al mejor
aliado del Ancien Regime: a la
Iglesia Católica. Esta no solo se
ensañó contra los promotores de
la Libertad y la Independencia si-
no con la propia Orden, mediante
una serie de bulas papales de
excomunión a los masones y de
advertencia a sus fieles, amena-
zándolos con castigos --e incluso con la ira divina.
Castigos a los que podían hacerse pasivos si ingre-
saban a la Orden o en forma alguna ayudaban o se
vinculaban con los masones.

Los miedos de la Iglesia parecían estar bien funda-


dos al resaltar no solo las distorsiones y contrapiés
170
de la Orden en todo el mundo (de los que hablamos
en el anterior capítulo), sino también por el hecho de
que en esa época se desató un anticlericalismo muy
grande en América y Europa. La iglesia se vio ata-
cada y su reacción fue atacar a la masonería que se
proyectaba laica, universal y libertaria, a pesar de
sus fallas... mejor dicho, mientras la Orden se esfor-
zaba en enmendar sus errores

En Italia, y el Vaticano, desde inicios del Siglo XIX


hasta principios del Siglo XX los temores de la Igle-
sia se volvieron enfermizos. Esto se ve claramente
en las intervenciones de preclaros masones como
Mazzini, Garibaldi y Cavour, quiénes siguieron muy
de cerca las gestas libertarias de Norte, Centro y
Sud América. Con ellos se lograría la independencia
y unificación de Italia y la recuperación de los deno-
minados Estados Pontificios, que la Iglesia Católica
había adquirido, al parecer sin derecho alguno (el
denominado Legado de Constantino probó ser una
falsificación de la curia romana).

Como respuesta a esa osadía contra la Iglesia, el


Papa León XIII lanzó la célebre bula Humanum Ge-
nus, dirigida expresamente contra la Masonería y
contra los principios liberales y libertarios que la Or-
den proponía; era el año de 1884. El mismo año en
el que se fundaba en La Paz la Logia Obreros del
Porvenir Nº 16, bajo la jurisdicción de la Gran Logia
de Masones del Perú, con sede en Lima. Esto pa-
rece sólo una coincidencia, pero va más allá de ello.
En este contexto, es preciso aclarar que desde mu-
cho antes la Iglesia Católica se estaba preparando
para combatir a los masones y a sus propuestas de
Independencia, Libertad y Búsqueda de Felicidad.

Esto es algo que se evidencia entre 1825 y 1884, en


territorios de la ya conformada Republica de Bolivia,
cuando, siguiendo lineamientos papales, el clero y la
prensa católica se dieron a la tarea de desprestigiar
a los masones y a la Masonería Simbólica. El Papa
León XII lo había hecho el 13 de marzo de 1825; así
171
como el Papa Pio VIII lo haría en su Encíclica “Fra-
diti” del 21 de mayo de 1829; y el Papa Gregorio
XVI en sus encíclicas “Qui Pluribus” de 1846 y1849,
lo mismo que en diferentes alocuciones en años sub-
siguientes. También el Papa Pio IX lo haría en 1865.
Pero fue con León XIII, con un mejor conocimiento
de la masonería y de sus propuestas ciudadanas en
Italia y en las nuevas repúblicas americanas, cuando
se desató una ofensiva religiosa muy fuerte.

Fue en la Encíclica “Humanum Genus” de 1884,


donde se habló con mayor propiedad de lo que es-
taba sucediendo en la masonería y se evidenciaron
los temores de la Iglesia ante el movimiento univer-
sal de los francmasones. Es en este contexto que
“Obreros del Porvenir” y sus logias hermanas de
1885, como logias de masones en la República de
Bolivia, llegan a ver la Luz; es decir, logias que
nacen en medio de intensos temores religiosos para
con la masonería y los masones

El referente inmediato para la Bula Papal “Humanum


Genus” no solo se dirigía a lo que sucedía en Norte,
Centro y Sud América, sino que tenía antecedentes
inmediatos en Italia: en el triunfo del Risorgimento
Italiano (1870), y en el temido impacto de la maso-
nería libertaria y ciudadana; que, reiteramos, se re-
mitía tanto a la Revolución de 1776 como a los pro-
cesos libertarios en América Latina que buscaban la
construcción de nuevas naciones (1809 - 1825). Es-
tos hechos independentistas y democráticos que
buscaban la Verdad y se negaban a aceptar dogmas
o revelaciones divinas o supernaturales, desataron
diversas reacciones en Europa, unas veces en las
monarquías y otras en la curia católica... en ambas.

Durante los Siglos XVIII y XIX, la idea de que los ma-


sones se dedicaban a un complot de dimensiones
universales había tomado cuerpo en la Iglesia, en los
gobiernos, principalmente monárquicos, y en la po-
blación en general. En el Siglo XVIII esto se veía re-

172
frendado por la aparición pública de Grandes Logias
Nacionales que ponían en aprietos a los gobiernos
monárquicos de entonces. Es por ello que al con-
cretarse las gestas libertarías del Siglo XVIII, sus
triunfos hicieron que se tema a la masonería aun
más.

Pero es en el siglo XIX que la Iglesia Católica asu-


me una preocupación aún mayor por los adelantos
de la Masonería Simbólica como institución promo-
tora de una razón-laica así como de un conjunto de
deberes ciudadanos y propuestas libertarias, que no
eran parte de los discursos de 1717 ...que no eran
parte de la masonería inglesa tradicional.

Es por ello que en el pontificado de León XIII se lan-


za la Encíclica “Humanum Genus” que denota una
evidente inquietud por las nuevas fi-
losofías liberales y ciudadanas que
se gestaban en un concierto cada
vez más grande de republicas. La
Iglesia se daba cuenta que estaban
quedando atrás la masonería primiti-
va de la construcción de iglesias y la
masonería de transición de las órde-
nes de hospitalarios dedicadas a la
caridad y crecía la masonería liberta-
ria, laica e igualitaria, la de la cons-
trucción de países, la de los deberes
morales, la de la siembra de Libertad
--una masonería promotora de nue-
vos enfoques ciudadanos.

La Bula Papal lanzada en 1884, de-


nota una tremenda preocupación por
lo que perdía la Iglesia, que era aso-
ciado con lo que ganaba la Orden --
con lo que ganaban los masones en
sus nuevos roles seculares (munda-
nos dirían los clérigos que se veían
afectados por tal avance).

173
La Encíclica “Humanum Genus” es un documento
forzadamente justificado que establece la posición
que debe asumir la Iglesia Católica contra la Maso-
nería Simbólica. Esta encíclica contiene 24 acápites
ordenados en 5 títulos: I. LA IGLESIA FRENTE A LA
MASONERIA; II. JUICIO FUNDAMENTAL ACER-
CA DE LA MASONERIA; III. NATURALEZA Y ME-
TODOS DE LA MASONERIA; IV. EL MAL RADICAL
DE LA MASONERIA; y, concluye con un V. Título
denominado: REMEDIOS, que se refiere a las ac-
ciones correctivas que debe (sic) emplear la Iglesia
ante los avances de la Masonería Universal.

Este documento, empieza diciendo: “El género hu-


mano, después de apartarse miserablemente de
Dios, creador y dador de los bienes celestiales, por
envidia del demonio, quedó dividido en dos campos
contrarios, de los cuales el uno combate sin descan-
so por la verdad y la virtud, y el otro lucha por todo
cuanto es contrario a la virtud y a la verdad. El pri-
mer campo es el reino de Dios en la tierra, es decir,
la Iglesia verdadera de Jesucristo... El otro campo
es el reino de Satanás… (que) se niega a obedecer
a la ley divina y eterna y emprende multitud de obras
prescindiendo de Dios o combatiendo contra Dios…

En nuestros días, todos los que favorecen el campo


peor (se encuentran) bajo la guía y… el auxilio de la
masonería, sociedad extensamente dilatada y firme-
mente constituida por todas partes.” Semejantes
apreciaciones no afectaron a los masones como los
que en ese mismo año de 1884 fundaron la Logia
Obreros del Porvenir Nº 16, en la ciudad de La Paz;
pero, sí quedaron grabadas en las mentes de mu-
chos católicos que creían, a pie juntillas, en las opi-
niones “infalibles” del Papa. Mucho más si se plan-
tea que… “Ante un peligro tan inminente, en medio
de una guerra tan despiadada y tenaz contra el cris-
tianismo, es deber de la Iglesia señalar el peligro,
descubrir a los adversarios, resistir… sus tácticas y
propósitos, para que no perezcan eternamente
174
aquéllos cuya salvación está confiada (a la Iglesia
Católica, desde luego)…”

Quienes formulan esta confrontación -al parecer


unilateral, ya que la masonería no había atacado ex
profesamente a la Iglesia Católica sino a las llama-
das Artes Sacerdotales en general- consideran que
“en el espacio de siglo y medio (probablemente des-
de 1717 hasta 1880), la masonería ha alcanzado rá-
pidamente un crecimiento superior a todo lo que se
podía esperar, e infiltrándose de una manera audaz
y dolosa en todos los órdenes del Estado, ha comen-
zado a tener tanto poder, que casi parece haberse
convertido en dueña de los Estados…”

En el Título III de esta Bula Papal: NATURALEZA Y


METODOS DE LA MASONERIA, se presenta un
análisis que asocia a la masonería con el estudio y
el respeto a la Naturaleza que -para los teóricos del
catolicismo- en vez de cristianismo o humanismo es
denominado naturalismo: “Ahora bien, dice la Encí-
clica, el principio fundamental de los que profesan el
naturalismo, como su mismo nombre declara, es que
la naturaleza humana y la razón natural del hombre
han de ser en todo maestras y soberanas absolu-
tas.”

“Establecido este principio, los naturalistas, o descui-


dan los deberes para con Dios, o tienen de éstos un
falso concepto impreciso y desviado. Niegan toda
revelación divina. No admiten dogma religioso al-
guno. No aceptan verdad alguna que no pueda ser
alcanzada por la razón humana. Rechazan todo
maestro a quien haya que creer obligatoriamente por
la autoridad de su oficio. Y como es oficio propio y
exclusivo de la Iglesia Católica guardar eternamente
y defender en su incorrupta pureza el depósito de las
doctrinas reveladas por Dios, la autoridad del Magis-
terio y de los demás medios sobrenaturales para la
salvación, de aquí que todo el ataque iracundo de
estos adversarios se haya concentrado sobre la Igle-
175
sia. Con este fin -continúan los ideólogos de la Igle-
sia Católica- (los masones) hablan públicamente y
defienden la separación total de la Iglesia y del Es-
tado. Excluyen así de la legislación y de la adminis-
tración pública el influjo saludable de la religión cató-
lica… Se niegan los derechos de la Iglesia. No se
respetan las prerrogativas con que Dios la enrique-
ció.”

Luego reclaman acerca de la pluralidad de credos y


creencias a los que se abre la Orden en su espíritu
de tolerancia: “…éste -dicen- es el camino de en-
gañar fácilmente a los sencillos y a los incautos y de
multiplicar el número de adeptos.” “Pero es algo in-
justo, inmoral y odioso,” creen los ideólogos católi-
cos, “porque al abrir los brazos a todos los proce-
dentes de cualquier credo religioso, (la masonería)
logra, de hecho, la propagación del gran error de los
tiempos actuales: el indiferentismo religioso y la
igualdad de todos los cultos. Conducta muy acer-
tada para arruinar a todas las religiones, singular-
mente a la Católica, que, como única verdadera, no
puede ser igualada a las demás sin suma injusticia.”

“…Reconocen, en efecto, que el problema de Dios


es entre ellos la causa principal de sus divisiones in-
ternas… en realidad, la secta concede a sus inicia-
dos una libertad absoluta para defender la existencia
de Dios o para negarla; y con la misma facilidad se
recibe a los que resueltamente defienden la opinión
negativa como a los que piensan que Dios existe,
pero tienen acerca de Dios un concepto erróneo co-
mo los panteístas, lo cual equivale a conservar una
absurda idea de la naturaleza divina, rechazando la
verdadera noción de ésta…” La verdadera y única
conceptualización de Dios, para los artífices de la
Encíclica, es aquella que practican los católicos,
mientras que lo que promueven las demás religiones
es únicamente sacrílega y maldiciente “--y el hecho
de que Masonería admita en sus filas a personas de
cualquier religión o credo la hace hereje y blasfema.”
176
Por lo que toca a la sociedad doméstica, continúa la
Encíclica, toda la doctrina de los naturalistas se re-
duce a los capítulos siguientes: (primero) el matrimo-
nio pertenece a la categoría jurídica de los contratos.
Puede rescindirse legalmente a voluntad de los con-
trayentes… La autoridad civil tiene poder sobre el
vínculo matrimonial...”

(Segundo) “En la educación de los hijos no hay que


enseñarles cosa alguna como cierta y determinada
en materia de religión; que cada uno al llegar a la
adolescencia escoja lo que quiera. Los masones
están de acuerdo con estos principios. No solamen-
te están de
acuerdo,
sino que se
empeñan,
hace ya
tiempo, por
introducir
estos princi-
pios en la
moral de la
vida diaria.”

“En muchas
naciones, in-
cluso entre las llamadas católicas, está sancionado
legalmente que fuera del matrimonio civil no hay
unión legítima alguna. En algunos Estados la ley per-
mite el divorcio. En otros Estados se trabaja para lo-
grar cuanto antes la licitud del divorcio. De esta ma-
nera se tiende con paso rápido a cambiar la natura-
leza del matrimonio, convirtiéndolo en una unión in-
estable y pasajera, que la pasión haga o deshaga a
su antojo…”

“La masonería tiene puesta también la mirada con


total unión de voluntades en (romper) el monopolio
de la educación de los jóvenes. Piensan que pue-

177
den modelar fácilmente a su capricho esta edad
tierna y flexible y dirigirla hacia donde ellos quieren,
y que éste es el medio más eficaz para formar en la
sociedad una generación de ciudadanos como ellos
imaginan. Por esto, en materia de educación y en-
señanza no permiten la menor intervención y vigilan-
cia de los ministros de la Iglesia, y en varios lugares
han conseguido que toda la educación de los jóve-
nes esté en manos de los laicos y que al formar los
corazones infantiles nada se diga de los grandes y
sagrados deberes que unen al hombre con Dios...
(los que -al parecer- la Iglesia Católica detenta con
exclusividad).”

(Tercero) “Vienen a continuación los principios de la


ciencia política. En esta materia los naturalistas afir-
man que todos los hombres son jurídicamente igua-
les y de la misma condición en todos los aspectos de
la vida. Que todos son libres por naturaleza. Que
nadie tiene derecho de mandar a otro y que preten-
der que los hombres obedezcan a una autoridad que
no proceda de ellos mismos es hacerles violencia.
Todo está, pues, en manos del pueblo libre; el poder
político existe por mandato o delegación del pueblo,
pero de tal forma que, si cambia la voluntad popular,
es lícito destronar a los Príncipes aun por la fuerza.
La fuente de todos los derechos y obligaciones civi-
les está o en la multitud o en el gobierno del Estado,
configurado, por supuesto, según los principios del
derecho nuevo.”

“Es necesario, además, que el Estado sea ateo. No


hay razón para anteponer una religión a otra entre
las varias que existen. Todas deben ser considera-
das por igual.” Bueno, aquí es menester una aclara-
ción a una nada espontanea equivocación en el tex-
to: de ser un Estado ateo a uno que admite la plura-
lidad de credos y religiones hay una gran distancia,
pero la Iglesia Católica de entonces ve ambas posi-
ciones, tan distintas entre sí, como una y la misma

178
…si no se instituye a la religión Católica como la úni-
ca religión oficial de un Estado.

Luego, esta Encíclica hablará de las ambiciones ma-


sónicas. Llama la atención el concepto superlativo
que tiene la Iglesia de la Francmasonería Simbólica
y le otorga poderes que jamás los tuvo y que cree-
mos que nunca estuvieron dentro de las expectativas
de la Orden …habla de las confabulaciones interna-
cionales para lograr un gobierno mundial único.

Es así que continúa la determinación papal y habla


que “…De modo semejante (los masones) engaña-
ron a los pueblos por medio de la adulación. Voce-
ando a boca llena libertad y prosperidad pública y
afirmando que por culpa de la Iglesia y de los monar-
cas no había salido ya la multitud de su inicua servi-
dumbre y de su miseria, sedujeron al pueblo y, des-
pertando en éste la fiebre de las revoluciones, le inci-
taron a combatir contra ambas potestades.”

“La Iglesia, en cambio, que manda obedecer primero


y por encima de todo a Dios, Soberano Señor de la
creación, no puede sin injuria y falsedad ser acusada
ni como enemiga del poder político ni como usurpa-
dora de los derechos de los gobernantes. Por el con-
trario, la Iglesia manda dar al poder político, como
criterio y obligación de conciencia, cuanto de dere-
cho se le debe. Por otra parte, el que la Iglesia
ponga en Dios mismo el origen del poder político au-
menta grandemente la dignidad de la autoridad civil
y proporciona un apoyo no leve para obtenerle el
respeto y la benevolencia de los ciudadanos.”

Ingresa el documento a su último Título (el de los


REMEDIOS), y en él habla de las rectificaciones que
se deben aplicar a esta situación considerada del
todo dañina para la Iglesia y para el mundo. Plan-
tean entonces su propuesta para desenmascarar la
masonería y mostrarla al mundo entero como una

179
impostora: “A vosotros, venerables hermanos, os
pedimos y rogamos con la mayor insistencia que,
uniendo vuestros esfuerzos a los nuestros, procuréis
con ahínco extirpar este inmundo contagio que va
penetrando en todas las venas de la sociedad. De-
béis defender la gloria de Dios y la salvación de los
prójimos.”

“... lo primero que debéis procurar es arrancar a los


masones su
máscara, para
que sea cono-
cido de todos su
verdadero ros-
tro… Que nadie
sea engañado
por una morali-
dad fingida.
Pueden, en
efecto, pensar
algunos que
nada piden los
masones abier-
tamente contra-
rio a la religión y
a la sana moral.
Sin embargo, como toda la razón de ser de la maso-
nería se basa en el vicio y en la maldad, la conse-
cuencia necesaria es la ilicitud de toda unión con los
masones y de toda ayuda prestada a éstos de cual-
quier modo.”

Los lineamientos de la Iglesia Católica encontraron


eco en la Republica: reflejando, una vez más, los
conflictos que fueron instituyentes para la Republica
de Bolivia... los conflictos entre una propuesta liber-
taria y la estructura institucional de los intereses del
Ancien Regime ...los intereses de oligarquías exclu-
yentes apoyadas por una curia llena de privilegios.

180
Ya en la prensa de 1870, en la ciudad de La Paz, se
puede encontrar la siguiente nota del Párroco Joa-
quín Monje: “el masonismo en su fondo, séame per-
mitido manifestar un defecto de forma tan grave, que
basta para poner en claro su repugnancia con los
más triviales principios de la moral. Lo hare en estas
dos palabras:” “Al masonismo se entra por la puerta
del perjurio.” “A no ser que se quiera negar este he-
cho, no se podrá negar esta verdad”.

“Es un hecho, en efecto que para ingresar a una lojia


se exige y demanda prestarse juramento de obser-
var los deberes de masón, antes de tener conoci-
miento pleno de cuáles sean estos deberes. Aquí el
perjurio es palpable porque la Justicia, todos lo sa-
ben, es una condición esencial del juramento y no la
hai cuando se jura ejecutar o abstenerse de hechos
de cuya conformidad con la justicia se duda. Es mui
posible que al penetrar a favor de ese juramento, en
las sombra en las que el masonismo se guarece, en-
cuentre el nuevo masón falsamente comprendidos o
sonoramente aplicados esos principios de libertad,
igualdad y fraternidad con que se los atrajo, y con-
fundidos en la práctica con los crímenes más detes-

181
tables: esta posibilidad es suficiente para jurar con
injusticia… Los masones pues nacen del perjurio y
se propagan por medio de él…”

Otro pasaje, también rescatado por Don Arturo Cos-


ta de La Torre, ex Gran Secretario de la Gran Logia
de Bolivia, hace referencia a un folleto publicado en
1872 bajo el título de “El Señor Clavijo y la Diócesis
de La Paz” a nombre de una pretendida Sociedad de
Jóvenes. Esta publicación dice “¡Abajo los masones
y los que ayudan a estos! ¡Viva el Señor Clavijo! (se
refieren a Calixto Clavijo, 1814 -1886, y al caso del
Presbítero Saravia que vimos en el anterior capítu-
lo)… (que se quede) hasta cuando él quiera. (Esta
“Sociedad de Jóvenes” trata de mantenerlo en el
cargo de Obispo al que él había renunciado el 11 de
abril de 1871). Mueran miserablemente los aposta-
tas refractarios.” Así mismo, en 1877 el Obispo Juan
de Dios Bosque (nacido en Sorata en 1829 y falle-
cido en La Paz en 1890), se enfrenta a los masones
indicando que “No es menos peligrosa para el porve-
nir de nuestra Diócesis, la otra forma en la que pue-
de presentárseos el enemigo de vuestra salvación
eterna… esa forma es la Masonería, bastante difun-
dida en las naciones de Europa y no desconocida en
los países litorales de América.”

“A los afiliados a la Masonería en Italia se los deno-


mina carbonarios; en Alemania Iluminados; en Ingla-
terra, radicales; en Francia Francmasones. Se ligan
estrechamente por juramentos impíos, con el pretex-
to de protegerse mutuamente, abdican su libertad
personal, su inteligencia propia y hasta sus aspira-
ciones legítimas; y combaten a la Iglesia en nombre
de la libertad, de la ciencia y del progreso… Ade-
más, para los que no han perdido la fe, para los que
conocen y respetan los rudimentos de la Doctrina
Cristiana, para los verdaderos católicos, baste saber
que las sociedades secretas, cualesquiera que sean
sus denominaciones, sus ramificaciones y formas,

182
tengan su origen en Europa o en América, están so-
lemnemente prohibidas y condenadas y sus miem-
bros incurren en la pena de excomunión… por lo que
se infiere que las palabras masón y católico son ab-
solutamente antagónicas y excluyentes.

Estos ataques a la masonería en las décadas de


1870 y 1880, no solo provenían de la ciudad de La
Paz, sino de Sucre y Cochabamba. En Sucre se acu-
sa a los masones de una Logia denominada Cons-
tancia y Concordia, de causar la muerte de personas
en Sucre y Potosí; personas que se animaron a de-
nunciarlos por delitos contra la moral; y, en Cocha-
bamba, se los acusa de la muerte de un Presidente
de la Republica, tal como lo habría comentado el
presbítero Martín Castro. Este presbítero, párroco de
la Iglesia de Macha, Provincia Chayanta del Departa-
mento de Potosí, era un opositor tenaz al gobierno de
Agustín Morales. Preso en Cochabamba y desterra-
do a tierras del Beni, fue además un tenaz opositor a
la Orden; autor de varios folletos anti-masónicos en
los que se presenta a la iglesia como la vanguardia
de Dios y a la masonería como un ejército del mal.
Vemos aquí un patrón: aquel de utilizar conceptos
genéricos para el ataque a personas e instituciones
(vanguardia de Dios, ejercito del mal, etc.)

En enero de 1888, (cuatro años después de haberse


fundado en La Paz, la Logia Obreros del Porvenir),
Martín Castro transcribe un discurso del Diputado
Chileno Doctor Carlos Walker Martínez quien arenga
en el Congreso a los representantes chilenos en me-
dio de la visita de una comisión de diputados bolivia-
nos: “Decís que el liberalismo proclamado por el Ge-
neral Camacho (Eliodoro Camacho), no es de ese li-
beralismo anti-religioso condenado por la Iglesia.
Que es más un liberalismo político; pero el General
Camacho y sus partidarios, casi todos ellos, o al
menos los principales afiliados a las Logias de La
Paz, Oruro y Sucre, os manifiestan lo contrario...

183
Recuadro 11.- Fundación de la Logia Masónica Obreros del
Porvenir en 1884
Don Arturo Costa de la Torre comenta: Con los auspicios y la madura experiencia masónica del
más ilustre Masón de aquella época, Dr. Zoilo Flores, se aunaron todos los masones bolivianos dispersos
desde hace años. La resolución de fundar una Logia legalmente instituida fue unánime y concluyente,
adoptando cartas descubiertas y sin ambages. Reunidos todos con diligencia extraordinaria y conjun-
ción en un solo ideal masónico, procedieron a dar vida por primera vez a la Institución Masónica, sacán-
dola de su habitual reserva y aislamiento, mostrándola públicamente para iniciar sus trabajos filosóficos
y morales bajo la dirección del egregio ilustre pionero de la Masonería Boliviana y Hermano Mayor, Doc-
tor Zoilo Flores.
El 31 de marzo de 1884, se congregaron en la casa marcada con el Nº 49 de la calle Sucre de la
ciudad de La Paz, frente donde estaba ubicado el Cuartel Batallón Colorados... En esta primera reunión se
establecieron las condiciones y fecha de fundación de la Logia Masónica en el Oriente de Bolivia. El 30 de
noviembre de 1884, se funda esta Logia con el Nombre distintivo de Obreros del Porvenir Nº 16, bajo la
tutela y obediencia del Gran Oriente del Perú, con sede en Lima.
Esta solemne fundación fue conducida por:
Venerable Maestro: Hermano Zoilo Flores A.
Primer Vigilante: Hermano José Manuel Pando
Segundo Vigilante: Hermano Severo Campuzano
Secretario: Hermano José Jenaro Cueto
Primer Diácono: Hermano Francisco Espinoza
Segundo Diácono: Hermano José María Lanza
Maestro de Ceremonias: Hermano Diego Riondo
Porta Estandarte: Hermano Víctor M.B. Loayza
Nicolás Acosta Arturo E. Aguirre Joaquín Aguirre Andrés Alcalde
Manuel E. Asín Carlos G. Amezaga Agustín Aspiazu Víctor Ballesteros
Victor M. Bustillos Juan de la Cruz Benavente Adolfo Brettel Corsino Balza
José Borda N... Buitrago Ramón Cabruja José María Caballero
Severino Campuzano José Jenaro Cueto Daniel del Castillo Adelio del Castillo
Isauro Cortés Lizandro Cortés Zenón Cortadellas Francisco Espinoza
Luís Ernst Zoilo Flores Andrés Fernández Eusebio Guilarte
Alejandro Guisbert Nicanor Gamarra Enrique B. Gurmaud N... Irigoyen
Pedro Kramer José Maria Lanza Victor M.B. Loayza Rodolfo Loayza
Dámaso Lima Felipe Labastic Crecencio López B. Cesar Lugones
Angel Martínez Cirilo Marañón Isaac Montes Ismael Montes
Julio Méndez Pedro G. Michel Andrés Muñoz Juan L. Muñoz
Mariano Mujía Jorge Oblitas José Vicente Ochoa Modesto Omiste
José Manuel Pando Claudio Pinilla José Peñarrieta José Pacheco
Ricardo QuirogaJosé Antonio Ramallo Ramón Rosquellas Serapio Reyes Ortiz
Felix Reyes Ortiz Diego Riondo A. Villamil de Rada Ismael Ruiz
Claudio 2º Rada Miguel Ramallo Rodolfo Soria Galvarro Jenaro Sanjinés
Carlos F. Saal Luís Sainz Federico Schultz Pablo Sanz
Ricardo Terrazas Ricardo Tamayo Samuel Valverde Santiago Vaca Guzmán
N... Villavicencio Belisario Vidal Tadeo Vargas Ezequiel Zalles
Cesareo Zalles

184
por sus explicitas confesiones. Decís que en Bolivia
“el liberalismo” no entraña precisamente la herejía
moderna, que es el masonismo, cuyo fin último es,
como otras veces se ha dicho, la destrucción de todo
principio de autoridad, de toda religión, la revelación
universal del mundo contra Dios y contra su Cristo…
Y precisamente Usted Venerable antiguo Capellán
de “Obreros” (de la Logia Obreros del Porvenir) y de
“Iris” (Logia Iris de La Paz), dan movimiento al tra-
bajo político de La Paz, como parlamentarios o clu-
bistas… (como miembros de la oficialidad) y otros
hermanos de la Logia “Orden y Libertad” de la ciudad
de Oruro forman el grupo de acción del partido (Libe-
ral).”

“No advertís en Bolivia esa organización con las mis-


mas aspiraciones. No sentís ese sordo movimiento
que se percibe en el seno de nuestra sociedad, como
esos movimientos volcánicos que se dejan sentir en
el de la tierra antes de los terremotos. Decir que no
hay liberalismo anti-religioso en Sud América es de-
cir que no hay tinieblas cuando desaparece el sol; lo
hay y del más crudo radicalismo…” “...¿Qué nos pru-
eban los acontecimientos desagradables que hemos
presenciado en la Republica Argentina, en Chile, en
el Perú y en Bolivia? El asesinato de un sacerdote
escritor a medio día y calle pública, por un puñal libe-
ral; la expulsión del Nuncio Apostólico (al parecer se
refiere al caso Clavijo), las resistencias al pontífice,
las violencias y vejaciones a personas piadosas…
groseros insultos al Obispo de La Paz, en las instala-
ciones de la Logia “Obreros del Porvenir.” Las blas-
femias contra Jesucristo en la Logia “Iris de La Paz”
y las herejías del ministro Pol en Sucre… prueban
que en la patria de los Olañeta, de los Urcullo y de
los Serrano existe el radicalismo más crudo, el más
fiero liberalismo y el masonismo más acentuado.”

En los escritos personales inéditos de Don Arturo


Costa de La Torre, encontramos a otro detractor de

185
la masonería. En este caso, a Mariano Baptista quien,
en folletos denominados “Correspondencias de Viernes,”
habla -por las mismas fechas de las publicaciones de
Martín Castro- de personas provenientes de Tacna que
ejercían una atracción poderosa a los jóvenes de todo
Bolivia, pero especialmente de La Paz. Estas eran im-
portantes figuras masónicas de la Logia “Constancia y
Concordia” que según Baptista -al igual que el Diputado
Chileno antes mencionado- actuaban por órdenes de la
Gran Logia del Perú para ampliar la membrecía masó-
nica en diferentes ciudades de Bolivia y que podrían con-
stituirse en Logias Masónicas solicitando sus Cartas
Constitutivas de Lima. Baptista reconoce que iniciados
en Tacna y en Lima ya habían conformado varios grupos
masónicos en La Paz, y que de esas logias emergía un
discurso de libertades ciudadanas. Una de ellas se
constituiría como la Logia “Obreros del Porvenir Nº 16,”
en 1884, bajo los auspicios del Gran Oriente de Masones
del Perú; y, otras Logias, siguiendo el mismo procedi-
miento se instalarían en Sucre con el nombre de “Honra-
dez y Trabajo Nº 17,” con el Nº 18 la Logia “Orden y
Libertad” en Oruro y con el Nº 19 una segunda logia ma-
sónica en La Paz, bajo el distintivo de “Iris de La Paz.”
Baptista, en estas circunstancias, habla de que los maso-
nes ampliaban sus discursos hasta la “obesidad literaria”
refiriéndose de una manera grandilocuente a que Bolivia
estuviera agobiada bajo el peso ignominioso de la igno-
rancia, el fanatismo y la superstición religiosa. Y acusa-
ba a los masones de difamación al pueblo y a la nación.

Mariano Baptista, también denominado “el mago Bap-


tista,” reclamaba por el hecho de que las logias masóni-
cas en Bolivia estaban interesadas en incorporar a sus
filas a miembros del Ejército, haciendo notar que ya ha-
bría incorporado a jefes y oficiales sin omitir a cabos y
sargentos, para quienes el discurso masónico tenía una
particular atracción. “Ese empeño, decía el “mago Bap-
tista, ”que revela muy a las claras sus inmediatas tenden-
cias políticas, es lo que llamó la atención del Gobierno,
induciéndolo a dictar una orden general que prohibía a

186
los militares del servicio activo, tomar compromisos
con sociedades secretas.” Era el año de 1885.

Más de 50 años después de Baptista, el escritor Au-


gusto Guzmán, en su obra “Baptista” (1946), trata de
mostrar que los apuntes del denominado “mago,” no
han muerto ni desaparecido; y, en cinco artículos de
prensa, combate a la masonería diciendo: que las
logias masónicas son organizaciones internacionales
que se esparcen en el Continente con paso sigiloso
pero seguro para instalarse en los gobiernos con
fines de dominación herética y materialista. Denun-
cia sus infiltraciones en el ejército boliviano y se
burla de las conversaciones masónicas en el mundo
profano que envolviéndose en frases tranquilizado-
ras ocultan su verdadera naturaleza. Este escritor
cochabambino hace referencia a algunos versos de
la Divina Comedia de Dante y se esfuerza en mos-
trar a la masonería “con la cara de un hombre justo,
con su piel muy fina, más el resto del cuerpo era de
serpiente -dice Augusto Guzmán- y su cola, conti-
núa, agitaba en el vacío, levantando su corcovada
punta llena de veneno como el escorpión.” Nueva-
mente el mismo patrón de ataque a la Masonería
Universal; es decir, con una serie de conceptos ge-
néricos, carentes de una referencia específica que
pueda probarse o contrarrestar como falsa e indigna.

Pocas podían ser las defensas ante discursos tan


llenos de odio y ponzoña, sin una base de evidencia,
sólo con una consigna clerical antimasónica. Em-
pero, de vez en cuando, aparecía un defensor contra
tales detractores, aunque lo hacía sin rebajarse a las
diatribas y calumnias. Por ejemplo, en julio de 1885,
aparecieron públicamente ciertas declaraciones y al-
gunos acápites de un discurso pronunciado por el
Orador de la Logia “Obreros del Porvenir,” al pare-
cer como respuesta a las insinuaciones e injurias de
Baptista. “(Los masones) nos hallamos libres del es-
píritu de secta. Somos hombres de posición neutral

187
en materia de religión. Nuestra única religión es la
religión del corazón. Todo hombre debe pensar en
religión como quiera y como pueda. La Masonería
depura la conciencia de la maleza y de la corteza.”

Esta respuesta, aparentemente anónima (el Orador


de una Logia, no es una referencia completa, incluso
si se determina el año en que un masón cumple ta-
les funciones). Sin embargo, tales reacciones, mu-
estran una característica de la época en la que se
publica la respuesta. Esto cambia cuando se ataca
o se responde -con nombre y apellido- escribiendo
de manera respaldada por hechos y datos fácticos;
y, no en ataques que se formulan basados en pre-
conceptos, generalidades o insidias genéricas que
pretenden afectar a la masonería y a los masones
en términos nada precisos. Se atacaba a masones
sin nombre, a sabiendas que sí se utilizaba un nom-
bre propio, las conductas eran precisamente las
opuestas a las que se imputaba.

Eran ataques a un colectivo de personas respeta-


bles y pundonorosas, a personas que en muchos
casos eran los referentes cívicos y morales de una
comunidad. En Bolivia ésta es la época de masones
de la talla de Rosendo Gutiérrez, Serapio Reyes
Ortiz, Agustín Aspiazu, Rigoberto Paredes, Nicolás
Acosta, Pedro Kramer, Félix Reyes Ortiz, LIsandro
Cortéz y Claudio Pinilla, Andrés Muñoz y José Vi-
cente Ochoa, Antonio Villamil de Rada, Eusebio Gui-
larte, Modesto Omiste y Jenaro Sanjinés. Nombres
que incluso hoy nos hacen vibrar el alma dada su in-
tegridad moral y su fibra ciudadana. Indiscutible-
mente, a pesar de los artículos en contra de la Or-
den, el sólo hecho de referirnos a tales masones,
nos hace visualizar una época de oro para la Maso-
nería Simbólica en Bolivia.

Era una época en que los masones bolivianos se


proponen construir una utopia humanista en el país,

188
construir la esperanza posible de una sociedad
mejorada, con propuestas arraigadas en la reali-
dad del momento que les tocaba vivir. Se trataba
de una pléyade de hombres integros, una
generación de humanistas comprometidos
con una propuesta plural contraria a la into-
lerancia que se había institui- do en Bolivia;
nos referimos a un grupo de masones que
buscaban la construcción de una nueva pa-
tria excenta de prejuicios y dogmas, ba-
sada no en ilusiones o fantasías sino en la
realidad de pueblos diversos pero unidos.
Estas logias masónicas del país todavía no
estaban agrupadas en una Gran Logia de
Bolivia --ésta recién se fundaría como tal
el 20 de noviembre de 1929.

Esto nos muestra un particular predica-


mento: por un lado estaban las logias fun-
dadas bajo la jurisdicción de la Gran Logia
del Perú (Obreros del Porvenir, Honradez y
Trabajo, Orden y Libertad, Iris de La Paz,
Fénix, y otras); y por el otro estaban las
fundadas bajo la dirección de la Gran Logia de
Chile, donde Manuel Blanco Encalada había sido
el promotor de la Logia Lautaro y Juan de Dios
Arleguí había sido su primer Gran Maestro. Tam-
bién habían logias que respondían a la masone-
ría argentina bajo la dirección inicial de José
María Alvear y la orientación de Bartolome Mitre
y Domingo Faustino Sarmiento. Pero era la ma-
sonería peruana la que se perfilaba más cercana
a los bolivianos. No sólo habían vínculos de soli-
daridad con la Logia Constancia y Concocordia
de Tacna, sino que sobresalía la presencia de
Zoilo Flores Aponte, quien frecuentemente recor-
daba a los Caballeros de América en el Cuzco y
en La Paz y resaltaba la figura de José Gabriel
Condorcanqui (Tupac Amarú), quien se había ini-
ciado masón en 1762.

189
Más lejana era la relación con Uruguay, que había
cobijado masónicamente a Giussepe Garibaldi
(1807-1882); y, con el Brasil que contaba a la ca-
beza de la Orden al propio Pedro II (1837-1889).
Era evidente que en todas las organizaciones masó-
nicas de la América de entonces renacía un triple
denominador común: por un lado, una
reacción contra la Encíclica Humanum
Genus; por el otro, una solidaridad co-
lectiva para defender la Libertad; y ter-
cero, la predisposición para que se insti-
tuya un imaginario colectivo de espe-
ranza y perfeccionamiento humano: una
utopia de esperanza en la humanidad
que hasta entonces se mostraba dolida
pero prometedora. Una a masonería
ciudadana y libertaria hermanada inter-
nacionalmente, con masones que se es-
forzaban por encontrar sentido y caminar
unidos por senderos de mejoramiento
personal en medio del absurdo de la in-
tolerancia bélica, política y religiosa.

Mientras todo esto se perfilaba en Amé-


rica Latina, en los Estados Unidos de
Norte América, una voz salió en defensa
de la Masonería ante los ataques de
1884; ella fue la de Albert Pike: abo-
gado, historiador, militar, y por encima de
todo, un dedicado masón que llegó a
constituir y configurar la estructura de los
diversos grados del Escocismo para
Norte América. Pero, al parecer, sólo era
una voz aislada en el Norte ya que no hu-
bieron otras voces de repudio a los ata-
ques contra la Orden en los países que
conformaron el Convento de Lausana en
1875 (una reunión de 9 Soberanos Gran-
des Comendadores del Gra-do 33ª), mu-
cho menos un reclamo de las Grandes

190
Logias Madre (Inglaterra, Escocia, Irlanda, Francia y
Holanda, entre otras). La razón para ello era que
mucho de los planteamientos de orígen se habían
perdido, escudados en la perogrullada de que en ma-
sonería no se discute religión ni política.

Tambien a nivel nacional se escucharon defensas


institucionales, en respuesta a los
ataques de diversos escritores y pe-
riodistas armados de desinformación
y pre-conceptos que buscaban la im-
plementación de la Encíclica Huma-
num Genus. Es así que apareció el
verbo vibrante de un puñado de de-
fensores de la Orden. Se trataba de
las defensas públicas provenientes
de un conglomerado de logias dis-
persas, con convencidos promotores
de la masonería en el país. En ese
momento, los defensores de la Orden se mostraban
como “quijotes” estrellándose contra “molinos de
viento” y “vacas sagradas.” Uno de ellos fue Agustín
Aspiazu, otro el Doctor Félix Reyes Ortiz, y otro Don
Isaac Tamayo, así como los militares Narciso Cam-
pero, José Manuel Pando y Eliodoro Camacho, y,
claro está, Don Zoilo Flores Aponte, quien buscaba
“la dignificación del país por el imperio de la Libertad,
sobre los escombros del fanatismo.”

Como nunca antes y quizás, como nunca después,


ante los embates de la prensa y de la Iglesia, los ma-
sones bolivianos de entonces (de las décadas de
1880 y 1890), encontraron una poderosa voz com-
partida para hacer frente a la mentira, la injuria y la
calumnia. Esta fue, sin duda alguna, a pesar de los
ataques de diferentes fuentes, la mejor época para la
masonería boliviana.

191
Segunda Parte
La masonería en un
nuevo siglo de moder-
nidad y Grandes
Logias que parecen
olvidar sus origénes
libertarios y republica-
nos
9.- Preparándonos para un renacer tanto
nacional cómo institucional

En la década de 1880 emerge una predisposición


para desvincularse de los errores del pasado. Boli-
via había perdido su acceso soberano al Mar Pací-
fico, necesitaba empezar algo nuevo. Se vivía un
momento de tremenda confusión ya que la historia
boliviana hasta entonces había pasado de un cuarte-
lazo a otro y de un caudillo a otro; y, el resultado fue
ese: la pérdida del acceso al mar. Esta ruleta de
violencias se mostraba no solo inadecuada sino en-
fermiza y suicida. Había que construir “otra Bolivia.”
Y para ello, todavía confundidos y dolidos, desarticu-
lados y buscando respuestas en las razones por las
que se perdió la condición marítima del país, la na-
ción se debatió por un periodo de crisis regenerativa
bastante largo (de 1880 a 1899), en un péndulo es-
quizofrénico de enfoques, excusas y justificaciones
que mostraban un rechazo a lo pasado y anticipaban
un renacimiento que todavía tardaba en llegar.

Por un lado estaba la oligarquía de los grandes em-


presarios: Gregorio Pacheco y Aniceto Arce que de
manera pragmática asumieron la pérdida del Litoral;
y, por el otro, la emergente idea de un Partido Libe-
ral, todavía muy débil, pero ya presente en las figu-
ras -tanto políticas como masónicas- de Narciso
Campero, Eliodoro Villazón, Eliodoro Camacho y
José Manuel Pando. Entre estos dos bandos se per-
filaba ya sea un nacimiento liberal, o una continuidad
de los intereses de Huanchaca (Arce) y los de la ya
tradicional minería de la plata (Pacheco).
195
Ciertamente, las ideas y los procesos no se limitaron
a ese violento contrapunto de presidentes de una u
otra parcialidad. En esta época también estuvo Ma-
riano Baptista, un recalcitrante católico, enemigo
acérrimo de la masonería, por un lado, y Don Zoilo
Flores Aponte, gran defensor y promotor de la Orden
por el otro, quien se dio por completo a la creación
de una Francmasonería Liberal en los territorios de
Perú y Bolivia; territorios que en esos años de pos-
guerra, se veían azotados por los resultados subsi-
guientes a la Guerra del Pacífico. Era una época en
la que junto con Flores Aponte, pusieron un sello de
esperanza, grandes masones que se esforzaron en
la institucionalización de la Orden y la creación de
una “Otra Bolivia,” diferente a la que perdió su condi-
ción marítima.

A un año de la fundación de la Logia Obreros del


Porvenir Nº 16, en el Valle de La Paz (1884), el epó-

196
nimo masón Don Zoilo Flores Aponte fundaba la
Logia Trabajo y Honradez Nº 17, en el Valle de
Sucre. Era el 31 de mayo de 1885. Pero esta vez la
fundación de una nueva logia masónica se hacía en
medio de una muy marcada reacción poblacional e
institucional en contra de la Orden. La falaz idea de
que, durante la guerra, la masonería habría jugado
un papel a favor de Chile y de los empresarios que
estaban en sus filas no se había disipado; y, más
aún, la encíclíca Humanum Genus del Papa León
XIII, contra la masonería, estaba difusa pero cierta-
mente presente; especialmente en Sucre.

En ese año tanto el clero como las instituciones de


gobierno que conformaban el antiguo régimen con el
que se perdió el Litoral, se mostraban particularmen-
te antagónicas a cualquier propuesta de actividad y
de institucionalización que no estuvieran alineadas
con su tradicional y restringido enfoque basado en
un militarismo cuartelario, clerical y localista. La Lo-
gia Trabajo y Honradez; la Nº17 en los anales de la
Gran Logia del Perú, parecía estar destinada a a una
disolución agitada y violenta gestada por actores
desde afuera. Entre los primeros iniciados en esta
flamante Logia estaba don Agustín Iturricha, abo-
gado, librepensador e historiador. Gracias a él tene-
mos una serie de documentos y comentarios acerca
de la época y los turbulentos años de inicio de la que
posteriormente vendría a ser la Logia Honradez y
Trabajo Nº3 de la Gran Logia de Bolivia.

Iturricha comenta acerca de los inicios de la Logia


Trabajo y Honradez Nº17, y nos dice que entre los
fundadores se contaban Valentín Abecia así como
Pablo Sanz quienes, con el apoyo de Zoilo Flores,
se mantuvieron incólumes en su labor masónica a
pesar de los constantes ataques del clero y de la so-
ciedad ultraconservadora de la ciudad de Sucre, que
se ensañaban con los masones sucrenses de enton-
ces. Estos, hermanos masones fundadores sin em-
bargo, por derecho propio, eran notables figuras de

197
una sociedad que los veía con recelo, así como con
el antagonismo de un gobierno nacional identificado
con la Iglesia Católica... aunque no totalmente, como
veremos con lo sucedido durante la presidencia de
Gregorio Pacheco.

En el mismo año de la fundación en la ciudad de


Sucre de Trabajo y Honradez Nº17, Zoilo Flores
Aponte fundó la Logia Orden y Libertad en la ciudad
de Oruro. Era el 7 de julio de 1885. Y el número
asignado por el Gran Oriente del Perú a esta flaman-
te Logia orureña fue el 18. Esta logia se mantuvo
operativa hasta principios del Siglo XX, cuando entró
en sueño, para que en 1939, reiniciara trabajos como
la Logia Nº15 dentro de la Gran Logia de Bolivia y
con el liderazgo de Oscar Uzín (Orión).

Otra logia fundada por Don Zoilo Flores en el mismo


año de 1885 fue Iris de La Paz... Nº19, en los anales
de la Gran Logia del Perú. Esta era una re-funda-
ción de la Logia Iris de La Paz que operaba entre
1830 y 1840, apoyando al Mariscal Andrés de Santa
Cruz y que era conocida como el cimiento del perió-
dico Iris de La Paz, que se publicó en esos primeros
años de la Republica. Entre Obreros del Porvenir
Nº16 e Iris de La Paz Nº19, fundada el 31 de octubre
de 1885, y la Logia Joven Bolivia de 1868 -cuyos re-
ferentes institucionales de origen no se conservan-
se desarrollaron fuertes vínculos de amistad y solida-
ridad, y la Masonería Simbólica floreció entre las
montañas y los ciudadanos de La Paz.

Se advierte que la nueva logia paceña (Iris de La


Paz Nº19), a tiempo de su re-fundación contaba con
95 masones fundadores, quienes asistieron a la ins-
talación de su oficialidad el 30 de noviembre de
1885. La oficialidad masónica de esa Logia estaba
conformada por el General José Manuel Pando, Fer-
nando Guachalla, Manuel Vea Murguía, Ramón Ros-
quellas, Ezequiel Zallez, Víctor Sanjinés, Antonio
Morris, Teodosio Zaéns, Samuel Carvajal, Moisés
Santivañez, Isaac Montes, Ismael Montes, Fabian
198
Paulette, Félix Rosa López, Rafael Weill, José Ma-
nuel Lanza, Carlos Flores Quintela, José Gonzáles
Quint y Bertán Lafón, entre otros.

¡Tres -quizás cuatro- logias masónicas fundadas en


Logias Masónicas 1880 - 1890
unos pocos meses! Sin embargo, la obra fundadora
Log. Nº 16, Obreros del Porvenir de Don Zoilo Flores Aponte no se limitó a esos tres o
Log. Nº 17, Trabajo y Honradez cuatro talleres; también fundó la Logia Fénix Nº20
Log. Nº 18, Orden y Libertad
en el Valle de Potosí y la Logia Paz y Trabajo en Mo-
Log. Nº 19, Iris de La Paz
Log. Nº 20, Fenix llendo, así como una logia bajo el nombre de Paz y
Caridad en la misma localidad y otra en Colquecha-
Log. Nº nn, La Joven Bolivia ca. La capacidad movilizadora del pensamiento libe-
Log. Nº nn, Paz y Trabajo
ral que emergía parece que no tenía límites. El mis-
Log. Nº nn, Paz y Caridad
Log. Nº nn, Justicia y Libertad mo Hermano Zoilo Flores Aponte lo reconocía indi-
Log. Nº nn, Sociedad Antropoló- cando que “este hecho, (la fundación de logias masó-
gica nicas), de alta significación moral revela el espíritu
liberal del país y garantiza su mejoramiento social.”

La fundación de todos estos talleres masónicos no


quedó fuera de los temores de la Iglesia Católica que
se sintió particularmente amenazada por la obra de
Zoilo Flores.

Esta preocupación se hace evidente en una carta del


Obispo Juan de Dios Bosque al entonces Presidente
de la Republica Don Gregorio Pacheco, así como en

199
la carta de respuesta del primer magistrado de la
Nación en relación a la masonería. La carta del
Obispo Bosque está fechada el 7 de julio de 1885, y
la de respuesta de Gregorio Pacheco es del 14 de
julio del mismo año. Bosque dice… (Señor Presi-
dente) permítame Ud. la libertad de llamar su ele-
vada atención sobre el progreso que toma la maso-
nería en La Paz …invocando a Jesucristo y negan-
do a la Iglesia Católica. (Algo que su gobierno ha
permitido a pesar de) haber jurado sostener y prote-
ger a la Iglesia, vigente la Constitución del Estado
que garantiza la Unidad y Santidad de la Iglesia Ca-
tólica…”

A lo que el Presidente Pacheco le responde: “…Me


habla usted Ilustrísima, de la actitud que ha tomado
en esta ciudad la asociación masónica, e increpa la
conducta del Gobierno… habría deseado, Ilustrisi-
ma, que explícitamente se me hubiera indicado las
medidas que deberían haberse tomado contra dicha
asociación, para ver si ellas se hallaban dentro del
círculo legítimo de las atribuciones del Gobierno. Si,
es cierto que la Constitución Política del Estado re-
conoce y sostiene la religión católica, apostólica y
romana, establece también la libertad de asociación
y el derecho de publicación por la prensa, sin previa
censura… por grande que sea, como Ud. Iltma. cali-
fica, el extravío de las doctrinas publicadas por el
masonismo, no pueden importar para el Gobierno
otra cosa que la emisión libre del pensamiento o de
las convicciones de la consciencia, que en manera
alguna pueden caer bajo la presión de la autori-
dad…”

Por lo menos dos aspectos son claramente eviden-


tes a partir de este intercambio epistolar entre el
Obispo de La Paz y el Presidente de la Republica.
Por una lado, la reacción del clero se hacía eviden-
temente más agresiva luego de la publicación de la
Encíclica Humanum Genus, del Papa León XIII, emi-
tida en el año 1884; y, segundo, la emergencia de

200
una nueva forma liberal de pensar el mundo y las
responsabilidades ciudadanas; algo que no tuvo su
origen sólo en la posguerra del Pacífico, sino que ya
en 1868, se había mostrado con la creación, en La
Paz, de la Logia La Joven Bolivia, por el Muy Que-
rido Hermano Don Rosendo Gutiérrez, conocido por
su carácter de “conductor de juventudes” y su exal-
tada fibra moral.

Dios Unos años más tarde, la lucha contra la masonería


de fines del Siglo XIX, fue particularmente cruenta --
especialmente durante la presidencia de Mariano
Baptista (1892 – 1896). A este respecto el Gran Se-
cretario de la Gran Logia de Bolivia, Arturo Costa de
La Torre, comenta: “Don Mariano Baptista fue uno de
los más serios opositores a la insurgencia de la
Francmasonería de 1884 adelante. Sus conviccio-
nes conservadoras en la política, sus prácticas y
contactos con las fuerzas estacionarias y la necesi-
Libertad dad de los cálculos políticos insoslayables de todo
tiempo, hicieron de él un franco opositor a todo lo
que significaba renovación de ideales político-religio-
sos.”

Baptista era un
tenaz opositor al
concepto mismo
de una Joven Bo-
livia propiciado
por Rosendo Gu-
tiérrez, siguiendo
los lineamientos
de los italianos
Giuseppe Maz-
zini, el Conde
Cavour y Giu-
seppe Garibaldi,
bajo los principios de Libertad, Independencia y Uni-
dad (que sustituyeron -en La Joven Bolivia- a la tri-
logía de las primeras logias masónicas bolivianas de
Dios, Patria y Libertad).

201
Recuadro Nº 12: Opciones masónicas para un Nuevo Mundo
Sudamericano
Luego de las frustraciones en los primeros años de tribuna de libre expresión. La aspiración suprema
las repúblicas latinoamericanas, con el cierre y la de los masones franceses es ratificar las conquistas
disolución de las logias masónicas que cobijaron a ciudadanas y manifestarse en contra de los fueros
los libertadores, así como con la presencia de lo- monárquicos y clericales. Son conquistas posterio-
gias aisladas que respondían a Grandes Logias de res a 1848, ya que la Revolución de 1789, el impe-
ultramar que acogían a aventureros lo mismo que rio de Napoleón y la monarquía de la restauración
a individuos de buenas costumbres, desde media- de principios del Siglo XIX, habían maltratado pro-
dos del Siglo XIX hasta principios del XX, había la fundamente al ciudadano: y, con los logros de
esperanza de que con la conformación de Grandes esas libertades ciudadanas, que venían con refe-
Logias Nacionales, se pueda alcanzar sino el uni- rencias del Nuevo Mundo, la masonería se perfila-
versalismo que propone la ba optimista, ciudadana y
Francmasonería, por lo me- participativa en su plurali-
nos un común denominador dad. El anticlericalismo
para la masonería en el Con- francés era -por definición-
tinente. Es por ello que se la esencia de la masonería
trató de recuperar tanto la que veía que “el sacerdote
Masonería del Arte Real co- católico ha sido inseparable
mo los principios libertarios aliado de la tiranía política
que habían caracterizado el manteniendo en la ignoran-
inicio de la masonería en el cia a las masas fanatizadas
Nuevo Mundo. entre las cuales y los fulgo-
res de la verdad científica, se
Eduardo Lavergne (1846 – ha interpuesto siempre el
1926), Gran Maestro de Ma- manto del cura.”
sones del Perú, a principios
de 1890 se refería a 4 for- 3º La tercera forma de ma-
mas de hacer masonería y sonería -a principios de los
sugería lo que era, y debía 1890- era la Norte Ameri-
ser, la Masonería Libertaria cana. Sin desconocer el im-
en el Nuevo Mundo. portante aporte de los ma-
sones en la gesta libertaria
1º El hablaba de la masonería de 1776, Eduardo Lavergne
en Inglaterra a la que carac- nos dice que: “el masón norteamericano ve princi-
terizaba como fundamentalmente ritualista, en la palmente en su logia un centro fraternal de mutuo
que por lo menos una vez al mes los masones del auxilio; trata de asegurar, con la regularidad tribu-
pueblo tenían la oportunidad de sentarse lado a taria, el derecho a la existencia de sus hermanos
lado con masones de la nobleza y sentirse iguales a en caso de desgracia. La forma es lo esencial en
ellos (Nos reunimos en igualdad y nos despedimos sus reuniones; la ritualidad el todo. La legislación
en moralidad: nos reunimos sobre el Nivel y nos se tortura en su letra, no en su espíritu y la gran
despedimos sobre la Escuadra). En este sentido la labor de los Grandes Maestros y las Grandes Lo-
masonería inglesa -dice Lavergne- es más un cen- gias es la interpretación, tan variada como fre-
tro fraternal en el que la alcurnia hace sentir su cuentemente contradictoria, de disposiciones dic-
sentido democrático a través de liturgias muy es- tadas por corporaciones obreras y que sólo simbó-
tructuradas y ágapes que pretenden ser democrá- licamente pueden aceptarse en la masonería. Es la
ticos, pero que jamás logran superar el abismo que tierra clásica de los Landmarks o linderos masóni-
existe entre unos masones y otros. cos” (no debemos olvidar que tanto Albert G. Mac-
2º Lavergne habla de la masonería de los france- key como Roscoe Pound, promotores de los Land-
ses donde más que el ritual lo que importa es la maks, eran masones norteamericanos)… es decir

202
“leyes (masónicas) tradicionales, que nadie podrá lismo que refleje la verdad científica; menos tradi-
citar con seguridad y cuyo texto es hoy materia de ción y más razón; en fin, un rito que pueda justi-
seria discusión entre los escritores masónicos más ficar el título de sudamericano.”
eminentes.”
Este planteamiento diferenciado y comparado de
4º Finalmente este Gran Maestro de Masones se enfoques masónicos es de una época en la que el
refiere a la Masonería Latinoamericana, en la cual, Escocismo (grados 4º al 33ª), había logrado una
él claramente ve que es “una masonería que aspi- cierta uniformidad a partir del Convento de Lau-
ra a la Libertad”… una Masonería Libertaria. Una sana (1875). Una reunión masónica en la que In-
masonería eminentemente política referida a los glaterra se abstuvo de participar considerándose
deberes y las responsabilidades ciudadanas para una masonería fundamentalmente simbólica (una
construir países. Es la masonería de los protomár- masonería de sólo tres grados). Este proceso de
tires de la Independencia, que ya fue practicada uniformidad en los grados del Escocismo fue asu-
por Sucre y Santa Cruz, por Miranda, Bolívar, Na- mido por Albert Pike de los Estados Unidos, quién
riño y San Martin, entre logró la eventual es-
otros… (y por los maso- tandarización de los
nes de 1884 en Bolivia, grados denominados
como Zoilo Flores, Agus- “superiores.”, así como
tín Aspiazu, Nicolás Acos- la separación institu-
ta y Rigoberto Paredes, cional entre las Gran-
entre muchos otros). des Logias del Simbo-
lismo (grados 1º al 3º),
Aunque no lo menciona y los Consejos Supre-
de esa manera, esta es la mos (grados del 4º
Masonería de las artes adelante).
ciudadanas del aquí y del
ahora, la de las capacida- Con los Consejos Su-
des de responder a la re- premos vinculados in-
alidad plural y abigarrada ternacionalmente y
de las sociedades latino- con un mismo conjun-
americanas, buscando el to de rituales y linea-
bien común, fomentan- mientos filosóficos, se
do el individualismo al- podía hablar de una
truista, en el que el masón asume responsabilida- “doctrina” propia del Escocismo. Esto no sucedía
des por el mayor bien para el mayor número, espe- en las Grandes Logias. Para comenzar, sólo el 50%
cialmente para los más débiles, los huérfanos y la de los países latinoamericanos tenían una Gran Lo-
viudas. gia Nacional a principios de 1890 (Bolivia recién la
tuvo en 1929). Y si bien había una intencionalidad
Lavergne, a fines del Siglo XIX, propone la formali- por la universalización de la masonería, la especi-
zación de un Rito denominado Latinoamericano: ficidad regional de usos y costumbres primaba so-
“un rito vaciado en el molde de nuestras liberales bre cualquier intento para uniformar la conceptua-
aspiraciones y en el que quepan, sin restricción, to- lización de la Masonería Simbólica.
das las creencias y se ejercite la inteligencia en to-
dos los grandes problemas que afectan al bienes- Es en este contexto que emerge el pensamiento de
tar de la humanidad; un rito que adaptándose a la Lavergne, quien fuera Gran Maestro en la época
manera de ser republicana y progresista de estos en que Obreros del Porvenir Nº 16, Trabajo y Hon-
pueblos, garantice la libertad más amplia del pen- radez Nº 17, Orden y Libertad Nº 18, Iris de La Paz,
samiento y la palabra en todo orden de ideas; la Nº 19, Fénix Nº 20, y la Logia Justicia y Libertad Nº
igualdad en el derecho de todos los hombres para 31, empezaban a institucionalizarse. Estas eran lo-
gozar de los beneficios de la asociación; la frater- gias simbólicas que trabajaban en territorio Boli-
nidad basada en la solidaridad y la abnegación sin viano con rituales y marcos conceptuales o idea-
mezquino cálculo. Legislación progresista, ritua- rios liberales provenientes del Perú.

203
Esta nueva divisa, de Libertad, Independencia y Uni-
dad ya había sido utilizada por otras logias masóni-
cas de América Latina, y se mostraba propia de un
Estado Laico, desvinculado de la Iglesia Católica y
de cualquier otra iglesia o denominación religiosa mi-
litante y excluyente (ya no era Dios, Patria y Liber-
tad, sino Libertad de los pueblos, Independencia na-
cional y Unidad republicana).

Esta propuesta, fundamental para los patriotas italia-


nos que se veían asfixiados por los territorios papa-
les al interior de Italia, encontró eco en una juventud
boliviana anticlerical. Por ello, cuando se lanza la
Enciclica Humanum Genus de León
XIII, ésta es una reacción contra la Gio-
vine Italia que encuentra un claro recha-
zo en el Partido Conservador de Bolivia
y entre los archicatólicos, como Mariano
Baptista, quienes se ensañan contra las
sociedades masónicas y civiles de la
Joven Bolivia, mucho más si estas refle-
jan el ideario de esos tres masones ita-
lianos: Mazzini, Cavour y Garibaldi.

Una de las asociaciones gestadas a


partir de la “Joven Bolivia” fue la Socie-
dad Geográfica que se crea en La Paz
en 1889 -1890, con Don Manuel Vicen-
te Ballivián, Agustín Aspiazu y Eduardo
Idiáquez. Una asociación estrechamen-
te vinculada a la masonería de Ballivián

204
y Pando, y que pronto se formaría en Sucre, Cocha-
bamba, Santa Cruz, Oruro y Potosí ...una masonería
libertaria, geográfica y ciudadana. La Sociedad Geo-
gráfica nace buscando respuestas a la desastrosa
actuación boliviana -en los lugares fronterizos de su
territorio- durante la malograda defensa del Litoral
Boliviano. Esta predisposición al estudio del territo-
rio era respaldada incondicionalmente por muchos
de los masones de fines del Siglo XIX, quiénes se
esforzaron en la construcción de una Nueva Bolivia,
de una Joven Bolivia.

Rossana Barragan y Ana María Lema, comentan a


este respecto que “tal entusiasmo originado en la
sociedad civil intelectual por la geografía y el conoci-
miento del territorio complementaba las iniciativas
oficiales que apuntaban al control y la administración
del territorio; de esa manera vio la luz la llamada
“consciencia geográfica boliviana,” un término acu-
ñado por el General José Manuel Pando en 1897…”

Con la valiente y abierta participación crítica del Muy


Querido Hermano Masón José Manuel Pando se re-
toma la Masonería de las profundas raíces de la rea-
lidad, y se trata de combatir el deterioro y desmoro-
namiento de la época oligárquica y conservadora,
que -a nivel de país- se hizo cada vez más eviden-
te e irreversible. En los talleres masónicos de ese
tiempo se apreciaba el esfuerzo de los masones en

205
el estudio del “Nuevo Territorio” de la Nueva y Joven
Bolivia. Aspectos que se tornarán fundacionales pa-
ra la denominada Revolución Federal y la expansión
del sistema de ferrocarriles y carreteras, de fortines
y destacamentos militares. En este contexto, pode-
mos decir que sí los temas libertarios eran los princi-
pales temas masónicos a principios del Siglo XIX,
los temas geográficos fueron el eje de los trabajos
masónicos en Bolivia a finales de ese mismo Siglo.

Ésta, ciertamente, fue la Época de Oro de la Maso-


nería Boliviana. Una época en la que todavía no hay
una Gran Logia para el Oriente de Bolivia, pero sí
existe el compromiso de construir una mejor, una
nueva y una joven Bolivia, al servicio de los bolivia-
nos. Esta es la época de masones como Valentín
Abecia, Agustín Aspiazu, Serapio Reyes Ortiz, Nico-
lás Acosta, Pedro Kramer, Rigoberto Paredes, Ga-
briel René Moreno, Mamerto Oyola Cuellar y Zoilo
Flores Aponte, entre otros.

Muchos de estos preclaros masones, y aquellos que


mencionamos en el anterior Capítulo, murieron an-
tes de que finalizara el Siglo XIX. Muchos de ellos
ya no fueron participes de la Revolución Federal del
1899, en la que liberales e indígenas fueron el brazo
armado para que termine la época de los caudillos y
los cuartelazos (de 1826 a 1880), así como se pon-

206
ga fín (es un decir), a la época de la oligarquía con-
servadora de los denominados “señoritos de Char-
cas” que gobernaron desde los inicios de la Repú-
blica, pero principalmente de 1880 a 1899. A partir
de ese momento la condición dicotómica, polariza-
da y confrontada entre los grupos indígenas del país
y las clases digamos vanidosas y encopetadas de
patrones, empresarios, clérigos y militares, se mos-
tró intolerante, la una para con la otra... irreconcilia-
ble. Unos se consideraban la modernidad y conside-
raban a “los otros” pre-modernos en sus tradiciones
comunitarias. Unos eran la patria y los otros la anti-
patria (no importa cuál fuera cual); unos se conside-
raban el progreso y los otros la tradición originaria.
Empezaba asi a gestarse una pugna sorda y cruel
que tomaría décadas en decantarse y resolverse. En
ese momento La Paz, era la principal ciudad de Boli-
via en rango-jerarquía, con cerca de 70,000 habitan-
tes y Sucre la cuarta con algo más de 20,000.

Esto afectaría a la masonería ya


que con el triunfo del liberalismo el
discurso anticlerical se hizo más
intenso y las preocupaciones de la
Iglesia Católica no es que se mo-
deraron sino que buscaron otros
canales de conflicto tales como
las ligas obreras y las sociedades
de acción católica.

Sucre se mantuvo como el balu-


arte de la reacción tradicionalista,
reviviendo, todo el tiempo, las he-
ridas sufridas durante la Revolución Federal, mien-
tras que La Paz, se mostraba como librepensadora y
pujante en la construcción de una Nueva y Joven
Bolivia, con nuevas instituciones y nuevos actores
preponderantemente laicos… es así que el laicismo
se volvió la consigna ciudadana... y la masonería bo-
liviana un canal para ello... una masonería basada
en un laicismo enmarcado en lo boliviano.

207
Las pugnas entre La Paz y Sucre databan desde el
tiempo de la creación de la República de Bolívar.
En ese momento la población del Departamento de
La Paz era de unas 375,000 personas, o el 34% de
toda la población boliviana, mientras que la pobla-
ción de Chuquisaca sólo llegaba a 142,000 perso-
nas; es decir, menos de la mitad de la de La Paz.

La determinación de que la capital de la Republica


fuera la Ciudad de Sucre no implicaba que ésta se
ubique en Charcas. Incluso el Mariscal de Ayacucho
dictaminó la compra de tablones de madera para la
construcción de la nueva capital, la cual -por diver-
sas gestiones- no se trasladó al lugar escogido por
los libertadores para la ubicación de una ciudad ca-
pital al estilo de Washington D.C. en los EEUU. La
ubicación de la nueva ciudad -de la Capital de la
República- estaba cerca de la localidad de Paria.

Mantener a Charcas como la sede de gobierno de-


terminó que durante el Siglo XIX, Sucre fuera un re-
ferente político territorial, sin que por ello haya sido
en todos esos años la residencia del Poder Ejecu-

208
tivo, que se mantuvo itinerante de acuerdo a quien lo
ejercía. Esta digresión, pretende aclarar mejor los
sucesos de fines del Siglo XIX, que afectaron no so-
lo a la estructura territorial y poblacional del país sino
que consolidaron procesos que establecen la territo-
rialidad del Gran Oriente Masónico de Bolivia, consti-
tuido unos años más adelante.

Para aclarar estos hechos recurriremos al historiador


Herbert S. Klein, quien en su libro Orígenes de la
Revolución Nacional Boliviana, indica: “(poco) Antes
de 1898 el Gobierno había reconocido a Sucre como
la capital, ciudad que nunca había sido el asiento
permanente del Presidente de Bolivia o de su Con-
greso, los cuales habían sido más que peregrinos,
alternando la sede de gobierno principalmente entre
La Paz y Sucre. Sin embargo, en 1898 los líderes

209
de Sucre cruzando las líneas del partido forzaron al
Congreso a dictar una ley estableciendo que el Pre-
sidente y el Legislativo fijen permanentemente su re-
sidencia en esa ciudad. Satisfecho con un asunto
que creaba tan profundos sentimientos, el libera-
lismo, normalmente unitario, dio rienda suelta al
asunto y permaneció detrás de la creciente cólera
de La Paz. (El Presidente Severo Fernández) Alon-
zo cogido en el medio, trató de ganar tiempo, pero
ambos lados demandaron una respuesta positiva o
negativa, y finalmente estampó su firma en la pro-
mulgación de la ley del Congreso. Inmediatamente
la bandera federalista de la rebelión fue izada en La
Paz, considerablemente armonizada por el Partido
Liberal y con marcada intranquilidad indígena en el
Altiplano. De diciembre de 1898 a abril de 1899, se
registraron enconadas batallas con grandes pérdi-
das de vidas por ambas partes, ganando finalmente
la capacidad de mando de (el General José Manuel)
Pando… En una segunda batalla de Los Cruceros,
en las planicies de Oruro, llegó a su fin la domina-
ción del Partido Conservador, y el partido Liberal
tomó el poder.”

Esta rememoración de un episodio luctuoso para el


país, incluso hoy despierta sentidas emociones en-
tre los bolivianos, pero no podemos dejar de men-
cionarlo ya que es parte de esa denominada Época
de Oro de la Masonería Boliviana por la cantidad y
gran calidad de masones que participaron en la ins-
titucionalidad masónica en esos años y en los años
inmediatamente posteriores a los eventos históricos
conocidos como la Guerra Federal, que radicó la
Presidencia y el Poder Legislativo, así como la sede
de la masonería boliviana, no en Sucre sino en la
ciudad de La Paz.

Es así que se inicia la denominada época liberal en


Bolivia. De 1899 a 1920, Bolivia vivió una profunda
transformación con el lema: “Viva el Orden y mueran
las revoluciones y los cuartelazos.”

210
Para entender esta predisposi-
ción democrática debemos retro-
ceder medio siglo. En esa mira-
da retrospectiva podemos decir
que de 1840 a 1880 los caudillos
militares que pusieron en jaque
al país y a sus instituciones se
basaron en cuartelazos y golpes
de estado. Por el contrario, en
la época liberal primaron los pro-
cedimientos institucionales de
Estado, incluso para las revolu-
ciones sociales de ese periodo.
Es evidente que en la época del caudillaje militar se
persiguió a los masones y a las pocas logias disper-
sas en el territorio nacional, las que tuvieron que ca-
pear diversas presiones de carácter politico.

De este periodo se evidencia el hecho de que duran-


te los gobiernos de José Manuel Pando, Ismael Mon-
tes, Eliodoro Villazón y José Gutierréz Guerra, la ma-
sonería se institucionalizó y los masones pudieron
trabajar con mayor Libertad en el logro de sus objeti-
vos de mejoramiento personal y perfeccionamiento
de las dinámicas sociales. Pero lo hace con dos ten-
dencias diferentes: por un lado la libertaria latino-
americana y por el otro la presencia de una masone-
ría europea tradicional (más inglesa que francesa).

Respondiendo a ese momento histórico con referen-


tes europeos tradicionales, el periodo liberal de prin-
cipios del Siglo XX, se caracterizaba por una amplia
predisposición al comercio libre; es decir: a dejar ha-
cer a la industria y dejar pasar al comercio, evitando
todo tipo de restricciones en las fronteras. Un periodo
de libertades y liberalidades sin precedentes.

La educación de la niñez y la juventud se constituyó


en la prioridad número uno, así como el estableci-
miento de un Estado Laico, sin la presencia regresiva
de la religión... de cualquier religión.

211
Los liberales buscaban la universalización del voto y
la institucionalización de elecciones libres de cual-
quier tipo de coacción política o religiosa. Era la
época de la modernización de las ciudades y la in-
troducción de nuevas tecnologías en la minería, la
agricultura y el transporte.

Estos planteamientos, al parecer tan modernos para


un país no muy moderno, no estuvieron libres de re-
acciones y paradojas. Unas fomentadas desde
afuera del liberalismo (aquellas que surgían de las
élites potosinas y chuquisaqueñas que habían sido
desplazadas); y, otras desde adentro del propio ré-
gimen liberal que terminó fracturándose.

Una de estas situaciones paradójicas fue la cuestión


indígena. Por un lado, los liberales promovían la
igualdad de los derechos políticos para toda la po-
blación (indígenas incluidos); pero, por el otro, fie-
les a su percepción liberal combatían todo tipo de
propiedad que no sea la individual: combatían la
propiedad colectiva de las comunidades indígenas,
lo mismo que la propiedad de agrupaciones
clericales, que impidieran la movilización del
recurso tierra. Era una reacción programática
a todo cuanto impidiera la liberación de la tierra
de manos ociosas o de terratenientes colecti-
vos que se beneficiaban de la captura y reco-
lección de rentas o tributos debidos al monopo-
lio en la propiedad de tierras. Tierras que libra-
das al mercado, bien podrían contribuir al creci-
miento de la agricultura empresarial orientada
a mercados competitivos.

El discurso parecía convencer a muchos, pero


las cosas no estaban del todo fáciles para los
liberales. Bolivia había perdido su salida sobe-
rana al Pacífico, y la pretendida condición de
“Nación Favorecida” -que le había prometido
Chile- no se cristalizaba… nunca se cristalizó.
No era que simplemente se perdió un territorio,

212
sino que se perdió la condición de país con recursos
marítimos, se perdieron las diversas empresas que
se hallaban en las ciudades costeras. Estas ciuda-
des no es que simplemente pasaron de ser bolivia-
nas a ser chilenas, se había generado un cerco pa-
ra los cautivos que asfixiaba al país. No solo se per-
dieron ciudades en los territorios del Litoral, sino que
una gran cantidad de empresas en La Paz, Oruro y
Potosí perdieron sus vínculos y contactos con lo que
antes de la Guerra del Pacífico eran sus puntos de
entrada y salida de minerales, productos agrícolas e
insumos comerciales. Todo ello no solo era más difí-
cil, sino que en muchos casos se volvió imposible:
había que reinventar Bolivia, con todas sus dinámi-
cas, sus recursos y sus territorios, infraestructura e
instalaciones.

Entre Bolivia y Perú se instauró un profundo dolor y


mucha desconfianza (los peruanos habían quedado
solos en la guerra... los habíamos dejado solos du-
rante los últimos años de la contienda). Mientras au-
mentaba la desconfianza, los vencedores imponían
su ley y su dominación… llegando a dominar mu-
chos de los emprendimientos fronterizos, mineros y
comerciales de una región que ya no era boliviana ni
peruana sino chilena, y que extendía sus vínculos al
Sur del Perú y al Oeste de la dolida y maltrecha Re-
publica de Bolivia.

El mar se volvió lejano. Muy lejos estaba Santiago


de Chile y aún más lejana la ciudad de Lima; muy
lejos los puertos de Valparaíso y del Callao, que por
entonces eran los principales puertos del Pacífico.
Potosí de estar en el corazón de la Audiencia de
Charcas y de la Republica de Bolívar, después de la
Guerra con Chile se volvió un territorio fronterizo, y
las minas de plata fueron explotadas por empresas
que tenían sede en Chile y por bancos e institucio-
nes financieras que absorbieron a los capitales boli-
vianos que habían quedado atrapados en las ciu-
dades conquistadas por Chile.

213
Por estas y otras razones, el relacionamiento con la
lejana Santiago de Chile se volvió, no más inmedia-
to, sino más “fácil” que el relacionamiento que en dé-
cadas pasadas se venía dando con los puertos boli-
vianos y con el Perú. El binomio Tacna y Arica ahora
estaba fracturado, Tacna en el Perú y Arica en Chile.
Antofagasta y Cobija, no perdieron su unidad, pero
ambos puertos, una vez bolivianos, desde 1880 fue-
ron chilenos y las poblaciones y los recursos minera-
les como los de Chuquicamata (la mina más grande
de Cobre en el mundo, localizada al Este de Antofa-
gasta y Tocopilla), estaban cautivos beneficiando al
invasor y entorpeciendo cualquier iniciativa boliviana
en esos territorios.

Es en estas circunstancias, de esperanza en la mo-


dernidad y de desilusión con las élites tradicionales
por la pérdida del Litoral, en las que nace la Logia
Honor y Prudencia, que luego vendría a ser la Logia
Primax, la Logia Número Uno del Oriente de Bolivia,
de la Gran Logia de Bolivia (una Gran Logia Nacional
todavía no-existente en el momento de la fundación
de Honor y Prudencia).

En 1913, en la mitad de la época Liberal, un conjunto


de hermanos masones, a quienes la masonería boli-
viana les estará por siempre agradecida, solicitan el

214
reconocimiento masónico de la Gran Logia de Chile,
la cual les concede la condición de logia masónica
regular del Gran Oriente de Chile con el Número dis-
tintivo 44 de ese Oriente. En otras palabras, los her-
manos masones -bolivianos unos y extranjeros
otros- en su calidad de masones reconocidos inter-
nacionalmente, se convirtieron en fundadores de una
logia masónica en las tierras del Potosí.

Los nombres y apellidos de los hermanos fundado-


res de esta Logia, nos muestran, en retrospectiva, el
estado de situación en Potosí a principios del Siglo
XX. Eran los nombres y apellidos de empresarios,
quizás no nativos pero ciertamente vinculados con
Chile en muchos aspectos: nos referimos a Emilio
Bonnet, José Richards, Gino Bozzi, Alex MacLeod,
Norman MacLeod, Adolfo Cohl, Albert Barrington,
Eduardo Geisse, Jerónimo Ilic, Santiago Ravest,
Kennet MacLeod y David Jacobs, entre otros. Esta
referencia patronímica en nada reduce nuestra grati-
tud y aprecio por los hermanos fundadores de Honor
y Prudencia; únicamente trata de mostrar las condi-
ciones en las que vivía Potosí después de la Guerra
del Pacífico y durante los años de declinación de la
minería de la Plata, en un lugar que de pronto se ha-
bía convertido de centro de una nación, en un territo-
rio minero de frontera.

Según lo expresado por nuestro I... H... Oscar Gun-


nar Barrientos, de esta logia, pasados unos meses
de actividad masónica, se inician en Honor y Pru-
dencia Nº 44: Rafael Taborga, nacido en Sucre; Ro-
berto Gonzales, nacido en Cotagaita; y, Gustavo
Eussle, de nacionalidad alemana. Luego ingresaría
el I... H... Zacarias Bravo quien -llegado el momento-
brindó su domicilio para que allí funcionara la logia
que posteriormente sería la Nº 1 de la Republica de
Bolivia:

Si bien todos los hermanos masones antes mencio-


nados contribuyeron con importantes esfuerzos para

215
la conformación de la Logia potosina Honor y Pruden-
cia Nº 44, del Gran Oriente de Chile, el que más se
esforzó en su formación fue el H... Adolfo Cohl, quien
obtuvo la Carta Patente para su Logia de manos del
Gran Maestro de Chile I... y P... H... Luis A. Navarrete
y Flores y del Secretario de la Gran Logia de Chile: el
General Carlos Corbalán. El I... y P... H... Navarrete y
Flores fue Gran Maestro de 1912 hasta 1922. Por su
parte, de 1924 a 1930 el Gran Maestro de la Gran Lo-
gia de Chile fue el I... y P... H... Héctor Boccardo Ben-
venuto, quien en su segundo mandato como Gran
Maestro, habría de conceder la Carta Patente para la
formación de la Gran Logia de Bolivia con base en 7
logias radicadas en territorio boliviano que, en 1929,
dependían del Gran Oriente de Chile. Que no haya
dudas acerca de nuestra gratitud a todos ellos.

La flamante Logia Honor y Prudencia Nº 44 empezó a


trabajar en el Valle de Potosí con el Q... H... Adolfo
Cohl como Venerable Maestro, acompañado por los
QQ ... HH... Emilio Bonnet y José Richards como Vigi-
lantes. Por motivos muy personales, el Hermano
Adolfo Cohl, no pudo terminar su mandato de primer
Venerable Maestro, y fue sucedido por el Querido
Hermano José Richards, quien fue re-electo como tal
en varias gestiones (de 1913 a 1918). En considera-

216
ción a estos hechos, Honor y Prudencia, en gran
medida, durante sus inicios, fue el fruto del trabajo
de dos masones: los HH... Cohl y Richards.

Luego, en 1918, fue elegido V... M... de la Logia el


Querido Hermano Zacarías Bravo quien fungió como
Venerable Maestro en las gestiones de 1919 y 1920.
Desafortunadamente, Honor y Prudencia Nº 44, en
1921, entró en un periodo de receso en el cual el R...
M... Z. Bravo, sostuvo correspondencia con el Gran
Oriente de Chile, manteniendo vivo el espíritu masó-
nico, el cual se regularizó recién en 1923, con la ve-
nerabilía del Q... H... Guillermo Cabrera. En retros-
pectiva, vemos que el año 1924 denota una sorpresa
para los masones bolivianos: en la oficialidad de
Honor y Prudencia Nº 44, aparece el nombre de Don
Filiberto Osorio como Primer Vigilante. Filiberto
Osorio, un patriarca de la Masonería Boliviana, lue-
go sería el segundo Gran Maestro de la Gran Logia
de Bolivia.

En 1925, la Logia Honor y Prudencia Nº 44, nueva-


mente entraría en receso. Esta vez, la correspon-
dencia con el Gran Oriente de Chile para mantener
viva a esta logia potosina, se realizó a través de la
Respetable Logia Simbólica Illimani de la ciudad de
La Paz. Recién en 1928, se reanudarían trabajos en
Honor y Prudencia. En 1929, el Q... H... Eduardo In-
arra es elegido Venerable, y el Q... H... Juan Soljan-
cic, Primer Vigilante, quien luego sería nombrado
Venerable Maestro hasta 1931; es decir, que el
Hermano Masón Soljancic llevó adelante la transi-
ción de esta Logia del Oriente de Chile al Oriente de
Bolivia.

La R... L... S... Honor y Prudencia a partir de enton-


ces tuvo una descollante labor en la Masonería Boli-
viana, no solo formalizó la práctica ritual en su Valle,
sino que instituyó una escuela para los hijos de los
mineros en Potosí, se dedicó a obras de beneficen-
cia y fue la fundadora de la Logia de Perfección (gra-

217
dos superiores del Escocismo), José María Linares
Nº3. Pero la vida de este taller volvería a pasar por
periodos aciagos.

En 1952, en medio de atropellos e insultos por parte


de los simpatizantes de un nuevo gobierno (el del
Movimiento Nacionalista Revolucionario, MNR), el
Templo Masónico de Potosí tuvo que ser desmante-
lado y las joyas masónicas distribuidas entre los her-
manos. La Gran Logia de Bolivia tuvo que intervenir
en la salvaguarda de los documentos y trabajos ma-
sónicos. Varios Hermanos Masones potosinos y pa-
ceños, en representación del Gran Maestro de en-
tonces, I... y P... H... Don Rafael Indaburu Gonzales,
trabajaron denodadamente para evitar una catás-
trofe institucional entre 1954 y 1957.

Fue en este periodo álgido que un grupo selecto de


HH... asumiría la responsabilidad de conducir las
aproximaciones previas entre la Orden y sus detrac-
tores. Mientras duraron esas conversaciones, los
trabajos de Honor y Prudencia tuvieron que reali-
zarse en domicilios particulares.

Finalmente la euforia del populismo denominado re-


volucionario de los años 50 cedió y se pudieron rea-
sumir trabajos en 1957, llevándose a cabo nuevas
elecciones para la oficialidad de Honor y Prudencia
Nº 1. Fue en 1958, cuando se eligió Venerable Ma-
estro del Taller al Q... H... Carlos Subieta Alba. De
ahí en adelante, los trabajos de la hoy Respetable,
Centenaria y Benemérita Logia Simbólica Honor y
Prudencia Nº 1, del Valle de Potosí, se desarrolla-
ron, no sin sobresaltos, pero con la continuidad y el
tesonero esfuerzo de sus miembros.

En el mismo año de la fundación de Honor y Pruden-


cia (1913), asumía la presidencia de la Republica
Don Ismael Montes. Lo hacía por segunda vez. Es-
te distinguido estadista y hermano masón, sucedía
en el cargo a Eliodoro Villazón, otro esclarecido ma-
són. Juntos, estos mandatarios, estaban conducien-
218
do a Bolivia a su “primera globalización” y a una fase
de liberalismo tanto conceptual como operativo. Es
decir, estos dos masones y Presidentes de la Repú-
blica, se estaban convirtiendo en los artífices de una
apertura de Bolivia hacía el mundo que no había co-
nocido hasta entonces, debido a la pérdida de su
condición marítima en la Guerra del Pacífico, y a una
predisposición localista a mirar siempre hacia aden-
tro y no hacia el mundo que le rodeaba. Esta fue la
época de la goma y la castaña, de la emergencia del
Estaño como fuente de recursos para el país y la de
los ferrocarriles que vinculaban a Bolivia con la Ar-
gentina, Chile y el Perú (también hacia Cochabam-
ba, y -en un proyecto que a pesar de muchos es-
fuerzos nunca se llegó a concretar- con Santa Cruz
de la Sierra). Ya desde el primer mandato de Ismael
Montes (1904 – 1909), Bolivia experimentó una épo-
ca de modernidad en las ciudades capitales de De-
partamento; la arquitectura de la época se mostraba
claramente distinta de los edificios construidos antes
de 1900.

En 1906, se aprobó una ley de libertad de culto, y se


hizo realidad el enfoque educativo que proponía la
Masonería Universal -desde las épocas de Johann
Heinrich Pestalozzi y Andrés Bello- de liberar la edu-
cación de condicionamientos religiosos (especial-
mente de la cultura restringida del catolicismo). Fi-
nalmente, esta propuesta se hacía carne en el país.

Antes de ese Decreto de 1906, se consideraba un


delito -punible con pena de muerte- la enseñanza
escolar que no esté conducida y dominada por la
Iglesia Católica. Es así que en La Paz se funda el
colegio metodista “The American Institute” en 1907,
con la divisa masónica de Mente, Cuerpo y Alma ins-
crita en un Triangulo Equilátero circunscrito por un
Círculo; resaltando un Punto en el Centro a partir
del cual no se puede errar. Con ello, el enfoque libe-
ral de la educación primaria y secundaria en Bolivia
daba sus primeros pasos.

219
Esto pudo ser posible gracias a la autorización de la
Cancillería, del gobierno de Montes, para la llegada
de un grupo religioso diferente al de los católicos.
Es con la llegada del Hermano Masón y Pastor Me-
todista Francis Harrington, que se pone en práctica
la plena libertad de culto y de educación.

Es el Instituto Americano donde una serie de maso-


nes asumen puestos docentes, y será Don Héctor
Ormachea Zalles quien fungirá como profesor de
historia y matemáticas, para luego ser uno de los
Grandes Maestros de Masones en Bolivia (1939 -
1940). También será el profesor de Filosofía de ese
colegio: Don Nicolás Fernández Naranjo, lingüista,
músico y periodista, así como creador y director del
Coro Polifónico Nacional quien influirá en el pensa-
miento del Amerinst (American Institute). Hoy en el
valle de La Paz, se reconoce a estos profesores con
la acción masónica permanente de las Logias Héctor
Ormachea Zalles Nº 25 y Kalasasaya, Nicolás Fer-
nández Naranjo Nº 53.

Pero la actividad del nuevo colegio de libres pensa-


dores fue más allá: Entre sus aulas y jardines se
conformará la Primera Tropa de Boy Scouts, resal-
tando la figura del H... Robert Baden Powell, y se pu-
blicará el primer periódico estudiantil (The Student
Voice) --decano de la prensa estudiantil en Bolivia y
promotor de la más amplia libertad de expresión
para los estudiantes.

220
Con estas acciones transformadoras, es evi-
dente que en el periodo liberal, luego de la pér-
dida del Litoral y del Acre, se perfila un Nuevo
País. En esta Nueva Bolivia se percibían mu-
chas transformaciones geográficas. Una Bolivia
que ya no era aquella de la Plata, sino la del Es-
taño, la de goma y la castaña. El país se esfor-
zaba en re-inventarse y se podían ver los nue-
vos ferrocarriles y tranvías, las nuevas carrete-
ras, los nuevos comercios y las nuevas institu-
ciones que no se fundamentaban en la anterior
Bolivia, sino que buscaban que todo se haga de
nuevo... todo sin los precedentes de antaño.

Todo había que hacerlo de nuevo: los territorios


que quedaban del Siglo XIX no estaban acondi-
cionados para recibir a esa Nueva Bolivia (algo
similar ocurriría en la década de 1980: la Bolivia
del Estaño se derrumbaría y habría que inventar
un Nuevo País, el del Gas de Petróleo... todo
había que hacerlo de nuevo).

Al perderse la condición marítima en 1880, se había


perdido “el ancla territorial para los futuros desarro-
llos.” No había un mínimo común denominador que
vincule la Bolivia de la Plata, con la Bolivia del Es-
taño y con la Bolivia del Gas de Petróleo. Todo, o
casi todo, debía hacerse de nuevo. Los nuevos pro-
ductos -base de la economía nacional- carecían de
puertos propios para relacionarse con el resto del
mundo, la infraestructura caminera estaba orientada
a otras ciudades. Ésta era la modernidad que se
desligaba, que se desentendía del pasado, era un fe-
nómeno generalizado, una negación subconsciente.
Al igual que las reacciones ante el antiguo régimen
que para Bolivia se manifestaban en las reacciones
de una iglesia cerrada, de un ejercito anticuado y
una sociedad decimonónica, todos querían olvidar la
pérdida de los puertos bolivianos sobre un Mar Pací-
fico que se había vuelto ajeno y lejano... pero ello
nunca se pudo hacer.

221
Recuadro Nº 13.- Un Maestro Masón gestor de la Reforma Educativa
Georges Rouma fue un dedicado masón y brillante ron a recorrer el país, pues desde un primer mo-
pedagogo que formó parte de la Misión Belga con- mento él quiso “recorrerlo, descubrirlo por com-
tratada por el Presidente Ismael Montes para en- pleto, comprenderlo y amarlo.”
carar una reforma educativa en el país. Varios
años antes de que en Bolivia se funde una Gran Conocí el encanto hechicero de la atmósfera seca y
Logia de Masones, ya rubricaban su impacto un pura del altiplano, que aumenta el poder de la
conjunto de masones que -provenientes de diver- vista y da a todo ser la impresión exaltadora de
sos países- llevaban la divisa del comportamiento sentirse más liviano… conocí el sentimiento de la
masónico a flor de piel. Estos masones contrasta- belleza suprema, de la majestad y de la magnitud
ban en mucho a un número, en comparación redu- de la naturaleza cuando, paralizado por el estupor
cido, de otros admirativo, pude
expatriados que contemplar las más
habían encontra- altas cumbres ne-
do en las logias vadas de la Cordi-
masónicas disper- llera Real de los
sas en el país, una Andes…
forma de introdu- Podría evocar aún
cirse en los círcu- mis largas cabalga-
los sociales, polí- tas por los caminos
ticos y económi- muleteros que ba-
cos con motivos jan hacia las llanu-
espurios. Rouma ras amazónicas, cu-
era la expresión yos paisajes cam-
cabal de lo que un bian sin cesar… y
masón debía ser, luego conocí el en-
lleno de las virtu- canto de sus ciuda-
des que caracteri- des en las cuales se
zan a un individuo conservan piadosamente las virtudes atávicas de la
altruista, a un masón que aprecia su individualidad buena acogida para el extranjero y de la generosa
y sus proyectos y los vuelca a favor de los demás. hospitalidad… y me incorporé tan bien en su vida
De Rouma se ha escrito mucho ya que fue creador que me casé con una boliviana… Así llegué a ser
y Director del Instituto Normal Superior de la ciu- boliviano por elección y cuando afirmé que Bolivia
dad de La Paz, en la zona de Miraflores y de la Nor- es mi segunda patria, la de mi elección, ello es el
mal Mixta de Sucre. Más que un recuento de lo resultado lógico de una larga y consciente inicia-
que de él se dijo como masón, como maestro y co- ción… Estimo que mi conocimiento perfecto del
mo promotor de la educación laica -basada en va- país y de sus habitantes fue valioso para ejercer las
lores y virtudes ciudadanas- voy a transcribir cier- importantes funciones que desempeñé en la Repu-
tos aspectos de su vida que él mismo recuerda en blica de Bolivia. No me sentía un extranjero…
una carta dirigida al Comité de las Bodas de Oro y El Presidente Montes y su Ministro de Educación,
a los profesores y alumnos del Instituto Normal Su- Daniel Sánchez Bustamante, tenían una fe profun-
perior. Se trata de pasajes de una carta abierta a la da en el poder de una buena enseñanza escolar.
comunidad educativa del país, escrita en 1966. En Sabían que la verdadera riqueza de un país es el
ella Georges Rouma (ya muy anciano), recuerda hombre que lo puebla, si éste es instruido y traba-
que llegó a La Paz con las precauciones necesarias jador… El valor de las escuelas depende del valor
para acercarse a una ciudad enclavada en los An- profesional de los docentes que las dirigen. Por
des, a una altura sobre el nivel del mar que excedía eso que el Presidente… y el Ministro de Educación…
la cima de todas las montañas de Europa. Su amor decidieron crear… la Escuela Normal que debía
a la naturaleza y su curiosidad geográfica lo lleva- modelar el cerebro y formar el corazón y el carác-
222
ter de los maestros… El Presidente Montes quería de una forma diferente a la simple memorización.
que el establecimiento que iba a crearse estuviera Convocaba a los Compañeros y los Aprendices a la
a la vanguardia del progreso y me encargó que práctica de responder a la realidad para crear pre-
preparase un proyecto… el Presidente (también) sentes y futuros de esperanza en los círculos en los
quiso que el Instituto tuviera un personal de profe- que se mueve un masón. Tal arte de responder a la
sores de primer orden. Ese personal compuesto de realidad comenzaba con el examen que Rouma ha-
elementos nacionales y extranjeros era de lo más bía hecho del niño boliviano con sus virtudes y de-
selecto. Entre los más prestigiosos mencionaré al fectos. Un arte que planteaba para los maestros
profesos Faría Vasconcellos titular de la cátedra de una tarea importante: la necesidad de aprovechar
pedagogía… la cátedra de Física y Matemáticas las virtudes de nuestro pueblo: imaginación, entu-
fue confiada al brillante profesor belga Constant siasmo, fortaleza física, salud, y desarrollarlas hasta
Lurquin… la de Química al reputado Doctor en Quí- su máximo rendimiento. Por otro lado se debe com-
mica Domenico batir sus deficien-
Cartasegna y el Se- cias: Falta de sere-
cretario del Insti- nidad, de paciencia,
tuto fue el Sr. Rafa- de laboriosidad, de
el Seghers, Doctor perseverancia, de
en Filosofía y Le- fuerza de voluntad,
tras… el Presidente de ideales, de no-
me confió la Direc- bles ambiciones.
ción del Instituto… Hay que combatir
La inauguración su ignorancia, des-
solemne del Insti- equilibrio, resenti-
tuto tuvo lugar el miento, dejadez,
26 de mayo de conformismo.
1916...
Transformar este
Al lado de los fines perfil del estudian-
perseguidos por te boliviano es el
cada uno de los reto de la educa-
profesores que aseguran la educación intelectual y ción boliviana, el reto de la formación masónica.
física de los alumnos, hay un hilo común que debe
de ser perseguido paralelamente por todos los pro- Para ello, basados en la Maestría de Rouma, debe-
fesores, bajo el impulso permanente del Director. mos sentar las bases de un proceso de instrucción,
Se trata de la Educación Moral. Lo que se ha de formación y educación permanentes. En esta inelu-
obtener es formar hombres honrados y rectos que dible empresa necesitamos: 1.- Responder a una
amen a su familia, a su patria y a la humanidad… base biológica. Se debe tomar en cuenta las carac-
hombres capaces de luchar por el triunfo de la jus- terísticas físicas y biológicas del educando a fin de
ticia, sobrios y tolerantes, enérgicos y trabajado- hacer eficaz la acción educativa. 2.- Promover una
res, aceptando con responsabilidad responsabili- base psicológica basada en valores y virtudes; y, 3.-
dades. Estos resultados serán obtenidos en el esta- Reconocer la base histórica y sociológica. Todo
blecimiento escolar, manteniendo en él una atmós- niño nace dentro de una sociedad, recibiendo
fera de dignidad y de franqueza, de justicia y de constantemente sus influencias. El maestro y la
bondad, de amistad y de confianza. La influencia escuela deben tener en cuenta continuamente
personal del Director y de los profesores y su ejem- esta base para direccionar su acción educativa.
plo serán esenciales para realizar la educación El maestro ha de educar para la vida y no para
moral. un mundo ideal inexistente.
Con tales palabras, Georges Rouma definía no solo Es así que en estas pocas palabras se sintetiza la
las funciones del Instituto Normal Simón Bolívar, notable contribución a Bolivia de Georges Rou-
sino que formulaba un llamamiento para los Maes- ma, Maestro Masón... maestro formador de ju-
tros Masones de la Orden, para ejercer la maestría ventudes y de dedicados aprendices.

