Modulo de Oratoria
Modulo de Oratoria
Modulo de Oratoria
ORATORIA
DOCENTE
Dr. ORLANDO ASCAYO LEÓN
HUÁNUCO-2021
EL AUTOR.
INTRODUCCIÓN A LA ORATORIA
1. CONCEPTO DE ORATORIA.
Se llama oratoria al arte de hablar con elocuencia, es también un género literario formado
por el discurso, la arenga, la disertación, el sermón, el panegírico, entre otras varias.
Este segundo sentido más amplio se aplica a todos los procesos literarios que están
planteados o expresados con la misma finalidad y con propósito persuasivo. Esta
finalidad de persuadir al destinatario es la que diferencia la oratoria de otros procesos
comunicativos orales. Del mismo modo que la finalidad de la didáctica es enseñar y la
de la poética deleitar, lo que pretende la oratoria es convencer de algo. La persuasión
consiste en que con las razones que uno expresa oralmente se induce, mueve u
obliga a otro a creer o hacer una cosa. Ahora bien, no es su única finalidad. El
propósito de la oratoria pública puede ir desde transmitir información a motivar a la
gente para que actúe, o simplemente relatar una historia. Los
buenos oradores deberían ser capaces de cambiar las emociones de sus oyentes y no
sólo informarlos. La oratoria puede ser una poderosa herramienta que se usa para
propósitos tales como la motivación, influencia, persuasión, información, traducción o
simple entretenimiento.
LA ORATORIA
1. ¿QUE ES LA ORATORIA?
La palabra oratoria no tiene nada que ver con orar o rezar, es un vocablo que se origina del
latín y significa el arte de hablar con elocuencia, es un género literario que se concreta en
distintas formas, como el discurso, la disertación, la conferencia, el sermón, etc. La oratoria es
el arte de hablar o comunicarse oralmente con otras personas con el objetivo de informarles,
enseñarles, instruirles, convencerlas, entretenerlas, venderles algo o persuadirlas a hacer
algo en particular. Es bueno señalar que hay una gran diferencia entre pers uasión y
manipulación, son dos cosas muy distintas.
El mundo moderno exige gente que se comunique con mayor precisión y claridad, solo
aquellos que son capaces de hacerlo tienen todo el éxito a su favor.
Por esta razón, cada vez más personas se están preocupando por comunicarse mejor con
sus semejantes, herramienta indispensable para todo aquel que desee alcanzar el éxito en
esta competitiva sociedad moderna.
Todos podemos hablar bien y comunicarnos mejor con otras personas, claro está, se requiere
de un entrenamiento en esta materia de la comunicación, como, por ejemplo, un buen curso
de expresión oral para aprender a comunicarse eficazmente verbal y corporalmente para que
el mensaje sea todavía más claro, este tipo de entrenamiento es conocido como curso de
oratoria moderna
1.3 LA ELOCUCION ORAL
La elocuencia es el bien decir, ya en prosa, ya en verso y, aunque el calificativo de elocuente
se asigna de un modo especial al orador, la elocuencia cabe dentro de todas las
composiciones literarias, sea cualquiera el género a que pertenezcan, y sean habladas o
escritas.
No se es elocuente sólo por la palabra, sino por el gesto, por los ademanes, por la risa, por el
llanto, por el silencio mismo, que en ocasiones tiene mayor elocuencia que cuantas palabras
se dijesen.
1.4 IMPORTANCIA DE LA ELOCUCION ORAL
Muchas carreras o estudios como son la ingeniería, la ciencia, la música, el arte, etc.,
tienen su debida importancia, de lo contrario no se estudiarían, o no se tuviera el
mínimo interés en aprenderlas. Así también la importancia de la Elocución, radica que
es un bello arte que nos da la capacidad para poder expresar de manera segura, coherente y
ordenada nuestras palabras.
Aprender oratoria hoy en día es un reto que muy pocos se atreven a intentarlo ya que la
oratoria le permite hablar en público con la seguridad que irradia su persona, se aprenden
técnicas y conceptos que van a ayudar en cada aspecto de su vida. La importancia de la
Elocución radica en que es imprescindible para poder abrir las puertas a mejores oportun idades d e
vida, a mejores condiciones socioeconómicas, elevar su moral, su seguridad personal, entre
tantos beneficios que serían largo detallar.
Los fines específicos de la elocuencia han sido también materia de debate desde los
tiempos antiguos. Historiar la diversidad de opiniones, sería caer en una bizantina y
fatigosa enumeración, pues en esencia coinciden casi todas ellas. La divergencia de
opiniones tiene su origen en los cambios de perspectivas de las distintas épocas,
países u oradores.
Para Cicerón, la elocuencia tiene por fines instruir, deleitar y conmover. Aristóteles
señala, alabar y vituperar, persuadir y disuadir, acusar y defender, San Agustín, por lo
que se refiere a la elocuencia religiosa pide enseñar, conmover y agradar, y fenelón,
refiriéndose a la elocuencia en general probar, conmover, para persuadir o para
enseñar. Sencillamente se trata de convencer o de exponer, como sostiene
modernamente André Sigfried; “se habla para conmover, para persuadir o para
enseñar”.
Las coincidencias son lógicas, pues todas tienen en cuenta, el repertorio posible de
intenciones humanas y la aparente diferenciación no es más que un desdoblamiento
sutil de los conceptos.
En la realidad en la Elocuencia, estos fines pueden darse solos o lo que es muy frecuente
combinados entre sí, tanta es la variedad de formas, temas, ocasiones, lugares, sujetos y f ines
que se pone de manifiesto en el ejercicio real de la palabra.
Cada uno de estos tipos de elocuencia tiene sus propias leyes y formas típicas usuales.
“No hay nada mejor que hablar en público con total elocuencia y seguridad”
- El aseo personal
Es la limpieza, cuidado, compostura y buena disposición de nuestro cuerpo. Ello
transmite una agradable impresión a través del sentido visual y olfativo. El acicalamiento
en nuestro peinado, maquillaje y perfume permiten un buen acercamiento de los oyentes
hacía nosotros. El no bañarse o no cepillarse los dientes, a la larga van prod uciendo un
hedor insoportable o un aliento nada agradable que pondrá una barrera entre nosotros y
las personas con las que tratamos. Es recomendable el baño diario, el cambio de ropas
con la misma frecuencia, el corte de uñas y de cabello en forma periódica.
