Fisiopatología de La Malnutrición
Fisiopatología de La Malnutrición
Fisiopatología de La Malnutrición
MALNUTRICIÓN
O T R A S P R O T E Í N A S S O N D E O R I G E N V E G E TA L , Y P R O V I E N E N D E L O S C E R E A L E S , L A S
L E G U M B R E S , L O S F R U T O S S E C O S Y L A S O J A ; É S TA S N O C O N T I E N E N A L G U N O S D E L O S
AMINOÁCIDOS ESENCIALES, AUNQUE LA COMBINACIÓN DE LAS LEGUMBRES Y CEREALES
S Í A P O RTA L O S A M I N O Á C I D O S E S E N C I A L E S . A L M E N O S E L 5 0 % D E L A S P R O T E Í N A S D E L A
D I E TA D E B E N S E R D E O R I G E N A N I M A L . L A S P R O T E Í N A S D E A LT O VA L O R B I O L Ó G I C O S O N
AQUELLAS QUE CONTIENEN TODOS LOS AMINOÁCIDOS ESENCIALES. LAS DOS PROTEÍNAS
MODELO SON LA OVOALBÚMINA DE LA CLARA DEL HUEVO Y LA LACTOALBÚMI NA DE LA
LECHE.
HIDRATOS DE CARBONO
La grasa, también conocida como lípidos, constituye una parte fundamental en la dieta de los seres humanos. Su
función principal es ser fuente de energía. Además, impide la pérdida excesiva de calor, envuelve órganos vitales
como el corazón y los riñones, modula la sensación de saciedad, y es un vehículo transportador de vitaminas.
La grasa es uno de los macronutrientes que más energía aporta, concretamente 9 kcal/g, a diferencia de las 4
kcal/g que aportan los hidratos de carbono.
La grasa es insoluble en agua y puede presentarse en forma sólida o líquida a temperatura ambiente.
La mala fama de las grasas se debe a su elevado contenido calórico (9 kcal/g). Sin embargo, algunos tipos de grasas
tienen propiedades beneficiosas y saludables para el organismo.
Existen diferentes tipos de grasas: saturadas, monoinsaturadas, poliinsaturadas, trans y el colesterol.
TIPOS DE GRASAS
• GRASAS MONOINSATURADAS: Se llaman así porque entre sus átomos de carbono hay un único enlace doble
(insaturación) que provoca un acodamiento de la molécula. Son, por ejemplo, los
ácidos oleico, palmitoleico y erúcico. Se encuentran principalmente en el aceite de oliva (y sus derivados), aceites
vegetales, frutos secos, aguacate y aceitunas. Entre sus efectos más destacados está reducir los niveles de
colesterol total y de LDL (colesterol malo), elevar los niveles de HDL (colesterol bueno), y reducir el riesgo de
enfermedades cardiovasculares.
• GRASAS POLIINSATURADAS: También conocidos como ácidos omega 3 (alfa-linoléico, EPA y DHA) y omega
6 (linoléico y araquidónico). Se llaman así porque entre sus átomos de carbono hay varios enlaces dobles
(insaturaciones). Se encuentran principalmente en pescados azules, mariscos, aceites vegetales y frutos secos.
Entre sus efectos más destacados están reducir los niveles de colesterol LDL (colesterol malo) y prevenir
enfermedades coronarias.
TIPOS DE GRASAS
• GRASAS SATURADAS: En este tipo de grasas no hay enlaces dobles, por eso tienen forma recta, sin
acodamientos. Son los ácidos butírico, laúrico, mirístico, palmítico y esteárico. Principalmente se encuentran
en lácteos, carnes, embutidos, aceites vegetales (coco), margarina, mantequilla,
y productos procesados (bollería, repostería) y ultraprocesados. Este tipo de grasas aumentan los niveles de
colesterol LDL (colesterol malo) y el riesgo de enfermedad coronaria.
• GRASAS TRANS: También llamadas grasas hidrogenadas. Proceden de la hidrogenación de una grasa
insaturada. La hidrogenación consiste en la adición de hidrógeno a altas presiones y temperaturas y tiene
como objetivo aumentar la estabilidad oxidativa del producto final (conseguir productos más duraderos ).
