BLOQUE A II Edad Media LOMLOE

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HISTORIA DE ESPAÑA 2ºBachillerato

Real Decreto 243/2022 | Decreto 6/2022


Bloque A. De la Prehistoria al reinado de los primeros borbones.

II. La Península Ibérica en la Edad Media (711-1492).


1. Al Ándalus: evolución política.
Bajo los califas Omeyas los árabes habían conquistado todo el norte de África en el siglo VIII. En 687 intentaron
una primera incursión en la Península, pero fueron repelidos. En 711, en cambio, se toparon con un Reino
Visigodo en crisis y en plena guerra civil por el trono entre rodriguistas y witizanos. Los musulmanes llegaron
para apoyar Agila II, candidato de los witizanos.
 Invasión y conquista. En el año 711 el general Tariq desembarcó con 7000 hombres (casi todos bereberes) en
Calpe (Gibraltar). El rey godo Rodrigo les hizo frente, pero fue derrotado en la Batalla de Guadalete (Cádiz).
Las tropas musulmanas tomaron la capital, Toledo. En 712 Muza, gobernador musulmán de la provincia de
África, desembarcó en Algeciras con 18000 soldados más. Desde Toledo, Tariq y Muza completaron la
conquista de toda Spania en unos quince años (726), excepto las regiones del norte (Asturias, Cantabria,
Vasconia y Pirineos) que resistieron. La conquista fue rápida por el vacío de poder y porque los musulmanes
firmaron «capitulaciones» (sulh) con aquellos nobles visigodos dispuestos a pagar un tributo anual (yizia y
jaray) para mantener sus propiedades (Teodomiro/Tudmir en Murcia). El poderoso avance musulmán en
Europa fue frenado por los astur-cántabros (Batalla de Covadonga, 722) y los francos (Batalla de Poitiers ,732).
 Emirato Dependiente o Valiato (714-756). Al-Ándalus fue primero un emirato, es decir, una provincia (cora)
del Califato Omeya de Damasco, dirigida por un emir o valí, con capital en Córdoba. Los dominadores (árabes,
sirios y bereberes) eran una minoría y chocaron entre ellos, ya que la élite árabe se quedó con las mejores tierras
y los altos cargos del Ejército y gobierno. La conversión de los hispanos al Islam (muladíes) fue lenta. Los
cristianos (mozárabes) y judíos, aunque en teoría eran «protegidos» por ser «gentes del Libro», a cambio del
pago de un impuesto, sufrieron persecuciones reiteradas.
 Emirato Independiente (756-929). En el año 750 los Abasíes sustituyeron a los Omeyas en el gobierno del
Imperio Árabe. Pero el príncipe omeya Abderramán, que contaba con una numerosa clientela en Al-Andalus,
huyó de Damasco, llegó a la Península y proclamó la independencia del Emirato Omeya de Córdoba, pero
admitió la preeminencia religiosa de los califas de Bagdad (nueva capital abasí). La presión cristiana
aumentaba (Asturias y Carlomagno), por lo que se crearon 10 provincias y tres marcas militares fronterizas
(Badajoz, Toledo y Zaragoza). En la segunda mitad del siglo IX se produjeron sublevaciones de muladíes
(Omar Ben Hafsun), judíos, mozárabes y bereberes contra la minoría árabe.
 Califato de Córdoba (929-1030). A principios del siglo X, el emir Abderramán III logró acabar con todas las
revueltas y decidió proclamarse califa (líder religioso), inaugurando el Califato de Córdoba. Combatió a los
reinos cristianos del norte, que fueron sometidos a vasallaje. Le sucedieron Al-Hakem y el débil Hisham. Este
fue arrinconado por el hachib (primer ministro) Almanzor, general que se había ganado la admiración popular
y el respeto del ejército con sus campañas en el norte (aceifas), de las que se obtenían un amplio botín y gran
cantidad de esclavos cristianos. Almanzor saqueó León, Barcelona y Santiago de Compostela. Pero a su muerte
el Califato de Córdoba entro en guerra civil (Gran Fitna) y se dividió en numerosos reinos independientes:
 Primeras Taifas (1030-1086). Según el grupo gobernante los reinos de Taifas se dividieron en tres tipos:
- Andalusíes: gobernadas por muladíes o árabes. Fueron las más extensas y ricas, incluyendo las marcas
(Sevilla, Córdoba, Badajoz, Toledo, Zaragoza...).
- Eslavas: gobernadas por esclavos europeos (liberados) que habían luchado como oficiales mercenarios
junto a Almanzor. Ocupan la costa mediterránea (Almería, Valencia, Denia...).
- Bereberes: dominaron toda la costa andaluza y las zonas montañosas (Málaga, Granada, Ronda...).
Aunque ricos, los reinos de Taifas eran débiles política y militarmente. Sus disputas motivaron la búsqueda de
apoyo de los reinos cristianos, a cambio de pagarles un impuesto de vasallaje (parias). Pero, tras la toma de
Toledo por Alfonso VI de Castilla (1085), las taifas decidieron solicitar ayuda a los almorávides 1 norteafricanos.
 Los almorávides (1086-1140) derrotaron a Alfonso VI de Castilla en la Batalla de Sagrajas (1086), pero no
lograron recuperar Toledo ni evitar que el rey aragonés Alfonso el Batallador, reconquistara Zaragoza (1118)

