La Señorita Con La Bolsa en La Cabeza

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La señorita con la bolsa en la

cabeza

Personajes:
Detective Caronte
La Señorita Colinda
El huerfanito (Vendedor de diarios)
La señora Choclada

Dramaturgia: Jesica Lourdes Orellana

1
La señorita con la bolsa en la cabeza

Escena I
(En casa de la señora Choclada, doce de la noche, las campanas de la Iglesia anuncian las doce
de la noche, en el eco del tic tac son las doce de la noche. Se escucha el revuelo minucioso de
los cuervos del parque, en la calle Doce de la noche, todas estas son señales que confirman que
si, son las doce de la noche, en su punto exacto. Se escucha el taconeo de pasos alterados.
Justo a las doce de la noche. Se ve la sombra de una mujer acelerada., se enreda en el vestido,
tropieza y cae, gritos. Inesperadamente una segunda sombra le tapa la cabeza con una bolsa,
aparentemente de color verde, se extingue toda la imagen. Justo a las doce de la noche.)

(Apagón)

(Primeras horas de la mañana. El Huerfanito camina, ofreciendo el diario y haciendo noticia


expresa de la muerte ocurrida en la calle Trancazo, justo enfrente de la casa de la señora
Choclada.)

El Huerfanito: Extra, extra… La mafia Ecologista se expande de manera crítica por el mundo, la
humanidad esta ingresando a la nueva crisis del milésimo. Extra…extra. La historia del día
¡Hasta cuando! Las abejas están desapareciendo culpa de la contaminación, celiacos salieron a
cortar las rutas y quemar gomas frente la casa del ex mandatario, el morocho Jiménez. El
susodicho asegura no tener nada que ver con la aparición de algunas fábricas papeleras. Extra,
extra… el dólar subió inesperadamente, la esperanza del uno a uno no se cumplió y el sueño de
vacaciones en Brasil pasó a la historia. Rubias de barrio Vergel hacen huelga de aerobic y
compras por veinticuatro horas, el mandatario morocho Jiménez retorna atestiguando, no tener
nada que ver con el tema. Extra, extra, muere joven en la calle Trancazo, asesinada con una
bolsa de residuos orgánicos, color verde petróleo. Se presume, que el homicida ecológico, es
fanático del medio ambiente y quiso darle una lección audaz a la difunta. (Entra la Sra. Choclada
a escena, se pone nerviosa al escuchar los sucesos contados por el huerfanito y se instala a la
escena melodramáticamente. Acompañado de su andar detallista y primoroso.)

La señora Choclada: ¡Oh, Dios mío! ¡Pobre! ¿Cuándo ha muerto? Era la muerta mas linda que
vi en mi vidorria existencia. ¡Oh mi Dios! ¿Quien podría cometer tal hecho adverso? Muchachito
pásame un diario para hojear, me quiero poner al corriente de lo sucedido. (Gritos elegantes y
aparentes) Ah, pero es ella.

2
El Huerfanito: La misma señorita.

La señora choclada: ¿Colinda la Señorita?

El Huerfanito: La misma que vivía con usted señora.

La señora Choclada: La sobrina.

El Huerfanito: La misma sobrina de las entrañas de su hermana, señora. (El huerfanito la


intenta abrazar y la señora con desprecio lo frena.)

La señora Choclada: ¡Ni se te ocurra tocarme huérfano! Que fotogénica que sale en la foto
¿verdad? Así la señorita muerta se podría decir, que es la muerta mas linda que se ha visto en
estos tiempos ¿no? Se parece a su madre de muerta. Tiene sus facciones respingadas, pero no
se puede decir que sea agraciada en todos sus aspectos. Es demasiado rubicunda y saludable.
Su aspecto no es proporcional, pero es… bueno era preciosísima (Llora inesperadamente y para
de llorar bruscamente.) ¡No tendió su cama antes de partir!

(Apagón)

II Escena

(Se ingresa a la escena con luz tenue, la música indica que algo inaudito esta ocurriendo, se
puede percibir la figura de un sujeto de sobretodo largo hasta los pies, su rostro no se puede ver
pero, todo nos lleva a pensar que algo raro esta haciendo. Saca una linterna, que hace girar su
luz por el suelo, ahí se puede ver en estado de muerte a una mujer. La mujer con la bolsa en la
cabeza. El sujeto gira alrededor del cuerpo que yace en el suelo, murmullo, sonido de noche.
Pasos.)

(Apagón.)

(Música majestuosa para el ingreso del Detective Caronte, que con mirada penetrante corroe el
espacio coreográficamente, vestido con sobretodo largo hasta las pantorrillas, barbijos, guantes
y maletín. Inspecciona la escena buscando pensamientos en el aire, medición del espacio con
diferentes métodos, pasos, centímetros, con los brazos. Extrae la bolsa de la cabeza del
cadáver, es una señorita joven. El inspector no muestra asombro ante el cadáver y sigue
extrayendo pruebas, fuma habano y camina coreográficamente. Mira hacia el infinito. Sonríe.)

(Apagón.)

3
III Escena

(Primeras horas de la mañana, se encuentra el Huerfanito vendiendo el diario, repitiéndose el


inicio de la escena II.)

