Oratoria
Oratoria
Oratoria
¿qué es la oratoria?
la oratoria son técnicas especializadas que permiten a una persona expresarse eficazmente
ante un individuo o grupo determinado, para trasmitir sus conocimientos, con el fin de: informar,
convencer o persuadir.
en los negocios o cualquier otra actividad de interrelación, la forma en que hablamos, en que
nos comunicamos, será el patrón por el cual se nos juzgará, se nos aceptará o rechazará.
hablar con orden, con claridad, con entusiasmo, con persuasión; en resumidas cuentas, con
eficacia, no es un lujo sino una necesidad. el 90% de nuestra vida de relación consiste en
hablar o escuchar; sólo el 10% en leer o escribir.
si la imagen que quieres dar de ti mismo/a es la de una persona que sabe dónde va, que tiene
una actitud positiva hacia la vida, ideas dinámicas y don de gentes, el lenguaje es el principal
instrumento que deberás utilizar para transmitir esa imagen a quienes te rodean.
otro aspecto importante de la oratoria es que también hay que saber hablar para ser
escuchado. lo notable es que el hecho de tener que hablar ante extraños, o en una simple
reunión de trabajo, no parece ser una tarea sencilla, y que la mayoría de las personas
considere como fácil.
modo de hablar
el modo de hablar incluye el tono, la enunciación, la pronunciación, el volumen y la corrección
de las que palabras que se usan.
también influyen el aplomo con el que hablamos, el control que tenemos de nuestros
ademanes, y el contacto ocular que mantenemos con los interlocutores o el público.
además de qué se dirá, es enorme la importancia del cómo habrá de decirse. y aquí interviene
lo más importante que puede esgrimirse en un diálogo o un discurso: el arte de interesar.
hoy la oratoria (ya como disciplina independiente), se encuentra en condiciones de afirmar que
la capacidad de expresión puede mejorarse mediante principios.
Características de la Oratoria:
Según el Orador:
Conocimiento: tener el mayor conocimiento sobre el tema que escogerá para ser manifestado.
Integridad: el orador debe ser íntegro.
Confianza: el orador debe tener plena confianza de sí mismo.
Destreza y Habilidad: un orador debe tener destreza y habilidad frente a su público.
Según el punto de vista físico:
La voz: pues definitivamente debemos de hacer uso de un adecuado timbre de voz.
El cuerpo del orador: tener una postura correcta, estar vestido adecuadamente y utilizar gestos
y mímicas acorde con las palabras que pronunciamos.
Según el punto de vista Intelectual y Emocional:
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11. Moverse entre el auditorio. El término proxemia se refiere al empleo y a la percepción que
el ser humano hace de su espacio físico; la proxémica entonces, es entendida como aquella
herramienta que utilizan las personas durante un proceso de comunicación, a través de sus
posturas y de la interacción que sostienen con otros elementos (personas y objetos). Por
consiguiente, caminar entre el auditorio ayudara a romper el hielo y a lograr una comunicación
asertiva y personalizada con el mismo.
12. Modulación. Al hablar se usa continuamente variaciones en la altura tonal de la voz. La
eficacia en la comunicación dependerá en gran medida de las inflexiones, entonaciones y
pausas que se utilicen.
13. Postura correcta. Una adecuada posición corporal lograr inyectarle credibilidad a las
palabras que se dicen; se debe resaltar que las personas solo perciben el 7% de la
comunicación verbal (palabras), el 38% de la comunicación paraverbal (expresiones vocales
– tono de la voz) y el 55% de la comunicación corporal (expresiones faciales).
14. Entusiasmo y emotividad. Antes de entregar el mensaje se debe utilizar la matriz AIDA,
que consiste en despertar la atención, atraer el interés, generar el deseo e inducir a la acción;
solo logrando incidir en las emociones del auditorio se podrá tener éxito en lo que se intenta
transmitir.
