Fisiopatología de La Insuficiencia Cardíaca Congestiva
Fisiopatología de La Insuficiencia Cardíaca Congestiva
Fisiopatología de La Insuficiencia Cardíaca Congestiva
Enfermedad Progresiva
La insuficiencia cardíaca es una enfermedad progresiva que típicamente implica un evento índice
seguido de meses a años de remodelación cardiovascular estructural y funcional. El evento
primario puede ser de aparición repentina, como un infarto agudo del miocardio; más gradual,
como ocurre en el contexto de sobrecarga crónica de presión o volumen; hereditario, como se
observa con las miocardiopatías genéticas o enfermedades congénitas.
A pesar de una reducción inicial en el rendimiento cardiaco, los pacientes pueden estar
asintomáticos o ligeramente sintomáticos durante periodos prolongados debido a la activación de
mecanismos compensadores (descritos a continuación) que en última instancia contribuyen a la
progresión de la enfermedad.
Insuficiencia sistólica
La disfunción sistólica se define principalmente como una disminución de la contractilidad
miocárdica, caracterizada por una fracción de eyección menor del 40%. Un corazón normal eyecta
alrededor del 65% de la sangre que se encuentra en el ventrículo al final de la diástole. En la
insuficiencia cardíaca sistólica, la fracción de eyección disminuye de manera progresiva según
aumenta el grado de disfunción miocárdica.
En las formas muy graves de la insuficiencia cardíaca, la fracción de eyección puede disminuir a
un porcentaje de un solo dígito. Con el decremento de la fracción de eyección, se incrementa el
volumen telediastólico (precarga), la dilatación ventricular y la tensión de la pared del ventrículo,
y aumenta la presión telediastólica ventricular. El volumen incrementado, aunado a un retorno
venoso normal, provoca un incremento de la precarga ventricular. Se piensa que el aumento de la
precarga es un mecanismo compensatorio para ayudar a mantener el volumen latido a través del
mecanismo de Frank-Starling a pesar de la disminución de la fracción de eyección.
A pesar de que funciona como mecanismo compensatorio, la precarga incrementada también
puede provocar una de las consecuencias más deletéreas de la disfunción ventricular sistólica—la
acumulación de sangre en las aurículas y el sistema venoso (que se vacía en las aurículas), lo cual
provoca edema pulmonar o periférico.
Insuficiencia diastólica
Pese a que la insuficiencia cardíaca tiene una relación frecuente con una función sistólica alterada,
en alrededor de 55% de los casos, la función sistólica se ha encontrado preservada y la insuficiencia
cardíaca ocurre de manera exclusiva con base en la disfunción diastólica del ventrículo izquierdo.
Aunque dichos corazones se contraen con normalidad, la relajación es anómala. El llenado
anómalo del ventrículo compromete el gasto cardíaco, en especial durante el ejercicio. Para un
volumen ventricular dado, las presiones ventriculares se incrementan, lo que provoca signos de
congestión pulmonar y venosa sistémica idénticos a los observados en personas con un corazón
dilatado que se contrae poco. La prevalencia de insuficiencia diastólica se incrementa con la edad
y es mayor en mujeres que en hombres y en personas con hipertensión y fibrilación auricular .
El envejecimiento se acompaña con frecuencia por un retraso de la relajación del corazón durante
la diástole, de tal modo que el llenado diastólico comienza cuando el ventrículo aún está rígido y
resistente al estiramiento para aceptar un aumento de volumen. Un retraso similar ocurre en la
isquemia miocárdica, consecuencia de la falta de energía para romper la dureza que se forma entre
los filamentos de actina y miosina, y para mover el Ca++ fuera del citosol y de regreso hacia el
retículo sarcoplásmico.
La función diastólica recibe influencia de la frecuencia cardíaca, la cual determina de cuánto
tiempo se dispone para el llenado ventricular. Un incremento de la frecuencia cardíaca acorta el
tiempo de llenado diastólico. De tal manera, la disfunción diastólica puede agravarse por la
taquicardia o por una arritmia y mejorar con la disminución de la frecuencia cardíaca, lo cual
permite al corazón llenarse durante un período más prolongado.
Etiología
Basándonos en lo dicho, podemos decir: Las causas de disfunción ventricular derecha incluyen
afecciones que impiden el flujo de sangre a los pulmones o comprometen la efectividad de
bombeo del ventrículo derecho. La insuficiencia ventricular izquierda es la causa más frecuente
de insuficiencia ventricular derecha. La hipertensión pulmonar persistente también ocasiona
disfunción e insuficiencia ventricular derecha. La hipertensión pulmonar ocurre en personas con
enfermedad pulmonar crónica, neumonía grave, embolia pulmonar o estenosis de válvula
aórtica o mitral. Cuando se presenta insuficiencia cardíaca derecha en respuesta a una enfermedad
pulmonar crónica, se denomina cardiopatía pulmonar10. Otras causas frecuentes incluyen
estenosis o regurgitación de las válvulas tricúspide o pulmonar, infarto del ventrículo derecho
y cardiomiopatía. La disfunción ventricular derecha con insuficiencia cardíaca también es
resultado de defectos cardíacos congénitos, como tetralogía de Fallot y defecto del tabique
ventricular.
Por lo que podemos decir que: Las causas más frecuentes de disfunción ventricular izquierda son
la hipertensión y el infarto de miocardio agudo. La insuficiencia cardíaca ventricular izquierda
y la congestión pulmonar pueden desarrollarse con gran rapidez en personas con infarto de
miocardio agudo. Incluso cuando el área infartada es pequeña, puede haber un área circundante de
tejido isquémico. Esto puede ocasionar áreas grandes de hipocinesia o acinesia de la pared
ventricular y el inicio rápido de congestión o edema pulmonares. La estenosis o regurgitación de
las válvulas aórtica o mitral crea el nivel de flujo retrógrado en el lado izquierdo que provoca
congestión pulmonar. Conforme la presión pulmonar se incrementa como resultado de la
congestión, puede progresar hasta producir insuficiencia cardíaca derecha.