Archivo Hispalense
Archivo Hispalense
Archivo Hispalense
HISPALENSE
REVISTA HISTÓRICA, LITERARIA Y ARTÍSTICA
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HISPALENSE
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H I S T Ó R I C A , L I T E R A R I A
Y A R T Í S T I C A
PUBLICACIÓN BIMESTRAL
Epoca Tomo V I I
Ann IQM Mosin IQ.OA
SEVILLA
PUBLICACIONES DEL P A T R O N A T O DE CULTURA
Artículos
Miscelánea
Libros
OrÓnica
Apéndices
llustraeinnes
HISTÓRICA, LITERARIA
Y A R T Í S T I C A
EJEMPLAR NÚMERO .Q..8..1
rupppcn FM r:<:PA-f¿Á
HISPALENSE
R E V I S T A
H I S T Ó R I C A , L I T E R A R I A
Y A R T I S T I C A
PUBLICACIÓN BIMESTRAL
Epoca Tomo V I I
A ñ o 1946 N os 18 - 19
SEVILLA
PUBLICACIONES DEL PATRONATO DE CULTURA
CONSEJO DE REDAC.CIÓN
Don Ramón de Carranza y Gómez, marqués de Soto Hermoso,
Presidente de la Excma. Diputación P r o v i n c i a l - D o n Cristóbal
Bermúdez P l a t a . - D . Angel Camacho B a ñ o s . - D . Carlos García
O v i e d o . - D . José Hernández D í a z . - D . Manuel Justiniano Mar-
tínez.—D. Celestino López Martínez.—D. Joaquín Romero Mu-
r u b e - D . Gabriel Tassara B u i z a . - D . Federico Villanova Hop-
pe, Secretario de la Excma. Diputación Provincial.-Director:
Don Luis Toro Buiza.-Secretario: D. José Andrés Vázquez.
SUMARIO
ARTICULOS ORIGINALES
Miguel Romero Niartínez.—Veinte incunables seüií/anos que tratan de
historia ^
Constancio Eguía Ruiz, S. ^.— Oficios mecánicos y ciencias útiles mi-
sionales ^^
Carlos Petit C^ito.-Seoilla en la obra de Queoedo (I) 77
MISCELANEA
Libros
APÉNDICE
Ldo. Luis Fernández de Melgarejo.—Notas del marqués del Saltillo.—
Discurso genealógico de la nobilissima y antigua Casa de los Te-
llos, de Sevilla. (Conclusión) 67
Se distribuye con este volumen: Relación de las fiestas que hizo el Colegio
Mayor de Santa María, Universidad de Seoilla, en 1647.—Folleto en 4.°
natural. 36 oáeinas.
ARTÍCULOS ORIGINALES
- - - -
' A.
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ÍÍÉMÉÍÉ
LA BIBLIOGRAFÍA HISTÓRICA EN SEVILLA DURANTE EL
SIGLO XV
Fasciculus temporum.
VALERA, Diego ic
[Crónica de España].
Fol. 188 hh. s. f. Sien.: 4" ^^ A B-Y» . Letra gótica, con mayúscu-
las romanas. Texto a línea tirada : 3 6 renglones por plana. Impresión de
negro y rojo. Huecos para las capitales.
3
PLUTARCO.
MEJÍA, Fernán.
6
[Floreto de San Francisco]. € Este es el Florete de sant
Francisco. El qual tracta || de la vida & miraglos del bienauentu-
rado señor sant || Francisco. E de la regla de los frayles menores.
En castellano:
—Florecitas de San Francisco de Asís. Crónica italiana de la Edad
Media, traducida directamente al castellano según la lección adoptada por
el P. Antonio Ccsari y con un Prólogo por un Hermano de la Orden Ter-
cera (D. Manuel Pérez de Villamil). Madrid, Tip. Guttenberg, 1 8 8 1 , 8.''.
Se han publicado 3 reimpresiones, la ultima en 1 9 1 1 .