223
En estas circunstancias, la Masonería Simbólica era
vista como una manifestación de esa modernidad y
la Iglesia Católica como la tradición más antigua e
inconmovible: los barones del estaño se hacían sen-
tir y querían establecer un sistema de gobierno pro-
pio (la denominada “rosca”o super estado minero
moderno), mientras que los mineros y las institucio-
nes de la Plata parecían estar cada vez más olvida-
dos. Sucre era la capital de lo tradicional, mientras
que La Paz, se mostraba radiante en un nuevo rol
nacional. En esa La Paz de 1916, nace la Logia Ma-
sónica que sería el puntal más fuerte para la Orden:
la Nº 49, en los registros de la Gran Logia de Chile,
la que más de una década más tarde sería la Logia
Illimani Nº 2, del Gran Oriente de Bolivia.

Con este espíritu de primera modernidad, la Logia


Illimani, debe ser reconocida como la “primera” Logia
del Valle de La Paz en el Siglo XX, aunque -al pare-
224
cer- antes que Illimani Nº 49, se habría establecido
la Logia Tahuantinsuyo en 1907, de la que luego
emergerían -el mismo año de 1916- un brazo masó-
nico y un brazo cívico: el brazo masónico sería la
Logia Illimani Nº 49, y el brazo cívico, la benemérita y
centenaria Asociación de los Amigos de la Ciudad,
que incorporó en su sede, en sus reuniones y en una
jerarquía gradual de sus miembros, referentes masó-
nicos muy concretos.

Los Amigos de la Ciudad, hacía evidentes muchos


de los principios que sin ser masónicos estaban en la
mente y los corazones de los masones paceños de
1916, tales como el federalismo de principios de Si-
glo; aquel que no pudo concretarse porque el Con-
greso de la Nación dictaminó que un federalismo iría
en contra de la unidad de la República. Es así que
de federalistas los paceños se convirtieron en unita-
ristas y centralistas. La Guerra Federal terminó mos-
trando un centralismo que ya era evidente en el des-
pertar ciudadano, luego de las pesadillas cuartelarías
y la pérdida de la Guerra del Pacífico.
225
Pocas son las referencias de la Logia Tahuantinsuyo
de 1907, excepto la caratula de un acta fundacional,
que fuera recogida por Don Arturo Costa de la To-
rre. Este insigne masón nos hace llegar el siguien-
te documento: “Copia de la Magna Constitución de
la Logia Tahuantinsuyo” cuyo texto mecanografiado
consta de 9 páginas tamaño oficio, y en cuya Cara-
tula se lee: P...U... F. .. S... Magna Constitución de la
L... Tahuantinsuyo O... C... N... Dada en la C... G...
del I33 T... de la L ... Nº 1 S... de I... del año 1907 de
la F... del I... V... del C... – R... de B.... Debemos no-
tar, sin embargo, que en el documento original, se
hace referencia como adjuntos a los Rituales de 1º,
2º y 3º Grado y al de un Supremo Cuarto Grado de
Historia, documentos que no pudimos encontrar. De
la misma manera, no hay una lista de HH... fundado-
res, salvo el hecho de que estos eran también mi-
embros del Círculo de Bellas Artes de la Ciudad de
La Paz. De este primer intento masónico en La Paz,
a inicios del Siglo XX, no queda otra documentación,

226
sino hasta los preparativos para la fundación de la
Logia Illimani en 1916.

Illimani Nº49, asumiría un rol preponderante desde


1916 hasta 1930 (el periodo de destete de la maso-
nería boliviana, de sus ancestros institucionales en
Chile). A esta logia se la puede considerar como el
factor fundamental -el motor permanente e incansa-
ble- gestor de la fundación de la Gran Logia de Boli-
via, el 20 de noviembre de 1929.

Pero vamos por partes. La Logia Illimani fue funda-


da el 28 de agosto de 1916, y buscó su regularidad
masónica en el Gran Oriente de Chile que le otorgó
el Nº 49, y del que obtuvo la autorización de funcio-
namiento el 7 de octubre de 1916. Con la siguiente
oficialidad: Venerable Maestro: Lisandro Cortez Me-
neses; primer Vigilante: José Manuel Reyes; Se-
gundo Vigilante: John R. Williams; Orador: Adolfo
Diaz Romero; Secretario Anselmo López; Tesorero:
Roberto B.W. Comber, y Experto: Roberto Bojanic K.
227
Luego la Gran Logia de Chile le extendió su Carta
Constitutiva el 4 de enero de 1918 y su ceremonia
de Instalación se produjo el 8 de febrero del mismo
año. La Logia Illimani es la Logia que cada año da
inicio a festividades masónicas en el Valle de La
Paz.

En su condición de abanderada de la modernidad de


esa época y varios años antes de la fundación de la
Gran Logia de Bolivia, la Logia Illimani también tuvo
que hacer frente a los fanatismos anti-masónicos en
1920, cuando una turba de exaltados azuzados por
el clero local y por los seguidores de Bautista Saave-
dra irrumpieron en el templo masónico que entonces
se hallaba en la calle Castro de la ciudad de La Paz.
Estos disturbios alertaban acerca de una Nueva Na-
ción que estaba naciendo y de una Vieja Nación que
no acababa de morir. Era la época inmediatamente
posterior a la Primera Guerra Mundial en la que el
mundo entero sufrió un reacomodo geopolítico; y,
Bolivia no fue una excepción.

228
10.- La Masonería Simbólica después de 1920,
landmarks y creación de la Gran Logia de Bolivia.

En la historia de Bolivia, los años de 1920 a 1930,


para muchos, configuran una década de comedia
trágica. Hay otros, bastante menos en número, que
la consideran una década instituyente para el país;
hay quienes la consideran una década de encegue-
cimiento para con lo que vendría a suceder durante
la Guerra del Chaco (1932 -1935); y no faltan quie-
nes la ven como un periodo de fermento para la
emergencia de un nacionalismo revolucionario que
caracterizará a los 40 y 50. Sin cargarle de significa-
dos forzados, lo cierto es que esta década -de evi-
dentes sobresaltos en Bolivia- se inicia con la frac-
tura del Partido Liberal y una revuelta de los “hijos
de los liberales,” no de los “hijos de la libertad” sino
de los hijos de quienes a principios del Siglo XX pro-
movían una modernidad liberal. En ese movimiento
no hubo un cambio radical en las propuestas más
allá del cambio de ciertos personajes políticos, algu-
nos de ellos particularmente contrarios a las ideas
de la Francmasonería Universal.

Tal como decía Carlos Marx en El 18 de Brumario de


Luis Bonaparte, la historia se repite unas veces con
caracteres de alto drama y otras veces con los ca-
racteres bajos de una comedia barata. Los actores
políticos de la década de los 20, bien se pueden
asemejar a actores de una tragicomedia para Boli-
via, por el hecho de que las estructuras de antaño no
habían cambiado, los que habían cambiado eran los

229
actores que repetían lo que había sucedido antes,
pero no lo hacían a la altura de las nuevas circuns-
tancias, sino que repetían equívocos anteriores…
equívocos que los mostraban inadecuados, trágicos
y, muchas veces risibles en medio de las lágrimas
que esa época estaba generando. Pero, además de
esos actores políticos de segunda generación, tam-
bién en la década de los 20 se perfilarían algunos
atisbos de esperanza.

El derrocamiento de los liberales, en el mes de julio


de 1920, otorgaría el poder a un triunvirato de pseu-
do-liberales, o -quizás- esté mejor dicho: a un triun-
virato que reflejaba una subsiguiente generación de
casi-intelectuales que negaban a sus progenitores y
se caracterizaban por una desconfianza generaliza-
da. Nos referimos a la desconfianza de Escalier, Sa-
lamanca y Saavedra. Los dos primeros, inmediata-
mente después del triunfo del golpe de estado de
1920, se trasladaron a la ciudad de La Paz, para no
perder protagonismo, allí donde se imponía Saave-
dra tanto en el Congreso como en el primer Gobierno
de esa nueva fuerza política. Luego vendría la figura
de Hernando Siles y recién en los primeros años de
1930 se alzaría la figura compleja de Daniel Sala-
manca: “el metafísico del fracaso” (en palabras de
Augusto Céspedes). Con ellos se define lo que fue
conocido como el Partido Republicano, en todas sus

230
versiones de “genuinos,” “radicales,” “originarios” y
“auténticos,” como denominativos de una guerra in-
terna por el dominio del partido, la captura del poder
y la desconfianza a “los otros.”

En medio de estas batallas de la más cruda politi-


quería, se llevarán a cabo las celebraciones del Cen-
tenario de la Republica (1925), emergerá un movi-
miento estudiantil importante (1918 – 1928), para
vergüenza de muchos se concretarán las matanzas
indígenas de Jesús de Machaca (1921), y Chayanta
(1927), el movimiento obrero adquirirá una fuerza
inédita en Bolivia; y, la masonería de logias aisladas
en Bolivia -en medio de esporádicas persecuciones-
adquirirá las características de una Masonería de
Gran Logia, con la fundación de la Gran Logia de
Bolivia el 20 de noviembre de 1929; un evento de
esperanza -aislado, ciertamente- que bien podría
pasar desapercibido, pero que refleja la naturaleza
de esta época. En esta época, la masonería, al igual
que el país, dejaría de expresar un ideario liberal de
vanguardia, y se encuevaria en sus tenidas y sus
vestimentas de gala, en su nueva forma de hacer
una masonería-institucional... hasta bien pasada la
contienda del Chaco

A título de un contexto necesario se aprecia que el


conjunto de América Latina estaba muy por delante
de lo que sucedía en Bolivia, y las propuestas del
momento llegaban con gran retraso al país: el movi-
miento estudiantil, los movimientos obreros e incluso
el marxismo y los partidos de izquierda que habían
crecido de forma muy importante en Latinoamérica,
recién se manifestaban de manera relativamente dé-
bil en Bolivia, que seguía siendo un país rural sin
grandes movimientos urbanos. El país estaba es-
tructuralmente atrasado e inadecuado para encarar
los desafíos de aquella época en la que los “hijos del
liberalismo” querían tener su propia palabra en los
quehaceres del país... y la Gran Logia de Chile que-
ría lo mismo de sus “hijos masones bolivianos.”

231
De manera peculiar, la masonería en Bolivia también
quería tener su propia palabra, la que recién llega a
finales de esa década; una dinámica ge Grandes
Logias que llega a Bolivia después de varias déca-
das de atraso comparada con las Grandes Logias
vecinas, para instituirse desde entonces como diná-
mica centralizadora y principalmente administrativa
de una unión federativa de logias masónicas que se
mantienen débiles, aisladas y dispersas (por lo me-
nos hasta después de la Guerra del Chaco).

A mediados de la década de los 20, oficialmente, en


los anales de la Gran Logia de Chile, en Bolivia fun-
cionaban tres Logias masónicas: Honor y Prudencia
Nº 44, Illimani Nº 49 y Honradez y Trabajo Nº 52. En
los anales de la Gran Logia del Perú: Obreros del
Porvenir Nº 16, Trabajo y Honradez Nº 17, Orden y
Libertad Nº 18, Iris de La Paz, Nº 19, Fénix Nº 20, y
-con ciertos altibajos- la Logia Justicia y Libertad Nº

232
31 y un par de triángulos ma-
sonicos más; así como la Lo-
gia Bolívar que operaba en
Cobija y correspondía al Ori-
ente de Manaos. Mientras
que las logias Tahuantinsuyo;
Joven Bolivia; y, Paz y Cari-
dad, (y algunas otras más que
no citamos por falta de refe-
rencias documentales), al pa-
recer, funcionaban en La Paz,
de manera independiente.

Con este orden de magnitud


institucional -al parecer- de
12 a 15 logias en el territorio
boliviano, en 1928 se funda la
R... Log... Simb... Tunari , con
base en el Triángulo Masóni-
co Tunari, que operaba en la
ciudad de Cochabamba; lo
hace con los HH. . Roberto Scott, Ovidio de Acha
.

Ipiña, A.G. de la Rosa, Eleuterio Espinoza, Alejandro


Cassis, Alejandro Kavlin, Tomás Schow, Sevens Jor-
ganson y Héctor Vélez Otero. Estos masones, en
menos de 45 días, habían cumplido con todos los re-
quisitos establecidos por la Gran Logia de Chile y el
8 de junio de 1928, nacían como Logia Simbólica re-
gularmente establecida.

La Logia Tunari, sería una de las fundadoras de la


Gran Logia de Bolivia y posteriormente se le asigna-
ría el Nº 4 en el Nuevo Oriente. Funcionó en medio
de los altibajos suscitados por la Guerra del Chaco
hasta el año 1935, incorporando en esos 7 años a
53 nuevos masones.

Luego de la Guerra con el Paraguay, está Logia se


convirtió en uno de los puntales masónicos en el te-
rritorio boliviano, y hasta nuestros días es un Taller
de prosapia y tradición en el Valle de Cochabamba.

233
En 1948, bajo la conducción del Hermano Masón
Julio A. Galindo se inicio la construcción del Templo
Masónico de Cochabamba en la calle Ayacucho de
esa ciudad; un Templo que fue consagrado masóni-
camente por el Gran Maestro de Masones de Bolivia
de entonces, Don Rafael Indaburu Gonzales, el 10
de diciembre de 1949. En esa ceremonia de Consa-
gración, la Logia Tunari Nº 4, también realizo, por pri-
mera vez en Bolivia, la ceremonia de Adopción Ma-
sónica, para con los hijos menores de edad del H...
Carlos Montaño Valenzuela.

La quinta Logia necesaria para la formación de una


Gran Logia en Bolivia, fue la denominada Adolfo Ba-
llivián Nº 5, en los anales de la Gran Logia de Boli-
via. Esta Logia se fundó el 27 de febrero de 1929,
pocos meses antes de la constitución de la Gran
Logia de Bolivia. Su fundación se basó en la antigua
Logia Orden y Libertad Nº 18 del Oriente del Perú,
pero al pasar a la jurisdicción de Chile cambió de
nombre y de número (era la Nº 67 en el Gran Oriente
de Chi-le), para que a los pocos meses se vuelva
Adolfo Ballivián Nº 5, en los anales de la Gran Logia
de Bolivia que se fundaría el 20 de noviembre de ese
mismo año. Es decir, se concreta un procedimiento
burocrático-administrativo para que asuma el nombre
de aquel preclaro masón, hijo del vencedor de In-
gavi, y que fuera Presiden-
te de Bolivia a los 42 años
de edad; un joven Presi-
dente conocido como el
abanderado de la morali-
dad, la corrección en el go-
bierno y la gestión pública.

Adolfo Ballivián había sido


formado con esmero para
asumir responsabilidades
ciudadanas en beneficio
de todo el país y fue una
verdadera tragedia que

234
este preclaro masón y gobernante muera menos de
un año después de asumir la Presidencia de la Re-
pública, debido a un cáncer fulminante de estomago.

Volviendo a la relación de Logias existentes en Boli-


via en los años subsiguientes a 1925 (al Centenario
de la República), vemos que la Logia Adolfo Balli-
vián, Nº 67 en Chile, antes de adoptar ese nombre y
ese número, tuvo que absorber a la membrecía ma-
sónica de la antigua Logia Orden y Libertad, Nº 18,
de la ciudad de Oruro, y a los masones orureños de
Justicia y Libertad, Nº 31, del Gran Oriente del Perú,
que habían estado funcionando hasta el año 1927,
pero que dejaban atisbar
problemas de trabajo en
su futuro inmediato.

El fundador del nuevo ta-


ller en Oruro fue el I... H...
Don Justo Quevedo,
quien luego sería Gran
Delegado Regional para
el Valle de Oruro. Otros
distinguidos HH... del
Valle de Oruro fueron Ga-
briel Palenque, Juan Ma-
nuel de la Quintana, Enri-
que Rengel, Sinforiano Herbas y Demetrio Canelas,
quienes participaron en levantar las columnas de las
Logias Justicia y Libertad Nº 31, primero y Adolfo
Ballivián, después. El tránsito de Justicia y Libertad
a Adolfo Ballivián, es particularmente importante por-
que se trata del tránsito de una Logia del Rito de
York peruano al Rito Escocés Antiguo y Aceptado
chileno, lo que conllevó aprendizajes y des-aprendi-
zajes rituales importantes. Ya trabajando en el Rito
E... A... y A..., se incorporaron hermanos como Vale-
rio Loza y Nicolás Lagomaggiere, lo mismo que Ale-
jandro Urquidi, hermanos orureños que siempre es-
tarán en el recuerdo de la masoneria orureña.

235
La sexta Logia necesaria para la conformación de la
Gran Logia de Bolivia, fue Ayacucho Nº 68 en el
Gran Oriente de Chile; y, Nº 6, después en el Gran
Oriente de Bolivia; un desprendimiento de Logia Illi-
mani Nº 49. La fundación del nuevo taller se realiza-
ría el 9 de octubre de 1929. El Número 68, distintivo
de la Nueva Logia, solo duraría algo más de un mes
(del 9 de octubre al 20 de noviembre). Entre los
Hermanos Masones gestores de este nuevo taller se
encontraban Domingo Capriles, Alfonso Luppo y Jo-
sé Adolfo González.

Yo, personalmente, me inicie en esta Logia en 1968,


y quisiera rendir homenaje a la Oficialidad de ésta mi
querida Logia Madre en los Hermanos Masones de
entonces: Julio Manuel Aramayo, Julio Sergio Orías,
Rafael Sáenz, Jaime Flores Sanjinés, Manuel Parvi-
cini, Luis Nicolau, Armando Monasterios, Oscar Cha-
varría, Roberto Calderón Du-
ran, Dulfredo Noya, Rodolfo
Mercado, Armando Paravici-
ni, Moisés Valdez, Mario Mi-
randa Segaline, Abigail An-
drade, Armando Escobar
Uría, Ismael Jaldín y Juan B.
Catacora; todos ellos mo-
rando en el Oriente Eterno.

Como decíamos anteriormen-


te, la Logia Ayacucho Nº 68,
nace de Illimani Nº 49, cuan-
do el futuro primer Gran Maestro de la Gran Logia de
Bolivia, Norberto Galdo, anuncia, en tenida abierta,
la necesidad de contar con 7 Logias Masónicas para
alcanzar el mínimo establecido por la Gran Logia de
Chile, para la conformación de un Gran Oriente en el
país. El I... y P... H... Galdo, aclaró que con esta nue-
va logia se alcanzaría a 6 y que se necesitaba una
más, por lo que invitó a los HH... que hablasen inglés
a constituir una séptima logia con el nombre de High
Andes. Posteriormente, la séptima logia asumiría el

236
nombre de Anglo Bolivian... Nº 69, primero y Nº 7
después.

Es así que 20 HH... de Illimani Nº 49, dejaron su Lo-


gia Madre para constituir el sexto taller que se re-
quería para formar una Gran Logia en Bolivia. Quien
nos habla de esto es el I... y P... H... Federico Martins,
quien luego sería Gran Maestro de la Gran Logia de
Bolivia de 1932 a 1939, precisamente durante los
años de la Guerra del Chaco y de la posguerra con
el Paraguay. El Hermano Martins recuerda que los
Hermanos Masones Fundadores se trasladaron fe-
brilmente de un lugar a otro, cumpliendo con las dis-
posiciones de la Gran Logia de Chile. Ellos eran:
Hugo Zallez, el propio Federico Martins, Abelardo
Ibáñez Benavente, José Salmón Ballivián, Adolfo
Valle, Julio Mariaca Pando, Melitón Monje, José Luis
Gottret, Félix Alipaz, Juan Marchant, Juan Antonio
Osorio, Isaac Burdeman, Corcino Barrero, Rodolfo
Pannemberg, Menno Smid, Ernesto Navarro, Emilio
Lara Quiroz, Roberto Pacheco Iturralde, Teófilo Cal-
derón de la Barca, Daniel Paz y José Adolfo Gonzá-
lez (mi tío abuelo, quien luego, en 1931, formaría la
Logia Tolerancia Nº 1, dedicada a trabajar en los gra-
dos 4º, 9º y 14º, en el Escocismo), .

En la tenida de despedida a los 20 masones de Illi-


mani que fueron a fundar las dos logias adicionales
que se requería para formar una Gran Logia en Boli-
via, el último acto culminó con una cena íntima en la
que uno de los promotores de la Masonería Bolivia-
na, el I... H... Anselmo López, dirigiría una plegaria
de aliento, bendición y fortaleza. Minutos antes, de
esa muy sentida alocución se había leído el siguien-
te Decreto:

NOS, Héctor Boccardo E., Gran Maestro de la Gran


Logia de Chile, en virtud de los poderes de que nos
encontramos investidos por la libre y espontanea vo-
luntad de esta Gran Logia, legal y solemnemente
constituida en el Oriente de Valparaíso el 24 de junio

237
de 1862, y trasladada al Oriente de Santiago el 21 de
noviembre de 1906. CONSIDERANDO: La petición
hecha por un número suficiente de masones regula-
res para que autoricemos el legal funcionamiento de
una Logia del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, en
el Oriente de La Paz, Republica de Bolivia, destinada
al laudable objeto de difundir las enseñanzas masó-
nicas, y estando comprobada la regularidad de los
miembros que tal fundación solicitan. CONCEDE-
MOS: la presente Carta Constitutiva a la Respetable
Logia Simbólica fundada en el Oriente de La Paz con
el nombre distintivo de MARISCAL DE AYACUCHO y
el número 68 para que pueda gozar de la plenitud de
los derechos y prerrogativas que a las logias simbóli-
cas reconoce la Constitución Masónica de la Gran
Logia de Chile. Dado en el Oriente de Santiago, a
28 de septiembre de 1829. (Fdo) Héctor Boccardo,
Gran Maestro, (Fdo) Eugenio Matte H., Gran Secre-
tario Gral., (Fdo) Agustín I. Palma, Guarda Sellos y
Timbres.

La Logia Mariscal de Ayacucho tiene, además, otro


rasgo distintivo: es -sino la primera- una de las pri-
meras en hacer conocer una Declaración de Princi-
pios indicando: La Resp. Logia Mariscal de Ayacu-
cho no es ni puede ser ajena a ninguno de los pro-
blemas fundamentales que deciden el progreso de
los hombres y de los pueblos en su constante mar-
cha hacia el porvenir.

Es absolutamente adogmática; representa y encarna


las fuerzas dinámicas frente a las tendencias estáti-
cas.

Procura por todos los medios lícitos a su alcance,


dignificar al hombre, capacitándolo, por un desarrollo
superior de conciencia, para el mejor y más amplio
uso de sus derechos y libertades.

No se parcializa con ningún partido político, ni credo


religioso; tiene para todos el más total respeto, en
cuanto representan ideologías. Condena la intole-
238
rancia, abomina el fanatismo y declara el repudio por
los regímenes de fuerza y de violencia.

Reconoce a la Fraternidad la condición primordial del


género humano. Considera el trabajo como un deber
esencial del hombre y como tal le dignifica y le honra.

Recomienda a sus adeptos la propaganda con el


ejemplo, la palabra y el escrito. Recomienda la re-
serva de que guarden los secretos establecidos y les
enseña que son deberes fundamentales: ilustrarse,
ayudarse, protegerse entre sí y defender al hermano
contra la injusticia, aún con peligro de la propia vida.

Estas palabras podrían haber surgido de la pluma del


propio Mariscal de Ayacucho, sin embargo lo hicieron
del recuerdo que de él mantenían 20 Hermanos Ma-
sones provenientes de la Logia Illimani, a la cual to-
dos agradecemos su desprendimiento y solidaridad.

La séptima logia para la conformación de la Gran


Logia de Bolivia fue Anglo Bolivian... Nº 69, por unas
semanas, y Nº 7, desde fines de 1929. Tenemos
muy poca información de primera mano respecto a
los pormenores de la fundación de esta logia; sin
embargo, poseemos información acerca de la autori-
zación en 1931, de la Gran Logia de Bolivia para que
esta Logia Simbólica pueda trabajar en idioma inglés.
En ese mismo año la G... L... B... aprobó el Regla-
mento Interno de esta Logia. Desde ese momento
contamos con los registros de su oficialidad sin que
se omita alguno. Es por ello que sabemos que la
plena Instalación de esta R... L... S... se realizó el 11
de diciembre de 1930, y en tal ceremonia todavía se
hizo referencia al Nº 69, otorgado por la Gran Logia
de Chile. El documento hace referencia a la Instala-
ción del Venerable Maestro Electo para la gestión
1930-1931, el Hermano (Bro...) C.V. Sampson. Los
miembros de esta logia en 1930-31 eran: Master
Masons: S. Ainsworth, R.W, Allars, G.A. Ashfold, T.B.
Bridley, L.C. Bewsey, G.H.M. Colyer, R. Clay, A.D.
Faiweather, F.E. Fawcet, W.J. Guilding, J.S. Herrick,
239
H.S. Hillyer, R.D. Jack, S.A.J. Jorgensen, N. Ma-
cleod, J.F. Martins, W.L. Milner, V.J. Morgan, W.H.
Munro, C.A. Nash, H. O´Donnell, W.A. Pickwood, G.
Pringle, I.C. Russell, C.D. Ridgway, J.L. Ridell, C.V.
Sampson, A.P. Sexton, T. Shaw, E. Smith, C.L.A.
Smith, R.J. Stordy, D.B. Sutton, T.H. Willison, J.W.
Webster, F.F. Williams. Fellowcraft (Compañeros):
V.P. Asthon, E.A. Asthon, L.R. Belcher, M.J. Miller.
Enter Apprentices: W.E. Donovan, K.E. Dunford, T.
Farrow, H. Gibson, R.T. Gibson, N.D. Gray, J. Hop-
wood, J. Heck, R.V. Killingley, T.R. Leggett, L. Martin,
A.E.Thompson y C.I. Uriona.

Esta relación de 35 Maestros Masones (además de


una comitiva de tres maestros Masones Instalado-
res), 4 Compañeros y 12 Aprendices Masones, nos
muestra que Anglo Bolivian para 1931 ya era un ta-
ller maduro y muy bien conformado en sus Colum-
nas. También nos muestra, al igual que en el caso
de la fundación de Honor y Prudencia en 1885, que
los apellidos de los Hermanos Masones fundadores
de Anglo Bolivian eran de raigambre extranjera, in-
cluso el caso del I... y P... H... Federico Martins, quien
sería Gran Maestro de la Gran Logia de Bolivia, al
año siguiente (1932), y lo sería por algo más de siete
años hasta 1939. El único apellido, al parecer latino,
es del el H... Aprendiz C.I. Uriona.

Pues bien, conformadas las 7 Logias fundadoras de


la Gran Logia de Bolivia, nos encontramos con el si-
guiente documento:

“Gran Logia de Chile Fundada el 24 de Mayo de


1862 (Decreto Nº 261),
Nos, Héctor Boccardo Gran Maestro de la Gran
Logia de Chile, Vistos:
El acuerdo de la Gran Logia de Chile en Asamblea
General Ordinaria de 27 de Mayo de 1929 que dice:
“El Gran Maestro, previo acuerdo con su Consejo,
podrá conceder, cuando lo soliciten, la autorización a

240
las logias de nuestra Obediencia que trabajan en la
República de Bolivia y otorgar a ésta, la Carta Cons-
titutiva correspondiente.
Que todas estas logias (solicitantes) están trabajan-
do regularmente bajo nuestra obediencia y que
hasta la fecha el territorio de la República de Bolivia
está masónicamente ..........(¿?), porque no existe un
poder masónico nacional.
Vista la petición acordada por los Delegados y Dipu-
tados de las expresadas logias (solicitantes),en la
sesión celebrada en la ciudad de La Paz el 20 de
Noviembre de 1929 por el Comité Central de Organi-
zación de la Gran Logia de Bolivia.
Decretamos:
“1º.- Autorizar a las Respetables Logias Nros. 44-49-
52-66-67-68 y 69 para segregarse de la Gran Logia
de Chile con el fin de formar la Gran Logia de Boli-
via.”
“2º Concédase a la Gran Logia de Bolivia, la Carta
Constitutiva que autoriza sus trabajos y la reconoce
como un Poder Masónico del Rito Escocés Antiguo y
Aceptado regular, soberano e independiente, con
amplia jurisdicción sobre los tres grados simbólicos
en todo el territorio de la República de Bolivia.”
“3º Comuníquese a todos los poderes masónicos
con que nuestra Gran Logia mantienen relaciones de
amistad y correspondencia.”
“4º Nómbrese una Comisión presidida por el Ilustre y
Querido Hermano Héctor Boccardo Gran Maestro de
la Gran Logia de Chile y compuesta por los QQ...
HH... Agustín Vigorena R. Gran Delegado Regional y
Gran Oficial de Honor de la Gran Logia de Chile, y
Guillermo Lorca F. Miembro del Tribunal de Honor de
la Gran Logia de Chile, para que procedan a hacer
entrega a la Gran Logia de Bolivia, de la Carta Cons-
titutiva. - Anótese y comuníquese.- Firmado: Héctor
Boccardo - Gran Maestro, Eugenio Matte H. - Gran

241
Secretario General - Gran Sello de la Gran Logia de
Chile”

Tal como menciona la Carta Patente, una vez termi-


nadas las Gestiones de su Fundación y su reconoci-
miento en Tenida Extraordinaria del 20 de Noviem-
bre de 1929, se conformó la Primera Oficialidad de
la Gran Logia de Bolivia, integrada por:

Ser... Gr... Maestro, H...Norberto Galdo Ballivián


Gran Diputado Gran Maestro, H...Filiberto Osorio
Gran Primer Teniente, H...William Pickoad
Segundo Gran Teniente, H...Federico Martins
Gran Orador, H...Willy Hermanowicz
Gran Secretario, H...Abelardo Ibáñez Benavente
Gran Diputado, H...Vicente Fabiáni
Además de los Hermanos Julio Quevedo, Anselmo
López, H.V. Sampson, Gabriel Palenque y Julio Ma-
riaca Pando.

La Gran Logia de Bolivia, en su creación, perdió mu-


cho del ideario libertario con el que se había iniciado
la masonería en Bolivia, ya no mostraba la divisa de
Patria y Libertad, del Siglo XIX, pero fue la fuente
de un sello distintivo para los masones bolivianos el
lema o mandato operativo de: Salud, Fuerza y
Unión. Este llamado quizás se entiende mejor
cuando lo opuesto trata de imponerse como la anti-
masonería, la negación de los esfuerzos masónicos:
la enfermedad que aniquila, la debilidad que agota,
y la desunión que rompe e imposibilita la acción
constructora del “todo.” Salud, Fuerza, Unión es el
grito que se repite en la Cadena de Unión, motivan-
do y “encuetando” a los masones a dejar los tem-
plos y salir a las calles dispuestos a hacer masone-
ría… a superar las condiciones de enfermedad, de-
bilidad y separatividad que afectan a un hombre, a

242
una familia o a una comunidad y le impiden llegar a
ser lo que potencialmente podrían alcanzar

En este sentido, Salud, Fuerza, Unión son los cla-


morosos llamados a la acción masónica instituidos
por la Gran Logia de Bolivia (al igual que otras gran-
des logias en América y Europa), como elementos
constitutivos y pro-activos de todos los masones y
de todas las Logias Simbólicas que conforman la
Obediencia Nacional. Ellos y las palabras semestra-
les que promueve la GLB, son los denominadores
comunes para el trabajo de todos los masones en
esta tierra. Se los repite en cada tenida, cada se-
mana, cada semestre, cada año… todos los años,
todo el tiempo en el que se forma y vibra de emoción
y compromiso una cadena de unión masónica.

Con estos llamados a la acción masónica se inicia la


institucionalidad de los masones, pero no por ello su
actividad desde un inicio fue fluida. Para comenzar,
la creación de la Gran Logia Bolivia, no pasó des-
apercibida en el mundo político de entonces. Los
seguidores de Bautista Saavedra la calificaban como
elitista y “rosquista” y no faltó una reacción por parte
de la Iglesia Católica; pero el país estaba convulsio-
nado por otros asuntos, (el colapso económico de
los EEUU), lo que hizo que el tema masónico no
quede olvidado pero sí postergado. Eran tiempos en
los que el Partido Republicano se volvía a dividir in-
ternamente, Hernando Siles no podía manejar el
gobierno y sus antiguos aliados del Ateneo de la Ju-
ventud lo abandonaban raudamente. Se hablaba de
que con el General Kundt, como figura emergente
en el Estado Mayor del Ejército, se estaba dando pie
a una invasión de fascistas y militaristas. Todavía la
matanza de indígenas por órdenes del Gobierno es-
taba fresca en la memoria de los ciudadanos y una

243
serie de movimientos indigenistas, socialistas y co-
munistas eran el tema de cada día. Gustavo Nava-
rro, más conocido como Tristán Maroff, había sido
encarcelado por su pensamiento de izquierda y lu-
ego de unas semanas había logrado huir fuera del
país.

Más aún, el Ministro de Relaciones Exteriores de los


EEUU, había sugerido la Solución Kellog, para que
Bolivia recupere su condición marítima, pidiendo un
plebiscito en las ciudades de Tacna y Arica para que
conformen un territorio tri-nacional, por donde Boli-
via pueda llegar a un puerto de manera soberana.
Tanto Chile como el Perú se mostraron en contra; y,
habían -en Bolivia- segmentos sociales que recha-
zaban cualquier arreglo que no sea la plena reivindi-
cación marítima, la total recuperación de los territo-
rios que una vez fueran bolivianos.

Es en estas circunstancias aciagas para el país que


se instituye la Masonería de las Grandes Logias en
Bolivia. Se esperaba que con la formación de una
Gran Logia, la participación boliviana en los concla-
ves internacionales de Grandes Logias fuera más
efectiva; se esperaba que los anhelos masónicos y
ciudadanos se pudieran oír en foros internacionales.
¿Una esperanza? ¿Una ilusión? Quizás. Uno se
pregunta, ¿Qué es lo que cambió con la formación
de una Gran Logia a nivel nacional? ¿Cuál fue la

244
diferencia de la época en que las logias masónicas
como Hiram en Sucre o la Joven Bolivia en La Paz
funcionaban de manera autónoma y se vinculaban
con otras logias hermanas a placer?

La Masonería de Grandes Logias, a fines del Siglo


XIX y principios del Siglo XX, parecía perfilarse con
mandatos y propósitos renovadores, especialmente
para las naciones de Latinoamérica donde todavía
se trabajaba con lineamientos libertarios en la cons-
trucción de una serie de países ...pero no fue plena-
mente así. Muchos dirán que con la conformación
de una Gran Logia se perdió la especificidad de sus
origenes americanistas, para alinearse con las otras
Grandes Logias del Continente, principalmente con
las europeas donde nunca hubo una Masonería del
similar o por lo menos nunca cómo la hubo en la Ma-
sonería Libertaria de las américas.

Una Gran Logia, por definición, se debe abstener del


trabajo que por naturaleza le corresponde a una lo-
gia simbólica... a una agrupación autónoma del sim-
bolismo (una agrupación que se mantiene bajo la
jurisdicción de la GLB y que puede perder su condi-
ción de logia, pero no su autonomía). Así empezó el
trabajo particular de la Gran Logia de Bolivia, algu-
nas veces alineado con el trabajo de los Logias Sim-
bólicas ...y otras veces no.

Desde esa época se formularon Constituciones y Es-


tatutos Orgánicos, con los que se obtuvo no un en-
tronque fluido entre las Logias Simbólicas y la Ofi-
cina del Gran Maestro, sino legitimidad masónica en
el país y entre países. Eran documentos instituyen-
tes en los que se trataron de aclarar funciones y es-
tablecer que la Gran Logia Bolivia es el único poder
de la Masonería Simbólica para nuestro país.

245
Recuadro 14.- La Gran Logia de Bolivia en un mundo masónico bipolar

En agosto de 1938, (es decir casi 10 años después Popol Vuh o cualquier otro texto considerado sa-
de la conformación de la Gran Logia de Bolivia), grado para sus creencias.
como parte de la dinámica masónica internacional
de Grandes Logias, las Grandes Logias de Inglate- 5.- Quienes entran en masonería están prohibidos
rra, Irlanda y Escocia acordaron un documento de todo acto que pueda subvertir el orden consti-
que sienta las bases para el relacionamiento y re- tuido y prestarán obediencia a las leyes del país y
conocimiento de otras Grandes Logias Regulares a sus gobernantes, manteniendo sometimiento a
en el mundo entero. A este documento se lo co- los soberanos de su nación.
noce como Basic Rules of Recognition. En él se 6.- Mientras que la Masone-
transmiten 11 puntos ría Inglesa inculca a sus mi-
que han sido denomina- embros los deberes de leal-
dos objetivos y afinida- tad y civismo, garantiza el
des de la francmasonería derecho de cada individuo
anglosajona. Estos son: de mantener su propia opi-
1.- De tiempo en tiempo nión en relación a los aspec-
estas logias establecerán tos públicos de su país; em-
los términos precisos pa- pero no lo hace al interior
ra la práctica de la maso- de su Logia. En ningún mo-
nería de acuerdo a lo mento como masón o mi-
que se habría estableci- embro de la Orden podrá
do en 1717, los cuales promover sus puntos de
serán el fundamento pa- vista en temas políticos o re-
ra sus prácticas locales y ligiosos, (no hay una sola
su relacionamiento con opinión corporativa entre
otras Grandes Logias con masones).
las cuales mantienen 7.- La Gran Logia ha mante-
acuerdos o vínculos insti- nido la política de no mani-
tucionales fraternales. festarse en cuestiones de
2.- Debido a una serie de política interior o exterior ya
comunicaciones recibi- sea dentro del territorio na-
das por estas Grandes Logias, que denotan que se cional o fuera de él; y no permite que su nombre
han distorsionado y oscurecido las “verdaderas” sea asociado con cualquier causa -aunque ésta
prácticas masónicas en muchos lugares, es nece- sea humanitaria, o aparente serlo- ya que ello po-
sario recalcar ciertos fundamentos de la Orden (es dría alterar su posición inalterable de no inmis-
decir aplicar unos mínimos común denominado- cuirse en las políticas de los gobiernos de otros
res). Estados, …o de partidos políticos que rivalizan en
torno a filosofías de gobierno.
3.- La primera condición para ser admitido en la
Orden es la creencia en un Ser Supremo. Lo cual 8.- Las Grandes Logia de Inglaterra, Irlanda y Esco-
es algo esencial que no admite discusión o compo- cia, reconocen que hay muchos cuerpos masónicos
nenda alguna. en el mundo que no coinciden con los principios
que aquí se expresan, y manifiestan su decisión de
4.- La Biblia referida como el Volumen de la Ley no tener ningún tipo de vínculos con ellos, incluso
Sagrada debe estar abierta en los trabajos de una de considerarlos como cuerpos masónicos.
Logia de Masones. Ello no impide que cada ma-
són -por sus creencias religiosas particulares- 9.- Las Grandes Logias de Inglaterra, Irlanda y Es-
pueda prestar sus juramentos y promesas sobre cocia son entidades soberanas e independientes,
otro libro como el Corán, los Upanishads o el que practican la Francmasonería en tres grados

246
únicamente. Todo esto emerge de las Antiguas reconocimiento de la exclusividad territorial en sus
Constituciones consideradas propias de los Anti- jurisdicciones y así lo expresaron en documentos
guos Francmasones, y no reconocen la existencia de asociación masónica que reconocían tales ex-
de cualquiera Poder Masónico Superior, como clusividades y nombraban “Garantes de Paz y
quiera que éste hubiera sido constituido. Amistad” como embajadores de tales potencias.
La exclusividad territorial de estos cuerpos masóni-
10.- En más de una ocasión la Gran Logia ha recha- cos no fue reconocida por Inglaterra que mantenía
zado y continuará rechazando, su participación en sus logias de ultramar y sus Grandes Logias Distri-
Confederaciones denominadas asociaciones masó- tales y Provinciales de Ultramar en cualquier lugar
nicas internacionales que pretendan representar a del planeta.
la Francmasonería, mucho más si estos cuerpos no
reflejan de manera estricta los principios en los En 1921, 8 años antes de la creación de la Gran
que basó la fundación de la masonería en Inglate- Logia de Bolivia, se realizó en Suiza un congreso
rra. La Gran Logia Unida masónico del que nació la
no admite tales pretensio- Asociación Masónica In-
nes, y sus puntos de vista ternacional (AMI). La
nunca estarán representa- AMI funcionó muy bien,
dos por estas asociacio- incluso estableciendo un
nes. tribunal para resolver
conflictos de jurisdicción
11.- No existe secreto al- masónica y promoviendo
guno en relación a los un Derecho Internacional
principios masónicos ex- Masónico. Fue entonces
presados anteriormente. (1938), que Inglaterra pu-
Estas grandes logias siem- blicó sus Basic Rules of
pre considerarán el reco- Recognition, con lo que
nocimiento de otras Gran- se inició una guerra con-
des Logias que de manera tra la Asociación Masó-
consistente y coherente nica Internacional (AMI),
practiquen estos principios la que en 1949, acabó di-
masónicos; pero en nin- suelta, cerrando todas
gún momento considerará sus actividades.
nuevas y variadas interpre-
taciones de lo ya establecido. Las Grandes Logias Cuando en 1947, se conformó la CMI (Confedera-
con las que Inglaterra, Irlanda y Escocia mantienen ción Masónica Interamericana), Inglaterra tam-
relaciones deben practicar honesta y completa- poco participó en su constitución y más bien ame-
mente la totalidad de estos principios si desean ser nazó con desconocer a las Grandes Logias que par-
reconocidas como instancias Francmasónicas por ticipaban en tal “innovación institucional.” Al final
las Grandes Logias de Inglaterra, Escocia e Irlanda. terminó castigando a la Gran Logia del Uruguay -
promotora de la CMI- y mantuvo una tensión in-
Todo lo mencionado anteriormente entra en con- terinstitucional profunda con la Gran Logia de Chi-
flicto con la masonería de la autonomía logial. En le, también fundadora de la CMI. Con ello se insti-
1875, por ejemplo, en la localidad de Lausana se tuyó un mundo por lo menos bipolar en Masone-
realizó un Convento Masónico del Escocismo (Gra- ría: por un lado la Gran Logia de Inglaterra con sus
dos 4º al 33º), donde se configuró la estructura de requerimientos de regularidad masónica para con
los Supremos Consejos del Grado 33º, de manera las demás Grandes Logias Masónicas del mun-do;
internacional. Allí no participó la Gran Logia de In- y, por el otro, una francmasonería europea basada
glaterra indicando que su misión masónica sólo se en sus vinculaciones con el Gran Oriente de Fran-
remitía a los tres grados del Simbolismo. cia. En síntesis: con los requisitos establecidos en
En la década 1850 las Grandes Logias creadas has- Inglaterra, el Universalismo Masónico quedó frac-
ta entonces en el mundo operaban con base en el turado como base universal de la Francmasonería.

247
Es así que -siguiendo los lineamientos de la Gran
Logia de Inglaterra (1813), o del Gran Oriente de
Francia (1773)- se establecieron condiciones para la
“regularidad institucional de la Gran Logia.” Pero se
hablaba de dos aspectos diferentes, del gobierno de
la Gran Logia, por un lado; y, del gobierno de las lo-
gias de la Obediencia, por el otro.

Es por ello que en 1929, la Masonería de Grandes


Logias se configuraba apresuradamente en Bolivia.
Esto sorprendió a todos, especialmente a la Gran
Logia del Perú: ya que en tiempo record, se forma-
ron nuevos talleres, algunos con diferencia de días
respecto a la formación de la Gran Logia. ¿Cuál la
razón para este apuro? Solo hay especulaciones al
respecto. Pero era evidente que todo se hacia de
acuerdo a Reglamento: se instituía una Organiza-
ción con base en un número suficiente de Logias
(dis-qué) pre-existentes, las que -con la regularidad
de una Gran Logia Patrocinadora- constituirían un
nuevo Poder Masónico superior al de las Logias
Simbólicas que la conformaron como Gran Logia.

En un extremo, ...este era un renunciamiento a la


autonomía de las Logias Simbólicas para crear un
Poder Superior que las organice y oriente. De ahí
los nombres y números de cada logia, los cuales no
le pertenecen a una logia simbólica en particular sino
a la Gran Logia que les ha asignado tal denomina-
ción. En un otro extremo, éste era el nacimiento de
una nueva forma de masonería en Bolivia... la Maso-
nería de las Grandes Logias, como una distopía res-
pecto a la tradición simbólica de la masonería liber-
taria con la que se había instituido la masonería en
los primeros años de la República.

Para las Grandes Logias -que se constituyen si-


guiendo este proceso- la preocupación principal es
248
la regularidad de los cuerpos masónicos que se cons
tituyen bajo su tutela y la regularidad de los poderes
masónicos con los cuales se entabla relaciones. Pa-
ra ello, la Masonería de Grandes Logias, es una ma-
sonería de leyes y regulaciones que califican la per-
tenencia o no a determinados cuerpos masónicos lo-
cales, nacionales e internacionales (como la Confe-
deración Masónica Interamericana o el Congreso
Mundial de Grandes Logias, por mencionar solo dos
ejemplos).

Con el establecimiento de Grandes Logias, la diná-


mica masónica ya no se restringe al trabajo persona-
lizado de las Logias Simbólicas que están bajo su
normativa... hay algo más. El concepto de Obedien-
cia se torna fundamental. Gobierno, hermanos ma-
sones gobernantes y hermanos masones goberna-
dos son conceptos fundamentales en una masonería
de Grandes Logias.

La representación de las Logias Simbólicas de cada


localidad en una Gran Logia conlleva procesos se-
lectivos de acreditación, nominación y numeración,
al igual que de subordinación, supervisión, interven-
ción, corrección y sanción, que antes (cuando el tra-
bajo era únicamente logial), no estaban presentes...
sólo habían Logias Simbólicas,

La Masonería de las Grandes Logias, es una Instan-


cia Superior de Grandes Dignatarios, Grandes Ofi-
ciales y Grandes Delegados Regionales, quienes
-con autoridad delegada por un Gran Maestro- se
colocan por encima de cualquier Logia Simbólica y
de los masones que deben cuidar su propia regulari-
dad. Es una instancia de grandes números y de fun-
ciones administrativas y financieras. De procedi-
mientos burocráticos, autorizaciones, decretos, circu-
lares, actas y contribuciones económicas.

249
Hay quienes consideran que una Gran Logia es res-
ponsable de la “doctrina masónica” de un país, lo
cual entra en conflicto conceptual con la Maso-
nería Simbólica de las Logias que desarrollan
trabajos masónicos directamente con un grupo
de Maestros, Compañeros y Aprendices; en
quienes y para quienes prima no una doctrina
cerrada, sino el librepensamiento, la interpreta-
ción y el trabajo de mejoramiento individual, sin
doctrinas que uniformen, limiten o restrinjan al
masón individualmente, ya que claramente, la
masonería no es doctrinaria, no adoctrina a na-
die, sino que abre todas las posibilidades de
opinión, sin restricción alguna.

Las Grandes Logias establecen consejos con-


sultivos, directorios e instancias de evaluación
de conductas que sancionan, anulan y/o liberan
a masones y a grupos de masones que podrían -de
acuerdo al criterio de una Gran Logia- haber oscure-
cido o distorsionado los principios y mandatos masó-
nicos que han sido establecidos para una Obedien-
cia. Entre ellos resalta el hecho que las Grandes Lo-
gias mantienen relaciones internacionales que están
vedadas a cualquier masón en particular y a cual-
quier Logia Simbólica de manera expresa. Por me-
dio de su acción de control y supervisión, las Gran-
des Logias alertan sanciones a cualquier masón que
intente subvertir el orden o la paz del conjunto de
masones de la Obediencia, promoviendo acciones
corporativas o militancias y referentes políticos o reli-
giosos.

Como parte de su misma naturaleza, una Gran Logia


es soberana en su territorio y no reconoce instancia
masónica alguna más allá de los grados simbólicos
de Aprendiz, Compañero y Maestro, aunque admite
la existencia de organizaciones para-masónicas que

250
basadas en la Masonería Simbólica, brinden ense-
ñanzas complementarias y otorguen reconocimien-
tos adicionales a quienes deseen profundizar en las
enseñanzas de la Orden.

La Masonería de las Grandes Logias, bus-


ca el asociacionismo con otras Grandes
Logias que mantengan los mismos princi-
pios y orientaciones. En el caso de la
Gran Logia de Bolivia (GLB), y de la mayo-
ría de las Grandes Logias del Continente,
estas coincidencias de enfoque están refe-
ridas no sólo a los lineamientos de la Gran
Logia Unida de Inglaterra, sino a los linea-
mientos establecidos en los Estados Uni-
dos de Norte América donde se conjunta-
ron tres masones de renombre para la Ma-
sonería Universal. Nos referimos a Albert
Gallatin Mackey, Albert Pike y Roscoe
Pound, quienes formulan las bases para
los grados superiores del Escocismo (Pike)
y la práctica institucional de los Landmarks
o Antiguos Cargos de la Masonería (Pound
y Mackey), los cuales son inamovibles e
irrevisables para los masones de un Orien-
te u Obediencia.

A pesar de su importancia constitucional,


con el paso del tiempo, estos hitos institu-
yentes de la Masonería han sido objeto de
ajustes, revisiones y versiones interpretati-
vas justificando el tránsito de Logias Sim-
bólicas a Logias bajo la tutela de una Gran
Logia; lo que ha llevado a muchas confusiones. Sin
embargo, a pesar de estos cambios y divagaciones,
se mantiene un conjunto de disposiciones que -cier-
tamente- diferencian la institucionalidad masónica

251
de cualquier otro tipo de organizaciones. Ofrecen
una institucionalidad dual (de la que hablaremos
mucho más, mas adelante), entre Logias Simbólicas
y Grandes Logias, bajo la égida de los denominados
Landmarks que unen a ambas. En este sentido, los
Landmarks son aquellos principios y valores que se
han convertido en el común denominador universal
de los marcos normativos de las Grandes Logias y
los marcos operativos de las Logias Simbólicas.
Bien podemos decir que los Landmarks fundamen-
tan las actividades y los idearios masónicos repre-
sentados y atesorados en todas las formas de maso-
nería y de masones.

Estos principios pueden estar explícitamente men-


cionados o implícitamente aceptados. A partir de
estos Landmarks o Antiguos Cargos se expresan los
valores culturales, morales, jurídicos, operativos y
sociales de la masonería como comunidad de ense-
ñanza y aprendizaje en la que priman la orientación
al respeto y reconocimiento del Gran Arquitecto del
Universo, así como la Libertad y la Tolerancia en-
tre los hombres; y, la acción fraterna y responsable
entre personas que, por encima de raza, nacionali-
dad o actividad, se denominan hermanos y se han
impuesto la tarea de mejorar la presencia del hom-
bre en el mundo.

Los Landmarks constituyen, por lo tanto, la ley fun-


damental de la Masonería Universal, de la Masone-
ría de Grandes Logias y de cada Logia Simbólica en
particular. Sin embargo, esta ley, transmitida de ge-
neración en generación, de cultura en cultura, siem-
pre estuvo sujeta a interpretaciones. Hay quienes
mantienen que los Landmarks son sólo 3, otros 4;
hay quienes consideran que son 7, 9, 12, 14, 25, 44
o 54.

252
El número de Landmarks que con mayor frecuencia
se utiliza es “el listado extendido o ampliado” de Al-
bert Gallatin Mackey, aunque en su tiempo (media-
dos a fines del Siglo XIX), este escritor masónico
aceptó reducirlos de 25 a 9. Hay muchas Logias y
Grandes Logias que sólo aceptan 7 Landmarks, de
la misma manera que unas cuantas promueven 54.
Los tres Landmarks que se repiten en casi todas las
versiones de Logias Simbólicas y Grandes Logias
son:
1.- La Masonería cree en Dios y orienta sus esfuer-
zos al mejoramiento personal de sus miembros, tra-
bajando a la Gloria del Gran Arquitecto del Universo.
2.- En Masonería sólo hay tres grados: el de apren-
diz, compañero y maestro; y, la leyenda del tercer
grado es inalterable; y,
3.- La Masonería es una institución que basa sus tra-
bajos en la simbología del arte operativo de la cons-
trucción.

A estos tres Landmarks se suma, con frecuencia, un


cuarto que muestra cierta contraposición de la Maso-
nería de Grandes Logias con la Masonería Simbó-
lica. Este dice que los trabajos masónicos se con-
ducen en logias y que cada logia está presidida por
un Venerable Maestro y dos Vigilantes (no habla de
Grandes Logias, de Grandes Maestros ni de Gran-
des Oficiales).

Los tres lineamientos básicos son parte de la lista de


Roscoe Pound (1870 - 1964), ideólogo masónico a
caballo entre los siglos XIX y XX, quien planteó que
los Landmarks deberían ser 7. Esta lista de 7 princi-
pios ha sido adoptada en varios países:

1.- La creencia en Dios;


2.- La importancia de trabajar sobre la persona y el
253
perfeccionamiento personal;
3.- La necesidad de trabajar en torno a un libro sa-
grado como parte esencial del equipamiento de una
logia simbólica;
4.- La Masonería está basada en tres grados y en la
inalterabilidad de la leyenda del tercer grado;
5.- El secreto masónico;
6.- La importancia de basarse en el simbolismo del
arte operativo de la construcción; y,
7.- Que un masón debe ser un hombre nacido libre,
mayor de edad y de buenas costumbres.

Esta versión de Siete Landmarks, se asemeja mu-


cho a la versión reducida de Mackey (1807 - 1880),
que también se ha institucionalizado en muchas
Grandes Logias de Europa y Norte América:

1.- Para Mackey los modos de reconocimiento entre


masones es un Landmark fundamental y con este
precepto inicia tanto su “versión ampliada” como su
“lista corta.”
2.- Masonería está organizada en tres grados
(aprendiz, compañero y maestro), y la leyenda del
tercer grado es algo inalterable.
3.- Masonería está compuesta por hombres que han
alcanzado legalmente la mayoría de edad y han de-
mostrado conductas ejemplares (requisito indispen-
254
sable para la incorporación de profanos y para que
una vez incorporados mantengan el status de ma-
són regular).
4.- Resalta el hecho de que los masones deben creer
en Dios, aunque su denominación y naturaleza esté
sujeta a la interpretación y preferencia de cada
quien.
5.- Sin embargo, a pesar de ésta apertura concep-
tual, Mackey insiste en que todos los masones de-
ben creer en la vida después de la muerte (aunque él
se refiere únicamente a la resurrección).
6.- Establece que el Volumen de la Ley Sagrada es
indispensable en el mobiliario de una Logia Simbó-
lica.
7.- Que todos los masones son iguales y se reúnen
en un plano de igualdad.
8.- Que la Masonería es una institución secreta (aun-
que ya desde su primera formulación hubieron quie-
nes la consideran no secreta sino discreta).
9.- Y, finalmente, hace notar que el fundamento de
esta ciencia especulativa es el arte operativo de la
construcción.

Como decíamos anteriormente, la “versión amplia-


da” de Mackey es la más difundida precisamente
porque es particularmente aplicable a la Masonería
de las Grandes Logias. Esta se basa en 25 precep-
tos que incluyen la figura de un Gran Maestro con

255
una serie de deberes y prerrogativas (aspectos que
posteriormente trataremos de ordenar).

1.- Los modos de reconocimiento entre masones son


inalterables.
2.- La Masonería está dividida en tres grados: los de
aprendiz, compañero y maestro.
3.- La leyenda del tercer grado es necesaria e inalte-
rable.
4.- El gobierno de la Masonería está en las manos
de un Gran Maestro que debe ser elegido entre los
miembros de la Orden.
5.- Es prerrogativa del Gran Maestro presidir sobre
cualquier grupo o asamblea de masones.
6.- Es prerrogativa del Gran Maestro conferir dispen-
saciones en la otorgación de grados, especialmente
en tiempos complejos y poco regulares.
7.- Es prerrogativa del Gran Maestro otorgar dispen-
sas en la apertura, cierre y desarrollo de los trabajos
masónicos de las logias.
8.- Es una prerrogativa del Gran Maestro hacer “ma-
sones a la vista.”
9.- Todos los masones se deben congregar en Lo-
gias Simbólicas.
10.- El gobierno de una logia está en las manos de
un Venerable y dos Vigilantes.
11.- Toda logia debe empezar trabajos luego de rete-
jar la regularidad de sus miembros.
12.- Todo masón tiene el derecho de estar represen-
tado en todas las asambleas generales de la Orden
y de instruir a sus representantes.
13.- Todo masón tiene el derecho de apelar las deci-
siones tomadas por un grupo de masones en una
instancia local y llevar su análisis a las asambleas
regionales y a la Gran Logia.
14.- Todo masón tiene el derecho de visitar otras lo-
gias (regulares), y participar en sus trabajos.

256
15.- Ningún hermano visitador que sea desconocido
para los miembros de una logia, podrá participar en
sus trabajos sin antes pasar por un proceso de exa-
men y verificación de acuerdo a la usanza antigua.
16.- Ninguna logia podrá inmiscuirse ni interferir en
las actividades de otras logias, ni otorgar grados a
miembros de otras logias.
17.- Todos los masones deben someterse a las leyes
y regulaciones de la jurisdicción en la que residan,
incluso aquellos cuya membrecía pertenece a otra
jurisdicción.
18.- Las cualificaciones de los candidatos a la Orden
(hombres libres, sin defectos ni mutilaciones), deben
estar condicionadas a las disposiciones de los si-
guientes (dos) Landmarks.
19.- La creencia en Dios como el Gran Arquitecto del
Universo; y,
20.- La creencia en la resurrección y en la vida des-
pués de la muerte (una propuesta muy personal de
Mackey).
21.- Un libro de ley sagrada debe constituir una parte
indispensable del mobiliario de una logia.
22.- Todos los masones son iguales y se reúnen en
pie de igualdad.
23.- La Masonería es una institución secreta
24.- Los fundamentos de esta ciencia especulativa
se basan en el uso simbólico de componentes del
arte operativo de la construcción y son utilizados
para propósitos y enseñanzas morales y religiosas.
25.- Que estos Landmarks jamás podrán ser cam-
biados.
En general, y a partir de estos 25 principios, a los
Landmarks se los puede agrupar en 5 series de 5
preceptos cada una:

Cinco principios básicos


1.- Creer en un ser supremo denominado genérica-
mente: Gran Arquitecto del Universo;
257
2.- Basarse en una estructura de tres grados: Apren-
diz, Compañero y Maestro;
3.- Considerar la leyenda del Tercer Grado Inaltera-
ble e inamovible;
4.-Basarse simbólicamente en el ámbito de la cons-
trucción;
5.- Utilizar los signos de cada grado como base inal-
terable de reconocimiento entre HH...

Cinco principios genéricos


6.- Todos los masones son iguales;
7.- Todos los masones se congregan en Logias;
8.- Todos los trabajos de una Logia se iniciarán sobre
las páginas de un Libro Sagrado.
9.- Todas las Logias están dirigidas por un Maestro y
dos Vigilantes;
10.- Todos los trabajos masónicos deben mantenerse
en secreto.

Cinco lineamientos administrativos locales


11.- Todos los masones tienen el derecho de visitar y
ser recibidos en otras Logias;
12.- Toda Logia debe retejar a todos los hermanos
participantes en una tenida;
13.- Todo hermano visitador debe ser examinado y re-
tejado;
14.- Ninguna Logia puede inmiscuirse en los asuntos
de otra Logia;
15.- Niños y ancianos no serán admitidos como ma-
sones.

Cinco lineamientos administrativos regionales


16.- El gobierno masónico supremo de un país o una
región está presidido por un Gran Maestro;
17.- Todo masón está bajo las leyes y normas de la
jurisdicción en la que resida, aunque no sea miembro
de las logias de esa obediencia;
18.- Las decisiones locales de una logia pueden ser
apeladas ante una Gran Logia;
19.- Todo masón tiene el derecho de ser representado

258
en los trabajos regionales e instruir a sus representan-
tes los términos de su representación;
20.- La administración regional debe congregar a todas
las Logias de su jurisdicción y podrá trabajar en asam-
bleas masónicas regionales.

Cinco prerrogativas de un Gran Maestro


21.- Es prerrogativa de un GM presidir cualquier reu-
nión masónica de su jurisdicción;
22.- Es prerrogativa de un GM, conceder dispensas y
conferir grados;
23.- Es prerrogativa del GM hacer Masones, a la vista;
24.- Es prerrogativa del GM conceder dispensas en el
abrir y cerrar trabajos;
25.- Es responsabilidad de un GM mantener inaltera-
bles los landmarks.

En las versiones extendidas de 30, 40 o 50 Land-


marks -y en otros casos sin ser parte expresa de los
Landmaks- se demanda y fomenta una moral sin
dogmas, propia de un grupo de libre-pensadores y
actores solidarios... comprometidos con la Libertad, la
Igualdad y la Fraternidad Universales. Y si estos tres
principios no son parte del marco normativo de la Ma-
sonería de un país es porque ésta se habría consti-
tuido antes de 1850: La Orden -incluso para las
logias más antiguas- requiere de sus miembros una
plena sujeción al Honor, la Virtud y la Verdad.

En este contexto de Landmarks y Grandes Logias,


aparece un nuevo marco de enseñanza y aprendizaje
...superior al sistema lancasteriano de simple memo-
rización y de repetición mecánica de ciertos textos
clave tanto de los rituales como de los catecismos.
Se trata de un nuevo enfoque de formación masónica
en base a tres grandes áreas complementarias: por
un lado la visión de conocimiento de uno mismo y de
qué es lo que uno quiere para sí mismo como mejora

259
fundamental; cómo fundamento del conócete a ti
mismo y ocúpate de ti mismo y de la comunidad que
te cobija. Luego está el marco regulatorio y norma-
tivo de la Orden en su conjunto que emerge de una
ética masónico-institucional compartida. Y finalmen-
te está la visión ritualista o litúrgica que debe ser
practicada con precisión, dedicación y sin mayo-
res cambios, por todos los masones. Con base en
estos lineamientos, se incluyó la necesidad de que
las Grandes Logias se preocupen de la instrucción Visón de mejora
y formación masónica. personal

Estos tres componentes de los nuevos enfoques


de formación masónica se complementan y refuer-
zan mutuamente dando pie a una masonería crí- Normativa Marco ritual
tica que refuerza las funciones propias de las institucional riguroso
Grandes Logias del Siglo XX... un enfoque pro-ac-
tivo claramente superior a las memorizaciones de-
cimonónicas.

Sin embargo, este enfoque novedoso puede des- Fuente de


virtuarse cuando alguna de estas tres áreas se im- conocimiento personal
pone a las otras, cuando ya no se manejan de ma- y comunitario (¿?)
nera proporcional. Por ejemplo, cuando normati-
vas y rituales ignoran la necesidad de conocerse a
sí mismo y ocuparse de sí mismo. Si esto se die-
ra, ello haría que se de un “vaciamiento” en el ám-
Normativa Práctica
bito del conocimiento tanto del masón como de su
comunidad --de la dinámica ciudadana de su co-
institucional ritual
munidad, sea ésta la familia, el barrio o su propio
país.

Algo de este “vaciamiento” se dio a tiempo de la


conformación de la Gran Logia de Bolivia. Se forta-
lecieron los aspectos normativos institucionales
mientras se debilitaban los aspectos rituales y la de-
manda de conócete a ti mismo y ocúpate de tí mis-

260
mo. Nos referimos a un “vaciamiento” de aquello
que se originó en las demandas de conocimiento de
la Masonería Libertaria y Ciudadana propuesta por
Washington, Miranda, Belgrano, Bolívar, Sucre y
Santa Cruz. Un “vaciamiento” de esa Masonería de
fines del Siglo XIX, encarnada por Zoilo Flores, José
Manuel Pando, Agustín
Aspiazu, Nicolás Acosta,
Rigoberto Paredes, Ro-
sendo Gutiérrez, y otros
masones más --quiénes
radicando en Bolivia es-
taban vinculados pero
alejados de la Gran Lo-
gia de Masones del Perú.
Un conjunto de masones
que habían instituido una
masonería de responsa-
bilidades ciudadanas, co-
mo característica de esa
“época de oro” de la ma-
sonería en el país.

Es en este contexto, de
principios de Siglo que
se ve que la Gran Logia
de Bolivia nace y em-
pieza a emerger con su
propia institucionalidad,
su propia ritualidad y -al
parecer- una diferente
forma de encarar el “conócete a ti mismo y a tu co-
munidad” que fuera característico de la época ante-
rior. Se trata de un momento en el que la Masonería
Boliviana, por encima de todo, es una sociedad laica
de enseñanza y aprendizaje de valores y virtudes de
carácter universal (¿libertaria?... no epecificamente).

261
Es una masonería similar a lo que se plantea en
otros continentes, mucho más cuando empieza a
perder la especificidad libertaria que tuvo en su ori-
gen. Ya no hay trabajos para rescatar el ”oficio de la
Libertad y la responsabilidad de ser libres” Ya no es
Dios, Patria y Libertad, sino Salud, Fuerza y Unión.

La Masonería de las Grandes Logias, es calificada


por los periodistas de la época como una sociedad
de “señoritos de Gracia.” Una sociedad especulativa
que -en sus trabajos- se aleja cada vez más del
análisis y la comprensión de los problemas del país.
Se empezaba a renunciar a los oficios masónicos de
antes, remitiéndose a los elegantes lineamientos y
procedimientos de una masonería concentrada en
las demandas de Grandes Maestros, Grandes Dig-
natarios y grandes acuerdos con otros orientes.

Quizás estas aseveraciones son muy severas, pero


fue a eso a lo que condujo un nuevo saber masónico
propio de las Grandes Logias. A una dinámica más
preocupada en la Regularidad y en la Obediencia
que en el conócete a ti mismo de masones en medio
de comunidades nacionales y locales que buscaban
ser comprendidas y atendidas de una mejor manera.
El despertar fue inmediato y cruel. A los pocos me-
ses de la conformación de la Gran Logia de Bolivia,
estallaría la Guerra del Chaco... y allí, en las ardien-
tes arenas del Sudeste, los “caballeros de Gracia” se
encontrarían con el resto del país, con aimaras y
quechuas, cholos, cambas, chapacos, matacos y co-
llas... y se verían obligados a re-pensar las institu-
ciones de la nación.

262
11.- Entre la guerra y la paz,
los primeros años de la Gran Logia de Bolivia
Con una ilustración de Salvador Dalí

Conformada la Gran Logia de Bolivia el 20 de no-


viembre de 1929, los siguientes tres años fueron de
consolidación para aquellos siete talleres que deci-
dieron confederarse en una Gran Logia. El I... y P...
H... Norberto Galdo, estuvo unos meses como Gran
Maestro, entre los años 1929 y 1930, y le sustituyó
en el cargo el General Filiberto Osorio, quien se des-
empeñó como Gran Maestro de la Gran Logia de
Bolivia de principios de 1931 hasta mediados de
1932, fecha en la que asumió el cargo el I... y P. .. H...
Don Federico Martins.

El reducido periodo de Gran Maestro del General Fi-


liberto Osorio Téllez, se debe a que él -al asumir la
Gran Maestría- era jefe de Estado Mayor del Ejér-
cito Boliviano; y, ya -en 1931- se habían desatado
escaramuzas, avances e invasiones en la región del
Chaco, hasta que el 18 de julio de 1932, se declaró
formalmente la Guerra entre Bolivia y Paraguay; y,
el General Osorio tuvo que asumir responsabilidades
en la conducción del Ejército en campaña.

Pero volvamos un par de años atrás. En esta digre-


sión, podemos ver que a diferencia de Filiberto Oso-
rio Téllez que era un militar de carrera, Norberto Gal-
do Ballivián -el patriarca de la institucionalización
masónica en Bolivia- se había formado en ciencias

263
químicas; tenía una farmacia (Galdo e hijo) y se de-
dicó a los negocios, siendo el segundo presidente
de la Cámara Nacional de Comercio --de 1930 a
1931. Galdo era, así mismo, periodista de El Diario
y de Los Tiempos; y, fue Cónsul de Bolivia en Bar-
celona. Mediante los contactos que mantuvo con la
Gran logia de Chile para la formación de la Gran
Logia de Bolivia, especialmente con el Gran Maes-
tro de entonces, Héctor Boccardo Benvenuto, quien
al mismo tiempo era la autoridad ejecutiva del Su-
premo Consejo del Grado 33º en la República de
Chile, Norberto Galdo logró la autorización para la
conformación del Supremo Consejo del Grado 33º
en Bolivia en el año 1931. Lo hizo junto con el H...
William A. Hermanowicz Roghe, quien sería el pri-
mer Soberano Gran Comendador de esta rama de
la masonería que -a diferencia de la Masonería
Simbólica- se dedica a los grados 4º al 33º del Rito
Escocés (también denominado Escocismo). A es-
tos dos HH... se sumaron los HH... Filiberto Osorio
Téllez, William Pickwoad, Julio Mariaca Pando,
Justo Quevedo Jordán, Gabriel Palenque Guzmán,
Federico Martins Ernst, Anselmo López Hidalgo y
Carlos Sampson Shaw. También en 1931, bajo la
supervisión de los Inspectores del grado 33º, se ins-
tituyó en La Paz la Logia Tolerancia Nº1, (grados 4º,
9º y 14º del Escocismo), con el I... H... José Adolfo
Gonzáles a la cabeza.

Fue en el domicilio del I... y P... H... Norberto Galdo


Ballivián donde durante varios meses se trabajó tan-
to en el Simbolismo como en el Escocismo: por ello,
bien podemos decir que con este “dedicadísimo”
masón empezamos a vivir, sentir y actuar masónica-
mente, en el contexto de la Masonería de Grandes
Logias y de los grados por encima del de Maestro
(3º), con el que culmina el Simbolismo Masónico.

264
Hecha esta aclaración, vemos que la Masonería de
entonces de pronto se encontró en medio de una
guerra con el Paraguay, en la que una buena parte
de los problemas fueron creados por los políticos, los
diplomáticos y los militares de entonces.

Daniel Salamanca fue Presidente de Bolivia a partir


del 5 de marzo de 1931 y lo primero que se pudo
apreciar de éste político fue su actitud amargada filo-
sófica y biográficamente, además de su afán bélico
para con el Paraguay, así como su total desconfianza
para con los militares y con el Ejercito de Bolivia.

Declarada la guerra, Salamanca asumió personal-


mente el control del Ejército en campaña. Durante la
contienda Salamanca se peleó con los altos mandos
militares, entre ellos con el I... y P... H... General Fili-
berto Osorio, a quien destituyó a los pocos meses de
haberlo nombrado Comandante en Jefe del Ejército.
Lo mismo sucedió con el General José L. Lanza, a
quien Salamanca destituyó de la misma manera im-
pulsiva y despótica para encumbrar al General Hans
Kundt, quien asumió el mando de la campaña por
algo más de un año, para ser reemplazado por el
General (y también Hermano Masón), Enrique Peña-
randa. Todo lo contrario sucedía en el Paraguay:
Eusebio Ayala, el Presidente del Paraguay, dejó la
administración de la guerra en manos del General
Félix Estigarribia, un militar de carrera, quien man-
tuvo el mando de las fuerzas paraguayas por todo el
tiempo que duró la contienda. No hubieron cambios
ni “corralitos” ni desconfianzas como sucedió en Boli-
via en los altos mandos civiles y militares.

Los resultados fueron evidentes; y, el primer líder


militar boliviano que trató de imponer una lógica mili-
tar en la contienda, lo hizo para recibir -con toda su

265
brutalidad- la desautorización del Primer
Mandatario boliviano. Don Filiberto Oso-
rio, quien había dejado el cargo de Gran
Maestro para dedicarse al Ejército --ya
no regresó a ese cargo masónico des-
pués de haber sido cesado en sus fun-
ciones de Comandante por el Presidente
Salamanca en el mismo año de 1932.
Hechas estas aclaraciones acerca del
inicio de la guerra y el inicio de la Orden,
más adelante volveremos para comentar
algunos aspectos acerca de la mitad y
del cierre de esta contienda que ocupó a
los bolivianos -oficialmente- de julio de
1932 a junio de 1935 --y extraoficial-
mente, a los meses e incluso años ante-
riores y subsiguientes.

Como dijimos inicialmente, quien susti-


tuyó como Gran Maestro al General
Osorio, fue el I... y P... H... Federico Martins Ernst,
quien entre sus primeras iniciativas, ya en 1933,
pudo formalizar la incorporación de la Resp... Log...
Simb... Bolívar del Valle de Cobija a los registros de
la Gran Logia de Bolivia y lo hizo con el número dis-
tintivo 8. Esta Logia -antes de 1932- correspondía
a los anales de la Gran Logia del Amazonas y el
Acre, perteneciente al Gran Oriente del Brasil. En
los años 32-33, pasó a formar parte del Gran Oriente
de Manaos, ante quienes el Gran Maestro, Federico
Martins, hizo todas las gestiones preliminares nece-
sarias para desligarla y hacer que pase a radicar en
el Gran Oriente de Bolivia.

Diversas razones tanto burocráticas como sustanti-


vas en lo referente a trabajos masónicos irregulares
e intermitentes, impidieron la inmediata desvincula-

266
ción del Gran Oriente del Brasil, y las operaciones
regulares de esta Logia no se pudieron concretar por
cerca de 7 años más. Un periodo al cabo del cual -
en la gestión del Gran Maestro I... y P... H... Armando
Bretel- recién se logró la plena desvinculación del
Brasil de la Logia Bolívar Nº 8, del Valle de Cobija.
Los 7 años de tramite para la desvinculación de esta
Logia, son el reflejo de 7 años “de vacas flacas” para
la flamante Gran Logia de Bolivia. Muchas fueron
las iniciativas pero muy pocas las realizaciones que
se concretaron en medio de un profundo desconcier-
to entre una tradición libertaria que se perdía y unos
planteamientos europeizantes que se instituían... de
los cuales sólo se pudo salir, una vez terminada la
contienda del Chaco, con el retorno de una genera-
ción frustrada y la consigna compartida de Renova-
ción Nacional y Masónica.

Pero volviendo a las primeras logias formadas o re-


gularizadas durante los primeros años de la GLB,
vemos que por Decreto Masónico Nº 112, de 7 de
septiembre de 1941, el I... H... Armando Bretel esta-
blece el Taller Masónico Fronterizo Bolívar Nº 8, con-
tando en su oficialidad a los HH... José Guillermo
Pereira, Juan de Dios Veintemillas, Benigno Esca-
lante, Emilio von Boeck, Rómulo Méndez, Alejandro
P. Coelho, Adolfo del Águila, Raúl Canseco, Miguel
Araujo, Fausto Cobs, Salim Farah, José Gonzáles y
Félix Antequera. Los trabajos masónicos de esta
Logia tuvieron una serie de altibajos hasta que a fi-
nes de la década de 1950 y principios de la del 60
encontró una forma estable y permanente de trabajo.

La Logia Bolívar tardo mucho en regularizar su pre-


sencia en el ámbito nacional, por lo que la Logia Nº
9, Esfuerzo de la localidad de Uyuni, en Potosí, debe
ser considerada como la primera logia en fundarse
en Bolivia y operar masónicamente. Es así que, du-
267
rante la gestión del Gran Maestro Don Federico Mar-
tins Ernst, se regularizó la Logia Esfuerzo Nº 9, for-
mada inicialmente un 8 de abril de 1931, tal como
dice su acta de fundación, en el local Nº 461, de la
calle Colón de esa localidad. Pero fue recién en
1935, por Decreto firmado por Federico Martins
como Gran Maestro y Emilio Yanguas como Gran
Secretario General del la GLB, que se otorgaron los
papeles constitutivos de este alejado Taller.

Durante sus primeros años de existencia, Esfuerzo


Nº 9, funcionó con toda regularidad, pero los linea-
mientos para un trabajo masónico eran de lo más
eclécticos y no pudieron entusiasmar a los nuevos
masones. También afectaron la continuidad en sus
trabajos las características de esta ciudad ferroviaria
y minera, localizada a una altura considerable en el
macizo andino sud occidental; ello hizo que muchos
de sus miembros tuvieran que dejarla, al ser trasla-
dados a otras ciudades con un clima más benigno y
a una altura, sobre el nivel del mar, mucho menor.

En 1936, la oficialidad de la Logia Esfuerzo Nº 9 es-


taba conformada por Ernesto Nieto como Venerable
Maestro, Roberto Payne (Primer Vigilante), Armando
Pérez Prado (Segundo Vigilante), Carlos Sell (Ora-
dor), Silvestre Aramayo (Secretario), Linsio Rozzasa
(Tesorero), Fidel Montoya (Experto), Armando Pal-
mero (Maestro de Ceremonias), Ricardo Saravia (Bi-
bliotecario), José Covarrubias (Guarda Templo y
Maestro de Banquetes), John Hopwood, Inmediato
Past Master y Arnold Sexton Diputado ante la Gran
Logia de Bolivia. Desafortunadamente, los trabajos
masónicos de esta Logia “entraron en sueño” y va-
rios años más tarde el Número 9 de esta Logia, pasó
a ser asignado por la GLB a otro Taller; era el año de
2006; y fue la Logia La Cantera, la que trabajando
en La Paz recibió ese número.
268
Entre Martins y Bretel, tenemos los perfiles de los
promotores una Masonería abierta en Bolivia, poco o
nada libertaria. Entre ambos dirigieron la Gran Logia
de Bolivia por 14 años a diferencia de Galdo, Osorio
y Ormachea que entre los tres suman algo más de 5
años). Ambos Grandes Maestros mantenían impor-
tantes vínculos con Alemania. Los vínculos eran tan
fuertes que cuando Armando Bretel volvía a Bolivia,
con su flamante esposa (Doña Margarita), después
de una beca de formación militar, su padre fue a re-
cibirlo a Lima y allí le increpó por el hecho haberse
casado con una señorita de nacionalidad germana…
“una mujer de la raza enemiga de Francia,” según el
afligido padre que se sintió ofendido por las acciones
de su hijo, que según el padre afectaban a Francia
de donde provenía la familia Bretel. Doña Margarita
de Bretel, a pesar de los muchos años que vivió en
Bolivia, jamás perdió el acento germano al hablar. A
ella, luego de enviudar, los masones y sus esposas
la visitábamos con cierta regularidad en su pequeña
casa de la calle Capitán Castrillo.

Federico Martins, por su parte, al igual que Bretel


era una persona muy reservada. Pocas anécdotas
se pueden contar de él, salvo el hecho que cuando
uno de los padres redentoristas -que era muy amigo
de Martins- fue nombrado Obispo de La Paz, don
Federico estuvo en su consagración y al salir de la
Catedral, le dijo, “…bueno Padre Juan, ahora pode-
mos hablar de igual a igual: de obispo a obispo.”
Esta anécdota confiada por la nuera del ex Gran
Maestro, mostraba que su condición de masón no la
mantenía oculta. Armando Bretel y Federico Martins
fueron fundadores de la Logia Progreso Nº 14, de
Maestros Instalados. Ambos habían comentado que
las logias simbólicas de libres y aceptados masones
en Bolivia eran similares a las Logias de San Juan y

269
de San Juan de Alemania, y que la
Logia de Maestros Instalados se
parecía mucho a las Logias masó-
nicas de San Andrés, en Europa.
Para ellos ese parecido con logias
europeas primaba por encima de
cualquier semejanza con las Lo-
gias libertarias de las américas.

Dicho esto ahora veamos ahora el


caso de la Logia Narciso Campero,
del Valle de Tarija; este es uno de
los más anecdóticos en el Gran
Oriente de Bolivia. Esta logia se
fundó con el Número 10 como distintivo en el año
1935. Empero, la Logia pronto “entró en sueño.” A
pesar de ello, para 1941, consiguió mantenerse úni-
camente como un Triángulo Masónico de 11 Herma-
nos Masones entre los que se contaban: Adrián
Barrenechea, Luís Alberto Ortíz, José María Paz
Rojas, Carlos Rahm, Paul Cholatti, Luís Campero
A., Bernardo Navajas Trigo, Isaac Attié, Roque
Moreno, Avelino Zeballos y Carlos Grandchand A.
En este periodo el Gran Maestro I... y P... H... Ar-
mando Bretel trataría de regularizar los trabajos
de este Triángulo promoviendo su instalación en el
Rito Escocés Antiguo y Aceptado, como una logia
justa y perfecta; pero no pudo concretarlo. Sin lo-
grar la instalación debida, este Triángulo Masónico
entró en una forma irregular de trabajos hasta su
disolución.

A fines de la década de los 40, ante la ausencia


de trabajos en el Valle de Tarija, un valle que con-
taba con masones pero no con logias masónicas,
el Ser... Gran Maestro Don Rafael Indaburu Gon-
zales, tuvo la iniciativa de convocar a esos maso-
nes dispersos y reactivar tanto al Triángulo como
270
a la malograda Logia Simbólica Narciso Campero Nº
10. Lo hizo a través del Gran Secretario Adjunto de
la GLB, enviando una carta al I... H...
Guillermo Balderrama, que a la letra
dice: 14 de julio de 1949 (e.v.), “Muy
Querido e Ilustre Hermano: Por en-
cargo especial del Ser... Gr... Mae...
Don Rafael Indaburu Gonzales, te-
nemos a bien dirigiros la presente,
seguros de que vuestro espíritu
Mas... siempre está latente donde-
quiera que estéis y sobre todo segu-
ros de vuestro entusiasmo hará rea-
lidad algo que desde mucho tiempo
los personeros de la Gran Logia de
Bolivia desean vehementemente...”

“Se trata Querido hermano de que con la ayuda de


algunos otros HH... de ese Valle, sentéis para orga-
nizar la Res... Log... Narciso Campero Nº 10, podéis
contar ya con los siguientes QQ... HH... Abel Már-
ques, Luís Reynolds, Luís Aguilar R. (que acaba de
ser exaltado al Sb.I.G.), Roger de Barneville, y tal
vez uno que otro que se escapa a la memoria. Juz-
gamos, Ilustre Hermano, que con D.A. Márques, po-
dréis perfectamente trabajar, ya en instancia, para lo
que el Serenísimo Gran Maestro os da plena autori-
zación, sirviendo la presente como suficiente poder y
credencial para cualquier caso...”

“Esperamos pues, muy ilustre hermano, noticias que


nos colmen de alegría; vale decir, noticias en las que
nos digáis que ya trabajan en instancia, para luego
dar los pasos necesarios e instalaros con todas las
de ley...” “Recibid anteladamente los parabienes y
agradecimientos de todos y cada uno de los miem-
bros de la GLB, juntamente con los augurios de
completo éxito en la tarea que nos permitimos enco-
271
mendaros.” V... A... H... René Velázquez Mier, Gran
Secretario Adjunto”

El Hermano Guillermo Balderrama comenta al res-


pecto: “Recibida la plancha anterior. Abandoné mi
oficina para buscar al Querido Hermano Alberto Or-
tiz Reynolds… los dos estudiamos la situación plan-
teada por la GLB, y acordamos que no debíamos
desperdiciarla.” “El 2 de agosto de 1949 contesté
manifestando todas las dificultades que se oponían
al vehemente deseo del Serenísimo Gran Maestro.
Los HH... residentes en el Valle no estábamos a cu-
bierto con nuestros respectivos Tesoros. Éramos,
por otra parte muy pocos.” “...El Serenísimo Gran
Maestro no desmayó ante estas dificultades y con
energía sin-igual prosiguió su obra, arrasó con nues-
tras vacilaciones. Nos preparó otra magnifica sor-
presa como veréis a continuación:

Carta 10/21/1535, Valle de La Paz, 27 de marzo de


1950 años (e.v.). En esta pl... de la GLB, por inter-

272
medio del Gran Secretario General H...
Isaac Saravia Noriega, indica en la parte
pertinente que en el próximo Congreso Ro-
tario a realizarse en Tarija, se harán pre-
sentes mu chos HH... masones que proba-
blemente serán conocidos por los masones
tarijeños, entre ellos el H... Isaías Pacheco
Jiménez, y otros más, y que sería muy sim-
pático que con ellos se pueda formar una
Logia en Instancia con el nombre de Nar-
ciso Campero Nº 10. Y el Gran Maestro
nos alertaba que tan pronto conozca el nú-
mero de masones-rotarios que viajarán a
ese congreso él les hablaría y trataría de
convencerlos para que se hagan fundadores del
nuevo taller en instancia.”

Si la primera vez salí de mi oficina corriendo -co-


menta el H... Guillermo Balderrama- esta vez lo hice
más que corriendo en busca de mi dilecto H... Ortiz
Reynolds. Los dos quedamos anonadados, no tení-
amos nada dispuesto para trabajar. Rogamos nos
remitan mandiles, catecismos, etc. etc. para trabajar
... pasaron los días y una tarde recibí un telegrama
del H... Saravia que por motivos de mal tiempo los
rotarios-masones de La Paz, no vendrían a Tarija.
Creímos que con ello todo había fracasado. Empe-
ro, el Serenísimo Gran Maestro no se había queda-
do de brazos cruzados. Nos tenía preparada la últi-
ma sorpresa de esa temporada rotaria: había orga-
nizado otra Comisión Instaladora con HH... de otros
valles. Es así que el 16 de abril de 1950 nos indica-
ron que los rotarios-masones que instalarían nuestro
Taller en Instancia serían Serafín Ferreira, Jorge Ka-
vlin y otros. Nos preparamos para la ceremonia… y
para colmo no hubo energía eléctrica esa noche, por
lo que tuvimos que recurrir a una batería de velas.

273
La oficialidad fundadora de la Logia Narciso Campe-
ro Nº 10 del Valle de Tarija quedó constituida de la si-
guiente manera: Venerable Maestro I... H... Serafín
Ferreira; Primer Vigulante: H... Jorge Kavlin; Segun-
do Vigilante, H... Max Justiano Chavéz; Orador, H...
Manuel Rosso Lopez; Secretario, H... Alfonso Jáure-
gui Cusicanqui; Experto, H... Gregorio Kushner; Ma-
estro de Ceremonias, H... Gastón Arredondo; Hospi-
talario, H... Urbano Gómez; además de los HH... tari-
jeños que quedarían como oficialidad una vez que
los masones-rotarios vuelvan a su lugares de origen
y trabajo. V...M... Guillermo Balderrama Mérida; 1º...
V... Francisco Torres Bracamonte; 2º... V... Luís Al-
berto Ortiz Reynolds; Or... Roger de Barneville Vás-
quez; Sec... Luís Aguilar Ramírez; Hosp... Julio Cal-
vo Echeverría; G... T... Juan Vargas Ramos; H... del
Taller, Arturo Sanjinés Montes.

“De lo expuesto, se deduce QQ...HH... finaliza su alo-


cución el I... H... Guillermo Balderrama, que el éxito
de la Instalación de nuestro Taller como una Logia
Regular en el Valle de Tarija se debe al Serenísimo
Gran Maestro, H... Rafael Indaburu Gonzales, así co-
mo al entusiasmo y al cariño los rotarios-masones y
de aquellos HH... que conformaron Narciso Campero
Nº 10 en los anales de la Gran Logia de Bolivia, lue-
go de 8 años de haber tratado de regularizar su si-
tuación en 1941 y haber recibido tanto el nombre co-
mo el número en 1935.”

En el mismo orden de cosas, vemos que la Logia Is-


mael Montes Nº 11, del Valle de Santa Cruz de la
Sierra, también tuvo sus inicios en 1935, y de la
misma manera que la Logia Narciso Campero del
Valle de Tarija, tuvo una serie de inconvenientes
para establecerse. Recién en 1946, (es decir, 11
años después de su fundación), un grupo de HH...
cruceños manifestaron su interés para refundarla.
274
No pudieron concretar ese su deseo hasta 1947,
cuando por Decreto de la GLB 2/1 1-17-179 se otor-
gó una Carta Constitutiva firmada por el entonces
Gran Maestro I... y P... H... Rodolfo Virreira Flor. De
quien hablaremos más adelante, así como de su
gestión como Gran Maestro en los años de 1945 a
1948.

Los problemas institucionales que se vivieron con las


Logias Nº 9, Esfuerzo de Uyuni, Nº10 Narciso Cam-
pero de Tarija y la Nº 11, Ismael Montes del Valle de
Santa Cruz de la Sierra, parece que tuvieron un mis-
mo origen, por lo menos parcialmente: La Guerra
del Chaco, la poca regularidad en la asistencia de
los HH... y la poca capacidad de convocatoria de una
masoneria, por decir lo menos, lejana de las aspira-
ciones de la población. No podemos decir que la Nº
8, Bolívar del Valle de Cobija hubiera tenido algo en
común, ya que sus problemas eran más de tipo bu-
rocrático administrativo y se resolvieron antes de la
contienda bélica con el Paraguay; sin embargo su
regularización operativa también se realizó recién a
fines de la década de 1930 y principios de la de
1940, cuando la contienda ya había finalizado.

De todo esto vemos que la gestión del Gran Maestro


Don Federico Martins Ernst tuvo que lidiar -además
de con el desconcierto en los lineamientos masóni-
cos, con movimientos anti-masónicos- con las agu-
das crisis generadas por la Guerra del Chaco, y
serían los siguientes dos Grandes Maestros Héctor
Ormachea Zalles (1939 – 1940) y Armando Bretel
Arrazola (1940 -1945), quienes retomaron fuerza y
vigor para nuestra Orden que parecía languidecer a
fines de 1939... a pesar de las múltiples iniciativas
de la gestión del H... Federico Martins E., como ser
la publicación en 1933 del ejemplar Nº1 en el Año 1
del Boletín de la Gran Logia de Bolivia.
275
La Guerra del Chaco fue el desen-
lace de un problema limítrofe entre
Bolivia y Paraguay que se venía
arrastrando desde la creación mis-
ma de la República. El Uti Posside-
tis Juris, propuesto por Bolívar al
terminar la Guerra de la Indepen-
dencia, se refería a que los países
recientemente emancipados se limi-
ten a ocupar los territorios que les
fueran asignados dentro de los már-
genes administrativos que tenían
España y Portugal para 1731 -1748. Sin embargo,
esta disposición se veía entorpecida por subsiguien-
tes tratados entre Portugal y España, como el de
1750, en el que se hacían permutas y compensacio-
nes territoriales entre esas dos potencias coloniales.
Y el caso de la frontera entre Paraguay y Bolivia
quedaba sin definir, ya que ambos países tenían una
escasa población en un territorio difusamente desig-
nado como el Chaco Boreal; un territorio definido
por tres ríos: el río Paraguay al Este corriendo de
Norte a Sur, el Pilcomayo al Oeste y corriendo hacia
el Sur-Sureste y el Rio Parapetí como límite Norte --
un río que fluye del Suroeste al Noreste. Múltiples
intentos de definir estos límites conmovieron a am-
bos países pero nada definitivo quedó establecido.
Lo que sí se anticipaba es que el Parapetí estaba en
territorio boliviano, que el Rio Paraguay establecía
un límite para ambos países con el Brasil y que el
Pilcomayo, aunque nace en Bolivia, en su parte más
austral es del Paraguay, ya que pasa a lo largo de
su capital Asunción.

Hubieron algunas propuestas que acercaban el lí-


mite binacional al río Parapetí y otras que se remi-
tían al Pilcomayo. Obviamente, Paraguay aspiraba

276
a una frontera lo más al Norte po-
sible, y Bolivia insistía en una fron-
tera más al Sur. Hubo incluso una
propuesta que dividió en Chaco en
tres franjas; en la que Bolivia de-
bería mantener una tercera parte
del territorio, la ubicada al Norte, y
Paraguay mantener la tercera
parte localizada en el Sur, dejando
la tercera parte (la del centro) para
una negociación bilateral posterior
en los organismos internacionales
de las Naciones Unidas.

En medio de estas negociaciones que no llegaban a


definir nada, Paraguay avanzó con fortines, caminos
y pequeños tramos ferroviarios a lo largo del Rio Pa-
raguay, y Bolivia lo hizo con pequeños fortines ca-
rentes de infraestructura de apoyo a lo largo del Rio
Pilcomayo. El Parapetí estaba ocupado por pueblos
y pequeñas ciudades bolivianas. Los fortines del
Paraguay y de Bolivia estaban tan lejanos de las
principales ciudades de ambos países que con mu-
cha frecuencia cambiaban de manos, eran abando-
nados por unos y otros; y, cada vez que esto suce-
día, cada país, a su turno, levantaba el grito al cielo,
ignorando el hecho que habían sido lugares abando-
nados por sus anteriores ocupantes, pero manifes-
tando envés que su soberanía había sido mellada y
su territorio invadido.

Tanto fue el cántaro al agua que termino por rom-


perse. La ocupación de una denominada laguna de
agua dulce (más un gran charco que una pequeña
laguna), en un territorio desértico en el Nor-Este del
Chaco, terminó siendo el detonante de la guerra.
Para los bolivianos la Laguna se llamaba Chuqui-
saca. Para los paraguayos el nombre era Pitiantuta;
277
el fortín más cercano a esa laguna había sido aban-
donado por los paraguayos primero y por los bolivia-
nos después; un fortín retomado por los paraguayos
en ausencia de bolivianos, para luego ser retomado
-después de otro abandono paraguayo- por efecti-
vos bolivianos.

Quizás el tema de la laguna no fue la razón para la


guerra, o por lo menos la única razón. En ambos
países la situación político-económica era mala y la
excusa de la laguna generaba una oportunidad para
distraer la atención de los asuntos internos y trasla-
darla a los enemigos externos. Ambos presidentes
así lo hicieron; y, en sendos discursos, incendiaron
la opinión pública.

Dos empresas petroleras transnacionales se ocupa-


ron de ofrecer dinero para que cada país se arme y
salga a defender sus pozos petrolíferos que se veían
amenazados (la palabra clave es ofrecer, porque
luego de ofrecer no cumplieron). Si esta hubiera si-
do la razón para el conflicto, Bolivia habría tenido
éxito, puesto que mantuvo en su poder los campos
petrolíferos. Pero no sólo era el petróleo, habían te-
rritorios, poblaciones, culturas y tradiciones en medio
de este conflicto. En el Paraguay el término de De-
fensores del Chaco es tan común, como en Bolivia lo
es el de Defensores de los Recursos Naturales, del
Gas y del Petróleo, de Defensores de los hidrocarbu-
ros. Esto nos hace ver que los pueblos antes que
racionales son entidades “racionalizantes,” que ra-
cionalizan y justifican los hechos en retrospectiva --
cualquiera hubiera sido la causa; cualquiera que
fuera el resultado.