El Huerfanito: ¡Extra, extra, muere joven en la calle Trancazo , asesinada con una bolsa de
residuos orgánicos, Todos los hechos acusan a la mafia Ecologista que se expande por el
mundo, la humanidad esta ingresando a la nueva crisis del milésimo. Extra…extra.

La señora Choclada: ¡Dios mío! ¡Es insólito, inquisidor, extraño, curioso! ¡Qué necio y qué fatal
suceso!

Detective Caronte: ¿Que señora, que?

La señora Choclada: Yo de algún lado lo tengo a usted, a ver déjeme mirarlo un poco, un poco
más, así un poco más y ya terminamos (le guiña el ojo)… ah ya se usted es… (Le señala la foto
del diario.)

Detective Caronte: Caronte señora, el detective Caronte. Investigador del cometido homicidio
en el día de la fecha.

La señora Choclada: Yo no tengo nada que decir en contra de su persona, que más hablar de
los muertos a esta altura de la vida.

Detective Caronte: Señora se sospecha, que el asesino era una persona sumamente ecológica,
ya que del muerto, es decir que del cadáver, se extrajo una bolsa verde biocenosis introducida
presupuestamente por la llegada de un organismo foráneo u oportunista que origino una serie
de competencias con la especie autóctona, es decir en la victima. Por eso, todo indica que es un
cuadro alterado… Relacionado con la evolución de las especies.

La señora choclada: (Sin escuchar lo que el detective dice, lee el diario) Claro, claro, entiendo,
pero yo no vi nada, ni olí nada raro. Aunque, espere un momento… Déjeme pensar, ah no, no no
no, es ridículo pensar en eso.

Detective Caronte: Señora, por favor, toda ilógica teoría, puede ser prueba definitiva para el
caso. Hable por favor.

La señora choclada: Bueno en realidad, en casa, la que es desmesuradamente ecológica (con


asco) es Colinda la Señorita, pero imposible que ella misma se intente matar de muerte natural.
Aunque… el que siempre habla mucho, bueno hablaba con ella era… el huerfanito, vendedor de
diarios (Música de suspenso).

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Yo no soy muy asidua de los eventos zoogeográficos, no, ni de la fitogeografía, no soy cristiana
ni creo en el Arca de Noé. Mi arte es la expresión metalúrgica, nunca ejercí la escueta profesión
pero siempre me pagaron por ello.

Detective Caronte: Excúseme Señora, pero el arte de la metalurgia es una cosa muy bella para
estos tiempos en que vivimos, gracias a su bajos civiles costos, el mundo empresario prospera
abiertamente en esta sociedad de consumo, cada vez más seducida por la globalización, hay
que ser mas duros con la mafia del medio ambiente, que no tiene ni el mas mínimo respeto por
los derechos individuales, y trabajan por conseguir espacios de libertad, por un mundo un poco
mejor para todos…Cruel pero es real. Horrorosamente señora hay que tener miedo. Cada vez
son mas, están por todas partes, y se están apropiando del mundo entero. Dicen que se
encontraron modelos de ecologistas por Asia, Tilcara, Chubut, Massachuset y ahora… (Sonido
de suspenso) por estos lados.

La señora Choclada: ¡Oh por la humanidad! ¿Que podría hacer yo para ayudarlo? Me
encantaría ser participe de este combate contra el ecologismo ¿Quién puede desear que se llene
aquí de pingüinos, ballenas, artistas callejeros o que aparezca el Amazonas y los bosques
tropicales, aquí mismo y ahora? ¡Nos infectaríamos y trasmitiríamos virus mortales! ¡Por la
humanidad Detective salve nuestra Salud!

Detective Caronte: La mafia dícese de verde onda, esta invadiendo gran parte de nuestra
ciudad con restaurantes de comida rápida, con festivales alternativos de inauguraciones
costosas, que el ojo normal no entiende.

La señora Choclada: ¿Como los podemos distinguir a ellos de nosotros?

Detective Caronte: Bien, ellos poseen mascaras con rostros siniestros y ojos pequeños. Sin
embargo, también se dice que poseen redes de Supermercados y dentro de los verdaderos
ecologistas se engendraron grupos extremistas de alta peligrosidad, bajo la bandera de defender
los derechos de los animales. Como si los animales alguna vez hubieran tenido derechos, cosa
que ni las razas negras lo tuvieron alguna vez.

La señora Choclada: Las comunidades dominantes en su estado de esplendor, tienen una


fisonomía distinta a la de otras comunidades, son las únicas que tienen derechos, las demás
solo tienen obligaciones, eso siempre fue así ¿por que lo deberíamos cambiar ahora finales de
milenio? nosotros determinamos señor que tipo de comunidad queremos ser…dime con quien te
juntas y te diré quien eres.

Detective Caronte: Considere señora, de que si la ciudad se inunda en el pánico entraremos

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todos en el caos, así que le sugiero que mantenga todo lo que le conté al margen de las noticias
televisivas, no quiero armar un show de nuestras intimas conversaciones. Odio a la Onda
Verde…

La señora Choclada: Señor téngame a mí como la progenitora del silencio. (El Huerfanito espía
el dialogo de la Señora Choclada con el Detective Caronte.)