—Florecillas del glorioso señor San Francisco í) de sus hermanos,
^rad. y prólogo de Cipriano Rivas Cherif. Madrid, Renacimiento, 1 9 1 3 '
LUCIANO DE SAMOSATA.
8
FALENCIA, Alfonso de.
9
ORTIZ, Alonso.
Fol. 100 hh. fol.^ [ I ]-C. Sign.: a-e 8 f g-k » I-n 6. Letra gótica
de dos tamaños. Texto a dos col.® de 42-44 líneas. Capitales de imprenta,
grabadas. Encabezamiento en rojo al folio ij. A l final marca de los impre-
sores. Filigrana : áncora en círculo.
11
BOCCACCIO, GiovanttL
Cayda de principes.
12
[VITA HIERONYMI PAULI PRIMI EREMITAE .
Diui hieronymi Pauli primi heremi || te uita incipi-
tur feliciter.
S. 1. n. a. [Sevilla, Menando Ungut y Estanislao Polono, ha-
cia 1495].
Haebler 696.
13
CURCIO RUFO, Quinto.
14
CORONICA DEL <;:ID RUY DIAZ.
4.® 7 0 hk. s. f, Sign. : a-h8 i^. Letra gótica de dos tamaños, a línea
tirada: 3 1 renglones por plana. Capitales de imprenta. En la portada,
grabado xilográfico que representa a un caballero blandiendo un mandoble
y a su lado un anciano saliendo de una casa. En la hoja segunda, signa-
tura a'i , otro grabado, en el que aparecen un león y varios hombres. Fili-
grana : la mano y la esttella.
is
[HISTORIA DE VESPASIANO].
16
[CORRAL, Pedro del].
Fol. 3 2 7 hh. fol.^ [j] — cxxvii + j _ xc. Sign. : a-F g9 (gS -j- una
hoja intercalada) h-q^ , A-K^ Lio-f-g gótica de dos tamaños. Título
xilográfico en orla. Al final, la marca de los impresores.
17
RICOLDUS FLORENTINUS [Ricoldo de Montecrocc].
Impbatio. alcorani.
4.° 3 4 hh. s. f. Sign. : a-c^ d " . Letra gótica de tres tamaños. Texto
a línea tirada ; 3 5 renglones por plana. Impresión en negro y rojo. Capi-
tales grabadas y huecos con minúsculas para las iniciales. Portada graba-
da en que aparece un fraile dominico adoctrinando a cinco musulmanes, y
debajo el título en caracteres xilográficos. AI final de la obra, después del
colofón, la marca del impresor. Filigrana : la mano y la estrella.
2.® ed. del texto laj-ino : Improhatio alcoram, Roma, Juan Besicken y
Segismundo Meyer, 1 5 0 6 ,
ed. : Contra sectam Mahumeticam libeUus,F^TÍSy Enrique Estienne,
1 5 0 9 , 4.°
ed. : Contra sectam...y París, Enrique Estienne, 1 5 1 1 , 4.°
ed. : Turchicae spurdtiae et perfídiae suggiílatio et confutatio, Pa-
rís J . Badio Ascensio, 1 5 1 4 , 4.®
ed. : Propugnaculum fidei adversum mendacia et deliramenta Sarace-
norum Alcorani, Venecia, 1 6 0 9 , 4*°
V E R S I Ó N CASTELLANA:
18
PULGAR, Hernánao Jel
Gesamtkatalog 2246 — Olmedo, Nehrija, p. 205 y ss.— Cat.° Inc. Bibl. Nac. 1 2 6 8 .
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ccdcfiani bcatí ftcpbaní iujrta bafiÜcaiti bcafi laurcticí). ITic confín qufriqi Tcgíoncs :iplurc6 cccIeriaorcdiccuít.J' c
fímit: vrnullus pontífc^fibifucccíToiem condimaf: xit babctur conHítuít vt tlerlcu3 inucíhturaí nonrccípíato laico:
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los impresores.