1 Almorávides y Almohades tenían rasgos comunes: ambos eran una amalgama de diversos pueblos africanos unidos por una visión

del Islam muy radical e intolerante con judíos y cristianos; construyeron grandes imperios africanos con capital en Marrakech. Su
dominación generó un enorme descontento en la sociedad andalusí.
Su intolerancia llevó a la persecución de los judíos (matanza de Lucena) y provocó la rebelión de los andalusíes.
La presión almohade en África llevó a la descomposición de su imperio y Al Ándalus se dividió en nuevas taifas.
 Segundas Taifas (1140-1147). Todavía más débiles y enfrentadas que las anteriores, no pudieron aguantar el
empuje cristiano y, ante la pérdida masiva de territorios, pidieron ayuda a los almohades.
 Los almohades (1147-1212) establecieron su capital en Sevilla. Derrotaron a los castellanos en la Batalla de
Alarcos (1195), convirtiéndose en una gran amenaza para todos los reinos cristianos. Estos se vieron impelidos
a crear una gran coalición, que derrotó a los almohades en la Batalla de Las Navas de Tolosa (1212). Su
intolerancia (mayor que la almorávide) provocó fuerte resistencia en zonas de Al-Ándalus (Granada).
 Terceras Taifas (1224-1266). Muy débiles, fueron conquistadas fácilmente por los cristianos a lo largo del siglo
XIII. Los castellanos ocuparon los reinos de Jaén, Córdoba, Sevilla y Murcia. Los aragoneses se anexionaron
los reinos de Valencia y Mallorca. Solo sobrevivió el Reino de Granada.
 Reino Nazarí de Granada (1236-1492). Reino Taifa fundado por Muhammad Ibn Nasr sobre las ruinas
almohades, se extendía por Málaga, Almería y Granada, su capital. En 1246 el emir granadino firmó una tregua
con Fernando III el Santo de Castilla, por la que se reconocía su vasallo y se comprometía a prestarle ayuda y
pagar un tributo (parias). Fue el último reducto musulmán en la Península, que se mantuvo hasta las campañas
de los Reyes Católicos a finales del siglo XV. Esta larga pervivencia se debió a varios factores:
- Era una zona muy rica que podía permitirse pagar elevados impuestos a Castilla.
- Tenía un potencial demográfico muy grande.
- Su orografía se caracteriza por las zonas escarpadas de difícil conquista (Sistema Penibético).
- Su hábil diplomacia supo negociar continuas paces y treguas con los castellanos.
- Las guerras internas en Castilla en los siglos XIV y XV impidieron emprender guerras externas.

