Viaparenteral
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Viaparenteral
El término parenteral hace referencia a la vía de administración de los fármacos. Esto es,
atravesando una o más capas de la piel o de las membranas mucosas mediante una
inyección. La vía parenteral es diariamente empleada en atención primaria en multitud de
situaciones.
A la hora de administrar una medicación se debe de actuar sistemáticamente, cumpliendo
una serie de pasos:
1 Preparar el material necesario.
2 Preparar el medicamento.
3 Elegir el lugar de inyección.
1. Preparación del material necesario para la administración parenteral de los
medicamentos
En general, es el siguiente: antiséptico, jeringuillas, agujas, gasas o algodón, guantes y, si
la vía es la intravenosa, se añadirán el equipo de perfusión, el torniquete y los sistemas de
fijación. Todo el material debe ser desechable y aquél que precise estar estéril debe de
venir envasado adecuadamente.
El antiséptico más recomendable es el alcohol etílico al 70%. Su eficacia es del 90% si se
deja dos minutos, mientras que si se hace una friega rápida es del 75%. En caso de no
disponer de alcohol se puede emplear la povidona yodada, aunque siempre es mejor
utilizar un antiséptico incoloro, ya que ello nos permitirá observar con mayor facilidad
cualquier posible complicación (eritemas, sangrado, etc.).
Las jeringuillas poseen tres partes: un cono para conectar la aguja, un cuerpo milimétrico
con una lengüeta de apoyo y un émbolo con otra lengüeta de apoyo. Una vez extraída la
jeringuilla de su envase, debemos de seguir conservando la esterilidad del cono y del
émbolo (de éste solo se debe de tocar la lengüeta a la hora de manipularlo). Existen
jeringas de diferentes capacidades: 1, 2, 5, 10, 20 y 50 ml respectivamente, siendo la
cantidad de fármaco que hemos de administrar la que determinará su capacidad. Las
jeringuillas de 50 ml se usan normalmente para las bombas de perfusión portátiles,
careciendo entonces de cono.
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Las agujas están formadas por un cono y por una parte metálica. Una vez extraídas del
envase, se deben de seguir conservando estériles tanto la parte metálica como la parte
del cono de la aguja que conecta con el cono de la jeringuilla. A la hora de preparar el
material se debe de tener en cuenta que vamos a precisar dos agujas: una para cargar el
medicamento en la jeringuilla y otra para administrarlo. No se aconseja administrar el
fármaco con la misma aguja con la que se carga la medicación ya que:
Al haber más manipulación es más probable que se pierda la esterilidad.
Al realizar el procedimiento de carga la aguja se puede despuntar con lo que, si
empleamos esa misma aguja para administrar el medicamento, la técnica va a ser
más dolorosa.
Si por alguna razón no disponemos de agujas de carga, usaremos para ello la de mayor
calibre de las que tengamos.
Con respecto a las partes de la aguja, es interesante remarcar los siguientes aspectos:
La parte metálica va a variar según la vía a emplear, de tal modo que para cada caso se
debe de utilizar un calibre, una longitud y un bisel adecuado:
El calibre se refiere al diámetro de la aguja, el cual viene medido en “números G”:
a mayor calibre, menor “número G”.
La longitud variará según el número de capas de tejido a atravesar: a mayor
número de capas, mayor longitud de la aguja. Nuestra elección también estará
condicionada por el tipo de paciente a tratar: adultos, lactantes, escolares, adultos
con poca masa muscular, etc.
El bisel nos habla del ángulo de la punta de la aguja, que es el que va a
determinar el tipo de corte que se producirá en el momento en el que se atraviese
la piel o la mucosa. El bisel puede ser largo (la aguja es más puntiaguda), medio o
corto (la aguja es menos puntiaguda, con un ángulo de 45º).
El cono de la aguja puede ser de diferentes colores, pero éstos no vienen determinados
internacionalmente, sino por cada casa comercial. Aunque existe una cierta uniformidad
entre las diferentes marcas (el cono de la aguja intravenosa suele ser amarillo, el de la
intramuscular de adultos suele ser verde, el de la intramuscular de niños azul, etc.), a la
hora de escoger la aguja no debemos fijarnos sólo en el color del cono, pues ello puede
inducir a error.
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En la siguiente tabla se reproduce un cuadro con los tipos de agujas más empleadas en la
administración de los tratamientos parenterales (el color del cono que se indica es el más
frecuente, pero puede variar según la casa comercial).
24 - 27G (0'6
Subcutánea 16 - 22 mm Medio Naranja
mm)
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disolvente trabajaremos con dos recipientes: uno que contiene el fármaco y otro que
contiene el disolvente. Por otro lado, debemos de tener en cuenta que:
Hay que leer siempre las instrucciones. Así sabremos cómo se debe realizar la
mezcla, la cantidad de disolvente que se precisa, si se puede desechar o no parte
de éste, cuál es su composición (a veces pueden contener parte del principio
activo o anestésico), etc.