- Memoria
El poder recordar nombres, rostros, situaciones y la ubicación exacta de documentos o
cosas, constituye un requisito indispensable en la labor del orador, ello le permite evocar
con facilidad, información que se necesita en lo inmediato. El llamar a las personas por su
nombre, luego de haberlos reconocido, constituye una muestra de especial deferencia
hacia el público con el que tratamos. Recordar la ubicación de documentos y cosas, nos
permite realizar las labores con mayor rapidez. La memoria se ejercita a través de la
observación minuciosa, la retención y la evocación.
- Sensibilidad
Es la facultad de sentir física o moralmente los sentimientos de alegría, pena, dolor,
compasión y ternura. Es una cualidad propia de los seres humanos, pero no por ello
todos los tienen desarrollados en la misma medida. Existen algunos oradores que
parecieran insensibles al dolor ajeno, dan la impresión de no interesarles para nada los
sentimientos de sus congéneres.
A la larga, estas personas se hacen odiar y son públicamente vilipendiadas. En cambio,
un orador que demuestre sensibilidad en su trato y en sus acciones se ganará el cariño y
estima de las personas con las que trata.
- Iniciativa
Es el ideal que nos mueve a realizar algo por voluntad propia sin que nadie nos lo diga,
ordene o motive. Involucra la acción de adelantarse a los demás en hablar u obrar, es
una cualidad personal que inclina a las personas a realizar acciones para alcanzar una
ventaja competitiva. En la mente de todo orador debe estar presente siempre la frase: «la
iniciativa es del interesado», si anhelamos lograr un objetivo, no podemos confiar sólo en
la voluntad divina o en la buena voluntad de las personas; sino que, como interesados,
debemos intervenir directamente para su concretización.
3° CUALIDADES MORALES
La moral está relacionada a las costumbres y a las normas de conducta de una
determinada sociedad. Por extensión, podemos decir que es el conjunto de normas de
comportamiento que debe cumplir un orador, para que exista congruencia entre lo que
predica y hace, en el ejercicio de su labor profesional.
- Honradez:
Es una cualidad que involucra un proceder recto y honesto de parte de un orador. Actuar
con honestidad significa, no apartarnos de los cánones morales establecidos por la
profesión ya que muchas veces suelen presentársenos oportunidades o propuestas nada
decentes, que bien podríamos aprovechar en beneficio nuestro. La falta de honradez
significa una falta moral hacia nuestra profesión y el desprestigio para nuestra persona.
Un orador que no sea honrado, poco tiempo durará en su trabajo, pues las exigencias de
su labor demandan de él, un proceder recto y honesto.
- Puntualidad
Es la cualidad de hacer las cosas con prontitud, diligencia y a su debido tiempo. Es ser
exactos en hacer las cosas a su tiempo y de llegar a los sitios convenidos en la hora
establecida. Napoleón Bonaparte solía decir: la hora es la hora... cinco minutos antes de
la hora, no es la hora... cinco minutos después de la hora tampoco es la hora. y concluía
diciendo: puedo perder una batalla, pero nunca un minuto; las batallas se recuperan, el
tiempo jamás La puntualidad es en esencia, una cualidad que todo orador debe practicar
e interiorizar en su subconsciente.
- Congruencia
Es la relación que existe entre el pensar y el actuar, relación que muchas veces no es
armoniosa, pues a menudo no hacemos lo que predicamos. Un orador puede manif estar
en una exposición empresarial, que los cigarrillos son dañinos para la salud y que por eso
no debemos fumar, pero al terminar su exposición, compra una cajetilla para fumarlos
delante de su sorprendido público.
Todo lo que decimos debe tener su contraparte en la acción, caso contrario corremos el
riesgo de caer en la demagogia o cháchara barata.
- Lealtad
Es la cualidad de ser leal; es decir, convertirse en una persona incapaz de traicionar la
confianza depositada en uno, o ser incapaz de engañar a quien le ha brindado su
consideración. Se entiende por leal a la persona que pese a los graves problemas que se
suscitan, no abandona jamás al compañero, jefe o institución para la que trabaja. Dícese,
que la lealtad inspira la realización de acciones nobles, altruistas y hasta de sacrificio.
Más que una cualidad, es una virtud que todo orador debe practicar a diario como parte
de su comportamiento ético y moral.
Como puede verse, el temor oratorio está muy difundido en el mundo. El riesgo de
pasar por algo engorroso en un escenario, nadie quiere correrlo, incluso las personas
con pergaminos y experiencia en el tema, pero tenemos que enfrentarlo.
- Falta de conocimiento del tema: en este aspecto debemos ser muy claros. Hacer
uso de la palabra sin saber de lo que se habla, es una falta de responsabilidad que te
hará desconfiar de ti mismo.
- Efectos:
- Sudoración excesiva,
- Temblor en las extremidades,
- Se traba la lengua,
- Vacíos en el cerebro –lagunas-.
- Turbación, enrojecimiento del rostro.
- Vergüenza.
Todas estas manifestaciones las hemos vivido en mayor o menor grado, suelen
presentarse en el momento menos deseado, tenemos que controlarlas.
¿CÓMO COMBATIRLO?
Conocido el diagnóstico o la situación, veamos qué debemos hacer para vencer el temor.
a. Tener conciencia de que el miedo existe y que hay que contro larlo . Cu ltivar la
serenidad.
La mayoría de oradores han fracasado en sus inicios, este fracaso inicial fue un
acicate para que siguieran perseverando en su deseo de expresarse en público.
Cuando estés montado en el caballo –hablando en público- y por allí cometes algún
error, por ejemplo, te olvidas alguna parte del tema; improvisa, no te quedes ca llado o
avergonzado; sigue con otra parte del discurso, ponle coraje a tu intervención. El
coraje consiste en persistir un poquito más, después que uno ya se considera vencido,
es la gran diferencia entre los que llegan a la meta y los que se quedan en el camino.
“No se debe de cambiar de caballo en medio del río”, proverbio argentino.
b. Realizar una autosugestión positiva
Piensa en las ventajas que vas a conseguir hablando en público. Imagínate que eres
un buen expositor, que los oyentes te aplauden y que se estimulan con tu mensaje.
c. Hay que tener un ideal oratorio, una motivación.
¿Por qué se inscribió en el curso de Oratoria? Porque... ¿Quiere vencer su timidez?
¿Hablar con propiedad? ¿Tener amigos? ¿Llegar mejor a sus alumnos? ¿Ser un
líder?, etc. A partir de sus respuestas, fíjese objetivos en el curso y trate de no parar
hasta conseguirlos. El ideal debe vencer el miedo.
d. Hacer ejercicios de relajación y respiración profunda.
