T13 El Reino de Dios

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ENCUENTRO No.

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Sépanlo bien:
El Reino de Dios está cerca JESÚS NOS OFRECE SU REINO (Jn 19,11)

OBJETIVO
 Conocer y profundizar la predicación de Jesús sobre el Reino de Dios.

JESÚS NOS OFRECE SU REINO


Como bautizados, tenemos una gran responsabilidad: construir el Reino
de Dios en la historia: un Reino de justicia, amor y paz que se hace
presente especialmente en la persona de Jesucristo y que pone en
nuestras manos para que continuemos su labor. Realmente como
cristianos, somos conscientes de esta responsabilidad; sabemos lo que es
el Reino de Dios, vivimos dentro de su dinámica.
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Aunque hay citas en abundancia que hacen referencia al Reino, hoy tomaremos
la sección del Evangelio de Mateo que se refieren al Reino de los Cielos y para
reflexionar dentro de dicha sección, el discurso parabólico, que nos da pautas
para entender el Reino.

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Leer Mt 13,1-51. A la luz de la Palabra leída, respondamos:
1. ¿Qué entendemos por el Reino de Dios?
2. Enlistar y definir algunas características del Reino.
3. ¿Qué actitudes pide el Señor para entrar en la
dinámica del reino?

Jesús es presencia del Reino entre nosotros, toda su vida, muerte y resurrección,
tuvieron como causa el establecer entre nosotros la presencia del Reino de Dios,
sus milagros, discursos, parábolas, nos hablan del Reino; no hace teorías del
Reino, sino que nos habla de un proyecto de Dios dentro de nuestra historia; su
reinado, la nueva situación creada cuando los seres humanos quedan libres de
las idolatrías que matan y dejan que Dios sea único señor de sus vidas.
No se predica a sí mismo, no busca seguridad, el prestigio ni el aplauso. Jesús
vive para el Reino, es presencia del mismo Reino entre la humanidad. La llegada
de ese Reino es manifestación del verdadero Dios como amor gratuito; y esa es
la gran revelación de Jesús cuya historia se desgrana como servicio de amor en
favor nuestro.

Es portador de la buena noticia no sólo manifestando la llegada del Reino con


parábolas y milagros, sino también y sobre todo en su forma de vivir y de dar su
vida por nosotros en la cruz.

LOS SIGNOS QUE MANIFIESTAN LA LLEGADA DEL REINO:


El Evangelio de Mateo en 4,23 es una buena presentación: “Jesús recorría
toda Galilea, enseñando en las sinagogas, predicando el Evangelio del Reino
y curando en el pueblo toda enfermedad y toda dolencia; Mateo 12,28 añade
la expulsión de los demonios. Jesús, que gustó profundamente la intimidad
con Dios Padre a través de una cercanía amorosa e incomparable, quiso
mostrárnosla a través de un lenguaje simbólico, es decir, con comparaciones,
de ahí tenemos las parábolas.

Las parábolas manifiestan “el dinamismo del Reino de Dios”, que nos 50
permiten solo acercarnos a través de imágenes, símbolos, figuras del
Reino y encontrar algunos rasgos muy notables dentro del dinamismo
que el Reino trae.
Las Parábolas

En varias parábolas se apuntan actitudes nuevas con que se debe vivir


la llegada del Reino de Dios. No se debe echar uno a dormir en sus
falsas seguridades como el hacendado que una vez que llenó sus
graneros con abundante cosecha. Hay que arriesgar todas las
facultades por la llegada del Reino y no hacer como el que. por miedo
al riesgo. escondió el talento que había recibido. Si el administrador
infiel es capaz de ser creativo buscándose protectores para cuando el
amo le eche fuera, ¿cómo no vamos a ser creativos cuando el Reino
de Dios está llegando y en la manera de establecerlo en el mundo?
a)

(Lc 16,8). No vale aferrarse a prácticas religiosas establecidas, sin


cambiar de conducta: unos dicen sí aparentemente pero luego en la
práctica dicen no, mientras otros que no parecen religiosos, llevan una
práctica de vida conforme a la voluntad de Dios.
La primera comunidad cristiana celebraba la historia de Jesús a quien
“Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder; pasó haciendo el bien
y curando a todos los oprimidos por el diablo porque Dios estaba con
Él...; le dieron muerte colgándole de un madero” (Hch 10, 38-39).