En una primera etapa de la Guerra el avance Para-


guayo fue casi incontenible y se dieron actos de he-
roísmo en la defensa de fortines sitiados, tal el caso
de Boquerón.
278
En una segunda etapa la reconquista de los fortines
bolivianos perdidos inicialmente fue la constante,
hasta que los intereses nacionales e internacionales
pusieron un alto al fuego; y, en base a las posicio-
nes alcanzadas en la reconquista de los antiguos
fortines bolivianos, se estableció el nuevo límite. In-
discutiblemente, para ese momento la ventaja territo-
rial estaba con el Paraguay y la volición bélica de la
última etapa con Bolivia. A pesar de ello, decir que
lo más probable era el avance boliviano hasta las
cercanías de Asunción, es una hipótesis totalmente
académica (particularmente acariciada por los milita-
res bolivianos que racionalizan lo ocurrido). Lo cier-
to es que terminamos con menos territorio del que
“dominábamos” antes de la guerra.

A principios del conflicto, el Ex Gran Maestro de la


Gran Logia de Bolivia, el General Filiberto Osorio
trató de evitar la guerra pero fue acallado por Daniel
Salamanca, quien ya como Presidente de la Repú-
blica quería, ansiaba, un enfrentamiento bélico, mu-
cho más si se encontraba apoyado irrestrictamente
por un oficial de origen alemán, quien se había con-
vertido en el caudillo del pueblo y de sus versiones
propias de un militarismo boliviano: nos referimos al
General Hans Kundt.

En medio de la guerra, el presidente boliviano (Da-


niel Salamanca), fue objeto de un golpe de estado,
conocido como el Corralito de Villamontes (27 de no-
viembre de 1934). Ahí para unos se concretó una de
las más vergonzosas actuaciones del Ejército Boli-
viano. Para otros, con el golpe militar a Salamanca
se acabo la mala dirección de las operaciones béli-
cas y emergieron tres figuras para reconducir la con-
tienda: el General Enrique Peñaranda, el Teniente
Coronel Germán Busch y el Teniente Coronel David
Toro. Estos tres actores de alto rango personifica-
279
ban, por un lado la frustración de los militares, y por
el otro, el espíritu de la generación del Chaco que
pronto, por lo menos en los dos últimos personajes,
se mostraría nacionalista y revolucionaría.

Además de estos tres altos jefes de las fuerzas ar-


madas bolivianas- y del pensamiento de la Revolu-
ción Nacional, casi como tropa, estaba el Sub Te-
niente Rafael Indaburu Gonzáles, que desde meses
antes de los incidentes de Laguna Chuquisaca ya
estaba destinado a los fortines del Chaco. Él estaba
construyendo una de las picadas entre los fortines
de Platanillos y Muñoz. Con el transcurrir de los
años ese Subteniente, sería Gran Maestro de la
Gran Logia de Bolivia en reiteradas ocasiones, os-
tentando la distinción de contar con el mayor número
de años como Gran Maestro. Pero entonces, casi
imberbe, conducía a sus soldados por lugares de in-
tensa refriega. El día de su cumpleaños en 1932 fue
herido en una mano. Sería hecho prisionero, en la
acción de armas conocida como la Noche de San
Bartolomé, en la que las tropas bolivianas quedaron
rodeadas por un importante contingente de soldados
enemigos. Escaparía de su cautiverio para ser cap-
turado por una patrulla de soldados argentinos y en-
tregado a las fuerzas paraguayas.

Mas que portador de un pensamiento nacionalista y


revolucionario como el de sus amigos y camaradas
de armas Toro, Villarroel y Busch, él futuro Gran Ma-
estro de Masones era liberal… y se reía de ello, de
lo anacrónico de su entender político; pero se man-
tenía leal al partido con el que había empezado a
pensar la patria. No se haría masón sino hasta vol-
ver del Chaco.

Una situación similar acaecía con los HH... Alfredo


Rea Nogales (quien luego sería Gran Maestro de

280
Masones entre 1978 y 1984), Isaac Montes Criales,
Armando Monasterios; Miltón López López, Mario
Miranda Segaline, Armando Escobar Uría, Abelardo
Valdez Montero y Oscar Uzín Saavedra, entre otros.
Eran Hermanos Masones que entraron en la Cam-
paña del Chaco llenos de un sentir patriótico, que se
vio frustrado pero que volvieron de la Guerra decidi-
dos a construir la Patria teniendo como referencia,
no las estructuras burocráticas, sino los templos del
quehacer ciudadano y -quizás, para algunos de
ellos- el Arte Real Masónico. Con el retorno de la
generación del Chaco, renació la Masonería Ciuda-
dana de la Libertad y del ejercicio cotidiano del arte
de responder a la realidad de los pueblos. La Gran
Logia y las Logias Simbólicas estaban re-encontrado
su camino inicial.

El nacionalismo revolucionario se había gestado en


las trincheras del Chaco y en las prisiones paragua-
yas, recordando las injusticias y discriminaciones de
liberales y republicanos; fundamentalmente, recor-
dando la incapacidad de las gestiones de gobierno
en las que los políticos estaban más interesados en
obtener ventajas personales que desarrollar adecua-
damente un territorio para el bienestar de una pobla-
ción diversa. Terminando la guerra, el fermento de
tales discusiones explotó, pero tomaría tiempo en
concretarse como propuesta ciudadana y libertaria.

Al final de la guerra, incluso Bautista Saavedra, el


viejo político republicano, quien en la década del los
años 20 se había mostrado agresivo y guerreador
para con el Paraguay, para 1935-36, criticaba a quie-
nes habían emprendido la Guerra del Chaco y se
mostraba cínicamente pacifista. Este político tuvo la
audacia de publicar un manifiesto en el que decía:
“… nos toca emprender a nosotros, a quienes asisti-
mos al epilogo doloroso de la tragedia del Chaco, la
281
tarea de edificar una patria nueva.” Pero todos esta-
ban cansados de los partidos y de los políticos tradi-
cionales; y, se perfilaba “una juventud despertada”
por la guerra, para quienes los derroteros eran nue-
vos y se hablaba de propuestas de izquierdas, de in-
dianismos y marxismos; de reivindicaciones sociales
para quienes habían sido tradicionalmente ignora-
dos. Se hablaba de una Nueva Masonería Nacional.

Es en estas circunstancias que nace la Logia Reno-


vación Nº 12. Este era el nombre perfecto para ese
momento en que se pensaba en un Nuevo País, en
una Nueva Bolivia con un Nuevo Territorio y un
Nuevo Pueblo. Su objetivo era trabajar por la reno-
vación moral, lo que se plasmó en la fundación de
este Nuevo Taller, el 26 de noviembre de 1935.
Nuevamente era el I... y P... H... Federico Martins
Ernst quien otorgaba la Carta Constitutiva para el
nuevo taller, y refrendaba los documentos constituti-
vos el I... H... Emilio Yanguas como Gran Secretario
de la Gran Logia de Bolivia.

Entre los miembros fundadores de Renovación Nº


12, estaban Melitón Monje, Carlos Montes, Ernesto
Dávalos, Enrique Perusset, Roberto Bilbao la Vieja,
Walter Dotzauer, Andrés Pérez, Adolfo Ascarrunz, Ri-
cardo Escobar, Víctor Andrade, Federico Merino, Ro-
dolfo Aramayo y Alfredo López; Francisco Torres
Bracamonte, Vicente Rojas, Juan Casanave, Víctor
Pacheco Iturrizaga, Miguel Granados, Guillermo
Arancibia, Alberto Navía y Walter Moscoso. Tem-
prano en el proceso, esta Logia completó su nombre
con el denominativo de Melitón Monje, Renovación
Nº 12, (era el 2 de noviembre de 1939). Esto lo ha-
cía en honor a su fundador, tal como vemos en la re-
seña histórica: “Melitón Monje, Renovación Nº12, a
través de trece años de labor (desde el 26 de no-
viembre de 1935 hasta el 20 de noviembre de
282
1948).” Este documento, al estilo de una Memoria
Anual, hace una serie de consideraciones filosóficas
y precisiones acerca de la posguerra, haciendo notar
las expectativas de Renova- ción Moral para el país.
Tal documento, hablaba de la Renovación Masónica
que durante 20 años perfiló para Bolivia una maso-
nería de compromisos ciudadanos y alta moral.

En sus páginas más administrativas, esta memoria


masónica de Renovación, hace hincapié en los 150
profanos iniciados en ese taller durante los trece
años de existencia, mostrando que de ellos 135 fue-
ron subidos al grado de Compañero y 120 fueron
exaltados al sublime grado de Maestro Masón. Esta
aseveración parecería denotar una labor constante,
pero entra en conflicto con las consideraciones ini-
ciales del informe preparado por el Q... H... Víctor Pa-
checo Jiménez, quien habla de la necesaria toleran-
cia a la que se tuvo que recurrir para evitar roces in-
necesarios… a la inasistencia de los HH... que in-
fluyó en forma desfavorable para la prosecución de
los programas masónicos.

El I...y P... H... Federico Martins E., continuó fundan-


do talleres y otorgando Cartas Constitutivas. Una de
ellas fue la concedida a un grupo de masones que
buscaba el Nombre de Universo y el Nº 13, en la
Gran Logia de Bolivia. Sin embargo, estos masones
quisieron recordar a un dedicado masón que alcanzó
el Grado 33º del Escocismo, Don Anselmo López,
con el que configuraron su denominación masónica:
Respetable Logia Simbólica, Anselmo López, Uni-
verso Nº 13. Al igual que para su antecesora la Lo-
gia Melitón Monje, Renovación Nº 12, los primeros
años de Universo fueron complejos en la medida en
que buscaban un retorno a los inicios de la masone-
ría pero se veían atrapados en una nueva tradición
local: la masonería universal-europea.
283
La primera oficialidad de esta logia (la del año 1936),
estaba compuesta por el I... H... Washington Málaga
como Venerable Maestro y 11 hermanos masones
en puestos logiales sucesivos. Nos referimos a:
Mauricio Guggenheim, Pablo Gacón, Isaac Monje,
Segundo Torres, Federico Weis, Pedro Linale, Este-
ban Krsul, Guillermo Gonzales Quint, Humberto Ma-
riaca, Mauricio Block y Lisandro Contreras. Además
de estos masones fundadores, resaltan entre los Ve-
nerables Maestros de los primeros años de esta
Respetable Logia Simbólica de la ciudad de La Paz:
Eduardo Zbinden, Isaac Saravia, Vicente Burgaleta,
Neptalí Niño Neira, Alberto Bocangel, Moisés Levy,
José Luís Serrano, Alberto Wilson, Natalio Eterovic,
Elías Strauch, Alejandro de la Quintana, Jaime Pru-
dencio, Carlos Cernadas, Nicolás Fernández Na-
ranjo, Luís Novillo, Hernando Flores, Hernán Mar-
tinez, Tomás Vidaurre Elío, Cleto Zambrana, Walter
Flores, Gregorio Kushner, Emilio Espinoza y Sabino
Ríos Arteaga. Luego de ellos vendría una nueva ge-
neración de masones, quienes hasta el día de hoy
conducen a la Logia Anselmo López, Universo Nº
13, y a quienes ofrezco mis disculpas por no mencio-
narlos de la misma manera que a los HH... de las ge-
neraciones de posguerra.

Algo fundamental para la Masonería en Bolivia suce-


dió durante la gestión del Ilustre y Poderoso
Hermano Federico Martins Ernst; ello fue la
creación en el año de 1936, de la Logia Nº14,
denominada Progreso y dedicada únicamente
a los trabajos propios de los Maestros Instala-
dos. Esta es una instancia particularmente
importante para la Nueva Masonería Ciuda-
dana de posguerra. Fue creada en el Rito de
York. El Maestro Instalado no es un grado
sino una condición. Condición que asume

284
quien ha concluido la presidencia de una logia sim-
bólica de masones. Se refiere a la culminación de
las enseñanzas y aprendizajes de un Maestro Ma-
són que ha pasado por la Silla del Rey Salomón y ha
superado ese proceso tan nefasto del asesinato so-
cial (del aniquilamiento de sus ideas e iniciativas),
que recibe de sus propios compañeros. Es una con-
dición en la que se aprende mucho acerca los as-
pectos de la autoridad y el liderazgo que son funda-
mentales para el gobierno de los otros y el gobierno
de uno mismo.

En el momento de la fundación de la Logia Progreso


Nº 14, sucede algo paradójico que resalta aún más
el desconcierto en las intenciones de sus fundado-
res. En Bolivia, oficialmente bajo la jurisdicción de la
GLB, sólo trabajaba en el Rito de York, la Logia An-
glo Bolivian Nº 7. Sin embargo, bajo la jurisdicción
del Gran Oriente del Perú lo venían haciendo la Lo-
gia Obreros del Porvenir Nº 16 y -con muchos alti-
bajos- las otras logias fundada por el epónimo H...
Zoilo Flores Aponte y que entre sus miembros había
contado a lo más granado de la generación de 1885
– 1900, como Don Agustín Aspiazu y José Manuel
Pando. Estas logias estaban en plena actividad des-
de antes de la formación de la Gran Logia de Bolivia,
pero -al parecer- Obreros del Porvenir (la más con-
notada de todas estas), había decidido mantener el
nombre de Obreros del Porvenir y el número 16,
otorgado por Lima, hasta el momento en que en la
sucesión de logias formadas en Bolivia le corres-
ponda nuevamente el Número 16 (lo que sucedería
en 1939, tres años después de la formación de la
Logia Progreso Nº 14, de Maestros Instalados).

Además de estas dos logias cuya generación de


Past Masters o ex venerables Maestros era muy limi-
tada, se contaba entonces con un buen número de
285
Past Masters provenientes del extranjero que llega-
ron a Bolivia y querían trabajar en la Condición de
Maestros Instalados. Aún así el número de Past
Masters era limitado y la Logia Progreso Nº 14, con
cierta frecuencia se vio sin suficientes miembros pa-
ra conformar una oficialidad propia, por lo que la
Condición de Maestro Instalado se abrió a los ex Ve-
nerables Maestros de las Logias del Rito Escocés
Antiguo y Aceptado, rito en el cual, como decíamos
anteriormente, no figura la Condición de Maestro Ins-
talado.

A pesar de tales esfuerzos y de semejantes apertu-


ras de la Condición de Maestro Instalado a un rito
que no era el original, los problemas de asistencia
subsistían. Esto hizo que con renovado esfuerzo la
mayor parte de las autoridades de la Gran Logia de
Bolivia, traten de mantener la Logia de Maestros Ins-
talados reconociendo la profundidad simbólica, filo-
sófica y practica del Tercer Grado, que -al parecer-
se queda incompleto con la Muerte del Maestro
Constructor. Bajo esta perspectiva, es muy sintomá-
tico que en 1945 en la oficialidad de la Logia Pro-
greso Nº 14, de Maestros Instalados, encontremos
una pléyade de masones que fueron, en ese mo-
mento eran y vendrían a ser Grandes Maestros de la
GLB, así como Grandes Oficiales y Dignatarios de la
misma. Entre ellos están el Propio Federico Martins,
Emilio Yanguas, Filiberto Osorio, Armando Bretel,
Héctor Ormachea Zalles, Rodolfo Virreira Flor y Ra-
fael Indaburu González.

En años posteriores, hasta la década de 1990, la in-


corporación a la Logia de Maestros Instalados se re-
alizaba por Decreto del Gran Maestro, en forma indi-
vidualizada y requiriendo la extensión de un Diplo-
ma que certificaba a “las logias masónicas del mun-
do entero” que tal H... había cumplido con los requi-
286
sitos de ser un Venerable Maestro o Past Master y
se lo presentaba como Maestro Instalado de la Ma-
sonería Universal.

Haber alcanzado la condición de Maestro Instala-


do, se consideraba un verdadero logro masónico,
ya que se estimaba que no sólo se había trabajado
con la autoridad y el liderazgo necesarios para con-
tribuir al perfeccionamiento humano y al progreso
de la humanidad, sino que el masón adquiría los
conocimientos necesarios para intervenir positiva-
mente en sus instituciones familiares, vecinales y
nacionales. La misma naturaleza de los signos
masónicos, inicialmente individuales en el Primer
Grado, en la condición de Maestro Instalado deno-
tan la necesidad del trabajo en grupo, de la solidari-
dad y de las capacidades únicas de líderes y auto-
ridades.

Aún así, por el desinterés de los HH... por la Logia


14 (Progreso), ésta “entró en sueño.” Varios años
más tarde, la suerte de la Logia Progreso parecía
eclipsarse, oscurecerse hasta desaparecer. Esta-
mos hablando del “vaciamiento total de sus linea-
mientos conceptuales y enseñanzas” ...de lo que
significa ejercer autoridad y arriesgarse a ejercer li-
derazgo, como culminación masónica del simbo-
lismo de York y de los Ex Venerables Maestros de
los Talleres del Rito Escocés Antiguo y Aceptado.
Semejante esfuerzo institucional fue ignorado, su
nombre perdido y el Numero 14 pasó a la Logia
Simbólica Arte Real, del Valle de Cochabamba.

A fines de la gestión del I... y P... H... Mario Cabrera,


Gran Maestro de la GLB (2012 – 2014), se trató de
recuperar los trabajos de Maestro Instalado; pero,
como uno de los primeros actos del siguiente Gran
Maestro, el I...H... Jorge Arce (2015 – 2017), se es-

287
tableció, por Decreto de la GLB, que cualquier
desviación de lo establecido en los rituales tradi-
cionales de York y Escocés A.y A., sería conside-
rada como una infracción o incluso como un delito
punible por las instancias de justicia masónica.
Hasta ahí, la intención de recuperar en Bolivia la
Condición de Maestro Instalado, y hasta ahí la
Masonería de Grandes Logias Nacionales y los
alcances de los Decretos propios de un autorita-
rismo burocrático en el que cayó la Orden y del
cuál hablaremos más adelante.

En un tomo más positivo, vemos que las iniciati-


vas masónicas de Federico Martins como Gran
Maestro todavía no habían terminado, como tam-
poco había concluido la década de los años 30.
Es así que el 26 de noviembre de 1938 se confor-
ma la Logia Simbólica Orden y Libertad con el Nº
15 como distintivo, y lo hace en el Valle de Oruro.

De la misma manera a lo ocurrido en la Logia Illi-


mani Nº 2, para la formación de la Logia Mariscal
de Ayacucho Nº 6, (es decir que se desprendieron
20 hermanos masones decididos a conformar un
nuevo Taller), de la Logia Adolfo Ballivián Nº 5, se
desprendió un número suficiente de hermanos
masones para conformar la Logia Simbólica Or-
den y Libertad Nº 15 del Valle de Oruro.

En el caso de Orden y Libertad, esta logia asume


el antiguo nombre de una de las Logias fundadas
en 1885, por Zoilo Flores Aponte, y recupera el
importante nombre de Libertad: Orden y Libertad.
Su propuesta era instituir un Nuevo Orden Masó-
nico, pero “en libertad.” Las generaciones que
volvían del Chaco querían algo nuevo como en el
caso de Renovación en La Paz... querían más:
buscaban el ejercicio del oficio de la libertad en

288
Masonería y en el país al cual se se sentían unidos...
particularmente unidos.

Los primeros dos años de Orden y Libertad fueron


complejos y ajetreados, pero finalmente para abril de
1940, tales problemas habían sido superados. Nos re-
ferimos a que a partir de entonces, aquella logia inicial-
mente fundada bajo la jurisdicción del Gran Oriente del
Perú en 1885, con el nombre de Orden y Libertad, Nº
18 (posterior a Obreros del Porvenir Nº 16, pero ante-
rior a El Iris de La Paz Nº 19), estaba perfilando impor-
tantes trabajos bajo el distintivo del Número 15 asig-
nado por la Gran Logia de Bolivia. En Oruro, Orden y
Libertad volvía a movilizar múltiples recursos humanos
para trabajar en la masonería de la Libertad.

El primer Venerable Maestro de la re-fundada Orden y


Libertad fue el Q... H... Daniel Rivera, quien fuera acom-
pañado en tales esfuerzos por Alberto Yáñez Gómez,
Oscar Uzín Saavedra, Luís Suasnavar Velasco, Gui-
llermo Aparicio Campos; Manuel Roso López, Fernan-
do Calvimontes (Calbimontes ¿?) y Alberto Palenque
Fajardo, entre otros.

La Logia Orden y Libertad Nº 15, del Valle de Oruro,


mantiene con orgullo el hecho que de sus filas emerge-
ría un futuro Gran Maestro de la Gran Logia de Bolivia,
el I... y P... H... Alfredo Peláez Diéz de Medina; y junto
con él quien sería varias veces Venerable Maestro de
ese taller, Don Oscar Uzín Saavedra, a quien la Maso-
nería Boliviana le estará por siempre agradecida por el
seminal trabajo acerca de la Interpretación Espiritua-
lista de la Francmasonería Simbólica que, bajo el seu-
dónimo de ORION, se ha constituido en el referente
más importante para la comprensión de la rama espiri-
tual de nuestra Orden; obra que es considerada como
catecismo para los Aprendices en Bolivia y el Perú, así
como en otros países de Latino América.

289
En la publicación de la Interpretación Espiritualista…
de 1962, leemos la siguiente introducción: Dedico
esta obra a las Respetables Logias “Adolfo Ballivián”
Nº5, “Orden y Libertad” Nº15, y “Mariscal Santa
Cruz” Nº2 del Valle de Oruro, que me dieron la opor-
tunidad de conocer y estudiar la Francmasonería.
Cedo los derechos de autor a las indicadas Respe-
tables Logias, para que con su producto empiecen a
edificar el templo Masónico de este Valle. Oruro,
noviembre de 1962. El Autor.

Antes de la publicación de este libro que -con segu-


ridad- está presente en todas o casi todas las biblio-
tecas masónicas en nuestro país, Don Oscar Uzín
pronunció las siguientes palabras que clara y con-
tundentemente muestran al país --y a la Masonería
a finales de la década de los 30: la Nueva Masone-
ría que se formó en la contienda del Chaco, y volvía
a las capitales de Departamento para trabajar en
clave Libertaria y Ciudadana --en aquella clave que
se había perdido con la apresurada fundación de la
Gran Logia de Bolivia en 1929.

Una guerra pone a prueba los valores intrínsecos de


un pueblo. Asistimos a la Guerra del Chaco y vimos
fracasar todo aquello que se exaltaba en los actos
cívicos y se decantaba en los discursos políticos.

Fracasaron los conductores de la guerra; los gober-


nantes en la conducción del país y los diplomáticos
en las relaciones internacionales.

Una guerra a más de mil kilómetros de nuestro ho-


gar, donde quedaban a salvo nuestros seres queri-
dos y los bienes (de nuestra heredad), requería de
una elevada conciencia cívica y ética para llevar a la
persona hasta el sacrificio de la vida. Se luchó más
bien por conceptos teóricos, por sentimientos impre-
cisos, por cosas cuyo valor era difícil de apreciar.
290
No habíamos subido como pueblo a niveles tan ele-
vados, para soportar airosamente la prueba trágica.
No ganamos la guerra, entre otras cosas, porque no
estábamos psíquicamente preparados para un sacri-
ficio de la índole y de las características que erróne-
amente se nos obligó a afrontar.

Más, en nuestra condición de jóvenes, incapaces de


razonar con mayor profundidad, nos dolíamos de lo
que creíamos que era un fracaso total de todos los
valores de nuestra raza, de nuestra organización co-
mo pueblo y de nuestra cultura.

En los últimos días de nuestra estadía en el Chaco y


después de haber retornado a nuestros hogares, ac-
tuábamos bajo el sentimiento de menospreciar lo
existente, y de renovarlo todo; porque el pasado, lo
establecido y tradicional, había fracasado en la gue-
rra. Teníamos ansia angustiosa de colaborar en un
renacer de nuestra patria, en todos los órdenes de la
actividad humana. Anhelábamos esforzarnos en
crear nuevas cosas, sentimientos y conceptos más
Renovación reales, honestos y elevados. Éramos como los ado-
lescentes que por primera vez han caído en pecado
y tienen ansia incontenible de enmendar la plana.
UniveRso
Los masones, cuando retornamos a nuestra Logia,
PRogReso tuvimos que contemplar los mismos personajes, repi-
tiendo las mismas ceremonias y especulando los
temas masónicos con la misma pulcritud literaria y
oRden y LibeRtad
profusión de conocimientos históricos, éticos y filosó-
ficos. Es decir, encontramos nuevamente lo que ha-
obReRos deL bíamos dejado al partir para la guerra… más para
PoRveniR nosotros esto era el pasado y con el ansía de reno-
vación que bullía en nuestras almas, nos sentimos
descontentos y desilusionados.

De aquí nació la idea de formar una nueva logia, diri-


gida por jóvenes y para gente joven.
291
Las expectativas de Renovación y de Orden y Liber-
tad, eran ciertamente novedosas. La Francmasone-
ría en Bolivia no era pan de multitudes, pero ya no
sería más un círculo exclusivo de “caballeros de Gra-
cia.” Más aún, muchos de los “caballeros de Gracia”
de la fundación de la GLB eran vistos con recelo en
el país y bien se podría decir que habían empezado
-como clase- su deterioro y decadencia, su caída en
des-Gracia. El concepto de élites se había trasto-
cado.

Nuevamente la Masonería de la Libertad y de los


Derechos y Deberes Ciudadanos se mostraba vi-
gente. Estaba naciendo un Nuevo Hombre, un nuevo
masón... una Nueva Gran Logia de Bolivia.

292
12.- La Masonería Simbólica en los años del
Nacionalismo Revolucionario

La generación del Chaco trajo consigo importantes


cambios en el “pensar el país.” Uno de ellos se re-
flejó en la Masonería Boliviana. Hasta entonces la
Gran Logia de Bolivia no había podido concretar es-
tabilidad alguna en sus nuevas logias. La 8 en Co-
bija no podía instituirse, la 9 en Uyuni pronto dejaría
de trabajar, la 10 en Tarija fluctuaba entre la acción
y el sueño y la 11 en Santa Cruz recién 10 años
más tarde, para fines de la década de los 40, se ins-
tituiría plenamente. De-pronto, con las “ideas de re-
cambio” de una nueva generación, aparecen Reno-
vación Nº 12, Universo Nº 13, la logia Progreso de
Maestros Instalados Nº 14 y la 16 Obreros del Por-
venir en La Paz, las que juntamente con la 15, Or-
den y Libertad en Oruro, traen consigo pensamien-
tos de Pluralidad Social y Tolerancia así como dife-
rentes formas de Libertad de pensamiento, de cons-
ciencia y de expresión, como fundamentos para una
nueva Ciudadanía Ampliada con sus propias propu-
estas de Acción, así como nuevas formas de activi-
dad económica y nuevos roles para la estructura de
gobierno. En estos términos, una Nueva Masonería
se instituía no de golpe sino de a poco.

Las antiguas formas de hacer masonería empeza-


ban a acabarse a agotarse --lo mismo que las anti-
guas formas de política y gobierno; y empezaba a

293
surgir una nueva mentalidad nacional que se refle-
jaba en los talleres masónicos. Pero esto no sería
fácil ni inmediato. Las antiguas formas no dejaban
escapar su antiguo poder, aunque la caída ya se
mostraba inminente (ver como referencia El poder y
la caída de Sergio Almaraz; 1966).

Por todo esto no podemos dejar que nuestro análi-


sis de la Guerra del Chaco termine en 1935, con
sus implicaciones inmediatas únicamente. Esta
guerra acompañó a los bolivianos por mucho tiempo
después del cese de fuego. El denominado Corra-
lito de Villamontes, por ejemplo, perseguiría a los
militares por muchos años, y ellos -temerosos de
las repercusiones tanto políticas como civiles y mili-
tares- no dejaron de estar presentes en el gobierno
de la nación, primero con Tejada Sorzano, (el Vice-
presidente de Salamanca), quien ante la forzada re-
nuncia del Presidente asumió “constitucionalmente”
el mando del país, (ya no de la guerra, sino del go-
bierno civil).

Terminó la guerra y los militares le prepararían un


golpe de estado a Tejada Sorzano para conformar
un gobierno provisional a la cabeza del Coronel
Germán Busch, quien formularía las condiciones
para que el General David Toro asuma el poder.
Luego, Busch, lograría hacerse del poder nueva-
mente. Le seguirían otros tres militares: Carlos
Quintanilla, Enrique Peñaranda y Gualberto Villa-
rroel. Es decir, se instituyó un periodo de predomi-
nio militar de doce años… una sucesión de años de
presencia militar desde el Corralito de Villamontes,
en plena Guerra del Chaco (1934) hasta la caída de
Villarroel en 1946.

Este periodo de militarismo trataba de evitar cual-


quier juicio de responsabilidades para los políticos,

294
diplomáticos y militares que mal manejaron la con-
tienda con el Paraguay; eso era evidente. Pero tam-
bién fue evidente que la generación del Chaco, había
desarrollado un pensamiento nuevo, alternativo al de
los liberales y republicanos de las décadas anterio-
res. De pronto, ya en el Gobierno de José Luís Te-
jada Sorzano, empezaron a darse atisbos de que el
país estaba cambiando y se estaba re-inventando te-
rritorialmente. Una Bolivia cada vez más cercana a
los pozos petrolíferos, cada vez más lejana de la Bo-
livia de la Plata y de la Bolivia del Estaño y -obvia-
mente- lejana de aquella Bolivia de antes de la Gue-
rra del Pacífico --de aquella guerra que le arrancó a
la fuerza su condición marítima, que pudo haber sido
el ancla territorial para las diferentes “bolivias” que vi-
nieron después… pero no fue así; y la Guerra del
Pacífico dejó amputado al país de su salida al mar,
de sus contactos directos con el resto del mundo vía
flotas mercantes que para entonces ya transportaban
la mayor parte de las exportaciones e importaciones;
las que no se perdieron, ciertamente, pero se volvie-
ron complejas, costosas y subordinadas a los capri-
chos de quienes “encerraban” a nuestro país.

Con Germán Busch se crearon nuevas instituciones


vinculadas con el petróleo que se mantuvo en propie-
dad de los bolivianos. Se creó el Ministerio de Hidro-

295
carburos y Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivia-
nos a la cabeza de Dionisio Foianini y del Ing. Jorge
Muñoz Reyes. Luego, en orden de importancia,
Busch convocó a la Convención de 1938, donde se
formuló una nueva Constitución para el país… una
constitución particularmente orientada a los aspec-
tos sociales de una nación extremadamente polari-
zada en sus clases sociales e injusta en la distribu-
ción de sus ingresos, con múltiples sectores radical-
mente empobrecidos y desprotegidos. Con Busch
se instituyen procesos para mitigar la pobreza y me-
jorar las condiciones de vida de los más desfavore-
cidos.

Uno de esos mecanismos fue el manejo estatal del


diferencial de cambio en las divisas y la obligatorie-
dad de entregar al Banco Central la moneda extran-
jera proveniente de las exportaciones, especialmen-
te de las exportaciones de hidrocarburos que debían
ser distribuidas entre los Departamentos y las Pro-
vincias. Se creó el Banco Minero, se logró la Paz
del Chaco y se construyeron vías férreas y camine-
ras para el Sur y el Oriente vinculando a la nación
con la Argentina y el Brasil (no debemos olvidar que
los nexos con el Océano Pacífico estaban cortados
y eran particularmente hostiles para con el país).

De la época de Busch datan los primeros Códigos


del Trabajo y las bases para que en 1952, se deter-
mine la nacionalización de las minas, la reforma
agraria y el respeto -en igualdad de derechos y obli-
gaciones- a la población indígena de Bolivia.

Este proceso iniciado por el H... Germán Busch, (in-


cluso antes con el H... David Toro), sería conocido
como socialismo militar y culminaría con otro H...
M... Gualberto Villarroel, quien sintetizaría este movi-
miento diciendo: No es que sea enemigo de los ri-

296
cos, sino que soy más amigo de los pobres. Tanto
Busch como Villarroel terminaron sus vidas trágica-
mente: uno cometiendo -al parecer- suicidio y el
otro siendo expulsado por la fuerza del Palacio de
Gobierno y siendo colgado por el cuello hasta perder
la vida en uno de los faroles de la Plaza Murillo, en
la ciudad de La Paz. Estos lamentables sucesos
nos muestran que el denominado socialismo militar
no conllevaba una unidad monolítica en las fuerzas
armadas. Habían jefes como David Toro quien cla-
ramente mostraba su interés por los aspectos socia-
les y la defensa de los recursos naturales, pero que
se vio manejado y sometido por las circunstancias a
los designios de las clases más adineradas del país
y, por ello, fue víctima de una falta de favor popular.

Luego del suicidio de Busch -y tras un interinato de


año y medio del General Carlos Quintanilla entre
1939 y 1940- se facilitó la subida al poder del Gene-
ral Enrique Peñaranda (1940 – 1943). Este jefe mili-
tar y luego Presidente de la República, claramente
se definió en favor de las “roscas de poder” fomenta-
das y financiadas por la oligarquía agrícola y minera
del país.

Entre estas dos tendencias: Busch y Villarroel, por


un lado, y, Peñaranda y Quintanilla por el otro, ha-
bían grupos civiles que mediaban y se mostraban
con derroteros más o menos claros. Uno de ellos
fue el influjo del futuro Gran Maestro de la Gran Lo-
gia de Bolivia, I... y P... H... Don Héctor Ormachea
Zalles, quien desde el Corralito de Villamontes ejer-
cería una serie de funciones claves para el país:
desde Ministro de Hacienda hasta Rector de la Uni-
versidad Mayor de San Andrés y conductor político.
Lo haría, casi, a título personal ya que que él era mi-
litante del Partido Liberal, que para entonces ya es-
taba en franca disolución.

297
Héctor Ormachea Zalles, fue Secretario Privado de
José Luís Tejada Sorzano quien asumió la Presiden-
cia de la República después de que el Presidente
Daniel Salamanca fuera obligado a renunciar en el
antedicho Corralito de Villamontes. Ya con Germán
Busch, fue Ministro de Educación en dos oportuni-
dades. Devino entonces el gobierno provisorio del
General Quintanilla; y, Ormachea Zalles se dedicó
a la enseñanza universitaria, donde culminó su ca-
rrera como Rector de la Universidad Mayor de San
Andrés (UMSA).

Como anécdota vemos que en una sesión de Con-


greso, Ormachea fue cuestionado por un represen-
tante político, acerca de su carencia de un título uni-
versitario, “lo que ponía en duda su capacidad para
multiplicar o dividir.” A lo que Ormachea Zalles, res-
pondió, que ciertamente podían poner en duda su
capacidad para multiplicar y dividir, pero de lo que
podían estar seguros, los señores políticos, era que
él no había aprendido a “sustraer.” Esta discusión
retórica, iba en contra de su gran capacidad para las
matemáticas y su desempeño como catedrático de
matemáticas financieras y cálculo avanzado de la
UMSA. Hoy los economistas -que peinan canas y
que fueron sus alumnos- recuerdan con gran res-
peto y admiración la forma magistral en la que él im-
partía sus clases y demandaba seriedad y dedica-
ción en el manejo de las matemáticas en esas pro-
fesiones tan necesarias para el manejo del Estado y
de los recursos monetarios de la población.

Héctor Ormachea fue Rector de la UMSA a los 33


años de edad y se mantuvo como tal por muchos
años. Fue el gestor de la construcción del Mono-
block de esta universidad, y fue Ministro de Hacien-
da y Estadística del gobierno del Presidente Hert-
zog; y, tal como dice la historiadora Florencia Balli-
298
vián: meses más tarde el mismo Presidente le enco-
mendó representar al país como Gobernador ante el
Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento
(Banco Mundial) y el Fondo Monetario Internacional,
cargo que mantuvo hasta abril de 1952 . De retorno a
Bolivia, en las décadas de 1950 y 1960, se mantuvo a la
cabeza de un partido político que ya no existía, que ya
no tenía una militancia efectiva (excepción hecha del
hijo del ex-presidente Ismael Montes y del futuro Gran
Maestro, H... Rafael Indaburu Gonzales). Aunque solo
sea un decir: a ellos tres se había reducido el Partido
Liberal.

A Héctor Ormachea Z. le correspondió ejercer la Gran


Maestría de la Gran Logia de Bolivia en medio del socia-
lismo militar, de
1939 a 1940. En
este corto periodo
de gestión fue el ar-
tífice para la refun-
dación de la hoy
Centenaria y Bene-
mérita Res... Log...
Simb... Obreros del
Porvenir, Nº 16, ini-
cialmente fundada
en 1885 por Don
Zoilo Flores Aponte, Don Rosendo Gutiérrez y el Gene-
ral José Manuel Pando. Para mantener ese número de
Logia, los HH... MM... de Obreros del Porvenir habían
dejado pasar muchas oportunidades para incorporarse a
la Gran Logia de Bolivia, y ahora que se daba la posibili-
dad de mantener el mismo número, los tramites de des-
vinculación del Oriente del Perú fueron gestionados pe-
ro no pudieron darse, y se tuvo que proceder a una nue-
va fundación para Obreros del Porvenir que se diferen-
ció de la anterior incorporando el denominativo de Log...

299
Simb... Zoilo Flores Aponte, Obreros del Porvenir, Nº
16, del Gran Oriente de Bolivia.

La fundación de este nuevo taller con un viejo nom-


bre y un mismo número, se dio el 30 de noviembre
de 1939. Este fue un taller vigoroso en sus filas,
desde el primer día de su re-fundación; y, su historia
puede considerarse como la historia del Rito de York
(en castellano) en Bolivia. Un Rito Simbólico de York
más vinculado al Perú y a la Gran Logia de Escocia,
que a la Logia Anglo Bolivían Nº 7, fundadora de la
Gran Logia de Bolivia, donde había quedado esta-
blecido “el otro” ritual masónico de York en Bolivia --
aquel que sus tenidas se realizaban en idioma in-
glés. Anglo Bolivian Nº 7, mantenía una estrecha li-
gazón con Chile, trabajaba en inglés y lo hacía -en
parte- con un ritual proveniente de la Gran Logia
Unida de Inglaterra, (UGLE), lo cual marcaba una
clara diferencia con lo que luego vendría a ser el
Rito Simbólico de York boliviano.

Retomando el concepto anteriormente planteado:


con Zoilo Flores Aponte, Obreros del Porvenir Nº 16,
en 1939, se inicia una larga, compleja y conflictiva
historia de talleres que trabajan en el Rito de York, a
pesar de que la carta Constitutiva de la Gran Logia
de Bolivia, otorgada por Chile, expresa taxativamen-
te que la GLB es una Gran Logia conformada para
trabajar en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Es-
ta es la razón para que en futuras Constituciones y
Estatutos la Gran Logia de Bolivia se abriría -expre-
samente- a la práctica de otros ritos además del Es-
cocés A... y A...

Los 30 HH... MM... que re-fundarían Zoilo Flores,


Obreros del Porvenir, Nº 16, encarnan no solo la his-
toria del Rito Simbólico de York en Bolivia, sino a la
misma historia de la Gran Logia de Bolivia, al incor-

300
porar a un nutrido número de HH... que fueron o se-
rían Grandes Maestros de nuestra Orden. Nos refe-
rimos a Filiberto Osorio Téllez (1930 – 1932), Héctor
Ormachea Zalles (1939 – 1940), Armando Bretel
Arrazola (1940 -1945), y Rafael Indaburu Gonzales
(1948 -1957 y 1960 – 1966). Además de estos dedi-
cados masones, Obreros del Porvenir en su re-fun-
dación de 1939, contaba con: Ernesto Dávalos Cal-
derón, Humberto
Vásquez Machi-
cado. Humberto
Schnorr Monje,
Domingo Nava
Castillo, Armando
Centellas Téllez,
Jorge Chinchilla
Taborga, Alberto
Torrico Ovando,
Enrique Jáuregui
Salvatierra, Juan
Víctor Muñoz Ibar-
güen, Melitón Bri-
to Miranda, José
Zoilo Manrique,
Luís Palenque Rí-
os, Julio Cesar Burgos, Juan Casanave Dechouz,
Eduardo Calbimontes, Hugo Zalles Soto, Leopoldo
Comboni Taborga, Daniel Bedregal, Isaac Rudón,
Mariano Palenque Ríos, Jorge Guardia Valverde,
Alejandro Kavlin Lizágar, Juan Antonio Pergilasco
Mazzone, Jacinto Monje Valle y Luis Piérola Machi-
cado.

Estos Hermanos Masones a partir de 1940-41, pro-


cedieron a hacer un estudio minucioso del Rito Sim-
bólico de York, tal como les había llegado de la
Gran Logia del Perú, y lo analizaron, compararon y

301
ajustaron con referencia al que se practicaba en
la Logia Anglo Bolivían Nº 7, en idioma inglés... “el
otro ritual”... aquel proveniente -en parte- de la
Gran Logia Unida de Inglaterra. Este estudio era
tanto más necesario por el hecho de que muchos
de los fundadores de la nueva Obreros del Porve-
nir, se habían iniciado en el Rito Escocés Antiguo
y Aceptado.

En 1943 asumió la venerabilía de este Taller, Don


Arturo Tejerina Mendieta, quien fuera Gran Biblio-
tecario de la Gran Logia de Bolivia por muchos
años. Con este dilecto Hermano Masón, los estu-
dios acerca del Rito de York llegaron a su expre-
sión más alta, tanto más por el hecho de que para
1945, todos sus Past-Masters eran parte de la
malograda Logia Progreso, Nº 14, para Maestros
Instalados. La Logia de Maestros Instalados, que
trabajaba indistintamente en inglés o en castella-
no, pudo profundizar en el estudio del Ritual Sim-
bólico de York, el cual se fue instituyendo como
el Rito de York boliviano en sus tres grados y en
la “condición de Maestro Instalado.”

El estudio minucioso del Ritual Simbólico de York


continuó hasta 1968 (año en el que culminó la se-
gunda venerabilía de Don Rafael Indaburu Gon-
zales en la Logia Z.F.A. Obreros del Porvenir Nº
16). Habiendo dejado el cargo de Gran Maestro
de la GLB, R. Indaburu Gonzales fue Venerable
de Obreros y se preocupó por la recuperación y
perfeccionamiento del Ritual Simbólico de York,
presentado a la GLB, como Proyecto Ritual de
Obreros del Porvenir. En la gestión 67-68, se pu-
sieron a prueba los nuevos Rituales Simbólicos
para los tres grados del simbolismo, incluyendo el
Ritual Simbólico no para el grado, sino para la
Condición de Venerable Maestro Instalado.
302
El conjunto de rituales simbólicos de York fueron puli-
dos, ajustados y mejorados hasta 1970, año en el
cual esta Resp... Log... Simb... Obreros del Porvenir
Nº 16, los sometió para aprobación por parte del
Gran Maestro de entonces, José Royuela Albo y del
Consejo de la Orden. Estos rituales para primero,
segundo y tercer grado -y para la condición de Ma-
estro Instalado- fueron aprobados por Decreto
Nº2/1 – 42 - 64, el 20 de octubre de 1971, para su
uso en toda la República de Bolivia.

Con el Ritual Simbólico de York se instituyó la Ma-


sonería de York en Bolivia, aunque años más tarde
se dio la opción de trabajar tanto con este Ritual co-
mo con el Ritual de Emulación que utilizaba Anglo
Bolivian Nº 7 a partir de 1978. Un ritual lancasteriano
(basado en la memorización de diálogos litúrgicos).
Un ritual que de ser una forma de práctica del ritual -
únicamente para Maestros Masones- por diversas
razones que no vienen al caso, se instituyó como ri-
tual simbólico para los tres grados de aquellas logias
que prefirieron la versión inglesa de este rito, por en-
cima del largamente preparado y ajustado Rito Sim-
bólico de York boliviano.

Quien sucedió a Don Héctor Ormachea Zalles en la


Gran Maestría de la Gran Logia de Bolivia, fue el I... y
P... H... Armando Bretel Arrazola (para las gestiones
masónicas 1940 -1945). Bretel, fundador de Zoilo
Flores, Obreros del Porvenir Nº 16, ex-venerable de
esta logia que trabaja en el Rito Simbólico de York,
fue presidente de la Logia 14, de Maestros Instalados
durante su mandato de Gran Maestro. Los 40s fue-
ron años en los que la rigurosidad del Ritual Simbó-
lico de York y su prestigio entre los demás talleres
hicieron que muchos HH... se afilien a este Taller y la
membrecía de Obreros del Porvenir se incremente
geométricamente.

303
Recuadro Nº 15.- Ritos y rituales en la Francmasonería.
En la Francmasonería Simbólica encontramos dos El rito moderno de mayor edad parece ser el Rito
conceptos que con frecuencia se confunden: Rito y de York, creado en el Siglo XVII, por Elías Ashmole,
Ritual. bajo los auspicios de la familia real inglesa-escoce-
sa de los Estuardo. Esto sucedía en Inglaterra cu-
Un rito -en la Orden- es un sistema global o gené- ando a mediados del Siglo XVII Carlos I de los Estu-
rico de enseñanza y aprendizaje masónico que de- ardo fue depuesto por Oliver Cromwell. Luego de
nota un conjunto diverso pero preciso de propósi- estos trágicos episodios, esta familia se refugió en
tos de formación, mejoramiento y perfección hu- Francia, donde ya habían muchos ritos masónicos,
manista; mientras que un ritual es un conjunto de y allí nació el Rito Escocés o el Rito de los escoce-
liturgias o ceremonias. El ses. Posteriormente, con
rito está vinculado a la con- la intervención de impor-
ceptualización de los funda- tantes masones, como An-
mentos de enseñanza y drés de Ramsay, se insti-
aprendizaje y el ritual in- tuyó el Rito Escocés (tam-
cluye instrucciones precisas bién en el Siglo XVII).
para la práctica ceremonial.
Así podríamos hablar del Luego, ya en el Siglo XIX se
rito genérico del bautismo y conformó el Rito de Conci-
dentro de este marco fun- liación, con la creación de
damental aparecen las dife- la Gran Logia Unida de In-
rentes prácticas rituales del glaterra (UGLE), en 1813.
bautizo de acuerdo a dife- El 2 de octubre de 1823,
rentes grupos religiosos, so- aparece no el rito sino el
ciales o ético-culturales. El Ritual de Emulación aso-
concepto del bautizo es el ciado a la Logia de Emula-
rito (rito bautismal), y las di- ción para el mejoramiento
ferentes formas de bautizar a niños, jóvenes o de la práctica del ritual.
adultos, son diferentes rituales culturalmente y re- Una propuesta ritual que por más de un siglo era
gionalmente específicos comunicada de boca a oído dentro del sistema lan-
casteriano de educación por memorización y repe-
En masonería hay una multitud de ritos. Lorenzo tición. En 1969 se rompe esa tradición oral y se
Frau Abrines en su Diccionario Enciclopédico Abre- publica un libro de rituales de Emulación, aclaran-
viado de la Masonería hace referencia a más de do en sus notas introductorias (pag. ix) y en las de
150 ritos, mientras que en una publicación del Co- Ritual and Procedure (1 a la 10), que la Logia Emu-
legio de Ritos de los Estados Unidos de Norte Amé- lación para el mejoramiento de la práctica del ri-
rica se habla únicamente de unos 20 ritos masóni- tual, es únicamente para Maestros Masones quie-
cos conocidos y practicados en la actualidad. Ello nes debían asumir la conducción de las 4 ceremo-
muestra que una gran cantidad de ritos fueron cre- nias básicas de Iniciación en el Primer Grado, Paso
ados, principalmente en Europa y luego fueron ol- al Segundo Grado, Elevación al Tercer Grado y de
vidados. Un rito que no fue olvidado pero que pa- Instalación de Maestros y Oficialidades. Estas ce-
rece tender al olvido, es el caso del Rito de Schrö- remonias, con diferentes características litúrgicas,
der en Alemania. Este rito denota la preocupación se aplicaban a diversas formas rituales de las logias
de masones de la época de Fichte, Goethe, Schiller denominadas, azules (Blue Lodges), Craft, logias de
y Schelling, (fines del Siglo XVIII y principios del San Juan, etc.
XIX), por encontrar un rito original y deshacerse de
los muchos ritos que en ese momento existían en La Logia de Emulación para el mejoramiento de la
ese país… querían superar el ruido ritual que allí práctica del ritual, se diferencia de las demás lo-
se generaba. gias por no ser una logia simbólica, sino de ejerci-
304
cio y práctica de los parlamentos masónicos; su En Bolivia el Rito más practicado es el Escocés An-
oficialidad también es diferente y en el armado del tiguo y Aceptado, con el que fue creada la Gran
Templo no contempla un ara como centro y base Logia de Bolivia en 1929. Sin embargo, entre las
ceremonial... directamente no hace uso de un siete logias fundadoras de la Gran Logia de Bolivia
Templo. estaba Anglo Bolivian Nº 7, la cual desde un inicio
trabajaba en Craft, en los tres grados de Aprendiz,
El ara como centro y el Volumen de la Ley Sagrada Compañero y Maestro. Y fue que a partir de la pu-
son el eje para las practicas simbólicas de una logia blicación del Ritual de Emulación por A. Lewis, Ma-
azul, Craft o de San Juan y de San Juan; es decir, sonic Publishers, LTD., en 1969, que en la década
logias simbólicas que trabajan en un Templo. Las de 1970, comenzó a utilizar el Ritual de Emulación,
logias de Emulación no trabajan en Templos sino como un Ritual Simbólico, para los tres grados sim-
en recintos logiales. Al no bólicos de la Francmasonería.
haber ara, el Volumen de
la Ley Sagrada está en la El ritual Simbólico de York, en
mesa, escritorio o atril del Bolivia, adquiere una serie de
Presidente de la Logia, características propias y fue
quien conduce las prácti- gestado por la Logia Obreros
cas de repetición y memo- del Porvenir, fundada por
Zoilo Flores Aponte en 1885,
rización de segmentos
inicialmente perteneciente a
importantes de los ritua- la Gran Logia del Perú. Luego
les masónicos. esta Logia fue parte de la
Gran Logia de Bolivia y re-
En Emulación no hay refe- fundada en 1939. En ella
rencias para el ingreso o la nació un Proyecto Ritual pro-
salida ceremonial de pio …dentro del marco gené-
Aprendices o Compañeros rico del Rito de York.
(pag 2 de sus notas de ri-
tual y procedimiento), ya El Hermano Masón Hugo
que no hay Aprendices ni Compañeros en estas lo- Aleksis Ramírez, reconoce
gias. Estas son sólo unas cuantas de las diferencias estas características y considera que se trata del
Rito de York boliviano, diferente a lo que se conoce
entre un Ritual Simbólico y un Ritual para práctica
como Craft en Inglaterra, y diferente del llamado
de los diversos rituales simbólicos de York. Rito de York en los Estados Unidos. El Hermano
Ramírez, en sus investigaciones, habla del Ritual de
Estas diferencias rituales dentro del mismo Rito de Emulación como perteneciente al “sistema Ingles”
York o rito americano, con diferente denominación y al Rito de York tradicionalmente practicado en
se aplican al Craft inglés y a las Logias de San Juan Bolivia lo denomina como el Rito de York bolivia-
y de San Juan en Alemania y otros países. Es en no. Llamarlo únicamente Rito de York, al sistema
torno a estas diferencias, no solo de forma sino de de enseñanza y aprendizaje que se practica en Bo-
fondo, que se cuestiona la naturaleza del Ritual de livia, sería técnicamente incorrecto, indica Hugo
Emulación ya que en sus versiones de origen tiene Aleksis Ramírez, ya que lo que se practica en Boli-
un propósito radicalmente diferente. Esto parece via es algo específico para Bolivia.
que está cambiando ya que en los últimos años és-
te ritual de práctica, para aprender de memoria, se El Rito Escocés Antiguo y Aceptado, por su parte,
incorpora rituales para los tres grados del simbo-
ha divulgado como si fuera el ritual inglés de la lismo con una serie de especificidades propias y de
masonería, en vez del denominado Craft (rubro o este sistema de enseñanza y aprendizaje, también
gremio de la construcción), que se remite al sim- podemos decir que es un Rito Escocés con especi-
bolismo ritual (se ajustaron no sólo palabras, sino ficidad litúrgica y ceremonial boliviana …con un
gestos y movimientos en los trabajos propios de conjunto de usos y costumbres exclusivamente bo-
las Logias Azules, de las de Craft y las de San Juan). livianos.

305
En 1942, todavía bajo la ges-
tión del I... y P... H... Armando
Bretel A. que se extendería
hasta 1945, se fundó la Respe-
table Logia Simbólica Hispano
Boliviana, Nº 17. Una Log...
que convocaba a muchos her-
manos masones de origen fo-
ráneo, especialmente a espa-
ñoles como Don Vicente Bur-
galeta, quien habiendo nacido
en Valladolid, España, en 1891
y estudiado ingeniería industrial, era miembro de la
Orden de San Mauricio y San Lázaro en Italia, miem-
bro de la Academia Hispano Americana de Ciencias
y Artes de Cádiz y uno de los fundadores de la So-
ciedad de Ingenieros de Bolivia; catedrático de la es-
cuela de Ingeniería en la UMSA, y artífice del tendido
de la red de servicios de telefonía en La Paz (hoy
hay una avenida con su nombre y varios de los edifi-
cios del servicio de teléfonos han sido nominados en
recuerdo de este gestor de la comunicaciones en La
Paz y en el resto del país).

Como no podría ser de otra ma-


nera, esta logia se fundó un 12
de octubre de 1942, con los
HH...: Jacinto Forest, Domingo
Nava, José Royuela A. (futuro
Gran Maestro de la GLB en las
gestiones 1970 -1975), Rafael
Guisbert, Severo Irriberry, Carlos
Alcazar, Juan José Ortiz, José L.
Martínez, Jorge Eschogoyen,
Clemente Davalillos, Francisco
García, Miguel Granados, Edu-
ardo Campero, Alejandro León,

306
Luís Piñana, Manuel López Rey, Vicente Burgaleta,
Augusto Pescador (renombrado filósofo y lingüista),
y Rafael García. Este grupo de dilectos hermanos
masones empezó a trabajar “bajo la égida de cual-
quier religión; en la palabra de cualquier idioma; o en
el color de cualquier raza; ...o en las costumbres de
cualquier trabajo; para el masón sólo cuenta la fe en
la rectitud de la acción y la verdad, la justicia, la
igualdad y el amor fraterno, que siempre viene al
alma del hombre por dádiva del Supremo Construc-
tor, El G...A... D...U..., cuya mejor obra es la humani-
dad, ya que de ella espera el bien espiritual y moral
(para todos)…”

El propio nombre de esta Logia Hispano Boliviana ha


hecho de ella un referente para el buen uso del idio-
ma. Es una de las Logias con un Boletín Informativo
exquisito en todos los sentidos, donde la palabra se
muestra radiante en sus composiciones, significados
y precisiones. Hispano Boliviana también fue pro-
motora de una serie de concursos literarios y even-
tos culturales que la prestigian y resaltan la calidad
de sus trabajos escritos y sus acciones de benefi-
cencia.

En esta logia, como dice uno de sus miembros (el


Q... H... Miguel Bustos Romero), “en ningún tiempo
decayó el afán de superación individual y colectiva
de sus componentes. La cultura fue el quehacer de
sus mayores preocupaciones. Fomentó conferen-
cias, lecturas de ensayos y estudios tanto esotéricos
como profanos.”

Pasando a otro tema. Entre los papeles acumulados


por el I... H... Arturo Costa de La Torre, que han lle-
gado a mí poder, gracias a su hijo Don Rolando Cos-
ta Arduz (quien no es miembro de la Orden), me ha

307
llamado la atención un Acta de Fundación, al parecer
original, rubricada en un periodo en el cual todavía
era Gran Maestro Don Armando Bretel. Esta Acta de
Fundación dice así: “En la población de Catavi, a los
siete días del mes de mayo de 1944, reunidos en los
salones del Club, a horas 11 am., los siguientes Her-
manos. Enrique Renjel de la Resp .. Logia de Perf...
Mariscal Santa Cruz, Nº 2 del Valle de Oruro Gr. 30;
Fernando Calbimontes A. de la Resp... Log. .. Orden
y Libertad Nº 15 del Valle de Oruro, Gr. 18; Alejandro
Urquidi de la Resp...Log... Adolfo Ballivián Nº 5 del
valle de Oruro, y los HH... residentes en este Valle:
Serafín Ferreíra, Franz Nacter, Andrés Pérez, Víctor
Muñoz Reyes, Carlos Vásquez, Eduardo Ruíz Arce,
Jorge Guzmán Téllez, Ronald Blain, Orlando Chiare-
lla (con licencia) y Valerio Delgado (con licencia),
acordaron:

1.- Que en merito a la autorización concedida por el


Pod... Hno... Serenísimo Gran Maestro de la Gran
Logia de Bolivia, en comunicación al Ven... Maestro
de la Resp...Log... Orden y Libertad Nº 15 del Vall. de
Oruro, Hermano Fernando Calbimontes A., se proce-
dió a la formación de una Logia en Instancia.
2.- Que esta determinación ha sido tomada previo
cambio de ideas y consultando la opinión unánime
de todos los hermanos concurrentes.
3.- Que de acuerdo a la Constitución, el Hermano
Serafín Ferreíra Gr. 9º, ha sido nombrado Ven. Ma-
estro de esta Logia en Instancia.
4.- Que la primera Directiva ha quedado constituida
en la siguiente forma:
Venerable Maestro Hno. Serafín Ferreíra
Primer Vigilante Hno. Andrés Pérez
Segundo Vigilante Hno. Franz Naeter
Orador Hno. Víctor Muñoz R.
Secretario Hno. Carlos Vásquez

308
Tesorero Hno. Ronald Blain
Experto Hno. Orlando Chiarella
5.- Como domicilio, para la formación del Templo se
fija la ciudad de Uncía. El local está situado en la
plaza principal de Uncía, residencia del Hno. Pérez.
6.- Por unanimidad se consideró que los miembros
fundadores de esta nueva Logia serían los que apa-
recen en esta Acta.
7.- Se resolvió trabajar en el Rito Escocés Antiguo y
Aceptado y bajo la jurisdicción de la Gran Logia de
Bolivia.
8.- Se resolvió que en una próxima reunión se con-
cluirá de llenar todos los trámites necesarios ante la
Gran Logia de Bolivia para su autorización de traba-
jar en instancia como Logia Constituida. Leída esta
Acta de Fundación fue aprobada y firmada por todos
los Hnos. asistentes. Firmas: Enrique Renjel, Fer-
nando Calbimontes, Alejandro Urquidi, Serafín Fe-
rreira, Juan V. Muñoz Reyes, Franz Naeter, R. Blain,
Carlos Vásquez, Andrés Pérez, Jorge Guzman Te-
llez, Eduardo Ruíz Arce.”

En este documento no figura el nombre de la Logia


en Instancia, más allá de que se la funda en la locali-
dad de Catavi, para que funcione en la ciudad de Un-
cía. Sabemos, por otros documentos, que la logia
fundada entonces, efectivamente trabajó en Uncía
bajo el nombre distintivo de Unión y Trabajo, y la
Gran Logia, en 1945, le asignó el Número 18. A esto
debemos añadir que ya en 1946, bajo la Gran Maes-
tría del I... y P... H... Rodolfo Virreira Flor, se procedió
a la formación definitiva de este Taller con la presi-
dencia del I... H... Oscar Uzín Saavedra, Gran Dele-
gado Regional para el Valle de Oruro (aunque tanto
Catavi como Uncía están en el Norte del Departa-
mento de Potosí, en la Provincia Bustillo).

309
Siendo Uncía un asiento minero, esta Logia se vio
afectada por los vaivenes de la producción minera;
lo cual determinó periodos de inactividad por tras-
lado de sus miembros a otros asientos no depen-
dientes de las fluctuaciones tanto en la producción
como en los precios del mineral. Para 1948, se
atisba una “re-iniciación” de trabajos, los cuales
pronto tuvieron que ser cerrados al entrar esta Logia
Masónica “en sueño.” Con el nombre perdido, el nú-
mero pasó a ser distintivo de la Logia Luz de Oriente
del Valle de Santa Cruz.

La masonería se esforzaba en comprender la na-


ción, en estar en medio de las áreas más problemá-
ticas del país. Se esforzaba, pero no llegaba a cap-
tar plenamente lo que estaba sucediendo, no llegaba
a generar los conocimientos que se necesitaban. In-
tuía mucho de lo que podía pasar, pero estaba lejos
de generar un conocimiento orientador ya que pese
a los esfuerzos de muchos hermanos, la Orden se
perdía en ceremonias, símbolos y discursos genéri-
cos. Parecía que aquellos conocimientos propios
propuestos por la generación de la libertad habían
sido “vaciados” de la masonería boliviana durante la
institucionalización de la Masonería de las Grandes
Logias, pero a nivel de Logias Simbólicas, gracias a
la generación del Chaco, nuevamente bullía un pen-
samiento ciudadano y libertario.

De la época de fundación de la Logia Unión y Traba-


jo Nº 18 en las localidades de Catavi y Uncía, trata
el clásico de la literatura Boliviana: LLallagua de Ro-
berto Querejazu Calvo; es decir, la historia de la
montaña de LLallagua, localizada mucho más cerca
a Catavi que a Uncía. También trata el libro de Ser-
gio Almaraz Paz: El poder y la caída, que refleja lo
que aconteció en el triangulo de Catavi, Llallagua y

310
Uncía, en la producción de Estaño y con la emergen-
cia de diversos movimientos sociales. Pero estos do-
cumentos se produjeron fuera de la Orden --a pesar
de que en esos momentos trataba de surgir una Lo-
gia Masónica precisamente en ese epicentro. En
esos textos de comprensión de lo que sucedía a nivel
nacional, vemos que Almaraz inicia uno de los capí-
tulos de su libro diciendo: “En 1942, el Ministro de
Hacienda Joaquín Espada, pidió que las compañías
mineras retuvieran el impuesto a la renta que debían
pagar sus accionistas extranjeros. Una de ellas se
negó a hacerlo y llevó el pleito a la Corte Suprema “y
ante el asombro de todos lo perdió.”” “Carlos Víctor
Aramayo, quien cuenta el incidente, quedó descon-
certado. ¡Era la primera vez que una compañía mi-
nera perdía frente al Estado! Y esto ocurría nada
menos que en el gobierno que sin vacilar sacrificó su
honra en los altares de la minería dejando el bárbaro
recuerdo de (la matanza de obreros y mineros en)
Catavi. Algo malo estaba sucediendo. Los indicios
de rebelión se multiplicaban. Hasta el Ministro de
Hacienda andaba diciendo que se proponía destruir
“la rosca” minera, pareciendo en ese momento un
David pequeño y rubicundo.” “...Ochenta años de
poder se agrietaban. En los diez que siguieron al in-
cidente relatado por Aramayo, se trabó la lucha deci-
siva (es decir, de 1942 a abril de 1952).”

Lo que quiero mostrar es que en medio de este pro-


ceso que incorporó una serie de “páginas de sangre,”
se fundaba una Logia Masónica en el mismo centro
de este proceso revolucionario de pérdida de poder
de la minería y de emergencia de un país libre del
poder de las grandes empresas mineras que serían
nacionalizadas el 31 de octubre de 1952, en el céle-
bre “campo de María Barzola” muy cercano a las lo-
calidades de Catavi y Siglo XX.

311
¿En qué medida la decisión de formar una Logia en
el vórtice de tales acciones y reacciones mineras era
una propuesta de apoyo o de rechazo a lo que es-
taba sucediendo con los Barones del Estaño? …no
lo podría decir, ni siquiera como una hipótesis. Lo
que sí es evidente es que ese taller en mayo de
1944, se fundaba durante la presidencia de Gual-
berto Villarroel, quien alzando las banderas de la
matanza de Catavi (diciembre de 1942), derrocaría
al General Enrique Peñaranda y se proyectaría con
un programa de reivindicación nacionalista.

Veamos un par de anécdotas que no hacen a la his-


toria del país, sino a la historia de la Masonería en
Bolivia, a una historia de los
masones bolivianos.

La noche previa a la insurrec-


ción que depuso de la Presi-
dencia a Enrique Peñaranda,
cuenta el I... y P... H... Rafael
Indaburu Gonzales, él -de ca-
sualidad- se había encon-
trado, en los salones del Club
de La Paz, con el H... Gual-
berto Villarroel, quien se no-
taba muy emocionado y qui-
zás con algunas copas de
más. Indaburu y Villarroel se abrazaron efusiva-
mente y Villarroel en su emoción le hizo partícipe de
que en pocas horas más iba a terminar el gobierno
de Peñaranda. Indaburu Gonzales, pensando que
todo esto era producto del alcohol, se ofreció a llevar
a Villarroel a su casa para un merecido descanso.
Villarroel accedió y bajando las gradas del Club de
La Paz, se toparon con dos Ministros de Estado del
Gobierno de Peñaranda, a quienes Villarroel increpó
acerca del mal-gobierno que estaban llevando.
312
Anze Matienzo y (al parecer) Espada, los ministros
de Peñaranda, contestaron mandando a callar a
esos “impertinentes busca pleitos.”

Vino la revolución y Villarroel fue nombrado presi-


dente de la Junta Militar de Gobierno (1943-1944),
presidente provisorio (1944-1945) y presidente cons-
titucional (1945-1946). El encuentro del Club de La
Paz llegó a los oídos de Peñaranda, y muchos años
después, en una reunión social, Enrique Peñaranda
le reclamó a Rafael Indaburu por lo ocurrido esa no-
che en ese club.

El para entonces Gran Maestro de la Gran Logia de


Bolivia, le contestó a Peñaranda que en esos días
de 1943, él no sabía lo que se estaba tramando, mu-
cho más si en esos aprestos se encontraba la logia
RADEPA (Razón de Patria, que era una logia militar
de la que Villarroel era miembro y que era dirigida
por Elías Belmonte), de la
cuál Indaburu no era parte. Y
le contó a Peñaranda que si
bien él (Indaburu) no se vio
afectado por el golpe de
1943, (no participó del Go-
bierno de Villarroel), pero sí
se vio fuertemente impactado
por la forma en que Gualberto
Villarroel, su amigo, su her-
mano masón y su compañero
de armas, fue muerto por ahorcamiento, al frente del
Palacio de Gobierno, colgado por el cuello de un
poste de alumbrado público en la Plaza Murillo.

Comentó que enterado del suceso, lleno de indigna-


ción, se fue a la Plaza Murillo y empezó a vociferar
en contra de la barbarie de quienes habían cometido
ese magnicidio. Algunos de los transeúntes le de-

313
cían que se tranquilice, y no faltaron quienes con se-
ñas le pedían silencio y le mostraban otro farol. A fin
de cuentos, un masón que pasaba por la Plaza Muri-
llo, lo agarró del brazo, lo tranquilizó y lo llevó a su
casa. La historia del Club de La Paz, se repetía; pe-
ro ya no era Indaburu quien se ofrecía a llevar a su
casa a un Villarroel exaltado, sino que era un masón
quien llevaba a Indaburu a su casa tranquilizándolo
ante la atrocidad de lo sucedido.

La vida continuó y un par de años más tarde, el H...


Rafael Indaburu Gonzales, ya en funciones de Gran
Maestro de la Gran Logia de Bolivia, fue artífice de la
fundación de la Logia Simbólica Nosce te ipsum Nº
19; una logia que hace referencia a la importancia de
conocerse a sí mismo y ocuparse de sí mismo. En
varias ocasiones Don Rafael Indaburu Gonzales co-
mentaba que si él se hubiera conocido mejor a sí
mismo, y ocupado más de sí mismo, en el episodio
de la muerte de Villarroel quizás hubiera reaccionado
de manera diferente; por lo menos, hubiera reaccio-
nado conociéndose mejor y conociendo los “botones”
de su temperamento que lo hacían saltar y salir sin
pensar en las posibles consecuencias de enfrentarse
a casos y cosas que eran inexorables, que podían
hacerlo vulnerable… y poner en peligro a los de su
entorno. Pero, a pesar de sus consideraciones de
cordura, cuando había que salir salía y lo hacía con
gusto arengando “arriba blandengues,” “vamos ade-
lante con los faroles, que nadie se muere la víspera.”

Esta predisposición a “tomar el toro por las astas” tu-


vo que ser parte de la acción masónica durante los
meses anteriores y posteriores a la Revolución del 9
de abril de 1952; un periodo en el que los movimien-
tos obrero-sindicales se habían ensañado con la Ma-
sonería considerándola “un bastión de la rosca que
había acabado con las vidas de Busch y Villarroel.”
314
Lo mismo decía el discurso político de algunos sec-
tores del Movimiento Nacionalista Revolucionario.
Pronto se pudo apreciar que la revolución se come,
que devora, a sus revolucionarios.

En cierta oportunidad durante los turbulentos prime-


ros años de la Revolución Nacional, Rafael Indabu-
ru, como Gran Maestro y Arturo Costa de La Torre
fueron a visitar al hijo de Don Arturo, a Don Rolando
Costa Arduz, quien en ese momento fungía como
Secretario Ejecutivo de la Universidad Mayor de San
Andrés, la que al parecer -como universidad- ha-
bría indicado su interés por hacerse de los predios y
edificaciones de la Gran Logia de Bolivia. Rolando
Costa Arduz, les expresó que eso no era cierto, que
nunca se había discutido tal cosa, mucho más consi-
derando que varios masones eran una parte muy
respetada del Consejo Universitario.

Pero los rumores no terminaban. Una noche de tra-


bajos masónicos, algunos masones llegaron a la
Gran Logia con el rumor de que en el Congreso de
la Nación se había discutido la disolución de la Ma-
sonería en Bolivia y la apropiación de predios e in-
muebles en todo el territorio nacional. De emergen-
cia se convocó a uno de los taquígrafos del Congre-
so y a dos congresistas que eran masones. Ninguno
de los tres tenía información al respecto, por lo que
decidieron ir al Congreso y oír lo que se había discu-
tido ese día. Lo hicieron entre las dos y las tres de
la mañana, entrando, casi subrepticiamente, a las
salas del pleno del Congreso y a los salones de ca-
da una de las Cámaras. Nuevamente, se trataba de
una falsa alarma. Pero los rumores no dejaban de
llegar; y, en muchos casos, como en los de Oruro y
Potosí, las amenazas de los sindicatos mineros eran
evidentes. Se conformaron comisiones para dialo-
gar con el Ministerio del Interior y con los sindicatos

315
agresores; lo cual, de manera permanente y soste-
nida, duró hasta bien entrado el año 1957.

De 1953 a 1954, los entonces Aprendices de las Lo-


gias Masónicas de La Paz, tal como mencionaba el
I... y P... H... Raúl Mendoza Requena, se sorteaban
turnos para hacer guardia en las esquinas aledañas
a las edificaciones de la Gran Logia de Bolivia. Esa
quizás puede ser una dimensión anecdótica. Lo que
ciertamente distaba mucho de la anécdota para el
Gran Maestro, era la recurrente necesidad de aper-
sonarse al Control Político y a los Campos de Con-
centración instalados por el nuevo régimen, para
tratar de sacar de las cárceles políticas o del confi-
namiento al que habían sido sometidos varios Her-
manos Masones. Nada anecdótico se puede contar
de las angustiantes reuniones sostenidas con ma-
dres, hijas y esposas de masones detenidos y mal-
tratados por barzolas y milicianos que sembraban
terror en todo el país, y en especial con algunos ma-
sones a los que esos grupos de choque llamaban
“rosqueros.”

Todo ello llevó al Gran Maestro a solicitar una au-


diencia con el Presidente de la Republica, Don Víc-
tor Paz Estensoro, quien había sido iniciado masón y
asistido a las tenidas de la Log... Mariscal de Ayacu-
cho Nº 6. La entrevista fue cordial. Ambos recorda-
ron a su “Logia Madre” (ambos fueron iniciados en
esa Logia), y compartieron propuestas tranquilizado-
ras con referencia a algunos masones que eran im-
portantes dirigentes del Movimiento Nacionalista Re-
volucionario desde su fundación. Con la tranquilidad
de aquellas palabras, pero todavía sintiendo temblo-
res en las rodillas, las autoridades de la Masonería
Boliviana, fueron informadas que los templos y lo-
gias, para el Presidente de la República, eran luga-
res seguros donde se podía trabajar sin temor.
316
Es en ese contexto de inseguridades y rumores que
nace la Logia Nosce te Ipsum, Aurelio García, Nº 19;
un 4 de septiembre de 1953, en el Valle de Cocha-
bamba. Esta logia, en su Carta Constitutiva hace
notar que trabajará en el Rito de York.

Al parecer, el nombre de Nosce te Ipsun fue iniciativa


del Q... H... Cesar Fabiani, mientras que su comple-
mentación con el nombre del H... Mason Aurelio Gar-
cía correspondió a Teófilo Rivera, un hermano masón
afiliado... aunque hay versiones de que esto fue a la
inversa. De cualquier manera, a Cesar Fabiani Var-
gas y Teofilo Rivera, respondiendo al Decreto 2/1 –
24 – 305, firmado por el Gran Maestro I... y P... H...
Rafael Indaburu Gonzales, y por el Gran Secretario
de la Gran Logia de Bolivia: I... H... Carlos Cernadas
Villalobos, les correspondió iniciar trabajos para un
taller que desde sus inicios, en 1953, ya llevaba am-
bas denominaciones. Para el logro de este fin les
ayudaron a “levantar columnas” los HH... Miguel Guz-
mán Guzmán, Alberto Gonzáles Álvarez, José María
Jareño, Oscar Chiarella Solimano, quienes se suma-
ron a instituir el nombre completo de este Taller y al
desafío de trabajar en un rito que por entonces sólo
se encontraba en Anglo Bolivian Nº7 en su versión
inglesa y en Zoilo Flores, Obreros del Porvenir Nº 16;
en su versión boliviana: entre ambos talleres habían
diferencias no sólo de idioma, sino de orientación...

317
de fondo y de forma. Se decidieron por el Rito Sim-
bólico de York, en castellano, que era el de Obreros
del Porvenir en La Paz.

El 28 de enero de 1954, mediante Decreto de la


Gran Logia de Bolivia se reconocía que esa Logia en
Instancia había cumplido con los trabajos necesarios
y podía ser consagrada como una Logia Regular,
Justa y Perfecta. Para ello, el Propio Gran Maestro
presidiría la Comisión Instaladora con los QQ... HH...
Julio Terán Rocha y Ernesto S. Arévalo como Vigilan-
tes Instaladores y el H... Elías Strauch como Maes-
tro de Ceremonias Instalador, quienes formalizaron
las responsabilidades de la Nueva Oficialidad con el
H... Oscar Chiarella como su primer Venerable Maes-
tro, el I... H... Alfredo Peláez Diez de Medina (quien
sería elegido Gran Maestro para la gestión 1958 –
1960), como Diputado ante la Gran Logia de Bolivia
y el I... H... Cesar Fabiani Vargas como Inmediato
Past Master. Uno de los primeros Maestro Masones
en afiliarse a esta novel logia fue el Q... H... Julio
Alem Dips.

En oportunidad de la Instalación de esta logia en


1954, el I... H... Cesar Fabiani Vargas, pronunciaba
las siguientes palabras de circunstancias: “… nos
hemos congregado en este Taller, con el firme propó-
sito de hacer una obra efectiva y una labor proficua.
Nos mueven deseos de altruismo y perfeccionamien-
to. Desbastemos unidos la “piedra bruta” para que
encaje lo más perfectamente posible en el Templo,
que al igual que el de Salomón, elevamos al Todopo-
deroso. Mantengámonos alertas contra las acechan-
zas de los Jubelas… dominemos sus ambiciones y
torpezas, con el arma más poderosa de todo el Uni-
verso: el Amor. Hagamos sinceros votos de mante-
ner la fraternidad universal con todas nuestras fuer-
zas, toda nuestra decisión y toda nuestra franque-
318
za… prosigamos en nuestro Taller rindiendo el más
alto culto, cómo se lo rendía en Delfos, al Amor y a
la Virtud. E invoquemos la iluminación de aquellos
grandes iniciados que oficiaban en él para que nos
guíen y nos ayuden a conocernos a nosotros mis-
mos.

Esta Logia, no solo creció en torno al nombre de


destacados masones que guiaron a otros, sino que
estableció una serie de formas de trabajo masónico
que se han institucionalizado para el bien de la Ma-
sonería Boliviana. Una de ellas fue el establecimien-
to de un sistema de Educación y Formación Masó-
nica basado en 10 sesiones de instrucción. Así se
daba inicio a un estilo de formación masónica deno-
minado “liberal o liberalizado.” La formación masó-
nica liberalizada, se diferenciaba radicalmente de la
instrucción basada en la repetición y memorización
de rituales y catecismos, pero no tanto de la basada
en tres áreas fundamentales: de búsqueda de uno
mismo para mejorarse a sí mismo, la primera; de
un comportamiento masónico regulado por normas
tanto éticas como administrativas, la segunda; y, la
tercera, de un ritualismo riguroso (ver pag. 260). A
todo ello, se sumaba una discrecionalidad local, pro-
pia de cada Logia Simbólica, para instituir sus pro-
pias demandas e interpretaciones. Esto tuvo sus
aspectos buenos y sus lados malos. Hubieron quie-
nes llamaron a esta iniciativa, la masonería de los
“vidrios empañados” ya que se veían, ciertamente,
los temas a ser tratados, pero muchas veces se los
veía oscurecidos, “vaciados,” borrosos y distorsiona-
dos. Y fue precisamente por ello que se apoyó a los
talleres para que tuvieran una propuesta de forma-
ción masónica concreta, pero se les exigió su cum-
plimiento de manera rigurosa, lo mismo que su eva-
luación, corrección y mejora permanente.

319
A los dos años y un poco más de la fundación de
Nosce te Ipsum, Aurelio Garcia Nº 19, en 1954, se
darían un par de hechos sino masónicos propia-
mente dichos, de profundo interés masónico. Por un
lado, al no poder avanzar con los trámites de Perso-
nería Jurídica para la Gran Logia de Bolivia debido a
la animadversión de algunos funcionarios, la Maso-
nería Boliviana se cobijó bajo el paraguas institucio-
nal del denominado Club Internacional, al igual que
lo había hecho la Masonería Chilena con el Club de
la Republica. Este arreglo institucional funcionó has-
ta que la GLB obtuvo el reconocimiento jurídico y for-
muló su propia Constitución Pública, que luego se
llamarían Estatutos de la Gran Logia de Bolivia.

Todavía bajo el paraguas institucional del Club Inter-


nacional, el día 28 de julio de 1956, a hrs, 15, un
grupo de Damas, formaron el primer Directorio del
Círculo de Beneficencia del Club Internacional, com-
puesto por: Doña Graciela Quintana de Indaburu,
Ema de Royuela, Aidé de Alcazar, Emilia de Rivera,
María de Sassunic, Alina de Strauch, Elsa de Ca-
320
rrasco, Gaby de Vera, Carmela de Alarcón, Lily de
Martinez, Maruja de Blacutt y Gloria de Suarez.
Ellas se reunieron en los salones de este Club, presi-
didas por Don Rafael Indaburu Gonzales, Serenísi-
mo Gran Maestro de la Gran Logia de Bolivia, quien,
en esa oportunidad fundacional expresó lo siguiente:

Mis primeras palabras son de cordial bienvenida y de


afectuoso saludo a las distinguidas damas que nos
honran con su concurrencia a la sesión inaugural de
este Circulo Femenino de Beneficencia del Club In-
ternacional; una institución para-masónica cuyas fi-
nalidades denotan un alto y profundo espíritu huma-
nista y humanitario que esperamos sea la fuente de
una sólida y estrecha cooperación para el logro de
los nobles fines que persigue la Masonería.

Se creaba así un brazo operativo directamente vincu-


lado con obras de caridad, solidaridad y beneficencia
con los más necesitados del país. Y la labor de es-
tas damas, hijas, esposas y madres de los masones
de diferentes talleres se volcó a las calles. Un brazo
operativo comprometido tierna y abiertamente con un
tipo de apoyo desinteresado mediante campañas de
recolección de fondos para orfanatos y asilos, así co-
mo para personas con ciertas discapacidades (hoy
denominadas eufemísticamente: personas con nece-
sidades especiales).

Ello fue sólo el principio. Al poco tiempo, estas da-


mas, que vivían intensamente los principios de la
masonería, establecieron un conjunto de consultorios
médicos y dentales para quienes no podían cubrir los
costos de la atención ambulatoria de salud, y logra-
ron crear un sistema de entrega gratuita de medica-
mentos. Muchos masones apoyaron a estas damas

321
donando su tiempo y sus recursos para que el fun-
damento masónico de una actividad altruista se
brinde con respeto, dignidad, calidad y calidez, tras-
cendiendo muchas de las limitaciones que se encon-
traban en los ámbitos masónicos masculinos.

322
Esta era una de las iniciativas del Gran Maestro, Ra-
fael Indaburu Gonzales, quien a su vuelta de una
reunión de la Confederación Masónica Interameri-
cana en La Habana, Cuba, en 1955, se sintió moti-
vado no solo a integrar la Masonería con la acción
de madres, hijas y esposas, sino que la extendió a la
formación física, moral y espiritual de los hijos de los
masones, creando la AJEF, Asociación Juvenil Espe-
ranza de la Fraternidad. Esta última tuvo una dura-
ción limitada y luego se volvería la Orden DeMolay,
cuyo Capítulo Primax (es decir, el primer capítulo es-
tablecido en Bolivia), está respaldado por la Logia
Rafael Indaburu Gonzales, Integración Nº 44, del
Valle de La Paz.

Pocos años después, el I... y P... H... Rafael Indaburu


Gonzales, estableció que el 21 de septiembre de
cada año se celebre el Día del Aprendiz Masón. Es-
ta celebración anual tiene por objeto reconocer el al-
to honor de ser Aprendiz, con el que se empieza un
trabajo masónico en el cual uno jamás deja de ser

323
Aprendiz; no importa el mérito, el grado o la jerar-
quía que uno pudo haber alcanzado... siempre será
un Aprendiz. En tales celebraciones los aprendices
conducen los trabajos de su logia y resaltan los vín-
culos que han desarrollado tanto con los masones
de su logia como con las señoras y los jóvenes en
actividades altruistas específicas.

La relación tripartita entre damas, jóvenes y aprendi-


ces posibilitó una complementación de esfuerzos en
campañas de beneficencia particulares, concreta-
mente orientadas a ciertos grupos poco o nada favo-
recidos de la población boliviana. Con ello los vín-
culos de colaboración entre tres instancias diferen-
tes pero alineadas con fines similares se hizo una
realidad soñada para involucrar a toda la familia ma-
sónica.

El Día del Aprendiz se ha instituido completamente,


lo mismo que la acción juvenil DeMolay. El Círculo
Femenino de Beneficencia, por su parte, todavía se
mantiene activo, a pesar de variados inconvenientes
y sinsabores; muchos de ellos fruto de la incom-
prensión de algunas autoridades masónicas (fruto
del autoritarismo burocrático e incluso personal de la
Masonería de las Grandes Logias y los Grandes
Dignatarios), que no entendieron la necesidad de in-
tegrar los esfuerzos de las familias de los masones
(aspecto sobre el cual hablaremos más adelante). A
pesar de los impases institucionales, con mucha sa-
tisfacción, podemos decir que la obra continúa y en
ella se percibe el triunfo de la idea y del espíritu ma-
sónico que se gesta en la Caridad, el Amor y el Res-
peto a una humanidad que muchas veces se mues-
tra abandonada, incomprendida y profundamente
doliente.

324
Avanzaba -ciertamente- el quehacer masónico, mu-
cho más por el hecho de que durante la gestión del
I... y P... H... Rafael Indaburu Gonzales, se construyó
el edificio donde funcionaría la Gran Logia de Bolivia
en la ciudad de La Paz, así como el Gran Comedor,
la Biblioteca y el Templo Nº 1 del Rito Escocés Anti-
guo y Aceptado, donde trabajaban todas las logias
paceñas sean estas del Rito Escocés o del Rito de
York (que luego de unos años tendría sus propios
templos).

Con este edificio se puso el acento más emblemático


a un programa de construcciones de templos y se-
des masónicas en toda la Republica, durante la dé-
cada de 1950 a 1960. La Masonería en Bolivia, real-
mente estaba avanzando con nuevos talleres, nue-
vas edificaciones, nuevos masones, nuevos y mejo-
rados rituales y nuevas actividades patrocinadas por
las madres, las esposas y las hijas de los masones,
así como por un grupo de jóvenes “ajefistas.”

325
También se había avanzado en la instrucción y for-
mación masónicas, reconociendo las posibilidades
de distracción y distorsión de una formación liberali-
zada y desconcentrada, a la que se trató de comple-
mentar con la creación de una Academia Masónica
de Primero, Segundo y Tercer Grado, cuyo objetivo
era promover lineamientos comunes de formación
masónica para todos los masones en todo el país.

En este periodo, no se si como lineamientos o como


excusas de conversación en esas instancias de es-
tudio y profundización masonicas, tal como se apre-
cia en diversos números del Boletín de la Gran Logia
de Bolivia de la década de los 50, aparece un con-
trapunto entre el Arte Ideal y el Arte Real: entre las
imágenes ideales de Platón, quien consideraba que
la realidad es sólo una referencia imperfecta y mu-
chas veces grotesca de lo ideal… una referencia ale-
jada de lo ideal… de la Idea que se constituye en el
modelo a seguir -vis a vis- las ideas de Aristóteles
que planteaba que tales ideales platónicos no exis-
ten en lugar alguno… que no tienen sustento alguno;
y que, si queremos trabajar a la luz de la Libertad y
la Diversidad, lo que debemos hacer es no dejarnos
turbar por veleidades dogmáticas y artes sacerdota-
les llenas de fantasmas y fantasías… para concen-
trarnos, más bien, en las intrincadas causas y raíces
de lo real. Que la masonería es una institución ca-
paz de transformaciones concretas porque está refe-
rida a las fuerzas que existen en las profundidades
de la realidad y que con un esfuerzo tenáz puede lle-
gar a comprender y expresar la voz de la población
del país.

326
13.- La masonería en la década de los 60
se condiciona a sí misma para una transformación
militarista y la pérdida de la democracia.
Con unas palabras de Mario Benedetti

De 1958 a 1960, se concretó la gestión del I... y P...


H... Don Alfredo Peláez Diez de Medina, quien se
preocupó de consolidar los avances que la Masone-
ría había realizado en Bolivia. Este Gran Maestro,
varios años más tarde (1996) -respondiendo a algu-
nas críticas que recibió en sus años de Gran Maes-
tro- publicaría en la Editorial Los Amigos del Libro,
una reseña masónica denominada Interpretación
pragmática de la Masonería. En ella encontramos
una autobiografía masónica relacionada con una
serie de símbolos masónicos y su interpretación en
prácticas cotidianas que se proyectan como pro-
puesta de cambio para el año 2000, para un nuevo
Siglo. No obstante de que el tema central de su libro
era ¿cómo llevar la masonería a la práctica? él habla
de la “doctrina masónica” y es sobre el uso del tér-
mino “doctrina”, que su obra fue objeto de otras tan-
tas críticas, como veremos más adelante.

Don Alfredo Peláez era un reconocido empresario


minero. Presidente de la Sociedad Minera Comer-
cial, SOMCO, filial del consorcio internacional de la
Phillipp Brothers; que para 1980 adquiriría a la firma
internacional Salomon Brothers. En Bolivia, SOMCO
era el contacto principal de muchos mineros media-
nos y pequeños para la comercialización de minera-
les e incluso era el contacto comercial para la Cor-

327
poración Minera Boliviana (COMIBOL), así como
para los grupos mineros que operaban antes de la
nacionalización de las minas. En sus últimos años
de vida se alejó de SOMCO y formó su propia em-
presa ALPE Ltda. (Alfredo Peláez, Limitada). Una
empresa que manteniendo la línea de trabajo que
anteriormente tenía Peláez Diéz de Medina, se dedi-
caba a la exportación de minerales, especialmente
Estaño.

Don Alfredo Peláez Diéz de Medina, casado con Do-


ña Carmela Bermúdez, no tuvo descendencia pro-
pia, pero dejó el magnífico recuerdo de una persona
particularmente culta, bien educada, cortés y consi-
derada. Quienes trabajaron con o para Peláez Diéz
de Medina lo recuerdan como una persona de muy
pocas palabras, de una fibra moral que se concre-
taba de manera ejemplar en la vida cotidiana del
sector privado de Bolivia. Como decía una de las
administradoras de SOMCO: él era un empresario
de antes, de los que brindaban dignidad y confianza
a quienes trabajaban con él.

Alfredo Peláez Diéz de Medina, puede ser conside-


rado como un arquetipo masónico. Sagazmente de-
dicado a transitar por los diferentes grados de la Or-
den, pero cuidadoso de que la masonería no inter-
fiera con sus actividades privadas, dispuesto a ocul-
tar su condición de masón, si ello pudiera acarrear
conflictos con sus iniciativas o compañeros de nego-
cios. Esto mostraba que era un masón enmarcado
en una predisposición masónica rigurosa pero cómo-
da, sin sobresaltos ni cuestionamientos. Para él el
secreto masónico era el secreto de su membrecía.

Don Alfredo era además de callado un hombre cau-


to, muy cauto. Orientado a un desarrollo interior que
quizás no compartía con persona alguna, él era par-

328
ticularmente estructurado y sistemático, dedicado a
trabajar... todo el tiempo y de manera aislada (no era
una persona de discursos ni de reuniones contí-
nuas). Un trabajador incansable, siempre com-
puesto y educado, aún en momentos en los que
probablemente los conflictos le afectaban interna-
mente. Metódico en todo... así se refleja a sí mismo
en su libro de Masonería Pragmática, donde resalta
su paciencia. En su vida cotidiana se lo podía ver
siempre “aislado” embebido en los detalles y en la
rutina. Con él las cosas se tenían que hacer de acu-
erdo a reglamento y es por ello que le dedicó mucho
tiempo a la Constitución y a los Reglamentos de la
Orden. Su responsabilidad -a todas luces- gene-
raba confianza entre los masones que sabían que
siempre se podía contar con el trabajo que se tenía
que hacer en despacho… y él lo hacía.

Alfredo Peláez era, no sólo un “caballero de los de


antes” sino una manifestación típica compartida por
muchos masones que asumen la masonería como
algo importante pero unidimensional, algo que no
debe interferir con su trabajo, menos aún con su em-
presa o con su familia... algo que se mantiene sepa-
rado de todo lo demás. Es decir, personas particu-
larmente educadas y de buenas costumbres, com-
prometidas con una práctica masónica ritual secreta,
sin desasosiego alguno que pueda poner en tela de
juicio el cumplimiento o no de las responsabilidades
comerciales.

Son masones que le dedican mucho tiempo a las


normas internas de la institución, al ritual y a sus
símbolos, pero en los que parece primar una cautela
crítica acerca de su membrecía y de lo que está su-
cediendo con cada quien y en cada lugar. Son ma-
sones que internamente denotan el orgullo de ser
masón y de acumular símbolos masónicos para los
329
cuales los conceptos masónicos se acumulan sin ser
parte de una experiencia que trascienda los salones,
templos y pasillos de la Orden. Son masones que,
al parecer, no sienten los cuestionamientos de tener
que trabajar a fondo con su piedra bruta; no tener
que desbastarla, que reducir excresencias y malfor-
maciones; no tener que desaprender muchas cosas
que mal-aprendieron en años previos.

Así, ciertos aspectos de la Orden resplandecen


mientras otros se oscurecen; se tornan banales
hasta quedar “vaciados” de contenido y de la necesi-
dad de generar prácticas concretas extra-templo, ex-
tra institucionales... en las calles, en la vida. Son
personas que siempre estan envueltas en ropajes
brillantes, que no se ensucian en los problemas que
demandarían a un masón arremangarse la camisa y
trabajar en las calles. Son solventes profesionales
en su especialidad pero no salen de sus escritorios.
La pluridimensionalidad de mente, cuerpo y alma
queda pospuesta; queda restringida a aquello de lo
que se puede hablar sin molestias… Ello no niega
las cualidades personales de muchos masones, pero
hace que uno se pregunte ¿masones... para qué?

Este perfil del masón cómodo se irá haciendo cada


vez más común en nuestra Orden, en contraposición
al compromiso masónico de aquellos egregios ma-
sones de la generación de 1885, como Zoilo Flores,
José Manuel Pando, Rigoberto Paredes, Nicolás
Acosta, Rosendo Gutiérrez, Pedro Kramer, Eliodoro
Camacho, Eliodoro Villazón, Severino Campuzano,
Félix Reyes Ortiz, Lisandro Cortez, Claudio Pinilla,
Agustín Aspiazu, José Vicente Ochoa, Eusebio Gui-
larte, Ismael Montes y muchos otros masones más
que tradujeron los principios masónicos a una vida
cotidiana llena de manifestaciones altruistas y res-
ponsabilidades cívico-ciudadanas.

330
Luego de que Peláez Diéz de Medina hubiera termi-
nado su mandato masónico, en 1960, empezó un
nuevo periodo de gestión para el ya conocido Sere-
nísimo Gran Maestro, el I... y P... H... Don Rafael In-
daburu Gonzáles. Esta vez sería de 1960 a 1966.
Este nuevo periodo de gestión no podía iniciarse de
una manera más auspiciosa que con la fundación de
la Logia Mariscal de Zepita Nº 20, en el Valle de La
Paz y bajo los lineamientos masónicos del Ritual
Simbólico de York, (debemos reconocer que en el
Rito de York hay cerca de 10 diferentes rituales co-
mo el Monitor, el Metropolitano de Londres, etc.). A
este respecto, tenemos que resaltar el hecho que en
Bolivia de 20 logias simbólicas, para 1961, 5 eran de
York: el Triangulo Simbólico de York, conformado
por Obreros del Porvenir Nº 16, Nosce te Ipsum Nº
19 y Mariscal de Zepita Nº 20. (aunque Nosce te
Ipsun luego decidiría cambiar de Rito y trabajar en el
el Rito Escocés). A este triangulo de logias se su-
maba la fundadora de la Gan Logia, Anglo Bolivian
Nº 7... además de la Logia Progreso Nº 14 para
Maestros Instalados. Las 15 restantes trabajaban en
el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, y miraban a la
dinámica Simbólica de York con cierto recelo, te-
miendo que -si estas logias llegaban a ser 7- ellas
puedan constituirse en una Gran Logia del Rito de
York. Lo cual eventualmente se concretó, en la dé-
cada de los 70, pero por motivos radicalmente dife-
rentes. Es importante resaltar este hecho ya que por
un lamentable malentendido en mayo de 1979, se
conformó una Gran Logia diferente a la GLB; sin
embargo, todas las logias del Rito Simbólico de York,
siempre se han mantenido fieles a la Obediencia de
la Gran Logia de Bolivia.

Volviendo a Mariscal de Zepita Nº 20, vemos que


esta Logia fue fundada el 5 de diciembre de 1960,

331
recibiendo su Carta Constitutiva el 19
de agosto de 1961. Los fundadores
de este Taller eran: Silvestre Arama-
yo, Pedro Duvracic, Héctor Bustos,
Walter Villegas, Luís de Ugarte, Jaime
Mendízábal, Alfonso Saldías, Pastor
Quiroga, Hermann Ostertag, Víctor
Oz de Vila (quien un par de años más
adelante sería Canciller de la Repú-
blica), Guillermo Patiño, Miguel Bus-
tos, Hugo Portugal, Benedicto Ugarte,
José Kieffer Bedoya, Jorge Viera,
Juan Ayoroa, Isaac Montes, Carlos
Ardiles, Humberto Frías, Bernardo
Hurtado, Luís Vásquez, Jaime Da-
lenz, Roque Abruzzese, Edgar Fer-
nández Lopera, René Corminola,
Francisco Samsó, Guillermo Gallardo,
Raúl Borth y Raúl Zapata. Estos
nombres nos muestran que un buen
número de los fundadores de Maris-
cal de Zepita Nº 20 provenían de la
Logia Zoilo Flores, Obreros del Porve-
nir Nº16, y traían consigo sus rituales,
los que recién en 1972, serían consi-
derados -oficialmente- como los Ri-
tuales Simbólicos de York en Bolivia.

