Programa Santificacion Del Hogar

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Parroquia San Juan Bosco

Calle Don Bosco de Creolandia al lado de las Damas Salesianas


Punto Fijo Estado Falcón

SANTIFICACIÓN DEL HOGAR

PROGRAMACIÓN
TEMA 1: DESCUBRIR LA ORACIÓN
TEMA 2: COMPRENSIÓN Y ACEPTACIÓN MUTUA
TEMA 3: EDIFICAR LA VIDA DE PAREJA
TEMA 4: EL MATRIMONIO: UNA LARGA MISA
TEMA 5: EL PROYECTO DE PAREJA
TEMA 6: FE CRISTIANA Y MATRIMONIO
TEMA 7: LAS 7 REGLAS DEL DIALOGO CONYUGAL
TEMA 8: 10 CONSEJOS PARA VIVIR EN PAREJA FELIZMENTE
TEMA 9: LA FAMILIA DE NAZARETH REFLEJO DE LA FAMILIA CRISTIANA
TEMA 10: 12 MALOS HÁBITOS EN EL MATRIMONIO QUE CONDUCEN AL DIVORCIO
TEMA 11: INDISOLUBILIDAD DEL MATRIMONIO
TEMA 12: RETIRO PRE-SACRAMENTAL: PARTES DE LA MISA, POSTURAS CORPORALES
Y LOS SACRAMENTOS

PÁRROCO: PBRO. VICTOR HUGO MENDIETA


VICARIO: PBRO. EDER HUITZIL
TEMA 1: DESCUBRIR LA ORACIÓN

Todos muy en el fondo sentimos la necesidad de orar. A veces la dejamos a un lado, puesto que
podemos sentir que no necesitamos orar ya que la tecnología, la ciencia moderna nos aseguran y nos
hacen ver una vida feliz y cómoda. Si nos angustia algo acudimos a la vecina (o), o a algún medico
psicólogo o psiquiatra, si tenemos alguna necesidad pedimos la caridad de incluso desconocidos, entre
otros, pero como última opción es que muchas veces recurrimos al Señor por medio de la oración
íntima con él.
El amor, la paz, la libertad, la dignidad, no las podemos comprar con dinero, todo ello viene de Dios y
se obtiene por medio de la oración.
Todos rezamos en los momentos desesperados, igual que corremos en una carrera para no perder, o
cuando nos deja el transporte corremos para no quedarnos. Pero si queremos que nuestra amistad
con Dios se forje y se construya sobre bases firmes y sólidas, tenemos que prestarle mayor atención y
mayor dedicación a nuestra conversación con el, por medio de la oración.
La oración no es un método, es un estilo de vida.
Descubrir a Dios
Para descubrir la oración, primero debes descubrir a Dios. ¿Qué quiere decir esto? Vaciarnos de
nosotros mismos. Tenemos que dejar que Dios sea nuestro Señor, no solo el Dueño y señor del
universo sino de nuestras vidas, de nuestro día a día. Hacer de nuestro corazón un verdadero trono
real.
¿Quién es Dios?
Dios nos conoce y nos ama. Y Nosotros debemos quererlo y amarlo cada dia mas. Pero….¿Cómo
podemos llamarle?
1. Él es nuestro creador; sin el amor creativo y poderoso de Dios no habríamos podido existir
nunca. Todo lo que somos y tenemos viene de Dios.
2. Es distinto de nosotros; podemos descubrir y admirar la creación de Dios, pero nunca
podremos ver a Dios. La biblia nos revela que Dios es Santo, es decir, totalmente diferente a
nosotros en su absoluta pureza e infinito poder, sin embargo somos semejantes a Él. Si nos
ponemos en camino de Dios y dejamos que ponga sus manos en nuestra vida, entonces nos
sentiremos protegidos, cuidados, poseídos por Él.
3. Es nuestro Padre: Jesús nos enseñó que Dios es Padre, es decir capaz de crear, cuidar,
proteger, y amar.
Si Dios es tan real y la oración es un privilegio tan grande del cual gozamos tu y yo ¿Qué nos impide
rezar? La respuesta es simple: No queremos empezar. Hay algo en el fondo de nuestro ser que nos
impide orar. La presencia de Dios en nuestra vida es algo maravilloso, pero lamentablemente no le
damos cabida para que esté y se quede con nosotros. ¿Por qué nos alejamos de Dios? ¿Por qué no
rezamos? Porque tenemos mil cosas que hacer (Lc 10, 38-42) y tenemos miedo de que nos pida que
cambiemos. Tenemos mil secretos misteriosos que esconder y sabemos que a Dios no le podemos
ocultar nada. Pidamos al Señor con un corazón humilde. “Señor ayúdame, quiero orar”

PREGUNTAS PARA LA REFLEXIÓN


1. ¿Qué viene a ser la oración para mi?
2. ¿Cuándo hago oración?
3. ¿Qué me motiva a hacer oración?
4. ¿Hago oración con mi pareja? ¿Nos cuesta? ¿Por qué?
TEMA 2: COMPRENSIÓN Y ACEPTACIÓN MUTUA

1. ACEPTACIÓN:
La intima comunidad de vida y amor a que aspira toda pareja desde su noviazgo y con el
matrimonio como horizonte, se irá alcanzando progresivamente, a lo largo de su existencia, con
el empeño y el esfuerzo que ambos aporten. Convivir es difícil. La adaptación y búsqueda de la
complementariedad de dos seres únicos, diferentes, e irrepetibles, requiere hacer vida, día a día,
todo cuanto conlleva el amor. Jamás podrá marchar bien un matrimonio si en la base de su escala
de valores no está la aceptación del otro tal cual es, con su propio carácter, cualidades y defectos.
No puedes cambiar a tu pareja, es así tal cual te enamoraste de él o ella. No lo olvides.
2. PONERSE EN EL LUGAR DEL OTRO. EMPATÍA. COMPRENSIÓN
El amor empieza a conocer a la persona amada y aceptada, para con ella deja de ser un “tu” o un
“yo” y aspira a un “nosotros” en toda su plenitud. Para conocer a nuestra pareja más allá de lo
externo es preciso alcanzar un nivel profundo (motivaciones, actitudes, sentimientos). Abrirse al
otro desde la confianza y amor que le inspira, para mostrarse tal como es, sin máscaras, con
autenticidad y ponerse en su lugar para captar su verdad, sus valores, su singularidad.
3. POTENCIAR LA PERSONALIDAD DEL OTRO
El “nosotros” no es la suma del yo y del tú., sino la expresión de la relación humana que tiene su
comienzo en el encuentro amoroso y va adquiriendo cuerpo a lo largo de toda una vida común.
El “nosotros” lo constituyen dos personas, varón y mujer. Asi los creó Dios para procrear y
multiplicarse. (Ecle 4, 9-10) Cada uno es corresponsable de la evolución personal del otro, y desde
el amor que los une está llamado a ayudarle a potenciar su personalidad, a desarrollar todos sus
talentos.