MISIONALES
I. SU C A R A C T E R ESENCIALMENTE EMPÍRICO
(12) Debe corregirse el Huonder, ob. cit., p . 146, con la lista dé la cxnedición ¿if I7ia
( A N B A ) y el catálogo de 1755 A R S ( A r c h . romano de la Compañía)
(13) E l P . Ramón Termeyer llegó a ofrecer a Carlos I I I . y al mismo Napoleón, sen-
dos pares de medias fabricadas con la tela de ese arácnido ( F u r l o n e L o s Jv^ítjifi v i»
cultura Ríoplatense, cap. X V I ) . y i»
con el aparato principal llamado mueso. El mueso era el que cargaba so-
bre la lengua del animal, y, además de las dos barras separadas que lo
componían, solía llevar, colgada de unos anillitos, una varita que les
servía de eje.
¿Por qué tanta profusión de verdadero arte urbanístico en un me-
nester tan campesino y casero? Porque de eso ícustaban los arrogantes
jinetes de la tierra que, como berberiscos caracoleaban por aquellas in-
mensas praderías. Porque ese artificio metálico del caballo que, como
digo, solía ser artístico y aun de plata, era el que producía ese sonido
estridente y acompasado que es gala y regusto de los airosos caballeros
que lo cabalgan, acompañado por el bufido equino entrecortado y por las
alentadas vaporosas y espumantes del noble bruto.
En esa aleación de cinc, plomo y estaño, que llaman peltre, fué nota-
ble, entre otros, el Hermano José Klausner (n. 1685), que llegó en la ex-
pedición, germana por excelencia, de 1717. Su arte antiguo de peltrero
resultó muy útil en aquel país, donde (como él mismo escribía a su maes-
tro de Europa) «había copia de estaíío, pero nadie se preocupaba de ela-
borarlo, de suerte que los platos y utensilios de estaño eran tan caros
como de plata» (14).
Así, pues, este benéfico obrero fué copio el introductor de objetos y
vasijas de esa especie. El historiador Peramás lo nombra por tal en todo
el Tucumán. Y del colegio de Córdoba, en particular, se expresa así el
hermano: «En este colegio han comido hasta ahora con vasos y platos de
barro no glaseados. Ahora los he provisto de platos, vasos, saleros y va-
sijas de estaño, tanto que llevo ya gastados en mi fundición 107 quinta-
les de estaño». Y los datos abundantes de los Libros de la Procuración
están contestes en eso, máxime desde que Klausner se aposentó en Alta-
gracia, año de 1723 (15).
Asimismo hay testimonios de que el buen hermano Klausner instruía
a los indios en ese oficio, y aun en otros, porque era habilidoso en fundi-
ción dé campanas, én hojalatería, en tonelería, etc. Y suplía con todo ello
la falta grande de artesanos seglares que se notaba en el país (16). Consta,
además, que fué muy virtuoso, y que gfozó de la confianza plena de los
superiores. Y a su vida correspondió la muerte ejemplar que tuvo en
Córdoba el día 20 de mayo de 1746 (17).
Los dorados preciosos qué aún ahora se ostentan en algunos objetos
religiosos que han podido ser rescatados de entre las ruinas, bien dan a
(36) Artículo circular p a r a toda Sur-América, publicado en París, por octubre de 1882.
tares a graciosos tonos; y así se sujetan como corderos, dejando arcos
y flechas».
No sabemos nosotros, ni es fácil adivinarlo, cuáles serían esos nue-
vos cantares y tonos graciosos con que atraían a aquellos niños grandes.
Pero no está fuera de lugar la suposición de don Juan Alfonso Carrizo
en su Cancionero Popular del Tucumán. Supone este erudito folklorista
que quizás Ies enseñaran los Padres, entre otras piezas, las letrillas y
villancicos populares glosados a lo divino, del obispo Fray Ambrosio de
Montesinos, cuyo Cancionero^ tan copioso en este género de poesías reli-
giosas, se publicó en 1508 (37).
Ciertamente, allí se hallan glosas breves y sencillas de cantares po-
pulares muy a propósito para el caso. Y es razón de más el que a cada
cantar y a cada glosa suele acompañar la noticia de los tonos populares
con que el estribillo modelo se cantaba en el pueblo.
