La Cuaresma 1

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 4

La Cuaresma

Cuaresma son 40 días que Dios ha regalado cada año al ser humano, para su
Renovación Espiritual. “Tiempo de penitencia y renovación interior para preparar
la Pascua del Señor”.
El primero que vivió una Cuaresma fue Jesús, que pasó 40 días en el desierto
antes de comenzar su vida pública (Mt 4, 1-11). Allí rezó, ayunó y venció las
Tentaciones, para preparar nuestra salvación en la cruz. También el pueblo de Israel
estuvo 40 años sufriendo en el desierto antes de alcanzar la tierra prometida,
presentándose fatiga, lucha, hambre, sed y cansancio...pero al fin el pueblo elegido
gozó de esa tierra maravillosa, que destilaba miel y frutos suculentos (Éxodo 16);
también representa los 40 días que pasó Moisés en oración antes de recibir las
tablas de la Ley (Ex 24,18). Jesús fue presentado en el templo a los 40 días de su
nacimiento (Lc 2,22), después de la resurrección, se apareció también durante 40
días (Hch 1,3). Por lo tanto, 40 años significan una vida, 40 días significan un
tiempo suficientemente largo para que se realice algo importante. Así pues, los 40
días de Jesús en el desierto significa el tiempo necesario para prepararse a su
misión.