La distensión de los músculos hace que uno se libere físicamente, esto es muy
importante antes de una intervención. Más adelante veremos cómo hacerlo.
Ejemplo: Recuerdo a una alumna llamada Vanessa, tenía alrededor de 14 años, pero era bien
desarrollada, alta, inteligente. Profesor me decía: “Qué puedo hacer... a mí me gusta
participar, cantar, bailar, etc., pero mis compañeros me molestan, se burlan, se ríen de mí,
¿qué hago? Siempre que voy a participar sucede lo mismo”.
Pues no le den el gusto –le dije- ellos no pueden impedir que te expreses, hazlo nomás, no te
concentres en ellos, fíjate en aquellos rostros amigos que te estimulan y dan aliento, y a los
burlones, ¡ignóralos! Mándalos a rodar; pero no se los vayas a decir directamente porque te
ganarías un problema, sino mentalmente: ¡VÁLLANSE A RODAR! A continuación, sigue, no te
detengas hasta conseguir lo suficiente. En el fondo, hay algo de envidia en tus compañeros,
como no pueden hacer lo que tú haces, te molestan; quieren que te vaya mal, que no puedas
destacar en tu colegio. No caigas en su juego, no les hagas caso, confía en tu maestra que
sabe que puedes hacerlo, ¡adelante!
A. Síndrome de Moisés:
Saben ustedes que a Moisés se le encargó el gran desafío de ir en busca del Faraón para
liberar a los judíos de Egipto. ¿Cómo hacerlo?, Moisés suplicaba que enviaran a otro pues
sostenía que nunca había tenido facilidad para hablar, ni aun después que le hablara Yavé;
no encontraba palabras para expresarse. Pero Yavé le dijo: “¿Quién ha dado la boca al
hombre? ¿Quién hace que uno hable y el otro no? ¿Quién hace que uno vea y el otro sea
ciego? ¿No soy yo? Anda ya, que yo estaré en tu boca y te diré lo que has de hablar”. La fe, la
confianza en Dios –como la tuvo Moisés- vence cualquier desafío. Recuerden estas frases: “Si
Dios está conmigo ¿quién podrá estar contra mí?”, “Todo lo puedo en Dios que me
fortalece”. No seamos soberbios, frecuentemente pensamos que solos podemos hacerlo
todo, que no necesitamos de nadie más; y nos equivocamos, terminamos lamentándolo.
Así pues, antes de cada presentación pidamos al Señor su bendición y su ayuda.
“Al empezar el discurso palidezco y empiezo a temblar”. Pericles jamás subía a un escenario
sin que le embargase la timidez.
Los grandes hombres de la historia vencieron sus limitaciones iniciales y por ello son tomados
como ejemplos de superación y desarrollo personal. Beethoven era sordo y compuso bellas
melodías; Milton no veía y escribió sublimes poesías; Watt, el inventor inglés, se enfermaba
con frecuencia y ganaba muy poco; Mijail Gorbachov, el responsable de la perestroika, era
un niño muy pobre -iba al colegio sin zapatos- y llegó a ser presidente la ex-URSS, Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas
ATENCIÓN Y CONCENTRACIÓN
DINAMICAS CONDUCIDAS:
TÉCNICAS DE RELAJACIÓN
Existen formas diferentes de buscar la relajación, más todas ellas persiguen un objetivo
fundamental:
Permitir que los miembros del grupo liberen tensiones al enseñar a relajarse en pocos
minutos. Es importante que el coordinador, en todos los casos, utilice un tono de voz
pausado, moderado, y que se tome todo su tiempo, sobre todo cuando lo aplica por pri mera
vez.
Objetivos:
Procedimiento de aplicación:
El facilitador le pedirá al grupo que cada uno se siente en una posición cómoda, con los
antebrazos apoyados en los muslos y las piernas ligeramente separadas, apoyando los pies
en el suelo. Al mismo tiempo, deben cerrar los ojos y tratar de concentrarse en las palabras
que dirá.
Pasos a seguir:
c) Continua diciendo: “Todos los músculos del cuerpo están relajados, flojos, los
brazos, las piernas, el cuello, los hombros, la espalda, el tronco, el
abdomen,…se sientan relajados, tranquilos, agradablemente relajados y
tranquilos, cada vez más relajados y tranquilos,… los brazos se van tornando
caliente, cada vez más caliente, agradablemente caliente, se tornan pesado,
cada vez más pesado, cada vez más pesado, esta sensación de calor y peso
se va trasmitiendo a las piernas, las piernas se van tornando calientes y
pesadas, cada vez más calientes y pesadas, cada vez se sienten más
tranquilos, más suaves, agradablemente relajados”.
d) Una vez lograda la relajación, el facilitador dirá: “En la medida en que cuente
hasta tres, sus músculos se irán recuperando poco a poco, abrirán los ojos y
seguirán tranquilos y relajados. Uno, dos y tres”.
Utilidad:
El coordinador puede utilizar esta técnica cuando observe que, durante la
dinámica, el grupo está tenso y ansioso.
Puede utilizarse al inicio, durante el desarrollo o al final de la sesión, el
momento preciso depende de que el facilitador haga una buena observación e
interpretación de los momentos de ansiedad de los miembros del grupo en la
sesión.
Esta técnica se enfatiza en el peso, el calor y en af lojar el tono muscular.
Pueden utilizarse otras variantes de relajación en las que, por ejemplo, se
enfatice en la ligereza y no en el peso (“Se sienten ligeros, flotan, vuelan,…”),
o se pide pensar en algo agradable, o en una música suave, o en un lugar que
a cada uno le guste y se sienta bien y relajado.
Puede utilizarse una música suave, o en un lugar que a cada uno le guste de
fondo ligada a la relajación.
Lo importante es que el grupo se relaje y elimine la tensión física y la
ansiedad.
DINAMICA DE CONCENTRACION
El pueblo manda
Objetivo:
c) Quien tarde más de cuatro segundos en responder, da una prenda o sale del
ejercicio. Discusión: Igual que en las anteriores.
El coordinador debe asegurarse de que las instrucciones son bien comprendidas por el
grupo.
Utilidad:
Puede utilizarse esta técnica para concentrar al grupo en determinado contenido que se va a
introducir; en este caso, el facilitador puede ser quien comience la ronda, presentando algo
relacionado con el contenido que posteriormente será trabajado. Por ejemplo, si se va a
trabajar un contenido relacionado con las relaciones de pareja, puede comenzar diciendo:
“recuerdo a una pareja de novio sentados en un parque”.