2. Al Ándalus: Economía, sociedad y cultura. El legado judío.


 La economía andalusí.
- En la agricultura predominó el latifundio cultivado por aparceros, pues tanto el Estado como la minoría
árabe dirigente se convirtieron en los propietarios de las zonas más fértiles. Los musulmanes mantuvieron
la vieja triada mediterránea (trigo, vid, olivo) y desarrollaron mejoras en el regadío (noria), practicado en
Levante, Murcia y los valles del Ebro y Guadalquivir. Introdujeron nuevos cultivos de uso artesanal
(morera, lino, algodón) o alimentario (arroz, cítricos, azafrán, caña de azúcar).
- La ganadería quedó en manos de los bereberes, que practicaron la trashumancia de la oveja merina (lana).
- En minería extrajeron mercurio, cobre y, sobre todo, oro y plata para mantener el sistema monetario.
- El comercio fue el motor de la economía andalusí. En los zocos de las grandes ciudades se podía apreciar
la brillantez de su artesanía (piel, vidrio, seda, lino, cerámica, acero) y orfebrería (damasquinados). Cada
categoría profesional se emplazaba en un barrio o calle. Vital para el comercio fue la circulación monetaria.
En Córdoba se encontraba la principal ceca, monopolio califal, donde se acuñaban el dinar de oro y el
dirham de plata (según los patrones romano y persa). Al-Ándalus jugó un papel sustancial en el comercio
mediterráneo, sirviendo de intermediario entre las rutas orientales (seda, diamantes, especias), las rutas
norteafricanas (marfil, esclavos, oro) y las rutas europeas (madera, esclavos).
 La sociedad andalusí fue un mosaico de grupos étnicos sometido a un continuo y agresivo proceso de
arabización e islamización, una sociedad muy jerarquizada en base a factores raciales y religiosos:
- La minoría árabe era la elite dirigente, acaparó los cargos civiles, militares y religiosos más importantes,
así como los latifundios más fértiles (valles del Betis y del Ebro), que dejaban en manos de los antiguos
campesinos hispanogodos en régimen de colonato. Estaban divididos en clanes rivales (yemeníes, qaysíes
y quraysíes), muy cerrados y endogámicos. Se asentaron en los principales enclaves urbanos.
- Los beréberes eran los mauri («moros») norteafricanos de la Antigüedad. Su organización era tribal y su
forma de vida pastoril. Eran el grupo foráneo cuantitativamente más importante y la fuerza de choque del
ejército musulmán. Recién islamizados, durante mucho tiempo desconocieron el árabe. Les fueron
asignadas las tierras más frías y estériles (Meseta y norte), lo que les llevó a enfrentarse a los árabes.
- Los muladíes eran aquellos antiguos hispanos que se convirtieron al Islam, en la mayoría de los casos por
motivos económicos, ya que los conversos no debían satisfacer tributo personal. Aunque respetados,
muchos (Banu Qasi) guardaron resentimiento hacia la minoría árabe dirigente que le había usurpado el
poder. También hubo muladíes entre los esclavos, pues al convertirse se conseguían la libertad.
- Los mozárabes fueron la gran mayoría de la población hasta el siglo XI, hispanos que no se convirtieron al
Islam y siguieron fieles a la religión cristiana. Eran conocidos como bárbaros, politeístas, nazarenos o
mozárabes (‘arabizados’). Continuaron viviendo en sus ciudades, junto a los musulmanes, pero en sus
propios barrios (mozarabías). Tenían su propia organización político-religiosa. Aunque en teoría eran
«protegidos» (dimníes) por ser «gentes del Libro» y en algunas épocas convivieron pacíficamente, fueron
perseguidos y originaron conflictos. Estaban obligados a pagar dos impuestos: el jarach (territorial) y la
yizya (personal). Hubo un flujo continuo de mozárabes hacia los reinos cristianos del norte, que facilitó la
identificación con el pasado visigodo (neogoticismo), acelerado durante el dominio almorávide y almohade.
- Los judíos; en principio su situación fue análoga a la de los cristianos. Se les permitió mantener su culto en
las sinagogas, sus leyes y celebrar sus fiestas. Fueron indispensables en la economía andalusí: como
comerciantes, artesanos especializados, mercaderes y prestamistas. También obtuvieron importantes
cargos en la administración, la medicina y la cultura (Maimónides). El crecimiento del antisemitismo en
los reinos cristianos produjo un aumento de las migraciones de éstos hacia territorio andalusí.
- Los mudéjares; surgieron con el tiempo, según los cristianos iban avanzando en la Reconquista: eran
musulmanes que quedaban en territorio cristiano. Con el tiempo fueron convirtiéndose al Cristianismo, lo
que les convertía en moriscos, independientemente de su etnia de origen y la sinceridad de su conversión.
 La cultura andalusí participó en la amplia recopilación de textos literarios, filosóficos y científicos tanto del
mundo grecorromano como del egipcio, persa e indio, llevada a cabo por el Imperio Musulmán. Al Ándalus
actuó como puente cultural y se convirtió en un centro intelectual y artístico, especialmente floreciente
durante el califato de Al-Hakam II (961-976), aunque Almanzor arrasó con gran parte de su legado. Los reyes
de taifas mantuvieron el apoyo a las letras y las ciencias para cimentar su prestigio personal.
La religión marcó toda la cultura andalusí. El árabe se impuso como lengua oficial (aunque sólo lo dominaba
la minoría culta), que dejó una profunda huella en la literatura romance (jarchas) y algo menor en el vocabulario
español. La producción intelectual tuvo autores destacados en diversas disciplinas:
- La literatura alcanzó un gran desarrollo, sobre todo en el siglo X, tanto en verso (moaxaja y zéjel) como en
prosa. Ibn Hazem (994-1063) es uno de los poetas andalusíes más conocidos (El collar de la paloma).
- En Historia destacó Ibn Jaldún (1332-1406) con su Introducción a la Historia Universal.
- En filosofía brillaron Averroes (1126-1198), conocido por sus comentarios de Aristóteles, y Maimónides.
- En ciencia, sobresalieron las matemáticas: trigonometría, álgebra, uso del cero, numeración india,… En
medicina alcanzó gran fama Abulcasis (936-1013), por sus conocimientos de cirugía, oftalmología y
farmacología. También En astronomía destacó Azarquiel, autor de la obra Tablas toledanas. Los andalusíes
también fueron esenciales en la difusión en occidente del papel, la pólvora y la brújula, inventos chinos.

