92 Caso Trujillo Oroza vs. Bolivia. Reparaciones
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92 Caso Trujillo Oroza vs. Bolivia. Reparaciones
REPARACIONES
la Corte Interamericana de Derechos Humanos (en adelante “la Corte”, “la Corte
Interamericana” o “el Tribunal”), integrada por los siguientes jueces *:
presentes, además,
de acuerdo con los artículos 29, 55, 56 y 57 del Reglamento de la Corte (en
adelante “el Reglamento”)**, en relación con el artículo 63.1 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos (en adelante “la Convención” o “la Convención
Americana”) y en cumplimiento del punto resolutivo tercero de la sentencia de 26
de enero de 2000, dicta la presente Sentencia sobre reparaciones.
I
COMPETENCIA
**
De conformidad con la Resolución de la Corte de 13 de marzo de 2001 sobre Disposiciones
Transitorias al Reglamento de la Corte vigente desde el 1 de junio de 2001, la presente Sentencia sobre
reparaciones se dicta en los términos del Reglamento adoptado en la Resolución de la Corte de 16 de
septiembre de 1996.
2
II
ANTECEDENTES
2. Continuar con la tramitación sobre el fondo del caso y, para tal efecto,
cambiar el objeto de la audiencia pública sobre excepciones preliminares
convocada por el Presidente de la Corte mediante resolución de 6 de
diciembre de 1999, con el fin de considerar los otros aspectos del escrito
presentado por el Estado de Bolivia el 21 de enero de 2000.
III
PROCEDIMIENTO EN LA ETAPA DE REPARACIONES
13. El 11 de mayo de 2000 el Estado presentó un escrito con el cual aportó copia
de documentos referentes al “proyecto de ley que se tramita ante el Congreso de
Bolivia y que sancionará la desaparición forzada de personas, además de que
declara que este delito no prescribe.”
14. El 31 de agosto de 2000 Bolivia informó que sustituyó al señor Gastón Ríos
Anaya como agente alterno en el caso y que en su reemplazo designó al señor Iván
Alemán1.
1
En este sentido, cfr. Caso Trujillo Oroza. Sentencia de 26 de enero de 2000. Serie C No. 64,
párrs. 23 y 26.
4
Viviana Krsticevic; y
Maria Clara Galvis Patiño.
Testigo convocada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (art. 44.1 del
Reglamento):
22. Ese mismo día la Secretaría, siguiendo instrucciones del Presidente a la luz
de lo que le fue encomendado por la Corte y de conformidad con el artículo 44 del
Reglamento, otorgó plazo improrrogable hasta el 29 de octubre de 2001, para que
los representantes de la víctima y sus familiares remitieran, como prueba para
mejor resolver, la documentación que comprobara las cantidades de dinero que
supuestamente la familia de José Carlos Trujillo Oroza (en adelante “José Carlos”,
“la víctima” o “el señor Trujillo Oroza”) dejó de percibir por dedicarse a su
búsqueda.
2
La información solicitada se refería a: la esperanza de vida en Bolivia por edad en el período
comprendido entre 1972 hasta la fecha, expedida por la autoridad competente correspondiente; la
evolución del salario mínimo en Bolivia, desde 1972 a la fecha, expedida por la autoridad competente
correspondiente; la evolución del salario mínimo de un “oficinista” en Bolivia, desde 1972 a la fecha,
expedida por la autoridad competente correspondiente; el salario promedio de un profesional en filosofía
en Bolivia durante sus primeros cinco años laborales, en 1972 y actualmente, expedido por la autoridad
competente correspondiente; si el ordenamiento jurídico boliviano contiene alguna normativa laboral que
consagre el derecho a una gratificación o bonificación, como por ejemplo lo es en algunas legislaciones el
derecho a recibir aguinaldo, expedido por la autoridad competente correspondiente; y el tipo de cambio
oficial en Bolivia en relación con el dólar de los Estados Unidos de América, en el período comprendido
entre 1972 hasta la fecha, expedido por el Banco Central de Bolivia.
6
32. El 28 de noviembre de 2001 CEJIL presentó dos escritos a los cuales adjuntó
una copia de la “Información a la Prensa” de 20 de noviembre de 2001 de la Unidad
de Relaciones Públicas del Tribunal Constitucional de Bolivia, en relación con la
sentencia Nº 1190/01-R emitida por dicho tribunal el 12 de noviembre de 2001, y
algunos documentos relativos a las preguntas realizadas por la Corte al Estado
durante la audiencia pública sobre reparaciones (supra párr. 20).
IV
PRUEBA
33. Antes de analizar las pruebas recibidas, la Corte precisará en este capítulo
los criterios generales sobre la valoración de la prueba que utilizará, y realizará
algunas consideraciones aplicables al caso específico, la mayoría de las cuales han
sido desarrolladas anteriormente por la jurisprudencia de este Tribunal.
[l]as pruebas promovidas por las partes sólo serán admitidas si son señaladas
en la demanda y en su contestación y en su caso, en el escrito de
excepciones preliminares y en su contestación. Excepcionalmente la Corte
podrá admitir una prueba si alguna de las partes alegare fuerza mayor, un
impedimento grave o hechos supervinientes en momento distinto a los antes
señalados, siempre que se garantice a la parte contraria el derecho de
defensa.
[...]
36. Según la práctica reiterada del Tribunal, durante la etapa de reparaciones las
partes deben señalar qué pruebas ofrecen en la primera oportunidad que se les
concede para pronunciarse por escrito. Además, el ejercicio de las potestades
discrecionales de la Corte, contempladas en el artículo 44 de su Reglamento, le
8
A) PRUEBA DOCUMENTAL
39. Al presentar su escrito sobre reparaciones (supra párr. 11), los representantes
de la víctima y sus familiares (CEJIL) adjuntaron como prueba 17 anexos que
contenían 43 documentos6. La Comisión, en su escrito sobre reparaciones (supra
párr. 10), hizo suyas las pruebas presentadas por CEJIL en el escrito arriba
mencionado.
40. El Estado, por su parte, adjuntó como prueba a su escrito sobre reparaciones
(supra párrs. 12 y 13) dos anexos correspondientes a una copia del expediente
judicial número 14.222 del Juzgado Quinto de Instrucción en lo Penal de Santa Cruz
de Bolivia y copia parcial del expediente legislativo del proyecto de ley que tipifica
la desaparición forzada de personas7.
3
cfr. Caso Cantoral Benavides. Reparaciones (art. 63.1 Convención Americana sobre Derechos
Humanos). Sentencia de 3 de diciembre de 2001. Serie C No. 89, párr. 21; Caso Cesti Hurtado.
Reparaciones (art. 63.1 Convención Americana sobre Derechos Humanos). Sentencia de 31 de mayo de
2001. Serie C No. 78, párr. 20; y Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros). Reparaciones
(art. 63.1 Convención Americana sobre Derechos Humanos). Sentencia de 26 de mayo de 2001. Serie C
No. 77, párr 39.
4
cfr. Caso Cantoral Benavides. Reparaciones, supra nota 3, párr. 22; Caso Cesti Hurtado.
Reparaciones, supra nota 3, párr. 21; Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros).
Reparaciones, supra nota 3, párr. 40; y Caso de la “Panel Blanca” (Paniagua Morales y otros).
Reparaciones (art. 63.1 Convención Americana sobre Derechos Humanos). Sentencia de 25 de mayo de
2001. Serie C No. 76, párr. 51.
5
cfr. Caso Cantoral Benavides. Reparaciones, supra nota 3, párr. 23; Caso de la Comunidad
Mayagna (Sumo) Awas Tingni. Sentencia de 31 de agosto de 2001. Serie C No. 79, párr. 88; y Caso Cesti
Hurtado. Reparaciones, supra nota 3, párr. 21. En igual sentido cfr. Military and Paramilitary Activities in
and against Nicaragua (Nicaragua v. United States of America), Merits, Judgment, I.C.J. Reports 1986 ,
para. 60.
6
cfr. anexos 1 a 17 del escrito sobre reparaciones presentado por CEJIL el 27 de abril de 2000
(folios 1 a 65 del expediente de prueba sobre reparaciones).
7
cfr. anexos 1 y 2 del escrito sobre reparaciones presentados por el Estado el 27 de abril y 11 de
mayo de 2000 (folios 66 a 272 del expediente de prueba sobre reparaciones).
9
41. El Estado presentó un escrito (supra párr. 15), al cual adjuntó copia de “las
últimas actuaciones ocurridas en el caso judicial que se desarrolla en [el] Juzgado
de Instrucción de la ciudad de Santa Cruz, Bolivia, en contra de los acusados de
haber cometido varios delitos en perjuicio de José Carlos Trujillo” 8.
43. El Estado presentó, como prueba para mejor resolver (supra párrs. 20, 21 y
26), un escrito al cual adjuntó 9 anexos 10.
45. Los representantes de la víctima y sus familiares aportaron (supra párr. 32)
copia de la “Información a la Prensa” de 20 de noviembre de 2001 de la Unidad de
Relaciones Públicas del Tribunal Constitucional en relación con la sentencia Nº
1190/01-R emitida por el Tribunal Constitucional el 12 de noviembre de 2001 y,
como prueba para mejor resolver, remitió 7 documentos contenidos en igual
número de anexos, relativos a las preguntas realizadas por la Corte al Estado
durante la audiencia pública sobre reparaciones (supra párrs. 20 y 32)12.
B) PRUEBA TESTIMONIAL
Tiene 75 años y es profesora jubilada. José Carlos Trujillo Oroza era su hijo mayor.
En 1971 su familia se encontraba constituida por su esposo y sus tres hijos;
también formaban parte de la familia la madre y los hermanos de la testigo. José
Carlos era estudiante de filosofía de la Universidad Mayor de San Andrés en la
ciudad de La Paz. Sin embargo, al tomar Banzer el poder clausuró esa universidad,
por lo que José Carlos se fue a vivir a la ciudad de Santa Cruz.
8
cfr. anexo del escrito presentado por el Estado el 16 de marzo de 2001 (folios 181 a 269 del tomo
I del expediente sobre reparaciones).
9
cfr. anexos 1 a 6 de los escritos presentados por CEJIL el 29 de octubre y 16 de noviembre de
2001 (folios 347 a 353 y 397 a 433 del tomo II del expediente sobre reparaciones).
10
cfr. anexos 1 a 9 del escrito presentado por el Estado el 30 de octubre de 2001 (folios 273 a
1192 del expediente de prueba sobre reparaciones).
11
cfr. folios 461 a 472 del tomo II del expediente sobre reparaciones.