Según algunos autores, un misionero extranjero de un país depen-
diente de España, el Padre Juan Vaisseau (Baseo), belga, de Tournai,
llegado al Paraguay con el P. Viana en 1616 y que actuó como seis años
en el Guayrá, donde murió a los 42 años de edad, en 1623, ése fué quien
introdujo la música entre los indios guaraníes; acaso quiso decirse entre
los indios del Guayrá; porque sabido es que, por lo demás, ya los insignes
Padres españoles arriba dichos, y otros no menos célebres, españoles y
criollos, como Lorenzana y Roque González, hoy beatificado, entonaban ya
en sus pueblos buenas músicas (38). Y si por extranjeros va (como parece
los prefieren algunos), por allí andaba el hermano Luis Berger, francés,
que poseía entre otras varias habilidades la del violín, y al menos en ese
arte fué muy de los primeros. Y poco menos antiguo fué nuestro mártir
español, P. Diego de Alfaro, el cual, yendo a Buenos Aires en 1627 para
rematar ciertos negocios espinosos de aquella misión, llevóse consigo un
grupo de veinte músicos indios, cuya banda o coro, él mismo habría de di-
rigir (39).
I N T R O D U C C I O N
£1 realismo de Quevedo.
-italiana o ..pa-
e s J ^ ^ e ^ r S r e l a ^ f e ^ ^ (Nota, para el
un excelente cronista. Me valgo aquí, para suplir mi incompetencia, de
unos párrafos del inolvidable maestro don Joaquín Hazañas y La Rúa,
el brillante historiador de la imprenta sevillana, autor digno de la gran-
deza e importancia del tema historiado.
Nos dice el señor Hazañas: «En la historia bibliográfica y tipográ-
fica no pueden competir con Sevilla ninguna de las poblaciones de nues-
tra península. Sevilla cuenta entre sus más ilustres hijos el patriarca
de la bibliografía española Nicolás Antonio, figura tan grande, que ano-
nada la sola consideración del trabajo que su obra representa y que ni en
extensión ni en méritos ha sido superada hasta el día. Un impresor de
Sevilla, Lanzalao Polono, da comienzo a la serie de los impresores de
Alcalá de Henares, y otro, Juan Cromberger, es el introductor de la im- •-
prenta en América. Estas tres consideraciones, sin hacer mención de las
muchas imprentas de poblaciones andaluzas que reconocen su filiación
sevillana, bastan para enaltecer la historia biblio-tipográfica de Se-
villa» (3).
Antes de la muerte de Quevedo, ocurrida en Villanueva de los In-
fantes el 8 de septiembre de 1645, se habían hecho 93 ediciones de obraos
de don Francisco: desde un pliego de cordel que contiene sus más céle-
bres Jácaras, la «Carta de Escarramán a la Méndez», la «Respuesta de
la Méndez a Escarramán» y el «Romance del testamento que hizo Es-
carramán», impreso en Barcelona por la viuda de Dotil en el año 1613;
a la segunda impresión del «Marco Bruto», hecha en Madrid, en 1645,
en la oficina de Diego Díaz de la Carrera.
Pequeña es la aportación de Sevilla a la bibliografía quevediana. El
impresor Andrés Grande, que tuvo su imprenta en Cal de Genoua, re-
impresor en 1632 de las Ordenanzas de Sevilla, que en 1527 había im-
preso en hermosos caracteres góticos Juan Varela de Salamanca, e im-
presor de las Antigüedades, de Rodrigo Caro, imprimió en 1634 «Ivgvetes
de la niñez y trauesuras de el Ingenio», 8 hojas i)reliminares y 184 fo-
lios en 8.®. Este impresor, y en el mismo año, editó: «La cuna y la se-
pvltura; para el conocimiento propio y desengaño de las cosas agenas»,
144 folios en 16^
Francisco de Lyra, impresor y mercader de libros de los más céle-
bres en Sevilla durante la primera mitad del siglo X V I I , reimprimió en
1641 una de las obras que en 1634 editara Andrés Grande, «Ivgvetes de
la niñez y travessuras de el Ingenio», reproducción ésta de la edición
hecha en 1635 por el impresor de la Ciudad Condal Lorenzo Deu.