3. Los reinos cristianos: evolución de la conquista de la Península y organización política.


Modelos de repoblación y organización estamental.
Ya desde el siglo VIII, aprovechando el paisaje agreste de las cordilleras cantábrica y pirenaica, se formaron los
primeros focos de resistencia cristiana frente al rápido avance musulmán. El núcleo occidental avanzó mucho
más rápido en su expansión, debido al abandono del valle del Duero. Los núcleos orientales, en cambio, se
paralizaron durante siglos por el firme poder musulmán asentado en Zaragoza.
 El núcleo occidental o asturiano. El origen del Reino de Asturias parece ser que fue un pacto entre nobles
visigodos huidos a las montañas cantábricas y caudillos astures y cántabros. Pelayo, considerado espatario de
Rodrigo, el último rey godo, venció a los musulmanes en la Batalla de Covadonga (722), si bien Alfonso I (739-
757) fue el verdadero fundador de la monarquía asturiana. Aprovechando la revuelta de los bereberes contra
los árabes ocupó Galicia. Alfonso III extendió sus dominios hasta el río Duero y reconquistó León (854), que
se convirtió en la nueva capital. Aprovechando los problemas en Al Ándalus, el Reino de León logró una rápida
expansión, llevó a cabo la repoblación del valle del Duero y atrajo a mozárabes, que transmitieron al nuevo
Estado la tradición visigoda y la idea de restauratio 2. Pero en el siglo X la diversidad geográfica, social y cultural
del enorme reino desembocó en la independencia de algunos condados (Reinos de Castilla y Portugal).
 El núcleo oriental o pirenaico. En los valles pirenaicos las poblaciones cristianas refugiadas solicitaron ayuda
a los francos carolingios. Así, el emperador Carlomagno creó la Marca Hispánica (792), que incluía los
condados de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza y los condados catalanes, como zona defensiva frente a las
incursiones musulmanas. No se incluyó a los vascones, que derrotaron a los francos en una emboscada (Batalla
de Roncesvalles de 778). Con la disgregación del Imperio Carolingio en el siglo IX, la influencia franca fue
disminuyendo paulatinamente hasta que los territorios hispánicos alcanzaron su independencia. Se formaron,
así, el Reino de Pamplona (más tarde Navarra) y el Condado de Aragón (que se anexionó a sus vecinos). El
Condado de Barcelona, que era el más poderoso en Cataluña, fue anexionándose a todos los demás.