Los tiempos históricos y políticos en


el país -y en el mundo- se mostra-
ban turbulentos, la humanidad estaba
convulsionada; por lo que el acta de
fundación de Mariscal de Zepita en
Instancia manifiesta en su parte considerativa: “Que
el mundo atraviesa una peligrosa etapa transicional
en la que los valores espirituales del hombre preten-
den ser avasallados por doctrinas extremistas…

332
Que se hace necesario propagar en Bolivia y el
mundo los fundamentos… de la Francmasonería,
a fin de que los pueblos sean robustecidos…

Que Don Andrés de Santa Cruz y Calahumana,


Mariscal de Zepita, constituye una de las más in-
signes figuras de la Masonería Americana y el
mejor ejemplo de bolivianidad, sacrificio y esfuerzo
en la lucha por el engrandecimiento patrio...

Que los masones bolivianos están obligados a


continuar el sendero trazado por sus anteceso-
res… etc.

Debemos hacer notar que muchos de los párrafos


que aquí transcribimos terminan en puntos sus-
pensivos, ya que el Acta de Fundación de esta
Logia en Instancia, hacía referencia a ciertas con-
sideraciones que quedaron en entredicho. Es por
ello que sin ignorar esos textos debemos resaltar
algo que no hemos mencionado en los aspectos con-
siderativos de su Acta de Fundación, y que fueron
parte de acaloradas discusiones: por un lado, éste
es un documento que se diferencia de otros docu-
mentos constitutivos porque se obliga a luchar contra
ciertas doctrinas extremistas (uno se pregunta: ¿por
qué este grupo de masones se muestra intolerante
con ciertas doctrinas consideradas extremas?). Esto
llama la atención ya que mientras otros documentos
masónicos, que anteceden la formación de nuevas
logias, se obligan a construir nuevas formas de so-
ciedad y alcanzar nuevos y mejores niveles de hu-
manidad, en este caso la consigna es la lucha en
contra de los extremistas. Unos aceptan o toleran
cualquier planteamiento político o religioso, mientras
que los fundadores de Mariscal de Zepita, establecen
un límite para la tolerancia de ciertas formas de pen-
sar y actuar políticamente.

333
Esta interpretación incluso hace referencia a la
Francmasonería como una “doctrina,” (al igual que
planteaba Alfredo Peláez Diéz de Medina); lo cual
fue cuestionado por varios HH... de la época que
consideraban que una doctrina es algo sectario, con
lo que se adoctrina a los miembros de una secta o a
un grupo de parciales, en una manera de pensar y
actuar que es diferente y excluyente de otras formas
de actuar y pensar (ejemplo: la doctrina liberal vs la
doctrina republicana, la doctrina del Opus Dei vs la
doctrina del Jihadismo musulmán). Los contrarios al
término “doctrina” indicaban que en masonería no
hay doctrinas; que la masonería está por encima de
las doctrinas sectarias, y que promueve, más bien, el
más amplio estudio de todas las propuestas; que re-
chaza todo planteamiento que implique la formación
de militancias excluyentes, tal como insisten los mi-
embros doctrinarios y sectarios de muchas religiones
y partidos políticos.

La discusión no llego a conclusiones definitivas, mu-


cho más por el hecho de que habían HH... que indi-
caban que la parte considerativa de una Resolución
no era vinculante (por lo menos no totalmente vincu-
lante). Bajo los términos de esta interpretación am-
bigua, se abrieron varias versiones al respecto. En
las mas se resaltaban las propuestas de acción y las
resoluciones de propósito (la parte resolutiva del do-
cumento), las que no fueron cuestionadas en el texto
original, Había que concentrarse en una serie de
puntos resolutivos que no reflejan las posibles impli-
caciones de sus considerandos previos, y que se
mostraban del todo masónicos cuando dicen que los
Hermanos de esta Logia en Instancia acuerdan:

1.- Fundar una Logia Simbólica que empleará en su


trabajo el simbolismo del Rito de York y adoptará la
denominación de Mariscal de Zepita en honra y me-

334
moria del I... Q... H... del O... E... don Andrés de Santa
Cruz, Mariscal de Zepita, General de Brigada de los
Ejércitos de Colombia, Gran Mariscal de los Ejércitos
del Perú, Gran Ciudadano, Capitán General de Boli-
via, Restaurador de la Patria, Supremo Protector de
la Confederación Perú-Boliviana.

2.- Someter la nueva Logia a la jurisdicción de la


Gran Logia de Bolivia a quien se reconoce como el
máximo poder masónico dentro del territorio de la
República.

3.- Tender a que la Logia constituya el mejor y más


vivo ejemplo de trabajo y disciplina masónicos, y que
mediante el esfuerzo y dedicación de sus miembros,
se convierta en puntal y modelo de la Masonería Bo-
liviana; procurando además continuar y concluir la
obra emprendida por el Q... H... don Andrés de Santa
Cruz y Calahumana, buscando la unidad espiritual y
política de los pueblos americanos y la realización
del ideal crucista de formar la gran nación iberoame-
ricana.

Luego en los puntos 4º y 5º, estos Hermanos Maso-


nes se dedican a conformar su Oficialidad en Instan-
cia, y encargan a la misma cumplir con todos los re-
quisitos para que esta Logia sea Regular, Justa y
Perfecta. Hasta ahí un Acta de Fundación que -co-
mo mencionamos anteriormente- fue objeto de en-
tredicho en sus consideraciones previas

La predisposición de los HH... de Mariscal de Zepita


de luchar contra las doctrinas totalitarias dio pie a
una discusión muy seria acerca de lo que se entien-
de como tolerancia vs lo que se llega a aceptar en
medio de una permisividad cómoda y sin responsabi-
lidades sociales. La idea de luchar contra todo tipo
de tiranías sociales, culturales, económicas, políticas
y familiares fue mencionada recurrentemente; y, es
335
así que nos encontramos con un Taller en el que la
lucha contra los tiranos y las tiranías de todo tipo,
que amargan la vida de los hombres, los deshuma-
niza y les coarta la Libertad de cualquier forma, es
resaltada cómo una tarea pendiente para los maso-
nes en Bolivia y en cualquier parte del mundo.

Un par de años más tarde, con pretensiones mucho


más humildes se configuró el Triangulo en Instancia
Luz de Oriente Nº 21 en la ciudad de Montero, Valle
de Santa Cruz. En este caso, el 6 de septiembre de
1964, un pequeño grupo de Hermanos Masones de
todas partes del país se reunieron para conformar
este Triangulo. Eran hermanos de Nosce te Ipsum
de Cochabamba, Ismael Montes de Santa Cruz, Ho-
nor y Prudencia de Potosí, Adolfo Ballivián de Oru-
ro, Pitágoras de la Argentina, y Mariscal de Ayacu-
cho de La Paz. Mario Indaburu Quintana fue ele-
gido Venerable Maestro en Instancia; Isaac Gutié-
rrez, Primer Vigilante; Walter Ayala, Segundo Vigi-
lante; José Kushner, Orador; Fernando Laserna,
Secretario; Marcos Marincovic, Tesorero y Jorge
Haddad, Experto; además del H... Hugo Zumarán
Varela, quien asumió funciones de apoyo.

A pesar del entusiasmo de este reducido grupo de


masones, poco a poco el Triangulo no pudo concre-
tar su Instalación y el numero de Orden en la GLB
(el 21), pasó, unos años más tarde, a ser distintivo
de la Logia Mateo Kuljis, Librepensadores del Valle
de Santa Cruz, y el nombre Luz de Oriente a la 18,
que asumió el Nº de una logia de Uncía y Catavi.

Otra, muy diferente, fue la historia de la Logia Au-


rora del Oriente, fundada el 30 de agosto de 1965,
un año más tarde que Luz de Oriente. No fue en
Montero sino en Guayaramerin, donde residían los
HH... José A. Hinojosa, Jorge Cuellar Chavez, Julio

336
Cuellar Montero y Miguel Becerra Toranzos, quienes
solicitan a la GLB, se les conceda el nombre de Au-
rora de Oriente, Germán Busch, y el Número 22, pa-
ra trabajar en instancia hasta lograr la condición de
Logia Regular, Justa y Perfecta.

El Q... H... Julio Cuellar Montero, nos cuenta de la


forma en que nace esta logia de frontera, en el ex-
tremo Norte del País: El 30 de agosto de 1965 di-
mos cima a un largo anhelo: la fundación de esta
Log... Masónica en Instancia, y la autorización para
el verificativo de nuestros trabajos, ...antes de seguir
adelante, permitidme que haga un examen retros-
pectivo en breves rasgos históricos acerca del naci-
miento y fundación de la Res... Log... Simb... Aurora
de Oriente, Germán Busch Nº 22.

337
En fecha 28 de junio de 1964 recibimos la visita del
I... H... Oscar Uzín Saavedra, que en aquella época
realizaba un viaje de placer por estos aledaños pa-
trios. En conversación con él, nos sugirió la idea de
formar en este Valle, un Triangulo Masónico, en ba-
se a cinco hermanos que residían aquí. Luego el 7
de julio de 1964, del Oriente de La Paz llega una
plancha de la Gr... Log... de Bolivia, dirigida al muy
Q... H... José A. Hinojosa, bajo el número 1/9-35-
570, haciéndonos conocer lo informado por el Hno...
Uzín, ante ese alto organismo sobre su visita a este
valle y sus atinadas sugerencias para la formación
de una entidad masónica.

Acto seguido, Julio Cuellar Montero nos cuenta acer-


ca de los preparativos que se realizaron en Guaya-
ramerín y las cartas enviadas a la GLB para empe-
zar operaciones a las que adjunta un plan de traba-
jos haciendo notar que el día 30 de agosto de 1965,
se hace presente en el Valle de Guayaramerín una
comisión de la GLB, presidida por el Gran Maestro,
I... y Pod... H... Rafael Indaburu Gonzales e integrada
por los II... HH... José S. Pardo Rodríguez y José Ro-
yuela Albo (ambos futuros Grandes Maestros de la
GLB en las gestiones Dic.1966 – 1970 y Dic. 1970 -
1975, respectivamente). Hace notar, este Hermano
Masón que la Logia Aurora de Oriente, Germán Bu-
sch, Nº 22 ha adquirido un predio en el que -con
aportes propios- está construyendo su propio Tem-
plo Masónico. Que los terrenos adquiridos fueron
cedidos a título gratuito por el Qdo... Hno... Carlos Ál-
varez Justiniano, y que los planos para la edificación
fueron hechos por un estudio de arquitectura de Por-
to Velho en el Brasil, solventados por contribuciones
de los HH... Ernesto Carlos Volrrath y Milton Santos.
Luego hará notar que la Logia La Paz, Nº 24, (de la
que todavía no hemos hablado, estaba contribuyen-

338
do substancialmente con un monto igual al que había
asignado la GLB, pero incrementado por otra dona-
ción, también de Log. La Paz, Nº 24, para la cons-
trucción y decoración del piso del Templo Masónico
de Guayaramerín.

La colaboración entre dos talleres fundados por la


misma época (Aurora de Oriente, Germán Busch Nº
22 y La Paz, Nº 24), en dos Valles diferentes pero
aunados por un mismo lazo de fraternidad masóni-
ca, nos permite ver una forma de actuar conjunta que
será una característica compartida por las logias con
mayores recursos respecto a las logias de menores
recursos.

Dicho esto, vemos que a los pocos meses de la fun-


dación de Aurora del Oriente, Germán Busch Nº 22,
en Guayaramerín, se fundaba -en la ciudad herma-
na de Riberalta- la Logia Estrella del Noroeste Nº
23. Nuevamente, el Serenísimo Gran Maestro de la
GLB, Don Rafael Indaburu se convertía en el artificie
para la creación de una logia de frontera (en una de
las ciudades ya entonces denominadas: interme-
dias). Lo hacía con la asistencia de José S. Pardo y
José Royuela como Vigilantes Instaladores, y los
HH... Lució Lens Suarez y Alberto Albarracín Crespo
como Orador y Experto, respectivamente. En tal ac-

339
to, luego de un par de cuartos intermedios, se proce-
dió a la iniciación de los HH... Luís Suarez Melgar,
Edmundo Alpire Duran, Rolando Baeny Limpias, Os-
car Giese Laverdy, Giovanni Giordano, René Hecker,
Celso Pérez Méndez, José Antonio Oña y Melo Tam
Wing. Efectuada la iniciación, y luego de un segun-
do cuarto intermedio hasta el día siguiente, se proce-
dió a otra ceremonia -autorizada por el Gran Maes-
tro- en la cual estos HH... recién iniciados fueron
examinados en el Primer Grado, (habían sido instrui-
dos de manera intensiva), para ser elevados por la
misma Comisión Masónica al Segundo Grado, al de
Compañeros Masones. Era el 18 de febrero de
1966.

Este hecho, propio de la Masonería de las Grandes


Logias y los Grandes Maestros, mostraba que un
Gran Maestro tiene la prerrogativa de “hacer maso-
nes a la vista.” En este caso, previo examen, au-
mentar a un grupo de Aprendices al grado de Com-
pañeros. Una dispensa que fue realizada con el ob-
jeto de fortalecer un taller en el que, por un lado, el
número de Maestros Masones era muy reducido y,
por el otro, se necesitaba configurar las columnas
del Segundo Grado para trabajar con todos los re-
quisitos que establece la norma; es decir, en Pri-
mero, Segundo y Tercer Grado en el Rito Escocés.

En esos momentos se aclaró que el tránsito de la os-


curidad a la luz, no puede ser inmediato, veloz ni ur-
gente (incluso en circunstancias como las de Estrella
del Noroeste Nº 23), por lo que la GLB pidió a los
HH... de Riberalta proceder a la preparación de los
profanos y a una aclaración sistemática acerca de
cuáles son las demandas masónicas para quien in-
gresa a la Orden. Les pidió hacer todo ello, adelan-
tando información que únicamente podría ser consi-
derada genérica. Se iba a permitir -mediante la pre-

340
paración previa en condición de profanos o no-inicia-
dos- que los futuros HH... de esta Logia, estén par-
ticularmente preparados y desarrollen un espíritu de
cuerpo, mucho antes de su incorporación formal.
Esta situación particular en una población fronteriza,
sería la base para una serie de lineamientos masóni-
cos necesarios para la selección y preparación pre-
via de profanos que en muchas oportunidades ingre-
san a la Orden con expectativas poco claras y, luego
de unas cuantas tenidas, dejan de asistir. Así, se
pierde la oportunidad de asistir en la efectiva forma-
ción de nuevos eslabones en la Cadena Universal,
que puedan constituirse en hombres mejorados y
preparados para contribuir al bienestar y la felicidad
de las comunidades que los rodean.

De retorno a la sede de la GLB, empezó un nuevo


desafío: la conformación de un nuevo Taller en la
ciudad de La Paz. Este nuevo grupo masónico sería
la R... L... S... La Paz, Nº 24, fundada el 2 de febrero
de 1966.

Un par de meses antes, quienes serían los fundado-


res de este nuevo taller, se prepararon para este co-
metido suscribiendo un Acta de Compromiso, que
decía: En la ciudad de La Paz, Bolivia, a seis de di-
ciembre de mil novecientos sesenta y cinco, de la
era vulgar, reunidos en la secretaria de la Res...Log...
Illimani Nº 2, los que suscriben se comprometen for-
malmente, en su condición de HH... Masones regu-
larmente aceptados, a constituir y contribuir con su
presencia física y anímica, así como a cumplir con
las obligaciones económicas emergentes, una nueva
Log... Simbólica dentro del Rito Escocés Antiguo y
Aceptado... trabajando en los grados de Maestros,
Compañeros y Aprendices; declarando además, que
en todas sus actuaciones se sujetarán estrictamente
a las disposiciones contenidas en la parte Tercera,
341
Título XVII, Artículos ciento nueve al ciento veinti-
nueve y demás artículos de la Constitución de la
Gran Logia de Bolivia y Logias de su Obediencia;
declarando finalmente, que contraen el presente
compromiso de su libre y espontánea voluntad, en
constancia de lo cual firman y rubri-
can la presenta Acta en el lugar y la
fecha indicados:

--Alfredo López Godoy.- Leopoldo


Comboni.- Armando López Sán-
chez.- Alfredo Rea Nogales.- Jorge
Plaza.- Hugo Guzmán Rocha.-
José Miranda Saavedra.- W. Velás-
quez Saavedra.- Luís Ayllón S..-
Federico Reckling.- Augusto Sanji-
nés.- Manuel Mercado.- Luís Ve-
lasco Crespo.- René Bohórquez.-
Felipe Dipps.- Ricardo Velasco K..-
Ángel Vásquez.- René Corminola
Alfaro.- Walter Tarifa Cuba, Gr 30.-
Humberto Aldazosa Villamil.- José
Aramayo Anze.- Adolfo Aramayo
Anze.- Marcelo Calderón Saravia.-
Julio Strellnauer.- Armando Villa-
fuer-te.- Hugo Inchausti Z..- Jaime
Eguino M..- Gerardo Torres.- Hugo
Salazar Alave.- Raúl Mendoza Requena.- Leónidas
Rocabado.- Humberto Centellas Lazarte.- Hum-
berto López Sánchez.- Walter Peredo.- Ismael Evia
E..- Jorge Kushida.- Fernando Mancilla.- Gonzalo
Laserna F..- Miguel Navarro.- Edgar Cevallos G..-
Mario Román Monje.- Carlos Chacón.- Hugo Frank
Villanueva.- Hans de Winner V..- Germán Noya B..-
Santiago Maese Roca.- Víctor Hoz de Vila.- Raúl
Gómez Lazarte.- Guillermo Calderón Montero.- Gui-
llermo Gallardo.

342
La institucionalización plena de este taller correspon-
dio a un nuevo Gran Maestro: a don José Saturnino
Pardo Rodriguéz. En este contexto, es importante
hacer notar que a diferencia de la Logia Nº 23 que
tuvo que recurrir a aumentar de grado a sus aprendi-
ces, para tener un número suficiente de HH... funda-
dores, con la Logia La Paz Nº 24 se tenía una gran
cantidad de HH... masones dispuestos a trabajar por
la creación de un nuevo Taller dedicado al laudable
objeto de difundir las enseñanzas masónicas.

Pero este contrapunto va mucho más allá. Nos mu-


estra a la Masonería Boliviana en el momento de una
transición demográfica. Por primera vez el país se
daba cuenta que sus ciudades estaban creciendo a
un ritmo muy acelerado. Desde 1952, con la Nacio-
nalización de la Minas, el Voto Universal y la Reforma
Agraria, las ciudades intermedias como Guayarame-
rín, Cobija, Montero y Riberalta estaban creciendo
mucho más que las áreas rurales y que las ciudades
capitales. Allí se estaban fundando logias masóni-
cas, por personas que habiendo nacido en las princi-
pales ciudades del país, ahora radicaban en ciuda-
des intermedias. Una cuarta parte de la población
boliviana había nacido en una región y ahora residía
en otra distinta.

343
El Departamento de Santa Cruz con una tercera par-
te del territorio, en 1965 tenía un 12% de la pobla-
ción nacional, mientras que La Paz con cerca de un
12% del territorio concentraba más de un tercio de la
población; y, Cochabamba con un 5% del territorio
albergaba a un 15% de los bolivianos. El campo se
estaba vaciando en las ciudades (especialmente mi-
graban los que antes habían sido maestros rurales y
lo mismo hacían quienes hasta entonces tenían ocu-
paciones de apoyo a los productores agrícolas). Es-
to sucedía de una forma similar en las minas y con
los mineros que ahora buscaban residencias urba-
nas tanto en las ciudades principales del país como
en las denominadas intermedias. Se estaban sen-
tando las bases para una segunda oleada migratoria
-principalmente- a las ciudades de Santa Cruz y El
Alto que para la década de los 70 serían las de ma-
yor crecimiento en el país.

La reducción de la mortalidad era evidente y el incre-


mento en la natalidad presagiaba cambios en la fu-
erza laboral a corto y mediano plazo. Las migracio-
nes al interior del país, especialmente aquellas hacia
Santa Cruz y El Alto, auguraban cambios importan-
tes en la composición de la población de muchas re-

344
giones; entre ellas, la desvinculación política de El
Alto con respecto a La Paz, lo que implicaría un ex-
traño proceso de “metropolización por fractura o se-
paración” (por la separación de El Alto -que conjun-
taba un cierto número de barrios paceños- de la que
fue su ciudad madre: La Paz). Eso se perfilaba, pero
la separación formal vendría más tarde.

En este periodo de turbulencia demográfica, las nue-


vas autoridades de la Orden también tuvieron que
experimentar turbulencias políticas. Las guerrillas de
Teoponte y Ñancahuazúse se estaban gestando y la
Masonería luchaba por mantenerse vigente; para no
perder membrecía, lo cual, para 1972 (para el golpe
de Estado de Hugo Banzer Suarez), se vería que só-
lo había sido un espejismo: el país crecía en pobla-
ción pero la Masonería Boliviana no.

Más aún, las iniciaciones de Barrientos Ortuño,


Ovando Cándia (Presidentes de la República antes
de 1972) y Pereda Asbún (1978), únicamente mos-
traban la pretensión de ciertos jefes militares de ase-
gurar su presencia en la mayor cantidad de institu-
ciones que les podrían ser útiles en sus expectativas
personales. Querían ser miembros de instituciones
consideradas “de tener y de poder.” Esto se enmar-
ca de manera contradictoria con la idea fundacional
masónica de que en la Orden se debía gestar un pro-
ceso de fundamentación de las responsabilidades cí-
vicas, morales, políticas y sociales de los hombres
de bien para con sus comunidades y naciones. Aquí
sucedía que esos jefes militares trataban de asegu-
rarse respaldos de manera personal.

El Arte Real Masónico ya no era parte de la masone-


ría en Bolivia, ni siquiera de las denominadas acade-
mias de primero, segundo y tercer grado. Y si toda-
vía había algún vestigio este era sistemáticamente

345
olvidado por quienes sólo buscaban poder... más y
mas poder.

Ciertamente, esto iba contra los principios masóni-


cos. Incluso, el pensador masónico José Ingenieros,
había adelantado una hipótesis de que el origen de
Masonería -que él consideraba previo al de los mo-
nasterios y a la construcción de catedrales en Euro-
pa- estaba vinculado en sus raíces ancestrales con
la formación de gobernantes y funcionarios públicos.
Con la formación de autoridades y liderazgos.

Ingenieros proponía una tesis acerca del inicio de la


Orden junto con los primeros esfuerzos de instituir un
arte para responder adecuadamente a la realidad --
un arte para los gobernantes de las regiones del Ti-
gris y el Éufrates. Tal conocimiento luego sería ins-
tituido tanto en Egipto como en la Grecia Clásica.

Esta hipótesis del Q... H... José Ingenieros, si bien es


muy interesante, ya que resalta la responsabilidad de
asumir altos niveles de civismo y prudencia política,
no tiene mucho asidero, ya que el concepto de Arte

346
Real, recién es propuesto por Sócrates y su discí-
pulo Platón... y por el discipulo de Plató: Aristóteles,
varios siglos después de las civilizaciones clásicas
de caldeos, asirios y babilonios; así como, mñas
tarde, en los Siglos XVII y XVIII, este pensamiento-
forma sería hecho parte de la Masonería Libertaria
con Lineamientos y propuestas de Benjamín Fran-
klin, Bolívar, Belgrano y Santa Cruz entre otros.

A pesar de estos anacronismos, los trabajos masóni-


cos de José Ingenieros, así como los del H... José
Ortega y Gasset, analizados ampliamente en las Lo-
gias Masónicas durante las décadas de 1950 y
1960, nos permiten recupe-
rar y reformular los concep-
tos de clase y de élite par-
ticularmente distorsionados
y combatidos en los años de
gobierno militar.

Clase es un marco social


con barreras de ingreso al
que uno ingresa no por deci-
sión propia sino por circuns-
tancias de nacimiento com-
pletamente ajenas a su voluntad, lo que determina
formas de conducta particulares… mucho más si ese
nacimiento se ve complementado por una serie de
recursos y capitales (sociales, institucionales, finan-
cieros, tecnológicos y simbólicos).

En masonería lo que prima no son las condiciones


de nacimiento ni la disponibilidad de recursos diver-
sos, sino las formas de conducta generadas por la
voluntad propia de sus miembros. Ello determina
que masonería no represente una clase social.

347
En masonería hay muchas personas que nacieron
obreras y otras que nacieron burguesas y decidieron
ser parte de la Orden. Esta decisión y la formación
personal que ello conlleva no significa que hayan lo-
gias obreras por un lado y logias burguesas por el
otro, sino que en cada logia masónica hay obreros
de la misma manera que hay burgueses, hay capita-
listas y hay funcionarios públicos, hay profesionales
que únicamente tienen como “capital” el conoci-
miento que les brinda su profesión, y todos ellos se
reúnen compartiendo similitudes en su formación
personal, en sus intereses, hábitos y formas de vida
con valores y virtudes semejantes… son personas
que tienen deseos similares por superar intoleran-
cias, injusticias y tiranías de diverso orden que afec-
tan a los seres humanos.

Por todo esto es evidente que masonería no implica


una dinámica de clase, aunque ciertamente, puede
ser que atraiga a más miembros de una clase social
que de otra --pero sus puertas están abiertas -o por
lo menos deberían estar abiertas- a todas las clases
sociales que conforman un país. Esto que parece
un cliché lo vimos aflorar en Bolivia con las migracio-
nes y la transición demográfica que cambió la com-
posición social de todas las regiones y todas las ciu-
dades.

Ahora bien, en lo que se refiere al concepto de élite,


(hombre-masa vs hombre-élite), masonería -cierta-
mente- es o debería ser una institución de hombres-
élite -fundamentalmente libres- no porque élite sig-
nifique ser un “caballero de Gracia o de tradición” ni
un capitalista o un dirigente obrero de prosapia sindi-
cal. Elite en masonería es aquel grupo de personas
que genera dinámicas de solidaridad, de crecimiento
personal, de individualismo altruista, masones que
son seguidos, emulados y copiados por sus herma-

348
nos masones, por sus vecinos y por lo miembros de
su comunidad.

No es parte de una élite masónica aquel que no ge-


nera dinamismo masónico, que no motiva a sus her-
manos a mejorarse y asumir responsabilidades en su
taller, en su familia, su comunidad o su país, por muy
señorito que sea, por muy letrado y condecorado que
se muestre, por muy conocedor de técnicas y tecno-
logías profesionales o rituales que pueda ser.

Este comentario creemos que es muy pertinente en


este momento de la historia del país y de la masone-
ría en Bolivia, porque es precisamente en el periodo
militar de fines de la década de los 60 y de toda la
década de los 70, en medio de imposiciones militares
de tipo dictatorial, que vimos que muchas de las éli-
tes de las que se jactaba la Orden, no habían sido
tales. El final de los 60 y toda la década de los 70,
fue una época en la que faltó el coraje para ser ma-
sones plenamente. Se perdió la voz; nos encueva-
mos en la aparente seguridad de nuestros templos y
talleres y dejamos de apoyar a quienes se arriesga-
ban a hablar o a actuar. No podíamos hacerlo de
manera corporativa (cada masón piensa de manera
diferente), pero tampoco lo hicimos de manera per-
sonal. Fue una época en la que perdimos más de la
mitad de nuestra membrecía (de 1900 masones a
fines de los 60, nos redujimos a 990 a mediados de
los 70).

No habían élites que dinamicen el pensamiento y el


quehacer masónico... estas se habían perdido... la
Orden se llenaba de hombres mediocres y el resul-
tado era que el desempeño masónico se volvió me-
diocre; y los valores y virtudes se “vaciaron” del dis-
curso masónico... la Orden estaba llena de profanos
con mandil. Los mejores callaban o se retiraban de

349
la Orden mientras que los mediocres y los malos ma-
sones se proyectaban sabiondos y confiados. Así
empezó un periodo muy triste para la masonería bo-
liviana, aquel de los grandes silencios y la falta de
actividad… aquel que se llenó de autoritarismos bu-
rocráticos y autoritarismos personales en la GLB.

La falta del coraje de ser masón y de actuar como tal


parece que cundió entre todos los masones de esa
época, pero principalmente entre los militares inicia-
dos masones de mediados a finales de la década de
1960 y durante todos los años 70.

Barrientos, llegó a ser Maestro Masón, mientras que


Ovando Cándia y Pereda Asbún, sólo fueron inicia-
dos. Durante el Banzerato, cualquier pensamiento
crítico quedó acallado, amordazado. De esta época
no conocemos trabajos masónicos o filosóficos que
nos aclaren el pensamiento vital, menos aun aquel
pensamiento masónico con el que hubieran tratado
de servir a la patria... si es que los hubo.

Alfredo Ovando C. parece que era el más estudioso


de los tres militares-masones-presidentes en los
años 60 y 70, y su producción fue más político-militar
que masónica. Baste mencionar, como algo al pare-
cer periférico, que durante gestión presidencial de
350
este militar (a fines de la década de los 60), fue cu-
ando se nacionalizó la Gulf Oil Co, y con ello se inició
un complejo proceso de relacionamiento del Estado
con los recursos petrolíferos del país; algo que ha-
bía comenzado, después de la Guerra del Chaco
con los HH... Busch y Villarroel. Era algo ciertamente
paradójico ya que por un lado se trataba de recupe-
rar las consignas del socialismo militar de Busch y
Villarroel, y por el otro se restringían las libertades
personales poniendo en práctica la célebre Doctrina
de la Seguridad del Estado, que acompañó a todos,
o casi todos, los gobiernos militares de América La-
tina, en esa época.

Decíamos que todo ello sucedía mientras se formali-


zaba la Doctrina de la Seguridad del Estado luego de
los fracasos del MNR, precisamente en los ámbitos
que fueron sus triunfos más importantes a principios
de la década de 1950: nos referimos a la minería na-
cionalizada y al movimiento obrero. La minería es-
taba en crisis y el movimiento obrero -luego de la es-
tabilización monetaria- veía al MNR como un gobier-
no anti-obrero. En tales circunstancias, el MNR se
divide en por lo menos tres sectores: El MNRA, de
Walter Guevara Arce, el PRIN de Juan Lechín
Oquendo y el MNR de Víctor Paz Estensoro.

Con el partido de gobierno fragmentado, y con su


Plan Triangular fallido (un plan para ordenar la eco-
nomía y rescatar a la Corporación Minera Boliviana,
COMIBOL), Paz Estensoro se lanza como candidato
a la Presidencia de la República y elige a Barrientos
como su compañero de fórmula. Ello no calmó los
ánimos entre obreros y mineros, pero permitió que
las Fuerzas Armadas logren un Pacto Militar-Campe-
sino que apoye a Barrientos. Con estas “movidas”
políticas, el binomio Paz Estensoro – Barrientos Or-
tuño triunfó en las elecciones del 31 de mayo de

351
1964, y un par de meses después, Ba-
rrientos se iniciaba en la Log... Mariscal
de Ayacucho Nº 6 del Valle de La Paz

Se sabe del discurso en su iniciación (la


noche del 31 de julio de 1964)... de la ini-
ciación del entonces Vicepresidente
electo de la República; de un Barrientos
político. Este discurso, según un apunte
taquigráfico del evento del H... Luís Ve-
lasco Crespo, fue publicado en el perió-
dico Presencia al día siguiente de su ini-
ciación y una semana antes de asumir el
cargo de Vicepresidente Constitucional,
nos da una pauta de sus expectativas.
Allí nos dice:

Serenísimo Gran Maestro; Dignidades de la Maso-


nería, Hermanos ... Realmente estoy muy impresio-
nado. Esta hermosa noche permanecerá en mi me-
moria como uno de los momentos más sublimes de
mi vida. Vengo de un mundo donde las condiciones
espirituales no existen; de un mundo donde reinan
las mezquindades y el egoísmo. He venido aquí pa-
ra encontrarme con hombres identificados con las
más altas virtudes humanas.

He asistido a esta ceremonia con profundo interés;


con toda mi atención he visto los ritos y he observa-
do las actitudes, las palabras de mis hermanos y he
notado la solemnidad de sus actos. Y un profundo
anhelo de alcanzar las altas metas desde las cuales
podrán proyectarse en espíritu a la humanidad.

En realidad hermanos, uno de los esfuerzos supre-


mos del hombre, es alcanzar la perfección; ese im-
pulso permanente que ha hecho que las sociedades
y la humanidad entera vayan avanzando, y es muy
cierto que no se puede alcanzar la completa perfec-
352
ción, pero ese esfuerzo permanente, ese esfuerzo
grandioso para acercarnos a lo perfecto, es sin du-
da, uno de los más altos anhelos del ser humano.

Conociendo eso es que con toda mi conciencia he


venido a juntarme con ustedes hermanos de la ma-
sonería y junto a ustedes estoy seguro que realizaré
esfuerzos más efectivos en bien de la humanidad y
alcanzar alturas en las cuales podamos desarrollar
condiciones superiores, acá en nuestra patria. Nece-
sitamos conformar organizaciones con espíritu ele-
vado; necesitamos crear las condiciones de convi-
vencia para formar la Patria Grande, donde el hom-
bre pueda ser feliz. Yo siempre estuve identificado
con estas supremas aspiraciones.

Estoy orgulloso; muy feliz de ser parte de vosotros


Queridos Hermanos. Estoy orgulloso porque con hu-
mildad, caridad y otras virtudes, podré desde este
seno desarrollar una dinámica superior para servir a
la humanidad y a nuestro pueblo.

Gracias a todos los hermanos por haberme dado


esta acogida tan cordial. Aquí podre rimar mis senti-
mientos y mis ideas. Gracias.

353
Luego vendría la vice-presidencia de Barrientos y su
“desobediencia civil” al desvincularse de Paz Esten-
soro y retirarse a Cochabamba. Desde allí emerge
la Revolución de 1964 que lo
lleva a asumir la presidencia de
la República. Barrientos era
parte de un nuevo gobierno que
sólo se mantenía a partir del uso
de la fuerza, por lo que la actitud
del Vice Presidente de alejarse
de la sede de gobierno y enca-
bezar una revolución en contra
de su compañero de fórmula, fue
bien vista por la población, que
se manifestaba contra el “prorro-
gismo político” así como contra
las versiones aparentemente co-
munistas, trosquistas y anarquis-
tas de los obreros y mineros.

Era claro para todos que doce


años de gobierno revolucionario
del MNR habían causado innu-
merables resentimientos en toda
la población y quienes habían
derrotado al ejército del 52, aho-
ra eran derrotados por las Fuer-
zas Armadas del 64. Eran los
primeros pasos de un poder militar en la política na-
cional, que -iniciado con Barrientos- se ex- tendería
a Ovando, Pereda, J.J. Torres, Hugo Banzer Suaréz
(como militar primero y como jefe de un partido polí-
tico después). Con breves periodos de transición
democrática (ej. Walter Guevara Arce y Lidia Gue-
lire), se encumbraron figuras como Padilla Arancibia,
Natusch Busch, García Meza, Celso Torrelio y Guido
Vildoso.

354
Unos meses más tarde, luego de asumir la Primera
Magistratura, el flamante Presidente Barrientos debía
reunirse con otros mandatarios latinoamericanos, y a
instancias del entonces Canciller de la República, se
hizo notar que nuestro Presidente no debía asistir a
tales reuniones sólo con el Grado de Aprendiz; es-
pecialmente a aquellos conclaves donde se encon-
traban masones de mayor grado (tal el caso del líder
político chileno Don Salvador Allende, quien en 1970
asumiría la Presidencia del vecino país), por lo que
en un complejo evento masónico, que tomó todo un
sábado, se le fueron conferidos el Segundo y el Ter-
cer Grado de la Francmasonería Simbólica.

Por cerca de 20 años los militares coparon el Poder


Ejecutivo del país, sin control algúno, sin representa-
ción democrática en las
instancias legislativas, y
con un Poder Judicial to-
talmente subordinado. En
tales circunstancias uno
se pregunta ¿Cuál fue el
impacto que pudo haber
tenido la masonería en el
Presidente Barrientos? o
¿Cuál fue la respuesta de
la Masonería Boliviana
respecto al militarismo
que, en algún momento
en el pasado había toca-
do a sus puertas?

En medio de la turbulen-
cia política de 1964 a
1966, los II... y PP... HH...
Héctor Ormachea Zalles y
Rafael Indaburu Gonza-
les, trataron de hablar con

355
Barrientos Ortuño en el Palacio de Gobierno, para
pedir garantías y reclamar por los HH... que habían
sido tomados presos y exiliados. Pero el flamante
mandatario, que meses antes había expresado su in-
terés de trabajar junto a sus HH... Masones, ni siquie-
ra los recibió en su despacho.

Dejaron de esperarlo y se marcharon de las antesalas


del Palacio. Días después, se les hizo saber que el
Presidente los habría recibido si hubieran esperado
unos minutos más; pero ambos Grandes Maestros
abandonaron las instalaciones del Palacio luego de
hora y media de espera.

Este hecho no impidió que el Presidente Barrientos,


unos años más tarde rubrique el Decreto Supremo Nº
08618 que dice:

RENE BARRIENTOS ORTUÑO


PRESIDENTE CONSTITUCIONAL DE LA REPÚBLICA

CONSIDERANDO:

Que ha fallecido el Ilustre hombre público Dr. Héctor Ormachea Zalles;

Que dicho ciudadano ha prestado valiosos servicios al país desde altas fun-
ciones de responsabilidad, tales como Ministro de Hacienda e Industria y de Educación;
Embajador en Misión Especial ante el Gobierno del Paraguay y EE.UU.; Gobernador del
Fondo Monetario Internacional y del Banco de Reconstrucción y Fomento; Rector de la
Universidad Mayor de “San Andrés”; Profesor de Historia; Catedrático de la Facultad de
Economía; Miembro de la Sociedad Geográfica de La Paz y de la Academia Boliviana de
Historia; fue condecorado por el Gobierno de la Nación con el ‘Cóndor de los Andes”;
Que es deber del Supremo Gobierno rendir honores a los ilustres ciudadanos
que, como el Dr. Héctor Ormachea Zalles, han prestigiado a la Nación con su sacrificio y
patriotismo;

DECRETA:

ARTÍCULO ÚNICO.- Como póstumo homenaje a la memoria del que fue


Dr. Héctor Ormachea Zalles, declárase duelo nacional sin cierre de oficinas públicas ni
suspensión de actividades particulares el día miércoles ocho de enero del presente año,
fecha en que tendrá lugar el traslado de sus restos mortales al Cementerio General.

El señor Ministro de Gobierno, Justicia e Inmigración, queda encargado de


la ejecución y cumplimiento del presente Decreto.

Es dado en el Palacio de Gobierno de la ciudad de La Paz, a los ocho días


del mes de enero de mil novecientos sesenta y nueve años.

FDO. GRAL. RENE BARRIENTOS ORTUÑO


Fdo. Cap. David Fernández.

356
Quizás esta fue la última acción de esperanza de
dialogo institucional de la Masonería Boliviana para
con una casta militar embriagada de poder que no
dudaba en rendir homenajes a quienes ignoraron en
vida, y se mostraban prestos para conculcar dere-
chos y perseguir opiniones divergentes.

Durante varios años no hubo un dialogo institucional


del Gobierno Nacional con la Masonería Boliviana,
aunque si hubieron conversaciones personales. Es-
to se incrementó cada vez más en el gobierno de
Barrientos (1964 - 1969), quien de manera inexplica-
ble perdió la vida en un accidente aereo en abril de
1969. Le sucedió su vicepresidente Luís Adolfo Si-
les Salinas. Un civil que no pudo culminar su man-
dato debido al golpe militar de Ovando Candia en
ese mismo año de 1969. Siles Salinas se vio violen-
tamente atacado por el Ejército y calificado como un
presidente debil que no comprendía los peligros a
los que se enfrentaba el país y que -según los cua-
dros militares que lo atacaban- nacían de una serie
de grupos armados por movimientos internacionales,
comprometidos con la destrucción del país y a los
cuales era preciso reprimir. Que la represión era ne-
cesaria por la propia seguridad del Estado.

Las guerrillas de Ñancahuazú (con Barrientos en


1967 - 68), y Teoponte (con Ovando en 1969 - 70)
se habían desencadenado con la presencia de Er-
nesto Ché Guevara, la primera, y con un grupo de
universitarios la segunda.

Las insurrecciones armadas al igual que las accio-


nes de las Juntas de Comandantes en la década de
los 70, eran discutidas en todas partes. Los temas
de la Libertad, los derechos ciudadanos y la bús-
queda de la felicidad se volvieron recurrentes en los
pasillos de la Orden, así como la intervención de

357
ciertas autoridades masónicas que no permitían que
tales temas se discutan en Logia Abierta.

Luego de la intempestiva muerte de Barrientos se


desencadenó un complejo proceso político donde
primaba la fuerza de unos y otros. Muchos masones
se quedaron quietos sin mirar, ni oír, menos aún ha-
blar al respecto... mucho menos actuar. Otros expre-
saron sus sentimientos y frustraciones para alejarse
de la Orden, y, fueron bastantes quienes pasaron al
exilo, para trabajar en Templos Masó-
nicos del extranjero y volver al país
después de 1982, año en el que se
recuperó formalmente la Democracia.

Esto sucedía no solo en Bolivia; en


casi toda Latinoamérica la pregunta
era ¿cómo podemos hacer Masone-
ría en medio de dictaduras militares?
¿Cómo se pueden mantener vivos los
valores masónico-ciudadanos en me-
dio de la represión del gobierno y de
las instituciones de la sociedad civil?

El primero en asumir la dirección de


la Orden en estas condiciones fue el

358
I... y P... H... José Saturnino Pardo Rodríguez (1966-
1970). Este Gran Maestro, al igual que el fundador
de la Gran Logia de Bolivia, Don Norberto Galdo, era
farmacéutico. Trabajaba en la Botica Boliviana y su
pasión era el deporte. Presidente del Club “The
Strongest,” había dedicado su vida “al tigre,” como
se denomina a ese equipo de futbol paceño. Los
temas nacionales de responsabilidad democrática
para los masones no eran parte de su preocupación
... “no se debía hablar de política ni de religión en la
Orden” era un recordatorio frecuente en los talleres
que rápidamente quedaron presas del miedo y el si-
lencio. La propuesta de Pardo Rodríguez fue mante-
ner a la Orden alejada de los conflictos y la represión
de los gobiernos militares. Es así que la masonería
-durante los gobiernos dictatoriales de Barrientos,
Ovando y Pereda, de Banzer y de García Mesa- se
retiró de todo excepto de sus rituales en una marcha
incestuosa alimentada por la ausencia del coraje de
ser masón.

Ya en la década de los 70 la situación se agudizó y


les tocaría la responsabilidad de la conducción ma-
sónica al I,,, y P,,, H...José Royuela Albo de 1970 a
1975 y al I... y P... H... Waldo Jáuregui Canevaro de
1975 a 1978; de cuyas gestiones masónicas hablaré
más adelante.

A finales de la década de 1960, hubieron muchos


HH... MM... que trataron de movilizar acciones en de-
fensa de la Libertad y la Democrácía, pero para la
Orden ya no era una época de Logias Simbólicas
practicantes de la Masonería de la Libertad, eran
tiempos de la Masonería de las Grandes Logias, las
que en todo el Continente, respondían más a la cau-
tela y a la protección institucional que a los llamados
clamorosos de las fuerzas libertarias de origen.

359
Podríamos hablar de las dictaduras militares en el Uru-
guay, Chile, Argentina, Brasil o Bolivia, y de lo que se
decía en las reuniones del la Confederación Masónica
Interamericana (CMI), pero las emociones estarían muy
cargadas en uno u otro sentido. Con mayor desapego,
acerca de lo que ocurría en esos años nos remitimos a
Isaías Berlín, quien vivió y se mantenía muy activo en la
década de los 70. El nos da el perfil de un masón frus-
trado en momentos de dictaduras:

(Alexander Herzen) decía Berlín: se deleitaba en la inde-


pendencia, en la verdad, en el libre juego del tempera-
mento individual. Anhelaba el desarrollo más rico posible
de las características personales, tenía en alta estima la
espontaneidad, la franqueza, la distinción, el orgullo, la pa-
sión, la sinceridad, el estilo y el color de los hombres li-
bres; detestaba el conformismo, la cobardía, la sumisión a
la tiranía de la fuerza bruta o las presiones de la opresión,
la violencia arbitraria y el ansia de someterse; odiaba el
culto del poder, la ciega reverencia al pasado, a los miste-
rios o los mitos; la humillación del débil por el fuerte, el
360
sectarismo, el filisteísmo, el resentimiento y la envi-
dia de las mayorías, la brutal arrogancia de las mino-
rías. Deseaba justicia social, eficiencia económica,
estabilidad política, pero todo esto debía permanecer
en segundo lugar, ante la necesidad de proteger la
dignidad humana, de mantener los valores civiliza-
dos, de proteger de la agresión a los individuos, de
defender la sensibilidad y el genio ante los embates
individuales e institucionales. Toda sociedad que,
por cualquier razón no rechazara tales invasiones de
la libertad y abriera las puertas a la posibilidad de
afrentas, por un lado, y de servilismos por el otro,
era abiertamente condenada y rechazada...

Si nos referimos a lo que ocurría en la Confedera-


ción Masónica Interamericana (la CMI), podemos ver
que no sólo en Bolivia ciertos masones frustrados
pensaban que la masonería debía ser abiertamente
condenada y rechazada, ya que los valores masóni-
cos en América se habían devaluado y en algunos
casos perdido ...la Orden se había “vaciado” de
ellos. Es así que la Orden perdió a muchos de sus
mejores cuadros.

Mientras eso sucedía, yo estaba lejano al país, pero


la descripción que hacía Berlin del masón frustrado
me llegó de golpe cuando -transitoriamente- volví a
la patria y ví en lo que se había convertido el espíritu
libertario de la Orden. Pocas semanas después vol-
ví a trabajar en el extranjero donde otros hermanos
masones me acojieron; pero las palabras de Isaías
Berlin, los versos de Mario Benedetti acerca de la
América Latina de los 70, y las canciones de Nilo
Soruco, el profesor de música tarijeño que cantaba a
La Caraqueña en el destierro, me acompañaron has-
ta 1982, cuando la Democracia volvió al país, gra-
cias al esfuerzo de la huelga de hambre de unas
señoras mineras... y de muchas otras personas más.

361
Trabajar en el extranjero era una opción para mi y para
muchos otros, pero una gran mayoría de bolivianos, de
masones bolivianos, tuvieron que capear el temporal des-
de dentro; unos con el viento en contra y otros con el
viento a su favor ...la pluralidad de opiniones siempre fue
una característica de la Orden, pero en esos años era un
tema de confrontación y separatividad. Vendrían otros
Grandes Maestros, de quienes no podemos precisar cuál
fue su respuesta institucional ante el militarismo politizado.
Ellos habían decidido quedarse. Sólo tenemos interpreta-
ciones provisionales de actas del Consejo de la Orden, las
que fueron redactadas con mucho cuidado, dejando fuera
cualquier comentario comprometedor.

Lo que sí se mostraba claro en esos momentos era el line-


amiento institucional de no hacer olas, no crear disturbios
que den excusas o justifiquen una intervención a la Orden.
A fin de cuentas, lo planteado por Barrientos y por Ovando
Cándia era el mismísimo pensamiento de algunos de los
masones que sentían más miedo por las ideologías extre-
mistas que por la conculcación de la Libertad y de los de-
rechos democráticos. La masonería parecía haberse ba-
nalizado... ya se hablaba de una masonería banal. La Li-
bertad era una asignatura pendiente, los masones tenía-
mos que redescubrir el oficio de ser libres; teníamos que
recordar nuestros origenes como: free-masons, liberi mu-
ratori, franc-macons, freimaurer... teníamos que recordar
el corazonaje de ser masones libres y aceptados entre
iguales.

362
14.- Un periodo de conflictos internos,
superficialidades y distorsiones
Con algunas ilustraciones de Honore Daumier (!808-1879)

La década de los 70 empezó mal para los masones.


No sólo perdimos varias dimensiones de nuestra Li-
bertad, de nuestra condición de “freemasons,” de “li-
beri muratori,” sino que la década empezó con juicios
y tribunales... con muchas decisiones arbitrarias. En
abril de 1969 muere René Barrientos Ortuño en un
accidente de aviación… su aeronave se vino a pique.
En una correlación algo forzada -o quizás particular-
mente forzada, pero no por ello menos evidente- po-
demos decir que por esa misma época (mediados y
fines de 1969), la Masonería en Bolivia parecía tam-
balearse en el aire con la posibilidad de venirse aba-
jo… se perfilaba no como un conjunto de hombres
libres y de buena voluntad en pos de una utopía
compartida de mejoramiento humanista, sino que se
acercaba más a un conglomerado suelto de actores
dispersos con un drástico mando superior que, escu-
dado en denuncias, juicios y tribunales masónicos,
trataba de ahogar cualquier liderazgo alternativo.
Con una tajante verticalidad, la Orden se mostraba
conmovida por una serie de conflictos internos que,
de no mediar personas con criterio ecuánime, pudie-
ron haber conducido a litigios en los tribunales ordi-
narios del país. Un buen número de hermanos ma-
sones se vieron sorprendidos en su buena fe, anun-
ciaron resistencia e impugnaciones pero, al final, los
conflictos se desinflaron entre los HH... afectados por
la acción radical de las autoridades de un periodo ca-

363
lificado, siguiendo a Guillermo Odonell, como el inicio de
un “Autoritarismo Burocrático” (cuando intervenían Gran-
des Secretarios y Grandes Oficiales, y “Despotismo Per-
sonal,” cuando las acciones arbitrarias provenían de los
Grandes Maestros únicamente). En esta época, la maso-
nería no solo se enfrentaba a “tiranías externas” que apri-
sionan al hombre, sino a “poderes internos” que la banali-
zan y distorsionan generando varios casos de inconducta,
abuso e intolerancia. En este periodo no sólo perdimos
membrecía por cuestio-
nes externas, sino que
también nos debilitamos
con pugnas internas.
Muchos de los HH... invo-
lucrados en estos proble-
mas no llevaron los casos
a la justicia ordinaria, aun-
que era evidente que se
sentían injustamente
afectados e incluso san-
cionados por las autorida-
des de la Orden. En los
70 hay masones sancionados, logias suspendidas y
Grandes Maestros que se hieren mutuamente.
Ese rumbo de inminente colisión se gesta en medio de
nerviosismos institucionales reflejados en arbitrariedades
en el ejercicio de la autoridad; las que estallan debido al
discurso de un Venerable Maestro en título, pronunciado
en el Comedor de la Gran Logia de Bolivia. Un discurso
que hacía un diagnóstico -quizás descarnado- de lo que
estaba sucediendo tanto en el país como en la Orden. Tal
discurso fue transmitido oficiosa y selectivamente al Gran
Maestro de entonces, quien se siente aludido y reacciona
de manera personal: “suspende” a esa autoridad logial.
El Taller responde ante tal disposición reclamando por la
medida y pidiendo serenidad a las autoridades de la Gran
Logia que reaccionaban en el marco de un autoritarismo
burocrático basado en infidencias y comentarios poco
ciertos por no decir embusteros y falaces.

364
El reclamo fue para peor… ya que días después to-
do el Taller terminó sancionado con una suspensión
indefinida. El Venerable Maestro castigado era el
H... Víctor Hoz de Vila, Canciller de la República; y,
la logia suspendida Obreros del Porvenir Nº 16.
Se trataba de una acción sin precedentes entre ma-
sones que se preciaban de ser librepensadores que
cultivaban tolerancia a las opiniones ajenas.
Alertado acerca de potenciales recursos judiciales y
otros posibles conflictos, el Gran Maestro convoca a
una reunión a los miembros de la logia afectada y
les solicita -con mucha energía- que se retracten in-
dividualmente de lo mencionado en la carta de re-
clamo. Dos de ellos se sienten amedrentados y lo
hacen; pero los demás HH... de Obreros se ratifican
en lo dicho. Lo dicho, dicho, parecen decir: “…no
podemos aducir que lo que firmamos lo habríamos
hecho a la rápida y sin fijarnos en el texto de lo que
estábamos firmando… donde va nuestra firma va
nuestro nombre y con él nuestro respaldo… es algo
así como firmar un cheque…” En este entredicho to-
da la Logia Nº 16 fue suspendida a mediados de
1969 y -con la acción de un nuevo Gran Maestro-
restituida en sus trabajos a mediados de 1970... pero
no en su totalidad; sino que, de manera personal,
algunos de los oficiales de esa logia no fueron reha-
bilitados sino hasta pasadas las elecciones del Taller.
Es decir, quienes eran vistos como gestores de “la
carta” y de las opiniones del taller, fueron inhabilita-
dos para esas elecciones. Un juego de poder, nada
masónico ya que días después de las elecciones
quienes pudieron haber sido elegidos autoridades de
Obreros fueron restituidos en sus derechos… pero
ya tarde, premeditadamente tarde.
Ante tales disposiciones, varios masones ya no vol-
vieron a masonería; y, el conjunto de las logias sim-
bólicas del Valle de La Paz se sintió afectado por
una maniobra en el uso de la autoridad. Ello con-
llevó una serie de renuncias a la Orden por un grupo
365
de hermanos que se veían privados del derecho constitu-
cional de libre expresión, petición y representación. Las
renuncias se extendieron a otros talleres y a otros her-
manos. Era un “efecto cascada” que parecía inconteni-
ble… el que finalmente se detuvo; pero dejó un amargo
sabor de boca y claramente, la confianza en las autorida-
des de la Gran Logia quedó disminuida. Mucho más por-
que el conflicto no se había resuelto. Unos años más
tarde las contradicciones entre Gran Logia y Logias Sim-
bólicas volverían a aflorar y culminaría con el alejamiento
de un buen número de hermanos y la formación de una
Gran Logia paralela... diferente, contrariada, impugnada.
El mal entendido está presente en todas las instituciones
todo el tiempo. Mientras los malos entendidos no sean
disfuncionales para una institución estos son impases
normales; pero cuando llegan a ser intencionales y afec-
tan a su dinámica, ello requiere de acciones correctivas,
directas, precisas y constructivas; lo que no sucedió en
nuestra Orden. Todo lo contrario, los conflictos escalaron
en número e intensidad.
Las condiciones institucionales de la Orden -y del país-
preocupaban a muchos. Las circunstancias de contexto
asfixiaban al texto fundamental masónico. El No-Yo (o
circunstancias externas a mi) abrumadoramente restric-
tivo impedia el cuidado y el desarrollo del Yo... un Yo que
se veía imposibilitado de actuar en Libertad, de crecer y
superar esas circunstancias politico-institucionales. Ello
implicó una creciente banalización en los cuadros masóni-
cos capturados en medio de conflictos de autoridad y lide-
razgo. Temas que antes eran vistos con detenimiento y
profundidad teórica en la Logia Nº 14 de Maestros Instala-
dos, pero en los 70, ésta Logia ya no funcionaba adecua-
damente. Esta pudo haber sido una de las razones para
que las dinámicas en la Orden se haya desbocado en me-
dio de adulaciones, lisonjas y halagos mutuos.
Todos sabemos que por muchos piropos y elogios que los
masones se brinden unos a otros, siempre quedan face-
tas de crítica --y que si la crítica no es bien intencionada,
bien planteada y bien recibida, ello genera resentimientos,
366
habladurías. Cuando esto sucede, la confianza
que se construyó a lo largo de años, se pierde en
un minuto. Si ello sucede, ya no nos arriesga-
mos a decir la verdad ni estamos preparados
para escucharla... aunque el mandato masónico
sea el decir veraz en todo momento y el ejercicio
de la maestría se de a través del decir veraz, in-
cluso cuando cunde la duda... es así que algu-
nos callaron... otros se escondieron... muchos se
fueron.
En otras palabras, para entonces estábamos dis-
frazando el trabajo masónico... estabamos evi-
tando el trabajo que teníamos que hacer (work
avoidance). La individualidad altruista y respon-
sable se estaba diluyendo. Se notaba la necesi-
dad de prepararnos en el estudio cuidadoso, ra-
zonado y prudente para trabajar incluso en medio
de gobiernos autoritarios... debiamos investirnos de
autoridad y liderazgos positivos... del decir veraz...
de valores masónicos que caracterizan el cuidado y
la integridad del Yo activo, y trabajar en las diversas
formas de superar lo que nos rodea y estrangula cu-
ando se pierde la Libertad. Pero ello no se dio por-
que nuestras autoridades habían perdido la voz... los
masones que temporalmente asumieron las funcio-
nes de autoridad parecían no estar sujetos a regula-
ciones expresas (¿Qué es lo que no puede, o no
debe, hacer un Gran Maestro? Nos preguntamos).
Un Gran Maestro es, ciertamente, la máxima autori-
dad ejecutiva de la masonería; una autoridad que
tiene una serie de atribuciones y obligaciones, entre
ellas garantizar la justicia y defender a todos los
miembros... aunque no haya una orientación expresa
respecto a limitaciones ni controles o balances insti-
tucionales para su autoridad --lo que fácilmente in-
duce a faltas o excesos, para quienes llegan a esas
funciones sin el beneficio de un pleno conocimiento
de lo intricado que implica ejercer autoridad o lide-
razgo, sean éstos democráticos, contestatarios o no.

367
Es con esta amarga falencia
que comienza la década de
1970 para masonería. Una dé-
cada de reiterados movimientos
militares que se dirigían contra
las normas institucionales pre-
viamente establecidas en el pa-
ís, y movimientos masónicos,
unos de autoridad y otros de li-
derazgo, unos personales y
otros grupales que tensionaban
a la Orden en diversos sentidos.
Los movimientos militares en el
país y el autoritarismo personal
o burocrático en la masonería
boliviana, se caracterizaron por
el secretismo, la autonomía dis-
crecional de unos y el abuso de
controles para con otros. Esta
década fue particularmente difí-
cil para la Francmasonería en
Bolivia y terminaría en 1979-80,
con el inminente embargo de
las propiedades inmuebles de la
GLB, y con el traslado de los
participantes en la Conferencia
de la Confederación Masónica
Interamericana (CMI) escolta-
dos por vehículos militares has-
ta el Aeropuerto de El Alto, en
medio de una revolución arma-
da conducida por un sector mili-
tar liderado por el Coronel Al-
berto Natush Busch, quien se
mantendría en el poder por va-
rios días.
Una crónica a este respecto in-
dica: El 1º de noviembre de
1979, Alberto Natusch Busch -con 46 años y el

368
rango de coronel- ejecutó un cruento golpe de Es-
tado contra el presidente civil Walter Guevara Arze,
quién había asumido interinamente la presidencia de
Bolivia tres meses (antes), el 8 de agosto de 1979
…Natusch asumió la presidencia. Ordenó la utiliza-
ción de armamento militar -incluidos carros de asal-
to y otros armamentos pesados- contra civiles, lo
que provocó la muerte de un centenar de personas y
medio millar de heridos.
Considerando el poco tiempo en el que estuvo vi-
gente (16 días), el de Natusch Busch fue el régimen
más cruento de la Historia de Bolivia. A pesar del te-
rror que instaló Natusch Busch en las calles, hubo
masivas protestas del pueblo en toda Bolivia.
Alberto Natusch afirmó que «había sido engañado
por políticos sin escrúpulos», quienes le habían ga-
rantizado que si derrocaba a Guevara Arze tendría el
respaldo de los partidos políticos, cosa que no ocu-
rrió.
El retorno a la institucionalidad luego de los 16 días
de terror de Natusch Busch (del 1º de noviembre de
1979 hasta el 16 de noviembre de ese mismo año),
se realizó a través del Gobierno Provisional de Lidia
Gueiler Tejada, la primera mujer Presidente de Boli-
via, quién no pudo culminar su mandato, ya que el
17 de julio de 1980, fue relevada de su cargo por la
acción de otro militar: Luís García Mesa quien insti-
tuyó otro gobierno de violencia militar en base a to-
ques de queda que aterrorizaban a la población.
Entre aquel punto de inicio (muerte de Barrientos en
1969), y éste de cierre de la década de los 70 (golpe
de García Mesa a mediados de 1980), nos encontra-
mos con un periodo de políticas e intervenciones mi-
litares muy poco estudiado, que efectivamente influ-
yó en las actividades de nuestra institución. Un pe-
riodo en el que todo valía, cualquier cosa se podía
esperar de una autoridad irrestricta.

369
De la misma manera que con el gobierno nacional, la
década de 1970, tampoco fue muy estudiada en Ma-
sonería, pero hay algunas pautas que trataremos de
aclarar. En este periodo se fundan las LL... SS...
Héctor Ormachea Zalles, Nº 25 en La Paz; Llanos
del Grigota Nº 26, en Santa Cruz; Serafín Ferreira,
Armonía, Nº 27 en Cochabamba, y la Logia Mamoré,
Norberto Galdo, Nº 29 en Trinidad. A esto debemos
añadir que por pre-conceptos y cultura popular no se
forma la Logia Nº 28 (de la 27 se salta a la 29). Es-
tas cuatro logias formadas en la década de 1970, pa-
recían indicar un importante crecimiento en la mem-
brecía masónica... no fue así.
En este mismo periodo y a pesar de las nuevas fun-
daciones, la masonería pierde más de la mitad de
sus miembros: de más de 1,900 masones en 1969,
para fines de la década de los 70 sólo quedaron algo
más de 900. Los motivos para esta reducción fueron
diversos e iban desde las preocupaciones por las ac-
ciones que podría tomar un régimen militar, a una se-
rie de conflictos internos que condujeron a la expul-
sión o a la renuncia de muchos masones. Hubieron
muchos masones que simplemente dejaron de asistir
y trabajar en sus talleres.
El motivo más frecuente para la reducción en la
membrecía masónica fue la necesidad de abandonar
el país debido a problemas de carácter político-de-
mocrático ante la presencia de sectores militares que
se hicieron del poder y forzaron a muchos masones
a dejar sus trabajos y sus hogares para residir en pa-
íses ajenos. Pero no sólo fue la presencia militar si-
no la implementación de propuestas radicales como
la Asamblea del Pueblo en 1971, (en el gobierno de
J.J. Torres), lo que causó pánico en varios sectores
de la población y afectó directamente a las activida-
des en la masonería. Además de ello, no podemos
descontar el impacto que tuvieron ciertas intransi-
gencias al interior de la Orden, las que dieron pie a
una serie de procesos internos que afectaron a mu-

370
chos masones en varias logias, quienes prefirieron
renunciar o, simplemente, dejar de asistir.
La recuperación de los cuadros masónicos, luego de
esta década, fue lenta ya que los masones sólo lle-
garon a ser 1,200 en 1986; los que para 1992 alcan-
zarían a 1,500; y recién en el Siglo XXI, el número
de masones llegó a ser nuevamente cercano a los
2,000, como lo había sido en 1968 (ojo que en 2017
el número de masones sobrepasó los 4,000... un pe-
riodo de densificación y masificación que veremos
más adelante).
Los impactos de esta situación tan compleja se em-
pezaron a sentir temprano en la década, con el re-
querimiento de varios HH... de la Logia Mariscal de
Zepita y de la Log... Obreros del Porvenir que solici-
taron al Gran Maestro I... y P... H... José Royuela Al-
bo, la formación de un Taller que trabaje en el Rito
Simbólico de York, bajo el nombre distintivo de Hec-
tor Ormachea Zalles. La respuesta fue negativa: que
no se podía formar un nuevo taller en el Rito Simbó-
lico de York. Ante la insistencia de los Hermanos, un
par de ellos fue amenazado con la expulsión de la
Orden (haciéndoles saber que las opiniones de un
Gran Maestro son inalterables e inapelables... casi
como las del Papa: infalibles). Era la primera vez
para tan tajante rechazo.
Finalmente, se les hizo saber que podían conformar
una nueva logia sí, y solo sí, ésta logia trabajaba en
el Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Esto era algo
paradójico, ya que meses antes el Gran Maestro Ro-
yuela Albo, había firmado el Decreto que aprobaba
el Proyecto Ritual de la Log... Obreros del Porvenir
para la institucionalización del Ritual Simbólico de
York en los tres grados de Aprendiz, Compañero y
Maestro y para la Condición de Maestro Instalado.
Aclaradas las cosas, la razón tras la negativa para la
conformación de una logia que trabaje en el Rito de
York, no provenía del Gran Maestro, sino de la preo-
cupación de algunos HH... del Supremo Consejo,
371
que temían que las Logias de York, sí se incremen-
taban en número, podrían tratar de configurar su
propia Gran Logia de York, y su propio organo supe-
rior al estilo del Supremo Consejo del Grado 33.
Años más tarde, (ya conformada la Logia Héctor Or-
machea Zalles Nº 25, en el Rito E... A... y A...), un
grupo de HH... del Rito de York, solicitaron al Gran
Maestro autorización para constituirse en Lima y ser
parte de los Capítulos del Rito de York que para en-
tonces no existían en Bolivia; concretamente, el Ca-
pítulo del Real Arco de Jerusalén.
El Gran Maestro de Masones de Bolivia, los recibió
en su despacho, les autorizó el viaje y les deseó to-
do éxito en su cometido masónico.
De retorno a Bolivia, estos Hermanos de Obreros del
Porvenir Nº 16 y Mariscal de Zepita Nº 20, se
encontraron con que había un cambio de opi-
nión en la Gran Logia de Bolivia y que debían
renunciar a los Capítulos del Real Arco reciente-
mente obtenidos. Ello motivó una reacción ai-
rada de quienes fueron previamente autorizados
a viajar al Perú con el objetivo específico de in-
corporarse a un Capítulo del Real Arco de Jeru-
salén, al que ahora debían renunciar. Obvia-
mente frustrados, esos Hermanos conformaron
su propio Capítulo denominado Puerta del Sol,
lo cual primero condujo a una expulsión de la
Gran Logia de Bolivia de quienes habían to-
mado tal iniciativa; luego llevó a la creación de
una Gran Logia diferente, bajo el Nombre de
Gran Logia del Rito de York de Escocia en Boli-
via; y, posteriormente a la conformación del Ca-
pítulo de Maestro Perfecto, (entre los HH... ex-
pulsados de la GLB); un Capítulo que no había
en Bolivia y que contaba con el patrocinio de la
Gran Logia de Escocia.
La temida fragmentación de principios de la dé-
cada de los 70 había llegado a concretarse. La

372
masonería boliviana se había fracturado y -por con-
secuencia- debilitado en sus filas. Ante tal escisión
entre hermanos, el Gran Maestro buscó fortalecer a
la Orden recurriendo a instancias de identidad, per-
tenencia y acogida familiar. Y así lo hizo saber al
conjunto de los masones: Podemos decir que los
mayores tesoros espirituales son la familia y la amis-
tad, sobretodo en estos tiempos en que todo se des-
morona, en el que el mundo de hoy sufre un proceso
de deformación moral y espiritual debido a la falta de
unión… por ello sólo nos queda refugiarnos en las
leyes de amor, comprensión y tolerancia, evitando
que por efectos negativos o falta de dominio, tuerzan
y provoquen hechos de desunión… La alocución del
Gran Maestro, continua en estos términos tan perso-
nales y sentidos hasta culminar diciendo: que estos
sinceros deseos de Unidad, Paz, Armonía y Tranqui-
lidad nos compensen las miserias y los contrastes
materiales, y nos den la tranquilidad que merecemos
tener en los pocos años que nos quedan…
Los procesos institucionales de conflicto continuaron
a pesar de los buenos deseos del Gran Maestro. Se
trataba de procesos que sin un sujeto que los co-
mande afectaban a unos y a otros, en especial a las
figuras de autoridad en la Orden y a los liderazgos
que sin autoridad propia emergían en diversos luga-
res del país. Había “ruido” en la Orden.
Esta situación de conflicto se mostró aún más incom-
prensible con un Nuevo Gran Maestro: el I... y P... H...
Waldo Jáuregui Canevaro, en la medida en que HH...
de la Logia Anglo Bolivian Nº 7, lograrían una autori-
zación de la Gran Logia de Bolivia, para constituirse
en Buenos Aires y obtener membrecía en un Capí-
tulo del Real Arco de Jerusalén en la Argentina. To-
do esto con el objetivo de conformar un Capítulo del
Real Arco en Bolivia; el cual fue instituido entre
1978 y 1979 con los HH... Mike Tondú, John Howe,
John Howie, Cyril Rees, Pedro Tichauer y Bryan
Woods, entre otros. Un Capítulo de Real Arco igual

373
al que se les había negado a los hermanos de Obre-
ros y de Zepita, y que ahora se autorizaba a los de
Anglo Bolivia; y que, por lo tanto, debía practicarse
en idioma inglés. Fue en este Capítulo, ignorante de
lo que había ocurrido anteriormente, en el cual yo me
afilié durante un corto retorno al país de 1978 a
1980.
Obviamente, la desautorización a unos y la autoriza-
ción a otros, incrementó la desconfianza en una
Gran Logia que se mostraba con criterios diferentes
para diferentes hermanos y diferentes logias: permi-
siva para unos restrictiva para otros. Esto era malo
para la masonería: nos referimos a un proceso ge-
neralizado de falta de equidad entre los masones.
Pero fue peor... fue peor al conllevar -inconsciente-
mente- la evidente banalización para la Orden.
Es probable que la masonería -desde sus inicios le-
janos- siempre hubiera tenido algo de banal, algo de
misterio, algo de fantasioso y especulativo, y algo de
profundo y filosófico. Empero, parafraseando al Ra-
bino Jonathan Sachs, era evidente que algo pasó a
finales de la década de los 60 con el fracaso de los
promotores de la revolución cultural de 1968 y la mili-
tarización de la vida política en Latino América. Una
generación perdió la confianza en su capacidad para
explicar los principios de su propia moral; y, de la
masonería profunda pasamos a la masonería super-
ficial y banal... en muchos de sus miembros.
Esto sucedía en nuestros templos mientras -a nivel
país- de la democracia pasamos a una opción militar
de fuerza e intolerancia, en la que la preocupación
principal en los círculos civiles se concentró en cómo
vivir sin algunas libertades y cómo, eventualmente,
pasar de un militarismo secante a nuevas formas de
democracia alternativa… con nuevas formas que re-
conozcan la presencia militar, incluso que mantenga
ciertos privilegios para los militares, pero que devuel-
va las instituciones civiles a los civiles.

374
Este fue el principio de una época posmoderna de
cinismos y permisividades para unos y de tremendas
restricciones para otros. No faltó quien, ya en 1980,
alertara públicamente a la población civil que debía
andar con el testamento bajo el brazo si pretendía
cuestionar la presencia y legitimidad de los militares
en las instituciones del país. Es en este contexto de
silencios y servilismos que lo banal cunde... y se ha-
ce carne en nuestra Orden.
La misma prensa durante la dé-
cada de los 70 y principios de los
80, se muestra ambigua, tenden-
ciosa y en muchos casos justifi-
caba lo injustificable. Empezamos
a aceptar como una nueva normali-
dad lo incoherente y falaz de una
sociedad basada en la fuerza de
los cuarteles y las ambiciones de
sus jefes y oficiales.
En el país se había renunciado a la
Libertad, ya no había el oficio de
ser libres... en y con instituciones también libres...
es aquí que la masonería de los libres se perdió en
nuevos discursos más sociales y grupales que ma-
sónicos. Emergía un enfoque banal, manipulador,
permisivo, “vaciado” de lo esencial que había carac-
terizado a la masonería de la Libertad y el mejora-
miento personal.
El efecto final fue que la banalización en la Orden se
extendió fuera de control como si se tratara de una
epidemia que contamina --y todos, queramos o no,
tuvimos que sobrevivir en ese miasma de trivialidad
(Xabier Coronado). El discurso se hizo trivial y la ac-
ción masónica se tornó virtualmente inexistente. La
masonería se restringió al espectáculo de sus teni-
das y sus arreos. Los masones, quizás en el mundo
entero, se sumergieron en el paisaje de lo banal, de
las apariencias y los fetiches.

375
Recuadro 16.- La genealogia de una verdad histórica
El 7 de enero de 1976, justo en la mitad de la década de enigmática frase diciendo que no es por el gusto por
los años 70, Michel Foucault empezaba la primera clase esa masonería que él llegó a hacer lo que hizo (pero
de un conjunto de presentaciones en el Colegio de Fran- ¿qué fue lo que hizo?)… sino estudiar un periodo (¿la
cia que luego le pusieron el nombre de Genealogía del década de los 70?) caracterizado por la eficacia de ofen-
Racismo, siguiendo aquel otro libro que fue la inspira- sivas dispersas y discontinuas… totalitarias y globales.
ción de este historiador: nos referimos a la Genealogía En este contexto, lo que decíamos al principio del Capí-
de la Moral escrita por Frederick Nietzsche. En esta tulo de la muerte de René Barrientos Ortuño en un acci-
clase de principios de dente aéreo, hubiera
1976, Foucault hablaba sido una analogía exqui-
del retardo febril de los sita para Foucault: la
historiadores… de los masonería institucional
amantes de las bibliote- casi se acaba en Bolivia;
cas, de los documentos, perdimos la democracia
de las referencias, de las por una década; y, tam-
escrituras polvorientas, bién perdimos la capaci-
de los textos que nunca dad de perseguir la Uto-
fueron leídos, de los li- pía de la Orden: la Uto-
bros que apenas impre- pía de mejorarnos a nos-
sos son recluidos y duer- otros mismos, para me-
men en los estantes de jorar a las comunidades
las bibliotecas, de los que que nos cobijan y así mejorar a la humanidad, no con el
sólo son retomados un siglo después. Todo esto conven- orgullo fatuo de ser masones de viernes (o de miérco-
dría bien a la inercia de los que profesan un saber para les), sino con el coraje (con el corazonaje valiente) de
nada, una especie de saber suntuoso… (Algo que) Con- ser plenamente masones todos los días y en todas las
vendría a todos los que se sienten solidarios con una de circunstancias… de ser verdaderos y efectivos construc-
las más antiguas o de las más características e indes- tores de presentes y futuros. La década de los 70 nos
tructibles entre las sociedades secretas de Occidente, hizo recular en nuestros propósitos. Perdimos la demo-
sociedades que el mundo clásico no conocía y que se cracia, la palabra, la propuesta, la visión del presente y
formaron al comienzo del cristianismo, probablemente la visión de futuro; no solo en la Gran Logia sino tam-
en la época de los primeros conventos, al margen de las bién en cada uno de los talleres. Perdimos la esencia y
invasiones, de los incendios y de los bosques. Quiero la calidad de nuestros trabajos para encuevarnos en
hablar de la grande, tierna y calurosa masonería de la nuestros templos, mandiles y medallas, que no lograron
erudición inútil. articular acciones ni una voz de protesta por la Dignidad
del Hombre que cada vez estaba más y más ultrajada.
Foucault, no habla mucho más acerca de la Orden -en
ese curso de 1976- sin embargo, esta referencia tan es- Felizmente esa década pasó y desde 1982, con eviden-
cueta parece que vendría a ser el fundamento de un tes altibajos, recuperamos una democracia, predecible
conjunto de obras que las realizó entre 1980 y el día de e institucionalmente estable; aunque atacada por todo
su muerte en 1984, y que fueron publicadas varios años lado y con la amenaza permanente de que fuerzas es-
después (Seguridad, territorio y población, El gobierno purias estén tratando de alterarla, cooptarla o banali-
de uno mismo y el gobierno de los otros, Hermenéutica zarla. La banalización es la principal de estas amenazas.
del sujeto, El coraje de la verdad, etc.). Termina esta Creemos que los valores y virtudes masónicas podrían

376
llegar a ser la cura más efectiva, eficiente y pertinente En este sentido, un enfoque histórico pro-activo y trans-
para el caso, sí estos valores y virtudes se hicieran cier- formador es considerado desestabilizador de prácticas
tos, generalizados en nuevas prácticas masónicas. No instituidas a la sombra de lo pactado o instituido a con-
fue así. Perdimos el camino, perdimos la claridad de trapelo de lo fundamental. Son discursos en contra de
una masonería bien temperada. autoridades que prevalecieron solo por el autoritarismo
de unos y la permisividad de otros.
Michel Foucault, en esa misma clase del 7 de enero de
1976, en el Colegio de Francia, sin hablar específica- Foucault llamaba al estudio histórico contestatario: ge-
mente de los saberes de la masonería que se estaban nealogía o genealogía crítica. Con ello se refería a la
perdiendo, comentaría acerca de lo que él denominaba ruptura de los conocimientos eruditos, al resurgimiento
“saberes sujetos,” a los de las memorias locales y
que él definía como sa- los conocimientos que
beres basados en conte- puedan responder a las
nidos históricos que fue- necesidades actuales. En
ron sepultados o enmas- otras palabras, Foucault
carados dentro de cohe- hacía referencia, no sé si
rencias rituales, formales sin saberlo, a aquel arte
o funcionales. Estos sa- que se instituyó en los
beres así establecidos y años de la lucha liberta-
“sujetados” son muy difí- ria; un arte con el que se
ciles de cambiar o mejo- empezó a practicar la
rar, porque se basan en Masonería de la Libertad,
la institucionalización de en las Logias Masónicas
una serie de intereses que se apartan de los propósitos de Latinoamérica. Un arte de herencias históricas que
iniciales y se arropan como continuidad, tradición, inal- podría lograr el acoplamiento de un saber histórico sin
terabilidad, leyes y normas establecidas, etc., cuando tapujos; un saber que resalta las luchas históricas de
en realidad sólo están mostrando aquello con lo que una Orden y la utilización de ese saber en las tácticas y
claudicaron ciertos grupos para instituirse como norma prácticas actuales. La genealogía sería entonces, una
y sentido común. Estos “saberes sujetos” continúa Fou- tentativa de liberar de la sujeción a los saberes masóni-
cault son saberes descalificados por el resto de la socie- cos históricos, de hacerlos capaces de oposición, de li-
dad, insuficientemente elaborados. Saberes que se beración personal y colectiva, y de lucha contra una
quedan en el discurso y no llegan a delinear prácticas masonería banal, contra la coerción de un discurso úni-
efectivas. Son saberes ingenuos... sin masones activos... camente ritualista, formal o formalista, vaciado de su
sin masones transformadores esencia y de sus propósitos originales.

Entre estos “saberes sujetos” se encuentran los saberes La genealogía masónica, es posible que recupere lo
históricos que muestran otras luchas, otros esfuerzos avanzado hasta la década de 1970... y al igual que el
propios de otros hombres y de otros tiempos. Estos sa- país que pudo recuperar la democracia en 1982, pueda
beres se instituyen con base en autoritarismos burocrá- recuperar sus propósitos iniciales y proyectarse sin
ticos que castigan cualquier pregunta incomoda. Por temor al futuro. Sin miedos a la Libertad para que el
ello, el recuerdo y el renacimiento crítico de momentos masón boliviano sea un referente de dignidad, trabajo,
históricos... que luchan por otros planteamientos, se honor, verdad, virtud y caridad… un individuo altruista
vuelven peligrosos, y los liderazgos que buscan retor- en todo el sentido del altruismo y la solidaridad cons-
nar al origen, a los propósitos de origen, son descalifica- tructora de presentes y futuros de felicidad... un masón
dos de entrada. activo y conscientemente transformador para mejor.

377
En estos años José Saramago decía: ...no quiero
ser apocalíptico, pero el espectáculo ha tomado el
lugar de la cultura. El mundo está convertido en un
enorme escenario, en un enorme show. Un show tri-
vial, veleidoso y frívolo en el que el estudio del hom-
bre y su predisposición de mejora en Libertad, Cari-
dad y Solidaridad, pasó a ser un entretenimiento de
Lunes, de Miércoles o de Viernes --para distraernos
y relajarnos con los amigos. Un periodo en el que se
podía justificar cualquier cosa; ya no se pensaba al
hombre ni a los símbolos, se disfrutaba de la superfi-
cialidad de los contenidos y de la intensidad de los
ágapes post-tenida.
Quienes reclamaban por el retorno a una masonería
de contenidos y de propósitos eran tildados de elitis-
tas y de poco fraternos. La Orden entró en un evi-
dente desprestigio
para los serios (que
se fueron), y en una
invitación al alegre
contagio de lo ba-
nal para los más…
era una masonería
light, para la mayo-
ría de los que se
quedaron.
En la Orden, el in-
tercambio de imá-
genes y mensajes se hizo obsesivo, light; sin posibi-
lidad de pensarse a uno mismo de forma crítica,
transformadora, pro-activa.
Recurriendo al hermano Xabier Coronado, quien
hizó una esclarecedora critica a lo banal de esos
días, podemos decir que la banalización es una rea-
lidad alarmante que apenas deja espacio para la cre-
atividad y la auténtica cultura… para la autentica
masonería; ...todo lo desvirtúa, hace perder los pun-
tos de referencia y resulta difícil distinguir lo genuino
de lo adulterado.
378
De ahí en adelante empezamos a vivir una masone-
ría sino adulterada, por lo menos light, en la que no
pudimos distinguir lo profundo de lo banal… sabía-
mos, intuíamos que algo no estaba bien, pero faltó el
coraje para decirlo, y faltó el coraje para escucharlo
con detenimiento y llegar a pensar, siquiera por un
momento, que algo podía estar mal, radicalmente
mal, con nosotros y con la dinámica de nuestros ta-
lleres. Habíamos perdido el verdadero camino del ta-
ller... el del esfuerzo personal... todo debía ser fácil,
personalizado, incuestionable, irrebatible por muy
problemático que sea... por muy deshonesto que se
muestre.
Este individualismo intransigente, acrítico, era parte
del posmodernismo... un posmodernismo que fue
muy cruel para la Orden. La masonería se volvió fá-
cil, acrítica, impotente... imposible de evaluar sí se
estaba trabajando en los fines y propósitos de la Or-
den o no. Los masones de la época cerraron filas en
torno a la post-tenida, la fiesta aniversario, las carre-
ras a la venerabilía y la acumulación de medallas y
mandiles. De otras cosas casi no se hablaba, y la
mayor parte de los masones no se preocuparon por
las consecuencias de sus actos... simplemente se-
guían a los demás. Lo banal en la Orden consistía
en una conducta normal, contagiosa y satisfactoria...
satisfecha… sin esfuerzo; adormecedora; propia del
masón dormido, del que hablaba nuestro Hermano
Zoilo Suarez Panique, hoy en el O... E...
No tenemos clara cuál fue la reacción en la Gran
Logia de Bolivia ante la banalización de la Orden a
principios de los 70; lo que si sabemos es que en
1976, (ya con Waldo Jauregui de Gran Maestro), se
trató de encarar el problema convocando a un Semi-
nario Nacional acerca de la Interpretación del Simbo-
lismo y la Educación Iniciática. Este seminario fue
exclusivo para las denominadas 7 luces de cada ta-
ller. Más allá de ello, había preocupación pero no
hay registros que analicen la situación. Hay, sin em-

379
bargo, un par de documentos en la Confederación
Masónica Interamericana (CMI) que denotan ansie-
dad e intranquilidad en la Orden, pero nada de ac-
ción. Lo mismo en la GLB: se hablaba de estos
problemas, casi con las mismas palabras, pero el
significado era otro... la falta de acción: la misma.
La banalidad de la masonería afectó de manera dife-
rente a los 6 Talleres fundadores de la GLB, que tra-
bajan en castellano. Los hermanos de la 1, la 2, la
3, la 4, la 5 y la 6 -quizás de manera inconsciente-
se rigidizaron y enfrentaron lo banal conformando
grupos intimos en sus talleres mientras exigían ma-
yor disciplina. Se consideraba que siendo más es-
trictos en los procesos de admisión y formación de
profanos se podía corregir el problema.
Muchos de los hermanos recientemente iniciados en
esos talleres, comprendían lo de la banalización, pe-
ro no llegaron a comprender la reacción de los anti-
guos masones. Quizás no hubo comunicación entre
unos y otros, pero la reacción defensiva de unos fue
leida como disciplinaria por otros; y, en esas logias
empezó a nacer la idea de fundar nuevos talleres le-
jos de esos masones rigidos y poco fraternos.
Muy diferente tuvo que ser el impacto de la banaliza-
ción masónica en los talleres de una primera frustra-
ción; nos referimos a la 8 en Cobija, a lo que queda-
ba de la 9 en Uyuni, a la 10 en Tarija, a la 11 en San-
ta Cruz y probablemente a la 18 de Uncia y Catavi (a
Unión y Trabajo), y al triángulo masónico de Montero
que llevaba el Nº 21 de la GLB. Estos talleres aca-
baban de salir de un peligroso letargo, o se estaban
hundiendo en uno que los llevaría a entrar en sueño
y cambiar de denominación.
El impacto de la banalización fue diferente, muy dife-
rente, en las logias recientemente fundadas con
perspectivas de recambio... de cambio profundo.
Nos Referimos a Renovación Nº 12 y Orden y Liber-
tad Nº 15. Ellas habían anticipado letargos y distor-

380
siones en la Orden y se habían configurado para lu-
char contra las desviaciones internas. A ellas se su-
maba la Logia 14, Progreso, de Maestros Instalados,
que todavía aleteaba, de vez en cuando, pero cuan-
do lo hacía era una voz crítica y experimentada... la
voz de los Maestros Instalados que debíamos oir,
aunque no siempre seguir a pie juntillas.
La banalización en los 70 se enfrentó con un con-
junto de logias nuevas y rigurosas en sus plantea-
mientos: a Universo Nº 13, Obreros del Porvenir Nº
16, a Hispano Boliviana Nº 17, a Nosce te Ipsun Nº
19, Mariscal de Zepita Nº 20, y a La Paz Nº 24. En
estas logias no es que no hubo banalización... si la
hubo, pero también hubieron hermanos masones
que combatieron tal banalización. Sin embargo las
posibilidades de que muchos masones caigan o se
vean capturados por la masonería banal era muy
grande. Las presiones del grupo-fácil eran enormes,
siempre fueron enormes, casi imposibles de contra-
rrestar.
Ante lo reducido de su éxito, en muchas de esas lo-
gias se conformaron grupos pequeños de 4 o 5 her-
manos que se dedicaron a profundizar los lineamien-
tos masónicos esenciales... tolerando a sus herma-
nos de taller que distorsionaban las enseñanzas ma-
sónicas y vivían sólo para la post-tenida. Hablaban
de ello pero en vez de “tomar al toro por las astas”
ellos se redujeron y se encuevaron en pequeños nú-
meros. Pero salvaron el día; y continuaron traba-
jando, muchas veces cuesta arriba... se mantuvieron
si no en el centro, cerca del centro de las demandas
masónicas profundas y edificantes: activas, cons-
tructoras, constructivas.
Poco podemos decir de lo que sucedía entonces en
Estrella de Oriente Nº 22, y Aurora de Oriente Nº 23,
en Guayaramerín y Riberalta, respectivamente. Aun-
que eran de reciente creación, no encontramos do-
cumentos ni referencias sobre este tema.

381
De la que podemos hablar es de Anglo Bolivian Nº
7. No la podemos juntar con las fundadoras porque
su reacción fue diferente. No la podemos juntar con
Renovación y Orden y Libertad, porque la historia
de ellas en defensa de la Orden fue muy distinta.
En esos años, en Anglo Bolivian se hablaba des-
pectivamente de “los masones de la Obispo Cárde-
nas” ya que se sentían muy cómodos con su nuevo
ritual (traído de Inglaterra a mediados de los 70),
que ya no se aplicaba a los antiguos templos de la
Orden, donde Anglo Bolivian funcionó en sus orige-
nes. Además, tenían su propio Capítulo del Santo
Real Arco de Jerusalén. Lo cual creó -en Oruro,
para comenzar- una diferenciación muy grande
entre aquellos privilegiados (la mayor parte de ori-
gen extranjero), que iban a La Paz para trabajar en
Inglés en Anglo Bolivian Lodge y Anglo Bolivian
Chapter. Quizás estos hermanos no se daban
cuenta de ello, pero las conversaciones de estos
masones de privilegio, discriminaban a los demás
hermanos; y -en Oruro- se creó un círculo exclu-
sivo de masones que viajaban recurrentemente a
La Paz y devaluaban al resto de la masonería boli-
viana... porque no era como ellos.
El impacto de la banalización ciertamente fue dife-
rente para diferentes logias y para diferentes her-
manos. Ello nos permitió plantear que en masone-
ría se experimentaba -y todavía se lo hace- una
sociedad de grupos o logias diferentes; pero, que
en cada uno de estos grupos se experimenta maso-
nería de manera diferente, y se hace masonería
con todos los matices que se pueda encontrar don-
de hay hermanos muy diferentes unos de otros.
Bajo estas pautas, un grupo de hermanos de La
Paz, de mediados y fines de los 70, identificó que:
1.- la estructura de la logia afecta y es afectada con
los cambios que se realizan cada año --con las
nuevas oficialidades. 2.- la presencia individual de
masones, muy diferentes unos de otros, posibilita

382
situaciones de comodidad para unos y de incomodi-
dad y ansiedad para otros. Estas reacciones dife-
rentes casi nunca son analizadas en los talleres.
Hablamos en los talleres de ello pero no profundiza-
mos en sus razones. En los talleres tratamos a to-
dos los hermanos de una misma manera sin recor-
dar sus temperamentos y predisposiciones. 3.- a
pesar de que los rituales son los mismos, en cada
taller los procesos logiales son diferentes, y ello im-
plica que en cada logia: 4.- los resultados sean di-
ferentes, que se logre o no los resultados masóni-
cos que se espera; y, finalmente, 5.- las logias se
ven afectadas por contextos logiales (son textos en
contexto no fuera de contexto); y en el contexto de
la banalización de la Orden se sentía un proceso de
evidente deterioro.
Podemos incluso decir que, a la fecha, después de
cerca de 40 años, se continua sintiendo este fenó-
meno de banalización de los contenidos masónicos.
Un proceso que no afectó a todos los talleres por
igual. Unos salieron más airosos que otros... y hay
algunos que todavía están sumidos en la banaliza-
ción de las prácticas masónicas.
En medio de estas crisis, no solo se funda la 25 en
La Paz, también se fundan los talleres, Llanos de
Grigotá Nº 26 en Santa Cruz (1973-74), y Armonía,
Serafín Ferreira Nº 27, (1974-75), en Cochabamba.
Intuimos que estos talleres se fundan preocupados
por la banalización, debido a la fuerza que trajeron a
la Orden... pero ésto no está claro en las actas de
sus fundaciones. A ello se suma la Logia Mamoré,
Norberto Galdo Nº 29, (1976), la que probablemente
estaba al tanto de estas preocupaciones, pero cree-
mos que responde a dinámicas regionales benia-
nas... mucho más, por el hecho de ser el primer taller
en Trinidad. Debido a ello, creemos que no experi-
mentó la banalización masónica que afectaba a todo
el país, o que no la experimentó de la misma manera
que en otros Valles.

383
Ya en 1976, (durante el gobierno militar de Hugo
Banzer Suarez), el Gran Maestro de la Gran Logia
de Bolivia, el I... y P... H... Waldo Jáuregui Canevaro,
suprime el paraguas institucional que mantenía la
masonería boliviana, bajo el nombre de Club Inter-
nacional, ya que las gestiones para obtener Perso-
nería Jurídica como Gran Logia de Bolivia, iniciadas
10 años antes, por fin se concretan y el Gobierno
aprueba el texto oficial de una Constitución para la
Orden, preparada y ajustada para este trámite (an-
teriormente se trabajaba bajo la Constitución apro-
bada en la gestión del General Armando Bretel).
Esta aprobación de Personería Jurídica y de su do-
cumento Constitucional en el año 1976, fue el dispa-
rador de una serie de actos de fortalecimiento insti-
tucional; el primero de ellos sería demandar una
mejor y más cuidadosa selección de profanos ya
que la membrecía masónica seguía reduciéndose, y
lo hacía tanto más por el número de masones que
fueran objeto de procesos, rayamientos y suspen-
siones.
Un año más tarde, el Gran Maestro, Jáuregui Cane-
varo, con la esperanza de acabar con la banaliza-
ción masónica, conforma una Comisión de Estudios
Masónicos a la Cabeza del I... H... Roberto Calderón
Cueto y con los HH... Hernando Pérez Cueto, Oscar
Uzín Saavedra, Alfonso Saldías Reyes y Manuel
Contreras (futuro Gran Maestro en los años 1984 -
1993). En la misma gestión se prepara un docu-
mento de orientación para los trabajos masónicos
bajo el nombre de Programa Analítico de la Maso-
nería Simbólica.
Para 1978 asume la dirección de la Gran Logia de
Bolivia Don Alfredo Rea Nogales. Lo hace con un
sentido de amplia participación masónica, emulando
las propuestas de “apertura democrática” que expe-
rimentaba el país... la que se vería frustrada en
1979, con el Golpe del 1º de Noviembre de Natusch
Busch.

384
Lo que pretendía Rea Nogales era ir más allá de la
gestión unipersonal de un Gran Maestro. Era involu-
crar activamente a los Grandes Vigilantes, crear un
Consejo Consultivo para el Gran Maestro y formar
una serie de comisiones de apoyo a su gestión. En-
tre estas últimas se forma una Asesoría Académica
Superior a la cabeza del ex Gran Maestro Alfredo
Peláez Diéz de Medina, con los HH... Raúl Mendoza
Requena, Augusto Lepeyriere, Mario Cariaga, Víctor
Centellas, Isaac Montes, y Julio Benavidez. Se esta-
blecen, así mismo, los departamentos de Relaciones
Públicas, Economía y Finanzas, Instrucción Masó-
nica, Beneficencia, Mantenimiento de Edificios,
Construcción y Proyectos; Ritos (con los HH... Ma-
nuel Contreras, Alfredo Santalla, Eduardo Gonzales
y Alberto Liendo), una Comisión de Asuntos Juveni-
les y otra de Investigación e Historia (con los HH ...
Arturo Costa de la Torre, Alberto Laguna M., Víctor
Hugo Villegas, Arturo Tejerina Mendieta, Leopoldo
Comboni, Horacio Ugarteche y Abigail Andrade). Se
configura un grupo de estudio de la Constitución Ma-
sónica y Legislación propia de la Orden, junto con
una instancia de Publicaciones y Difusión. También
se crea el Departamento de Política Internacional a
cargo de los HH... Alfredo Peláez Diéz de Medina,
Santiago Maese Roca, Walter Aramayo y Alejandro
Pacheco Sotomayor. Y con la misma dignidad y ex-
pectativa, nombra al I... H... Armando López Sán-
chez, Presidente de la Logia Progreso Nº 14, de
Maestros Instalados.
El detalle de todos estos nombres muestra que Al-
fredo Rea Nogales se rodeó de muchos masones re-
almente preocupados por lo que sucedía en la Or-
den; pero como veremos más adelante, también se
vinculó con algunos masones que casi lo enviaron a
la tumba sin escrúpulo de alguno. Rodearse de no-
tables, no había sido una garantía para el éxito, si
estos masones no están plenamente dispuestos a
trabajar... a “rajarse” por la Orden.