Hasta 1897, en que la Sociedad de Bibliófilos Andaluces imprimió
el primer volumen de las obras completas de don Francisco de Quevedo,
no he encontrado alguna otra edición hecha en Sevilla. En 1903 y 1907
se imprimieron los volúmenes segundo y tercero de la misma publicá-
Quevedo y el Gaadal^uivir*
cometas animadas,
que al céfiro debieron nacimiento,
al Betis cuna y hospedaje al viento.
(5) Juan de Salinas y Castro, natural de Sevilla, nacido en 1559. Fué hombre vir-
tuoso y de g r a n cultura. Exquisito poeta, sus poesías se incluyeron en el Romancero
General y en el de Duran. L a más completa edición de sus obras la publicó en 186& la
Sociedad de Bibliófilos Andaluces, dos volúmenes en 8.% bajo el título de «Poesías del
doctor Juan de Salinas, natural de la ciudad de Sevilla».
(6) Fué célebre geógrafo, cosmógrafo mayor y catedrático de Matemáticas de la
Casa de Contratación. Fué autor de un tratado « D e Perspectiva» y de un curioso estudio
titulado « P a r e c e r sobre la navegación a Filipinas, dado en Sevilla a 30 de julio de 1619»,
que se conserva manuscrito de letra del autor en la Biblioteca Nacional, juntamente con
btro estudio suyo de navegación a Indias.
, (7) Simón Rodríguez Ramos, nacido en Sevilla en el último tercio del siglo X V I
Bachiller de Medicina en Salamanca y Licenciado en Sevilla en 1601, f u é médico docto'
sostuvo controversias con Gaspar Caldera de Heredia, controversias que le impulsaron a
publicar su «Inyectiva Apologética Micelánea», a más de numerosas obras de su
especiálidad. •
de 1634. La dedicatoria en verso de estos romances es una bella muestra
del conceptismo en la poesía; dice:
don p k n c í c f d e X e í ^ S
cara don Francisco, haciendo honor a la venera que lucía sobre su pecho.
Cuando en 1624 el Rey D. Felipe I V y su corte se trasladaron a An-
dalucía para inspeccionar las plazas fuertes de su litoral, temiendo un
ataque del inglés, Quevedo formó parte de la regia comitiva. Entre las
ciudades visitadas estuvo, como no podía faltar, Sevilla, donde el Cabildo
y Regimiento de la misma agasajó espléndidamente al Monarca y su
nuhieroso acompañamiento (9). En el Epistolario de Quevedo se conserva
una curiosísima carta dirigida al marqués de Velada, en la que se narra,
con la gracia característica del señor De la Torre de Juan Abad, las in-
cidencias del viaje.
Esta sería, posiblemente, la oportunidad aprovechada por Pacheco
para pintar el retrato que de nuestro autor nos conservó en su famoso
«Libro de descripción de verdaderos retratos de ilustres y memorables
varones», que sirve de ilustración a este trabajo.
Quevedo dedicó a Pacheco unas estrofas de su Silva « E l Pincel»,
elogio del arte pictórico y de sus principales cultivadores en la España
del siglo X V I I . Transcribo seguidamente las estrofas citadas, muestra
fehaciente de la admiración y del aprecio que sentía el satírico por el
pintor:
(9) Relación de esta regia visita a Sevilla. j>uede verse en los «Analfiav» ^^ n ^ f í ,
de Züñiga, al tratar del año 1624. «Anales», de Ortia
ansí dar a lo mórbido sentido
con las manchas distantes;
que son verdad en él, no semejantes»
si los afectos pinta,
y de la tabla leve
huye bulto la tinta, desmentido
de la mano el relieve.
Y si en copia aparente
retrata algún semblante, y ya viviente
no le puede dejar, lo colorido
hace que tanto quede parecido,
que se niega pintado, y al reflejo
se atribuye que imita en el espejo.