2Denominamos «Reconquista» al periodo de la Historia de España comprendido entre el año 722 (Batalla de Covadonga) y el año 1492
(Toma de Granada por los Reyes Católicos). Los primeros núcleos cristianos lucharon por sobrevivir, pero la influencia mozárabe
propició la idea de recuperación del reino visigodo. Es un concepto historiográfico, no aparece en las fuentes, aunque sí sale restauratio.
- Primera etapa (siglos VIII, IX y X). Se corresponde con los siglos de claro predominio musulmán (Emirato
y Califato). En las montañas del norte se forman los focos cristianos de resistencia. En el foco occidental el
Reino Asturias-León ocupó y repobló el Valle del Duero, prácticamente abandonado («Tierra de Nadie»).
En el oriental, ni la Marca Hispánica carolingia ni los posteriores condados autónomos alcanzan el Ebro.
- Segunda etapa (siglo XI y XII). Es un periodo de equilibrio cristiano-musulmán tras el hundimiento del
Califato. Sólo los almorávides y almohades frenaron temporalmente la expansión cristiana. El Reino de
León entró en crisis por la independencia de Castilla y Portugal. El Reino de Navarra tuvo un gran
esplendor con Sancho III el Mayor, que reunió en su corona casi todos los reinos cristiano, pero, tras su
muerte, Navarra quedó aislada de la Reconquista. El Reino de Castilla se extendió velozmente: Alfonso VI
superó el Sistema Central y reconquistó Toledo (1085), desplazando a León como reino hegemónico,
qunque ambos se acabaron reunificando (Reino de León y Castilla). El siglo XII fue el siglo de la expansión
de los reinos orientales: el Reino de Aragón, al mando de Alfonso I el Batallador, tomó Zaragoza (1118). La
posterior unión de Aragón y el condado de Barcelona dio lugar a la Corona de Aragón.
- Tercera etapa (siglo XIII). La derrota de los almohades en la Batalla de Las Navas de Tolosa (1212) significó
el inicio del total predominio cristiano. Los dos grandes reinos peninsulares: la Corona de Aragón y el Reino
de Castilla y León pactaron acelerar la Reconquista (Tratados de Tudillén y Almizra). Fernando III el
Santo, de Castilla, ocupó todo el valle del Guadalquivir (Sevilla, 1248) y Murcia. Jaime I el Conquistador,
rey de Aragón, ocupó Valencia y Baleares. Portugal continuó su expansión hasta el Algarve.
- Cuarta etapa (siglos XIV y XV). Las luchas internas en los reinos peninsulares (especialmente en Castilla)
y la presencia de la peste paralizaron la Reconquista. El reino nazarí de Granada, único estado musulmán,
sobrevivió pagando tributos a Castilla hasta su toma por los Reyes Católicos en 1492.
 Se entiende por repoblación a la ocupación pacífica de las tierras vacías o reconquistadas a los musulmanes
para habitarlas y cultivarlas, y obtener así el control del territorio. Es un proceso inherente a la Reconquista
que pasa por varias fases:
- Repoblación monacal y privada (siglo VIII al XI). El rey autorizaba la libre ocupación de tierras, que
pasaban a ser propiedad del ocupante por el mero hecho de roturarlas y cultivarlas («presura» en Castilla,
«aprisio» en Aragón). Así se repobló la zona del Duero, en donde surgió una masa de campesinos libres
(caballeros villanos). En ocasiones eran monjes que fundaban un monasterio. Estos repobladores eran
asturianos, cántabros, vascos y también mozárabes que huían de Al-Ándalus.
- Repoblación concejil (siglos XI y XII). Los reyes de Castilla y León repoblaron la zona entre el Duero y el
Tajo a través de la concesión de «Cartas Pueblas», que permitían la fundación de municipios («concejos»).
También otorgaron «fueros», privilegios reales concedidos para atraer nuevos habitantes y que los convertía
en vasallos del rey (no de los nobles). Estos privilegios atrajeron a campesinos deseosos de librarse del
poder señorial, y a muchos extranjeros («francos»). Entre los fueros más antiguos destacan los de Sahagún,
Sepúlveda, Salamanca, Ávila, Segovia, Soria, Madrid, Toledo, Cuenca y Talavera.