El Huerfanito: Extra, extra… El detective Caronte investigador de la causa en contra de los


Ecologistas, realiza fuertes declaraciones racistas y hostiles. Dijo: odio a la onda verde. Los
extremistas terroristas de la izquierda verde, le responden: que te re contra y confiesan
desconocer los hechos que se le adjudican y declaran también que la humanidad es absurda,
materialista y maliciosa. Seis millones de personas sucumben en un año de escualidez, pero seis
billones de dólares son disipados mensualmente para restaurar los adoquines de la ciudad. El
mandatario morocho Jiménez asegura no tener nada que ver con el tema ¡Extra! ¡Extra!

La señora Choclada: Esas doctrinas seguro que son provenientes de Asia y de sextas dirigidas
por personas afectas a su mismo sexo. No es casual que estos individuos sean partidarios
fanáticos del aborto, en el fondo odian al hombre de bien. Para ellos somos una calamidad. Pero
no van a poder con nosotros, por que somos arios ricos y saludables. Toda mezcla de sangre
aria con la de pueblos anormales e inferiores tuvo por
resultado la ruina de la raza de cultura superior, por eso ahora nos dicen latinos, aborígenes,
coyas, cabecita negra, bolitas, sudacas, camerunés, comechingones maricones… Escuchen en
donde quiera que estén no van a poder con nosotros esta vez ¡Nuestro mayor error fue no haber
inventado la hamburguesa Mc Donalds! pero si el colectivo, la birome, el secador de pisos, la
jeringa descartable…y… la pólvora…

El Huerfanito: No señora, esos fueron los de la China antigua, el papel, la brújula, la pólvora y la
impresión (Se acerca el huerfanito a la señora, esta se aleja inmediatamente.)

La señora Choclada: ¡¡¡Cállate bastardo ignorante y no me toques!!! ¡Esos fueron los árabes!
Querido, seguí vendiendo el diario amor.

Detective Caronte: Señora ¿recuerda lo que sucedió el viernes a las doce de la noche?

(La señora Choclada empieza a pensar, cambio de la iluminación, música circular, se ve a


Colinda la Señorita, girando contenta, tiene abrazado un pingüino. Se tropieza torpemente y
sigue girando. Escena del recuerdo del viernes a las doce de la noche, contado desde el punto
de vista de la Señora Choclada.)

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La Señorita Colinda: ¿Pero cómo podes comprar y vender el cielo o el calor de la tierra, el
frescor del aire, el bigote o la barba? ¿Cómo podrían ser comprados? Es necesario saber
que cada trozo de esta tierra es sagrado para mi pueblo, la hojita verde, la playa arenosa, la
niebla en la ruta, el amanecer de los pardos insectos, son sagradas experiencias y
remembranzas de mi pueblo. Los muertos del hombre blanco olvidan su tierra cuando
comienzan el traslado a través de las estrellas. Yo en cambio, aunque muerta este, nunca me
voy alejar de esta tierra. Soy parte de la flor perfumada, del ciervo con cuernos, del águila
emplumada, el lechón de tu plato, el choripan de las peñas y la humedad de tu vaso, el mono y
el hombre ¿Será que todos pertenecen a la misma familia? ¡Si son nuestros hermanos!

La señora Choclada: Dios me ampare de tus palabras niña. Si se levanta tu madre de la tumba,
se volvería a enterrar, al escucharte hablar así y encima cargando esa ave nauseabunda del
mal. (Muestra al pingüino al público, que como todos los pingüinos tiene cara de poca cosa.)

Colinda la Señorita: Nadie odia a los ecologistas por que si, no te entiendo. Por que tenes un
pensamiento ciego y fanático. Yo Colinda, señorita a fuerza de lucha por los derechos del
mundo, voy a demostrar ante la humanidad, junto con mis argumentos científicos que el hombre
proviene del mono, que la mujer proviene de la mona, que el niño proviene de mono juniors
que…

La señora Choclada: ¡Huérfana hereje! Basta de nombrar indecencias en mi casa, acá no se


habla de monos, ni ambientalismo, y saca de mí vista esa cosa voladora que me está poniendo
nerviosa… ¿Que educación te dieron? ¡Hippie, hippie! ¡Te enroscaría la cabeza con esa bolsa
verde, hippie deforme…!

(Vuelve la luz, se ve a la señora Choclada contando lo sucedido, al detective, pero desde su


punto de vista.)

La señora Choclada: Y le dije, en mi modesta opinión, el ecologista es un fanático que traiciono


al poder del dinero, que perdió su credibilidad hace mucho tiempo. Soy antiecologistas
convencida, pero me preocupa el medio ambiente. Amor, te explico para que entiendas… Y
luego se fue a reflexionar a su cuarto y ya no supe más de ella (llora.)

Detective Caronte: ¿Usted muchacho que pude decir al respecto? Es decir ¿Qué es lo que
estaba haciendo el viernes a las doce de la noche?

(Cambio de iluminación, el huerfanito se encuentra en el medio de la escena, música caótica.


Escena del recuerdo del viernes a las doce de la noche, pero desde el punto de vista del
Huerfanito.)

