Unidad 7

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Universidad Nacional de Tres de Febrero UNTREF Virtual

Seminario de Historia de la Filosofía I


Problemas filosóficos del lenguaje

Unidad 7

Profesora: Nora Stigol

Septima Clase

Tanto la teoría fregeana como la teoría cúmulo piensan la relación referencial como
una relación indirecta entre un término y una entidad (objeto o individuo). El elemento
mediador es una descripción (sentido, Frege) o un conjunto de descripciones (teoría
cúmulo).

De acuerdo con estas teorías (teorías del sentido o teorías descriptivistas), como habíamos visto, la
intensión (con s) o sentido de un término determina su referencia o extensión, es decir, determina a qué
entidades (objetos o individuos) se aplica ese término. La referencia de un nombre o término general
está determinada por su sentido y, ya que la intensión (con s) de un término está dada por las
descripciones asociadas al término, son las descripciones - según este punto de vista - las que
determinan la referencia. Un nombre refiere por estar asociado con una descripción o con un conjunto de
descripciones. Y, de acuerdo con este punto de vista, la descripción o conjunto de descripciones
constituyen el significado del término.

En contra de este modo de concebir la cuestión del significado y de la referencia surgen las
llamadas “teorías causales del significado” o “teorías de la referencia directa”. Saúl Kripke
(nacido en EEUU en 1940) y Hilary Putnam (nacido en EEUU en 1926) son los primeros
sostenedores de estas nuevas teorías.

La teoría de la referencia directa puede ser vista como reacción frente a las teorías descriptivistas/del
sentido y como una suerte de vuelta a la teoría del nombre como rótulo. Reaparece la tesis que niega
que los nombres tengan sentido o intensión (con s) además de extensión o referencia.

Al igual que las teorías del sentido, las teorías causales intentan responder a la misma pregunta: ¿Cómo
en la emisión de un nombre (o de un término general) el hablante tiene éxito en referir a un objeto? La
respuesta de las primeras es que el hablante refiere al objeto dado que el objeto satisface el contenido
intensional (con s) o la descripción asociado con el nombre. Las teorías descriptivistas están
comprometidas con el punto de vista de acuerdo con el cual para dar cuenta de cómo un término refiere
a un objeto, necesitamos mostrar cómo el objeto satisface o encaja con el contenido descriptivo que
está asociado con el nombre en las mentes de los hablantes.

La teoría causal, en cambio, para explicar la relación de referencia exitosa entre la emisión
del nombre y el objeto referido pretende mostrar algún tipo de conexión causal directa
entre la emisión del nombre y el objeto referido.

Kripke reacciona en contra de las teorías descripcionistas que parten de Frege y Russell en una suerte de
vuelta hacia Mill. Avanza una variante del punto de vista rival, según el cual los nombres propios carecen
de connotación o sentido. Los nombres propios ordinarios y por extensión los términos de clase naturales
(“oro”, “gato”) son expresiones puramente referenciales que no necesitan de un sentido (uso

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indistintamente las expresiones “sentido”, “connotación” e “intensión” con s) para denotar a sus
referentes (uso indistintamente las expresiones “referente”, “denotación”, “denotado” y “extensión”).
Kripke niega que esos términos tengan un sentido, en lugar de ello sostiene que los nombres son
etiquetas vacías que meramente funcionan como rótulos de los objetos. La relación de referencia es una
relación directa, no mediatizada, por ningún contenido conceptual o intensión (con s). La relación entre
el nombre propio y su denotado no necesita de intermediarios tales como descripciones russellianas ni
sentidos fregeanos ni haces de descripciones searlianas. Por eso se habla de teoría de la referencia
directa.

La tesis central de las teorías causales o directas sostiene que los nombres propios en sentido ordinario y
por extensión, ciertos términos, en particular términos de clases naturales (por ejemplo términos que
designan materiales naturales como por ejemplo “oro” y “agua” y términos que designan especies
naturales como “limón” y “tigre”) no determinan su referencia por las descripciones asociados con ellos.
La referencia es fijada por medio de una cadena causal directa que enlaza tales términos con sus
referentes.

Si los nombres y los términos de clases naturales no tienen intensión y por tanto no fijan su referencia
mediante descripciones asociados con ellos, la pregunta es ¿cómo fijan la referencia?, ¿cómo una
persona es capaz de usar un nombre para referirse a una entidad (objeto o individuo) en el mundo?,
¿cómo es que un término (singular o general) refiere a algo en el mundo?