- Repoblación de las Órdenes Militares (siglos XII y principios del XIII). La repoblación de Extremadura
y La Mancha fue realizada por las Órdenes Militares, instituciones de caballeros mitad monjes mitad
soldados, cuyo fin era defender permanentemente las fronteras contra los musulmanes. A cambio el rey les
concedió la posibilidad de repoblar las tierras que conquistaran con campesinos siervos. Destacaban las
órdenes de Avis (Portugal), Alcántara y Santiago (Extremadura), Calatrava y San Juan (La Mancha) y
Montesa (Aragón). Algunas villas bajo protección real fueron la excepción (Ciudad Real, Villarreal).
- Repoblación mixta (siglo XIII, XIV y XV). Andalucía se repobló por medio de concejos, donadíos
(extensas tierras que el rey concedía a los nobles y a la Iglesia) y heredamientos (parcelas que se entregaban
libremente a los que acudían a colonizarlas). Así, aunque en un primer momento la pequeña, mediana y
gran propiedad convivieron, en 1264 los mudéjares fueron expulsados de Andalucía tras sublevarse, lo que
produjo grandes despoblados y un aumento de las grandes propiedades, origen del latifundio andaluz.
 Los núcleos cristianos se configuran como reinos, en los que el rey acaparaba el poder: tomaba las decisiones
políticas, dirigía el Ejército y elaboraba las leyes. No obstante, sus atribuciones estaban limitadas por
instituciones como las Cortes en las ciudades, y por la nobleza y el clero en sus feudos.
Pese a los diferentes modelos de repoblación, el modelo de sociedad feudal se consolidó a lo largo de toda la
península con sus instituciones típicas como el vasallaje y los señoríos, que podían ser:
- Señoríos territoriales: territorios concedidos por el rey a un particular o institución como pago por algún
servicio prestado. Fueron característicos de la repoblación por presura, ya que en origen carecían de dueño.
- Señoríos jurisdiccionales: daban a sus beneficiarios el privilegio de la inmunidad; es decir, que el rey no se
inmiscuía en sus asuntos, y sus dueños ejercían su autoridad con total independencia.
La hispana era una sociedad jerarquizada en estamentos (grupo social cerrado y con leyes propias). Los dos
primeros de estos grupos eran privilegiados (no pagaban impuestos y eran juzgados por leyes propias):
- La nobleza (bellatores, «los que guerrean»), eran grandes propietarios de tierra (señoríos), un grupo muy
heterogéneo: alta nobleza (marqueses, duques, condes) y baja nobleza (hidalgos, caballeros, infanzones).
- El clero (oratores, «los que rezan») también poseía tierras y señoríos, y era igualmente un estamento muy
heterogéneo: alto clero (arzobispos, obispos, abades), generalmente hijos segundones de la alta nobleza, y
bajo clero (sacerdotes, monjes, frailes); y en clero regular (sometido a una regla monástica) y secular (no
sometido) El clero ejercía una gran influencia social y política, y disponía de gran cantidad de tierras.
- El Estado llano (laboratores, «los que trabajan») suponía más del 90% de la población, en su mayoría
campesinos, carecía de privilegios y vivía de su trabajo. La mayoría no eran propietarios de las tierras que
trabajaban (salvo en Castilla) y estaban sujetos a la dependencia de sus señores (derechos señoriales).
- Desde el siglo XI, el desarrollo urbano propició el desarrollo de las ciudades (burgos), donde surgió un
nuevo grupo social: la burguesía. Aunque perteneciente al grupo no privilegiado (pagaban impuestos)
consiguieron una cierta autonomía en el gobierno de las urbes (concejos) y participación en Cortes.
- También había minorías religiosas y étnicas: los judíos, mayoritariamente urbanos, y los mudéjares, rurales.
Esta situación privilegiada de la nobleza se mantenía a través del «mayorazgo» (herencia para el hijo varón
mayor). La Iglesia acumulaba gran patrimonio gracias a las donaciones. En ambos las tierras eran inalienables.