Este proceso conlleva que el doble enlace entre los átomos de carbono de las grasas insaturadas que, en su
forma original, se encuentra en posición «cis», pase a una posición «trans». Esta transformación trae consigo
que una grasa originalmente líquida a temperatura ambiente pase a ser sólida, que es mucho más maleable en
la industria de la alimentación. Las grasas trans están presenten en los productos ultraprocesados y se han
asociado a problemas de salud importantes como enfermedad cardiovascular, hipercolesterolemia,
hipertrigliceridemia, arterioesclerosis, cáncer y diabetes tipo 2.
• COLESTEROL: Se encuentra
principalmente en
los huevos, mariscos, vísceras y mante
quilla. Siempre se ha creído que una
ingesta elevada de huevos conllevaba,
necesariamente, una elevación de los
niveles de colesterol en sangre, pero la
evidencia científica no puede confirmar
dicha relación.
FIBRA
VITAMINAS
• Las vitaminas y los minerales son nutrientes esenciales. Es decir, no pueden ser fabricados por el
cuerpo a partir de otras sustancias de la dieta. Por lo tanto, las vitaminas y los minerales deben ser
consumidos en la dieta.
• Las vitaminas se clasifican como
• Solubles en agua: la vitamina C y los ocho miembros del complejo vitamínico B
• Liposolubles: las vitaminas A, D, E, y K
• Solo las vitaminas A, D, E, K y B12 se almacenan en alguna medida en el organismo.
• Algunos minerales se requieren en cantidades notables (en torno a 1 o 2 g por día) y se consideran
macronutrientes. Entre estos se incluyen el calcio, el cloro, el magnesio, el fósforo (presente en el
organismo principalmente en forma de fosfato), el potasio y el sodio.
MINERALES
Algunas vitaminas (como las vitaminas C y E) y minerales (como el selenio) actúan como
antioxidantes, al igual que otras sustancias presentes en las frutas y las verduras (como el betacaroteno).
Los antioxidantes protegen las células del daño ocasionado por los radicales libres, que son productos
derivados de la actividad normal de las células. Los radicales libres participan fácilmente en reacciones
químicas (algunas de las cuales son buenas para el organismo y otras no), y se cree que contribuyen a
ocasionar enfermedades cardíacas y vasculares y ciertos cánceres.
Si se comen cantidades adecuadas de frutas y verduras, que son ricas en antioxidantes, se tiene una
menor propensión a desarrollar las enfermedades antes descritas. Sin embargo, se desconoce si estos
beneficios se deben a los antioxidantes, otras sustancias presentes en las frutas y verduras u otros factores
presentes en la dieta y el estilo de vida de las personas; además, no se ha demostrado que tomar
complementos antioxidantes prevenga la enfermedad o la mortalidad y, a veces, puede ser perjudicial.
ACTIVIDAD Nº1
• https://www.infosalus.com/asistencia/noticia-desnutricion-
afecta-80-personas-cancer-avanzado-advierten-seen-
20230203123705.html
• https://www.eltiempo.com/contenido-comercial/donacion-
de-leche-materna-para-combatir-la-desnutricion-infantil-
772885
• https://www.diariomedico.com/medicina/la-desnutricion-
aumenta-un-30-el-riesgo-de-infeccion.html
• https://www.elmundo.es/salud/2016/08/12/57ae01f4468aebc
4088b4613.html
VALORACIÓN DEL ESTADO NUTRICIONAL
• Una vez instaurada la enfermedad clínica, se observarán un conjunto de signos y síntomas bien
caracterizados para cada vitamina y mineral. El tiempo transcurrido para el desarrollo de un
estado carencial es variable para cada nutriente y para cada individuo, dependiendo también
de los depósitos de reserva de partida.
• La deficiencia de un nutriente puede ser absoluta o relativa, es decir, puede deberse a que
realmente exista un aporte nutricional menor que los requerimientos generales
estimados para la población sana, o puede que se alcance esta cantidad recomendada,
pero existan circunstancias que provoquen un aumento en la demanda. Por ejemplo, los
requerimientos de vitamina C alcanzan los 100 mg/día en fumadores frente a los 60 necesarios
para no fumadores, por lo que una ingesta diaria suficiente para un no fumador resultaría
insuficiente en un fumador, pudiendo dar lugar a alteraciones en su organismo.
• Las principales causas del desarrollo de estados carenciales en los países occidentales son las siguientes:
• Alteraciones en la ingesta de nutrientes, que pueden darse, por ejemplo, en pacientes con patologías de
cavidad oral que condicionen la necesidad de llevar una dieta triturada si no se presta atención a su
equilibrio nutricional.