DESCUBRIMIENTO Y PRESENCIA DE LA FUERZA INTERNA
Descubrimiento de la personalidad
Una personalidad madura ayuda a vivir más feliz y con mayor autoestima, para lograr esa
madurez, el ser humano tiene que esforzarse y trabajar rigurosa y pacientemente a lo largo de
su vida: las relaciones enriquecedoras con otras personas, los aspectos positivos del trabajo,
las aficiones. La búsqueda de situaciones placenteras es una tendencia natural en el ser
humano, y la comunicación satisfactoria es una de las superiores.
Las personas que se comunican óptimamente tienen una mejor relación y conexión con los
demás y obtienen un mayor apoyo social. Parece que se da una retroalimentación
permanente entre la buena comunicación y una vida más agradable.
Hablar nos ayuda a entendernos mejor a nosotros mismos y a interpretar las cosas que nos
afectan, al comentar con otros los pensamientos y los sentimientos que nos preocupan ,
reducimos la ansiedad y la intensidad emocional que conllevan, minimizando la posibilidad de
que nos produzcan dolor o afecten a nuestra estabilidad mental, cuantas más veces
comentemos un suceso o unas emociones perturbadoras, disminuimos su fuerza y su
capacidad de hacernos daño.
Con una buena autoestima te sientes con confianza, te encuentras menos influenciado por
tus iguales, toleras mejor las frustraciones y abordas las tareas y los retos con entusiasmo.
Con una baja autoestima te sientes inseguro y frágil y eres más propenso a la frustración, un
entorno positivo y estimulante contribuirá a que la persona tenga una buena autoestima y sea
más segura, por el contrario, en condiciones adversas se estructuran personalidades
inseguras, desconfiadas y frágiles.
A través del autoconocimiento podemos prestar atención a nuestra forma de emocionarnos y
de sentir, identificar situaciones o hechos que nos producen determinadas reacciones,
recobrarnos mejor de situaciones negativas o dolorosas, comprender lo que está sucediendo
en nuestro mundo interior y relacionarlo con el exterior, discriminar nuestra forma de sentir.
Sencillo ejercicio para que trates de identificar por escrito:
- Tus puntos fuertes (habilidades, cualidades, etc.)
- Tus puntos débiles.
- Tus intereses.
- Tú escala de valores.
- Tus potenciales de aprendizaje.
- Tipos de reacción ante diversas situaciones (familiares, sociales,
profesionales).
- Aspectos de ti mismo que no sean observables ni conocidos por los demás.
- Sentimientos hacia hechos o cosas importantes.
Éste es otro objetivo del trabajo interior, hay personas que, aunque puedan tener esos
problemas, no se dan cuenta de ellos, quizá porque esos problemas no alcanzan en ellos una
urgencia, una gravedad. Por otra parte, sienten con más fuerza la necesidad de desarrollar
unas nuevas capacidades, porque la vida exterior lo exige, y se dan cuenta de que si pudieran
dar un rendimiento superior tendrían unas posibilidades (profesionales, sociales) mayores que
las que tienen actualmente. También se da cuenta la persona de que si quiere ser más capaz
es de su interior que debe adquirir esta capacidad, es desde dentro que se ha de desarrollar.
Algunas de las cualidades que se pueden desarrollar mediante el trabajo interior son las
siguientes:
- tener una mayor serenidad para afrontar las situaciones;
- tener una mayor fuerza personal, una mayor capacidad de impacto;
- tener una mayor capacidad de concentración y de asimilación;
- poder asumir mayores responsabilidades (al aumentar su capacidad de rendimiento
intelectual).
LA POSTURA
Tu cuerpo habla: ¿Te gustaría que contradiga lo que dices, o prefieres que transmita lo
mismo que tus palabras?
- Puedes hablarme de felicidad mientras tu cuerpo me transmite tristeza y NO te voy a creer.
Tu postura base es la posición que adopta tu cuerpo justo antes de empezar a hablar. Y digo
tu cuerpo y no tú, porque es un reflejo que haces de manera inconsciente. Puede ser juntar
tus manos al frente, atrás, meterlas en los bolsillos, frotarlas o cualquier otra.
Es importante que primero descubras cuál es tu postura base. Y es algo que haces tan
automáticamente y sin darte cuenta, que vas a necesitar la ayuda de alguien más o incluso
grabarte en video para hacerte consciente de ella.
Yo descubrí que mi postura base era juntar mis manos al frente uniendo las puntas de los
dedos. Me ha costado mucho esfuerzo deshacerme de esa mala costumbre, pero lo estoy
logrando con la ayuda de las recomendaciones que voy a compartir a continuación…
Haz presencia.
Siempre que estés al frente de un grupo de personas, ya sea que estés hablando o en
silencio, debes mantener una postura de PRESENCIA.
Esta postura tiene que proyectar comodidad, firmeza y seguridad, mientras es natural y
agradable al mismo tiempo.
Cómo tener una postura de poder:
- Mantén tus dos pies firmes en el piso. Tu postura firme transmite autoridad y seguridad
a las personas, así que evita balancear tu peso en cada uno de tus pies.
- Separa tus piernas sin abrir las puntas. Esto te proporciona una mayor estabilidad
mientras mantienes las puntas de tus dedos en dirección de los oyentes.
- Saca un poco el pecho. Haz tus hombros hacia atrás y levanta el pecho con naturalidad
mientras evitas a toda costa el encorvamiento.
- Tu frente siempre en alto. Para asegurarte de que tu cabeza está en la posición correcta
te recomiendo que eleves tu mentón como si quisieras apuntar con él a la misma altura del
mentón de quienes te escuchan.
Tus manos relajadas en tus costados. Mantén tus brazos a ambos lados de tu cuerpo de
una manera natural, esa es la postura base ideal de una persona segura antes de hablar y
mientras lo hace.
LA RESPIRACIÓN
a. Inspiración
b. Contención
c. Espiración Formas de respiración: Diafragmática, Clavicular
1º Ejercicio de Respiración:
Cuando se habla en público es preciso poder inspirar aire muy rápidamente, sin ruido
y ser capaz de espirarlo durante 20 segundo o más.