385
Muchas de estas áreas de trabajo fueron sugeridas
por la Confederación Masónica Interamericana
(CMI), que buscaba la institucionalización de carte-
ras como las de Relaciones Internacionales y la unifi-
cación de los estudios y la instrucción masónica.
Poco se sabe de los logros de estas comisiones;
sus actas de reuniones y las publicaciones de sus
trabajos son muy escuetas.
Estas acciones programadas y planificadas contras-
tan con las acciones fortuitas y azarosas que afectan
el devenir institucional, al parecer, de una manera
aún más determinante. Entre las acciones fruto del
azar “que viene de afuera,” vemos que, en esos
años, la mala conducta de personas ajenas a la Or-
den -invitadas a presenciar un acto aniversario- ha-
ce que se prohíban las “tenidas blancas”; es decir,
que se suspenda la realización de reuniones masóni-
cas extraordinarias con presencia de esposas, hijos,
familiares y amigos. Esta suspensión fue temporal,
pero nos habla de una serie de dolores de cabeza
que emergían tanto de la banalización de los cua-
dros masónicos como de actividades... más profanas
que otra cosa.
Las frustraciones más
grandes para el nuevo
Gran Maestro provenían
de situaciones que se ma-
logran institucionalmente
cuando se delega autori-
dad a quienes no cumplen
ni respetan esa delega-
ción. Una máxima profana
indica que la autoridad se
delega pero no la respon-
sabilidad; y, Don Alfredo Rea Nogales, en 1979, su-
frió un conjunto de situaciones álgidas debido a que
mucha gente no asumió con responsabilidad la auto-
ridad delegada... no eran masones de confianza…
ello, con seguridad, le causó un gran dolor.

386
Otro gran dolor fue la malograda reunión de la Con-
federación Masónica Interamericana (CMI), que tuvo
que suspenderse cuando ya habían llegado al país
muchos delegados, los que -por razones de seguri-
dad personal- tuvieron que retornar a sus países de
origen debido al cruento golpe de Estado del Coronel
Alberto Natusch Busch.
Un tercer (¿?) contratiempo para este Gran Maestro
de Masones, se inició en 1979 y culminó con su re-
nuncia a la Gran Maestría en 1984. Se trataba de la
construcción de un nuevo edificio para la Gran Logia
de Bolivia, el cual desde el momento de su adjudica-
ción a una empresa constructora local empezó a
mostrar complicaciones y distorsiones. Al final, la
masonería boliviana estuvo a punto de perder el in-
mueble en construcción y los templos e instalaciones
previas que se habían puesto como garantía para el
financiamiento de la edificación.
Este Gran Maestro se confió en demasía en ciertos
masones que lo defraudaron y defraudaron a la Or-
den... y fueron muchos de ellos los que le iniciaron
un juicio de responsabilidades.
Felizmente, con la intervención de emergencia de un
conjunto de hermanos (del país y del extranjero, es-
pecialmente del Canadá y de los HH... Georges Pettit
y Archibald Sears), y las cuotas extraordinarias que
se recaudaron para salvar la propiedad inmueble
afectada, se pudo solucionar el problema técnico,
administrativo y financiero que causó (paradójica-
mente entre masones-constructores), el mal manejo
de la construcción de un edificio, y cuya responsabili-
dad finalmente recayó en la máxima autoridad ejecu-
tiva de la Orden.
Luego, de estos ingratos momentos, para satisfac-
ción de muchos hermanos se funda Caridad y Tole-
rancia Nº 30, en Santa Cruz, que hace explícita su
lucha contra la banalidad masónica, y los conflictos
internos de la Orden, aunque incluso hoy -en esta

387
logia- hay preocupación por lo que sucede en maso-
nería que no se limita a que entren personas que
nunca debieron entrar, sino que incluye la ausencia
de enseñanzas y practicas suficientes para quienes
entran a la institución, con limitaciones, evidente-
mente, pero limitaciones que pueden ser superadas
con el pulimento de las piedras brutas que están a
nuestro cargo.
Paradójicamente, ya en la década de los 80, no su-
cedió lo mismo, en el caso de Justicia y Bondad Nº
31, que refleja no el interés de los HH... por fundar
una logia de masones, sino la verticalidad de un
Gran Maestro, que violenta el proceso de formación
de logias para dar cabida a compañeros de trabajo
que habían quedado excluidos de la oficialidad de
Orden y Libertad en Oruro; una Logia (la 15), que -
ciertamente- se mostraba preocupada por el relaja-
miento masónico de la Orden.
Con la creación de la Nº 31, se percibe el autorita-
rismo personal de un Gran Maestro, para cambiar lo
dispuesto en-logia... para cambiar la decisión de una
logia que trataba de evitar lo banal entre los miem-
bros de su taller. La creación de una nueva logia,
violentando procedimientos, era otra forma de bana-
lidad, de distorsión masónica Y el Gran Maestro de
entonces, lo hace ante un silencio forzado sobre los
masones de Oruro. Pero incluso con pautas chue-
cas, se pudo lograr trazos rectos; en medio de la
banalidad de los autoritarismos burocráticos de una
institución que parecía perder su rumbo, en medio
de juicios, querellas, denuncias y conflictos persona-
les, logiales e institucionales, se logra conformar una
logia de masones dedicados al trabajo de la Orden...
pero ello sería después de un tiempo.
Este conflicto quedó oscurecido, quizás oculto, en
medio de la renuncia de un Gran Maestro, el interi-
nato de otro y la elección de uno nuevo. Un periodo
en el que los conflictos entre la Masonería de las
Grandes Logias y la Masonería de las Logias Simbó-
388
licas se incrementa y dura por varios años. Más
aún, este conflicto adquiere nuevas dimensiones co-
mo el conflicto entre la masonería de la capital vis a
vis la masonería de las localidades del interior de la
República; un tema que pasó desaparecibido hasta
que explotó y del cual hablaremos más adelante.
Algo de la ansiedad por superar estos conflicto se
puede intuir en la fundación de la Logia Héctor Or-
machea Zalles Nº 25, en 1973, pero queda mucho
más claro con las expectativas de cambio y transfor-
mación que expresan las logias formadas en los 80;
periodo en el cual la lucha contra lo banal fue reco-
nocido entre los masones tanto del interior como de
la capital.
Esto implicaba que masonería debía renacer, reno-
varse, elevarse por encima de lo intrascendente en
que había caido la Orden. Es así que el 3 de marzo
de 1986 (es decir 13 años después de la última fun-
dación de un taller paceño), se formaría otra logia
masónica en La Paz; nos referimos a la R... L... S...
Renacimiento Nº 32. Los fundadores de este Taller
no buscan corregir lo de afuera, quieren trabajar por
un cambio interno... un cambio en ellos mismos. Un
Renacimiento a partir de las cenizas de una institu-
ción que parecía perdida, tal como se planteaba en
Fénix Nº 34. Estos hermanos masones querían una
nueva institución que les permita dejar atrás lo in-
trascendente y fatigoso de los trabajos banales para
proyectarse en la renovación y reconversión de vu-
elta a lo profundo de la masonería.
Más aún, pasaron más de 25 años para que se for-
me una Logia en el Rito Simbólico de York, desde la
fundación de Mariscal de Zepita Nº 20, el 5 de di-
ciembre de 1960, hasta el 23 de enero de 1986, fe-
cha en la que se forma la Logia Fénix Nº 34 y co-
mienza a trabajar en Instancia, para operar plena-
mente en agosto de ese mismo año. Obviamente,
entre las autoridades de la GLB, había mucha preo-
cupación para con lo que podría suceder en el Rito
389
de York, mientras que entre los masones de base
había mucho interés en este Rito. (¿sería que tuvo
que formarse una Gran Logia diferente, para que se
reconozca al Rito de York boliviano en la Gran Logia
de Bolivia y en el Supremo Consejo del Grado 33,
aunque los rituales simbólicos de York hayan sido
aprobados en 1971?). Este es un tema que amerita
mayor estudio ya que por el momento todavía pare-
ce ser motivo de muchas especulaciones.
Entre la 32 y la 34, en los primeros meses de 1986,
nace Unidad y Acción Nº 33. Una logia que brota
del desacuerdo entre masones de la Logia La Paz
Nº 24, respecto a cómo encarar la banalización de
los contenidos masónicos. Y fue en un viaje a Tarija
de varios HH... de Logia La Paz, para celebrar y par-
ticipar de la llegada del Cometa Haley, que se hace
realidad la idea de formar una nueva logia y superar
impases producto de un excesivo celo masónico.
Así se comunica a las autoridades de La Paz, Nº 24,
que dudan acerca de lo acertado de la resolución
adoptada en el viaje a Tarija, y restringen la partici-
pación de muchos de sus M...M.... El I... H... Julio
Strellnauer, desiste de asumir la Venerabilía del nue-
vo taller.
Al igual que Strellnauer, muchos de los Hermanos
de Logia La Paz, desistieron de formar una nueva
logia a mediados de los 80, pero la idea de configu-
rar un nuevo taller estaba en el aire y fue retomada
por otros hermanos. Estos he-
chos alertaban, o quizás ratifi-
caban, que algo extraño estaba
pasando internamente en ma-
sonería... y afuera de la Orden
... en las calles de nuestras ciu-
dades.
Del 25 de julio de 1973 (fecha
de fundación de Ormachea Nº
25), al 11 de septiembre de
1973 (golpe de estado de las
390
Fuerzas Armadas Chilenas contra el gobierno de Sal-
vador Allende), pasaron menos de 50 días. En el
golpe de Estado de Chile muere el I... H... Salvador
Allende y se daría pie a una de las dictaduras milita-
res más oprobiosas del continente. Allende moriría
ese día, pero fiel al compromiso que había contraído
en 1966, en la Conferencia de Lima de la Confedera-
ción Masónica Interamericana (CMI), para 1971, en
una reunión en San José de Costa Rica, él le había
propues to al entonces Primer Mandatario de Bolivia,
el General Juan José Torres (quien nunca fue ma-
són), una alternativa de solución al enclaustramiento
marítimo de Bolivia: una franja territorial al Norte de
Arica y un enclave portuario en Mejillones, sin canje
territorial alguno.
Años más tarde, el General Pi-
nochet y su homólogo el Gene-
ral Banzer de Bolivia, se reuni-
rían en la pequeña localidad de
Charaña y perfilarían un plan
diferente: el reconocimiento de
que no había nada pendiente
entre ambos países salvo rea-
nudar relaciones comerciales y
diplomáticas, y, pensar en un
intercambio de territorios. Nos
referimos al canje de un área
minera en los Lipez por una
franja desértica al norte de
Arica, sin que por ello se hable
de soberanía o compensaciones ulteriores.
Obviamente, el Departamento de Potosí -que iba a
ser cercenado de sus recursos mineros- fue el pri-
mero en mostrar una franca oposición a lo discutido
por el General Hugo Banzer Suarez. Esta y otras ra-
zones llevaron a que se conforme un Grupo Cívico
en los Departamentos del Sur del país para la defen-
sa de los recursos mineros amenazados por intere-
ses chilenos. Muchos masones de Oruro, Potosí,

391
Chuquisaca y Tarija, fueron parte de ese movimiento
cívico. Ya para entonces, se anticipaba la muerte de
los partidos políticos y la emergencia de movimien-
tos ciudadanos.
Como mencionábamos anteriormente, ésta era una
época particularmente azarosa para el país, por lo
que debemos volver a ella... a su análisis. Banzer
había indicado, en 1975, que si se presentaban sub-
versores del orden constituido en cualquier región
del país, promoviendo ideologías importadas ya sea
por curas o guerrilleros, él autorizaba a que acaben
con tales agentes, que
los maten, y que él se
haría personalmente
responsable de ello, que
respondería por cual-
quiera que así lo haga.
Tal amenaza de muerte
a los miembros de la
oposición, se daba en
un momento en que la
sociedad civil había lan-
zado “la Campaña de
las 1,000 firmas”, en la
que se pedía; 1.- Res-
peto a los Derechos Hu-
manos; 2.- Vigencia de
los sindicatos en defen-
sa de los trabajadores;
3.- Dar fin a la manipula-
ción de los pocos sindi-
catos que quedaban y que habían sido cooptados
por el gobierno; 4.- Libertad de prensa; 5.- Reaper-
tura de las radios mineras; 6.- Dar fin a las detencio-
nes y a los exilios; y, 7.- Reingreso de los sacerdo-
tes, pastores y otros religiosos que habían sido de-
portados. El número de firmas de adhesión excedió
en mucho las expectativas de sus promotores, pero
el gobierno desconoció lo pedido.

392
En 1977 Jimmy Carter, Presidente de los Estados
Unidos de Norte América, ejerció presión para que
Bolivia retorne a un régimen democrático. La cróni-
ca de esos días nos informa que el miércoles 28 de
diciembre de 1977, Luzmila de Pimentel, Nelly de
Paniagua, Aurora de Lora y Angélica de Flores, es-
posas de dirigentes sindicales mineros, y sus 14 hi-
jos tomaron las oficinas del segundo piso del Arzo-
bispado católico de La Paz y se declararon en huel-
ga de hambre. Un día después, los niños abandona-
ron la extrema medida y fueron reemplazados por
los sacerdotes Luis Espinal y Xavier Albó, el obispo
metodista Pastor Montero, y Domitila Chungara. Es-
ta acción valiente de esas 4 mujeres mineras que se
declaran en huelga de hambre es lo que genera un
movimiento ciudadano importante y hace que el Go-
bierno Militar de Banzer suelte a un buen número de
presos políticos y convoque a elecciones. La falta
de prácticas democráticas conduce a una serie de
elecciones presidenciales en 1978, 1979 y
1980, las cuales se ven plagadas de vicios y
fraudes. Es en estas condiciones que Bolivia
se acerca al fin de la década, y, al gobierno
militar de Luís García Mesa y Luís Arce Gó-
mez.
Obviamente, no todos los gobiernos militares
fueron igualmente extremos en sus pretensio-
nes. No podemos indicar cuáles fueron los
gobiernos más autoritarios e irrespetuosos de
la vida y el quehacer de los bolivianos, porque
las cifras de muertos, apresados y exiliados
está oculta... nunca fue hecha pública. Lo que
sí podemos decir es que en la memoria de
mucha gente los nombres de Banzer, Natusch
y García Mesa se han hecho particularmente
infaustos; aunque en el caso de Hugo Banzer
Suarez, su subsiguiente participación política
a la cabeza de un Partido Político atenúa (¿?)
sus actos de principios de la década de 1970. Para
muchos, las acciones del denominado Plan Cóndor
393
para América Latina,
quedaron grabadas in-
deleblemente.
Los valores y las virtu-
des ciudadanas ha-
bían quedado total-
mente ignoradas, en
una propuesta militar
de acabar con todos
los liderazgos de una
sociedad civil, desde
los más jóvenes a los
más entrados en años:
todos debían ser literalmente eliminados. Para ello
las dictaduras militares de Brasil, Argentina, Chile,
Bolivia, Paraguay y Uruguay, en colaboración con la
CIA de Estados Unidos, tenían no solo un plan sino
una propuesta de acción... el objetivo de la década
de los 70, era acabar con las voces contestarías y
alternativas.
La masonería se quedo callada... y su silencio duró
incluso hasta el inicio de los 80; años en los que la
mayor paradoja de esta época fue que García Mesa
y Arce Gómez, luego de su golpe de Estado, llamen
a su gestión: “el gobierno de la reconstrucción na-
cional.”
Después de meses del silencio de los masones y de
otros gobiernos militares, se vio la verdadera natura-
leza de esos “gobiernos de reconstrucción nacional”
que dejaron -literalmente- destruido al país, a sus
instituciones y a su economía; al extremo que un
nuevo Presidente de la República, a mediados de
los años 80, empezaría su gestión diciendo: “Bolivia
se nos muere.”

394
15.- Una década de ajustes estructurales
para el país y para la Orden
Con dos ilustraciones de Honore Daumier (1808 - 1879)

Muy pocos periodos de la historia de Bolivia han re-


cibido tanta atención nacional e internacional como
la década de 1980, en la que se produce el colapso
de la economía nacional, la hiper-inflación que llegó
a una tasa anualizada de 24,000%, la explosiva
emergencia de un sector denominado informal, la re-
conquista de la democracia, la Nueva Política Eco-
nómica (NPE), generada por el famoso Decreto Su-
premo 21060 de 1985 y la paradoja de un país que -
al final de la década- había logrado controlar un pe-
riodo de crisis y que en términos macro-económicos
“estaba bien” (si uno se refería a los indicadores glo-
bales, Bolivia debía estar mejor incluso que Alema-
nia), pero que en términos de vida y economía coti-
diana “estaba mal” ...muy mal. La situación había
mejorado, ciertamente, pero para la mayor parte de
los bolivianos la vida diaria seguía estando muy mal
en lo referente a bienestar, trabajo y perspectivas
socio-económicas.

Pero vamos por partes. Los auto-denominados “go-


biernos de reconstrucción nacional” de García Mesa-
Arce Gomes, Celso Torrelio y Guido Vildoso, más
que reconstruir al país lo destruyeron tanto figurativa
como literalmente. Esta destrucción se hizo evidente
cuando en 1982 se retorna a la gestión democrática
y aflora todo lo que hasta entonces se había ocul-
tado y contrarrestado con la acción violenta de las
armas, los apresamientos, los toques de queda y los

395
destierros para las voces contestatarias; mientras
se multiplicaban las prebendas millonarias para los
afines al gobierno. La situación del país había sido
mucho peor de lo que mostraban las autoridades...
mucho peor de lo que todos esperaban.

Marc Lindenberg, profesor de la Escuela de Go-


bierno de la Universidad de Harvard, utilizaba una
metáfora muy descriptiva para
explicar la situación de Bolivia
de 1980 a 1985. El decía que
nuestro país, para entonces,
era como un camión en el que
ya nada funcionaba, porque la
carrocería ya no estaba vincu-
lada con el motor ni la cabina,
que por su parte tampoco fun-
cionaban porque habían per-
dido toda capacidad de con-
ducción, dirección, acelera-
ción, embrague o freno. El
país estaba trancado, parado,
sin capacidad de movimiento
en medio de una llanura desértica, sin recursos a los
cuales recurrir. Esta imagen metafórica de texto y
contexto también se podría aplicar al texto que nos
ocupa: a la masonería local en la que todo parecía
venirse abajo con la pérdida de membrecía y con los
problemas del edificio que de-pronto afectaban todo
en la masonería del país. De 1982 a 1985 (el perio-
do de la UDP), no se había formado una sola nueva
logia, y las pre-existentes estaban con muchos pro-
blemas para continuar funcionando.

La masonería en Bolivia se “mantenía ahí,” en un te-


rreno desértico e inhóspito, haciendo evidente que la
carrocería de las logias estaba desvinculada de la
cabina de la Gran Logia y de las reuniones periódi-
cas de una Confederación Masónica Interamericana
que marchaba por su lado, con sus propios proble-
mas, por caminos de los cuales los masones de ba-

396
se apenas si se enteraban. Cada subconjunto de
masonería estaba atareadísimo tratando de funcio-
nar por su lado y a su ritmo, pero estaba desvincu-
lado de los otros componentes y -aun más- carente
de lo que podría ser una dinámica coherente de con-
junto. Era como en las épocas del militarismo dicta-
torial que comandaba “¡¡en su lugar salten!!” y todo
el mundo saltaba y saltaba, se ago-
taba saltando, pero no avanzábamos
un centímetro en el logro de nuestros
propósitos.

Conscientes de la desvinculación, del


deterioro y del falso afán en el que
tanto la Orden como el país habían
caído, tanto el Presidente Hernán Si-
les Suazo como el Gran Maestro de
Masones, Don Alfredo Rea Nogales,
renunciaron a sus cargos acortando
sus mandatos para que nuevas auto-
ridades, con nuevos enfoques, se ha-
gan cargo de sendos intentos de re-
conversión, articulación, cambio y re-
cuperación.

El cambio -a nivel de país- se realizó con el paso,


vía elecciones, de Hernán Siles Suazo a Víctor Paz
Estensoro, quien nuevamente asumía la Presiden-
cia, y quien diría al imponer el Decreto 21060: O te-
nemos el valor moral, con su secuela de sacrificios,
para plantear de un modo radical una nueva política
o sencillamente, con gran dolor para todos, Bolivia
se nos muere.

Los principales puntos de ese Decreto y de la Nueva


Política Económica imponían: 1.- El establecimiento
de un tipo de cambio único y flexible (Boliviano-Dólar
US). 2.- Legalización de todas las transacciones en
dólares (durante la UDP, de 1982 a 1985, la econo-
mía se había “desdolarizado,” causando una verda-
dera debacle económica), …en otras palabras, se

397
volvía a “dolarizar” la economía. 3.- Abolición de to-
das las restricciones a la importación de bienes y
servicios. 4.- Abolición de toda restricción respecto
a la libre contratación de bienes y servicios. 5.- Di-
solución de la Corporación Boliviana de Fo-
mento (el paraguas de las empresas pro-
ductivas del Estado como Azúcar-Guabirá y
la Empresa Nacional del Arroz --menciona-
das sólo como ejemplos del apoyo a la pro-
ducción agrícola e industrial que ofertaba la
CBF).

Continuando con los cambios, el Decreto


21060 establecía: 6.- el fin de la asistencia
estatal a la explotación de materias primas y
la formación de mercados internos; (acabar
con la intervención en el manejo de la deu-
da interna y externa; acabar con la forma-
ción de redes públicas de suministros indus-
triales y de consumo familiar; replantear el
fortalecimiento de las redes viales y de
energía, entre otras áreas del quehacer
económico productivo). 7.- Reducción insti-
tucional y descentralización de la Corpora-
ción Minera de Bolivia, COMIBOL y de
YPFB (Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bo-
livianos). 8.- Libre contratación de personal.
9.- Reducción del personal en todo el apa-
rato del Estado. 10.- Fijación del salario mí-
nimo nacional en un monto equivalente a 30
$US mensuales; 11.- Fomento estatal para
la creación de empresas privadas; y, 12.-
Privatización de las empresas productivas
estatales. Es así cómo nace la relocaliza-
ción de cerca de 40,000 trabajadores de di-
versos segmentos de la economía nacional,
principalmente 25,000 mineros.

Estos doce puntos muestran una parte pequeña -y


aislada- de lo que implicaron el 21060 y la NPE.
Obviamente, al día siguiente de la promulgación de

398
este Decreto, grandes sectores de la población ex-
presaron vehementemente su rechazo. El gobierno
se mostró firme e incluso amenazó a los huelguistas
con sanciones económicas; a los empleados del
sector público se les alertó que si no estaban en sus
puestos de trabajo a la hora y durante todo el día,
serían despedidos. Al final, la NPE se impuso con la
violencia que es propia de un gobierno entercado en
sus propias políticas… y respaldado por un evidente
autoritarismo burocrático.

Paz Estensoro -al reunirse con sus Ministros de Es-


tado- había complementado los lineamientos de la
NPE con una advertencia: hagan todo lo
que crean necesario en sus sectores, pe-
ro aquello que hagan que tenga “por lo
menos” la apariencia de que responde al
libre mercado (como el caso típico del
“Bolsín” de compra-venta de divisas en el
que se pretendía mostrar que era la ofer-
ta y la demanda de divisas lo que deter-
minaba un precio --un tipo de cambio;
cuando tal precio estaba acordado de
antemano entre los funcionarios del Ban-
co Central). ...y, lo que hagan -continuaba Paz Es-
tensoro en sus recomendaciones a los Ministros-
que no requiera de grandes capacidades gerencia-
les porque en Bolivia no hay gerentes… menos aún
en el sector público donde todo lo que tocan genera
pérdidas.

Con tales lineamientos y recomendaciones de polí-


tica, los Ministros de la NPE se aprestaron a comba-
tir una tremenda reducción en la producción de Es-
taño que para 1984 había caido tanto que ya no era
la principal fuente de divisas para el país; combatir
la inaudita tasa de inflación que había llegado en
ese mismo año al 24,000%. Tenían que revertir un
proceso negativo en el conjunto de la economía que
había decrecido en términos absolutos y relativos;
lo mismo que las tasas de desempleo que habían al-

399
canzado niveles nunca antes vistos, junto con el cre-
cimiento del sector informal y el incremento de la
producción de coca y sus derivados que no cesaban
de absorber mano de obra y generar canales alter-
nativos de exportación y contrabando. Esta lucha
significaba “dar la vuelta al calcetín,” dar la vuelta al
sector público que estaba -evidentemente- sobrecar-
gado de funcionarios de la Unión Democrática y Po-
pular, UDP, y se mostraba totalmente impotente, in-
capaz de asumir responsabilidades para con la ciu-
dadanía, el cambio y el crecimiento del país. Fue
una tarea ardua, pero los esfuerzos internos, las
condiciones externas y muchos eventos aleatorios,
propios del azar histórico, contribuyeron a que el
país pueda superar esta situación de profunda cri-
sis… pero todo ello a un costo, con un costo social
importante (alguien ¿podría imaginarse ser “relocali-
zado” de un día para otro?).

En la masonería boliviana, el contexto nacional cier-


tamente condicionó lo que sucedía al interior de la
Orden. Para comenzar, tal como dijimos anterior-
mente, no se fundaron nuevas logias masónicas sino
hasta fines de 1985, cuando se forma -en Santa
Cruz- la Logia Caridad y Tolerancia Nº 30; es decir,
después de enjuiciar y sancionar al Gran Maestro
Rea Nogales en 1984-1985.

Debido a la renuncia de Rea Nogales,


unos meses antes del juicio, asume la
dirección de la Orden un antiguo Gran
Maestro: Waldo Jáuregui Canevaro, y
en virtud de nuevas elecciones en la Or-
den, ocupa la Gran Maestría el I... y P...
H... Manuel Contreras Villalba . Su ges-
tión, por casualidad o causalidad, co-
rresponde al periodo de vigencia del
D.S. 21060, mostrando avances impor-
tantes comparados con gestiones ante-
riores, y reflejando -con retraso- algu-
nas particularidades que llevaron a la

400
Orden a que -al igual que en el
ejemplo del camión cuya carro-
cería quedó desvinculada de la
cabina de conducción, acelera-
ción o freno- la masonería en
Bolivia tratará de superar la frac-
tura que experimentaba en sus
diversas instancias instituciona-
les; e.g. una desvinculación en-
tre la Gran Logia, las Logias Sim-
bólicas y la Confederación Masó-
nica Interamericana. Los únicos
vínculos efectivos en 1985 eran
aquellos que traía consigo un
Gran Maestro con empresas, bancos e instituciones
masónicas, para-masónicas o nada-masónicas del
mundo profano.

En 1984, hay un golpe de timón en la Orden debido


a la renuncia de Alfredo Rea Nogales Así el 22 de
junio de ese año, Manuel Contreras es posesionado
Gran Maestro y entre sus primeros actos administra-
tivos, Alfredo Rea Nogales, Federico Reckling, Enri-
que Llanos y Hugo Inchausti entre otros, son “raya-
dos,” ...son expulsados de la Orden. Años después,
al confirmarse esta injusticia, Alfredo Rea Nogales y
Enrique Llanos serían restituidos en sus derechos...
no así F. Reckling ni H. Inchausti.

Casi un año mas tarde, se fundarían las LL... SS...


Caridad y Tolerancia en Santa Cruz y Justicia y Bon-
dad en Oruro. Una paradoja en los nombres de las
primeras logias que se forman luego del juicio a Rea
Nogales, ya que la expulsión de los hermanos de la
Gran Logia era todo lo contrario: una muestra de in-
tolerancia, de encono y animadversión con masones
que habían caído en desgracia y que se enfrentaron
a la incomprensión secante de sus hermanos maso-
nes. Una cruel paradoja para masones que se jacta-
ban de no encubrir a sus compañeros, ciertamente,
pero tampoco de inventarles culpas; masones que

401
debían juzgar con imparcialidad, amonestar con bon-
dad y sancionar con clemencia. El discurso iba por
un lado pero las acciones por otro.

A pesar de ello, está fuera de toda duda que con


Contreras Villalba se concreta una gestión diseñada
para recuperar el edificio en construcción y los edifi-
cios hipotecados como garantía para la nueva edifi-
cación; también se pudo controlar, por lo menos en
parte, la deserción en la membrecía masónica y se
pudieron fundar nuevas logias que absorbieron a un
buen número de masones que -con la recuperación
de la democracia- se restituían a la masonería o se
incorporaban a ella por primera vez.

Es así que se fundaron 14 nuevos Talleres en 9


años: desde Caridad y Tolerancia Nº 30 hasta Supe-
ración Nº 43, ambos en Santa Cruz; pasando por
Justicia y Bondad en Oruro Nº 31, Renacimiento Nº
32, Unidad y Acción, Nº 33, y Fénix Nº 34, las tres en
La Paz. También se fundaron Paz y Amistad Nº 35
en Cochabamba; Pitágoras Nº 36 en Santa Cruz;
Hiram Nº 37 en Sucre; Arco Iris Nº 38 en Cocha-
bamba; y otras tres en La Paz; Excélsior con el nú-
mero 39; Hermandad con el Nº 40; y, Fuerza y
Esplendor con el Nº 41. En Potosí se fundó la logia
Potosí con el Nº 42, (ya mencionamos a la 43).

Vemos que con todas estas nuevas organizaciones


masónicas se produjo algo así como un “destape”
en la gestión de un Gran Maestro: que puso el énfa-
sis en una re-estructuración económica-financiera,
en la promoción de grados denominados superiores
y en la creación de nuevos talleres masónicos: 6 en
La Paz, 3 en Santa Cruz, 2 en Cochabamba, 1 en
Sucre, 1 en Oruro y 1 en Potosí.

Estas 14 logias creadas en la gestión del I... y P... H...


Manuel Contreras Villalba, se han mantenido hasta
la fecha y muchas de ellas fueron claramente dinami-
zadoras de la acción masónica en nuevos periodos
de trabajo y cambio institucional.
402
Los beneficios para la Orden fueron claros, pero de
allí entonces empezó otro problema: el culto al pro-
tagonismo de ciertos hermanos fundadores que for-
maban talleres para “mejorar su curriculum” antes
que para brindar servicios a la nueva membrecía
masónica. Respondiendo a esta distorsión un con-
junto de masones del que fui parte, se propuso anali-
zar lo que ello implicaba, pero ya no era durante el
periodo 1984-1993, sino bien entrada la década del
90... creíamos ver que algunas de las soluciones de
los 80 se habían convertido en los problemas de los
90 y el 2000. Hablaremos de ello un poco más ade-
lante.

Dicho esto, debemos volver a lo que sucedía duran-


te el periodo de gestión de Manuel Contreras Villalba
(1984-1993). En este periodo se perciben una serie
de distorsiones y contradicciones especialmente re-
feridas a la Logia Progreso Nº14, de Maestros Insta-
lados. Por un lado este Gran Maestro dispone que
todos los Past-Masters y Ex Venerables que no hu-
bieran sido hechos Maestros Instalados lo hagan en
una misma ceremonia. Por otro lado, estableció que
a partir de entonces ya no se instalaría a estos Ma-
estros uno por uno, como había sido la tradición, si-
no a todos en conjunto, todos en un mismo día cada
año. Se simplificaba el trámite administrativo, pero
también se devaluaba la solemnidad de la instala-
ción de un Venerable Maestro.

Hay un quiebre que deja al simbolismo vaciado de


muchas significaciones masónicas. Se acaba con la
tradición de reconocimiento al Venerable Maestro
que ha culminado su gestión. Es sorprendente el
hecho que en las Disposiciones de la GLB de las dé-
cadas pasadas, el mayor esfuerzo estaba en la re-
dacción de Decretos que reconocían la Condición de
Maestros Instalados; y, en vistosos certificados, se
anunciaba al mundo entero que tal o cual persona
había culminado su formación masónica y ahora os-
tentaba la Condición de Maestro Instalado.

403
Aquí empieza la pérdida de jerarquía de los grados
del simbolismo, la desvalorización de la condición
Aprendiz, Compañero, Maestro y Maestro Instalado,
ante el marketing cada vez más abierto y competitivo
entre los denominados grados o capítulos superio-
res... por “invitación directa” de Contreras Villalba.

Es así que el tema se complica. Ya que por Decreto


del 7 de julio de 1992, se disponía que la Logia Pro-
greso de Maestros Instalados, debía dejar de funcio-
nar como logia y constituirse en un Consejo de
Venerables Maestros. Lo que no llegó a concretar-
se, porque la Logia Nº 14 de Maestros Instalados
continuó funcionando hasta que en la gestión de
José Aramayo Anze perdería su razón de ser. En
ese interin, en 1999, el I... H... Reynaldo Paredes
Nuñez del Prado, fue designado Presidente de esta
Logia de Maestros Instalados; pero ya la desorgani-
zación había cundido; y, en la misma gestión de Jo-
sé Aramayo, él es quien la vuelve a transformar
(algunos dirán que la llega a anular), al convertirla en
Academia de Docencia Masónica.

La Logia de Maestros Instalados era una instancia


de formación masónica para quienes asumían la res-
ponsabilidad de conducir los talleres de la Orden;
convertirla en una Academia o en un Consejo de Ex
Venerables, implicaba no comprender la razón de
ser de esta logia... una logia, que como su mismo
número indicaba, era una de las primeras construc-
ciones institucionales de la Gran Logia de Bolivia.
Una Logia que fuera instituida en 1936, apenás pa-
sada la Guerra del Chaco, por el I... y P... H... Fede-
rico Martins, primer Gran Maestro efectivo de Maso-
nes en Bolivia (de 1932 a 1939), ya que tanto Galdo
como Osorio lo habían sido por periodos muy cortos.

La Academia sugerida por José Aramayo sería anu-


lada por el siguiente Gran Maestro: Roberto Auchen
Homsi, primero porque él dudaba de la capacidad de
los Maestros Instalados de ser efectivamente acadé-
micos en masonería, pero principalmente porque
404
esa Academia era obra del anterior Gran Maestro, lo
que implicaba que debía, que tenía que ser elimina-
da. Este fue uno de los muchos conflictos entre
Grandes Maestros salientes y entrantes; algo que
se volvería doloroso pero muy frecuente. El “tiro de
gracia” para la muerte de lo que alguna vez fue una
Logia de Maestros Instalados, con la que se trataba
de jerarquizar la Francmasonería Simbólica en Boli-
via, se lo dio el Gran Maestros Roberto Auchen
Homsi, cuando en el año 2002, autoriza la re-utiliza-
ción del Número 14, el cual es otorgado a la recien-
temente formada Logia, Arte Real de Cochabamba.

En las conversaciones realizadas para la redacción


de estas Crónicas histórico institucionales, todos los
Ex Venerables y Past Masters consultados. que fue-
ron miembros de la Logia Nº 14 de Maestros Instala-
dos, consideran que lo ocurrido con la Logia 14 fue
un error, un craso error... que la sustitución de la Lo-
gia de Maestros Instalados, primero por un Consejo
de Ex Venerables, luego por una Academia Masó-
nica, fue un error garrafal; ya que con ello se truncó
la instrucción masónica.

Sin hacer referencia a los años en que la Logia 14,


estuvo en sueño, la mayor parte de los entrevistados
para esta historia, consideran que el trabajo de for-
mación de los Venerables Maestros de Masonería

405
quedó incompleto... la palabra de orientación expre-
sa -en términos de autoridad y liderazgo- se perdió.
Ya no se terminaron de educar nuestros maestros...
y con ello continuó un proceso de desvalorización de
la Masonería Simbólica; una desvalorización de los
grados de Aprendiz, Compañero y Maestro, ya que
la culminación operativa, filosófica y humanista de la
francmasonería dejó de existir. A partir de entonces
lo que buscaban los masones eran “grados y más
grados... grados superiores, magníficos, poderosos,
para el engrandecimiento del ego... para aumentar el
orgullo inconmensurable de ser masón.

El tema de la Logia de Maestros Instalados consti-


tuye una dolorosa perdida, no seguiremos hablando
de la decisión apresurada que se tomó por tres
Grandes Maestros, que insistiendo en el autoritaris-
mo burocrático de sus cargos, desvirtuaron, deva-
luaron y acabaron con algo que era de mucho valor
para los masones, pero que no llegó a conformarse
plenamente, porque se consideraba que pasando al
4º Grado del Escocismo esa Logia Nº 14 del simbo-
lismo ya no era necesaria. No se preocuparon de su
origen ni de su proyecciones... simplemente era algo
que incomodaba a quienes querían fomentar el Es-
cocismo de grados superiores, y no tuvieron mira-
mientos para cercenar la estructura íntima del sim-
bolismo masónico.

Tampoco tocaremos -en este capítulo- los juicios ni


el desempeño de los tribunales masónicos en el pe-
riodo 1984 - 1993. No nos detendremos -en este
momento- en la política de debilitamiento de la
Francmasonería Simbólica, para promover y merca-
dear grados considerados superiores al de Maestro
Masón, que es el tercero y último de la Francmaso-
nería Simbólica. Nos concentraremos, más bien, en
la formación y la dinámica de los nuevos talleres de
esa época. Para ello, debemos empezar con lo que
pasaba en La Paz.

406
Las seis nuevas logias de La Paz muestran, entre
1984 y 1993, dos momentos diferentes. Las prime-
ras tres: Renacimiento, Unidad y Acción y Fénix de-
notan importantes “desdoblamientos” de Logias pre-
existentes con más de 100 hermanos --algunos, al
parecer, estancados en sus columnas: tal el caso de
Melitón Monje, Renovación Nº 12, que da pie a la for-
mación de Renacimiento en el Rito Escocés Antiguo
y Aceptado, como una referencia al renacimiento na-
cional después de los terribles años de la UDP y a un
renacimiento masónico después de una banalización
que afectó a toda la institución. Este mismo propó-
sito lo encontramos en el caso de Fénix: el ave que
renace de sus cenizas; que -como mencionábamos
en el anterior Capítulo- trataba de reconfigurar una
masonería a partir de las cenizas de la banalización
(cenizas que no terminaron de extinguirse). Esta úl-
tima Logia hace referencia al renacimiento del Rito
de York después de más de dos décadas (de 1960 a
1986), en las que sólo mencionar este rito era motivo
de preocupación (incluso una logia de York en Co-
chabamba -la Nº 19, Nosce te ipsum- en 1992, de-
cidió cambiar la forma-ritual de sus trabajos y volver-
se una Logia del Rito Escocés).

Renacimiento Nº 32, fue fundada el 3 de marzo de


1986, con la participación de los Hermanos: Fede-
rico Calero, Winston Pacheco y Marco Decormis,
como representantes de la Gran Logia de Bolivia y
los HH... Walter Freudenthal, Hugo Roncal y David
Valdivieso, quienes luego (en la Primera Oficialidad
del Taller), asumirían los cargos de Venerable Maes-
tro, Primero y Segundo Vigilantes. Estos HH... MM...
y aquellos que los acompañaban dirían en la cere-
monia de su fundación: Pretendemos que esta Nue-
va Logia sea más dinámica y activa, y queremos re-
novarnos dentro de las normas de la Constitución…
la partida y la llegada son los extremos de la vida,
Renovación es Renacimiento y Renacimiento es Re-
novación, en una clara referencia a la Logia Madre
de la cual muchos de ellos provenían.
407
Recuadro 17- Merito y Rango de Oscar Díaz Ugarte

En uno de los momentos más álgidos del “autorita- tiene, es humilde y modesto, el rango siempre es
rismo burocrático” en la Orden, el I... H... Oscar soberbio, pomposo, rimbombante, orgulloso y des-
Díaz Ugarte, 33º, publicó un trabajo acerca del deñoso a pesar del exiguo contenido de valores
Mérito y del Rango, del cual transcribimos algo que tiene en su haber. Al merito se aspira cuando
más de la mitad del escrito. existe amplitud, talento, capacidad de esfuerzo e
inteligencia, perseverancia, en cambio al rango se
…Desde el primer momento que ingresamos a Ma- aspira cuando la personali-
sonería, debemos pregun- dad está disminuida, cuan-
tarnos si lo que aspiramos do se siente impotencia,
es obtener rangos o buscar falta de talento, de capaci-
méritos. El rango puede ob- dades intelectuales y de es-
tenerse con cierta facilidad, fuerzo.
mientras que el merito es de
difícil obtención. El merito El merito siempre es gene-
exige trabajo, esfuerzo, sa- roso y amplio, enseña en
crificio, inteligencia, talento, cualquier lugar y circunstan-
humildad y sinceridad, cia lo verdaderamente útil y
mientras que el rango se ob- lo que recoge como expe-
tiene con menos trabajo, riencia, respetando los pen-
menos sacrificio, no es nece- samientos ajenos y acep-
sario talento y hasta la tando que puede estar equi-
Constitución y sus Regla- vocado en lo personal. El
mentos le ayudan señalando rango en cambio, es mez-
condiciones mínimas para quino y avaro, solo es gene-
obtener un salario o lograr roso con aquello que no le
una etapa. sirve o con lo que puede au-
mentar y alimentar su so-
El merito es de personalida- berbia, busca que todos
des selectas, mientras que el piensen como él y excepcio-
rango puede obtenerlo cual- nalmente acepta que puede existir el error.
quiera, solamente esperando y sin exponer conoci-
miento alguno. Para buscar el merito no importa El disentimiento es alimento para el merito porque
el tiempo si no se cumple con un programa, para el le permite ser más amplio y es pecado para el
rango es importante que se cumplan plazos y si rango porque no acepta que otros piensen dife-
fuera posible abreviarlos. Para el merito existen rente a él. El merito mira siempre hacia arriba y
escalas y jerarquías verdaderas, para el rango adelante, apoyado muchas veces en el pasado y en
cualquier logro, así sea injusto y pequeño es válido presente, mientras que el rango solo ve su mo-
y sabe utilizarlo para metas posteriores. Para el mento sin importarle lo que viene y lo que queda
merito se deben cumplir etapas plenas de realiza- con olvido absoluto del pasado.
ciones, para el rango no importa si ellas cumplen a
medias y le permiten mantener su orgullo y su so- El rango se obtiene cumpliendo condiciones míni-
berbia. mas, con la ayuda de algún amigo, mostrando la
cara bonita de la hipocresía que impacta a los in-
Para el merito solo tiene valor el camino recto, es- cautos, exhibiendo alabanzas que impresionan a
forzado, dificultoso y con gran despliegue de ener- los necios, doblando las rodillas o prestando favo-
gía y de talento, para el rango cualquier vía es útil, res que están fuera de toda norma pero que se
especialmente si no tiene dificultades. El merito, consideran de gran desprendimiento aunque se hu-
sin embargo del inmenso contenido de valores que biese tenido que quebrar la justicia para conceder

408
ese favor. El merito rebasa toda condición mínima, siempre exige un costo, así sea el mínimo que sus-
no permite la ayuda del favor o la prebenda, mues- tente su vanidad. El merito por su misma estructu-
tra la cara verdadera de su realidad y la muestra a ración, tiene una personalidad robusta y firme que
cualquier nivel, es enemigo de las alabanzas y no no se doblega ante la fuerza de la presión ni ante
permite la ayuda de favores aún de aquellos sus- la amenaza. Por esa consistencia, humilla al rango
tentados por la justicia, por la norma y por el cono- y en cada verdad que expone ofende a la suscepti-
cimiento amplio del bien. bilidad de la ignorancia, de la mediocridad, de la
insolvencia moral. Aturde y ciega y crea multitu-
El merito en el momento de la evaluación, pone en des en su contra.
la balanza de justicia abso-
lutamente todo lo bueno y El rango es maleable. Se
todo lo malo, sin ocultar amolda al poder, a la pre-
nada y sin hacer diferen- sión de la multitud, a la sin
cias. El rango, si se trata de razón y a la necesidad. Es
un amigo agiganta lo bue- “hoja echada al viento de
no y hace inaparente lo las tempestades” como
malo o, por el contrario, si diría el poeta y se arrima en
se trata de un enemigo o el último rincón del olvido.
simplemente de uno que Para algunos es premioso y
“no es amigo,” hace inapa- vital la obtención de un sa-
rente lo bueno y sobredi- lario masónico o el rango.
mensiona lo malo en la Para alcanzarlos no mide
medida que disminuye su las consecuencias morales
amistad con el evaluado. que exponen, ni la salud del
conjunto social. Para el me-
El merito reconoce catego- rito la distinción es secunda-
rías de valores en el am- ria y es consecuencia de una
biente donde se encuentra labor fecunda que ha impre-
y sabe y distingue clara- so en su evolución.
mente que existen valores
de elevado nivel que no El rango mantiene estados
pudo alcanzar. El rango a de ignorancia y mediocri-
todos confunde dentro de un mismo nivel y excep- dad. El merito siempre es fuente de progreso y un
cionalmente reconoce algún valor de alto nivel, apoyo fuerte para la evolución de las sociedades.
que es generalmente aquel que tiene más poder o El rango sube por el ascensor, mientras el merito
fuerza de rango que él. por la escalera del sacrificio. En fin habría mucho
más que decir del merito y del rango, pero termi-
Los ambientes del merito se distinguen por el alto naré indicando que “el único rango justo es el que
nivel moral del pensamiento y de la acción, mien- se sustenta en el merito de su integridad” convir-
tras que los ambientes de menor jerarquía, y entre tiéndose en un ideal para muchos…
ellos los que tan solamente se busca la jerarquía
del rango se confunden con los ambientes profa- Estas son ciertamente las palabras críticas de un
nos y aún los de más baja condición. masón grado 33º, que identifica los problemas de
la época y resalta las capacidades que pueden ger-
El rango se lo pide, se lo acepta o se lo impone minar en la Orden. Lo que manifiesta nuestro her-
desde otros niveles, sin otra condición que el servi- mano Díaz Ugarte, es algo en alguien que tuvo que
lismo, mientras que el merito es el resultado del recorrer la Orden y que -con coraje, con corazona-
paciente cultivo del espíritu y de la virtud en un je- tuvo que esforzarse para alcanzar los derrote-
largo camino de esperanzas y de incomprensiones. ros de mejoramiento personal y colectivo de nues-
El merito entrega sus frutos a manos llenas sin tra sociedad de constructores de mejores hombres
pedir recompensa alguna, mientras que el rango y mejores días para la humanidad.

409
El caso de la formación de Unidad y Acción Nº 33,
fue muy particular ya que convoca a masones de di-
ferentes logias motivados por el llamamiento a la “ac-
ción masónica” de quien, por entonces, fungía como
Secretario de la Gran Logia de Bolivia, nos referimos
a José Antonio Adett Zamora.

Para Unidad y Acción Nº 33, el tema de la acción


masónica estaba presente en el momento de su fun-
dación, se hablaba de “masones en acción.” Nuestra
utopía de movilización humanista en pos de objetivos
de mejora y perfección, había quedado huérfana de
actividad concreta desde los 70, asfixiada por la ba-
nalización conceptual y operativa de un periodo, evi-
dentemente posmoderno... nihilista, que en medio de
falsos afanes, reducía todo a nada. Los masones de
esta nueva logia en proceso de creación se sentían:
hombres nuevos, exponentes de una generación que
sintiendo la inminencia de los cambios sociales,
quieren estar activos y presentes en la determinación
de su futuro.

Al igual que las logias que se fundaron después de la


contienda del Chaco, las que se fundaron después
de la crisis de los años 70 y de la UDP a mediados
de los 80, mostraban la necesidad de acabar con las
actitudes pasivas y los auto-engaños rimbombantes,
acabar con el autoritarismo y con la carencia de vigor
institucional en la Orden. Querían renacer de las ce-
nizas del pasado inmediato.

Ciertamente, los primeros años de la década de los


80 (los años de la UDP), habían dejado una huella
de preocupación patriótica y humanista en quienes
sabían que masonería podía ofrecer más, que la Or-
den podía hacer más. Es con esta motivación, y lue-
go de superar una serie de problemas relacionados
con la participación o la auto-exclusión de varios de
sus fundadores que se funda este taller. Por ello, au-
torizados oficialmente para trabajar en el Rito Esco-
cés Antiguo y Aceptado por el Decreto 57 - 082 – 86

410
de 9 de julio de 1986, se instala la Primera Oficiali-
dad de Unidad y Acción, con el I... H... Roberto de la
Llosa como Venerable Maestro; Mario Guaráz y Raúl
Jiménez V., como Primero y Segundo Vigilantes.

Por otra parte, mediante iniciativas paralelas, el 20


de mayo de 1986, se funda la Logia Simbólica Fénix
con base en un conjunto de Past Masters y Maestros
de la Logia Mariscal de Zepita. Para el 28 de julio de
ese mismo año, mediante Decreto firmado por Ma-
nuel Contreras Villalba, se instala su oficialidad y
empieza a trabajar como una Logia Justa y Perfecta
en el Rito de York, presidida por el H... Pedro Koe-
nigsfest como Venerable Maestro, Otoniel Pabón
como Primer Vigilante y José Vega Rodríguez, como
Segundo Vigilante. Los acompaña Ernesto Sáenz
Arredondo como Capellán;

El segundo lote de 3 logias fundadas en La Paz


entre 1987 y 1991, se muestra diferente. Particular-
mente notable es el cambio en el tenor de sus pro-
pósitos. Para evidenciar ello recurrimos al contexto
de la formación de la Logia Excélsior Nº 39 y a su
acta de fundación, tal como aparecen en la Historia
de las Respetables Logias Simbólicas del Valle de
La Paz, publicada en el año 2007, por la Gran Dele-
gación de La Paz. En estos documentos se dice que
…la idea originaria para la fundación de una Logia
Simbólica en el Rito de York, se remontaba al año
1982 (¿?), cuando ejercía las funciones de Venera-
ble Maestro de la Resp... Log... Zoilo Flores Aponte,
Obreros del Porvenir, Nº 16, el I,.. H... Nemesio Cam-
pos Larrea, quien consideró que el Rito de York tan
rico en esencia y simbolismo, genuina síntesis de la
masonería pura, debía ser divulgado para el benefi-
cio de todos los HH... ávidos del conocimiento, y la
savia de su filosofía debía ser llevada a la práctica
para alcanza una vida virtuosa. Esta referencia no
oculta, sin embargo, el hecho de que Excélsior nace
de un desprendimiento traumático de Obreros del
Porvenir, que virtualmente se queda sin oficialidad.

411
Quienes conforman esta Nueva Logia, después de
un periodo en instancia son el I... H... Pablo Valdivia
como Venerable Maestro; Nemesio Campos Larrea,
Primer Vigilante; Milton Lopéz Pinto, Segundo Vigi-
lante; Jorge Mercado Rivera, Capellán y Waldo Bel-
trán Aguilar, Secretario;

Sin la dinámica de sorpresa y de conflicto que en-


marcó el nacimiento de Excélsior, la fundación de la
Res... Log... Sim... Hermandad Nº 40, sigue un patrón
similar aunque lo hace tres años más tarde. Luego
de un largo periodo en Instancia, el 30 de junio de
1990, con el I... H... José Bascopé Guzmán como Ve-
nerable Maestro y Mario Montero Ríos como Ex Ve-
nerable, así como con los HH... Genaro Vásquez
Blacutt y Luís Raúl Fernández Uzquiano como Pri-
mero y Segundo Vigilantes; Estos HH... manifiestan
que en fecha 11 de marzo de 1987 un grupo de her-
manos de diferentes talleres, decidieron fundar una
nueva logia en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado…
y sembrar una semilla en la tierra de la vida masó-
nica bajo el designio del G...A...D...U... empero para
su germinación era necesario reunir todas las condi-
ciones que establece nuestra Constitución.

Ya con la Logia Hermandad, empezaron a plantearse


algunos cuestionamientos acerca de las dinámicas
de fundación y conformación de un taller vis a vis las
dinámicas de operación y funcionamiento continuo.

Durante el proceso de formación de un nuevo taller,


muchos hermanos empiezan a trabajar juntos por
primera vez y sus expectativas no se hacen explíci-
tas. No se comparte las expectativas de manera
abierta y directa. Todos creen que están trabajando
por los mismos propósitos cuando en realidad cada
quien tiene objetivos diferentes. Empieza entonces
un proceso de aclaración de roles y responsabilida-
des, de precisiones acerca de quién está “adentro” y
quienes quedan “afuera,” quienes son los que ha-
blan y a quienes se los escucha con mayor entu-

412
siasmo, respecto a quienes tienen un discurso que
parece quedar postergado, incluso ignorado. Son
los antiguos masones que experimentan nuevas di-
mensiones de membrecía en una nueva logia; y,
muchas de sus preocupaciones quedan sin ser di-
chas; y, consciente o inconscientemente, se empie-
zan a testar los términos de una incorporación úni-
camente parcial en el nuevo grupo. Esto no emerge
inmediatamente, sino a lo largo del periodo denomi-
nado de Instancia o de preparación previa al funcio-
namiento pleno de un taller.

No hay una guía explicita para la fundación de un ta-


ller, salvo la confianza que se pueda tener en quie-
nes solicitan la fundación de una nueva logia. Se
está formando el grupo, pero como grupo todavía no
existe. Varios hermanos que mostraron entusiasmo
en las primeras semanas de formación, ya no son
parte del grupo cuando este culmina sus fases pre-
vias. En el caso de Hermandad Nº 40, el periodo de
Instancia fue largo y las últimas semanas fueron real-
mente complejas al extremo de que para darse fuer-
za unos a otros, inventaron el lema movilizador “has-
ta nuestra consagración final.” Esto nos hace ver
¿cuántos de los fundadores de un taller no vuelven a
asistir a los trabajos de ese taller o solo lo hacen de
vez en cuando?

La ansiedad de conformar una nueva logia, en mu-


chos casos, genera dudas. El dilema central en la
fundación de una nueva logia, está relacionado a la
vinculación con la Logia Madre de cada uno de los
fundadores: ¿estaré rompiendo los lazos con mi an-
tigua logia? Algunos fundan una logia para no volver
a la antigua, y no falta quienes luego de prometerse
no volver terminan volviendo y quedándose en su an-
tiguo taller. ¿Me estaré incorporando a un grupo que
tiene dinámicas y expectativas diferentes a las mías?
¿Estaré perdiendo la individualidad que he logrado
construir en otros talleres? ¿Esta incomodidad que
siento ahora, no será que dure para siempre, de

413
ahora en adelante? ¿Será que sólo me están usan-
do para hacer número? ¿Estaré perdiendo autono-
mía en mi accionar masónico y me estaré compro-
metiendo con algo que va más allá de mis posibilida-
des?

Todo esto conlleva a que de 20 o 30 hermanos fun-


dadores, cuando empiezan los trabajos regulares
sólo se pueda contar con unos 10, máximo 15. Este
recambio de fundadores y expectativas hace que la
dinámica operativa (posterior a la fundación), sea
sino radicalmente distinta, lo suficientemente diferen-
te como para diferenciar la personalidad colectiva de
los fundadores de las dinámicas operativas de quie-
nes vienen después.

Con la Res... Log... Fuerza y Esplendor Nº 41, la his-


toria se repite… casi de la misma forma. Nace de
una dinámica alternativa dentro de la Ayacucho Nº 6.
En junio de 1989; es decir, más de 60 años después
de su fundación, una veintena de hermanos de esta
Res... Log... deciden formar una nueva organización
masónica bajo dos lineamientos comunes: Prime-
ro.- a pesar de ciertos conflictos generacionales, no
desvincularse de su logia madre Ayacucho, al ex-
tremo de proponer el nombre de Antonio José de
Sucre para el nuevo taller; y, Segundo.- profundi-
zar en los “verdaderos y profundos” principios de la
Orden en relación al G... A. .. D... U... y a las virtudes
que debe practicar un masón comprometido con el
mejoramiento personal y el perfeccionamiento de la
sociedad.

Sin una estructura jerárquica pre-establecida, los


hermanos masones de Ayacucho trabajaron cerca
de dos años en Instancia. Para la nueva logia, final-
mente, adoptaron el nombre de Fuerza y Esplendor,
a la que la Gran Logia de Bolivia le asigno el Nº 41;
era el 25 de septiembre de 1991. Fue así que se es-
tableció que trabajarían en el Rito Escocés Antiguo y
Aceptado.

414
En ese periodo se aclaró el nivel y tipo de participa-
ción de los hermanos fundadores de la Logia y se
mostró a la cabeza de ellos el I... H... Carlos Bozo E.,
lo acompañaban Ramiro Amestegui como Primer Vi-
gilante y Gerardo Ledezma como Segundo.

Fuerza y Esplendor Nº 41, nacía con una raigambre


simbólica muy importante. Reflejando las dimensio-
nes místicas de la Kabbalah judía, su nombre mismo
planteaba: la Fuerza que denota la columna izquier-
da del Árbol de la Vida expresada por los sefirot Ge-
vurah y Hod, mientras que Esplendor manifestaba la
presencia de Hesed y Netzah (columna de la dere-
cha). Los puntos tradicionales de Sabiduría (Chok-
mah), Fuerza (Gevurah) y Belleza (Tipheret):
(Sabiduría, Fuerza y Belleza como divisa masónica),
resaltaban los principios básicos de la masonería
simbólica, y los sefirot de una columna central (Mal-
khood, Yesod y Tipheret, la columna secreta de los
Maestros), flanqueada por las columnas de Fuerza y
Esplendor.

El propio nombre de Fuerza y Esplendor mostraba


entre columnas al Maestro Secreto e Invisible y re-
saltaba la expresión bíblica con la que concluye el
Padre Nuestro: porque tuyo es el reino, el poder y la
gloria: el masón ya iniciado (Yessod), el reino (Mal-
khood), el poder (Hod), y la gloria (Netzah).

La evidente presencia de hermanos cabalistas en la


nueva logia, no se hizo evidente en un principio,
manteniéndose como un conocimiento compartido
por unos pero oculto para otros... un conocimiento -
no totalmente compartido- con el que se formó Fuer-
za y Esplendor que empezó a develarse poco a po-
co; y, muchos, quizás sin saberlo, empezaron a tra-
bajar en ello. El nivel de formación masónica, a pe-
sar de provenir mayoritariamente de una sola logia
(Ayacucho), no era el mismo. Ello desató angustias
y varios hermanos fundadores se retiraron, no por el
tipo de saber involucrado, sino porque se sintieron
sorprendidos unos y “alejados” otros.
415
La esencia de Fuerza y Esplendor no solo era de
búsqueda de una profundidad esotérica judía, sino
que trataba de recuperar el estudio de una Kabbalah
Cristiana. Esta contraposición entre lo judío y lo cris-
tiano, se manifestaba como parte de una nueva ge-
neración de Maestros Masones, Compañeros y
Aprendices, que se esforzaban en analizar nuevas
dinámicas masónicas al sentirse demasiado constre-
ñidos por un taller muy conservador que no termi-
naba de comprender a sus nuevas generaciones, a
sus nuevos miembros. Era el nacimiento de nuevas
formas de trabajo masónico que querían basarse en
conocimientos más profundos contrastados con rela-
tos y discursos que se consideraban superficiales, re-
petitivos, banales, devaluados.

Algo similar había ocurrido en la ciudad de Sucre


unos años antes al producirse un desprendimien-
to generacional de la tradicional Logia Honradez y
Trabajo Nº 3, y la emergencia entusiasta, vital y
triunfante de una nueva Logia: Hiram Nº 37.
Pocas logias en Bolivia se comprometieron, a
tiempo de su fundación, a estudiar la masonería y
trabajar en el mejoramiento progresivo de sus
miembros como lo hicieron los fundadores de
Hiram Nº 37. Para los HH... de Hiram, la Logia
Honradez y Trabajo se había convertido en un
“tapón” para sus iniciativas; incluso para el com-
pañerismo que entre ellos habían desarrollado ba-
sados en la predisposición de dejar de hablar de
temas masónico-bizantinos. Había que aterrizar y
trabajar en temas relevantes para la vida, para
cada día, y es así que comenzaron a estudiar la
Libertad de Hoy en Día; la condición de las per-
416
sonas en el presente. Una persona podía sentirse
libre porque ha dejado de sentir el peso de las cade-
nas que la constriñen (se ha acostumbrado a vivir
con sus cadenas). Según uno de sus fundadores,
en Hiram se tenían los planos de una nueva cons-
trucción... ellos están seguros que todavía los tie-
nen... y ello les permite trabajar en sus “espacios,”
en su Libertad, en sus concepciones de la vida y pa-
ra la vida de hoy; trabajar en el sentido que brinda
la masonería a la vida de cada quien.

Esta era una concepción diferente de la masonería


en Sucre, basada en lo que los hermanos de la Lo-
gia Hiram Nº 37 consideran el “compromiso masó-
nico.” Un compromiso de estudio del aquí y del aho-
ra, que parece que generacionalmente fuera resen-
tido por otros masones de ese valle que percibían -
e incluso hoy perciben- una cierta jactancia poco
masónica en los miembros de ese taller. Esta dina-
mización masónica ha generado entredichos, así
como varios heridos y contusos y muchas cicatrices
que todavía se mantienen con dolor en la dinámica
masónica de una Logia que se siente fuerte, pero
muchas veces sola en su concepción de lo que es y
de lo que debería ser la masonería en Chuquisaca.

Algo similar sucedia con Paz y Amistad Nº 35 en Co-


chabamba y Pitagoras Nº 36 en Santa Cruz, Logias
en las cuales también se mostraba el conflicto gene-
racional, el choque generacional, que se había dado
en Fuerza y Esplendor Nº 41, en La Paz y en Hiram
Nº 37, en Sucre.

El choque generacional en Santa Cruz no había sido


tanto entre Ismael Montes Nº 11, con respecto a Lla-
nos de Grigota Nº 26, sino que empezó lentamente
con Caridad y Tolerancia Nº 30. En Cochabamba el
choque generacional había sido menor entre Tunari
Nº 4 y Nosce te Ipsum Nº 19, si se lo compara con
la emergencia generacional -casí inmediata- de Ar-
monía, Serafín Ferreira Nº 27... la de los grandes
números y los grandes eventos.
417
El reconocimiento de todo esto nos permitió ver que
las Logias Masónicas fundadas en Bolivia, y proba-
blemente en todo el mundo, no son estructuras mo-
nolíticas, establecidas de una vez y para siempre.
No son formadas con una plena y total coincidencia
de objetivos, propósitos y dinámicas entre los funda-
dores, aunque hay algo de ello. Al poco tiempo los
propósitos de inicio son ajustados, re-ajustados o
transformados. Mucho cambia pero algo queda...
algo queda de las dinámicas y expectativas de los
momentos y las discusiones de fundación (queda el
nombre y el sindrome del fundador de quienes se
aferran a los buenos tiempos del inicio... y sufren por
los cambios, los olvidos y los revisionismos que tra-
en consigo las nuevas generaciones).

Paradójicamente, los lineamientos de inicio parecen


importar poco para quienes vienen después. Esto
debido a que la masonería en Bolivia no tiene una
oferta institucional abierta en la que el profano pueda
escoger entre un rito y otro, entre una logia y otra.
Por el contrario, quienes se incorporan a la Orden, lo
hacen sin saber a qué tipo de rito o a qué tipo de lo-
gia se están vinculando. No conocen a la mayor
parte de los miembros del taller del cual son sus
nuevos miembros. Esto para 1986, era evidente.
Postulantes a masones se preguntaban y pregunta-
ban a quienes los habían invitado a ser miembros de
la Orden: Bueno, ¿y qué hacen; a que se dedican
los masones? y la respuesta era, “espera, no te
apresures; todo vendrá con el tiempo; por el mo-
mento no puedo decirte nada.”
418
Era muy evidente que las dinámicas en Caridad y
Tolerancia, Fuerza y Esplendor o Hiram, eran radi-
calmente diferentes a las dinámicas masónicas en
Ismael Montes, Ayacucho u Honradez y Trabajo. No
es que unas estuvieran bien y las otras mal, sino que
eran simplemente diferentes. No podíamos hablar
de una sola masonería sino de las distintas masone-
rias posibles en esa época. El objetivo era el mismo
en todas ellas, pero las dinámicas y procesos no.

Cada logia se manejaba como si fuera una isla. In-


cluso hoy lo hace; ya que en cada logia hay una
combinación particular de Personas, Procedimientos
y Productos o Resultados masónicos. Hay un impor-
tante común denominador, ciertamente, pero cada
logia tiene un sello particular.

Empezando por las personas, en una logia, vemos


que el número y las características de los Ex Vene-
rables o Past Masters, genera una dinámica dife-
rente en cada caso. En el caso de que estos maso-
nes-ya-de-tiempo sean muchos o si ellos fueran po-
cos, la dinámica logial se muestra diferente. La idea
frecuente de que masonería es una forma institucio-
nal en la que jóvenes y no-tan-jóvenes pueden tra-
bajar en conjunto, es cierta, pero no tanto... tiene sus
bemoles. Muchas veces el tema generacional es re-
suelto satisfactoriamente, pero en otros casos no; y
los jóvenes buscan alejarse de la presencia sobreco-
gedora (demasiado impresionante en términos tanto
positivos como negativos), de una columna de Ex
Venerables o Past Masters, demasiado numerosa,
activa y voluntariosa. No es que sea un gerontocra-
cia, pero la presencia de los Ex Venerables es un
poder a manejar, mucho más si se encuentran va-
cios en la oferta institucional.

Por el otro lado, la presencia de un conjunto (unas


veces muy grande y otras veces muy pequeño) de
Aprendices puede ser conflictiva. Si son muchos, se
forman sub grupos en los que las presiones para no

419
hacer el trabajo que se debe hacer son frecuentes.
Si son pocos los Aprendices, dejan de hacer el tra-
bajo necesario. Es un grupo en el que cada Apren-
diz se debate entre la aceptación y el rechazo; entre
verse “tragado” por “su” columna, o por el Taller, o
verse rechazado por el grupo de los que ya se cono-
cen y que ya juegan el mismo juego. Este es un dra-
ma que los Maestros han olvidado pero que está pre-
sente entre Aprendices. El número de Aprendices
que se vieron ignorados y en algunos casos rechaza-
dos fue característico de este periodo, debido a que
en la dinámica de las logias la mayor satisfacción no
está en los resultados (los que difícilmente son visi-
bles: resultados vinculados al cambio-para-mejor de
una persona), mientras que es claramente visible la
satisfacción que algunos tienen con los procesos o
procedimientos rituales de tenida y post-tenida.

Con 14 talleres formados en 9 años, que perdían


tantos miembros como los que incorporaban; con
una Logia de Maestros Instalados que virtualmente
ya no existía por haberse convertido en un Consejo
de Ex Venerables que nunca llegó a operar... era
preciso estudiar lo que estaba sucediendo en la Or-
den. Por lo menos la mitad de estas logias reciente-
mente fundadas denotaba entusiasmo y dinamismo
-ciertamente- pero también algunos problemas para
funcionar adecuadamente. Uno de estos problemas
era la poca o ninguna comprensión de las dinámicas
grupales esenciales de una Logia Masónica.

La idea prevalente en ese momento era que siendo


uno elegido como autoridad por el plazo de un año,
lo que debía hacer era programar 22 tenidas de Pri-
mer Grado, 10 de Segundo Grado, y 10 de Tercer
Grado; una fiesta aniversario, unas tres o cuatro ini-
ciaciones (para financiar la fiesta aniversario), una
tenida de paso de Primero a Segundo Grado y una
de elevación del Grado de Compañero al de Maes-
tro; una reunión de juegos de cartas o de dados,
una parrillada y una tenida para el Día de la Madre,

420
quizás otra para el Día del Padre. Las sesiones de
instrucción masónica extra-templo, en los 80, no
eran un problema mayor, se las podía hacer a volun-
tad, y habían logias como Fénix, que trabajaba dos
planchas en cada tenida (lo normal era una sola por
sesión), y otras que no se interesaban por la instruc-
ción... dejando que cada quien lo haga a su ritmo.

Este enfoque mínimo y pragmático entraba en con-


flicto con la comprensión profunda de los objetivos y
los procedimientos masónicos. Se insistió en varios
talleres, en que el trabajo en Templo sea percibido
como una experiencia personal, como una ceremo-
nia que abra los sentidos, las emociones y los con-
ceptos, y produzca una experiencia personal intensa
en cada masón. Que cada masón llegue a sentir la
experiencia... óptimamente, gestándose cierto tipo
de desasosiego en sí mismo por efectos de lo que
sucedía en el Templo.

A esta experiencia conmovedora, debía acompañar


un periodo de reflexión, fuera del Templo en sesio-
nes extra-templo, donde -de manera personal o co-
lectiva- se reflexione acerca de lo que sucedió en el
Templo. La ceremonia en el Templo era de respon-
sabilidad del Venerable Maestro y las sesiones ex-
tra-templo de los Vigilantes y los Ex Venerables o
Past Masters. El concepto era el correcto pero fal-
taba un lineamiento importante, que se incorporó,
solo en parte, en la década de los 90: el proceder a
una reflexión con y en la persona; con el masón co-
mo punto de referencia... de auto-referencia durante
los procesos de reflexión. No habíamos aprendido a
ser el eje de la reflexión masónica para evaluarnos a
nosotros mismos en el difícil proceso de pulir la pie-
dra bruta y agarrar a hachazos y martillazos, a ma-
zazos y cincelazos, lo que estaba mal en nosotros
mismos... comprender qué significaba ser en el mun-
do... ser masón en el mundo de cada quien Era me-
nester emprender a golpes con los vicios y las defor-
maciones que fuimos acumulando en la vida profana

421
y que en masonería debíamos trabajar arduamente
para extirparlos o borrarlos de nuestra cotidianeidad.

Esto apenas se hacía en las logias de reciente fun-


dación, mucho menos en las antiguas que habían
sido capturadas por la banalidad ritual de los 70 y los
80, y que se había arraigado de manera muy profun-
da en los talleres masónicos. Parecía que había una
revolución en marcha; un cambio radical en las di-
námicas masónicas; empero el autoritarismo buro-
crático, la prepotencia y el despotismo de ciertas
autoridades de la Orden, impidieron un trabajo más
proficuo; es decir, un trabajo más provechoso para
cada masón.

Al interior de cada logia habían unos subgrupos que


debían mostrar mayor “porosidad” y predisposición a
integrarse con otros subgrupos de la logia. Los gru-
pos menos “porosos” eran los de los Ex Venerables.
El conjunto de Compañeros unas veces se “abría” a
estos trabajos, otras veces no... eran impredecibles.
También habían sub grupos de Maestros que, con
frecuencia, se veían poco integrados con los Apren-
dices y con los Ex Venerables. Estos Maestros po-
dían volverse “roscas” en torno a las elecciones, lo
cual iba en contra de las dinámicas abiertas de la
logia... ¡Ah! Las consabidas elecciones que terminan
siendo lo más profano de la Masonería.

En base a esos hallazgos, la primera logia en for-


marse después de la gestión de la Gestión de Ma-
nuel Contreras, se impuso la tarea de re-pensar lo
que estaba ocurriendo... de integrar, de abrirse a la
integración entre masones, talleres, familias, valles y
otras Grandes Logias del Continente. Era algo que
se necesitaba urgentemente.

422
16.- En la década de fin de Siglo se trata de recuperar
el rostro humano de la masonería
Con ilustraciones de Hipolite Daumier (1808 - 1879) y de Edvard Munch (1863 - 1944)

A fines de los 80 apareció una propuesta alternativa


al Ajuste Estructural con el que venían manejándose
las políticas conocidas como neo liberales. Se deno-
minó a este enfoque político: Ajuste con rostro hu-
mano; los autores de esta nueva perspectiva traba-
jaban para UNICEF. En su documento guía defen-
dían la necesidad de estabilidad tanto política como
económica y la orientación hacia el crecimiento y la
generación de riqueza, pero alertaban acerca de la
necesidad de proteger -en cada país- a los grupos
más vulnerables de la población; es decir, a las mu-
jeres, a los niños y a los ancianos, a los campesinos
y a los pequeños empresarios. En otras palabras,
no solo crecimiento económico, sino una mejor distri-
bución de los ingresos y una lucha contra la pobreza
y la vulnerabilidad de los más necesitados.

Algo así sucedió en el país, ya que se buscaba me-


jorar las asignaciones a educación y salud, mejorar
los sistemas de recaudación para asignarlos a las
regiones y los sectores más conflictuados. Parecía
que se perfilaba un cambio radical... quizás una re-
volución pacífica. Pero no fue así. Las demandas
eran muchas y diversas, lo que hizo que los años 90
sean muy difíciles de considerar como un conjunto...
como si todos esos años configuraran una unidad o
un todo coherente, aunque hubo un mínimo común
denominador: aquel que configuró un bloque contra-
rio al neo-liberalismo del 21060; todo esto con la ne-

423
cesidad de fortalecer el rostro humano del ajuste es-
tructural; y, responder a la preocupación con lo que
podría suceder en el nuevo siglo que se acercaba
cada vez más.

Algo similar podemos decir de la masonería en Boli-


via: las políticas institucionales de la Orden, busca-
ban desesperadamente un rostro más humano. Con
este fin, vemos que los lineamientos en esta década,
son muy poco o nada coherentes entre sí. Aunque
tratan de darle un rostro humano al ajuste, son per-
sonalísimos como personalísimo es cada Gran Ma-
estro de la época: Manuel Contreras Villalba por un
lado y José Aramayo Anze por el otro.

Los 90 empiezan con los últimos años de la Gran


Maestría de Manuel Contreras V. En esos años se
hace evidente la capacidad gestora del Gran Maes-
tro y la creación de nuevas logias en el territorio na-
cional. Se evidencia una capacidad financiera-ge-
rencial para sacar a la Orden de un atolladero ban-
cario. Sin embargo, estos grandes logros se vieron
ensombrecidos por algunos aspectos, que los men-
cionamos debido a que una Historia de la Masonería
no puede, no debe, ocultar incluso aquellos momen-
tos en los que con las mejores intenciones se generó
dolor en los hermanos, se fomentó el servilismo y se
debilitaron los principios de la masonería... se debi-
litó a la propia Orden y se perdió la palabra fraterna.

La primera de estas manifestaciones del autoritari-


smo burocrático que se venía ejerciendo desde prin-
cipios de la década de 1970, se manifiesta en las
tensiones y los conflictos entre miembros de la Gran
Logia de Bolivia que en los 90 encontró su clímax,
su punto más álgido. Indudablemente, el encegueci-
miento que produce un exceso de poder se manifes-
tó en la Gestión de Manuel Contreras, quien no sólo
lo ejerció sino que lo extendió entre los miembros del
Supremo Consejo del Grado 33º para la Republica
de Bolivia.

424
Los masones que se vieron afectados personalmen-
te, expresaban abiertamente su disconformidad con
el autoritarismo burocrático que se había incremen-
tado en la Orden. De esta época nace el trabajo del
Hermano O. Díaz Ugarte que reprodujimos en el Ca-
pítulo anterior... el cual es una de las expresiones
masónicas más altas de análisis crítico e introspec-
ción para los masones bolivianos: nos referimos a
Merito y Rango.

Hechas las introspecciones necesarias, las críticas y


auto-críticas correspondientes, hoy, en retrospectiva,
podemos percibir una serie de distorsiones y mo-
mentos amargos. Uno de ellos se produce por el
hecho de que Manuel Contreras Villalba es elegido
Soberano Gran Comendador del Grado 33º para Bo-
livia a comienzos del Siglo XXI y ejerce ese cargo
durante varios periodos; en ellos despliega una inje-
rencia importante en el quehacer de la Orden (cree-
mos que lo hace como ex Gran Maestro, ya que es-
taría fuera de toda competencia hacerlo como Sobe-
rano Gran Comendador). Ello afectó directamente a
las acciones del Simbolismo. Debido a su presencia
permanente se agudiza una crisis de autoridad, una
crisis de confianza en las autoridades de la Orden.
Más aún, podemos plantear la hipótesis de que de-
bido a la acción autoritaria de este Gran Maestro y
Soberano Gran Comendador, que el Supremo Con-
sejo terminó dividiéndose, y hoy hay uno en La Paz
otro en Santa Cruz; tres en Cochabamba, uno o dos
en Oruro, otro en Tarija y otro en Chuquisaca, sin
mencionar el relato fragmentado y las pretensiones
autonómicas de los denominados grados superiores
de Beni y Pando. Las relaciones de estos Supremos
Consejos no son nada cordiales para con La Paz...
en ciertos Departamentos directamente no las hay.

Sin embargo, tal hipótesis que hace responsable de


la fragmentación del Escocismo a este hermano ma-
són debe ser matizada por lo que estaba sucediendo
-en ese momento- en el país en su integridad:

425
se estaba gestando una polarización regional entre
Oriente y Occidente --lo cual refuerza nuestro plan-
teamiento de que el devenir histórico de la Masone-
ría en Bolivia no puede estar desvinculado de lo que
-como un paraguas o como un marco de contexto-
sucede en el país.

Esa fragmentación y confrontación regional que


abiertamente se dio en los grados del Escocismo, en
las columnas del Simbolismo no es que no se haya
dado sino que ha quedado latente... se mantiene
adormecida, pero puede aflorar en cualquier momen-
to... y aflora casi cada día en un conflicto de baja in-
tensidad. En los hermanos de diferentes regiones se
siente cierto dolor por lo ocurrido antes del cisma y
durante la secesión. Por encima de todo en ellos se
ha generado una gran desconfianza con la Oficina
del Gran Maestro que está ubicada en La Paz y es la
cabeza de diversas instancias burocráticas. La ma-
sonería de La Paz ha quedado aislada. La buena
educación de los masones en todas partes del país
la hace tolerable, pero su debilitamiento está relacio-
nado con la desconfianza que se ha generado en
contra de ella. Tomará mucho tiempo recuperar la
confianza que se ha perdido. Mientras tanto el con-
flicto regional entre la sede y el resto de las regiones
se mantiene con un clamor sordo pero innegable-
mente presente... alimentado constantemente por
discursos regionalistas.

Esto no puede pasar desapercibido. Más aún por el


hecho de que en los inicios del Siglo XXI, las accio-
nes del I... y P... H... Manuel Contreras Villalba fueron
llevadas a proceso ante el Tribunal de la Orden y él
fue encontrado culpable.

Entre 2013 y 2014, el fallo contra Contreras Villalba


pasó al Gran Maestro Mario Cabrera Ruiz para que
esta autoridad masónica ejecute la sentencia. Pero
el Gran Maestro: Mario Cabrera Ruiz, decidió indul-
tar a este hermano que tanto contribuyó a la Orden y

426
que tanto afectó autoritariamente a su fragmentación
... afectó a muchos masones de manera personal y a
la misma Orden de manera general. La decisión de
Mario Cabrera, fue cuestionada por muchos, pero
era necesario acabar con los juicios y las sanciones
a los Grandes Maestros --acabar con el autorita-
rismo burocrático que ya había procesado, conde-
nado y sancionado a varios Grandes Maestros: a
Alfredo Rea Nogales, a José Aramayo A. y a Manuel
Contreras V. Esta medida fue acertada, porque se
preparaban procesos para otros dos Grandes Maes-
tros. Algo que felizmente no se concretó. Algo que
esperamos se haya acabado para siempre.

El autoritarismo burocrático que radicaba en el des-


pacho de los Grandes Maestros de Masones en Boli-
via, no terminó de un solo golpe. Por muchos años
se mantuvo (incluso se incrementó), se mintió a la
base, se falsearon documentos y se trató de justificar
lo injustificable. La Gran Logia de Bolivia trabajaba
enceguecida por sus propios objetivos en contra del
parecer de las Logias Simbólicas a las que debía
servir. La Masonería de las Grandes Logias adquirió
muchas de las dimensiones profanas.

De seguro, las autoridades de nuestra institución,


como las autoridades de cualquier otra institución,
son humanas y proclives a cometer errores. El pro-
blema se hace más visible en nuestra institución ya
que en masonería esas fallas humanas se vuelven
aún más grandes, especialmente en sus autoridades,
porque la nuestra es una institución que realza la
ética y el mejoramiento personal. Una institución en
la que se le pide al masón, de manera expresa, sos-
tener y mantener las leyes y los reglamentos de la
Orden, los preceptos más humanos y humanitarios
posibles, los deberes para con sus semejantes.

Ciertamente, tolerancia no es permisividad -no debe


ser permisividad en circunstancia alguna- y las fallas
-tanto las graves como las menores- jamás deben

427
ser socapadas o encubiertas. Menos aún si quere-
mos aprender de nuestra propia historia y considerar
el pasado como algo que orienta el presente e ilumi-
na el porvenir... un pasado que puede repetirse.

Todos debemos esperar y exigir más de la Orden y


trabajar para conseguirlo. No debemos perder la
voz, y nadie debe tratar de acallar las voces diver-
gentes y emergentes, mucho más si estas son preci-
sas y respetuosas en sus reclamos. Son momentos
en los que apalabrar la realidad es el primer paso
para transformarla. Son momentos previos, necesa-
rios para prepararnos para esa Alquimia Espiritual a
la que aspiramos y que con frecuencia se llega a
sentir en los momentos de catarsis, de cura y predis-
posición a no volver a cometer los errores que co-
metimos y que todavía nos duelen. Nos referimos a
esa alquimia espiritual que mejora cuando se apala-
bra el dolor que nos ha traído el pasado inmediato y
revisamos nuestras vidas y las proyectamos con
amor y esperanza al futuro y al presente.

Este debe ser un momento de perdón y superación


porque nos enfilamos a las maravillas y a las dure-
zas de lo que está en nosotros y que -con el es-
fuerzo adecuado- pueden llegar a ser realidad, pue-
den transformar la realidad actual en una mejor... en
una realidad mejor. Eso buscábamos en los 90...
eso es lo que no llegamos a concretar en esa época.

Esa predisposición esperanzadora es lo que se sen-


tía en Bolivia con el denominado Rostro Humano del
Ajuste Estructural con el que se definió la segunda
mitad de los 80 y casi toda la década de los 90. Ha-
bía que ajustar la estructura económica y social del
país para dejar atrás los vicios del deterioro anterior
y proyectarse al futuro para crecer mejor. A nivel pa-
ís era importante controlar la inestabilidad, la hiper-
inflación y el deterioro macroeconómico. Hecho es-
to, había que pasar de un frustrado capitalismo de
estado a un modelo más efectivo y eficiente con el

428
objetivo de crear riqueza. Es a esto, a este tránsito
del Estado y de sus dimensiones socio-políticas, a lo
que se denominó con evidente esperanza: un ajuste
estructural con rostro humano. No se llegó a dar.

Esa misma esperanza se perfilaba en masonería:


había que cambiar el modelo de hacer masonería y
cambiar lo que se había hecho en las décadas de
los 70 y los 80, cuando casi se pierde la base de la
propia institución. El cambio parecía evidente, pero
tampoco se dio... totalmente. Si bien es cierto que el
rostro cambió en la Gran Logia de Bolivia, y se volvió
de rigida en bonachona, el cambio institucional fue
mucho menos claro. Al autoritarismo burocrático de
inicio se lo sustituyo por un autoritarismo personal;
para volver a un autoritarismo burocrático y corpora-
tivo. El discurso se volvió suave, pero la Orden se
burocratizó autoritariamente.

En masonería la burocratización se había incremen-


tado. El procedimiento era más importante que el
resultado, que el impacto final. Ya no se buscaba al
individuo altruista, sino al individuo contenido en su
fantasía de ser individual, en su búsqueda de satis-
facción personal... aislado y egoísta. Estábamos
atravesando un periodo de crisis de solidaridad. La
idea de “construir el templo interno” se volvió la for-
ma fantasiosa más común de promover un egoísmo
sin responsabilidad alguna por lo demás y por los
demás, por el otro y por lo otro... por la otredad.

Con ciertos visos de esperanza, se buscó a nivel del


país una Reforma Educativa y un proceso de des-
centralización y municipalización. Lo cual tuvo su
contraparte en masonería con un proceso de refor-
zamiento de los procesos de instrucción y formación
masónica, y el inicio de un periodo de descentraliza-
ción en las gestiones administrativas de la Orden.
Pero todo ello no era más que aparente... detrás de
esa fachada se incrementaban unos individualismos
protagónicos muy arraigados

429
Al final del periodo del ajuste estructural a nivel de
país, se vio que ciertamente se había estabilizado la
economía y las empresas públicas se habían privati-
zado, pero el impacto en la población no había sido
el esperado. Con un enfoque de Necesidades Bási-
cas Insatisfechas (NBI), se pudo apreciar que el
98% de las áreas rurales y de las pequeñas pobla-
ciones del país había sufrido un deterioro en sus
condiciones de vida, mientras que un reducido grupo
de emprendedores urbanos efectivamente había
mejorado con las disposiciones de la Nueva Política
Económica (NPE), y que el país “en promedio” es-
taba mejor... por lo menos en términos macroeconó-
micos; aunque a nivel micro, a nivel personal y fami-
liar, las cosas eran diferentes. Ello dio paso a reac-
ciones localistas y regionales en las que los ignora-
dos y subalternizados por la NPE, se agruparon e
hicieron frente a los aspectos perversos del ajuste
estructural; así, a los planteamientos de un regiona-
lismo exacerbado se unieron los planteamientos
emergentes de un indigenismo regional y un campe-
cinismo englobante... nacía una nueva versión de
populismo nacional... localista, regional.

Con Hugo Banzer Suarez, en su mandato de 1997 al


2001, se apoyó un vuelco regional armado, estructu-
rado, organizado... y con mucho poder en las manos
de líderes cívicos y empresariales. Eran las Nuevas
Roscas. Nuevos populismos por un lado y nuevas
roscas por el otro.

En masonería, de la misma forma, durante los últi-


mos años del Siglo XX, empezaron a hacerse cada
vez más clamorosos los movimientos de reivindica-
ción regional, especialmente en las Delegaciones
Regionales y en las logias locales que durante el
ajuste se sintieron postergadas en sus expectativas
y cuyas necesidades básicas quedaron insatisfe-
chas. A ello se sumaron ciertas élites, las que al es-
tilo de grupos cívico-empresariales, asumieron nue-
vas figuras de autoridad en cada región. Los crite-

430
rios locales y localistas de las Grandes Delegaciones
Regionales emergían diferentes... desafiantes.

El mentado rostro humano de las políticas, en maso-


nería también quedó olvidado... quizás solo poster-
gado. Pero, cuando terminó el ajuste, las nuevas
corrientes se ensañaron con Aramayo Anze, quien
personificaba el discurso de lo nuevo, al mismo
tiempo que actuaba como lo viejo. Se ensañaron de
una forma poco o nada masónica, rompieron con el
centralismo, ciertamente; pero lo hicieron promo-
viendo un regionalismo sectario, con una serie de re-
formas a los Estatutos y Reglamentos masónicos:
cambios sustantivos en los que las reformas se ba-
saron en otras reformas, y éstas en más reformas;
reformas burocráticas que se concretarían en la pri-
mera década del Siglo XXI. Algo muy necesario pa-
ra unos, y no tan necesario para otros... algo nada
ético para un buen número de masones.

Se ve que los años 90 denotan el anhelo de dejar


atrás los años de conflicto e inestabilidad institucio-
nal en los que casi se pierde una parte importante
del patrimonio de la GLB. La Masonería de la Gran
Logia estaba enmarcada no en lineamientos concep-
tuales, filosóficos o morales sino en la gerencia efec-
tiva de una institución que anhelaba ser grande y
fuerte… una institución que se jactaba de la magni-
tud de sus rentas y patrimonios... pero era una insti-
tución que debía encontrar su propia palabra, debía
buscar hasta encontrar el rostro humano que de-
mandaban los jóvenes y las regiones, las áreas más
alejadas de la sede de la autoridad.

Para comprender esta década de fin de siglo deberí-


amos ver primero el contexto nacional e internacio-
nal para luego enfocarnos en el texto masónico. Es
así como podremos confirmar el hecho de que ma-
sonería no es un texto sin contexto o un texto fuera
de todo contexto… Con cierta frecuencia, masonería
se adelanta a su tiempo (la masonería libertaria) o

431
se atrasa respecto a los acontecimientos históricos
(los derechos de género y generación, entre otros).
Pero por lo general, es una institución en la que el
contexto externo a ella encuentra formas de inter-
narse y condicionar su desempeño mediante las
planchas y los temas en los que se trabaja; con-
ceptos y propuestas que se introducen por medio
de hermanos masones que llevan lo externo de sus
vidas y preocupaciones a los niveles internos del
Templo --lo hacen mediante corrientes políticas y
de opinión, libros y periódicos y tendencias o mega-
tendencias que afectan a todos los países y a todos
los habitantes. Unas veces estos procesos son cla-
ros y otras no tanto. Entre las mega-tendencias
más discutidas para la última década del Siglo XX,
con los temores y las anticipaciones de lo que po-
dría traer consigo el Siglo XXI, encontramos profun-
das preocupaciones acerca de que:

1.- La naturaleza de la vida cotidiana... una cotidia-


neidad que se desarrollará en un mundo demográ-
fica y políticamente inestable

2.- Habrá una internacionalización de las empresas


y las organizaciones, lo que a fines de los 90 llevó a
mostrar un especial énfasis en las posibilidades y li-
mitaciones de instituciones como la Confederación
Masónica Interamericana;

3.- Se incrementará la universalidad del hombre,


conducente a un universalismo de la humanidad;
alertando, sin embargo, que cualquier gran relato
universalista implicaría violencia para grupos nacio-
nales, regionales y locales... los pequeños relatos;

3.- Habrá un crecimiento explosivo de la electróni-


ca, las comunicaciones y el transporte;

4.- Se fortalecerán los sistemas con una toma de


decisiones autónoma y descentralizada (descentra-
lización); cundirá el uso de las pantallas y los men-
sajes inscritos en las pantallas;

432
5.- Se redefinirá el papel de la mujer y del Estado;

6.- Habrá mayor pluralismo y democracia, con la


emergencia de grupos que hasta la década de los 90
habían sido postergados o ignorados (para entonces
ya se hablaba de posmodernismo --Jean Franço-
is Lyotard decía en esos años: El posmodernismo es
acostumbrarse a pensar sin moldes ni criterios (pre-
vios).” Esto era algo aterrador para una Orden tan
estructurada como la nuestra. Aterrador cuando se
empezaba a decir que las verdades ya no eran ab-
solutas sino que dependían de quien las decía y a
qué grupo social las decía.

7.- Se incrementará el énfasis en la educación;

8.- Se agudizarán las diferencias norte-sur; y,

9.- Habrá una re-estructuración de la mayor parte de


las economías del mundo que pueden mostrarse ra-
dicalmente obsoletas ante la transformación y el
avance tecnológico de las más dinámicas.

Muchas de las mega-tendencias propuestas a fines


del Siglo XX ya se han cumplido, lo que hizo decir a
muchos filósofos y analistas que el futuro ya no era
como lo había sido antes; que se precipitaba con
inusitada rapidez… era algo así como un presente
extendido. Y eso sucedió con el país y con la Orden
que fueron alcanzados y en algunos casos arrolla-
dos, rebasados por el futuro que llegaba y nos pa-
saba sin avisos previos.

Es en este marco de posmodernidad que, a nivel na-


cional, transcurre la década de los 90 --sin mayor
claridad, pero con un rechazo cada vez mayor a las
tradicionales figuras de autoridad -del país y de la
Orden- que no dejaban de personificar las dudas
acerca de los barbarismos de la tecnología, los ne-
gociados y el fin de la modernidad, así como las pre-
ocupaciones por el rostro de la posmodernidad que
ciertamente no entienden... no entendimos los maso-

433
nes... generando más preguntas que respuestas, o
tratando de forzar respuestas de una manera rígida,
burocrática y autoritaria para la Orden.

Ya con el gobierno de Paz Zamora en ejercicio, los


primeros años de esa década se inician con la Mar-
cha por el Territorio y la Dignidad de los Pueblos. Un
movimiento que empieza en Trinidad y termina en La
Paz. La magnitud de esta movilización obliga al go-
bierno de Paz Zamora a decretar una serie de dispo-
siciones, más formales que efectivas, en beneficio de
los pueblos indígenas. Este renacer de lo indígena y
originario, de lo plurinacional y multiétnico, era una
antesala al quinto centenario del “encuentro entre
dos mundos”: el 12 de octubre de 1992 vis a vis el
12 de octubre de 1492. El discurso en el país no era
el de una celebración sino de un momento de quie-
bre; no de un descubrimiento sino de una intromi-
sión, de una invasión europea a un conjunto de civili-
zaciones en el Centro, Sud y Norte del Nuevo Conti-
nente, donde quedó para siempre establecida una
condición de violencia entre autóctonos y extraños
recién llegados. Era un final de ciclo para
las presencias explotadoras de afuera.
Era el anticipo de un final para las tradi-
cionales figuras de autoridad que -con
pensamientos foraneos- habían domi-
nado al país y a sus instituciones por va-
rios siglos.

En los inicios de la gestión de José Ara-


mayo Anze y en medio de semejantes do-
lores y confrontaciones, se funda la Logia
Rafael Indaburu Gonzales, Integración Nº
44, cuyo emblema muestra un Conti-
nente, el Sudamericano; y, hace referen-
cia a la tarea pendiente de integrarlo en
sus diferentes razas, culturas y tradicio-
nes, sin perder la especificidad de cada
una de ellas. Una integración basada en
lineamientos de Integración Masónica.

434
Los fundadores de esta logia provenían tanto del
Rito de York como del Rito Escocés A... y A..., deno-
tando una de las dimensiones de la Integración Ma-
sónica. Es así que un 8 de junio de 1993 se funda
esta Nueva Logia con un nombre: Rafael Indaburu
Gonzales; con un número: el 44; y, con un mandato:
la Integración en sus diversas connotaciones y signi-
ficaciones, tanto a nivel de regiones y de países co-
mo en términos familiares y en términos de diversi-
dad masónica.

La ceremonia de consagración de esta nueva logia


integradora seria el sábado 8 de octubre de 1994, en
el Gran Templo de la Gran Logia de Bolivia. A esta
ceremonia no sólo asiste el Gran Maestro de Maso-
nes de Bolivia, el I... y P... H... José Aramayo Anze,
sino que también lo hace el Gran Maestro de Maso-
nes del Perú, quien con una amplia comitiva se tras-
ladó desde Lima hasta La Paz. Nos referimos a Don
Luciano Baquerizos Zuzaeta. También asiste un ex
Gran Maestro de la Gran Logia del Perú, el I... y P...
H... Carlos Delgado Rojas.

Las delegaciones del Perú inician su ingreso al Gran


Templo siguiendo al I... H... Oscar Jiménez Gallo,
Portaestandarte de la Gran Logia del Perú. Las lo-
gias peruanas que hacen su ingreso -con un nutrido
número de Maestros, Compañeros y Aprendices-
son: Trabajo y Honradez Nº 17 del Valle de Lima; Ni-
colás de Piérola Nº 20 del Valle de Juliaca; Porvenir
de Huacho Nº 24, del Valle de Huacho; Luz y Liber-
tad Nº 32 del Valle de Arequipa; Fénix Nº 37 del
Valle de Lima; Korycancha Nº 40 del Valle del Cuz-
co; Cuna de los Incas Nº 59 del Valle de Puno;
Acrópolis Nº 66 del Valle de Lima; José Gálvez
Egusquizo Nº 75 del Valle de Ilo; Delfos Nº 78 del
Valle de Lima; La Cantera Nº 79 del Valle de Lima;
Miguel de San Román Nº 85 del Valle de Juliaca;
Luz en el Sendero Nº 88 del Valle de Arequipa; Kro-
nos Nº 130 del Valle de Lima; Fraternidad Lamba-
yaca Nº 136 del Valle de Chiclayo; Wiracocha Nº

435
141 del Valle de Sicuani (Cuzco); Fraternidad y Jus-
ticia Nº 142 del Valle de Lima; y, la recientemente
formada Integración Nº 149 del Valle de Lima.

En el Gran Templo de la ciudad de La Paz no cabía


un alfiler, mucho más por el hecho que del interior
del país habían representantes de la
Logia Honradez y Trabajo Nº 3 del
Valle de Sucre; Adolfo Ballivián Nº 5
del Valle de Oruro; Narciso Campero
Nº 10 del Valle de Tarija; Paz y Amis-
tad Nº 35 del Valle de Cochabamba y
Pitágoras Nº 36 del Valle de Santa
Cruz. Además de ellos habían Her-
manos de Illimani Nº 2; Ayacucho Nº
6; Anglo Bolivian Nº 7; Melitón Mon-
je, Renovación Nº 12; Anselmo Ló-
pez, Universo Nº 13; Zoilo Flores,
Obreros del Porvenir Nº 16; Hispano
Boliviana Nº 17; Mariscal de Zepita
Nº 20; La Paz Nº 24; Héctor Orma-
chea Zalles Nº 25; Renacimiento Nº 32; Unidad y
Acción Nº 33; Fénix Nº 34; Excélsior Nº 39; Her-
mandad Nº 40 y Fuerza y Esplendor Nº 41. En otros
términos, no faltó una sola Logia del Valle de La Paz,
para acompañar en la iniciación de los trabajos ma-
sónicos de la Logia que llevaría el nombre de Don
Rafael Indaburu Gonzales.

