Textos para Trabajar La Unidad 2
Textos para Trabajar La Unidad 2
Textos para Trabajar La Unidad 2
Función referencial
Nivel científico
Hace millones de años, el Sol era una estrella gigante caliente, que giraba a gran
velocidad. En aquel entonces, tenía un diámetro cinco veces mayor y una masa diez
veces superior a la actual. Era 2,000 veces más luminoso y giraba a 200 kilómetros por
segundo como ahora. Pero, como resultado de los fenómenos físicos que ocurren en
su interior, comenzó a perder masa rápidamente a la vez que disminuía su luminosidad.
Por fin, hace unos 3,000 millones de años o poco más, ese proceso se detuvo y el sol
entró en una fase de estabilidad que todavía continúa y que deberá durar al menos
otros 10,000 millones de años.
Revista de geografía
universal
Fue una voz imperiosa, la de Juan Nazario, que detuvo a la tropa. Entonces el
Sargento reconoció a Juan Nazario, el dominicano, el valiente, que había sido su
compañero en la guerra civil, en el "Cerro de las Mercedes".
- Alto! Paren ahí! Alto! gritaba con energía, deteniendo a los presidiarios que le iban
encima a Juan Nazario, quien los esperaba con su machete en alto, listo a la pelea.
- !Carajo, Juan Nazario! ¡Juan Nazario! repetía, mientras lo abrazaba con afecto.
- Y tú, ¿qué buscas aquí en estas lomas entre estos haitianos? ¿Qué buscas entre
estos pueicos condenaos?... ¡Un hombre de veidad! como tú? ¡Habla, Juan!...
EL CASTIGO
Función referencial
Nivel literario
Los recuerdos de la lejana infancia brotan como flores y caen como pétalos. Era una
mesa redonda de nietos precedida por la cabeza cana de la abuelita materna. Cuentos
que parecían historias. Historias que parecían cuentos. Las discusiones infantiles
giraban alrededor de lo que podía ser verdad y de lo que se aseguraba podía ser
mentira. Por eso era una mesa redonda. Los apuros eran de abuelita, que no quería
defraudarnos y tenía que hacer maravilla para no perder el equilibrio entre la verdad
posible y la mentira edificante, para armonizarnos. Yo sólo oía la voz de ángel de La
Vieja, que los no han podido extinguirme en los oídos y en el corazón, como si mi alma
fuera una potente grabadora para contrarrestar el olvido y el tiempo:
- Esto fue antes, mucho antes de que se escribieran las historias y de que se
inventaran los cuentos. Pudo suceder y pudo suceder en cualquier parte. Si algo
hay de cierto en todo esto es que nadie lo ha puesto en duda ni se atreve a sonreir
con desdén o a esbozar una mueva de desconfianza, cuando de refiere.
Aquel hombre tenía el peor de los vicios: robaba, cogía lo ajeno, disponía de lo que no
era suyo. Comenzó, de niño en la escuela. Se adueñaba de los lápices de los
compañeros, de sus cuadernos, a los que les borraba los nombres; los libros que no
eran suyos los escondía y luego se dedicaba a venderlos; sustraía los dulces que
llevaban sus amigos ene l aula para comerlos en recreo. No le valieron consejos ni
castigos de los maestros. Joven ya, se dedicó a lo último que una persona se puede
dedicar: al juego de azar, y hacía trampas en él, que es una forma de robarle al
prójimo. Conoció todas las cárceles de la ciudad. La justicia fue dura con él,
extremadamente dura, pero no pudo ablandarle los sentimientos y llevarlo por el buen
camino. No existía una sola casa en el pueblo donde él no hubiera robado algo. , se le
bautizó como "el primer enemigo de la policía" y "el azote de los propietarios". El último
robo del que se tuvo noticia fue a una anciana inválida cuyo nieto moribundo le había
dejado como única herencia una preciable suma de dinero, de manera que pudiera
pasar los años que le quedaban, que iban a ser pocos, sin tener que pedir limosnas en
las calles. (Era el colmo). La golpeó para arrebatarle esa su única fortuna, y ella,
desde el suelo, con las últimas fuerzas que acumuló, lo sentenció:!