• Patologías que conllevan una alteración de los procesos digestivos o absortivos, ya sea por la
enfermedad en sí (déficit de vitamina B12 por afectación severa del íleon terminal en enfermedad de Crohn)
o porque conducen a una resección quirúrgica intestinal extensa o de localizaciones con funciones
específicas.
• Interacciones fármaco-nutriente o entre distintos nutrientes de la dieta que dificultan su digestión o
absorción. Por ejemplo, la administración de tetraciclina con lácteos, que provoca una disminución de la
absorción, tanto del fármaco como del calcio de la leche, o la combinación de fitatos con zinc, que
condiciona la formación de complejos insolubles que imposibilitan la absorción del mineral.
• Pérdidas extraordinarias por orina, drenajes, fístulas, etc.
• Patologías que provocan un incremento importante en la demanda metabólica, como ocurre en
situaciones de estrés catabólico por politraumatismos, sepsis, etc
• Aunque los estados carenciales pueden afectar a diversos órganos o sistemas, son los tejidos
de rápida división (tracto digestivo, médula ósea, pelo, etc.) los que normalmente
manifiestan signos de déficit en primer lugar. El ser humano necesita trece vitaminas, de las
cuales cuatro son liposolubles y el resto hidrosolubles Se estima, además, que el número
de minerales esenciales está en torno a los veinte.
La obesidad constituye en nuestro medio un importante problema de salud pública, debido a su alta
frecuencia y a su papel como factor de riesgo de múltiples patologías. Además, los problemas sociales a
los que se tienen que enfrentar los obesos son considerables, desde el rechazo con pérdida de
autoestima hasta el fracaso escolar en la infancia. Su importancia es tal que hoy se considera la
enfermedad metabólica crónica más frecuente en el mundo occidental y la OMS la cataloga como “la
epidemia del siglo XXI”.
Provoca un gran coste económico (que en España es aproximadamente del 7% del gasto sanitario total)
y su prevalencia es, según la Sociedad Española para el estudio de la Obesidad, (SEEDO), del 13,4% de
la población (11,4% en hombres y 15.4% en mujeres), cifras intermedias en relación con otros países de
Europa.
La obesidad es un estado físico de excesiva grasa corporal. Esta simple definición es quizás la más acertada de
todas las propuestas, ya que el término sobrepeso indica un exceso de masa de todo el tejido corporal.
Es importante conocer esta diferencia, ya que un individuo puede presentar sobrepeso y no ser obeso si,
por ejemplo, tiene un exceso de masa muscular y una mínima cantidad de tejido graso.
Las medidas antropométricas más útiles incluyen el peso y la talla, y a través de ellas se obtiene el Índice de Masa
Corporal, (IMC) o Índice de Quetelec.
Este índice presenta una estrecha relación con los valores de masa grasa obtenidos por técnicas directas muy
precisas y proporciona la clasificación cuantitativa de la obesidad, que es la más utilizada en clínica y en salud
pública:
Según la OMS: Según la SEEDO, la clasificación de la
obesidad basada en el
IMC es:
• OBESIDAD SECUNDARIA a otros trastornos, que pueden ser endocrinos, como ocurre en el Síndrome
de Cushing (causa más frecuente de obesidad secundaria), y debida al hipercorticismo, en el hipotiroidismo,
debido al descenso del metabolismo basal por el déficit de tiroxina.
• OBESIDAD PRIMARIA: idiopática o esencial, que es mucho más frecuente que la secundaria.Como en
cualquier trastorno primario, no se conoce la etiología exacta, pero se barajan multitud de factores
predisponentes y desencadenantes, de los cuales los principales son:
❖ La herencia: por un lado, existe un importante componente familiar, ya que el 70% de las parejas de obesos tienen
hijos que también lo son, mientras que sólo el 10% de parejas no obesas tienen hijos con la enfermedad.
❖ Disminución del gasto energético: recientes estudios demuestran su gran importancia, mayor que el incremento
de la ingesta calórica.