Los pasos para conseguir la mezcla son, por este orden: cargar el disolvente en la
jeringuilla. Introducir la cantidad de disolvente indicada en el recipiente que
contiene el fármaco. Homogeneizar la solución si es necesario (en muchos casos
se homogeniza espontáneamente al mezclar ambos productos). Cargar la solución
nuevamente en la jeringuilla.
Para conseguir una solución homogénea nunca agitaremos la mezcla pues,
además de formarse espuma, se pueden producir cambios que modifiquen su
farmacodinámica. Lo que se debe hacer es rotar el recipiente (normalmente es un
vial) entre las palmas de las manos hasta homogeneizarla.
Instrucciones para cargar en una jeringuilla un medicamento inyectable a partir de
una ampolla
Coja la ampolla y golpee suavemente su parte superior con un dedo, así todo el
contenido pasará a la parte inferior del recipiente.
Coloque una gasa pequeña alrededor del cuello de la ampolla con el fin de evitar
un posible corte.
Sujete la ampolla con la mano no dominante. Con los dedos pulgar e índice de la
otra mano, rompa el cuello de la ampolla en dirección opuesta a usted.
Coja la jeringa que previamente había preparado con la aguja de carga e inserte
ésta en el centro de la boca de la ampolla. No permita que la punta o el cuerpo de
la aguja toquen el borde de la ampolla. Si ello sucede, deseche el material y
reinicie el procedimiento.
Incline ligeramente la ampolla y vaya aspirando el medicamento con la jeringa.
Recuerde que para movilizar el émbolo no debe apoyarse en éste, sino en las dos
lengüetas que posee la jeringuilla: la del propio émbolo y la del cuerpo.
Una vez cargada toda la medicación, saque la aguja de la ampolla. Sostenga la
jeringa con la aguja apuntando hacia arriba para que el líquido se asiente en el
fondo de la primera. Golpee la jeringa con un dedo para favorecer que asciendan
las burbujas de aire que se puedan haber aspirado. Tire levemente del émbolo
para que si queda algo de líquido en la aguja éste caiga al cuerpo de la jeringuilla.
Ahora empuje suavemente el émbolo hacia arriba para expulsar el aire,
procurando que no se pierda nada del líquido. Ya tiene la medicación cargada.
Proceda ahora a cambiar la aguja de carga por la que vaya a utilizar en el
paciente. No se recomienda purgar la jeringuilla con esta última pues hay
soluciones que, al contacto con el metal, se cristalizan y obstruyen la aguja.
3. Elegir el lugar de inyección.
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La administración del medicamento ya sí que son específicos de cada vía parenteral.
Para aplicar un medicamento por esta vía será necesario atravesar la piel, de forma que
la medicación llegue al torrente sanguíneo directamente o a través de los diferentes
tejidos donde se administra. A la hora de aplicar un fármaco inyectable tenemos cuatro
vías básicas de administración:
Vía Intramuscular
-Usos: vacunas, analgésicos, antiinflamatorios, antibióticos, corticoides, etc.
-Aplicación: medicación en el músculo, no más de 15 ml. Suele utilizarse el cuadrante
superior externo del glúteo, deltoides y vasto lateral de la pierna. Para niños menores de 3
años, se aplicará en el vasto lateral de la pierna.
-Utilidad: vía de absorción más rápida que la subcutánea. El efecto aparece a los 15
minutos debido a la vascularización del músculo.
–Ángulo de la aguja: 90º
Vía Subcutánea
-Usos: vacunas, heparinas e insulinas.
-Aplicación: introducir entre 1,5 ml y 2 ml. Las zonas más usadas para esta vía son la
cara externa del brazo, cara anterior del muslo, tejido laxo del abdomen y la zona
escapular de la espalda.
-Utilidad: la absorción lenta
-Ángulo de la aguja: 45º
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Vía Intravenosa
-Usos: medicación urgente, tratamientos de sueroterapia y administración de fármacos
diluidos.
– Aplicación: mediante la canalización de una vía venosa periférica o un catéter central.
-Utilidad: la vía más rápida. El tiempo de absorción del medicamento es inmediato.
-Ángulo de la aguja: 25º
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Vía Intradérmica
-Usos: pruebas cutáneas, vacunas.
-Aplicación: introducir en la dermis una cantidad de medicamento no superior a 0,3 ml.
La zona más usada para el uso de esta vía es la cara anterior del antebrazo.
-Utilidad: fines terapéuticos, preventivos o de diagnóstico con el fin de observar si
desencadena una respuesta inflamatoria local: Test de Mantoux, Test de Shick o pruebas
de alergia.
-Ángulo de la aguja: 10-15º
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Referencias-
https://www.fisterra.com/ayuda-en-consulta/tecnicas-atencion-primaria/administracion-
parenteral-medicamentos-conceptos-generales/#:~:text=El%20t%C3%A9rmino%20parenteral
%20hace%20referencia%20a%20la%20v%C3%ADa,multitud%20de%20situaciones%20%28ver
%20tabla%201%29.%20Tabla%201.
https://es.slideshare.net/cariaguilar/vas-de-administracin-de-los-medicamentos
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