La R... Log... Simbólica Rafael In-


daburu Gonzales, Integración Nº
44, casi en su totalidad, viajó va-
rias veces al Perú retribuyendo
atenciones y proponiendo un plan
de trabajo masónico conjunto que
rescataba los lineamientos masó-
nicos de Integración Americanista,
expresados en la Carta Constitu-
tiva de la Confederación Masónica
Interamericana (CMI). También
viajó a Chile y luego al Paraguay,

436
donde fue recibida en el Palacio de Gobierno por el
entonces Presidente de la República, Juan Carlos
Wasmosy. Ese viaje fue realizado en compañía de
dos Grandes Maestros de Bolivia: el Gran Maestro
en ejercicio; el I... y P... H... José Aramayo Anze, y el
ex Gran Maestro, Don Alfredo Rea Nogales (quien
para entonces había sido restituido en sus derechos
y prerrogativas, luego de haber sido expulsado de la
Orden, por un anterior Gran Maestro). Estas altas
autoridades viajaban acompañadas por una comi-
tiva de Grandes Oficiales y Grandes Dignatarios de
la Orden. En el viaje al Paraguay, se llevó -así mis-
mo- a un grupo de “sobrinos” DeMolay del Capítulo
Primax en Bolivia, auspiciado por la Logia R.I.G, In-
tegración Nº 44; quienes demostraron una variedad
de ceremonias DeMolay a los HH... del Paraguay, los
que pidieron que Bolivia sea la promotora para el es-
tablecimiento de la Orden DeMolay en el Paraguay.
Como garantes de estos acuerdos, la Logia para-
guaya Tercer Milenio y la Logia boliviana Rafael In-
daburu Gonzales, Integración Nº 44, quedaron her-
manadas con el propósito de desarrollar actividades
conjuntas a futuro.

La consagración de un nuevo taller con la presencia


de varios Grandes Maestros de Bolivia y del Perú,
de logias que venían desde Lima y de diversos rin-
cones de Bolivia y el Perú, parecía romper con lo
manido y banal de los años anteriores; parecía dina-
mizar nuevas experiencias masónicas que trascen-
dían los localismos de barrio... las narrativas peque-
ñas. Habían nuevas esperanzas e ilusiones en el
ambiente: es así que se creó el Grupo DeMolay; se
recuperó rigurosidad en el ritual y gracias al dina-
mismo de su Venerable Maestro, el R... H... Pedro
Pablo García Flores. A ese ritual se lo llevó a Oruro
y a Sucre con la idea de esparcir la dinámica Simbó-
lica de York en Bolivia. Junto con ello, se tenían pro-
yectos solidarios y filantrópicos concretos; además,
se trató de revivir la dinámica de Maestro Instalado y
la instrucción masónica.
437
Como dijimos anteriormente, la logia tenía un nú-
mero, un nombre y un mandato: integración; man-
dato que se trató de cumplir a nivel familiar, comu-
nitario, nacional e internacional. Esto duró por un
tiempo… ya que con el recambio de autoridades y
de masones de base, terminó por diluirse. No creo
perderse, porque la esperanza de que renazca y se
vuelva al mandato de inicio está siempre presente.

Durante el periodo de formación de esta Logia Sim-


bólica, todas las ilusiones y los temores que men-
cionamos en el Capítulo anterior estuvieron presen-
tes, y de cerca de 40 Hermanos Fundadores, luego
de la fundación quedaron alrededor de 10. Pero
con esos 10 hermanos se concretó algunos de los
lineamientos masónicos de su fundación. Para co-
menzar, la Carta Constitutiva de la Confederación
Masónica Interamericana (CMI) fue asumida de ma-
nera explícita como lineamiento básico de Integra-
ción Interamericana. Sin embargo, al cabo de unos
años, la dinámica regular de la Logia, empezó a de-
caer, empezó a postergar objetivos hasta casi olvi-
darlos.

Las dinámicas de formación de un grupo de maso-


nes no son las mismas que las dinámicas de los
tiempos de operación continua, semanal. Las logias
masónicas se asemejan a organismos vivos que na-
cen, crecen, muchas veces pierden vigor, lo recupe-
ran en la medida en que vuelven a creer en sus fines
y propósitos; y pierden mucho cuando se alejan del
centro, de los objetivos que alguna vez motivaron el
coraje de ser masón en este mundo y definieron así
su centro.

En este contexto, es importante recuperar una defi-


nición de lo que es un grupo masónico: es un con-
junto de individuos, con objetivos personales, y con
muchos fines y objetivos en común. Individuos que
trabajan en conjunto y no evitan el trabajo arduo que
los define como logia o taller (el centro). Son herma-

438
nos de propósito. Son masones que se sienten par-
te de una identidad grupal nada banal. Son miem-
bros que asumen diversos roles al interior del grupo
y cumplen con ellos de forma dedicada... con mucha
responsabilidad… con la responsabilidad de alcan-
zar excelencia en lo que se hace; alcanzar altos
rendimientos, mejores resultados. Saben cuál es el
trabajo que deben realizar en términos individuales y
en dinámicas colectivas. Se preocupan por entender
el trabajo que deben realizar y en estudiarlo para
mejorarlo y para mejorar las relaciones de interde-
pendencia y realización personal.

Fundamentalmente, trabajan cara a cara y evitan to-


do tipo de fantasías que eviten o distorsionen su ac-
cionar masónico.

Sin embargo, este trabajo masónico fundacional po-


co a poco se ve sometido a presiones que lo alejan
de la excelencia y lo encarrilan a lo que todos hacen
y de la forma en que todos lo hacen. Incluso pode-
mos decir que tienden a banalizarlo, a volverlo me-
diocre, común, corriente, deslucido… quizás distor-
sionado, fácil, superficial. Por todo ello, el cuidado
de mantenerse en el centro... en el genuino camino
de un taller, de mantenerse enfocados en los fines y
los objetivos de su creación y de la Orden, es una de
las preocupaciones de los hermanos fundadores y
de aquellos hermanos masones que llegan o vienen
después. Conlleva no dejarse llevar por fantasías ni
caer en el cómodo evitamiento del verdadero tra-
bajo masónico propio de la banalización masónica.

Debido a ello, es preciso -de tiempo en tiempo- vol-


ver a los fines y propósitos iniciales y renovar estos
compromisos, de la misma manera en que se renue-
van los juramentos y las promesas. Es preciso verifi-
car si se está haciendo el trabajo que se comprome-
tieron a hacer esos masones fundadores; verificar si
no se ha caído en una de las fantasías grupales que
distorsionan y llegan a anular el trabajo masónico.

439
Esto -que sucedió con un taller que perdió su exce-
lencia y cayó en la normalidad de lo banal, lo común,
lo superficial y lo corriente- es la historia de nunca
acabar de muchos (sino de todos los) talleres y de
muchas Grandes Logias.

El desafío histórico está en mantener vivo el fuego


de la acción masónica y de los mandatos masónicos
que muchas veces se asumen sin saber, sin pensar
… sin la predisposición de comprometerse a fondo
con ellos. Por todo medio posible hay que estar
alerta acerca de las múltiples formas de evitamiento
del trabajo masónico que se apoderan de algunos
de sus miembros, y a partir de ellos se extiende co-
mo un contagio incontenible a todos o casi todos los
miembros de un taller... y la logia ya no es un taller
de trabajo sino una agrupación con otros fines y con
otras dinámicas... una agrupación disfrazada de ma-
sonería.

Toda esta disquisición acerca de la naturaleza de un


grupo masónico creemos que es necesaria, porque
a partir de fines del Siglo XX y principios del XXI, la
Orden entró en un proceso de agitada desvincula-
ción del propósito... de pérdida (¿?) del propósito.

Antes de entrar en esto, debemos analizar una situa-


ción --al parecer inédita: En este sentido, vemos
que al acto de formación de una Logia en el Rito
Simbólico de York (la 44), le siguieron la fundación
de 6 nuevas logias --todas en el mismo Rito Simbó-
lico de York (la 45, Chuquisaca Rodolfo Virreira Flor;
la 46: Acacia; la 47, Acuario, Tercer Milenio; la 48,
Cruz del Sur; la 49, Fortaleza; y, la 50, David Siles
Castillo). ¡Una secuencia de formación de 7 logias
en el Rito Simbólico de York! Una seguidilla de fun-
daciones en un rito hasta entonces suordinado. Algo
nunca antes visto en una Gran Logia que se consi-
deraba “del Rito Escocés.” En esta “explosión de
nuevas logias en el Rito de York,” los HH... fundado-
res de RIG, Integración Nº 44, a la cabeza del I... H...

440
Pedro Pablo García Flores, fueron partícipes direc-
tos en la formación y en los trabajos en Instancia de
las nuevas logias de Sucre, Cochabamba y Oruro.

Debemos reconocer que la Logia Acacia Nº 46, en


La Paz, tuvo un proceso de formación diferente, ba-
sado en HH... provenientes de otra Gran Logia; y,
los nuevos talleres de Santa Cruz y Tarija, por su le-
janía respecto a La Paz, se fundamentaron no en la
práctica de los HH... de la 44, sino en la de otros
HH... residentes en esos Valles. Todas ellas se fun-
daron siguiendo los lineamientos rituales del Proyec-
to Ritual de Obreros del Porvenir, aprobado por la
GLB en 1971. Todavía no se había dado la triste se-
paración y confrontación entre el Rito Simbólico de
York y el denominado “Rito” de Emulación.

Dicho esto, me hubiera gustado ampliar el relato his-


tórico acerca de algunas características de estas 6
nuevas logias, como ser el hecho de que los Herma-
nos fundadores de la Logia Oruro, David Siles Casti-
llo Nº 50, habían creado esta nueva logia motivados
por una gran curiosidad acerca del Ritual Simbólico
de York, ya que por años se habían sentido poster-
gados y subalternizados por un grupo de masones
orureños que periódicamente se trasladaban a La
Paz, para trabajar en la Logia Anglo Bolivian Nº 7.
Estas constante escapadas los hacían sentir mal,
excluidos, discriminados. O quizás hablar del Vene-
rable fundador de la logia Chuquisaca, Rodolfo Vi-
rreira Flor Nº 45, Julio Pareja, quien luego de unos
años tuvo que dejar la logia de su creación, cuando
ésta abandonó el rito de fundación; o de la Logia
Acacia Nº 46 que se conformó bajo la dirección del
I... H... Ismael Lanza Cuellar, y la acción entusiasta
de hermanos provenientes de otra Gran Logia, como
Benjamín Hinojosa, su Primer Vigilante; Mario Ca-
brera Terceros, su Segundo y Miguel Ángel Flores
Aloras como su Capellán, para encontrar una serie
de conflictos que incluso llegaron a la suspensión
temporal de esa Logia.

441
También quisiera hacer referencia a ciertas particula-
ridades de la Logia Tercer Milenio, en Santa Cruz; de
Cruz del Sur en Tarija y Fortaleza en Cochabamba,
como logias de York que se iniciaron con el rito tradi-
cional y luego cambiaron al de Emulación.

Tambien quisiera decir algo acerca de Fraternidad y


Justicia; Unión, Desiderio Carrasco; Kalasasaya y
de Fe y Constancia que -trabajando en el Rito Esco-
cés A. y A.- se mostraron particularmente dinamiza-
doras de la masonería en Bolivia... al igual que de
Mozart en el de York. Pero el espació de estas Cró-
nicas es muy limitado, por lo que tendré que remi-
tirme a un problema común en todas ellas que es
preciso analizar, ya que afectó, y todavía afecta, a
casi todos los talleres en nuestro país.

Se trata de problemas ya no de la formación o fun-


dación de una nueva logia sino de su operación... de
los avatares de su operación cotidiana. Ya no se
trata de los lineamientos escritos cuidadosamente en
sus actas constitutivas, sino de la cotidianeidad de
su funcionamiento. En este marco de lo que las lo-
gias hacen todo el tiempo, podríamos hablar de lo
frecuente que aparece el evitamiento del trabajo
masónico (work avoidance), y de las distorsiones
que aparecen cuando un grupo masónico se deja
arrastrar por una serie de fantasías provenientes de
un comprender incompleto de lo que es la Orden.

Como mencionamos anteriormente, en un taller es


importante conciliar los momentos de acción en tem-
plo, con los momentos de reflexión, extra-templo y
los periodos de acción masónica al interior y exterior
de la Orden (acción-reflexión-acción masónica). Es-
ta secuencia requiere de un cierto equilibrio entre la
acción y la reflexión, entre lo discutido en logia y lo
aplicado en el mundo, una coherencia entre el dis-
curso y la acción.

Es en estos términos que vemos diversos roles que


brotan de la dinámica masónica de acción-refle-
442
xión-acción masónica que se hacen visibles en las
dinámicas dentro del Templo y fuera de él... princi-
palmente en los ágapes y las reuniones de confrater-
nidad. Los más comunes, pero al mismo tiempo me-
nos precisos son los roles de Past Masters, Maes-
tros, Compañeros y Aprendices. El rol más evidente
es el de de Venerable Maestro como figura de autori-
dad que orienta y garantiza tranquilidad en una logia,
asegura que se cumplan los lineamientos de la Or-
den sin crear nuevos conflictos, ni ceder ante los
existentes. Algo similar se puede decir acerca de los
roles que cumple la oficialidad de un taller, pero
habrá que diferenciar estos roles mucho más.

Algunos roles provienen de la participación, otros de


la no-participación de los hermanos de un taller; ha-
blamos de los activos y de los pasivos... de los “en-
ganchados” con lo que sucede en las tenidas y de
los desvinculados, de los no-participativos, de los ca-
llados y los ausentes. Entre estos últimos están
también los “resfriados”: aquellos que traen a cola-
ción respuestas a preguntas que no se han formu-
lado. Por ejemplo, cuando en la logia se habla de
libertades ciudadanas, estos hermanos tratan de in-
corporarse a las discusiones resaltando cosas tan le-
janas y tan poco pertinentes como el hecho de que
las presentaciones debían hacerse con equipos au-
diovisuales más modernos, sin referirse al tema sus-
tantivo que se estaba discutiendo. Hay incluso quie-
nes traen desde su casa comentarios escritos que
los comparten sin haberse enterado cual ha sido el
tema que se estaba tratando en el grupo.

Otros roles diferentes a los pasivos, despistados y


desvinculados de lo que está ocurriendo en logia,
son los que “sufren de entusiasmo,” los que quieren
convencer y convencerse de que todo está bien, que
jamás pudo haber una tenida mejor dirigida, que los
masones somos por naturaleza brillantes. Nos refe-
rimos al discurso que adula y no construye. A aque-
llos que en el Templo se quedan mudos en torno a

443
las planchas y trazados presentados, para llenarse de
verborrea en el ágape.

Esto es diferente de aquellos que guardan silencio pero


se mantienen alertas acerca de lo que ocurre en logia, y
se sienten afectados, conmovidos por lo que se ha dicho;
los que experimentan el desasosiego necesario para re-
flexionar y actuar pronto, sobre uno mismo y sobre lo que
sucede en nuestra comunidad inmediata.

En los talleres los roles de motivadores, de integrados e


integradores, de los que traen todo tipo de propuestas pa-
ra mejorar el desempeño del taller, aquellos que son críti-
cos-proactivos y voluntariosos para que nos mantenga-
mos en el centro y trabajando con los objetivos y fines
siempre en mente, esos son los imprescindibles en una
logia de masones.

Estos roles, son muchos y a cada uno de ellos se los de-


be analizar resaltando si están enmarcados en el contexto
de las actividades de acción-reflexión-acción masónica o
si -por el contrario- nos sacan de ellas. Son roles que
los hermanos asumimos de manera inconsciente o poco
consciente, pero que deben ser analizados, porque mu-
chas veces esos roles que asumimos con tanta facilidad
-en logia o en fiesta- son disfuncionales para el Taller en
su conjunto.

444
Hay muchos masones que sin pensar -inconsciente-
mente en la dinámica del Taller- asumen los roles de
héroes, de defensores de causas perdidas, salvado-
res, mudos, maestros dormidos, críticos incompren-
didos, protectores de la herencia histórica de la Or-
den, lideres o autoridades, inquisidores, actores que
se mantienen desvínculados de lo que está ocurri-
endo, distraídos, aislados.

Los roles son miles y dependen de la dinámica de


cada taller. Hay roles que se repiten y algunos que
nunca faltan. Sin embargo, debemos aprender a re-
conocer que ninguno de los hermanos es únicamen-
te el rol que en determinado momento representa en
logia. Su ser es mucho más amplio y complejo que
los estrechos límites que se impone -inconsciente-
mente- a sí mismo. Hay muchos otros roles; roles
muy importantes para la logia, para el desarrollo del
taller que ese mismo hermano -el que se muestra
como payaso o como el eternamente descontento-
puede asumir, cambiando de actitud en logia y des-
arrollarse como un isntructor, un mentor o un investi-
gador o un innovador en el taller.

Pero para ello hay que apalabrar lo que está suce-


diendo en la logia (en el templo y fuera de él), y ha-
blar con el hermano que está desarrollando, incon-
scientemente, o poco conscientemente, un rol que
puede ser negativo para el taller y para sus herma-
nos de logia o de comunidad. Aquí es donde em-
pieza la instrucción masónica y el resultado visible es
el cambio de rol o el perfeccionamiento de un rol útil
para los hermanos (opuesto a un rol desmovilizador,
deteriorante o paralizador). Esa es la responsabili-
dad del Venerable Maestro, el Inmediato Past-Master
y los hermanos Vigilantes de un taller. Identificar,
apalabrar cada rol y hablar primero entre ellos y des-
pués con los hermanos para profundizar y reforzar
sus contribuciones o para re-orientarlas si se mues-
tran paralizantes, distorsionadoras o directamente
contraproducentes... personal o colectivamente.

445
Este análisis de los roles es lo que no hubo en los
90, a pesar de que se los discutió de manera exten-
siva e intensiva en las logias formadas en esa dé-
cada. Entonces se alertaba de que cuando los roles
que asumen los masones son disfuncionales para la
Orden, normalmente hay evitamiento del verda-
dero trabajo que debemos realizar (el consabido
work avoidance). Las inseguridades se incremen-
tan, hay confusiones que no se llegan a percibir cla-
ramente, y la pugna entre la incorporación plena al
grupo y la exclusión del grupo se muestran para al-
gunos... sin que los otros se den cuenta de ello.

La percepción de que a uno no lo oyen y más bien


lo ignoran se hace cada vez más evidente, para al-
gunos. Así los hermanos se van, dejan el taller,
abandonan la Orden, sin que nos demos cuenta de
lo que ha sucedido.

En masonería no podemos esperar que todo sea


dulce y todo se resuelva en la post-tenida. Debe-
mos trabajar en nuestra piedra bruta y ello conlleva
desasosiego, rupturas, y como toda ruptura: desga-
rro, dolor y cierta violencia. Si los masones de un
grupo sólo se sienten super-bien, y no se han visto
conflictuados por el trabajo individual y colectivo que
deben hacer en términos de acción-reflexión-acción,
quiere decir que no estamos haciendo el trabajo difí-
cil que se requiere de cada quien al tratar de pulir su
piedra bruta. Quizás estemos en una fraternidad de
fraternos, pero no en una hermandad de masones
que trabajan por el mejoramiento personal y el per-
feccionamiento de nuestras comunidades.

Desafortunadamente eso pasó con -por lo menos-


la mitad de las Logias de York que se fundaron a
fines del Siglo XX. Unas por el excesivo entusiasmo
post-tenida, otras por el hecho de que cayeron pre-
sas de los discursos desorientadores de gurús y
promotores de soluciones fáciles a problemas difíci-
les. Los talleres fueron víctimas de enfoques caris-

446
máticos que se negaban a trabajar en las arduas ta-
reas de un masón, para dedicarse a las cómodas
tradiciones que evitan el trabajo, que ocultan los pro-
blemas y que crean oscuridad allí donde más se ne-
cesita de la Luz Masónica, de la construcción con-
junta de nuevas armonías y no de confusiones, ego-
ísmos y arrogancias. En el caso de Acacia Nº 46,
solo para mencionar un caso, estos problemas se
mostraron palmariamente evidentes, desde el mismo
momento de su fundación. La mayor parte de los
fundadores provenían de otra Gran Logia, por lo que
la Gran Logia de Bolivia asignó a varios hermanos
para que acompañen a los hermanos provenientes
de una jurisdicción diferente, para que sean “regula-
rizados” y debidamente instruidos en la dinámica y
las prácticas rituales de nuestra Orden.

La preocupación de la Gran Logia de Bolivia de in-


corporar en los trabajos en instancia de Acacia a un
conjunto de miembros de la Gran Logia de Bolivia,
para tratar de garantizar un paso fluido a los miem-
bros provenientes de otra Gran Logia, fue del todo
acertada, ya que este taller -en sus primeros años-
fue objeto de grandes luces y grandes sombras. Por
un lado fue suspendido como taller y ciertos herma-
nos expulsados de la Orden; por el otro, de este ta-
ller salieron por lo menos dos libros masónicos y de
interés masónico, narrando las experiencias perso-
nales de un masón --un texto escrito por el I... H...
Miguel Ángel Alloras; y, tres tomos de trabajos ma-
sónicos de Primero, Segundo y Tercer Grado, recopi-
lados y editados por el I... H... Benjamín Hinojosa.

En años subsiguientes, Acacia Nº 46, tuvo momen-


tos de incertidumbre y llegó a fracturarse de manera
conflictiva. El nuevo taller se definía a sí mismo co-
mo lo contrario a Acacia. Pero, todo parece indicar
que esos momentos quedaron en el pasado y a la
fecha esta logia se proyecta triunfante hacia un fu-
turo masónico de muchas y profundas realizaciones
--qué así sea.

447
Lo que se vivió en Acacia no era exclusivo de ese
taller; reflejaba problemas de dinámica de grupos
en su interior, así como distorsiones en la admisión
de profanos y falta de instrucción masónica.

Apercibido el problema, se trató superar las limita-


ciones en la formación masónica mediante Decreto.
Así la Gran Logia de Bolivia emitió un Decreto que
establecía la necesidad de que los Aprendices de-
ban participar en por lo menos 4 sesiones de instruc-
ción masónica y los Compañeros en 6, para optar a
subir al grado siguiente. También se establecía que
los Maestros Masones debían participar en por lo
menos 4 sesiones de instrucción masónica, propia
de ese grado, para habilitarse a optar cargos en la
oficialidad de su logia. Para ello, los Primeros y Se-
gundos Grandes Vigilantes de la GLB, y los de cada
Gran Delegación Regional, por lo menos un día a la
semana, recibirían exámenes orales de quienes as-
piraban a subir de grado.

Esto, sin embargo, mostraba dos dimensiones dife-


rentes. Por un lado la instrucción masónica, eviden-
temente, requería de mejoras. Pero por el otro, la
dinámica de los talleres, la dinámica de grupos hu-
manos en los talleres, había entrado en fases radi-
calmente disfuncionales que impedían un buen tra-
bajo de grupo... lo que impedía una instrucción flui-
da. El problema parecía no estar radicado en la ins-
trucción, aunque, ciertamente, era deficiente en la
mayoría de los talleres. El problema estaba en la di-
námica de roles que se había distorsionado y en la
acción masónica que no era lo que se esperaba.

La instrucción había vuelto a ser mecánica, basada


en la memorización de diálogos y partes rituales, sin
preguntas ni respuestas críticas acerca de lo que
sucedía con las personas y con los grupos de perso-
nas. No importaba la extensión o no de Certificados
de Instrucción de la Gran Logia de Bolivia, los pro-
blemas se encontraban en el trabajo de mejoramien-

448
to personal. En este contexto aparece la idea de
nuestro I... H... Alejandro Pacheco Sotomayor de
que un masón mal formado es aún más peligro-
so que un profano mal intencionado: Una idea
que se hacía carne en lo que en ese momento
específico estaba sucediendo en la Orden. La
instrucción masónica sólo se enfocaba en algu-
nos aspectos rituales y no tomaba en cuenta el
mejoramiento personal ni la dinámica de roles de
cada taller, la cuál debía ser ajustada y cambiada
desde sus raíces.

La respuesta únicamente basada en la formación


simbólica y ritual era buena... pero para otro tipo
de problemas. La problemática de cada taller in-
cluía dinámicas de grupo que no habían sido
precisadas, las que por mucha nueva informa-
ción que se brinde a los Aprendices, Compañe-
ros y Maestros, no se veía afectaba, ya que los
problemas radicaban en los roles asumidos por
Past Maters (particularmente por los Past Mas-
ters y ex Venerables), Oficialidad e incluso por el
Venerable Maestro, quienes habían caído en una
dinámica de roles disfuncionales... la cual perma-
necía invisible para las autoridades de la Orden.
Por ello, la regulación de la instrucción masónica
que se instituía para todas las logias de la Obe-
diencia con el Decreto 132-96 de 13 de febrero
de 1996, que pedía mejores formas de estudio y
evaluación, no llegó a cumplir plenamente su co-
metido ya que se mantenía alejada de la esencia
misma de los problemas logiales.

Los problemas en las dinámicas logiales no pa-


saron desapercibidos (se oía llover pero no se
sabía exactamente donde). Al igual que la idea
de acabar con los problemas mediante un tipo de
instrucción masónica que no estaba directamen-
te relacionada con el tipo de problemas, se trató
de resolver esta situación con un cambio de ori-
entación en la formación de nuevas logias.

449
La Gran Logia de Bolivia dispuso -por medio de
otro Decreto, el 157-96 del 20 de septiembre de
1996- que debían formarse 3 nuevas Logias en el
Rito Escocés. No habían solicitudes todavía, pero
para efectos de “equilibrar” el número de logias en
los Ritos Escocés y de York, se buscaba crear más
logias en el Rito Escocés (en un momento en el que
la relación era de 34 Logias del Rito Escocés y 15
del de York, de un total de 49 logias operando). Se
creía que con una relación “más adecuada” entre lo-
gias de York y logias del Rito Escocés, la disfuncio-
nalidad en la dinámica de muchos talleres se aca-
baría. Otro error de apreciación de lo que sucedía
en la Orden.

Con tales disposiciones los recelos de los HH... del


Rito Escocés, se verían apaciguados, ya que ven-
drían no solo 3 logias que trabajarían en el Rito Es-
cocés, sino 4 en los próximos 4 años (1996- 2000):
Fraternidad y Justicia; Unión, Desiderio Carrasco;
Kalasasaya, Nicolás Fernández Naranjo; y Fe y
Constancia. En este mismo periodo final del Siglo
XX se formo Mozart en febrero de 2000, en el Rito
de York, con el I...H... Germán Cassasa a la cabeza.

Por cuerda separada, el nombramiento de un Direc-


tor de Estudios Masónicos mostraba la preocupación
por la instrucción masónica. Se estimaba para en-
tonces que, a partir de la desactivada Logia Progre-
so Nº 14, se podría contar con un Consejo de Past
Masters y Ex Venerables Maestros que podrían en-
cargarse de la instrucción a los hermanos …no fun-
cionó. La idea previa de Don Alfredo Rea Nogales
de conformar una Academia de Instrucción Masó-
nica; tampoco funcionó. Se sugiere entonces, la
necesidad de un Reglamento de Instrucción Masó-
nica que permita un funcionamiento adecuado con el
I... H... Raúl Mendoza Requena como Director de
Instrucción Masónica. La nueva instancia recibe el
nombre Academia de Docencia e Investigación Ri-
tual y Filosófica… tampoco funcionó.

450
Finalmente, en la década del 2000, se creará una Di-
rección General de Orientación Masónica, (DIGOM)
que sustituya a la Academia, bajo la orientación per-
sonal de un nuevo Gran Maestro que consideraba
que “difícilmente se puede hablar de una Academia,
cuando los supuestos académicos no están bien for-
mados.” Tal aseveración más que una propuesta de
educación, formación o instrucción masónica
era una crítica -ciertamente sesgada- a quie-
nes habían aceptado ser parte de la pretendida
Academia de Docencia Masónica.

El DIGOM tampoco funcionó a cabalidad; no


era más que el resultado de los conflictos entre
unos masones y otros… conflictos que se acre-
centarían, no por cuestiones académicas o de
instrucción, sino por el hecho que quienes es-
taban dispuestos a instruir eran descalificados
por otros que habían quedado fuera de la ya
tan mentada “Academia” o del DIGOM. La ma-
sonería boliviana, por muchos esfuerzos que
se haga, reflejaba el mundo profano en sus
grandezas y en sus miserias.

Claramente las gestiones personalísimas de di-


ferentes Grandes Maestros con diferentes gru-
pos de apoyo y diferentes enfoques respecto a
lo que implicaba la instrucción masónica mostraba la
necesidad de aunar perspectivas y propiciar un Plan
Estratégico a largo plazo que encare este tipo de
opiniones grupales encontradas y genere líneas co-
munes de acción masónica. Pero no se hizo; no se
concretó un plan multianual, plural e integrador, y ca-
da Gran Maestro con sus Grandes Oficiales y Gran-
des Dignatarios promovía sus propias propuestas y
descalificaba a las anteriores. Ni siquiera los linea-
mientos de formación masónica discutidos en las
Conferencias de la Confederación Masónica Inter-
americana (CMI), a los cuales esos Grandes Maes-
tros habían declarado su adhesión, se mostraban
vinculantes para esas parcialidades de masones.

451
Había quienes indicaban que la instrucción masó-
nica es prerrogativa de cada logia; habían otros her-
manos que manifestaban que la formación en maso-
nería depende de cada quien y que no debería ha-
ber instancias logiales, departamentales o naciona-
les que coordinen esfuerzos. Lo cierto es que de-
pendiendo de las dinámicas de cada logia y de cada
Delegación Regional, habían HH... que llegaban al
Grado de Maestro con una o dos sesiones de ins-
trucción masónica; mientras que en otros valles y en
otras logias llegaban con las 14 sesiones estableci-
das por el Decreto 132-96 del Gran Maestro, Don
José Aramayo Anze. El pequeño relato local campe-
aba en cada región… la uniformidad del discurso no
importaba, lo que importaba era quién lo decía y a
quienes lo decía... regionalmente.

La pretensión de que todo lo que el anterior Gran


Maestro había hecho estaba mal y que se debía
anular y empezar de cero -con la gente allegada al
nuevo Gran Maestro- culminó, como ejemplo, en la
selección y nombramiento de un grupo de hermanos
para el Consejo de la Orden, que fue anulado en el
mismo día de posesión de un nuevo Gran Maestro…
una anulación por Decreto leída en el mismísimo
acto de posesión del nuevo Gran Maestro (obvia-
mente esto fue algo redactado con encono y firmado
con satisfacción sectaria antes de que el Nuevo
Gran Maestro sea posesionado como Gran Maes-
tro). A partir de entonces y para regularizar seme-
jante desplante de autoritarismo burocrático, se
modificó -a posteriori- un Artículo de la Constitución
Masónica (hoy denominada Estatutos), indicando
que la designación de II... HH... al Consejo de la Or-
den, en años de contienda electoral para la Gran
Maestría, debía ser una prerrogativa del Gran Maes-
tro entrante... que el antiguo Gran Maestro no podía
elegir y designar a los miembros del Consejo de la
Orden en años de elecciones. Hoy los sistemas de
elección de mienbros del Consejo de la Orden es to-
talmente diferente.
452
Tales decisiones que denotan violencia sectaria llega-
ron a mostrar otro problema que se venía perfilando
desde hace algunos años: el conflicto entre las logias
del interior y las logias de la capital que estaban geo-
gráficamente mucho más vinculadas con la Gran Lo-
gia de Bolivia. Se hablaba de la Masonería de la Ca-
pital vis a vis la Masonería del Interior... de una maso-
neria en La Paz y otra -diferente- en el resto del país,
ya no de una gran propuesta sino de varias propues-
tas pequeñas y regionalmente diferentes.

Al final de esta década, varias logias del interior se


sintieron particularmente maltratadas por el autorita-
rismo burocrático de la Gran Logia de Bolivia. Y así lo
expresaron dando pie a movimientos locales y regio-
nales, lo que dio lugar a una práctica nada masónica:
las votaciones-consigna (el denominado voto campe-
sino); ya no habían criterios de votación por el mejor
candidato o la mejor propuesta; la votación local y re-
gional era comandada por consignas para garantizar
la presencia de un hermano de “nuestra región,” de
“nuestro grupo”… “de los nuestros.” Es así que la
masonería en Bolivia se volvió una masonería de con-
frontaciones y susceptibilidades regionales... de vota-
ciones en masa... para beneficio de esas masas.

Con ello afloró otro problema. Se iniciaron conversa-


ciones para una mayor y mejor descentralización o
desconcentración de las gestiones masónicas. Pero
lo que se descentralizaba siempre parecía poco para
quienes clamaban por descentralizar a la Orden; y,
eso mismo que se descentralizaba siempre parecía
mucho para quienes trabajaban dentro del modelo
centralista de la Gran Logia de Bolivia. Para las Lo-
gias Simbólicas de La Paz, todo esto era un problema
de la Gran Logia vis a vis las Logias Simbólicas del in-
terior -mejor dicho, un problema con las Delegacio-
nes Regionales del interior- lo cual, para los paceños,
no parecía un tema importante, pero para los maso-
nes del interior afectados por esos hechos, éste se
volvió “el” tema fundamental de la masonería.

453
Los masones de La Paz, de pronto se sintieron vio-
lentados por problemas que ellos ni siquiera cono-
cían y empezaron a sentir desprecios y desdenes
por parte de los masones del interior. Empezaron a
ver que la presencia de la GLB parecía ahogar y
sancionar únicamente a quienes estaban geográfi-
camente cercanos a sus disposiciones, mientras la
permisividad cundía en los lugares más alejados.
Con ello los paceños empezaron a percibir una nue-
va forma de presión del autoritarismo burocrático
con el que habían vivido por 30 años… sin compren-
derlo plenamente; aunque era claro que aquello que
sucedía en el interior era diferente… quizás forzada-
mente asimétrico o no-equiparable… no-comprensi-
ble. Así se empezó a vivir una dinámica masónica
diferente, contrapuesta, confrontada regionalmente.

En este periodo -de importante crecimiento demo-


gráfico- vemos que sí con Manuel Contreras se ha-
bían formado 14 Logias en 9 años, con José Arama-
yo se formarían 11 logias en un periodo similar. Si
las primeras 24 logias fundadas después de la crea-
ción de la Gran Logia de Bolivia, tardaron más de 50
años en configurarse, a las segundas 24 les tomaría
solo 18 (de 1984 a 2002).

Pero además de esta proliferación de Logias Simbó-


licas, vemos que durante la gestión de José Arama-
yo se formaron, oficialmente, el grupo de Jóvenes
DeMolay y la asociación para-masónica de Estrellas
de Oriente, así como el grupo de las Jóvenes del
Arco Iris. Años más tarde lo harán los Shriners.

De esta misma época de fin de siglo, aunque sin re-


lación con la Gran Logia de Bolivia, emergen dos
Grandes Logias de Masones en Cochabamba, la
Gran Logia Femenina de Bolivia y la Gran Logia de
York en Bolivia. Es un periodo en el que se multipli-
can los Capítulos de York (Marca, Marineros, Real
Arco de Jerusalén, así como Templarios y se van
perfilando las bases para constituir el capítulo de

454
Knight Priests ya en el Siglo XXI). A partir del fin del
Siglo XX y principios del XXI, se instituirán organiza-
ciones masónicas independientes y radicalmente di-
ferentes como la Orden de Masones Operativos, los
Rossicrucians y la Orden de Athelstan, denotando un
incremento en Ordenes suplementarias y un eviden-
te debilitamiento del Simbolismo Masónico de tres
Grados Simbólicos.

No sólo se trataba de una gran confusión de grupos,


sino de un decaimiento -incluso agotamiento- gene-
ralizado de los grados de Aprendiz, Compañero y
Maestro, que se devaluaban -que parecían perder
su valor y su riqueza ritual y filosófica- ya que em-
pezó un mercadeo generalizado de denominaciones
... el marketing, la estratregia de marketing y la ven-
ta de grados a quienes quieran comprar rangos,
mandiles, libros de rituales, certificados y medallas
más allá de los de maestro. La forma de atrapar a
candidatos era indicándoles que la masonería en-
cuentra su culminación en el “Escocismo,” en los Ca-
pítulos de York, en la Orden de Operativos, en los
Shriners, los Rossucrucians, en los masones de
Memphis, o cualquier otra Orden que se les ocurra.
Los del Escocismo necesitaban acortar las esperas
anteriores (para ingresar a un 4º grado los aspiran-
tes tenían que esperar a ser luces en sus talleres),
mientras que en York se podía “subir” más rápido (no
necesitaban esperar), y ello les creaba una desven-
taja en la promoción y venta de grados. En York la
oferta era más amplia, rápida y diversificada. Todo
esto se hacía con criterios muy particulares... cual-
quier cosa era válida menos jerarquizar al Simbo-
lismo... menos mejorar y jerarquizar a los grados de
Aprendiz, Compañero y Maestro.

455
Tercera Parte

Afloramiento del Es-


tado plurinacional y la
masoneria regional
posmoderna, a partir
de la crisis del Estado
unitario y republicano.

453
17.- Una complicada sucesión de Logias Simbólicas
desde 1929 hasta 2018.
Con Ilustraciones de J. Rimba, C. Guzman de Rojas y L. Vaca

Después de repasar lo múltiple, abigarrado y ambi-


guo de un mercadeo de grandes grados, Órdenes,
Grandes Logias, Capítulos, Consejos y otros cuer-
pos masónicos establecidos en Bolivia, lo que ge-
nera -por lo menos- confusión al interior y al exteri-
or de la Orden, nos preguntamos sí ¿el origen de las
logias simbólicas es una fuente de claridad? Esto
podría ser así ya que éstas -por su numeración se-
cuencial- podrían ser un referente histórico estable
...podrían orientarnos respecto a lo que se busca, o
se buscaba, en la Orden en diferentes momentos.

¿Será que los procesos de formación de las logias


ayudan a comprender los fundamentos masónicos
en diferentes épocas, así como las expectativas de
los masones que se asocian para fundar tales lo-
gias? ¿Podrá aclarar qué es lo que cada logia sim-
bólica propone a sus miembros? ¿...o es que los
masones fundadores de nuevas logias sólo se inte-
resan en incrementar la diversidad de las agrupacio-
nes en la estructura institucional de la masonería en
Bolivia? Esto es posible aunque no plenamente evi-
dente; primero porque las logias configuran un sis-
tema celular de unidades al estilo de islas, libremen-
te creadas y no necesariamente relacionadas entre
sí; y, segundo, por la gran cantidad de logias simbó-
licas que se establecieron en los últimos años: de
52 logias en la Gran Logia de Bolivia, con las que se
terminó el Siglo XX, para fines de 2018 ya hay 110…

459
(aunque el número correlativo de logias en
Bolivia llega a 112, debemos recordar que, Relación en el número de masones en Bolivia por años
5000
a la fecha, no existe la Logia 28 ni la 56, lo
que reduce el número a 110). En este 4000
número de talleres y con la virtual autono-
mía logial es probable que encontremos 3000
una gran variedad de objetivos y de usos
y costumbres logiales que diferencian 2000
unas de otras, a pesar de practicar un
mismo rito …cualquier rito. 1000

Vemos, por ejemplo, que si bien las logias


simbólicas en Bolivia, en las primeras dos 1967 1977 1987 1997 2007 2017
décadas del Siglo XXI, se han más que
duplicado como número de organizacio-
nes, en número de masones la historia es
diferente: de aproximadamente 2,000 ma-
sones activos a fines de 1967, estos se re-
dujeron a menos de 1,000 durante la dé-
cada de 1970, recuperando algo de su
membrecía en los 80, llegando hasta 1200
a principios de1987, los que a fines de
2017 llegaron a 4,700 masones. Este úl-
timo número no es definitivo ya que varía
constantemente en un mismo año por la
incorporación de nuevos masones y la
pérdida de otros; por la regularidad en las
cuotas y la habilitación para las eleccio-
nes. Si tomásemos el número de masones que
están al día en su asistencia y pago de cuotas men-
suales el número se reduciría a 4,537, a octubre-no-
viembre de 2018.

En este periodo el promedio de masones por logia o


taller pasó de 52 a fines de 1969, a 38 a fines de
2018; aunque hay talleres de más de 71 hermanos
habilitados (con todas sus obligaciones al día) y más
de 100 en tal o cual taller con cuotas pendientes.
Varios talleres operan únicamente con 15 a 20 ma-
sones regulares. Se estima que en las primeras dé-
cadas del Siglo XXI, el mayor número de casos es

460
de 32 o 33 hermanos masones trabajando por logia.
Ello nos muestra que si bien hay talleres grandes,
hay también muchos pequeños cuyas membrecías
efectivas fluctúan en torno a los 15 o 17 hermanos
masones.

A pesar de que el número promedio de masones por


logia ha bajado, estos números en sí mismos no es-
tán ni bien ni mal, sí no son calificados por el tipo de
trabajo que realizan las logias y la regularidad de la
asistencia de sus miembros. Esto es tanto más crí-
tico para los talleres de reciente fundación cuya
membrecía gira en torno a los 17 hermanos y en los
cuales el número de masones plenamente habilita-
dos puede llegar a 10
o menos, lo que re-
quiere de concesiones
administrativas para
su funcionamiento

Para evaluar la pro-


piedad o pertinencia
de lo que sucede en
estas logias, se debe
profundizar en la diná-
mica de los grupos
pequeños, lo que ge-
nera el sello de la
práctica masónica; algo muy distinto a la dinámica
de los grupos grandes de cerca a 100 o 200 perso-
nas y de los muy grandes (aquellos de más de 500
miembros). En este entendido, la masonería -en ge-
neral- es una institución de múltiples grupos peque-
ños, de 20 a 50 miembros activos por taller. Más
adelante hablaremos de los “grupos íntimos” de me-
nos de 12 o 10 personas que se reúnen para hacer
masonería en triángulos, cuadrángulos o círculos (no
logias sino Círculos de Pertenencia masónica), los
que en muchos casos atesoran la profundidad de la
enseñanza y el aprendizaje masónico.

461
Por el momento nos concentraremos en las logias
simbólicas de 20 a 50 masones por taller; y, lo pri-
mero que apreciamos es el número de nuevos talle-
res en el Siglo XXI: 58 talleres fueron fundados en
menos de 18 años (del 2000 al 2018). Con este nú-
mero de nuevos talleres sumados a los antiguos (52
fundados entre 1929 -1999), en forma grosera para
cada ciudad, podemos decir que en La Paz, Santa
Cruz, Cochabamba, Oruro, Sucre, Tarija y Guayara-
merin hay una logia masónica por cada 40,000 habi-
tantes (+ - 5,000 habitantes); es decir un rango que
va desde 35,000 a 45,000 habitantes urbanos por
logia masónica operando. Pero, por otra parte: Po-
tosí, Trinidad y Riberalta tienen un mayor número de
habitantes por logia (cercano a los 70,000 u 80,000
habitantes por logia); mientras que la ciudad de Co-
bija muestra una logia por cada 17,000 personas, lo
cual denota ya sea una composición demográfica di-
ferente o la posibilidad de cierta inestabilidad en la
continuidad de la membrecía masónica, o una com-
binación de ambos (en Cobija, a fines de 2018, hay
tres logias y ninguna de ellas supera los 15 herma-
nos habilitados con plena asistencia y pago de cuo-
tas, aunque ciertamente hay muchos más masones
pero con asistencia y cuotas incompletas: 96 en to-
tal; es decir, más del doble de los habilitados).

Además, en estas cifras uno puede ver, o creer ver,


una cierta lógica en la fundación de talleres en base
a tres criterios: 1.- el lugar y la fecha de fundación;
2.- las actas de fundación donde se expresan -o se
deberían expresar- los propósitos que motivaron a
los fundadores; y, 3.- los nombres que se escogie-
ron para los nuevos talleres masónicos. En este ca-
pítulo sólo nos enfocaremos en lugares y tiempos.

De las 58 nuevas logias formadas en el Siglo XXI, 22


se fundaron en Santa Cruz y de estas 22, 12 lo hicie-
ron en los últimos dos años (de 2016 a 2018). La
veintena de logias fundadas en el Siglo XXI en Santa
Cruz es muy importante ya que sólo cerca de la mi-

462
tad de ese número se fundaron en La Paz, y algo
más de la mitad de este último número (el de La
Paz), lo hicieron en Cochabamba. Esto nos da una
relación de nuevas logias en el Siglo XXI: 8 en Co-
chabamba; 12 en La Paz; y, 22 en Santa Cruz. En
este mismo periodo Oruro, Chuquisaca, y Potosí in-
crementaron el número de sus talleres en 3 en cada
Departamento; mientras que Tarija y Cobija en Pan-
do lo hicieron en 2. En la ciudad de El Alto se formó
una logia en lo que va del Siglo XXI, lo mismo que en
Montero, Camiri, Yacuiba y San José de Chiquitos.
Un fenómeno demográfico y económico especial es
el de Cobija que en septiembre de 1965, mediante
Decreto Ley Nº 07338, fue designada zona franca de
importación y exportación, lo que ha hecho que en
esa ciudad se multiplique la actividad comercial y la
migración; por lo que también se triplicó el número
de talleres masónicos de frontera y creció el número
de grupos masónicos del Escocismo (logias de pro-
fundización o complementación que trabajan en gra-
dos del 4º al 33º o equivalentes).

A nivel de todo el país, podemos caracterizar a los


talleres fundados durante el Siglo XX como “gesto-
res” si es que estos se originaron desde 1929, o an-
tes, hasta 1970, y llamar “dinamizadores” a los for-
mados a partir de 1971 hasta principios del 2000. En
ambos casos vemos que son logias radicalmente di-
ferentes de los talleres masónicos fundados en el
Siglo XXI, a los que llamaremos “talleres de densifi-
cación masónica.” Un análisis de membrecías ha-
bilitadas nos muestra que hay una cierta lógica en
este corte temporal: el promedio nacional de maso-
nes en las logias gestoras a fines de 2018, es de 36
a 39 hermanos, el de las logias dinamizadoras de 29
a 32, y el de los talleres denominados de densifica-
ción fundados de 2016 a 2018 es de sólo 17 a 20.

Para un análisis subsiguiente, empecemos tomando


el caso de Sucre como ejemplo: el taller “gestor” de
la masonería en la ciudad de Sucre, fundado poco

463
tiempo antes de que se forme la Gran Logia de Boli-
via, fue Honradez y Trabajo Nº 3. Pasaron cerca de
50 años para que se fundara la Logia Hiram Nº 37,
con la que se creó un “contrapunto dinamizador” en-
tre la logia pionera, propietaria o gestora y la nueva
logia masónica dinamizadora. Es así que en Sucre
se hablaba, a fines del Siglo XX, de los masones tra-
dicionalistas y de los masones emergentes.

Luego de un tiempo, a fines de los 90, recién se for-


maría la Rodolfo Virreira Flor, Chuquisaca Nº 47, con
la idea de que estabilizaría los trabajos masónicos
que se veían tensionados entre la Nº 3 y la Nº 37.
No fue así. La 47 tomó un rumbo propio muy dife-
rente al resto de la masonería chuquisaqueña: se
formó en el Rito Simbólico de York, cambió de rito y
se volvió de Emulación; y ahora, no sólo es la única
que trabaja en Emulación en Chuquisaca, sino que
es objeto de críticas por ser la única que trabaja sin
ara, no hace cadena y responde a lineamientos litúr-
gicos ingleses más que bolivianos. Es la logia “rara”
de la capital. Además, la 47 muestra un discurso
que pretende ser más de lo que fue en sus orígenes.
Esto añade un matiz distinto y conflictivo para las lo-
gias chuquisaqueñas que en el Siglo XXI se mues-
tran más unidas o hermanadas. Refleja una contra-
dicción en la masonería boliviana, la que ya no está
referida a la tradición histórica de logias libertarias la-
tinoamericanas, sino que incorpora una ritualidad
promovida por un ritual diferente.

Es evidente que los nuevos talleres fundados en el


Siglo XXI: Janus Nº 62, Libertad Nº 80 y 25 de Ma-
yo Nº 101, tienen una dinámica masónica diferente a
las del siglo pasado. Son talleres que han contri-
buido a la densificación masónica, ciertamente, pero
cada uno de ellos tiene rasgos -por decir lo menos-
propios.

La intencionalidad colectiva de los masones sucren-


ses es llegar a fundar una séptima logia y con ella

464
constituir un grupo suficientemente grande como pa-
ra conformar una Gran Logia Distrital. La relación
con La Paz no es mala, pero tampoco es buena.
Resienten el centralismo, y por encima de todo, des-
de 1970 (quizás antes), resienten el autoritarismo
burocrático y el despotismo personal, de muchas au-
toridades masónicas radicadas “en el centro” ...algo
que ha caracterizado a la masonería boliviana.

La progresiva desvinculación de Sucre con respecto


a La Paz ya ha comenzado (tienen su propio Zenit
Masónico del Escocismo), lo cual
muestra claramente las fracturas
institucionales masónicas en Boli-
via; y, por encima de todo, es una
muestra lúcida del posmodernismo
de nuestros tiempos, en el que to-
do depende no de lo qué es en la
realidad ni de lo que de esa reali-
dad se llega a aprender y a decir,
sino de quién lo dice, donde lo di-
ce y a quienes lo dice.

Siguiendo esta tónica de relativismo posmoderno, de


profunda separación entre las generaciones anti-
guas de las modernas, Sucre está inmersa en la
construcción de su propio discurso masónico, inde-
pendientemente de lo que sea la realidad local... mu-
cho más si tomamos como referencia la realidad na-
cional. El Pro Patria et Populo de una masonería
ciudadana está muy lejos de las preocupaciones lo-
cales. Al perderse el Arte Real Masónico, casi junto
con la creación de la GLB, la construcción de discur-
sos y conocimientos que reflejen y respondan a la
realidad ya no es tan importante como “crear una re-
alidad aceptada y compartida por cada grupo regio-
nal…” A la masonería ahora le cuesta crear conoci-
miento local, crear nuevos conocimientos a nivel na-
cional… no es que no lo llegue a hacer, sino que le
cuesta mucho... la preferencia es pensar la región
como forma de pensar el país.

465
Según los masones del lugar, en Sucre, a diferencia
del resto del país, la permanencia de los hermanos
en la Orden es muy alta (se “cree” que cerca del
80% de los que se inician se quedan, mientras en los
demás Departamentos sería de alrededor del 50%).
Esta apreciación popular si bien es inexacta, refleja
el hecho de que sólo en Chuquisaca se han quedado
en la Orden más hermanos de los que se han ido; el
promedio nacional es que de 100 iniciados 36 se
quedan y 64 se van; no continúan en la Orden. En
Sucre también reconocen que en las primeras déca-
das del Siglo XXI, se ha desarrollado una especie de
“carrera desbocada” para aumentar membrecías, lo
que ha conducido a que ingresen ciertos profanos
que nunca debieron ser masones. A esto se suma
ahora un intenso marketing de grados, de invitacio-
nes a ser miembros de ésta o ésta otra agrupación
masónica o para-masónica “superior.”

En ésta ciudad de múltiples nombres (Sucre, Char-


cas, La Plata, Ciudad Blanca y Capital de la Repú-
blica), la actividad de los grupos para-masónicos
DeMolay, Arco Iris y Estrellas de Oriente es particu-
larmente fuerte, lo cual fomenta una dinámica masó-
nica familiar que es ciertamente de admirar. Estas
actividades son tantas y tan variadas que muchas
semanas al año no dejan tiempo para sesiones dedi-
cadas a la formación masónica de los masones.

En Sucre todavía se habla de la masonería como “un


juego de pavos reales,” de hermanos poco fraternos,
dueños de la verdad (aquí es evidente por todo lado
que no se formaría una logia con el nombre de Hu-
mildad y Sencillez o Conciliación y Concordia); pero
es claro que se trata de una comunidad de ense-
ñanza y aprendizaje en la que -a pesar del poco
tiempo asignado a la formación masónica- casi to-
dos se mejoran a sí mismos de manera individual o
colectiva. Creen los hermanos que les iría peor si
estuvieran fuera de la Orden, ya que a partir de los
trabajos masónicos muchos encuentran sentido y

466
propósito para sus vidas y para sus actividades coti-
dianas… especialmente durante aquellos momentos
críticos en la vida cuando necesitan de apoyo, identi-
dad, reconocimiento, acogida y seguridad.

Los hermanos chuquisaqueños reconocen que los


problemas que causan la mayor preocupación son
dos: lo que ellos llaman la post-tenida y las eleccio-
nes. En periodos pre y post eleccionarios se forman
grupos y camarillas, al igual que en el resto del país,
lo que ha generado conflictos que reflejan ambicio-
nes personales nada masónicas, muy difíciles de su-
perar. Si no fuera por las elecciones y los conflictos
que se generan entre candidatos, y entre grupos ge-
neracionales, la masonería en Sucre habría adqui-
rido un nivel muy alto.

Si pudiéramos hablar de unos 10 o más masones


notables en Sucre, que contribuyeron de manera es-
pecial a la Orden veríamos que la figura más rele-
vante de la masonería Chuquisaqueña es Rodolfo
Virreira Flor. Lo mismo que Agustín Iturricha, quien
es, sin duda alguna, la figura más importante de la
Logia Honradez y Trabajo; los hermanos Jorge y
Ramiro Samos, Samuel León e Ismael Soriano resal-
tan -entre otros masones- al promover la fundación
de la Logia Hiram; Julio Pareja fue el Venerable Ma-
estro fundador de la Logia Chuquisaca; y, Alfredo
León de la Libertad; por otro lado, Mauricio Toro y
Carlos Castro reflejan el entusiasmo de la Logia
Janus que promueve algo poco frecuente: hacer ma-
sonería a través de la música (conciertos como ac-
ción solidaria para quienes están necesitados de
apoyo). De la Logia 25 de Mayo poco podemos de-
cir todavía salvo que entre sus fundadores estuvo
Jorge Villafani, quien también fue Delegado Regio-
nal para el Departamento de Chuquisaca.

Algo similar a las dinámicas departamentales que ya


mencionamos y que mencionaremos en el resto de
esta sección, ocurre en Tarija donde se generó una

467
logia denominada Gran Chaco en la época de la
Guerra con Paraguay, y sirvió como Logia Masónica
de Campaña, pero ésta -pasada la contienda- cerró
trabajos. Luego vemos que la logia “generadora de
todo” es la Narciso Campero Nº 10, la que si bien es-
tuvo varios años en receso, con mucha frecuencia
logró re-inventarse y re-instituirse como el pilar de la
francmasonería en Tarija. Casi 50 años más tarde
(1997), se conformó la Logia Cruz del Sur Nº 48, con
la idea de servir como contrapunto a la tradición an-
terior. No fue así. Cruz del Sur inició trabajos en el
Rito de York y ahora practica Emulación; es la única
de ese rito en la ciudad de Tarija y es vista como le-
jana y diferente. Las logias, Tarija Nº 63, Eustaquio
Méndez Nº 92 y Gran Chaco Nº 98, ésta última en
Yacuiba, fundadas en el Siglo XXI, constituyen el
resto de las logias tarijeñas. Es así que en Tarija hay
5 logias, tres de las cuales trabajan en el Rito Esco-
cés (la 10, la 63 y la 92); una en Simbólico de York
(la 98) y una en Emulación (la 48). Lo que sucede
entre la 48 y la 98, entre las dos logias de York, una
en Tarija y otra en Yacuiba, ambas con membrecías
reducidas, es un enigma para los masones del Rito
Escocés, que se mantienen apegados a un rito es-
tructurado a nivel nacional.

De la misma manera que en Sucre, en Tarija las pre-


ocupaciones masónicas giran alrededor a las elec-
ciones y las parcialidades que se forman en torno a
ellas, y a la denominada post-teni-
da en la que se desvirtúan los prin-
cipios masónicos y se da rienda
suelta a acciones poco o nada ma-
sónicas; algunas de las cuales han
adquirido su propio nombre como
ser “el cuarto viaje misterioso” en el
cual muchos hermanos se ven for-
zados a responder a una especie de
ritual profano. Esto se ha vuelto
parte de las denominadas “novata-
das” que provienen de profundas
468
faltas y fallas en la formación masónica de los her-
manos y al trastrocamiento de valores y conductas.

En Tarija la música, el baile, la comida y la bebida


son parte integrante de la cultura chapaca, por lo que
no debería causar extrañeza que estos mismos as-
pectos sean parte de la dinámica masónica. Lo que
amerita ajustes es el grado y la prioridad que se otor-
ga a estas actividades en desmedro de la formación
ética y humanista de los masones.

Tarija también se está desvinculando del centralismo


de La Paz. Resiente el autoritarismo burocrático de
la GLB que se manifestó -no podemos decir en un
inicio- en la separación de 12 hermanos de la Logia
Narciso Campero, quienes finalmente renuncian a la
Gran Logia de Bolivia y crean su propia dinámica
masónica-institucional, la que -a decir de muchos-
confunde a la gente. A pesar de esa experiencia, los
hermanos masones tarijeños han creado su propio
sistema de grados superiores y es a partir de ellos
que están librando una batalla con los denominados
“masones irregulares de San Luís” (del barrio de San
Luis): masones pertenecientes a la Gran Logia de
York en Bolivia considerada irregular por la Gran Lo-
gia de Bolivia.

En Tarija los masones más renombrados y meritorios


están vinculados principalmente a la Narciso Cam-
pero y son Adrian Barrenechea Torres, Bernardo Na-
vajas Trigo, Guillermo Valderrama Mérida, Luís Al-
berto Ortiz Reynolds, Hugo Moreno Córdova, Miltón
López Pinto, Carlos Arnold Nusser, Muci Chali Greer,
Mario Briancon Bertram y los hermanos Roberto y
Gonzalo Arellano Arce, entre otros como ser los fun-
dadores de la Logia Eustaquio Méndez: Gustavo
Succi Aguirre y José Luís Barrenechea Leyton, quie-
nes experimentaron directamente un problema de
ruptura generacional entre los masones tarijeños
(entre los jóvenes y los ya-mayores). Entre los mayo-
res no debemos olvidar a los formadores del nuevo-

469
Escocismo tarijeño: Hugo Bueheso Murillo, Julio Ro-
mero A. y Pastor Ortiz.

Tarija tiene problemas específicos respecto a terre-


nos y edificaciones, así como proyecciones y posibili-
dades propias. Un vecino de Tarija, años atrás, me
comentaba lo siguiente: ¿Sabe usted por qué en Ta-
rija vivimos felices? Porque está muy lejos de La
Paz, y casi nunca viene un paceño (tal por cual), pa-
ra decirnos ¡esto tienen que hacer para el Lunes! Si
bien ésta es una anécdota profana, no dista mucho
de la actitud que tienen muchos hermanos tarijeños
para con los representantes de los poderes masóni-
cos radicados en La Paz.

En Potosí la historia casi no cambia. Durante mu-


chos años la logia propietaria y generadora de maso-
nería fue Honor y Prudencia, la Nº 1 del país. Una
logia que trabajó con altibajos pero que siempre se
mantuvo como el referente masónico más importante
para esa región. Luego aparece la “logia dinamiza-
dora” Potosí Nº 42, con la que se llega al Siglo XXI,
en el que se pretende generar un contrapunto, algu-
nas veces improductivo, entre la 1 y la 42. La idea
para superar ese polifonía, ya tradicional, fue la fun-
dación de una nueva logia: la Logia Nº 81, Cielo y
Tierra (quizás el propio nombre de Cielo y Tierra re-
fleja la contradicción permanente entre los nuevos y
los antiguos masones potosinos). Ya entrados en el
Siglo XXI nace la Logia El Portal 10 de Noviembre,
bajo el influjo del “Rito” Emulación. Una logia que ha
generado una reacción tolerante pero adversa entre
los masones potosinos. Tolerante por la naturaleza
de la Orden pero adversa porque muchos creen que
es una logia que genera una dinámica desvinculada
del resto …es una logia por demás auto-referencial
que se preocupa en resaltar su origen inglés y las di-
ferencias en la liturgia, que según ellos la convierten
en la más pura y la más antigua (más antigua que
Honor y Prudencia) y por lo tanto la más importante
…en desmedro de los demás y de las demás.

470
La formación de la Logia Unidad y Templanza Nº
108, es un fenómeno muy reciente. Al parecer, es
un movimiento masónico que busca colocar en el
centro del pensamiento y la acción a los valores ma-
sónicos y promueve una forma diferente de hacer
masonería ante la lentitud de los procesos locales
previos que no lograron superar ciertos conflictos
que se mantienen desde hace mucho tiempo. Los
hermanos del lugar perciben un Potosí que se man-
tenía subordinado y olvidado por decir lo menos.
Son masones capturados por el recuerdo de lo que
sucedió a principios de la República, cuando Potosí
era uno de los centros políticos y económicos más
relevantes, famosos y estructurantes del país. En
torno a ello, se percibe un despertar masónico im-
portante en estas tierras donde se originó la maso-
nería con las logias formadas por Facundo Infante
(el Ministro de Gobierno de A.J. de Sucre).

En este Valle, resalta la presencia de los Hermanos


Gastón Caviedes y Gunnar Barrientos. Histórica-
mente, cobran vida las figuras de Adolfo Cohl y Ar-
mando Alba, quienes planteaban una visión basada
en un esfuerzo para la generación de conocimientos
locales vinculados a una larga tradición masónica.
Una tradición que ahora parece haberse vuelto poco
o nada crítica ...perdida en el fetiche de discursos
formales, grados y mandiles, que nunca antes fueron
lo fundamental para los potosinos.

En Potosí, al igual que en Oruro (De-


partamento del que hablaremos a con-
tinuación), se instituyeron las primeras
logias de profundización o de perfec-
ción siguiendo el ejemplo de la Logia
Tolerancia Nº 1 de La Paz, para los
grados 4º, 9º y 14º. Nos referimos a
las Logias José María Linares Nº 3 en
Potosí (1942), aunque estuvo 20 años
en sueño, y a la Logia Mariscal Andrés
de Santa Cruz Nº 2 en el Valle de

471
Oruro, fundada en 1937. La expectativa masónica
en las tierras del Potosí, para muchos, es llegar a los
denominados “grados superiores” (para los cuales
ya se percibe un mercadeo de promoción y atracción
a quienes acaban de llegar al 3º Grado); y, es allí
que el fetichismo que confunde un grado y un mandíl
con un cambio, mejoramiento o transformación per-
sonal, es evidente.

En Oruro la historia se repite. La Logia Adolfo Balli-


vián Nº 5 por décadas fue la gestora y propietaria del
quehacer masónico en Oruro, aunque relativamente
temprano en el Siglo XX, el contrapunto se realizó
con la logia dinamizadora Orden y Libertad Nº 15.
No sucedió lo mismo con Justicia y Bondad Nº 31,
(cuyo origen es único, por decir lo menos). El Siglo
XX se cierra con la fundación de la Logia Oruro,
David Siles Castillo Nº 50, que trabaja en el Rito
Simbólico de York, o Rito de York boliviano.

La Nº 50 nace por una doble causa. Por un lado las


logias “irregulares” de York se estaban multiplicando
y capturaban membrecía de una manera más rápida
y efectiva que las del Rito Escocés. Por el otro la-
do, en Oruro se vivía una fractura entre los “herma-
nos de primera” que estaban vinculados con la Lo-
gia Anglo Bolivian Nº 7, quienes periódicamente
viajaban a La Paz para trabajar en ella y en su Ca-
pítulo de Real Arco, mientras los demás hermanos
orureños se veían excluidos de esa dinámica. En
estas condiciones nace la Logia Simbólica Oruro,
David Siles Castillo, Nº 50, por la curiosidad de
unos y la necesidad de incrementar membrecía que
de otra forma se estaba yendo a la Gran Logia del
Rito de York en Bolivia que trabajaba en Oruro.

El proceso de “densificación masónica” en Oruro es


uno de dinámicas muy diferentes respecto a las lo-
gias pre-existentes: las Logias Urus, donde nace la
Luz Nº 67 y la Nº 96, Tunupa, se instituyen en el “Ri-
to” de Emulación --debido a un marketing muy in-

472
tenso hecho por los parciales de ese ritual, quienes
provenientes de otros valles, se constituyeron en
fundadores de estas logias ...para luego no ser par-
te de sus trabajos y quehaceres cotidianos. Son lo-
gias que generan su propia dinámica -diríamos-
desvinculada del resto de la masonería orureña.

El conflicto entre masones ya mayores y masones


jóvenes-todavía, es preocupante; y, bien se puede
hablar de dos masonerías diferentes: la masonería
de las juventudes del Siglo XXI y la masonería de los
antiguos del Siglo XX. La juventud masónica cubre
más del 80% de los masones en Oruro, y promueve
no un proyecto masónico para toda la vida, sino una
propuesta para el momento. Pensar que van a pa-
sar unos 10 años antes de ser Venerable y otros tan-
tos para llegar a “Grados Superiores,” es un despro-
pósito para quienes todo lo quieren vivir hoy, para
quienes tienen toda la información a dos o tres clicks
de distancia, y no creen que los antiguos sepan mu-
cho, por lo menos no creen que sepan mucho más
de lo que ellos ya saben por el Internet. La relación
generacional entre Maestros y Aprendices, en Oruro,
como en la mayor parte del país, es -por decir lo me-
nos- complicada por la posmodernidad que busca lo
inmediato, sin grandes o largas esperas.

Debido a que en Oruro durante muchas décadas del


Siglo XX había una colonia muy numerosa de mine-
ros y de comerciantes serbios, croatas, ingleses y
alemanes, relacionados con la Orden, hubieron mu-
chos masones de origen extranjero, quienes brinda-
ron estabilidad a muchas de las prácticas simbólicas
de nuestra institución. El relacionamiento de estos
masones que radican en Oruro con la Logia paceña
Anglo Bolivian Nº 7 fue frecuente e intenso. De esa
relación emergió la figura de Anselmo López conta-
dor de la Bolivian Railway y de Manuel Contreras Vi-
llalba como Gran Maestro y Soberano Gran Comen-
dador ...intermediario de la Bolivian Power Company
antecesora de COBE.

473
El masón más renombrado en Oruro, sin lugar a du-
das, es Oscar Uzín Saavedra (Orión), quien además
de su libro Interpretación Espiritualista de la Franc-
masonería Simbólica, estableció en Oruro una impor-
tante tradición de masones intelectuales en la Logia
Orden y Libertad. Es algo notable el hecho de que
muchos Grandes Maestros de la GLB hayan sido
orureños, como Alfredo Peláez Diez de Medina, Ro-
berto Auchen Homsi y Manuel Contreras. Además
de ellos figuran Alejandro Urquidi, Gabriel Palenque,
Armando Rosas, Francisco Fajardo, Armando Pal-
mero, Alfredo Alexander (muerto en un atentado te-
rrorista contra su persona), Alfredo Dubrascik,
Renato Loayza, Diego Mirones y Wilson Sandy.

Trasladándonos a otro Departamento, podemos de-


cir que la tradición masónica en Cochabamba es de
muchísimos años; y, en ella se percibe claramente
la separación entre las logias del Siglo XX y las lo-
gias del Siglo XXI. Las logias “gestoras” de maso-
nería en Cochabamba -en evidente complementa-
ción- fueron y siguen siendo Tunari Nº 4 y Nosce te
Ipsun Nº 19 (la que habiéndose formado en el Rito
de York, cambió de rito y empezó a trabajar en el
Rito Escocés en 1992). Luego vino la Logia Armo-
nía, Serafín Ferreira Nº 27, como la logia que trans-
formó el valle y a la que se sumaron como “dinami-
zadoras,” Paz y Amistad; Arco Iris; Fortaleza; y,
Desiderio Carrasco, Unión (la 35, la 38, la 49 y la 52,
respectivamente), conformando entre todas ellas, las
celebres 7 logias cochabambinas instituidas en el
Siglo XX y promotoras de un importante y renovador
discurso regional masónico.

Serafín Ferreira fue un dedicado masón, pero por en-


cima de todo fue un médico con profundos compro-
misos sociales con los menos favorecidos a quienes
apoyó decididamente en la salud y la enfermedad.
La Logia que lleva su nombre es una de las más nu-
merosas; y, al igual que Paz y Amistad, es una logia
de grandes luces y grandes sombras; de una frater-

474
nidad que raya muchas veces en conflicto. Hay quie-
nes dicen que -en esta logia- asistir a una parrillada
es suficiente para obtener un certificado de instruc-
ción masónica. Es a partir de lo que sucede en esta
logia que aparecieron muchas otras logias con la
idea de volver a la esencia misma de la masonería
con una serie de estudios y trabajos profundos. Pero
las que de ella nacen pronto se dividen.

Las Logias del Siglo XXI en Cochabamba, son Alian-


za Nº 65; Isaac Newton, Luz del Valle Nº 70; V.I.T.-
R.I.O.L. Nº 72; Actitud y Compromiso Nº 76; Alfa,
Delta y Omega Nº 95; Caballeros de la Luz; y, Tubal
Caín Nº 102 y Nº 103 respectivamente. Debemos
recordar que la Logia Arte Real tiene el número 14,
el cual antes pertenecía la logia Progreso de Maes-
tros Instalados.

Luz del Valle es un desprendimiento generacional de


Tunari; lo mismo que Actitud y Compromiso de For-
taleza. V.I.T.R.I.O.L. , Alfa, Delta y Omega y Tubal
Caín de Arte Real,

Cochabamba, se caracteriza por la proliferación de


Ordenes Masónicas. Hay cerca de 10 agrupaciones
diferentes, regulares e irregulares, masónicas y para-
masónicas; y entre ellas se disputan encarnizada-
mente (el término es correcto), la incorporación y
pertenencia de los masones recién subidos al tercer
grado; los invitan insistentemente a afiliarse a tal o
cual Orden, grado o grupo masónico. El marketing
masónico en detrimento de la jerarquización del
grado de Maestro, es brutal. Incluso ha llegado a
fracturar a algunas logias en las que los maestros,
los miembros de la oficialidad, los Venerables y los
ex Venerables forman camarillas porque unos perte-
necen a los “nuevos” de Santa Cruz o Cochabamba,
y otros a los “viejos” de La Paz; unos son miembros
de los azul-naranja y otros de los verde-amarillo.
Unos se sienten descendientes de Escocia, otros de
Inglaterra, de Francia o del Brasil.

475
A pesar de todo esto, pocos son los lugares en Boli-
via donde se trabaje con tanta intensidad y especial
amor para con la Orden. Ciertamente, son muchos
los grupos que se buscan y hablan de masonería y
se entusiasman unos a otros. Aunque hay quienes
abiertamente expresan que hace ya rato que han de-
jado de aprender algo en su logia. Hay muchos ta-
lleres que se autocalifican y diferencian, indicando
que en su taller no hay jarana ...hay trabajo. Ello no
quiere decir que en los talleres jaraneros deje de ha-
ber trabajo masónico, pero es claro que son pocos
los que escapan a las presiones de grupo, y son los
más los que ya no hacen mejoramiento personal.

En total, las logias en Cochabamba a fines del año


2018, son 15 (7 del Siglo XX y 8 del Siglo XXI). La
logia Fortaleza Nº 65 es considerada una rareza ya
que es la única que trabaja en Emulación; mientras
que Caballeros de la Luz, Actitud y Compromiso, y
Paz y Amistad trabajan en el Rito Simbólico de York
o Rito de York boliviano. Las once restantes traba-
jan en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado. También
en esta ciudad las generaciones jóvenes entran en
conflicto con las de los masones de mayor edad; y
lo hacen con matices muy diversos.

Por ejemplo, en los turbulentos procesos necesarios


para el logro de una autonomía regional, las logias
cochabambinas se mostraron contestarías ante las
dinámicas centralistas de la Gran Logia de Bolivia.
Estas logias fundadas en el Siglo XX fueron particu-
larmente importantes a principios del Siglo XXI, cu-
ando las 7 logias de Cochabamba que existían en
ese momento conformaron un frente común ante el
autoritarismo burocrático de la GLB de entonces.
Sin un proceso previo (simplemente por Decreto)
estas logias fueron suspendidas y sus Venerables
Maestros retirados de la Orden para ser posterior-
mente restituidos, una vez demostrado que no ha-
bían cometido falta alguna. Lo más notable de este
evento es que a pesar de lo dispuesto por la GLB,

476
los 7 talleres de Cochabamba, de una manera volun-
tarista, continuaron trabajando a la cabeza de sus
Venerables Maestros supuestamente suspendidos.

Con esta acción de liderazgo contestatario, ante una


Gran Logia, por decir lo menos, enceguecida en su
autoridad y susceptible respecto a cualquier crítica o
comentario, vemos que Cochabamba empezó un es-
fuerzo mancomunado en pro de las autonomías re-
gionales, fortaleciéndolas al interior de la Orden, lo-
grando que los Grandes Delegados no sean figuras-
pantalla y que el voto para la elección de sus autori-
dades sea uno plenamente participativo …que to-
dos los Maestros Masones tengan derecho a votar;
algo que se instituyó durante la gestión del I... y P...
H... Roberto Auchen Homsi, quien siendo orureño
capitalizó el descontento regional de Cochabamba.

Los masones que contribuyeron ampliamente a la


masonería en Cochabamba son muchos y de dife-
rente época y generación. De la época gestora
(1929-1970): Serafín Ferreira, Jorge Kavlin, Grego-
rio Kushner, Julio Terán, Oscar y Orlando Chiarella,
Roberto Nigoevic y Desiderio Carrasco, entre otros.
Los masones que dirigieron el movimiento regional
del 2002 -2003, son recordados por la masonería co-
chabambina y estos son: Marko Quiiroga de la 4;
Sergio Aparicio de la 19; Eduardo Amaya de la 27;
Dante Castellanos de la 35; Gastón Vargas de la 38,
Juan Carlos Rodríguez de la 49 (quien luego sería
Gran Delegado Regional para Cochabamba); y, Fre-
ddy Gonzales de la 52. Los principales dirigentes de
la “masonería de densificación,” propia del Siglo XXI,
fueron Fanor Saavedra, Enrique López, Roberto Pe-
reyra y Roberto Quiroga, como Grandes Delegados
Regionales; Sergio Alberto Aviléz, fundador de Ca-
balleros de la Luz; Dimitri Dávila fundador de Actitud
y Compromiso, y Arturo Echeverría fundador de Alfa,
Delta y Omega y de Tubal Caín. De esta época na-
ce el liderazgo de Rudy Barbosa Levy quién luego
de ser Gran Delegado Regional sería elegido Gran

477
Maestro de la Gran Logia de Bolivia --y cuya gestión
giró insistiendo en la independencia de la Gran Logia
respecto al Supremo Consejo del Grado 33º; así co-
mo, combatiendo palmo a palmo a los Inspectores
del Grado 33. En este contexto, Barbosa inició una
querella contra un anterior Gran Maestro y Soberano
Gran Comendador del Grado 33º. Barbosa Levy
luego sería Secretario Ejecutivo de la Confederación
Masónica Interamericana promoviendo la formación
de Círculos de Pertenencia masónica, promoviendo
unas cuestionadas Mesas de negocios entre maso-
nes, así como gestionando un libro escrito por Felipe
Santiago del Solar, titulado Por una Masonería Uni-
versal, Orígenes de la Confederación Masónica In-
teramericana, CMI.

El entusiasmo masónico en Cochabamba, bien se


puede decir que es uno de los mayores del país con
hermanos como Erick Sotomayor, Enrique Toro
(quien fuera Presidente del Congreso, Vicepresi-
dente, y -en varias oportunidades- Presidente Inte-
rino de la República), Guillermo Bazoberry, Jorge
Arce G., y Johnny Vargas. Sin embargo hubo un pe-
riodo en que la membrecía masónica se conmovió
hasta sus raíces por la acción de un masón escu-
dado en el pseudónimo de “Un justo masón,” quien
utilizaba la comunicación electrónica como un incog-
nito …entusiasta pero anónimo, hasta que fue des-
cubierto y expulsado de la Orden. En este Departa-
mento operan por lo menos tres Grandes Logias y
dos o tres Supremos Consejos del Grado 33º.

El caso de Santa Cruz, es similar a los ya descritos,


y -al mismo tiempo- diferente, muy diferente de
ellos. Comienza con una “logia gestora o genera-
dora,” la Ismael Montes Nº 11, a la que le cuesta
institucionalizarse... llega finalmente a hacerlo a fi-
nes de la década de los 40. Luego vendrán las Lo-
gias Llanos de Grigotá Nº 26, con Percy Boland a la
cabeza; y, Caridad y Tolerancia Nº 30, ambas traba-
jando en el Rito Escocés.

478
En Santa Cruz, durante el Siglo XX, se
aprecia un mayor apoyo al Rito Simbólico
de York o Rito de York boliviano el cual se
vio fuertemente activado con la formación
de las Logias Pitágoras Nº 36, y Mozart Nº
55

Muchas logias emergieron de Ismael Mon-


tes Nº 11, pero de la dupla Pitágoras – Ca-
ridad y Tolerancia, nacieron muchas más; la primera
en nacer de esta dupla fue Mozart Nº 55, también
del Rito Simbólico de York, como Pitágoras Con la
30, la 36 y la 55 -a finales del Siglo XX y principios
del XXI- se puede hablar de un triangulo de logias
renovadoras que cambiaron la faz de la masonería
cruceña: nos referimos a Caridad y Tolerancia, Pitá-
goras y Mozart, así como de un triángulo de herma-
nos masones gestores de la moderna masonería
cruceña, a fines del Siglo XX: Juan Abuawad, Anto-
nio Alba y Germán Cassasa.

Luego, ya en el Siglo XXI, vendrían las “logias de


densificación masónica” en Santa Cruz: la Lautaro,
Jorge Gutiérrez Banzer Nº 58, y la Gran Paititi Nº
61, de la localidad de Montero. En el Rito Escocés
Antiguo y Aceptado se fundan las logias Sendero de
Luz Nº 60 con Juan Carlos Duran a la cabeza; Piraí
Nº 64; Caballeros de San Juan Nº 66; Concordia Nº
69; Cantera del Oriente Nº 74, y la Nº 75, Caballe-
ros del Águila Real, así como Yvy Candire, Nº 78 y,
Luz y Libertad Nº 79. De este periodo previo a 2016
está la Mateo Kuljis, Libre Pensadores que toma el
número 21 de un triangulo masónico de Montero que
entró en sueño; y la Logia Luz de Oriente que asu-
me el nombre distintivo del Triángulo y toma como
suyo el número 18 que pertenecía a la Logia Unión y
Trabajo que, por un tiempo, trabajaba entre las loca-
lidades de Catavi y Uncía.

Debemos mencionar a la Logia Acuario, Tercer Mile-


nio Nº 47 que fue la primera en trabajar en Emula-

479
ción, anticipando la formación de la logia Yotau,
Franz Reesl Hofmann, con el Nº distintivo de 77. En
todas estas logias cruceñas se ratifica, sin excep-
ción, la dupla dinámica de tenida – jarana, que ve-
nía dándose desde la formación de Llanos de Grigo-
tá a principios de los años 70.

Luego empezará la carrera de fundaciones de los


años 2016 al 2018. En estos dos años, en Santa
Cruz, se crean 12 logias: Opus Magnum Nº 86;
Ma´at Nº 87; Jenecherú, Alfredo Pessoa Alcocer Nº
88; Unión y Virtud Nº 91; Caballeros del Templo Nº
93; Rey Salomón Nº 94; Cruz de Oriente Nº 97;
Caballeros del Gran Saradenda Nº 99 en la localidad
de Camiri; Turubó Nº 106 en San José de Chiquitos;
Peabirú Nº 107 en Santa Cruz de la Sierra; Caballe-
ros del Norte Nº 110 en Montero y, Ubuntu Nº 112 en
la ciudad capital. Seis de estas logias fueron crea-
das para trabajar en el Rito Escocés, cuatro en el
Simbólico de York y dos en el de Emulación; nueve
se fundaron en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra
y tres en las ciudades de Camiri, San José de Chi-
quitos y Montero. En total, en todo el Departamento
de Santa Cruz, desde los años 30-40, se constitu-
yen19 logias en el Rito Escocés, 11 en el Rito Sim-
bólico de York y 3 en el de Emulación.

En Santa Cruz, al igual que en Tarija, hay problemas


en la continuidad de la membrecía de algunas logias
(especialmente las de provincias), así como proble-
mas de elecciones y de post-tenida que son cierta-
mente preocupantes. Hay grupos de masones que
agilizan las tenidas masónicas (en las que muestran
comportamientos muy serios), para luego dedicarse
a la post-tenida, donde los comportamientos no son
masónicos, o plenamente masónicos. El conflicto
generacional entre masones ya mayores y jóvenes
masones es irrebatible.

La carrera para alcanzar nuevos grandes grados y


revestirse de mandiles y medallas como referentes-

480
fetiches de un supuesto mejoramiento personal, en
Santa Cruz y en otras partes del país, es evidente …
dolorosamente evidente; pero es aún más cierto
que masonería, para muchos masones jóvenes,
antes que una escuela de vida y de ética ciudadana,
es una forma efectiva de insertarse en la sociedad
cruceña. Son cientos los jóvenes masones (migran-
tes o no), que han encontrado en la Orden un ca-
mino de inserción social, reconocimiento, identidad y
pertenencia en una sociedad que se basa en fraterni-
dades locales -muchas de ellas exclusivas y exclu-
yentes- como referentes de tradición cruceña. Y
¿cómo no debería ser así? si es que de las logias
“gestoras o generadoras” de la masonería cruceña
se filtraron rituales y ceremonias que son la base de
la dinámica de esos grupos de poder (Caballeros del
Oriente y Toboroche, uno orientado a respaldar la al-
curnia cruceña y el otro a apoyar la emergencia em-
presarial).

Los periodistas y escritores cruceños y cruceñistas


respiran a profundidad, no la razón sino la racionali-
zación y justificación de una lucha departamental en
contra del centralismo. No importa si es verdad o si
es un fantasma, ambas dimensiones generan estruc-
turas institucionales, comportamientos locales y re-
sultados que promueven la “separatividad;” ...y lo se-
guirán haciendo por muchos años más.

Revisando los trabajos masónicos publicados en di-


ferentes boletines y revistas de la masonería cruce-
ña, se hace evidente que los temas de valores, vir-
tudes y referentes patrióticos son pocos en compara-
ción a los fetiches-masónicos de quien ha logrado
cuál grado, como referente o sustituto de mejora-
miento y superación personal. Este es un fetichismo
que ha trastrocado el sentido de la Orden en Santa
Cruz (y en todas las demás regiones antiguas o mo-
dernas). En esos boletines y revistas se busca, más
bien, referentes institucionales de creación, separa-
ción o transformación que los desvinculen de La Paz

481
y los relacione con el resto del país, no como una
gestión de construcción nacional, sino principalmen-
te como una separación del centralismo… como otra
muestra más de autonomía regional. Ello tampoco
debe causar extrañeza ya que la legitimidad cruceña
nace, se alimenta y crece, manifestando su repudio
al centralismo, a la idea de que La Paz ha mantenido
sojuzgada a Santa Cruz desde los primeros años de
la República (sino antes).

Un masón de La Paz puede estar diciendo lo mismo


que un masón de Santa Cruz, pero por el hecho de
ser paceño, ese es un discurso que no se escucha;
mientras que lo que dice el cruceño es escuchado y
repetido entre cruceños. En términos nacionales,
esta es la expresión más clara del posmodernismo
que se experimenta en todas las regiones del país (y
del mundo), y que se refleja en la masonería no solo
cruceña sino boliviana: no importa qué es lo que se
diga, lo que importa es quien lo dice, donde lo dice y
a quienes lo dice. Tal como mencionamos anterior-
mente, el discurso cruceño en Santa Cruz (principal-
mente, porque ahora está adquiriendo dimensiones
trans-regionales), se nutre de la separación y dife-
renciación de La Paz, y de la lucha contra cualquier
manifestación centralista fuera del ámbito cruceño.
La descentralización que busca Santa Cruz, parece
terminar en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra …
no llega a otros municipios ni a otras provincias; por
lo menos no llega todavía.

Esto ya era evidente en las últimas décadas del Si-


glo XX, cuando en diversos lugares de Santa Cruz
aparecían grafitis derogatorios para el colla; es de-
cir, para el migrante del Kollado u Occidente de Boli-
via. El tema del regionalismo y de las autonomías
regionales no es algo propio de la masonería, ni si-
quiera de la masonería cruceña; es un fenómeno
del posmodernismo en todo el mundo, en el que ca-
talanes resienten a castellanos, escoceses a ingle-
ses, francoparlantes a angloparlantes en el Canadá,

482
vascos a españoles; etc. etc. Lo cierto es que hay
múltiples movimientos regionalistas y separatistas en
el mundo y Bolivia no es la excepción. El peligro es
que si bien este es un movimiento que se genera
desde hace mucho tiempo, no hay claridad en los re-
sultados --una cosa es negar y luchar contra un cen-
tralismo, otra es afirmar una nueva forma de unidad
nacional y construir futuros compartidos …quizás es-
to esté en la mente y la voluntad de esta nueva ma-
sonería, pero todavía parece más fuerte la separa-
ción que los nuevos términos de unificación. Habrá
que ver lo que trae el futuro.

Es indiscutible el hecho de que las regiones en sí


mismas y las regiones masónicas de Bolivia en parti-
cular, se vieron afectadas por el centralismo, vertica-
lismo y autoritarismo tanto del Gobierno Nacional co-
mo de la Gran Logia de Bolivia, radicada en La Paz.
Un compañero de trabajo de Santa Cruz, hace unos
30 años me decía: “Es cierto que Dios está en todas
partes, ...pero su despacho está en La Paz,” y lo de-
cía refiriéndose tanto a las estructuras del gobierno
nacional como a las estructuras de gobierno de la
francmasonería.

Quizás así sea ...con seguridad muchos lo sintieron


así. Pero, en términos históricos es casi imposible
remitirse a una sola causa como el antecedente
único y férreo de lo que sucedió en determinado pro-
ceso como el de la ruptura de los Orientes Masóni-
cos. En el caso de la masonería boliviana es indis-
cutible que el autoritarismo burocrático y/o el despo-
tismo personal de las autoridades nacionales fue un
factor importante que promovió un deterioro masó-
nico que terminó en una crisis institucional que ya se
muestra como fragmentación, separación, y -mu-
chos creen- como la eventual disolución o transfor-
mación institucional de la Orden.

Esto se cristaliza en Santa Cruz de una manera ex-


trema en los primeros años de la década del 2010.

483
No es algo que sucede de improviso. Desde mucho
tiempo antes (por lo menos desde la década de
1980), ya se perfilaba el desenlace de una crisis ins-
titucional en la que el discurso contestatario al cen-
tro, (contestatario a lo que se formulaba desde La
Paz), se estaba afianzando, atrincherando y radicali-
zando. Por ello, cuando salta una chispa en los gra-
dos del Escocismo, el incendio cunde y termina con
la fractura radical entre el Escocismo paceño tradi-
cionalmente autoritario y vertical, y el Nuevo Esco-
cismo cruceño que -simplemente- es otro …otro
pero con las mismas personas, con las mismas ins-
talaciones y con los mismo grupos de masones, que
se van y la dejan sola o casi sola a La Paz.

La Paz ha quedado sola, debemos reconocerlo, por-


que Cochabamba, Sucre, Tarija, Oruro, Cobija, Ribe-
ralta y Guayaramerín se han alineado (en gran medi-
da), con el Escocismo cruceño y probablemente con-
tinúen alineados con los candidatos cruceños para
dirigir el Simbolismo en Bolivia, que apenas se man-
tiene formalmente unido, cuando efectivamente está,
por el momento, irremediablemente fracturado.

Entre los nuevos dirigentes de la Masonería en San-


ta Cruz no podemos dejar de mencionar a José A.
Crespo Bonadona, Jorge Arze y Juan Carlos Duran
en el Simbolismo; y en el Escocismo a Tonchi Etero-
vich, Gastón Mejia y José Luis Sandoval. Pero el
mundo es mucho más amplio …es un mundo múlti-
ple en sus manifestaciones que debemos aprender a
leer en su devenir. La separación cruceña es in-
cuestionable… pero hay más …mucho más para ver,
comprender y actuar.

El caso de La Paz ha sido parte del problema y ojalá


sea parte de su solución. La masonería paceña
también se basa en “logias generadoras,” “logias di-
namizadoras” y “logias densificadoras.” Las logias
generadoras de masonería en La Paz deberían ser
Illimani Nº 2, Ayacucho Nº 6, y Anglo Bolivian Nº 7.

484
Empero la Nº 7 siempre estuvo des-
fasada con respecto a las otras dos;
no sólo porque las dos primeras tra-
bajaban en el Rito Escocés, sino por-
que unas trabajan en castellano y la
otra en idioma inglés. La frecuencia
y regularidad de los trabajos semana-
les de las dos primeras no eran las
mismas que las de Anglo Bolivian
que siempre fue “la otra logia.”

Aunque la calificación de “la otra


logia,” también puede aplicarse a
Obreros del Porvenir, que operaba
masónicamente incluso antes de la
fundación de la Gran Logia de Boli-
via, y lo hacía bajo los lineamientos
de la Gran Logia del Perú. Lo hacía
desde 1884, por lo que hablamos de
una logia benemérita y centenaria.
Illimani también es benemérita y cen-
tenaria al haberse fundado en 1916,
varios años antes de la creación de
la Gran Logia de Bolivia.

De Illimani se desprendió Ayacucho


en 1929, y de estas dos logias se
desprendieron casi todas las demás
logias simbólicas hasta 1970; logias
simbólicas que le dieron a La Paz
una dinámica propia de compromiso,
dedicación, y rigurosidad. Con la 2 y
la 6 en Escocés y la 7 y la 16 en
York, se generaron evidentes contra-
puntos entre ellas, pero nunca los
conflictos y animosidades que vimos
en otros valles.

En La Paz se empezó a sentir el au-


toritarismo burocrático y el despo-
tismo personal en la década de los

485
70 y siguientes. Las “logias dina-
mizadoras” de La Paz (a las que
también las podemos llamar:
“gestoras de una segunda gene-
ración”), fueron: Melitón Monje,
Renovación Nº 12, fundada des-
pués de la Guerra del Chaco;
Anselmo López, Universo Nº 13;
Hispano Boliviana Nº 17; Maris-
cal de Zepita, Nº 20; y, La Paz,
Nº 24. A estas 9 logias simbóli-
cas se sumaba la Logia Progreso
Nº 14 que se mantuvo hasta me-
diados de la década de los 90,
con una dinámica muy particular
pero inconsistente, debido a la
mezcla de ritos para encarar la
condición de Maestros Instala-
dos, que incluso se convirtió -du-
rante mucho tiempo- en una
pre-condición necesaria para ser
miembro del Consejo de la Or-
den.

Las actividades de conjunto du-


rante 40 años (de 1930 a 1970),
de estas 9 logias (10 si incluimos
a Anglo Bolivian) eran verdade-
ros festejos de unidad masónica.
Ya con la undécima logia paceña
percibimos el autoritarismo per-
sonal de Grandes Maestros y la
influencia burocrática y autoritaria
de la GLB y del Supremo Con-
sejo del Grado 33 para la Repu-
blica de Bolivia.

En La Paz, las susceptibilidades


para con el Rito de York fueron
múltiples al extremo de negar la
autorización para que la Logia Nº 25, Héctor Orma-

486
chea Zalles sea fundada en York, pero sí se permiti-
ría su fundación siempre y cuando trabaje en el Rito
Escocés Antiguo y Aceptado; esto sucedía en el año
1973. Finalmente, Ormachea se fundó en Escocés.
Tardaron 13 años para que se forme un nuevo taller
en La Paz. Pasó más de una década hasta que se
superen los nefastos 70 y se conformen las logias
masónicas: 32, 33 y 34: Renacimiento, Unidad y
Acción, y Fénix (esta última en York). Seguidas en
poco tiempo por Excélsior Nº 39 y Hermandad Nº
40. Sin embargo estas logias de los 80 se constitu-
yeron con un dejo de conflicto relacionado a herma-
nos que dejaban sus logias madre, al parecer doli-
dos, para formar nuevas logias …en muchos casos
habían encontrado entredichos, trabas y tropiezos
en la estructura burocrática de la Gran Logia y los
denominados grados superiores .

La década de los 90 se inició con un conflicto similar


para la formación de Fuerza y Esplendor Nº 41. No
hubo conflictos logiales para la formación de la Logia
Simbólica Rafael Indaburu Gonzales, Integración, Nº
44, pero si aparecieron ciertos roces con Acacia Nº
46 y Nicolás Fernández Naranjo, Kalasasaya Nº 53.
La Gran Logia de Bolivia se mostraba autoritaria en
términos personales y burocráticos y hacía sentir su
“última palabra” con respecto a nombres, fechas,
plazos y membrecías fundadoras. Debido a ello, pa-
ra fines del año 1999, en La Paz habían 20 logias
simbólicas, 13 trabajando en el Rito Escocés y 7 en
el de York, (6 en el Rito Simbólico de York y una,
Anglo Bolivian, en una versión inglesa que se acer-
caba en mucho al Rito Simbólico de York, pero que
luego de un tiempo anularía varias características ri-
tuales de inicio y se volvería Emulación, en base a ri-
tuales publicados en Inglaterra recién a partir de
1969). Ya no existía la Logia Progreso Nº 14.

Es en ese contexto en que empieza el Siglo XXI, y la


primera logia en fundarse en La Paz en el nuevo
siglo es Fe y Constancia Nº 54; le seguirían Los

487
Andes Nº 57; Alfredo Rea Nogales, Luz y Verdad Nº
59; Génesis Nº 68; y, a fines del año 2005 se funda
La Cantera con el Nº 9 que anteriormente había per-
tenecido a la Logia Esfuerzo del Valle de Uyuni. En
años subsiguientes la “densificación masónica” con-
tinuaría con la Logia Custodios del Santo Grial Nº
73; Miguel Grau y Seminario, Unión Fraternal Nº 82
en la ciudad de El Alto; Silencio y Luz Nº 83; Hori-
zonte de Luz Nº 85; Hermes Trimegisto Nº 89; y,
Heliópolis Nº 90. También fueron constituidas las lo-
gias El Arca Real Nº 100; Templanza Anserini Nº
109; y, Constructores del Templo Nº 111.

De esta relación de nuevas logias vemos que 12 lo-


gias se fundaron desde del año 2000 al año 2018 (5
logias entre 2016 y 2018). Lo que configura una es-
tructura organizacional total (desde 1929), de 33 lo-
gias en La Paz y una en la ciudad de El Alto. A la
fecha, fines de 2018, en La Paz de 34 logias simbó-
licas 20 son del Rito Escocés, 9 practican el Rito
Simbólico de York o Rito de York boliviano y 5 han
asumido el denominado “Rito” Inglés de Emulación
como si fuera un rito simbólico para los tres grados;
nos referimos a Anglo Bolivian Nº 7; Excélsior Nº 39
(fundada bajo el Rito Simbólico de York); Los Andes
Nº 57 (proveniente en su conjunto de la Gran Logia
de York en Bolivia); Cyril Howell Rees Nº 71; y,
Hermes Trimegisto Nº 89 (un desprendimiento -con-
flictivo en su origen- de Acacia Nº 46). Excepto
Anglo Bolivian, fundadora de la Gran Logia de Boli-
via y de Excélsior que inicialmente fue organizada
en el Rito Simbólico de York, las demás logias que
trabajan en Emulación son del Siglo XXI, y como di-
jimos anteriormente: responden a una clasificación y
una dinámica diferente.