"¡Que no lo goces y que la diosa de la justicia caiga sobre ti, hijo de Satanás!"
Y diciendo y haciendo: las piernas del ladrón fueron convertidas en el movible arco del
candado, su boca fue de ranura donde penetra la llave, que fueron los brazos y las
manos, desprendidos del cuerpo y reducidos a un tamaño liliputiense. Cumplida su
misión, la estatua subió a su pedestal, se colocó su venda de nuevo y enmudeció como
todas las estatuas. Así se inventó el candado y se cumplió la sentencia de la anciana
agonizante. Ahora apréndanlo a poner antes de que le roben.
Cuando ya muy avanzada la primera noche, uno de los nietos, curioso, le preguntó a la
abuela, que en ese momento se retiraba a descansar, que cual sería el origen de la
cerradura, ella le dijo con energía:
- ¡También el castigo...pero esta vez a una mujer ladrona!.
TRES HEROES
Función expresiva
Nivel te
Cuentan que un viajero llegó un día a Caracas al anochecer, y sin sacudirse el polvo
del camino, no preguntó dónde se comía ni se dormía, sino cómo se iba a donde
estaba la estatua de Bolívar. Y cuentan que el viajero, solo con los árboles altos y
olorosos de la plaza, lloraba frente a la estatua; que parecía que se movía, como un
padre cuando se le acerca un hijo. El viajero hizo bien, porque todos los americanos
deben querer a Bolívar como a un padre. A bolívar ya todos los que pelearon como él
porque a América fuese del hombre americano. A todos: el héroe famoso, y al último
soldado, que es un héroe desconocido. Hasta hermosos de cuerpo se vuelven los
hombres que pelean por ver libre a su patria.
Libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado, y a pensar y a hablar sin
hipocresía. En América no se podía ser honrado, ni pensar ni hablar. Un hombre que
oculta lo que piensa, y no se atreve a decir lo que piensa, no es un hombre honrado.
Un hombre que obedece a un mal gobierno, sin trabajar para que el gobierno sea
bueno, no es un hombre honrado. Un hombre que se conforma con obedecer a leyes
injustas, y permite que pisen el país en que nació hombres que se lo maltratan, no es
un hombre honrado. El niño, desde que puede pensar, debe pensar en todo lo que ve,
debe padecer por todos los que no pueden vivir con honradez, debe trabajar por que
puedan ser honrados todos los hombres, y debe ser un hombre honrado. El niño que
no piensa en lo que sucede a su alrededor, y se contenta con vivir, sin saber si vive
honradamente, es como un hombre que vive del trabajo de un bribón, y está en camino
de ser bribón. Hay hombres que son peores que las bestias, porque las bestias
necesitan ser libres para vivir dichosas: el elefante no quiere tener hijos cuando vive
preso; la llama del Perú se echa en la tierra y se muere cuando el indio le habla con
rudeza o le pone más carga de la que puede soportar. El hombre debe ser por lo
menos tan decoroso como el elefante y como la llama. En América se vivía antes de la
libertad como la llama que tiene mucha carga encima. Era necesario quitarse la carga,
o morir.
Hay hombres que viven contentos aunque vivan sin decoro. Hay otros que padecen
como en agonía cuando ven que los hombres viven sin decoro a su alrededor. en el
mundo ha de haber cierta cantidad de decoro, como ha de haber cierta cantidad de luz.
Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro
de muchos hombres. Estos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que
les roban a los pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro. En esos
hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana. Esos
hombres son sagrados. Estos tres hombres son sagrados, Bolívar, de Venezuela; San
Martín, del Río de la Plata; Hidalgo, de México. Se les deben perdonar sus errores,
porque el bien que hicieron fue más que sus faltas. Los hombres no pueden ser más
perfectos que el sol. el sol quema con la misma luz con que calienta. El sol tiene
manchas. Los desagradecidos no hablan más que de las manchas. Los agradecidos
hablan de la luz.