2º Ejercicio de Respiración:
3º Ejercicio de Respiración:
4º Ejercicio de Respiración:
Estando de pie, trate de tomar la mayor cantidad de aire, observe como se abulta su
estómago; luego espire lo más lentamente posible contando en orden ascendente los
números del 1 en adelante. Repita este ejercicio por espacio de 5 minutos y luego
efectúe el conteo regresivo comenzando por el número mayor alcanzado durante la
primera fase.
5º Ejercicio de Respiración:
Si desea una autoevaluación diaria, pruebe con este ejercicio: respire y diga: "Gracias
a mi gallina ponedora, los huevitos no me faltan. Diariamente tengo uno, tengo dos,
tengo tres, tengo cuatro, tengo cinco………………….. (Continúe así hasta que le
alcance la respiración). El éxito estará en que cada día tenga más huevitos.
RELAJACIÓN
El público no es el enemigo, sino que, bien al contrario, son personas que consideran que el
orador puede aportarles algo, están convencidos de que no van a perder el tiempo
escuchándole. Por ello, no se debería tener un miedo desproporcionado a hablar en público,
algo que, sin embargo, suele ser bastante habitual. Tener miedo antes de una intervención
Hay que analizar este miedo que a uno le atenaza y tratar de descubrir las causas que lo
originan. Uno se dará cuenta de que gran parte de este miedo es irracional, no obedece a
motivos lógicos (miedo de hacer un ridículo espantoso, de que se rían de uno, de
tartamudear, de caer en desgracia, de hundir el prestigio profesional, de que le abucheen…).
Son situaciones que no van a ocurrir y por lo tanto este miedo hay que rechazarlo por
absurdo.
Otro tipo de miedo sí puede ser racional: obedece a situaciones adversas que pueden
presentarse (quedarse en blanco, no saber contestar a una pregunta, que no funcione el
proyector, etc.). Frente a este miedo racional lo que hay que hacer es tomar todas las medidas
posibles para reducir al mínimo las posibilidades de que estas situaciones se produzcan (por
ejemplo, llevando fichas de apoyo, preparando el discurso a conciencia, verificando previamente
de que el proyector funciona correctamente, etc.).
A veces también preocupa el pensar que el público pueda darse cuenta del miedo que uno
tiene (sudores, temblor en el habla o en las piernas, cara demacrada, etc.), pero es muy difícil
que esto ocurra: Son reacciones físicas que uno percibe intensamente pero que apenas so n
percibidas por terceros. Además, en el caso hipotético de que así fuera, el público pensaría
que son reacciones muy naturales, que a cualquiera le podría ocurrir.
La mejor forma de combatir el miedo es con una adecuada preparación: hay que trabajar y
ensayar la intervención con rigurosidad. Cuando se domina la presentación se reducen
drásticamente las posibilidades de cometer errores; esto genera confianza y disminuye el
nivel de ansiedad.
También resulta muy útil pensar en positivo, es decir, en la satisfacción tan enorme que a uno
le produciría obtener un gran éxito. El orador debe auto-convencerse de que con una buena
preparación este éxito está al alcance de la mano.
Otro modo de combatir el nerviosismo es realizar, unas horas antes de la intervención, algún
ejercicio físico intenso (un partido de tenis, salir a correr, etc.). Esto contribuye a quemar
energías y genera un cansancio físico que contribuye a calmar los nervios.
Subir al estrado con tranquilidad, sin prisas, mirar al público unos instantes mientras se le
saluda, ajustar el micrófono, organizar las notas... y comenzar a hablar despacio.
Dominio de la respiración.
LOS GESTOS
Los gestos (complemento de la palabra y en contadas ocasiones sustituto de ellas) son los
movimientos “a propósito” realizados por alguna parte del cuerpo, ya sea la cabeza, los
hombros, los brazos o las manos para reforzar o demostrar lo que decimos. El gesto puede
llegar donde la palabra no llega y puede expresar con fidelidad estados de ánimo que la voz a
veces no puede reflejar.
Sinceridad: Concordancia entre lo que se siente y lo que se revela a través del gesto o la
mímica. Exactitud: No bastará solamente apuntar un gesto, ni abandonarlo después de
haberlo comenzado. Sincronismo: Cuando las palabras expresen dudas será el momento
preciso en que deba aparecer un rictus dubitativo en el rostro del emisor.
Señalar, Indicar: Cuando el orador quiere llamar la atención sobre una idea u objeto, apunta
hacia él con el índice de la mano derecha, o la izquierda.
Rehusar, Rechazar: Con un movimiento oscilante de la mano con la palma hacia el público,
se expresa generalmente la desaprobación de una idea.
Dar o Recibir: Tanto para una acción como para la otra, el orador extiende la mano con la
palma hacia arriba.
Cuando hable de Dios, del cielo o del destino, levante verticalmente el brazo derecho con el
dedo índice extendido.
Cuando se dirija al público, señale con el brazo derecho extendido en línea horizontal y con
el índice extendido.
Para negar o afirmar, utilice el dedo índice de la mano derecha moviéndolo en sentido
coherente.
Dicen los estudiosos del lenguaje corporal, que las manos sujetas a la altura de la pelvis,
mandan un mensaje corporal de inseguridad, pues inconscientemente se está protegiendo la
parte externa más vulnerable del cuerpo humano. Los brazos cruzados a la altura del pecho,
se interpretan igual. Claro que esto debe analizarse e interpretarse en el contexto adecuado,
EL ROSTRO
El orador es observado casi todo el tiempo. Es el centro de atención de todo el público y si
bien él no puede estar mirando a todos, todo el tiempo, sí es mirado por casi todos, todo el
tiempo. Por eso debe tener conciencia de sus gestos. Si algo le disgusta o desagrada, si algo
le provoca gracia y no debe manifestarlo, si siente algo que no debe evidenciar, se hace
necesario un absoluto auto-control de su rostro. No sonreír cuando no se justifica pues puede
parecer cínico o irónico. No permanecer serio cuando se produce una situación graciosa,
pues puede parecer antipático. En general, podemos afirmar que, en caso de duda, es mu cho
mejor evitar gestos, que exagerar transmitiendo sentimientos que no se corresponden con el
discurso.
LA MIRADA
Entre el orador y el público debe establecerse un vínculo bi direccional; como si existieran
hilos invisibles que permitieran la transferencia de comunicación al nivel racional y también
emocional. Una manera muy eficaz de lograrlo es mediante un buen uso de la mirada.