Los masones más representativos de La Paz. Son


muchos y de diferentes épocas. Unos son los que
asumieron la dirección de la Gran Logia, otros los
que asumieron la conducción del Grado 33º, mu-
chos asumieron ambas responsabilidades. En el

488
Siglo XXI podemos hablar de Raúl Mendoza Re-
quena, Manuel Morón y Jorge Enrique Inofuentes en
el Escocismo y de Cyril Reese en los Capítulos de
York. Los Grandes Delegados Regionales en este
último siglo incluyen a Pedro Koenigsfest, Zoilo Sua-
rez, Federico Calero, Jorge Balcazar y Jorge García
Oviedo, pero ésta es una lista mínima en relación a
la multitud de Hermanos Masones paceños a quie-
nes he dejado de nombrar, por lo que pido disculpas
ya que es literalmente imposible nombrar a todos los
masones de renombre en La Paz... y en todo Bolivia.

No hemos hablado todavía de la masonería en los


Departamentos de Beni y Pando. El motivo para ello
es que en ambos casos nos encontramos con situa-
ciones atípicas. En el caso del Beni hay tres logias
en tres ciudades diferentes (Trinidad, Guayaramerin
y Riberalta), cada una con unidades de apoyo admi-
nistrativo también diferentes y desvinculadas entre
sí. Por lo tanto no se puede hablar de logias “gesto-
ras” o “generadoras,” ni de logias “dinamizadoras” y
menos aún “densificadoras” de la membrecía masó-
nica. Son tres logias que trabajan en el Rito Esco-
cés, y también lo hacen como Grandes Delegacio-
nes Regionales: cada una de ellas es una región
administrativa separada, aunque la tendencia es vol-
ver a “un Departamento: una unidad de apoyo admi-
nistrativo.”

En este sentido, en Bolivia hay 9 Departamentos co-


mo unidades político administrativas del país. En
esos 9 Departamentos, a la fecha, hay 11 unidades
administrativas masónicas; 8 Departamentos con 8
Delegaciones Regionales a los que se suma un no-
veno Departamento (el Beni), con tres Delegaciones
Regionales (Trinidad, Guayaramerin y Riberalta).
Esta fragmentación beniana, podría justificarse por
la lejanía de Trinidad respecto a las ciudades del
Norte; pero tales distancias no se aplican a la rela-
ción entre Guayaramerin y Riberalta.

489
En el Beni las tres logias masónicas existentes son
de larga data: la 22, la 23 y la 29 (Aurora de Oriente
en Guayaramerin; Estrella del Norte en Riberalta; y,
Mamoré, Norberto Galdo en Trinidad), y su membre-
cía es fuerte …más fuerte en el Norte que en Trini-
dad, la capital del Departamento.

Algo totalmente diferente sucede en Pando. En su


ciudad capital Cobija donde, luego de varias décadas
(virtualmente un siglo), en las que la Logia Bolívar Nº
8, era la única organización masónica, aparecen en
el Siglo XXI dos nuevas logias: la Mayor General
José Manuel Pando Nº 84 y la 104, Héroes del Acre,
Roberto Galindo Terán. Esta última trabajando en el
Rito Escocés. La Nº 84 decidió trabajar con el Ritual
de Emulación. A pesar del reducido número de lo-
gias la relación entre ellas es, por decir lo menos,
conflictiva.

Tal como mencionamos anteriormente, el hecho de


que existan tres logias masónicas en una población
de algo más de 50,000 habitantes se debe a la diná-
mica económica comercial de la ciudad de Cobija,
que opera como puerto libre para importaciones y
exportaciones, lo que ha generado -en los últimos
40 años- migraciones de diversos lugares del país y
de la República del Brasil. Ello denota una estruc-
tura poblacional diferente a la del resto del país. De-
bido a ello la membrecía de estas logias de frontera
es precaria. Más aún, a pesar de la reducida mem-
brecía en el Simbolismo, en Cobija hay una serie de
cuerpos masónicos adicionales tanto en el Escocis-
mo, como en los Capítulos de York. Lo cual anticipa
un tipo de trabajo incompleto o un sistema de trabajo
basado en Grupos Íntimos al estilo de los Círculos de
Pertenencia, de los que hablaremos más adelante.

490
18.- Detrás del nombre de las Logias Simbólicas
en Bolivia.

Después de hacer un recuento de lugares y fechas


en la formación de las logias simbólicas bolivianas,
nos preguntamos ¿en qué medida la formación de
tantos talleres en el Siglo XXI ha significado una in-
fluencia determinante …determinantemente trans-
formadora en el devenir histórico de la masonería
boliviana? ¿Si el esfuerzo por conformar una nueva
logia ha conllevado una predisposición colectiva pa-
ra el logro de un propósito masónico común... para
una ampliación del impacto de las enseñanzas ma-
sónicas sobre un número cada vez mayor de perso-
nas? o ¿sí como dicen muchos de los maestros
fundadores de nuevas logias, solo les sirve para
hacer currículum? ...Quizás haya algo de los dos.

En otras palabras, fundar una nueva logia masónica


serviría tanto para alimentar el ego de los fundado-
res como para ampliar lo que podrían recibir -o no
recibir- los que vienen después. Todo depende de
cuan preparados estén los masones fundadores pa-
ra encarar la fundación de un nuevo taller.

Es en torno a ello que con frecuencia vimos el entu-


siasmo que aglutina a muchos hermanos masones
que se preparan arduamente para fundar una logia;
aunque también sucede que hay muchos masones
que acompañan una fundación pero no se compro-
meten a profundidad con lo que implica la creación
de un nuevo taller. Esto último ha motivado al Gran
Maestro José Crespo Bonadona, a establecer que

491
los fundadores de una nueva logia no la puedan
dejar por un periodo de tres años …hasta su plena
consolidación como taller justo y perfecto, habilitado
para impartir enseñanzas masónicas de manera
continua. El problema, sin embargo, no sólo es de
tiempo sino de dedicación y preparación.

Esta preocupación se refiere, así mismo, a los “ma-


sones-fundadores de corto aliento” (a los que sólo fi-
guran en las fundaciones y luego no aparecen más).
A este respecto queremos plantear varias preguntas
relacionadas con el hecho de que en los primeros
18 años del Siglo XXI, se haya más que duplicado el
número de nuevas logias respecto a las logias que
venían funcionando en Bolivia hasta el año 2000.
Lo primero que nos preocupa es sí ¿habrán motivos
ulteriores para formar una nueva logia? Pero más
importante, nos preguntamos ¿si más allá de una
densificación en el número de masones, tal esfuerzo
ha conllevado evidentes mejoras en la institucionali-
dad masónica o no… que -más al contrario- la fun-
dación casi indiscriminada de nuevas logias estaría
contribuyendo a un debilitamiento institucional?

La posibilidad de un debilitamiento histórico para la


Orden, a partir de la fundación poco justificada de
nuevas instancias institucionales masónicas, hace
que se multipliquen las preguntas. Por ello, de ma-
nera complementaria, nos preguntamos acerca del
¿por qué en este mismo periodo mientras se multi-
plican las logias simbólicas también se multiplican
las instancias complementarias o suplementarias de
la masonería en Bolivia? ¿Por qué se ha dividido y
subdividido institucionalmente el Supremo Consejo
del Grado 33º para la Republica de Bolivia? (para el
Estado Plurinacional de Bolivia) ¿Cuál es la razón
para que se hayan multiplicado las órdenes, los ca-
pítulos, los grupos para-masónicos, las asociaciones
accesorias en torno a la masonería como ser la Or-
den de Athelstan, los Shriners, los Operativos, los
Rossicrucians, etc.?

492
No sólo es la creación, sino el marketing de membre-
cías lo que puede ser algo muy bueno para estas ór-
denes, pero muy malo para el simbolismo fundamen-
tal de la masonería, que pierde “fondo” y jerarquía
así como dinámica para profundizar en las enseñan-
zas masónicas. ¿Será que con estas órdenes y ca-
pítulos se está devaluando la masonería simbólica,
ya que a todo lo que se debería cubrir en los grados
de la Francmasonería ya no se le presta la debida
atención, porque el interés no es profundizar en las
enseñanzas masónicas sino pasar a nuevos y su-
puestamente más altos grados? ¿Se estará trasla-
dando a diversos capítulos lo que es esencial en los
tres grados del simbolismo debilitándolos en sus di-
námicas y enseñanzas? ¿Estaremos asistiendo a un
proceso en el que para comprender el Simbolismo
masónico uno tenga que salir del Simbolismo, o en-
contrar el significado de la masonería simbólica en
otros cuerpos masónicos más allá de francmasone-
ría simbólica? O peor aun: ¿Será que el fetichismo
de nuevos grados, nuevas medallas y nuevos man-
diles ha hecho que los masones, o por lo menos una
buena parte de los masones, se preocupen en fo-
mentar nuevas instancias que sustituyan a los gra-
dos de Aprendiz, Compañero y Maestro en vez de
comprenderlos en toda su extensión y riqueza?

Es probable que muchas de estas órdenes se hayan


creado para compensar algunas de las falencias or-
ganizacionales de la masonería, como el caso de los
Shriners que se esfuerzan por extender la acción so-
lidaria con los niños que requieren de servicios mé-
dico-quirúrgicos, que están más allá de las posibili-
dades económicas de personas de escasos recur-
sos. Eso es entendible, pero el hecho de que se re-
pitan las áreas de conocimiento y formación masó-
nica en temas que se puede encontrar en el simbo-
lismo parece mostrar o que el simbolismo masónico
está cada vez más limitado, o que los masones tie-
nen “expectativas superiores” que van acompañadas
de nombres más rimbombantes que trascienden ser
493
un mero aprendiz, compañero o alcanzar el alto en-
cargo de ser maestro, que ya no sería ni tan alto ni
tan de maestro, afectando a quienes buscan orienta-
ción en el Simbolismo y ya no la reciben de él.

Raymond Aron comentaba respecto a los entusias-


mos generados por este tipo de movimientos funda-
cionales reiterativos, repetitivos y quizás superfluos.
El decía que estas circunstancias se tornan histórica-
mente importantes no por el entusiasmo de sus pro-
motores, que pueden llegar a ser miles, sino por el
impacto que puedan tener en la institucionalidad de
un país y en las mejoras que puedan tener en el
comportamiento de los seres humanos. Nos pregun-
tamos así, ¿sí estas novedades rituales mejoran a
los masones que cursando el 3º grado y pasando por
el trono del Rey Salomón, ya están -o ya deberían
estar- lo suficientemente bien formados? o ¿Será
que pasar por la venerabilía de un taller no es sufi-
ciente formación?

Si fuera así, mucho de la devaluación de la Francma-


sonería Simbólica se debe a los propios masones
que buscan sustitutos y sucedáneos a los desafíos
de ser Aprendiz, Compañero y Maestro Mason
(aquellos masones que se esfuerzan en ser Maes-
tros Perfectos, Príncipes y Caballeros Supremos y
Tres o Cuatro Veces Poderosos Maestros). Recupe-
rar la jerarquía del Simbolismo es la responsabilidad
principal de los Grandes Maestros, de la cabeza de
la GLB. Por ello, en un análisis del pasado para
comprender los problemas del presente y las tenden-
cias a futuro de nuestra institución, deberíamos ana-
lizar con mayor profundidad qué es lo que nos su-
cede en estos primeros años del Siglo XXI, y proyec-
tar sus implicaciones e influencias para el futuro.

Cuestionar la naturaleza de las órdenes novedosas


que han aparecido en el país en este inicio del Siglo
XXI, de estos atractivos capítulos suplementarios o
accesorios de la masonería, no es nuestro objetivo;

494
pero sí estudiar el impacto que ellos tienen sobre los
grupos estrictamente simbólicos o propios de la
Francmasonería Simbólica; aquella masonería de
los tres grados articulados al interior de las logias
simbólicas que configuran la Gran Logia de Bolivia.

Ver lo que ha dejado de ser fuerte en el presente nos


alerta, y en muchos casos recuerda, de que algo en
el pasado dejó de funcionar. Nos recuerda que las
soluciones de ayer son parte importante de los pro-
blemas del presente, así como las soluciones de
hoy, con seguridad, serán parte de los problemas del
futuro; y que -con las mejores intenciones- podría-
mos estar creando muchas debilidades en las di-
mensiones propias de las logias simbólicas; podrí-
amos estar debilitando una masonería nacional; de-
bilitando a nuestras logias mediante la introducción
de agrupaciones que provienen de criterios externos,
de sensibilidades foráneas que nos sacan de nues-
tras tradiciones y mentalidades nacionales y nos im-
ponen nombres y jerarquías extrañas (porque al pa-
recer no hacen nada más que eso, ya que todas sus
enseñanzas ya estaban presentes en los tres grados
del simbolismo masónico --si se los hubiera profun-
dizado adecuadamente).

Estas consideraciones, ciertamente paradójicas, nos


permiten enmarcar el análisis en un contexto rele-
vante y volver a lo estrictamente simbólico, progre-
sivo y formativo de la Francmasonería en Bolivia.
Pero, tal como decíamos anteriormente, esto lo de-
bemos hacer a partir de lo que somos y de lo que te-
nemos a la fecha. Para ello, creemos que debemos
conjuntar una serie de eventos aislados, (las funda-
ciones) y verlos como parte de conjuntos y contextos
nacionales y regionales con devenires similares. Es-
to podríamos hacerlo -aunque sólo sea esquemáti-
camente- mediante el estudio de los alcances y las
expectativas de las agrupaciones masónicas que se
fundaron en Bolivia y constituyen unidades institucio-
nales en el devenir de la masonería en todo el país.

495
La clasificación de logias “generadoras,” “ dinamiza-
doras” y “densificadoras,” que vimos anteriormente,
mostraba una reducción en el promedio de miem-
bros. Ello no sólo refleja antigüedades vis a vis ac-
tualidades sino algunas debilidades en el presente.
Hay talleres que tienen dificultades en formar sus ofi-
cialidades y renovarlas periódicamente. La esperan-
za es que con el tiempo las logias más jóvenes re-
fuercen sus cuadros y jerarquicen sus columnas. No
hacerlo podría ser sombrío para la Orden

De manera paralela a la evaluación de las membre-


cías, en este análisis de la actualidad logial boli-
viana, deberíamos detenernos, por lo menos unos
cuantos minutos, en los nombres de nuestras logias.
Nombres que se agrupan en por lo menos tres gran-
des áreas: 1.- valores y virtudes a desarrollar tales
como Honor y Prudencia; Honradez y Trabajo; Cari-
dad y Tolerancia o Actitud y Compromiso; 2.- nom-
bres cívicos y libertarios que resaltan figuras, lugares
y momentos históricos de la Patria, tales como Illi-
mani, Tunari, Bolívar, Mariscal de Ayacucho o Maris-
cal de Zepita; y, 3.- nombres o referencias univer-
sales tales como Isaac Newton, Amadeus Mozart,
Custodios del Santo Grial, Cantera, Arco Iris o Rena-
cimiento, entre otros.

De manera inversa a la sucesión de las fundaciones


de las logias masónicas en nuestro país, ahora em-
pezaremos analizando lo que sucede en Cobija, la
capital de Pando. Allí hay tres logias: la Bolívar; la
José Manuel Pando; y, la Héroes del Acre. Este
conjunto de nombres nos muestra que por lo menos
dos o tres veces al año en esos talleres se rememo-
ra, inmortaliza y emula a los gestores de la Patria;
se realzan los valores y virtudes de los libertadores,
de los prohombres de la nación y de quienes se sa-
crificaron por el conjunto de los bolivianos. Las ac-
tas de fundación de estos talleres se refieren a mo-
mentos en los que la predisposición cívica de los
fundadores los hacía sensibles a una masonería re-

496
publicana, creadora de esperanzas y futuros en los
que la Búsqueda de la Felicidad se muestra como
una actividad importante. Son los talleres que se for-
maron en Cobija que reiteran principios masónicos
de la época libertaria y de las demandas libertarias-
cívico-ciudadanas con las que se creó la Patria y em-
pezó la masonería en los territorios de la América.

El caso del Beni, parece ser diferente. También se


trata de tres logias, pero sus referencias son más ge-
ográficas que históricas. La primera denota una re-
seña abierta a lo que es y puede ser el Río Mamore;
un río que al estilo de una arteria de tránsito de pri-
mer nivel, articula no solo al Beni sino a todo el país
en sus rutas al Norte, a la Amazonía. Aurora del
Oriente y Estrella del Noroeste, son nombres más
bien líricos, emotivos, que resaltan una geografía de
ensueño... un referente de bordados y embelleci-
mientos conceptuales propios de una época en la
que masones como José Vicente Ballivián, Agustín
Aspiazu y Rosendo Gutiérrez en La Paz, Cristian
Suarez Arana, Benjamín Burela, Placido Molina Mos-
tajo y otros más en el Oriente del país, fueron los
prohombres que dieron vida institucional a la que hoy
se constituye en la institución más antigua tanto del
Beni como de Santa Cruz… la Sociedad Geográfica.
A partir de ellos se pudo conformar el espíritu positi-
vista y optimista que se encuentra dentro de la geo-
grafía del país y que se traduce en las tres logias
masónicas benianas que están tratando de construir
-dentro de una geografía nacional- su propia geo-
grafía regional.

Decíamos que estas tres logias masónicas más que


referirse a la historia se refieren a la geografía de Bo-
livia; pero no es cualquier geografía, es un grito de
reclamo por un jirón patrio, por un cuadrante del terri-
torio del que colectivamente sabemos muy poco y
que demanda del mejor conocimiento de una reali-
dad territorial que en sí misma es compleja; que vive
y sobrevive en la memoria colectiva de los benianos,

497
y trata de recordar -al resto de los bolivianos- una
región de playas y tierras bajas, de ríos y riachuelos,
de meandros interminables que cobijan una flora y
fauna especial además de recursos, por decir lo me-
nos, poco conocidos. Este tipo de ideas y esperan-
zas encontramos en los masones fundadores de
esas logias, no como una reivindicación secesionista
sino como un referente nacional, como un vistazo in-
tenso a una región que frecuentemente escapa a la
mirada de quienes moran en otras regiones del país,
pero que consideran que las tierras benianas están
indisolublemente ligadas al imaginario nacional.

Al igual que el imaginario histórico de la patria, el


imaginario geográfico del país, de las diversas regio-
nes está muy presente en la masonería boliviana …
trata de construir conocimientos propios encriptados
en los símbolos y metáforas de la Orden y compren-
der realidades locales, regionales y nacionales. Esto
ocurre con las logias Tarija, Potosí, Oruro, Chuqui-
saca, La Paz y Gran Chaco (entre otras); en las que
la denominación geográfica coincide con una deno-
minación político administrativa. Obviamente, por lo
menos unas dos veces al año, los masones se reú-
nen en estos diversos talleres y recuerdan la fisiogra-
fía, los límites y las posibilidades de la tierra de sus
amores, sus esperanzas y sus temores.

En este sentido, son logias en las que la tierra vibra


en el sentir de los masones. Esto se hace más in-
tenso cuando el referente es tanto geográfico como
simbólico: Illimani, Tunari, Llanos de Grigotá, Piraí y
Los Andes entre otros. También hay referencias míti-
cas a una tierra amplia y compleja como el Gran Pai-
titi, Yotaú, Yvi Candire, Jenecherú, Turubó o Peabirú.
Nombres que denotan especificidades culturales de
determinadas regiones que quizás sean claramente
comprensibles para algunos y lejanas o ambiguas
para otros. Es probable que en los momentos recor-
datorios de las expectativas masónicas en torno a la
Libertad, la Igualdad y la Búsqueda de la Felicidad,

498
las imágenes de una fraternidad de paisanos afloren
con mayor claridad que los referentes (por ahora),
más lejanos de una patria más amplia y más inclu-
yente, mucho más si se trata de las pretensiones de
unión universal de la Francmasonería.

Los nombres de Bolívar, Mariscal de Ayacucho, Adol-


fo Ballivián, Narciso Campero, Ismael Montes, Ger-
mán Busch, Mariscal de Zepita, José Manuel Pando,
Héctor Ormachea Zalles, Miguel Grau y Seminario y
Eustaquio “el moto” Méndez, indiscutiblemente, in-
soslayablemente, son referencias a personas que lle-
varon la patria a flor de piel y la sintieron con dulzura
unas veces y con dolor otras, cuando algo afectaba a
todos los bolivianos.

Algo similar podría ocurrir con quienes fueron los for-


jadores de nuestra institución masónica nacional co-
mo: Zoilo Flores Aponte, Melitón Monje, Anselmo
López, Aurelio García, Mateo Kuljis, Serafín Ferreira,
Norberto Galdo Ballivián, Isaac Gutiérrez, Rafael In-
daburu Gonzales, Rodolfo Virreíra Flor, David Siles
Castillo, Desiderio Carrasco, Nicolás Fernández Na-
ranjo, Jorge Gutiérrez Banzer, Cyril Howell Rees,
Franz Reesl Hofmann, José Mostajo Lozano, Alberto
Pessoa Alcocer o Roberto Galindo Terán. Nombres
de personas, quizás unas más conocidas que otras,
que brindaron referencias de valores y virtudes al
quehacer masónico. Pero hay que trabajar en sus
reseñas biográficas por lo menos una vez cada dos o
tres años... si no cundirá el olvido.

Con esta aclaración genérica podemos volver a los


Departamentos más pequeños en el país (aquellos
que no son parte del eje La Paz, Cochabamba, San-
ta Cruz). Así, en el caso de Oruro podremos resaltar
la presencia de David Siles Castillo lo mismo que la
de Adolfo Ballivián Cohl. Nombres que asociamos a
Orden y Libertad, y Justicia y Bondad; nombres que
generan una proyección local y regional: pero así
mismo, hay otros nombres del recuerdo, aquellos

499
que rememoran figuras como la de Tunupa y pue-
blos como Urus, Donde Nace la Luz.

No está claro, sin embargo, lo que implica Tunupa en


términos masónicos; si se refiere al nombre de una
deidad andina venerada en el altiplano boliviano/pe-
ruano, a quien consideran como el portador de la
Cruz Cristiana antes de que llegue el cristianismo a
nuestras tierras, o a ese gestor de prácticas morales
entre los antecesores de los incas, quien -atado a
una barca como venganza de una comunidad poco o
nada moral- en vez de estrellarse contra las rocas,
causó que se abra la tierra y se forme el rió Desa-
guadero. ¿Será aquella figura mítica que impuso
justicia entre los nevados Illimani, Huayna Potosí y
Sajama; o será aquel dios del volcán y del rayo?
¿Se referirá al majestuoso cerro Tunupa ubicado en
el Salar de Uyuni? Una montaña que, según la le-
yenda, aprisiona en su interior a una mujer cuyas lá-
grimas mantienen inundadas las llanuras que rodean
a este magnífico cerro, notable en sus colores y en
sus cambiantes tonos y coloraciones de acuerdo con
las diferentes horas del día. En síntesis, las referen-
cias son muchas por lo que su especificidad masó-
nica no está clara… se la debería aclarar periódica-
mente.

Algo similar podemos decir de los urus, una socie-


dad antiquísima que desde hace décadas lucha por
evitar su extinción. Una población con una lengua
propia que al parecer fue hablada desde la desem-
bocadura endorreica del Río Desaguadero hasta sus
orígenes en las tierras altas del Lago Titicaca, por lo
que emergen historias acerca de la luz que pudieron
generar tanto en sentido literal como imaginario. La
antigüedad milenaria de este pueblo, podría ser el
referente para decir que desde la antigüedad emana
una luz propia en los pueblos de los Andes; pero
ello no está claro en los documentos de formación
de este taller. A nivel de conjunto, Oruro, cierta-
mente, conjuga una serie de valores y virtudes, con

500
el recuerdo de muchos masones habitantes de una
región única en el país, juntamente con una serie de
nombres históricos y geográficos; pero su relaciona-
miento con la Francmasonería Simbólica requiere de
esfuerzos adicionales.

En Potosí, sucede algo propio: Honor y Prudencia,


así como Unidad y Templanza reflejan el nombre de
dos logias que se fundaron en torno a valores y virtu-
des (Prudencia y Templanza, dos Virtudes Cardina-
les, orientadoras en todo tiempo y lugar, para que
una persona pueda mejorar hasta llegar a ser un vir-
tuoso). Los valores de Honor y Unidad son referen-
tes de totalidad (o los tienen o no los tienen), o tie-
nen honor o no lo tienen, no hay una persona un po-
co honorable, lo es o no. Lo mismo sucede con la
Unidad; la hay o no la hay, no hay la situación en la
que hoy estamos un poco unidos, pero mañana lo
estaremos un poco más… mañana quizás valoremos
más la unidad emergente. En esta relación entre va-
lores y virtudes, podemos decir que en Potosí hay
dos anclas Honor y Unidad, y dos virtudes a mejorar
constantemente: la Prudencia y la Templanza (Forta-
leza y Justicia son las otras dos Virtudes Cardinales,
que junto a Prudencia y Templanza, siempre podrán
ser más en cuantía y mejores en calidad).

La 42, es la Potosí, el referente geográfico funda-


mental, el eje de nuestra bolivianidad. Portal 10 de
Noviembre, por su parte, es una fecha referente a la
revolución libertaria de 1810. Por lo tanto Potosí y
10 de Noviembre configuran una dupla histórica im-
portantísima para el país… son los polos para la ge-
neración masónica de nuevos conocimientos y de
una realidad, la potosina, que por decir lo menos, ha
visto mejores días y está en plena búsqueda de me-
jores proyecciones a futuro. El referente a Portal
(Portal 10 de noviembre), muestra un pórtico de lle-
gada y transición de algo así como un umbral de ac-
ceso a muchas habitaciones que tienen sus propias
puertas de ingreso vinculadas a un portal en común.

501
El Portal 10 de Noviembre vendría a ser entonces
aquello que provee un acceso común para muchos
grupos; un portal que se abrió para los bolivianos el
día de la revolución libertaria de los potosinos.

Esto sucede en la ciudad de Potosí, donde la quinta


logia tiene el nombre de Cielo y Tierra Nº 81. Un
nombre que denota todo lo que puede existir (el Uni-
verso …al igual que la Logia Universo de la ciudad
de La Paz). Lo hará en integración o en separación,
pero lo hará con las maravillas de la Creación y del
Creador, en un enfoque que abarca la totalidad de la
existencia y la separación radical que hay entre un
término y el otro.

Narciso Campero y Tarija; Eustaquio Méndez y


Gran Chaco, son dos pares de términos significati-
vos. Ya sea de manera conjunta o separada o de
manera indistinta, nos muestran la presencia del
hombre grande en su tierra linda. Denotan la unión
del hombre con su tierra. Nos hacen sentir la histo-
ria y la geografía que preocupa a los masones cha-
pacos... A estas logias se une “la otra logia tarijeña”
la que apunta a la Cruz del Sur, a ese referente as-
tronómico de las tierras australes. Una referencia
astral que al igual que los solsticios y equinoccios
nos muestra los puntos estables y fijos por los que
transita el mundo y la vida humana, pasando de una
casa zodiacal a otra... pasando de la fuerza del Toro,
a la presencia de Leo, de Virgo que resalta en su
maduración el nacimiento del Salvador, llegando a
Sagitario que con los pies en la tierra apunta a las
estrellas. En estos aspectos cósmicos -universales
para una masonería universal- se encierran asocia-
ciones e interpretaciones que muestran al mundo y a
los hombres en el contexto inagotable del Universo.

25 de Mayo y Libertad son inseparables para Chu-


quisaca, una región que respira no solo el nacimien-
to de la Patria sino los diferentes momentos de la
bolivianidad. Honradez y Trabajo, un valor y una vir-

502
tud, son los fundamentos o referentes del masón
chuquisaqueño mientras que las referencias míticas
de esta tierra están en Hiram, el constructor en jefe
del Templo del Rey Salomón en la ciudad de Jerusa-
lén, y en Janus, el dios de los portales, de los umbra-
les que separan lo de adentro de lo de afuera, la luz
de la oscuridad, los ambientes bien temperados de
los que se hallan a la intemperie. Con Janus la vista
está tanto en el pasado como el futuro, una visión
arraigada en ese umbral transitorio e inmediato que
es el presente. La simbología de Janus es amplia.

A fines de 2018 vemos a La Paz con 34 logias sim-


bólicas, a Santa Cruz con 33 y a Cochabamba con
15. Ellas representan cerca del 75% de todas las lo-
gias simbólicas en Bolivia, y en estos tres Departa-
mentos, que en conjunto activan a 82 Logias Simbó-
licas, hay de los tres tipos de nombres. Muchos ne-
tamente masónicos y pro-activos ...algunos no tanto.

En estos Departamentos, con un número grande de


logias, hay la posibilidad de que varios masones pier-
dan la referencia de quien era el notable masón que
ahora ostenta su nombre como distintivo de una lo-
gia. Esta no es una crítica a los masones que no re-
cuerdan quienes eran los patronos cuyos nombres
lucen tales o cuales logias. Esto es algo que me pa-
só cuando me afilie a la logia Abercrombie Nº 2788,
en una pequeña isla del Caribe, perteneciente, en
ese entonces, a la Commonwealth Británica. Pre-
gunté ¿quién o qué era Abercrombie? No pudieron
decirme con exactitud los propios miembros de la
Logia Abercrombie. Algunos pensaban que el nom-
bre de la Logia derivaba de una prestigiosa tienda de
ropa cuyo dueño era un masón (Abercrombie & Fin-
ch). Ante referencias tan prosaicas, no llegó a intere-
sarme más el nombre de mi logia adoptiva, hasta
que años más tarde descubrí que en realidad el nom-
bre provenía de Sir Leslie Abercrombie, un urbanista
inglés que vivió en la primera mitad del Siglo XX, y
que -como yo- era un arquitecto-planificador urba-

503
no. Si yo hubiera sabido más acerca de este distin-
guido hermano mi relación con la logia Nº 2788 de la
Gran Logia Unida de Inglaterra pudo haber sido dis-
tinta, y el gran trabajo hecho por Abercrombie en el
Plan de Desarrollo Urbano de Londres (y de otras
ciudades inglesas) pudo haber sido más concreto y
productivo …al menos para mí. Eso es lo que pasa
con nombres ambiguos o nombres de masones que
pronto pasan a una especie de olvido, como ser Me-
litón Monje, Desiderio Carrasco o José Mostajo Lo-
zano, sólo para destacar tres nombres de muchos
masones que realizaron contribuciones importantes
para el mundo o para la masonería boliviana; nom-
bres propios que ponto se recubren de una especie
de olvido o son parte de recordatorios sólo circuns-
tanciales.

Por ello, el nombre es importante y la declaración de


principios o propósitos para la fundación de una lo-
gia es aún más importante. Si uno mantiene una re-
ferencia inmediata con el nombre de una logia... la
declaración de propósitos y objetivos a tiempo de su
fundación adquiere vida; las referencias se tornan
primordiales, incluso trascendentes… pero para ello
hay que recordar, por lo menos un par de veces al
año, lo que motivó a los masones fundadores de
esas logias a recurrir al nombre distintivo de cada
una de ellas.

Un caso relativamente frecuente es el que se dio


con la Logia Simbólica Arte Real Nº 14, en Cocha-
bamba. Al parecer, según mencionan algunos de
sus fundadores, ellos tomaron tal denominativo no
porque haya la intención de profundizar en el Arte
Real, del cual hablamos en acápites anteriores, sino
que fue un nombre traído por un hermano que había
vivido en el extranjero cumpliendo funciones diplo-
máticas, y que le gustó el nombre y lo trajo a Bolivia.
Este nombre podría estar referido a pasajes litúrgi-
cos en los que se dice que hasta los reyes dejaron
sus tronos y coronas para dedicarse a la construc-

504
ción, pero ello indicaría lo contrario. Ya menciona-
mos anteriormente; Arte Real no es un Royal Art sino
el arte de responder a la realidad, y con este nombre
se tiene referentes clásicos griegos, demandas del
Compannonage francés, y propuestas libertarias en
Norte, Sud y Centro América. Es decir una serie de
referentes históricos que no fueron totalmente evi-
dentes en la nueva Logia; lo que le ha llevado a acu-
mular una serie de distorsiones y malos entendidos.

Lo mismo podríamos decir de otras denominaciones


agradables pero con referentes ambiguos como Al-
borada, Arco Iris o Caballeros del Águíla Real, que
son nombres imponentes, pero poco o nada orienta-
dos a un trabajo masónico concreto. Al final de cu-
entas, masonería es tan amplia e inagotable que casi
todos los nombres que uno pueda pensar podrían
acercarse a un referente masónico; por ejemplo Arca
Real o Custodios del Santo Grial cuyo significado de-
be ser acotado y precisado ya que de otra manera
puede quedar cómo algo ajeno o indeterminado.

Desde la fundación de la GLB hasta fines del Siglo


XX no hubo una clara preponderancia de un grupo
de nombres distintivos sobre otro. Pero si lo hubo en
un inicio. De las diez primeras logias encontramos a
tres con nombres de valores o virtudes: Honor y Pru-
dencia, Honradez y Trabajo y la Logia Esfuerzo Nº 9
de Uyuni. Seis de las restantes siete son patrióticas:
Illimani, Tunari, Adolfo Ballivián. Mariscal de Ayacu-
cho, Bolívar y Narciso Campero. Quedando una sola
con un nombre diferente: Anglo Bolivian.

No hubo un sesgo particular en el resto del siglo XX.


Sin embargo, las últimas 58 logias fundadas ya en el
Siglo XXI, denotan una clara preferencia por lo gené-
rico: más de la mitad se nombran en torno a referen-
cias universales: Constructores del Templo, Silencio
y Luz, Opus Magnum, Hermes Trimegisto, Heliópolis,
etc. En estas circunstancias, cuando tratamos de
encontrar significados y lineamientos de mejora-

505
miento masónico en estos nombres, la tarea es par-
ticularmente difícil de precisar.

Ciertamente, hay referentes universales a los que


los masones de esas logias pueden remitirse como
ser el coraje de ciertos caballeros de la Edad Media
que ofrendaron su vida en la búsqueda del Grial (lo
que fuera que éste haya sido), o las características
siempre vivas de la Acacia o del ave Fénix que re-
nace de sus cenizas. También es posible recuperar
enseñanzas de la vida ilustre de algunos masones
como Isaac Newton o Amadeus Mozart, pero los re-
ferentes son más lejanos; primero porque son figu-
ras de países foráneos de los cuales sabemos com-
parativamente poco; y, segundo, porque ciertos ac-
tos han sido capturados por procesos universales
que muchas veces afectan a toda la humanidad, y
no a los ámbitos masónicos más inmediatos en el
país, en los que se demanda -encarecidamente- la
generación de conocimientos nuevos, de metáforas
vivas y de proyecciones vibrantes de conducta ma-
sónica, bolivianidad y universalidad.

Es indiscutible el impacto de la música de Mozart o


de la física y la metafísica de Newton, pero también
es evidente que quedan ciertos vacíos en torno a la
formación y el mejoramiento de los masones en el
aquí en el ahora de las logias simbólicas en nuestro
país... pero esto que acabo de decir es un pre-con-
cepto. Indudablemente la humanidad entera puede
aprender mucho de masones como Mozart, Newton,
Benito Juárez o Albert Schweitzer.

Aquello con lo que cada una de las logias ha deci-


dido identificarse mediante un nombre tendrá que
ser recordado y trabajado con el doble de empeño y
ahínco, si es algo genérico; primero para conocerlo
y después para aplicarlo al aquí y al ahora de los
masones bolivianos y de sus circunstancias. Esto
no quiere decir que utilizando nombres nacionales
estemos mejor servidos. ¿Quien era Agustín Iturri-

506
cha o José Mostajo Lozano? puede que esté claro
para los chuquisaqueños. Pero Desiderio Carrasco,
David Siles Castillo, Melitón Monje y Anselmo López
(entre otros), demandan de otro tipo de recordatorios
…no solo frecuentes sino pertinentes y movilizado-
res. Y hay nombres como Eustaquio Méndez, cuya
pertenencia a la Orden está en duda, y su desem-
peño moral está en entredicho… lo que de ninguna
manera pone en tela de juicio el fervor de los maso-
nes que se esforzaron en fundar ese taller, con la ex-
pectativa de que semejante figura histórica sea mo-
vilizadora de la investigación, acción y profundiza-
ción masónicas en esa región.

A diferencia del trabajo de las logias que llevan el


patronímico de hombres notables y de recordados
masones, es más claro el trabajo masónico de aque-
llas que llevan como divisa virtudes, que en sí mis-
mas son orientadoras de la vida de una persona o
una comunidad. En estas últimas logias el trabajo
masónico es mucho más directo y vinculante. Las
virtudes son características positivas que varían en
grado y que cada persona las puede cultivar e incre-
mentar su destreza -poco a poco- hasta llegar a ser
un “virtuoso”: (por ejemplo el progreso en tocar el
violín desde novato hasta eximio). En masonería, la
mención de tales virtudes implica desafíos concretos
tales como ser cada vez más trabajador, honrado y
solidariamente caritativo. Esta predisposición a des-
arrollar y profundizar virtudes es algo que caracteriza
a la esencia misma de la Francmasonería Universal
y vemos que se comparte desde un inicio en el mis-
mísimo nombre de las logias simbólicas.

Aunque muchas veces parecen primar virtudes pro-


mocionales tales como Actitud y Compromiso --ya
mencionamos anteriormente, que no son frecuentes
nombres como Humildad y Sencillez o Conciliación y
Concordia, aunque en masonería -en la masonería
de todas partes del mundo- la divisa movilizadora
más frecuente es la del alejamiento y la superación

507
de vicios para una mayor y más acendrada practica
de los valores y las virtudes humanas …si eso es
así, deberíamos tener muchas más logias relaciona-
das con la humildad y la concordia que deberían pri-
mar entre masones… pero esté es sólo un comenta-
rio no histórico, sino de interés histórico. Lo impor-
tante de este hipotético grupo de logias es que des-
de el mismo nombre, el trabajo de mejoramiento pa-
ra los miembros de estas logias, estaría claramente
establecido y proyectado…sería algo mucho más
concreto que las referencias a nombres genéricos o
regionales cuyos lineamientos de formación masó-
nica no son imposibles sino más difíciles de precisar.

Más compleja es la responsabilidad que asumen los


masones miembros de logias con nombres como Illi-
mani o Tunari; con estos nombres, encontramos es-
pecificidades locales y regionales, así como propu-
estas ciudadanas continuadoras de la Masonería de
la Libertad, de la Phronesis (la prudencia democrá-
tica que responde a los intereses de la Patria, en
medio de diversas presiones sectarias). Nos referi-
mos a responsabilidades ciudadanas que traten de
responder a las necesidades históricas de nuestras
comunidades donde muchos de sus miembros pro-
ponen acciones en direcciones diferentes.
508
Estas logias fomentan tanto el desarrollo de imagina-
rios colectivos, como el ejercicio de la maestría en
contextos democráticos y la práctica de la acción ma-
sónica directamente relacionada con nuestras fami-
lias y nuestras comunidades. Es claro que cada ta-
ller prioriza aspectos específicos de una Orden in-
agotable en sus propuestas y lineamientos para la
mejor formación de los hombres y el perfecciona-
miento de sus sociedades. Es en base a estos nom-
bres y a los propósitos expresos de esto talleres que
los masones podemos aspirar a nuevas y más pro-
fundas prácticas ciudadanas… a acciones masóni-
cas concretas en torno a personas concretas.

Es a partir de los nombres de las unidades masóni-


cas que resalta la naturaleza misma de la Orden...
esa naturaleza que es cuestionada por algunos gru-
pos religiosos fundamentalistas. Nos preguntamos
¿cómo puede ser que grupos de masones que han
asumido estos nombres puedan tener intenciones
malvadas, espurias o funestas? Desde luego que no
…que no las tienen. Pero hay que poner en práctica
lo que cada taller implica en su nombre, al igual que
los principios morales de nuestra legislación y nues-
tra ritualidad… por encima de todo, poner en práctica
la divisa de “conócete a ti mismo y ocúpate de ti mis-
mo” generando conocimientos nuevos acerca de ca-
da quien y de sus circunstancias biográficas. Todo
esto a partir de lo que en la hermenéutica masónica
se conoce como la auto-comprensión necesaria para
llegar a una comprensión profunda (ver pag. 525).

Es en este contexto de análisis y propuesta que fue


dictado el Decreto 21-2002 por el I... y P... H... Rober-
to Auchen Homsi, Gran Maestro de la Gran Logia de
Bolivia. Un Decreto que en su parte considerativa
dice: que el incremento en la cantidad de nuevas Lo-
gias Simbólicas, por razones que no son necesaria-
mente masónicas, sino que buscan la satisfacción
del “ego” de ciertas personas, y que, al final de cu-
entas, tales fundaciones solo debilitan a ciertas lo-

509
gias y dan pie a agru-
paciones y prácticas
dudosamente masó-
nicas; se dispone re-
gular de manera es-
tricta la formación de
nuevas logias, tal co-
mo lo disponen los
Reglamentos de la
Orden. Para comen-
zar, el nombre de las
nuevas logias no de-
be ser ajeno... ni de
personas o institucio-
nes foraneas a la Or-
den o que su desig-
nación sea contraria a
los principios de la
masonería. Cada uno de los nombres deberá en-
cuadrarse en el simbolismo de nuestra organización
y/o llevar el nombre de un eminente hermano masón
que mora en el O... E..., ...con preferencia de HH...
de la masonería boliviana.

Este Decreto de principios del Siglo XXI aclara que


los fundadores de una nueva logia no deberían ser
más de 4 hermanos por logia patrocinadora, por lo
que se requeriría de por lo menos 5 logias que con-
tribuyan a la fundación de una nueva. Aclara así
mismo, que la Gran Logia de Bolivia designará a
tres Ex Venerables o Past Masters para que funjan
como Presidente y Vigilantes durante el periodo de
trabajos en Instancia …por un tiempo mínimo de 6
meses, en los cuales la buena instrucción o forma-
ción masónica de los fundadores sea comprobada;
y que luego de constituida la Logia como Justa y
Perfecta recién se realizará la elección de su oficiali-
dad. Es en este periodo en que se analizará y pro-
fundizará acerca del nombre distintivo y de los pro-
pósitos y motivos para la formación de un nuevo or-
ganismo masónico.
510
Este Decreto del año 2002, se verá complementado
por otra disposición del año 2018, en la que se esta-
blece que quien quiera ser fundador de una nueva
logia debe comprometer la regularidad de su asis-
tencia a los trabajos de esa nueva logia por lo me-
nos por tres años después de su fundación, comba-
tiendo así a los “fundadores de siempre,” a aquellos
hermanos que por currículum o por cualquier otra
razón se dedicaron a fundar talleres ...allá y acullá.

En este contexto es importante recurrir a las Actas


Constitutivas de todos estos talleres y percibir en
ellas los fines y objetivos que motivaron a sus funda-
dores a crear un nuevo taller (por ejemplo analizar
cuáles fueron los motivos para crear una Logia con
el nombre de Amanecer o Crespúsculo Dorado; sin
por ello poner en duda lo que estos talleres han lo-
grado y lo que podrán lograr a futuro). Todo esto de-
bería evaluarse en por lo menos dos momentos dife-
rentes: uno a tiempo de la fundación, y otro unos
años más adelante en la vida de un taller; y, hacerlo
en retrospectiva, digamos después de dos o cinco
años de trabajos; ver si tales fines y propósitos se
han mantenido vivos y vibrantes entre los miembros
de tal o cual logia fundada en tal o cual fecha; o si
se perdieron en el camino… en el camino -muchas
veces azaroso- del taller. Y -así- volver a evaluarse
de manera auto-crítica cada 3 o 5 años.

Estas preocupaciones una vez profundizadas, por lo


menos en algo, nos muestran -ciertamente- que no
hay una estandarización institucional en la dinámica
de las logias o talleres; menos aún una estandariza-
ción en los resultados que se logran en cada taller.
Las destrezas con las que cada taller asume el tra-
bajo masónico son también diferentes. Por ello, la
estructura organizacional de la Masonería en Bolivia
se acerca más a un esquema tipo “archipiélago” que
a una estructura organizacional verticalmente es-
tructurada, basada en la supervisión directa de au-
toridades administrativas u operativas.

511
Este diagrama muestra la relativa autonomía logial y
caracteriza la responsabilidad de la Gran Logia de
Bolivia -como un círculo envolvente y contenedor-
cumpliendo la responsabilidad de mantener cohe-
sionado “el archipiélago logial” (de mantenerlo den-
tro de unos límites comunes). ¿Cómo es que -a la
fecha- se logra este cometido? Básicamente a tra-
vés de Decretos y Circulares que llegan a todos los
talleres; los que son asumidos de manera común
...pero diferenciada por cada logia o isla de este ar-
chipiélago logial. Lo que hace que cada logia man-
tenga una dinámica propia, muchos dirán idiosincrá-
tica... quizás fuertemente vinculada a su nombre.

Mucho más compleja se devela la realidad organiza-


cional masónica cuando vemos que la estructura ins-
titucional de la Gran Logia está por encima de las lo-
gias simbólicas y es auto-referencial, al basarse en
estructuras que sirven al Gran Maestro, para que
cumpla sus funciones, y no tanto a los talleres o lo-
gias. Parece que es una estructura dual quebrada
ya que no hay mecanismos de coordinación entre
las células o islas operativas que son las logias, y

512
tampoco hay mecanismos de supervisión directa ni
de estandarización de procesos internos, menos aún
de resultados en el sentido de conocimientos o de
conductas a alcanzar, de prácticas o comportamien-
tos masónicos a exigir. La vinculación con instan-
cias supranacionales como la Confederación Masó-
nica Interamericana (CMI), tampoco es parte evi-
dente de los esquemas organizacionales y operacio-
nales de la masonería en Bolivia.

Organigrama (simplificado) de la Gran Logia de Bolivia


Asamblea General

Consejo General de la Orden Tribunales de ética masónica

Gran Maestro

Tribunal
Presidencia y Tribunal ordinario
Extraordinario
vocales

Presidencia y 11 Presidencia y 3
Comité electoral Fiscal vocales vovales

Secretario Gran Oficialidad de York

Gran Secretaria

Gran Oficialidad del Rito Escocés


A.y A.
Gran Tesoro
Grandes Logias Distritales Grandes Delegaciones Regionales

Comisión de Ritos
Comité de Mutuo
Secretaria
Apoyo
Comisión de
Estatus y Regla.
Tesoro Servicios
Generales
Comisión de
Archivo, Etc. Instrucción

Infraestructura

Otras Comisiones

Logias del Rito de Logias del Rito Inspectores de Tribunal de ética Nombre
York Escocés A.A: Rito logia Puesto

En la base de una estructura organizacional, normal-


mente, encontramos a los operadores que reflejan el
trabajo fundamental de una organización. Esto no
ocurre con la estructura organizacional de la Gran
Logia de Bolivia, aún si añadiéramos una franja de
logias como unidades operativas. Lo que vemos en
el diagrama organizacional de la GLB es una super-
513
estructura de dirección; en cierta medida “aislada”
ya que está fracturada hacia arriba y hacia abajo; lo
que implica el reforzamiento de un esquema de au-
toridad unipersonal que puede volverse tanto un sis-
tema de autoritarismo burocrático como un referente
de despotismo personal, lo cual ha caracterizado a
la GLB en las décadas pasadas.

Esto es algo que no es exclusividad de la Masonería


Boliviana, sino que es compartido en muchas partes
del mundo por muchas Grandes Logias. La efectivi-
dad masónica no depende de la efectividad de la
Gran Logia, ni la efectividad de la GLB depende de
las dinámicas de las logias simbólicas, mucho me-
nos de las instancias supranacionales de la Masone-
ría Universal.

Lo que vemos en el organigrama institucional que se


exhibe en las oficinas de la Gran Logia es una es-
tructura de múltiples instancias en las que apenas
aparecen las logias simbólicas en 2 o 3 de cerca de
30 cuadraditos: un recuadro para todas las logias de
York y otro recuadro para todas las logias del Rito
Escocés A... y A.... Esto no debe considerarse como
una novedad; ya en la Constitución Masónica de
1941 y en las Reformas constitucionales promovidas
por el I... y P... H... Armando Bretel Arrazola, se ha-
blaba de los Principios Generales de la Orden vis a
vis los Sistemas de Gobierno de la Francmasonería
Simbólica en Bolivia como algo diferente a la Organi-
zación, Gobierno y Funcionamiento de las Logias
Simbólicas. En 1958 y 1960, el Gran Maestro de en-
tonces Alfredo Peláez Diéz de Medina, establece
una Nueva Constitución en la que se insiste en la se-
paración entre el Gobierno Superior de la Francma-
sonería Simbólica en Bolivia y la Organización, el
Gobierno y el Funcionamiento de las Logias Simbóli-
cas. Con Manuel Contreras Villalba, en la Constitu-
ción de 1991, se ratifica la separación entre Logias y
Gran Logia. Manifestando, sin embargo, que una de
las funciones del Gobierno Superior de la Masonería

514
Boliviana es establecer vínculos precisos con las Lo-
gias Simbólicas a partir de los tribunales de honor,
los delitos y las sanciones a los masones cuya in-
conducta así lo amerite. Todo esto se perfila institu-
cionalmente durante los primeros 71 años de funcio-
namiento de la Gran Logia de Bolivia (es decir, de
1929 a 2000).

Habrán cambios profundos en el Siglo XXI (después


del año 2000). La separación entre logias y Gran
Logia -formulada en el Siglo XX- parece algo de
menor importancia cuando se la compara con los
ajustes, enmiendas y cambios constitucionales acae-
cidos en los primeros 18 años del Siglo XXI. Estos
empiezan con José Aramayo Anze, Gran Maestro
de Masones en el año 2001. Aquí -en una Nueva
Constitución Masónica- se habla de la Formación,
Organización y Gobierno de las Logias Simbólicas
de manera diferente al Gobierno de la GLB, su per-
sonería jurídica, soberanía, patrimonio y domicilio.
Se habla acerca de los Grandes Dignatarios y Gran-
des Oficiales, así como de las asambleas y los tribu-
nales de la Orden.

Con Roberto Auchen, se mantiene la estructura pero


se busca un mayor grado de participación democrá-
tica (todos los Maestros Masones votan), y la even-
tual desconcentración operativa de las instancias
masónicas. Con Rudy Barbosa Levy, ante la necesi-
dad de ajustar la Constitución Masónica, vigente en
2009, a los lineamientos de la Nueva Constitución
Política del Estado Plurinacional de Bolivia, se pro-
pone realizar “algunos ajustes,” los que terminaron
siendo no ajustes sino un cambio radical de la Cons-
titución Masónica, ya para entonces denominada:
Estatutos (¿engaño? ...todo depende del cristal con
el que se lo mire).

La gestión de Mario Cabrera Ruiz como Gran Maes-


tro de 2011 a 2014, se caracteriza por un análiss de-
tallado de lo propuesto por Barbosa Levy.

515
Recuadro 18.- Descentralización, desconcentración, delegación o de-
volución de funciones masónicas
En un estudio de la Organización para la Ali- extremo, redundante y costoso.
mentación y la Agricultura de Naciones Unidas
(FAO), acerca de las formas de “gobernanza” Mucho más si con la descentralización se bus-
en Latino América se considera la descentrali- ca reducir los riesgos de autoritarismo o auto-
zación como el proceso de “transferencia de cracia. No se trata que las distorsiones e inefi-
una parte del poder y recursos de un nivel na- ciencias pasen de un nivel central a un nivel
cional a instancias del nivel regional o local.” local. Con la descentralización se debería ga-
Ello plantea transformaciones y ajustes en la rantizar el uso al máximo de las capacidades
localización de las decisiones y en la responsa- existentes en los distintos niveles del país: es
bilidad (accountability) de quienes toman las decir, niveles nacional, regional y local. Por ello
decisiones. Con la descentra- es preciso evitar caer en con-
lización se busca que el accio- fusiones al implementar la
nar de una institución esté lo descentralización.
más cercano posible a los Hay varios procesos que de-
miembros de base que re- notan similitud, pero clara-
quieren de los servicios insti- mente son diferentes: por un
tucionales, y así la institución lado está la desconcentra-
responda mejor a las necesi- ción que consiste en transferir
dades de estos actores socia- algunas funciones administra-
les. Con la descentralización tivas y/o técnicas a niveles
se espera que mejore la efi- más bajos de administración
ciencia con que se diseñan e (regional, provincial o local),
implementan los servicios -- pero manteniendo el poder de decisión a nivel
ya que al estar estas funciones más cerca de central. La delegación de funciones, por su
las condiciones y actores locales, los progra- parte, implica transferir -selectivamente- a ni-
mas tendrían un diseño más ajustado a las veles locales algunas funciones y competen-
condiciones locales y serán implementadas cias, manteniendo en el nivel central un con-
con mayor rapidez, a menor costo y con mejo- trol, aunque sea indirecto sobre ellas. La de-
res resultados. volución es el estado más avanzado en el pro-
Pero todo esto no es algo ni fácil ni inmediato. ceso de descentralización, pues implica plena
El proceso debe concentrarse en los niveles transferencia de funciones y recursos a los ni-
en los que se pueda prestar servicios unifor- veles más bajos de decisión. Ello requiere re-
mes para todo un país. Por ejemplo, nada im- forzar las competencias a nivel local a fin de
pide que el proceso de extensión agrícola se que puedan asumir estas nuevas responsabili-
realice a nivel local (dice la FAO); sin embargo, dades y generar confianza entre los actores.
ello implicaría una gran pérdida de recursos Cómo se ve, lo planteado en los Nuevos Esta-
escasos al realizar la investigación agrícola en tutos de la Orden, más que una descentraliza-
un ámbito solamente local. Hay cosas que se ción lo que se busca es una desconcentración
deben hacer con un enfoque nacional, de otra o una delegación de funciones de la Gran Lo-
manera se estaría incurriendo en un localismo
516
gia de Bolivia a las Grandes Logias Distritales, en las mismas élites locales existentes. Por otra
dependiendo de ciertas condiciones vigentes parte, un proceso de descentralización y de-
en cada regional. Con estos niveles previos, mocratización demasiado drástico, puede ser
será -evidentemente- posible avanzar hacia ni- identificado como una fuerte amenaza por par-
veles más altos de descentralización, llegando te de las redes de poderes existentes y hacerlo
incluso a la devolución, o quedarse en niveles fracasar antes de partir.
inferiores. Propender alcanzar estadios más
avanzados de descentralización, sin que exis- Por ello, el proceso de descentralización que se
tan las condicionantes que permitan desarro- lleve a cabo debe compatibilizar la generación
llar procesos completos conforme a las necesi- de instancias que gradualmente vayan, por una
dades de la población que se busca mejorar, parte erosionando el poder de estos grupos lo-
puede hacer caer el sistema a condiciones aun cales, pero al mismo tiempo cooptándolos para
peores que las vigentes bajo esquemas centra- poder llevar a cabo el proceso, haciéndolo polí-
lizados tradicionales. ticamente viable. La no consi-
deración de estas realidades
Por ello, una real descentrali- lleva a que muchos procesos de
zación requiere que la autori- descentralización terminen en
dad delegada o descentraliza- una suerte de “feudalización”
da sea capaz de hacer funcio- en el que se refuercen los pode-
nar el sistema y ello requiere res locales existentes, en mayor
la disponibilidad de una serie medida que con el modelo cen-
de recursos: físicos (financie- tralista en que dichos poderes
ros y materiales), humanos y debían rendir cuentas al centro
de información. Sin ellos, el y, por tanto, tenían algún grado
proceso es muy limitado. Ello de control externo.
significa que el proceso de
descentralización debe ir acompañado por una Con una descentralización “in-
generación de recursos propios así como un genua” también se puede dar pie a una asime-
proceso de formación de capacidades adminis- tría en el acceso a la información que reciben
trativas y de la generación de una red de infor- los diferentes actores a nivel local, lo que se
maciones entre los diversos niveles de la ad- traduce rápidamente en asimetrías de poder y
ministración. tienden a reforzar las estructuras de domina-
ción existentes. Precisamente debido a estas
Las Naciones Unidas consideran que este es un dificultades es muy común que se proceda a
proceso que requiere sortear una serie de peli- una “aparente” descentralización que trans-
gros y riesgos determinados por las condicio- fiera las responsabilidades en el cumplimiento
nes previas a dicho proceso --existentes en ca- de ciertas funciones, pero sin que esta transfe-
da región. En especial en las localidades aisla- rencia vaya acompañada de los recursos para
das y pobres, las relaciones clientelares tienen ejecutar apropiadamente estas funciones. Este
una larga tradición. Allí, los cacicazgos locales es un peligro muy común, que crea una suerte
son una realidad palpable. Un proceso de des- de “limbo institucional,” en el que la responsa-
centralización “ingenuo” puede reforzar estas bilidad está en el nivel local, pero quien debe
relaciones y concentrar aún más los beneficios ejecutarla tiene escasos recursos para ello.

517
Un estudio detallado en la formulación de esos Esta-
tutos de la Orden muestra una confrontación regio-
nal muy profunda en la que pierden las propuestas
unitarias de La Paz y ganan las autonomías regiona-
les de Cochabamba, Chuquisaca y Santa Cruz, en-
tre otras. En la Asamblea Nacional de masones no
se llega a obtener el suficiente número de votos ne-
cesarios para modificar la Constitución Masónica,
pero se procede como si se hubieran logrado los
dos tercios de votos establecidos en los documentos
constitutivos de la Orden. De manera unilateral y
forzada se empiezan a modificar los Reglamentos
para lograr una debida consistencia entre Nuevos
Estatutos y Nuevos Reglamentos. Continua el auto-
ritarismo burocrático.

Algo más de cuarenta Maestros Masones de La


Paz, firmaron una petición de anulación del proceso
de Reforma a la Constitución y alertaron acerca de
un Amparo Constitucional ante los estrados judicia-
les del país... el que no se llega presentar. Meses
más tarde unos Maestros Masones de Cochabamba
y Oruro, les preguntan a los de La Paz “Qué pasó
con el Amparo... porqué no continuaron? La res-
puesta fue: creíamos que ustedes estaban en con-
tra... ¡No! nosotros los apoyábamos... pero no nos
dijeron nada acerca de tal apoyo... es que ustedes
nunca nos preguntaron...” Lo cierto es que el pro-
ceso de reforma continuó y culminó impulsado por la
Gran Logia, con la aprobación oficial del gobierno
del Estado Plurinacional de Bolivia y con la amar-
gura de muchos masones de La Paz (principalmen-
te), por haber sido avasallados en este proceso.

Con Jorge Arce Escobar (Gran Maestro de 2014 a


2017), continúan los cambios en los Estatutos y los
Reglamentos, aclarando que hay una forma de Or-
ganización, Gobierno y Atribuciones de la Gran Lo-
gia de Bolivia, diferente de la forma de Organización
y Gobierno de las Logias Simbólicas. La novedad
de estos nuevos documentos constituyentes e insti-

518
tuyentes no está en la Declaración de Principios ni
en los Organismos de Educación y Beneficencia de
la GLB, sino en la creación de Grandes Logias Distri-
tales, luego de un plebiscito en el que los hermanos
de un valle (digamos Cochabamba o Santa Cruz),
asuman responsabilidades financieras y administrati-
vas, necesarias para cumplir con las competencias,
composición y características de cada Gran Logia
Distrital, subordinada a la Gran Logia de Bolivia y a
su Gran Maestro. Ello conlleva órganos e instancias
distritales de gobierno así como un Consejo y una
Asamblea distritales, tribunales distritales de ética
masónica, capacidad autónoma de gestión bajo la di-
rección de un “Respetable Maestro Distrital” (no de
un Gran Maestro Distrital), y de una personería jurí-
dica propia ...gestionada departamentalmente.

En otras palabras, se repiten una serie de instancias


nacionales a nivel regional, creando cuando menos
duplicidades sino ineficiencias estructurales; pero la
eficiencia institucional nunca fue una preocupación
en los nuevos documentos constituyentes e institu-
yentes, sino la descentralización y la autonomía re-
gional, bajo un sistema de autoridades propias... sub-
alternas pero propias de cada región.

Todavía este proceso no ha culminado y sería pre-


maturo decir si es un éxito o no. Lo que sí podemos
adelantar, es que la capacidad autónoma de gestión
se estaría aplicando sólo a tres o -en el mejor de los
casos- 4 valles; los otros valles o regiones se man-
tienen como Delegaciones Regionales de la GLB,
aunque para decirlo provisoriamente: a fines de
2018, ningun Distrito ha logrado obtener personería
jurídica propia... pronto lo harán.

Ni en el caso de las Grandes Logias Distritales, y


menos aún en el de las Delegaciones Regionales, se
ha alterado la dinámica de archipiélagos logiales, y
menos aún el voluntarismo de las autoridades supe-
riores del que hablamos en páginas anteriores (toda-

519
vía no hay instancias efectivas de control ni de equi-
librio entre las instancias de gestión como ser las de
coordinación, supervisión, planeamiento estratégico
o apoyo administrativo). Lo que sí se ha hecho par-
ticularmente complejo no es la estructura de autori-
dad sino la posibilidad de ejercer liderazgos a nivel
nacional, tanto más si estos liderazgos -tan necesa-
rios para cualquier institución- se tratan de instituir
desde posiciones carentes de autoridad. En tales
circunstancias, uno se pregunta ¿a quién sirve esta
nueva estructura organizacional? ¿Habrá cambiado
la relación entre gobernantes y gobernados? Las
respuestas obviamente son diferentes de acuerdo a
la región. Por ello podemos animarnos a plantear
que cuanto mayor sea el número de opiniones a
este respecto, mayores serán las interpretaciones y
la misma comprensión de lo que está sucediendo
actualmente en nuestra realidad institucional.

Esto se hace más difícil de apreciar ante la prolifera-


ción de Logias, Capítulos, Órdenes y asociaciones.
El desafío de construir totalidades masónicas y res-
ponder a su unidad, recae principalmente en la Gran
Logia de Bolivia al igual que la responsabilidad por
la jerarquización de los grados simbólicos de la
francmasonería, ya que la realidad institucional es
siempre total…no podemos hablar de unos grados y
de unas regiones por aquí y de otros y otras por alla,
aúnque ello siempre sea objeto de diversas síntesis
personales. Es decir, no se trata de imponer una in-
terpretación única para todos y en todas partes; más
aun en el caso de Bolivia, donde muchos de sus
componentes se hallan fuera de la GLB, y se mane-
jan desvinculados de ella; una situación en la que -
a final de cuentas- se pretende comprender el Sim-
bolismo desde fuera del Simbolismo.

Pero volvamos a esa exuberante formulación de do-


cumentos constituyentes e instituyentes que caracte-
rizó a la Masonería Boliviana de los primeros 18
años del Siglo XXI. Todas las Constituciones o Esta-

520
tutos formulados tienen una ca-
racterística: ¡duran! Pueden du-
rar un tiempo corto o uno largo,
pero duran. No tienen la capaci-
dad de renovarse a sí mismas y
responder a los cambios en el
contexto ni a los errores que po-
drían haberse filtrado en su di-
seño y formulación. Como men-
cionamos anteriormente: los erro-
res de hoy serán los problemas
de mañana, por mucho que en
las Constituciones o Estatutos
masónicos se hable de la prima-
cía y las reformas constituciona-
les… de la primacía, procedi-
miento de modificación y vigencia
del Estatuto. Esto podrá llevar-
nos a nuevas enmiendas y ajus-
tes en los próximos años.

Nos referimos a ajustes sustanti-


vos en la organización y a nue-
vas dinámicas masónicas ya que
los miembros de las instancias
complementarias, suplementarias
o accesorias de la Francmaso-
nería en Bolivia, con frecuencia e
intensidad variables, se quejan de la mala formación
de los Maestros Masones que -luego de un marke-
ting diverso pero intenso- se adscriben a estas Ór-
denes, Capítulos o instancias masónicas o para-ma-
sónicas. Una de las razones para esta deficiente for-
mación es la liberalidad que prima en un archipiélago
logial con la que se ha tomado la responsabilidad de
la educación, instrucción y formación masónicas de
las que hablamos anteriormente.

Anteriormente, en las diversas décadas del Siglo XX,


habían instancias de formación masónica que se
aplicaban en todo el ámbito nacional. Hoy con un

521
enfoque más regional y descentralizado, sin que es-
to se refleje taxativamente en los Estatutos de la
Orden, cada región promueve formas diferentes de
formación masónica. Cada región responde a cam-
bios de intensidad, regularidad y pertinencia en la
formación intelectual y espiritual de los masones, la
que se ha hecho más amplia e idiosincrática, ya que
las logias pueden actuar de manera independiente,
en conjunto con otras logias, siguiendo o no linea-
mientos nacionales (mucho más con el acceso a re-
des de internet y sistemas de educación a distancia,
de los que hablaremos más adelante).

En otro orden de cosas, vemos que la idea de gru-


pos auto-dirigidos o autónomos de masones ha da-
do pie -en el Siglo XXI- a la formación de Círculos,
Cuadrángulos y Triángulos de Pertenencia Masóni-
ca. Esta novedosa propuesta fue llevada y presen-
tada -con bastante éxito- a la Confederación Masó-
nica Interamericana, CMI, por el ex Gran Maestro
Ruddy Barbosa Levy; una propuesta basada en las
experiencias del CIAPm (Centro de Investigación,
Acción y Profundización Masónica), que opera en La
Paz y que -tal como su nombre indica- trata de ir
más allá de lo discutido en el archipiélago logial y
trascender a los grupos de masones que se han
522
quedado dormidos. Aquí la metáfora de despertar al
Maestro Masón que se ha quedado dormido ó inac-
tivo y que espera algo más de la Orden- es de fun-
damental importancia. Esta figura institucional está
orientada a un despertar masónico a partir de grupos
íntimos de acción, profundización e investigación; de
grupos pequeños de Maestros Masones de un mis-
mo taller o de diferentes talleres, que quieren más …
que quieren algo más de la Francmasonería.

Esta propuesta dinamizadora de la masonería en el


Siglo XXI, ha tenido resultados diferentes en diferen-
tes valles. En
unos casos ha
sido de gran
impacto y en
otros se ha
mostrado sin
resultado al-
guno. La diná-
mica masónica
en estos casos
ya no es del ti-
po insular pro-
pia de un archi-
piélago, sino
de movilización
de un grupo ín-
timo de unos pocos masones que están dispuestos a
dejar atrás la inacción o el trabajo fácil --o el evita-
miento del trabajo masónico difícil y demandante. Se
trata de un grupo pequeño de masones dispuestos a
someterse a requerimientos mucho más intensos de
auto-critica y comprensión masónica, para incursio-
nar en los estremecimientos y las transformaciones
biográficas de cada quien... para mejorarse a sí mis-
mo y mejorar las relaciones que mantiene en y con
su comunidad inmediata.

Esta nueva forma de desafío masónico en grupos ín-


timos ha sido formulada y asumida por un par de

523
centenas de hermanos en todo el país. Los resulta-
dos todavía deben ser evaluados, pero sí... ya hay
algo que es evidente: entre los miembros de estos
Círculos de Pertenencia: hay un nivel de investiga-
ción, profundización y acción masónicas mucho más
efectivos que en el trabajo de la mayor parte de las
logias aisladas. Se trata de trabajos, más serios y
profundos en los que los masones disfrutan mucho
de las enseñanzas de la Orden y de la fraternidad
solidaria de masones que se reúnen sin expectativas
ulteriores; únicamente con la motivación de ir más
allá, de llegar más lejos... de practicar la masonería
de una manera íntima, más intensa y con responsa-
bilidades y proyecciones personales más amplias.

En el documento acerca de estos


Grupos Íntimos de Masones, que
el Gran Maestro Rudy Barbosa
Levy llevó a la Confederación Ma-
sónica Interamericana, (CMI) el
año 2010, se planteaba que: un
círculo de pertenencia (CP) es un
grupo interactivo y multidisciplina-
rio de maestros masones dedica-
dos a analizar temas de actuali-
dad masónica, cuyo propósito es definir corrientes
de pensamiento que permitan al hermano el desarro-
llo de criterios sólidos para ejecutar acciones indivi-
duales, grupales e institucionales, con el fin de mejo-
rar, tanto el discurso como la acción masónica, en
espacios de mayor participación e integración, acor-
des a la nueva visión de la masonería del siglo XXI.

Con los Círculos de Pertenencia, la masonería aña-


de una nueva dinámica institucional. Ya no es una
erudición inútil sino una forma de acción en Libertad,
directa, tanto más por el hecho de que cambia el
concepto organizacional y de una estructura vertical
se convierte en una dinámica horizontal …de una es-
tructura enraizada verticalmente como las raíces de
un árbol, se convierte en los rizomas capilares de

524
Hermenéutica Masónica

Auto-comprensión

D
Pre-comprensión

D´´

Comprensión cada
vez más profunda

una propuesta de expansión mucho más abierta y mó-


vil …como el pasto que no se limita a un solo lugar si-
no que se extiende por toda la amplitud de una prade-
ra, lo cual redefine operativamente cada uno de los
“campos de acción masónica.”

Con los Círculos de Pertenencia se prioriza la investi-


gación, la acción y la profundización masónicas. La
Investigación por ser una Orden abierta a todo tipo
de conocimientos que mejoren al hombre y perfeccio-
nen a sus sociedades. Acción por el hecho de que lo
discutido en sus templos y talleres debe ser traducido
a la práctica, y no quedarse como un saber suntuo-
so… un saber que no afecta la vida y la práctica de
cada quien, y que bien podría ser un saber para nada
…lo que no queremos. Y Profundización, ya que
ésta es la base de la Hermenéutica Masónica. Es de-
cir, de una forma de profundizar las enseñanzas, par-
tiendo de los rituales y del mismo nombre de cada lo-
gia. Una profundización no en términos abstractos o
genéricos sino en base a lo que nos afecta personal-
mente aqui y ahora ...a los nombres, discursos, ritua-
les y propuestas que hacen mella en cada uno de no-
sotros y nos invitan a la acción, al cambio, a un mejor

525
conocimiento de la realidad. Para comprender mejor
el enfoque hermenéutico recurrimos al anterior y al
siguiente diagrama
que muestran el ca-
mino reiterativo y
cada vez más pro-
fundo de la com-
prensión masóni-
ca.

Según una moderna


Enciclopedia Libre:
la hermenéutica es
el arte o teoría de
interpretar textos, especialmente las escrituras sagra-
das y los textos filosóficos, simbólicos, rituales y artís-
ticos. La hermenéutica fue inicialmente aplicada a la
comprensión a través de la interpretación, o exégesis
de las escrituras sagradas. En masonería es una he-
rramienta para el estudio de textos rituales y filosófi-
cos en sus dimensiones literales, analógicas, alegóri-
cas, simbólicas, históricas y esotéricas.

En términos masónicos, la hermenéutica, propuesta


inicialmente en medio de la masonería libertaria de
inicios del Siglo XIX, ha sido recuperada en el Siglo
XXI y es practicada en los Círculos de Pertenencia
como el CIAPm. Esta es un método de investigación,
acción y profundización que se refiere -específica-
mente- a todo lo registrado en textos, pero -de ma-
nera iterativa y cada vez más profunda- se extiende
a la comprensión y asimilación de nombres, rituales y
referentes simbólicos, partiendo del trabajo masónico
de conocerse a sí mismo y ocuparse de sí mismo. La
clave de la hermenéutica masónica está en poner en
práctica todas las enseñanzas encerradas en los tres
grados de la Masonería Simbólica; así como -no en
el grado sino- en la Condición de Maestro Instalado.

526
19.- Desafíos de una época diferente, para una
masonería que parece quedarse
tecnológicamente rezagada
Con versos de J. W. Goethe y de W.B. Yeats

En el Siglo XXI, al igual que en los diversos países


de América Latina, nuestra tierra pasaba por perio-
dos de conflictos que se reflejaban tanto en la Gran
Logia de Bolivia, como en la Confederación Masó-
nica Interamericana (CMI); ambas instancias se de-
batían entre populismos de derechas y de izquierdas,
entre el nihilismo y la inconsecuencia. Más aún, en
cada reunión de la CMI lo que sucedía en la política
de los países se reflejaba en las políticas masónicas
de las diferentes Grandes Logias, y los diferentes
Grandes Maestros se mostraban contentos de reu-
nirse para proponer documentos de escaso impacto
masónico pero de gran obesidad retórica y discur-
siva.

No faltó el análisis de los juicios de responsabilida-


des para Gonzalo Sánchez de Lozada, Lula da Silva
y Wilma Rousseff; para Cristina de Kirchner, Lucio
Gutiérrez y Rafael Correa, Fernando Lugo, Alberto
Fujimori, Alejandro Toledo, Ollanta Umala y Pedro
Pablo Kuczyinski, sólo para mencionar un puñado de
presidentes en conflicto durante las primeras déca-
das del Siglo XXI. Tampoco faltaron las propuestas
de juicios, procesos y sanciones al interior de la CMI.

Los temas discutidos en la CMI eran tan diversos co-


mo diversos los delegados a estas reuniones masó-
nicas. Ya en la presidencia de Evo Morales Aima, el
Gran Maestro de Masones de Bolivia: Ruddy Barbo-
sa Levy asume la Secretaría Ejecutiva de la Confe-

527
deración Masónica Interamericana
(CMI) y se torna en el portavoz de algu-
nos de los cambios masónicos ocurri-
dos en Bolivia, lo cual dio pie a una ma-
yor discusión respecto a la necesidad
de una renovación masónica en todo el
continente.

La propuesta de los Círculos de Perte-


nencia conllevaba una novedosa forma
de hacer masonería dentro del simbo-
lismo de las Grandes Logias asociadas
a la CMI. Esto era algo que la mayor parte de los
Orientes Masónicos esperaba. Pero, desafortunada-
mente, perdió seriedad al vincularse con otras nue-
vas instancias de dudosa raigambre masónica como
las denominadas “Ruedas de Negocios.”

Las Ruedas de Negocios atrajeron a los empresa-


rios y ahuyentaron a los masones no-empresarios,
quienes se limitaron a formular consultas e intercam-
biar información sobre propuestas que no llegaron a
institucionalizarse. A pesar de ello, una gran parte
de los delegados nacionales coincidían en resaltar
que la dinámica de los Círculos de Pertenencia Ma-
sónica incorporaba el tipo de actividades innovado-
ras con las que la CMI debía renovar los usos y pro-
cedimientos masónicos, y renovarse a sí misma
dentro de un enfoque de integración interamericana
...de acción masónica concreta, de un saber masó-
nico para “algo” concreto.

Bien se podría decir que la iniciativa de los Círculos


de Pertenencia cundió… parcialmente en Bolivia y
en el conjunto de países de la VI Zona, ya que al po-
co tiempo los entusiasmos de inicio se apagaron y la
propuesta de Investigación, Acción y Profundización
Masónica, se diluyó (la de las Ruedas de Negocios
duró un tiempo mayor aunque siempre estuvo cues-
tionada en el sentido de que sí era algo masónico o
no). Quizás lo netamente masónico no se perdió,

528
pero perdió el ímpetu que tuvo en un inicio ...tal vez
esto se debió a la débil, compleja e incompleta diná-
mica de la CMI que desde las décadas de 1970 y
1980, no pudo pasar de la propuesta conceptual a la
acción concreta... no pudo elevarse de lo abstracto a
lo concreto. Algo habitual, reiterativo, en la CMI, que
ahora pasamos a analizar desde sus orígenes.

Durante los primeros años de la masonería en Lati-


noamérica (fines del Siglo XVIII y principios del Siglo
XIX), la idea de una América libre, republicana y uni-
da desde el Mississippi hasta la Tierra del Fuego fue
una propuesta frecuente; un ideario basado en el
objetivo compartido de forjar nuevos países basados
en una masonería libertaria y universalista. La Gran
Logia de Inglaterra que en un principio ayudó a for-
mular este propósito, luego de los primeros logros la-
tinoamericanos, se dio la vuelta. Cuestionaba seme-
jante tesitura libertaria-ciudadana y cuestionaba las
prácticas masónicas del Nuevo Mundo, calificándo-
las de distorsionadas y fuera de la lógica masónica
que primaba hasta entonces en Europa. Considera-
ba que los lineamientos que se generaban en las lo-
gias latinoamericanas eran más político-libertarios
que masónicos. Es en este contexto de promesas,
propuestas y contrapropuestas, de masonerías pro-
gresivas y masonerías conservadoras, que nació la
masonería libertaria en las Américas, y es así que
más de 100 años después (en las décadas de 1930
y 1940), renacía una masonería libertaria y universa-
lista en los pueblos latinoamericanos -la de la Con-
federación Masónica Interamericana de entonces: la
CMI; la que como iniciativa novedosa y transforma-
dora, tendría que afrontar las críticas y las acciones
contrarias de una masonería inglesa orientada a un
rumbo diferente… orientada a los ya cansados y ma-
nidos propósitos de 1717 ...¿o serán los de 1813?

No era la primera vez en que la masonería latino-


americana se enfrentaba a la inglesa. Ya a media-
dos del Siglo XIX la Gran Logia de Inglaterra, me-

529
diante sus Grandes Logias Distritales de Ultramar,
respaldaba a una serie de expatriados quienes a tí-
tulo de francmasones se habían insertado en las so-
ciedades y los gobiernos nacionales de Norte, Cen-
tro y Sud América, y eran participes de una serie de
concesiones y explotaciones por decir lo menos es-
purias o fraudulentas. Ello precipitó la formación de
Grandes Logias Nacionales a partir de 1850 (una de
las últimas en conformarse fue la Gran Logia de Bo-
livia, que lo hizo en 1929). Estas Grandes Logias
nacionales reclamaban a sus similares en Inglaterra,
Escocia e Irlanda una mejor supervisión masónica a
miembros muy poco masónicos que se escudaban
en la pertenencia a una supuesta logia para realizar
unos y socapar otros, comportamientos poco o nada
morales. Las Grandes Logias latinoamericanas re-
cién formadas también reclamaban la exclusividad
territorial en el marco de una unidad nacional; algo
que la Gran Logia de Inglaterra se negaba a aceptar
ya que ella tenía injerencia en muchos países a tra-
vés de sus denominadas logias de ultramar, donde
se refugiaban muchos expatriados promoviendo los
intereses políticos y empresariales de la Gran Bre-
taña, así como los suyos propios. Finalmente, triun-
fó la idea de las Grandes Logias Nacionales con ju-
risdicción exclusiva en los territorios de “su” Obe-
diencia. Muchas de las logias de expatriados (no
todas), se cerraron y el nacionalismo localista de los
latinoamericanos prevaleció.

Para fines del Siglo XIX y principios del Siglo XX,


las ideas republicanas y libertarias de los masones
latinoamericanos volvieron a emerger enmarcadas
en las ideas de un universalismo masónico. Y, en
una paradójica reversión de roles, fue la masonería
inglesa la que ahora se oponía a cualquier gestión
transnacional, a cualquier forma de universalismo
masónico.

Felipe Santiago del Solar, autor del libro Por una ma-
sonería universal, orígenes de la Confederación Ma-

530
sónica Interamericana, CMI, (libro impreso y difundi-
do por la CMI, durante la gestión ejecutiva de Ruddy
Barbosa L.), nos muestra que lo que a mediados del
Siglo XIX fue un triunfo para los americanos, a me-
diados del Siglo XX, se tornó en -sino un fracaso-
un retroceso importante. Este autor chileno cierra la
Introducción de su libro diciendo: “Es que la reunión
de 1947 marcó el fin de la masonería latina en el
continente, ya que, debido a la intervención de Ingla-
terra, la que se manifestó con la pérdida de recono-
cimiento de Uruguay, la exclusión del Gran Oriente
Federal Argentino y el enfrentamiento con la Gran
Logia de Chile, terminó por alinear la masonería lati-
noamericana con la regularidad británica, hasta en-
tonces ausente, borrando la tradición decimonónica
que la definía como un movimiento mayoritariamente
racionalista, laicista y republicano, a favor de un
nuevo proyecto
que desde enton-
ces reivindicará
para sí un simbo-
lismo espiritua-
lista y apolítico.”

Ese simbolismo
espiritualista y
apolítico trastrocó
el enfoque masó-
nico específica-
mente latinoame-
ricano y alineó a
la masonería del
continente con lo
que hacia el resto
de Occidente. In-
glaterra había logrado reformar y -en ciertos luga-
res- erradicar el pensamiento masónico-libertario
latino-americano. Es debido a ello que este mismo
autor, termina su libro diciendo: “De este modo el
fantasma de la regularidad británica comenzó a ase-
char los pasos de la (recientemente creada), Confe-
531
deración Masónica
Interamericana. La di-
visión que ésta produjo
afectó con igual intensi-
dad a todas las Gran-
des Logias, las que de-
jaron de ser un refugio
para la fraternidad. La
Gran Logia de Inglate-
rra, por su parte rompió
la cadena de unión; ex-
travió la palabra; y, al
igual que en la Torre de
Babel, imposibilitó la
comunicación y se
negó a reconocer a sus Hermanos.”

Las palabras de Felipe Santiago del Solar son muy


duras para con lo que sucedió con la Confederación
Masónica Interamericana vis a vis la fuerza despó-
tica y destructiva de una masonería inglesa conven-
cida de su aparente infalibilidad. Pero son palabras
implícitamente más duras para con los masones lati-
noamericanos que perdieron su especificidad cultural
e histórica y cedieron ante los embates de una ma-
sonería inglesa arrogante, exclusiva y excluyente.

Sin embargo, la injerencia inglesa no era igual en


todas partes. Con evidentes diferencias, los condi-
cionamientos que recibieron las Grandes Logias lati-
noamericanas conllevaban diversidad de impactos
tal como vemos en la Gran Logia de Bolivia compa-
rada con la Gran Logia del Uruguay que recibió con
mayor dureza la saña de los ingleses. Bolivia, no fue
muy afectada por esa pugna y logró desde su crea-
ción en 1929, hasta la década de 1970, instituir un
empuje masónico que hizo crecer a la masonería en
el país. Sin embargo, al igual que otros países, a
partir de las décadas de 1970 y 1980, la masonería
boliviana sufrió un deterioro desalentador.

532
Éste no fue el único traspié en Latino América. En el
caso de los demás Orientes de la CMI, movilizados
de diversa forma contra las presiones creadas por la
Gran Logia de Inglaterra, las Grandes Logias latino-
americanas se desempeñaron de manera diferente y
lograron ciertas conquistas. El protasgonismo institu-
cional de la masoneria en los problemas de la época
se vino abajo en las tres últimas décadas del Siglo
XX. Una institución que entró en un periodo de des-
ilusión, desunión y parálisis, para lograr un leve rena-
cimiento en el Siglo XXI, cuando la participación de
los Grandes Maestros Bolivianos fue más relevante
en el ámbito internacional y la CMI parece que trató
de ponerse nuevamente de pie y a favor de una ma-
sonería americanista… universalista.

Pero vamos por partes. Desde 1947, año en el que


se conforma la Confederación Masónica Interameri-
cana, se va perdiendo de a poco el enfoque libertario
y republicano que tenía la masonería en nuestro con-
tinente, y comienza un tira y afloje con Inglaterra que
no sólo impone sus normas de reconocimiento (ver
Recuadro Nº 14, pags. 242-243), sino que violenta el
uso de ciertos rituales y restringe el asociacionismo
masónico que pretendía un universalismo entre ma-
sones, para sustituirlo por una fragmentación en
Grandes Logias separadas entre sí, pero relaciona-
das con la “casa matriz” de Londres, reflejando una
postura neo colonial a ultranza. Aún así, la CMI, lo-
gró institucionalizarse y a la fecha trabaja en 6 regio-
nes geográficas (en 6 zonas):

I.- México y los Estados Unidos

II.- Cuba, Rep. Dominicana, Haití, Puerto Rico y


Francia

III.- Costa Rica, Salvador, Guatemala, Honduras,


Nicaragua y Panamá.

IV.- Colombia, Ecuador y Venezuela

533
V.- Brasil, con todas sus Grandes Logia confede-
radas; y,

VI.- Argentina, Bolivia, Chile, España, Paraguay,


Perú, Portugal y Uruguay, además del Oriente
del Brasil (diferente de la Gran Logia Confede-
rada del Brasil).

Desde esos lejanos momentos de 1947, la masone-


ría latinoamericana ha tratado de despertar y desple-
gar ya no la masonería libertaria y nacionalista con
la que se inicio a principios de 1800 -con las gestas
libertarias- sino con una “masonería de vocación
americanista,” colaborativa, propia del Siglo XX. La
esperanza era grande, pero los escollos formidables.

534
Hubieron muchos avances hasta 1970, momento
en el cual, en medio de regímenes y políticas mili-
tares, la “vocación americanista” empezó a res-
quebrajarse; y, por mucho que se hable de ella,
no ha podido concretarse más allá de un discurso
masónico esperanzador, indudablemente, pero
deslucido y falto de referencias y acciones concre-
tas.

Debemos reconocer que en la segunda mitad del


Siglo XX han habido momentos de extraordinaria
lucidez institucional para la CMI, pero más allá de
discursos y declaraciones grandilocuentes, el
americanismo y universalismo masónico han cho-
cado una y otra vez con las regulaciones inglesas
que lo han devaluado y desvirtuado, enmarcándo-
lo en aquellas Reglas para el reconocimiento y la
regularidad masónica, que en sus puntos 8, 9, 10
y 11 alertan de que la masonería de Inglaterra,
Escocia e Irlanda no reconoce a ninguna asocia-
ción masónica más allá del concepto de Grandes
Logias Nacionales que cumplan con los lineami-
entos establecidos por Inglaterra, Escocia e Ir-
landa. En otras palabras, la asociación internacio-
nal de estos tres países, desconoce y no acepta
ninguna otra asociación de masonerías naciona-
les …ninguna forma de asociación entre Grandes
Logias Nacionales. Más aún, impone sus requisi-
tos de reconocimiento y regularidad a cualquier
otro país que requiera ser reconocido por estos
tres países y las Grandes Logias que ellos reco-
nocen y vinculan.

Estas restricciones impuestas por la Gran Breta-


ña, obviamente entraron en conflicto con las ex-
pectativas americanistas de inicio que planteaban
muchas de las Grandes Logias Latinoamericanas
a mediados de la década de 1940, y cuyo discur-
so americanista instituyente incluía:

1.- La importancia de conciliar la acción masónica


y el ideal democrático.
535
2.- El estudio a profundidad del concepto de sobera-
nía de los hombres y los pueblos.

3.- La afirmación democrática y la profundización


masónica del más acendrado respeto a la persona
humana.

4.- El estudio más amplio


de los problemas de la
educación y la acción ma-
sónica.

5.- La libertad de ense-


ñanza y la superación de
cualquier forma de secta-
rismo religioso.

6.- El repudio de toda con-


quista efectuada por la
fuerza en el orden nacional o internacional de los
pueblos.

7.- La acción masónica en defensa de cualquier indi-


viduo desde el punto de vista de la justicia social.

8.- Las formas necesarias para coordinar la acción


masónica en América.

Este enfoque cívico–ciudadano de los masones lati-


noamericanos, encontró el rechazo de los ingleses
que se negaron a discutir esos temas y arrastraron
a varios países latinoamericanos no-democráticos -
en esa época- a una oposición a cualquier gestión
masónica a este respecto. Los ingleses fueron sino
la causa, una de las causas -en varias Grandes Lo-
gias Centro y Sud Americanas- para que se exprese
una clara reticencia ante los lineamientos que pudie-
ran lograr una acción conjunta en la masonería lati-
noamericana. De allí la dificultad de conversar acer-
ca de temas como la pos-guerra (después de 1945),
el laicismo, la importancia de reivindicar el concepto
de librepensamiento, la triada de Libertad, Igualdad y
Fraternidad, el derecho a proteger la territorialidad
536
de los pueblos, entre otros. El camino se mostraba
cuesta arriba. Pero muchos países mantuvieron su
“vocación americanista,” Bolivia entre ellos; y, lo-
graron conformar una Confederación Masónica con
miras sino universalistas por lo menos americanistas
...pero siempre con miras al universalismo masónico.

Como menciona Felipe San-


tiago del Solar, la propuesta
de muchos de los masones en
los países de Latinoamérica
defendía los principios masó-
nicos desde una perspectiva
liberal, acorde con los ideales
de las Grandes Logias de la
región que buscaban reivindi-
car los planteamientos cívico-
ciudadanos de la Órden en el
concierto internacional de esa época. Para estas
Grandes Logias la moral masónica debía ser “liberta-
ria, progresista, universalista y humanista” (…) “y
debería ser proyectada a las relaciones civiles entre
los pueblos de la tierra.” Obviamente todo esto iba
en contra del pensamiento liderado por Inglaterra,
que se atrincheraba en sus cabales y manifestaba
abiertamente su percepción de que otra vez los paí-
ses latinoamericanos estaban distorsionando el pen-
samiento masónico.

Entre los principales puntos para mostrar estas su-


puestas distorsiones, reclamaban por la postura anti-
clerical que habían asumido muchos países latinos.
A este respecto es importante parafrasear una carta
de René García Valenzuela, uno de los promotores
de la Confederación Masónica Interamericana, a
Horacio Hale, Gran Maestro Distrital del Distrito Sur
de Inglaterra. Se trata de una carta fechada el 20 de
julio de 1944, tres años antes de la fundación de la
Confederación Masónica Interamericana, pero ya en
un periodo de importantes contactos y gestiones pa-
ra su conformación.

537
En esa carta, el Hermano René García Valenzuela le
dice al Hermano Hale: “La diferencia que pudiera ad-
vertirse entre la tendencia anglo-sajona y la latina
deriva principalmente de la diversidad del ambiente
cultural en que una y otra desenvuelve su actividad.
En los países anglo-sajones la masonería ha con-
tado con el apoyo de las confesiones cristianas allí
existentes. Hay tolerancia religiosa. La masonería
no es perseguida. En nuestros países la iglesia do-
minante, intransigente, dogmática, en manos de una
clerecía ávida de poder temporal, persigue a la ma-
sonería negando a sus miembros hasta la sepultura
en sus cementerios, no dándoles la ceremonia reli-
giosa matrimonial y recomendando en lo económico
no hacer uso de los servicios técnicos o profesiona-
les de los masones (…) hemos sostenido siempre en
el campo ideológico que la masonería no es antica-
tólica sino que la Iglesia Católica es antimasónica
(…) nuestra institución solo procura en el terreno de
lo cultural resistir y defenderse de la preponderancia
clerical cada vez más intensa y visible.” Esto que
comenta García Valenzuela, era el pan de cada día
de los masones en las décadas de los 40 y los 50-60
en los que un masón no podía apadrinar a persona
alguna en bautizos, primeras comuniones, matrimo-
nios e incluso asistirlos o acompañarlos en ceremo-
nias fúnebres. No era el problema de un sólo país,
sino las angustias de muchos masones en muchos
países. Por ello la razón de asociarse y enfrentar
problemas comunes. Pero Inglaterra se mantenía
intratable al persistir en su idea que los masones no
debían inmiscuirse en temas políticos ni religiosos.

La oposición inglesa se hizo más amplia cuestionan-


do los esfuerzos americanistas y universalistas de
las Grandes Logias, involucrando cada vez más y
más temas de discrepancia en el ámbito internacio-
nal. Por todo esto que se incrementaba cada día y
que la masonería inglesa acumulaba en contra de la
latina, se ratificó varias veces a las autoridades ma-
sónicas inglesas que el objetivo primordial de la
538
Confederación -que las Grandes Logias del conti-
nente se proponían crear- era “la universalización
de la francmasonería simbólica a través de sus gran-
des similitudes y objetivos fundamentales y no de
pequeñas y despreciables diferencias.”

Pero los reparos y oposiciones continuaban en Ingla-


terra, mientras que en Latinoamérica la decisión de
confederarse se hacía más fuer-
te. Transcribiendo conceptos de
la época vemos la propuesta de
que: “La francmasonería univer-
sal no puede seguir siendo -si
desea sentar carta de ciudadanía
en la humanidad de nuestros dí-
as- una pura abstracción meta-
física o el anhelo superior de
unos cuantos cerebros privile-
giados. Es indispensable sacarla
del terreno de la utopía y del empirismo para trans-
formarla en viva y tangible realidad” (…) “la francma-
sonería universal es la única fuerza moral en poten-
cia, que permitiría al mundo de hoy agregar al mila-
gro del intelecto, el milagro cada vez más necesario
del sentimiento.” (…) “La labor es perfectamente po-
sible si (las potencias masónicas en conflicto)… fue-
ran capaces de desmontar las múltiples suspicacias
levantadas por un exceso de doctrinarismo y hasta
de estridencia, con que se han definido determina-
das posiciones, sin medir sus reales y legitimas ven-
tajas.” (…) “Nuestra proyectada conferencia ha sido
un buen pretexto para iniciar dentro de nuestras fra-
ternidades el aprendizaje de un idioma universalista.
Mientras los francmasones no hayan aprendido a
dominarlo, nuestros resultados seguirán siendo me-
diocres y las diferentes familias continuaran domina-
das por intereses de círculo o regionalistas…”

Con estas preocupaciones en mente, se conformó el


14 de abril de 1947, la Confederación Masónica In-
teramericana, CMI, basándose en la discusión más

539
amplia de los lineamientos establecidos por las
Grandes Logias de Chile y Uruguay, así como por la
Gran Logia de la Argentina y el Gran Oriente Federal
de la Argentina. Las discusiones constituyentes de
la CMI incluyeron las propuestas enviadas por la
Gran Logia de Bolivia, la Gran Logia de México y la
Gran Logia de Venezuela, que cubrían la totalidad
de los temas planteados para la discusión instituyen-
te de la CMI. Este temario era:

1.- La uniformización de la enseñanza simbólica


en los países;

2.- Los principios generales para la estructura-


ción de la Francmasonería Universal;

3.- La labor de la Francmasonería en la pos-


guerra;

4.- La organización nacional e internacional de


la acción masónica;

5.- La Confederación Masónica Interamericana


(como marco institucional a ser creado); y,

6.- Los fundamentos para un derecho masónico


internacional.

De hecho, luego de la conformación de la CMI, la


Gran Logia de Bolivia recibió una Carta de la Gran
Logia de Inglaterra reclamándole por su participa-
ción en la Conferencia de Creación de la CMI. A la
cual respondió manifestando su plena autonomía y
su deseo de profundizar en las acciones americanis-
tas y universalistas de la Francmasonería, de estu-
diar e impulsar la mejor comprensión de los proble-
mas referentes a la vida humana para asegurar la
paz, la justicia y la fraternidad entre los hombres y
los pueblos, sin diferencias de raza, nacionalidad o
creencia.

No conocemos cartas o respuestas subsiguientes.


Por alguna razón que desconocemos, Inglaterra no

540
se ensañó con Bolivia, de la forma que lo hizo con
las otras Grandes Logias fundadoras de la CMI (qui-
zás lo hizo, pero no encontramos los documentos
que muestren tal reacción).

Eventualmente, el universalismo de la francmasone-


ría se tradujo en una Declaración de Principios en la
que Bolivia con-
tribuyó -de ma-
nera específica
en la consolida-
ción del concep-
to guía del Gran
Arquitecto del
Universo; del
uso de un Volu-
men de la Ley
Sagrada en los
trabajos masóni-
cos; y, en el
marco concep-
tual que pro-
mueve la integración de hombres libres que contri-
buyan a liberar a los pueblos.

En medio de discusiones mucho más amplias fueron


considerados los fundamentos que respaldan el De-
recho Masónico Interpotencial, que se basa en la
propuesta de que toda potencia masónica ejerce una
jurisdicción exclusiva en su territorio, respetando el
rito de quien lo practica en esa jurisdicción y de quien
se afilia o cobija en ella.