12
cfr. folios 478, 479 y 492 a 572 del tomo II del expediente sobre reparaciones.
10
En 1971 José Carlos Trujillo Oroza fue detenido por miembros del Departamento de
Orden Político y de la Dirección de Criminalística de Santa Cruz y recluido en la
cárcel estatal llamada El Pari, ubicada en la ciudad de Santa Cruz. Se enteró de la
detención de José Carlos el 31 de diciembre de 1971. La testigo vivía en La Paz.
Se trasladó a Santa Cruz para ver a José Carlos; donde permaneció por varios días.
Las autoridades de la Central de Policía le indicaron que no había recursos para la
alimentación de los presos, por lo cual todos los días llevaba comida a José Carlos a
la hora del almuerzo, pero no le permitían verlo sino por la tarde. Además, todos
los días debía ir a la Dirección de Orden Político (DOP) a obtener una orden para
visitar a José Carlos. Le permitían hablar con José Carlos durante 5 minutos, la
acompañaba un agente y le indicaban que no debía hacerle preguntas. José Carlos
fue sometido a muchas torturas. En una visita observó que a su hijo le faltaban tres
uñas en las manos. Otro día, al ver las señales de que lo habían flagelado con algo
cortante, probablemente con un alambre, emitió un gemido de dolor y por ello
devolvieron a José Carlos a su celda, y a la testigo le dijeron: “usted se contiene o
no ve más a su hijo”. El último día que vio a su hijo éste le indicó por señas que
acudiera a la Cruz Roja a solicitar ayuda.
El 2 de febrero de 1972 fue la última vez que vio a José Carlos. Las autoridades le
dieron diversas versiones sobre lo sucedido a la víctima. Su hijo desapareció junto
a dos personas, Carlos López Adrián y el señor Toledo Rosado. Hasta el día de la
audiencia pública ante la Corte son las tres personas que están desaparecidas y son
las tres personas que, según Guillermo Elio, Subsecretario del Ministerio del Interior
para la época de los hechos, fueron puestas en libertad mediante un radiograma.
Aproximadamente en 1988 el señor Luis Sandoval Morón inició una acción judicial
en Santa Cruz en contra del señor Percy González, por el asesinato de dos de sus
hermanos. La testigo se adhirió a dicho proceso solicitando que se ampliara la
investigación para incluir lo sucedido a José Carlos, en virtud de que el señor
González está implicado en su desaparición. Dicho proceso judicial no prosperó. En
1999 el Estado boliviano, a través de la Defensa Pública, una instancia que no
correspondía, solicitó que se iniciara un proceso por la desaparición forzada de José
Carlos Trujillo Oroza. La defensora pública que presentó el escrito de solicitud, Mary
Severich, le dijo que en la Defensa Pública nunca solicitaban que se iniciara un
proceso penal, pero que en este caso recibió una orden del Ministerio de Justicia e
inclusive le enviaron redactado el memorial correspondiente. En la investigación se
recibieron las declaraciones de 4 imputados, y el fiscal determinó que no había
materia suficiente para iniciar un proceso. Sin embargo, el Juez Alain Núñez abrió
la causa porque encontró indicios, pero por la comisión del delito de detención
indebida, vejámenes y tortura, y no por el delito de desaparición forzada. Es un
problema que por razones políticas la desaparición forzada no esté contemplada
como delito en el ordenamiento jurídico boliviano. Algunos de los funcionarios
públicos que la testigo ha mencionado en su declaración, fueron investigados en
este proceso penal; se les recibió la declaración. La testigo se apersonó como
querellante en dicho proceso. El proceso fue archivado; el fundamento que dio el
12
Juez Alain Núñez para declarar improcedente la acción fue el de la prescripción del
delito. La testigo presentó una apelación de esta decisión ante la Sala Primera y
después a la Sala Segunda de la Corte Superior de Santa Cruz. Estas instancias
confirmaron la decisión del juez. El 27 de julio de 2001 presentó un recurso de
amparo ante la Corte Superior de Santa Cruz, la cual lo rechazó. La última
instancia que le quedaba, para la época de la audiencia pública sobre reparaciones
ante esta Corte, era el Tribunal Constitucional, ante el cual se apersonó. Los
funcionarios que ha mencionado en su declaración han sido investigados en casos
similares a los de su hijo. La testigo amanece pensando todos los días qué puede
hacer para encontrar los restos mortales de José Carlos, para encontrar una
respuesta y para que esos hechos no se repitan.
C) VALORACIÓN DE LA PRUEBA
47. El acervo probatorio de un caso, como todo único, se integra con la prueba
presentada durante todas las etapas del proceso 13; de esta manera, la prueba
aportada por las partes en las etapas de excepciones preliminares y fondo también
forma parte del material probatorio que será considerado durante la presente etapa.
*
* *
50. Además, la Corte considera útiles los documentos aportados por el Estado el
16 de marzo de 2001 (supra párrs. 15 y 41) y el 27 de noviembre de 2001 (supra
párrs. 31 y 44), y los documentos presentados por CEJIL el 29 de octubre de 2001
(supra párrs. 25 y 42) y el 28 de noviembre de 2001 (supra párrs. 32 y 45),
13
cfr. Caso Cantoral Benavides. Reparaciones, supra nota 3, párr. 34; Caso de la Comunidad
Mayagna (Sumo) Awas Tingni, supra nota 5, párr. 98; y Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales
y otros). Reparaciones, supra nota 3, párr. 53.
13
*
* *
52. En lo que respecta al testimonio rendido por la señora Antonia Gladys Oroza
de Solón Romero la Corte lo aprecia en cuanto concuerda con el objeto del
interrogatorio propuesto por sus representantes legales y por la Comisión.
Asimismo, es importante señalar que el Estado no formuló preguntas a la señora
Oroza de Solón Romero. Este Tribunal estima que por tratarse de la declaración de
la madre de la víctima y por tener ésta un interés directo en este caso, su
testimonio no puede ser valorado aisladamente, sino dentro del conjunto de las
pruebas del proceso. Además, es importante señalar que en materia de
reparaciones los testimonios de los familiares de las víctimas son útiles, en la
medida que pueden proporcionar mayor información sobre las consecuencias de las
violaciones que fueron perpetradas 14.
V
HECHOS PROBADOS
15
cfr. Caso Trujillo Oroza, supra nota 1, párrs. 2 y 36.
16
cfr. copia del certificado de nacimiento No. 010699 de José Carlos Trujillo Oroza emitido el 27 de
marzo de 2000 por la Corte Nacional Electoral, Registro Civil, Bolivia (folio 24 del expediente de prueba
sobre reparaciones); testimonio de Antonia Gladys Oroza de Solón Romero rendido ante la Corte el 6 de
septiembre de 2001; copia del expediente judicial ante el Juzgado Quinto de Instrucción en lo Penal de la
Capital, Santa Cruz, Bolivia (folios 67 a 246 y 275 a 1143 del expediente de prueba sobre reparaciones); y
14
17
cfr. testimonio de Antonia Gladys Oroza de Solón Romero rendido ante la Corte el 6 de
septiembre de 2001; copia del expediente judicial ante el Juzgado Quinto de Instrucción en lo Penal de la
Capital, Santa Cruz, Bolivia (folios 67 a 246 y 275 a 1143 del expediente de prueba sobre reparaciones);
sentencia constitucional Nº 1190/01-R emitida por el Tribunal Constitucional el 12 de noviembre de 2001
mediante la cual se resuelve el recurso de amparo interpuesto por Antonia Gladys Oroza vda de Solón
Romero (folios 463 a 472 del tomo II del expediente sobre reparaciones); e informe de julio de 1984
realizado por la Comisión Nacional de Investigación de Desaparecidos (Desaparecidos Forzados) en
relación con la desaparición de José Carlos Trujillo Oroza (anexo 6 de la demanda).
18
cfr. testimonio de Antonia Gladys Oroza de Solón Romero rendido ante la Corte el 6 de
septiembre de 2001; sentencia constitucional Nº 1190/01-R emitida por el Tribunal Constitucional el 12 de
noviembre de 2001 mediante la cual se resuelve el recurso de amparo interpuesto por Antonia Gladys
Oroza vda de Solón Romero (folios 463 a 472 del tomo II del expediente sobre reparaciones); recurso de
amparo constitucional interpuesto por Antonia Gladys Oroza vda de Solón Romero el 27 de julio de 2001
ante la Corte Superior del Distrito Judicial de Santa Cruz (folios 533 a 558 del tomo II del expediente
sobre reparaciones); y copia del expediente judicial ante el Juzgado Quinto de Instrucción en lo Penal de la
Capital, Santa Cruz, Bolivia (folios 67 a 246 y 275 a 1143 del expediente de prueba sobre reparaciones).
19
cfr. cuadro titulado “Bolivia: Esperanza de vida por períodos quinquenales y sexo, según grupos
de edad” realizado por el Instituto Nacional de Estadística (folio 1186 del expediente de prueba sobre
reparaciones).
20
cfr. copia del certificado emitido por la Directora del Archivo de La Paz, dependiente de la
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Mayor de San Andrés en relación
con los estudios que realizaba José Carlos Trujillo Oroza (folio 26 del expediente de prueba sobre
reparaciones); testimonio de Antonia Gladys Oroza de Solón Romero rendido ante la Corte el 6 de
septiembre de 2001; e informe de julio de 1984 realizado por la Comisión Nacional de Investigación de
Desaparecidos (Desaparecidos Forzados) en relación con la desaparición de José Carlos Trujillo Oroza
(anexo 6 de la demanda).
21
?
cfr. copia del certificado de nacimiento No. 010699 de José Carlos Trujillo Oroza emitido el 27 de
marzo de 2000 por la Corte Nacional Electoral, Registro Civil, Bolivia (folio 24 del expediente de prueba
sobre reparaciones); copia del certificado de cédula de identidad No. 876483 emitido el 10 de abril de
2000 por la Policía Nacional, Dirección Nacional de Identificación Personal, mediante el cual se certifica que
la cédula de identidad No. 184936 L.P. corresponde a Antonia Gladys Oroza de Solón Romero (folio 10 del
15
22
cfr. testimonio de Antonia Gladys Oroza de Solón Romero rendido ante la Corte el 6 de
septiembre de 2001.