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El Huerfanito: ¿La revolución de Mayo fue un acto económico, un acto político o un acto militar?

Colinda la Señorita: (Colinda la Señorita, aparece detrás de el, con su pingüino abrazado. Se
tropieza y sigue caminando.) No, fue una representación escolar.

El Huerfanito: Si la historia fue escrita por los que ganan, eso quiere decir que hay otra historia.
Yo odio a los patriotas y me dan asco los nacionalistas, el mundial del futbol, el himno y las
canciones a la bandera. (Esta guardando muñecos en una bolsa de residuos verde. Los hace
accionar representando aquellos personajes que nombra.) Lamentablemente soy el hijo bastardo
abandonado de un racista hitleriano, junto a Isabel la Católica, un mentiroso manipulador de
escucha al consumidor encerrado en un teléfono descompuesto, soy la herencia de una
manzana agusanada que dio vuelta al mundo, tengo la memoria colectiva de soldadescos
salpicados en el barro rojo, de genocidas contratando a nazis y fascistas italianos para
bombardear negros, chinos y judíos. Soy el resultado de la misofobia callejera, de la comedia y
el arte que todos desconocen.

La Señorita Colinda: La historia no es así como pensás. Con ese pensamiento negativo no vas
a lograr ascender en la escala de valores. Para que sepas, la distribución geológica de una
especie depende de su existencia en el pasado. Es decir si en otra vida fuiste piedra, el paso
siguiente es ser insecto, lustra zapatos, payaso, corista o vendedor de diarios y en la próxima
vida, serás escritor, bancario, jugador de futbol o vedette. Ves tenes que seguir la lógica, es todo
una cadena. Cualquiera es objeto de estudio de la zoogeografía y fitogeografía. Yo con mis
conocimientos de puro raciocinio voy a salvar al mundo.

El Huerfanito: Estoy cansado de que nadie me mire a los ojos, de que me ignoren y desprecien
por que vendo diarios, de que el mundo crea que soy un bufón hambriento de la calle, un futuro
delincuente encarcelado. Quiero ser poderoso como Stephen King y publicar historias de verdad.
No quiero ocultar la realidad, con títulos amarillistas. No puedo esperar ascender a insecto, para
ser escritor ¡¡¡No puedo esperar una próxima vida!!! No quiero escuchar más esas palabras
ecológicas ¡Basta de palabras ecologistas! (La corre con la bolsa verde en la mano)

(Cambio de luz y se retoma la escena anterior, junto al detective y la señora Choclada.)

El Huerfanito: Yo a esa hora estaba dirigiéndome a la editorial a buscar el diario. No sabía nada
de que la señorita estaba en la ciudad.

Detective Caronte: Lo que no me parece muy lógico de esta muerte y de los hechos aquí
presentados es… que… Colinda la Señorita, pertenecía a la Asociación de Ecologistas
Mundiales y entonces… si ella era participe de tales hechos escalofriantes de la Onda Verde

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¿Por que querían matarla? ¿Para que? ¿Las abejas están desapareciendo misteriosamente?
¿Será acaso algún crimen pasional? ¿Sabe usted señora si Colinda la señorita frecuentaba
algún joven? ¿Le gustaban las zanahorias? ¿Y qué tal los pepinos, el huevo frito, el chorizó
colorado, la morcilla, y las bananas para el postre…?

La señora Choclada: Pero por favor detective calme ese vocabulario…

Detective Caronte: Disculpe señora, es que me excita tanto mi trabajo que me dejo llevar. Por
Favor conteste lo que le pregunte.

La señora Choclada: Bueno Detective considero, a mi entender, que según los estudiadores
del problema de las abejas, se piensa que una combinación de factores podría estar
enfermándolas, se trata de nuevo virus de la Onda Verde, que ataca su sistema
inmunológico…Pero se necesita investigar más para determinar la causa exacta de este
escenario.

El Huerfanito: (Ingresa el huerfanito con atuendo de vendedor.) Señor, señora tengo el agrado
de traerles el día de hoy el cobertor antivirosico, made in Alemania, el único capaz de prevenir la
tercera enfermedad universal, es de fácil uso. Y con la compra de dos cobertores se lleva el
manual en su propio idioma, con las mejores instrucciones y recetas políticas. ¡Cobertor
antivirus! ¡Al cobertor de los colores de moda! ¡Los únicos en el mercado con piel original de
conejo! En cualquier farmacia usted lo puede comprar a cada uno a 15 billetes. En esta
oportunidad se lo esta llevando a los dos ¡A solo 40 billetes! Je je je… Si escucho bien ¡A solo 40
billetes nada más!

La señora Choclada: Bueno, compramos la promoción de dos… El oscurito no lo quiero ¿No


los tienen en blanco? Ah mire acá hay uno, si me llevo. Llevamos los dos. Tome (Le da la plata.
El detective y la Señora se prueban los cobertores de orejas.)

El Huerfanito: Gracias señores que tengan buen día y que dios se lo multiplique el doble en
felicidad y salud, que es lo que verdaderamente importa. ¡Jejejejé! ¡Cobertor antivirus! ¡Al
cobertor de los colores de moda! (Se lo ofrece al público, mientras se va alejando de la escena.)