Recordemos que ya no son uno, sino que pasaron a formar una sola carne.
TEMA 3: EDIFICAR LA VIDA DE PAREJA
LA PAREJA FUSIÓN
El amor romántico como bien sabemos, inspira a los creadores, basta pensar en los protagonistas
de las novelas, es estupendo vivir ese amor. ¡Dichosos aquellos que lo experimentan! Pero la
realidad se encarga de cortarles las alas a los enamorados, ese amor es una etapa que se tiene
que superar para pasar a otro nivel de amor.
El amor romántico engendra la pareja fusión. Lo que cuenta es el nosotros, se aspira a formar un
solo ser, una sola persona, a suprimir toda distancia. La pareja se asegura de evitar toda clase de
conflictos, la magia de esta fusión disipa toda diferencia, pero solo por algún tiempo.
El amor de fusión se rehúsa a la ausencia, quiere la proximidad a toda costa. Hay pérdida de
identidad y de autonomía porque el uno se pierde en el otro. <<Los dos serán una sola carne>>
Gen 2,24. Significa que el hombre y mujer aunque son diferentes poseen una misma naturaleza
humana creada por Dios, fuente de todo amor. Los dos no forman más que una carne en el amor
pero siguen siendo siempre dos, con sus diferencias. La unidad en una sola carne solo es posible
cuando las diferencias son superadas por el amor.
LA PAREJA COMPLEMENTARIA
La gente se casa para ser feliz. En esta búsqueda de la felicidad el amor es la senda por excelencia.
Pero cada uno tiene su historia personal. Al vivir en común es cuando los cónyuges se percatan de
las diferencias que los separan “Me parece que has cambiado mucho” ¿No es más bien la imagen
idealizada que me había forjado del otro lo que ha cambiado? ¿Qué hacer con las diferencias
posibles fuentes de conflictos? ¿Evitarlas, asumirlas, superarlas, respetarlas?
La pareja complementaria es una alianza de dos insuficiencias: uno se convierte en el
complemento de la insuficiencia del otro, se toma del otro lo que nos falta. El otro nunca está
entero.
LA PAREJA ALTERIDAD
Desde la fusión y la complementariedad a menudo es largo el camino que conduce a las orillas de
la alteridad, donde el otro es reconocido y amado en cuanto al otro. La pareja tiene más
posibilidad de durar si opta por la alteridad porque renuncia a la ilusión de la semejanza por la
diferencia. Para vivir esta alteridad en el matrimonio, es importante que ambos cónyuges estén
de acuerdo, de lo contrario uno se sentirá abandonado por el otro. Si los dos aceptan sus
diferencias se abrirán más al otro. Reconociendo sus diferencias los cónyuges viven en una mayor
intimidad. No tienen nada que perder y todo que ganar: El amor
ALTERIDAD EN LA TRINIDAD
La relación amorosa de la pareja también se traslada a la relación con Dios ¿Qué pareja formamos
con Dios? ¿Una pareja que espera todo de Dios sin hacer nada? El Dios de los cristianos es el Dios
trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo, el Dios abierto a la diferencia y la relación (Jn 1,18)
La misión de la pareja y de la familia cristiana es mostrar que el amor que viven los humanos,
revela la unidad de amor de la trinidad.