Dos mecanismos mediante los cuales se fija la referencia: bautismo y cadena de


transmisión:

Bautismo: si no existe previamente un nombre para el objeto, el hablante lo bautiza pronunciando un


nombre al mismo tiempo que señala al objeto en cuestión.

Cadena de transmisión: si, en cambio, hay un nombre admitido previamente por las convenciones
lingüísticas de la comunidad, el hablante usará ese nombre para designar directamente al objeto y ese
nombre se irá transmitiendo de uno a otro.

En ninguno de los dos casos juegan algún rol los sentidos, conceptos, descripciones, o algún tipo de
intermediario.

Veamos la cuestión con más detalle. Comencemos con el caso más simple de referencia de los nombres
propios en sentido ordinario. La pregunta es cómo es capaz una persona de usar el nombre “Platón” u
“oro” para designar a un filósofo al que nunca conoció y que quizá tampoco leyó o a una sustancia que
no conoce.

La respuesta se divide en dos pares:

1.- ¿Cómo se introdujo en el lenguaje el nombre “Platón” (“oro”) para referirnos a Platón (a esa
sustancia)?. Es decir hay que explicar cómo ese ruido se usó para designar a ese individuo (o a esa
sustancia). Es decir cómo fijar la referencia.

2.- ¿Cómo explicar la transmisión social del nombre “Platón” u “oro” en la comunidad lingüística? La
mayoría de nosotros nada tuvo que ver con la introducción de ese nombre en el lenguaje pero podemos
usarlo, y de hecho lo hacemos, para designar a un individuo o a una sustancia porque lo hemos
adquirido a partir de otros. El punto es entonces, cómo explicar la transmisión de ese nombre.  

Dicho de otra manera. En una suerte de ceremonia de bautismo se asigna a una persona (Juan Perez),
cosa (rio de La Plata) o clase natural (tigre) un nombre. El nombre es introducido ostensivamente en una
ceremonia (formal o informal) que se realiza en presencia del objeto que será de aquí en más el portador
de ese nombre. Se podría decir que a la base de toda referencia de un término se encuentra un acto
lingüístico por el cual alguno o algunos hablantes introdujeron el término convencionalmente. Es
necesario que en alguna ocasión haya habido una ceremonia de bautismo. En esta ceremonia hay una
relación perceptual entre el que bautiza y el objeto bautizado y a partir de aquí hay una suerte de
acuerdo   - explícito o no – de parte de la comunidad lingüística por el cual se usará de aquí en más ese
término para referir a ese objeto.

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Luego ese nombre irá pasando de hablante en hablante, de eslabón en eslabón y quien lo recibe lo usará
con la misma referencia con la que lo usó aquel de quien lo escuchó. Todo uso posterior de ese nombre
se retrotrae al nombrar original en el bautismo. La habilidad para usar términos de un lenguaje por parte
de personas que no han estado en la ceremonia del bautismo original dependerá de esa cadena.

Después de haberse asignado en la ceremonia de bautismo un nombre a una persona o cosa, ese
nombre va pasando de hablante en hablante, se va esparciendo de eslabón en eslabón como si se
tratara de una cadena. Hay, de este modo, componentes histórico-sociales en ese proceso. Quien recibe
el nombre en esa cadena debe intentar usarlo con la misma referencia con la que lo usó aquel de quien
lo escuchó. En este sentido el lenguaje es un fenómeno esencialmente comunitario. La comunidad
lingüística comparte un mismo lenguaje. Pero compartir un mismo lenguaje no es asociar a cada término
el mismo significado, el mismo pensamiento o pensar las mismas propiedades asociadas con el mismo
nombre. Bien puedo yo asociar con el nombre "Sócrates" la característica de haber sido el filósofo griego
que no dejó obra escrita y otro podrá asociarlo con la propiedad de haber sido el esposo de Xantipa etc..
Pero lo que importa para que haya comunicación es que mantengamos la misma referencia para los
mismos nombres. Es decir, aunque cada uno pueda asociar distintos significados a un mismo nombre es
necesario que el uso del término "Sócrates" que hacemos los miembros de una misma comunidad
lingüística sean acerca del mismo individuo es decir, que tengan la misma referencia.

En el bautismo inicial, el objeto denotado es nombrado por ostensión, sin embargo muchas veces
introducimos un nombre o lo pasamos a otros usando una descripción definida. Así por ejemplo en lugar
de señalar a Juan y bautizarlo con el nombre “Juan” digo “el segundo hijo de mi hermana” o “la persona
que está sentada en la tercera fila junto a la pared”. Esa descripción “la persona que está sentada en la
tercera fila junto a la pared” me permite identificar a Juan y fijar la referencia del nombre “Juan”. Parece
factible pensar que la referencia de un nombre puede fijarse mediante una descripción. Pero Atención!!
Kripke distingue entre fijar la referencia de un nombre por medio de una descripción y dar el
significado de un nombre por medio de una descripción. No confundir dar el significado de un nombre
con fijar su referencia. Confusión que, en todo caso está presente en la posición de Frege.