23
cfr. testimonio de Antonia Gladys Oroza de Solón Romero rendido ante la Corte el 6 de
septiembre de 2001; notas de Pablo y Walter Solón Romero Oroza de 22 y 24 de abril de 2000,
respectivamente (folios 21 y 22 del expediente de prueba sobre reparaciones); sentencia constitucional Nº
1190/01-R emitida por el Tribunal Constitucional el 12 de noviembre de 2001 mediante la cual se resuelve
el recurso de amparo interpuesto por Antonia Gladys Oroza vda de Solón Romero (folios 463 a 472 del
tomo II del expediente sobre reparaciones); y recurso de amparo constitucional interpuesto por Antonia
Gladys Oroza vda de Solón Romero el 27 de julio de 2001 ante la Corte Superior del Distrito Judicial de
Santa Cruz (folios 533 a 558 del tomo II del expediente sobre reparaciones).
24
cfr. testimonio de Antonia Gladys Oroza de Solón Romero rendido ante la Corte el 6 de
septiembre de 2001; notas de Pablo y Walter Solón Romero Oroza de 22 y 24 de abril de 2000,
respectivamente (folios 21 y 22 del expediente de prueba sobre reparaciones); sentencia constitucional Nº
1190/01-R emitida por el Tribunal Constitucional el 12 de noviembre de 2001 mediante la cual se resuelve
el recurso de amparo interpuesto por Antonia Gladys Oroza vda de Solón Romero (folios 463 a 472 del
tomo II del expediente sobre reparaciones); y recurso de amparo constitucional interpuesto por Antonia
Gladys Oroza vda de Solón Romero el 27 de julio de 2001 ante la Corte Superior del Distrito Judicial de
Santa Cruz (folios 533 a 558 del tomo II del expediente sobre reparaciones).
25
cfr. testimonio de Antonia Gladys Oroza de Solón Romero rendido ante la Corte el 6 de
septiembre de 2001; copia del expediente judicial ante el Juzgado Quinto de Instrucción en lo Penal de la
Capital, Santa Cruz, Bolivia (folios 67 a 246 y 275 a 1143 del expediente de prueba sobre reparaciones);
recurso de amparo constitucional interpuesto por Antonia Gladys Oroza vda de Solón Romero el 27 de julio
de 2001 ante la Corte Superior del Distrito Judicial de Santa Cruz (folios 533 a 558 del tomo II del
expediente sobre reparaciones); informe de julio de 1984 realizado por la Comisión Nacional de
Investigación de Desaparecidos (Desaparecidos Forzados) en relación con la desaparición de José Carlos
16
VI
BENEFICIARIOS
55. Los familiares de la víctima José Carlos Trujillo Oroza que fueron acreditados
ante este Tribunal son: su madre, Antonia Gladys Oroza de Solón Romero, su padre
adoptivo o padrastro, Walter Solón Romero Gonzales, y sus hermanos 27, Pablo Erick
y Walter, ambos Solón Romero Oroza. No existe controversia respecto a la calidad
de beneficiarios de las personas anteriormente señaladas (supra párr. 53.f). La
Corte estima que el reconocerles tal calidad es acorde con la jurisprudencia del
Tribunal. Además, esas mismas personas tienen la condición de víctimas de la
violación de los artículos 5.1, 5.2, 8.1 y 25 de la Convención, según lo declaró la
sentencia sobre el fondo.
[e]s una regla común en la mayoría de las legislaciones que los sucesores de
una persona son sus hijos. Se acepta también generalmente que el cónyuge
participa de los bienes adquiridos durante el matrimonio y algunas
legislaciones le otorgan además un derecho sucesorio junto con los hijos. Si
no existen hijos ni cónyuge, el derecho privado común reconoce como
herederos a los ascendientes. Estas reglas generalmente admitidas en el
concierto de las naciones deben ser aplicadas, a criterio de la Corte, en el
presente litigio a fin de determinar los sucesores de las víctimas en lo
relativo a la indemnización28.
Trujillo Oroza (anexo 6 de la demanda); y documentos de soporte de gastos (folios 32 a 65 del expediente
de prueba sobre reparaciones).
26
?
cfr. poder especial otorgado por Gladys Oroza de Solón Romero a favor de Viviana Krsticevic,
Raquel Aldana-Pindell, María Claudia Pulido y José Miguel Vivanco (anexo 8 de la demanda); y actuaciones
de los apoderados que obran en el expediente ante la Corte.
27
Los señores Pablo Erick y Walter, ambos Solón Romero Oroza, son hermanos de madre del señor
José Carlos Trujillo Oroza.
28
Caso Aloeboetoe y otros. Reparaciones (art. 63.1 Convención Americana sobre Derechos
Humanos). Sentencia de 10 de septiembre de 1993. Serie C No. 15, párr. 62. En igual sentido cfr. Caso de
los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros). Reparaciones, supra nota 3, párr. 67; Caso de la “Panel
Blanca” (Paniagua Morales y otros). Reparaciones, supra nota 4, párr. 84; y Caso Neira Alegría y otros.
Reparaciones (art. 63.1 Convención Americana sobre Derechos Humanos). Sentencia de 19 de septiembre
de 1996. Serie C No. 29, párr. 60.
17
57. Por otro lado, los daños provocados a los familiares de la víctima o a
terceros, por la muerte de ésta, pueden ser reclamados fundándose en un derecho
propio29. Respecto de estos reclamantes, el onus probandi corresponde a los
mismos, entendiéndose el término “familiares de la víctima”, de conformidad con el
artículo 2.15 del Reglamento adoptado por la Corte mediante Resolución de 24 de
noviembre de 2000 y que entró en vigor el 1 de julio de 2001 30, como un concepto
amplio que abarca a todas aquellas personas vinculadas por un parentesco cercano,
incluyendo a los hijos, padres y hermanos, los cuales pueden ser tenidos como
familiares y tener derecho a recibir una indemnización, en la medida en que
cumplan los requisitos fijados por la jurisprudencia de este Tribunal 31. Debe
prestarse atención, asimismo, al hecho de que el Tribunal presume que la muerte
de una persona ocasiona a sus padres y hermanos un daño inmaterial 32. Para
efectos del caso sub judice, la reparación a los familiares será analizada en las
secciones correspondientes, de conformidad con el acervo probatorio que las partes
han aportado a este Tribunal.
VII
OBLIGACIÓN DE REPARAR
29
cfr. Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros). Reparaciones, supra nota 3, párr.
68; Caso de la “Panel Blanca” (Paniagua Morales y otros). Reparaciones, supra nota 4, párr. 85; y Caso
Castillo Páez. Reparaciones (art. 63.1 Convención Americana sobre Derechos Humanos). Sentencia de 27
de noviembre de 1998. Serie C No. 43, párr. 59.
30
De conformidad con el artículo 2 del Reglamento aprobado por la Corte mediante Resolución de
24 de noviembre de 2000 y que entró en vigencia el 1 de junio de 2001, el término “familiares” significa
los familiares inmediatos, es decir, ascendientes y descendientes en línea directa, hermanos, cónyuges o
compañeros permanentes, o aquellos determinados por la Corte en su caso.
31
?
cfr. Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros). Reparaciones, supra nota 3, párr.
68; Caso de la “Panel Blanca” (Paniagua Morales y otros). Reparaciones, supra nota 4, párr. 86; y Caso
Loayza Tamayo. Reparaciones (art. 63.1 Convención Americana sobre Derechos Humanos). Sentencia de
27 de noviembre de 1998. Serie C No. 42, párr. 92.
32
cfr. Caso Cantoral Benavides. Reparaciones, supra nota 3, párrs. 37 y 61 a) y d); Caso de los
“Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros). Reparaciones, supra nota 3, párr. 66 y 68; y Caso de la
“Panel Blanca” (Paniagua Morales y otros). Reparaciones, supra nota 4, párrs. 108, 110, 125, 126, 143,
144 y 158.
18
63. Las reparaciones, como el término lo indica, consisten en las medidas que
tienden a hacer desaparecer los efectos de las violaciones cometidas. Su naturaleza
y su monto dependen del daño ocasionado en los planos tanto material como
inmaterial. Las reparaciones no pueden implicar ni enriquecimiento ni
empobrecimiento para la víctima o sus sucesores 37. En este sentido, las
reparaciones que se establezcan en esta Sentencia, deben guardar relación con las
33
cfr. Caso Cantoral Benavides. Reparaciones, supra nota 3, párr. 40; Caso Cesti Hurtado.
Reparaciones, supra nota 3, párr. 35; y Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros).
Reparaciones, supra nota 3, párr. 62.
34
cfr. Caso Cantoral Benavides. Reparaciones, supra nota 3, párr. 41; Caso Durand y Ugarte.
Reparaciones (art. 63.1 Convención Americana sobre Derechos Humanos). Sentencia de 3 de diciembre de
2001. Serie C No. 88, párr. 25; y Caso Barrios Altos. Reparaciones (art. 63.1 Convención Americana sobre
Derechos Humanos). Sentencia de 30 de noviembre de 2001. Serie C No. 87, párr. 25.
35
cfr. Caso Cantoral Benavides. Reparaciones, supra nota 3, párr. 41; Caso Cesti Hurtado.
Reparaciones, supra nota 3, párr. 34; y Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros).
Reparaciones, supra nota 3, párr. 61.
36
cfr. Caso de la “Panel Blanca” (Paniagua Morales y otros). Reparaciones, supra nota 4, párr. 80;
Caso Castillo Páez. Reparaciones, supra nota 29, párr. 52; y Caso Garrido y Baigorria. Reparaciones (art.
63.1 Convención Americana sobre Derechos Humanos). Sentencia de 27 de agosto de 1998. Serie C No.
39, párr. 41.
37
cfr. Caso Cantoral Benavides. Reparaciones, supra nota 3, párr. 42; Caso Cesti Hurtado.
Reparaciones, supra nota 3, párr. 36; y Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros).
Reparaciones, supra nota 3, párr. 63.
19
VIII
REPARACIONES
64. De conformidad con los elementos probatorios recogidos durante las diversas
etapas del proceso y a la luz de los criterios establecidos por este Tribunal en su
jurisprudencia, a continuación la Corte procede a analizar las pretensiones
presentadas por las partes en la presente etapa del proceso con el objeto de
determinar las medidas de reparación relativas a los daños materiales e
inmateriales y a otras formas de reparación.
A) DAÑO MATERIAL
39
Los gastos solicitados incluyen, según los representantes, seis viajes realizados a Santa Cruz
(US$2.000,00), dos viajes realizados a Washington, D.C (US$3.100,00), un viaje a Costa Rica
(US$1.300,00) y llamadas telefónicas al exterior, faxes, copias y correos relacionados con el caso ante la
Comisión y la Corte, además de gestiones realizadas a nivel interno (US$2.000,00).