PREGUNTAS PARA LA REFLEXIÓN


1. ¿CON QUE MODELO TE IDENTIFICAS MAS?
2. ¿HACIA DONDE QUIERES CAMINAR COMO PAREJA? ¿TE SIENTES COMODO EN TU RELACION
O SIENTES QUE TIENES QUE EVOLUCIONAR?
3. DEL MISMO MODO QUE LA RELACION CON LOS AMIGOS Y LA FAMILIA CAMBIA, ¿DESDE
QUE VIVES EN PAREJA SIENTES QUE TU RELACIÓN CON DIOS HA CAMBIADO?
4. ¿QUE PAPEL OCUPA DIOS DENTRO DE TU RELACION DE PAREJA? ¿COMO TE DIRIGES A DIOS
EN LA ORACIÓN?
TEMA 4: EL MATRIMONIO: UNA LARGA MISA
El matrimonio es una larga misa, que dura toda la vida, en la que no puede fallar ningún punto esencial
y en la que tienen valor específico hasta los ritos. Recorrernos los principales pasos de esta misa
Matrimonial.
1. En el nombre del Padre
Porque la eucaristía no es meramente un acto social ni está abierto a cualquiera, sino sólo a quien,
mediante la fe, se siente invitado por Dios. El matrimonio es también una vocación religiosa, puesto
que viene de Dios, y todo se hace en nombre de Dios, no contiene actos paganos ni profanos; la
religiosidad no depende de los actos en sí sino de en el nombre de Dios. Buen gesto para iniciar el día
y ante cada obra comprometida.
2. Ejercicio del perdón
Antes de unirnos en la profundidad de la Palabra o la Comunión, como rito previo, pedirnos perdón
de lo que nos separa. Los esposos, por ser comunión, como la misa, han de pedir perdón de lo que
separa. El amor es la mejor luz para descubrir las faltas, por eso los que más aman son los que mejor
ven todo aquello que ofende. Porque aman más, también les resulta más fácil perdonar y pedir
perdón, no sólo en ocasiones fuertes, sino al ritmo de la vida que no es nunca lo que debería ser.
Todo perdón exige una penitencia o compensación; la mejor compensación de cualquier falta es
siempre un acto de amor. Cuando no existe esta penitencia, la petición de perdón puede ser una rutina
o un simple acto de educación social: "perdón". ¿Supone una nueva actitud en nosotros el hecho de
pedir perdón?
3. Oración en común
Ya perdonados, la eucaristía se inicia con una oración común y concluye con otra oración; todo su
desarrollo es en forma de oración, de ofrenda, de petición de alabanza, de memorial, de comunión,
de silencio; aunque sólo el sacerdote dice en voz alta la mayor parte, la oración es de todos; no sería
lo mismo una oración individual en secreto. De igual modo la eucaristía conyugal incluye la oración
común, no como algo circunstancial y esporádico, sino ordinario y habitual. La celebración de la vida
familiar no será completa sin este acompañamiento habitual, que ha de tener sus momentos
especiales.
4. Luz y fuerza de la Palabra de Dios
Dios comunica su intimidad a la comunidad celebrativa a través de la Palabra, donde se hace asequible
y se convierte en luz y fuerza para caminar. Porque el matrimonio es imagen de Dios, necesita saber
cómo es Dios para poder reflejarlo adecuadamente. Si no conoces a Dios y su manera de ser y, no
sabrás si la imagen que proyectas es buena. Además de la Palabra escrita —la Biblia—
está la palabra hablada, pues Dios habla a través del cónyuge o de los hijos, usa su voz, su lenguaje y
sus conceptos. Este pensamiento te ayudará a valorarlos y a tomar una actitud positiva ante lo que
dicen y lo que son. También para esto se necesita fe. ¿Nos dejamos iluminar por la Palabra de Dios?
¿Escuchas a Dios a través del cónyuge?
5. Ofrenda de vuestra persona y cosas
En la eucaristía ponemos sobre el altar un poco de pan y un poco de vino, símbolo del esfuerzo
conjunto del mundo y de los hombres. Lo que importa no es el valor de las cosas en sí, sino lo que
representan, la parte humana que hay en ellas, lo que tienen de esfuerzo personal. En el matrimonio
cada uno entrega al otro toda su persona; éste es el ofertorio del día de la boda, que dura para
siempre. Vuestro cuerpo es la parte más visible del ofertorio, como el pan y el vino; la vida sexual se
ha de mantener correcta y limpia, como la materia que ponemos sobre el altar. Hay que
cuidar los detalles del matrimonio como se cuidan los detalles de un altar. Lo menos importante de
este ofertorio son los dones materiales: dinero, comodidades, horas de trabajo, expansiones. Otros
puntos valen mucho más. ¿Qué ofrendas espera el otro de ti?
6. Alabanza y gozo
La misa está toda ella tejida de cantos y proclamaciones de alabanza: "gloria Dios en el cielo", "santo,
santo, santo", "te alabamos, Señor", "demos gracias..." Es todo un acontecimiento, el mayor
acontecimiento, que Dios se nos comunique entero en la persona de Jesús, y la comunidad responde
con cantos de alabanza, que no corresponde sólo a unos momentos concretos de la celebración, sino
que forma parte de todo su desarrollo. La alabanza es también parte integral de la vida matrimonial.
¡Cuánto anima el ver reconocido nuestro trabajo y comportamiento! Es alabanza cualquier palabra
que al otro le gratifique y estimule por lo que hace y es. Alabamos fácilmente lo que admiramos;
¿admiras al otro en su persona, en algo particular? ¿Se lo dices? Alabar es reconocer que el otro hace
las cosas bien y decírselo, no basta reconocerlo en silencio.
7. Consagración
El pan y el vino de la misa pasan a ser cuerpo y sangre, es decir, vida de Cristo. No es sólo que el pan
y el vino adquieren un nuevo significado, un nuevo sentido, sino que cambia su realidad íntima y
sustancial, sobrepasa la transignificación para convertirse en transustanciación, hay un cambio de
realidad: la simple materia pasa a ser vida divina, alimento eterno. Este fenómeno eucarístico es caso
único. Pero en el matrimonio sucede algo similar, aunque la distancia entre un fenómeno y otro sea
infinita. El pan y el vino del matrimonio es el cuerpo, trabajo, dinero, alegría, inquietudes, cariño, todo
lo vuestro; la fuerza sacramental cambia todo esto en amor, que es lo más espiritual y lo más divino.
Lo más importante, en el matrimonio y en la eucaristía, es la consagración, la transformación de todas
las cosas en amor.
8. Comunión
En la eucaristía se realiza una doble comunión: con Cristo, que se entrega, y con los hermanos. Al
entregarse totalmente al que comulga, Cristo le empuja a que también él se entregue de igual manera
a los demás, creando así una comunión de vida que ha de terminar incluso en una comunión de bienes.
El matrimonio es comunión total, los casados han de comulgar todo, desde el cuerpo hasta el espíritu.
Cada uno debe decir al otro: "esto es mi cuerpo y mi sangre, ésta es mi vida, cómela'. ¿Hay algo en tu