❖ Modificaciones dietéticas: está claro que la alimentación hipercalórica tiene relación con la obesidad, sin embargo,
se debate la importancia del contenido graso de la dieta, ya que el aumento de prevalencia de obesidad en
distintos países coincide con una tendencia a disminuir el contenido graso. También podría influir la alimentación
en lactantes, ya que los alimentados sólo con fórmulas artificiales tienen un peso significativamente mayor que los
alimentados exclusivamente con leche materna. Por otra parte, se observa la influencia de la frecuencia diaria de
la ingesta de alimentos, ya que la mayoría de los obesos hacen menos comidas y más copiosas que los no obesos.
❖ Factores socioeconómicos: la prevalencia es mayor en las clases socioeconómicas y culturales bajas, sobre
todo en mujeres.
❖ Factores étnicos: también tienen una clara influencia, ya que los hombres de raza negra son significativamente
menos obesos que los de raza blanca, mientras que en mujeres es al revés.
❖ Factores psicológicos: se ha intentado definir un tipo de personalidad asociada a la obesidad sin resultados
demostrables, pero si es cierto que es más frecuente en personas con tendencias ansiosas y/o depresivas.
FISIOPATOLOGÍA
• Insulina: es una de las claves fisiopatológicas de la enfermedad. Además de su efecto sobre el metabolismo
de los principios inmediatos, sus niveles circulantes son proporcionales al volumen del tejido adiposo,
atraviesa la barrera hematoencefálica y puede reducir la ingesta de alimentos.
• Leptina: es una proteína sintetizada y secretada por los adipocitos en relación a la cantidad de
almacenamiento de grasa corporal. Se han encontrado múltiples receptores (hígado, corazón, músculo
esquelético, páncreas, hipotálamo, hipófisis) y su efecto principal es la reducción de la ingesta de
alimentos y el incremento del gasto energético.
• Colecistoquinina: es secretada por la mucosa del intestino delgado proximal en respuesta a la presencia de
los componentes de los alimentos. Al interaccionar con receptores situados en el píloro, provoca la
contracción del esfínter, lo que conlleva una distensión gástrica y por medio de señales vagales informa al
hipotálamo para disminuir la ingesta.
• Neuropéptido Y: es sintetizado y secretado por las neuronas del nucleo arcuatus del hipotálamo y su efecto
es estimular la ingesta de alimentos y disminuir el gasto calórico (es decir, un efecto opuesto a la leptina).
REPERCUSIONES EN EL INDIVIDUO
• Síndrome metabólico:
Es la combinación de resistencia insulínica, dislipemia (aumento de VLDL con disminución de LDL), obesidad central
y diversas alteraciones endocrinas.
• Diabetes:
La obesidad, rara en la diabetes tipo I, es muy frecuente en la diabetes tipo II, de hecho, el 90% de los diabéticos tipo
II son obesos. La resistencia insulínica por si misma juega un papel primordial en el desarrollo de la diabetes, pero si
se añade la obesidad, la severidad de la resistencia insulínica aumenta y se observa en los principales tejidos
involucrados en la homeostasis de la glucosa, como son el hepático, el muscular y el adiposo.
• Cardiovasculares
Se produce un aumento del volumen total de sangre en proporción al peso corporal que contribuye a incrementar
la precarga del ventrículo izquierdo y el gasto cardíaco, que a su vez se compensa con un aumento de la fracción de
eyección sin que se modifique la frecuencia cardiaca, con lo que aumenta el llenado diastólico, y todo ello produce
cambios estructurales, como la dilatación del ventrículo izquierdo acompañada de hipertrofia miocárdica,
frecuentemente agravada por una elevación de la tensión arterial.
Pulmonares:
En la obesidad severa la disfunción pulmonar es importante, sobre todo en posición supina, ya que la acumulación de
grasa aumenta el trabajo respiratorio, produciendo una respiración rápida y superficial y una disminución de la
capacidad residual, el volumen de reserva espiratorio y el flujo espiratorio máximo. Por otra parte, al predominar la
ventilación en lóbulos superiores y la perfusión en inferiores, el desajuste lleva a la hipoxemia e incluso a la
hipoventilación con hipercapnia, aumentando así el riesgo de apnea obstructiva del sueño, caracterizada por grandes
ronquidos, obstrucción parcial o completa de vías aéreas superiores y fragmentación del sueño, hipoxia con
somnolencia diurna y aumento del riesgo de arritmias, infarto agudo de miocardio y accidente cerebrovascular. La
disfunción pulmonar también puede llevar a hipertensión pulmonar, poliglobulia y cor pulmonale crónico.