Siempre resulta desagradable estar con alguien que nos habla sin mirarnos. Son personas
que transmiten una sensación de antipatía o de extremada timidez. Dos atributos negativos
de personalidad incompatibles con un buen orador. La presentación, ya sea en el campo de
los negocios, de la política o de la educación, debe tener en cuenta siempre, sin excepciones,
la sintonía perfecta y constante entre el presentador y sus oyentes. La mejor manera de
lograrlo, es mirar al público buscando la mirada de cada oyente. Este principio de la oratoria
se llama REPARTO DE LA MIRADA. No permanecer más de tres segundos mirando a una
persona mientras hablamos. Nuestros ojos deben pasar con la mayor naturalidad que nos
resulte posible, de un rostro a otro, sin detenernos en ninguno en especial. Presentadores que
exageran el tiempo de mirada a una persona en particular, provocan dos inconvenientes. En
primer lugar, a la persona víctima de la elección, pues se siente molesta por tener que
soportar la mirada como si le hablaran a ella solamente. Segundo inconveniente, al resto del
público que se siente simple espectador de una comunicación entre otras dos personas, de la
cual él no participa activamente. En síntesis, el principio básico es MIRAR A TODOS en
general, sin detenerse en ninguno en particular. MIRAR A LOS OJOS, sin fijar la vista en el
suelo ni en el techo. Durante toda la presentación, el or ador debe tratar de mantener la
Más que desconcentrarlo, los gestos que hace el público cuando el orador está hablando, le
orientan para que pueda matizar y adaptar su discurso a su auditorio y a las circunstancias
concretas en las que está hablando. Sí, se debe adaptar el discurso, aunque éste se haya
preparado minuciosamente.
El énfasis no es sino realzar con la voz las palabras y expresiones que queremos que
nuestro auditorio capte con mayor facilidad, las que consideramos más relevantes.
Al hablar en público, utiliza el énfasis para dar sentido y viveza a tu discurso. Sin un
énfasis adecuado los aspectos más importantes de nuestra disertación pasarán
Qué tipo de recurso debemos utilizar nos lo dirá el tipo de información y las
circunstancias en las que la estamos dando. Presta atención a esto al dirigirte a un
auditorio, porque en la vida diaria ya lo sueles hacer sin darte cuenta,
automáticamente.
Intenta establecer con anterioridad las palabras que deberías resaltar, teniendo en
cuenta los siguientes puntos al hablar en público:
Otro de los errores a evitar es dar una relevancia desmesurada a palabras de enlace,
es decir, a preposiciones y conjunciones (a, ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde,
durante, en, entre, hacia, hasta, mediante, para, por, según, sin, so, sobre, tras, versus y vía )
IMPOSTACIÓN VOCAL
Hace referencia a la acción y efecto de impostar por su parte, se utiliza para mencionar el
hecho de fijar la voz en las cuerdas vocales de manera tal que el sonido se emita sin
vacilaciones ni temblores.
La impostación se utiliza en el manejo de la voz, que es el sonido que se produce cuando
el aire pasa a través de la laringe y hace vibrar las cuerdas vocales.
Puede entenderse la impostación como una técnica o un ejercicio que se realiza con la voz.
Objetivo:
Mejora el manejo de la voz, para obtener el máximo rendimiento fonatorio con el menor
esfuerzo posible. Para impostar la voz, es necesario coordinar la respiración con la emisión
de los sonidos, mientras que se eliminan lo que los expertos definen como vicios vocales (una
altura tonal incorrecta, la asociación de la voz baja con los sonidos graves y de los gritos con
los agudos, etc.).
Con la impostación, la persona desarrolla un esquema vocal basado en el apoyo que la
respiración le brinda a la voz. Así, al percibir y manejar las vibraciones sobre el cuerpo, el
sujeto logra sacar el máximo provecho de las herramientas fonatorias.
La impostación, también llamada colocación, consiste en dirigir de manera correcta la voz
para que se combinen la respiración y la amplificación natural, de manera tal que se obtenga
un sonido claro, afinado, rico a nivel tímbrico y lo suficientemente flexible como para encarar
la interpretación de diversas obras musicales.
Según los principios la mejor impostación para la voz evita por todos los medios cualquier
esfuerzo enfocado en las cuerdas vocales; dado que no podemos ver el interior de nuestro
cuerpo, para asegurarnos de estar colocando correctamente la voz debemos comprobar que
el aire fluya suavemente por la garganta y choque contra nuestro paladar duro, de forma que
nunca sintamos molestias luego de una práctica.
En pocas palabras, una voz bien impostada debería poder oírse a más distancia y con más
claridad que un grito, incluso sin hacer uso de una gran intensidad.
Técnicas:
Lo primero que debemos hacer es relajarnos, sobretodo relajar los músculos de la
cara, no debemos exagerar demasiado a la hora de emitir una vocal, si apretamos
mucho el rostro los músculos de la laringe se van a ir debilitando, y esto a la larga nos
va a provocar diferentes disfunciones vocales. Lo ideal es hacer la impostación vocal
con el rostro relajado.
VICIOS DE DICCION
CONCEPTO DE DICCION.
La “Dicción”: Es la forma adecuada de emplear las palabras para formar las oraciones,
mediante una adecuada articulación, entonación, modulación y pronunciación.
“No hay nada mejor que hablar en público con total elocuencia y seguridad”
Así como los ademanes y gestos deben ser acordes con cada parte del discurso,
también la voz debe serlo. Un discurso pronunciado con un tono de voz monótono
perderá muy pronto la atención del público, una vez ocurrido lo cual, el público lo
encontrará tedioso y hasta difícil de soportar.
Hay que procurar siempre hacerse oír por toda la concurrencia presente, así como
matizar los tonos de la voz según lo que sea acorde a lo que se está diciendo.
El manejo de los gestos, de los ademanes y de la voz, son los instrumentos corporales con
los que el orador transmite las emociones.
EL DISCURSO
DEFINICIÓN
Existe una gran cantidad de términos que se confunden con discurso: debate, consejo,
negociación, exposición, texto, argumentación, retórica, diálogo, monólogo, miting, etc. Lo que
vamos a entender por discurso tiene un origen lingüístico, pero se extiende más allá, llegando
a un significado muy amplio y, a la vez, operativo y poderoso, tanto para entender lo que
ocurre como para intervenir en ello.