40
Los gastos solicitados incluyen, según los representantes, la consulta con médicos y el
tratamiento por la tensión que ello le ha ocasionado (US$18.600,00).
20
época de los hechos y que era estudiante de tercer año de filosofía con
aspiraciones a ser catedrático y escritor. Consideran previsible y razonable
que, al obtener su título profesional, la víctima trabajaría en áreas mejor
retribuidas y por una jornada laboral completa, con una remuneración
superior a la mínima mensual en Bolivia. Partiendo de que la expectativa de
vida promedio en Bolivia es de 62.5 años, considerando que le faltaban dos
años de estudio para recibirse como filósofo, que habría empezado a trabajar
a los 24 años y basado en “los 38 años aproximados restantes que le
quedaban de vida como profesional”, CEJIL calculó el rubro de lucro cesante
en la cantidad total de US$153.900,00 (ciento cincuenta y tres mil
novecientos dólares de los Estados Unidos de América) 41. Asimismo, señaló
que no es cierto, contrario a lo que afirma el Estado, que en su metodología
de cálculo se utilice “el salario actual para llevarlo hasta los 30 años de
desaparición de José Carlos”, sino que lo que se hizo fue disminuir en un
50% el salario de base de cálculo, que es el de un profesional docente titular
con una antigüedad de 20 años, de US$900,00 (novecientos dólares de los
Estados Unidos de América) a US$450,00 (cuatrocientos cincuenta dólares
de los Estados Unidos de América) para “llevar el salario como un salario
constante durante los últimos 30 años”. En caso de que la Corte designe un
perito para realizar los cálculos, solicita que se tome como salario actual el
de US$900,00 (novecientos dólares de los Estados Unidos de América); y
41
CEJIL calculó el monto del lucro cesante de la siguiente manera: US$900,00 de salario base de
cálculo reducido a la mitad son US$450,00 de salario promedio de un filósofo en Bolivia en el año 2000
por 456 meses serían US$205.200,00 menos el 25% del total que serían US$51.300,00 por concepto de
gastos personales.
42
Este monto corresponde a lo solicitado por concepto de gastos efectuados en la búsqueda de la
víctima y en las jurisdicciones interna e internacional.
43
?
Este monto corresponde a lo solicitado por concepto de gastos de los tratamientos médicos
21
Alegatos de la Comisión
Consideraciones de la Corte
72. La Corte tiene presente que algunos de los hechos de este caso son
anteriores a las fechas de la ratificación de la Convención Americana y del
reconocimiento de la competencia contenciosa de la Corte por parte del Estado. Sin
embargo, observa igualmente la Corte que el Estado demandado no objetó que se
consideraran los hechos del caso como un todo, y respecto de la totalidad del
período comprendido entre 1971 y la fecha de la presente Sentencia. Cabe
asimismo señalar que merece tenerse en cuenta que el Tribunal Constitucional de
Bolivia señaló (infra párr. 107) que “la privación ilegal de libertad o detenciones
ilegales […] es un delito permanente”, que “la prescripción de los delitos
permanentes se debe empezar a contar desde el día en que cesa la ejecución del
delito” y “que la víctima no ha recuperado hasta el presente su libertad;
consecuentemente, no ha comenzado a correr la prescripción”. En razón de lo
anteriormente expuesto, la Corte examinará y decidirá sobre la situación continuada
de desaparición forzada del señor José Carlos Trujillo Oroza y las consecuencias de
dicha situación.
*
* *
*
* *
75. Con base en todo lo anterior, la Corte fija como indemnización de los daños
materiales por las violaciones declaradas en la sentencia de 26 de enero de 2000,
las siguientes cantidades:
B) DAÑO INMATERIAL
77. La Corte pasa a considerar aquellos efectos lesivos de los hechos del caso
que no tienen carácter económico o patrimonial. El daño inmaterial puede
comprender tanto los sufrimientos y las aflicciones causados a las víctimas directas
y a sus allegados, el menoscabo de valores muy significativos para las personas, así
como las alteraciones, de carácter no pecuniario, en las condiciones de existencia
24
a) el daño moral sufrido por José Carlos Trujillo Oroza, al ser sometido a
torturas y tratamiento vejatorio, se transmite por sucesión a sus herederos,
y es distinto al daño directamente producido a los familiares de la víctima.
La madre de la víctima, señora Gladys Oroza de Solón Romero, es la
heredera y titular del perjuicio moral que José Carlos sufrió hasta su muerte.
Dicho daño no fue cuantificado por los representantes de la víctima y sus
familiares;
44
cfr. Caso Cantoral Benavides. Reparaciones, supra nota 3, párr. 53; y Caso de los “Niños de la
Calle” (Villagrán Morales y otros). Reparaciones, supra nota 3, párr. 84.
25
Romero Gonzales
Pablo Erick Solón US$50.000,00
Romero Oroza
Walter Solón US$50.000,00
Romero Oroza
TOTAL US$250.000,00 US$100.000,00
MONTO TOTAL US$ 350.000,00
Alegatos de la Comisión
b) que el uso político del caso para fines extraprocesales descalifica las
pretensiones de la demanda en cuanto a indemnización por daño moral; y
Consideraciones de la Corte
46
cfr. Caso Cantoral Benavides. Reparaciones, supra nota 3, párr. 57; Caso de la Comunidad
Mayagna (Sumo) Awas Tingni, supra nota 5, párr. 166; y Caso Cesti Hurtado. Reparaciones, supra nota 3,
párr. 51. En igual sentido, cfr. Eur. Court HR, Ruiz Torija v. Spain judgment of 9 December 1994, Series A
no. 303-A, para. 33; Eur. Court HR, Boner v. the United Kingdom judgment of 28 October 1994, Series A
27
86. El derecho a la indemnización por los daños sufridos por la víctima hasta el
momento de su muerte se transmite por sucesión a sus herederos 50 (supra párr.
56), y los daños provocados por la muerte de la víctima a sus familiares o a
terceros pueden ser reclamados por éstos fundándose en un derecho propio 51.
no. 300-B, para. 46; Eur. Court HR, Kroon and Others v. the Netherlands judgment of 27 October 1994,
Series A no. 297-C, para. 45; Eur. Court H.R., Darby judgment of 23 October 1990, Series A no. 187,
para. 40; Eur. Court H.R., Wassink judgment of 27 September 1990, Series A no. 185-A, para. 41; Eur.
Court H.R., Koendjbiharie, judgment of 25 October 1990, Series A no. 185-B, para. 34; y Eur. Court H.R.,
McCallum judgment of 30 August 1990, Series A no. 183, para. 37.
47
cfr. Caso Cantoral Benavides. Reparaciones, supra nota 3, párr. 57; Caso de la Comunidad
Mayagna (Suno) Awas Tingni, supra nota 5, párr. 167; y Caso Cesti Hurtado. Reparaciones, supra nota 3,
párr. 51.
48
cfr. Caso de la “Panel Blanca” (Paniagua Morales y otros). Reparaciones, supra nota 4, párrs. 106,
124, 142, 157 y 173; Caso Castillo Páez. Reparaciones, supra nota 29, párr. 86; y Caso Loayza Tamayo.
Reparaciones, supra nota 31, párr. 138.
49
Caso Garrido y Baigorria. Reparaciones, supra nota 36, párr. 49. En igual sentido cfr. Caso de la
“Panel Blanca” (Paniagua Morales y otros). Reparaciones, supra nota 4, párrs. 106, 124, 142, 157 y 173;
Caso Castillo Páez. Reparaciones, supra nota 29, párr. 86; y Caso Loayza Tamayo. Reparaciones, supra
nota 31, párr. 138.
50
cfr. Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros). Reparaciones, supra nota 3, párr.
67; Caso de la “Panel Blanca” (Paniagua Morales y otros). Reparaciones, supra nota 4, párr. 84; y Caso
Neira Alegría y otros. Reparaciones, supra nota 28, párr. 60.
51
cfr. Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros). Reparaciones, supra nota 3, párr.
68; Caso de la “Panel Blanca” (Paniagua Morales y otros). Reparaciones, supra nota 4, párr. 85; y Caso
Castillo Páez. Reparaciones, supra nota 29, párr. 59.
28
87. La Corte considera que la madre de José Carlos Trujillo Oroza, señora Gladys
Oroza de Solón Romero, es la heredera de su hijo, y lo sucede en el derecho a ser
indemnizado por los sufrimientos padecidos por él en vida, por lo cual la cantidad
que fije la Corte por este concepto deberá ser entregada en su totalidad a la señora
Oroza de Solón Romero.
88. En el caso de los familiares inmediatos de José Carlos, quienes a su vez son
víctimas directas de las violaciones de diversos artículos de la Convención
Americana (supra párr. 55), para la fijación de la indemnización por daño
inmaterial, la Corte considera que:
53
cfr. Caso Bámaca Velásquez, supra nota 52, párrs. 160 y 165; Caso Blake. Reparaciones, supra
nota 45, párr. 57; y Caso Blake. Sentencia de 24 de enero de 1998. Serie C No. 36, párrs. 114 y 116.
54
cfr. Caso Cantoral Benavides. Reparaciones, supra nota 3, párrs. 37 y 61a); Caso de los “Niños de
la Calle” (Villagrán Morales y otros). Reparaciones, supra nota 3, párr. 66; y Caso de la “Panel Blanca”
(Paniagua Morales y otros). Reparaciones, supra nota 4, párrs. 108, 125, 143 y 158.
55
Caso Aloeboetoe y otros. Reparaciones, supra nota 28, párr. 76; y cfr. Caso Castillo Páez.
Reparaciones, supra nota 29, párr. 88; Caso Loayza Tamayo. Reparaciones, supra nota 31, párr. 142; y
Caso Garrido y Baigorria. Reparaciones, supra nota 36, párr. 62.
56
cfr. Caso Loayza Tamayo. Reparaciones, supra nota 31, párrs. 147-154; y Caso Cantoral
Benavides. Reparaciones, supra nota 3, párr. 60.
29
89. Teniendo en cuenta las distintas facetas del daño a las que se viene
haciendo referencia, aducidas por los representantes de la víctima y sus familiares y
con las que la Comisión está de acuerdo, en cuanto sea pertinente y responda a las
particularidades del caso, la Corte fija en equidad el valor de las compensaciones
por concepto de daño inmaterial, que deben efectuarse a favor de los familiares de
la víctima, en los términos que se indican en el cuadro que se transcribe:
57
cfr. Caso Cantoral Benavides. Reparaciones, supra nota 3, párrs. 37 y 61d); Caso de los “Niños
de la Calle” (Villagrán Morales y otros). Reparaciones, supra nota 3, párr. 68; y Caso de la “Panel Blanca”
(Paniagua Morales y otros). Reparaciones, supra nota 4, párrs. 110, 126 y 144.