Los milagros de Jesús son interpretados como manifestación del


poder de Dios en quien se dejó transformar por el Espíritu
entregándose hasta la muerte por amor.
Los Milagros de Liberación

El milagro es “acontecimiento” donde actúa la fuerza de Dios; pero no


es algo necesaria y objetivamente extraordinario, lo es desde una
mirada de fe, tampoco es necesariamente violación a las leyes
naturales. Es signo de la presencia y cercanía divinas. Los milagros no
son pruebas de que Dios existe, sino más bien signos, señales de lo
que quiere Dios y cómo actúa llevando a cabo su proyecto de
liberación. Para descubrir esa presencia es necesaria una mirada de
fe, una salida de la propia tierra con voto de confianza; así tiene lugar
la revelación bíblica; experiencia creyente de un pueblo en la cercanía
amorosa de Dios.
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Hemos hablado de la necesidad de la fe para la realización del
milagro, pero ¿Qué entendemos por fe? No se reduce a la aceptación
de verdades o sólo confianza en Dios. Implica también un impulso de
parte de quienes de benefician del milagro. Se podría entender como
si el milagro es obra de un poder que Jesús tiene y de una fuerza que
aportan los necesitados.
b)

El objetivo de las curaciones y de los milagros es que los hombres


y mujeres puedan vivir como personas libres y tener su voz propia
en la sociedad humana. Jesús actúa para levantar al desvalido, le
anuncia la buena noticia sobre Dios. Las curaciones son obras de Dios
para construir su reinado, esa convivencia de personas en el amor y la
libertad. Como expresión y práctica de esa voluntad Jesús expulsa a
los demonios. El Reino de Dios no pretende dominar y someter a los
seres humanos, sino expulsar a las fuerzas que nos oprimen e impiden
que seamos nosotros mismos y que vivamos en el proyecto de Dios.
La conversión, fruto ante la iniciativa de Dios de instaurar el Reino:
La conversión es la llamada continua en toda la historia bíblica, con
Jesucristo se da un paso nuevo. Es verdad que, ya en la historia del
Antiguo Testamento, el perdón y la expiación tenían como punto de
partida la inclinación gratuita de Dios en favor del pueblo; pero en el
acontecimiento Jesucristo los sentimientos de Dios se interiorizan en
La Conversión

la humanidad que actúa movida desde dentro por el amor.

En el Evangelio de Marcos 1,15 encontramos la inspiración cristiana


más novedosa: “se ha cumplido el tiempo, ya está presente el Reino
de Dios, conviértanse y crean en el Evangelio”. La conversión
evangélica no es el esfuerzo del ser humano por acercase a una
divinidad alejada, sino la reacción libre, agradecida y alegre ante la
buena noticia de Dios que por amor interviene para dar vida.

Para lograr vivir en esa dinámica de conversión, es necesario que


c)

vivamos una espiritualidad auténtica, la de las Bienaventuranzas, que


como programa de vida, Jesús nos lo propone, ya que él es el primero
en vivirlas. Como nuevo Moisés nos trae la nueva ley, aquella que nos 52
da la Felicidad de ponernos en camino, viviendo la nueva justicia del
Reino, hasta llegar a la exhortación de Mateo 5,48: “sean perfectos
como perfecto es su Padre celestial”.

Somos invitados entonces a una actualización del amor que


reacciona para dar un paso hacia adelante, buscando el Reino
como el valor absoluto, sabiendo que ahí está la clave de
la vida y felicidad para todos los seres humanos.

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1. ¿Qué entiendo ahora por el Reino de Dios?
2. Basado en las parábolas, ¿Qué rasgos del Reino
puedo mencionar?
3. ¿Qué indican los milagros que Jesús realizó?
4. ¿Cuál es la respuesta que el Reino pide de nosotros?

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