vida que el otro no puede comulgar?
9. Envío apostólico
La eucaristía no termina en la iglesia ni se reduce a los que participan en la ceremonia, sino que
concluye con un mandato de comunicación: "podéis ir en paz", id a comunicar lo que habéis oído y
recibido. Es el mismo final de Cristo antes de subir a los cielos.
El matrimonio tampoco termina en la pareja. Los que se enriquecen con el amor matrimonial también
reciben el mandato: id y comunicad, dad a comulgar vuestro amor y vuestra vida, abrid la puerta de
casa y dejad que entre el que quiera, salid a invitarlos. La verdadera espiritualidad, que se elabora en
más íntimo de la persona, termina en los demás, y esta apertura es precisamente su sello de
autenticidad. De todas las partes de nuestra eucaristía matrimonial, ¿cuál es la que más nos falla?
¿Cuál la que mejor vives?
TEMA 5: EL PROYECTO DE PAREJA
¿Por qué un proyecto de pareja?
Porque es posible vivir felices en pareja y durante mucho tiempo, pero una vida de matrimonio es algo
que se construye poco a poco, que se edifica. Porque los primeros años son decisivos para el éxito o
el fracaso de la pareja. Porque el amor es un proceso: se aprende, cambia y crece. Porque en el
matrimonio, la pareja tiene que convivir a niveles muy profundos y para ello se requiere madurez. La
maduración personal es un proceso que requiere tiempo, esfuerzo y relación con los demás y en el
caso de la pareja exige una progresión y un aprendizaje.
El objetivo de todo matrimonio es ser una comunidad de vida y amor, y esto conlleva estas
dimensiones:
* Dimensión unitiva: Comunidad formada por marido y mujer. (“yo” “tú” “nosotros”)
* Dimensión creativa, o de servicio a la vida, a los hijos. (“nosotros”)
* Dimensión difusiva, o participación social. (“vosotros”)
* Dimensión participativa en la vida y misión de la Iglesia. (“El” “ellos”)
Las áreas sobre las que debemos reflexionar para construir nuestro proyecto de pareja podrían ser:
* Somos individuos y somos pareja ¿Cómo conjugar la necesidad de que cada uno sea lo que es, pero
al mismo tiempo formen una auténtica pareja.?
* El amor en el matrimonio: El amor se transforma y no podemos deplorar este fenómeno sino todo
lo contrario.
* Las condiciones para amar en pareja: respeto, comprensión, aceptación, fidelidad, perdón,
comunicación y diálogo.
* La sexualidad en la pareja: Además de su aspecto biológico, la sexualidad es una forma de encuentro,
amor y comunión. Los elementos afectivos y psicológicos son determinantes en la comunicación
sexual.
* El tiempo de los hijos: El deseo del hijo y el misterio de la vida. Sentido de la paternidad / maternidad
responsable. Anticoncepción y planificación de la natalidad.
* Nuestras actividades en pareja. Sentido e importancia del trabajo. Ocio y tiempo libre.
* Nuestra pareja y los demás ¿Cómo vivimos en pareja nuestra apertura a los demás (amigos, familia,
...)? La pareja en la sociedad actual
* Vida de fe y apertura al mundo: La familia cristiana es una comunidad de crecimiento y de fe. ¿Cómo
vivimos la fe en la pareja? ¿Qué lugar ocupa Dios en nuestra vida de pareja?
*Objetivos de vida / Valores / Futuro ¿Cuáles son nuestros objetivos de vida? ¿En qué valores
sustentamos nuestra vida de pareja? ¿Cómo planificamos el futuro? ¿Cuáles son nuestras prioridades?
¿Cómo tomamos las decisiones en pareja?
LA PERSONA EXTERIOR
* Es una persona de amores, compromisos y fidelidades provisionales. Desconfía de lo definitivo y
trata de gozar del momento presente; preceptismo. La reducción a lo provisional y sensible del
encuentro interpersonal tiene como consecuencia la pérdida de aquella sensibilidad que sabe
descubrir la presencia del fundamento de toda fidelidad en lo más íntimo del alma.
* Es una persona que vive en la fragilidad afectiva, fruto de una cultura ligera y provisional.
Esto conlleva una inseguridad que limita todo esfuerzo de interiorización. Cuando se abandona el
timón de la existencia a los sentimientos, resulta imposible alcanzar el hondo nivel de la unidad
profunda de la persona.
* Es una persona que se dispersa en la multiplicidad de los constatable y se aleja de la presencia de si
misma, indispensable para ahondar bajo las apariencias.
* Es una persona que vive en medio del ruido, de las necesidades suscitadas desde el exterior (moda,
publicidad, éxito, personajes...). Descender desde este nivel al silencio del hombre interior resulta
costoso. La persona exterior busca ese ruido para acallar un silencio que inspira temor, para no
escuchar esa palabra que nace del silencio.
* Es una persona que vive sometida a un acelerado ritmo de vida que le impide cultivar su mundo
interior. El ritmo de vida dictado por factores económicos y sociales... No comprende esta persona
que las realidades más profundas se desvelan muy lentamente y tras un esfuerzo personal y
perseverante.
* Es una persona que tiene miedo: miedo a encontrarse con la nada dentro de uno mismo. Miedo a la
soledad, a la ausencia de uno mismo. Miedo a la noche, a la oscuridad, a la desorientación. Miedo a
encontrarse con el dolor. Miedo a emociones y pensamiento dolorosos. Miedo a formas de pensar y
sentir que generan sufrimiento. Miedo a encontrarse con ideales inalcanzados, frustraciones
dolorosas... Miedo a encontrarse con lo que hay dentro y no nos gusta. El itinerario interior pasa
frecuentemente por atravesar el desamor, el desvalimiento, los resentimientos, las emociones
dolorosas que paralizan al hombre en posturas negativas.
LA PERSONA INTERIOR
* Es la persona que consciente de que lo que ha llegado a ser (su presente) está ligado y correlacionado
con su pasado. Sabe darse explicación histórica. Tiene mirada de profundidad para descubrir la lógica
de los acontecimientos de su vida.
* Es la persona que sabe recordar: tiene memoria de los hechos que le son fundamentales y le
fundamentan. No se fundamenta en ideas sino en vida. Esto nos sirve para separarnos de una
equiparación de persona interior con persona introspectiva; ésta puede ser de muy poca interioridad,
tan centrada en sí y en un instante que sea incapaz de una mirada amplia e histórica.
* Es una persona que se sabe dependiente y limitada, no autosuficiente. El autosuficiente es
Unidimensional: se autoabastece con poder, tener, hacer... Lo importante es el yo.
* Es se ha explorado y experimentado a sí misma. Es consciente de la vitalidad de sus sentidos y