30
Bolivia debe realizar como mínimo ciertas acciones concretas. Una de las
medidas es generar un mecanismo efectivo de investigación judicial, ya que
las investigaciones realizadas para esclarecer los hechos del presente caso
no han avanzado. Solicitan la creación de una Comisión Especial Mixta de
Investigación, encabezada por la Comisión de Derechos Humanos de la
Cámara de Diputados e integrada por representantes de la Asamblea
Permanente de los Derechos Humanos y la Asociación de Familiares de
Detenidos Desaparecidos (ASOFAMD). El Estado debe destinar un
presupuesto suficiente para los trabajos de esta Comisión Mixta. La
obligación de investigar y sancionar a los responsables de los hechos y la
obligación de investigar el paradero del desaparecido y devolver el cuerpo a
la familia tienen objetivos específicos diferentes. La entrega de los restos
mortales no necesariamente debe estar vinculada con el avance de un
proceso judicial;
El Estado debe investigar y aplicar las sanciones pertinentes a todos los que
hicieron posible, por omisión o comisión, que prevaleciera la impunidad en
delitos contra derechos humanos. No ha habido una única investigación,
sino varias que han quedado interrumpidas durante distintas etapas del
proceso a nivel interno. Los representantes de la víctima y sus familiares
presentaron una lista de personas a las cuales el Estado debe solicitarles que
rindan declaración. Informaron que el 27 de marzo de 2000 el Juzgado
Quinto de Instrucción Penal de Santa Cruz instruyó causa penal por los
delitos de privación de libertad y vejaciones y torturas contra Juan Antonio
Elio, Sub-Secretario del Interior en la época de los hechos, Elias Moreno
Caballero, Justo Sarmiento Alanés y Percy González Monasterios, agentes del
Departamento de Orden Político y la prisión de El Pari, por los hechos
ocurridos a José Carlos Trujillo Oroza, y que el 6 de abril de 2000 los
familiares de la víctima plantearon querella contra dichos imputados y
solicitaron la ampliación del auto inicial de instrucción por el delito de
asesinato y su ampliación contra Mario Adett Zamora, Ministro del Interior
en la época de los hechos, Ernesto Morant Lijerón y Oscar Menacho. En
noviembre de 2000 el juez declaró la prescripción de la acción penal, por lo
cual han apelado la sentencia en diversas instancias judiciales, las cuales
han confirmado dicha decisión. Solicitaron que la Corte indique al Estado que
el delito de desaparición forzada de personas es imprescriptible, y que el
Estado debe remover el obstáculo de la prescripción con el fin de terminar
con la impunidad en el presente caso;
c) reformas legislativas.
El Estado debe concluir la reforma del Código Penal a fin de tipificar el delito
de desaparición forzada de personas, de acuerdo con los criterios
establecidos en los tratados internacionales ratificados por Bolivia. En el
proceso penal que investigaba lo sucedido a José Carlos Trujillo Oroza se han
utilizado tipos penales deficientes que no han permitido avanzar en el
establecimiento de la responsabilidad penal. El proyecto de ley fue
presentado al Congreso desde el 4 de septiembre de 1998 y todavía no se ha
concretado en una ley de la República. El establecimiento del delito de
31
e) medidas de rehabilitación.
Alegatos de la Comisión
92. Por su parte, la Comisión solicitó a la Corte que ordenara las siguientes
medidas de reparación:
c) reformas legislativas.
d) medidas de rehabilitación.
El Estado estima justo “que una escuela […] sea designada con el nombre de
José Carlos Trujillo Oroza, como un modo de preservar su memoria”.
Consideraciones de la Corte
94. Una de las reparaciones solicitadas por los representantes de la víctima y sus
familiares y por la Comisión es la referente a las reformas legislativas;
concretamente solicitan a la Corte que declare que Bolivia debe concluir la reforma
del Código Penal para que sea tipificado el delito de desaparición forzada de
personas, de conformidad con los tratados internacionales ratificados por el Estado.
[…]
*
* *
99. En cuanto a la pretensión de que la Corte declare que Bolivia debe investigar
y sancionar a los autores y encubridores de los hechos ocurridos en el presente
caso, este Tribunal primeramente debe indicar que la Convención Americana
garantiza a toda persona el acceso a la justicia para proteger sus derechos y que
recaen sobre los Estados partes los deberes de prevenir, investigar, identificar y
sancionar a los autores y encubridores de las violaciones de los derechos
humanos59. Es decir, toda violación de derechos humanos conlleva el deber del
Estado de realizar una investigación efectiva para individualizar a las personas
responsables de las violaciones y, en su caso, sancionarlas.
59
cfr. Caso de la “Panel Blanca” (Paniagua Morales y otros). Reparaciones, supra nota 4, párr. 198;
Caso Ivcher Bronstein. Sentencia de 6 de febrero de 2001. Serie C No. 74, párr. 186; y Caso Blake.
Reparaciones, supra nota 45, párr. 61.
60
cfr. Caso Cantoral Benavides, supra nota 3, párr. 69; Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán
Morales y otros). Reparaciones, supra nota 3, párr. 100; y Caso de la “Panel Blanca” (Paniagua Morales y
otros). Reparaciones, supra nota 4, párr. 200.
61
Caso El Amparo. Reparaciones (art. 63.1 Convención Americana sobre Derechos Humanos).
Sentencia de 14 de septiembre de 1996. Serie C No. 28, párr. 61. En igual sentido cfr. Caso Cantoral
Benavides. Reparaciones, supra nota 3, párr. 69; Caso Cesti Hurtado. Reparaciones, supra nota 3, párr.
62; y Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros). Reparaciones, supra nota 3, párr. 100.
protegidos por la Convención Americana”62. Al respecto, la Corte ha advertido que
...el Estado tiene la obligación de combatir tal situación por todos los medios legales
disponibles ya que la impunidad propicia la repetición crónica de las violaciones de
derechos humanos y la total indefensión de las víctimas y de sus familiares. 63
102. Por consiguiente, el Estado tiene la obligación de investigar los hechos que
afectaron a José Carlos Trujillo Oroza y a sus familiares y que generaron las
violaciones a la Convención Americana en el presente caso, identificar a sus
responsables y sancionarlos y adoptar las disposiciones de derecho interno que sean
necesarias para asegurar el cumplimiento de esta obligación (artículos 1.1 y 2 de la
Convención Americana y artículo I de la Convención Interamericana sobre
Desaparición Forzada de Personas).
103. La Corte observa que en el presente caso cuatro circunstancias han sido los
principales obstáculos para lograr una efectiva investigación de los hechos que
afectaron al señor José Carlos Trujillo Oroza y la sanción de los responsables, a
saber: a) el transcurso del tiempo; b) la falta de tipificación del delito de
desaparición forzada; c) la aplicación de la prescripción de la acción en el proceso
penal, y d) las irregularidades cometidas en la tramitación del proceso penal.
104. Al confrontar los hechos de este caso se puede constatar que Bolivia ha
realizado diversas actuaciones judiciales respecto a ellos, a partir del año 1999,
entre las que se encuentran:
63
Caso Paniagua Morales y otros, supra nota 62, párr. 173. En igual sentido cfr. Caso Cantoral
Benavides. Reparaciones, supra nota 3, párr. 69; Caso Cesti Hurtado. Reparaciones, supra nota 3, párr.
63; y Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros). Reparaciones, supra nota 3, párr. 100.
64
cfr. Caso Cantoral Benavides. Reparaciones, supra nota 3, párr. 69; Caso de los “Niños de la
Calle” (Villagrán Morales y otros). Reparaciones, supra nota 3, párr. 99; y Caso de la “Panel Blanca”
(Paniagua Morales y otros). Reparaciones, supra nota 4, párr. 199.
interpuesta por cinco de los imputados, disponiendo el archivo del caso a su
favor. Mediante auto de 12 de enero de 2001, la Sala Penal Primera de la
Corte Superior del Distrito Judicial de Santa Cruz confirmó el referido auto
del Juzgado Quinto de Instrucción en lo Penal de la Capital, Santa Cruz,
Bolivia.
“[e]n cuanto a los convenios sobre derechos humanos que habría suscrito
[Bolivia] se debe señalar que los mismos recién fueron ratificados […], y tal
como lo establece el art. 33 de la Constitución Política del Estado “La ley solo
dispone para lo venidero y no tiene efecto retroactivo, excepto en materia
social cuando lo determine expresamente y en materia penal cuando
beneficie al delincuente”; […] asimismo se debe dejar claramente establecido
que la sentencia emitida por el Tribunal Interamericano de Derechos
Humanos, de ninguna manera puede determinar o predisponer el curso del
presente proceso pues dicha sentencia y dicho tribunal no tiene competencia
para emitir fallos sobre el derecho interno y sus sanciones están referidas al
[E]stado Boliviano y no a una persona en particular”.
65
Caso Barrios Altos. Sentencia de 14 de marzo de 2001. Serie C No. 75, párr. 41. En igual sentido
cfr. Caso Barrios Altos. Interpretación de la Sentencia de Fondo. (Art. 67 Convención Americana sobre
Derechos Humanos). Sentencia de 3 de septiembre de 2001. Serie C No. 83, párr. 15.
para computar la prescripción de los delitos permanentes se debe empezar a
contar desde el día en que cesa la ejecución del delito”.
*
* *
66
cfr. Caso Caballero Delgado y Santana. Sentencia de 8 de diciembre de 1995. Serie C No. 22,
párr. 58.
112. En relación con la solicitud de investigación sobre el paradero de José Carlos
Trujillo Oroza y la devolución de sus restos mortales, es importante mencionar que
la Corte tuvo por demostrado en la sección relativa al daño inmaterial, que el
desconocimiento del paradero de los restos mortales del señor Trujillo Oroza y la
impunidad que subsiste en este caso han causado y continúan causando un
sufrimiento intenso a sus familiares (supra párr. 88.a).
67
Caso Velásquez Rodríguez. Sentencia de 29 de julio de 1988. Serie C No. 4, párr. 181. En igual
sentido cfr. Caso de la “Panel Blanca” (Paniagua Morales y otros). Reparaciones, supra nota 4, párr. 204;
Caso Neira Alegría y otros. Reparaciones, supra nota 28, párr. 69; y Caso Aloeboetoe y otros.
Reparaciones, supra nota 28, párr. 109.