Nota final.
m e r o ^ í l f l T ^ e t a ReSítTk^rSU"^^^^^^^^ ^^ -
nillo; gestos a un lado y a otro; y haga vucé, cuando hablare, de la j, h,
y de la h, j ; y diga conmigo: jerida, mojino, jumo, pahería, mohar, habalí
y harro de vino».
Tras la promesa de presentar al nuevo discípulo a toda la cofradía
germanesea de picaros, rufianes y birladores, el maestro se extiende, en
su primera lección, en la enseñanza del porte y compostura que debe ob-
servar todo jácaro examinado, y comienza a aleccionar al discípulo en
el arte de la Gramática, cuyas reglas asombrarían a Elio Antonio, ini-
ciándole en las modalidades de la pronunciación, para seguir después
con toda la rica y expresiva variedad del lenguaje hampesco, tal como
nos lo ha conservado Juan Hidalgo en su «Vocabulario de Germanía2> (17).
Juntamente con la lección recibe el discípulo su cartapacio, «una daga,
que en lo ancho era alfange, y en lo largo de comedimiento suyo no se
llamaba espada, que bien podía».
Terminada la lección, entran a saludar al nuevo compañero cuatro
picaros, admirablemente dibujados por Quevedo, «con cuatro zapatos de
gotosos por caras, andando a lo columpio, no cubiertos con las capas,
sino fajados por los lomos; los sombreros empinados sobre la frente,
altas las faldillas de delante, que parecían diademas; un par de herre-
rías enteras por guarniciones de dagas y espadas; las conteras, en con-
versación con el calcañar derecho; los ojos derribados, la vista fuerte,
bigotes buidos a lo cuerno, y barbas turcas, como caballos».
Todos reunidos celebran la llegada de Don Pablos con un fraternal
ágape, abundante en viandas y mostos. Quevedo nos relata una pinto-
resca forma de beber, costumbre sin duda extendida entre los germanes,
y que merece recordarse: «Estaba una artesa en el suelo llena de vino,
y allí se echaba de bruces el que quería hacer la razón». Con los vapores
de los líquidos trasegados, las lenguas se desatan, ofreciéndonos fieles
ejemplos de bravuconería de estos picaros: «Empezaron pláticas de gue-
rra ; menudeábanse los juramentos; murieron de brindis a brindis veinte
ó treinta sin confisión. Recetánronsele al Asistente mil puñaladas; tratóse
de la buena memoria de Domingo Tiznado y Gayón (18); derramóse vino
en cantidad al ánima de Escamilla (19). Los que la cogieron triste llo-
raron tiernamente al malogrado Alonso Alvarez» (20).
Satisfecha el hambre y la sed, y animado el espíritu con exceso por
las repetidas libaciones. Matorral dispuso la búsqueda, caza y captura
(23) Constituía este Corral, con el de los N a r a n j o s , los dos patios de la Catedral
Hispalense. Hace muchos años que ha desaparecido. Se encontraba entre la puerta l l a -
mada vulgarmente de los Palos, la Giralda y el Palacio Arzobispal. L o constituían di-
versos edificios, en uno de los cuales celebraban sus cabildos en la parte alta el Ayuntamien-
to, y en el piso bajo los canónigos, según la referencia de Rodrigo Caro en sus « A n t i g ü e d a -
des»», folios 61 y 62. El Regimiento de Sevilla celebró sus reuniones en este lugar, l l a -
mado el Cabildo viejo, hasta 1533, que estando bastante adelantadas las obras dé las
Casas Capitulares en la Plaza de San Francisco, a ellas se trasladó. Termináronse las
obras del Ayuntamiento en 1564. Desalojado el Corral de los Olmos, sus edificios se
arrendaron para bodegones, y en ellos se juntaba toda la cofradía germanesca. Véanse
las referencias de Rodríguez Marín en « E l Loaysa de E l Celoso Extremeño» y en su
^ t u d i o sobre «Rmconete y Cortadillo». También pueden verse las notas de don Joaauín
Hazañas y la Rúa, en su obra « L o s Rufianes de Cervantes» ooaqum
(24) Cervantes, Miguel de.—«El R u f i á n Dichoso». Jornada 1 »
(25) «Romance del Testamento de Maladros», en «Romances" de Germanía».