La señora Choclada: (Sigue con su conversación, mientras observa al Huerfanito irse.)


Continúo… Por consiguiente si las abejas están desapareciendo por un virus elaborado por la
Onda Verde, es decir que la Onda Verde no es amiga de las abejas y si las abejas son criaturas
del universo, y nosotros somos criaturas del universo… quiere decir que ¡La Onda Verde nos
quiere matar a todos expandiendo su virus maligno! Vio detective, caso cerrado.

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Detective Caronte: Debo admitir señora que es usted una formidable investigadora, para ser
una escueta metalúrgica ¿En donde a estudiado?

La señora Choclada: Estudie con mucha lectura y dedicación.

Detective Caronte: Me imagino, mucha lectura. Las historias del celebre ¡Sherlock Holmes!

La señora Choclada: Pero por favor señor, no me ofenda. Yo no leo las porquerías del
movimiento hippie anarquista. Solo consumo literatura culta y sofisticada como la de Corín
Tellado, con toda esa temperatura sentimental.

El Huerfanito: No señora esta confundida, las novelas de Sherlock Holmes fueron creadas en
1887 por Doyle. Sherlock Holmes es un investigador por excelencia que influyó en la ficción
detectivesca de Londres en el siglo XIX. Nada tiene que ver con el movimiento contracultural,
llamado hipismo, nacido en los años 60 en Estados Unidos.

La señora Choclada: (Enfurecida.) ¡Hay este huérfano me esta fermentando la caspa de los
nervios! ¡Escúchame infeliz, te volves a meter en la conversación de la gente de bien y te hago
comer el diario! Y no te me acerques… Amor… Pequeña criatura desprovista de cariño… Seguí
con la venta, así podes almorzar hoy. Y si volves a interrumpir te envío a pelar cañas de azúcar
en el norte… Amor (Hace que le pellizca el cachete sin tocarlo. Le habla al detective.) Disculpe
detective vio como es este prototipo de gente. Bueno si me permite proseguiré con mi testimonio.
Con respecto al joven que la frecuentaba a la señorita era… emm bajito, eh desalineado, eeh
piernas debilitadas, ahhhm ojos de rumiante desorbitado… (Señala con la pera, el codo, el ojo
izquierdo, torciendo la boca, al Huerfanito que con cara de nada se hace el desentendido.)

Detective Caronte: ¡Ahá! ya veo, en que cosas andábamos, así que no sabia de que Colinda la
Señorita se encontraba en la ciudad… (Se acerca mirando al Huerfanito con cara de
desconfianza, lo huele, lo observa con un solo ojo, le mide la espalda con un lápiz. El huerfanito
se hace el desentendido, se intenta disparar, pero el detective lo agarra de los tiradores.) Miren
que cosas que da la vida recién me percato de que usted es un joven, cuénteme jovencito ¿Que
hacia el viernes por la noche? ¿Diga garzoncito?

El Huerfanito: (En tono nervioso.) Yo a esa hora estaba dirigiéndome a la editorial a buscar el
diario. No sabia nada de que la señorita estaba en la ciudad.

Detective Caronte: ¿Que hacia el viernes por la noche?

El Huerfanito: (Mas y mas nervioso.) Yo a esa hora… estaba dirigiéndome a… la editorial a


buscar… el Diario. No sabia nada de que la señorita estaba en la ciudad

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Detective Caronte: ¿Que hacia el viernes doce de la noche, dirigiéndose del lado contrario a la
editorial, y siguiendo rumbo directo a la casa de las damas Colinda y Choclada?

El Huerfanito: Yo a esa hora… déjeme pensar, estaba dirigiéndome a… La editorial a buscar…


el Diario. Y en medio de la noche apareció Colinda la Señorita para hablar conmigo, estaba
nerviosa, me pedía ayuda, decía que la querían matar, pero no le entendí mucho, tenía un
chichón grande en la frente. Luego me comento de un concurso, que se buscaba a la chica
Onda verde de abril (Nervioso más y más.) Yo le dije que no me parecía bien, por que eso es
para prostitutas, travestis y adolescentes sin futuro. Ella me comenzó a pegar mientras me
enumeraba los códigos de los derechos humanos. Se ve que el golpe que le habían dado le hizo
perder la cordura. Me enoje con ella. Le grite, me mordió (muestra las marcas) y luego salí
corriendo, a la editorial a buscar el diario. A las doce de la noche ya no estaba con ella.

Detective Caronte: ¿Y por que motivo adulteró su respuesta, si no tiene nada que ver con el
asesinato? Si tiene la conciencia despejada, debería decir la verdad.

El Huerfanito: Digo la verdad, acá tengo la prueba (saca un ticket del bolsillo.) Este es el ticket
de que a las doce de la noche, estaba en la editorial esperando la salida del diario. Y el hecho
fue a la misma hora ¡¡¡Imposible que pudiera estar en los dos lugares a la vez!!!