“Un discurso es toda sucesión de palabras, expresadas de forma oral, extensas o
cortas, que sirva para expresar lo que discurrimos; debe ser adecuado, es decir,
ordenado, acomodado y proporcionado para lo que se quiere, perfecto para el caso”.
c)Convencer
Su función básica es influir a los oyentes acerca de verdades claras e indiscutibles que de
poder ser probadas y comprobadas. Se ha de argumentar lo qu e se dice, y para ello será
necesario hacer uso de elementos cognitivos y racionales.
El primer paso para la planeación del discurso es decidir la función de éste (explicado
en el punto anterior). Cuando el orador quiere hablar en público necesita saber la
razón por la cual quiere hacerlo. También debe saber qué es lo que quiere obtener del
público. De esta forma podrá optimizar sus esfuerzos en la preparación del mensaje,
para que de esta forma cada argumento, imagen y palabra contribuyan para lograr su
objetivo.
COMPONENTES:
Es muy importante que nos realicemos esta pregunta, puesto que de ello dependerá
en gran medida la elección de nuestra forma de hablar y de nuestro vocabulario. No
es lo mismo hacer un discurso la educación que de medicina, ya que el uso de
tecnicismos y el vocabulario serán completamente distintos.
También hemos de observar que tipo oyente vamos a tener. No es lo mismo que un
jefe haga un discurso a sus trabajadores en una cena de empresa, que un ministro lo
haga ante el parlamento.
2. El Contexto
3. El Asunto
4. Modos y Soportes
Los recursos a los que se acude son muy diferentes según el poder de los agentes.
En un movimiento social, por ejemplo, se acudirá a argumentos, ordenándolos en
panfletos y en discursos gritados en las manifestaciones, se luchará por tener un
pequeño espacio en los medios donde insertar una cuña de reivindicaciones que
deberá ser muy estudiada y que apelará principalmente a argumentos racionales y a
causas humanitarias (a emociones). Será un discurso directo. En una campaña
política, los recursos serán fundamentalmente emocionales, muy publicitarios, con un
espectacular despliegue de medios y se acudirá a buscar el favor preferentemente
mediante prejuicios y estereotipos, simplificando al máximo la realidad, la democracia,
la función del votante, etc. El discurso del movimiento social irá encaminado
principalmente a ir arañando adeptos, mientras que el del partido político, con muchos
más medios, pondrá en marcha procedimientos de gestión de masas. Hay que
identificar los medios disponibles en el contexto donde se desarrolla el discurso y cuál
es su repartición de audiencia, a qué segmentos llegan y con qué poder. Conociendo
la disposición de los medios, se puede concluir sobre el efecto posible del discurso,
considerando los canales a los que está acudiendo. Es evidente que, a mayor poder
de los agentes, más posibilidades para acceder a los medios más extensos y de
mayor impacto
5. La Ideología
a). Introducción
Debemos:
b) Desarrollo
Es la parte del discurso que ha de tener más duración. En esta parte nos adentramos
en el tema principal.
Por ello es una de las partes también más conflictivas, ya que al ser más largo que el
resto, corremos el riesgo de perder la disponibilidad del espectador y su consecuente
interés.
Para evitar que el factor “desconexión” aparezca, hemos de utilizar todas nuestras
armas:
c)Conclusión
Es el punto estratégico de un discurso, pues lo que se diga al final de éste serán las
últimas palabras que se expresen y quedarán sonando en la memoria del auditorio
por un largo tiempo, ya sea de manera acertada o de reflexión. Por ser ésta la parte
más importante, hemos de tener especial consideración en:
- Formular los puntos de vista del orador y los méritos que éste dé ante una
solución.
TIPOS DE DISCURSO
Discurso leído.
Discurso memorizado.
Es aquél que se redacta y luego lo hacemos memorizar en nuestra mente. Este tipo
de discurso requiere una mera preparación y estudio del mismo, a la vez que hemos
de disponer de una gran memoria para almacenarlo en nuestra mente.
Discurso improvisado.
La improvisación consiste en “realizar” algo que hacemos todos los días sin darnos
cuenta, es decir, explicar o exponer un hecho, pensamiento o idea cualquier que
conozcamos y vestirlo con las palabras de nuestro léxico habitual.
Discurso “extempore”.
Los únicos inconvenientes pueden ser que no canalicemos los nervios y no exista una
relajación por parte del emisor.
PREPARACIÓN DE UN DISCURSO
Una vez analizados los puntos anteriores, procederemos a crear nuestro discurso.
Para ello hemos de seguir los siguientes pasos:
La construcción del guión es a lo que nos referimos cuando marcamos el guión que
tenemos que leer o expresar delante del público. Es la parte que los espectadores
solamente ven, ya que nuestra preparación para llegar a este punto, a pesar de ser
extensa, queda reflejada sólo por lo que vayamos a explicar.
Es por ello, y dada la importancia de este punto, que tenemos que fijarnos cuatro
características, desde el principio hasta el final del guión. Ellas son:
ASPECTOS IMPORTANTES
La Retroalimentación.
Comunicación no Verbal
Es aquella que se expresa con la mirada, los gestos, el movimiento. No sólo las
palabras componen un discurso. El 55 % de este tipo de comunicación está
compuesto por la comunicación no verbal y un 87 % llega de forma visual al
cerebro del oyente. Dado que son unos niveles de porcentaje muy elevado,
hemos de procurar hacer movimientos que sean rítmicos a nuestra explicación
y que faciliten al oyente con la vista parte de lo que queremos decir.
3.-TIPOS DE PÚBLICO
Lo que puede trasmitir y reflejar el orador a su público será un elemento decisivo cuando se
trate de captar su atención y quedar, así como una persona ganadora y competente a los ojos
de los demás, si la persona se siente tímida o nerviosa es muy posible que la audiencia
perciba precisamente esa condición.
Tu estado de ánimo será muy bien entendido y leído por quienes te escuchan, p or ello existen
dos factores los cuales un buen orador debe poseer cuando llega su hora de hablar en
público independientemente de cual sea su tema o su gremio, estos son:
Ser Asertivo y Proyectar Seguridad.
No importa si la persona posee todo el conocimiento posible respecto a un tema; si al
momento de colocarlo en la mente de las otras personas (hablar en público) lo hace con
debilidad, de forma insegura, los oyentes simplemente no recibirán ese mensaje, aunque
todas sus palabras y argumentos sean correctos.
Las personas siguen a los líderes, a los que se muestran y en el fondo de si mismo saben que
son líderes, por eso la seguridad y la confianza a la hora de hablar en público deben estar
siempre desde el inicio hasta el final de la presentación, y tú lo puedes hacer. Ni por un
momento creas que cuando hablo de líderes me refiero a “otras personas”, me refiero a ti que
lees estas líneas.
