Sucesión Por Causa de Muerte
Sucesión Por Causa de Muerte
Sucesión Por Causa de Muerte
CAUSA DE MUERTE
Corporación de
Asistencia Judicial de
Tocopilla
GENERALIDADES
Con la palabra sucesión se designa la transmisión del patrimonio de
una persona difunta, por causa de muerte, a sus sucesores. El que
transmite se llama “causante” o “autor”; el que recibe el patrimonio del
causante o una cuota de él se llama “heredero” o bien “causahabiente”;
y si el que recibe toma bienes del causante a título singular, se habla
de “legatario”.
También con la palabra “sucesión” se suele denominar al patrimonio
transmitido.
La institución de la sucesión por causa de muerte viene a reglamentar y
organizar el patrimonio del causante. Aquella parte del patrimonio que
sea transmisible, pasa a sus herederos y legatarios de manera que no
se produzca un quiebre en las relaciones jurídicas en que era parte del
causante, ni en los derechos y obligaciones de que era sujeto.
Tratándose de los herederos, la sucesión por causa de muerte produce
una verdadera subrogación personal. El causante, que en vida fue
titular de relaciones jurídicas, de derechos y obligaciones, es
subrogado por los herederos que pasan a ser los titulares de esos
derechos y obligaciones. Y es por eso que en todas las legislaciones,
los herederos son considerados continuadores de la persona del
difunto.
REGLAMENTACIÓN
Si bien la sucesión por causa de muerte es fundamentalmente un modo de
adquirir el dominio de los bienes de una persona difunta (art. 588 del CC),
lo cierto es que esta institución es en sí un sistema jurídico complejo al cual
el legislador le dedicó todo un libro del Código Civil.
JUSTIFICACIÓN DE LA INSTITUCIÓN
En cierto modo, el Derecho Sucesorio es la traducción del deseo natural del
hombre de permanecer más allá de la muerte. Históricamente, el Derecho
Sucesorio ha tenido una íntima relación con las creencias religiosas.
Actualmente, aparece sólo como un medio de trasmitir el patrimonio y está
ligado a la idea de propiedad privada. El Derecho Sucesorio no es más que
una extensión de la propiedad privada más allá de la vida.
LA LIBERTAD DE TESTAR
Existen básicamente dos sistemas para realizar la transmisión del
patrimonio del difunto a sus herederos. Por una parte, la transmisión puede
hacerse mediante la voluntad del causante expresada en un acto jurídico
unilateral, solemne y subjetivamente simple denominado testamento. Esta
es la sucesión testamentaria.
La sucesión es abintestato o intestada cuando la transmisión
responde a una régimen creado por la ley, en el cual es ésta la que
determina quienes y cómo suceden al causante. En muchas
legislaciones coexisten ambos sistemas, algunas admitiendo la
sucesión testamentaria como la principal y dejando la sucesión
abintestato como sucedánea, para el caso en que el causante no
deje testamento o el que hizo no es válido. Este es el caso de los
países anglosajones, en que la sucesión abintestato suple la
voluntad expresa del causante.
Otras legislaciones, en cambio, otorgan libertad al causante para
disponer de parte de sus bienes, disponiéndose del resto de
acuerdo al régimen legal. Este es el sistema que acoge nuestro CC.
Si bien algunas disposiciones como los art. 952 y 980 sugieren la
idea de que nuestro ordenamiento jurídico asigna a la sucesión
intestada la función de suplir la voluntad del causante, lo cierto es
que la institución de las asignaciones forzosas limita claramente la
libertad de disponer por testamento, imponiendo al causante ciertas
normas e incluso contemplando una acción de reforma del
testamento para hacer respetar algunas de ellas.
LAS FORMAS DE SUCEDER
A UNA PERSONA
Históricamente se han conocido 3 modos de transmisión sucesoral: la
testamentaria, la legal y la contractual.
a. La sucesión testamentaria, es la reglada por la voluntad del causante y
que se contiene en un acto jurídico unilateral, unipersonal y solemne, que
es el testamento. Digamos, desde ya, que el testamento es esencialmente
revocable por el causante mientras viva. Mediante la sucesión
testamentaria, el causante puede disponer de sus bienes a título universal o
a título singular. En el primer caso, el testador dispone del todo o de una
parte de sus bienes en forma cuotativa. En el segundo caso, el testador
dispone de bienes determinados (cuerpos ciertos o género).
b. La sucesión legal, legítima o abintestato es aquella gobernada por las
solas normas legales, las que determinan quiénes y cómo heredan. Es
siempre a título universal (no contempla legados en nuestro sistema).