68
cfr. Caso Bámaca Velásquez, supra nota 52, párrs. 160 y 165; Caso Blake. Reparaciones, supra
nota 45, párr. 57; y Caso Blake, supra nota 53, párrs. 114 y 116. En igual sentido cfr. Eur. Court H.R.,
Kurt v. Turkey, judgment of 25 May 1998, para. 131; y United Nations Human Rights Committee,
Quinteros v. Uruguay Communication No. 107/198, decision of 21 July 1983.
69
Véase, por ejemplo, United Nations Human Rights Committee, Quinteros v. Uruguay
Communication No. 107/198, decision of 21 July 1983; Naciones Unidas, Comisión de Derechos Humanos,
Subcomisión de Prevención de Discriminaciones y Protección a las Minorías, 49º período de sesiones,
Informe final revisado acerca de la cuestión de la impunidad de los autores de violaciones de los derechos
humanos (derechos civiles y políticos) preparado por L. Joinet, UN General Assembly Doc.
E/CN.4/Sub.2/1997/20/Rev.1; Naciones Unidas, Comisión de Derechos Humanos, Subcomisión de
Prevención de Discriminaciones y Protección a las Minorías, 45º período de sesiones, Estudio relativo al
derecho de restitución, indemnización y rehabilitación a las víctimas de violaciones flagrantes de los
derechos humanos y las libertades fundamentales, Informe definitivo presentado por Theo van Boven,
Relator especial, E/CN.4/Sub. 2/1993/8.
70
cfr. Caso Cantoral Benavides. Reparaciones, supra nota 3, párr. 69; Caso de los “Niños de la
Calle” (Villagrán Morales y otros). Reparaciones, supra nota 3, párr. 100; y Caso de la “Panel Blanca”
(Paniagua Morales y otros). Reparaciones, supra nota 4, párr. 200.
71
cfr. Caso Castillo Páez, Sentencia de 3 de noviembre de 1997. Serie C No. 34, párr. 90; Caso
Caballero Delgado y Santana. Reparaciones (art. 63.1 Convención Americana sobre Derechos Humanos).
Sentencia de 29 de enero de 1997. Serie C No. 31, párr. 58; y Caso Neira Alegría y otros. Reparaciones,
supra nota 28, párr. 69.
72
cfr. Caso Castillo Páez, supra nota 71, párr. 90. En igual sentido cfr. Naciones Unidas, Comisión
de Derechos Humanos, Subcomisión de Prevención de Discriminaciones y Protección a las Minorías, 49º
período de sesiones, Informe final revisado acerca de la cuestión de la impunidad de los autores de
violaciones de los derechos humanos (derechos civiles y políticos) preparado por L. Joinet, UN General
Assembly Doc. E/CN.4/Sub.2/1997/20/Rev.1; y Naciones Unidas, Comisión de Derechos Humanos,
Subcomisión de Prevención de Discriminaciones y Protección a las Minorías, 45º período de sesiones,
Estudio relativo al derecho de restitución, indemnización y rehabilitación a las víctimas de violaciones
flagrantes de los derechos humanos y las libertades fundamentales, Informe definitivo presentado por
115. En este sentido la Corte considera que la entrega de los restos mortales en
casos de detenidos-desaparecidos es un acto de justicia y reparación en sí mismo.
Es un acto de justicia saber el paradero del desaparecido, y es una forma de
reparación porque permite dignificar a las víctimas, ya que los restos mortales de
una persona merecen ser tratados con respeto para con sus deudos y con el fin de
que éstos puedan darle una adecuada sepultura.
117. En razón de lo anterior, este Tribunal considera que Bolivia debe emplear
todos los medios necesarios para localizar los restos mortales de la víctima y
entregarlos a sus familiares. Asimismo, el Estado debe informar periódica y
detalladamente las gestiones realizadas a tales efectos.
*
* *
118. En cuanto a la solicitud de que Bolivia realice actos simbólicos que otorguen
sentido nacional a la reparación (supra párr. 91.d y 92 in fine), esta Corte considera
que el reconocimiento de responsabilidad efectuado por el Estado constituye un
aporte positivo al desarrollo de este proceso y a la vigencia de los principios que
inspiran la Convención Americana 73. Atendiendo al reconocimiento de
responsabilidad efectuado por el Estado, la presente Sentencia constituye per se
una forma de reparación y satisfacción para los familiares de la víctima.
119. Sin perjuicio de esto, la Corte establece, como medida de satisfacción, que el
Estado de Bolivia deberá publicar en el Diario Oficial la sentencia sobre el fondo
dictada el 26 de enero de 2000.
121. Entre las medidas aludidas, el Estado debe dar cumplimiento al artículo VIII
de la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, la cual
forma parte de su ordenamiento jurídico, en el sentido de que “[l]os Estados Partes
velarán asimismo por que, en la formación del personal o de los funcionarios
públicos encargados de la aplicación de la ley, se imparta la educación necesaria
sobre el delito de desaparición forzada de personas”.
73
cfr. Caso Benavides Cevallos. Sentencia de 19 de junio de 1998. Serie C No. 38, párr. 57.
122. En cuanto a lo expresado por el Estado en la audiencia pública sobre
reparaciones en el sentido de que estima justo “que una escuela […] sea designada
con el nombre de José Carlos Trujillo Oroza, como un modo de preservar su
memoria”, esta Corte hace suya dicha manifestación. En concordancia con ello,
considera la Corte que Bolivia debe proceder a dar oficialmente el nombre de José
Carlos Trujillo Oroza a un centro educativo de la ciudad de Santa Cruz, mediante
una ceremonia pública y en presencia de los familiares de la víctima. Ello
contribuiría a despertar la conciencia pública sobre la necesidad de evitar la
repetición de hechos lesivos como los ocurridos en el presente caso y conservar
viva la memoria de la víctima74.
IX
COSTAS Y GASTOS
?
Los gastos solicitados incluyen, según los representantes, seis viajes realizados a Santa Cruz
(US$2.000,00), dos viajes realizados a Washington, D.C (US$3.100,00), un viaje a Costa Rica
(US$1.300,00) y llamadas telefónicas al exterior, faxes, copias y correos relacionados con el caso ante la
Comisión y la Corte, además de gestiones realizadas a nivel interno (US$2.000,00).
76
La cantidad total de US$11.024,80 (once mil veinticuatro dólares de los Estados Unidos de
América con ochenta centavos) solicitada por concepto de costas y gastos se desglosa de la siguiente
manera: US$714,84 (setecientos catorce dólares de los Estados Unidos de América con ochenta y cuatro
centavos) por el pago de envío de faxes, courier y comunicaciones telefónicas nacionales e
internacionales; US$21,16 (veintiún dólares de los Estados Unidos de América con dieciséis centavos) por
el pago de fotocopias de documentos y prueba suministrada a la Comisión y Corte Interamericanas;
US$863,80 (ochocientos sesenta y tres dólares de los Estados Unidos de América con ochenta centavos)
por gastos de pasaje, alojamiento, transporte y alimentación desde Washington, D.C. a Costa Rica para la
audiencia ante la Corte Interamericana; US$340,00 (trescientos cuarenta dólares de los Estados Unidos de
América) por gastos de transporte y alimentación en La Paz, Bolivia, en agosto de 1997; US$460,00
(cuatrocientos sesenta dólares de los Estados Unidos de América) por gastos de transporte y alimentación
en La Paz, Bolivia, en abril de 1999; y US$8.625,00 (ocho mil seiscientos veinticinco dólares de los
Estados Unidos de América) por la asistencia jurídica durante el proceso ante la Comisión y Corte
Interamericanas.
Alegatos de la Comisión
125. Por su parte, el Estado alegó que “el uso político del caso para fines
extraprocesales descalifica las pretensiones de la demanda en cuanto a costas,
honorarios de abogados e indemnización por daño moral, por tratarse de actos que
lesionan gravemente el sistema internacional de justicia de los derechos humanos”.
Además, señaló que no está obligado a pagar monto alguno por concepto de costas,
honorarios de abogados ni otros gastos efectuados por los familiares de la víctima
en virtud de la mala fe mostrada por estos últimos durante todo el proceso. En la
audiencia pública sobre reparaciones, solicitó que se rechazara la pretensión sobre
costas y gastos alegando que la Corte resolvió en el caso Neira Alegría y otros que
no era procedente la condena por dichos conceptos, y que en el caso Aloeboetoe y
otros el Tribunal resolvió que no procedía el reintegro de los gastos. Además,
manifestó que “como no existe obligación de pagar honorarios ni gastos a la
Comisión ni a CEJIL se habría cumplido ese otro componente de la pretensión”.
Consideraciones de la Corte
126. Las costas y gastos deben entenderse comprendidos dentro del concepto de
reparación consagrado en el artículo 63.1 de la Convención Americana, puesto que
la actividad desplegada por la o las víctimas, sus derechohabientes o sus
representantes para acceder a la justicia internacional implica erogaciones y
compromisos de carácter económico que deben ser compensados. Este Tribunal
considera que las costas a que se refiere el artículo 55.1.h del Reglamento
comprenden los gastos necesarios y razonables en que la o las víctimas incurren
para acceder a los órganos de supervisión de la Convención Americana, figurando
entre los gastos, los honorarios de quienes brindan asistencia jurídica. Corresponde
a la Corte apreciar prudentemente el alcance de las costas y gastos, atendiendo a
las circunstancias del caso concreto, a la naturaleza de la jurisdicción internacional
de protección de los derechos humanos y a las características del respectivo
procedimiento, que presenta rasgos propios y diferentes de los que pudieran
revestir otros procesos de carácter nacional o internacional 77.
128. El quantum por este rubro puede ser establecido, y así ha sucedido en casos
anteriores, con base en el principio de equidad, incluso en ausencia de elementos
77
cfr. Caso Cantoral Benavides. Reparaciones, supra nota 3, párr. 85; Caso Cesti Hurtado.
Reparaciones, supra nota 3, párr. 71; y Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros).
Reparaciones, supra nota 3, párr. 107.
78
cfr. Caso Cantoral Benavides. Reparaciones, supra nota 3, párr. 86; Caso de la Comunidad
Mayagna (Sumo) Awas Tingni, supra nota 5, párr. 168; y Caso Cesti Hurtado. Reparaciones, supra nota 3,
párr. 72.
probatorios relativos al monto preciso de los gastos en que han incurrido las partes,
siempre que los montos respondan a criterios de razonabilidad y proporcionalidad 79.