De acuerdo con Kripke las teorías descriptivistas o del sentido confunden fijar la referencia de un nombre
con dar su significado. Aunque podamos inicialmente fijar la referencia recurriendo a una descripción,
ésta no es el significado del término. Es decir el término “Juan” no significa “la persona que está
sentada en la tercera fila junto a la pared” aún cuando me fue útil usar esa descripción para saber que
estamos hablando de esa persona.

Si la descripción fuese sinónima del nombre resultaría que el enunciado de identidad


"Cervantes es el autor del Quijote" expresaría una tautología, una verdad necesaria,
cuando de hecho no es así. Cervantes podría no haber escrito el Quijote o Juan podría
no haberse sentado en otra fila.

Cuando una descripción se usa para fijar la referencia, esa descripción no es parte del significado del
nombre como diría un descriptivista. Que una descripción se use para identificar a alguien, para fijar la
referencia no es lo mismo que decir que esa descripción nos da el sentido del nombre. Que pueda fijar la
referencia del nombre “Platón” diciendo que es un filósofo griego que escribió La República no estoy
diciendo que “Platón” signifique un filósofo griego que escribió La República. La descripción no es
sinónima del nombre. Sólo digo que el denotado por el nombre “Platón” es contingentemente el autor
de La República (que sea contingentemente el autor de La República quiere decir que podría no haber
escrito La República). Lo que hace esa descripción no es dar un sinónimo del nombre “Platón”, sino lo
que hace es fijar la referencia mediante algún rasgo o algunos rasgos o marcas contingentes del
objeto.

Kripke - como verán en la primera conferencia de El nombrar y la necesidad – hace explícita la distinción
entre fijar la referencia y dar el significado.

Una vez introducido el nombre sea por ostensión o por una descripción, ese nombre denota ese objeto
en este mundo y en todo otro mundo posible o situación contrafáctica (situación contrafáctica quiere
decir situación imaginable o concebible) en que ese objeto exista, posea o no el rasgo o marca al que la
descripción aludió. Dicho de otra manera, introducido el nombre “Platón” mediante la descripción “el
filósofo griego que escribió la República”, si por alguna investigación histórica descubriéramos que fue

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Heráclito el que escribió la República y no Platón seguiríamos llamando a Platón “Platón” y diríamos algo
así como “nos equivocamos, Platón escribió otros diálogos (o no escribió nada) pero no la República”.
Dicho de otra manera, la propiedad de haber escrito la República es una propiedad contingente y
accidental de Platón.

¿Habrá alguna propiedad esencial poseída por Platón, una propiedad que Platón la tuviera
en todo mundo posible y en toda situación contrafáctica?

Es decir ¿tendría Platón alguna propiedad tal que si careciera de ella no sería Platón?

Sí, Kripke admite propiedades esenciales pero su esencialismo se reduce a aceptar como propiedades
esenciales solo el origen de los individuos. Así la propiedad esencial de Platón es su origen genético, su
código genético, el hecho de ser el hijo biológico de tal y cual y no el haber sido discípulo de Sócrates, ni
el haber sido el filósofo griego que escribió La República. Estas últimas son propiedades que las tiene de
manera accidental y por lo tanto, son propiedades accidentales.

Con una idea similar Kripke trata los términos de clases naturales Es esencial para que algo pertenezca a
una determinada clase natural –agua, oro, tigre - , el hecho de que posea la estructura profunda
molecular o genética del individuo o de la muestra sobre los cuales se introdujo el nombre en cuestión.
Dicho de otra manera, para que algo sea un tigre debe poseer las características genéticas del individuo
sobre el cual se introdujo -vía bautismo- el término “tigre”. Podrá haber un tigre que no tenga ciertas
propiedades accidentales (ser rayado, feroz etc.) pero no será un tigre si no posee las características
genéticas de la clase tigre. Un individuo podría carecer de la mayoría o de todas sus propiedades
importantes y seguir siendo el mismo. Pero no sería el mismo si careciera de sus propiedades
esenciales.

Una vez que la descripción (“el autor del Quijote”) ha sido útil para identificar el referente de un nombre,
(el nombre “Cervantes”) podemos deshacernos de la descripción y usar el nombre de manera
independiente para designar a ese individuo aún en situaciones contrafácticas en las que Cervantes no
hubiera escrito el Quijote. Cervantes pudo no haber escrito el Quijote. Más aún puede no haber escrito
nada, pero sin embargo seguiría siendo el hijo de tal y cual, seguiría teniendo el mismo código genético.