emociones y no le dan miedo. (Lo cual es distinto de que no sufra o goce)
* Es una persona que auto acepta. No sólo se conoce, sino que acepta lo que es y vive. Aceptación que
no indica estancamiento: la aceptación es el primer paso para el cambio. Se puede cambiar desde
aceptar ser el que se es y descubrir lo que se tiene que ser.
* Es una persona que ama la realidad que es. Sin amar la realidad que uno es no es posible ni la
integración ni la maduración. Sólo puede madurar y crecer en nosotros aquello que amamos.
* Es una persona abierta al exterior. No sólo se escucha a sí misma la persona interior, escucha
también a los que están a su lado y sufren. Lo contrario es una actitud defensiva de quien oye sólo lo
que quiere oír. A la defensiva no se puede crecer como es debido, porque su mundo no es mayor que
ella misma.
AMENAZAS A LA INTERIORIDAD
* Permanecer en lo exterior. Vivir profesionalmente, con un modelo perfecto (modelo ejecutivo,
vestido, horarios, formas...), vivir de formas exteriores... Hoy tenemos los “asesores de la imagen”
(importantísimos en las campañas electorales). Lo importante, en esta perspectiva, es saber
comportarse según el lugar donde estás.
* El reclamo de lo exterior: La cultura actual favorece la exterioridad, nos invita a un éxodo hacia el
exterior. El exterior cada vez es más deslumbrante, más asediante y más seduciente: nos convierte en
mirones. Escaparates, luces, atracción... toda una invitación a salir al exterior... El exterior nos deja sin
fuerzas para “entrar en casa”. Sabemos mucho de lo que hay fuera, pero poco de lo que es el corazón
de la persona. Gusta ir de compras, pasar el tiempo viendo escaparates...: despiertos para el exterior;
ciegos para el mundo interior. El reclamo de lo exterior nos vacía y nos imposibilita para ver lo esencial
de los otros y de las cosas, porque nosotros mismos no hemos entrado en nuestro adentro.
* Substituir el amor por el narcisismo: Narciso, al dudar de sí mismo, siente la necesidad de cerrarse,
de auto contemplarse. Duda tanto de sí mismo, que teme a los otros y no se deja amar. Narciso mira
a los otros con envidia y sufre por lo que no tiene, sin descubrir lo que tiene en verdad y de bueno.
Narciso no puede amar, porque no se ama. Narciso vive siempre inquieto, a la defensiva: vive
defendiéndose. Narciso no llega a ser persona interior porque no se ve bien. Se repliega sobre sí
mismo, pero no se mira. Se da miedo. No proyecta luz, se aparta de toda luz. Muchas persona hoy son
narcisos, tremendamente incomprensivos: sólo saben verse a sí mismos, sus intereses... lo demás, los
demás no interesan.
* Palabrería en vez de palabra. La palabra está hoy muy estimulada. Se enseña a hablar bien.
Los medios de comunicación nos presentan a personas cuyo papel es “ser presentadores”, hablar bien
delante de los demás, no dejar momentos de silencio..., conversar a la gente. No importa la verdad;
importa llegar a convencer, aunque convencer sea engañar... En un grupo, el que habla y es gracioso,
es el que lleva la voz cantante porque distrae al grupo...
* El reino de lo funcional. “Todos somos iguales”, “no hay diferencia”, “tener todos la misma
identidad”, “vestir como...”, “ser como...”. No es que se trate de ser personas con igualdad de
derechos, sino una cierta búsqueda de una identidad común, que recubra a todos y nos iguale. ¡Son
insoportables las diferencias...!. En la unanimidad sólo es posible la pérdida de la identidad, la
confusión y vivir de afectividad funcional... Pero, si yo soy como tú no se ve en qué nos podemos
interesar, qué nos podemos aportar... En un estado funcional es mejor vivir codo a codo que cara a
cara... El cara a cara exige apertura, confrontación y no confusión...
* Miedo al conflicto. Cosiste en vivir como si no pasara nada, como si todo fuera una inmensa balsa
de aceite. El conflicto es malo y es mejor ignorarlo, aunque exista. Es aquí donde está la falsedad:
cerrar los ojos. Sólo el hecho de afrontar el conflicto es momento de maduración. El conflicto exige
reconocer los derechos de los demás, su verdad, su diferencia, su poder, su saber... y mantener una
relación adulta, dónde también yo tengo derechos y defectos...
TRABAJO PERSONAL
(A) Elementos o facetas de exterioridad que conozco de mí mismo.
(B) Elementos o facetas de interioridad que conozco de mí mismo
TEMA 6: FE CRISTIANA Y MATRIMONIO
Para hablar de la visión cristiana del matrimonio, paradójicamente conviene comenzar insistiendo en
el valor humano del mismo. Porque a veces hacemos falsas contraposiciones y llegamos a la
conclusión de que el matrimonio, o tiene una dimensión religiosa o no es digno de llevar ese nombre.
Pues bien, hay que comenzar afirmando que una pareja que asume con todas sus consecuencias el
compromiso de entregarse mutuamente y vivir un proyecto de vida en común está haciendo un acto
profundamente digno de su condición humana: él y ella están, sencillamente, realizándose como
personas humanas. Toda visión cristiana del matrimonio hay que construirla a partir de esa convicción
previa: porque dicha visión no es una negación del valor humano del matrimonio, sino una
potenciación del mismo. Tan grande es el valor humano del matrimonio y del amor entre los cónyuges
que la revelación cristiana ha tomado ese hecho para hacernos comprender lo que es Dios y cómo se
relaciona Dios con los suyos. En efecto, ya en el Antiguo Testamento, y especialmente en los libros de
los Profetas, se toma el amor y la fidelidad conyugal como expresión de lo que es el amor que Dios
tiene por su pueblo y su fidelidad a la alianza que había establecido con éste. Y, al contrario, las
mayores acusaciones contra el pueblo de Israel se centran en la falta de fidelidad de éste, que en
ocasiones ha vuelto la espalda a Dios y se ha comportado como una prostituta, vendiéndose al mejor
postor. (Pueden verse textos como Is 1, 21-23; 54,4-8; Jer 2,1-2; Ez 16; Os 2,422). Igualmente, en el
Nuevo Testamento, Pablo recurre al amor conyugal para explicar las relaciones de Jesús con la Iglesia,
es decir, con la comunidad de los que le han seguido haciendo suyo el Evangelio y esforzándose por
ser testigos de este mensaje en medio del mundo (Ef 5,31-33). Es decir, que, cuando los autores
sagrados quieren explicar nada menos que las relaciones de Dios con los suyos, no encuentran una
realidad más válida que la del matrimonio. Es cierto que la Biblia no habla mucho del matrimonio.