X
MODALIDAD DE CUMPLIMIENTO
Alegatos de la Comisión
Consideraciones de la Corte
79
Caso de la “Panel Blanca” (Paniagua Morales y otros), supra nota 4, párr. 213. En igual sentido
cfr. Caso Cantoral Benavides. Reparaciones, supra nota 3, párr. 87; Caso de la Comunidad Mayagna
(Sumo) Awas Tingni, supra nota 5, párr. 169; y Caso Cesti Hurtado. Reparaciones, supra nota 3, párr. 73.
133. Para dar cumplimiento a la presente Sentencia, el Estado deberá pagar las
indemnizaciones compensatorias y el reintegro de costas y gastos, y adoptar las
otras medidas ordenadas, dentro del plazo de seis meses contado a partir de la
notificación de esta Sentencia. La tipificación del delito de desaparición forzada de
personas se deberá realizar en un plazo razonable, teniendo en cuenta las
características del correspondiente proceso legislativo.
135. Los gastos generados por las gestiones realizadas por la madre de la víctima
y CEJIL, así como las costas causadas en los procesos internos e internacional ante
el sistema interamericano de protección de derechos humanos, serán pagados a
favor de la señora Gladys Oroza de Solón Romero y de CEJIL, como se determinó
anteriormente (supra párr. 129).
136. Si por algún motivo no fuese posible que los beneficiarios de las
indemnizaciones las reciban dentro del plazo indicado de seis meses, el Estado
consignará dichos montos a su favor en una cuenta o certificado de depósito en una
institución bancaria boliviana solvente, en dólares estadounidenses o su equivalente
en moneda boliviana, y en las condiciones financieras más favorables que permitan
la legislación y la práctica bancarias. Si al cabo de diez años la indemnización no es
reclamada, la cantidad y los intereses devengados serán devueltos al Estado.
137. El Estado puede cumplir sus obligaciones mediante el pago en dólares de los
Estados Unidos de América o en una cantidad equivalente en moneda boliviana,
utilizando para el cálculo respectivo el tipo de cambio entre ambas monedas que
esté vigente en la plaza de Nueva York, Estados Unidos de América, el día anterior
al pago.
XI
PUNTOS RESOLUTIVOS
LA CORTE,
DECIDE:
por unanimidad,
1. Que el Estado debe emplear todos los medios necesarios para localizar los
restos mortales de la víctima y entregarlos a sus familiares, con el fin de que éstos
puedan darle una adecuada sepultura, en los términos de los párrafos 115 y 117 de
la presente Sentencia.
6. Que el Estado debe dar oficialmente el nombre de José Carlos Trujillo Oroza
a un centro educativo de la ciudad de Santa Cruz, en los términos del párrafo 122
de la presente Sentencia.
10. Que el Estado debe dar cumplimiento a las medidas de reparación ordenadas
en la presente Sentencia dentro del plazo de seis meses contado a partir de la
notificación de la misma. La tipificación del delito de desaparición forzada de
personas se deberá realizar en un plazo razonable, en los términos del párrafo 133
de la presente Sentencia.
Comuníquese y ejecútese,
"La Corte tiene presente que algunos de los hechos de este caso son
anteriores a las fechas de la ratificación de la Convención Americana y del
reconocimiento de la competencia contenciosa de la Corte por parte del
Estado. Sin embargo, observa igualmente la Corte que el Estado demandado
no objetó que se consideraran los hechos del caso como un todo, y respecto
de la totalidad del período comprendido entre 1971 y la fecha de la presente
Sentencia. Cabe asimismo señalar que merece tenerse en cuenta que el
Tribunal Constitucional de Bolivia señaló que `la privación ilegal de libertad o
detenciones ilegales (...) es un delito permanente', que `la prescripción de
los delitos permanentes se debe empezar a contar desde el día en que cesa la
ejecución del delito', y ”que la víctima no ha recuperado hasta el presente su
libertad: consecuentemente, no ha comenzado a correr la prescripción“. En
razón de lo anteriormente expuesto, la Corte examinará y decidirá sobre la
situación continuada de desaparición forzada del señor José Carlos Trujillo
Oroza y las consecuencias de dicha situación".
80
. Corte Interamericana de Derechos Humanos (CtIADH), Transcripción de la Audiencia Pública Celebrada el
?
81
. Así reconocida en la presente Sentencia (párr. 118).
?
hecho" que "haya tenido lugar con anterioridad a la fecha de entrada en vigor del
tratado" para el Estado Parte en cuestión, ni de "ninguna situación" que en esa fecha
"haya dejado de existir". O sea, la referida Convención de Viena establece el carácter
imperativo del principio de la no-retroactividad de los tratados en relación
específicamente con actos o hechos, o situaciones, que se hayan consumado antes de
la entrada en vigor del tratado (numerus clausus) para el Estado Parte en cuestión.
7. Hace seis años, en otro caso ante esta Corte, señalé precisamente la necesidad
de considerar el delito de desaparición forzada de personas en la integralidad de sus
aspectos múltiples e interrelacionados84. Tal necesidad se desprende, en efecto, del
propio rationale de la tipificación del referido delito por la Convención Interamericana
sobre Desaparición Forzada de Personas (1994), - ratificada por Bolivia el 05.05.1999,
82
. Tribunal Constitucional [de Bolivia], sentencia constitucional n. 1190/01-R, del 12.11.2001.
?
83 ?
. El instrumento de reconocimiento de la jurisdicción obligatoria de la Corte por parte de Bolivia dispone,
en su párrafo II, que efectúa "el reconocimiento como obligatoria de pleno derecho, incondicionalmente y por
plazo indefinido", de la competencia de la Corte Interamericana en materia contenciosa, bajo el artículo 62 de
la Convención Americana.
84
. Cf. mi Voto Razonado en el caso Blake versus Guatemala (excepciones preliminares, 1996, párrafos 3-4,
?
11-12 y 15).
- que lo define como un delito "continuado o permanente mientras no se establezca el
destino o paradero de la víctima" (artículo III). Además, advierte la referida
Convención que se trata de un delito específico y autónomo 85, que constituye una
forma compleja de violación de los derechos humanos (con hechos delitivos conexos).
Por eso, requiere que sea considerado desde un enfoque necesariamente integral86. En
los travaux préparatoires de aquella Convención, se señaló que el mencionado delito
"es permanente por cuanto se consuma no en forma instantánea sino permanente y
se prolonga durante todo el tiempo en que la persona permanece desaparecida" 87, - lo
que se reflejó debidamente en el artículo III de la Convención (supra).
10. Por una confluencia favorable de factores, la Corte Interamericana enfín logró,
en la presente Sentencia de reparaciones en el caso Trujillo Oroza, establecer un
importante precedente para la consideración del delito de desaparición forzada de
personas y las correspondientes reparaciones. Intentar "individualizar" o "separar" los
hechos de un caso como el de Trujillo Oroza llevaría a una fragmentación y
desfiguración indebidas de aquel delito88, con consecuencias negativas no sólo para las
víctimas y sus familiares, sino también, en última instancia, para el propio regímen
85
. Como señalado expresamente en los travaux préparatoires de la Convención Interamericana sobre
?
Desaparición Forzada de Personas; cf. CIDH, Informe Anual de la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos 1987-1988, p. 365.
86
. Como se desprende del preámbulo y de los artículos IV y II de aquella Convención.
?
87
. OEA/CP-CAJP, Informe del Presidente del Grupo de Trabajo Encargado de Analizar el Proyecto de
?
88 ?
. Al respecto, en uno de mis Votos Razonados en el caso Blake versus Guatemala (reparaciones, 1999),
critiqué la artificialidad de haber la aplicación - en las circunstancias de aquel caso - de un postulado clásico del
derecho de los tratados (atinente a la competencia ratione temporis de la Corte) fragmentado y desfigurado
indebidamente el delito de desaparición forzada de personas (párrs. 3 y 36). Esta descomposición, - agregué,
- se revestía de un "cuño anti-histórico, en el sentido de que apunta en la dirección contraria al desarrollo
doctrinal y jurisprudencial contemporáneo tendiente a la consolidación de un verdadero régimen jurídico
internacional contra las violaciones graves de los derechos humanos", como lo es la desaparición forzada de
personas (párr. 45).
89 ?
. Además de la jurisprudencia ahí citada, se puede agregar otros ejemplos, más recientes. En su sentencia
del 10.05.2001, en el caso Chipre versus Turquía, v.g., la Corte Europea de Derechos Humanos estableció una
"violación continuada" de los artículos 2 (derecho a la vida) y 5 (derecho a la libertad personal) de la
Convención Europea, dada la ausencia de una investigación eficaz, por parte del poder público, para aclarar el
paradero de las personas griego-chipriotas desaparecidas (párr. 136), que se supone estaban bajo custodia
cuando desaparecieron (párr. 150); también estableció "violaciones continuadas" de los artículos 3 y 8 de la
Convención (párrs. 158 y 175), así como de los artículos 1 del Protocolo n. 1 a la Convención (párrs. 189 y
269-270). - El Comité de Derechos Humanos (bajo el Pacto de Derechos Civiles y Políticos de Naciones
Unidas), a su vez, en el caso Ivan Somers versus Hungría (1996), v.g., al declarar la petición o comunicación
admisible (en cuanto a cuestiones bajo el artículo 26 del Pacto), confirmó su posición constante en el sentido
de que no puede considerar supuestas violaciones del Pacto que ocurrieron antes de la entrada en vigor del
mismo (y su primer Protocolo) para el Estado Parte en cuestión, excepto si las alegadas violaciones continúen
a ocurrir después de dicha entrada en vigor; agregó el Comité que "a continuing violation must be interpreted
as an affirmation, by act or clear implication, of the previous violations of the State Party" (párr. 6.3). En el
caso E. y A.K. versus Hungría (1994), no obstante haber declarado la comunicación inadmisible, el Comité
aplicó el mismo criterio para determinación de la existencia de una "violación continuada" del Pacto (cf. párr.
6.4).
14. La realidad de los hechos es siempre más rica que la formulación de las
normas. Y, además, los hechos normalmente preceden las normas en el tiempo. Por
ejemplo, la expresión "desaparición forzada de personas" pasó a ser usada hace casi
cuatro décadas, a partir de mediados de los años sesenta. Gradualmente, a lo largo de
la década siguiente, se fue incorporando al vocabulario del Derecho Internacional de
los Derechos Humanos. Era la reacción de la conciencia jurídica universal contra aquel
delito odioso contra la dignidad de la persona humana. Tal reacción vino, por fin, a
encontrar expresión concreta en los últimos años, con la tipificación de la desaparición
forzada de personas efectivamente como delito (artículo II) por la Convención
Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas (1994), involucrando hechos
delitivos conexos, y su caracterización como "crímen de lesa humanidad" 90 por el
Estatuto de Roma sobre la Corte Penal Internacional (1998), en su artículo 7(1)(i).