La cuaresma es tiempo para Arrepentirnos de nuestros pecados y de Cambiar


algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo. Ahora, la
cuaresma comienza con la imposición de las cenizas, esto nos recuerda que nuestra
vida en la tierra es pasajera y que nuestra vida definitiva se encuentra en el
cielo.
El día Miércoles de Ceniza se caracteriza por la imposición de las cenizas de las
palmas benditas del año pasado, estas son colocadas en la frente de los fieles,
mientras el padre dice al feligrés: Recuerda que eres polvo y en polvo de
convertirás (Gen 3,19) o “Conviértete y cree en el Evangelio” (Mc 1, 15). La cruz
de ceniza que marca la frente de los fieles representa la mortalidad y la penitencia
por sus pecados.
La ceniza recuerda que, en el principio Dios sopló vida en el polvo, así también
Él puede dar NUEVA vida a aquellos que han caído en el pecado y de la muerte.
Por eso, la Cuaresma ha sido, es y será un tiempo favorable para convertirnos y
volver a Dios Padre lleno de misericordia, como aquel hijo pródigo que se fue de la
casa del padre y luego volvió arrepentido (Lucas 15, 11-32).
Esta conversión se logra mediante una buena confesión de nuestros pecados.
Dios siempre tiene las puertas de casa abiertas de par en par, y su corazón se le
rompe en pedazos cuando venimos arrepentidos y humillados. Por eso, en este
tiempo se recomienda confesarnos, pero cuando nos damos cuenta de nuestros
pecados, nos sentimos Apenado y sentimos muchas Vergüenza, hasta el punto que
no sabemos cómo decirle ese pecado al sacerdote. Pero, esta vergüenza no debe
alejarnos de la confesión, porque (Proverbios 28:13) dice: “El que encubre sus
pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta, alcanzará misericordia”.
En Ezequiel 18:22, dice: "Todos los pecados que cometió no le serán recordados
en la justicia…”. El sacerdote dice en el confesionario, "Yo te absuelvo de tus
pecados" El sacerdote está actuando en la persona de Cristo. Si el sacerdote está
actuando en la persona de Cristo, entonces es Cristo a quien le confiesas tus
pecados. Es solamente Cristo quien los perdona.
En Cuaresma procuramos imitar a Jesús, que Ayunó en el desierto 40 días y
noches para reparar nuestros pecados. Ahora, siempre nos han enseñados que
AYUDO es privarnos los días miércoles y viernes de comer algo característico,
como es la carne. Esto se hace en memoria de la muerte del Señor, como señal de
sacrificio. Pero, en la Biblia el ayuno representa algo que es bueno, beneficioso y
conveniente. El libro de los Hechos (13:4; 14:23) registra el ayuno de creyentes
antes de Tomar Decisiones Importantes. Pero, casi siempre creemos que el
objetivo del ayuno está en la falta de alimento. Por el contrario, el PROPÓSITO
DEL AYUNO DEBE SER QUITAR TUS OJOS DE LAS COSAS DE ESTE
MUNDO Y CONCENTRARTE EN DIOS. El ayuno es una manera de demostrar
a Dios, y a ti mismo, que puedes vencer el pecado, si tú quieres. Por eso, nuestro
ayuno debe ser: dejar el egoísmo, mentiras, orgullos, perezas, murmuraciones, iras,
envidias, entre otros. Pero, también el Ayuno y la abstinencia, incluyen de
privarnos de cosas buenas para ofrecerle a Dios un pequeño sacrificio y un acto de
amor; por ejemplo: dejar de ver un programa favorito en la televisión, dejar de jugar
cartas, de bailar, dejar de comer dulces o dejar de tomar café. Y NO ES DEJAR
ESTO, por dejarlo sino dedicar ese tiempo en leer la palabra, dedicarme aprender
hacer el Santo Rosario, visitar enfermos o visitar al Santísimo durante estos 40 días
sin interrupción, eso es ayuno.
En cuanto a la LIMOSNA, no debe ser una limosna material: unas cuantas
monedas que damos a un pobre mendigo en la esquina. La limosna tiene que ir más
allá: prestar ayuda a quien necesita, enseñar al que no sabe, dar buen consejo al que
nos lo pide, compartir alegrías, repartir sonrisa, ofrecer nuestro perdón a quien nos
ha ofendido. La limosna es esa disponibilidad a compartir todo. San Agustín es
muy elocuente cuando escribe: “Si extiendes la mano para dar, pero no tienes
misericordia en el corazón, no has hecho nada; en cambio, si tienes misericordia en
el corazón, aun cuando no tuvieses nada que dar con tu mano, Dios acepta tu
limosna”.
Ahora, en cuanto a la ORACIÓN. Se puede decir que Sin oración, tanto el ayuno
como la limosna no se sostendrían; caerían por su propio peso. En la oración, Dios
va cambiando nuestro corazón, lo hace más limpio, más comprensivo, más
generoso...en una palabra, va transformando nuestras actitudes negativas y
creando en nosotros un corazón nuevo y lleno de caridad. Por eso, la Cuaresma,
es el tiempo fuerte de oración. 1 Tesalonicenses 5:16, dice “Estén siempre
alegres, oren sin cesar,…”, o en Colosenses 4:2 “Dedíquense a la oración:
perseveren en ella con agradecimiento”.
Además, debemos aprender que en el Tiempo de cuaresma se omite en las
celebraciones litúrgicas el Aleluya y el Gloria, es una manera simbólica de recordar,
el espíritu de penitencia y recogimiento espiritual que todos debemos tener, que
todavía no experimentamos el Reino en su plenitud, hasta el Sábado de Gloria.
También, puedo decirle, que la diversidad de colores en las vestiduras sagradas del
sacerdote tiene como fin expresar con más eficacia las características de los
misterios que se celebran. Para este caso, el color litúrgico de este tiempo es el
Morado que significa luto y penitencia. En Lc 22, 63-65 y Jn 19, 2-3 nos dicen
“Los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza y le
echaron por encima un manto color púrpura; y acercándose a él le decían:
"¡Salve, rey de los judíos!". Por eso, el uso de prendas moradas nos ayuda a
recordar que el manto color púrpura fue gesto de burla por parte de los romanos.
Se puede concluir el tema diciendo que en la Cuaresma, Cristo nos invita a
cambiar de vida. La Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia
Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, Orando, Compartiendo con el Prójimo
y Haciendo Obras Buenas. Y yo, dijo que es un tiempo especial de Purificación,
que el Señor nos regala para nuestra renovación espiritual. Por eso, Cuaresma son
40 días que Dios me regala cada año, para la Renovación Espiritual.

¿Cuál es el significado de la cruz de ceniza en la frente?


La ceniza simboliza la muerte, la conciencia de la nada y de la vanidad de las
cosas, la nulidad de las criaturas frente a su Creador, el arrepentimiento y la
penitencia. De allí las palabras que Abraham pronuncia en el Génesis: Aunque soy
polvo y ceniza me atrevo a hablar a mi Señor.

También podría gustarte