Como se ha podido mencionar en otros momentos, “hablar en público” es más que solo estar
frente a algunas personas y empezar a emitir nuestro contenido o tema, existen factores o
elementos los cuales por lo general son intangibles, pero que tienen una mayor influencia
sobre el público y en la forma como el mensaje llega a ellos.
Uno de estos elementos lo conocemos muy bien, se trata del lenguaje corporal, un agregado
que hace reflejar al orador como una persona apta y merecedora de ser escuchada, ¿Por
qué? Bueno, por lo citado anteriormente: Asertividad y Seguridad.
Nuestros gestos y la forma en como presentamos nuestro contenido son los puntos donde
demostramos nuestra confianza respecto a lo que estamos hablando. Estos aspectos bien
ordenados y afinados nos pueden llevar muy lejos en nuestra área de trabajo o de estudio.
Cuando un orador habla en público, da a los demás lo que posee como persona, trasmite
entusiasmo, trasmite liderazgo, confianza y claro está, el conocimiento mismo el cual es la
razón misma de la presentación. Si eres capaz de trasmitir todos estos valores (y no
solamente el contenido propio de la exposición) serás claramente un orador muy completo.
Alguien podría preguntar…
¿Por Qué Desear ese Tipo de Oratoria, Si Solo con Hablar ya Cumplo Con lo Mío?
Ahora bien, en estos momentos podrías estarte preguntando ¿Cómo hago una realidad todo
lo que se ha mencionado? Muy bien, para mostrarte una persona segura y con el título de
líder debes comenzar a trabajar en ese proceso, no es un acto instantáneo.
Sé que es redundante, pero una buena exposición no comienza por un buen tema, inicia por
la seguridad del orador en relación a lo que va a exponer. Los detalles técnicos y teóricos
quedan en un segundo plano.
Para que puedas desarrollar tu seguridad en lo referente a la oratoria sigue estos pasos:
1. Prepara tu exposición con anticipación, no vayas a presentarte ante los demás si tú
mismo posees dudas respecto a lo que vas a exponer, en otras palabras: c reer que
eso que vas a decir es verdad.
Por otro, si debes presentar contenidos o conceptos muy novedosos donde
ciertamente nadie a la fecha posee una certeza absoluta, sino posibles suposiciones y
teorías, entonces decláralo como lo que es: como datos no absolutos; por ejemplo: en
los constantes avances de la ciencia y de la medicina.
2. Presenta tu tema de forma sencilla y de tal manera que puedas abarcar cada
subtema. Si tienes información teórica la cual no puedas ilustrar o ejemplificar,
entonces trata de explicarla varias veces.
Se entiende por cultura general al cúmulo de saberes que una persona dispone sobre
temas variados. Quien tiene buena cultura general cuenta con conocimientos de
temática diversa, sin especializarse en algún sector en específico.
Por ejemplo: “¿Cómo que no sabes a qué temperatura hierve el agua? Eso es algo de cultura
general”, “El Dr. Gullonetti podrá ser un gran experto en física cuántica, pero carece de
cultura general para tener una conversación interesante”, “Pese a que no tengo un título
universitario, gracias a mi curiosidad y a mi experiencia de vida, creo que cuento con un buen
nivel de cultura general”.
¿Qué es el discurso?
Del latín discursus, un discurso es un mensaje que se pronuncia de manera pública. Se
trata de una acción comunicativa cuya finalidad es exponer o transmitir algún tipo de
información y, por lo general, convencer a los oyentes.
Por ejemplo: “El gobernador sedujo a los empresarios con un discurso muy
convincente”, “Ya basta de discursos: es el momento de actuar”, “El discurso del gerente fue
recibido con poco entusiasmo por los trabajadores en el marco de la convención”.
Cabe destacar que, para la lingüística, el discurso puede ser oral o escrito. Esto quiere
decir que algunos textos también pueden considerarse como discursos.
Para la filosofía, por otra parte, el discurso es un sistema de ideas que se construye de
manera social. En este contexto, puede hablarse del discurso dominante en referencia a
aquellas representaciones que son impuestas por las clases superiores y que
terminan siendo aceptadas o compartidas por la mayoría de la sociedad.
Los discursos aparecen en ámbitos muy diversos. Estos mensajes son una parte
esencial de la actividad política, ya que los candidatos en un proceso eleccionario, los
dirigentes y los funcionarios suelen comunicarse con la población a través de
discursos. Supongamos que un país está a punto de elegir un nuevo presidente:
todos los candidatos pronunciarán diversos discursos durante la campaña para
comunicar sus propuestas y seducir a los votantes.
En este sentido, hay que resaltar que hace dos años llegó a las pantallas de cine de
todo el mundo una interesante película titulada El discurso del Rey. Tom Hooper fue
quien dirigió dicha producción que consiguió romper las taquillas y obtener un sinfín
de premios tales como Oscar, BAFTA, Goyas o Globos de Oro.
La misma nos cuenta la historia real de Jorge VI (Colin Firth) que, tras la abdicación
de su hermano Enrique VIII, se convirtió en rey de Gran Bretaña y tuvo que
enfrentarse a un gran problema: su tartamudez. Esta le ocasionaba situaciones de
estrés y de gran inseguridad a la hora de realizar los discursos que, como monarca,
se veía en la obligación de acometer.
Por tal motivo, decidió ponerse en manos del logopeda Lionel Logue (Geoffrey Rush)
para así conseguir superar ese defecto. Y lo consiguió, eso sí, gracias a la
experiencia de este profesional que desde luego utilizaba una serie de técnicas nada
habituales y poco ortodoxas pero muy efectivas.
Son elementos básicos para que uno pueda desenvolverse de manera correcta en un
discurso, tal es así que la lectura es la fuente madre de todas, por lo tanto, podemos
decir:
Una persona con hábito de lectura está preparada para aprender por sí mismo
durante toda la vida, la lectura hoy en día es imprescindible en nuestra sociedad dado
que hasta para hacer la compra necesitas tener este conocimiento. La lectura nos
permite aprender cualquier materia desde física cuántica hasta anatomía del cuerpo
humano. No hay especialidad profesional en la que no se requiera de la lectura que
actualice constantemente los conocimientos para hacernos más competentes día a
día. Por otro lado, mejora las relaciones humanas, favoreciendo la comunicación y la
compresión de las mentalidades de los distintos autores.
REFERENCIAS.