17. Hay, efectivamente, diversas maneras por las cuales puede establecerse una
situación continuada violatoria de los derechos humanos protegidos. Tal situación
puede configurarse por una succesión de actos así como por una omisión continuada
por parte del poder público. Así, una "situación continuada puede configurarse, por
ejemplo, por la persistencia, sea de leyes nacionales incompatibles con la Convención,
sea de una jurisprudence constante de los tribunales nacionales claramente adversa a
la víctima"92. Y puede igualmente configurarse por la persistencia de una omisión del
Estado, por ejemplo, por la no investigación de hechos lesivos conllevando a la
perpetuación de la impunidad de sus responsables, o por la ausencia de medidas
90 ?
. Siempre y cuando se cometa como parte de una práctica generalizada o sistemática contra los miembros
de una población civil.
91 ?
. CtIADH, caso Blake versus Guatemala (fondo), Sentencia del 24.01.1998, Voto Razonado del Juez A.A.
Cançado Trindade, Serie C, n. 36, p. 84, párr. 29.
92 ?
. CtIADH, caso Genie Lacayo versus Nicaragua (solicitud de revisión de sentencia), Voto Disidente del Juez
A.A. Cançado Trindade, Serie C, n. 45, p. 25, párr. 27.
positivas para garantizar el libre y pleno ejercicio de los derechos protegidos.
18. No hay que perder de vista, como advertí en mi Voto Razonado en el referido
caso Blake (fondo, 1998), que un delito particularmente grave, como el de
desaparición forzada de personas, involucra derechos fundamentales inderogables,
que nos sitúan en el dominio del jus cogens. Este, a su vez, revela, como uno de sus
elementos subyacentes, el concepto de ilegalidad objetiva: la desaparición forzada de
personas es hoy día condenada por la conciencia jurídica universal, a la par de la
aplicación de tratados (párr. 25). Tampoco hay que pasar desapercibido que la propia
Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, en su
preámbulo, caracteriza el delito de desaparición forzada como una "afrenta a la
conciencia del hemisferio". Y también el Estatuto de Roma de la Corte Penal
Internacional evoca, en su preámbulo, "la conciencia de la humanidad".
21. Al haber en fín logrado, en las circunstancias del cas d'espèce, transcender las
amarras de una visión mecanicista del derecho, la Corte Interamericana, mediante la
presente Sentencia de reparaciones, ha desvendado un horizonte bien más amplio
para desarrollos jurisprudenciales futuros en búsqueda de la plena realización del
objeto y fín de la Convención Americana. La Corte lo ha hecho con base en los
preceptos relevantes del derecho de los tratados, y con pleno respaldo en la
jurisprudencia internacional y en la doctrina más lúcida al respecto. Desde este nuevo
prisma, construído en su presente Sentencia en el caso Trujillo Oroza, la Corte ha
actuado a la altura de las responsabilidades de protección de los derechos de la
persona humana que le atribuye la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
10. En el supuesto del que ahora conoce la Corte, la violación del derecho a la
libertad se realiza por medio de un hecho (una actividad, supra 2, c) que se
prolonga sin interrupción y corresponde, penalmente, a la categoría del delito
continuo o permanente (supra, párr. 2). La violación subsiste, también
ininterrumpidamente, mientras dura la privación de libertad.
11. Por lo que toca a los efectos de este hecho a propósito de la perseguibilidad del
delito cometido, comparto la apreciación del Tribunal Constitucional de Bolivia, en
sentencia No. 1190/01-R del 12 de noviembre de 2001, que se cita en la sentencia
de reparaciones (párr. 107). Dicho Tribunal nacional se refiere a la privación ilegal
de libertad que la sentencia de fondo de la Corte Interamericana contempla como
violación del derecho a la libertad, y resuelve --con toda razón-- que no ha
operado la prescripción en lo que toca a la perseguibilidad de tal conducta típica,
porque en el supuesto de delito permanente el cómputo del plazo correspondiente a
aquélla sólo puede comenzar el día en que cesa la ejecución del ilícito.
12. No sobra decir que las características de la privación de libertad de la que fue
víctima el señor Trujillo Oroza corresponden a la desaparición forzada, que pudiera
ser concebida, en esencia, como una figura complementada y calificada con
respecto al tipo penal básico de privación de libertad. Empero, la Corte ha
examinado este asunto bajo el título jurídico de violación del derecho a la libertad,
no como desaparición forzada, tomando en cuenta que no existía en Bolivia tipo
penal sobre desaparición, ni existía vinculación del Estado, como ahora la hay, a un
instrumento internacional específico en esta materia.
13. Por lo expuesto en los párrafos precedentes, estimo que la Corte Interamericana
puede y debe resolver sobre las reparaciones derivadas de los hechos considerados
en el allanamiento del Estado y correspondientes a los preceptos mencionados en el
punto resolutivo-declarativo 2 de la sentencia de fondo. Esto significa, entre otras
cosas: a) que la Corte puede --y debe-- disponer que el Estado investigue,
enjuicie y sancione a los responsables de la privación ilegal de la libertad del señor
José Carlos Trujillo Oroza, privación que corresponde conceptualmente --como ya
señalé-- a una desaparición forzada; y b) que los deslindes establecidos en los
párrafos 3 a 8 de este Voto concurrente deben proyectarse en la decisión que la
Corte adopte con respecto a diversas medidas de reparación.
93
Application of the Convention on the Prevention and Punishment of the Crime of Genocide, Provisional
Measures, Order of 13 September 1993, I.C.J. Reports 1993, p. 409 (separate opinion of Judge
Lauterpacht).
94
Convención Americana sobre Derechos Humanos, en adelante “la Convención”.
95
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en adelante “la Comisión”.
96
Conforme a los artículos 10.5 y 11 del Estatuto de la Corte, he rendido juramento para “ejerc[er] mis
funciones de juez con honradez, independencia e imparcialidad ...”
ante ella en el presente caso, no podía haber contemplado menos.
97
Corte I.D.H., Caso Blake, Excepciones Preliminares, Sentencia de 2 de julio de 1996. Serie C No. 27.
98
Caso Blake (Excepciones Preliminares), parr. 40.
99
Corfu Channel Case, Judgment on Preliminary Objection: I.C.J. Reports 1948, p. 27.
100
Rosenne, Shabtai. The Law and Practice of the International Court, 1920 – 1996, (3rd Edition) Volume II
Jurisdiction, Martinus Nijhoff Publishers, The Hague, The Netherlands, 1997, p. 714, refiriéndose al Corfu
Channel Case, Judgment of April 9th, 1949: I.C.J Reports 1949, p. 25. Véase también Mavrommatis Case
citado por Rosenne, p. 699:
It seems hard to deny that the submission of arguments on the merits, without
making reservations in regard to the question of jurisdiction, must be regarded as an
unequivocal indication of the desire of a State to obtain a decision on the merits of a
suit ….
[Parece difícil negar que la presentación de alegatos sobre el fondo, sin hacer
reservas sobre el tema de la competencia, debe ser tomado como una indicación
inequívoca del deseo del Estado de obtener una decisión sobre el fondo de una
demanda … (Traducción de la Secretaría)]
101
Rosenne, pp. 695 – 725.
102
Rosenne, p. 708, citando al Corfu Channel Case (Preliminary Objection) 1948, p. 28. Véase también
Application of the Convention on the Prevention and Punishment of the Crime of Genocide, Preliminary
Objections, Judgment, I.C.J. Reports 1996, pp. 620 - 621.
103
Rosenne, pp. 707 – 708.
Sólo después del advenimiento moderno 104 del principio de forum prorogatum, el
Reglamento de la Corte Internacional de Justicia fue modificado para incluir en el
articulo 38.2 el requisito de que “[l]a demanda deberá especificar en la medida de lo
posible los fundamentos legales sobre los cuales se alega la competencia de la
Corte” (énfasis agregado), El hecho de que la frase “en la medida de lo posible” fue
incluida sólo como una aspiración, según lo confirma Rosenne 105, dejando intacto el
principio de forum prorogatum, es evidenciado por la disposición del artículo 38.5,
que establece los procedimientos administrativos a seguirse cuando “el Estado
demandante propone fundamentar la competencia de la Corte en un consentimiento
[…] aún no dado o manifestado por el Estado contra el cual la demanda es
presentada …”
9. Yo noto que esta Corte, tal como su jurisprudencia lo indica, nunca hasta este
momento se ha referido, o le ha sido solicitado que se refiera, a la posibilidad de
constituirse en un forum prorogatum. Siendo éste el caso, una cierta renuencia a
referirse a ella ahora, cuando no pareciera necesario, es comprensible. Sin duda es
apropiado tener precaución, como norma general, dado que el principio no carece
de críticos.107 Sin embargo, hubiera pensado, que cualquier preocupación podría
104
Rosenne (p. 696) remonta el principio al Derecho Romano.
105
Rosenne, pp. 702 – 705.
106
Ver, e.g., Ambatielos Case and Anglo – Iranian Oil Co. Case analizado por Rosenne, pp.
708 – 712.
107
Por eso Rosenne, no obstante refiriéndose al altamente “político” Anglo – Iranian Case Oil
Co., en el cual estuvo involucrado también el Consejo de Seguridad, observa que (p. 711):
The possibility of grave political consequences may indicate the need for restraint on
the expansionist tendencies inseparable from the very notion of forum prorogatum.
*
* *
haber sido atenuada por la inmediata y absoluta aceptación de responsabilidad
internacional por parte de Bolivia, basada en la aceptación de los hechos alegados,
dejando únicamente las formas de reparación en discusión. Por las razones
expuestas, me veo obligado a exponer el asunto, teniendo la convicción de que la
invocación por parte de la Corte del principio de forum prorogatum en el presente
caso, más allá a los fundamentos (bastante apropiados, en mi opinión) en que se
basa, pudo haber tornado la afirmación de competencia de la Corte en el presente
caso, aún menos discutible. Además, hubiera sentado un importante precedente
para posteriores aclaraciones a los Estados Parte en la Convención, sobre los
fundamentos en que se asienta la competencia de la Corte. En todo caso, estas
observaciones pueden servir como una invitación a futuras discusiones.
Charles N. Brower
Juez Ad Hoc
… [[L]a Corte ha creado una doctrina que se impone que parece tener algunas diferencias con la
actitud política de ciertos Estados hacia lo que debe ser la base de la competencia de la Corte.