Detective Caronte: Aja veo… veo esto es… bien es real… El muchacho dice la verdad. Perdón
que desconfié de usted, disculpe que lo ofendí encima que es huérfano, vio lo que pasa, es que
la gente es prejuiciosa… se deja llevar por las apariencias y mal olor, disculpe muchacho. (Se
abrazan, el Huerfanito llorisquea, mientras intenta revisarle un bolsillo del saco, el detective lo ve,
el Huerfanito le sonríe, se sonríen los dos.)

Detective Caronte: Ahora señora, usted no mostró ninguna prueba de su inocencia… ¿Por que
le tengo que creer de que usted no es la asesina?

La señora Choclada: Por que jamás le haría mal a nadie, yo fui criada en el seno de una
familia, acá tengo la prueba mire (saca una foto del escote del vestido) Esta es mi niñera, mi
madre y… (Se queda pensativa por un instante mirando un punto fijo en el espacio) este es mi
pa… pa… pa… pa.

Detective Caronte: Yo conocí a su padre, menudo, de bigotillo, jovenzuelo marcial ¡Adquirió


fama de valiente entre los valientes! Buen caudillo Franco… combatimos juntos en la
beligerancia europea durante años dos … que infortunado hombre, después de una larga y
aterradora anal descompostura, el veinte de noviembre muere, cuatro y cuarenta de la
madrugado, sostenido de mi mano en el cuarto de baño. Me dejo encomendado de que

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encontrara a su hijo, lo tuvo por aquella época con una filipina terrorista de carácter alocado, muy
apuesta, de la que se enamoro desenfrenadamente, nunca pude aquel hijo encontrar… En estos
tiempos tendría unos años veintisiete. Pobre muchacho no sabe la herencia que le dejo el padre
Francisco Bahamonde. (La señora Choclada se pone dura, nerviosa, fosilizada más que
fosilizada, petrificada.)

La señora Choclada: ¿Usted que sabe? No puede opinar así de un hombre que esta muerto.
No sabe nada de la vida. Yo soy una dama de honor. (Le muestra su carnet de dama de honor, y
se chupa el dedo mientras el detective revisa el carnet.)

Detective Caronte: Disculpe señora pero es necesario que usted sepa la verdad, no fue criada
como usted dice en la familia del seno de bien. Por lo tanto, eso la convierte en una cuasi
huérfana… En una cuasi asesina, terrorista reggaetonera, fiestera… Estamos ante el típico perfil
del delincuente ¡¿Explique a las doce de la noche del viernes que hizo?!

La señora Choclada: Déjeme en paz, yo jamás le haría mal a nadie. Soy blanca y de buena
educación. Con mi pa-pa-padre y madre… (Se cae al suelo con esfuerzo.)

Detective Caronte: ¡Hable señora, salsera!

El Huerfanito: ¡Cumbiera! (Se ríe en complicidad con el detective.)

Detective Caronte: ¡reggaetonerita! (Con mas complicidad.)

El Huerfanito: ¡Merenguera! (Se ríen mas.)

Detective Caronte: ¡Champetera! ¡Bailantera! (Muy tentados.)

(Cambio de luz. Recuerdo de la señora Choclada, se encuentra en medio de la escena con la


peluca en la mano y el maquillaje corrido, entra Colinda la señorita, mira a su tía asustada, se le
cae el pingüino al suelo, tropieza. La señora Choclada descubre que la estaba espiando y se
precipita para colocarse la peluca.)

La señora Choclada: Jetzt werden Sie wissen, dass ich dabei bin, Sie töten zu musen.

La Señorita Colinda: Ya se… ya se… son 12 palabras, a veeer… Alicia en el país de las
maravillas (Cuenta con los dedos) uno, dos, tres, cuatro, son siete, no no puede ser. A veeer…
(La Señora Choclada se dispone hacer la mímica de la escena, haciéndole señales de muerte.)

La señora choclada: Nicht, dass ich dabei bin, Sie dummes Mädchen zu töten (Dice por lo
bajo) Niña estupida…

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La Señorita Colinda: Queremos que nuestro planeta sea para siempre un lugar en donde las
personas y la civilización puedan sobrevivir (mientras lo dice cuenta las palabras.)

La señora Choclada: Esas son diecisiete palabras. Wherefrom salio dieses dumme nicht
wissende Mädchen, weil ich diesen Schmutz tragen muß (Habla en alemán. Donde salio esta
muchacha estúpida ignorante, porque tengo que llevar esta suciedad.)

La Señorita Colinda: Ahora sabrás que te voy a tener que matar. (La actitud de la niña cambia
siniestramente.)

La señora Choclada: ¿Que? (Asustada, un momento de suspenso.)

La Señorita Colinda: Eso dijiste tía “Ahora sabrás que te voy a tener que matar” ¿Adivine tía?
Doce palabras.

La señora Choclada: No puede ser… vos no sabes hablar alemán.

La Señorita Colinda: Dank Ihrer lernte ich diese Sprache. Nicht wissende alte Frau, racista,
versagte. Sie gehen zu sterbend pünktlich weg (Le contesta en alemán “Gracias a ti aprendí esta
lengua. Vieja ignorante, racista, fracasada. Usted se va a morir pronto”)

(La señora escucha las voces y se tapa los oídos y se va cayendo al piso con mucha dificultad,
Colinda le arranca la peluca, la señora llora. Colinda se pone la peluca y hace gestos nazis
interpretando el himno alemán. Cambio repentino de luz, la escena vuelve al presente, en donde
se encuentra el Detective y el Huerfanito mirando el extraño comportamiento de la señora
Choclada.)