15. Ademanes y expresión facial. La comunicación no verbal (corporal) es la de mayor
percepción durante un proceso comunicativo, es decir, tiene mayor probabilidad de atención
por parte de un auditorio quien domina a la perfección esta herramienta, que quien no lo hace.
16. Contacto con el auditorio. Establecer una interacción permanente con el auditorio es uno
de los aspectos que se tornan más complicados para muchos conferencistas. Sin embargo, el
contacto visual y físico con algunas personas que se encuentren dentro del público ayudará a
generar una exposición más amigable, el gran desafío es lograr la participación del mismo.
17. Naturalidad y tono conversacional. Se deben hacer el mayor esfuerzo para que el discurso
parezca más una conversación que una alocución.
18. Adecuada presentación personal. Un elemento de suma importancia es una adecuada
presentación personal, el aspecto físico debe ser coherente con el mensaje que se quiere
proyectar, más aún cuando dentro del auditorio se encuentran personas netamente visuales.
19. Buen uso del micrófono. Conocer de antemano el tipo de micrófono (diadema, inalámbrico,
solapa o de cable) que se va a utilizar en la intervención, ayudará al conferencista a identificar
las oportunidades que tiene de utilizar ambas manos, desplazarse por todo el escenario o por
el contrario estar supeditado a usar un atril.
20. Uso de citas bibliográficas. Utilizar frases célebres o citas bibliográficas no solo impregna
de mayor sutileza y elegancia el discurso, sino que da el aspecto de hablar con propiedad.
21. Distribuir adecuadamente el tiempo. Un discurso largo desgasta el auditorio y uno corto
puede parecer irrisorio, tener clara la estructura del discurso contribuirá a desarrollar de una
manera lógica y oportuna la presentación de cada uno de los contenidos, generando un
equilibrio con la capacidad de atención de las personas.
22. Generar interés del auditorio. Tener un auditorio enganchado garantizará el éxito del
discurso, se debe hacer énfasis en los momentos de efusividad y lograr aplausos del público.
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23. Convicción al expresarse. Para convencer se debe estar convencido. Cuando un orador
habla con propiedad y/o autoridad tiene mayor probabilidad de entregar exitosamente el
mensaje.
24. Claridad en la exposición. Hay discursos que no dicen nada, cuando un expositor sabe
conducir estructuralmente su presentación enlazando las ideas principales, puede tener
certeza que el auditorio sigue la secuencia lógica de sus palabras.
25. Apoyo en herramientas audiovisuales. Es indispensable apoyarse en diferentes
herramientas o medios audiovisuales, las técnicas de programación neurolingüística
manifiestan que las personas aprenden solo el 7% de lo que les llega a través de las palabras,
razón por la cual es de gran ayuda los medios alternos que se puedan utilizar para sensibilizar
al público.
Por último, es importante precisar que “un buen orador nace de un excelente lector” no se
puede requerir una buena oratoria de quien no le guste la lectura.
PUNTOS EXTRA
LO QUE NO DEBES HACER AL FINAL
Al terminar tu exposición no debes hacer ningún gesto ni ademán que revelen que estabas
sujeto a presión o a inseguridad y que le manden un mensaje al auditorio de “Ya la libré”, “Ya
estuvo”, “Ya pasó el trago amargo”, etc.
Así como el público comienza a calificar al orador desde que va caminando al frente, asimismo
lo deja de calificar hasta que lo pierde de vista.
No decir “Gracias”, ni “He dicho”, ni “Ya terminé”; tampoco disculparse por “haberles robado
su atención” ni por haber dado tu “muy modesto punto de vista”. Menos aún, después de haber
dado la conclusión, retomar la palabra: “¡Ah, se me olvidó decirles que…!”
Tampoco quedársele viendo a la persona de más autoridad en el auditorio como preguntándole
¿ya me puedo retirar?
No se debe decir nada adicional a la frase final, pues hacerlo sería atenuar, o hasta invalidar,
el impacto que necesariamente debe tener todo cierre de discurso. Basta hacer alguna
inclinación respetuosa con la cabeza y descender con naturalidad del escenario.