(26) L a Mancebía de Sevilla estuvo establecida en las proximidades de la muralla
que cercaba a la Ciudad, teniendo un postigo a l Arenal, donde hoy s ^ I e v ^ ^ t a hírr S
ñamado E l Baratillo, y de la otra parte lindaba con iks c a S s d T la c S d siendo su
única entrada, llamada « ^ Golpe», un arquillo que se b a u t i S c o n e noSb?e d ^ A t o c h a
por una imagen de la V i r g e n de este nombre. E r a un ino-a^ K ^ Í I ^ Alocua,
las aguas de lluvia: de ahí le provino el nombre de L a g u n a ' d S é s 1 w f
construida en su recinto. E l interior de la Mancebía se dfnSSínA t i r ^ S ? - ^^
en lenguas del pueblo uno de los apelativos vof^ue le ZZc^^
la L a g u n a » L a historia de la Mancebía sevillana m e r ¿ e una ?spectal
curioso puede ver interesantes noticias en el folleto de d ^ S M Í - S . l ^"^^."^ST&íia. E l
« E l Compás de Sevilla» (1870), en « E l Loaysa d e E l S s o Ext^^^íñ
coñete», de Rodríguez Marín, y en la obra citada de don J o a a u f í S ^ ^T®" S
de Cervantes», por no citar otros muchos autores que h L e r S e r e n S f « ' t^T Rufianes
(28) Compárece este pasaje con el siguiente, original de don Gonzalo de Céspedes v
Meneses, quien en su obra «Fortuna V a r i a del soldado Píndaro», escribió- Desplegamos
las hojas y aun las manos con tan buena fortuna, que en dos días, sin tres pelos de b a r b a
se nos daba l i ^ a r en el Corral de los N a r a n j o s , digo, entre los oficiales de la Muerte
Ministros del Dios Marte. E r a entonces archimandrita de este grande colegio A f a n a d o r
el Járavo, natural de utrera, presidente el famoso Pero Vázquez de Escamilla v sena-
d o r ^ Alonso de la Mata, Félix, Miguel de Silva, Palomares y Gonzalo Geniz mas no
asi de rondon nos admitieron en este cofradía.
(29) «Constituciones del Arzobispo de Sevilla, Copiladas. Hechas y ordenadas por el
ilustrisimo y reverendísimo señor don Rodrigo de Castro...» Sevilla, Juan de León. 1591.
Estrada, antes transcritas y que se refieren al año 1608; a más de las
muchas referencias que se conservan en diversas memorias y relaciones
de sucesos), que los abusos no se habían desterrado, pese al Arzobispo,
al Sínodo y a todo el Cabildo Eclesiástico.
(Continuará),
M I S C E L A N E A
o--
-A •'.•
Valdés Leal y el arte francés.
bien abona
a mi amo este bárbaro, cuya ufana
cabeza, como reina se corona:
preso de las agallas te lo ofrece.
Hazen: El bárbaro es de valor.
Paja: Barbón parece.»
Cotarelo advirtió algo extraño y escribió la sigruiente nota, refirién-
dose a la frase El Bárbaro es de valor. «Así en el original; pero debiera
decir: « E l regalo» o « E l presente es de valor».
En la edición de Hipólito de Versara el texto está muy claro, ya que,
en vez de bárbaro, dice barbo^ y así la lección es sencilla y los versos re-
sultan bien construidos y más chistosa la frase.
Erratas de impresión, algunas levísimas modificaciones, como ésta:
SANTIAGO MONTOTO,
C, de la Real Academia Española.