La señora Choclada: Jetzt werden Sie wissen, dass ich dabei bin, Sie töten zu musen… Ahora
sabrás que te voy a tener que matar.

Detective Caronte: ¿Señora que esta haciendo?

(La señora Choclada esta en el piso con el maquillaje corrido, sorprendida de si misma sin saber
bien en donde esta.)

La señora Choclada: (Comienza hablar hipnotizada por el recuerdo de su infancia) Todo


comenzó un 30 de enero. Adolf salió a la ventana, se froto las manos y las levanto hacia el cielo
gris ceniza de opaco ocre. Mi padre me sostuvo en lo alto, flameante como la bandera postema
en el mástil, para que el me viera. Y el me vio, me sonrío con un movimiento ágil de su bigote
recortado… (Es interrumpida por El detective que no entiende bien por que la señora Choclada
habla y repite palabras sin lógica.)

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Detective Caronte: Eso que esta diciendo es poco probable, casi imposible y certeramente un
engaño. Levántese y compórtese por favor que nos esta poniendo en ridículo (Intenta levantarla,
ella se rehúsa.)

La señora Choclada: No déjenme morir acá en este hambriento territorio, en esta tierra sin
historia, ni antecedentes culturales del primer mundo ¡Déjenme morir repitiendo indecencias!
Que me miran, mi piel no es blanca ¿Y que? Soy mucho mas que todos ustedes ¡Mucho mas!
¡Mucho mas!

(El huerfanito le pega fuertemente con un diario enrollado. Ella continúa murmurando en alemán
y bamboleando su trasero de un lado al otro, hasta que cae desmayada.)

El Huerfanito: Era hora que parara. (Saca una bolsa verde del bolsillo, la estira y esta por
colocarla en la cabeza de la señora.) No creo que por que seamos huérfanos, tengamos que ser
delincuentes, asesinos o vendedores ambulantes… obreros de construcción o cartoneros, creo
que también ustedes, los buenos hijos pueden ser culpables. (Colocándose el sombrero del
detective) Diga señor ¿Que hizo el viernes a las doce de la noche?

Detective Caronte: (Cambio de luz, comienza una música de ritmo afrocaribeño, Calipso. Entra
a escena la señora Choclada con el detective haciendo una pequeña coreografía romántica entre
ellos, subida de tono. Aparece Colinda que los espía y se suma danzando hipnotizada. El
Detective descubre a Colinda bailando, la señorita se apura para correr, pero tropieza
torpemente con el pingüino y cae al suelo con un fuerte golpe en la cabeza, se desmaya. El
Detective la lleva arrastrando, sin que la señora Choclada lo vea. Vuelve el detective y abraza a
la señora Choclada y bailan juntos. Cambio de iluminación llegando al apagón. Se ve la figura de
Colinda corriendo el detective que la atrapa y la asfixia. Pequeño apagón, se ve al Huerfanito
que descubre el cuerpo muerto de Colinda. Le pone una bolsa verde en la cabeza y arrastra el
cuerpo en medio de la escena, junto con el pingüino sostenido por la mano derecha del cadáver,
que inesperadamente se mueve alzando el pingüino a lo alto, el Huerfanito termina de asfixiar a
la señorita Colinda. Fin de la música. Apagón.)

(La escena vuelve a su estado inicial, la señora Choclada esta desparramada en el suelo, el
Huerfanito le termina de colocar la bolsa verde en la cabeza, la señora despierta.)

La señora Choclada: (Sacándose la bolsa de la cabeza) No me toques huérfano…Yo mate a la


señorita Colinda.

El Huerfanito: No señora, no mienta, eso no es posible. Yo la mate, soy el huérfano, merezco


ser el protagonista de la tapa del diario alguna vez. No voy a esperar ascender a insecto, para

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ser importante. Yo la mate, señor detective.

Detective Caronte: Bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, parece que tenemos a dos culpables y
un muerto.

La señora Choclada: Lo recuerdo como si fuera ahora, yo quería matar a la señorita Colinda,
pero lo que no recuerdo muy bien, es como la mate. Porque me impresiona mucho la sangre,
habrá sido de asfixia o de un golpe brusco en la cabeza….

Detective Caronte: Justamente la muerta cuando estaba viva, había sido asfixiada fatalmente
por cinco dedos.

La señora Choclada: (La señora Choclada se mira la mano, la inspecciona detenidamente, la


huele y hace escándalo del arma mortal que posee anexada a su propio cuerpo) ¡Ah hay ah hay
ah hay ah, por dios acá esta! ¡Es esta detective! Todavía huele a víctima. (El Detective se acerca
para investigar aquel instrumento mortal. La señora Choclada se pone nerviosa y amenaza con
el arma de cinco dedos.) ¡Se van para atrás, que les quiebro el pescuezo a los dos! ¡¡¡Para
atrás!!! ¡Que no me toque el huérfano porque no respondo de mí! ¡Los quiebro, se alejan o los
quiebros! (Los arrincona en un punto, muy violenta, fuera de sí, haciendo sonidos de murciélago
hambriento.)