Se habló del derecho al asilo en otra jurisdicción; así


como de las diferencias o conflictos que se podrían
suscitar entre las potencias confederadas y que po-
drían afectar las buenas relaciones entre cuerpos
masónicos y la propia integridad de la Confederación
Masónica Interamericana --diferencias que, de llegar
el caso, deberían ser sometidas a consideración del
Consejo Ejecutivo Interamericano que fungiría como

541
amigable componedor o delegar tales funciones a
una tercera potencia masónica.

Se habló acerca de la necesidad de unificar y mejo-


rar la enseñanza simbólica en todas las potencias
confederadas. Se diferenció entre los cuerpos ma-
sónicos como sistemas de gobierno y los ritos masó-
nicos cómo sistemas de enseñanza. Se aclaró que
los ritos no pueden interferir con los derechos juris-
diccionales de las Grandes Logias y que el número y
variedad de ritos es una prerrogativa de las Grandes
Logias y de las logias simbólicas. Se recomendó
que cada gobierno masónico deba mantener activa
por lo menos una instancia de instrucción masónica
y dinámica ritual, además de investigación histórica y
filosófica. Esto lo hizo recomendando que esa ins-
tancia de instrucción, como mínimo, debiera realizar
anualmente una serie de seminarios especializados
al respecto.

Entre los temas sugeridos para esos seminarios es-


pecializados de instrucción y evaluación masónicas
resaltaban: la francmasonería como institución uni-
versalista y humanista, así como los obstáculos in-
ternos y externos para lograr este propósito; las ten-
dencias masónicas y sus sistemas de enseñanza; el
eclecticismo dentro de la concepción filosófica de la
francmasonería; masonería y ser humano; el ideal
humanitario según diversas versiones; la masonería
y la conservación de la paz entre los pueblos; el

542
desbastamiento de la piedra bruta como símbolo fun-
damental de mejoramiento y perfectibilidad; la inter-
pretación mística, mítica, social y moral del 3º Grado;
la importancia y trascendencia del secreto masónico.

Se habló -con encendido énfasis- de la acción ma-


sónica ...de orientar la educación y formación masó-
nica hacia la acción masónica, de traducir los discur-
sos masónicos en prácticas concretas; de francma-
sonería y democracia; de masonería y política o po-
líticas; del laicismo en los países; de los problemas
económico-sociales que afectan a los pueblos; de la
salud y la educación; de los problemas de acción fe-
menina; de la paz y la integración latinoamericana;
de los derechos y los deberes humanos y la posición
pacifista de la francmasonería con la trilogía, Paz –
Fraternidad – Tolerancia. Se habló de la “liberación
humanitaria a partir del universalismo.”

Debemos resaltar el hecho que la Confederación Ma-


sónica Interamericana, desde su fundación, se man-
tuvo haciendo llamados a todos los gobiernos simbó-
licos del mundo a cumplir con su aspiración no reali-
zada de universalismo, fe en una democracia que re-
salta, dignifica y exalta a la persona humana, sus
derechos y las libertades inherentes al hombre. De
una forma reiterada la CMI planteaba y continúa
planteando que la divisa de Libertad, Igualdad y Fra-
ternidad no sólo es un mandamiento político sino es

543
algo necesario para garantizar la paz y la justicia so-
cial en los países.

En reiteradas ocasiones se habló de los retos de la


ciencia y la tecnología; de la educación y formación
masónica a distancia, de la protección del medio am-
biente; la seguridad alimentaria y de posibles acuer-
dos entre la Organización de Estados Americanos
(OEA) con la Confederación Masónica Interameri-
cana (CMI).

La temática fue inagotable. Todo esto constituía un


marco masónico de innegables posibilidades en te-
mas que no eran necesariamente ámbitos tradicio-
nales de 1º, 2º y 3º grado, pero que eran fundamen-
tales para la Orden. Y así se hizo hasta la década
de los 70, en la que se impuso el discurso tibio, falto
de propuestas, ambiguo y cuidadoso para no decir
nada, para no enojar a los gobiernos de la región y
limitarse a propuestas acerca de lo bueno que es
rendir culto a la Patria, respetar a la Madre y a la
Mujer, promover la educación de los niños y jóvenes.
Es decir, en declaraciones tan genéricas que termi-
naban por ser insulsas …declaraciones que se ins-
cribían en títulos rimbombantes como el de la Carta
Masónica de Tacna, la Declaración Masónica de
Montevideo o de la Habana-Cuba. La masonería
americanista había perdido todas las posibilidades
concretas de acción, pero había ganado en indolen-
cia discursiva para que con infinidad de palabras no
diga nada… no haga nada.

Todo esto llevó creer que ajustando los documentos


constitutivos se iba a cambiar el sentido y la dinámi-
ca de las cosas y de los trabajos. Se trató de ajustar
la Declaración de Principios de la CMI, y de formular
y reformular su Constitución, Estatutos y Reglamen-
tos. No sólo en términos de nuevos problemas y
nuevas demandas conceptuales, sino también en
busca de acciones que puedan ejecutarse en los di-
versos países miembros de la CMI; todo ello tra-

544
tando de cumplir con compromisos de acción que
con mucha frecuencia se vieron frustrados e ignora-
dos. Si el incumplimiento con los trabajos es algo
frecuente en las logias simbólicas, la falta de acción
en las Grandes Logias y en la CMI se volvió prover-
bial, por lo que el “evitamiento del trabajo masónico”
(el denominado work avoidance), se tornó en el eje
de todas las conversaciones que incluían algo de in-
trospección institucional.

Tal evitamiento del trabajo masónico (sustituido por


la burocracia masónica), que se ha dado -de ma-
nera vergonzosa- desde la década de 1970, desde
la presencia de gobiernos militares secantes y verti-
cales, muestra un triste remedo de lo que fue la CMI
en sus orígenes… de las expectativas que se tenía
en su origen. No es que faltara trabajo, sino que el
trabajo se volvió improductivo, burocrático, agobian-
te, frívolo y anodino.

En uno de los últimos esfuerzos de renovación insti-


tucional ante la falta de acciones concretas, la Con-
federación Masónica Interamericana indica -en un
documento- que tiene como fin contribuir al fortaleci-
miento y consolidación del ideal universalista franc-
masónico contenido en su Declaración de Principios;
mediante el intercambio de ideas y experiencias en-

545
tre sus miembros confederados; interpretando y co-
ordinando sus conceptos, sus funciones y su correc-
to ejercicio. Estos propósitos ya no son de acción di-
recta sino de intercambio de ideas y de conceptos…
es decir, la promoción de un saber para nada, salvo
intercambiar ideas y conceptos en medio de exten-
sos programas de turismo institucional, almuerzos y
cenas para recordar… para hacerlas inolvidables en-
tre sus comensales.

Estos propósitos, continua la CMI en su versión di-


luida… light en el parloteo popular, deben propender
a su desarrollo en el plano continental enalteciendo
el honor, la virtud y la justicia a través del estudio
constante, del estimulo al progreso científico y filosó-
fico... al impulso a la concordia, al respeto mutuo y la
sincera colaboración entre sus integrantes.

Se trata de una compilación de buenas intenciones


que son difíciles de precisar operativamente ya que
no son más que una colección de “verbos débiles,
abiertos y vencidos de antemano”: enaltecer, impul-
sar, estimular, colaborar… denotan que incluso los
esfuerzos más mínimos cumplen con ellos. Mucho
más si ellos se basan en la no-intervención activa.

Aunque devaluados, se mantienen algunos plantea-


mientos de origen, como la defensa de la libertad, la
unidad y colaboración entre Grandes Logias, la coor-
dinación de propuestas ante problemas comunes y
el mejoramiento conjunto de la educación y la do-
cencia masónica. A pesar de ello, de esta falta de
acción, la CMI incrementa su estructura burocrática
definiendo estructuras poco o nada operativas que
durante varios años convocan a presidentes y vice-
presidentes, secretarios ejecutivos, asambleas gene-
rales, asambleas zonales, consejos ejecutivos y se-
cretarías generales que reconocen y desconocen
representaciones nacionales, califican reclamos por
la probable inconducta de 74 Grandes Logias en 24
países. Una estructura burocrática incapaz de dar

546
seguimiento a lo que se acuerda, se debate o se
rectifica en las asambleas anuales y trianuales de
la Confederación… estructuras burocráticas inca-
paces de hacer que los masones de base del con-
tinente se enteren de lo que hace o deja de hacer
la CMI.

Una estructura burocrática capturada por un par de


problemas que no han podido resolver: el conflicto
de las Grandes Logias en países unitarios vis a vis
la representación amplia-
da de Grandes Logias Fe-
derativas como el Brasil y
México, que entre ambas
ya tienen suficientes votos
para establecer e instituir
cualquier decisión. Y el
problema claramente pen-
diente de cómo llegar a
las bases mismas de la
masonería que ignora qué es lo que sucede y qué
es lo que se pretende a nivel de la Confederación
Masónica Interamericana.

Reflejando lo que acabamos de decir, y mucho


más que no hemos dicho, a partir de fines del Siglo
XX, las evaluaciones que hicieron diversos países
de la Confederación Masónica Interamericana in-
cluyen apreciaciones tales como: haberse conver-
tido en un régimen de continuismos declarativos
(nada operativos); carencia de estructura y proce-
dimientos orientados a la acción masónica; ausen-
cia de compromisos efectivos; débil convocatoria;
nula capacidad de respuesta a los problemas co-
munes y acomodamiento cómodo a lo que sucede;
inmovilismo institucional; inercia operacional; es-
tructura superior “denominada ejecutiva” sobredi-
mensionada, sobrepasada y sobrepesada; pér-
dida de liderazgo; pérdida de credibilidad; acumu-
lación discursiva; auto exclusión de procesos re-
gionales e internacionales; invisibilidad en el con-

547
texto interamericano; conformación de estructuras y
procedimientos unipersonales.

De este periodo resalta una carta enviada por varios


Grandes Maestros de la Sexta Zona de la CMI a los
directivos de la Confederación Masónica Interameri-
cana: “…reiteramos a Ud. que la Francmasonería es
una Institución esencialmente ética y para que nues-
tras conductas se adecuen a tales parámetros es pri-
mordial que se ajusten a la normativa vigente y a los
valores que nos inspiran: No es ético transgredir fla-
grantemente las normas establecidas. No es ético
atribuirle a órganos regulares potestades que care-
cen. No es ético señalar que se pueden interpretar
disposiciones cuyo sentido y tenor literal es claro.
No es ético pretender dar como ciertos algunos he-
chos, a sabiendas que son falsos. No es ético ocul-
tar u omitir información gravitante al Consejo Ejecu-
tivo y al Presidente de la CMI. No es ético promover
reformas estatutarias para favorecer personas y me-
nos aún que ellas se planteen y resuelvan por los
propios favorecidos. No es ético que una autoridad
o funcionario, en el desempeño de su cargo, incen-
tive modificaciones normativas tendientes a prorro-
gar su mandato. No es ético formular rehabilitacio-
nes y condonaciones para modificar un cuerpo elec-
toral en las vísperas de su decisión.” Es ciertamente
doloroso comprobar hasta qué extremos se deterio-
raron muchas de las brillantes ideas y expectativas
libertarias, republicanas y universalistas con las que
empezó la configuración de la CMI.

Esta situación dolorosa para quienes creíamos en el


universalismo masónico, puede ser la necesaria pa-
ra mostrar los extremos a los que puede llegar una
institución que con las mejores ideas puede resumir-
se en los peores resultados, si no se preocupa, mo-
ra y demora (se da el suficiente tiempo y esfuerzo)
para ajustar y corregir el desempeño y los resultados
entre los miembros y los oficiales de la Orden.

548
Lo que pasa es que estructuras institucionales muy
sueltas y al mismo tiempo autoritarias, determinan
conductas también sueltas y permisivas para unos
mientras son muy rígidas para otros …instituciones
abiertas a todo tipo de autoritarismos y despotismos:
lo que genera, como resultados, desempeños nada
rigurosos, leales o morales en miembros más intere-
sados en los fetiches que ha creado la Orden, en vez
de los mejoramientos personales e institucionales
que líricamente proclama. Esto que se aplica a la
CMI también se aplica a las Grandes Logias y a las
logias simbólicas en las que el discurso, ciertamente,
excede en mucho a la práctica de una mayoría de
masones. Volver a los mandatos de la creación de la
CMI es tan importante como volver a los mandatos
iniciales de la francmasonería simbólica en nuestro
Continente.

Recuperar el trabajo arduo de pulir la piedra bruta


como referencia al mejoramiento personal es funda-
mental, pero la mayor parte de los masones
no lo hacemos, porque no nos conocemos;
y, (parafraseando a Nietzsche), cómo vamos
a conocernos si nunca nos hemos buscado
…si no nos buscamos con seriedad y pro-
fundidad para extirpar excrecencias y mal
formaciones; si no estamos predispuestos a
romper con nuestras deformaciones para co-
rregirlas, y dar a luz a nuestras grandezas y
virtudes humanas. Parecería, por lo tanto,
que la francmasonería simbólica incluso en
sus instancias internacionales, o particular-
mente en ellas, se ha convertido en la franc-
masonería del auto engaño y del apego in-
discriminado a fetiches que ocultan y enga-
ñan; en un afan suntuoso que se ha arraigado en la
masonería de las elecciones distorsionadas y forza-
das; que ha echado raíces en la masonería de los
grandes discursos y de las acciones mínimas.

549
Recuadro Nº 19.- Work Avoidance: Una fábula esclarecedora
para los masones
Quizás para aclarar el claro que no lo ven ...que
evitamiento del trabajo no lo ven acercarse, que
masónico debamos recu- no lo ven llegar; preferi-
rrir a una figura metafó- rían quedarse en el bos-
rica de lo que está suce- que -en el medio del bos-
diendo entre masones: que- donde han encon-
trado nuevas cosas que
Un grupo de personas re- hacer. Cosas más dulces
cibe el mandato de cru- y agradables que seguir
zar un bosque desde un caminando …seguir bre-
claro hasta otro …varios gando. Y cuando alguien
kilómetros más adelante. sube a la cima de un ár-
bol y a su retorno les re-
Las personas asumen el cuerda del mandato de
reto con entusiasmo e llegar al otro extremo del
inician sus jornadas, con bosque, y que para ello
mayor o menor dificultad deben corregir el rumbo y
cada día. En esos prime- aumentar los esfuerzos,
ros días de travesía, hay ya no los oyen.
personas que se suben a
la punta de los árboles Esos son los que están
del bosque y divisan la satisfechos con la vida en
dirección y la distancia al el bosque, quienes en vez
claro donde deben llegar, de prepararse para el
y así lo comunican a sus reto, agreden a los que
compañeros de viaje. les recuerdan del man-
dato, los ridiculizan y
Con el tiempo y el esfu- acallan e incluso ejercen
erzo del traslado, cada violencia contra los que
vez son menos los que quieren cumplir con el
alertan al grupo y a sus propósito. Son aquellas
autoridades de que están mayorías que no quieren
equivocando el rumbo y saber acerca del manda-
que deben corregir la di- to ya que están cómodos
rección de sus esfuerzos. con lo que tienen y con lo
que hacen. No quieren
Es más, muhas de las per-
dejar sus reuniones, sus
sonas se han acostum-
viajes de turismo y sus
brado a vivir en el bosque
fantásticos banquetes …
y ya no quieren seguir
lo que esperan es que no
bregando en el camino
los molesten.
en aras de llegar a un

550
Si esta situación es difícil, incluso de apalabrarla, lo
es más cuando nos damos cuenta que el grupo di-
rectivo a nivel interamericano ya no refleja los propó-
sitos de origen, sino que va cambiando año a año.
Hay muchos nuevos dirigentes que no saben de los
propósitos de origen (no se han preocupado por en-
terarse de ellos): y, hay muchos nuevos miembros
que se incorporan al grupo con propuestas diferen-
tes, muchas de ellas personales …muy personales,
...con direcciones particulares que tratan de forzar a
todo el grupo, y dependiendo de la fuerza de su voz
y de sus apoyos lo consiguen o no.

Este tema es realmente álgido para la masonería.


Para reforzar la comprensión de lo que está pasando
utilizaremos unos diagramas que podrían ser escla-
recedores de esta situación …necesariamente expli-
cativos para comprender lo que está sucediendo.
Son diagramas que utilizando el símbolo masónico
del círculo flanqueado por dos paralelas y el centro a
partir del cual un masón no puede errar, nos debe-
rían recordar del propósito fundamental de la maso-
nería que parecería que se está perdiendo. Vemos
así, que en el origen de la CMI todos los involucra-
dos, todas las Grandes Logias, todos los participan-
tes apuntaban a un mismo centro. Pero con el in-
greso de nuevos participantes, con el recambio de
autoridades y de gestiones masónicas, aquellos vec-
tores que de manera coordinada apuntaban a un
mismo centro, ahora apuntan en diferentes direccio-
nes. Lo cual ha hecho que perdamos el centro. Ello
-como mínimo- nos recuerda un verso de William
Butler Yeats, el que en una traducción libre dice:

551
Girando y girando en el creciente círculo
El halcón no puede oír al halconero;
Todo se deshace; el centro no puede soste-
nerse;
La mera anarquía se ha desatado sobre el
mundo,
Una oscurecida marea de sangre se ha des-
atado, y en todas partes
La ceremonia de la inocencia es ahogada;
Los mejores carecen de convicción, mien-
tras los peores
Están llenos de apasionada intensidad.

En contra de esta crisis de orientación a la esencia


masónica que afecta a los masones de las logias
simbólicas, de las grandes logias y de la masonería
universalista de las confederaciones, parece que hay
algunos movimientos de vuelta a los principios ma-
sónicos de origen …de vuelta al pulimento de la pie-
dra bruta que hay en nosotros, en nuestras logias y
asociaciones masónicas, y en nuestras comunida-
des inmediatas --a quienes les debemos nuestro
mejor esfuerzo.

En el Siglo XXI un conjunto de masones y de autori-


dades masónicas se manifestaron en la CMI por un
cambio en lo que estaba pasando. Nos referimos a
Roberto Auchen Homsi, Ruddy Barbosa Levy, Mario
Cabrera y José Crespo Bonadona quien desde mu-
chos años antes de ser elegido Gran Maestro de la
Gran Logia de Bolivia, vino proponiendo un plantea-
miento básico para la CMI, las grandes logias y los
hermanos masones: trascender el enfoque de los
derechos ciudadanos y profundizar en los deberes
masónicos y ciudadanos. Este fue el tema base,
fundamental, de la reunión de la Confederación Ma-
sónica Interamericana de 2017, realizada en Santa
Cruz de la Sierra --lo que queda por delante es el
milagro de “levántate y hazlo” …”levántate y hazlo”
sin escudarte en justificaciones o en los derechos de
552
un cargo sino respetando y reforzando el cumpli-
miento de los deberes de quien ha asumido la con-
dición de masón, la condición de autoridad o servi-
dor público, la condición de gobernante en la Orden.
Para ello debemos recordar un verso escrito por otro
renombrado masón: Wolfgang Goethe:
Pierde el tiempo hoy
Y mañana será igual y pasado aún peor
Cada decisión conlleva sus propios retrasos
Y los días se pierden lamentando
El tiempo perdido

¿Estás decidido?
Pues no dejes escapar el presente

La audacia es genialidad, poder y magia


-en sí misma.
Basta con que te comprometas
Y la mente se enardecerá
¡Empieza ya y se realizará el Trabajo!
Realizar el trabajo… esto es algo complejo en sí mis-
mo, si solo nos reunimos por unos cuantos días al
año para leer y comentar documentos aislados y no
nos enfoocamos en las demandantes tareas masóni-
cas que conllevan esfuerzo y perseverancia. Mucho
más si al hablar de masonería ya no estamos hablan
do de una totalidad que incluye a la CMI, a las gran-
des logias, a las logias simbólicas y a los grupos ínti-
mos de discusión y mejoramiento personal. Es de-
cir, ya no estamos hablando de la articulación de por
lo menos cuatro instancias organizacionales que de-
mandan ajustes, vinculaciones y mejoras en el mar-
co de un sistema de sistemas… un sistema general
que abarca una serie de sistemas particulares.
Masoneria, como mínimo, es un sistema de siste-
mas. Para dar un ejemplo, un sistema de sistemas
es un automóvil en el que su totalidad de conjunto
(valga la redundancia) da la pauta para lo que cada

553
uno de sus sistemas o subsistemas sea y responda a
la unidad o totalidad del automóvil. El subsistema de
asientos responde a la totalidad del automóvil, lo
mismo que la transmisión y las ruedas para obtener
un mejor contacto con el pavimento, y las ventanillas
para tener una adecuada visión en movimiento; todo
articulado, vinculado, complementado, optimizado en
sus relación mutua. Lo mismo debería suceder con
los subsistemas del sistema general o de conjunto de
la masonería. La CMI, como subsistema específico,
debería encontrar una forma de llegar a las logias
simbólicas y a los masones de base; las logias sim-
bólicas, como otro subsistema específico, deberían
vincularse con los propósitos de la CMI y con la for-
ma de actuar de los grupos íntimos y las grandes lo-
gias, y así cada subsistema adquiriría claridad en su
razón de ser al incorporar la razón de ser del sistema
total ...y no actuar cada uno por su lado.

Dicho esto debemos optimizar un subsistema que


vincula diversos esfuerzos masónicos, y análizar las
razones por las que en reiteradas oportunidades éste
ha sido un fracaso para las estructuras buro-
cráticas de la CMI y de las Grandes Logias
Nacionales. Me refiero a los sistemas de In-
formación y Comunicación (las denominadas
TIC), que afectan tanto a la administración, al
funcionamiento, y -en especial- a las formas
de educación y formación masónica ...todo
ello dentro de un marco globalizador, totaliza-
dor, para comprender y mejorar las dinámicas
de todo el marco institucional masónico.

El reiterado fracaso de la CMI para encarar


estas actividades proviene del hecho que no se llegó
a comprender que las partes adquieren tanto la for-
ma como la función del todo al cual pertenecen, al
cual deben servir (no es el todo que adquiere sentido
a partir de las partes aisladas).

554
En este caso, se veía a la parte-com-
ponente de las Tecnologías de Infor-
mación y Comunicación como algo
independiente. Peor aún, se trató in-
genuamente que el todo masónico se
acomode a una de sus partes; a la
más nueva de todas: a los sistemas
de información y comunicación, que
no deberían ser más que subsiste-
mas de un sistema total, de un sis-
tema general de diversos sistemas
tanto o más importantes que la informática… (en
palabras más coloquiales: es el perro el que mue-
ve la cola, no la cola la que mueve al perro). No
debemos olvidar que todo está en función del pro-
pósito esencial de la masonería: incluso los siste-
mas tecnologicos de información y comunicación
deben contribuir al mejoramiento personal y el per-
feccionamiento de los grupos humanos.

Esto había despertado la preocupación de la CMI


desde el mismo día de su creación (la uniformiza-
ción de la enseñanza simbólica en los países mi-
embros que geográficamente están muy lejos
unos de los otros); pero no ha podido implementar
una aplicación informática que sea mínimamente
efectiva y compartida por las grandes logias aso-
ciadas, mucho menos por los masones dispersos
en tales países.

No se pudo sistematizar el uso de instrumentos


tecnológicos de Información y Comunicación vi-
gentes desde hace bastante tiempo, que más que
herramientas de comprensión y acción masónica
se han convertido -en el caso de la CMI- en ins-
trumentos de inacción y desinformación… en ma-
los sustitutos de la verdadera acción y de la efec-
tiva formación masónica que promueve acciones
masónicas concretas, propuestas masónicas bien
informadas.

555
El fracaso de la CMI se ha visto reflejado en las
Grandes Logias y en los masones de cada país. An-
teriormente, la preparación de trabajos masónicos
conllevaba un esfuerzo de estudio, análisis y redac-
ción. Hoy, con el copy-paste de las funciones com-
putarizadas, el esfuerzo se ha diluido y se “preparan”
trabajos (copian podría ser la palabra adecuada),
carentes de sentido, incongruentes en sus
partes, poco o nada importantes para el me-
joramiento personal de quien los presenta;
poco o nada útiles para los hermanos que
los escuchan, ya que los denominados “tra-
bajos masónicos” no llegan a impactar en
ellos. Trabajos fáciles de escribir, fáciles de
leer, fáciles de escuchar y fáciles de olvidar.

Mientras el mundo se encuentra en una era


digital y se está hablando de sociedades au-
mentadas, las TIC han llegado a la masone-
ría mucho antes de que el Siglo XXI sacuda
los cimientos de nuestra institución ...y, han
llegado para quedarse.

Lo que sucede es que -al igual que muchas


otras instituciones- hemos quedado atrás …fuera
de esta transformación; ciertamente incómodos en
tiempos donde la tecnología es parte de nuestro día
a día, en el que más que utilizarla adecuadamente,
nos hemos visto avasallados por ella… y, abruma-
dos por sus alcances, la utilizamos mal. La denomi-
nada bomba informática de Paul Virilio, hace estra-
gos en la Orden, en la cual no es que los masones
ya no lean sino que leen una serie de mini-textos de
manera diferente: ya no leen libros, pero si leen pe-
queños artículos de Internet. Ya no estudian a pro-
fundidad sino que leen síntesis de cuatro párrafos
para temas que apenas se esbozan en cuatro volú-
menes. Ahora un escritor debe prepararse para es-
cribir menos y decir más ...no para escribir menos y
no decir nada, o comprender nada.

556
Este es un tema que afecta a todos los países que
conforman la CMI. ¿Qué podría hacer la CMI, y qué
podrían hacer las Grandes Logias, en los próximos
años, para rescatar la Francmasonería y proyectarla
a los cambios profundos en la moralidad de las per-
sonas que los tiempos actuales demandan? Reto-
mar la responsabilidad por la educación, instrucción
y orientación masónica, puede ser un inicio en la era
de las computadoras y las redes asentadas en la
nube electrónica que nos domina ...mucho más si
no sabemos lo suficiente acerca de ella.

En este mundo de contactos inmediatos y reducidos,


hay muchos recursos y herramientas que pueden
ser bien o mal aprovechados. Los documentos de
Internet pueden servirnos para aclarar o para oscu-
recer un tema. Son tan amplios y diversos que mu-
chos son sólo basura y producirán sólo basura (gar-
bage in – garbage out). Los chats son tan buenos o
tan malos como quieran sus usuarios, y a la fecha
es casi seguro que no hay una sola logia en el mun-
do que no cuente con su propia red de chat; donde
se comparte información masónica lo mismo que in-
formación profana (el chat jarana)… algunas veces
radicalmente profana, como aquella red supuesta-
mente masónica de los BBB: Business Between Bor-
thers (Negocios Entre Hermanos Masones).

La tecnología cibernética ha logrado que lo lejano se


vuelva cercano y lo cercano sea ignorado o tratado
como lejano. Sólo como ejemplo, vemos que la im-
posibilidad de comunicación directa entre dos espo-
sos es tal que uno le dice a la otra: “mejor mándame
un e-mail.” Lo mismo sucede entre masones que en
vez del dialogo profundo y directo mejor nos manda-
mos un e-mail. Tenemos miles de amigos y contac-
tos por Internet mientras que hemos perdido todo
conocimiento de nuestros vecinos e incluso de fami-
liares y hermanos en masonería. La tendencia se-
guirá así si no cambiamos de actitud y práctica res-
pecto a las Tecnologías de Información y Comunica-
557
ción. Cómo mínimo en estos primeros años del
Siglo XXI, la masonería debe actualizarse en torno a
los nuevos sistemas y las nuevas dinámicas de edu-
cación a distancia; del aprendizaje a distancia; de los
principios de educación flexible optimizando todas y
cada una de las oportunidades de educación, ins-
trucción y formación masónicas.

La educación de hoy exige el uso de sistemas de


aprendizajes colaborativos y cooperativos en torno a
grupos íntimos y trabajos en base a documenta-
ción compartida; el E-Learning; las aulas y las
realidades virtuales; el manejo de multimedia; el
aprendizaje con el uso de las nuevas tecnologías
de comunicación; las páginas web; los portales
y los foros de discusión a distancia, entre otros.
Sin embargo, tal como menciona nuestro H... M...
Carlos Torrez Belmonte, ninguno de estos nue-
vos campos podrá ser realmente efectivo si no
se orienta, controla y activa adecuadamente,
mediante:

1.- La calidad de la información y las formas de dis-


tribución de esa información;

2.- El efectivo intercambio de ideas y experiencias


entre los participantes;

3.- La aplicación y experimentación de lo aprendido:

4.- La evaluación de los conocimientos adquiridos; y,

5.- La seguridad y confiabilidad del sistema que con


cierta frecuencia debe ser evaluado, actualizado, co-
rregido, mejorado y perfeccionado.

Todo esto es necesario ...y sólo podrá ser efectivo


en la medida en que las aulas virtuales sean contro-
ladas por operadores diestros y por masones cono-
cedores de los temas y de los procedimientos …por
la intervención sostenida de quienes estén compro-
metidos con el mejoramiento personal de sus herma-

558
nos los masones (tanto en el rol de operadores, co-
mo en el dificultoso papel de recurso generador de
información masónica precisa y pertinente).

Para ello es necesario: asegurar el fácil manejo de


lo que se imparte en las aulas virtuales y en las se-
siones presenciales en templo y extra-templo; facili-
tar el acceso a las aulas virtuales; actualizar y moni-
torear el sitio o los sitios masónicos; instituir siste-
mas de archivo de materiales para su fácil utiliza-
ción, actualización y re-utilización; ...y, tiempo, mu-
cho tiempo, para garantizar el acceso a los materia-
les seleccionados y a la acción interactiva de los
usuarios de las aulas virtuales vis a vis los coordina-
dores y servidores de información masónica.

Todo esto no es nada fácil, y mucho menos instantá-


neo o mecánico. Requiere de muchas personas de-
dicadas -por muchas horas- a mantener con vida y
agilidad a todas estas herramientas y a todos estos
hermanos. Como mínimo en una tarde cualquiera
los servicios informáticos de una organización masó-
nica local, nacional o supra nacional como la Confe-
deración Masónica Interamericana (CMI), debería
incluir --en un ambiente colaborativo y selectivo en
el cual se realicen:
1.- Presentaciones interactivas;
2.- Chats;
3.- Broadcast Chats;
4.- Correos electrónicos (E-Mail);
5.- Foros de discusión agendados con anticipación,
regularidad y frecuencia;
6.- Uso amplio de una librería de documentos;
7.- Divulgación de pizarrones motivadores de partici-
pación;
8.- Los Moocs o cursos en línea dirigidos a un nú-
mero amplio (ilimitado), de participantes a través del
Internet; y,
559
9.- Sesiones en Web 3.0 que promuevan nuevas y
mejores formas de interacción entre los hermanos.

Nada de esto conlleva grandes saltos al futuro. Todo


es parte de lo ya instituido en las primeras décadas
del Siglo XXI y son las bases para que podamos
comprender la necesidad de incursionar en el futuro
de una masonería actualizada. Pero el conjunto de
estas herramientas que conllevan un cambio cualita-
tivo, no está presente en los sitios masónicos de la
actualidad que cómo lugares de interacción masó-
nica, se limitan a chispazos unidimensionales y
discontinuos, manejados -en la mayoría de los
casos- por un técnico a medio tiempo. Eso vemos
en los sitios de la mayoría de las grandes logias y de
los sitios de las logias simbólicas donde el texto ritual
ya no despierta emociones profundas, ya no des-
pierta a los masones dormidos..

Sabemos que no ha de ser nada fácil convertir a es-


tos sitios unidimensionales en nodos informáticos in-
teractivos que despierten reacciones y entusiasmos.
El desafío es volver a enamorar, a entusiasmar y mo-
vilizar al masón con los sistemas de Información y
Comunicación que hoy tenemos a nuestra disposi-
ción. Quizás ello implique una transformación institu-
cional que de grandes reuniones y grandes discursos
se vuelva una instancia masónica de trabajo y de re-
sultados concretos motivados por la comunicación
electrónica y la acción concreta de cada quién …de
esa acción que debe dejar atrás las pantallas de la
computadora y el cómodo sillón del escritorio para
salir a la calle y actuar ...para levantarse y salir a
hacer masonería en este mundo y en este tiempo.

560
20.- Un futuro esperanzador para la Francmasonería
Boliviana; aunque ésta requiera más trabajo que
nunca
Con un canto en prosa de Filippo Marinetti

Antropólogos e historiadores de las culturas ances-


trales de Occidente resaltan el hecho que para estos
pueblos el concepto de futuro es diferente. Que en
vez de visualizarlo al frente, como un devenir que lo
tenemos adelante, ellos perciben el futuro como la
llegada de algo que viene de atrás, de lugares que
no son parte de nuestra mirada inmediata y que -por
lo general- son algo sorprendente, muchas veces
traumático, impactante; algo que se hace presente
sin que lo veamos llegar plenamente. Algo que -sí
no nos preocupamos de estudiarlo- nos golpea y
muchas veces lo hace con violencia; algo que nos
zarandea y afecta de manera imprevista, desconcer-
tante, aunque no por ello deje de tener dimensiones
promisorias. Por el contrario, el pasado no es algo
que ha quedado atrás, a nuestras espaldas y fuera
de nuestra vista, sino es algo que tenemos al frente,
que aún lo podemos ver e incluso precisar.

Más aún, todo lo que abarca nuestra vista es pasa-


do: desde las pantallas de televisión o de las com-
putadoras que fueron fabricadas hace pocos años a
los libros que fueron publicados hace mucho, a los
edificios que vemos en las calles y los autos y letre-
ros que -fabricados meses o años atrás- nos dan
una pauta de lo que sucede hoy en diversos lugares.
En fin, todo lo que vemos es fruto de un pasado que
lo creó y lo puso a nuestra disposición. Todo el pre-
sente es la herencia de un pasado que es actualidad
en sus usos, aplicaciones e implicaciones.

561
Semejante percepción es radicalmente diferente del
pensar moderno que imagina un futuro que viene de
frente y un pasado que queda atrás.

Percibimos, además, que cuando llega lo que en al-


gún momento pensamos como futuro, lo hace injer-
tándose -mezclándose- con todo aquel pasado que
se ha cristalizado anteriormente y que con la llegada
de lo nuevo... cambia… cambia de prioridad, de je-
rarquía, de función, de dinámica. Pero no totalmen-
te, ya que mantiene mucho de lo que anteriormente
era; que si bien es condicionado por lo nuevo tam-
bién afecta y condiciona a lo que acaba de llegar. El
presente, está así condicionado por lo que ha llega-
do y por lo que es, por lo que fue, por la herencia del
pasado en el presente; por aquel pasado que se ha
cristalizado y transformado en actualidad.

El pasado y lo que está sucediendo hoy, así como lo


que está en pleno devenir, son dimensiones tempo-
rales de la realidad… del aquí y del ahora. En esto
que es actualidad vemos que la tradición no es que
se pierda ni que se imponga, sino que condiciona -
para bien o para mal- lo que es en el presente y lo
que se instituirá a futuro. Esto es algo que debería
ser parte de nuestro pensar masónico. Sí estudia-
mos lo que sucedió en la Orden en el pasado, sí ve-
mos con detenimiento lo que en el pasado se ha cre-
ado e instituido en la masonería, podremos apreciar
y anticipar bastante de lo que podría venir a futuro.
Podremos ver mucho de lo que podría repetirse si se
mantienen los mismos enfoques, los mismos actores
y los mismos actos a los que ya estamos acostum-
brados… aunque lo que sucedió en el pasado no
predice férreamente lo que pueda suceder... lo que
“tenga” que suceder en el futuro.

En tal análisis, lo primero que podemos decir es que


si seguimos haciendo lo mismo, la perspectiva para
la Orden puede ser difícil. Si bien en Bolivia, el nú-
mero de masones ha ido en aumento, en la actuali-

562
dad no podemos negar que en la masonería del con-
texto internacional se han tenido que cerrar más de
un millar de logias por falta de miembros o por au-
sencia de trabajos masónicos. También debemos
reconocer que, según un estudio de Robert Putman
publicado el año 2000, la membrecía masónica en
los Estados Unidos no ha dejado de reducirse desde
1960, y la tendencia es que continúen reduciéndose.
Esto se muestra como tendencia, aunque en Bolivia
parecería que vamos en otra dirección. Por ello de-
bemos estar alertas con lo que sucede en nuestra
Orden. Conscientes de lo que sucede en el mundo
también podemos construir futuros diferentes al tra-
tar de comprender lo que viene y lo que se queda, lo
que se está transformando.

Una opción es tener plena confianza en lo que llega


y aceptar sus novedades y condicionantes previas
como una realidad suficientemente buena para Boli-
via en base a lo que sucedió en el pasado y lo que
está sucediendo en el presente. Otra es forjar a gol-
pes de mazo y de cincel, a hachazos y martillazos lo
que podría ser un mejor mañana para nuestra Orden
en nuestro país. Comprender el futuro y aprender
algo de él es abrirse a nuevas opciones y evitar vie-
jos errores.

En masonería esto sucede… o sucedía cuando el


estudio del pasado, incluso del pasado milenario de
la Orden, era una asignatura permanente; y por ello,
bien podíamos hablar de la herencia masónica del
pasado en el presente, al igual que del proyecto de
transformación y mejoramiento que se nos abre a fu-
turo. ¡Ah! El proyecto. De manera similar a la es-
cuadra, el lápiz y el compás, el proyecto es algo fun-
damental para los masones, para los constructores
que buscan cambiar y mejorar de manera personal
(cada quien con su proyecto), y de manera conjunta,
todos compartiendo un mismo proyecto de mejora-
miento. Por ello, para comprender nuestro proyecto
institucional a futuro nos preguntamos:

563
¿Será que el presente que se perfila a futuro
nos traerá una suficientemente buena maso-
nería para los masones? Hay muchas indicacio-
nes de que sí lo hará, pero hay muchas otras que
nos alertan acerca de la necesidad de trabajar en las
excrecencias y en las rebarbas que impiden el per-
fecto ajuste de unas piedras con otras, de unos com-
ponentes con otros, de unas regiones con otras.

Debemos fortalecer mucho de lo que ya se ha hecho


y prepararnos para lo que se debe hacer para mejo-
rar y perfeccionar la obra que nos ocupa y que, hoy
por hoy, se muestra -por decir lo menos- poco pro-
tagonista, deslucida, descentrada, fracturada y con-
frontada.

Con los usos de la historia medianamente perfilados


podemos ver que mucho se ha hecho, pero que to-
davía hay mucho por pulir, por desbastar, por crear y
corregir. Así se inscribe un nuevo proyecto masónico
en el contexto de un trabajo avanzado pero que re-
quiere de nuestro esfuerzo para corregir rumbos,
emprender nuevos desafíos, y llegar a nuevas reali-
zaciones. En este proyecto podemos hablar de re-
giones emergentes y de discursos divergentes, de
planteamientos agresivos y de enfoques abiertos y
conciliadores.

Podemos hablar de logias gestoras, generadoras o


instituyentes (las de las primeras décadas del Siglo
XX), y en ellas vemos con claridad la influencia del
pasado; la influencia de los promotores de la maso-
nería libertaria, americanista y cívica de fines del Si-
glo XIX, aunque muchos de los detalles de esa ma-
sonería se pierdan en la falta de referencias conti-
nuas a nuestra historia nacional, a los esfuerzos ma-
sónicos de una época de oro en la Orden y la falta
de cultivo de nuestras tradiciones integradoras de
carácter nacional. Son logias que denotan contornos
nítidos, rasgos distintivos de una masonería institu-
cionalizada desde entonces hasta nuestros días.

564
Algo similar ocurre con las logias dinamizadoras de
la masonería en Bolivia, las que, en un primer movi-
miento, se crearon después de la Guerra del Chaco
hasta 1970; y, desde 1970 hasta principios del año
2000, en un movimiento subsiguiente. Son logias
que nos muestran una masonería ávida de cambios
y ajustes. Nos referimos a una segunda generación
de logias simbólicas que podríamos calificarlas de re-
novación y dinamización que plantearon, tiempo
atrás, un desafió… un desafío que todavía debe per-
filarse, apalabrarse, concretarse y consolidarse.

De la década del 30 a la del 40 las vemos débiles, ti-


tubeantes, tambaleantes y transitorias a las primeras
4 logias (posteriores a las fundadoras de la GLB).
De 1945 a 1970 las vemos con fuerza y vigor a las
subsiguientes 14; mientras que a partir de la década
los 70, vemos a una treintena de nuevas logias como
los talleres que se abrieron camino en el Siglo XX a
pesar de las condiciones institucionales y de contex-
to; son aquellas logias que perseveraron a pesar del
los autoritarismos militares del país y los autoritaris-
mos burocráticos de nuestra Orden que se burocra-
tizó y llenó de miedos y banalidades. Ya para 1970
habían ciertos bemoles y fricciones... principalmente
en las elecciones y en la formación de nuevos talle-
res... así como en la post-tenida que nunca dejó de
conflictuar a los más serios y profundos de los maso-
nes.

565
Luego vinieron las 58 logias del Siglo XXI, con maso-
nes nacidos a finales del Siglo XX. Una generación
que llegó con el Siglo XXI... los millennials. Masones
cuyas denominaciones y calificativos de identidad
grupal son radicalmente diferen-
tes. Ya no son libertarios, porque
jamás conocieron en carne propia
de los esfuerzos libertarios de los
primeros masones en la América
ni de las luchas por reconquistar
la Democracia.

Muchos de ellos son hijos de


quienes experimentaron la deca-
dencia de la masonería en las dé-
cadas de 1970, 1980 y 1990 (un
periodo que ojalá no vuelva más,
y el estudio de la historia de nuestra Orden nos sirva
para prevenir cualquier involución a este respecto).

Muchos de ellos, sin saberlo, son los hijos de la co-


modidad y del evitamiento del trabajo masónico, son
los hijos... reitero: los hijos a nivel global, internacio-
nal e intercultural, de vanidades y egoísmos que con-
movieron a la Orden cuando empezaron a multipli-
carse las instancias complementarias, suplementa-
rias e incluso accesorias del fetichismo masónico y
contra el cual -estas mismas generaciones- ahora
se rebelan… pero todavía no encuentran cómo re-
poner “la palabra perdida” --más allá de la selfie, no
tienen claro como reponer la organización pujante y
basada en valores compartidos. Nos referimos a las
58 logias de densificación, que buscan una masone-
ría diferente a la de finales del Siglo XX, pero que to-
davía están lejos de precisarla operativamente. En
torno a esto, el desafío es mejorar las condiciones en
que operan nuestras logias simbólicas, tanto las de
reciente creación como las de larga data, porque en
ambas se perfilan conflictos regionales, generaciona-
les, organizacionales e incluso conceptuales que de-
bemos superar.

566
Lo que recién ha llegado -las logias que recién se
han fundado y las nuevas generaciones de maso-
nes, los de las denominadas generaciones “X” y “Y”-
configuran algo difícil de determinar de antemano,
porque históricamente son parte de un fenómeno
que está a nuestra misma altura y sus contornos dis-
tintivos todavía son difusos, están obnubilados, lle-
nos de celajes, brumas y nubarrones que todavía
nos impiden distinguir con claridad lo que está suce-
diendo. Pero poco a poco -con el tiempo que pasa-
se nos irán aclarando y podremos precisar qué fue lo
que realmente se hizo, por qué se hizo y por qué sa-
lió bien o salió mal aquella buena intención o aquella
política que en determinado presente (ya pasado), la
consideramos como la mejor respuesta o la peor ini-
ciativa.

Entonces, no sólo fuimos espectadores de una histo-


ria masónica, fuimos los actores de esos momentos,
y por acción o por omisión, no necesariamente lo hi-
cimos todo bien ni todo mal. No debemos olvidar
que las soluciones de ayer, con frecuencia, son los
problemas de hoy y las soluciones de hoy serán los
problemas de mañana; pero también está lo inver-
so… las iniciativas germinales de hoy pueden llegar
a ser las mejores construcciones a futuro; pero será
un futuro en el que lo novedoso que está llegando, o
que ya ha llegado, se verá entretejido con mucho de
lo que fue forjado en el pasado, con la herencia de
un pasado masónico que pervive y que continuará
afectando tanto los hechos como las expectativas
masónicas. Una herencia que tiene mucho de
bueno, pero que también incluye mucho que re-
quiere mejora, corrección, innovación, cambio.

Hoy en Bolivia, si bien más del 50% de las logias


han sido fundadas en el Siglo XXI, el 76% de los ma-
sones son de las generaciones denominadas -en el
mundo entero- como generaciones “X” y “Y.” Es
decir, masones nacidos en las décadas de 1970 y
1980 (la generación “X”) que abarca al 61% de los

567
masones bolivianos, y a los nacidos en los 90, los
denominados generación “Y” (aquel 15% de todos
los masones bolivianos que a la fecha tiene menos
de 35 años).

¿Estaremos preparados para los masones de


una nueva generación? Quizás. Debemos reco-
nocer que la mayor parte de los masones bolivianos
nacieron y crecieron junto con el Wi-fi y los teléfonos
inteligentes. Ya no son los baby boomers de los me-
diados del 40 y los 50-60, ni la generación de los hi-
ppies o los yuppies; son los masones del Siglo XXI
que muestran una propuesta tecnológico-cultural di-
ferente. Es la generación de las reuniones virtuales,
del Instagram, de los múltiples correos en red y los
140 caracteres en cada uno de sus mensajes. Y es
con ellos que se está forjando una nueva forma de
hacer masonería... más tolerante (¿?), más abierta
(¿?), más individualizada. Realmente no lo sé, por-
que es una Nueva Masonería en plena formación.

De 4,537 masones activos a fines de 2018, 3,344


han nacido después de 1975, es decir, más de dos
tercios corresponden a las generaciones “X” y “Y.” Y
ya se habla de una generación “Z”; la de quienes
han nacido en el nuevo siglo pero que todavía no
son parte activa o dirigente de institución alguna y
menos aún de la fuerza de trabajo: pero ya han na-
568
cido, ya van a la escuela, ya están presentes en la
cotidianeidad del mundo con demandas y expectati-
vas propias. A ellas las veremos ingresar a nuestros
templos a partir de estos años… y de los próximos
que están llegando muy rápidamente.

A estas nuevas generaciones, muchos las han visto


con recelo y las han llenado de calificativos que las
aproximan a una decadencia solidaria, a la falta de
compromisos altruistas de quienes fundamentan su
existencia en la satisfacción de deseos egocéntricos.
Miembros de una generación que quizás no sepa lo
que quiere, pero sí sabe lo que no quiere; no quiere
textos largos, no quiere esperar mucho... no quiere
esperar punto. Tienen todo a un par de clicks de dis-
tancia y de una forma que no requiere de antiguos
maestros ni de largas tareas o esperas.

No es la primera vez que emerge una generación


que rompe con el pasado y con la historia y genera
miedos y susceptibilidades en las anteriores. Ya a
mediados del Siglo XIX apareció una generación de
modernistas que querían acabar con el pasado y
crear un nuevo mundo basado en los refinamientos
de una nueva cultura, Un movimiento modernista
que quería mostrarse generador de una humanidad
nueva y diferente. A este modernismo de mediados
y fines del Siglo XIX, Filippo T. Mannetti lo ensalzaba
diciendo:

…Cantaremos a las grandes multitudes que el


trabajo agita, por el placer o por la revuelta: canta-
remos a las mareas multicolores y polifónicas de
las revoluciones en las capitales modernas; can-
taremos al febril fervor nocturno de los arsenales
y de los astilleros incendiados por violentas lunas
eléctricas; a las estaciones ávidas devoradoras de
serpientes que humean, en las fábricas colgadas
en las nubes por los hilos de sus humaredas; en
los puentes parecidos a gimnastas gigantes que
salvan los ríos brillando al sol como cuchillos cen-

569
telleantes; en los barcos de vapor aventureros que
olfatean el horizonte, las locomotoras de ancho
pecho que piafan en los raíles como enormes caba-
llos de acero embridados con tubos, y el vuelo desli-
zante de los aeroplanos, cuya hélice ondea al viento
como una bandera y parece aplaudir como una mu-
chedumbre entusiasta...

Pronto tales esperanzas se frustraron ante los barba-


rismos tecnológicos y ante un Siglo XX lleno de gue-
rras y exterminios, de bombas y de destrucción.

Hoy los entusiasmos sociales de los millennials parece


que se han perdido pero los entusiasmos tecnológicos
perviven con sus propias coherencias e incoherencias.
Perviven en medio de las angustias de los discursos
políticos mentirosos, de los megáfonos que movilizan
multitudes como masas, grandes grupos de personas
solitarias, de pantallas y luces de colores que aturden,
de calles bloqueadas por policías con exo-esqueletos
de violencia, con una juventud ávida de sentido pero
llena de vacios, llena de información excesiva, ago-
biante y carente de lugar. En este diagnóstico está
parte del desafío conceptual y operativo para la Orden.

Si las analogías históricas se mantuvieran en todos los


casos, podría ser que en la Masonería Boliviana nos
estuviéramos acercando a una Nueva Masonería.
Pero las analogías históricas no siempre repiten sus
desenlaces. En este caso, para reformular una diná-
mica masónica deberíamos iniciar un trabajo profundo
entre los masones del aquí y del ahora de esta nueva
realidad. Deberíamos esforzarnos en la preparación
de nuevos proyectos: solidarios, ciertamente; tecno-
lógicos, indudablemente; libertarios… libertarios ...es-
peranzadoramente. Hoy, los cantos del nuevo siglo es-
tán dirigidos a las pantallas electrónicas y a la informa-
ción que queda en la nube; a la comunicación inme-
diata con todo el mundo y a las realidades virtuales; al
shopping virtual, a las imágenes multicolores y la inter-
acción de grupos de interés diverso que se traducen en

570
lenguajes binarios y fibras ópticas que son propias
de esta época posindustrial, posreligiosa y posliber-
taria… posmoderna en una sola palabra. Es proba-
ble que con ellos -con los nuevos talleres y los nue-
vos masones- nazca o renazca un nuevo humanis-
mo masónico --nuestra esperanza es que con ellos
renazca esa masonería libertaria y solidaria con la
que nació la Orden en América… pero eso todavía
está lejos, todavía requiere de mucho trabajo.

¿Será que mientras emergen las nuevas ge-


neraciones, el país se estaría sacudiendo de
un pasado complejo? El Siglo XXI ha sido para
la masonería boliviana -y para todo el país- un
complejo suceder de tensiones y propuestas que to-
davía están madurando tanto en sus aspectos posi-
tivos como en los negativos. Ha sido un caleidos-
copio abigarrado de colores en fuerte contraste y
clave de confusión permanente que nos ha llevado
de un extremo a otro de manera sincopada. El
Nuevo Siglo se inició con la denominada Guerra del
Agua en Cochabamba y se perfiló con la Guerra del
Gas en La Paz y el Alto; hizo crisis en la formula-
ción, aprobación y difusión de una Nueva Constitu-
ción Política, ya no para la República de Bolivia, si-
no para un Estado Plurinacional. Las tensiones re-
gionales se exacerbaron y no es una exageración
hablar del renacer de un racismo que se mantenía
latente entre regiones.

Las teorías de Alcides Arguedas de un pueblo en-


fermo, fueron desempolvadas por unas minorías
que se vieron avasalladas por otras mayorías... por
mayorías de nuevo cuño.

La contraposición entre civilización y barbarie fue


esgrimida por un conjunto de clases y grupos socia-
les que terminaron por ser arrinconados, silencia-
dos y subalternizados por los grupos subalternos de
antaño, aquellos que fueran ignorados por un go-
bierno tras otro y que muchas veces en silencio fue-

571
ron los gestores de estrategias de sobrevivencia y
rebeldía regional.

Todavía no sabemos en que terminará este proce-


so… con qué tipo de instituciones se consolidará
una estructura nacional estable que defina nuevos
comportamientos y nuevos desempeños o resulta-
dos que fortalezcan al país. Al presente, estamos
empezando a ver cómo se cristaliza todo lo que
afloró con el nacimiento del Siglo XXI, y que hasta
ahora ha sido bastante difuso; algo que continúa
siendo difuso pero que ya muestra algunos rasgos
distintivos como ser las nuevas generaciones con
sus nuevas preocupaciones y sus nuevas dinámicas
informático-electrónicas, el populismo y las reaccio-
nes contra o a partir de ese populismo, los desplan-
tes del no-me-importismo y de los denominados
ni-nis que no son ni esto ni lo otro… que se definen
por cómodamente no-ser.

En este comienzo de siglo los grupos tradicionales


de antaño se vieron desplazados por otros grupos
emergentes. El poder cambió de manos, aunque
las estructuras institucionales no se hayan visto ra-
dicalmente transformadas. El tema de los populis-
mos pasó de ser una categoría que generaba temor
y desprecio a ser una categoría de análisis político y
cultural de la realidad boliviana… de la realidad
americana.

Hubieron cambios importantes, ciertamente; pero,


con las mismas ideologías de antaño se subalter-
nizó a “los otros” …a los que antes subalternizaban
a otros. Las autonomías regionales se mostraron
fuertes y el centralismo tuvo que ceder, y cedió mu-
cho, sin que por ello la descentralización sea efec-
tiva. La voz de las regiones no se perdió pero hay
un centralismo político que se muestra alternativo.

Esto que sucedió en el país también sucedió en la


Orden. Con una especificidad institucional propia,
se instituyeron reclamos regionales, autonomías,
572
pugnas por los recursos, nuevas constituciones, es-
tatutos y reglamentos; divisiones y subdivisiones
institucionales… aparecieron viejos actores con nue-
vos discursos y nuevos actores con y sin discurso
propio. Nuevos actores de antaño que se achacan
de barbarie unos a otros y se halagan a sí mismos
como gestores de nuevos movimientos civilizato-
rios… unos en desmedro de otros. La Orden, como
el país, se ha fragmentado en el Siglo XXI, y hay
muchas posibilidades de que se fragmente aún más,
antes de que se articule en una estructura unitaria
más o menos coherente con un proyecto compartido
de país y con nuevos perfiles de quienes son los ma-
sones y de qué es lo que esperan de la Orden.

¿Nuevos roles y nuevos proyectos... nuevas frac-


turas? Ante estos cambios radicales se espera nue-
vas pautas por parte de la Masonería de las Gran-
des Logias... pautas que piensen al país en su con-
junto y se activen en torno a los nuevos actores de la
patria. Pero no estamos pensando el país… simple-
mente lo estamos ocupando y utilizando sin pensar
en él ni en los nuevos actores que articulan y unifi-
can Bolivia en el Siglo XXI. Parecería que sólo esta-
mos pensando en términos locales, pequeños y cor-
toplacistas.

La referencia actual no es pensar el país ni analizar


los pros y los contras de las propuestas; en maso-
nería parece que ya no estamos en busca del alma
masónica. Hay muchos resabios de banalidad y re-
gionalismo que impiden importantes cambios en me-
dio de actitudes cómodas y encuevadas en pensa-
mientos foráneos, los que con un mínimo de esfuer-
zo se trata de imitar.

Para la Orden, Brasil, Inglaterra y Escocia son los re-


ferentes y tras ellos se han creado marcos institucio-
nales ajenos. La vinculación foránea de la Lyones-
se des Eaux y del francotirador Robinson Iriarte
(desde su propio nombre), son el marco de referen-

573
cia de quienes “han llegado de afuera.” Una presen-
cia resentida por los nuevos populismos locales. A
nivel país, el discurso enajenante y auto-destructivo
para lo boliviano proveniente de los bolivianos, pa-
rece que llegó a un trágico final.

En masonería, sin embargo, la idea de lo foráneo


como lo mejor para los locales parece que todavía
se mantiene… parece que consolida el pensamiento
de quienes buscan en lo extranjero lo mejor para los
bolivianos, ya que todavía a la fecha se imponen ri-
tuales y procedimientos… e institucionalmente conti-
núa la injerencia de quienes en lo foráneo traducen
la realidad de lo nuestro. Pero tales actitudes han
encontrado voces contestarías que cuestionan la
proliferación de ritos, de capítulos y órdenes, de las
medallas al rango y no al mérito que sólo se justifi-
can porque así se hace en otras partes.

Más allá de un Presidente de la República y de un


Gran Maestro que forzaron la interpretación de cons-
tituciones para beneficiarse extendiendo sus manda-
tos, las analogías y las coincidencias generadas por
el posmodernismo del Siglo XXI, mantienen funda-
mentos similares aunque sus matices son diferentes
y muchas veces contrapuestos.

La llegada al poder del MAS (Movimiento al Socia-


lismo), no implica una transformación radical de las
estructuras de gobierno… continúa la corrupción y
las prácticas gubernamentales son ampliamente
cuestionables. Es más bien la llegada de nuevos
grupos poblacionales al poder lo que caracteriza a la
Bolivia de las dos primeras décadas del Siglo XXI.

Es la llegada de un populismo criollo al escenario


político lo que caracteriza la gestión pública y las di-
námicas privadas desde 2005; un populismo que se
basa en matices muy propios de lo boliviano y que
también se encuentra en lo muy peruano, lo muy
ecuatoriano y lo muy venezolano o lo muy argentino
de nuestra América. En cada país, junto con las ge-
574
neraciones “X” y “Y,” lo popular viene imponiéndose
como una tendencia polémica, ciertamente, pero
también como una categoría muy evidente de la rea-
lidad en sus avances en medio de sus propias for-
mas de acción y corrupción.

Ya no se trata de propuestas de élite, sino movimien-


tos de grupo, de sectarismos movilizados por su pro-
pio interés... movimientos que difieren de los intere-
ses de las clases promotoras de las transformacio-
nes de 1930, de 1950 o de 1980.

El Nuevo Supremo Consejo del Grado 33º para San-


ta Cruz y el Estado Plurinacional de Bolivia, puede
ser analizado desde la perspectiva de una nueva
forma de populismo o como una “rebelión de las éli-
tes regionales” que se veían postergadas e incluso
ignoradas. Para otros esta instancia masónica con-
lleva el más claro ejercicio de la Libertad, el oficio
contemporáneo de ser libres. ¿Será que todo depen-
de de la perspectiva de donde se mire?

La reversibilidad táctica de los conceptos con los que


se analiza este proceso es admirable, desconcertan-
te, desmovilizadora para unos, justificadora para
otros… bien podríamos recurrir a ese proceso como
la mejor referencia posmodernista de lo masónico en
el país: no se busca la Verdad sino que todo depen-
de de quién lo dice, a quienes lo dice y dónde, cuán-
do y cómo lo dice (con que acento regional lo dice).

Ello dificulta grandemente el ejercicio de la maestría


basada en la búsqueda de la Verdad. No una verdad
técnica y objetiva… igual en todas las latitudes del
planeta, sino esa Verdad de Vida que es subjetiva y
propia de cada uno y de las circunstancias que le ha
tocado vivir. Esa Verdad Masónica no es que se vu-
elva imposible de buscar, pero se hace cada vez más
difícil, incluso de apalabrar.

Esta búsqueda resalta la pluralidad de perspectivas


con las que se califican los sucesos que conllevan

575
una renuncia al liderazgo de las élites nacionales,
mientras se fomenta la dinamización de grupos loca-
les o regionales, cada uno con su verdad, incuestio-
nable... jamás cuestionada por sus propios adeptos.
A la fecha, este desconcierto de las supuestas verda-
des regionales mantenidas a ultranza ya es amplio y
puede ser aún más amplio e influyente. Se lo ve en
todas partes, en todas las regiones, y no se lo reco-
noce como regional en región alguna.

Es parte de un populismo nuevo que afecta a todo el


país y a todas sus instituciones. Lo vemos en la Or-
den, puesto que lo sucedido en Santa Cruz no impli-
ca una transformación de las estructuras institucio-
nales en la masonería boliviana. Simplemente es
una fractura y es “otro” el grupo, pero con las mis-
mas personas, los mismos edificios, los mismos re-
cursos, los mismos fetiches y las mismas distorsio-
nes de siempre… quizás en un futuro cercano -con
las nuevas generaciones de masones- se perfilará
una nueva propuesta de unidad, de una nueva uni-
dad a la boliviana; pero por el momento prima la se-
paratividad y la tradicional forma de hacer las cosas,
basándonos en la republiqueta pequeña y aislada…

576
una republiqueta que vive copiando lo que viene de
afuera, de Inglaterra o Escocia, de la Argentina o del
Brasil.

¿Será que La Paz, que el discurso de La Paz


… ya no cuenta? Lo dicho hasta ahora amerita
que nos detengamos, aunque sólo sea por un mo-
mento, en lo que pasa en La Paz. La Paz, ante el
triunfo de las autonomías cruceñas, se mantiene
“ajena,” quizás “aislada” y “silente,” encuevándose
cada vez más, hundiéndose cada vez más en un
hueco del que le será muy difícil salir… ha perdido la
voz y le será muy difícil recuperarla. Le será difícil
ser parte de una solución a esta crisis. Y esto que se
da en el Escocismo, se refleja en el Simbolismo, en
el que La Paz se verá cada vez más aislada; no di-
remos dominada, sino postergada y devaluada.

Es probable, que las expectativas de poder en la es-


tructura institucional de la Gran Logia de Bolivia ha-
yan dejado de interesar a muchos paceños; paceños
que buscan reivindicaciones y estrategias de lucha
diferentes; o ¿será (igualmente probable) que esa
instancia de conducción ya no está al alcance de los
paceños y ellos están pensando en su propia regio-
nalización?
577
El populismo en su dimensión paceña se muestra di-
ferente… conscientemente posmoderno, aunque
fragmentado, diluido, confrontado internamente… sin
una propuesta regional de conjunto que aglutine y
movilice... menos aún una propuesta nacional.

El posmodernismo del Siglo XXI promueve el plura-


lismo y la diversidad, eso es indiscutible. Lo paradó-
jico es que el pluralismo y la diversidad en la maso-
nería ya estaban instituidos en su estructura insular
de logias masónicas separadas y autónomas, pero
ahora se lo ve con temor, ya que lo que se perfila a
futuro parece ser mucho más intenso y difundido...
una fragmentación general.

De acuerdo con los compiladores del documento inti-


tulado Posmodernidad publicado por un grupo de in-
vestigadores relacionados con la Casa de la Libertad
de Sucre, la posmodernidad también implica un
cuestionamiento a los relatos y los textos que tradi-
cionalmente orientaron a una sociedad que trató de
ser moderna y referida a lo universal… a lo univer-
salmente ajeno. La razón de esto es que tales tex-
tos y ritos modernos no poseen una
autoridad absoluta, menos aún cuan-
do provienen de sitios lejanos y aje-
nos, de propuestas difusas y disper-
sas que se atribuyen autoridades ab-
solutas… como los textos y linea-
mientos de una masonería inglesa,
que sólo por ser inglesa debe ser
considerada buena para el país…
para todos los países. Por lo tanto,
en el Siglo XXI, la Verdad termina
siendo un problema de perspectiva y
no un postulado fuerte, indiscutible...
de búsqueda conjunta en medio de la
diversidad.

Hoy prima lo local y lo regional, lo


pluri-multi. Semejante plantea-

578
miento, puede que nos lleve a una mayor tolerancia
como propone la Orden, pero puede que, por el con-
trario, nos lleve a una mayor intolerancia entre pro-
puestas atrincheradas en “su verdad - regional.”

Esto es parte de un populismo de nuevo cuño en la


Orden que apenas empieza a notarse, ya no como
una instancia temida y rechazada (como populismo,
como hombres masa vs. hombres elite)… hoy es
parte de una realidad masónica que genera nuevos
hombres-masa y nuevos hombres-élite, regionales,
exclusivos y excluyentes… y, al hacerlo, la masone-
ría lo hace a su propio riesgo.

A nivel país, los referentes se acercan cada vez más


a la intolerancia regional; se muestran como lucha
entre contrarios que buscan re-inventar sociedades
que nunca fueron, que quizás nunca existieron: (una
Santa Cruz independiente que habría existido antes
de 1825 y que fuera “anexada” a Bolivia por Bolívar
y Sucre o que -en realidad- ganamos la Guerra del
Chaco)... la violencia simbólica-regional crece.

En la Orden, mientras ciertos grupos se encierran en


sus tradiciones de raigambre colonial, liberal o mo-
dernista, muchos lo hacen esgrimiendo documentos
foráneos de dudosa legitimidad. Traduttore tradittore
es un dicho en italiano… algo similar se puede decir
de la larga tradición de “traición en la traducción de
rituales” que afectó a la masonería latinoamericana.

¿Será que ya se pueden apreciar algunas


pautas de futuro? Al parecer persistimos en el
seguimiento a los flautistas de lo extranjero. Esta
perspectiva que se muestra amarga para muchos,
no está agotada. Aunque ya hay grupos minoritarios
que trabajan en contra de esa corriente buscando la
unidad institucional unos y buscando formas novedo-
sas para combatir los nuevos centralismos milenaris-
tas (otros) ...combatir los nuevos despotismos per-
sonales y los autoritarismos burocráticos que están
aflorando en la Orden. Nos referimos a movimientos
579
de rechazo de unos pocos masones de la denomi-
nada Generación Silenciosa y de los Baby Boomers
que giran en torno a los 70 años de edad, así como a
muchos masones de las generaciones posmodernas
que -de una forma incipiente- ya hacen sentir su
voz con la esperanza de un renacer masónico, más
intimo y más profundo.

Lo que pasa es que el fin del Siglo XX, realmente


nos ha golpeado; lo podemos sentir con mayor clari-
dad en la separatividad de inicios del Siglo XXI. Hay
reacciones a favor y en contra del populismo. No es
que el populismo no estuviera presente en el país.
Lo novedoso del populismo del Siglo XXI, es una re-
acción ante lo extranjero, ante la legitimación de lo
foráneo que promueven ciertos masones y que es
considerada, como una impostura propia de quienes
sólo quieren coleccionar rituales y mandiles… fundar
nuevos talleres... una reacción contra lo fácil y banal
e incluso distorsionado de la Orden.

La masonería de base, si es que se puede conside-


rar que la hay, confronta e interpela a la vieja forma
de hacer masonería de fines del Siglo XX, y se niega
a seguir los pasos de quienes fueron los artífices de
distorsiones e inconsistencias masónicas. Se niega
a seguir los pasos autoritarios y despóticos de quie-
nes consideraban que la masonería europea era la
única y lo único a seguir. No podemos considerar la
experiencia masónica boliviana como una casi-ma-
sonería-europea, no podemos ignorar una tradición
masónica propia (la libertaria), y sustituirla por una
tradición masónica inglesa, escocesa o irlandesa.

Se deberá renovar el conflicto entre esa Historia Uni-


versal de la Masonería (la de las especulaciones de
Cagliostro, el Mago o el Copto, y de un saber suntua-
rio desvinculado de la vida), y las propuestas ciuda-
danas de los países en los que nació la Libertad;
países que promueven una masonería diferente:
laica, libertaria, ciudadana y republicana, con sus
propias especificidades nacionales y continentales.
580
Hoy, poco se puede hacer a partir de las estructuras
vencidas y anacrónicas de la Confederación Masó-
nica Interamericana (CMI), aunque jamás morirá la
esperanza de que ésta confederación vuelva a los
mandatos y lineamientos de inicio; la esperanza de
que el mandato masónico de llegar a un claro en el
bosque de los egoísmos, las vanidades y la sober-
bia, se haga una realidad y los masones, especial-
mente las autoridades y las élites masónicas, dejen
de morar (de demorarse) en procesos y dinámicas
que sólo alimentan el ego de quienes se regodean
vistiéndose de gala.

Los desafíos son grandes para las nuevas genera-


ciones, pero son aún más grandes para los
masones de antaño que al parecer perdie-
ron el camino, se perdieron en ese bos-
que… Para muchos de ellos, que
cambiaron el Camino del Taller, que olvi-
daron el arduo Trabajo Masónico, y lo
trastrocaron por el camino fácil del ego-
ísmo y del auto-engaño, de la vanidad y la
presencia sin-trabajo en las tenidas masó-
nicas fáciles de asistir y fáciles de igno-
rar... para ellos el desafío es mayor.

La Masonería de las Grandes Logias, a


pesar de su estructura vertical de apoyo al
voluntarismo de una sola persona y de su
carencia de operadores masónicos al ser-
vicio de los masones y al servicio de las
comunidades nacionales, parece que
mantiene latente una esperanza de reden-
ción. Al presente quiere recuperar la res-
ponsabilidad masónica, quiere recuperar
el coraje (el corazonaje responsable) de
ser masón promoviendo deberes y supe-
rando consabidos derechos. Sin embargo, esta ma-
sonería de las Grandes Logias, no deja de estar
afectada por lo banal, rápido y superficial que se ha
instituido en todo el continente.

581
No se pueden ignorar las raíces de la masonería en
Latinoamérica y su compromiso con la Libertad; no
se pueden ignorar las raíces de una masonería liber-
taria y ciudadana que trató de basarse en un arte
que supere la demagogia de los políticos y las fanta-
sías de las artes sacerdotales. Una masonería que
se esfuerce por responder a las dinámicas históricas
… y con ello no se puede ignorar la realidad bolivia-
na que en el Siglo XXI es otra, con nuevas genera-
ciones de masones que son otras... nuevas genera-
ciones de bolivianos que son otros. Hoy hay otros
desafíos que debemos aprender a pensarlos y defi-
nirlos de manera pro-activa. Hoy, si queremos vol-
ver a la masonería libertaria debemos reinventarla.
Algo difícil pero no imposible. Tenemos que recupe-
rar el oficio masónico de ser libres.

Hoy, en el mundo las distancias se han acortado y el


tiempo ha cambiado de frecuencia. La especificidad
de lo local que claramente responda a un contexto
nacional o continental casi se ha perdido y las nue-
vas generaciones se encuentran a sí mismas no en
una historia nacional menos aún en una historia uni-
versal. Los nuevos masones viven en complejos lu-
gares abiertos, sin referirse a la historia, pero se re-
miten a las modas que imponen ciertos países que
han generado “la cultura del milenio.”

Es la generación donde priman los denominados mi-


llennials que se han identificado externamente con
los millennials “de afuera,” con las generaciones “X”
y “Y”; con quienes cultivan un exacerbado egoísmo
(mi, mi y sólo mi), carente de compromisos con los
pobres, las viudas o con los menos favorecidos. Pa-
radójicamente, su referencia extra-masónica es lo
extranjero: la electrónica como forma de vida, el
photoshop, un esteticismo desbocado de mandiles y
collarines, un esteticismo generacional narcisista que
se basa en la marca extranjera. Los zapatos Nike y
los teléfonos Samsung, el auto importado y la música
rock; las camisas Polo y los pantalones ya no Levis

582
sino Dolce & Gabana. Mientras unos objetan lo forá-
neo en la Orden, otros se refugian en lo extranjero;
prima una conducta light. Con estas tendencias es
difícil formar una verdadera Logia Simbólica que tra-
baje en y con el Arte Real y con mucha frecuencia lo
que encontramos son logias
fracturadas… fragmentos de
logia; unos fragmentos des-
vinculados de otros, mucho
más si la educación, instruc-
ción y formación masónicas
han sido incompletas, aleato-
rias o inexistentes. Pero hay
una esperanza... todavía hay
una esperanza.

¿Nos preguntamos si existe preocupación y


angustia entre los hermanos masones por lo
que está sucediendo en la Orden? No pode-
mos tapar el sol con un dedo. Lo cierto es que des-
de el inicio del Siglo XXI han cundido preocupacio-
nes y angustias acerca del rumbo que está tomando
la Orden. Las preocupaciones del día se refieren a
los sistemas de organización que están formalizando
una estructura… una estructura que está generando
comportamientos poco o nada masónicos… com-
portamientos que desembocan en resultados po-
bres, en resultados cuestionados como nada masó-
nicos. Hay quienes abiertamente ya han renunciado
a las tareas de mejorar la estructura institucional y
sólo quisieran mejorar lo masónico de la masonería
buscando el alma de lo que debería ser lo masó-
nico… el espíritu de los masones… el despertar de
los masones dormidos.

Esto parece que está afectando a casi todos los


Orientes Masónicos. Por ello, como forma de res-
puesta a las distorsiones del posmodernismo, en el
mundo entero, durante los últimos 30 años, se ha
dedicado mucho esfuerzo a la recuperación de las
dinámicas de grupo, a la formación de equipos, de

583
grupos con propósitos pre-establecidos; y en ellos
ha aflorado la necesidad de corregir a personas y
grupos que en el camino han perdido el rumbo y re-
nunciado a sus propósitos de inicio. Nos referimos a
la formación de equipos, a los círculos de calidad y a
una serie de respuestas institucionales ante los fra-
casos de las asociaciones tradicionales... y lo han
hecho buscando mejorar las dinámicas de grupo...
generando dinámicas de equipos de alto rendimiento
… grupos orientados a lograr mejores resultados.

No es que una receta sirva a todas las situaciones;


sino que se ha configurado un área de estudio que
no existía hace un par de décadas... una dinámica
de trabajo que trata de comprender a los grupos de
20 a 50 miembros, tales como las logias simbólicas.
Y en los procesos que exhibe cada grupo trata de
identificar la estructura que genera determinados
comportamientos, para que -a partir de ellos- se
puedan mejorar los resultados.

Para trabajar en una mejor dinámica de grupo debe-


mos identificar los problemas grupales que hacen
que nuestros grupos masónicos sean débiles, frag-
mentados o incluso enfermizos (lo opuesto a nuestra
divisa de Salud, Fuerza y Unión). Lo primero que ve-
mos en las estructuras grupales de una logia, es la
fractura entre las generaciones jóvenes y las genera-
ciones de los más veteranos. Entre ambos grupos

584
se hablan poco y no estoy seguro de que lleguen a
comprenderse unos a otros. Es frecuente el comen-
tario entre los jóvenes de que los mayores de la
logia no comprenden las dinámicas cibernéticas y
electrónicas, mientras que los más viejos resienten
el hecho de que los jóvenes -escudados y escondi-
dos detrás de sus teléfonos celulares- no se com-
prometen ni trabajan como se trabajaba antes. Esto
hace que como mínimo en cada taller se tenga a los
de la vieja guardia por un lado y a los nuevos maso-
nes por el otro.

También están los “lobos solitarios” ya sean


jóvenes o viejos; se trata de quienes hacen
masonería en solitario, a su propio ritmo y
alejados de los sub-grupos o roscas que se
instituyen en su taller. Solos trabajan y so-
los se mantienen; participan en lo que hay
que participar pero se mantienen aislados…
y su aislamiento no solo les afecta a ellos
sino que afecta al taller, incluso hasta inmo-
vilizarlo… pero es algo distinto en cada
caso. Este aislamiento personal puede ser
disfuncional ya que una característica de la genera-
ción “Y” es que cada uno de ellos busca satisfaccio-
nes muy personales y la dinámica de grupo, de gru-
po ampliado -en muchos casos- es resentida y ca-
da quien se recluye para trabajar por su cuenta.

Estos son sólo dos de múltiples casos de dinámicas


disfuncionales y frustradas que se dan en un taller y
que preocupan a los masones que perciben lo que
está sucediendo. En estos casos el “Camino del Ta-
ller” es complejo y azaroso... y sobre ello no esta-
mos ni bien formados ni bien informados. La diná-
mica grupal es difícil y paradójica; aunque muchos
la transitan sin darse cuenta de ello; pasan por los
cargos de una logia y llegan a la venerabilía, sin
comprender la dinámica de grupo de su taller, repi-
tiendo las 42 tenidas masónicas que se deben reali-
zar, la fiesta aniversario y las sesiones de instrucción

585
extra-templo. Pero la vida en un taller es mucho
más que aquello de mero trámite. Es una dinámica
de enseñanza y aprendizaje particularmente com-
pleja y muchos se ven afectados por ella... o por la
ausencia de ella.

Hay quienes se van de la Orden con la excusa de un


mal entendido; otros que abandonan la logia sin de-
cir por qué. Muchos de los miembros de una logia
no se conocen de antes y cada uno trae su propia
versión de lo que es... de lo
que se debe hacer y lo que
se debe ser. Se mueven en-
tre la esperanza y el temor,
mucho más si no reciben la
orientación masónica necesa-
ria. Trabajan entre la inclu-
sión al grupo y las angustias
de la exclusión individual.
Muchos se sienten atrapados
y bloqueados en sus esfuer-
zos, y el taller muchas veces
ofrece distracciones y ofusca-
ciones, quehaceres alternativos que evitan realizar el
verdadero trabajo masónico.

La idea de sentir un desasosiego personal que per-


mita superar y avanzar sobre las limitaciones perso-
nales no es comprendido. La auto-comprensión y la
introspección profunda son dos aspectos temidos,
ignorados y disfrazados en el marco del “auto-enga-
ño” de personas que se ofuscan en el grupo, se dis-
traen y renuncian a ser masones a profundidad.

En este contexto, percibimos otra forma de fragmen-


tación de una logia simbólica... nos referimos a los
grupos de aprendices, compañeros y maestros, ofi-
cialidades tipo rosca y Past Masters o Ex Venerables
de una misma logia que se reúnen entre ellos -entre
ellos no más, nadie más- para conversar acerca de
lo que les preocupa. El hecho de que los maestros

586
no se vinculen con los aprendices es frecuente; lo
mismo que grupos de compañeros o de Past Masters
que sólo charlan entre ellos; aceptan la presencia de
los otros, pero en “otro nivel.” Hay mucha civilidad e
incluso jovialidad entre todos los miembros de una
logia simbólica, se practica el ritual, pero no hay gru-
palidad efectiva, no hay trabajo masónico de grupo...
con responsabilidades de conjunto… no se ha lo-
grado conformar una comunidad de
enseñanza y aprendizaje masónicos.

En la mayor parte de los talleres no


se han dado los pasos subsiguientes
como el verdadero ejercicio de la
maestría... y la delicada y responsa-
ble función de un aprendiz ha que-
dado librada a la iniciativa de cada
quién. Se trabaja, ciertamente, pero
de una forma light, superficial, có-
moda… sin los apremios y desaso-
siegos de quienes se buscan a sí mismos y tratan de
comprender sus aristas cortantes y excrecencias
más groseras. Eso -según ellos- es para otros. Pa-
ra la mayoría, la idea es que hay que dejarlos tran-
quilos con lo que son… se consideran buenos de
hecho y piden que no se los importune o acose con
sesiones de instrucción masónica ni de profundi-
zación en los lineamientos de la Orden. Ellos dis-
frutan de la amistad del grupo y punto.

Las dinámicas de un grupo de 20 a 50 personas


son particularmente complejas y llenas de parado-
jas. Los grupos que se auto-gestionan denotan
una serie de problemas que van desde dinámicas
bajas o perezosas, a diversas formas de evita-
miento del trabajo difícil que se debe hacer en ma-
sonería. La pereza y la cobardía son los enemi-
gos más frecuentes que impiden encarar con co-
raje (con corazonaje) los trabajos masónicos... ello
se refleja en motivaciones inadecuadas y en la ca-
rencia de resultados.

587
Conocer la dinámica de grupo en una logia no es
una panacea ni algo que garantice mejores resulta-
dos de inmediato; no hay sustituto al trabajo masó-
nico… hay que trabajar en ello... y hay que trabajar
mucho. Mucho más si reconocemos que a la fecha
de 10,500 masones que podrían estar activos, en la
masonería boliviana, sólo 4,537 lo están. Más del
50% de los miembros de diversas logias han dejado
de asistir, principalmente porque la dinámica de
grupo de las logias hace correr a muchos, especial-
mente después de las elecciones para la oficialidad
de un taller que ignora a muchos y denota lo más
profano que pueda haber en masonería. La forma
de elección de las oficialidades es -quizás- uno de
los temas a cambiar radicalmente en el futuro, (ojala
en el presente); al igual que las consabidas post-te-
nidas, donde los extrovertidos hacen correr a los in-
trovertidos; los habladores a los callados.

¿Será que la esperanza del futuro está en


mejorar las dinámicas de grupo... en mejor
comprender la razón por la qué se va la
gente de nuestros talleres? No hay una sola
razón para que muchos masones ya no asistan;
pero debemos poner mucha más atención en las di-
námicas de grupo. Dinámicas logiales en las cuales
estamos a gusto unos cuantos, mientras otros las
consideran ilógicas, inconsecuentes, ridículas, in-
fantiles o agraviantes... y se van. El estudio de la
dinámica grupal debería ser un trabajo permanente
en cada taller, al igual que las dimensiones de auto-
ridad y liderazgo, que durante una ajustada semana,
al inicio de cada año, se les aplica como un diluido
barniz superficial a los venerables y a los vigilantes,
para no volver a mencionarlas más.

Al no existir más la Logia de Maestros Instalados y al


parecer debido a que las autoridades de la Orden
consideran que autoridad y liderazgo son funciones
grupales que sólo se presentarán una vez al año,
(cuando alguien asume la dirección del taller desde

588
el denominado Trono del Rey Salomón), la compren-
sión de las dinámicas grupales, del liderazgo y la au-
toridad son ignoradas en la masonería del Siglo XXI.

Autoridad y liderazgo, por el contrario, deberían ser


parte de la formación profunda de las oficialidades en
cada logia, cada año... todos los años.

La historia de los últimos años de la Masonería Boli-


viana nos muestra que autoridad y liderazgo se han
convertido en asignaturas pendientes. Reiteramos
dada su importancia: una persona que haya reco-
rrido los cargos de una oficialidad en la logia, si no
ha sido formada -adecuadamente formada- en te-
mas de dinámica de grupos, autoridad y liderazgo,
pasará por los cargos e incluso por la silla del Rey
Salomón, sin darse cuenta de las paradojas del gru-
po, de las demandas del gobierno de uno mismo y
de los otros. Y en esto, la ausencia de una efectiva
Logia de Maestros Instalados es una verdadera pér-
dida porque ha dejado trunca la formación logial.

Las paradojas de la dinámica grupal son múlti-


ples y empiezan el momento en que unos sienten
perder su individualidad si se someten al grupo y
otros que no pueden profundizar sus individuali-
dades porque han sido absorbidos por el grupo…
se han vuelto parte de los hombres-masa de los
que hablaba nuestro hermano masón José Or-
tega y Gasset .

Ambivalencia en la logia, parálisis ante las de-


mandas del trabajo masónico, contradicción en lo
que se dice y lo que se hace, susceptibilidades ante
la veridicción, ausencia de una maestría basada en
la práctica de la Verdad, son sólo unos cuantos mo-
mentos en los que el Hermano Masón, que busca la
profundidad del cambio, se siente frustrado… mucho
más en el caso de las generaciones “X” y “Y,” conflic-
tuadas tácita o expresamente con los grupos de ma-
estros que se consideran fundadores de un taller y
con otros hermanos mayores que tienen puestas sus
589
expectativas fuera de las logias simbólicas (en los
denominados grados superiores), o sólo pueden ha-
cerse entender parafraseando a masones que ya
nadie conoce.

Todo lo mencionado preocupa… y en la medida que


no se formulan instancias para resolverlo absorbe el
tiempo de los masones y deja
muy poco tiempo para una profun-
dización masónica o para una ver-
dadera acción masónica. Las pa-
radojas de la vida logial son mu-
chas desde aquellas en las que
“sin ti no podría vivir” a las que “al
interior de la logia, me siento aho-
gar, los hermanos se han ensa-
ñado conmigo, no hay confianza,
ni intimidad, creatividad ni trabajo
verdaderamente masónico.”

Reiteramos, la dinámica de un taller no es algo fácil


ni mecánico, mucho menos cuando no hay prepara-
ción para convivir en él, para dirigirlo y para mejorar
el comportamiento de cada uno de sus miembros…
especialmente de aquellos que se sienten asfixiar y
se van de la Orden. Esta es una de las tareas pen-
dientes de mejora y desarrollo en el Siglo XXI. Esto
hace que debamos repensar lo que implica la forma-
ción masónica de una manera más inmediata y no
para el allá y el entonces de situaciones lejanas y
oscuras que “no nos afectan.”

El hecho de que en los talleres se formen subgrupos


es algo natural en grupos de 20 a 50 personas o
más. Los sub-grupos, al igual que en una orquesta
sinfónica, son la fuente de matices y de retos, ya que
pueden ser sub-grupos funcionales. Cuando los
sub-grupos se convierten en roscas y se tornan dis-
funcionales para el trabajo conjunto de mejorar y
ayudar a que cada quien se mejore a sí mismo, en-
tonces entramos en una patología logial.

590
Los sub-grupos en masonería parece que se han in-
crementado en el Siglo XXI. Es que las diferencias
son muy grandes y cada quien trae su versión de lo
que es o debe ser masonería. Ello impide ser verda-
deramente libres y ejercer el oficio de ser libres en la
logia... mostrarse como francmasón, liberi muratori,
freemason, angenommenen FreiMaurer.

Hay quienes encuentran en la post-tenida, en el ka-


raoke y la jarana la razón de ser de la Orden; otros
lo hacen en el estudio y la investigación de diversa
índole; hay quienes se concentran en los rituales y
otros en escalar posiciones supuestamente cada vez
más masónicas e importantes. Ciertamente, en un
taller no todos son afectos a los mismos sub-grupos
y hay muchos que -en forma individual- se sienten
presionados por los sub-grupos dominantes ya sea a
tiempo de las elecciones o de las actividades post-
tenida; se sienten mal por ello y antes que confron-
tar a sus otros hermanos dejan de asistir.

El caso más frecuente, aunque


por ello no el más tratado, es el
de los hermanos extrovertidos y
los hermanos masones introverti-
dos. En un taller promedio hay -
por lo general- igual número de
masones extrovertidos y masones
introvertidos. Los primeros disfru-
tan de las fiestas, los ágapes y las
cenas después de las tenidas, y
varias horas después de haber
empezado estas reuniones se
sienten llenos de vida, eufóricos,
listos para seguir con ellas. Los introvertidos, por su
parte, prefieren la tranquilidad de sus hogares, las
lecturas individuales y en las reuniones sociales al
cabo de poco tiempo se sienten cansados, resienten
la euforia de los otros y buscarán cualquier excusa
para volver a la tranquilidad de sus hogares. Cuando
esto sucede, los extrovertidos resienten esas actitu-

591
des, les alertan a los jóvenes que con tal comporta-
miento no llegarán lejos en la Orden.

Lastimosamente, la euforia de unos cansa a otros y


se van de la Orden. Lo opuesto también es cierto.
Cuando se imponen las formas de trabajo de los in-
trovertidos y recatados, los extrovertidos y eufóricos
se sienten frustrados y angustiados… no compren-
den la razón por la que debe imponerse la seriedad,
gravedad y circunspección en la formación masóni-
ca. Hay de lo uno y de lo otro; y, si la dinámica de
grupo del taller no es debidamente comprendida, ha-
brán hermanos frustrados que no ejerzan sus roles
de masones con plena Liber-
tad (esto se aprecia mucho
más en los ágapes y en el
extra-templo que en los ritua-
les superestructurados de
cada rito). Por ello habrá que
tratar de comprender la razón
por la que hay muchos her-
manos con intereses indivi-
duales que no encuentran
apoyo en los sub-grupos de su taller pero se sienten
cómodos con hermanos de otros talleres... o en ac-
tividades distintas de otras instituciones.

Hay hermanos que logran satisfacer sus expectati-


vas en su logia madre y hay quienes tienen que tras-
cender a su taller para trabajar con otros hermanos
con los mismos intereses y perspectivas que traba-
jan en otros grupos; aunque hay muchos hermanos
que ni siquiera se enteran de quienes son masones
en otros talleres, no visitan otras logias, no creen
que hay masonería más allá de lo limitado de su ta-
ller por lo que en momentos de ansiedad -de ansias
por una mayor profundidad- se acercan a órdenes,
capítulos y asociaciones complementarias, sucedá-
neas o accesorias. Muchos lo hacen acercándose a
sociedades metafísicas, esotéricas o de beneficen-
cia, fuera de la Orden.

592
Ante todo ello, la idea de los Círculos de Pertenencia
ha sido una opción en la Masonería Boliviana del Si-
glo XXI. Son círculos, cuadrángulos y triángulos que
reconocen una amplia variedad de perspectivas en-
tre los masones y tratan de que esas perspectivas
brinden vínculos comunes para hacer masonería
desde sus propias inquietudes altruistas, filosóficas y
éticas… incluso estéticas.

Esta multiplicidad de sub-asociaciones, si es tomada


con seriedad y con el apoyo de las autoridades ma-
sónicas (por ejemplo: círculos íntimos para la tercera
edad o para jóvenes profesionales), puede brindar
una forma más amplia y orgánica de hacer masone-
ría. Puede ser una forma de superar la estructura
aparente de la Orden, aquella que no llega a concre-
tar prácticas masónicas, al limitarse a sub-grupos
(muchas veces) poco o nada masónicos, a discursos
grandilocuentes que no tocan tierra y se han conver-
tido en un saber para nada.

Si no se toma en cuenta a aquellos Grupos Íntimos


de práctica masónica, hay el riesgo de que estos se
desprendan de la organización o se muestren con-
testatarios a las estructuras de dirección y gobierno.

593
¿De qué se trata la Masonería de los Grupos
Íntimos? Detengámonos algo más en los Grupos
Íntimos de masones, que parecen ser la propuesta
más difundida para la profundización de la francma-
sonería simbólica en los inicios del Siglo XXI. Estos
son grupos para que cambie y se dinamice el queha-
cer masónico. Son grupos de masones para encarar
las nuevas tendencias grupales de este siglo. Son
grupos que están emergiendo en el mundo entero --
en especial en el Continente Americano. Todo esto
debido a que hay preocupación por lo que ocurre
entre los masones del nuevo siglo. Hay preocu-
pación por lo que hemos denominado un evita-
miento del trabajo masónico. Por ello, tanto en
Europa como en América, se habla de sesiones
de instrucción de todo un día, de procesos de tu-
toring y de mentoring, de sistemas de e-Learning
y de educación a distancia… todo para combatir
las altas tasas de atrición o abandono masónico.

En el caso boliviano, hemos podido encontrar un


sistema de Grupos Íntimos de unos 6 o 7 masones
por grupo, que se buscan y les da gusto pasar un par
de horas a la semana o cada quince días, pero lejos
de los formalismos rituales de una logia. No es que
dejan de asistir a su logia simbólica, sino que la com-
plementan con sesiones equivalentes a las de una
Cámara de Maestros, donde se ejerce la maestría de
una manera horizontal, sin jerarquía alguna y se dis-
cute -masónicamente- dilemas éticos que afectan
personalmente a los miembros de ese Grupo Íntimo.
Unas veces lo hacen de forma sistemática siguiendo
un orden, otras de la manera más abierta, siguiendo
noticias del día o preocupaciones espontáneamente
compartidas.

Lo fundamental en un Grupo Íntimo es la confianza y


la veridicción… para aprender a decir y escuchar la
Verdad, en una atmósfera de total seguridad y con-
fianza que posibilita la apertura de cada quien, en el
entendido de que lo que se diga no llegará a herir a

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los hermanos, aún en situaciones extre-
mas. Pero ello necesita una cierta predis-
posición masónica para enseñar y aprender
con la Verdad de Vida de cada quien, y con
la seguridad que lo que se dice en estos
Grupos Íntimos se quedará bajo la más es-
tricta confianza y seguridad entre los miem-
bros del grupo. Que aquello que se confía
a los miembros del grupo se quedará entre
los miembros del grupo.

La conversación conlleva la más absoluta honestidad


intelectual así como el compromiso de cada miembro
del grupo para ejercer una maestría plena y una pre-
disposición abierta para aprender de los comentarios
que brindan los miembros de un Grupo Íntimo para
mejorar y corregir los comportamientos, las actitudes
y los desempeños de cada quien. En otras palabras,
en un Grupo Íntimo se trata de conocerse a sí mismo
y ocuparse de sí mismo, en los temas más íntimos,
complejos y complicados de la vida de cada quien...
temas que afectan directamente la vida de los com-
ponentes del grupo.

Esto requiere de mucha confianza entre hermanos;


lo que no necesariamente se encuentra en cualquier
grupo de masones. En un Grupo Íntimo se plantean
diverso tipo de dilemas éticos propios de aquellas si-
tuaciones y de aquellos masones que se evalúan y
analizan a sí mismos… masones que compartiendo
diverso tipo de angustias de vida, se analizan a sí
mismos en el marco de la confianza de un grupo que
se respeta, admira y cuida... que está dispuesto a
analizar estos temas con profundidad, veracidad y
prudencia masónicas. Es un saber para la vida de
un grupo que ejerce militantemente el oficio de los li-
bres (libertad responsable de expresión, etc.), para
considerar qué hacer o qué no hacer. Y lo hace con
base en los símbolos y las alegorías masónicas... in-
terpreta la realidad y propone formas de actuar... de
pasar de la reflexión profunda a la acción fecunda.

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En este sentido, los problemas analizados, al ser res-
pondidos adecuadamente, se constituyen en una im-
portante oportunidad para la acción... para la acción
masónica deliberada, analizada, discutida y enmar-
cada de manera pro-activa... transformada en acción
y puesta en marcha por cada uno a su propio tiempo,
respondiendo a su propio criterio.

Los Grupos Íntimos son una forma de “irradiación


masónica en la práctica cotidiana” por medio de teji-
dos sociales masónicos que son mucho más flexi-
bles, aceptados y aceptables en las comunidades del
Siglo XXI. Son formas de conversación y acción ma-
sónicas que articulan, de poco en poco, involucrando
a múltiples actores, en múltiples campos a los que la
Masonería Simbólica de estructura tradicional le cu-
esta llegar.

Si se llega a formar un grupo íntimo de unas 6 o 7


personas, el masón que sea parte de ese
grupo tendrá la seguridad que jamás transi-
tará por la vida solo o aislado, sino que lo
hará en medio de sus hermanos masones,
que decididamente lo apoyan y respaldan
con los cinco puntos de la fraternidad a flor
de piel, con la fuerza de una hermandad ho-
nesta, con la confianza que brinda lo que se
enseña y aprende en masonería.

Para los Grupos Íntimos de pertenencia ya


no hay recetas estructurantes únicas, jerár-
quicas ni procedimentales. Son grupos que
promueven masonería con orgullo propio, con el or-
gullo, la responsabilidad y el coraje de ser masones.
Ya no responden a esas clases o a esas jerarquías
dominantes de antaño que se avergonzaban con lo
nuestro, con lo propio de nuestra realidad, con el
aquí y el ahora de nuestros problemas.

En los Grupos Íntimos ya no hay los pesimismos con


lo ocurre en el aquí y en el ahora de nuestro país. Es
así que incluso los más jóvenes pueden encontrar
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Grupos Íntimos para el estudio, el análisis y la pro-
yección de sus expectativas personales y grupales...
con la fraternidad y la seguridad de estar trabajando
en igualdad (el nivel), y con moralidad (la escuadra).

En los Grupos Íntimos de masones prima el con-


cepto de cómo hacer masonería, cómo investigar y
cómo profundizar en lo masónico que nos afecta,
que nos convoca, invita y entusiasma.

Tal como mencionamos anteriormente, el Círculo o


Grupo Íntimo no niega la logia simbólica... la com-
plementa, trata de traducirla a una clave de acciones
y mejoramientos propios. Su mandato es el de an-
clar y vincular, anclar y expandir o irradiar, no con
propuestas pensadas para otras personas, para otro
país, sino pensando en lo nuestro, en la especifici-
dad de lo nuestro y de los nuestros.

Con los Grupos Íntimos intra-logiales o inter-logiales,


debemos rescatar las dimensiones de lo nuestro, de
nuestra historia y de nuestra cultura tan universal
como local… y compartirlas... hacerlas la base de
una masonería renovada y fortalecida. Lo que bus-
camos con los Grupos Íntimos es un ideario masó-
nico que reconozca una situación intrínsecamente
cambiante pero direccionada al mejoramiento del
hombre y la búsqueda de la Verdad. Esto no es pro-
pio de un club social, sino de una comunidad de en-
señanza y aprendizaje que se define a sí misma al
tratar de construir futuros de esperanza y perfeccio-
namiento para la felicidad del hombre, la familia, la
patria y la humanidad... algo que se logra a partir de
lo específico de nuestros hermanos, de nuestros
compañeros, de nuestras familias y comunidades.

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