Puede suceder que ambas formas de transmisión, la testamentaria y la
legal, se den en una misma sucesión; es decir, que parte de la herencia sea
reglamentada por el testamento que haya dejado el causante y parte por
las disposiciones legales (art. 980 y 996). En este caso estamos frente a la
denominada sucesión mixta.
c. Finalmente, la sucesión contractual tiene lugar cuando una persona
conviene con un tercero que éste le sucederá a cambio de una
contraprestación. Por tener un origen contractual, es imposible para el
causante revocarla. Esta forma de suceder está expresamente prohibida
por nuestra legislación en virtud del artículo 1463 del CC. Esta norma
consagra la prohibición de los pactos sobre sucesión futura y la
consecuente nulidad absoluta por objeto ilícito en caso de contravención.
ELEMENTOS
La transmisión sucesorial supone la concurrencia de varios
supuestos:
1. Muerte de una persona. Se comprende tanto la muerte natural
como la muerte presunta. En este último caso la apertura de la
sucesión se produce junto con el decreto de posesión provisoria de
los bienes del desaparecido, no obstante que jurídicamente ella
tiene lugar en la época fijada presuntivamente como el de la muerte
del causante.
2. Sucesor digno y capaz
3. Existencia de una asignación
4. Que la asignación sea aceptada
5. Que el sucesor disponga de un título para suceder (testamento o
ley)
SUCESORES O ASIGNATARIOS
Asignatario es toda persona que es llamado a una asignación, sea que el
llamamiento provenga del testamento o de la ley (art. 953).
El asignatario puede ser heredero o legatario. Si el llamamiento para
suceder al difunto es a título universal, el asignatario se denomina
heredero; si el llamamiento es a título particular o singular, recibe el nombre
de legatario. Esta clasificación de los asignatarios, entre herederos y
legatarios, sólo adquiere significación tratándose de una sucesión testada,
pues los llamamientos que hace la ley son siempre a título universal. El
heredero recibe una universalidad de bienes; el legatario recibe una o más
especies o cuerpos ciertos o una o más especies indeterminadas de cierto
género. El heredero representa a la persona del causante (en el sentido de
que lo subroga en sus relaciones jurídicas), sus patrimonios se confunden;
el legatario, en cambio, no es un continuador de la persona del causante.
Para determinar si un asignatario tiene la calidad de heredero o de legatario
hay que atender a la naturaleza de la asignación, más que a las palabras
que haya utilizado el testador. Si el causante en su testamento deja su
patrimonio o una cuota de él a un asignatario, éste es heredero aunque lo
llame legatario.
CLASIFICACIÓN DE LOS
HEREDEROS
1. Herederos universales, herederos de cuota y herederos del remanente.
a. Herederos universales: Son los llamados sin designación de cuota, sea que la
asignación provenga de la ley o del testamento. Esto no implica que el sucesor
deba ser uno. Lo que importa es que se le haya efectuado una asignación a título
universal sin designación de cuota. Así sucede si el testador nombra a dos
personas como sus Herederos sin asignar cuota. El derecho de cada coheredero
es al todo, aunque limitado por igual derecho de los otros coherederos, pero en
tal caso la limitación es consecuencia del concurso de los otros y no por la
asignación de una cuota.
b. Herederos de cuota: Son aquellos a quienes el testador designa una parte
alícuota del patrimonio, como por ejemplo, un tercio, un quinto, etc. Los
herederos de cuota son siempre testamentarios. Como en el caso de los
herederos universales, los de cuota pueden ser varios, pero su derecho de
acrecer es limitado.
c. Herederos del remanente: Son los llamados a recoger lo que resta del
patrimonio hereditario, hechas otras asignaciones testamentarias, bien a título
particular o como herederos de cuota. El heredero del remanente es llamado al
sobrante de la herencia, ya lo haga el testamento o la sola disposición de la ley,
cuando el testador no ha dispuesto del total del patrimonio, de suerte que la ley
llama a los herederos abintestatos como herederos del remanente (art. 1100 inc.
1°).
Herederos forzosos y voluntarios