4. La Baja Edad Media en las Coronas de Castilla y de Aragón y en el Reino de Navarra.


Los tres grandes reinos cristianos: Corona de Castilla, Corona de Aragón y Reino de Navarra tenían una
estructura política muy similar, aunque con ciertas diferencias. En los siglos XIV-XV las dos grandes coronas
de la península, Aragón y Castilla, se enfrentaron a una profunda crisis demográfica, social y económica, al
tiempo que en política los reyes quisieron recuperar el poder perdido frente a la nobleza con el feudalismo.
 La Corona de Castilla era una monarquía hereditaria y patrimonial, donde regía el principio de preminencia
hereditaria del hijo varón o del hermano del rey (si no tenía hijos). La mujer podía heredar a través de su esposo.
El rey lo era por voluntad divina. La autoridad real se vio reforzada con las Siete Partidas de Alfonso X y el
Ordenamiento General de Alcalá (1348), y por la dinastía de los Trastámara («Monarquía Autoritaria»). El rey era
asistido por varias instituciones centrales: el Consejo Real (órgano asesor), la Audiencia (Justicia), la Real
Hacienda (impuestos), además de dos instituciones: un Ejército Real permanente y una burocracia de letrados.
En las Cortes de Castilla (sin funciones claras ni periodicidad establecidas) participaban representantes de la
nobleza, el clero y de las ciudades; trataban asuntos relacionados con el gobierno (acuñación de moneda,
concesión de impuestos extraordinarios, juramento al heredero…). Castilla se dividía administrativamente en
«merindades», con un merino al frente, y «adelantamientos» en zonas de frontera (Andalucía y Murcia). Una
de las instituciones más importantes fueron los Concejos o Ayuntamientos. En un principio, estos eran
asambleas abiertas de vecinos (elegían a los alcaldes a mano alzada), pero con el tiempo terminaron bajo el
control de las oligarquías urbanas (nobleza urbana y burguesía) y los cargos pasaron a ser hereditarios.
 La Corona de Aragón era una especie de confederación en la que los territorios que la conforman (los reinos
de Aragón, Valencia y Mallorca y el Principado de Cataluña) tenía instituciones propias. Por esto, el rey tenía
menor poder y se veía obligado a pactar leyes e impuestos con los estamentos privilegiados («pactismo»).
Las Cortes Generales de Aragón, a diferencia de las de Castilla, controlaban el poder del monarca y eran la
representación de los cuatro reinos. En ellas participaban los representantes de nobleza, clero, burguesía y
caballeros. Además cada territorio tenía sus propias cortes. Las Cortes de Cataluña y de Valencia tenían una
especie de gobierno o Generalitat, que velaba por el cumplimiento de las leyes y el mantenimiento del orden
público. Una institución importante en Aragón era el Justicia Mayor: un miembro de la nobleza encargado de
mediar entre Monarquía y ciudadanos. También hacía leyes e interpretaba el derecho.
Jaime I el Conquistador dividió los territorios en «honores», salvo en Cataluña, que fue en «veguerías». Los
Concejos locales estaban controlados por las oligarquías ciudadanas. La ciudad de Barcelona quedó en manos
del llamado Consell de Cent. Pronto la burguesía más rica (Biga) se apoderó de él con la oposición de los artesanos
y otras capas populares (Busca), lo que a lo largo del siglo XV degeneró en serios conflictos civiles.
 El Reino de Navarra, estuvo gobernado desde mediados del siglo XIV por la familia Evreux, que creó
instituciones similares a las de Aragón: las Cortes de Navarra (representación de nobles, clero y
universidades/ciudades), el Consejo Real (órgano asesor), la Corte Mayor (Justicia) y la Cámara de Comptos
(finanzas). Durante el siglo XV el reino de Navarra fue sufriendo un proceso de debilitamiento dinástico que
acabaría con la conquista de Fernando II el Católico en 1512. La incorporación de Navarra a Castilla se hizo
bajo el principio de que Navarra conservaba su condición de Reino y sus instituciones privativas (fueros).
Navarra también dividía administrativamente su territorio en «merindades».

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