Pero hay un texto muy importante, que los Evangelios ponen en boca de Jesús, pero que recoge toda
la tradición que nace en el mismo relato de la creación de la pareja humana: «Por eso el hombre dejará
a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos un solo ser; de modo que ya no son dos,
sino un solo ser. Luego, lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre» (Mc 10,7-9; Mt 19,5-6; en
ellos se encuentra el eco de Gn 2,24). En estas palabras subraya Jesús, ante todo, que el matrimonio, como
toda realidad humana, ha salido de las manos de Dios. Eso el creyente lo sabe, aunque en la práctica muchos lo
vivan (incluso entre los que creen) sin hacerse eco de ello. Pero estas palabras destacan además aspectos
importantes del matrimonio: a) la profundidad y seriedad de la unión, hasta formar «un solo ser»; b) la
autonomía de la pareja respecto de todo lo que le rodea, y concretamente de sus respectivas familias.
PAUTAS PARA EL DIÁLOGO
1. ¿Crees que los cristianos valoramos convenientemente el matrimonio como realidad humana, es decir,
independientemente de que los cónyuges sean o no creyentes?
2. ¿Qué aspectos bíblicos destacarías más para comprender mejor el sentido cristiano del matrimonio?
TEMA 7: LAS 7 REGLAS DEL DIALOGO CONYUGAL
Para que el diálogo sea enriquecedor y fecundo, hay que cumplir determinados requisitos. Cada
pareja, al poseer una identidad propia, tendrá que encontrar su manera peculiar. Existen, no obstante,
determinadas reglas básicas. ¿Cuáles son estas reglas del diálogo conyugal? Se pueden resumir así: el
diálogo conyugal, para que sea eficaz y creador, debe ser: humilde, paciente, simpático, cálido,
oportuno, constante y renovado.
1. Humilde. La primera cualidad del diálogo es la humildad. No se debe avanzar hacia el otro hinchado
por su propia perfección, seguro de lo definitivo de sus razones. No existe el cónyuge ideal, ni tampoco
nadie es dueño de toda la verdad. Semejante actitud imposibilita el intercambio desde el origen. El
peligro de todo diálogo conyugal es que, frecuentemente, se vuelva una acusación: se tortura, se
ataca, se acusa recíprocamente, y se sale de esta situación más apartado que nunca. Por eso conviene
que los esposos, a la hora de iniciar el diálogo, tengan la prudencia de ejercer la autocrítica. Es algo
básico. Hay que tener un gran cuidado -a la hora de las recriminaciones, críticas, preguntas
embarazosas- para examinarse a sí mismo y verificar hasta qué punto puede uno mismo ser sujeto de
censura. No es tan raro que uno proyecte sus fallas y limitaciones en el otro. Con una actitud de
humildad y autocrítica, la conversación se desarrollará en un clima de lucidez, calma y comprensión.
2. Paciente. En un solo día no se conseguirá la comprensión del cónyuge. Como todo, la vida de dos
juntos requiere un largo aprendizaje, una permanente educación. Y toda educación descansa sobre la
paciencia. Sabemos que consiste, antes que nada, en repetición incansable, en incesante recomenzar.
Así ocurre entre marido y mujer. A veces, será necesario repetir durante toda una vida la misma
observación, formular la misma petición. No es que el otro tenga mala voluntad; sucede que
simplemente se le olvida o no logra crear el hábito, que sólo nace con la repetición. Lo importante,
pues, es saber repetir con una paciencia que, además, es atributo de la fortaleza. En el caso de la vida
matrimonial, esta paciencia es aún más importante, ya que la mayor parte de las veces, están en juego
solamente detalles. Pero estas pequeñeces sin importancia, al multiplicarse, se hacen irritantes. La
impaciencia crece y amenaza con manifestarse en los momentos de charla. Y es eso lo que hay que
evitar. La paciencia dará al diálogo un clima de calma, de serenidad, sin tensiones e irritación.
3. Simpático. Para que el diálogo conyugal sea un instrumento de aproximación, no debe llevarse a
cabo en términos agresivos, sino por el contrario, de la forma más simpática. De otro modo, no podrán
menos que defenderse y volver a atacar. En el momento en que los dos se encuentran cara a cara para
iniciar un análisis de la situación conyugal, importa mucho el sentirse amado. Los roces inevitables de
la vida en común crean, al multiplicarse, una antipatía reprimida que, tarde o temprano, hará
explosión. Si triunfa la antipatía por encima de la simpatía, el clima del diálogo se hace denso y llega a
sofocar. Y entonces las personas se cierran en seguida, se recogen en sí mismas o se irritan. La
conversación se hace entonces imposible, inútil. En tales condiciones se da un extraño diálogo de
sordos en el que nadie quiere escuchar a nadie. Sólo la simpatía presente en cada momento, asegura
un intercambio fructífero.
4. Cálido. Hay que insistir siempre en que el diálogo sea cálido, porque la frialdad es un peligro que
amenaza a todos los cónyuges. Una vez que se han acumulado algunas incomprensiones consecutivas,
la irritación contenida se traduce en un marcado enfriamiento de las relaciones de la pareja. No se es
propiamente hostil al otro; se es simplemente indiferente a él, con una indiferencia helada.
Evidentemente, esto es algo que aumenta la incomunicabilidad y cierra toda salida. No se llegará
jamás al encuentro interior en tales condiciones.
5. Oportuno. Es un arte saber escoger lo que debe decirse y lo que debe callarse. El proverbio lo
enseña: “No toda verdad es para ser dicha”. Existen algunas que es mejor callar, porque diciéndolas
solo lograríamos herir; sin provecho alguno para un mejor entendimiento. Existen silencios que deben
ser respetados, secretos que son inviolables. No todo ha de decirse ni tampoco puede preguntarse
todo. Para poder escucharse, la pareja debe respetarse, una de las formas de respeto consiste en
saber no preguntar o no insistir cuando no conviene; otra forma es no decir al cónyuge una verdad
demasiado dolorosa. La discreción, en el sentido profundo de la palabra, es la clave de los diálogos
conyugales. Es decir, deben discernir qué puede comunicarse y qué debe callarse, en todos los casos.
Esto se aplica también al momento escogido para manifestarse. La verdad no puede ser dicha en
cualquier momento. No habría que hablar jamás cuando se está en determinados estados de espíritu.
Por ejemplo, cuando se está dominado por la cólera, los celos, la tristeza profunda o una excepcional
euforia. No son las emociones las que deban animar al diálogo, sino exclusivamente la razón. Se