Esto es la que Kripke quiere decir cuando afirma que los nombres son designadores
rígidos.

Hay que distinguir propiedades esenciales de un individuo de propiedades esenciales de una clase o de
una sustancia. Que una propiedad es esencial a un objeto o individuo quiere decir que es verdadera del
objeto en cualquier caso que el objeto hubiese existido. Pero debe advertirse que las propiedades que el
objeto posee de manera esencial no tienen nada que ver con las propiedades usadas para identificarlo en
el mundo real y esto vale tanto para un individuo en tanto individuo y de un individuo en tanto miembro
de una clase.

¿Cuáles serán las propiedades esenciales de un individuo?

El origen genético (padres biológicos) de un individuo es su propiedad esencial.

¿Cuáles serán las propiedades esenciales de una clase natural (clase de los tigres) y de una
sustancia (agua, oro)?

La estructura interna de todos los individuos de una determinada clase natural o de todas las muestras
de una sustancia es la propiedad esencial de esa clase o sustancia. El ser miembro de esa clase depende
esencialmente de tener esa estructura interna. Si los tigres tienen una determinada estructura, cualquier
animal que no tenga esa estructura no será un tigre. Si el agua tiene una determinada estructura (H2O),
cualquier muestra de una sustancia que no tenga esa estructura no será agua.

Designadores rígidos son términos que refieren al mismo individuo en todo mundo posible. Un nombre
es un designador rígido cuando nombra al mismo individuo en todo mundo posible o en toda situación
contrafáctica, es decir, en toda situación imaginable o concebible en que ese individuo exista y aún
cuando cambie todas sus propiedades. Ese nombre permitirá identificar al objeto a pesar del cambio de
sus propiedades accidentales.
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En otras situaciones posibles Aristóteles podría no haber sido el maestro de Alejandro sino un físico,
soldado o gobernante. Pero su nombre lo designa rígidamente a él (vía sus propiedades esenciales, su
origen genético) en toda situación posible en la que él hubiese existido. El nombre “Aristóteles” no deja
de referir a él aun cuando se descubra que él no fue el maestro de Alejandro, ni fue el filósofo griego que
escribió la Metafísica, ni fue el más famoso discípulo de Platón.

Decir que un nombre es un designador rígido no equivale a afirmar que el referente


del nombre existe necesariamente en todo mundo posible, sólo equivale a afirmar que
necesariamente lo designa en aquellos mundos en los que existe.

La tesis de los nombres como designadores rígidos está conectada, entonces, con una concepción
ontológica: la realidad está compuesta de sustancias individuales en las que inheren propiedades
esenciales y accidentales. Un individuo posee en toda situación contrafáctica sólo aquellas propiedades
que le son esenciales. Las propiedades esenciales constituyen el correlato ontológico de los designadores
rígidos.

La tesis de la rigidez de los nombres propios la extiende Kripke al caso de los nombres comunes de
clases naturales.

El nombre "agua" designa el compuesto H2O (ser H2O es la propiedad esencial del agua) en todo
mundo posible. Un líquido, incoloro, insípido, que calma la sed y con todas las demás propiedades
fenoménicas (que se observan superficialmente) del agua pero cuya composición molecular no fuera
H2O no será agua. Es imposible concebir una situación contrafáctica en la que el agua no hubiese sido
H2O. Podemos, en cambio, imaginar una situación en la que pueda haber un líquido enteramente
semejante al agua en todas sus propiedades accidentales (semejante al agua en su apariencia) y que, al
investigar, descubriéramos que no posee la misma estructura molecular es decir, que no sea H2O,
entonces, no diremos que descubrimos un tipo de agua que no es H2O. Diremos, más bien, que
descubrimos un líquido similar al agua, que en un primer momento pensamos que era agua pues poseía
todas las propiedades fenoménicas/superficiales del agua y que resultó que no era agua. (Encontramos a
un individuo que era filósofo griego, discípulo de Sócrates, que escribió la República etc. etc. pero que no
tenía el origen genético de Platón, por lo tanto, no era Platón).

Identificamos originalmente al agua por su apariencia. Pero si hubiera una sustancia que
tuviese una estructura atómica diferente a la del agua pero que se le asemejara en esos
aspectos que nos permitieron identificarla no deberíamos decir que es agua.