Biliares
La litiasis biliar es mucho más frecuente en obesos por alteraciones tanto en la composición química de la bilis
(aumenta la secreción de colesterol y disminuyen los fosfolípidos solubilizantes) como en la motilidad de la vesícula.
Articulares
Es especialmente frecuente la artrosis de rodilla y cadera sobre todo en mujeres y al aumentar la producción y
disminuir el aclaramiento de uratos, existe un riesgo importante de hiperuricemia y gota.
Endocrinas:
Además de la característica hiperinsulinemia con resistencia insulínica, las alteraciones más significativas se producen
en las gónadas, ya que en hombres, sobre todo con obesidad mórbida, pueden encontrarse niveles de testosterona
disminuidos y niveles de estrógenos aumentados, mientras que en mujeres se observa una mayor incidencia de
alteraciones menstruales.
Neoplásicas
Gran cantidad de estudios epidemiológicos demuestran que la obesida es un factor de riesgo en determinados
tumores como el cáncer de mama, endometrio, cervix, ovario, vesícula y vías biliares en mujeres y colon, recto y
próstata en hombres.
Quirúrgicas
La cirugía en obesos tiene una mayor morbilidad debido a complicaciones anestésicas relacionadas con la
hipoventilación pulmonar, mayor incidencia de tromboembolismo pulmonar, tromboflebitis de miembros inferiores,
neumonías, retraso en la cicatrización de las heridas y problemas puramente técnicos, como el mal acceso quirúrgico
y las dificultades para suturar.
TRATAMIENTO DE LA OBESIDAD
• Con IMC menor de 22, no está justificada ningún tipo de intervención: dieta equilibrada y una actividad
física adecuada.
• Con IMC entre 22 y 24,9, en general tampoco está justificada la intervención terapéutica, salvo en
aquellas personas que experimentan un aumento de peso progresivo de más de 5 kg. en un período
inferior a un año, en los que se indica una dieta ligeramente hipocalórica, con un contenido limitado en
grasas junto a un incremento en la actividad física.
• Con IMC entre 25 y 26,9, la persona debe ser evaluada en cuanto al grado de estabilidad del peso
corporal, la distribución topográfica de la grasa, así como la existencia de factores de riesgo
cardiovascular. la intervención terapéutica consiste en la instauración de una dieta, también ligeramente
hipocalórica, la realización de ejercicio físico y el control clínico periódico de sus factores de riesgo.
• Con IMC entre 27 y 29,9, la intervención terapéutica sería igual que la anterior, pero intentando además
una modificación conductual y con el objetivo de conseguir una pérdida de entre un 5%-10% de pérdida
de peso corporal. Si el objetivo propuesto no se alcanza en un período de seis meses, se justificaría la
utilización de fármacos.
• Con IMC entre 30 y 34,9, para llegar a una reducción estable del 10% del peso corporal es común
la utilización conjunta de regímenes dietéticos hipocalóricos, aumento de la actividad física,
modificación conductual y tratamiento farmacológico.
• Con IMC entre 35 y 39.9, la terapéutica a seguir no difiere de la anterior, no obstante, si dicho
tratamiento no tiene éxito y las comorbilidades presentadas por el paciente son importantes, debe
ser estudiado en una unidad hospitalaria especializada para valorar la posibilidad de utilizar dietas
de muy bajo contenido calórico o cirugía bariátrica.
• Con IMC igual o mayor a 40, los problemas de salud y calidad de vida son muy importantes, y la
disminución del 10% en el peso corporal, que representa una mejoría en los otros tipos de
obesidad, aquí no es suficiente. Se debe llegar a un 20%-30% de pérdida de peso, que se obtiene
con dietas de muy bajo contenido calórico o con cirugía bariátrica, siempre en unidades
hospitalarias especializadas.
• Existe un elevado número de personas susceptibles de ser tratadas y que la complejidad del
tratamiento obliga a que éste sea realizado por un equipo multidisciplinario integrado por médicos,
dietistas y psicólogos, los cuales, junto con el enfermo, deben establecer los objetivos a alcanzar.
T R AT AM I E N T O D I E T É T I C O
• La reducción de la ingesta energética sigue siendo la base del éxito de los programas de
reducción de peso.
• Debe ser segura, e incluir todas las recomendaciones de la RDA (aporte dietético recomendado)
para las vitaminas, minerales y proteínas.
• La pérdida de peso debe ser programada para realizarse de una forma lenta y estable.