Un escultor es admirable, porque saca una figura de la piedra bruta; pero esos
hombres que hacen pueblos son como más que hombres. Quisieron algunas veces lo
que no querían querer; pero, ¿Qué no le perdonará un hijo a su padre? El corazón se
llena de ternura al pensar en esos gigantescos fundadores. Estos son héroes: los que
padecen en pobreza y desgracia por defender una gran verdad.
Los que pelean por la ambición, por hacer esclavos a otros pueblos, por tener más
mando, por quitarle a otro pueblo sus tierras, no son héroes, sino criminales.
José Martí
Fragmentos. La Edad de Oro, I, julio de 1889
BUSQUEMOS Y TRAIGAMOS ESTOS TALENTOS
América Latina ha estado perdiendo sus mejores talentos, que emigran a otras
naciones donde son mejor remunerados. Nosotros, pese a la fama que tenemos de
integrar pandilla en Estados Unidos o Europa, contamos con verdaderas joyas del
saber intelectual y técnico en los puestos topes, o cercanos a ellos, de naciones
desarrolladas.
No tenemos, sin embargo, una idea de cuántos serían los máximos exponentes del
talento emigrado, pero nos gustaría que algún día un gobierno dominicano pudiera
reunirlos en un foro para conocer sus inquietudes, sus formas de visualizar el progreso
de nuestro pueblo y sus ideas para trazar ese camino.
Así como cada año reunimos a nuestros embajadores para pasar revista a los marcos
de las relaciones exteriores, así debería instituirse un encuentro de selectos
dominicanos de reconocida valía y fama en sus especialidades fuera del país para que
nos ayuden y nos alimenten con sus propuestas para un mejor porvenir.
Existe una familia de aves cuyo plumaje refleja prácticamente todos los colores del
arco iris. Sus maniobras de vuelo superan a las de algunos de los insectos más
veloces. Varios de sus miembros se hallan entre las pocas especies aliadas que
forman clanes familiares, en los que todo pariente ayuda con la crianza de los polluelos.
Se trata de los abejarucos, y éstos son solo tres de sus múltiples características
fascinantes.
Estas aves se especializan en cazar insectos en pleno vuelo. Pero como prefieren los
insectos grandes y rápidos como abejas, avispas y avispones tienen que ser realmente
ágiles y veloces. Claro que también les ayuda la vista: el abejaruco europeo es capaz
de distinguir una avispa a 100 metros de distancia.
INFANCIA Y POESIA
Comenzaré por decir, sobre los días y años de mi infancia; que mi único personaje
inolvidable fue la lluvia. La gran lluvia austral que cae como una catarata del Polo,
desde los cielos del Cabo de Hornos hasta la frontera. En esta frontera, o Far West de
mi patria, nací a la vida, a la tierra, a la poesía y a la lluvia.
Por mucho que he caminado me parece que se ha perdido ese arte de llevar que se
ejercía como un poder terrible y sutil en mi Araucanía natal. Llovía meses enteros,
años enteros. La lluvia caía en hilos como largas agujas de vidrio que se rompían en
los techos, o llegaban en olas transparentes contra las ventanas, y cada casa era una
nave que difícilmente llegaba a puerto en aquel océano de invierno.
Esta lluvia fría del sur de América no tiene las rachas impulsivas de la lluvia caliente
que cae como un látigo y pasa dejando el cielo azul.Por el contrario, la lluvia austral
tiene paciencia y continúa, sin término, cayendo desde el cielo gris.
Por las veredas, pisando en una piedra y en otra, contra frío y lluvia, andábamos hacia
el colegio. Los paraguas se los llevaba el viento. Los impermeables eran caros, los
guantes no me gustaban, los zapatos se empapaban. Siempre recordaré los calcetines
mojados junto al brasero y muchos zapatos echando vapor, como pequeñas
locomotoras. Luego venían las inundaciones, que se llevaban las poblaciones donde
vivía la gente más pobre, junto al río. También la tierra se sacudía, temblorosa. Otras
veces, en la cordillera asomaba un penacho de luz terrible: el volcán Llaima
despertaba...(Fragmento).