Consideremos una situación contrafáctica en la que se encontrara un metal con todas las propiedades
con las cuales identificamos inicialmente al oro (amarillo, duro etc.) pero que no tuviese la misma
estructura molecular del oro no diríamos que es oro. Una vez que se descubrió cuál es la estructura
molecular del oro, es decir, una vez que sabemos que el oro tiene tal o cual estructura molecular no
podemos siquiera imaginar una situación en la que el oro no tuviese esa estructura aunque ese metal
tuviera las propiedades fenoménicas/superficiales con que fijamos la referencia del oro.

Claro que todo esto no significa que quien conozca el término "agua" sabrá que está compuesta de H2O.
Podemos saber usar el nombre "agua" y en este sentido conocer el significado de "agua" y sin embargo
no saber que su composición molecular es H2O, su esencia es H2O. No necesito conocer la esencia del
agua, sus propiedades esenciales para fijar la referencia del nombre "agua". Las esencias de las clases
naturales como las esencias de los individuos no son conocidas a priori (independientemente de la
experiencia sensible/empírica), son descubiertas mediante la investigación científica a posteriori y
empírica. El hecho de que sean conocidas empíricamente no supone que sean propiedades contingentes
pues son esenciales y necesarias.

Para comprender correctamente, según Kripke, las propiedades esenciales y necesarias de un objeto es
necesario reconocer la distinción entre aprioridad y necesidad. Con frecuencia se sostiene que las
nociones de necesidad y de apriorismo son sinónimas. No es así para Kripke, (atención ¡!!! esto difiere
de la tradición filosófica. Mayoritariamente se ha identificado necesidad con apriorismo) cuando decimos
que un enunciado es necesario queremos decir que es verdadero y no podría haber sido de otra manera.
Cuando decimos que algo es contingentemente verdadero, queremos decir que aunque de hecho es el

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caso, podría también haber sido el caso de otra manera. (veáse esa distinción en la primera conferencia)
Este es un punto muy complejo de Kripke.

ACTIVIDADES; Cuestionarios, Guías de lectura


Guías de Lectura

Bibliografía Obligatoria:

Kripke S., 1980. El nombrar y la necesidad. México: UNAM, 1985. Conferencias I.

1.- a) Explicite las siguientes nociones que aparecen en la primera conferencia de El nombrar y la
necesidad: Descripción definida, designador, referente de una descripción, mundos posibles, situaciones
contrafácticas. b) Proponga ejemplos propios de cada una de esas nociones.
2.- Kripke distingue entre utilizar una descripción para dar el significado de un término y utilizarla para
fijar su referencia. a) Explicite esta distinción. b) ¿Cuál es el objetivo de Kripke al introducir esta
distinción? Ejemplifique con ejemplos propios.
3.- Si una investigación histórica descubriera que el más destacado discípulo de Sócrates fue Heráclito y
que Heráclito escribió La República a) ¿Diría Ud que la expresión “Platón” tiene por referente al individuo
Heráclito, al individuo Platón o a ningún individuo? ¿Por qué? b) ¿Cuál es la respuesta de Kripke?.
4.- La concepción kripkeana de los nombres es contraria a la que él llama "la concepción Frege-Russell".
Según Kripke estas últimas son erróneas porque sostienen que los nombres además de señalar un
objeto ofrecen alguna información acerca del mismo y que esta información forma parte del significado
del nombre. ¿Qué argumento o argumentos utiliza Kripke para rechazar estas afirmaciones?
5.- a) ¿Qué consecuencias se siguen en relación con enunciados de existencia si se considera que una
descripción da el significado del nombre? Y b) ¿Qué consecuencias se siguen en relación con enunciados
de existencia si se considera que una descripción fija la referencia?
6.- a) Explique la tesis de Kripke según la cual los nombres propios son designadores rígidos. b) ¿Qué
argumentos encuentra en el texto para defender esa tesis?
7.- Establezca la relación entre propiedades esenciales, identidad a través de mundos posibles y
designadores rígidos.  
8.- Si se descubriera que Cristóbal Colón no comandó las tres naves que arribaron a América en 1492, ni
fue un navegante genovés, ni realizó ninguna de las proezas que la historia oficial ha relatado ¿diríamos,
según Kripke, que Colón no existió? Sí. No. ¿Por qué?
9.- La teoría causal de la referencia en la propuesta de Kripke supone dos mecanismos. Uno de ellos da
cuenta de la introducción de un nombre propio en el lenguaje y el otro explica la transmisión del nombre
dentro de la comunidad lingüística. a) Explique ambos mecanismos. b) ¿Encuentra Ud. algunas
dificultades en esos mecanismos? ¿Cuáles? Justifique su respuesta.

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