• La dieta debe ser, en la medida de lo posible, sabrosa y adaptada a las preferencias culinarias
del paciente.
• El programa debe incluir una estrategia para el mantenimiento del peso tras la fase de pérdida,
ya que es inútil perder una gran cantidad de peso solo para volverlo a ganar.
• Es indispensable una evaluación médica del estado general del paciente.
• La anamnesis completa del paciente nos va a indicar el tipo de dieta necesaria.
• Para reducir peso de forma progresiva y moderada (alrededor de un 10%), se tiende a
disminuir entre 500-600 Kcal. al día de la ingesta total previa.
• Por otra parte, la distribución de calorías a lo largo del día debe ser del 25% en el desayuno, 30% en
la comida, 15% en la merienda y 30% en la cena.
• Los efectos metabólicos producidos tras una moderada pérdida de peso de entre 4 y 8 kilos
durante un período de 6 o 7 meses son la disminución de los triglicéridos sanguíneos, el aumento de
las HDL y la disminución de la oxidación de lípidos.
• Para reducir peso de forma rápida y drástica, se emplean las dietas de muy bajo contenido
calórico, que poseen una cantidad de proteínas de 0,8 a 1 gramo por Kg.
• Para evitar la pérdida de nitrógeno y de masa magra, a base de ovoalbúmina, caseína o proteína
de soja, todas ellas de alto valor biológico, carbohidratos a razón de 45-50 gamos para minimizar la
cetosis y aproximadamente 10 gramos de ácidos grasos esenciales.
• Debe realizarse bajo un estricto control médico y están contraindicadas en pacientes ancianos o
muy jóvenes, en embarazo y lactancia, enfermedad hepática o renal, diabetes tipo I, angina inestable
o infarto agudo de miocardio en los últimos seis meses, arritmias, antecedentes de accidente cerebro
vascular, trastornos psiquiátricos e infecciones sistémicas.
• La pérdida de peso inducida por este tipo de dietas puede mejorar los factores de riesgo que
conlleva la obesidad, entre ellos los cardiovasculares, mejora la tolerancia a la glucosa y la
sensibilidad a la insulina, también reduce la oxidación lipídica y las concentraciones plasmáticas de
noradrenalina, lo que influye positivamente en la reducción de la hipertensión arterial.
EJERCICIO FÍSICO
Los tratamientos quirúrgicos han demostrado que pueden dar lugar a importantes pérdidas de peso, así
como a la reducción de las comorbilidades asociadas.
Los criterios que debe cumplir un obeso para ser candidato a cirugía bariátrica son:
1.- IMC mayor de 40, o mayor de 35 con presencia de comorbilidades como diabetes, hipertensión arterial,
fallo cardíaco, historia de tromboembolismo, apnea del sueño, herniación discal, etc...
2.- Edad comprendida entre 18 y 65 años.
3.- No existencia de alcoholismo u otras dependencias o enfermedad psiquiátrica grave.
4.- Que exista, por parte del paciente, una adecuada comprensión de las alteraciones producidas por la
intervención y una buena posibilidad de adhesión a la estrategia terapéutica propuesta.
• Las técnicas quirúrgicas empleadas actualmente son:
• Gastroplastia vertical anillada
• Bypass gástrico, técnica parcialmente malabsortiva en la que se crea un puente desde la porción superior
del estómago al intestino delgado.
• Técnicas mixtas, como el cortocircuito biliopancreático o la asociación de gastroplastia vertical anillada y
el bypass gástrico, utilizada esta última en los obesos extremos.
INVESTIGA
HAMBRE
EMOCIONAL
• VS
HAMBRE
FISIOLÓGICA
ANOREXIA NERVIOSA
• HISTORIA DIETÉTICA
A. - VALORAR LA RESTRICCIÓN CALÓRICA
B. - LA INGESTIÓN DE LÍQUIDOS
C. - MECANISMOS COMPENSATORIOS
• MEDIDAS ANTROPOMÉTRICA:
A. ICC
B. IMC (pérdidas superiores a un 15% frente al peso ideal hasta grados extremos de enamición)
IMPORTANTE
• • Ambulatorio
• • Hospital de día
• • Hospitalización
• • Tratamiento residencial;
• • Programa de prevención de recaídas
• • Programas específicos para pacientes resistentes a tratamiento.
TRATAMIENTO
DIETOTERÁPICO