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^^ ^ S Í ^ N
ííO: t i-
. -
Interesante kallazgo documental.
mM
L I B R O S
" S O R T I L E G I O S E N E G A L É S " . — A n t o n i o de Cértlma.—Volumen en 4.°,
»»» páginas.—BiMíoteca de viajes " P o r térras de Maravillia", edi-
tada por Tavares Martins.—Imp. "Tipografía Mendon^a".—Oporto,
1947.
LUIS J. PEDREGAL.
« D O L O R Y H O N O R D E E S P A Ñ A " . — C o n t i e n e dos poesías J e Eduardo
Mar^uína (-j-) y prólogo de Fernando Bruner Prieto.—Dibujos de
Manuel Mumpao y un grabado al boj de Julio Palacios.—Cuarenta
y cuatro páginas en 8 . ° — I m p . "Gráficas del S u r " , Sevilla, 1947.
A. V.
" L A V I R G E N D E L O S R E Y E S , P A T R O N A DE S E V I L L A Y D E L A
A R C H I D I Ó C E S I S " . — Estadio iconográfico.—José Hernández Díaz.
— C u a r t o mayor.—Texto y notas, 40 páginas y ao fotograbados
fuera de texto.—Sevilla, Imp, Suárez, 1947.
A P É N D I C E S
•'A-
i'.'J».' w
^ tí-
APENDICE I
Señor:
APENDICE II
CAPITULO 32
PARRAFO
P A R R A F O
PARRAFO 3.°
A.
D.
E.
PARRAFO 4.°
PARRAFO
APENDICE in
APENDICE IV
MAYORAZGO DE BENAZUZA
APENDICE V
APENDICE VI
BOLETIN DE P U B L I C A C I O N E S NUM. I
( X julio 1947)
OBRAS PUBLICADAS
E S T U D I O DE EDIFICIOS R E L I G I O S O S Y OBJETOS DE C U L T O DE L A C I U D A D
D E S E V I L L A . S A Q U E A D O S Y DESTRUIDOS P O R L O S M A R X I S T A S , por José Her-
nández Díaz y Antonio Sancho Corbacho.—Volumen de 2 1 2 páginas con 3
fotograbados y 1 7 dibujos: 1 0 pesetas, rústica.
EDIFICIOS R E L I G I O S O S Y OBJETOS DE C U L T O S A Q U E A D O S Y D E S T R U I D O S
P O R L O S M A R X I S T A S EN L O S PUEBLOS DE L A P R O V I N C I A DE S E V I L L A , por
José Hernández Díaz y Antonio Sancho Corbacho.—Volumen de 345 pági-
nas con 1 5 9 fotograbados y 27 dibujos de plantas de iglesias: 1 5 pesetas, rús-
tica.
En prensa:
L A I M P R E N T A E N S E V I L L A , por don Joaquín Hazañas y La Rüa.—Tomo 11.
C A T Á L O G O A R Q U E O L O G I C O Y A R T Í S T I C O DE L A P R O V I N C I A DE S E V I L L A ,
por José Hernández Díaz, Antonio Sancho Corbacho y Francisco Collantes
de Terán.—Tomo III.
SUMA DE C O S M O G R A F Í A , manuscrito de Pedro de Medina, con prólogo del excelentí-
simo señor don Rafael Estrada, almirante de la Armada española.
T A R D E S D E L A L C Á Z A R , manuscrito de Juan de Robles, con prólogo del excelentísimo se-
ñor don Angel González Falencia, de las R R . A A . Española y de la Historia.
En e s t a m p a c i ó n :
P O B L A C I O N E S Y SITIOS P I N T O R E S C O S DEL A N T I G U O . R E I N O DE S E V I L L A .
III.—ESTEPA, íd. id. id. id.—Grabado al aguafuerte, en colores, 45 x 3 7 cms.,
en papel de gran margen. Tirada de 100 ejemplares numerados, 200 pesetas
ejemplar.
I V . — F E R I A - E X P O S I C I Ó N DE G A N A D O SELECTO, 1 9 4 4 , í d . í d . i d . , i d .
A R C H I V O H I S P A L E N S E
REVISTA HISTÓRICA, LITERARIA Y ARTÍSTICA
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