juzgará, a nivel de la inteligencia, no de las pasiones, cuando es el momento oportuno para decir tal o
cual verdad, o pedir determinada explicación. Escoger en forma acertada el momento del diálogo es
asegurar su éxito.
6. Constante. Tenemos que imprimir un ritmo seguro al diálogo, una periodicidad regular, para evitar
que aumenten las incomprensiones y se acumulen los problemas. Aquí podríamos decir también
algunas palabras sobre las interrupciones del diálogo. Pasa todavía bastante frecuentemente que
después de una pelea o un enojo suspendemos ese diálogo que tendría que ser permanente, y hasta
lo suspendemos por tiempo indefinido. Y después viene la pregunta: ¿quién de los dos inicia de nuevo
el diálogo? Mucho depende del temperamento: el colérico es demasiado orgulloso para iniciarlo él; el
melancólico está demasiado hundido por lo que pasó; al flemático probablemente no le importa
mucho; el más indicado sería entonces el sanguíneo que no aguanta la situación por mucho tiempo.
Ahora, si a mí me preguntan, yo suelo decir: es evidente que el más maduro debe reiniciar el diálogo.
7. Renovado. La constancia en el diálogo exige, en compensación, un esfuerzo de renovación. Porque
es necesario, a pesar de todo, tener algo que decirse para poder hablar. Por lo contrario, reinará la
monotonía en nuestros diálogos. Si la esposa sólo sabe hablar de la moda o del servicio doméstico, y
por su lado, el marido sólo sabe hablar de negocios o de política, es evidente que la conversación será
a la larga aburrida. La palabra está en función del pensamiento. Es urgente, por lo tanto, cultivarlo
como un deber. Pero la cultura sería, en el sentido de abrir cada vez más su espíritu y su horizonte con
el propósito de aprender a vivir mejor y de saber responder a las preguntas que todo ser inteligente
plantea. Muy actual entonces el tema de nuestras lecturas, de nuestras realizaciones artísticas, de
nuestra cultura religiosa...
TEMA 8: 10 CONSEJOS PARA VIVIR EN PAREJA FELIZMENTE
Todas los matrimonios, sin importar cuán felices sean, deben esforzarse en mantener la relación
funcionando. Al convivir en pareja surgen una gran variedad de problemas y malentendidos que
pueden desgastar la relación con el paso del tiempo.
Para tener un matrimonio feliz y duradero, hace falta desarrollar hábitos que les permitan superar las
dificultades y fortalecer el amor que sienten el uno por el otro.
1. Ataca el problema, no a tu pareja. Todos los matrimonios tienen discusiones. Sin embargo, para
convivir en pareja hace falta atacar los problemas y resolverlos, no criticar al otro. Con las críticas
destructivas sugerimos que nuestra pareja es el problema. Aprende a discutir de forma constructiva
para identificar los problemas, de modo que ambos puedan trabajar en conjunto para resolverlos.
2. Admite cuando te equivocas. Todos los seres humanos pueden equivocarse, pero no todos tienen
el carácter para decir “Estaba equivocado”. Para resolver los problemas que surgen al convivir en
pareja es necesario disculparse cuando se comete un error.
3. Comunícate. La comunicación sana es vital para convivir en pareja felizmente. Es importante que
dediques aunque sea unos pocos minutos al día para hablar con tu pareja, preguntarle cómo estuvo
su día y escucharla con atención. Es vital para la relación que además de ser esposos, ambos también
sean amigos y cómplices.
4. Acepta a tu pareja como es. Para convivir en pareja sanamente, tenemos que aprender a aceptar
el carácter y los valores del otro. Tienes que aceptar que no es posible cambiar a tu pareja y, si lo
intentas, eso producirá problemas más adelante.
5. Pasa tiempo solo y con tu pareja. Todos los matrimonios necesitan pasar tiempo juntos, pues al
tener intereses comunes y hacer actividades emocionantes la relación se hará cada vez más sólida. No
obstante, para aprender a convivir en pareja también hay que respetar el tiempo del otro para que
cultive sus intereses o salga con sus amigos. Para tener un matrimonio feliz y duradero, hace falta
desarrollar hábitos que les permitan superar las dificultades y fortalecer el amor que sienten el uno
por el otro.
6. Vayan a la cama al mismo tiempo. Para convivir en pareja felizmente, mantengan el mismo horario
de sueño y duerman juntos, aunque alguno tenga que levantarse más temprano. Dormir juntos no
solo les permitirá mantener una vida sexual regular, sino que también les dará tiempo para hablar.
7. Di “Te amo” con frecuencia. Expresar tu amor es fundamental para tu relación. Aunque quizás tu
pareja ya sepa que la amas, no permitas que lo olvide. Además, si hay algún problema importante
surgido al convivir en pareja, al decir “Te amo” comunicas que la relación es más importante que el
problema en sí mismo.
8. Sigue coqueteando. Cuando conociste a tu pareja coqueteaste con ella para demostrar que te
sentías atraído, pero quizás dejaste de coquetear al comenzar la relación. Para convivir en pareja es
necesario demostrar que aún sientes atracción como el primer día que se conocieron.
9. Actitud positiva. Una actitud positiva y optimista produce un sentimiento de bienestar en general.
Si buscas defectos en tu pareja, con toda seguridad podrás encontrar algunos, pero si buscas sus
virtudes, también podrás mencionar varias. Enfocarte en los aspectos positivos de la relación te
ayudará a convivir en pareja con una mayor alegría.
10. Demuestra tu afecto. Para convivir en pareja es importante que siempre se mantengan las
muestras de ternura y afecto. Los matrimonios felices se ven siempre caminando juntos, tomados de
la mano o abrazados. Estos pequeños gestos ayudan a tu pareja a sentirse querida y apreciada.
TEMA 10: 12 MALOS HÁBITOS EN EL MATRIMONIO QUE CONDUCEN AL DIVORCIO
¿Cómo detenemos la epidemia de matrimonios rotos? ¿Cómo evitas el divorcio en TU matrimonio?...
Evita estos 12 malos hábitos y protégete
1.- Criticar constantemente. Cuando alguna luz se enciende en el tablero de tu carro, significa que hay
algo que está mal con el auto y requiere atención inmediata. Una de las señales más grandes de alarma
en nuestro matrimonio es el criticar constantemente. Cuando marido y mujer comienzan a ser los más
grandes críticos del otro en lugar de ser sus motivadores y cuando comienzan a fijarse solo en lo malo
en lugar de las cosas buenas, esto crea una espiral que generalmente lleva al divorcio.
2.- Dividir lo suyo y lo mío. Cuando los esposos tienen cuentas separadas de banco, diferentes