Detective Caronte: (Con un melodrama exagerado.) Pero no lo puedo creer ¿Donde quedaron
los años felices a mi lado? ¿Donde quedo todo el amor que sentíamos? Nuestros viajes a las
habanas de Mozambique, nuestro crucero por Pakistán, nuestros amaneceres en el istmo
jamaiquino, nuestro te a las cinco de la tarde, nuestros bailes primaverales al reflejo extendido de
una estrella en el Estado de Israel y los baños sagrados en una bañera herrumbrada de la
posguerra finlandesa, nuestros planes de asesinar a Colinda la señorita Colinda…

(La señora que amenazaba con la mano criminal, la baja, a medida que escucha las palabras del
Detective.)

El Huerfanito: (Colocándose el sombrero del detective, toma rasgo de su personalidad) ¿Y


quedarse con la herencia de la señorita? ¿Verdad? La herencia que le dejo su madre, su
hermana (Señalando a la señora Choclada), la herencia de su amante (Señalando al detective)
¡Si su amante! Lo que no sabe usted señora es que el Detective mantenía un romance oculto
con la señorita Colinda (Sonido de suspenso) y usted (Sonido suave, contrastando), planeando
asesinarla para quedarse con todo y marchar juntos por la senda del Paraná. Es por eso que al
descubrir la señorita Colinda que usted también mantenía un romance oculto con el Detective,
este la mato para que no perder la porción suculenta de la herencia. (La señora Choclada se

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pone nerviosa, alzando su arma de cinco de dos y se abalanza al Detective para estrangularlo.
Pero no lo alcanza porque este la sostiene de la cabeza. La señora se aleja y se ríe
alocadamente. )

La señora Choclada: (Muy melodramáticamente) ¡Paquidermo mentiroso! Cazador embustero


de mujeres preciosas y adineradas. Galán torturador de sueños inocentes ¿Porque a mí? … Que
te he dado los mejores años de mi vida ¿Por qué me engañaaaaaste, por qué? (Cambia de
personalidad abruptamente, cuando se coloca el sombrero del detective, en medio de confusión
melodramática ocurrida.) ¡Usted mató a la señorita Colinda! Caso cerrado. Tiene derecho a
permanecer en silencio, todo lo que diga puede ser usado en su contra, tiene derecho a un
abogado, sino puede pagar uno, el estado se lo brindara y tiene derecho a una llamada ¡Quieto!
¡Quieto! Muy bien detective Caronte, en menos de cinco minutos usted estará sentado en la silla
eléctrica luego pasara por la hoguera, la guillotina, la lapidación, la horca, la cruz, al garrote vil.
Diga su última voluntad…

El Huerfanito: Disculpe señora, pero en nuestro país no existe la pena de muerte o la pena
capital, aunque ciertas entidades de la farándula lo reclamen…

La señora Choclada: (Se saca el sombrero.) ¡¡¡Cállate, huérfano infeliz, que ya no te soporto
más!!! Voy a continuar dialogando con el detective amor… (Se coloca el sombrero.) Caronte,
quédese tranquilo, voy a conseguir para usted una bonita y dura condena. No me mire así, es mi
deber denunciarlo, encerrarlo y luego… (Se saca el sombrero del detective) voy a gozar sin
tapujos ni remordimientos de la fortuna que dejo mi padre y mi hermana. (La señora ríe mas
alocada, se suma el Detective que ríe sin parar y por último el huerfanito. Se tientan tanto con la
risa de los tres, que caen al piso agarrándose de la panza.)

Detective Caronte: Eso no es muy gracioso ¿Usted no tiene corazón? (Detienen todos las risas
solo por un instante, se miran entre los tres y siguen riendo, continua hablando Caronte muy
tentado) Lo que tampoco saben es que el huerfanito es el hijo perdido de su padre franco con la
filipina alocada. A él le dejó toda su fortuna (Saca el testamento) y usted señora está totalmente
en la ruina (se siguen riendo todos) En la miseria… (Más risas) ¡En el infortunio absoluto de la
desgracia! ¡Nadando en la misma descompostura anal que su padre! (Más risas hasta caer
adormecido. La señora Choclada llora abrazando al huerfanito, este le saca la peluca y se la
pone, siguen riendo. La señora intenta disimuladamente asfixiarlo con su arma de cinco de
dedos. Intercalando las acciones llora, ríe y amenaza. Música de cierre.)

El Huerfanito: ¡¡¡No tengo que esperar ascender a insecto!!! ¡Soy rico, soy rico! (Alza los puños

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a lo alto haciendo flamear una bolsa verde, festeja su nueva fortuna, ríe, abraza al Detective,
baila con la Señora Choclada. Se escucha el sonido de un grupo de patrulleros que rodea el
lugar, el huerfanito, se esconde el testamento e intenta escapar por todas las salidas, pero no
puede. Mira hacia el frente, no se escucha lo que dice pero habla. La señora Choclada y el
detective Caronte ríen en el suelo observándolo.)

(Apagón.)

Fin

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