aficiones, diferentes grupos de amigos y sueños diferentes, están corriendo el riesgo de crear vidas
totalmente separadas. El matrimonio se trata de combinar: el divorcio se trata de dividir. Entre más
cosas puedan compartir, más fuerte será su matrimonio.
3.- Poner el matrimonio en pausa mientras crían a los niños. He visto a demasiadas parejas caer
destruidas, porque a pesar de tener las mejores intenciones, se enfocan demasiado en los niños y se
olvidan de invertir en sus matrimonios. Algunas parejas reducen la relación a una sociedad para educar
juntos, y cuando los niños finalmente se van del hogar, descubren que han creado un nido vacío y un
matrimonio vacío. Dale a tus hijos el regalo que viene de observar a sus padres en un matrimonio que
se ama, que lucha unido. Modela el tipo de matrimonio que tus hijos querrán tener algún día.
4.- Darle a tu pareja las "sobras". Algunas parejas tienen lo que yo llamo "matrimonio de compañía
de cable". Alguna vez te has dado cuenta de que las compañías de cable parecen ofrecerte sus mejores
ofertas y servicio al principio de la relación pero luego de un "periodo de introducción", ¿te dan lo
mínimo necesario para lograr mantenerte afiliado? Algunas parejas de esposos fueron muy buenos
dándole lo mejor al otro al principio de la relación, pero a medida que el tiempo pasa, comienzan a
darle las sobras. Esfuérzate por mantener dándole al otro lo mejor de ti. Crezcan en profundidad en
su amor, su respeto y su amistad a través de todas las etapas del matrimonio.
5.- Guardar rencores y llevar "las cuentas". Si has estado casado por más de quince minutos, existen
buenas posibilidades que tu cónyuge en algún momento hubiese hecho algo que te ofendiera y tú has
hecho algo para ofenderle. Cuando nuestras palabras o acciones hacen daños, necesitamos admitir
rápido nuestra falta y buscar el perdón. Cuando nuestro cónyuge ha hecho algo equivocado,
necesitamos ofrecer pronto gracia para que se pueda restablecer la confianza y no quede espacio para
que la amargura eche raíz en el corazón. No uses heridas del pasado como munición en las discusiones.
Deja que la gracia fluya libremente en tu matrimonio. Ningún matrimonio puede sobrevivir sin ella.
6.- Confiar en tus sentimientos más que en tus "compromisos". Habrá días en los que puede que no
te "sientas" como si quisieras estar casado, pero los sentimientos son variantes y nunca deberían ser
considerados nuestros principales consejero en nuestras decisiones importantes. Los sentimientos
muchas veces nos llevan al adulterio. Las parejas más sanas han descubierto que el amor es un
compromiso; no solo un sentimiento. Su compromiso con el otro se preserva a pesar de los
sentimientos que tuvieron. La fortaleza del compromiso nos permite tener una más profunda
intimidad, una conexión más fuerte y un matrimonio más feliz.
7.- Tomar decisiones sin consultar a su pareja. Nuestro orgullo puede muchas veces convencernos de
que tenemos la respuesta a todo, y que deberíamos ser capaces de tomar decisiones sin consultar a
nadie. El orgullo ha sido la perdición de muchos matrimonios. Las parejas más sanas han aprendido
que TODA decisión que hagan como individuos tendrá algún nivel de impacto en el otro, así que
respetuosamente y de manera considerada consultan con la otra cada decisión.
8.- Tratar de cambiar al otro. Cuando tratamos de cambiar a nuestro cónyuge, AMBOS terminarán
frustrados. Como probablemente ya lo aprendiste, no puedes cambiar al otro; solo puedes amar al
otro. La única parte de su matrimonio que puedes cambiar es la parte que ves cuando te miras al
espejo. Debes estar dispuesto a cambiar tus respuestas al comportamiento de tu cónyuge. Busca
formas de amar y servir al otro aun cuando tengan diferencias de perspectiva o preferencias. Ambos
probablemente terminarán "cambiando" para mejorar en el proceso.
9.- Tener una estrategia de escape. Las parejas mas sanas han removido la "palabra con D" (Divorcio)
de su lenguaje. Cuando nos sentimos amenazados por el divorcio o cuando de manera silenciosa
comenzamos a fantasear acerca de la vida con alguien nuevo, estamos destrozando las bases del
matrimonio. Las parejas que hacen que las cosas funcionen no son aquellas que nunca han tenido una
razón para divorciarse; son simplemente las que han tenido un compromiso hacia el otro que ha sido
siempre más grande que sus diferencias y faltas.
10.- Esconder el hecho de que estás casado. Si estás cambiando de manera intencional tu estado de
casado o estás proyectando disponibilidad al coqueteo, escondiendo tu anillo de bodas, actuando
como soltero cuando sales con tus amigos solteros a lugares como bares, etc., es cuando estás
realmente PASANDO los límites. Esos simples actos de engaño son por sí mismos formas de infidelidad,
aun cuando nunca nos lleven a un encuentro sexual.
11.- Mirar pornografía, leer literatura o novelas eróticas.
Cuando estas teniendo fantasías sexuales lejos de tu cónyuge, es un acto de infidelidad mental. Toda
la intimidad verdadera y toda la infidelidad comienza en la mente; no en la alcoba. Si nuestros ojos y
nuestros pensamientos se alejan de nuestro cónyuge, entonces nuestro corazón también lo hará. Hace
dos mil años, Jesús nos enseñó que: "Pero yo les digo que todo el que mire a una mujer para codiciarla
ya cometió adulterio con ella en su corazón". No solo seas monógamo físicamente. Esfuérzate por ser
mentalmente monógamo.
12.- El egoísmo.
TODOS somos egoístas por naturaleza, pero un matrimonio solo puede funcionar cuando dejamos
nuestro egoísmo de lado y ponemos las necesidades de nuestro cónyuge antes que las nuestras.
Cuando AMBOS están dispuestos de manera no egoísta, a amar y servir al otro de esta manera, el
matrimonio sobrevivirá. La parte difícil es que TÚ tendrás que estar dispuesto a ser el primero en dejar
el egoísmo aun en esos momentos en los que el otro no actúa igual. Tus acciones pueden cambiar el
ritmo. Decide ser un termostato, en lugar de un termómetro. Un termómetro siempre se ajusta al
clima de la habitación, pero el termostato CAMBIA el clima en la habitación. Sé el cambio. ¡Tú
probablemente puedas influir más de lo que crees!
PARA REFLEXIONAR
1. HAZ UNA LISTA DE LAS COSAS EN LAS QUE HAS CAIDO EN TU RELACIÓN DE MATRIMONIO DE
ACUERDO AL TEMA VISTO Y REFLEXIONA AL RESPECTO, EN COMO PUEDES HACER PARA
EVITARLO.

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